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Conceptos Generales

Ficha Técnica

Nombre original: Sucesos de vida, versión para Adolescentes

Autores: Emilia Lucio –Gómez Maqueo y Consuelo Durán Patiño

Administración: Individual y Grupal

Duración: 45 minutos

Aplicación: Adolescentes de 13 a 18 años de edad

Significación: Evaluación de los sucesos de vida estresantes

Material: Cuadernillo de aplicación, hoja óptica y un lápiz del 2 o 2 ½

El cuestionario de Sucesos de vida se elaboró con la finalidad de detectar problemas


emocionales en adolescentes, a partir de los sucesos estresantes y la evaluación afectiva que el
joven mismo hace de ellos.

Se considera que el cuestionario puede constituir un recurso de reflexión básico para el


joven, considerando la perspectiva de Walsh y Osipow (1990), quienes mencionan que los
elementos subjetivos ayudan al adolescente, como individuo, a entender su conducta desde su
propio punto de vista.

Población objetivo

El instrumento se diseñó para su uso con adolescentes entre 13 y 18 años de edad.

Descripción del Instrumento

La escala de Sucesos de vida, versión para adolescentes, es un auto informe, compuesto


de 129 reactivos y una pregunta abierta que permiten evaluar de manera confiable 7 áreas:
Familiar, Social, Personal, Problemas de Conducta, Logros y Fracasos, Salud y Escolar.

Los reactivos se puntúan mediante cuatro respuestas: a) Cuando me sucedió y fue


bueno; b) Cuando me sucedió y fue malo; c) Cuando me sucedió y fue indiferente; y d) Cuando
no me sucedió. Las respuestas a estos reactivos corresponderían a eventos experimentados por
los adolescentes en un periodo de tiempo no mayor a un año.

Tiempo de aplicación

La prueba de Sucesos de vida es de fácil aplicación, aunque hay que tomar algunas
precauciones en el momento en que los adolescentes empiezan el llenado de las hojas ópticas,
cuestión que se describirá más adelante con detalle. Normalmente, el tiempo de aplicación es de
40 minutos.

Descripción de los materiales

El instrumento de Sucesos de vida para adolescentes consta de los siguientes materiales:

 Manual
 Cuadernillo o protocolo de aplicación

 Hoja de respuestas

 Plantillas de calificación

 Hojas de Perfil

calificación, obtención del perfil e interpretación de los resultados

Una vez aplicado el instrumento, hay que observar los criterios de validez del mismo:
rango de edad de 13 a 18 años del examinado y que no haya dejado más de 15 reactivos sin
contestar. Si no hay problema, se debe continuar con el proceso de calificación.

La calificación se hace en dos niveles: cuantitativo y cualitativo.

Calificación cuantitativa

La calificación cuantitativa se hace tomando en cuenta cuántos reactivos contestó el


adolescente en cada una de las áreas y cuál es el peso que tiene cada uno de ellos de acuerdo a
los siguientes criterios:

 Si el suceso es normativo positivo, tiene una calificación de 1


 Si el suceso es no normativo positivo tiene una calificación de 2

 Si el suceso es normativo negativo tiene una calificación de 3

 Si el suceso es no normativo negativo tiene una calificación de 5

Se dispone de un juego de 7 plantillas una para cada área, con las que se obtiene la
calificación correspondiente para cada uno de los reactivos; primero el grupo de los reactivos
positivos que se presentan en cuadrados y después el de los negativos que aparecen en círculos.
La calificación respectiva (de acuerdo al peso) de cada reactivo aparece en las plantillas.

Se procede luego a obtener el número correspondiente a la puntuación natural (suma de


los reactivos positivos de acuerdo a su calificación) primero para el área familiar, que es la que
aparece al principio del perfil. Se grafica mediante una marca en la serie numérica
correspondiente para así obtener la puntuación T adecuada. Después se sigue el mismo
procedimiento para los reactivos negativos del área familiar. A continuación se sigue el mismo
procedimiento para el área social y así sucesivamente hasta terminar con la última área que es
la escolar. Obsérvese que el área de problemas de conducta no tiene sucesos positivos. También
deben de contarse el total de sucesos positivos y negativos que contestó el joven.

Debe tenerse cuidado en graficar la calificación tanto en el área correspondiente como en


el perfil de acuerdo al sexo del sujeto. También debe tomarse en cuenta que el perfil tiene dos
secciones, en la primera aparecen los sucesos positivos y en la segunda aparecen los sucesos
negativos.

Una vez obtenida la gráfica hay que observar si entre los sucesos negativos hay alguna
área cuya puntuación esté entre T 65 y 69, lo cual indicaría que el joven ha sido expuesto a más
sucesos estresantes de lo esperado y que por lo tanto pudiera estar en riesgo de presentar
alguna alteración emocional en el área donde se encuentra la elevación. Si la puntuación T es
superior a 69, la probabilidad de presentar alguna alteración aumenta. A este respecto debe
recordarse que las áreas más relevantes para determinar si hay probabilidad de presentar
alteraciones son la Familiar, Personal, Social y Problemas de Conducta por ser las más confiables
y válidas del instrumento. Las áreas de Logros y Fracasos, Salud y Escolar pueden, sin embargo,
proporcionar también datos importantes. Son los sucesos negativos los que se consideran para
determinar la posibilidad de riesgo o alteración; los sucesos positivos se encuentran, hasta cierto
punto, en fase experimental pues deben hacerse estudios posteriores para demostrar si existe
correlación entre ellos y el presentar equilibrio emocional, a pesar de haber pasado o no por
experiencias traumáticas o estresantes.

Este procedimiento se ilustra a continuación con el perfil de Daniel que es un joven que
acude a un centro de tratamiento (página 23).

Es conveniente tener en cuenta que la escala de Sucesos de vida para adolescentes


provee indicadores de que el muchacho pueda estar susceptible a desarrollar problemas de salud
mental por estar expuesto a situaciones que han mostrado ser factores de riesgo para
problemas emocionales, y que de ninguna manera debe emplearse para etiquetar o aseverar
que el joven sufre de alguna alteración emocional. Más bien, a partir de los sucesos que reporta
el joven, los datos obtenidos en una entrevista y en otros instrumentos, pueden proporcionar
mayor certeza de lo que le está pasando y a qué se debe.

Adicionalmente, una puntuación elevada en los sucesos positivos indicaría que


probablemente el joven cuenta con experiencias positivas que podrían funcionar como factores
protectores, por lo que es importante observar la relación entre éstos y los sucesos negativos.
No es lo mismo un joven que en los sucesos negativos del área Familiar presenta una
puntuación de T 70, y que, por otra parte, en las áreas Social y Personal de los sucesos positivos
presenta también una puntuación T mayor a 70, a un joven que presenta la misma puntuación T
de 70 en los sucesos negativos del área Familiar y en las áreas Social y Personal, pero que en
los sucesos positivos obtiene 40 o menos de puntuación T.

Además de las plantillas para la calificación manual, se elaboró un programa de cómputo


que realiza rápidamente todo este procedimiento cuantitativo: desde contar cuántos sucesos
contestó, cuáles de ellos son normativos y cuáles no, cuáles positivos y cuáles negativos, así
como la suma total y la elaboración del perfil.

Calificación cualitativa

Una vez concluido el proceso de calificación cuantitativa, se lleva a cabo la calificación


cualitativa en donde hay que revisar cómo evalúa el sujeto los sucesos negativos,
particularmente de las áreas que están por arriba del rango esperado de puntuación T (70 o
más), es decir, si los considera buenos, malos o indiferentes desde su perspectiva. Esto es
especialmente útil cuando se trata de sujetos que acuden a tratamiento, pues hemos encontrado
que, por ejemplo, algunos de los sujetos que estaban en tratamiento decían que habían sido
golpeados por sus padres y que este suceso les era indiferente, tal vez como una defensa contra
una situación que les resulta estresante pero ante la cual se sienten impotentes. El hablar con
ellos a este respecto, abre la posibilidad de elaborarlos y darles su justo valor, y por
consiguiente, de ponerse en contacto con las emociones que han estado conteniendo y que
pueden dar lugar a síntomas por el grado de estrés acumulado.

Es importante enfatizar que el cuestionario Sucesos de vida constituye una herramienta


en el diagnóstico y tratamiento del adolescente, pero que no debe emplearse como instrumento
único.

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