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Augusto Pérez, un joven de muy buena posición, sale de su casa con el paraguas bajo el
brazo pues amenaza con llover. Augusto vivía en una casa muy grande de la calle Alameda
y en compañía de sus dos fieles sirvientes. Su madre había muerto dos años atrás y el era
el único heredero de una considerable fortuna.
Augusto se pasaba la vida entre el casino -en compañía de su amigo Víctor-, sus paseos
por la Alameda y su casa. Augusto había gozado de una buena educación y amaba la
lectura, disfrutaba de sostener intensos monólogos con él mismo.
Una tarde, mientras se dirigía al casino, se cruzó con una joven de lindas facciones y, sobre
todo, de unos ojos oscuros tan profundos como el abismo. La presencia de la joven llamó
la atención de Augusto que al verla salir de un edificio, decidió preguntar por su nombre.
Tocó a la puerta de la portera y ésta, Margarita, le habló de la maestra de piano. Se
llamaba Eugenia, huérfana, vivía con sus tíos y tenía muchos pretendientes. Augusto se
marchó turbado y dispuesto a ponerse en contacto con la joven. Ya en el casino, le contó a
Víctor que se había enamorado a primera vista. De regreso en su casa, se dispuso a pensar
en Eugenia y a escribirle una carta. Reconocía que la había vista muy poco y casi ni la
recordaba, pero el efecto que le había causado era más profundo que eso: había
descubierto a las mujeres y, con ello, el amor. Cuando Augusto lleva la carta a la portera,
ésta le dice que la señorita Eugenia tiene novio. Augusto Pérez está dispuesto a luchar por
su nuevo y, hasta entonces, único amor. Después de varios días, bajo cualquier pretexto
se mete en la casa de Eugenia y conoce a sus tíos. Ermelinda, la tía, mujer interesada en el
dinero, al saber la procedencia del joven decide apoyarlo en su conquista. La tía le informa
a Augusto que Eugenia sufre mucho porque debe pagar la hipoteca de su casa.
Así pasan los días, Augusto pensando y pensando hasta que encuentra la forma de
acercarse a su amor: pagarle la hipoteca. Después de un tiempo de frecuentar a los tíos de
Eugenia, una tarde les informa que la deuda está saldada. Ludivina, la criada de Augusto,
le informa que la maestra de piano pregunta por él. Eugenia rechaza su ayuda y le reclama
sus intenciones de comprar su amor, además, ella asegura estar enamorada y próxima a
casarse. Mauricio, el sobrino de la portera, es el galán de Eugenia, un hombre sin oficio ni
beneficio y sin mayor iniciativa pero del cual la señorita está enamorada. Siempre que se
encuentran, Eugenia le reclama sus pocas intenciones de trabajar y, ahora, lo amenaza
con casarse con Augusto Pérez si no le deja otra alternativa. Mauricio le sugiere que
acepte la propuesta, Eugenia se indigna y decide dejarlo. El tiempo pasa y Eugenia ha
despertado en Augusto los deseos de enamorarse, además, es el consejo que le dan sus
amigos. Después de consultar varias opiniones, Augusto decide buscar el amor en otras
mujeres. A la ruptura con Mauricio, Eugenia decide reconciliarse con Augusto. La joven
aparece en casa de Augusto, le agradece el pago de la hipoteca y le ofrece su amistad. El
joven Pérez decide probar las intenciones de Eugenia pero cae en la trampa. Se van a
casar pero, pocos días antes de la boda, Eugenia le escribe para decirle que se va con
Mauricio quien a encontrado un empleo que el mismo Pérez le consiguió.
Después de darle mil vueltas al asunto, Pérez decide suicidarse pero antes quiere
consultar otra opinión. Va a Salamanca donde vive Miguel Unamuno y le pregunta. Éste se
niega rotundamente y le confiesa que Augusto es en ente de ficción que, además, no
puede decidir sobre su destino. Unamuno decide matar a Augusto Pérez antes que él
mismo lo haga. Esa noche, Augusto regresa a casa y les avisa a sus sirvientes que va a
morir. Ludivina y Domingo creen que se ha vuelto loco, pero cuando Augusto se va a
dormir ya no despierta.
Capítulos
Personajes
Augusto Pérez, personaje principal. Joven bien educado y de buena posición que no tiene
más familia que sus dos sirvientes. Obsesionado con los libros, vive en un mundo
fantasioso y atormentado por la falta de amor.
Eugenia Domingo del Arco, personaje principal. Maestra de piano que odia su profesión.
Interesada en el dinero y sumamente terca.
Víctor, personaje secundario. Fiel amigo de Augusto. Joven, de buena posición, con lo
mejores deseos para su amigo.
Ludivina, personaje secundario. Cocinera y criada de Augusto. Responsable de cuidar los
bienes de su amo y preocupada por su felicidad.
Ermelinda, personaje secundario. Tía de Eugenia. Interesada en el dinero de don Augusto.
Amargada y muy cruel con su marido.
Rosario, personaje secundario. Joven humilde, de buenos sentimientos. Llega a sentir
mucho cariño y compasión por don Augusto.