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La metodología Justo a Tiempo es una filosofía industrial que puede resumirse en fabricar
los productos estrictamente necesarios, en el momento preciso y en las cantidades
debidas: hay que comprar o producir solo lo que se necesita y cuando se necesita.
Definición
Es una filosofía que define la forma en que debería gestionarse el sistema de producción. Es
una filosofía industrial de eliminación de todo lo que implique desperdicio o despilfarro en
el proceso de producción desde las compras hasta la distribución. Despilfarros, en este
contexto, significa todo lo que no añada valor al producto. Es una metodología para
alcanzar la excelencia en una empresa de manufactura, basada en la eliminación continua
de desperdicios como inspecciones, transportes entre maquinas, almacenajes o
preparaciones. Precisamente la denominación de este método productivo nos indica su
filosofía de trabajo. las materias primas y los productos llegan justo a tiempo, bien para la
fabricación o para el servicio al cliente.
Origen
El concepto de justo a tiempo comenzó poco después de la Segunda Guerra Mundial como
el Sistema de Producción Toyota. Hasta finales de los años 70 el sistema estuvo restringido
a Toyota y a su familia de proveedores clave. En los años siguientes se extendió por todo
Japón y hacia la década de los 80 llegó a occidente, con la industria automotriz como
catalizadora.
Elementos
La filosofía Justo a Tiempo cuenta con siete elementos -seis internos y uno externo- a
saber:
Internos
1. La filosofía Justo a Tiempo en sí misma
2. La calidad en la fuente.
3. Carga fabril uniforme
4. Operaciones coincidentes
5. Tiempo mínimo de alistamiento de las máquinas
6. Kanban
Externo
Beneficios
Ejecutada correctamente la filosofía Justo a Tiempo reduce o elimina buena parte del
desperdicio en las actividades de compras, fabricación, distribución y apoyo a la
fabricación (actividades de oficina) en un negocio de manufactura. Esto se logra utilizando
los tres componentes básicos: flujo, calidad e intervención de los empleados.
Bibliografía
Edward J. Hay. Justo a tiempo: la técnica japonesa que genera mayor ventaja
competitiva. Editorial Norma, 2003. Pág. vi-8
Philipp Arndt, Just in Time: El sistema de producción Justo a Tiempo. GRIN Verlag,
2005. p. 2
B. Cendrero y S. Truyols. El transporte. Aspectos y tipología, Delta Publicaciones,
2008. p. 2
El JIT es un sistema de gestión de inventarios que se desarrolló en Japón en los años 1980
con el fabricante de automóviles, Toyota, como la estrella de este proceso productivo. No
tardó mucho verlo extendido en Japón y, como en esos tiempos las grandes empresas tenían
mucha competencia y muchos gastos y la necesidad de reducir estos, estas prácticas se
extendieron rapidamente más lejos.
Como bajo JIT, el nivel de suministros que se mantienen para la fabricación están en sus
niveles mínimos, es importante estar muy organizado para evitar fallos, suspensiones y
retrasos por causa de falta de componentes o suministros para completar el paso productivo.
Cualquier falla en algún punto de la cadena creará un efecto en cadena tanto hacia atrás
como hacia adelante, provocando atascos y bloqueos. De ahí la importancia de regular y
controlar los flujos al interior del sistema.
Cada fallo, suspensión y retraso impacta negativamente los costes y reduce o elimina la
ventaja de mantener el proceso de JIT.
Por otra parte, el JIT no es sólo ventajas, también trae sus inconvenientes, que incluyen los
siguientes:
En sus inicios, la idea de JIT era conseguir que los suministradores mantengan los
inventarios de sus componentes, financiándolos ellos, con el objetivo de que mi empresa no
tenga que hacerlo y, cuando necesitaba algo, pedía sólo lo que necesitaba en ese momento y
me lo enviaban.
Antecedentes
Entre 1943 y 1945 la empresa Toyota (en Japón) comienza a desarrollar e implementar en
sus procesos el concepto JIT, haciéndolo extensivo (necesariamente) a sus proveedores.
Entre 1982 y 1983 en concepto JIT se extiende por en Canadá y en algunos países de
Europa.
A partir de 1985 JIT comienza a aparecer en algunos países del resto de América.
A partir de 1985, JIT comienza a aparecer en algunos países del resto de América entre
ellos México el cual utilizo la metodología Just in time en fabricas manufactureras hasta
que se expandió y empezaran a utilizarse en fabricas para todo tipo de desarrollo para el
humano. El “justo a tiempo” en México se mantuvo y sustituyo al M.R.P.
El JAT se convirtió en México como en otros países para reducir los inventarios, reducir los
tiempos de procesos, reducir los tiempos muertos y para la reducción de costos en sus
empresas.
Algunas empresas en México que utilizan el JAT son: Under Construction Servicies, BSS
consultores, Disa JR S.A., Crossdock, Mitsui de México, ICS.
Ejecutada correctamente como a la filosofía JAT reduce o elimina buena parte del
desperdicio en las actividades de compras, fabricación, distribución y apoyo a la
fabricación (Actividades de oficina) en un negocio de manufactura. Esto se logra utilizando
los tres componentes básicos: Flujo, Calidad e Intervención de los empleados. Primero,
necesitamos una definición práctica de desperdicio. La empresa Toyota que dio origen a la
modalidad JAT, define como desperdicio “Todo lo que sea distinto de la cantidad mínima
de equipo, materiales, piezas y tiempo laboral absolutamente esenciales para la
producción”.
Una de las primeras preguntas que hacen los ejecutivos al comenzar a interesare en el JAT
es: “los ejecutivos y los gerentes suelen pensar que su empresa tiene características
especiales que les obligan a trabajar de cierta manera. Muchas veces piensan que su manera
de operar es única, pero en general se reduce a una variación sobre el tema de la fabricación
al estilo occidental y la que impera en cada empresa, por la tradición industrial y en gran
medida por la naturaleza humana.
En las palabras sencillas, la filosofía JAT consta de suposiciones básicas sobre la manera
correcta de hacer negocios con lo proveedores y los clientes, que conducen a una
fabricación eficiente y productiva. En último termino, se reduce a algunos principios
básicos aplicados correctamente.
Valor agregado
Las definiciones de el valor agregado son: “Todo aquello que sea distinto de los recursos
mínimos absolutos de materiales, maquinas y mano de obra necesarios para agregar valor al
producto”. Y la segunda parte de la definición y quizá la más importante que la primera, es
el valor agregado. Las únicas actividades que agregan valor son las que producen una
transformación física del producto.
En el labrado a maquina, por ejemplo, cada corte que se le hace a la pieza le agrega valor.
El enchape y el tratamiento térmico agregan valor. El ensamblaje agrega valor. En otras
industrias, mezclar, fundir, moldear, soldar, tejer y estirar son procesos que agregan valor.
En los negocios de ventas al consumidor, empacar agrega valor ya que aumenta el valor del
producto ante los ojos del cliente.
El análisis del valor agregado es una herramienta importante para saber que beneficios que
derivara una empresa de la fabricación JAT. Para muchas personas, el ejercicio es
verdaderamente revelador, el análisis del valor agregado les muestra, quizá por primera
vez, cuan ineficiente es el proceso tradicional de fabricación.
El concepto de Henry Ford sobre equilibrio, sincronización y flujo se puede aplicar a toda
una línea de ensamble, a una celda de maquinaria o incluso al flujo de trabajo
administrativo en una oficina.
Una línea de ensamble – o una secuencia cualquiera de hechos u operaciones – que tenga
equilibrio, sincronización y flujo incluirá poca o ninguna actividad de desperdicio no se
hace recuento de los productos entre operaciones. Ta poco se colocan recipientes. No se
trasladan recipientes a bodegas, ni se almacenan, porque no hay recipientes como tales. No
es preciso sacar artículos de sus recipientes y devolverlos a la línea de ensamble para la
próxima operación puesto que no se ven colocados en recipientes. En la línea de ensamble
no se realizan las faenas que suelen asociarse con la producción por lotes, excepción hecha
de las operaciones por si mismas.
Rapidez: consideremos por un momento el impacto que sobre una línea de ensamble tiene
el factor rapidez. Pensemos que ocurriría si fuera posible acelerar un 40% alguna de las
operaciones hacia la mitad de la línea. ¿Que se ganaría? ¿Qué motivo habría para hacerlo?
Sencillamente, al encargado de esa operación le sobraría el 40% de su tiempo. Y en total, la
línea no produciría más unidades.La rapidez, equilibrio y
Sincronización
Ahora pensemos en acelerar la primera operación suponiendo que sea posible suministrarle
material suficiente para que se mantenga ocupada, esta primera operación produciría
demasiado rápidamente para el resto de la línea y pronto la situación seria de desequilibrio.
La filosofía JAT podría describirse como una colección de viejas ideas y nuevas técnicas
que las empresas occidentales han de aplicar en forma combinada a fin de imponer
equilibrio, sincronización y flujo en aquellas aéreas del proceso fabril en las cuales todavía
no existen.
Rocas y Agua
Quienes implantan la filosofía JAT, como en el Japón como en el Occidente, suelen hablar
de” rocas y agua”. Las “rocas” son el símbolo de todos los problemas; el “agua” representa
las existencias empleadas por los tradicionalistas para protegerse y amortiguar estos
problemas: Las existencias reguladoras que ocultan los problemas.
Algunas personas que visitan el Japón y observan las operaciones fabriles allá regresan
diciendo que lo indicado es reducir el nivel del “agua” – Ósea arbitrariamente las
existencias- para que los problemas queden expuestos y se pueda proceder a resolverlos.
Si las empresas occidentales, con su administración tradicional, disminuyeran súbitamente
el nivel de existencias para revelar los problemas, la mayoría encontraría problemas
arrolladores hasta el punto de ocasionar suspensiones masivas de la producción.
Los fabricantes occidentales llevan años aumentando sus existencias cada vez que surgen
problemas. Lo que hay que hacer es todo lo contrario: Cuando aparecen problemas, estos
deben resolverse de una vez por todas de tal manera que sea posible reducir las existencias.
Uno de los tres componentes básicos para eliminar el desperdicio – actividades que no
agregan valor- es exclusivo del JAT: el concepto de equilibrio para que haya flujo y que,
por tanto, el equilibrio es de importancia primordial, incluso mas que el factor rapidez.
Entonces surge la siguiente pregunta lógica. ¿Qué se debe equilibrar con que? La respuesta
la encontramos en el concepto de carga fabril uniforme.
Este concepto de carga fabril uniforme introduce dos ideas: una es el tiempo de “ciclo”, que
se refiere al ritmo de producción. La otra es la “carga nivelada”, que se refiere a la
frecuencia de la producción.
El concepto de tiempo de ciclo dice que la producción meno debe ser equivalente a la
capacidad para producir, sino que debe adaptarse a lo que se necesita.
Las empresas con mejores resultados son las que procuran imponer el JAT para responder a
los desafíos externos: ganar o conservar una participación en el mercado, mejorar la calidad
y reducir el precio. Estas compañías buscan que su fabricación sea un arma estratégica en el
mercado.
Otras empresas piensan en el JAT como una herramienta para reducir costos, agiliza el
proceso fabril y por consiguiente, aumentar sus márgenes de utilidad. Estas logran algún
éxito en la implantación del JAT. Pero notoriamente menor que las firmas que buscan un
arma de fabricación verdadera.
Las empresas con los peores resultados son aquellas que piensan en el JAT simplemente
como un método para reducir inventarios.
En esta primera fase de la implantación del JAT, la empresa tiene que señalar la razón
especifica por la cual se embarca en este proceso. Ello se logra formulando una serie de
imágenes de lo que podría ser la empresa si impusiera el ambiente JAT, para luego ver
como esas imágenes se pueden incorporar dentro de una estrategia empresarial encaminada
a aventajar a la competencia en el mercado, y como la visión y la estrategia pueden
extenderse por toda la organización.
En el paso de concientización, las directivas tendrán que formarse una idea detallada y clara
del JAT a fin de generar una serie de tres visiones del futuro relacionadas entre si:
Para la visión del proceso físico, las directivas deben formular una idea de cómo podría y
debería ser la empresa dentro de 3 a 5 años en el ordenamiento físico de la instalación fabril
y en el flujo de los materiales o los procesos de compra, distribución y fabricación.
En la visión del clima organizacional, es una idea de cómo tendrá que ser este para que el
JAT se haga realidad.
En la visión del mercado, las directivas deberán convertir su visión cuantificada del proceso
físico en un esquema mental de una serie de posibles oportunidades en el mercado para
adelantarse a la competencia, estas incluyen:
El comité directivo
Un facilitador
Los grupos encargados de proyectos
Los jefes de grupos de proyectos.
Las dos primeras fases del proceso JAT han de ser impulsadas por el más alto de los
funcionarios ejecutivos. La responsabilidad no se puede delegar. Pero en la tercera fase, las
cosas son diferentes. A me medida que el comité directivo se afirma y cumple su misión, la
fase restante de la implantación del JAT tomara forma. En esta fase final el papel de las
directivas se modifica. Aquí les corresponde guiar y no dirigir, facilitar y no impulsar, a
medida que el personal de toda la organización va haciendo suyo el esfuerzo.
Por ser el JAT contrario a gran parte de los conceptos de fabricación arraigados en el
occidente, la posibilidad de encontrar resistencias es grande; hay resistencia a los aspectos
técnicos del JAT pero mayor todavía a las implicaciones sociales de los cambios técnicos.
Los empleados tendrán que familiarizarse con las modificaciones técnicas y entender su
razón de ser y sus implicaciones sociales. Los proyectos piloto ofrecen un buen medio para
hacerlo sin que la gente se sienta amenazada, cuando no hay tantos intereses como los
habría si se transformara todo el proceso fabril de una vez. Cuando los proyectos piloto se
hayan ensayado con éxito, es importante seguir implantando el JAT proyecto por proyecto.
En términos globales, sin embargo, podemos decir que los programas piloto deben
instituirse lentamente, teniendo cuidado de complementarlos perfectamente antes de
extenderlos al resto del proceso fabril. También en términos globales, es mejor tener
algunos buenos resultados con programa piloto antes de dar comienzo al proceso educativo
en toda la empresa. Algunas compañías pretenden impartir instrucción masiva sobre los
cuatro aspectos del JAT al comienzo del proceso de implantación. Lamentablemente, esto
suele tener la desventaja de que genera entusiasmo por el nuevo concepto pero no ofrece
resultados concretos y visibles y la consecuencia es que los empleados pueden llegar a
considerarlo como otro “proyecto del mes”.
No todas las empresas obtienen todos los beneficios pero abundan los ejemplos de
empresas que logran adelantos en 2,3 o más de estas áreas en pocos meses. Y mejor
todavía: El JAT es una manera de lograr estas ganancias con poco o ningún costo.
https://miguelbravo1justoatiempo.wordpress.com/2014/09/19/justo-a-tiempo-edward-j-hay/
http://www.degerencia.com/articulo/sistema_de_produccion_justo_a_tiempo_jit
http://www.degerencia.com/articulo/sistema_de_produccion_justo_a_tiempo_jit
http://www.gestiopolis.com/que-es-justo-a-tiempo/
http://www.cge.es/portalcge/tecnologia/innovacion/4115sistemajust.aspx