Este impulso a la educación ha llevado al crecimiento de la matrícula escolar en todo el sistema

educativo, de tal forma que en la actualidad se observa un incremento en los niveles educativos
de la población económicamente activa (PEA). En el caso de la Universidad de Colima, la
expansión de la matrícula de licenciatura se ha incrementado en los últimos ocho años, pasando
de 10,180 alumnos matriculados en 2004, a un total de 11,801 en 2011, lo que habla de un
incremento del 11.5% (Numeralia, 2011). Cabe señalar que en el caso de los estudios de
posgrado, la matrícula en los últimos años también se ha visto incrementada, al pasar de 380
estudiantes en 2006 a 577 en 2012 (Numeralia 2006 y 2012), lo que representa un incremento de
casi 52% en un lapso de apenas 7 años. Sin embargo al contrario de lo mencionado
anteriormente, a partir de los años sesentas el ritmo de crecimiento económico para incorporar
productivamente a quienes terminaron sus estudios profesionales, empezó a ser menor que la
velocidad a la que se expandió el egreso de las instituciones de educación superior (IES)
(Muñoz, Loc. cit.). Este desequilibrio entre el aumento en los egresos de las IES y el poco
crecimiento económico ha propiciado 3 situaciones, la primera de ellas es que los egresados
tienen que competir entre ellos para ganar un puesto aun cuando no cumpla sus expectativas; la
segunda de ellas es que los egresados han tenido que incorporarse a la economía informal en
trabajos para los que no fueron formados (Muñoz, Loc. cit.), y por último pensar en seguir
adelante en los estudios y tratar de conseguir un certificado de mayor grado (posgrado).