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8 Miguel Herrero Medina – Curso 2013/2014 2.2.3. Acciones de buena fe.

Se trata de acciones
civiles caracterizadas porque las situaciones jurídicas que amparan, el deber civil exigible al
demandado (“oportere”) no tiene un fundamento legal, sino que se sostiene en el valor
ético-social de la buena fe (fides bona). Se refiere a la exigencia, en determinadas
relaciones, una serie de comportamientos y criterios de conducta, basados en valores ético-
sociales, que el derecho acabará por considerar fundamento de deberes jurídicos. Son de este
tipo, el mandato, la gestión de negocios ajenos, la tutela, la sociedad, la compraventa y el
arrendamiento; en el Principado, se añaden el depósito y el comodato. 2.2.4. Acciones reales y
personales. Acciones personales (in personam), son aquellas que puede ejercitar todo
acreedor para exigir el cumplimiento de la prestación en que consiste la obligación de un deudor.
Acciones reales (in rem) son aquellas que ejercita una persona que afirma tener un derecho sobre
una cosa frente a otra que discute o niega ese derecho.

9 Miguel Herrero Medina – Curso 2013/2014 4. FASE IN IURE EN EL PROCEDIMIENTO


FORMULARIO 4.1. Citación y comparecencia. El litigio comienza con el “ius vocatio” o
llamamiento a juicio: el demandante tiene la obligación de comunicar extraprocesalmente al
demandado su intención de litigar. Esta citación previa al pleito debe ser motivada, pues el
demandante debe indicar la acción que pretende ejercitar y los medios de prueba en que funda su
pretensión. Si no realiza este aviso preprocesal, y a pesar de todo el demandado comparece, éste
dispone de una acción in factum contra ese demandante por una cantidad de dinero en concepto
de multa. Al llamamiento a juicio le seguía de ordinario, una promesa de comparecencia en juicio
por parte del demandado (“vadimonium”), cuyo incumplimiento daba lugar a una sanción
pecuniaria para el demandado. También podía aseguirar la comparecencia en juicioa través de un
tercero solvente o vindex, que asegura la comparecencia de ese demandado como fiador. Llegado
el día de la comparecencia, el demandante reafirma su pretensión, que ya estaba en
conocimiento del demandado, y se procede al inicio de las actuaciones procesales. No
obstante, es posible concluir el pleito en este instante, sin resolución judicial, si se dan alguna de
las siguientes circunstancias: 1. La indefensión. Se produce cuando el demandado no comparece o
aún compareciendo, no se defiende, obstaculizando con ello la buena marcha del litigio. Hay tres
posibilidades: Si el demandado no comparece porque se esconde, el Pretor pone fin al litigio
mediante un decreto de embargo ejecutivo sobre su patrimonio, para que se proceda a su
venta al mejor postor en pública subasta. Si el demandado no comparece porque está ausente o
de viaje, el Pretor decreta un embargo de sus bienes de carácter preventivo, en espera de que
comparezca o un representante le defienda. Si la indefensión se produce por comportamiento
procesal inadecuado, el Pretor pone fin al litigio concediendo otro tipo de remedios
procesales a favor del demandante que varían según la naturaleza de la acción ejercitada. 2. La
transacción. Es un acuerdo que celebran las partes por el que deciden ceder recíprocamente a sus
pretensiones. Así, el demandante decide no continuar con el litigio, renunciando a la acción; y el
demandado se obliga a prestarle unos servicios o entregarle una cosa. Si el demandante
incumpliera este acuerdo, el demandado dispone de una excepción fundamentada en la
transacción que le sirve para neutralizar la acción del demandante. 3. La confesión. La confesión o
allanamiento supone el reconocimiento por parte del demandado, de que la pretensión que alega
el demandante es cierta. Si el litigio versa sobre una cantidad de dinero, el demandado resulta
condenado a pagar dicha cantidad de dinero. Pero si el objeto del litigio no está determinado
en dinero, es necesario lleva a cabo una estimación de la condena.

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