Sie sind auf Seite 1von 11

ENSAIO ESSAY 1

El consumo de drogas en el debate de la


salud pública

Drug use in the public health debate

O consumo de drogas no debate da saúde pública

Andrés Felipe Tirado-Otálvaro 1,2

Resumen

Este texto sitúa el consumo de drogas ilegales en el debate actual entre la 1 Universidad Pontificia Correspondencia
Bolivariana, Medellín, A. F. Tirado-Otálvaro
salud pública tradicional, frente a las propuestas latinoamericanas, y pro- Colombia. Universidad Pontificia
pone la necesidad de abordar el tema desde de una salud pública alter- 2 Universidad de Antioquia, Bolivariana.
Medellín, Colombia. Calle 78B#72A-109, Medellín
nativa, centrada en la vida y el protagonismo de los sujetos, los grupos y / Antioquia – 050034,
los movimientos sociales, mediante una praxis contrahegemónica, para Colombia.
felipe.tirado@upb.edu.co
orientar así la discusión sobre la necesidad de generar políticas públicas
incluyentes y democráticas. El consumo de drogas ha sido abordado desde
la medicina clínica como un problema que genera trastornos mentales y
enfermedades infecciosas, ya sea por las prácticas sexuales de riesgo, o el
uso de jeringas para el consumo intravenoso; desde la política, como un
problema relacionado con fenómenos delictivos; y desde la salud pública
tradicional, como un problema que genera abandono escolar y laboral, au-
mento en la demanda de servicios de salud, muerte y violencia; sin embar-
go, no todas las formas de consumo representan un uso problemático, ni
desencadenan trastornos por uso de sustancias.

Política de Salud; Estigma Social; Trastornos Relacionados con Sustancias;


Drogas Ilícitas

http://dx.doi.org/10.1590/0102-311X00177215 Cad. Saúde Pública, Rio de Janeiro, 32(7):e00177215, jul, 2016


2 Tirado-Otálvaro AF

Postura de la salud pública tradicional El texto pone en debate el consumo de dro-


gas ilegales desde las posturas de la salud pública
Las diferentes formas en que se presenta el con- tradicional, frente a las propuestas teóricas la-
sumo de drogas no necesariamente representan tinoamericanas, por medio de la interpretación
un uso problemático de las mismas, como fenó- que cada una de estas corrientes hace del con-
menos delictivos, desintegración familiar, des- cepto de salud; al igual que por los métodos que
vinculación académica o laboral, desarrollo de emplean para acercarse a la realidad y la prác-
enfermedades mentales, transmisión de enfer- tica salubrista que ejecutan. Esta revisión teóri-
medades infecciosas, intoxicación y muerte 1, ya ca constituye un avance en la construcción del
que el consumo se puede dar de manera experi- proyecto de tesis doctoral del autor, y pretende
mental, ocasional, habitual o compulsiva 2. ofrecer una contribución al estudio del fenóme-
El consumo experimental se caracteriza por no de las drogas desde la propuesta de Edmundo
presentarse de manera fortuita, durante un pe- Granda de una salud pública alternativa, centra-
riodo de tiempo muy limitado o en cantidades da en la vida y el protagonismo de los sujetos, los
reducidas, así que la droga se puede probar una o grupos y los movimientos sociales por medio de
varias veces, pero después no se vuelve a consu- una praxis contrahegemónica, para orientar la
mir; el consumo ocasional se presenta de manera discusión sobre la necesidad de generar políticas
intermitente, en cantidades a veces importantes, públicas incluyentes, equitativas, democráticas
y su principal motivación es la integración gru- y saludables.
pal, mejorar el rendimiento deportivo, académi- El modelo biomédico dominante que ha
co o aumentar el goce sexual 2,3. A diferencia de puesto un especial interés en lo biológico sobre
los dos anteriores, el consumo habitual se realiza lo sociocultural 6, tiene como su máximo repre-
a diario, con el fin de aliviar el malestar psicoor- sentante a la medicina clínica, la cual centra su
gánico que se presenta tras su uso (síndrome de saber y sus métodos alrededor de la enfermedad
abstinencia) o para mantener el rendimiento y la muerte 7; sin embargo, entender la salud en
normal del individuo, el consumidor habitual términos mecanicistas y organicistas, como los
dedica gran parte del día a pensar en la droga y planteados por Descartes 8, o expresarla simple-
en obtenerla; por último, el consumo compulsivo mente como la ausencia de la enfermedad, es
se presenta de manera muy intensa y varias veces una reducción en función de lo normal y esta-
al día, lo que da lugar a un trastorno del compor- dísticamente típico 9. La salud es inmensurable y
tamiento con múltiples consecuencias afectivas, ubicar a las personas en patrones de normalidad
laborales, académicas, familiares y sociales 2,3. es enfermar a la población 10.
La dependencia a drogas puede ser física o Disciplinas derivadas del positivismo como
psicológica; la primera se caracteriza por la to- la medicina y la epidemiología clínica, clínica en-
lerancia (disminución gradual de los efectos de tienden el consumo de drogas y los TUS como un
la droga tras la administración repetida, lo cual problema de salud pública mundial, y resaltan
obliga a incrementar la dosis para alcanzar los los efectos nocivos que dichas sustancias tienen
mismos efectos) y el síndrome de abstinencia para la salud, los cuales incluyen trastornos de
(signos y síntomas agudos que se presentan tras salud física y mental, aumento en la demanda de
la suspensión del consumo); mientras que la de- servicios de salud, altos índices de incapacidad
pendencia psicológica se caracteriza por el deseo escolar y laboral, fenómenos delictivos y propa-
intenso y ansiedad de consumo, al igual que por gación de epidemias como el VIH, la hepatitis B y
el efecto reforzador positivo (vivencias placente- C 11,12. A pesar de esto, homologar el consumo ex-
ras, de evasión o de aprobación por pares) o por perimental u ocasional de drogas ilegales con los
el refuerzo negativo (uso de drogas para evitar TUS y considerarlos como categorías análogas,
los efectos tras la suspensión del consumo) 2,4. desconoce el componente recreativo del uso de
Se debe aclarar que se puede presentar depen- dichas sustancias y genera situaciones de discri-
dencia física o psicológica, sin que haya lugar a minación, estigmatización y exclusión 13.
un diagnóstico clínico de trastorno por uso de El concepto de estigma, es utilizado para de-
sustancias (TUS); ya que para que esta situación finir diferentes situaciones vergonzosas según
se presente es necesaria la evaluación médica, los términos que para una comunidad son tole-
por parte de un experto que determine un pa- rables o no, de acuerdo al conjunto de normas y
trón problemático de consumo de la sustancia, valores aceptados por una sociedad; en tal senti-
que lleve a discapacidad clínicamente significa- do la medicina clínica, hace referencia al estigma
tiva en un periodo de 12 meses o más a partir de como desviación, haciendo hincapié en la de-
los criterios establecidos en la quinta versión del finición social del comportamiento anormal, o
Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos aquello indeseable que merece ser descalificado;
Mentales (DSM-V) 5. es así como los consumidores de drogas ilegales

Cad. Saúde Pública, Rio de Janeiro, 32(7):e00177215, jul, 2016


CONSUMO DE DROGAS EN EL DEBATE DE LA SALUD PÚBLICA 3

al ser estigmatizados terminan siendo rechaza- to desde sus múltiples dimensiones y potenciali-
dos socialmente 1,13. dades, como un ser no solamente biológico; sino
El estigma es el resultado de un proceso que también, sociocultural, psicoafectivo e histórico,
involucra cinco componentes interrelacionados que se encuentra en una relación dialéctica con
entre sí. En el primero hay un etiquetamiento la sociedad 18. En otras palabras, se trata de una
de las personas debido a sus diferencias; en el dialéctica desde un punto de vista ético, entre el
segundo, la persona etiquetada es estereotipa- sujeto moral y el sujeto histórico-político, en la
da de acuerdo a características indeseables; en cual se pretende asumir al ser humano como un
el tercero hay una separación entre ellos y noso- fin en sí mismo, y no como un medio, en el marco
tros; en el cuarto, debido al etiquetamiento como del respeto recíproco y la intersubjetividad 16.
drogadicto o enfermo, se pierde la condición de
sujeto y aparece la discriminación, la devalua-
ción, el rechazo y la exclusión; por último, en Limitaciones de la salud pública
el quinto componente se involucra el ejercicio tradicional para entender el
del poder 14. fenómeno de las drogas
La estigmatización y la discriminación como
procesos culturales y sociales, al estar relaciona- El trípode sobre el cual se fundamenta la salud
das con conceptos de poder y dominación, se pública tradicional, tiene como presupuesto
encuentran necesariamente ligadas a los estu- filosófico-teórico a la enfermedad y la muerte
dios de desigualdad 13, entendida esta última por para explicar la salud; como presupuesto meto-
Breilh como expresión resultante de inequidad dológico, se centra en el método positivista para
(categoría que define las relaciones de poder, explicar la verdad y el riesgo; y como presupuesto
producto de la apropiación y acumulación eco- praxeológico, detenta el poder en el Estado pa-
nómica, política y cultural por parte de las clases ra asegurar la prevención de la enfermedad 7. A
dominantes) 15. Lo anterior adquiere una enor- continuación, se presentan las limitaciones que
me importancia en términos de salud pública y dichos presupuestos tienen para entender el fe-
justicia social, ya que la discriminación y la exclu- nómeno de las drogas.
sión a la que se ven sometidos los consumidores
de drogas al ser etiquetados como enfermos; es Limitaciones desde el presupuesto teórico-
decir, como pacientes con TUS, limita sus posi- filosófico de la salud pública tradicional
bilidades de acceder a derechos fundamentales
como la salud, la educación y el trabajo 14; según Ante los grandes logros alcanzados por la medi-
Mario Hernández-Álvarez 16, el valor central pa- cina clínica sobre la enfermedad individual, se
ra definir una desigualdad como inequidad es construyó el discurso de la salud pública hege-
la justicia, de manera que la inequidad es una mónica para dar cuenta de la enfermedad colec-
desigualdad considerada injusta. tiva o pública, como sumatoria de enfermedades
Los discursos estigmatizantes que homolo- particulares 19. Esta óptica hipotetiza sobre los
gan el consumo recreativo de drogas ilegales con sujetos desde una base poblacional, ubicando
los TUS, tienen una función de distorsión y mag- de manera paralela el discurso para “todos los
nificación, ya que el uso de dichas sustancias ha individuos”, “todos los usuarios de drogas” y “to-
sido socialmente asociado al crimen, al peligro dos los drogodependientes”, lo cual desconoce la
que representan los consumidores para la socie- subjetividad, invisibiliza la dimensión social del
dad y a la enfermedad, lo que se traduce en la fenómeno y deja a las diferentes colectividades
cosificación del fenómeno y la invisibilización sin rostro 13,20.
del sujeto 13. La marginación de ciertos sectores La salud pública tradicional considera desde
de la población, al igual que la escasa atención su posición funcionalista a la población como
que se presta a las voces de las minorías, o los objetos, más que como sujetos, y hace una lectu-
grupos vulnerables al momento de identificar e ra de la realidad por medio de la razón tecnológi-
intervenir los problemas, junto con el evidente ca e instrumental; motivo por el cual, sus méto-
distanciamiento entre el Estado y la sociedad ci- dos presentan importantes limitaciones para dar
vil, se presentan como importantes limitaciones respuesta a situaciones propias de una realidad
de la salud pública tradicional para dar respuesta cambiante y compleja 17. De ahí que desde es-
a fenómenos complejos 17. ta postura, se planteen como opciones para el
El debate sobre el estigma que ha impuesto el fenómeno de las drogas, la penalización como
etiquetaje de los consumidores experimentales u respuesta punitiva al delito que representa el uso
ocasionales de drogas ilegales como “drogadic- de éstas, y la medicalización, como respuesta
tos”, es relevante en términos de salud pública, terapéutica a la representación que se hace del
dada la importancia del reconocimiento del suje- consumo como enfermedad; desconociendo que

Cad. Saúde Pública, Rio de Janeiro, 32(7):e00177215, jul, 2016


4 Tirado-Otálvaro AF

el problema en cuestión no lo representa “la dro- relación con otros consumidores) se comportan
ga”, sino los significados que a nivel social se le como factores de riesgo para el consumo y de-
dan a estas sustancias 13. pendencia de drogas 11,24,26,27,28,29. Sin embar-
La medicalización consiste en definir un pro- go, el enfoque positivista al hacer énfasis en la
blema en términos médicos, a partir del uso de enfermedad, y al considerar la población como
un lenguaje técnico para su descripción, utili- la suma de individuos, desconoce al sujeto y al
zando una intervención médica para “tratar” el componente social, cultural, político e históri-
problema en cuestión 21. La lógica dicotómica co del asunto en cuestión, motivo por el cual no
del pensamiento hegemónico en salud pública, y logra dar respuesta a las problemáticas de una
su concepción de la enfermedad como anorma- situación compleja 19,30,31.
lidad o desviación, ha traído consigo la medica-
lización como principal estrategia de control a la Limitaciones desde el presupuesto praxeológico
transgresión de la norma, situación que ha sido de la salud pública tradicional
particularmente evidente en el tema del uso y
dependencia de drogas ilegales 13. El presupuesto práctico de la salud pública tra-
El modelo biomédico dominante sobre el dicional le otorga un especial reconocimiento al
cual se soportan la mayoría de las políticas pú- poder del Estado, como el encargado de asegurar
blicas, individualiza situaciones colectivas y des- la prevención de la enfermedad 19, en tanto éste
contextualiza los problemas sociales 21, en tanto organiza las acciones preventivas y apoya la ges-
los presupuestos funcionalistas que los soportan, tión de los servicios de atención médica sobre
ahorran a la salud pública su preocupación por la población 7.
el sujeto individual y colectivo 19. La medicaliza- La salud pública dominante, con el soporte
ción puede tener serias implicaciones para la jus- argumentativo del enfoque de riesgo de la epi-
ticia social en una sociedad altamente estratifi- demiología, opera a favor del interés estratégico
cada, en tanto para los tomadores de decisiones, de los poderosos y desde allí sustenta su hege-
es mucho más práctico inclinarse por soluciones monía 15. Desde esta perspectiva, es posible en-
médicas que por medidas económicas, políticas tender como el discurso de la eficiencia econó-
o sociales 21. mica en la oferta de bienes y servicios de salud,
la focalización de acciones preventivas y la me-
Limitaciones desde el presupuesto metodológico dicalización de la enfermedad han configurado
de la salud pública tradicional la propuesta ofensiva del Estado neoliberal para
la atención en salud 22.
El positivismo científico sobre el cual está sopor- El fenómeno de las drogas no ha sido ajeno a
tado el presupuesto metodológico de la salud la discusión arriba planteada; es así como el dis-
pública tradicional 7, encontró en los modelos curso del crimen, asociado al uso de sustancias
casualistas de la disciplina epidemiológica oc- ilegales y el etiquetamiento de peligrosidad, con
cidental desde mediados del siglo XX, la mejor el cual son representados los consumidores, han
herramienta para abordar y explicar la realidad, sido la clave para argumentar la penalización y
ya fuese desde de la tríada ecológica de la en- la medicalización; no sólo desde la estigmatiza-
fermedad de Leavell-Clark, o desde las redes de ción, sino también desde las diferentes estructu-
multicausalidad de MacMahon 22, siempre bajo ras de poder que argumentan el control público
la premisa de entender la exposición como al- e impiden el goce de los derechos sociales, eco-
go externo y el riesgo como un fenómeno con- nómicos y culturales, bajo el fundamento de la
tingente, debido a su visión antropocéntrica, salud orquestado por el discurso moralista de la
individualista, biologicista y fragmentada de ciencia médica dominante 13,21.
la realidad 23. La acumulación de capital, propia del mo-
La epidemiología clínica ha podido explicar delo neoliberal actual, interviene en diferentes
cómo la unión de varios factores puede aumen- espacios institucionales, técnicos y académicos,
tar la vulnerabilidad en los individuos respecto los cuales son funcionales al poder, minando los
al uso de drogas ilegales, y cómo esto puede ge- lugares de discusión e impidiendo el pensamien-
nerar predisposición favorable al consumo 24,25; to crítico en salud 15. El capitalismo técnico e ins-
es así como desde el enfoque positivista, dicha trumental favorece la exclusión, la criminalidad
disciplina puede explicar cómo algunas varia- y produce una profunda crisis de autoridad y le-
bles personales (baja autoestima, trastornos del gitimidad que debilita el carácter soberano de los
comportamiento, escasa capacidad de afronta- Estados 7 y aumenta la inequidad 15.
miento, consumo por curiosidad o imitación) y
sociales (disponibilidad y acceso a las sustan-
cias, problemas del funcionamiento familiar y

Cad. Saúde Pública, Rio de Janeiro, 32(7):e00177215, jul, 2016


CONSUMO DE DROGAS EN EL DEBATE DE LA SALUD PÚBLICA 5

Posturas de la salud pública latinoamericana latinoamericana; sin embargo, mientras que esta
última centra su acción en las necesidades deri-
Como crítica a los modelos antropocéntricos y vadas de los procesos estructurales de determi-
biologicistas hegemónicos, que explican la reali- nación, la salud colectiva busca la articulación
dad desde el enfoque positivista, surgen en Améri- de diferentes enfoques científicos para abordar
ca Latina diferentes corrientes teóricas en contra- el complejo salud-enfermedad-atención, sin
posición al pensamiento científico dominante 6. menospreciar la historicidad e integralidad de
A continuación se presenta una síntesis de los cada enfoque 17.
movimientos de la medicina social latinoame- El objeto de estudio de la salud colectiva se
ricana, salud colectiva y salud pública alternati- construye en los límites de lo biológico y de lo
va, para posteriormente identificar cómo desde social, donde confluyen diferentes disciplinas
el pensamiento latinoamericano se entiende el para superar el biologicismo dominante, la na-
proceso salud enfermedad, y la praxis de la salud turalización de la vida social y la subordinación
pública, uniendo lo anterior al estudio del fenó- al modelo médico hegemónico 35, a partir de la
meno de las drogas. vinculación de categorías epistemológicas como
la complejidad, modelos teóricos como la teoría
Medicina social latinoamericana del caos, y formas lógicas de análisis, como los
modelos matemáticos no lineales, la geometría
La medicina social latinoamericana, que retoma fractal, la lógica borrosa y la teoría de redes 36,37.
algunos aspectos del pensamiento anglosajón En tal sentido, la salud colectiva propone inter-
de la medicina social de Inglaterra, Alemania y venir en las formas de distribución de poder, los
Francia del siglo XIX, tiene como sus principa- cambios de comportamiento, la cultura, las ins-
les exponentes a Juan César García, María Isabel tituciones, la producción de conocimiento y la
Rodríguez, Asa Cristina Laurell y Jaime Breilh 17, organización y regulación de los recursos y pro-
quienes hacen uso del pensamiento Marxista- cesos productivos, por medio de la acción con-
Neo Marxista en el campo de la salud 32. Parti- junta del Estado y el compromiso de la sociedad
cularmente Laurell y Breilh, soportan sus tesis para la producción de ambientes y poblaciones
en el materialismo crítico, la economía política saludables, a través de actividades profesionales
y la ecología política, en diálogo con una versión generales y especializadas 35.
crítica de las ciencias de la salud, el ambiente y la
sociedad 33, para comprender el proceso salud- Salud pública alternativa
enfermedad como un acontecimiento humano
y social, mediado por determinantes históricos La salud pública alternativa desde la postura teó-
y macrosociales, en el que intervienen catego- rica planteada por Granda; el cual retoma a au-
rías como los procesos de producción, la clase tores como Varela y Maturana 17, se fundamenta
social 17, los modos de vida, la etnia y la raza, en las metáforas de la vida, el conocimiento y el
en comunicación dialéctica con los procesos de buen poder político, en contraposición a los pre-
emancipación social 22. supuestos teórico-filosóficos de la enfermedad
Jaime Breilh, uno de los más importantes ex- y la muerte; el método positivista como presu-
ponentes la epidemiología crítica latinoamerica- puesto metodológico para explicar la verdad y
na (eje disciplinar del movimiento de la medicina el riesgo; y el poder del Estado para asegurar la
social latinoamericana), argumenta que las con- prevención de la enfermedad, como presupuesto
diciones socioeconómicas de la estructura social, praxeológico de la salud pública hegemónica 7,19.
son las principales determinantes para enfermar La salud pública alternativa formula una re-
y morir, por lo cual propone que desde la inves- flexión sobre la salud desde aproximaciones fi-
tigación se debe asumir una posición militan- losóficas diferentes a la dominante, en tanto no
te en cuanto a la movilización social y política centra su objeto de estudio en la enfermedad; ni
para afectar los determinantes estructurales o su praxis en los métodos propuestos por la epi-
socioeconómicos de los procesos de reproduc- demiología, ni la administración en salud tradi-
ción social 34. cional 7. Esta corriente alternativa aboga por una
doble hermenéutica entre los grupos sociales y el
Salud colectiva aporte de la ciencia; la primera hermenéutica se
hace de manera directa con la población, con el
La corriente brasileña de la salud colectiva que objetivo de comprender sus verdades, eticidades,
tiene como sus principales exponentes a Nao- prácticas y estrategias de organización del poder,
mar Almeida Filho, Jairnilson Silva Paim y Gastão mientras que la segunda se hace con el aporte de
Wagner de Sousa Campos, entre otros, recoge la ciencia y la técnica con miras a enriquecer las
algunos de los postulados de la medicina social formas de vida cotidiana de los grupos sociales 38.

Cad. Saúde Pública, Rio de Janeiro, 32(7):e00177215, jul, 2016


6 Tirado-Otálvaro AF

Abordaje del consumo de drogas ricidad del proceso salud-enfermedad, al cen-


ilegales desde una posición discursiva trarse en la razón instrumental que fundamenta
diferente a los supuestos de salud y el método científico 7. En contraposición con lo
salud pública planteados por la anterior, una concepción de salud centrada en la
ciencia dominante vida, rescata al sujeto en la salud pública desde
una perspectiva histórica-sociocultural-ontoló-
Una postura teórica diferente a la tradicional gica; es decir, desde la dialéctica entre el sujeto y
debe entender la salud como una forma de vida la sociedad 18.
autónoma y solidaria, consustancial a la cultura, El uso de drogas forma parte de la cultura,
dependiente y condicionante de las relaciones tanto como el lenguaje o el trabajo, y es inheren-
que se establecen con la naturaleza, la sociedad te la historia de la humanidad 45, y aunque los
y el Estado 7. efectos nocivos que tienen las drogas para la sa-
El discurso del modelo biomédico hegemó- lud han sido ampliamente descritos en los textos
nico, desde la perspectiva dicotómica en la que médicos de toxicología y psiquiatría; en el micro-
aborda la salud y la enfermedad, ubica a los con- cosmos en el que se desenvuelve la realidad de
sumidores de drogas ilegales como enfermos, los consumidores, los significados que éstos le
desviados o anormales 1,13; pero la salud no per- dan a las drogas pueden interpretarse como si-
tenece al orden de los promedios, ni es el resulta- tuaciones meramente recreativas, terapéuticas o
do de tablas comparativas 39, por lo que expresar placenteras. En tal sentido Restrepo plantea que
la salud en términos de normalidad estadística, cuando se consume una droga, no solamente se
no permite explicar las representaciones que se está consumiendo una sustancia química en sí
alejan del patrón común 40. misma, sino que se está consumiendo el sistema
Cada individuo es libre y responsable de las valorativo que la acompaña 45, motivo por el cual
decisiones que tome respecto a su salud; en tal una salud pública alternativa centrada en la vida,
sentido, Cangilhem plantea que la posibilidad debe propender por el reconocimiento del sujeto
de abusar de la salud forma parte esta misma 41. y la subjetividad 38.
La salud es la capacidad de romper las normas El ser humano orienta sus acciones a partir
impuestas y construir nuevas normas bajo los de los significados que le otorga a las diferentes
requerimientos de adaptación de un mundo ver- situaciones con las que se encuentra 46, y aun-
sátil 30; no se trata entonces dominar la enferme- que las decisiones sobre políticas públicas en el
dad como lo pretende el enfoque positivista 10, tema de drogas han sido influenciadas tradicio-
puesto que salud se debe comprender desde la nalmente por argumentos lógicos-racionales; los
vida misma, y no sólo desde el cálculo del riesgo principios morales de los tomadores de decisio-
que ocurre antes de que el cuerpo enferme 42. El nes juegan un papel importante en términos de
concepto de salud va más allá de la capacidad de políticas sociales, ya que si éstos le otorgan a las
autocuidado, la seguridad contra los riesgos, la drogas un significado relacionado con el crimen
capacidad para corregir ese margen de tolerancia o la enfermedad, lo anterior se verá reflejado en
y los medios para enfrentar las dificultades 43; la el ámbito de las decisiones políticas que tomen
salud es un punto de encuentro entre lo bioló- con relación al asunto en cuestión 47.
gico y lo social 44, que incluye realidades como Cuando se aborda el consumo de drogas con
las de la cultura, el lenguaje, el pensamiento, el el velo de la moral, la medicina clínica y el de-
comportamiento y la sociedad 40. recho penal; se invisibiliza el sujeto y se desco-
A diferencia de lo planteado por la salud pú- noce el componente histórico del fenómeno, ya
blica tradicional, un grupo social no es la suma que al excluir del discurso el poder terapéutico
de sus individuos; lo que define a un grupo so- y recreativo de las drogas, se olvida también que
cial son las relaciones que se establecen histó- éstas producen sensaciones de bienestar, placer,
ricamente entre sus miembros y las formas de euforia, relajación, generan empatía y apertura
reproducción social que lo caracterizan 40. El emocional hacia otras personas 26,48,49,50,51,52,53.
proceso salud-enfermedad trasciende al indivi- Es por esto, que desde una postura teórica dife-
duo, ya que abarca aspectos culturales, sociales, rente a la hegemónica, el centro no estaría en la
económicos y políticos 43; visto de otro modo, enfermedad y “la droga”, sino en las definiciones
es un conjunto de posibilidades para la adap- sociales que se producen en el vínculo entre los
tación a la vida social y de grupo por parte de sujetos y las drogas, las cuales incluyen los signi-
los individuos 40. ficados sociales y culturales que subyacen detrás
Así como la medicina clínica deja de lado el del consumo 13.
saber de los sujetos, y los supedita a someterse Una salud pública alternativa centrada en
a sus dictámenes científicos; la epidemiología la vida, como la propuesta por Granda, no des-
clásica suprime la diversidad cultural y la histo- echa lo diverso; por el contrario, surge desde lo

Cad. Saúde Pública, Rio de Janeiro, 32(7):e00177215, jul, 2016


CONSUMO DE DROGAS EN EL DEBATE DE LA SALUD PÚBLICA 7

local, comprende lo complejo y tiene respeto por El estigma que produce el consumo de dro-
la cultura, la temporalidad y la historia 7; valora gas ilegales sobre sus usuarios opera de manera
la dimensión subjetiva de las prácticas de salud, negativa sobre las opciones que éstos tienen en
las vivencias de los sujetos y propicia la reflexión términos de acceso y permanencia a un empleo
en salud al generar espacios de comunicación y digno y educación formal, así como a diferentes
diálogo con otros saberes 18. Es necesaria la des- servicios sociales y beneficios públicos, lo que
categorización, al igual que suprimir etiqueta- limita las posibilidades de superación y dificul-
miento y la estigmatización de los consumidores ta las perspectivas de resiliencia y reintegración
experimentales y ocasionales de drogas como social 1. Poner en discusión las categorías que
“drogadictos”, “enfermos” o “delincuentes”, como se asocian al consumo de drogas ilegales como
un primer paso para la generación de políticas enfermedad y delito, y diferenciar a los consumi-
públicas saludables en este tema; para esto se dores recreativos de los usuarios problemáticos,
requiere otorgarle protagonismo y voz a las cul- constituye uno de los asuntos más urgentes con
turas no científicas, a las culturas invisibilizadas relación al fenómeno de las drogas a nivel mun-
y las culturas particulares 54. dial en términos salud pública y justicia social 13.
La salud pública alternativa propone un gi- El fenómeno de las drogas se ha estudiado
ro filosófico-teórico desde la comprensión de la ampliamente desde enfoques empírico-ana-
salud (entendida como enfermedad y muerte), líticos a nivel mundial, a través de diversas in-
hacia la interpretación del proceso salud-enfer- vestigaciones que han incluido grandes grupos
medad como salud y vida; un giro metodológico poblacionales, para hacer ya sea descripciones o
desde el método positivista-explicativo, limita- análisis de causalidad, como lo demuestran los
do a la razón instrumental y la epidemiología, estudios más recientes al respecto 1,56,57,58. Sin
como disciplina que lo acredita, hacia el méto- embargo, aspectos subjetivos como el placer, ra-
do hermenéutico-comprensivo (centrado en la ramente son incluidos en los debates públicos
doble hermenéutica entre el saber colectivo y sobre el tema, en tanto el enfoque metodoló-
el saber científico de diferentes disciplinas que gico hegemónico ha eliminado del discurso la
aportan a la comprensión del complejo salud- corporalidad, lo histórico y lo cultural por con-
enfermedad); y un giro práctico desde el prota- siderarlos temas frívolos o poco científicos. Las
gonismo del Estado (como fuerza privilegiadora consecuencias que esto ha traído en términos de
para calcular el riesgo y asegurar la prevención), investigación son devastadoras y se pueden evi-
al coprotagonismo de los sujetos, los grupos y denciar en el claro distanciamiento entre el saber
los movimientos sociales, para liberar el pensa- científico y el saber colectivo, lo cual trasciende
miento y la acción en salud del bloqueo produ- de igual modo, la manera como se formulan las
cido por el desarrollo capitalista, por medio de políticas públicas en el tema 59.
una praxis transformadora que presione al Es- La comprensión integral del fenómeno de las
tado y los poderes dominantes para la construc- drogas, amerita métodos de investigación que no
ción de políticas públicas saludables, equitativas desconozcan los procesos históricos, biológicos
y democráticas 7,19,54,55. y sociales que rodean dicha situación; lo anterior
implica el respeto a la complejidad de los objetos
y la pluralidad de los diferentes enfoques cientí-
Conclusiones ficos, para la comprensión de modos alternativos
de intervención de un problema interdisciplina-
El consumo recreativo de drogas ilegales no re- rio 9. En tal sentido, entender la salud y la enfer-
presenta un uso problemático de las mismas; sin medad como proceso, genera un reto adicional a
embargo, el etiquetamiento de los consumidores la investigación, ya que resalta el papel protagó-
experimentales u ocasionales como drogadictos nico de las ciencias sociales en salud, sin desco-
o delincuentes, genera discriminación, exclusión nocer la importancia de la investigación clínica y
y rechazo, lo que refuerza procesos de subjetiva- epidemiológica 40; por lo cual, el enfoque positi-
ción, como baja autoestima, falta de confianza vista tradicional que pretende develar verdades
en las propias capacidades y visión fatalista del universales, deberá dialogar con propuestas que
futuro, que no sólo inciden en la autorregulación consideren verdades particulares y diversas 30.
con relación al consumo de drogas; sino que Abordar el consumo de drogas desde el agen-
también, favorece la exclusión de los sujetos de te, a partir de sus discursos; permite comprender
espacios socio-afectivos, y de espacios de inte- el fenómeno desde sí mismo, desde su significa-
gración social 1, y limita posibilidad de enten- do, mucho más allá del simple relato de sucesos o
der la salud como capacidad para corregir ese la enumeración de acontecimientos 60; este diá-
margen de tolerancia y buscar los medios para logo con el sujeto permite generar conocimien-
enfrentar las dificultades 43. tos desde el punto de vista teórico que se pueden

Cad. Saúde Pública, Rio de Janeiro, 32(7):e00177215, jul, 2016


8 Tirado-Otálvaro AF

orientar a mejorar procesos de intervención y ge- las leyes, la economía y la guerra, ya que su uso
neración de políticas incluyentes, en tanto favo- forma parte de la historia de la humanidad 45,
recen el discurso intersubjetivo con el otro; esto de ahí la importancia de reconocer el proceso
significa poder comprender el mundo en el que histórico, dinámico, cultural y social que subyace
él vive para traducirlo a través de esta dialéctica tras el consumo; sin juzgarlo desde perspectivas
en procesos sociales mediados por la interacción criminalizantes y represivas, en tanto el objetivo
entre los diferentes actores 46. es comprender el fenómeno de las drogas como
Es necesario abordar el fenómeno de las dro- un asunto de salud pública y no sólo como un
gas en consonancia con políticas que enfrenten asunto moral 47,61.
las múltiples formas de exclusión social como la Las políticas en el tema de drogas que se di-
falta de voz pública, la falta de ingresos para sa- señan desde perspectivas que entienden a la po-
tisfacer necesidades básicas, la falta de empleo blación como la sumatoria de individuos, y que
formal y la falta de acceso a servicios de salud, centran sus discursos en la enfermedad, la repre-
entre otros; generando espacios críticos de de- sión y la penalización; no diferencian el consumo
bate, no sólo con la academia, sino también con recreativo del uso problemático, ni reconocen
los sujetos, las comunidades y los movimientos la complejidad del fenómeno. En tal sentido la
sociales 1. En concordancia con lo anterior, Al- generación de políticas públicas sobre el tema
meida Filho & Paim 35 destacan la importancia requiere no solamente un conjunto de acciones
de interpretar la salud y la vida a través de lógi- aisladas, sino, también, el reconocimiento de
cas recursivas y aproximaciones ontológicas que métodos investigativos diferentes al dominante,
privilegian el conocimiento, el aprendizaje y la la consideración de sus resultados en el debate
acción de cambio. público, el respeto por la diferencia y la movili-
La participación del Estado en términos de zación social.
inversión social, educación, salud e investigación Investigar el fenómeno de las drogas desde
es un punto clave; sin embargo, este proceso no una salud pública alternativa, como la propuesta
será efectivo, si no involucra además la moviliza- por Granda, supone un reto para la práctica de
ción y el empoderamiento social por la reivindi- esta disciplina y la generación de nuevo conoci-
cación de su derecho a la salud y el respeto por miento, orientado al diseño de políticas públicas
la diferencia. La fuerza para alcanzar la salud se que consideren el saber colectivo, los movimien-
encuentra en las mismas poblaciones; por dichas tos sociales, la diversidad y lo complejo, así como
razones no es posible confiar en que sólo con la métodos de investigación diferentes al tradicio-
intervención de la ciencia positiva y el paterna- nal, que favorezcan el debate crítico y permi-
lismo del Estado se alcance dicha condición 42. tan enriquecer la práctica con miras a presio-
Es innegable el papel protagónico que las nar los poderes dominantes en la construcción
drogas han tenido en la política, la religión, la de políticas públicas incluyentes, equitativas
ciencia, el arte, el deporte, el medio ambiente, y democráticas.

Agradecimientos Referencias

Al Comité para el Desarrollo de la Investigación (CODI), 1. Organización de los Estados Americanos. El pro-
por su estrategia de sostenibilidad de 2013 a 2014, de la blema de las drogas en las Américas. Washington
Universidad de Antioquia para la financiación de pro- DC: Organización de los Estados Americanos;
ductos académicos. 2013.
2. Martín M, Ladero JM, Lizasoain I. Conceptos fun-
damentales en drogodependencia. In: Lorenzo P,
Ladero JM, Leza JC, Lizasoain I, editores. Drogode-
pendencias: farmacología, patología, psicología,
legislación. Madrid: Editorial Médica Panamerica-
na; 2009. p. 1-24.

Cad. Saúde Pública, Rio de Janeiro, 32(7):e00177215, jul, 2016


CONSUMO DE DROGAS EN EL DEBATE DE LA SALUD PÚBLICA 9

3. Castaño G. Historia natural de la enfermedad 21. Conrad P. Medicalization and social control. Annu
adictiva. In: Velásquez de P. E, Olaya Pérez A, Cas- Rev Sociol 1992; 18:209-32.
taño Pérez G, Castro Rey S, editores. Adicciones, 22. Breilh J. Una perspectiva emancipadora de la in-
aspectos clínicos y psicosociales, tratamiento y vestigación y acción, basada en la determinación
prevención. Medellín: Fondo Editorial CIB; 2013. social de la salud. In: Taller Latinoamericano sobre
p. 77-87. Determinantes Sociales de la Salud: documento
4. Maureira F. comparación de las características para la discusión. México DF: Asociación Latinoa-
neurales y conductuales. Rev Chil Neuropsicol mericana de Medicina Social; 2008. p. 14-29.
2009; 4:84-90. 23. Breilh J. Epidemiología crítica: ciencia emancipa-
5. American Psychiatric Association. Diagnostic and dora e interculturalidad. Buenos Aires: Lugar Edi-
statistical manual of mental disorders. Fifth edi- torial; 2003.
tion. DSM-5. Arlington: American Psychiatric As- 24. Silva LV, Malbergier A, Stempliuk VA, Andrade
sociation; 2013. AG. Factors associated with drug and alcohol use
6. Franco Á. Tendencias y teorías en salud pública. among university students. Rev Saúde Pública
Rev Fac Nac Salud Pública 2006; 24:119-30. 2006; 40:280-8.
7. Granda E. La salud pública y las metáforas sobre la 25. Dirección Seccional de Salud de Antioquia; Insti-
vida. Rev Fac Nac Salud Pública 2000; 18:83-100. tuto de Ciencias de la Salud CES; Empresa Social
8. Descartes R. Meditaciones metafísicas. Quito: Li- del Estado CARISMA. Prevalencia de consumo de
bresa; 1973. sustancias psicoactivas y factores asociados: resul-
9. Almeida Filho N. For a General Theory of Health: tados de la investigación en jóvenes escolarizados
preliminary epistemological and anthropological del Departamento de Antioquia 2003. Medellín:
notes. Cad Saúde Pública 2001; 17:753-99. Dirección Seccional de Salud de Antioquia; Insti-
10. Gadamer H-G. El estado oculto de la salud. Barce- tuto de Ciencias de la Salud CES; Empresa Social
lona: Editorial Gedisa; 1996. del Estado CARISMA; 2003.
11. Lakarra S, López de Jesús M, Meana Martínez JJ. 26. Pérez J, Valderrama J, Cervera G, Rubio G, editores.
Bases biológicas, psicológicas y socioculturales. In: Tratado SET de trastornos adictivos. Madrid: Edi-
Pérez J, Valderrama J, Cervera G, Rubio G, editores. torial Médica Panamericana; 2006.
Tratado SET de trastornos adictivos. Madrid: Edi- 27. Del Moral M, Fernández L. Fundamentos psico-
torial Médica Panamericana; 2006. p. 1-13. sociales de las drogodependencias: prevención
12. Leza JC, Ladero JM, Lizasoain I. Drogodependen- y tratamiento. In: Lorenzo P, Ladero JM, Leza JC,
cias: farmacología, patología, psicología, legisla- Lizasoain I, editores. Drogodependencias: farma-
ción. Madrid: Editorial Médica Panamericana; cología, patología, psicología, legislación. Madrid:
2003. Editorial Médica Panamericana; 2009. p. 27-62.
13. Vázquez A, Stolkiner A. Procesos de estigma y ex- 28. Wilens TE, Fusillo S. When ADHD and substance
clusión en salud: articulaciones entre estigmatiza- use disorders intersect: relationship and treatment
ción, derechos ciudadanos, uso de drogas y drogo- implications. Curr Psychiatry Rep 2007; 9:408-14.
dependencia. Anu Investig-Fac Psicol Univ B Aires 29. Wilson JJ. ADHD and substance use disorders: de-
2009; 16:295-303. velopmental aspects and the impact of stimulant
14. Link BG, Phelan JC. Stigma and its public health treatment. Am J Addict 2007; 16:5-13.
implications. Lancet 2006; 367:528-9. 30. Granda E. Salud pública e identidad. In: Ponen-
15. Breilh J. Las tres ‘S’ de la determinación de la vida: cias: el Foro Modelos de Desarrollo, Espacio Urba-
10 tesis hacia una visión crítica de la determina- no y Salud. Santa Fe de Bogotá: Alcaldía Mayor de
ción social de la vida y la salud. In: Nogueira RP, Santa Fe de Bogotá/Organización Panamericana
editor. Determinação social da saúde e reforma de la Salud; 1999.
sanitária. Rio de Janeiro: Centro Brasileiro de Estu- 31. Franco S. Proceso vital humano-proceso salud en-
dos de Saúde; 2010. p. 87-125. fermedad: una nueva perspectiva. In: Seminario
16. Hernández-Álvarez M. El concepto de equidad y el Marco Conceptual para la Formación de Profesio-
debate sobre lo justo en salud. Rev Salud Pública nales de la Salud. Bogotá: Universidad Nacional de
2008; 10 Suppl 1:72-82. Colombia; 1993.
17. Valencia Arredondo M. Aportes de los nuevos en- 32. Martinez FJM, Silva LR. La Medicina Social la-
foques para la conformación de la salud pública tinoamericana y sus miradas múltiples sobre la
alternativa. Rev Fac Nac Salud Pública 2011; 29: investigación cualitativa. Nueva Época 2004; 9:
85-93. 39-46.
18. Peñaranda C. Salud pública y justicia social en el 33. Breilh J. La determinación social de la salud como
marco del debate determinantes –determinación herramienta de transformación hacia una nueva
social de la salud. Rev Fac Nac Salud Pública 2013; salud pública (salud colectiva). Rev Fac Nac Salud
31 Suppl 1:S91-102. Pública 2013; 31 Suppl 1:S13-27.
19. Granda E. A qué llamamos salud colectiva, hoy. 34. Hernández LJ. Que critica la epidemiología crítica:
Rev Cuba Salud Pública 2004; 30(2). http://scielo. una aproximación a la mirada de Naomar Almei-
sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864 da Filho. Boletín del Observatorio en Salud 2009;
34662004000200009&lng=es. 2:18-28.
20. Conrad P. Sobre la medicalización de la anorma- 35. Almeida Filho N, Paim JS. La crisis de la salud pú-
lidad y el control social. In: Ingleby D, editor. Psi- blica y el movimiento de salud colectiva en Latino-
quiatría crítica: la política de la salud mental. Bar- américa. Cuad Méd Soc (Ros.) 1999; (75):5-30.
celona: Editorial Crítica; 1982. p. 129-59.

Cad. Saúde Pública, Rio de Janeiro, 32(7):e00177215, jul, 2016


10 Tirado-Otálvaro AF

36. Almeida-Filho N. Complejidad y transdisciplina- 49. Navarro M, Ladero JM, Martín M, Leza JC. Compli-
riedad en el campo de la salud colectiva: evalua- caciones orgánicas y psiquiátricas. In: Lorenzo P,
ción de conceptos y aplicaciones. Salud Colect Ladero JM, Leza JC, Lizasoain I, editores. Drogode-
2006; 2:123-46. pendencias: farmacología, patología, psicología,
37. Ramis Andalia RM, Sotolongo Codina PL. Aportes legislación. Madrid: Editorial Médica Panamerica-
del pensamiento y las ciencias de la complejidad na; 2009. p. 329-58.
al estudio de los determinantes de la salud. Rev 50. Moro M, Leza JC. Opioides I. Farmacología. Intoxi-
Cuba Salud Pública 2009; 35:65-77. cación aguda. In: Lorenzo P, Ladero JM, Leza JC,
38. Granda E, editor. La salud y la vida. Quito: Organi- Lizasoain I, editores. Drogodependencias: farma-
zación Panamericana de la Salud; 2009. cología, patología, psicología, legislación. Madrid:
39. Canguilhem G. La salud, concepto vulgar y proble- Editorial Médica Panamericana; 2009. p. 107-26.
ma filosófico. Revista Sociología 1998; 21:151-8. 51. Flores A. Cocaína: bases biológicas de la depen-
40. Quevedo E. El proceso salud-enfermedad: hacia dencia de Cocaína. In: Pérez J, Valderrama J, Cer-
una clínica y una epidemiología no positivistas. In: vera G, Rubio G, editores. Tratado SET de trastor-
Ponencias: Seminario Permanente Salud y Admi- nos adictivos. Madrid: Editorial Médica Panameri-
nistración. Bogotá: Postgrado en Administración cana; 2006. p. 242-51.
en Salud, Facultad de Estudios Interdisciplinarios, 52. Vallejo J, Leal C. Tratado de psiquiatría. Barcelona:
Universidad Javeriana; 1990. Ars Médica; 2005.
41. Canguilhem G. Lo normal y lo patológico. México 53. Bobes J, Sáiz Martínez PA, García-Portilla Gonzá-
DF: Siglo XXI; 1986. lez MP. Alucinógenos, Anfetaminas y Drogas de
42. Granda E. Salud, ambiente y desarrollo: un reen- Síntesis: epidemiología, clínica y tratamiento. In:
cuentro con los temas fundamentales de la salud Pérez J, Valderrama J, Cervera G, Rubio G, editores.
pública. In: Ponencias: V Congreso Internacional Tratado SET de trastornos adictivos. Madrid: Edi-
de Salud Pública. Medellín: Universidad de Antio- torial Médica Panamericana; 2006. p. 188-93.
quia; 2007. 54. Granda E. El saber en salud pública en un ámbito
43. Caponi S. Georges Canguilhem and the epistemo- de pérdida de antropocentrismo y ante una visión
logical status of the concept of health. Hist Ciênc de equilibrio ecológico. In: Granda E, editor. La sa-
Saúde-Manguinhos 1997; 4:287-307. lud y la vida. Quito: Organización Panamericana
44. Frenk J. La nueva salud pública. In: Organización de la Salud; 2009. p. 187-224.
Panamericana de la Salud, editor. La crisis de la 55. Granda E. El sujeto, la ética y la salud. In: Granda
salud pública: reflexiones para el debate. Washing- E, editor. La salud y la vida. Quito: Organización
ton DC: Organización Panamericana de la Salud; Panamericana de la Salud; 2009. p. 97-110.
1992. p. 75-83. (Publicación Científica, 540). 56. Organización de los Estados Americanos. Estrate-
45. Restrepo LC. Dimensiones culturales del consumo gia hemisferica sobre drogas 2010. Washington DC:
de psicoactivos. In: Serres M, editor. ¿Legalizar la Organización de los Estados Americanos; 2010.
droga? Seis escritos sobre el tema. Medellín: Cor- 57. United Nations Office on Drugs and Crime. World
poración Región; 1994. p. 41-8. drug report 2010. Washington DC: United Nations;
46. Berger P, Luckmann T. La construcción social de la 2010.
realidad. Buenos Aires: Amorrortu; 1986. 58. United Nations Office on Drugs and Crime. World
47. Avendaño M. Las políticas de drogas: la reducción drug report 2012. Washington DC: United Nations;
de daños en relación con otros modelos teóricos. 2012.
In: Castaño Pérez G, editor. Nuevas estrategias 59. Moore D. Erasing pleasure from public discourse
de atención en drogodependencias: la reducción on illicit drugs: on the creation and reproduction
de riesgos y daños. Medellín: Fondo Editorial of an absence. Int J Drug Policy 2008; 19:353-8.
FUNLAM; 2001. p. 273-85. 60. Ricoeur P. La vida: un relato en busca de narrador.
48. Fernández J, Ramos A. Cannabis. In: Pérez J, Valde- Ágora – Papeles de Filosofía 2006; 25:9-22.
rrama J, Cervera G, Rubio G, editores. Tratado SET 61. Serres M. Drogas. In: Serres M, editor. ¿Legalizar la
de trastornos adictivos. Madrid: Editorial Médica droga? Seis escritos sobre el tema. Medellín: Cor-
Panamericana; 2006. p. 222-7. poración Región; 1994. p. 7-12.

Cad. Saúde Pública, Rio de Janeiro, 32(7):e00177215, jul, 2016


CONSUMO DE DROGAS EN EL DEBATE DE LA SALUD PÚBLICA 11

Abstract Resumo

This article addresses illegal drug use within the cur- Este texto contextualiza o consumo de drogas ilegais
rent debate in traditional public health and in propos- no debate da saúde pública tradicional, frente às pro-
als from Latin America, while emphasizing the need to postas latino-americanas, e sugere a necessidade de se
approach the issue from an alternative public health abordar a questão a partir de uma saúde pública al-
perspective centered on individual users, groups, and ternativa, centrada na vida e no papel dos indivíduos,
social movements as protagonists. This counterhege- grupos e movimentos sociais, mediante uma práxis
monic approach thus aims to orient the discussion on contra-hegemônica, orientaando assim a discussão so-
the need for inclusive and democratic public policies. bre a necessidade de geração de políticas públicas in-
Illegal drug use has been addressed from various per- clusivas e democráticas. O uso de drogas foi abordado
spectives: clinical medicine, viewing it as a problem a partir: da medicina clínica, como um problema que
that generates mental disorders and infectious dis- gera transtornos mentais e doenças infecciosas, tanto
eases, both through risky sexual practices and/or use por sexo inseguro, quanto pelo uso de seringas para uso
of injecting paraphernalia; from a legal perspective, intravenoso; da política, como um problema relaciona-
as a problem related to delinquency; and according to do com fenômenos criminais; e da saúde pública tradi-
traditional public health, as a problem that generates cional, como um problema que gera abandono escolar
school dropout and work absenteeism and increases e de trabalho, aumento da demanda por serviços de
the demand on health services, in addition to increas- saúde, morte e violência. No entanto, nem todas as for-
ing violence and death. However, not all forms of drug mas de consumo representam um uso problemático ou
consumption involve problematic use, nor do they all desencadeam transtornos por uso de substâncias.
trigger disorders related to substance use.
Política de Saúde; Estigma Social; Transtornos
Health Policy; Social Stigma; Substance-Related Relacionados ao Uso de Substâncias; Drogas Ilícitas
Disorders; Street Drugs

Recibido el 27/Oct/2015
Versión final presentada el 14/Mar/2016
Aprobado el 06/Abr/2016

Cad. Saúde Pública, Rio de Janeiro, 32(7):e00177215, jul, 2016

Das könnte Ihnen auch gefallen