Sie sind auf Seite 1von 168

CONTENIDO

DOSSIER Tomás Bernal Alanis


LA REVOLUCIÓN 3  PRESENTACIÓN
MEXICANA LA REVOLUCIÓN MEXICANA EN SU CENTENARIO

7 César Arturo Velázquez Becerril


 INTELECTUALES Y PODER EN EL PORFIRIATO.
UNA APROXIMACIÓN AL GRUPO DE LOS CIENTÍFICOS,
1892–1911

25 Oscar Mata
 A MEDIO SIGLO DE LA APARICIÓN DE
LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

41 Leticia Romero Chumacero


 UN POETA Y LA REVOLUCIÓN: “EL CORONELITO”,
CUENTO DE ELÍAS NANDINO

HISTORIA 49 Nora Pérez Rayón


 LA REVOLUCIÓN CUBANA EN LA PRENSA MEXICANA
(1964)

LITERATURA 69 Daniel Santillana


 SOBRE EL IRIS DE LINATI Y LOS MEXICANOS PINTADOS
POR SÍ MISMOS

83 Alejandra Herrera y Alejandra Watty


 ALGUNOS ASPECTOS PSICOANALÍTICOS EN
“LA ÚLTIMA NIEBLA” DE MARÍA LUISA BOMBAL
LINGÜÍSTICA 95 Silvestre Manuel Hernández
 EL TEXTO Y EL LECTOR

ESTUDIOS CULTURALES 109 Marcela Suárez Escobar


 DERECHO, VIOLENCIA Y GÉNERO EN EL MÉXICO
DE LOS ALBORES DEL SIGLO XXI

MIRADA CRÍTICA 123  Alejandra Herrera  Marcela Suárez


 Christine Hüttinger

139  Sinopsis
142  Colaboradores

144 ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS


AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40
PRESENTACIÓN
LA REVOLUCIÓN MEXICANA EN SU CENTENARIO

TOMÁS BERNAL ALANIS*

Como en todas las batallas. Aquí Son otros hombres, otros ideales. Es el
también había devoción y valor,
titubeos e infidelidades, lágrimas,
pasaje permanente de una rebelión de
sangre, traiciones y juramentos. planes y programas en contra del pasa-
IVO ANDRIC do. Unos niegan a otros, eso es la Revo-
lución Mexicana, una búsqueda perma-
nente de ideales y propuestas. Es un

L a Revolución Mexicana de 1910 se


convirtió en el mito del eterno retorno de
mapa geográfico de movimientos y altos
en el camino. Es desbrozar la hierba del
horizonte para vislumbrar el camino a
gran parte de la historia mexicana del si- seguir. Es el poder desatado de Eros y de
glo XX. Cuánta razón tenía el pensador Tanatos, de la vida y la muerte, del acto
rumano Mircea Eliade al configurar el mito creativo en el firmamento de la destruc-
del eterno retorno como una fecha que ción. Las fuerzas sociales están vivas, el
era transformada en un punto de parti- grito unánime de ¡Viva la revolución!,
da para dar pie a la consolidación de una cimbra las conciencias y los múltiples rin-
nueva etapa histórica. En ese sentido la cones de la geografía nacional en un eco
Revolución Mexicana fue la fuente de que retumba por doquier.
inspiración para los innumerables go- La Revolución Mexicana despertó con-
biernos emanados de ella. La época pos- ciencias, levantó esperanzas, diversificó
revolucionaria es una apoteosis perma- los sueños de una población heterogé-
nente de la lucha armada. Se pasa de la nea que se debatía entre lo viejo y lo mo-
“fiesta de las balas” a la “fiesta de las ins- derno, entre lo rural y lo urbano. Fue un
tituciones” de las luchas a las propues- movimiento que estrujó el alma de los
tas, de los discursos a las acciones, en mexicanos. Aquella frase popular “¡Vino
sí, es el despertar de una nueva forma el remolino y nos alevantó!”, sintetiza con
de gobernar. dureza y claridad la fuerza devastadora
de un movimiento social que cambió el
rostro del México contemporáneo, de
* Profesor-Investigador del Departamento de Hu-
manidades, Universidad Autónoma Metropoli-
tana Azcapotzalco.

3
TOMÁS BERNAL ALANIS

ese México –que en palabras del historia- la Revolución Mexicana pasó de la utopía
dor norteamericano Carleton Beals– es a la ideología, como lo ha manifestado el
desconcertante: historiador Moisés González Navarro:

México es, a pesar de sus terribles violen- En este sentido la “utopía” revolucionaria
cias, un ejemplo inspirador de la lucha se ha convertido en una verdadera
eterna del espíritu humano liberándose ideología: los lemas revolucionarios se
a sí mismo. Nosotros podemos tomar repiten ya casi como meros slogans.2
parte en esa liberación, o podemos frus-
trarla o retardarla por muchos años. Po- La Revolución Mexicana también se insti-
demos estrangular a una nación y a un tucionalizó y se centralizó. Como decía
pueblo. Pero las naciones renacen, co- Bertrand de Jouvenel: “Las revoluciones
mo el Fénix, de sus propias cenizas1.
centralizan el poder político, o no son
revoluciones”. El caso mexicano al respecto
La riqueza espiritual del pueblo mexica- es ejemplar. A partir de dicho conflicto se
no quedó plasmada en los distintos estableció la “familia revolucionaria” para
campos del arte que tomaron la Revolu- gobernar por más de setenta años. Su efi-
ción Mexicana como tema e inspiración cacia para reconstruir el poder político es
del renacer cultural en México. Esa “bola”, inobjetable, pero los resultados a lo largo
que recorrió los caminos para buscar de los años son cuestionables.
justicia, fue retratada por los muralistas La vigencia de una revolución es la ma-
en muros y pinturas que hicieron posible nifestación plena de sus ideales sobre las
la integración de sus obras al imagina- condiciones de vida de la población, la de
rio popular: en las jornadas vasconcelia- permanecer en una situación consecuente
nas, en la educación rural, en la narrativa entre éstos y los hechos, muerta, viva o
revolucionaria, indigenista y proletaria, en en crisis, como lo dejó asentado el ideólo-
el mariachi y la china poblana, y en aque- go Daniel Cosío Villegas en 1947. O como
llas manifestaciones nacionalistas en la lo expresó el ex-secretario de Educación
música, la danza, la arquitectura; así co- Pública José Manuel Puig Casauranc:
mo en aquellos extranjeros que volvieron
su mirada e interés hacia las gestas del Pero para esto, hay que afirmar nuestra
pueblo mexicano: Frank Tannembaum, revolución y no considerarla “liquidada”
Carleton Beals, Ambrose Bierce “el gringo o completa antes de que haya cum-
viejo”, Jack London, Frances Toor, Vicente plido, siquiera medianamente, lo que
Blasco Ibañez, Tina Modotti, entre mu- originalmente quiso conseguir: el mejo-
chos más, que quedaron fascinados por ramiento de las grandes colectividades
los cambios que se estaban presentando irredentas de México.3
en la sociedad mexicana.
Como todo movimiento social que pre- 2
González Navarro. Moisés. “La ideología de la
tende trascender el tiempo y los hechos, Revolución Mexicana” en Historia Mexicana, vol.
X, núm. 4, el Colegio de México, 1961, p. 636.
3
Puig Casauranc, José Manuel. La aspiración su-
prema de la Revolución Mexicana. México, Im-
1
Beals, Carleton. México desconcertante. México, prenta de la Secretaría de Relaciones Exterio-
El Gráfico, 1931, p. 327. res, 1933, p. 19.

4 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


PRESENTACIÓN. LA REVOLUCIÓN MEXICANA EN SU CENTENARIO

Es momento de celebrar, de recordar, de reunido a los mayores representantes


aquilatar, de cuestionar el mundo de hoy de este género literario: Azuela, Guzmán,
heredado del mundo de ayer. No todo se Campobello, Muñoz, son algunos de los
ha logrado; no todo se ha perdido, pero autores que construyeron la llamada No-
la conciencia no debe perder de vista lo vela de la Revolución. En este artículo se
que la Revolución prometió y no cum- realiza una cartografía de autores, obras,
plió. Más allá de los debates que se die- temas y estilos de cada novelista, para ubi-
ron sobre su muerte, ahora es preciso carlos en el campo de las letras mexica-
analizar su vigencia como ideología y rea- nas en general; y en el de la literatura
lidad, o lo que es lo mismo, revisar si si- revolucionaria, en particular. Paisajes, per-
gue siendo ese manantial en el cual todos sonajes, la llamada “bola”, costumbres y
los mexicanos saciamos alguna vez nues- valores que reflejan la vida cotidiana de
tra sed. los distintos actores sociales que partici-
En este número 41, la Revista Fuentes paron en la contienda bélica. Novelas que
Humanísticas dedica su dossier a la Re- van de la apología a la diatriba, del he-
volución Mexicana como un espacio más cho revolucionario prologado por Anto-
para expresar ideas sobre este hecho his- nio Castro Leal el cual, dicho sea de paso,
tórico fundamental. El primer artículo es se ha convertido en una entrada clásica
de César Arturo Velázquez Becerril “In- del tema, al terreno de la ficción.
telectuales y poder en el Porfiriato. Una Por último, está la investigación de Le-
aproximación al grupo de los Científicos, ticia Romero Chumacero; “Un poeta y
1892-1911”, el autor nos adentra en ese la Revolución: ‘El coronelito’, cuento de
complicado grupo cuya multiplicidad de Elías Nandino”, donde la autora analiza di-
intereses, profesiones y negocios, hace di- cho relato del poeta, publicado en 1951,
fícil reducir a sus integrantes a meros ase- como un espacio de reflexión sobre los
sores o amigos de Porfirio Díaz. Sus múl- acontecimientos armados, y hace una
tiples funciones y sus distintas opiniones búsqueda autobiográfica de los recuer-
hacen de ellos un grupo partidario, pero dos de su niñez. Así, se presenta la re-
no unido totalmente, sus diferencias expre- volución como una fuerza destructora y
san el paso del liberalismo al positivismo violenta que rompe con la tranquilidad
como filosofía moral y económica durante de una familia para convertir esta histo-
del porfiriato. La relación intelectual-po- ria en un relato de formación, ya que el
der tiene en los científicos una de las ma- carácter del protagonista se forma al ca-
nifestaciones más interesantes y ricas de lor de las batallas. Es un cuento que deja
dicha simbiosis, que en el siglo XX conti- ver cómo las experiencias de vida se pue-
nuaría como herencia de los positivistas, den transformar en expresiones literarias.
en relación con el poder y el Estado. Festejemos o no, conmemoremos o
El siguiente trabajo es de Oscar Mata: no, la ola de la historia nos ahoga. La re-
“A medio siglo de la aparición de La No- volución mexicana se construyó como
vela de la Revolución Mexicana”, el autor mito. Ahora son otros tiempos y otros re-
nos sumerge en el libro clásico que ha tos. Necesita de otros mitos viejos o nue-
vos, la historia espera una respuesta

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 5


INTELECTUALES Y PODER EN EL PORFIRIATO.
UNA APROXIMACIÓN AL GRUPO DE LOS CIENTÍFICOS,
1892–1911
CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL*

INTRODUCCIÓN. LA HISTORIA POLÍTICA de México dividida en dos etapas funda-


COMO CUESTIONAMIENTO mentales: 1) La República restaurada, que
abarca 10 años –de 1867 a 1876–; y 2) El

R esulta necesario referirse a periodos


de la historia que nos permitan compren-
“porfiriato”, que comprende casi 34 años
–de 1877 a 1911–.
Historiadores de otras latitudes han
der mejor nuestro presente o, por lo me- visto mejor la continuidad existente entre
nos, una parte importante de éste al las etapas independentista, del porfiriato
cuestionarlo de otro modo.1 Pero al in- y de la Revolución Mexicana. También han
tentar realizar este ejercicio nos topamos insistido en la importancia que cobran las
inmediatamente con una dificultad no fá- ideas promovidas por los “filósofos po-
cil de superar, la manipulación, luego no líticos” de la etapa posterior a la revolu-
tan sutil, que ha sufrido la historia mexi- ción insurgente independentista. Pero
cana. Muchos historiadores suelen con- la filosofía política que contribuye al es-
siderar propiamente la historia moderna tablecimiento del imaginario político que
se “cocina” durante el siglo XIX, cobra
forma en el México actual. De tal mane-
* Profesor-Investigador del Área de Polemología y
Hermenéutica del Departamento de Política ra que sólo se puede comprender una
y Cultura de la Universidad Autónoma Metropo- etapa determinada de la historia del Mé-
litana, Unidad Xochimilco [cavelaz@correo.xoc. xico moderno si se logra relacionar con
uam.mx].
1
Desde una tradición hermenéutica se habla de todo el proyecto formativo del Estado mo-
una temporalización del relato –tanto histórico derno mexicano desde una perspectiva
como ficticio– en forma de tradicionalidad en la de “larga duración”.2 El proyecto de la
conciencia histórica mediante la relación dialéc-
tica entre los efectos del pasado y su recupera- modernidad se transforma constantemen-
ción en el presente mediante la Überlieferung de te en las diversas etapas de la historia.
Gadamer o la «apropiación ontológica» de Ricoeur,
para la realización aplicativa de la comprensión
en el “proceso de historia efectual” (véase Hans-
Georg Gadamer, Verdad y método, T. I, Salaman-
ca, Ediciones Sígueme, 2003, pp. 360-377 y Paul 2
Véase Fernand Braudel, “La larga duración”, en La
Ricoeur, Tiempo y narración. El tiempo narrado, Historia y las Ciencias Sociales, Madrid, Alianza,
t. III, pp. 973-989. pp. 23-54 y Norbert Elias, Sobre el tiempo, 1989.

7
CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL

Podemos observar que parece correr vien- tudiar una etapa que consideramos cla-
to en popa después de la restauración de ve para entender el funcionamiento com-
la República en 1867, sin embargo, mu- plejo de la política durante el porfirismo,
chos factores lo abortan de inmediato, partiendo de un grupo de actores funda-
para que con la etapa administrativa de mentales comprendidos bajo el epíteto
Don Porfirio Díaz se logre mantener como de “científicos”. Nuestro periodo de estu-
en un prolongado suspenso, por algunas dio comprende los años de 1892 a 1911.3
peculiaridades del régimen que parece Realizaremos un breve análisis de la rela-
transitar constantemente entre la tradición ción del grupo de los “científicos” con el
y la modernidad. De tal manera que con gobierno de Porfirio Díaz: ¿cuál es la im-
esta óptica continuista intentaremos re- portancia real de estos intelectuales en el
visar algunos aspectos fundamentales del ámbito de la política? El enfoque biográ-
gobierno del general Díaz. fico-narrativo que asumimos se propone
Sin pretender aquí, desde luego, agotar la reconstrucción de la sociedad desde el
su sentido y alcance, nos parece posible testimonio de sus actores, ya que las redes
elaborar un breve esbozo que nos permita de relación cotidianas que establecen los
utilizar algunos datos históricos en el aná- individuos mediante la incorporación a
lisis de la relación compleja poder-saber. grupos limitados, se constituyen en sínte-
Es con este ánimo del investigador polí- sis del sistema social en tanto totalización
tico que busca “establecer regularidades”, en marcha.4 Consideramos que la histo-
como intentaremos abordar la relación ria política y la biografía narrativa pueden
entre los intelectuales y el poder durante brindar nuevos instrumentos para interro-
el régimen de Díaz. gar y problematizar desde otras latitu-
La problemática sobre la relación de des nuestro propio presente, en una bús-
los intelectuales y el poder en México se queda siempre comprensiva.
ha venido abordando desde diferentes
enfoques y en diversos periodos de la
historia del país. Posiblemente los pe- BREVE APROXIMACIÓN
riodos que resultan más significativos AL GRUPO DE LOS CIENTÍFICOS
e interesantes para entender en buena
medida el debate político e intelectual El cambio de año de 1887 a 1888 señala el
contemporáneo, sean el “Porfiriato” y la inicio de un periodo optimista en la vida
Revolución Mexicana. Al respecto, es de
particular interés el caso de los “científi- 3
El primero se refiere al año de acceso de los
cos” positivistas y su relación con el poder positivistas científicos al gobierno, con el ministerio
político en una etapa fundamental de la de Hacienda Limantour, la segunda fecha se refiere
a la caída definitiva del gobierno del general Díaz
presidencia del general Díaz. con el estallido de la Revolución Mexicana.
Lo que nos han mostrado trabajos más 4
El método biográfico parte de una postura
actuales, que han estudiado esta etapa en epistemológica que considera a cada individuo
la síntesis activa y creadora de una sociedad,
sus diversos matices y elementos, es un eliminando la rígida distinción entre particular
periodo rico y complejo, que requiere in- y estructura, nos invita a leer lo social en cada
dudablemente de una mejor compren- relato de vida. Su renovador en la actualidad es el
sociólogo italiano Franco Ferrarotti, La historia y lo
sión. Por nuestra parte, intentaremos es- cotidiano, Barcelona, Península, 1992.

8 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


INTELECTUALES Y PODER EN EL PORFIRIATO. UNA APROXIMACIÓN AL GRUPO DE LOS CIENTÍFICOS, 1892–1911

del México independiente y prerrevolu- crédito nacional y el permitir, pese a la


cionario. Por lo demás, resulta de suma férrea ley de culto, que la iglesia siguie-
importancia para lo que es la marca pro- ra con las celebraciones importantes para
pia que caracterizará el último periodo el dogma religioso, ejerciendo su poder
del porfiriato. Resulta significativo que sea espiritual y cumpliendo informalmente su
a partir de aquel primer día del año de función educadora. Indudablemente, el
1888 que se comienza a celebrar el día general Díaz se perfila para asegurar su
inicial de cada año por venir, costumbre próxima reelección, posibilitada por una
tomada de los británicos, y que toma anterior reforma constitucional. Por lo de-
un arraigo tradicional muy fuerte aún en más, las palabras del Diputado Francis-
nuestros tiempos. co Bulnes, uno de los más prominentes
También, a comienzos de aquel año se miembros de los científicos, resultan sig-
incrementa una marcada política migra- nificativas en la discusión reformista: “El
toria, que pretende indudablemente aco- dictador bueno resulta un animal tan
ger en tierras mexicanas a todos aque- raro, que la nación que posee uno debe
llos extranjeros con ideas innovadoras y prolongarle no sólo el poder, sino hasta
progresistas, los preparativos materiales la vida”.6 Numerosas son las alabanzas
no se dejan esperar para recibir a colonos que en aquella ocasión recibe el promi-
estadounidenses, principalmente. A la vez, nente mandatario. En aquellas elecciones
se construyen importantes vías férreas Díaz arrasó limpiamente con el 98% de
y la red de comunicación telegráfica se los votos, por lo cual las celebraciones
amplía significativamente. El progreso y fueron abundantes. Lo importante de
la paz adquieren cada vez mayor presen- aquí, es destacar el cambio fundamental
cia como invitados en el cortejo luctuo- que trajo consigo esta tercera reelección
so del general.5 presidencial de Díaz, pues es a partir de
Otro síntoma de esta buena salud, fue 1888 que se comenzará a rodear de gen-
la labor que hizo Díaz para restaurar el te más joven y preparada, urbana, culta
y de buenos modales, dando entrada con
esta mutación significativa a la etapa
científica de la política.
5
Friedrich Katz, De Díaz a Madero, pp. 8-9, pone en
claro la forma como los países Latinoamericanos Es necesario partir de la identificación
de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, de la élite política e intelectual que
entraron en el acelerado desarrollo del capitalis- constituye al grupo de los científicos, es-
mo mundial al inyectar importantes capitales en
la zona. Sin embargo, se siguió conservando el ta aproximación nos permitirá ubicar
“modelo colonial” al generar una marcada depen- adecuadamente a nuestros actores e in-
dencia que produce y controla desde materias tentar localizarlos en su apropiado con-
primas, mano de obra explotada, niveles de vida
ínfimos, sistemas educativos paupérrimos con al- texto de vida, claro que la clasificación
tos índices de analfabetismo, hasta una marcada se complica al encontrarnos con algunos
intervención en el ámbito político. Este fenómeno de ubicación difícil o que sólo se mani-
generó una alta concentración de poder del Es-
tado y su fortalecimiento por la revolución de las fiestan como simples simpatizantes del
redes de comunicación, posibilitando una fuer-
za armada consolidada que logra prolongar ex-
tensamente la permanencia del control políti- 6
Cit. en VV. AA., Historia general de México. T. 2,
co de los dictadores en toda América Latina. pp. 954-955.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 9


CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL

positivismo y de la política científica. De como un activo grupo en la dictadura


entrada, la lista resulta bastante amplia: del general, con base en la ciudad de
Francisco Bulnes, Sebastián Camacho, México y, finalmente;
Joaquín Diego Casasús, Ramón Corral, c) esta tercera postura se deriva de los
Francisco Cosme, Enrique C. Creel, Alfredo acontecimientos de 1893, año en que
Chavero, Manuel María Flores, Guillermo se utiliza por primera vez este epíteto
de Landa y Escandón, José Yves Liman- para caracterizar a dicho grupo, y es
tour, los hermanos Miguel y Pablo Mace- también la perspectiva con que se vie-
do, Jacinto Pallares, Porfirio Parra, Emilio ron ellos mismos: como aquel grupo
Pimentel, Fernando Pimentel y Fagoaga, colaborador del régimen que activaría
Rosendo Pineda, Emilio Rabasa, Rafael internamente las reformas políticas,
Reyes Espíndola y Justo Sierra Méndez.7 económicas y culturales que la nación
Otras fuentes citan a más de cincuenta requería para acceder a una verdadera
miembros pertenecientes al grupo. democracia moderna.8
Como conjunto, los científicos son di-
fíciles de ubicar con precisión, dado que Pero, ¿dónde se encuentran los oríge-
existen criterios encontrados tanto para nes de este peculiar grupo de intelectuales
caracterizarlos como para saber con ab- interesados en los acontecimientos y las
soluta certeza quién pertenece a dicho reformas políticas? Dos acontecimientos,
grupo. Esto se debe fundamentalmente relacionados muy ampliamente, marcan
al “malentendido” que el grupo guarda el inicio real del positivismo en México: el
desde sus inicios. Charles Hale localiza año de 1867 el Dr. Gabino Barreda (quién
por lo menos tres criterios diferentes con había estudiado con A. Comte en París
los que se han intentado enfocar lo que de 1847 a 1851) es llamado por Juárez pa-
se ha llamado “el misterio científico”: ra constituir una comisión que tendría
como tarea fundamental la reestructu-
a) el punto de vista posrevolucionario ración de la educación en México, y la
que, por razones obvias, ubicaba a los pronunciación, el 15 de septiembre del
científicos como aquella élite de hom- mismo año, de la célebre “Oración Cívi-
bres inteligentes con formación técnica ca” en Guanajuato por parte de Barreda.9
elevada que constituían los hombres Aquí el positivismo es tomado como el
de confianza y asesores del dictador instrumento adecuado para la estructu-
Porfirio Díaz;
b) la segunda postura importante res-
pecto a los científicos germinó en los
años 1908-1910 –correspondientes a la 8
Charles Hale, La transformación del liberalis-
mo mexicano en el último cuarto del siglo XIX,
séptima y última reelección de Díaz–, pp. 206-208.
cuando se consideraba a los científicos, 9
“Ya es sabido que la introducción del positivismo
si no como un grupo que constituía en México fue ocasionada directamente por el
triunfo del Partido Liberal, que el famoso discurso
un “partido Científico”, por lo menos de Gabino Barreda el 15 de septiembre de 1867,
fue considerado como el punto de partida de la
consolidación del triunfo político” (cfr. Abelar-
do Villegas, “I. Cientificismo y revolución”, en El
7
Cfr. Ibid., p. 956. pensamiento mexicano en el siglo XX, pp. 11-12).

10 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


INTELECTUALES Y PODER EN EL PORFIRIATO. UNA APROXIMACIÓN AL GRUPO DE LOS CIENTÍFICOS, 1892–1911

ración de la revolución reformista em- entonces Secretario de Hacienda Matías


prendida por Juárez, pero que indudable- Romero, discuten proyectos en común y
mente se centraría principalmente en el los liga una fuerte amistad que dura años.
ámbito educativo, su incidencia en el pla- Es en estas reuniones donde se encuen-
no de la política tendría que esperar has- tra el verdadero origen del grupo de los
ta el año de 1892.10 científicos, que prosigue, durante el régi-
Es claro que entre estos dos momentos men de Manuel González, bajo la pro-
existe una relación directa, pues como tección de Manuel Romero Rubio. Estos
dice François-Xavier Guerra: “El magiste- inquietos jóvenes, a quienes se les iden-
rio moral de los ‘sabios’ positivistas y la tificó en un principio como el “grupo”
tradición ilustrada de los consejeros del de Romero Rubio, consideraban nece-
príncipe, se unen en la tentativa peda- saria una dirección “fuerte” que lograra
gógica positivista de La Libertad”.11 Sólo instaurar un “nuevo orden” que conduje-
que este proyecto político reformista tie- ra al país al necesario crecimiento eco-
ne que esperar un cuarto de siglo des- nómico, para fortalecer el proyecto de
pués para comenzar a dar sus frutos, por “orden y progreso” que la doctrina po-
supuesto que se encuentra un antece- sitivista postulaba como requerimiento
dente interesante en las discusiones de necesario para acceder a la tercera eta-
1889, año en el que se celebraron los dos pa del desarrollo humano: la fase positiva
Congresos Nacionales de Instrucción Pú- o científica.
blica, en donde se debatieron sin duda Lo cierto es que tanto el nacimiento de
cuestiones relacionadas con educación la Escuela Nacional Preparatoria (1867),
(fundamentalmente el cambio de la “filo- como parte fundamental de la reestruc-
sofía espiritualista” por una “lógica cien- turación educativa emprendida por Ba-
tífica” en los cursos de educación supe- rreda, como las reuniones de este grupo
rior), pero que impulsa y fortalece una de jóvenes en el despacho, primero de
postura positivista heterodoxa en el Con- Matías Romero y luego de Romero Rubio,
greso de 1891. Sin embargo, el punto no- se encuentran los dos hechos fundamen-
dal lo encontramos en el año de 1879, tales para la formación del grupo de los
cuando un grupo de intelectuales recien- “científicos”, agentes necesarios para la
temente incorporados a la vida pública comprensión del último periodo del por-
comparten las mismas ideas positivistas; firiato. Este grupo se reunió en 1892 en
Limantour y otros miembros de su gene- la Unión Liberal y permaneció durante
ración se reúnen en el despacho del todas las sucesivas transformaciones que
sufrió la unidad, con anterioridad ha-
bían pertenecido a la Sociedad de los
Amigos del Presidente y al Círculo Nacio-
10
Es en 1892 que Justo Sierra, Rosendo Pineda, nal Porfirista. Resultan de interés particu-
Joaquín D. Casasús, Manuel Romero Rubio, José lar los postulados que formula la comi-
Yves Limantour, Miguel Macedo, entre algunos
otros, forman la “Unión Liberal”, luego conocido sión organizadora de la Unión Liberal,
como el “Partido de los científicos”, siempre najo pues pueden entenderse como un ver-
el lema positivista de “orden y progreso”. dadero manifiesto político del grupo de
11
François-Xavier Guerra, México: del Antiguo Ré-
gimen a la Revolución, t. I, p. 383. los científicos.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 11


CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL

LOS POSTULADOS FUNDAMENTALES Podemos observar cómo la adminis-


DE LA “POLÍTICA CIENTÍFICA” tración y la ciencia se constituyen en
elementos fundamentales del programa
El manifiesto de la Unión Liberal fue científico, pero, no obstante el marcado
dado a conocer el 23 de abril de 1892, acento en el área Económica, la prioridad
estaba firmado por el comité organizador dominante del programa de la Unión Li-
integrado por 11 personas y por los 70 de- beral lo constituye sin duda la preocu-
legados asistentes a la Primera Conven- pación política. Podemos encontrar en es-
ción Nacional Liberal. El escrito fue re- te programa de política científica la fusión
dactado por Justo Sierra, y presentaba de preocupaciones liberales y positivas,
un programa que podría considerarse co- incluso es considerado como el punto de
mo un compendio de los principios de conciliación de ambas tendencias logra-
la política científica: do durante el porfiriato. Sin embargo, el
importante debate comenzado en 1893
1. Es necesario reafirmar la paz y el introdujo nuevos elementos e ideas que
progreso logrados por el presidente Por- provocarían una nueva división en la éli-
firio Díaz. te, lo cual, ratifica que “dentro del con-
2. Se requiere de una severa aplicación senso político e ideológico del Porfiriato
para lograr la activación del programa de también hubo ruptura, falta de consen-
“integridad administrativa”. so”. Aseveración que sin duda comple-
3. La Economía deberá adquirir la prio- menta la que es una de las tesis fundamen-
ridad para la reorganización de algunos tales del mismo autor, Charles Hale, sobre
sectores del gobierno, en particular el del la continuidad existente entre la Repú-
Ministerio de Guerra. blica restaurada, el Porfiriato y el Méxi-
4. El sistema tributario deberá susten- co posrevolucionario.
tarse en verdaderas bases científicas.
5. Se demandan acciones firmes pa-
ra eliminar todos los obstáculos que im- LOS CIENTÍFICOS Y SU CONTEXTO DE VIDA
posibilitan un adecuado ejercicio del libre
comercio interno. Antes de analizar brevemente algunas
6. Se pretende la elevación del progreso biografías de los representantes funda-
moral e intelectual, por medio de una mentales del grupo de los científicos y
firme educación que se transmita aún a de hacer un intento de contrastación con
los sectores más populares, y que logre lo que se puede denominar la ideología
capitalizar el rápido crecimiento de las dominante del porfiriato, intentaremos es-
comunicaciones requerido. tablecer algunos criterios generales que
7. Sin estas transformaciones necesa- debemos tomar en cuenta antes de bus-
rias, peligraba la democracia mexicana
hasta convertirse en un estéril utilitaris-
mo, dañino para todas las virtudes cívicas 12
Un desarrollo más amplio de estos principios
y para la producción de ideas.12 puede encontrarse en Charles Hale, La trans-
formación..., op. cit., sobre todo, puede consultarse
el “Capítulo IV: Los Científicos constituciona-
listas”, pp. 173-230.

12 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


INTELECTUALES Y PODER EN EL PORFIRIATO. UNA APROXIMACIÓN AL GRUPO DE LOS CIENTÍFICOS, 1892–1911

car caracterizar a este grupo que induda- matizaba al grupo; también F.-X. Guerra
blemente adquirió una importancia fun- niega la paternidad del positivismo a la
damental alrededor del dictador. Es ver- burguesía, pues para él la adopción del
dad que aún se les suele caracterizar co- positivismo en México será sólo una ma-
mo racistas,13 interesados, intrigantes, mo- nifestación más del endémico ímpetu imi-
nopolizadores, aprovechados, elitistas, tativo de adoptar teorías y pensamientos
corruptos, “sajonizantes”, cobardes, “ecléc- de Estados Unidos y Europa.15
ticos y hermafroditas”, etcétera. A Porfirio En esta discusión, sin duda las apor-
Díaz se le ha caracterizado con los peo- taciones de Charles Hale han sido de gran
res apelativos, cómo no atribuirlos al gru- utilidad en la comprensión de este par-
po más importante de sus allegados, los ticular grupo, pues, según él lo fundamen-
“hombres del presidente”. De cualquier tal del positivismo mexicano no vendría
forma, los Científicos pertenecen, así co- de la influencia de August Comte, Herbert
mo lo ha indicado Alfonso de María y Spencer o Duque de Saint–Simon, sino de
Campos, al “mundo de los perdedores”: pensadores como Hyppolite Taine, Agus-
“Blanco de todas las críticas: antes, du- tín Thiers o Emilio Castelar; por lo tanto, la
rante y después de la Revolución, los aportación fundamental del grupo no se-
científicos han llegado a monopolizar ría tanto en materia de “filosofía positiva”,
el papel del villano en la historiografía como en el área de lo político y social.16
del Porfiriato”.14 Por nuestra parte, no tomaremos muy
Otra discusión interesante sobre la na- en serio las diferentes posturas que se
turaleza del positivismo en México se ha han venido asumiendo a lo largo de la
realizado en los últimos años, las postu- historiografía del porfiriato y de los estu-
ras de los estudiosos luego difieren mu- dios sobre los científicos. Respecto a los
cho; por ejemplo, podemos encontrar diversos calificativos que se les han venido
desde la posición clara de Leopoldo Zea: aplicando, generalmente no contribuyen
el positivismo fue sin lugar a duda una en nada o casi nada a la comprensión de
ideología de la burguesía emergente del este grupo ni a la función que realmente
país; pero también encontramos otras pro- desempeñaron durante el porfiriato. Res-
puestas en abierta oposición a los plan- pecto a la factoría del Positivismo mexi-
teamientos clásicos de Zea, como son las cano, las interpretaciones de Zea y Guerra
de William Raat que sostiene que la posi- serían más bien complementarias, según
ción del grupo no fue propiamente ni fi- nuestra óptica: por supuesto que es el
losófica ni teórica, llegando al extremo resultado de la influencia que siempre
de negar la factura positivista que estig- han tenido las ideas europeas en nuestro
país, el mismo liberalismo no es otra cosa

13
Moisés González Navarro, “Las ideas raciales de 15
Véase Leopoldo Zea, El positivismo y la circuns-
los científicos, 1890-1910”. tancia mexicana; François-Xavier Guerra, México...,
14
Alfonso María y Campos, “Los científicos: acti- op. cit. y William Raat, El positivismo durante el
tudes de un grupo de intelectuales porfirianos porfiriato, 1876-1910.
frente al positivismo y la religión”, en VV. AA., Los 16
Cfr. Charles Hale, La transformación..., op. cit.,
intelectuales y el poder en México, p. 122. pp. 399 ss.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 13


CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL

que la asimilación de tendencias del ex- JUSTO SIERRA MÉNDEZ


terior que en cierta manera coinciden
con las necesidades que el momento re- Es uno de los cuatro integrantes de los cien-
quiere, por lo mismo, cumple la exigen- tíficos que nacen en el sureste (los otros
cia que en éste periodo la burguesía tres son: Casasús, Pineda y Rabasa). Nace
mexicana tiene y aprovecha de la mejor en Campeche en 1848, y pasa buena
manera. Sin duda son tres los aspectos parte de su infancia en San Francisco
que vinculan desde su propio contexto Campeche y en la ciudad de Mérida, Yu-
de vida a estos pensadores: (a) el aspec- catán. Perteneciente a una familia bien
to formativo, como ámbito educativo des- acomodada de la aristocracia provincia-
de la Escuela Nacional de Jurisprudencia;17 na, su padre fue Justo Sierra O’ Reilly
(b) el “ideario positivista” como fuerza destacado abogado de la sociedad de
trasformadora para el progreso y (c) co- Mérida y uno de los personajes más in-
mo grupo de intelectuales que buscan fluyentes de la política de la región. De
mediante su incursión en la política ge- familia piadosa, varios familiares de Sierra
nerar cambios significativos. Méndez se inclinaron por la vida religio-
Para el particular interés de nuestra re- sa. Sus estudios iniciales los realiza en el
flexión, localizamos los siguientes seis Colegio de San Miguel de Estrada en
nombres como indudables miembros des- Campeche, dirigido por el profesor Elo-
tacados y pertenecientes activos de este gio Pereda Moreno.
insigne grupo: Justo Sierra Méndez, Fran- A la muerte de su padre –acaecida
cisco Bulnes, Pablo Macedo, Joaquín D. el año de 1861–, y con el apoyo de su
Casasús, José Yves Limantour y Rosen- tío y padrino Luis Méndez, Justo Sierra
do Pineda.18 se traslada a la ciudad de México para
continuar sus estudios en el Liceo franco-
mexicano, dirigido por el profesor Narci-
so Guibault, y luego en el colegio de San
Ildefonso (más tarde será la sede de la
Escuela Nacional Preparatoria). Realiza
estudios de Derecho y gran número de
sus biógrafos consideran que durante es-
17
La Escuela Nacional de Jurisprudencia depen- te periodo, con la influencia de lecturas
día del Ministerio de Justicia e Instrucción Pú- de autores franceses y alemanes, abando-
blica desde 1865, debido a la clausura aplicada por
el emperador Maximiliano. Funcionando irregu- na su fe católica, inclinándose notoria-
larmente y con dificultades en 1868 se establece mente hacia un liberalismo activo.
en el edificio que con anterioridad ocupara el Ya desde sus años en el sureste, Sierra
Colegio de San Ildefonso y para 1869 se traslada
al del ex convento de la Encarnación. escribía relatos y poesía, que sin duda
18
Para la elaboración de las siguientes micro- fructificaron ampliamente para su pron-
biografías nos basaremos sobre todo en el traba- ta notoriedad en los salones literarios de
jo de François-Xavier Guerra México..., op. cit., y
los de Alfonso María y Campos, “Los científicos...”, la capital. Son años de rebeldía y osadía
op. cit. y “Porfirianos prominentes: orígenes y juvenil de este impetuoso estudiante, a
años de juventud de ocho integrantes del grupo quien sin duda las numerosas anécdotas
de los científicos”, en Historia Mexicana, núm. 4,
vol. XXXIV. de la época reflejan muy bien. De aquella

14 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


INTELECTUALES Y PODER EN EL PORFIRIATO. UNA APROXIMACIÓN AL GRUPO DE LOS CIENTÍFICOS, 1892–1911

época data también su trabajo en prosa damenta más tarde una importante eta-
sobre “El matrimonio” (1865), no obstan- pa del régimen porfirista.
te que para ese año se dará a conocer A diferencia de muchos de sus compa-
como poeta. Sierra asiste regularmente a ñeros de generación que aceptaron res-
las veladas literarias de los reconocidos ponsabilidades mayores en el ámbito po-
intelectuales de su época –Ignacio Ma- lítico y administrativo, Sierra continua sin
nuel Altamirano, Manuel Acuña, Guiller- descuido su carrera como escritor y pro-
mo Prieto, Luis G. Urbina, entre los princi- fesor de la Escuela Nacional Preparatoria;
pales–, pero considerándose discípulo de con el inicio del siglo, en 1900, es nom-
Ignacio Altamirano y de Gabino Barreda. brado ministro de la Suprema Corte; en
Con el triunfo de la República y la tan 1901 es Subsecretario de Estado de Edu-
nombrada reestructuración educativa de cación Pública y para 1905 primer titular
1867, la última generación de El Colegio de la nueva Secretaria de Instrucción Pú-
Nacional de San Ildefonso, transformada blica y Bellas Artes. Aquí, Justo Sierra se
en Escuela Nacional Preparatoria, tiene aleja significativamente de sus anteriores
que trasladarse al Colegio de la Encarna- creencias positivistas, encaminándose ha-
ción donde finalizará sus estudios de cia un marcado humanismo y una en-
Derecho. La influencia inevitable del po- trega a la reforma educativa del momento;
sitivismo de aquel entonces, resulta defi- en buena medida, estas transformacio-
nitiva en la formación del joven Sierra, nes chocan con los antiguos plantea-
algo que compartirá con todos los inte- mientos positivistas: en 1907 se reforma la
grantes de su generación. Por los años Escuela Nacional Preparatoria, y en 1910
de 1868 a 1870, se dedicará de lleno a la tiene lugar la creación de la Escuela Na-
producción literaria y periodística, des- cional de Estudios Superiores y de la Uni-
cuidando significativamente su carrera versidad Nacional de México.
profesional pero descubriendo otra de sus
vocaciones que cultiva ampliamente: el
periodismo. Sus trabajos aparecerán a lo JOSÉ YVES LIMANTOUR
largo de su carrera profesional en dife-
rentes periódicos: El Mundo, El Monitor Sin duda, José Yves Limantour es consi-
Republicano, El Renacimiento, El Domin- derado la figura central del grupo de los
go y El Siglo Diez y Nueve. científicos, los mismos miembros del mis-
Se convierte en acérrimo porfirista y mo lo consideraban de esta manera. Fue
en 1878, con el apoyo del régimen, funda una figura destacada en la política porfi-
el diario La Libertad, monitor desde el rista, por dieciocho años se mantiene
que emprende una lucha constante con- como secretario de Hacienda y Crédi-
tra los liberales dogmáticos y desordena- to Público.
dos. Al mismo tiempo, con sus artículos de De padres franceses emigrantes, Li-
periodismo político promueve la apolo- mantour nace el 26 de diciembre de 1854
gía de un gobierno fuerte, teniendo como en la ciudad de México, las numerosas
base la ley, el progreso y la paz. Es desde leyendas que se han establecido de su
estos ámbitos del periodismo político, persona lo identifican –como a muchos
donde se preparará la ideología que fun- miembros del grupo de los científicos–

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 15


CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL

como judío. Esto de manera alguna ha (abogado y economista). Lo fundamental


sido probado, se trata más bien de un de esta experiencia fue el entrenamien-
rasgo más de la campaña de rechazo y to de primera que recibió en Economía, y
descrédito a la que fueron expuestos por que le sirvió para los importantes puestos
los detractores y enemigos del positivis- públicos que desempeñará en México.
mo, sus padres fueron el capitán Joseph Puede decirse que el año 1876 fue un
Limantour y Adèle Marquet. La familia Li- año de estudios intensos y de formación
mantour se instaló unos años antes de la madura, también en aquel año, tras los
llegada de su hijo José Yves en la ciudad tumultos de la revolución de Tuxtepec,
de México, y para 1854 Limantour padre Porfirio Díaz ascendía al poder.
era un rico comerciante capitalino. A fines de 1876 regresa Limantour hijo
El joven Limantour era de salud frágil, a México, las condiciones en el país resul-
por la misma razón realiza viajes perió- taban adecuadas para poner en práctica
dicos al extranjero, mientras efectúa sus todo lo que había aprendido durante su
estudios en la Escuela Nacional Prepa- viaje, así lo demostraron los estudios que
ratoria y en la Escuela Nacional de Juris- realizó para el ministerio de Relaciones
prudencia –donde también estudiaban Exteriores e Interiores. Para 1887 es con-
Sierra, Casasús y Macedo–. Termina su ca- sejero municipal de la ciudad de México,
rrera de Derecho en 1875. Entre las amis- también es varias veces diputado y sena-
tades de su padre se encontraba el ge- dor, en 1879 se reúne con varios jóvenes
neral Díaz, amistad que posteriormente amigos y conocidos recién ingresados en
impulsa significativamente su carrera di- la actividad pública, donde germina lo
plomática con el ascenso al poder de que posteriormente se conoce como el
Porfirio Díaz en 1876. grupo de los científicos.
A la edad de veinte años lo encontra- En 1892, año crucial para la incorpo-
mos como profesor de economía en la ración política del grupo, Limantour es
Escuela de Comercio y de derecho inter- oficial mayor de Hacienda, pero para 1893
nacional en la Escuela Nacional de Juris- es nombrado Secretario de Hacienda,
prudencia. Emprende un viaje a Europa puesto que ocupa hasta la terminación
entre los años 1875 y 1876, durante esta del régimen porfirista. Es sobre todo en
travesía Limantour recibe las credencia- este cargo en donde logra expresar sus
les necesarias para asistir y participa co- dotes excepcionales en el campo de las
mo delegado a las reuniones del Congre- finanzas. El prestigio financiero que ad-
so Nacional de Ciencias Geográficas en quiere México en este periodo, hace con-
París (presenta una ponencia sobre inmi- siderar a Limantour por el presidente Díaz
gración y otra sobre un proyecto de canal como un posible sucesor, pero los con-
para el istmo de Tehuantepec). tinuos ataques de los enemigos del ré-
En aquel viaje Limantour aprovecha pa- gimen del general logran enturbiar aquel
ra completar su educación profesional, momento importante en el desarrollo de
sobre todo en Economía política y admi- los científicos.
nistración pública; asiste a las conferen- Limantour es considerado una de las
cias de Leroy–Beaulieu (defensor del libre mentes más brillantes del régimen porfi-
comercio) y de Anselme Policarde Batbie rista y como uno de los máximos pro-

16 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


INTELECTUALES Y PODER EN EL PORFIRIATO. UNA APROXIMACIÓN AL GRUPO DE LOS CIENTÍFICOS, 1892–1911

motores de las ideas y de la política po- para el joven estudiante, pues conoce a
sitiva. Hombre de acción y de cálculo tres miembros sobresalientes del grupo
detallado, es también señalado como el de los científicos que posteriormente se-
principal artífice de la política electoral rán estadistas destacados en el gobierno
de los científicos. de Díaz, y Rosendo Pineda será uno de
los políticos porfiristas más importantes
y activos
ROSENDO PINEDA Estos jóvenes entusiastas a la vez que
realizan con brillo sus estudios, se dedi-
Nace en Juchitán, Oaxaca, el día 1 de mar- can a escribir historia regional y poesía,
zo de 1855. Es hijo del ingeniero francés tenían una sólida formación como orado-
Teófilo Delarbre y de Cornelia Pineda, res y férreos contrincantes en los deba-
una india zapoteca de la región. Al poco tes. Se mantenían bien informados, pues
tiempo su padre los abandona, y su madre leían con regularidad los periódicos que
trabaja duramente para sacar adelante a llegaban de la capital, como La Libertad,
la familia, es de anotar que fue el único órgano principal de los positivistas de
del grupo que tenía un vínculo inmediato aquellos años, editado por Justo Sierra
con el pasado indígena. Méndez. Un buen ejemplo de las dotes
Hasta los doce años permaneció en en oratoria de estos jóvenes, es que parti-
Juchitán, gracias a la “suerte” y al apoyo ciparon como conferenciantes en los
directo del general Díaz. Pues tras el triun- festejos del 15 de septiembre de 1876,
fo de la República en 1867, fue personal- pocos días antes de que el general Díaz
mente a agradecer la aguerrida resisten- saliera hacia la ciudad de México para
cia juchiteca en contra de los invasores derrocar al presidente Lerdo de Tejada.
franceses. Como muestra de agradeci- A la edad de veinte años se dedica
miento, Díaz ofrece solventar los gastos ampliamente al periodismo político, apo-
educativos para seis jóvenes juchitecos yando en sus escritos al régimen de Díaz
destacados, Rosendo Pineda tuvo la suer- ya instaurado. Se instala posteriormen-
te de ir entre los agraciados para estudiar te en la ciudad de México, comienza a
en la capital del estado, Oaxaca. Ahí inició colaborar en el régimen como secretario
sus estudios en el Instituto de Ciencias y particular del Secretario de Goberna-
Artes del estado, que, como otros institu- ción, Manuel Romero Rubio que, como
tos de educación importantes de la épo- vimos más arriba, es una pieza importante
ca, comenzaban a tener una significativa para el desarrollo de los jóvenes científi-
influencia en la educación positivista que cos. La importancia de Pineda en el régi-
la Escuela Nacional Preparatoria impartía. men plenamente constituido es funda-
El joven Pineda estudia la carrera de mental, Pineda es el que prepara la lista
Derecho en esa institución, quizá una de los “nuevos elegidos” del gobierno, se-
de las disciplinas más característica de mu- gún las indicaciones de Porfirio Díaz;
chos de los Científicos. En el instituto tie- también regularmente es designado co-
ne como compañeros de estudio a Rafael mo diputado para Juchitán y en 1896 nom-
y Emilio Pimentel y Emilio Rabasa. Resul- brado subsecretario de Gobernación.
ta de mucha importancia este encuentro

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 17


CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL

JOAQUÍN DEMETRIO CASASÚS PABLO MACEDO SARAVIA

Oriundo del pueblo costero de Frontera, Es el mayor de los hermanos Macedo que
Tabasco, nace Casasús el día 23 de tendrán vínculos directos con el círculo
diciembre de 1858; hijo de don Francisco de los científicos, sin embargo su partici-
A. Casasús y de doña Ramona González pación destaca mucho más que la de su
(la familia Casasús provenía de Tarragona, hermano,19 tanto en el plano público co-
España). Reside casi inmediatamente en mo entre las filas positivistas. La colabo-
la ciudad de Campeche, que en aquel ración realmente activa de su hermano
tiempo pertenecía al estado de Yucatán. dentro del grupo, fue durante los años
Pasa sus primeros años de juventud allí y decisivos de 1910-1911.
parte a los diez años para la capital del Pablo Macedo nace en la ciudad de
estado, Mérida, con la única finalidad de México el día 21 de febrero de 1851, sus
realizar sus estudios; primero en una es- padres son Mariano Macedo y Concep-
cuela católica, luego en el Instituto Litera- ción González Saravia. De tradición libe-
rio de Yucatán, también marcada e influen- ral, pues su padre Mariano perteneció al
ciada por la nueva educación positiva.
Se traslada a la capital mexicana para
efectuar sus estudios de abogacía, y se 19
Nos referimos a Miguel Macedo (1856-1929),
relaciona de inmediato con aquellos jó- jurista destacado de finales del siglo XIX y primer
venes que muy pronto son sus compa- tercio del siglo XX. Teórico del derecho penal y
el derecho penitenciario en nuestro país; profe-
ñeros de armas en las filas del grupo sor desde los 23 años en la Escuela Nacional de
“científico”. Un rasgo notorio es la inme- Jurisprudencia (1880-1910). Formó parte de nu-
diata incorporación a la vida urbana y merosas comisiones de reformas jurídicas: del
Código Civil (1882), miembro de las comisiones
capitalina de la ciudad de México, signo de Hacienda y Administrativa de Renta munici-
que caracteriza sin duda la personalidad pal de la Secretaria de la Junta de Vigilancia de
elitista del grupo. No obstante, regresa por Cárceles (1888), comisión de la elaboración
de la Ley General de Instituciones de Crédito
algún tiempo a su lugar de origen. (1897), comisión revisora del Código Penal del
Todavía muy joven –recientemente DF (1902-1912), participó en la redacción de la
recibido de abogado en 1880– ocupa su Ley de Beneficencia Privada para el Distrito y
Territorios Federados (1904) y fue miembro para
primer puesto público como secretario la elaboración de la Ley Orgánica de los Tribuna-
de gobierno de Tabasco, pero fastidia- les del Fuero Común (1919). Desempeñó diversos
do de la política de provincia regresa a la cargos políticos: Síndico (1887), Regidor (1896-
1897), Presidente del Ayuntamiento de la Ciudad
ciudad de México, donde ocupa el puesto de México (1898-1899), Senador por el estado de
de secretario del Banco Internacional e Puebla (1905, pero enseguida pidió licencia), en-
Hipotecario, incorporándose de lleno a la cargado de la Subsecretaria de Gobernación
(1906-1911), se hizo cargo por poco tiempo del
actividad política del régimen del gene- Despacho de la misma (del 23 de maro al 11
ral Díaz y al grupo de amigos que consti- de mayo de 1911), luego se reincorporaría al Se-
tuyen el círculo de los científicos. nado de la República… (cfr. Marco Antonio Pérez
de los Reyes, “Miguel Salvador Macedo y Saravia:
su vida y su obra”, en Revista Jurídica. Anuario
Mexicano de Historia del Derecho / Biblioteca
Jurídica Virtual [http://www.juridicas.unam.ma/
p u b l i c a / r e v / hi s d e r / c o n t / 13 / c n t / c n t 6 .h t m ]
(consulta: junio 16 de 2010).

18 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


INTELECTUALES Y PODER EN EL PORFIRIATO. UNA APROXIMACIÓN AL GRUPO DE LOS CIENTÍFICOS, 1892–1911

grupo político e intelectual de la Reforma, Su vida privada fue inquieta y aventu-


posición que no abandona nunca. La pre- rera, se conocen algunos sucesos de ju-
matura muerte del padre en 1856, lo obli- ventud al lado de sus compañeros de
ga, como a varios de sus compañeros cien- un grupo llamado los “buinduris”, don-
tíficos, a trabajar desde muy joven. Pues de se mezclan las actividades literarias
cuando contaba con dieciocho años so- y de estudios, con las aventuras amorosas.
licita a la Cámara que se le habilite para A los veinte años termina su carrera de
poder ejercitar la abogacía como menor ingeniería, y comienza su actividad como
de edad. profesor en la Escuela Nacional Prepara-
Se titula a los veinte años, teniendo co- toria en el año de 1867; era ayudante en
mo compañeros de estudios en San Ilde- el área de matemáticas –álgebra y aritmé-
fonso a Justo Sierra y Emilio Prado, y se tica–, cuyo titular corresponde a los pro-
inicia en la práctica profesional de su ca- fesores eméritos Isidoro Chavero, Eduardo
rrera alternándola con la enseñanza del Garay, José Ma. Bustamante y Manuel Ti-
derecho. Como profesor titular de las cá- noco. En esa institución conoce a José
tedras de Derecho penal y Economía po- Yves Limantour y Miguel Macedo, que en
lítica, conoce las ideas positivistas que aquellos años cursaban estudios en la es-
marcan de manera absoluta sus ideas cuela. Alterna dichas actividades con el
posteriores. El joven abogado Macedo es, ejercicio periodístico, en donde da mues-
para los inicios del régimen porfirista, un tra de una aguda crítica y de una refina-
intelectual que promete mucho; desem- da ironía.
peña sin duda una función importante Para el año de 1874 es asignado, junto
en el diseño y servicio de la política del con algunos otros intelectuales de la épo-
régimen. Al igual que muchos de sus con- ca, para viajar a Japón, así como a otros
temporáneos, veía en la administración lugares importantes (Estados Unidos, Chi-
de Díaz las posibilidades adecuadas para na, Cuba, Egipto y Europa); de aquellos
implementar en muy buena medida sus viajes resulta su obra titulada Sobre el he-
ideas positivistas sobre educación, políti- misferio norte 11 000. Al concluir sus viajes,
ca y economía. Bulnes vuelve a sus actividades docen-
tes, en el año de 1875.
En sus artículos periodísticos de aquel
FRANCISCO BULNES año se declara abiertamente partidario
del presidente Lerdo de Tejada, ubicán-
Sin duda uno de los intelectuales más dose en la oposición durante los primeros
polémicos y complicados del porfiriato, años del porfiriato, pero su actividad po-
nació en la ciudad de México el día 4 de lítica oscilará en los siguientes años hacia
octubre de 1847. Sus padres son Manuel las filas del régimen del general Díaz. A lo
Alonso de Bulnes y de Ayedi y María Mu- largo de éste, participó por quince veces
ñoz Cano, de su infancia quedan muy como Diputado hasta el arribo de la Re-
pocos datos. Cursa sus primeros estudios volución Mexicana. Ciertamente, Bulnes
en escuelas religiosas y estudia la carre- ejerce desde el periodismo político y lite-
ra de ingeniería en el Colegio de Minería. rario una función importante a lo largo

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 19


CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL

de todo el régimen porfirista; como críti- surge la necesidad –por parte del Estado–
co agudo, educador, testigo de su tiempo, de la producción cultural para apoyar
y como un intelectual preocupado y par- y justificar la ideología y la política ofi-
ticipante en la política de su época. cial manejada.21
Vemos como por medio de los intelec-
tuales se impulsa un proyecto nacionalis-
IDEOLOGÍA PORFIRISTA: ta, que a lo largo de su desarrollo adquiere
POLÍTICA, SOCIEDAD E INTELECTUALES tintes didácticos, apologéticos y directi-
vos. Un buen ejemplo es la aparición el
El régimen porfirista sin duda guarda múl- 2 de enero de 1869 de El Renacimiento;
tiples malentendidos. La historia “oficial” revista cultural, literaria y política, que en-
se ha encargado de recubrir este periodo tre sus filas contaba con Ignacio Manuel
con los más exagerados apelativos y des- Altamirano, Guillermo Prieto, Ignacio Ra-
denes. Quizás una primera postura, que mírez, Manuel Derecho y el joven Justo
nos permita aproximarnos a este periodo Sierra Méndez. Este órgano cultural se
“incómodo” o “molesto” para algunos constituye como catalizador de múltiples
historiadores, es no perder de vista la in- corrientes políticas y culturales, sin duda
negable continuidad que existe entre la ocupa una función fundamental en la
República, el porfiriato y los gobiernos activación de las letras y la política del
posrevolucionarios. También la suerte de México posterior a la Reforma.
manipulación de que se han servido es- El porfiriato es regularmente enmar-
tos gobiernos para auto-justificarse. cado entre el periodo histórico que com-
La línea indeleble que permite realizar prende el día 23 de noviembre de 1876
este tipo de lectura es la ideología liberal, y 25 de mayo de 1911; en su primer pe-
con todo y las transformaciones que pa- riodo el general Díaz se enfrenta con
dece.20 Pues tras la instalación de la Re- muchas dificultades y desaciertos, sólo al
pública restaurada de 1867, es que el final de su mandato comienza a perfilar-
México independiente se ve en la posi- se como un “buen dirigente político”. A
bilidad de implementar la ideología li- su regreso –en 1884–, continúa su labor
beral triunfante sin los obstáculos de otra pacificadora y constructiva, elimina con
fuerza política amenazante. También este astucia a los caciques y refuerza la cultu-
gobierno tiene la necesidad de consoli- ra nacionalista con el culto a los héroes
dar una cultura nacional, al levantar el es- nacionales (principalmente con la figura
píritu patriótico de sus ciudadanos, que de Juárez), logra mantener un nivel cons-
juraban lealtad hacia su gobierno y su tante de prosperidad y de paz nacional.
patria. Es aquí donde podemos ver por
primera vez en nuestro país la relación
que el poder mantendrá con la cultura:
21
Una buena interpretación de este fenómeno
puede verse, por ejemplo, David R. Maciel, “Los
orígenes de la cultura oficial en México: los in-
20
Moisés González Navarro, “Tipología del Libe- telectuales y el Estado en la República Restaura-
ralismo”, en Historia Mexicana. núm. 2, vol. XXII, da”, en Los intelectuales y el poder en México, pp.
México, octubre-diciembre de 1982. 569–605.

20 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


INTELECTUALES Y PODER EN EL PORFIRIATO. UNA APROXIMACIÓN AL GRUPO DE LOS CIENTÍFICOS, 1892–1911

La ideología positivista sin duda le ve- su “justificación”. Sucede algo tan reduc-
nía bien a las ideas progresistas y de mo- cionista, como poco útil, al condenar de
dernización del general; por otra parte, entrada a los científicos como cómplices
la ideología positivista logra inyectarle al directos del régimen autoritario de Díaz;
liberalismo clásico un ímpetu renovador y pero también resulta estéril el querer “sal-
ordenado. Ciertamente, la ideología po- varlos” a toda costa. Indudablemente por
sitivista o política científica no coincidía ambas vías no se llega muy lejos, lo que
del todo con la ideología progresista y se requiere es una postura comprensiva
rígida que Porfirio Díaz tenía en mente; más abierta y realista del asunto. Con este
las reformas constitucionales y políticas ánimo, es decir, buscando únicamente
que los positivistas impulsaron, primero en comprender mejor a este grupo de inte-
1888, luego en 1893 y 1903, lo demues- lectuales y su relación con el gobierno
tran plenamente. Quizás en el fondo las de Díaz, podemos formular las siguien-
disparidades eran mayores que las coin- tes conjeturas:
cidencias, pero las pocas afinidades eran
suficientes para mantener y sostener la 1. Con sus debidas reservas, al apli-
relación, que posibilitaba la implemen- car una óptica moderna a estos inte-
tación progresista que los científicos y lectuales del positivismo científico,
Díaz buscaban. resulta que en un cierto sentido dejan
de ser “intelectuales” tal como lo enten-
demos actualmente, para constituirse
A MODO DE CONCLUSIÓN en políticos, educadores, estadistas, di-
plomáticos, etcétera. Pero también, por
Visto así el asunto, el “misterio científico” su formación, y aunque condicionados
resulta muy aleccionador sobre la com- en buena medida por sus compromisos
pleja relación que suele establecerse en- políticos con el régimen, algunos de
tre los intelectuales y el poder; entre los ellos siguen conservando su posición
usos que requiere el Estado de la produc- de intelectual crítico y partícipe en la
ción cultural y la necesidad que tienen la formación de la opinión pública (el ca-
cultura, y sus actores principales, de un so de Bulnes sería el más evidente).
poder –con todos sus recursos y desde-
nes– que la sustente e impulse satisfacto- 2. Según François-Xavier Guerra, por
riamente. Relación que para mantenerse, más confianza y libertad que tuvieran
tiene que contener muchos equívocos y estos hombres de letras con el pre-
poca claridad. sidente Díaz, al grado de poder criticar
Resulta indudable que como grupo abiertamente medidas emprendidas
vinculado estrechamente con el General, por el régimen, no logran cumplir el
al ser considerados como los “íntimos papel de “consejeros del Príncipe”.
de Díaz”, comparten su misma suerte. Cuando mucho, los tomaba en consi-
Sin embargo, para comprender mejor deración a la hora de las decisiones
al grupo de los Científicos en el periodo importantes. En sí mismo, es relevan-
histórico señalado, resulta tan dañino el te la movilidad que permitía a los
“condenarlo” como el buscar a toda costa hombres que no sólo su amistad había

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 21


CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL

sido plenamente probada, sino que para buscar reformas más amplias en
fundamentalmente en la práctica su el ámbito político: la primera, en 1878
capacidad e inteligencia eran más que bajo la bandera de La Libertad, luego
reconocidas.22 en la fracasada tentativa reformista
de 1893, para intentarlo nuevamen-
3. Sostenemos aquí la hipótesis de la te de forma fallida en el año de 1903.
utilización mutua, por más indigna que Los dos primeros intentos fueron im-
luego suele considerarse. En realidad, pulsados y conducidos por Justo Sierra,
este grupo de intelectuales positivistas y el tercero por el Ingeniero Francis-
considera y calcula adecuado el go- co Bulnes.
bierno firme y estable del general Díaz
como el “lugar propicio” para conseguir Charles Hale observa aquí, apoyando la
implementar sus ideas y su proyecto de tesis fundamental de su trabajo,23 el fuer-
política científica en la compleja reali- te “componente constitucionalista” que
dad social mexicana. Por más absurdo acompaña a los tres intentos reformistas
que pueda oírse, el México del porfi- emprendidos por los positivistas. A nues-
rismo –que había logrado establecer tro entender, dos lecciones pueden des-
el orden después del caos de 1876– prenderse de este hecho: (i) la política
constituye una especie de “gran labo- científica, pese a que sin duda tuvo una
ratorio” sobre el que podrían poner en importante presencia en el gobierno por-
práctica sus ideas e ideales positivistas. firista, sobre todo a partir de 1892, en
realidad se vio bastante limitada. No con-
4. Por otro lado, Porfirio Díaz utiliza sigue impactar ni generar del todo las re-
adecuadamente el talento y compe- formas políticas, sociales, educativas y
tencia de esta élite intelectual, que, no económicas, que sus principios ideológi-
sólo revitaliza el liberalismo tradicional cos positivistas buscan; (ii) pero, por otro
rígido y de pocas propuestas, sino cu- lado, los positivistas científicos continúan
yas ideas novedosas también le sirven participando activamente con el régimen
para su proyecto progresista de Na- del general Díaz, pues seguían conside-
ción. Por otra parte, al pretencioso y rándolo como la única opción viable pa-
ambicioso general el “traje” de cientí- ra impulsar y realizar internamente las
fico le venía muy bien para su régimen, reformas de la política científica
necesitado del “glamour” y de las bue-
nas formas del saber.

5. Podemos considerar además que


bajo los intentos reformistas de la cons-
titución, que deben entenderse como 23
Charles Hale insiste –a lo largo de su obra La
la vía legal elegida por los científicos transformación..., op. cit., p. 401– sobre este pun-
to: “El argumento principal de este libro es que
los defensores de la política científica de 1878
y sus herederos, los Científicos de 1893, deben
ser considerados como constitucionalistas y no
22
Cfr. François-Xavier Guerra, México..., op. cit., sólo como defensores del régimen autoritario
pp. 80-85. de Porfirio Díaz”.

22 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


INTELECTUALES Y PODER EN EL PORFIRIATO. UNA APROXIMACIÓN AL GRUPO DE LOS CIENTÍFICOS, 1892–1911

BIBLIOGRAFÍA y el poder en México (antología), Méxi-


co, COLMEX, 1991.
Braudel, Fernand, “La larga duración”, en María y Campos, Alfonso, “Porfirianos pro-
La Historia y las Ciencias Sociales, Ma- minentes: orígenes y años de juven-
drid, Alianza Editorial, 2000, pp. 23-54. tud de ocho integrantes del grupo de
Elias, Norbert, Sobre el tiempo, México, los científicos”, en Historia Mexicana,
FCE, 1989. núm. 4, vol. XXXIV, México, abril-junio
Ferrarotti, Franco, La historia y lo cotidia- de 1985.
no, Barcelona, Península, 1992. Maciel, David R., “Los orígenes de la cul-
Gadamer, Hans-Georg, Verdad y método, tura oficial en México: los intelectua-
t. I, Salamanca, Ediciones Sígueme, les y el Estado en la República Restau-
2003, rada”, en Los intelectuales y el poder en
González Navarro, Moisés, “Tipología del México (antología), México, COLMEX,
Liberalismo”, en Historia Mexicana. núm. 1991, pp. 569-605.
2, vol. XXII, México, octubre-diciem- Pérez de los Reyes, Marco Antonio, “Mi-
bre de 1982. guel Salvador Macedo y Saravia: su vida
González Navarro, Moisés, “Las ideas ra- y su obra”, en Revista Jurídica. Anuario
ciales de los científicos, 1890-1910”, en Mexicano de Historia del Derecho /
Historia Mexicana. núm. 4, Vol. XXXVII, Biblioteca Jurídica Virtual [http://www.
México, abril-junio de 1988. juridicas.unam.ma/publica/rev/hisder/
Guerra, François-Xavier, México: del Anti- cont/13/cnt/cnt6.htm] (consulta: junio
guo Régimen a la Revolución, T. I, Mé- 16 de 2010).
xico, FCE, 1991. Raat, William, El positivismo durante el por-
Hale, Charles, La transformación del libe- firiato, 1876-1910, México, SEP, 1975.
ralismo mexicano en el último cuarto Ricoeur, Paul, Tiempo y narración. El
del siglo XIX, México, Editorial Vuelta, tiempo narrado, t. III, México, Siglo XXI,
1991. 2004.
Katz, Friedrich, De Díaz a Madero, Méxi- Villegas, Abelardo, “I. Cientificismo y revo-
co, Ediciones Era, 2004. lución”, en El pensamiento mexicano en
María y Campos, Alfonso, “Los científicos: el siglo XX, México, FCE, 1993.
actitudes de un grupo de intelectua- VV. AA., Historia general de México. T. 2,
les porfirianos frente al positivismo y la México, COLMEX, 1981.
religión”, en VV. AA., Los intelectuales Zea, Leopoldo, El positivismo y la circuns-
tancia mexicana, México, FCE-SEP, 1985.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 23


A MEDIO SIGLO DE LA APARICIÓN DE
LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

OSCAR MATA*

“Copiosa será la cosecha de la tierra tiempo se ha convertido en el referente


que fue fango y el hierro roturó”1
del género llamado “Novela de la Revo-
lución”, un fenómeno literario que única-
mente se ha producido en México, pues
E n 1960, al cumplirse los primeros cin-
cuenta años del inicio del movimiento
sólo entre nosotros se dio el hecho de
que bastantes autores se dieran a la tarea
de escribir sobre los sangrientos sucesos
de liberación encabezado por Francisco I. que transformaban a la nación. No suce-
Madero, se publicó La novela de la Re- dió lo mismo, por ejemplo, con la Revo-
volución Mexicana,2 una antología prepa- lución Rusa, a pesar de la enorme cantidad
rada por Antonio Castro Leal para Agui- de escritores realistas que atestiguaron lo
lar Mexicana de Ediciones. La obra consta que John Reed llamó “Los diez días que
de dos gruesos volúmenes, con más de estremecieron al mundo”… En este 2010
mil apretadas páginas cada uno, y reu- bicentenario, a medio siglo de su apari-
ne veintiún piezas narrativas entre las que ción y en el centenario de “La fiesta de las
obviamente predomina la novela, aun- balas”, vale la pena darle una relectura.
que hay ejemplos de otros géneros litera- Antonio Castro Leal (1896-1981), claro
rios, de doce escritores que –salvo algu- ejemplo de los hombres de letras de la
na excepción– habían sido participantes, primera mitad del siglo XX, que supieron
o al menos testigos, de “la bola” que cam- amalgamar su vocación literaria con el
bió radicalmente a nuestro país. La an- servicio a su patria en la administración
tología venía a ser una celebración litera- pública, no se limitó a seleccionar el ma-
ria de la lucha armada y con el paso del terial de la antología, sino que además de
la introducción elaboró una cronología
*
Departamento de Humanidades, Universidad Au- de los principales acontecimientos de la
tonoma Metropolitana Azcapotzalco. Revolución Mexicana, también un censo
1
Epígrafe de la primera edición en libro de Los
de abajo. El Paso, Tejas, Imprenta de El Paso del
de personajes, un índice de lugares, un
Norte, 1916, que fue suprimido en las siguientes glosario y una bibliografía; un espléndido
ediciones. trabajo editorial, similar al que llevó a ca-
2
Antonio Castro Leal (comp.) La novela de la Re-
volución Mexicana.
bo durante casi dos décadas al frente de

25
OSCAR MATA

la imprescindible Colección de Escritores Castro Leal está dedicada a la Revolución


Mexicanos de la Editorial Porrúa, amén de Mexicana; sólo después de hacer una
docenas de estudios sobre las principales esquemática relación de los principales
plumas de México. Don Antonio no escri- hechos de armas y los más significativos
bió una historia de la literatura mexicana, acontecimientos políticos, centra su aten-
lo cual no deja de ser una lástima, aunque ción en aspectos literarios y establece las
con sus prólogos e introducciones brinda características de la novela de la Revo-
una de las visiones más completas y más lución, que serán tomadas en cuenta por
documentadas de nuestras letras. la inmensa mayoría de la crítica: “novela
Castro Leal inicia su estudio introducto- de reflejos autobiográficos”, “novela de
rio con la definición, que al paso del tiem- cuadros y costumbres episódicas”, “nove-
po se ha vuelto clásica, de la Novela de la de esencia épica” y “novela de afir-
la Revolución: mación nacionalista”. En sí, la novela de la
revolución continúa el realismo narrativo
Por novela de la Revolución Mexicana proclamado por José López Portillo en
hay que entender el conjunto de obras el último tercio del siglo XIX que en los
narrativas, de una extensión mayor que albores del siglo XX se había convertido
el simple cuento largo, inspiradas en las en costumbrismo. Juan B. Iñiguiz4 consi-
acciones militares y populares, así como
dera a Mariano Azuela un costumbrista,
en los cambios políticos y sociales que
trajeron consigo los diversos movimien-
cuya prosa empezó a oler a pólvora por
tos (pacíficos y violentos) de la Revo- obra y gracia de su participación en el
lución, que principia con la rebelión conflicto armado.
maderista el 20 de noviembre de 1910, Doce autores, nacidos entre 1875 y
y cuya etapa militar puede considerarse 1906, son seleccionados por Castro Leal.
que termina con la caída y la muerte Como se mencionó antes, buena parte
de Venustiano Carranza, el 21 de ma- de ellos fueron testigos de los hechos re-
yo de 1920.3 creados en sus obras, pues entraron en
combate o presenciaron acciones de ar-
Algunas de las obras de la antología no mas a unos cuantos metros de la línea de
se ciñen a lo expresado líneas arriba, sea fuego. Mariano Azuela se enroló en cali-
por su extensión, como en el caso de dad de médico en una facción villista;
Cartucho y Las manos de mamá, de Nellie Martín Luis Guzmán fue gente muy cer-
Campobello, o porque su tema o asunto cana a Francisco Villa y obtuvo el grado
principal no es la Revolución Mexicana, de coronel; Gregorio López y Fuentes
como Ulises criollo o Apuntes de un lu- combatió a los invasores yanquis duran-
gareño, o simple y sencillamente debido te la defensa del puerto de Veracruz y
a que no se trata de novelas, así El águila formó parte de las huestes carrancistas;
y la serpiente es un libro de memorias, o José Mancisidor se unió al ejército consti-
una crónica, y las obras de Nellie Cam- tucionalista y alcanzó el grado de mayor;
pobello son relatos, algunos muy bre-
ves. La mayor parte de la introducción de
4
Juan B. Iguiniz. Bibliografía de novelistas mexica-
3
Ibid, t. 1, p. 17. nos, p. 33.

26 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


A MEDIO SIGLO DE LA APARICIÓN DE LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

Francisco L. Urquizo, se incorporó a las mayor entre los acontecimientos históri-


filas del Ejército Libertador inmediata- cos y las novelas.
mente después de la sublevación de Ma- Se tiene la idea de que la Novela de
dero y eventualmente siguió la carrera la Revolución se escribió “sobre las rodi-
militar, en la cual logró las estrellas re- llas”, casi inmediatamente después de los
servadas a los generales. Dos autores hechos que la inspiraron. Lo anterior bien
pudieron ver de cerca a las tropas de la puede aplicarse a Los de abajo (1916) que
División del Norte, pero no en acciones Mariano Azuela fue escribiendo durante
militares. Nellie Campobello y su hermana los momentos de calma, se podría decir
platicaron y jugaron con soldados villis- que entre combate y combate, y conclu-
tas, cuando éstos pasaron justo enfrente yó –de manera un tanto precipitada–
de su casa, en un pueblito de Durango; en El Paso, Texas, algo similar sucedió
Rafael F. Muñoz, en su adolescencia, pre- con varias de sus novelas. Sin embar-
senció varias entradas de Francisco Villa go, con los otros autores no ocurrió así;
a la cabeza de sus Dorados en la ciudad por el contrario, hay más de una década
de Chihuahua, posteriormente lo conoció entre los acontecimientos que se narran
en su calidad de periodista. en El águila y la serpiente (1928) y su es-
Otros autores brindaron valiosos ser- critura; una cantidad similar de tiempo
vicios a la causa revolucionaria no en la ha transcurrido entre los juegos infantiles
línea de fuego, sino en despachos y ofi- de Nellie Campobello con los soldados
cinas. El abogado José Vasconcelos fue villistas y la redacción de Cartucho (1931);
de los protagonistas de la Convención de José Vasconcelos inicia Ulises criollo (1935)
Aguascalientes y Secretario de Instrucción más de veinte años después del cuarte-
Pública y de Bellas Artes durante el go- lazo de Huerta; la distancia temporal es
bierno provisional de Eulalio González; todavía mayor entre la invasión yanqui a
José Rubén Romero fungió como secre- Veracruz y la aparición de Frontera junto
tario particular del gobernador de Mi- al mar (1953). De hecho, si no se toman
choacán, el Ing. Pascual Ortiz Rubio, y en cuenta las de Mariano Azuela, las no-
fue su representante en la ciudad de Mé- velas inspiradas en la Revolución Me-
xico. En cambio, los abogados Agustín Ve- xicana empezaron a aparecer a finales
ra y Miguel N. Lira, así como el joven de los años veintes del siglo pasado y de
periodista Mauricio Magdaleno, obtuvie- 1930 a 1945 se editó la mayoría de las na-
ron la información para sus novelas en su rraciones seleccionadas por Castro Leal.
práctica profesional o escuchando histo- Buena parte de la Novela de la Revo-
rias de revolucionarios. lución fue escrita más allá de nuestras
En la introducción al segundo tomo fronteras. Formó parte del movimiento de
de la antología, Castro Leal dice que las consolidación de la literatura mexicana,
primeras novelas de la Revolución Mexi- que abarca el periodo que va de 1888 al
cana fueron escritas por autores testi- primer tercio del siglo XX, cuando doce-
gos de la lucha armada, en tanto que las nas de escritores mexicanos, empezando
obras del segundo tomo fueron compues- por Manuel Payno y Vicente Riva Pala-
tas cuando había una distancia temporal cio, continuando con los modernistas y

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 27


OSCAR MATA

culminando con miembros del Ateneo de aprendieron “a hacer la guerra como di-
la Juventud, produjeron las obras que le cen los libros”.
dieron a nuestras letras carta de ciuda- La antología presenta como primera
danía universal. Al nombre de Mariano novela Los de abajo (1916) de Mariano
Azuela, se pueden agregar los siguientes: Azuela, obra que se ha convertido en
Martín Luis Guzmán, quien escribió en el ejemplo por excelencia del género.
Madrid El águila y la serpiente y La sombra Ciertamente es la primera novela publi-
del caudillo, José Vasconcelos quien ini- cada de las incluidas, sin embargo Castro
ció en el norte de España Ulises criollo y Leal ignora tres novelas que tratan el
con él la saga de sus memorias; José Ru- asunto del inicio de la revolución y que
bén Romero dictó Apuntes de un luga- aparecieron antes que Los de abajo. La
reño en Barcelona, España; en esa misma novela que realmente da inicio a la na-
ciudad, Mauricio Magdaleno, tras ente- rrativa inspirada en la Revolución Mexi-
rarse del asesinato de Emiliano Zapata, cana es Andrés Pérez, maderista,5 pu-
escribió El compadre Mendoza, que de- blicada por Blanco y Botas en 1911. La
safortunadamente no fue incluida en la acción transcurre de noviembre de 1910
antología. En La Habana, Cuba, Nellie a junio de 1911, meses en los que estalla
Campobello dio forma a las estampas y el descontento contra el dictador, y fi-
los relatos de Cartucho. Francisco L. Ur- naliza con la huída de Porfirio Díaz, el
quizo inició su carrera literaria durante ataque de los maderistas a Ciudad Juárez
su exilio en Madrid, de 1921 a 1924. Al- y el triunfo completo de la Revolución. O
gunas novelas de la Revolución fueron sea que don Mariano escribió su nove-
editadas por vez primera en el extranjero, la de manera casi simultánea al desarrollo
como consecuencia del clima político que de los acontecimientos históricos. No de-
prevalecía en México durante el Maxi- ja de ser lamentable que Andrés Peréz…
mato, como La sombra del caudillo (1930) haya quedado fuera de la antología. Su
y ¡Vámonos con Pancho Villa! (1931), que majestad caída o la Revolución Mexicana6
se imprimieron en la capital de España. de Juan A. Mateos (1831-1913) apareció
Doroteo Arango, mejor conocido co- en 1914. Viene a ser la conclusión de una
mo Pancho Villa es la figura principal, el vastísima producción de novelas históri-
personaje por excelencia de la narrativa cas cuyo primer título es El cerro de las
de la Revolución Mexicana. Su presencia campanas (Memorias de un guerrillero),
es tan avasalladora que bien puede consi- publicada en 1868. Juan A. Mateos nunca
derársele un mito. En contraparte, no hay se distinguió por la calidad de sus traba-
un villano que destaque. A Porfirio Díaz jos y Su majestad caída peca del tremen-
se le respeta y por el chacal Huerta más dismo y la cursilería que lo caracteriza-
que odio hay desprecio; los pelones a fin ron; la novela da noticias de la victoria de
de cuentas son pueblo, igual que los al- Pascual Orozco en Ciudad Juárez sobre
zados. El papel de “malos” queda reser-
vado para los jefes políticos, los hacen-
dados y los comerciantes abusivos, así
como para uno que otro de esos oficiales 5
Mariano Azuela. Andrés Peréz, maderista.
6
Juan A. Mateos. Su majestad caída o la Revolu-
que –en palabras de Rafael F. Muñoz– ción Mexicana.

28 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


A MEDIO SIGLO DE LA APARICIÓN DE LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

las tropas del gobierno y termina con la moscas (1918), una novela compuesta por
transcripción de la renuncia de Porfirio cuadros con poca relación entre sí, mues-
Díaz a la Presidencia de la República, el tra cómo los líderes revolucionarios em-
25 de mayo de 1911. Ireneo Paz (1838- piezan a usar el poder en beneficio propio
1924) también fue testigo del fin del Por- y se dejan lisonjear por los oportunistas
firiato y del triunfo maderista; autor de que como moscas acuden por su parte
una serie de novelas y leyendas históricas del botín.
de la Independencia puso punto final a Se debe a Martín Luis Guzmán (1887-
la saga con Madero,7 aparecida en 1914. 1976) la mejor novela jamás escrita en
Mariano Azuela (1873-1952) está es- torno a la Revolución Mexicana: La som-
pléndidamente representado con tres no- bra del caudillo (1930).11 Obra del talento
velas: Los de abajo,8 Los caciques9 y Las convertido en lúcida inteligencia, en nin-
moscas10. La importancia y la populari- gún momento cae en la demagogia ni se
dad de Los de abajo hacen que cualquier deja llevar por el dolor o la indignación
consideración acerca de ella y su prota- ante el ya por aquel entonces corrupto
gonista resulte redundante. Tan sólo sería panorama político. La trama, sólidamen-
oportuno recordar que Demetrio Macías te trazada y desarrollada con la eficiencia
es el personaje por antonomasia de la na- de una acción militar exitosa, refiere la
rrativa de la revolución y que en los bravos lucha por la presidencia de la república
que comanda se palpa la fuerza que pro- en tiempos de Obregón y muestra la ver-
vocó el estallido del conflicto armado: el dadera cara de los generales victoriosos,
odio. Mariano Azuela refería que escribió para quienes la justicia revolucionaria de-
Los caciques (1918) “a escondidas”, por las bía favorecerlos única y exclusivamente
noches y no bien terminaba su sesión de a ellos. Los otrora caudillos no son sino
trabajo, escondía sus papeles por temor a hienas que buscan o se aferran el po-
un cateo de alguna de las facciones que der, “madrugando” a sus enemigos y cui-
pasaba por Lagos de Moreno. La acción dándose de un “madruguete”. Mucha de
tiene lugar en una ciudad de provincia y la férrea lucidez de La sombra del cau-
transcurre entre el triunfo de Madero y la dillo se debe a que antes de escribir la
traición de Huerta. El poder del dinero y novela, Martín Luis Guzmán dio forma a
sus maniobras para acomodarse en el otra obra maestra, El águila y la serpiente,
nuevo orden social constituyen el eje de una crónica de su odisea personal tras
la historia, que nos ofrece las mejores pá- la traición de Victoriano Huerta, que lo
ginas del Azuela costumbrista. En Las obligó a huir del país, para unirse con
cientos de mexicanos descontentos, en
los Estados Unidos. El águila y la serpien-
te (1928)12 ofrece una galería de retratos
7
Ireneo Paz. Madero. de la inmensa mayoría de los futuros cau-
8
Mariano Azuela. Los de abajo (Cuadros de la re- dillos revolucionarios en los meses en que
volución mexicana).
9
Mariano Azuela. Los caciques. Novela de costum-
bres nacionales.
10
Mariano Azuela. Cuadros y escenas de la Revo-
lución Mexicana. Las moscas. Domitilo quiere 11
Martín Luis Guzmán. La sombra del caudillo.
ser diputado. 12
Martín Luis Guzmán. El águila y la serpiente.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 29


OSCAR MATA

preparaban su ofensiva contra el usurpa- de México hasta la frontera, de las hues-


dor Victoriano Huerta. Como relación de tes carrancistas, ejercer toda clase de em-
hechos verdaderos que influyeron de ma- pleos en los Estados Unidos con tal de no
nera decisiva en la historia de México, aceptar ni agua de los carranclanes y fi-
en nada desmerece junto a la magistral nalmente regresar a México para hacer-
novela que M. L. Guzmán escribió inme- se cargo de la rectoría de la Universidad
diatamente después. Nacional…; en suma, toda una señora
La selección del material de José Vas- novela –que apegándose a la preceptiva
concelos (1882-1959) no resulta tan acer- literaria no es tal, sino unas memorias–
tada como la de su compañero en el Ate- vivida por el oaxaqueño, en la que los as-
neo de la Juventud. Solamente el último pectos políticos y armados de la Revo-
tercio de Ulises criollo (1935)13, primera lución estuvieron amenizados por los lan-
entrega de las memorias del autor de La ces amorosos del autor de Sonata mági-
raza cósmica, se refiere a la Revolución ca. Sin embargo, pese a sus virtudes y a
Mexicana, desde su afiliación al Partido que abarca todo el período armado de la
Antireeleccionista y su amistad con Fran- Revolución, La tormenta, que lamenta-
cisco I. Madero hasta lo que Vasconcelos blemente ha tenido bastantes menos lec-
llama “El averno”, los asesinatos de El tores que el Ulises criollo, fue dejada fue-
apóstol de la democracia y de su vice- ra de la antología.
presidente, José María Pino Suárez. La Un verdadero acierto es la inclusión
tormenta, (1937)14 segunda parte de sus de La revancha (1930)15 de Agustín Vera
memorias, principia en marzo de 1913 y (1889-1946), el menos conocido de los
termina en julio de 1920, o sea que coin- autores seleccionados por Castro Leal.
cide con el tiempo señalado por Castro Oriundo de Acámbaro, Gto., pasó la ma-
Leal en su definición. En ese lapso de yor parte de su vida en San Luis Potosí.
tiempo José Vasconcelos fue encarcela- Abogado, profesor universitario y juez, en
do por la policía de Huerta, logró esca- su faceta de escritor abordó el cuento, la
parse y huir del país, ponerse en contacto novela, la leyenda, el teatro y la poesía;
con los revolucionarios exiliados en Es- acaso su condición de autor provinciano
tados Unidos y Europa, tener contactos lo privó de reconocimientos y, sobre to-
con representantes de gobiernos euro- do, de público. La revancha, pese a sus
peos, volver a internarse en México for- méritos, sólo ha sido reeditada un par
mando parte de las fuerzas revolucio- de ocasiones.16 La acción da inicio en
narias, participar de manera sobresaliente 1914, tras el fracaso de la Convención de
en la Convención de Aguascalientes, for- Aguascalientes, en San Luis Potosí, tanto
mar parte en calidad de Secretario de Ins- en la ciudad como en algunas haciendas
trucción Pública del gobierno emanado aledañas, posteriormente se traslada a
de la Convención, huir por todo lo lar- la capital de la república, convertida en
go del territorio nacional, desde la ciudad

15
Agustín Vera. La revancha. Novela mexicana.
16
Una de ellas es la de La novela de la Revolución
13
José Vasconcelos. Ulises criollo. Mexicana, t. 1, pp. 811- 920; la otra es de Premia-
14
José Vasconcelos. La tormenta. SEP, 1982, 243 pp. (La matraca, 22)

30 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


A MEDIO SIGLO DE LA APARICIÓN DE LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

el campo de batalla de los oportunistas, ambos nacieron en Villa Ocampo, Du-


que lucran con la Revolución. La Revan- rango, Nellie escribió los relatos de Car-
cha es una de las rarísimas novelas de la tucho (1931)17 para exponer su verdad so-
Revolución cuyo impulso principal no es- bre el villismo, lo que a ella le constaba
tá en la lucha libertaria, sino en el amor, de los integrantes de la División del Norte,
un amor que no puede realizarse debido en los tiempos en que Pancho Villa había
a la violencia del México bronco. Lupe y sido expulsado del panteón revolucio-
Manuel forman una joven y feliz pareja, nario. Ella siempre se consideró una escri-
a punto de contraer matrimonio. Sin em- tora sencilla, que empleaba pocos adje-
bargo, un mal día un carrancista mata a tivos y sobre todo apela a la simpatía y a
Manuel. Lupe jura, ante el cadáver de su la ternura de sus lectores; uno de ellos,
prometido, vengar su muerte y años des- Max Aub, la considera “la escritora más
pués cumple a cabalidad su juramento, interesante de la Revolución”18. Las ma-
cuando el asesino reaparece, convertido nos de mamá (1937)19 gira en torno de una
en un general que la pretende… Sin duda mujer villista que enviudó durante la Re-
una buena trama, enmarcada por las fric- volución. Nellie refiere que su madre ayu-
ciones entre villistas y carrancistas y el daba a todo el que lo necesitara y tanto
tránsito de la Revolución de la lucha ar- ella como su prole preferían el trato de la
mada a la “grilla”. La revancha ofrece gente de campo y de los indígenas, como
bastante información sobre las condicio- los tarahumaras, cuya frescura y liber-
nes del villismo cuando se encontraba en tad los hacia más felices. En Las manos…
su punto más alto: sus ferrocarriles per- la visión de Nellie no es tan fresca como
fectamente equipados y pertrechados, en Cartucho, poco a poco la inocencia
sus máquinas de hacer billetes, un dinero del primer libro se fue perdiendo con el
que derrochaban a manos llenas. Por lo inexorable paso del tiempo.
demás, como en la inmensa mayoría Apuntes de un lugareño (1932)20 de nin-
de las novelas de la Revolución, señala guna manera es una novela, sino un li-
que los combatientes empuñaban las ar- bro de recuerdos en el cual José Rubén
mas sin saber a ciencia cierta el porqué, Romero (1890-1952) evoca sus primeros
por mero odio o rencor social. En deter- años de vida, que transcurrieron en cal-
minado momento, una facción decide ma chicha en diversos pueblitos de Mi-
continuar la lucha dentro del carrancis- choacán. Ese ambiente idílico fue roto
mo por obra y gracia de un volado (se en 1912, cuando estuvo a punto de ser
tira al aire un zapato, pues ninguno de fusilado por esbirros a las órdenes del go-
los revolucionarios trae una moneda), no bernador Garza González, impuesto por
por convicción. el usurpador Victoriano Huerta. La Re-
Nellie Campobello, Francisca Moya Lu- volución Mexicana figura muy poco en
na, (1900-1986) ofrece una visión insó-
lita de la Revolución: la de una niña que 17
Nellie Campobello. Cartucho. Relatos de la lucha
jugaba a las muñecas con los soldados vi- en el norte de México.
llistas, famosos y temidos por sus abusos 18
Max Aub. Guía de narradores de la Revolución
y desmanes de toda índole. Paisana has- Méxicana, p. 21.
19
Nellie Campobello. Las manos de mamá.
ta las cachas del Centauro del Norte, 20
José Rubén Romero. Apuntes de un lugareño.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 31


OSCAR MATA

la narración, es apenas un incidente en la dad. Campamento (1931) 23 es un esplén-


juventud de Romero que, como la inmen- dido ejemplo de novela de la revolución
sa mayoría de sus contemporáneos, se compuesta por cuadros y episodios ape-
manifiesta a favor de Francisco I. Madero, nas ligados entre sí. Su interés reside en
quien aparece no como líder de un mo- el hecho de que nos cuenta varios as-
vimiento social, sino como un creyente pectos de la vida diaria de las tropas re-
del espiritismo… Desbandada (1934)21 es volucionarias: sus escasos alimentos coti-
la continuación de Apuntes… y una mues- dianos que contrastaban con los festines
tra más de la nostalgia por Michoacán, con carne asada; el papel de las mujeres,
sus paisajes, costumbres y –sobre todo– las célebres “adelitas”, que lo mismo eran
sabores. Sucede en Tacámbaro, donde un combatientes, compañeras de armas, que
poeta pueblerino logra levantar cabeza, cocineras y enfermeras. En el aspecto mi-
tras el triunfo de Madero, cuando se ha- litar, los grados se asignaban “de dedo”,
ce cargo de una tienda. Sin embargo, en según los pareceres de los “generales”,
la rebelión contra Huerta, las hordas re- cuyas tácticas guerrilleras de combate con-
volucionarias, al mando de un tal Inés trastaban con la estrategia aprendida en
Chávez, saquean el pequeño comercio, academias de los federales. Tierra (1932)24
por lo que el vate michoacano regresa es una pequeña obra maestra, mezcla de
a la pobreza. Fiel a sus convicciones, no crónica y mito, en una novela corta cuya
por ello condena a “la bola”, pues: “La acción va de 1910 a 1920. La vida de una
Revolución, como Dios, destruye y crea hacienda se altera por los rumores del
y, como a Él, buscámosla sólo cuando el inicio de la Revolución, las inquietudes
dolor nos hiere…”22 José Rubén Romero se acentúan cuando un peón llevado a
es un escritor sencillo, ameno, no exento la leva de castigo regresa contagiado de
de momentos de cursilería, que se deja maderismo. Continúa la narración escue-
leer con gusto y facilidad. Su obra rinde ta, lacónica, de los principales sucesos
homenaje a su patria chica, sin embar- revolucionarios: la Decena Trágica, la en-
go no presenta elementos suficientes pa- trada de villistas y zapatistas en la ciudad
ra ser considerado autor de Novela de de México, la Convención de Aguasca-
la Revolución. lientes y el decreto del 16 de enero de
Gregorio López y Fuentes (1897-1966) 1915 que establece el reparto de tierras.
aporta la perspectiva zapatista, la visión Entonces hace su aparición Emiliano Za-
de los seguidores del caudillo del sur, a pata, en calidad de testigo del auto de
la narrativa de la Revolución, aunque en deslinde de las tierras de Yautepec y
el terreno de las armas López y Fuentes Anenecuilco, su pueblo natal. Los seg-
siguió a Carranza y le mantuvo su fideli- mentos narrados con mayores detalles

21
José Rubén Romero. Desbandada. 23
Gregorio López y Fuentes. Campamento.
22
José Rubén Romero. Desbandada en La Novela 24
Gregorio López y Fuentes. Tierra. La Revolución
de la Revolución Mexicana, t. II, pp. 170-171. Agraria en México.

32 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


A MEDIO SIGLO DE LA APARICIÓN DE LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

corresponden a la traición de Guajardo, libran de él mandándolo de soldado de


que se concreta en Chinameca, donde leva. Como soldado raso es víctima de
Zapata es acribillado. Pero en los deci- los abusos de los oficiales, quienes se en-
res de la gente Emiliano sigue vivo, ya lo sañan con los de abajo; también advierte
han visto, hay quienes afirman que lo han que cuando alguien es ascendido, de in-
vuelto a ver cabalgando… Mi general mediato se olvida que alguna vez fue par-
(1934)25 cuenta una historia que se repi- te de la tropa y se comporta como cual-
tió no pocas ocasiones en la época revo- quier oficial: poniendo la bota encima
lucionaria: un terrateniente, un hacen- de sus subordinados. Los soldados están
dado, se levanta en armas y con su dinero obligados a combatir, saben que se casti-
compra armamento y demás pertrechos ga con la muerte a los desertores. Es su-
miliares para él y quienes se animan a mamente peligroso cambiar de bando,
seguirlo, casi siempre sus trabajadores y pues los alzados fusilan sin más a quien
jornaleros. Hombre de buenas intencio- consideren un desertor, como le suce-
nes, de golpe y porrazo se convierte en dió al periodista Otamendi, un maderis-
un militar, que triunfa en veinte comba- ta condenado a ser soldado de leva por
tes. Sus éxitos lo conducen a la ciudad publicar opiniones en contra del gobier-
de México, donde logra ser diputado y no, quien fue ultimado por los revolucio-
miembro de la élite gubernamental. En narios cuando intentaba pasarse a su
la cúspide del poder y ahíto de dinero bando… Tropa vieja ofrece mucha infor-
e influencias, se deja convencer por sus mación sobre la vida cotidiana de la
“amigos” y pensando que la tiene fácil, tropa: se alimentaban con tortillas, atole
se lanza a una elección que le resulta y frijoles, bebían café y debían estar muy
funesta, pues sin darse cuenta ha ido en al pendiente de sus pertenencias, so pe-
contra de la consigna del gran elector na de que cambiaran de dueño. Como a
de esos tiempos… los revolucionarios, bastantes mujeres se-
Tropa vieja (1943)26 de Francisco L. Ur- guían a la tropa, para atender a “sus hom-
quizo (1891-1969) muestra la manera en bres”; estaban con ellos lo mismo en los
que “un pelón”, un soldado del ejérci- cuarteles que durante los combates o en
to federal, vivió “la bola”. La narración prisión. Los ejércitos gubernamentales
principia en 1909, en una hacienda de la tenían mejor armamento que los rebel-
zona de La Laguna, y termina con la De- des, pero sus oficiales eran unos ancia-
cena Trágica. Espiridión, un peón que pu- nos, sobre todo los coroneles y generales.
do ir a la escuela cuando su padre le vivía, En la línea de fuego, Espiridión descubre
sabe leer y escribir, así como hacer cuen- una verdad muy amarga: la Revolución
tas, por lo que no se deja de los abusivos Mexicana fue una guerra de pobres y de-
rayeros y frecuentemente sale en defen- samparados contra pobres y desampa-
sa de sus compañeros. Su “rebeldía” le rados, en la que muy pocos salieron
acarrea la mala voluntad de los gachupi- “gananciosos” y muchos, muchísimos aca-
nes dueños de la hacienda, quienes se baron de “perdidosos”. En la obra del
general Urquizo no deja de advertirse
un dejo de tristeza, ya que este curtido
25
Gregorio López y Fuentes. ¡Mi general!
26
Francisco L. Urquizo. Tropa vieja. hombre de armas bien se dio cuenta que

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 33


OSCAR MATA

“la bola” fue una lucha entre hermanos en su barrio le decían “Diablo”, pero pron-
revolucionarios y a él no le gustó guerrear to se aleja de esos lares. El protagonis-
contra sus compatriotas. ta, jarocho como Mancisidor, deja atrás
José Mancisidor (1894-1956) evoca su una vida irresponsable para sumarse a la
participación en la defensa del puerto de rebelión en contra del dictador, bajo
Veracruz, contra la invasión norteameri- la férula de dos personajes con visiones
cana de abril de 1914, en Frontera junto distintas de la Revolución: El Canteado,
al mar,27 escrita en 1949 y publicada en el campesino bragado que lucha por un
1953. Antes había dado a la imprenta En pedazo de tierra y la libertad para tra-
la rosa de los vientos (1941)28, que narra bajarla, y León Cardel, preso político du-
el surgimiento de las ideas revolucionarias rante la dictadura, quien proclama que la
en la región del golfo de México, el es- lucha armada debe acarrearle más be-
tallido de las hostilidades, el triunfo de la neficios a la población, principalmente a
Revolución, así como el olvido de tanta los obreros. Los mejores momentos de la
y tanta sangre joven derramada. No obs- novela recrean acciones bélicas, verdade-
tante, la antología coloca primero a Fron- ras gestas, evocaciones de los hechos de
tera… que recoge el odio generalizado armas en los cuales participó Mancisidor
de los mexicanos hacia el mariguano –como la toma de los campos petroleros
Huerta, cuyos esbirros no dejaban de es- en manos de compañías extranjeras y
piar a la ciudadanía, pues en todo el país una marcha a través del desierto durante
se hablaba de los triunfos de Villa y del la cual son atacados por los pelones–,
avance del carrancismo hacia la capital. quien logró salvar el pellejo en “la bola”.
Frontera junto al mar se desarrolla en un Sin embargo no corre con la misma for-
barrio bravo de Veracruz, habitado por tuna en su faceta de predicador social.
pescadores explotados por los comercia- Junto al admirable aliento épico de En la
lizadores y fauna urbana de la más di- rosa de los vientos, hay un excesivo ver-
versa calaña, como “El Chespiar”, un balismo revolucionario, que desmerece
vagabundo que da clases de inglés a los ante los sucesos novelados. En vida José
niños del barrio. La parte central de la Mancisidor fue un hombre de una pieza,
trama está compuesta por las acciones cuyas acciones siempre dejaron constan-
de los porteños en contra de los diez na- cia de sus indeclinables convicciones re-
víos de guerra norteamericanos y más volucionarias, pero si en su calidad de
allá del maniqueísmo que caracteriza a novelista pretendió expresar un ideario o
Mancisidor, acaso su mérito resida en la una ideología revolucionaria, erró en su
presentación de diversas acciones béli- propósito. La Revolución Mexicana care-
cas llevadas a cabo por civiles. De mejor ció de ideología, no tuvo un credo social
factura resulta En la rosa de los vientos, que la encausara, como la rusa. Se inició
novela cuyo narrador y protagonista per- como una exigencia por elecciones lim-
manece en el anonimato, pues no da su pias, continuó con un reclamo por la tie-
nombre – en el capítulo dos refiere que rra y libertad para trabajarla, y acabó
siendo una rebatinga por el poder. Las
mentes más lúcidas que escribieron so-
27
José Mancisidor. Frontera junto al mar.
28
José Mancisidor. En la rosa de los vientos.
bre la Revolución, José Vasconcelos y

34 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


A MEDIO SIGLO DE LA APARICIÓN DE LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

Martín Luis Guzmán, no se ocuparon del monos con Pancho Villa! que –según pa-
aspecto ideológico, simple y sencillamen- labras de su autor sólo contiene hechos
te porque no existía. Vasconcelos, a pro- verídicos– es un híbrido que demuestra
pósito de la Convención de Aguascalien- el carácter impuro del género novela.
tes, se concreta a presentar la situación Sus primeros “capítulos” en realidad son
del país y de las luchas entre las diversas unos cuentos que Muñoz publicó en
facciones en ese preciso momento; Mar- El Universal, inspirados en los “Leones
tín Luis Guzmán, en La sombra del cau- de San Pablo”, unos campesinos que se
dillo, se limita a señalar las reacciones de unieron a la División del Norte. Son na-
los asistentes ante los discursos de los rraciones ágiles, con un desarrollo veloz,
líderes, pero se abstiene de citar o trans- que tienen como protagonistas a todos
cribir fragmento alguno… Mancisidor es- y cada uno de los “Leones” y como telón
cribió En la rosa de los vientos justo en de fondo dan cuenta de los avances de
los años en que la Revolución Mexica- las tropas villistas y de sus preparativos
na lograba sus máximas conquistas so- para la toma de Zacatecas; Rafael F. Mu-
ciales: la reforma agraria, el salario míni- ñoz está considerado el mejor cuentista
mo, la educación obligatoria y gratuita, así de la Revolución y los ocho primeros “ca-
como la expropiación petrolera. En ese pítulos” de ¡Vámonos con Pancho Villa!
entonces, era posible tener una visión es- lo demuestran. De pronto, el tempo y la
peranzadora del futuro del país, con la anécdota de la novela cambian de mane-
cual termina la novela, mostrando a El ra radical: Francisco Villa, que apareció
Canteado que muy feliz trabaja su tierra. esporádicamente en la primera mitad, se
La obra de Rafael F. Muñoz (1899-1972) convierte en la figura central de la trama.
es una oda, un ditirambo, a “la figura Se trata de un Villa que conoció la derro-
imponente” de Francisco Villa. Muñoz no ta en Celaya y va en retirada; no obstante,
perteneció a las huestes del Centauro tiene los arrestos para demostrar su odio
del Norte, pero su producción literaria a los gringos atacando Columbus, además
lo muestra como un ferviente villista. de salir victorioso de una batalla contra
Gracias a su actividad periodística tuvo los carranclanes y sobrevivir a una herida
oportunidad de entrevistarlo en varias de bala “fría”, de rebote, que se le incrus-
ocasiones y quedó impactado por su ta en una pierna. Toda una ordalía, la
personalidad. La primera edición de ¡Vá- épica personal de El Centauro del Norte
monos con Pancho Villa!29 apareció en por ocultarse de la punitiva expedición
Madrid, debido a que Calles y sus esbi- yanqui que simplemente no pudo en-
rros trataban, infructuosamente, de bo- contrarlo, mucho menos apresarlo, y so-
rrar cualquier vestigio del máximo jefe brevivir sin auxilio médico ni medicamen-
de la División del Norte. “Aquél sí que tos, pero con la indeclinable lealtad de
era hombre y jefe de hombres…”30 ¡Vá- sus seguidores. Un alto porcentaje de la
imponente figura de Francisco Villa resi-
dió en la nobleza y la lealtad de sus hues-
tes; la segunda parte de ¡Vámonos con…,
29
Rafael F. Muñoz. ¡Vámonos con Pancho Villa!. una novela corta perfectamente hilva-
30
Rafael F. Muñoz. ¡Vámonos con… en La Novela
de la Revolución Mexicana, t. II, p. 723. nada, ofrece testimonio de tal grandeza

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 35


OSCAR MATA

humana. Por su parte, Se llevaron el ca- Más que una novela de la Revolución,
ñón para Bachimba31, novela finalizada que por cierto lo es, El resplandor (1937)32
en 1936 y publicada cinco años des- representa una brillante síntesis de la na-
pués en Buenos Aires, se desarrolla du- rrativa mexicana del primer tercio del
rante la rebelión de Pascual Orozco en siglo XX, pues en ella se advierte el cos-
contra del presidente Madero. Cuenta la tumbrismo, un acercamiento al mundo
iniciación en la vida de Álvaro Abasolo, colonial, las historias verídicas de la Re-
un jovencito de familia acomodada que a volución y el indigenismo. Mauricio Mag-
los trece años se suma en calidad de se- daleno (1906-1986) ofrece un mural del
cretario a la Brigada Ruiz, una facción campo mexicano más extenso: el de cal
orozquista, debido a que sabe leer y es- y tepetate, siempre sediento de agua y
cribir, y en más de un idioma. Pascual de la más elemental justicia social. La
Orozco no le gusta, pues considera que acción se desarrolla en la región del valle
le faltaba “ese efluvio misterioso del je- del Mezquital, en el estado de Hidalgo,
fe” que arrastra a los demás a seguirlo sin tierra de los otomíes, raza explotada
condiciones, como Pancho Villa. En cam- por los aztecas, los conquistadores y los
bio, entre Marcos Ruiz, el jefe de la bri- mestizos. En el siglo XVI recibieron bien
gada, y él pronto se establecen lazos de a los españoles, esperanzados de que
cooperación y simpatía. Bajo su férula los libraran del yugo azteca, pero des-
Álvaro se convierte en un “colorado”, an- pués cayeron en otro peor, el de los en-
sioso de contribuir en la salvación del comenderos, representados por la dinas-
pueblo sojuzgado. Sin embargo, la briga- tía de los Fuentes, amos y señores de la
da tiene poca actividad, contadas veces región hasta la Independencia, cuyos be-
entra en combate, o se la pasa huyendo neficios no se recibieron en esos lares;
de los pelones que la aventajan en ar- de ahí que los otomiés sean ariscos y se
mamento y municiones; para colmo de cierren a toda novedad. Con la Revolu-
males desperdician mucho tiempo en es- ción abrigan esperanzas de un cambio
pera de las órdenes de Orozco, que har- positivo, encarnado en “Coyotito”, al-
to se demoran y cuando al fin llegan in- guien de su misma raza, un huérfano cria-
dican que la brigada debe retroceder aún do por los habitantes de San Andrés de
más, lo que acarrea su desintegración. la Cal y educado en la capital del estado
Se llevaron el cañón para Bachimba no por la revolución triunfante. Gracias al
deja de trasmitir cierto dejo de derrota, apoyo de sus paisanos, “Coyotito” se
en un tono antiépico. Sin embargo, el convierte en el señor gobernador del es-
aprendizaje de la vida de Álvaro le da tado y una vez en el poder sigue el mis-
la certeza de haberse convertido en un mo patrón de conducta adoptado por
hombre completo. la inmensa mayoría de los gobernantes
surgidos de la Revolución Mexicana.

31
Rafael F. Muñoz. Se llevaron el cañón para
Bachimba. 32
Mauricio Magdaleno. El resplandor.

36 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


A MEDIO SIGLO DE LA APARICIÓN DE LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

Miguel N. Lira (1905-1961) escribió vencer a los pelones, pero a base de res-
La Escondida (1948)33 casi treinta años peto y perseverancia consigue ganarse su
después del fin de las hostilidades béli- corazón. A primera vista el melodrama
cas, por tanto pudo apreciar la Revolución de Gabriela y Felipe desentona, por no
desde una perspectiva histórica. “La Es- decir choca, con la violencia caracterís-
condida” es, por un lado, una pequeña tica de la narrativa de la Revolución, sin
selva enclavada en el monterío de la sie- embargo los extremos se atraen y termi-
rra y, por otro, una hermosa mujer, Gabrie- nan encontrándose. Y de la mescolanza
la Adalid, viuda de un general porfiriano, de clases sociales que trajo consigo “la
a quien el cabecilla revolucionario Felipe bola” surgió el México de nuestros días.
Rojano, protege y esconde en su casa, Siempre que se comenta una antolo-
hasta que se enamoran y procrean un hi- gía, no faltan los señalamientos de nom-
jo, que no conocerá a su padre, asesina- bres y títulos dejados fuera o incluidos
do por uno de sus compañeros revolu- sin los méritos suficientes. Este caso no
cionarios, pero crecerá y vivirá en el podía ser la excepción, máxime al tratar-
México producto del régimen revolucio- se de una empresa de esa envergadura.
nario. En La Escondida el amor adquiere Castro Leal sin duda realizó un trabajo
una importancia que no tiene en ningu- sobresaliente, que ha obtenido muy me-
na otra novela de la Revolución –salvo recido reconocimiento. Las observacio-
La revancha–, cuyos personajes, preocu- nes a su elección han quedado seña-
pados por conservar el pellejo, no ladas: las ausencias de Andrés Pérez,
cuentan con el tiempo ni los ánimos pa- maderista; La tormenta y El compadre
ra entregarse a tal sentimiento. La acción Mendoza, así como la inclusión de Apun-
se desarrolla en Tlaxcala y abarca desde tes de un lugareño. En lugar de esta últi-
los últimos años del Porfiriato hasta la ma bien pudo haberse incluido Tierra
caída de Victoriano Huerta. Los princi- caliente (1935)34 y El sur quema (1937)35
pales sucesos revolucionarios –el Plan de de Jorge Ferretis (1902-1962). Podría
San Luis, los levantamientos en Chihua- aducirse que Ferretis dista de ser un au-
hua, los asesinatos de los hermanos Ser- tor de primera línea, pero José Rubén
dán, el ascenso al poder de Madero– Romero tampoco lo es, y las novelas de
marcan el desarrollo de la trama, como en Ferretis se ocupan primordialmente de la
toda novela de la Revolución. Sin embar- Revolución Mexicana, desde el inicio del
go, y esto distingue a La Escondida de las movimiento armado hasta la corrupción
otras obras de su género, Lira presta la que muy temprano se apoderó de ella.
misma atención a los hechos de armas y Mariano Azuela fue el primero en de-
de gobierno que a la melodramática rela- nunciarla en Andrés Peréz, maderista; en
ción de la bien educada y elegante dama 1918, cuando el país padecía los últimos
con el analfabeto jefe revolucionario, meses de lucha armada, Diego Arenas
quien se convierte en un cacique tras

34
Jorge Ferretis.Tierra caliente. Los que sólo saben
pensar.
33
Miguel N. Lira. La Escondida. 35
Jorge Ferretis. El sur quema. Tres novelas.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 37


OSCAR MATA

Guzmán publicó El señor diputado,36 una BIBLIOGRAFÍA


novela que cuenta dos historias: la pri-
mera es la de un revolucionario, Carlos Arenas Guzmán, Diego. El señor diputado.
Macías, que se ha distinguido por su va- México, Botas, 1918.
lor y su honradez, quien acaba solo y en la Aub, Max. Guía de narradores de la Re-
miseria; la segunda es la de Felipe Oroz- volución Méxicana. México, SEP-FCE,
co, un oficial que se enriquece sin el me- 1985, p. 21.
nor escrúpulo y cuyas mañas le ganan una Azuela, Mariano. Andrés Peréz, maderista.
curul en el Congreso Nacional… Acaso México, Imp. De Blanco y Botas, 1911.
la mayor omisión de la antología sea La . Los de abajo (Cuadros de la
negra angustias (1944)37, de Francisco Ro- revolución mexicana), El Paso, Texas,
jas González (1904-1951). La coronela Imp. de El Paso del Norte, 1916.
Angustias Farrera es uno de los personajes . Los caciques. Novela de
más interesantes de la literatura mexica- costumbres nacionales. México, Talls.
na; acaso nadie como ella ilustre el des- Edits. de la Cía. Periodística Nacional,
tino de los miles y miles de campesinos 1917.
que lograron salir con vida de “la bola”: la . Cuadros y escenas de la
vuelta a su antigua condición de siervos. Revolución Mexicana. Las moscas.
Cuando La novela de la Revolución Domitilo quiere ser diputado. México,
Mexicana apareció, la mitad de los doce Tip. De A. Carranza e Hijos, 1918.
autores seleccionados habían pasado a . Los de abajo. El Paso, Tejas,
mejor vida; desde tiempo atrás, la críti- Imprenta de El Paso del Norte, 1916
ca consideraba que el género Novela de Nellie Campobello. Cartucho. Relatos de
la Revolución, expresión acuñada en el la lucha en el norte de México. Xalapa,
lejano 1926, había cumplido su ciclo que, Ver. Ediciones Integrales, 1931.
por tanto, quedaba concluido. No suce- . Las manos de mamá. México,
dió así y a los pocos años empezaron a Eds. Juventudes de Izquierda, 1937.
publicarse novelas, cuentos y relatos ins- Castro Leal, Antonio (comp.) La novela
pirados en la Revolución Mexicana, es- de la Revolución Mexicana. (Selección,
critos por los hijos y algún nieto precoz introducción general, cronología histó-
de los revolucionarios; una generación rica, prólogos, censo de personajes, índi-
después, toca el turno de los nietos y uno ce de lugares, vocabulario y bibliografía
que otro bisnieto que continúan la bola de…) México, Aguilar, 1960. 2 vols.
narrativa inspirada en los hechos históri- Ferretis, Jorge. Tierra caliente. Los que sólo
cos que se iniciaron en 1910 saben pensar. Madrid, Espasa Calpe,
1935.
. El sur quema. Tres novelas. Mé-
xico, Botas, 1937.
Martín Luis Guzmán. El águila y la ser-
piente. Madrid, Aguilar, 1928.
. La sombra del caudillo. Madrid,
Espasa Calpe, 1930.
36
Diego Arenas Guzmán. El señor diputado.
37
Francisco Rojas González. La negra angustias.

38 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


A MEDIO SIGLO DE LA APARICIÓN DE LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

Iguiniz, Juan B. Bibliografía de novelistas chimba. Bs. As, Espasa Calpe, 1941.
mexicanos. Pról. de Francisco Monter- Paz, Ireneo. Madero. México, Imp. de Ire-
de. México, SER, 1926. neo Paz, 1914.
Lira, Miguel N. La Escondida. México, Urquizo, Francisco L. Tropa vieja. Méxi-
EDIAPSA, 1948. co, Talls. Gráficos del Depto. de Pub. y
López y Fuentes, Gregorio. Campamen- Prop. de la SEP, 1943. 328 pp
to, Madrid, Espasa Calpe, 1931. Rojas González, Francisco. La negra an-
. Tierra. La Revolución Agraria gustias. México, Cía. Gral. de Edicio-
en México. México, Talls. De El Uni- nes, 1944.
versal, 1932. Romero, José Rubén. Apuntes de un lu-
. ¡Mi general! México, Botas, 1934. gareño. Barcelona, Imp. Nuñez y Cía,
Magdaleno, Mauricio. El resplandor. Mé- 1932.
xico, Botas, 1937. . Desbandada. México, Botas, 1934.
Mancisidor, José. En la rosa de los vien- . Desbandada en La Novela de la
tos. México, EDIAPSA, 1941. (Ediciones Revolución Mexicana, t. II, pp. 170-171.
Romance) Vera, Agustín. La novela de la Revolución
. Frontera junto al mar. México, Mexicana, t. 1, pp. 811-920; la otra es
FCE, 1953. (Letras Mexicanas, 7) de Premia-SEP, 1982. 243 pp. (La ma-
Mateos, Juan A. Su majestad caída o la Re- traca, 22)
volución Mexicana. México, casas edi- . La revancha. Novela mexicana.
toriales Maucci hermanos e hijos, 1914. San Luis Potosí, Talls. Linotipográficos,
Muñoz, Rafael F. ¡Vámonos con Pancho 1930.
Villa! Madrid, Espasa Calpe, 1931. Vasconcelos, José. Ulises criollo. México,
. ¡Vámonos con... en La Novela Botas, 1935.
de la Revolución Mexicana, t. II, p.723. . La tormenta. México, Botas,
. Se llevaron el cañón para Ba- 1937.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 39


UN POETA Y LA REVOLUCIÓN:
“EL CORONELITO”, CUENTO DE ELÍAS NANDINO

LETICIA ROMERO CHUMACERO*

Q uizá fue la crudeza de los cadáveres


en las calles y el imponente desfile de
nó en torno a una espinosa campaña
presidencial postrevolucionaria. Otros es-
sombrerudos armados; tal vez fue la di- critores dejaron constancia de vivencias
mensión apoteósica de los protagonistas personales asociadas a la turbulencia mi-
de las batallas, erigidos en héroes o villa- litar. En sus tomos de memorias, Jaime
nos por la historiografía oficial; sin duda Torres Bodet (Tiempo de arena), Salva-
contribuyó también la profunda trascen- dor Novo (La estatua de sal) y Elías Nan-
dencia social, económica y simbólica, tan- dino (Juntando mis pasos), recordaron
to de las modificaciones logradas como con viveza la forma como se modifica-
de las pospuestas. El caso es que en los ron los planes de residencia y trabajo de
terrenos de la narrativa, la poesía, el en- sus familias debido a la entrada de Fran-
sayo y el teatro, la Revolución Mexicana cisco I. Madero a la capital del país; tam-
dejó huella, aportando ambientes, perso- bién dieron cuenta del posterior y brutal
najes y temas para las letras del naciente arribo de Victoriano Huerta a la Presi-
siglo XX. Mariano Azuela, Martín Luis Guz- dencia de la República. En efecto, la
mán, Nellie Campobello, Gregorio López conmoción bélica tocó la vida del niño
y Fuentes, Francisco L. Urquizo, Rafael F. Salvador Novo directamente, cuando
Muñoz, Mauricio Magdaleno, entre otros los colegios fueron cerrados y él debió
y otras, contaron historias sobre Francisco esperar un tiempo antes de continuar
Villa, Rodolfo Fierro, Venustiano Carran- su formación:
za y demás actores históricos, incluidos
los anónimos. No podía pensarse en que yo fuera
Dentro de otro registro literario, Laura a ninguna escuela. Todas se hallaban
Méndez de Cuenca dedicó poemas a cerradas por una revolución, por distur-
Carranza y una biografía a Obregón, en bios, combates, tiroteos constantes que
acongojaban a mis padres y nos ence-
tanto Antonieta Rivas Mercado reflexio-
rraban a ver pasar las hordas de los
villistas o lo que fueran.1

* Universidad Autónoma de la Ciudad de Mé-


xico-Cuautepec. 1
Novo, La estatua de sal, p. 55.

41
LETICIA ROMERO CHUMACERO

Torres Bodet, por su parte, recordaba el el doctor Elías Nandino afirmó que sus
momento en que él y otros jóvenes pre- amigos los Contemporáneos fueron los
paratorianos recibieron máuseres para “Pancho Villa de la revolución sexual”.4
desfilar el 15 de septiembre de 1913. Por otra parte, a pesar de haber estu-
Aquello ocurrió cuando, muerto el Presi- diado en el Colegio Militar y, por ende,
dente Madero, Victoriano Huerta mili- pese a comprender las dinámicas de la
tarizó San Ildefonso y otras institucio- guerra, para José Juan Tablada las tropas
nes académicas: carrancistas representaron la violenta e
incomprensible destrucción de su cos-
No imaginaba yo tan incómodo el par- mopolita casa de aspecto japonés. En
te de un instrumento de destrucción. otros casos, como el de Federico Gamboa,
La gruesa correa del mío se me incrus- primero, y el de José Vasconcelos, des-
taba en los dedos profundamente. Y la pués, la Revolución fue punta de lanza de
grasa del cerrojo parecía más destina-
malogradas aspiraciones políticas, así co-
da a mancharme las mangas del traje
que a prevenir la parálisis del gatillo.2
mo de un exilio forzado. La revuelta, en
suma, trastocó las vidas familiares, aca-
démicas, periodísticas, diplomáticas y
A diferencia de ellos, el niño Nandino se
políticas de aquellos escritores y –aun-
topó con testimonios de muerte muy
que a veces de soslayo–, asomó en su
pronto. Su familia se refugió en casa de
escritura creativa desbordando eso que
un sacerdote cuando llegaron a su natal
la historiografía literaria llama Narrativa
Cocula las tropas carrancistas; entonces,
de la Revolución Mexicana.
envalentonado, Elías salió a la plaza bur-
Precisamente esa profunda modifica-
lando el toque de queda, sólo para topar-
ción de la existencia provocada por el
se con rastros de un fusilamiento y con
movimiento armado es el tema de “El Co-
un grupo de colgados que le inspiraron
ronelito”, relato breve escrito por el poe-
pavor y lo impelieron a huir rumbo a su
ta jalisciense Elías Nandino y publicado
casa: “Había visto morir pero no matar”,
en 1951.5 Al tratarse de un cuento y, más
escribió años más tarde.3
aún, del único cuento de ese autor, cabe
El rudo aprendizaje derivado de aque-
preguntar por su ubicación en el marco
llos acontecimientos fue relevante en
de la obra nandiniana: ¿qué aspecto de
más de un sentido: en ese San Ildefonso
la Revolución podía interesarle a un poe-
tomado por militares, Jaime Torres Bodet
ta?, ¿por qué elegir la prosa para apro-
se vinculó con quienes más tarde serían
ximarse al tema?, ¿de qué manera su
conocidos como Contemporáneos; por
poesía habitaría en el relato?
otra parte, el México postrevolucionario
con su hambre de vida, brindó licencias
y ocasiones suficientes para la iniciación
homoerótica del joven Salvador Novo. Y,
por cosas como esa, décadas más tarde,

4
De dolores y placeres, p. 70.
2
Torres Bodet, Tiempo de arena, p. 46. 5
Elías Nandino, “El Coronelito”, América. Revista
3
Nandino, Juntando mis pasos, p. 44. Antológica, pp. 203-220.

42 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


UN POETA Y LA REVOLUCIÓN: “EL CORONELITO”, CUENTO DE ELÍAS NANDINO

LA REVOLUCIÓN COMO PRUEBA padre, lo acecha, laza y arrastra hasta ma-


tarlo. La proeza, divulgada pronto entre sus
Quizá lo más notorio de “El Coronelito” colegas, lo convierte en “El Coronelito”.
es su facultad ilustrativa. Sin ser en estric- “En la novela de formación la historia
to sentido bildungsroman, porque no es […] del protagonista no sólo es tema, sino
novela sino cuento y porque carece de al- también principio poético de la obra”,
gunos rasgos presentes en obras así defi- comenta el profesor Miguel Salmerón en
nidas, “El Coronelito” es una historia de un estudio sobre el particular.6 Dicha ca-
formación interior. Interesante al respecto racterística existe en el cuento de Nandi-
es, sin duda, el contexto donde tal for- no, aunque de una manera que podríamos
mación tiene lugar (la Revolución), pero denominar “diferida”, pues el personaje a
también lo es la identidad del autor. Lo cuyo crecimiento interior asistimos, apa-
primero, porque parece conferir a la na- rece en el relato sólo desde la tercera has-
rración un carácter alegórico donde el ta la octava de sus secciones. Esa inclusión
doloroso despertar del protagonista (súbi- tardía obliga a preguntar por el sentido de
tamente inmerso en la vorágine bélica) las secciones uno y dos, donde el chico no
tiene por correlato la atemorizada pobla- es siquiera mencionado.
ción donde las transformaciones ocurren; Pero antes de dilucidar lo antedicho,
lo segundo, porque en los manuales de conviene señalar que la historia transcurre
literatura, Nandino no es registrado en en un pueblo pacífico y sus alrededores.
los terrenos del cuento y “El Coroneli- El conflicto se desencadena cuando la
to” lo es. armonía sonora del ambiente es impug-
La anécdota narrada es como sigue: nada con la irrupción de revolucionarios
en un poblado de Jalisco, una veintena y federales, acompañados por “disparos,
de hombres se levanta en armas al grito de gritos y malas palabras [que] estremecie-
“¡Viva la Revolución!” y, horas más tar- ron el espacio”, por un lado; y “el toque
de, las fuerzas federales toman la zona si- del clarín [que] rompió los aires”, por
tiada por los insurrectos. A pesar del peli- otro.7 Esa estridencia quebranta la paz,
gro, el cabecilla rebelde vuelve furtivo a modificando las costumbres del pueblo,
casa para ver a su mujer e hijo, circuns- obligado repentinamente a esconder a sus
tancia en la que es aprehendido; enton- mujeres, a ocultar o delatar rebeldes, y a
ces, el chiquillo escapa y da aviso a los co- hospedar o traicionar a los militares en-
rreligionarios de su progenitor, quienes viados por el gobierno. Justamente esa
intentan liberarlo sin fortuna. Un par de convulsión es planteada en los dos pri-
años después, huérfano de padre, el mu- meros apartados de “El Coronelito”, don-
chacho ya forma parte de la gavilla pa- de se muestra de igual forma la índo-
rapetada en la sierra, distinguiéndose por le de la nueva vida de los revolucionarios
su habilidad para sobrevivir y por su vi- fortuitos, arrancados de sus casas para
gor al luchar. Ante la inminente partida del
grupo hacia otra plaza, solicita permiso
para bajar al pueblo y visitar a su madre
por última vez. En el camino se topa por
6
Salmerón, La novela de formación y peripecia,
p. 59.
casualidad con el Coronel que fusiló a su 7
Nandino, op. cit., p. 203.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 43


LETICIA ROMERO CHUMACERO

enfrentarse a un sistema social opresivo frente de la tropa, mientras “El Sapo” le


y dotados más de vagos ideales que de da el nombre con que será conocido tras
objetivos castrenses claros. asesinar a su enemigo, el nombre que da
Ya se advirtió que la historia de for- cuenta de su proeza y lo hermana con
mación como principio poético se pre- los demás sujetos conocidos por sus alias.
senta en este caso de manera diferida, Su vida ha dado un vuelco que lo convier-
aplazada. Pues bien, se adelantó también te en otro.
que el cuento tiene por tema la brutal me-
tamorfosis engendrada por la guerra en
el sitio donde ocurre; en función de ello LA REVOLUCIÓN COMO TRÁNSITO INICIÁTICO
es dable concluir que el proceso de creci-
miento emocional es protagonizado tan- Esos hechos instalan al protagonista del
to por Rafael como por quienes lo rodean, cuento casi de golpe dentro de las diná-
puesto que la guerra llega para modificar micas de los adultos. Al pasar la prueba del
en forma raigal sus vidas. De ahí que el valor que no estaba en posición de en-
eficaz principio poético referido abarque frentar siendo un niño, obtuvo el recono-
al texto por completo. cimiento de sus pares traducido en un
Otro rasgo posible del bildungsroman, mote capaz de otorgarle identidad gue-
el motivo del viaje,8 inicia en la cuarta rrera. La iniciación, pues, se completó. En
sección, cuando el niño Rafael presencia este punto es relevante considerar que el
con enorme sobresalto la captura de su crítico ruso Vladimir Propp observó en los
padre, el cabecilla rebelde Cipriano Ra- cuentos de hadas un esquema similar al
mos, conocido como “El Chivo”, y huye descrito hasta aquí: un infante, arrancado
de la casa familiar para avisar al resto de del hogar, inicia un viaje durante el cual
los sublevados. A pesar de un intento afronta pruebas diversas; en su paso por
de rescate, “El Chivo” es fusilado y, a lo lar- un bosque extravía un objeto valioso que
go de los dos años posteriores, Rafael simboliza la inocencia perdida y obtie-
ejercita sus facultades bélicas, ve nacer ne a cambio una recompensa que le per-
un leve bozo que anuncia el arribo del mite volver a su lugar de origen, pero
bigote y empieza a desear la compañía renovado en un sentido profundo.9 Co-
de una mujer. Sólo tiene catorce años de mo en esas historias iniciáticas (aunque,
edad pero el exilio lo ha tornado tan me- claro, sin el componente fantástico de las
ditabundo como sediento de venganza. analizadas por Propp), en la narrada por
Así, de camino al pueblo para visitar furti- Nandino el motivo del viaje posee un
vamente a su madre, el azar lo coloca sentido alegórico, significando la vida y
frente al Coronel que comanda las tropas sus vicisitudes; en función de esto, el
federales y ante la posibilidad de cobrar- acento está puesto en el recorrido en sí
le la muerte de “El Chivo”. El bautizo de mismo mucho más que en el sitio a don-
sangre se consuma a plenitud cuando “El de se arriba.
Cacarizo”, nuevo líder del grupo, distin- Habría que reflexionar un poco a pro-
gue a Rafael situándolo a su derecha al pósito de lo anterior. Si bien es cierto que

8
Salmerón, op. cit., p. 60. 9
Propp, Raíces históricas del cuento, passim.

44 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


UN POETA Y LA REVOLUCIÓN: “EL CORONELITO”, CUENTO DE ELÍAS NANDINO

Rafael da el paso hacia la adultez cuando haberse horrorizado tras un inesperado


está a punto de cerrar el periplo adolescen- encuentro con hombres colgados en la
te dirigiéndose hacia el origen represen- plaza principal de Cocula. Pues bien, esa
tado por la casa de su madre, también lo visión sangrienta de la Revolución fue ma-
es que nunca vuelve hasta ella. En el ca- tizada en “El Coronelito”, donde eligió la
mino se enfrenta al dilema de cerrar su construcción de un discurso reivindica-
círculo familiar retornando al hogar (sitio dor como base de acciones brutales pero
de su nacimiento físico), así sea breve- justificadas en función de una impronta
mente, o de cerrar el de la venganza, eli- ética. Una cosa es la vida y, otra, la manera
minando al Coronel (detonante de su na- como ésta es representada en el universo
cimiento simbólico en la esfera de la de ficción para que hechos o reflexiones
adultez). Elige lo segundo y ello lo conde- alrededor de la misma trasciendan. De ahí
na a emprender un viaje que se antoja in- la franca distancia entre el suceso narrado
cesante en un ambiente de guerra, enca- en el tomo de memorias, más personal e
bezando a la tropa local hacia otra plaza, íntimo, y el cuento, donde la anécdota
donde ya los espera una facción carran- alcanza una dimensión distinta.
cista cuyos objetivos inspiran en el grupo Sin duda alguna, un elemento que
plena confianza en la utilidad de una lu- confiere peculiaridad al texto examinado
cha que se vieron obligados a hacer suya. radica en que no pertenece al género lite-
El final fragmentado del cuento –tam- rario utilizado comúnmente por el autor.
bién común en otros relatos de forma- Esto, a su vez, impone un breve comenta-
ción–10 devela que en ese universo de rio sobre la forma en que tal hecho im-
ficción la formación integral no existe: el pregnó al cuento de un tono distintivo.
tránsito vital está hecho de contingen- En efecto, a diferencia de otros relatos so-
cias, coyunturas, decisiones. Salvo que la bre ese movimiento armado, cargados de
guerra lo enfatiza, lo amplifica todo, con franca y objetiva referencialidad históri-
su tremenda brutalidad. Tal es el apren- ca y contextual, “El Coronelito” brilla por
dizaje cardinal de Rafael y de quien sigue su cariz poético. El narrador Nandino,
su historia. echó mano de su repertorio de imáge-
nes y metáforas para iluminar el paisaje
con el recurso de la falacia patética que
LA GUERRA EN MANOS DE UN POETA hermana el sentir de los personajes con
su escenario cuando “con los ojos abier-
Los insurrectos de ese pueblo conmovido tos en la oscuridad, sentían, al escuchar
por la lucha armada se dicen seguidores los golpes de las gotas sonoras, un avance
de los ideales libertarios de Venustiano en el tiempo de la eternidad de su insom-
Carranza, figura casi mítica que ensalzan nio”.11 O con imágenes esplendentes co-
con entusiasmo. Al respecto, es interesan- mo la citada a continuación: “la presa de
te recordar la aterradora anécdota auto- ‘Los parajes’ manchaba de espejo la in-
biográfica contada por Nandino en Jun- mensidad de la sombra”.12 La pluma
tando mis pasos; aquella donde confesó
11
Idem.
10
Salmerón, op. cit., p. 59. 12
Ibid., p. 220.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 45


LETICIA ROMERO CHUMACERO

lírica aportó en esos casos un enfoque ciones sufridas por todo un país agobia-
embellecedor a manera de contrapunto do por la obligatoria reorientación de su
ante la destrucción y la violencia. vida. También apuntala elementos para
Pero, ¿qué aspecto de la Revolución confirmar la aceptación del carrancismo
podía interesarle a un poeta? Acaso el como síntesis de los ideales revoluciona-
atisbo de esperanza agazapado tras la rios entre algunos escritores mexicanos;
crueldad de los hechos vividos y recrea- otros, como se sabe, optaron por Villa,
dos literariamente. Quizá la gran metá- como hizo Nellie Campobello en Cartu-
fora de vida implícita en un territorio de cho, por ejemplo. Y todo lo anterior es
muerte. Tal vez la exploración minuciosa, enriquecido por el registro poético del
a través del caso de un muchacho cuya lenguaje nandiniano, por una musicali-
existencia se pliega a los designios de una dad que conquista armónicamente la pro-
guerra, del poder metafórico de ésta: su sa narrativa logrando no sólo un relato
condición de extrema ruptura de certezas, alegórico ambientado en un contexto de
de escenario de transformaciones interio- resonancias históricas, sino el testimonio
res y exteriores. La guerra, en el cuento de de una faceta poco conocida pero fe-
Nandino, se antoja detonante de una rai- cunda, de un escritor mexicano que to-
gal búsqueda de significado para la vida. davía nos depara gratas sorpresas
La elección de la narrativa como medio
para verter reflexiones sobre lo antedi-
cho pareciera orientada, pues, por la ne-
cesidad de llevar la abstracción hacia una
esfera más inmediata. Entonces la poe-
sía, mediante la cual examinó Nandino la
muerte y el erotismo en múltiples ocasio-
nes, cedió el paso a una relación de he-
chos cercana a la experiencia cotidiana,
pero capaz de conferir sentido en el tiem-
po y el espacio a sucesos particularmente
caóticos. La historia del niño que arriba
a la adultez en medio de una convulsión
social generalizada, se torna paradigmá-
tica e incluso simbólica: el aliento poético
atempera, sin esconder, la revolución par-
ticular de un individuo; el aliento narrati-
vo la exhibe, dotándola de una densidad
que apunta hacia el realismo propio del
ciclo de la Revolución Mexicana.
En el marco amplio de la obra del ja-
lisciense, “El Coronelito” recupera un
episodio situado en el terruño del autor
y le da un carácter mítico, aunque tam-
bién representativo de las transforma-

46 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER


UN POETA Y LA REVOLUCIÓN: “EL CORONELITO”, CUENTO DE ELÍAS NANDINO

FUENTES CITADAS Novo, Salvador. La estatua de sal. Prólogo


Carlos Monsiváis, CONACULTA, Méxi-
De dolores y placeres. Entrevistas con Elías co, 2002.
Nandino entre 1954 y 1993. Selección, Propp, Vladimir. Raíces históricas del cuen-
compilación y estudio de Gerardo Bus- to. Traducción José Martín Arancibia, 2ª
tamante Bermúdez, Gobierno del Dis- ed, Colofón, México,1989.
trito Federal, Universidad Autónoma de Salmerón, Miguel. La novela de forma-
la Ciudad de México, México, 2009. ción y peripecia. A. Machado Libros, Ma-
Nandino, Elías. “El Coronelito”. América. drid, 2002.
Revista Antológica, núm. 66, año IV, Torres Bodet, Jaime. Tiempo de arena. FCE,
México, 1951, pp. 203-220. México, 2002 (Letras Mexicanas, 18).
. Juntando mis pasos, Aldus, Mé-
xico, 2000 (La Torre Inclinada).

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 DOSSIER 47


LA REVOLUCIÓN CUBANA EN LA PRENSA MEXICANA
(1964)

NORA PÉREZ R AYÓN*

L a Revolución Mexicana dio origen a un


sistema político autoritario que cimentó
de un claro deslinde entre las dos revolu-
ciones latinoamericanas.
su legitimidad en ser el heredero de ese En 1964 se llevó a cabo la Novena Reu-
amplio movimiento social y popular, que nión de Consulta de la Organización de
se institucionalizó en un régimen presi- Estados Americanos, (OEA). En ésta se
dencialista y un partido de masas hege- aprobó la resolución que obligaba a los
mónico de corte corporativista. Este mo- estados miembros a suspender relacio-
delo fue capaz de garantizar la estabilidad nes diplomáticas con el régimen de Fidel
política y el crecimiento económico del Castro; México fue el único país que ig-
país durante un largo período del siglo XX. noró la resolución.
En el cincuentenario de la Revolución El artículo hace un análisis de algunos
Mexicana, hacia principios de la década de los diarios más importantes del país-
de 1960, la funcionalidad de este siste- Novedades, La Prensa y como represen-
ma estaba viviendo sus mejores años, en tante de la Cadena García Valseca, El Sol
pleno “milagro mexicano” y auge del “de- de Puebla, frente a la Revolución Cuba-
sarrollo estabilizador”, gozaba de niveles na y la política exterior del gobierno del
altos de consenso y ejercía su dominio a Presidente López Mateos en la coyuntura
pesar de algunos movimientos de protes- antedicha.1 ¿De qué manera informaba a
ta recientes. sus lectores sobre la situación imperante
Los periódicos en el contexto de la en Cuba bajo el régimen de Castro? ¿En
“Guerra Fría” eran, en general y con dife- qué forma se comportó la prensa frente a
rencia de matices, profundamente antico-
munistas; posición recrudecida por la
Revolución Cubana. La radicalización del 1
Los criterios de la selección obedecieron a su
régimen de Fidel Castro impulsó a su vez elevado tiraje, amplitud de la zona de difusión
la necesidad para el gobierno y la prensa geográfica y el público a quienes están dirigidos
por lo cual se consideraron representativos de un
sector muy importante de la prensa del país. Estos
diarios se estudiaron durante las tres semanas
anteriores a la Reunión de Consulta, los días de la
conferencia y la semana posterior a ésta, (del 30
* Departamento de Sociología, UAM -Azcapotzalco. de junio al 5 de agosto de 1964).

49
NORA PÉREZ R AYÓN

un acto de política exterior que, de hecho, cional (PRI) basaron, en lo general, su legi-
no era visto con simpatía por una prensa timidad no mediante el uso de la fuerza
anticomunista? ¿Ejerce la prensa presión física si bien tampoco con el consenti-
para modificar una política gubernamen- miento expreso de la voluntad popular a
tal con la que no está de acuerdo? través del voto ciudadano. Se trataba de
un consenso más bien tácito que explíci-
to, fundamentado en buena parte en el
EL CONTEXTO NACIONAL cumplimiento de programas de gobierno
Y LA IX REUNIÓN DE LA OEA inspirados en el movimiento revolucio-
nario y en la Constitución de 1917: desa-
El presidente Adolfo López Mateos asume rrollo económico, justicia social, reforma
el poder en diciembre de 1958. Si bien agraria, protección de los derechos de
en esos años el sistema político mexicano los trabajadores, educación obligatoria y
gozaba de prestigio internacional entre laica, afirmación de independencia fren-
académicos y políticos por su capacidad te al exterior.
de generar altas tasas de crecimiento México mantuvo durante las dos déca-
económico y estabilidad política, ya se das de la posguerra un crecimiento eco-
apreciaban algunos focos rojos.2 nómico sostenido de 6% en promedio, y
Por un lado la amenaza de un estanca- si bien este porcentaje no favoreció a la
miento de la economía mexicana dejaba mayoría de los mexicanos, los gobiernos
sentir ya sus primeros efectos al apreciar- pudieron fundar y legitimar su actuación
se un insuficiente crecimiento del merca- política en ello; de ahí que mantener una
do interno, desigualdad en la distribución alta tasa de crecimiento se convirtió en
del ingreso y falta de capitales entre otros. dogma frente al cual se sacrificaron otros
Por otro lado como Secretario del Traba- objetivos. Mantener el crecimiento exigía
jo, ese mismo año, López Mateos tuvo que estabilidad política y esta se mantenía a
enfrentar las manifestaciones de protes- través de complejos equilibrios con dis-
ta y las huelgas de importantes sindica- tintos actores políticos.
tos nacionales de maestros, trabajado- En ese marco el nuevo presidente, Adol-
res ferrocarrileros, petroleros y telefonistas fo López Mateos, siguió una política am-
quienes demandaban aumentos salaria- bigua. Por un lado, buscó una renovación
les y la democratización de sus organiza- del consenso y la legitimidad del sistema
ciones sindicales. La respuesta del gobier- político con un discurso nacionalista y po-
no fue la represión y el encarcelamiento pular dirigido principalmente a organiza-
de sus líderes con costos en legitimidad ciones obreras y a la izquierda en general.
para el régimen. Un ejemplo en ese sentido fue la famo-
Cabe recordar que los regímenes ema- sa declaración del 1 de julio de 1960, de-
nados del Partido Revolucionario Institu- finiendo su régimen como “dentro de la
Constitución de extrema izquierda”.
El discurso se acompañó con la expan-
2
Véase Olga Pellicer y Esteban Mancilla, El enten- sión del gasto público y con una política
dimiento con los Estados Unidos la gestación del de corte nacionalista que implicó, entre
desarrollo estabilizador, Historia de la revolución
mexicana 1952-1960, pp. 81-116 y 259-294.

50 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA


LA REVOLUCIÓN CUBANA EN LA PRENSA MEXICANA (1964)

otras medidas, la “mexicanización” de la necesidad de luchar “contra la extensión


industria eléctrica. Además, el gobierno del comunismo internacional”.3
tuvo un acercamiento con medios inte- En el terreno político López Mateos
lectuales liberales y de izquierda, e imple- confronta la agudización de diferencias
mentó negociaciones para incrementos al interior de la élite política entre grupos
salariales con sindicatos beligerantes. simpatizantes del ex presidente Miguel
Por otra parte, tuvo que hacer frente a Alemán (identificados como la derecha)
condiciones desfavorables del sector ex- y el ex presidente Lázaro Cárdenas (iden-
terno, aunadas al estrangulamiento del tificados con la izquierda).
mercado interno, que habían producido El miedo al comunismo fue impulsado
desde 1956 una disminución en el rit- desde diversas trincheras y caló en am-
mo de aumento de la tasa de crecimien- plios sectores, sobre todo en las clases
to económico, que alcanzó proporciones medias y altas.4 Por otro lado, “el fantas-
alarmantes para 1961. Como consecuen- ma del comunismo” presente desde años
cia, a partir de ese año el gobierno se va atrás –avivado por el proceso cubano–
alejando de posiciones “progresistas” y se fue apoderando de ciertos sectores
evoluciona hacia un mayor conservadu- sociales, particularmente clasemedieros y
rismo con miras a contrarrestar la con- urbanos de tendencias conservadoras que
tracción de la inversión privada y la fuga apoyaron y participaron en campañas,
de capitales ante la “crisis de confianza” movilizaciones y organizaciones en de-
que experimentaba el sector empresarial fensa de valores e intereses que se sentían
en el modelo de economía mixta con el amenazados por una “conspiración comu-
que había obtenido hasta entonces tan nista internacional” y/o por fuerzas inter-
excelentes dividendos. Empresarios que nas que dentro y fuera del gobierno eran
en el contexto de la guerra fría se ate- vistas como sus aliados. La jerarquía
morizaban ante discursos y movilizacio- eclesiástica, el Partido Acción Nacional,
nes contestatarias. El Frente Cívico de Afirmación Revolu-
Las medidas tomadas por el gobierno cionaria, la Unión Nacional de Padres
apuntaron hacia un mayor endeudamien- de Familia, fueron de los principales im-
to para financiar al sector público y se pulsores de la campaña contra el libro de
acentuó la política de estímulos al sector texto único para las escuelas primarias
privado nacional y extranjero, lo que con-
tribuyó decididamente a la recuperación
para 1964. La realización de los progra-
mas económicos del gobierno sólo era 3
Véase Olga Pellicer, México y la Revolución Cubana
posible mediante un mayor acceso a re- para un seguimientote analítico sobre la política
exterior del gobierno mexicano frente al régimen
cursos crediticios externos principalmen- de Fidel Castro , tanto en téminos bilaterales co-
te de Estados Unidos. Y esto sucedía mo en foros internacionales.
cuando Estados Unidos hacia sentir a sus 4
Véase Valentina Torres Septién, “El miedo de los
católicos mexicanos a un demonio con cola y
vecinos del Sur que la ayuda prestada me- cuernos: el comunismo entre 1950 y 1980”, en
diante la Alianza para el Progreso, sólo Una historia de los usos del miedo, , pp. 311-327
se concedería a países convencidos de la y Martha Pacheco, “Cristianismo sí, comunismo
no”, Revista de Estudios de Historia Moderna y
Contemporánea de México, pp. 151-171

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA 51


NORA PÉREZ R AYÓN

públicas y privadas, enmarcada en el le- represión frente a sectores progresistas


ma “cristianismo si, comunismo no”.5 o identificados con la izquierda en senti-
En todo este proceso un fenómeno do amplio, subsistía el peligro de que
externo: la Revolución Cubana, desem- una revolución similar se desarrollara en
peñó un papel significativo en la correla- sus respectivos países.
ción de fuerzas políticas y en la definición En México la Revolución Cubana llevó
de comportamientos y actitudes tanto del a reconsiderar la propia, planteando la
gobierno como de la sociedad civil.6 Por necesidad tanto al gobierno como a di-
un lado Cuba fue la fuente inspiradora de versas agrupaciones políticas de definir
la movilización y organización de grupos su posición. El gobierno, como hemos se-
sociales progresistas, y de izquierda –es- ñalado, se vio impulsado a declarar públi-
tudiantes, intelectuales, miembros del Par- camente ser de izquierda “dentro de la
tido Comunista y del Partido Popular So- constitución”; los grupos de izquierda co-
cialista, organizaciones campesinas– que braron mayor dinamismo, los grupos cle-
hicieron patente su apoyo a la Revolu- ricales al verse amenazados se tornaron
ción Cubana y, al mismo tiempo, esgri- más activos, y los grupos empresariales
mieron demandas democratizadoras. Un expresaron sus aprehensiones.
ejemplo lo tenemos en el Movimiento Desde la llegada de Fidel Castro al po-
de Liberación Nacional apoyado por el der en enero de 1959, se plantea para el
ex-presidente Lázaro Cárdenas. Esta co- gobierno mexicano la necesidad de pro-
rriente que se muestra con cierta capaci- nunciarse frente a la Revolución cubana.
dad de convocatoria y una fuerza relativa Si bien inicialmente el gobierno de Ló-
en los primeros años del régimen no lle- pez Mateos expresó un sentimiento ge-
ga a consolidarse, se fragmenta, y se de- neral de simpatía a esa revolución, justi-
bilita para fines del sexenio. ficado por una cierta identificación de
La Revolución Cubana impactó pro- ésta con la revolución mexicana, este
fundamente a los gobiernos y pueblos del sentimiento de identidad y simpatía pron-
continente americano; mostró a Latino- to empezó a desvanecerse a lo largo de
américa que existía la posibilidad de prac- 1961 y para 1962 desapareció. El estu-
ticar el camino socialista hacia el desarro- dio de la actitud de la prensa mexicana
llo en este hemisferio, y llevó a las clases ante la política exterior de México du-
dirigentes a tomar conciencia de que en rante la IX Reunión de Consulta, en 1964,
la medida en que no se tomaran decisio- resultó un problema interesante, ya que
nes tendientes a mejorar la situación en esa ocasión México adoptó respecto
económica de las grandes masas, o se al régimen cubano, una actitud radical
establecieran mecanismos de control y e independiente que contrastaba con la
postura un tanto ambigua adoptada en
reuniones anteriores.7
5
Véase Soledad. Loaeza, Las clases medias y la
política en México para el análisis del conflicto
entre la política educativa del Estadoy la oposi-
ción católica en el período presidencial de López
Mateos, pp. 179-407. 7
Las Séptima (1961) y Octava (1962) Reuniones
6
Véase Olga Pellicer, op. cit.. de Consulta de la OEA, el tema de Cuba fue el

52 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA


LA REVOLUCIÓN CUBANA EN LA PRENSA MEXICANA (1964)

Durante la Novena Reunión de Con- de la opinión pública, cuando se soste-


sulta, México, basándose en argumentos nían políticas adversas a los mismos.
jurídicos, se opuso a la aplicación de san- No obstante, México ha podido man-
ciones al gobierno de Cuba y se mantuvo tener una política exterior de relativa
en esa oposición votando contra la reso- independencia respecto a los Estados
lución apoyada por una considerable ma- Unidos, si se le compara con la de otros
yoría. Hasta allí estuvo acompañado por países de América Latina. Los Estados
gobiernos como el de Chile, Uruguay Unidos reconocen y aceptan la necesidad
y Bolivia. Sin embargo, estos últimos, a de México a disentir de la política norte-
pesar de su voto negativo, anunciaron americana en todo aquello que le resulte
que cumplirían las resoluciones de la OEA fundamental, aunque para los Estados
México, por el contrario, manifestó que Unidos sea importante, pero no central.
no cumpliría estas resoluciones y que A cambio de ello México brinda su coo-
estaba dispuesto a llevar el caso ante la peración en todo aquello que siendo muy
Corte Internacional de Justicia si fue- importante para los Estados Unidos, no
ra necesario.8 lo es para el país.
Los argumentos jurídicos en defensa de Las relaciones con Cuba resultan de
la autodeterminación y no intervención, gran importancia para México en la de-
producto de experiencias históricas, no fensa del principio de no intervención,
han sido posturas idealistas, sino estraté- pero también para el mantenimiento del
gicas para enfrentar a gobiernos (sobre consenso y la estabilidad internas. Estabi-
todo a EU) o, incluso, a sectores internos lidad que es considerada por los Estados
Unidos un punto clave en su sistema de
seguridad nacional.
La Reunión se llevó a cabo en un mo-
centro de debate. En la primera se declaró in- mento significativo para el sistema polí-
compatible el comunismo con la ideología la- tico: los últimos meses de gobierno del
tinoamericana y en la segunda se expulsó a Cuba
de la organización, México adoptó la tesis de la presidente López Mateos en el año de
incompatibilidad entre ser miembro de la OEA 1964 y con Gustavo Díaz Ordaz como
y profesar la ideología marxista-leninista; pero, presidente electo, político identificado
por otra parte, votó en contra de la exclusión de
Cuba del organismo regional. Véase Olga Pellicer, con una línea más cercana a corrientes
op. cit. de la derecha política y empresarial. Esto
8
La política exterior de México ha sido resultado daba al presidente López Mateos un mar-
de la acción de un diverso número de factores,
entre los cuales los llamados poderes fácticos, gen de acción relativamente más amplio,
tales como los empresarios, la iglesia, la prensa, ya que los problemas que trajese consigo
etcétera, pueden jugar un papel determinante. la actitud de México estarían práctica-
El comportamiento que estos grupos mantengan
frente a una política nacional o internacional mente fuera de su período presidencial.
específica dependerá básicamente del grado en Los Estados Unidos, por su parte, tendrían
que la misma afecte o amenace sus intereses. que ver en ello uno de los últimos actos
No obstante lo anterior, hay un factor de peso
completo: la dependencia económica de los Es- del régimen, y probablemente esperarían
tados Unidos y la ubicación de México dentro del a conocer la forma en que el nuevo go-
bloque norteamericano en la guerra fría. Véase bierno se enfrentara a este problema antes
Nora Pérez-Rayón, La prensa mexicana frente a
la política exterior del Presidente López Mateos.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA 53


NORA PÉREZ R AYÓN

de tomar represalias.9 La izquierda mexica- tura de los medios, así como en las carac-
na se movilizó en apoyo al presidente.10 terísticas del sistema político autoritario;
Sin embargo, la preocupación funda- es decir, el presidencialismo, el partido
mental de la política mexicana frente a hegemónico y la relativa autonomía del
Cuba no fue la defensa de la revolución grupo gobernante durante el largo perío-
en ese país; sino mantener la tradición en do del dominio del PRI. Informando y
política exterior panamericana (no inter- formando opinión pública, moldeando,
vención y autodeterminación), la oposi- influyendo y buscando determinar actitu-
ción al otorgamiento de poderes exce- des y políticas en beneficio de intereses
sivos a la OEA y el interés en mantener particulares y orientaciones ideológicas,
una cierta independencia de los Esta- los medios de comunicación de masas
dos Unidos. son actores del poder. La mayor parte de
los medios de comunicación de masas son
de propiedad privada, pero su existencia
EL SOL DE PUEBLA, NOVEDADES se explica también, en muchos casos, más
Y LA PRENSA11 por razones políticas que empresariales.
Sin embargo, el Estado mexicano contaba
El carácter mixto de la economía capitalis- con mecanismos diversos para ejercer un
ta mexicana se ha reflejado en la estruc- amplio control sobre la prensa: subven-
ciones y publicidad gubernamental, la
empresa paraestatal PIPSA que controla-
9
El gobierno mexicano utilizó en esa ocasión
ba la producción, importación y distribu-
un medio inusitado en la política exterior del ción del papel periódico, políticas de
país: dio a conocer su postura seis días antes de crédito y financiamiento discrecionales y
iniciarse la Reunión de Consulta, con el objeto
de comprometerse con esta política ante la opi-
los “embutes” o sobornos a los periodis-
nión pública y hacerse de ese modo menos tas; por último, a través de una política
vulnerable a las presiones que indudablemente de información, el gobierno solicitaba que
se ejercería desde Washington. Véase Pérez-Ra-
yón, op. cit., para un análisis de la Novena Reu-
los medios se autoimpusieran una serie
nión de Consulta, pp. 1-33. de restricciones. Así, los periódicos han
10
En la movilización a favor de Cuba y el presiden- tendido a responder a los intereses y pro-
te estuvieron la Confederación Campesina Inde-
pendiente, el Comité Mexicano por La Paz, el
yectos del aparato gubernamental.12
Movimiento de Liberación Nacional y Lázaro
Cárdenas. Una vez más el recurso ideológico na-
cionalista de la autodeterminación de los Esta-
dos, principio de política exterior del régimen
revolucionario movilizaba las fuerzas progresis-
tas a favor del gobierno en turno; una vez más se núcleos de población. Por ejemplo, el 37.5% de los
impuso para la izquierda la convicción ideológi- mayores de 6 años era analfabeta. Por otra parte,
ca de priorizar la solidaridad internacional por había una desproporción enorme en la circulación
encima de los problemas nacionales. Véase tam- de diarios entre las regiones más urbanizadas
bién Ricardo Pozas, “Elección presidencial y re- y alfabetizadas del país, como el Distrito Federal y
producción del régimen político en 1964”, los estados del norte, por un lado, y las regiones
Secuencia, núm. 74, pp. 138-139 rurales del sur. Véase Pablo Gonzalez Casanova,
11
Hacia la década de 1960 circulaban en México “La opinión pública” en México 50 años de
más de 3, 000 periódicos, de los cuales 250 revolución, T.III, p. 404.
diarios y 750 semanarios. Sin embargo, el acceso 12
Véase Rossana Fuentes Bérain,. “Prensa y poder
a la información estaba limitado a determinados político en México”, Razón y palabra y Carlos

54 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA


LA REVOLUCIÓN CUBANA EN LA PRENSA MEXICANA (1964)

La influencia extranjera sobre la prensa que el Coronel García Valseca recibió de


se evidenciaba claramente al ver que medios gubernamentales a través de NA-
las agencias noticiosas Associated Press, FINSA, en las décadas de 1950 y 1960.14
United Press International, y Agence Fran- El numeroso material publicado sobre
ce Press, suministraban, sobre todo las la isla antillana contrasta notablemente
norteamericanas, la mayor parte del ma- con el poco espacio que se concedió a
terial informativo de los diarios mexica- la política exterior de México.15 Antes
nos. A su vez, las compañías publicitarias, de la Reunión de Consulta, durante el de-
fuente principal de sus ingresos, esta- sarrollo de la misma y posteriormente,
ban dominadas en buena medida desde el periódico ejerció presión para que el
el exterior.13 gobierno mexicano modificase su actitud
A continuación pasamos a la informa- ante el problema cubano. ¿Qué forma
ción que apareció publicada en los diarios revistió esta presión? Esta presión se ejer-
seleccionados sobre la Revolución cuba- ció, en gran parte, dando una impor-
na y la respuesta del gobierno mexicano tancia desmedida a todo el material des-
en la OEA durante la reunión de 1964. favorable sobre Cuba y las actividades de
su régimen, poniendo énfasis en mostrar
a Latinoamérica amenazada por las acti-
LA CADENA GARCÍA VALSECA vidades subversivas de Fidel Castro, ac-
tividades que, como recordaremos, fueron
Bajo los auspicios de Maximino Avila Ca- la causa de la condena contra ese país. El
macho, nació en 1941 el periódico depor- lenguaje de sus editoriales es ilustrativo:
tivo Esto al que se agregaría, en 1943,
el diario El Fronterizo de Ciudad Juárez A todo el continente le consta que Cuba
dando principio a lo que se convirtió en no se limita a dar ayuda material, armas,
la cadena periodística García Valseca, la dinero, propaganda, etc., sino que ha
cual para 1960 tendrían 36 periódicos
circulando en la mayoría de los estados
de la República. Esto se logró a través del 14
Fátima Fernández Christleb, La prensa en Méxi-
establecimiento y adquisición de diarios co, p. 76 y Petra Scanella , El periodismo político
en México, p.19 y véase también F. Fernández
en operación, y gracias al apoyo financiero Christlieb, “El derecho a la información y los me-
dios de información masiva en México hoy. En
relación con otros diarios locales el tiraje de la
Cadena era elevado y por el ámbito geográfico
que cubría, se la consideró representativo de la
prensa de provincia, la que constituía su público
Monsivais, y Julio Sherer, Tiempo de saber. Prensa hasta 1965 cuando apareció un diario García
y poder en México;R Arredondo y T. Sánchez Valseca en la capital. En lo que respecta a la
Ruiz. Comunicación social, poder y democracia en política internacional, los lineamientos políticos
México , pp. 56-57; Fátima Fernandez Christlieb, de toda la cadena eran los mismos.
op. cit., Miguel Angel Granados Chapa, “El Es- 15
Mientras Cuba fue objeto de 54 noticias, (8 en
tado y los medios de comunicación”, en El Esta- primera plana a 8 columnas), la política mexica-
do Mexicano; Quiñones León, Efraín. Cultura na fue material de solo 16 (3 a ocho columnas).
mediática y política. Una exploración desde el La misma desproporción se observa en relación
espacio local. a los editoriales y artículos firmados respectivos:
13
Véase Karin Bohman, Medios de comunicación y 8 editoriales y 10 artículos sobre Cuba y sobre
sistemas informativos en México. México 6 editoriales y un artículo.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA 55


NORA PÉREZ R AYÓN

asumido la dirección de la conjura co- hermana de Fidel Castro, y no agentes


munista contra todos los pueblos libres de la Central Intelligence Agency, o de
de América. Esta actitud no es casual, ni la “gusanera de Miami”, quién haga esas
circunstancial, ni transitoria. Cuba se ha denuncias, denuncias que el diario se
declarado marxista leninista y por tanto
enorgullece en afirmar que ya las había
está obligada a extender la revolución
hecho públicas con anterioridad.18
bolchevique fuera de sus fronteras.16
Los editoriales destacan la esperanza
de que el testimonio de Juana sirva pa-
El 30 de junio de 1964, Juana Castro Ruz,
ra despertar a los gobiernos de este con-
hermana del primer ministro de Cuba,
tinente, “que se aferra al mito de que en
hizo declaraciones en la ciudad de Méxi-
Cuba un pueblo autodetermina su desti-
co sobre la situación de su país y sobre
no y creen que el problema cubano es un
las actividades del régimen cubano. Cul-
problema de cubanos”.19
pó a Fidel Castro de haber traicionado la
En El Sol de Puebla aparece con regu-
Revolución y calificó al régimen de dic-
laridad una columna: “La Danza de las
tadura brutal apoyada en el terror y el
Horas”, en la cual Aldo Baroni práctica-
crimen. Mencionó la falta de alimentos
mente el único articulista del diario, se
básicos, la escasez de ropa y medicinas, la
destaca por un exaltado y furibundo len-
actitud antirreligiosa del gobierno. Habló
guaje anticomunista:
del espionaje, de trabajos forzados, de mi-
les de presos políticos, de sistemas carce-
El fuero sanguinario de Castro ha ensan-
larios inhumanos y El Sol se solidarizó: grentado los paredones de Cuba con
decenas de miles de muertos, fusila-
Cada palabra del estremecedor docu-
dos unos y los demás asesinados extra-
mento dado a conocer por la hermana
oficialmente. o se refiere a Fidel como
de Castro, es una estocada de hielo
“el más inteligente engendro del mal”
en el corazón del comunismo latino-
o habla del “horrendo castrismo ham-
americano. Hay acusaciones que reco-
breador y asesino” y de que en Cuba seis
gen el estertor de millares de víctimas.
millones de habitantes ( se encuentran)
Leerlos produce el escalofrío de la muer-
moralmente encadenados a la perver-
te, porque asomarse por los ojos del
sa, sádica voluntad de una especie
vampiro de Birán a la tragedia de Cu-
de ruso…20
ba, es experimentar la horrible sensa-
ción de verse atrapado por una turbo-
nada de tinieblas.17 El periódico sintetiza en un editorial su
concepción del comunismo:
Los comentarios publicados sobre las de-
Comunismo es violencia, porque… es
claraciones de Juana Castro le dan un
esencialmente odio; comunismo es des-
crédito absoluto elogiando su valor. Se
hace resaltar el hecho de que sea la propia
18
Entre otros el editorial “ El valor de un testimo-
nio”, El Sol de Puebla, 4/7/1964, p. 2.
16
Editorial, “La confesión de Castro”, El Sol de Pue- 19
Idem.
bla, 7/VII/1964, p. 2. 20
Ver “La danza de las horas” ,El Sol de Puebla,
17
Editorial, “La hermana de Castro acusa” El Sol de 18/7/1964,p.5; 16/7/1964, pp.1 y 4;3/7/1964, pp.
Puebla, 1/7/1964, pp. 1 y 3. 1 y 4.

56 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA


LA REVOLUCIÓN CUBANA EN LA PRENSA MEXICANA (1964)

trucción…Si hay que apoderarse de un La castiga con espuelas y freno cosacos,


país, los comunistas procuran dialécti- y la cede a sus amos rusos para que a
camente acelerar las contradicciones… cambio de sus servicios policíacos y
lanzan a asalariados contra patrones, carcelarios se roben lo que fue en otros
a obreros contra líderes, a campesinos tiempos, lo del `imperialismo nortea-
contra pequeños propietarios, a estu- mericano’, la riqueza de Cuba, empo-
diantes contra maestros, a hijos contra rio de Latinoamérica, la más rica y la
padres…En tales condiciones el pare- más feliz.23
dón es el símbolo y la práctica de toda
revolución comunista.21 Esa Cuba, agrega Baroni, que de una flo-
reciente economía ha pasado a ser gracias
El editorial del primero de julio, afirma al castrismo, un país donde todo se raciona
que, Fidel Castro fue desde un principio desde el jabón hasta la gasolina y donde se
agente de la Unión Soviética destinado hambrea al pueblo para pagar las armas.24
a implantar el comunismo en Cuba. Su- El diario publica las declaraciones ofi-
ministra “pruebas” de que Castro se afilió ciales, tanto del Secretario de Relaciones
al comunismo internacional desde 1945. Exteriores como las de nuestro delegado
Sostiene que el Departamento de Estado a la Reunión de Consulta. Sin embargo,
Norteamericano no ignoraba la filiación en ocasiones éstas aparecen a dos co-
de Castro y sus colaboradores. La culpa- lumnas, y se omiten frecuentemente de-
bilidad no la atribuye exclusivamente al claraciones y comentarios extraoficiales
Departamento de Estado, sino también a de los mismos, que sí se leen en otros
los intelectuales de Harvard y el The New diarios. La información se presenta bajo
York Times, ya que, según El Sol de Pue- titulares respetuosos, pero fríos, que con-
bla, sin la valiosa cooperación del diario trastan notoriamente con algunos de
norteamericano, “Castro no se hubiera los titulares dedicados a la Reunión, en los
convertido, de mítotero vulgar que fue, que se evidencia un apoyo entusiasta del
en Primer Ministro”.22 diario a las sanciones contra Cuba.
Se considera a Cuba una nación colo- Los editoriales interpretan la postura
nizada por la Unión Soviética, inclusive gubernamental no como una defensa del
con tropas de ocupación rusas y chi- régimen cubano; sino como una defensa
nas. Las siguientes líneas extractadas de de principios jurídicos. Sin embargo, se
un artículo de Aldo Baroni ejemplifican exhorta a México a hacer a un lado su po-
este juicio. Refiriéndose a Cuba, dice lítica de autodeterminación, una acción
que Castro contra Castro no sería una acción inter-
vencionista, sino una acción liberadora,
y a conciliar su política antintervencio-
nista con las obligaciones emanadas de
21
Editorial “La estrategia roja de la violencia”, El Sol
los tratados interamericanos, en vista de la
de Puebla, 21/7/1964, p. 2.
22
Editoriales: “La hermana de Castro acusa” El Sol
de Puebla, 1/7/1964,pp.1 y 3; “La política del
Times”, El Sol de Puebla, 10/7/1964, p. 2. También 23
Aldo Baroni, “La danza de las horas”, El Sol de
Aldo Baroni, “ La danza de las horas”, El Sol de Puebla,28/7/1964, pp. 1 y 3.
Puebla, 16/7/1964, pp. 1 y 4. 24
Ibid., pp. 1 y 4.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA 57


NORA PÉREZ R AYÓN

naturaleza del gobierno de Cuba. La de- vemos que no mostró tampoco mayor in-
fensa de esa legalidad emprendida por terés en ser portavoz de algunos secto-
México parece, de hecho, confusa. En res de la opinión pública muy críticos a
consecuencia, les parecen criticables los la actitud asumida por el gobierno. Tam-
argumentos esbozados por nuestro de- poco explotó el material noticioso sobre
legado ante la Conferencia. Se recrimina las manifestaciones en contra y las críti-
a México por haber aprobado sanciones cas que la política mexicana suscitó en
contra el gobierno del dictador domini- el extranjero, ni asustó exageradamente
cano Leónidas Trujillo, y por negarse a a sus lectores con la amenaza de posi-
aplicarlas en el caso de Fidel Castro. Les bles represalias.
parece injusto y necesario que el princi-
pio de no intervención no se ha invocado
por los tiranos de América como coarta- NOVEDADES
da, ni pueden escudarse en ese postula-
do los gobiernos que lo desconocen co- En 1936 la familia Herrerías fundó Nove-
mo “el bellaco de Castro Ruz”.25 dades que sería “transferido a un grupo de
Una vez terminada la Conferencia, el amigos de Miguel Alemán en 1944, poco
diario parece olvidarse prácticamente de antes de ser este nominado candidato a
la actitud de nuestro gobierno en la mis- la Presidencia.”26 Novedades pasaría des-
ma. Sus comentarios sobre el particular pués a ser la cabeza de la segunda cade-
refieren que a su juicio la Reunión consti- na de periódicos del país y parte del im-
tuyó un fracaso, pues Castro seguiría ade- perio de medios de difusión más grande
lante con su política de subversión, y se del mundo de habla hispana.27
advierten referencias a la impasibilidad Se sabe que el origen mismo de la for-
de México “ante la tragedia cubana”. tuna de la familia empresarial O’Farril es-
Por último, en relación a la pregunta ta estrechamente ligado a intereses polí-
planteada sobre si contribuye la prensa ticos de considerable influencia nacional
a movilizar la opinión pública a favor del como los representados por los expre-
gobierno, la respuesta es negativa en el sidentes Miguel Alemán y Manuel Avila
caso de El Sol de Puebla, en realidad se Camacho, así como los del ex consul
esforzó por presionar al gobierno a mo- norteamericano en Puebla, William O.
dificar su posición legalista y condenar a la
Cuba de Fidel, como un infierno.
Es verdad que el diario publica algu- 26
Fátima Fernández Christleb, La prensa en México,
nas manifestaciones a favor de la actitud p. 22. Este periódico, es una publicación matu-
asumida por nuestro presidente en la con- tina. Su precio es de $0.80 excepto el domin-
go cuando cuesta $ 1.50. El diario tenía tres sec-
ferencia de la OEA, pero sin concederles ciones. Se revisó la primera que está dedicada a
en general gran atención. Sin embargo, política nacional e internacional, y solía ocupar
alrededor de 12 páginas, de las 30 o 40 de que
consta el periódico. Uno de los grandes diarios
de la capital muy leído por las clases media y
alta, contaba con una circulación diaria de 107,
25
Ver editoriales: “La hermana de Castro acusa” El 918 ejemplares.
Sol de Puebla, 1/7/1964, pp.1 y 3 “La no interven- 27
R.. Arredondo y T. Sánchez Ruiz, Comunicación
ción”, El Sol de Puebla, 18 /7/ 1964, p. 2. social, poder y democracia en México, p. 41.

58 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA


LA REVOLUCIÓN CUBANA EN LA PRENSA MEXICANA (1964)

Jenkins, eje centrales de lo que se cono- Cuba como “otro sainete de Castro Ruz”
ce como el grupo Puebla.28 y una comedia que solo pretende con-
Procederemos, en consecuencia, a exa- trarrestar las consecuencias de la Reu-
minar los temas sobre Cuba a los que el nión de Cancilleres, e impresionar al mun-
diario dio mayor importancia durante do a su favor.31
el periodo estudiado.29 Las declaraciones de Juana Castro fue-
El diario se interesó en destacar la in- ron también material noticioso destaca-
formación referente a las relaciones entre do: “Juanita Castro rompe con el régimen
Cuba y los Estados Unidos. Novedades en de su hermano Fidel. Pide a la OEA salve a
su editorial comparte el punto de vista de Cuba y a Latinoamérica” y “Juanita Castro
la Casa Blanca según el cual Fidel pre- se esconde por temor a los agentes de
tende un acercamiento con los Estados Fidel, 32 En el editorial “La verdad sobre
Unidos, pero sostiene que: Cuba”, se resalta el valor del testimonio
de Juana, alegando que el mexicano, por
Desgraciadamente el ‘trato’ que propo- cariño a Cuba y dolor por sus problemas,
ne va a ser difícil de aceptarse. Según se encuentra frecuentemente incapacita-
parece, el gobierno cubano está dis- do para juzgar y, sobre todo condenar lo
puesto a dejar de ayudar a la expan- que ahí ocurre, pero está en México una
sión del comunismo en los países ibe-
testigo que tiene que influir poderosamen-
roamericanos, si los Estados Unidos
dejan de ayudar a los que el llama con-
te en la orientación y en el juicio que de
trarrevolucionarios cubanos. Ambos pro- ello se haga: la hermana de Fidel Castro:
blemas existen, Pero hay también otros
que obviamente tienen que ser resuel- Sus declaraciones tendrán resonancia
tos previamente, según se afirma en la mundial y sería aventurado anticipar los
Casa Blanca. Entre ellos obviamente efectos prácticos, principalmente políti-
la dependencia del Gobierno cubano cos, que vayan a causar, sobre todo
de la Unión Soviética y el sostenimien- cuando esta por efectuarse la Novena
to de guerrillas subversivas en América Reunión de Consulta de la O.E.A.33
del Sur. O sea que Castro da la impre-
sión de proponer un trato con el deseo En editorial dedicado a la Junta de Can-
de que no se acepte.30 cilleres, el 13 de julio se habla de que para
mejorar unas condiciones de vida lejos
Perspectiva que asume uno de los articu- de satisfactorias surgió en Cuba una in-
listas que interpreta la proposición de tensa protesta, que al encontrar cerrados
los caminos pacíficos, se convirtió en
una revolución que respondía a profundos
28
Idem., pp. 55-56. anhelos populares. No obstante:
29
El espacio dedicado a la política internacional
era relativamente amplio. Dentro de él, las noti-
cias que se refieren a Cuba son 69: (3 titulares
a 4 o 5 columnas que es el tipo de titular principal
en primera plana) Hay 1 editorial, y 3 artículos.
Sobre la política mexicana encontramos 42 no- 31
José Gálvez Pérez, “Otro Sainete de Castro Ruz”,
ticias,( 7 titulares de primera plana), 14 editoria- Novedades 23/7/ 1964, p. 4.
les y 20 artículos. 32
Ambos titulares de primera plana.
30
Editorial, Novedades , 3/7/1964, p. 1. 33
Editorial, Novedades, 1/7/1964, p. 1.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA 59


NORA PÉREZ R AYÓN

De modo inexplicable, Fidel Castro echó política exterior de México no significa-


por la borda la inmensa adhesión que ba apoyo a Fidel Castro ni a su régimen,
le rodeaba y de pronto volvió las espal- ni desafío al gobierno norteamericano.
das a su pueblo y, a pretexto de sacudir Muestra especial interés en que ello sea
el imperialismo norteamericano, se abra-
bien comprendido por el gobierno nor-
zó vehementemente al imperialismo so-
teamericano y en tranquilizar los temores
viético, convirtiéndose en satélite suyo…
Para consolidar el protectorado ruso y manifestados por los hombres de negocios
dar mayor duración a la peligrosa avan- mexicanos ante posibles represalias del
zada comunista introducida en el conti- vecino del norte.35
nente, Castro, implantó un sanguina- Los argumentos utilizados para conven-
rio terrorismo…34 cer a sus lectores revistieron un cariz ju-
rídico y tradicionalista. México defiende
La información publicada sobre Cuba, principios de derecho internacional, la
aunque en realidad bastante desfavora- autodeterminación de los pueblos y la no
ble al gobierno de Fidel Castro, no es tan intervención, producto de su experien-
amplia, negativa y sensacionalista como la cia histórica, y no a un régimen con el
publicada en El Sol, ni es utilizada delibe- que no simpatiza. Justifican la actitud del
radamente como instrumento de presión gobierno por el temor de crear un gra-
sobre el gobierno para liberar a la isla an- ve precedente:
tillana, ni se muestra preocupación sobre
la subversión castrista en América Lati- Mal haría quien piense que hay
na, punto central del debate en la OEA. Si identificación o similitud de ideología
bien Cuba es también objeto de un ma- e intereses entre nuestro gobierno y el
yor número de noticias que la política de de Fidel Castro. Lo único que existe es
la convicción de que un país militar y
México en la Reunión, esta diferencia no
económicamente débil está en peligro
reviste importancia si tenemos en cuen- si se acepta el principio de que su ré-
ta su ubicación secundaria y, sobre todo, gimen puede ser cambiado a voluntad
el enorme número de editoriales y artícu- de otros gobiernos. 36
los firmados sobre la política exterior
de México. Por otra parte, se da notorio énfasis al
Las declaraciones oficiales del Secre- hecho de que una mayoría de países
tario de Relaciones y del delegado mexi- pretendiese obligar a la minoría –de la
cano a la Conferencia, ocuparon frecuen- cual formábamos parte– a llevar a cabo
temente los titulares principales, (los una ruptura que no deseaba o no juz-
cuales fueron en general neutrales o fa- gaba conveniente.
vorable a la política mexicana). El diario Es interesante hacer notar que este
se interesó también en hacer llegar a sus diario es el que publica los artículos más
lectores las declaraciones y los comenta-
rios extraoficiales de los mismos.
Editorialmente su preocupación funda- 35
Ver editoriales: “El gato escaldado”, Novedades,
mental consistió en insistir en que la 18/7/1964,p.1 y Justificación de México, Nove-
dades, 24/7/1964, p. 1.
36
Editorial,“El gato escaldado”, Novedades 18/
34
Editorial , Novedades,13/7/ 1964, p. 1. VII/1964, p. 1.

60 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA


LA REVOLUCIÓN CUBANA EN LA PRENSA MEXICANA (1964)

entusiastas en defensa de 1a posición del Una vez conocida la decisión presiden-


gobierno mexicano en los que se advier- cial de continuar las relaciones con el
te que: régimen cubano, se aplaude la lealtad me-
xicana a los principios de derecho inter-
México no se une a la cargada en la vo- nacional, advirtiendo que ello no afectaría
tación de unos delegados cancilleres nuestra amistad con otras naciones. A lo
que por intereses nada claros, mas que que se añadía que por lealtad a los prin-
ignorar principios de derecho interna- cipios el gobierno se rehusó a la aplicación
cional, se empeñan en hacer el disimu-
de un castigo que considero ilegal, y para
lo de los mismos.
mostrar la sinceridad de su postura se
sostenía que México aceptaría la solución
O el que hace un llamado a que toda Ibe-
que sobre ese tema pronunciara, dado el
roamérica antes de erigirse como juez
caso, un tribunal internacional.38
de Cuba, agote el procedimiento de los
Los articulistas destacan que la políti-
medios pacíficos para lograr el acerca-
ca asumida por México no es expresión
miento entre este país y Estados Unidos
de machismo, ni el país es responsable de
para lograr así la vuelta de Cuba al siste-
romper la unidad continental. Advierten
ma interamericano.37
que la imposición de sanciones sienta
Se pone de relieve la naturaleza de los
un grave precedente al convertir a la OEA
países que actúan como jueces: gobier-
en instrumento de venganza, en tribu-
nos surgidos al calor de golpes militares
nal de castigo con el cual el fuerte dispo-
como los de Stroessner o Duvalier, y se
ne de medios para castigar al débil, utili-
advierte del peligro de que la voluntad
zando las múltiples formas de presión con
mayoritaria se vuelva posteriormente con-
que cuenta.39
tra nosotros.
Por otra parte, van más allá estos pe-
Terminada la conferencia en Noveda-
riodistas en lo general se interesan en
des se multiplicaron los editoriales sobre
inclinar a la opinión pública a favor del
la política exterior de México. Se reflejó
gobierno. Se puso énfasis en hacer sentir
preocupación por consecuencias prácti-
a los lectores que el pueblo comprendía y
cas que pudiera acarrear su actitud, y se
apoyaba la política gubernamental: ha si-
trató de ejercer una cierta presión en for-
do inequívoco el unánime aplauso de los
ma velada para que el gobierno acatase las
mexicanos a su gobierno, actitud plena de
resoluciones de la OEA, pero en lo general
dignidad de México, México salió auroleado
se elogia la actitud del gobierno mexica-
por su independencia y su apego a la ley.40
no “congruente con la doctrina humanista
Novedades publica numerosas mani-
del pueblo mexicano” que finca la paz en la
festaciones de apoyo a la política mexica-
autodeterminación y la no intervención.
na adoptada en Washington, algunas de
ellas en lugar prominente, y promueve

38
Ver entre otros el editorial, “Lealtad a los prin-
37
E. Vargas, “ Multicosas”, Novedades, 20/VII/1964, cipios”, Novedades, 5 /8/ 1964.
p. 4 y González Ramírez, “Frente a la Guerra 39
Idem.
Fría”, Novedades, 13/7/1964, p. 4. 40
Editorial, Novedades, 30/7/1964, p. 1.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA 61


NORA PÉREZ R AYÓN

entrevistas con personalidades del país Entre los aspectos destacados por es-
para pedirles su opinión sobre el particu- te diario sobre Cuba destacaron las de-
lar. Prácticamente el único material de claraciones de Juana Castro Ruz bajo el
crítica a la política gubernamental se refi- titular: “Riñen los Castro Ruz. Juanita
rió a las repercusiones negativas de nues- ha roto ya con Fidel y Condena al Co-
tra política en el exterior. Estas noticias se munismo” y “Peligra la vida de Juana Cas-
publican en general en lugares secunda- tro Ruz”, titular que va acompañado de
rios y son poco numerosas. una fotografía en la que aparece Juana
Este periódico encauza sus mayores Castro con un micrófono al lado de
esfuerzos a justificar la actitud del régi- Fidel Castro, quien le hace una señal
men y persuadir a sectores empresariales, de silencio.42
clases medias conservadoras atemoriza- Encontramos en este diario material
das por el fantasma del comunismo y a informativo sobre las razones que pudie-
los Estados Unidos, de que el nacionalis- ron haber ocasionado la deserción de
mo de la Revolución Mexicana no se tra- Juana. No se limita a mencionar el desa-
duciría en un giro hacia la izquierda. cuerdo de ésta con la ideología marxista
leninista, sino que hace mención a las ac-
tividades contrarrevolucionarias de Jua-
LA PRENSA na como informante de la Agencia Cen-
tral de Inteligencia de Estados Unidos
El periódico La Prensa tenía el mayor tira- desde hacía cuatro años. También se ad-
je de todos los diarios que circulaban en vierte en la hermana de Fidel un deseo
la República Mexicana. Se trataba de un de venganza contra el gobierno revolu-
periódico popular gracias, probablemen- cionario que la despojó de numerosas
te, a la comodidad de su tamaño tabloi- empresas, pues Juana no constituyó una
de ya que muchos trabajadores leen excepción de la política nacionalista em-
en los transportes, a la naturaleza misma prendida por el gobierno.
de su información (los robos, crímenes,
etcétera, reciben notoria importancia); y,
por último, a su precio, que era más bajo
que el de otros diarios capitalinos. con una circulación externa de 129, 427 ejempla-
Fundado en 1928 por Pablo Langari- res en el Distrito Federal, 51,406 en el interior de
la república, y 4,528 ejemplares clasificados como
ca, a siete años de su fundación surgen diversos, lo que da un total de 185, 361 ejem-
conflictos laborales y el periódico queda plares. Su precio era de $0.60 excepto el do-
en manos de los trabajadores y funciona mingo $1.50. Formato tabloide con una portada
de grandes titulares y fotografías, mismas que
como sociedad cooperativa desde 1935. ilustran regularmente la información del diario.
A diferencia de otros diarios funcionaba El espacio dedicado a la política internacional
más como grupo de interés con objetivos es relativamente amplio y el tema de Cuba re-
vistió considerable importancia. Durante el pe-
económicos y no era apéndice de un riodo estudiado, aparecen 59 noticias sobre
grupo empresarial.41 la isla cubana, (3 titulares de primera plana),
un editorial y 8 artículos. Sobre la política exte-
rior de México 44 noticias (8 titulares en pri-
41
Fátima Fernández Christlieb, La prensa en Mé- mera plana) 6 editoriales y 6 artículos.
xico, pp. 104-127. La prensa publicación matutina 42
Ambos en primera plana.

62 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA


LA REVOLUCIÓN CUBANA EN LA PRENSA MEXICANA (1964)

No obstante, en su editorial “Una Sobre la situación interna de Cuba opi-


revolución en descomposicion” advier- naron varios articulistas. Uno de ellos afir-
te que: ma que Castro engaño a todos los que
confiaron en él y en los ideales que decía
Nada ganamos con especular si los mo- representar. Tal es la opinión generaliza-
tivos de las declaraciones de Juana da entre los cubanos en el exilio, opinión
Castro Ruz son deleznables y obedecen que ilustra con ejemplos concretos. Otro
a intereses poco legitimables, lo cierto artículo se refiere a cartas enviadas des-
es que la revolución […] la ha llevado a
de Cuba en las que se describe en térmi-
esas decisiones […] Y los propios mar-
xistas tienen que reconocer que son vi-
nos muy desfavorables la vida en la isla.
cios del sistema […] lo que ocasiona es- En otro se hace alusión a la tiranía, la
tas catástrofes morales.43 explotación y los muertos en Cuba.46
Las noticias sobre Cuba fueron más nu-
Podemos leer también entre los articu- merosas que las de la política mexicana
listas los comentarios desfavorables que en la Reunión, como fue el caso en Nove-
hemos visto en los otros diarios: dades, pero aquí también la ubicación de
las primeras no fue tan destacada, ni ob-
Ya no son los imperialistas. Ni los reac- jetó el régimen cubano el mismo número
cionarios. Ni los ‘gusanos’ Es la propia de editoriales que se ocuparon de nues-
hermana de Fidel Castro la que, horro- tra política; tampoco la subversión castris-
rizada de los crímenes del comunismo ta mereció comentarios de importancia.
ha venido a lanzar a los cuatro vientos La política exterior mexicana es objeto,
el trágico S.O.S. ¡Cuba agoniza! en cambio, de numerosos titulares de ca-
rácter elogioso, de primera plana, acom-
Y se considera a Juana como un instru- pañados de fotografías. Las declaraciones
mento de propaganda para presionar al oficiales del Secretario de Relaciones y
gobierno mexicano con chantajes senti- del delegado mexicano a la Conferen-
mentales en virtud de la próxima junta cia, ocuparon frecuentemente los titula-
de cancilleres.44 res principales, (los cuales fueron en ge-
La proposición de Castro para mejorar neral favorables a la política mexicana).47
las relaciones con los Estados Unidos es Los editoriales alaban la política nacio-
tratada ampliamente. Este gesto del Pri- nal basándose, en gran parte, en argu-
mer Ministro de Cuba es interpretado en mentos utilizados en Novedades: “Méxi-
un artículo como difícil de creer, “después co defiende la legalidad, como resultado
de todo lo que Castro ha dicho contra
los Estados Unidos, a menos que le hayan
hecho un nuevo lavado de cerebro”.45 46
Fabián Moreno, “Cartas Dramáticas”, La Prensa,
6 /7/ 1964; R. Mondragón C., “Castro Engaño
a Todos Quienes Confiaron en el”, La Prensa,
43
Editorial, “Una revolución en descomposición”, La 1/7/1964, p. 3.
Prensa, 1/7/1964. 47
El enviado especial a la Reunión no se limita a
44
Por ejemplo en “Las presiones de Juana Castro”, enviar puramente el material informativo sobre la
La Prensa 2/7/1964. conferencia; agrega, además, alabanzas a nuestra
45
J. Chamu, “De la Abundancia”, en su columna actitud y denuncia las presiones de que fueron
“Aletazzos”, La Prensa, 15/7/ 1964, p. 9. objeto los cancilleres.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA 63


NORA PÉREZ R AYÓN

de su pasado histórico”, etcétera; pero se de la considerada izquierda política del


hace mención de un argumento intere- país, cuyo mitin describe ampliamente.
sante que no se advirtió en los otros pe- No muestra interés en las manifestacio-
riódicos estudiados: el de que México no nes que se llevaron a cabo en el extran-
considera que el régimen cubano repre- jero en contra de nuestro país.
sente un peligro para nuestra seguridad.
Es preocupación del diario, asimismo, ha-
cer patente la solidaridad del pueblo me- REFLEXIONES FINALES
xicano con la política emprendida por
el gobierno. El comunismo no parece ser mayor pro-
En los artículos encontramos también blema en la prensa mexicana. La única
el elogio y la adhesión al gobierno, sin publicación francamente comunista de
olvidar señalar que no es por Cuba sino circulación general es la revista Políti-
ca […] La mayor parte de la prensa está
por México, que nuestro país emprende
políticamente a la derecha del gobier-
esa defensa de principios jurídicos. Sacan no y de la mayoría de la población. (E.
a relucir, asimismo, la experiencia histó- H. Erlandson. “The Press in México:
rica y el peligro de crear un grave prece- Past, Present and Future”. Journalism
dente. Por otra parte, se da notorio énfa- Quarterly, 1964).
sis al hecho de que una mayoría de países
pretendiese obligar a la minoría, de la La prensa fue un factor importante en la
cual formábamos parte, a llevar a cabo difusión de una opinión pública antico-
una ruptura que no deseaba o no juzga- munista durante la Guerra Fría. Contribu-
ba conveniente. yó a informar una opinión que permeó a
Por último, advertimos que La Prensa las élites empresariales y amplias capas
no ejerce presión para alterar la postura medias de un profundo temor al comu-
mexicana frente al caso cubano, sino que nismo y por un sentimiento de peligro in-
apoya en forma entusiasta la política na- minente de su penetración en círculos
cional. El diario, aunque no simpatiza con de gobierno. Peligro que estaba lejos de
Fidel Castro, es más moderado y equili- ser cierto, pero que puso en guardia, y en
brado frente a su régimen, cuando menos ocasiones incluso entorpeció y obstacu-
en cuanto a la información noticiosa. lizó iniciativas, proyectos y programas de
¿Contribuye La Prensa a movilizar la carácter social progresista. Por otro lado,
opinión pública a favor del gobierno? La facilitó también al gobierno el argumento
respuesta es, sin lugar a dudas, afirma- ideal para la descalificación de enemigos
tiva. El periódico no sólo publica las ma- peligrosos a la estabilidad política y al pro-
nifestaciones de adhesión que aparecen yecto de modernización en los años del
en otros diarios, sino que hace del cono- desarrollo estabilizador (décadas de 1950
cimiento de sus lectores muestras de so- y 1960) y del populismo (años 1970).
lidaridad que no vemos en los otros: resul- La actitud de la prensa en el caso cu-
ta significativo observar que fue el único bano era clara: no simpatizaba con el ré-
diario que público un manifiesto pro Cuba gimen de Fidel Castro y se complacía en
y a favor de la política emprendida por señalar los problemas y aspectos negati-
el gobierno, suscrito por personalidades vos de la vida antillana. La virulencia de

64 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA


LA REVOLUCIÓN CUBANA EN LA PRENSA MEXICANA (1964)

los ataques contra el gobierno de Cuba Por otro lado, el gobierno mexicano
variaba en matices según el periódico se congratulaba con un sector moviliza-
en cuestión. do de la sociedad, una izquierda que en
A pesar de la influencia norteamerica- sentido amplio simpatizaba con la Re-
na y del poder que ejercen grupos de volución cubana; y a su vez mostraba su
presión empresariales, la Iglesia, los sin- autonomía relativa ante una derecha em-
dicatos u otros, el poder del Estado y presarial, clerical y panista recién movi-
sus controles sobre la prensa en un siste- lizada también, y coyunturalmente derro-
ma político autoritario le permite a éste tada en la batalla escolar por el texto
adoptar políticas, como en el caso cuba- único (bajo la bandera de cristianismo sí,
no o en otro similar, sin temor a que los comunismo no). Equilibrio complejo pe-
órgano de la opinión pública se convier. ro funcional, que permitió engrasar una
tan en un instrumento activo de ataque y vez más la maquinaria política. Asimismo,
presión. El Estado contaba con todos los neutralizaba la posible influencia de la
recursos para el ejercicio del poder so- Revolución cubana en México y el apoyo
bre la prensa y las empresas periodísticas a actividades subversivas. El futuro de-
tuvieron que autocontrolarse y aceptar la mostró que el gobierno cubano cumplió
línea presidencial. con este último punto y dio muestras de
El régimen mostró también las habili- respeto al gobierno mexicano.48
dades de su ingeniería política y su auto- Conservar las relaciones con el régimen
nomía relativa frente a los poderes fácti- cubano se mantuvo como un factor im-
cos. No era su interés específico la defensa portante para la estabilidad política en
de la Revolución cubana y su régimen, México. Los ataques al gobierno por parte
pero al asumir una posición legalista en de la izquierda militante perdieron un ar-
derecho internacional, de facto defendía gumento valioso y los grupos nacionalistas
a Cuba y obtenía prestigio para la política tuvieron una bandera para enorgullecerse.
exterior mexicana. Asimismo, los sectores empresariales lle-
Por una parte, el gobierno encabeza- garon a comprender con el tiempo que
do por el Presidente López Mateos ( ya de los primeros beneficiarios de esa política
salida) se cuidó de deslindarse claramen- eran ellos, pues la estabilidad interna crea-
te de la Revolución cubana; pero la apro- ba un clima de confianza que a su jui-
vechó para afirmar los principios del na- cio era necesario para el florecimiento de
cionalismo revolucionario en materia de los negocios.49
política exterior ( defensa de la tradición
jurídica como arma de los países débiles).
Sostuvo una posición de independencia 48
No se tiene noticia de que Castro haya fomenta-
frente a los Estados Unidos, procurando do o alentado movimientos subversivos en Méxi-
evitar una confrontación directa, y minimi- co y hasta 1967, cuando las relaciones México-
zó las posibles represalias económicas Cuba comenzaron a deteriorarse, puede decirse
que Castro contribuyó indirectamente, con sus
de un gobierno norteamericano al que referencias de respeto al gobierno mexicano, a
convenía la distinción entre revolucio- desalentar movimientos guerrilleros. Véase Mario
nes buenas y malas. Ojeda, Alcances y límites de la política exterior
mexicana, p. 107
49
Ojeda, op. cit., pp. 106-107.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA 65


NORA PÉREZ R AYÓN

En el verano de 1968, la relación de la BIBLIOGRAFÍA


sociedad con el poder político da un giro
e impulsa el camino hacia la transición Arredondo, R. y Sánchez Ruíz T. Comu-
democrática, camino largo y tortuoso. Sin nicación social, poder y democracia en
embargo, no cabe duda que, hoy en día, México, Guadalajara, Universidad de
la relación de los medios, en particular, la Guadalajara, 1987.
prensa, con la sociedad y el Estado es- Bohmann, Karin, Medios de comunicación
tán muy lejos del panorama presentado y sistemas informativos en México, Mé-
para la década de 1960. El peso de la pren- xico, Alianza Editorial, 1997.
sa se ha debilitado o relativizado frente a Fernandez Christlieb, Fátima. “ El derecho
la televisión y la radio, pero en su conjun- a la información y los medios de in-
to los medios de comunicación de masas formación masiva en Pablo Gonza-
tienen en el presente un poder político lez Casanova y Enrique Florescano
autónomo, con alcances que no tuvieron (coords.), México hoy, México, Siglo
en décadas de autoritarismo. Ello plantea XXI, 1991.
un nuevo esquema prensa-sociedad-Es- . La prensa en México, Tesis, Méxi-
tado que conlleva beneficios y costos que co, Universidad Iberoamericana, 1975.
estamos debatiendo Fuentes Bérain, Rossana. “Prensa y poder
político en México”, Razón y palabra,
Revista electrónica especializada en
Comunicación, núm. 23, octubre-no-
viembre, 2001(hattp//sn121.mail.live.
com).
Granados Chapa, Miguel Angel. “El Estado
y los medios de comunicación”en Jor-
ge Alonso (coord.). El Estado Mexicano,
México, CIESAS -Nueva Imagen, 1982.
Gonzalez Casanova, Pablo. “La opinión
pública” en México 50 años de re-
volución, t. III, La Política, México,
Fondo de Cultura Económica, 1961.
Loaeza, Soledad. Las clases medias y po-
lítica en México, México, El Colegio de
México, 1988.
Monsivais, Carlos y Sherer Julio, Tiempo de
saber. Prensa y poder en México, Mé-
xico, Aguilar, 2003.
Ojeda, Mario. Alcances y límites de la po-
lítica exterior mexicana, México, El Co-
legio de México, 2006.
Pacheco, Martha, “Cristianismo sí, comu-
nismo no”, Revista de Estudios de Histo-

66 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA


LA REVOLUCIÓN CUBANA EN LA PRENSA MEXICANA (1964)

ria Moderna y Contemporánea de Méxi- Quiñones León, Efraín. Cultura mediática y


co, vol. 24, México, IIH-UNAM, 2005. política. Una exploración desde el espa-
Pellicer de Brody, Olga y Esteban Manci- cio local, Jalapa, Universidad Veracru-
lla. El entendimiento con los Estados zana, 2008.
Unidos y la gestación del desarrollo es- Scanella, Petra. El periodismo político en
tabilizador, Historia de la revolución me- México, Barcelona, Ed. Mitra, 1983.
xicana 1952-1960, México, El Colegio Torres Septién, Valentina. “El miedo de los
de México, 1988. católicos mexicanos a un demonio con
Pellicer, Olga. México y la Revolución Cu- cola y cuernos: el comunismo entre
bana, México, El Colegio de México, 1950 y 1980”, en Gonzalbo, Pilar, Anne
1972. Staples y V. Torres Septien, (Eds.), Una
Pérez-Rayón, Nora, La prensa mexicana historia de los usos del miedo, El Cole-
frente a la política exterior del Presiden- gio de México-UIA, 2009.
te López Mateos, La Novena Reunión de
Consulta de la OEA , Tesis, México, El Co-
legio de México, 1968. PERIÓDICOS
Pozas, Ricardo. “Elección presidencial y
reproducción del régimen político en El Sol de Puebla, julio 1964
1964”, Secuencia, núm. 74, México, La Prensa, julio 1964
Instituto Mora, mayo-agosto 2009. Novedades, julio 1964

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 HISTORIA 67


SOBRE EL IRIS DE LINATI Y
LOS MEXICANOS PINTADOS POR SÍ MISMOS

DANIEL SANTILLANA*

INTRODUCCIÓN LA LITOGRAFÍA EN MÉXICO A PRINCIPIOS


DEL SIGLO XIX

M i objetivo en el presente trabajo


es destacar los nexos entre la géne-
La litografía nacional decimonónica jugó
un papel fundamental en el proceso de
construcción del cuerpo del mexicano:
sis de la litografía nacional y el proceso su tez, sus actitudes peculiares, su dieta,
de construcción del perfil de México y sus bebidas, sus comportamientos: en fin,
lo mexicano. todo lo concerniente al tipo individual
Para lograr mi objetivo utilizaré dos del mexicano se definió a través de su
trabajos de Claudio Linati (1790-1832). representación gráfica.
Asimismo, comentaré Los mexicanos pin- La litografía es un método de impresión
tados por sí mismos (1854), obra en la que que, por su bajo costo, se transformó, a
los problemas de identidad, la litografía y principios del siglo XIX, en una forma de
la narración se fusionan para conformar expresión popular, aunque también fue
una visión singular sobre los mexicanos. utilizada por la élite liberal mexicana para
También dedicaré algunas líneas al pro- difundir su programa político.
blema de la mímesis1 en el arte. Claudio Linati y Prevost noble italiano,
liberal, bonapartista, carbonario, perse-
guido político, sentenciado a muerte, pró-
* Profesor de Filosofía Novohispana en la Maes-
tría en Cultura Virreinal, UCSJ. fugo, masón, enemigo de la Europa de la
1 El término mímesis posee un sentido complejo; Santa Alianza, romántico, artista, que amó
en estas líneas asumiremos la postura de Aristó- estos territorios y murió en ellos, fue quien
teles quien (según Francisco de P. Samaranch)
la define como: “reproducción, representación, trajo a México la litografía en 1825.
imitación, expresión, acaso “re-creación”. En to-
do caso, agrega, implica algo más que una mera
copia, y parece connotar una iteración produc-
tiva de algo, pero con alguna adición específica en definitiva, la acción de hacer una cosa
que distingue la segunda producción de la pri- semejante a otra; con todas las connotaciones que
mitiva –la imitada—. Supone, por lo mismo, la lleva consigo la semejanza o analogía”. Prólogo de
intervención de un hacer artesano, que a veces Francisco de P. Samaranch a: Aristóteles, Poética,
puede llegar a ser “creador” en algún grado. Es, p. 23.

69
DANIEL SANTILLANA

Durante su estancia en México, Linati tensa o la falta absoluta de ocupación.


y otros dos exiliados políticos: José María Lejos de nosotros la idea orgullosa de
Heredia (1803-1839) y Florencio Galli, se levantar en El Iris un monumento a
comprometieron en un proyecto cultu- la gloria literaria, a la nación o a noso-
tros mismos2.
ral común. Linati y Galli, recién llegados
del viejo continente, miraron con pasmo
imágenes de la singular realidad mexica- En ese primer número, se incluyó una
na –en muchos sentidos diferente a la eu- litografía a color de Linati3. Se trata de
ropea– a la que, no obstante, tenían que una figura femenina dibujada de cuerpo
suponer occidental. Sin embargo, el asom- entero y puesta en pie. El dibujo de esta
bro no fue menor en Heredia, que, aun- joven mujer está de frente; aunque el
que oriundo de Cuba, volvía de su des- rostro se encuentra vuelto en tres cuar-
tierro en los Estados Unidos de América. tos. La figura es rígida y sin fondo. En
Linati, Heredia y Galli compartían dog- la mano derecha la joven sostiene un
mas occidentales tales como la necesi- abanico y en la izquierda un pañuelo. El
dad de promover el desarrollo económi- color es tenue. Ante este figurín, el autor
co de las naciones. Creían, aunque cada se pregunta: “¿quién será la ninfa que se
uno de ellos anteponía ciertos matices, alza en él? —Es la Moda”. Y añade: “El
en el valor positivo de la creciente parti- figurín [lleva] sombrero de paja con guar-
cipación de los ciudadanos en su propio nición del mismo color y algunas flores.
gobierno. Confiaban en las bondades Traje de crespón color de rosa, sobre un
de la ciencia, la civilización y la lucha viso de tafetán blanco, mangote y guarni-
por la libertad. Por último, debido a su ción de lo mismo, manga larga de punto”4.
adhesión al ideario masónico, los tres se Arturo Aguilar Ochoa da cuenta de una
oponían a los modelos de pensamiento, litografía de Linati (la figura del Papa León
comportamiento, instituciones y gobier- XII) anterior al figurín de la muchacha
no originados y defendidos por el catoli- del traje rosa5. Sin embargo, mientras no
cismo romano. aparezca la mencionada litografía –ac-
Durante su estancia en México, Linati, tualmente extraviada–, seguiré conside-
Heredia y Florencio Galli editaron el rando que, según apunta Justino Fernán-
periódico El Iris, que fue la primera revista
literaria del México independiente y
apareció del 4 de febrero al 2 de agosto 2 Claudio Linati; Florencio Galli; y José María
de 1826. En la exposición de motivos, Heredia, El Iris. Periódico crítico y literario, p. 1.
redactada por Heredia, se afirma que: 3 Ibid., p. 9.
4 Ibid., p. 8.
5 En el periódico El Águila Mexicana del 16 de
el único objeto de [este] periódico es
enero de 1826, apareció el aviso de la próxima
ofrecer a las personas de buen gusto publicación de esta litografía realizada por Linati.
en general y en particular al bello sexo, Impreso que, de existir, constituiría en efecto una
una distracción agradable para aquellos litografía previa a la del figurín; sin embargo, has-
momentos en que el espíritu se siente ta el momento, ésta no ha sido localizada.
V. Arturo Aguilar Ochoa, “Los inicios de la lito-
desfallecido bajo el peso de atenciones grafía en México”, p. 69. <http://www.analesiie.
graves, o abrumado por el tedio que unam.mx/pdf/90_65-100.pdf> (15 de octubre
es consiguiente a una aplicación in- de 2008).

70 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA


SOBRE EL IRIS DE LINATI Y LOS MEXICANOS PINTADOS POR SÍ MISMOS

dez6, el figurín en rosa fue la primera Cae allí prisionero, apunta Justino Fer-
litografía ejecutada en México. nández, mas logra huir [y] se refugia en
Francia. En 1824 se le abre juicio, se le
condena a diez años de cárcel, senten-
cia cambiada después, gracias a su an-
CARBONARIOS Y MASONES
tiguo preceptor [Giuseppe] Caderini,
por la de pena de muerte y se le con-
Diseñado por Linati, El Iris daría expresión
fiscan sus bienes.
a sus ideales como miembro de La Car- Fue en esas circunstancias cuando pasó
bonería. La Carbonería fue una sociedad a Bruselas. Allí conoció a don Manuel
secreta fundada en Nápoles a principios Eduardo de Gorostiza, encargado de los
del siglo XIX. Los carbonarios sostenían negocios de México en Bélgica9.
un ideal republicano y constitucionalista,
por lo que se levantaron en contra de Joa- Con la ayuda de Gorostiza y de José Ma-
quín Murat, rey de Nápoles por volun- riano Michelena, Ministro de México en
tad de Napoleón Bonaparte. Londres, Linati y su socio Gaspar Franchi-
En 1819, Linati se integra a la Logia ni se trasladaron a México en septiembre
Masónica de la Sociedad del Sublime de 1825. En la carta de motivos que en-
Maestro Perfecto7. Dedicará los años viaron al ministro Michelena leemos:
siguientes a difundir los postulados de
la masonería8. Claudio Linati y Prevost, y Gaspar Fran-
Después de la caída de Murat, los car- chini, hallándose en circunstancias y
bonarios protagonizan la revolución de con los conocimientos necesarios para
1820 contra el gobierno liberal modera- establecer una imprenta litográfica y
do implantado por las potencias de la oficinas de Calcografía para mapas to-
pográficos, Arquitectura civil y militar,
Santa Alianza. Abortada la revolución en
etc., irían gustosos a llevar sus cortos
1821, Linati y Fiorenzo Galli se refugian
conocimientos en la Capital de la Con-
en Cataluña donde organizan una ban- federación Mexicana, ofreciéndose tam-
da armada que hostiga a las fuerzas bién a poner escuelas gratuitas de las
de Fernando VII. diferentes artes que ellos practican:
como para el acopio de los muchos ins-
trumentos, máquinas, etc., necesario a
6 Justino Fernández, “Estudio preliminar”, en Ed- dichos establecimientos, debe necesa-
mundo O’ Gorman (recopilación), Documentos riamente agotar los recursos que han
para la historia de la litografía en México, p. 37. quedado a los Intralos (sic), después de
7 “La masonería es una fraternidad filosófica y
altruista a nivel internacional [cuyos] orígenes se
las desgracias de Piamonte y de Espa-
remontan a principios del siglo XVIII en Inglaterra ña, desearían que V. E. Se interesase
y desde entonces ha crecido hasta establecerse en nuestra posición, dignándose alcan-
en casi todos los países del planeta. Sus miem- zarnos: 1° medios de transporte [...]; 2°
bros, los masones, se reúnen en privado para es- en caso de que no existiesen todavía
tudiar y discutir temas muy variados y organizar
labores de beneficencia en su comunidad.” imprentas litográficas en México, la
Centro Latinoamericano de Información Masó- preferencia en los trabajos que necesite
nica (CLIMA), “La Masonería”. <http://espanol.
geocities.com/informes /masoneria/historia_
mexico.html> (10 octubre 08).
8 Fernández, op. cit., p. 15. 9 Loc. cit.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA 71


DANIEL SANTILLANA

el Gobierno [...] y por último un local en Diferentes artículos y la famosa litogra-


llegando a México [...]10. fía de Linati –una alegoría crítica del
despotismo– muestran el paralelismo
ideológico que mantenía [El Iris] con el
Además de sus ideales carbonarios, El Iris, Águila Mexicana, El Mercurio Veracru-
desde su primer número, sostuvo postu- zano y la publicación, también vera-
cruzana, titulada La Euterpe [todas
ras que lo acercaron al ideario masónico
ellas] tenían una ligazón estrecha con
del rito York11. Con respecto a la ideolo- los yorkinos. Estas publicaciones forma-
gía yorkina de El Iris, la profesora Àngels ban un frente común ante El Sol, por-
Solà afirma: tavoz de los escoceses12.
10 Ibid., pp. 69 y 70.
11 “En México, la masonería inició sus actividades
Escoceses y yorkinos protagonizaban en
a fines del siglo XVIII cuando llegó a nuestro México una lucha por el control del po-
país un nutrido grupo de súbditos franceses […] der político a través de la cooptación de
huyendo de la persecución contra los jacobinos
[...] La Inquisición detuvo a Juan Laussel, coci-
personalidades de la clase gobernante
nero del Virrey, y por sus confesiones se supo que, según sus planes, tenían que formar
que en la relojería de Juan Estrada Laroche ha- parte de una u otra cofradía. Por ejemplo,
bía conocido al Dr. Durrey y a los peluqueros
Luly y Du Roy identificándolos „por las señas
Lorenzo de Zavala (1788-1836) que fue
estatuidas por la fraternidad“. Con ellos celebró gobernador del Estado de México, llegó
el solsticio de verano de 1791. La primera logia a ser la cabeza del grupo yorkino, mien-
formal, sin embargo, la fundó Enrique Muñiz
en la Calle de las Ratas (hoy Bolívar) número
tras que Miguel Ramos Arizpe (1775-1843),
5, domicilio del regidor Manuel Luyando.” una de las personalidades que más de-
[...] cisivo apoyo prestó a la causa de la Repú-
“En 1806 fue fundada [la primera] L[ogia],
que tenía sus reuniones en la calle de las Ratas
blica durante la presidencia de Guada-
número 4, en la casa del regidor Manuel Luyan- lupe Victoria (1786-1843), perteneció al
do. Esta L. establecida por D. Enrique Muñiz de los escoceses.
a la cual pertenecían algunos regidores entre
los que se contaban el […] Lic. Verdad y otros,
hace comprender bien, la parte activa que el
Ayuntamiento tomó a favor de la independen- IDEARIO POLÍTICO Y ESTÉTICO DE EL IRIS
cia […] D. Miguel Hidalgo y Costilla y D. Ignacio
Allende […] vinieron expresamente a recibirse
masones y posaron en la casa núm. 5 de la mis- El Iris, como publicación afín a las posturas
ma calle de las Ratas, en la que vivía un señor de los yorkinos, defendió los ideales de
llamado Lindo.” José María Mateos, Historia
de la Masonería en México. Desde 1806 hasta
libertad, república y democracia. Compar-
1884, pp. 8-9. tía, también, con los yorkinos el temor que
“En 1812 Ramón Cerdeña y Gallardo fundó la inspiraba la beligerancia de la Santa Alian-
primera logia veracruzana, la de los “Caballeros
Racionales”. Más tarde, en 1821 se fundaría, en
za contra las revoluciones de indepen-
la ciudad de México la logia de “El Sol”. La ten- dencia en cualquier parte del mundo.
dencia de las primeras logias mexicanas fue
política por lo que sus prosélitos eran básica-
mente militares y políticos emigrados como 12 Àngels Solà, Escoceses, yorkinos y carbonarios (La
Linati y como Orazio de Attelis marqués de obra de O. de Attellis, marqués de Santangelo,
Santangelo.”Centro Latinoamericano de Infor- Claudio Linati y Florencio Galli en México en
mación Masónica, Loc. cit. Centro Latinoameri- 1826), pp. 211-212. <http://www.raco.cat/index.
cano de Información Masónica, “Breve historia php / Bolet in Americ anis t a /ar t icle /viewFile /
de la Masonería mexicana”, loc. cit. 98447/146062> (9 de Octubre de 2008).

72 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA


SOBRE EL IRIS DE LINATI Y LOS MEXICANOS PINTADOS POR SÍ MISMOS

El Iris estableció el panteón de los hé- comparte con los Ilustrados del siglo
roes de nuestra independencia. En él apa- XVIII la fe en el poder emancipador de
recieron las primeras representaciones la educación.
del general Guadalupe Victoria y del cura El Iris supuso, pues, todo un programa
Morelos (litografías realizadas por Linati), didáctico a través del cual Linati preten-
así como del cura Hidalgo (realizada por día enseñarnos normas de comporta-
José Gracida, discípulo de Linati). miento, estilos de vida, estructuras ideoló-
La militancia liberal de Linati, explica- gicas, gustos gastronómicos, artísticos y
ría, a mi entender, la deliberada elimina- literarios propios de la modernidad euro-
ción de la figura de Agustín de Iturbide de pea, de ahí la importancia que adquiere
la galería de héroes patrios. Iturbide tam- el asunto de la moda.
bién fue excluido del libro Trajes religio- Para Linati, la moda no sólo tenía que
sos, civiles y militares de México (1828) ver con una industria próspera en Europa.
que fue la siguiente publicación de Lina- Significaba, en el contexto mexicano, un
ti, quien, sin embargo, en esta obra vuelve paradigma modernizador, todo un cam-
sobre los retratos de Hidalgo, Morelos, bio de estructuras.
Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria. A través de El Iris, Linati nos enseñó
En El Iris, como su nombre lo expresa, a mirarnos desde la perspectiva del ex-
hay una voluntad de observar, de descu- tranjero, en consecuencia, surgió un mo-
brir y de describir visualmente, la realidad delo de autocomprensión en el cual los
que aquellos extranjeros contemplaban, mexicanos nos aparecíamos (y aún suce-
a ratos con asombro, por momentos in- de así) como seres extraños a nosotros
crédulos, pero, fundamentalmente, con mismos. Esa imagen inquietantemente ex-
gestos de magíster. El motivo de aquel di- traña a nosotros mismos ha constituido
dactismo de Linati aparece expresado en una parte fundamental del ser nacional.
la siguiente frase de una carta que escri-
bió a su amigo el Conde Stavoli, en ella,
Linati afirma: “decidido a civilizar a estos TRAJES RELIGIOSOS, CIVILES Y MILITARES
semi-bárbaros, estoy masticando la pu- DE MÉXICO
blicación de un periódico a mi modo”13,
el cual era, evidentemente, El Iris. Expulsado de México, entre otros moti-
En esta publicación destaca la mirada vos por su crítica a la tortilla, que no le
colonialista del europeo que vuelve, una gustaba, Linati regresó a Europa. En 1828,
vez más, a descubrir nuestro continente y mientras vivía en Bélgica, publicó su obra
desde ella nos define como ajenos a los titulada Trajes religiosos, civiles y militares
valores de la civilización. Civilización que de México, que contiene 48 litografías a
corre sólo por un cauce, desde el cual nos color y una en blanco y negro, realizadas
insta, de nueva cuenta, a unirnos a él y sobre las acuarelas y apuntes hechos
a su realidad. Realidad cuyo valor estri- en México, a las que añadió textos ex-
ba, fundamentalmente, en su racionali- plicativos. De ellas destaca la litografía
dad. Por eso el didactismo de Linati que

13 O’ Gorman, op. cit., p. 25.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA 73


DANIEL SANTILLANA

del “Lépero”14, que constituye la primera litografías, en el período que va de 1826


representación gráfica del mestizo mexi- a 188815, dato que cobra significación si
cano. La litografía en cuestión represen- tomamos en cuenta que, en París, en el
ta a un joven semidesnudo y robusto de mismo lapso, sólo se editaron cinco pu-
piel muy blanca y rasgos faciales indíge- blicaciones dedicadas a este menester.
nas, que se encuentra recargado en una Del caudal de diarios mexicanos que,
pared. A sus pies hay un sombrero ajado influenciados por El Iris incluyeron lito-
y un perro que clava su mirada en el jo- grafías en sus páginas, destaca Don Bu-
ven. El lépero dirige su mirada hacia el llebulle, periódico publicado en Mérida
exterior del cuadro, en una actitud de en 1847. Lo que confiere importancia a
solapada astucia. Don Bullebulle son las caricaturas de
En las litografías de la obra de referen- Gabriel Vicente Gahona “Picheta”. A tra-
cia podemos constatar el alejamiento vés de las páginas de Don Bullebulle,
con el que Linati consideraba el estilo de “Picheta” retrató con fidelidad artística y
vida mexicano. Su extrañamiento se hace profundo tono crítico a la sociedad yuca-
evidente en las explicaciones que añadió teca, y dejó un modelo de caricatura so-
a los testimonios gráficos que confor- cial y política que habría de influir en la
man el álbum. segunda mitad del siglo XIX.
Los Trajes religiosos… constituyeron,
pues, un programa de exploración a partir
del cual, fueron considerados objetos de LA LITOGRAFÍA COMO ESPEJO
un estudio científico según una metodo-
logía que era desbordada a cada instante La litografía, como dije anteriormente, fue
por la realidad de nuestro entorno. Rea- un medio de expresión popular, no aca-
lidad que Linati censuraba y trataba de démica. Los editores de la época supieron
transformar. A él, tal como rezaba el le- convertir esta expresión gráfica en una
ma que animó a los revolucionarios deci- industria rentable, que satisfacía un mer-
monónicos, no le bastaba conocer: él te- cado de masas en expansión.
nía que transformar dicha realidad. El cliente buscaba la litografía para re-
Después del éxito europeo de la obra conocerse en ella. Buscaba en ella, los
de Linati, establece Guadalupe Jiménez espacios propios de su cotidianidad, des-
Codinach –siguiendo en esto a Manuel cripciones de los sucesos que lo con-
Toussaint– aparecieron en México, más movían, su geografía, sus montes, sus ríos,
de 25 periódicos, revistas, calendarios y etc. Ignacio Cumplido, quizá uno de los
almanaques dedicados a la difusión de editores más importantes del siglo XIX,
ponderó, en 1837, la litografía en los si-
guientes términos:
14 En la explicación que acompaña a esta litogra-
fía, Linati afirma: “Lépero-vago es el nombre
que se da en México a un hombre de la clase
baja del pueblo, de raza mezclada de indio y 15 Guadalupe Jiménez Codinach, “La litografía me-
español”. Ibid., p. 30. Es decir, a principios del xicana del siglo XIX: piedra de toque de una
siglo XIX, el término “lépero” remitía a una cuestión época y de un pueblo”, en Nación de Imágenes,
racial y no a lo que connota en la actualidad. la litografía mexicana del siglo XIX, p. 142.

74 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA


SOBRE EL IRIS DE LINATI Y LOS MEXICANOS PINTADOS POR SÍ MISMOS

La litografía es [el] arte más apropósito resto de los mismos (reserva pudorosa
para representar los campos, los ríos, de aquellos tiempos) ostenta, al final del
las montañas, las florestas y toda suer- capítulo, no un pseudónimo, sino un
te de paisajes, no siendo menos suscep- signo ortográfico o bien una inicial, que
tible de aplicarse a retratos y otras no es, ciertamente, la del nombre o
exposiciones16. apellido del escritor18.

UN SUCESO FUNDAMENTAL Y ALGUNOS Sin embargo, Fernández Ledesma, con la


PORMENORES asistencia del bibliógrafo Juan B. Iguínez,
identifica a los autores de los diferentes
La publicación de Los mexicanos pintados textos y puede, por lo tanto,
por sí mismos en 1854 no constituye so-
lamente un acontecimiento primordial
para la industria editorial mexicana, co- estampar aquí (por primera vez dentro
mo afirma María Esther Pérez Salas17. Su del volumen) algunos flamantes nom-
carácter de síntesis entre narración y bres de nuestras letras de mediados
representación gráfica en torno a un de siglo: Juan de Dios Arias, Dr. [sic]
Hilarión Frías y Soto, Pantaleón Tovar,
punto tan importante como la identidad
José María Rivera, Niceto de Zamacois e
del mexicano, señala el momento en el Ignacio Ramírez, “El Nigromante”19.
que se puede vislumbrar ya un acuerdo,
siquiera sea provisional, acerca del perfil A continuación, Fernández Ledesma pre-
que pueden asumir los protagonistas de senta el “Índice clasificador de autores
esta nación. y títulos”; en el cual se asienta que los
Con respecto a la dificultad para iden- textos provenientes de la pluma de José
tificar a los autores que dispusieron Los María Rivera son: “El músico de cuer-
mexicanos pintados por sí mismos, Enri-
da”, “El vendutero”, “El arriero”, “El ca-
que Fernández Ledesma en el prólogo
jista”, “El ranchero”, “El maestro de es-
de la edición de 1935 (reproducido en
cuela”, “El mercero”, “La chiera”, “El pul-
la de Editorial Símbolo de 1946) afirma quero”, “El barbero”, “El cómico de la
lo siguiente: legua”, “El sereno”, “La china” y “El escri-
biente”; además de ser coautor de “El
La obra, como es sabido, fue compuesta
por una sociedad de famosos literatos
Poetastro”, junto con Hilarión Frías y So-
de mediados de siglo, que no firmaron, to, quien escribió además: “El Aguador”,
con excepción de uno, sus trabajos. El “El Cochero” y “La Costurera”.

16 Cit. en Clementina Díaz y de Ovando, “El grabado


comercial en México 1830-1856” en Historia del
Arte Mexicano, t. VII, p. 168. 18 Prólogo de Enrique Fernández Ledesma a Hilarión
17 María Esther Pérez Salas, “Genealogía de los Frías y Soto (et. al.), Los mexicanos pintados por sí
mexicanos pintados por sí mismos”, p. 167. mismos. Obra escrita por una sociedad de literatos,
<http://historiamexicana.colmex.mx/pdf/13/ México, Símbolo, 1946 (El prólogo carece de
art_13_1872_16019.pdf> (30 de Septiembre de paginación).
2008). 19 Loc. cit.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA 75


DANIEL SANTILLANA

De Juan de Dios Arias son: “El cajero”, SOBRE EL CAMBIO EN EL CONCEPTO


“El evangelista”, “La partera”, “El minis- DE MÍMESIS EN EL SIGLO XIX
tro”, “El tocinero”, “El cargador” y “El mi-
nistro ejecutor”. Ignacio Ramírez aportó: En el siglo XIX, con la consolidación del
“El alacenero”, “La coqueta”, “El aboga- predominio económico-político de la
do”, “El jugador de ajedrez” y “La estan- burguesía, se trastocaron los paráme-
quillera”. Mientras que Pantaleón Tovar tros tanto de la mímesis de lo real, como
contribuyó con “La recamarera”; y Niceto de la representación corporal en el ar-
de Zamacois con: “La casera” y “El criado”. te occidental.
Los mexicanos pintados por sí mismos En dicho siglo, se definió con mayor
sigue el modelo inglés establecido por: nitidez lo que Pierre Barbéris ha deno-
Heads of the People, el cual, tras ser minado costumbrismo bourgeois21 –al
adaptado a la realidad francesa, originó que es menester distinguir del “realismo
una copia española y otra cubana, además crítico”22–, y que implica que, a partir de
de la publicación mexicana denomina- entonces y hasta nuestros días, los cuer-
da: Los niños pintados por ellos mismos20. pos que se estructuran como la parte
No obstante los modelos en que se medular de la representación gráfica o
inspiró, Los mexicanos pintados por sí mis- como protagonistas del relato literario se-
mos tiene el mérito de ser el primer libro rán extraídos de la cotidianidad y desa-
de tipos elaborado por artistas mexica- parece la reproducción de los actos he-
nos y no por extranjeros. La relevancia de roicos del caballero, la idealización del
este hecho consiste en que, por primera personaje de las obras pastoriles y los ca-
ocasión, son los mexicanos en busca de racteres óptimos de los galanes del Siglo
identidad, los que proponen una etopeya de Oro. Por tal motivo, los autores se es-
de sí mismos. Este hecho, que implica
un conocimiento más profundo del per-
21 Cit. p. José Escobar Arronis, “La mímesis cos-
sonaje en cuestión, es más complejo que tumbrista”, p. 1, <http://www.cervantesvirtual.
la investigación de sus fuentes, rebasa com/FichaObra.html?portal=0&Ref=16942>
los bordes de su genealogía europea y (24 de Septiembre de 2008).
22 Discrepo de Barbéris quien, al contrario de
convierte a esta obra en un documen- Georg Lukács, supone un proceso evolutivo que
to singular. conduce del primero al segundo. Lukács, por
Así pues, la publicación de Los mexicanos su parte, señala dos diferencias básicas entre el
«costumbrismo bourgeois» y el “realismo crítico”
pintados por sí mismos es la culminación las cuales consisten, en primer lugar, en que el
de un largo proceso interno de reflexión «costumbrismo…», a pesar de retratar individuos
y autoconocimiento. Y, simultáneamente, comunes en circunstancias cotidianas, es in-
capaz de derivar los comportamientos indivi-
es resultado de un proceso externo de duales de los personajes, de la singularidad
globalización capitalista que requiere histórica de la época. En segundo lugar, el «cos-
de una breve reflexión sobre los cambios tumbrismo bourgeois» se distingue del realismo
crítico, porque este último no absolutiza ni el
que sufrió el concepto de mímesis en el pasado ni el presente, sino que ejerce la crítica
siglo XIX, como a continuación se explica. sobre ambos momentos, con el fin de mostrar
los nexos internos de las realidades sociales y de-
velar la armazón temporal de las mismas. Cf.
Escobar Arronis, loc. cit; y Georg Lukács, La
20 Pérez Salas, op. cit., p. 187. novela histórica, p. 252 y ss.

76 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA


SOBRE EL IRIS DE LINATI Y LOS MEXICANOS PINTADOS POR SÍ MISMOS

forzarán por definir con exactitud el ta- Los relatos dejarán de disponerse, por lo
lante de sus protagonistas, el medio donde tanto, en la corte, la selva (como epónimo
viven, las ropas que utilizan. Se esforza- de la Naturaleza) y el locus ideal; desde
rán, asimismo, por establecer las diversas entonces se ubicarán en la ciudad, en sus
normas lingüísticas tanto regionales como calles, sus mercados, sus negocios, sus ras-
nacionales. En México, este acercamiento tros, sus burdeles, sus alcantarillas, los in-
a la vida cotidiana se concretará en Los teriores de sus casas, sus cuarteles y sus
mexicanos pintados por sí mismos, obra hospitales. En la nueva mímesis se descri-
en cuya factura intervinieron tanto los li- birá al ciudadano común, su indumentaria,
tógrafos como las plumas más destacadas sus costumbres alimenticias y sus formas
de aquel momento. de asumir la sexualidad. Todo ello condu-
En Los mexicanos…, se hace patente cirá en la novela, al «costumbrismo bour-
ya, una nueva forma de comprender el geois» y al realismo que, sin embargo, se
realismo en relación con la verosimilitud. mantendrán ajenos a la comprensión de
A partir de su publicación, el público me- los grandes movimientos históricos y so-
xicano del siglo XIX exigirá que la vero- ciales de su época.
similitud en la obra de arte se limite al Es menester hacer énfasis, como dije
retrato de la verdad a secas. en la nota 22, que la situación histórica
El «costumbrismo bourgeois», al que se de la generación de 1830 no da pie al
refiere Barbéris, había surgido alrededor realismo crítico en el sentido de que en
de 1830, cuando el público empezó a su novelística, el pasado o el presente son
demandar que el arte se ocupara de he- considerados de forma absoluta. Es por
chos cotidianos. En esta nueva mímesis ello que, según apunta Georg Lukács, aún
burguesa, la representación del medio
ambiente también sufrirá transformacio- la novela histórica de escritores tan des-
nes. La nueva representación ideológica tacados como son Flaubert y Maupassant
de la realidad contenida en la literatura degeneró en un episodismo, [en el cual]
moderna se realizará, afirma el profesor las experiencias puramente privadas,
exclusivamente individuales de los per-
Escobar Arronis,
sonajes no están vinculadas ni con un
solo lazo a los acontecimientos históri-
como mímesis de lo local y circunstancial
cos, por lo que han perdido su verdadero
mediante la observación minuciosa de
carácter histórico. Y los acontecimientos
rasgos y detalles de ambiente y de com-
históricos mismos son rebajados debido
portamiento colectivo diferenciadores
a esta separación a algo meramente ex-
de una fisonomía social particularizada
terior, exótico, a un trasfondo puramen-
y en analogía con la verdad histórica. El
te decorativo24.
nuevo objeto de mímesis es la sociedad,
referente cultural e ideológico de la lite-
ratura surgida al amparo institucional de Así, aun cuando las definiciones estéticas
la vida pública burguesa23. de los primeros tres cuartos del siglo XIX,
enfatizan que sólo “lo local y temporal-
mente limitado” es digno de “reconocerse

23 Escobar Arronis, loc. cit. 24 Lukács, loc. cit.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA 77


DANIEL SANTILLANA

como objeto de imitación poética”25, los LOS MEXICANOS PINTADOS POR SÍ MISMOS
novelistas de la época no se libran, por COMO PROGRAMA POLÍTICO-SOCIAL
ello, de comprender lo cronológicamente
limitado como absoluto. Los tipos de Los mexicanos pintados por
A pesar de lo anterior, la demanda de sí mismos constituyeron un programa de
objetividad material en sentido burgués exploración, de forma similar al que con
modernizó el concepto de representa- anterioridad había realizado Linati. A tra-
ción de la realidad en la novela. Ahora vés de Los mexicanos pintados por sí
bien, ¿en qué consiste tal modernización? mismos la élite intelectual criolla liberal
Escobar Arronis contesta, citando a Ma- mexicana observó y plasmó gráficamen-
riano José de Larra (1809-1837), que, en te su programa político, al que concretó
sentido moderno, la mímesis surge cuan- en un imaginario físico del cuerpo del
do aparecen escritores a quienes ya no “mexicano” dotado de tez, índole, habla
les interesa “el hombre en general […] si- y complexión particulares.
no [el] hombre en combinación, en jue- El grupo de intelectuales que dio a la
go con las nuevas y especiales formas de imprenta Los mexicanos… definió, des-
la sociedad en que lo observan”26. de su muy singular visión de élite, lo que
Así pues, a partir de la instauración de habría de entenderse bajo el rubro “pue-
la mímesis perspectivista, surge un nue- blo de México”.
vo tipo de literatura “contraria a la doc- La voluntad de clasificar y conocer
trina literaria clásica sobre imitación de al otro, al pobre, al que “no soy yo” es
la naturaleza y verosimilitud según crite- evidente a lo largo de la obra. Desde
rios basados en la razón y en lo que la so- los primeros renglones, una de las voces
ciedad culta y aristocrática consideraba narrativas asegura desconocer los tipos
aceptable”27, y que, por el contrario, en- a los que ahora se propone estudiar.
fatiza la conformación de un nuevo Así afirma, por ejemplo:
concepto de “buen gusto” para lo cual
utiliza, precisamente, los argumentos, Me preparaba a escribir mi artículo in-
personajes, lenguajes y ambientes que la titulado el Aguador, cuando me encon-
literatura de alta prosapia dejaba fuera tré, mísero de mí, que sabía tanto de los
de sus consideraciones estéticas: aque- modismos y lenguaje de mi héroe, como
llos en los que edifica su cotidianeidad el del chino. Por fortuna oí el paso lento
y grave que me anunciaba la llegada de
hombre de clase media y baja. El presen-
mi Neptuno. […] Esperé [por tanto] con
te, entonces, se convierte, según expre- impaciencia que concluyera su acuátil
sión de Pérez Galdós, en materia nove- trabajo, y cuando pasó […] lo llamé:
lable y los autores se transforman en — Ven acá, Trinidad.
cronistas de su época. — Mándeme su mercé.
— Siéntate en esa silla y cuéntame la
vida que llevas.
— […] no sé pa qué le pueda servir a
su mercé.
25 Escobar Arronis, op. cit., p. 2. — De mucho, Trinidad. Calcula hijo,
26 Cit. en Escobar Arronis, loc. cit.
que hoy los mexicanos hemos dado
27 Ibid., p. 3.

78 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA


SOBRE EL IRIS DE LINATI Y LOS MEXICANOS PINTADOS POR SÍ MISMOS

en pintarnos a nosotros mismos: En cuarto lugar, en relación con la inca-


¿comprendes? pacidad del aguador para autocompren-
— No señor. derse, me llama la atención la frase: “hoy
— Pues ni lo comprendas. Lo que te los mexicanos hemos dado en pintarnos
atañe saber es que tú, como mexicano,
a nosotros mismos: ¿comprendes?”, pues
tienes que dar al público tus costum-
lo que revela la respuesta del aguador: “no
bres, tus hábitos, tus vicios, tus cualida-
des, todo, en fin, lo que te es peculiar o señor”, sólo puede significar su exclusión
propio […] para que todos te conozcan. de la geografía nacional y la necesidad
Ahora bien, como tú no puedes escribir histórica de obligarlo a formar parte de
o hacer tu retrato yo me he apropiado la misma, de ahí el tajante: “Pues ni lo
esa obligación pero necesito que me comprendas. Lo que te atañe saber es que
des datos, que me informes de todo lo tú, como mexicano”, etc. Lo que importa,
que te concierna, para poder escribir tu entonces, en esta definición de roles
artículo e imprimirle28. es establecer quién debe dirigir a quién.
Quién puede hablar. Quién puede esta-
Es menester destacar, de la nota anterior, blecer el rumbo del país. Quién puede
varios puntos relevantes. En primer lugar, caricaturizar a quién (esto desde luego,
la relación empleado-patrón, en la que porque no ha llegado hasta nosotros un
este último confiesa su desconocimien- documento en el que, desde su perspecti-
to del primero. El patrón no sabe quién va, el aguador haya definido a su patrón).
es su empleado, cómo y dónde vive, a Así pues, en Los mexicanos pintados
qué se dedica. por sí mismos los narradores miran al
En segundo lugar, las diferencias en el pueblo desde la óptica de la civilización
habla de ambos sujetos: el aguador no europea. Rescatan su habla, la desnu-
usa “correctamente” el castellano (re- dan para hacer reír a sus lectores. La risa
curso habitual en México para marcar ha de marcar los límites del extrañamien-
distancias jerárquicas y raciales). La figu- to. Simultáneamente, el extrañamiento
ra del aguador es sarcásticamente abor- ha de señalar su ubicación en la socie-
dada al utilizar el sustantivo “Neptuno”, dad. La risa tiene como propósito mos-
que señala un extrañamiento irónico en- trar la razón por la que la élite liberal
tre significante y significado. criolla mexicana debe dirigir al país. En
En tercer lugar, en relación con la in- Los mexicanos pintados por sí mismos las
ferioridad léxica del mexicano pobre, costumbres de los mexicanos son consi-
el silencio del empleado a quien le ha deradas desde una perspectiva lejana, de
sido expropiada la capacidad de hablar, ahí la picardía y el humor con la que se
de autoformulación. Al trabajador no le trata a los personajes. Desde tal punto
concierne comprenderse. Para eso está de vista, unos mexicanos tendrían la ca-
su señor. pacidad para clasificar y considerar ex-
traños a otros mexicanos.

28 Frías y Soto, op. cit., pp. 1 y 2.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA 79


DANIEL SANTILLANA

CONCLUSIÓN Escobar Arronis, José. La mímesis costum-


brista, Alicante, Biblioteca Virtual Miguel
A partir de El Iris, de Trajes religiosos, civi- de Cervantes. (2006). En línea. <http://
les y militares de México y de Los mexica- www.cervantesvirtual.com/FichaObra.
nos pintados por sí mismos, se construye html?portal=0&Ref=16942> (24 de
una imagen inquietante y singularmente Septiembre de 2008).
dividida de nosotros que ha constituido Frías y Soto, Hilarión (et. al.). Los mexicanos
una parte fundamental del ser nacional. pintados por sí mismos. Obra escrita
A los autores de estas obras les llamaba por una sociedad de literatos. Introd.
la atención la vida de los “otros” mexica- Enrique Fernández Ledesma, México,
nos. En El Iris el distanciamiento origina Símbolo, 1946.
la vocación didáctica. En los Trajes civi- Jiménez Codinach, Guadalupe. “La lito-
les… y Los mexicanos pintados por… el grafía mexicana del siglo XIX: piedra de
extrañamiento se hace patente en las no- toque de una época y de un pueblo”, en
tas que acompañan las litografías de am- Museo Nacional de Arte (ed.). Nación
bos libros. En todos ellos existe la voluntad de Imágenes, la litografía mexicana del
de establecer la identidad del mexicano siglo XIX. México, El equilibrista, 1994.
Linati, Claudio; Galli, Florencio; y Heredia,
José María. El Iris. Periódico crítico y
BIBLIOGRAFÍA literario. Tomo I, edición facsimilar,
introd. María del Carmen Ruiz Cas-
Aguilar Ochoa, Arturo. “Los inicios de la tañeda, índice Luis Mario Schneider,
litografía en México”, Puebla, Anales del México, UNAM, 1986. (Facsímiles de la
instituto de investigaciones estéticas. 90 Hemeroteca Nacional de México).
(2007). En línea. <http://www.analesiie. . Acuarelas y litografías. Prol. José
unam.mx/pdf/90_65-100.pdf> (15 de N. Iturriaga de la Fuente, trad. David
Octubre de Huerta, México, Bursátil, 1993.
2008). Lukács, Georg. La novela histórica. Trad.
Aristóteles. Poética. Trad. y notas Francis- Jasmin Reuter, 3ª ed., México, Era,
co de P. Samaranch. 3ª ed. Madrid, 1977.
Aguilar, 1979. (Biblioteca de Iniciación Mateos, José María. Historia de la Masone-
al Humanismo). ría en México. Desde 1806 hasta 1884.
Centro Latinoamericano de Información México, La Tolerancia, 1884.
Masónica, Breve historia de la Masonería O’ Gorman, Edmundo. Documentos para
mexicana. En línea. <http://espanol. la historia de la litografía en México.
geocities.com/informes/masoneria/ México, UNAM, 1955. (Estudios y fuen-
historia_mexico.html> (10 de octubre tes del arte en México, 1).
de 2008). Pérez Salas, María Esther. Genealogía de
Díaz y de Ovando, Clementina. “El los mexicanos pintados por sí mismos,
grabado comercial en México 1830- Instituto Dr. José María Luis Mora, 2,
1856”, en Historia del Arte Mexicano. t. XLVIII, (1998). En línea. <http://histo
VII, México, Salvat/INBA /SEP, 1982. riamexicana.colmex.mx/pdf/13/art_13_

80 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA


SOBRE EL IRIS DE LINATI Y LOS MEXICANOS PINTADOS POR SÍ MISMOS

1872_16019.pdf> (30 de Septiembre Florencio Galli en México en 1826).


de 2008). <ht tp://w w w.raco.cat /index.php /
Solà, Àngels. Escoceses, yorkinos y carbo- Bolet in Americ anis t a /ar t icle / view
narios (La obra de O. de Attellis, mar- File/98447/146062> (9 de Octubre
qués de Santangelo, Claudio Linati y de 2008).

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA 81


ALGUNOS ASPECTOS PSICOANALÍTICOS
EN “LA ÚLTIMA NIEBLA” DE MARÍA LUISA BOMBAL

ALEJANDRA HERRERA* Y ALEJANDRA WATTY**

A cien años del nacimiento de María


Luisa Bombal (Viña del Mar, Chile, 1910),
demasiado largo para ser clasificado co-
mo cuento, y breve para ser novela.
nos parece importante traer al presente En esta primera obra, la autora da cuen-
a esta escritora para leerla y valorarla a ta de una prosa excepcional y del mane-
la luz del siglo XXI. Es autora únicamente jo de una trama sugerente y seductora
de dos obras: La última niebla (1935), li- que atrapa al lector, desde las primeras
bro de relatos, y La amortajada (1938), páginas, pues la tensión narrativa se apun-
novela corta. No se conocen otras obras tala en el ambiente que envuelve la his-
publicadas. Sí se sabe, en cambio, que toria, y ofrece un amplio registro de po-
escribió guiones cinematográficos, al- sibilidades para abordarla y disfrutarla.
gunos basados en sus relatos. La calidad El tema es la vida interna de una mu-
literaria de sus textos y la actualidad de jer: la frustración, el anhelo de vida, y la
sus temas justifican plenamente su construcción de una fantasía como me-
redescubrimiento. canismo de sobrevivencia ante una reali-
Desde muy joven esta escritora mantuvo dad hostil. Para aproximarnos al relato nos
estrecha relación con los intelectuales que valdremos de algunos planteamientos de
dieron vida a la Revista Sur, fundada en la teoría psicoanalítica con el fin de co-
1931, cuando María Luisa Bombal sólo nocer más de cerca a los personajes, so-
tenía veintiún años. Así, la escritora es- bre todo a la protagonista. Especialmente
tablece amistad, entre otros, con Jorge nos interesan los conceptos de fantasía,
Luis Borges, José Bianco y Pablo Neruda, identificación, duelo y melancolía. Iremos
quienes celebraron la aparición de sus por partes.
obras. Se trata, entonces, de una mujer Veamos quiénes son los personajes
inteligente, que tan sólo con veinticinco que integran la pareja de esta historia. La
años publica su texto “La última niebla”, Narradora (no tiene nombre) es una mu-
jer joven que, al borde de la “soltería”, se
casa con su primo Daniel –hay que pen-
sar en la época en que se escribe el tex-
* Departamento de Humanidades, Universidad Au- to, primeras décadas del siglo pasado;
tónoma Metropolitana Azcapotzalco.
** Licenciada en Psicología, UI. cuando casarse significaba ser “liberada”

83
ALEJANDRA HERRERA Y ALEJANDRA WATTY

de la soltería. Daniel es un joven viudo que se trata de un desprendimiento o, tal


que al perder inesperadamente a su es- vez, desprecio por el mundo exterior, y a
posa decide, tres meses después, casar- ella le parece bien que le sea ajeno, pues
se con su prima. Pero entre ellos no hay es incapaz de involucrarse con los otros
ningún sentimiento parecido al amor: no u ocuparse de las cosas. Nunca da órde-
se miran, no se tocan, no se desean, nes, o dispone un menú, tampoco cose,
no existen como pareja. Tampoco hay o borda, o pinta, actividades que segura-
ninguna razón que sostenga la relación, mente le fueron enseñadas por las mon-
por eso cuando Daniel pregunta a su pri- jas que la educaron. El ocio y el tedio son
ma: “¿Para qué nos casamos?”1, es decir, sus únicos acompañantes, pues los pasa-
¿cuál es la finalidad, el sentido de esa tiempos no le interesan y su única distrac-
unión? ella responde con imprecisión: ción es caminar por el campo o sumergir-
“Por casarnos”.2 se en el estanque. Puede decirse que sólo
Quizá en el fondo existe una especie en la naturaleza, ese espacio libre de nor-
de acuerdo: yo te salvo de la soltería y tú mas, encuentra refugio para su soledad.
acompañas mi soledad: “Desde la muer- Además, es importante mencionar que
te de su mujer, diríase que [Daniel] tie- el matrimonio se ha celebrado en invier-
ne siempre miedo de estar solo.”3 no, el frío presente en la atmósfera que
Sin embargo, el acuerdo no resulta, la rodea a los recién casados devela la par-
frialdad de Daniel hace que la Narradora quedad de la relación entre ambos per-
pronto se retraiga: “No me hacen ya el sonajes. La autora los introduce como
menor efecto las frases cáusticas [de Da- seres fragilizados, que tienden al aislamien-
niel] con que antes me turbaba no hace to, al refugio psíquico. Al parecer, ellos no
aún quince días.”4 Pero esa defensa no la encuentran más que recuerdos y fantas-
salva de enfrentar una soledad paralizan- mas, memorias congeladas que se com-
te, pues la Narradora es una mujer sin en- plejizan e impiden el intercambio de afec-
torno, porque aunque obviamente lo tie- tos, satisfacción y vitalidad. Una primera
ne, no actúa en él. Soslaya todo problema causa podría ser que en la relación no exis-
social, económico o doméstico. te la magia ni el misterio que frecuente-
Aunque su posición es privilegiada mente aparece en una pareja enamora-
–Daniel es dueño de una hacienda, que da, pues desde niños se conocen y su
si bien se infiere venida a menos, en la trato sólo fue de primos, no hay datos, en
casa hay servidumbre y un mobiliario que el texto, de ninguna atracción entre ellos:
sugiere tiempos de bonanza–, nada de
esto importa a la protagonista, quien utili- Mi cansancio es tan grande […] miro
za su voz para contarnos lo que sucede este cuerpo de hombre que se mueve
en su interior. Ella es el objeto de su relato, delante de mí. Este cuerpo grande y un
no lo que la circunda, puede afirmarse poco torpe, yo también lo conozco de
memoria, yo también lo he visto crecer
y desarrollarse.5

1
Ma. Luisa Bombal, “La última niebla”, p. 10.
2
Loc. cit. 4
Ibid., p. 11.
3
Loc. cit. 5
Ibid., p. 10

84 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA


ALGUNOS ASPECTOS PSICOANALÍTICOS EN “LA ÚLTIMA NIEBLA” DE MARÍA LUISA BOMBAL

Por otro lado, se sabe que Daniel ha per- Hemos dicho que lo que ocupa a la
dido a su primera mujer y esto lo coloca Narradora es contarnos su mundo inte-
en una situación de duelo, que Freud rior y de ahí que en cuanto a los demás,
describe como: el lector tendrá que inferir lo que posi-
blemente les ocurre, así, pues, sin más
[...] la reacción frente a la pérdida de datos, consideramos que Daniel no sólo
una persona amada, contiene […] la no ha elaborado su duelo, sino que ha
pérdida del interés por el mundo exte- caído en otro estado más complejo lla-
rior –en todo lo que no recuerde al mado melancolía, que si bien se parece
muerto–, la pérdida de la capacidad
prácticamente en todo al primero, tiene
de escoger algún nuevo objeto de amor
–en reemplazo, se diría, del llorado–
un rasgo que lo distingue: “una rebaja en
[…] Fácilmente se comprende que esta el sentimiento de sí que se exterioriza en
inhibición y este agostamiento del yo ex- autorreproches y autodenigraciones y se
presan una entrega incondicional al due- extrema hasta una delirante expectativa
lo que nada deja para otros propósitos de castigo.”8
e intereses.6 ¿Cuáles son los sentimientos que acom-
pañan a Daniel? ¿Cuál fue la causa de la
Ahora bien, la pregunta sería ¿por qué, muerte de su primera esposa? En el texto
Daniel, se casa con su prima a los tres no hay respuesta a estas preguntas, pero
meses de enviudar? Sin dar tiempo a ela- es evidente que su matrimonio con la Na-
borar su duelo, cuando siguiendo al mis- rradora es un castigo autoimpuesto por
mo Freud: él. Si no, ¿por qué se condena a una vida
empobrecida, gris y rutinaria junto a una
Lo normal es que prevalezca el acata- mujer que no desea ni ama?, ¿por qué
miento a la realidad [la pérdida del ser ata a su prima, así, a un futuro de desdicha?
querido]. Pero la orden que esto impar- La rutina de la Narradora se trastoca
te no puede cumplirse enseguida. Se con la visita de tres personajes: Felipe,
ejecuta pieza por pieza con un gran
su cuñado, Regina, esposa de éste, y un
gasto de tiempo.7
atractivo amigo de ellos. En un momen-
to dado, la Narradora sorprende en una
Esto implica que Daniel no dio el tiempo
escena amorosa a los dos últimos. Lejos
necesario a su duelo y por eso su nueva
de amedrentarse, Regina la mira desafian-
relación no le es placentera, pues está
te, es una mujer fuerte porque –aunque
impedido por su ánimo a establecer cual-
no se saben los motivos de su relación con
quier vínculo nuevo. Así, cada encuentro
el joven (el lector infiere que su matrimo-
amoroso termina siempre, para él, en un
nio no la hace feliz)–, toma la rienda de
extrañamiento y desesperado deseo por
su vida, busca, encuentra, se da lo que
la mujer difunta; y, para la Narradora, en
necesita. No pide, toma.
una humillación.
Esta energía vital de Regina hace que la
Narradora cobre conciencia de sí misma.
6
Sigmund Freud, Obras completas, t. XIV, “Duelo y
melancolía”, p. 142.
7
Ibid., pp. 242, 243. 8
Ibid., p. 242.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA 85


ALEJANDRA HERRERA Y ALEJANDRA WATTY

De su cuerpo y su belleza, sofocada por La presencia de un yo cuyo carácter es


Daniel, al obligarla a imitar, hasta en el no poder experimentar placer más que
peinado, a su primera mujer, a quien si- tomando acto de la existencia en la
gue considerando perfecta, porque ahora escena de la realidad del yo de otro […]
La obtención de ese placer no es una
constituye una figura inmóvil e idealiza-
exigencia vital, pero en ciertos momen-
da. Así, la Narradora encarna la tensión
tos puede tornarse necesaria para que
que se establece entre dos polos opues- el yo siga eligiendo la vida.10
tos: la impasible mujer difunta y la vida
erotizada y plena de Regina. En síntesis, Por otra parte, es relevante en el texto la
es la tensión entre vida y muerte, Eros y niebla que constantemente rodea la at-
Tanatos, fundamento, en extremo, de un mósfera del relato, pues la niebla es un
conflicto psíquico. símbolo de aislamiento, de pérdida del
Para reforzar esta interpretación, en- nexo con el mundo. Las estaciones pare-
contramos que la autora entreteje en la cen estar muy señaladas en el Cono Sur,
trama narrativa la escena del funeral de tal vez por esto el clima constituye una
una joven, que no se sabe quién es ni parte de la trama. Desde el inicio del ma-
vuelve a aparecer nada relacionado con trimonio llevado a cabo, como ya men-
ese suceso; sin embargo, la situación sirve cionamos, en invierno, la niebla de ese
para ver a la Narradora sacudida por es- tiempo resulta presagiante y aterradora
tas imágenes, identificaciones terroríficas y para quien narra, porque con su bruma
reflejo de sus posibles partes muertas, que desdibuja y desaparece todo, y ella vive
le despiertan angustias claustrofóbicas: en un ambiente de inmovilidad y de
ahogo que coincide plenamente con su
La muchacha [...] aquí aprisionada, in-
vida de rutinas:
móvil, en ese largo estuche de madera
[…] me sugiere de pronto la palabra si-
A mi alrededor, un silencio indicará muy
lencio […] un silencio aterrador que em-
pronto que se ha agotado todo tema de
pieza a crecer en el cuarto y dentro de
conversación y Daniel ajustará ruido-
mi cabeza.9
samente las barras contra las puertas.
Luego nos iremos a dormir. Y pasado
Así, la protagonista vive internamente su mañana será lo mismo, y dentro de un
casa como una tumba, su cuarto como un año, y dentro de diez; y será lo mismo
féretro, y ella se percibe a sí misma como hasta que la vejez me arrebate todo
muerta, por eso la escena del funeral la derecho a amar y a desear.11
penetra tan hondamente, los objetos de
la realidad empiezan a invadirla. Sin em- Y éste es el centro que ocupa la atención
bargo, la identificación con Regina y su de la Narradora, perder su juventud y be-
mundo erótico es lo que la ancla a la vi- lleza antes de ser amada, pues necesita ser
da y a la realidad. Esto podría explicarse mirada y deseada por otro para confirmar
porque a veces: y validar sus atributos. Es entendible, que

10
Piera Aulagnier, Los destinos del placer, p. 131.
9
Bombal, op. cit., pp. 11, 12. 11
Ibid., p. 18.

86 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA


ALGUNOS ASPECTOS PSICOANALÍTICOS EN “LA ÚLTIMA NIEBLA” DE MARÍA LUISA BOMBAL

para constituir su yo erótico necesite la asimilando atributos de una o varias per-


mirada del otro. De un sujeto que la re- sonas de su medio, ya sea tomando sólo
conozca y dé sentido a su existencia. un rasgo o la totalidad de la persona
Por eso, la imagen de Regina no deja idealizada. En el caso que nos ocupa, la
de rondarla, ella sí ha impresionado a la Narradora parece ubicarse en la identifi-
Narradora, porque tiene lo que ésta no: cación orientada a una meta, es decir, la
un amante que por encima de normas protagonista se identifica, entonces, con
morales y sociales satisface su necesidad Regina, porque quiere tener como ella un
de ser una mujer deseada y, simultánea- amante, pues su relación con la naturale-
mente, objeto de amor. A través de un za, que es muy sensual, no le es suficien-
sueño, la Narradora registra su poder: te. La autora describe, en un afán de
compensar sus carencias, sus nupcias con
Anoche soñé que, por entre las rendijas la naturaleza:
de las puertas y ventanas, [la niebla] se
infiltraba lentamente en la casa, en mi Y así, desnuda y dorada, me sumerjo en
cuarto y esfumaba el color de las pare- el estanque.
des […] y se entrelazaba a mis cabellos, No me sabía tan blanca y tan hermosa.
y se me adhería al cuerpo y lo deshacía El agua alarga mis formas, que toman
todo, todo… sólo, en medio del desastre, proporciones irreales.
quedaba intacto el rostro de Regina, con Me voy enterrando hasta la rodilla en
su mirada de fuego y sus labios llenos una espesa arena de terciopelo. Tibias
de secretos.12 corrientes me acarician y penetran. Co-
mo con brazos de seda, las plantas acuá-
La niebla es la ausencia de brillo en el con- ticas me enlazan el torso con sus largas
torno de los objetos reales, es también au- raíces. Me besa la nuca y sube hasta mi
sencia de definición. Para muchos así es frente el aliento fresco del agua.14
la vida; pero no para Regina, ella sí puede
con el entorno, porque lo somete a sus Esta pulsión reprimida es la causa de que
deseos, de ahí el poder que la Narradora el mundo real le sea insostenible, a tal
percibe en su sueño, ella vence la niebla grado que enferma: “Mi dolor de estos
con su pasión y fuego internos, por eso últimos días, ese dolor lancinante como
quiere ser como Regina, es el modelo una quemadura, se ha convertido en una
que quiere seguir, también es la clave dulce tristeza que me trae a los labios
para vencer la inmovilidad que la circun- una tristeza cansada.”15 La Narradora está
da y encaminar la sensualidad que se re- a un paso de somatizar sus pulsiones re-
vuelve dentro de toda ella. “La identifi- primidas, esta escena recuerda las crisis
cación aspira a configurar el yo propio a histéricas de algunas protagonistas de las
semejanza del otro, tomado como mo- novelas del siglo XIX, como sería, por ejem-
delo.”13 Es decir, un sujeto se transforma plo, el caso de Ana Ozores, la regenta,
Ema Bovary o Ana Karenina. Para Freud,

12
Bombal, op. cit., p. 16.
13
S. Freud, “Psicología de las masas y análisis de yo, 14
Ibid., pp. 14, 15.
en Introducción al narcisismo, p. 100. 15
Ibid., p. 17.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA 87


ALEJANDRA HERRERA Y ALEJANDRA WATTY

este dolor puesto en el cuerpo constituye nocturno de la Narradora, en aras de


el síntoma histérico que: librarse del ahogo–, en que se produce
el encuentro con un desconocido. Su ca-
[…] nace como un compromiso entre ra es descrita así: “[…] unos ojos muy cla-
dos mociones pulsionares o afectivas ros en un rostro moreno y una de sus ce-
opuestas, una de las cuales se empeña jas levemente arqueada, prestan a su
en expresar una pulsión parcial o uno cara un aspecto casi sobrenatural.”18 Es
de los componentes de la constitución
la figura divinizada del amante anhela-
sexual, mientras que la otra se empeña
en sofocarlos [es decir] Un síntoma
do, a quien sigue ciegamente mientras él
histérico corresponde a un compromi- la conduce a una habitación de su casa:
so entre una moción libidinosa y una
moción represora.16 Todo el calor de la casa parece haberse
concentrado aquí. La noche y la neblina
pueden aletear en vano contra los vidrios
Acordamos, entonces, que la pulsión li-
de la ventana; no conseguirán infiltrar en
bidinosa estaría encarnada por Regina; este cuarto un solo átomo de muerte.19
mientras que la represora, en la primera
mujer del marido. Por otra parte, el esta- Se trata, pues, del retorno al espacio
do anímico de la Narradora acrecienta anhelado, al paraíso perdido, en los años
la tensión del relato, pues el lector sabe de matrimonio.
que algo ya debe ocurrir para romper la Este momento en el que el ánimo se
inmovilidad que impera en el ambiente. opone y vence al ambiente mortecino es
Ella deberá optar por seguir uno de los fundamental, pues la Narradora realiza
opuestos que rigen su vida: la imposición otro de sus grandes sueños: “Ardo en de-
de la imagen de una muerta o el cami- seos de que me descubra cuanto antes su
no de Regina: la transgresión y desafío a mirada. La belleza de mi cuerpo ansía,
los imperativos sociales. por fin, su parte de homenaje.”20 Se tra-
Simultáneamente, mientras el aislamien- ta del reconocimiento y aceptación del
to y la inquietud se incrementan apare- otro, porque sólo a través de él puede
cen el silencio y la niebla, símbolos de la valorar su vida como algo trascendente y
anunciación de un cambio y desdibuja- con sentido. Esta experiencia es tan rele-
miento de los estímulos reales: “La nebli- vante para ella que:
na, esfumando los ángulos, tamizando
los ruidos, ha comunicado a la ciudad la […] cada gesto me trae consigo un
tibia intimidad de un cuarto cerrado.”17 placer intenso y completo, como si, por
Estas condiciones invitan a una recrea- fin, tuvieran una razón de ser mis brazos
ción imaginaria de un mundo menos real y mi cuello y mis piernas. ¡Aunque este
pero más gratificante. goce fuera la única finalidad del amor,
Y es justo éste el momento –durante me sentiría ya recompensada!21
una breve visita a la ciudad y un paseo

18
Ibid., p. 18.
19
Ibid., p. 19.
16
S. Freud., Obras completas, t. IX, p. 145. 20
Ibid., p. 20.
17
Bombal, op. cit., p. 17. 21
Loc. cit.

88 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA


ALGUNOS ASPECTOS PSICOANALÍTICOS EN “LA ÚLTIMA NIEBLA” DE MARÍA LUISA BOMBAL

Al despertar junto a su amante, la narra- poco una exacta noción de lo real y


dora sale de la casa del desconocido para adaptar su conducta a aquello que he-
regresar a la suya, y aquí la autora hace mos convenido en denominar “principio
que la niebla envuelva también la trama de la realidad”, adaptación que le [sic]
fuerza a renunciar, provisional o perma-
de la historia y confunda al lector: “Y he
nentemente, a diversos objetos y fines
aquí que estoy extendida al lado de otro
de sus tendencias hedonistas, inclu-
hombre dormido [Daniel, su marido].”22 yendo entre ellas la tendencia sexual.
Esta afirmación genera en el lector una Pero todo renunciamiento al placer ha
duda: ¿Ese encuentro fue real o se trató sido siempre doloroso para el hombre,
sólo de un sueño? el cual no lo lleva a cabo sin asegurarse
A pesar de la duda del lector, la Na- cierta compensación. Con este fin, se ha
rradora reafirma la existencia de su expe- reservado una actividad psíquica mer-
riencia, porque ahora tiene razones para ced a la cual todas las fuentes de pla-
vivir, no importa que los años pasen y que cer y todos los medios de adquirir
el tiempo la haga perder la belleza y la placer a los cuales ha renunciado conti-
núan existiendo bajo la forma que les
firmeza de su cuerpo, porque éste:
[sic] pone al abrigo de las exigencias de
la realidad y de aquello que denomi-
[…] conoció el amor! Y qué importa que
namos “prueba de realidad”. Toda ten-
los años pasen todos iguales. Yo tuve una
dencia reviste en seguida la forma que
hermosa aventura, una vez… tan sólo
la representa como satisfecha, y no ca-
con un recuerdo se puede soportar una
be duda de que complaciéndonos en
larga vida de tedio. Y hasta repetir día
las satisfacciones imaginarias de nues-
a día, sin cansancio, los mezquinos ges-
tros deseos, experimentamos un pla-
tos cotidianos.23
cer, aunque no lleguemos a perder la
conciencia de su irrealidad. En la acti-
Y, efectivamente, los años pasan, pues en vidad de su fantasía continúa gozando
el texto se registra el décimo aniversario el individuo de una libertad a la que
del matrimonio. la coerción exterior le [sic] ha hecho
A partir de esa experiencia, la Narra- renunciar, en realidad, hace ya mu-
dora da un nuevo sentido a su vida: la cho tiempo.24
ensoñación, la fantasía, la imaginación se
volcarán mil veces para revivir el recuer- Esta cita de Freud define claramente la
do, para rehacerlo y añadir a él nuevas función psíquica de la fantasía y se adecua
situaciones. Si bien no queda claro el perfectamente al perfil de la Narrado-
origen del recuerdo, de cualquier manera ra: frente a la hostilidad que le opone
ella se entregará a una construcción psí- el mundo real, ella prefiere entregarse a
quica llamada fantasía: su mundo interior, al de su fantasía, pues
le es en todo más placentero que el
Bajo la influencia de la necesidad exte- exterior. Además, espera que en la rea-
rior, llega el hombre a adquirir poco a lidad ocurra milagrosamente un hecho,
un estímulo real, que reavive el recuerdo:

22
Ibid., p. 21.
23
Ibid., p. 22. 24
S. Freud, “El arte y la fantasía incosciente”, p. 81.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA 89


ALEJANDRA HERRERA Y ALEJANDRA WATTY

“Espero. ¿Una carta, un acontecimiento –¿A dónde vas?/ – […] ¿Acaso no he


imprevisto?”25 O, por más absurdo que salido otras veces, a esta misma hora?/
parezca, encontrarlo en su casa, pero si no –¿Tú? ¿Cuándo? / –Una noche que estu-
ocurre: “La amargura de la decepción vimos en la ciudad. / –¡Estás loca! De-
bes haber soñado. Nunca ha sucedido
no me dura sino el espacio de un segun-
algo semejante…28
do. Mi amor por él es tan grande que está
por encima del dolor de la ausencia.”26
Esta declaración de Daniel le genera una
De este modo, la Narradora, práctica-
reacción física: “Temblando me aferro a
mente desdeña toda relación con los
él.”29 Pero la duda la llena de desespera-
otros. Le molestan las obligaciones coti-
ción y le produce la necesidad de encon-
dianas, pues éstas interrumpen sus fan-
trar algo real que restablezca el vínculo
tasías. La naturaleza, mirar el fuego y la so-
con la fantasía prácticamente perdida.
ledad, son propicios a su ensoñación:
Por eso busca afanosamente el sombrero
La hora de la comida me parece inter-
que años atrás llevó el día del encuentro
minable. Mi único anhelo es estar sola con el amante. No lo halla y esta débil
para poder soñar, soñar a mis anchas. esperanza, haberlo olvidado en la casa de
¡Tengo siempre tanto en qué pensar! él, la mantiene para buscar cualquier otro
Ayer tarde, por ejemplo, dejé en sus- objeto, una experiencia real que reavive
penso una escena de celos entre mi su recuerdo. Según ella, una vez su aman-
amante y yo.27 te pasó por la hacienda en una carreta, y
Andrés, el hijo del jardinero, también lo
Esta cita es importante porque vemos que miró e incluso vio que le sonreía, pero
la Narradora tiene una clara conciencia el joven murió en un absurdo accidente,
de que se trata de una elaboración de su de modo que no hay testigos ni ninguna
imaginación, pues usa el verbo pensar, prueba real que confirmen la veracidad
además como vemos en la cita tomada de la experiencia. La narradora pierde así
de Freud, el principio de realidad que le el hilo conductor de su vida, pues Daniel
ofrece un mundo de insatisfacción es su- se convierte en un testigo de su delirio: “
plido por un mundo paralelo en el que Y ahora, ¿ahora cómo voy a vivir?”30 Hay
ella misma satisface sus carencias, e in- un intruso en su espacio de bienestar.
cluso reviste sus fantasías con todo un Una noticia vuelve a darle la posibili-
argumento y escenario. dad de ir a la ciudad y seguir los rastros de
Hay un momento en que la Narrado- su amante: Regina ha intentado suicidar-
ra pierde el fundamento de su recuerdo, se porque ha roto con su amante. Ya en
esta situación ocurre cuando, otra vez la ciudad, al llegar al hospital la Narradora
para evitar el ahogo del encierro, su ma- se ve reflejada nuevamente en el espejo
rido le impide salir: de Regina, es como si al estar cerca de
ella nuevamente, la imagen que le devuel-

25
Bombal, op. cit., p. 23. 28
Ibid., p. 32.
26
Loc. cit. 29
Loc. cit.
27
Loc. cit. 30
Ibid., p. 33.

90 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA


ALGUNOS ASPECTOS PSICOANALÍTICOS EN “LA ÚLTIMA NIEBLA” DE MARÍA LUISA BOMBAL

ve la ahora aniquilada mujer siguiera ocu- Es aquí donde parece que la narradora
pando el plano superior mientras ella só- cobra conciencia de la irrealidad de sus
lo uno secundario: fantasías, no obstante, lo único que tiene
es ese recuerdo y, frente a la duda de
Tras el gesto de Regina hay un sentimien- su existencia, sale a buscar la casa de su
to intenso, toda una vida de pasión. Tan amante, pero encuentra, entre brumas,
sólo un recuerdo mantiene mi vida, un una casa que pudo o no ser el escenario,
recuerdo cuya llama debo alimentar día ahora se fija en el mal gusto de la deco-
a día para que no se apague. Un recuer-
ración. Además, para avivar el desencan-
do tan vago y tan lejano, que me parece
casi una ficción. La desgracia de Regina:
to y su desdicha, el hombre que le abre le
una llaga consecuencia de un amor, de responde: “–¿El señor? Falleció hace más
un verdadero amor, de ese amor hecho de quince años. […] Era ciego. Resbaló en
de años, de cartas, de caricias, de ren- la escalera.”33 Quizá se equivocó de ca-
cores, de lágrimas, de engaños. Por pri- sa. La Narradora afiebrada continúa, pese
mera vez me digo que soy desdichada, a la niebla, la búsqueda:
que he sido siempre, horrible y total-
mente desdichada.31 […] continúo errando por una ciudad
fantasma […] Quisiera seguir buscando,
Según Enrique Guarner: pero ya ha anochecido y no distingo
nada. Además, ¿para qué luchar? Era
La identificación no es más que un pro- mi destino. La casa, y mi amor, y mi
ceso inconsciente por el cual un indi- aventura, todo se ha desvanecido en
viduo internaliza aspectos de otro ser. la niebla […]34
Es un acompañante fundamental en el
proceso de maduración y ayuda durante En esta cita vale la pena destacar el sus-
el desarrollo del aprendizaje, así como tantivo que la autora utiliza como adje-
la adquisición de intereses e ideales.32 tivo para la ciudad: “fantasma”, porque
ahora la Narradora poco a poco reafirma
Y es justo lo que ocurre con la Narradora, la inexistencia de su experiencia amoro-
porque como ella no contaba con una sa, ya que si el escenario es un fantas-
maduración afectiva de tipo amoroso, ma también su amante se diluye en él.
tenía que aprender a través de Regina, Por eso su renuncia a seguir buscando.
quien era su único ejemplo; y ahora fren- Si bien la niebla envuelve toda la at-
te al desmoronamiento de ésta, no deja mósfera, la Narradora empieza a tener cla-
de identificarse y desear ser como ella, ridad en sus sentimientos, ahora descu-
pues su sufrimiento es el desenlace de la bre lo que realmente siente por Regina:
realidad de una experiencia que por años
ha vivido, y también la ha hecho feliz. Y siento, de pronto, que odio a Regina,
que envidio su dolor, su trágica aventura

31
Ibid., p. 38.
32
Enrique Guarner, Psicopatología clínica y trata- 33
Bombal, op. cit., p. 40.
miento analítico, pp. 48-49. 34
Ibid., p. 41.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA 91


ALEJANDRA HERRERA Y ALEJANDRA WATTY

y hasta su posible muerte. Me acometen modelo de Regina y la experiencia amo-


furiosos deseos de acercarme y sacudir- rosa inventada que la sostuvo a lo largo
la duramente, preguntándole de qué te de muchos años. “Alrededor de nosotros,
quejas, ¡ella, que lo ha tenido todo! Amor, la niebla presta a las cosas un carácter de
vértigo y abandono.35
inmovilidad definitiva.”37
En el duelo que campeaba dentro de
Justo lo que ella no tiene: alguien que la ella, parece que vence la figura de la mu-
toque y la haga su objeto de amor. Pero jer difunta de Daniel, la Narradora no só-
lo que no confiesa es que hubiera queri- lo ha vivido largos años de desamor, sino
do que el amante de Regina fuera el suyo. que ahora, ante sus pérdidas –Regina, ya
Si antes el ánimo de la Narradora era frá- no simboliza para ella nada, y su recuer-
gil, ahora se derrumba a tal grado que in- do se ha desvanecido–, se deja invadir
tenta fuera del hospital arrojarse bajo un por la melancolía, y se ha quedado sin la
automóvil. A pesar de todo, la influencia posibilidad de fantasear, único espacio de
de Regina sigue estando viva en la Narra- creación y recreación que tenía
dora, pues, pese a los sentimientos en-
contrados, la identificación con ella la
sigue influyendo, e incluso la imita en el BIBLIOGRAFÍA
intento de suicidio. Sin dar importancia
al incidente, Daniel por segunda vez la Aulagnier, Piera. Los destinos del placer.
“salva”, antes de su soltería, ahora de mo- Trad. de Ítalo Manzi. Buenos Aires,
rir, pero al hacerlo la condena a una muer- Paidos, 2007.
te en vida, donde el espacio mágico de Bombal, María Luisa. La última niebla La
la fantasía ha cedido su lugar a una reali- amortajada. 3ª. edición. Barcelona, Seix
dad tan gris como la niebla, a una vida Barral, 1991. (Biblioteca de bolsillo)
llena de rutinas y deberes sin sentido, eso Chemama, Roland y Bernard Vadermersch.
sí, socialmente aceptadas, pero sin ningún Diccionario del psicoanálisis. Trad. de
sustento auténtico ni placentero, siem- Teodoro Pablo Lecman e Irene Agoff.
pre al lado de su marido: 2ª edición. Buenos Aires, Amorrortu,
2004.
Lo sigo para llevar a cabo una infinidad de
Freud, Sigmund. “Duelo y melancolía”,
pequeños menesteres; para cumplir con
una infinidad de frivolidades amenas; en Obras completas, t. XIV. Trad. de
para llorar por costumbre y sonreír por José Luis Etcheverry. Buenos Aires,
deber. Lo sigo para vivir correctamente, Amorrortu, 2006. pp. 235-255.
para morir correctamente, algún día.36 Freud, Sigmund. “El arte y la fantasía
inconsciente”, en Adolfo Sánchez Váz-
Definitivamente, la Narradora clausura to- quez, Antología. Textos de estética y
da fantasía porque las dos fuentes de teoría del arte. México, UNAM, 1972.
energía que la mantenían en ese estado pp. 81-85. (Lecturas universitarias, 14)
precario, pero viva, se han extinguido: el

35
Ibid., p. 42.
36
Ibid., p. 43. 37
Loc. cit.

92 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA


ALGUNOS ASPECTOS PSICOANALÍTICOS EN “LA ÚLTIMA NIEBLA” DE MARÍA LUISA BOMBAL

Freud, Sigmund. “Psicología de las masas Laplanche, Jean y Jean-Bertrand Pontalis.


y análisis del yo 1921”, en Obras Diccionario de psicoanálisis. Trad. de
completas, t. XVIII. Trad. de José Luis Fernando Gimeno Cervantes. México,
Etcheverry. Buenos Aires, Amorrortu, Paidós, 2008.
2006. pp. 67-127. Roudinesco, Élisabeth y Michel Plon.
Guarner, Enrique. Psicopatología clínica y Diccionario de psicoanálisis. Trad. de
tratamiento analítico. México, Porrúa, Jorge Piatigorsky. Buenos Aires, Paidós,
1978. 2005.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LITERATURA 93


EL TEXTO Y EL LECTOR

SILVESTRE MANUEL HERNÁNDEZ*

INTRODUCCIÓN Lo anterior sólo es parte de un com-


plejo histórico-conceptual con el que se
ha intentado aprehender el fenómeno

E n el siglo XIX la crítica literaria se centró


en el autor (apegándose al ámbito bio-
literario, esquematizado en el trinomio:
autor-obra-lector, a cuyas instancias se
han dado argumentos derivados no sólo
gráfico y filológico); a principios del segun- del quehacer literario, sino de disciplinas
do milenio, el enfoque estuvo en la obra; como la lingüística, la filosofía o la teoría
después de las dos terceras partes del si- de la ciencia. Del esquema mencionado,
glo XX, el análisis recae en el lector. Pero, el presente estudio abordará el tercer
en cada periodo, se da la constante de aspecto, acorde a su formulación perti-
que el arte trabaja con la reformulación nente: la teoría de la recepción. Tal
del lenguaje. Y, colocados en retrospec- disciplina se aplica al estudio del lector,
tiva, se observa que vertientes teóricas es decir, su objeto de análisis es la de-
como el formalismo ruso (estudio del codificación del texto. Con base en ello,
modo de ser de la obra, a partir de sus el primer paso para justificar sus “tesis” es
cualidades intrínsecas, cuya peculiaridad hacer una reconstrucción de los proble-
es la conformación de las palabras), el mas centrales que las teorías preceden-
Círculo lingüístico de Praga (relación tes no lograron sistematizar. Su inicio es
del “todo” –sistema de la lengua– con las el cambio de paradigma experimentado
partes de la obra), y el estructuralismo en la ciencia, del cual se extraen mode-
(búsqueda de la parte formal del texto, los para emparentarlos con los de la his-
la estructura, la función, los signos, las toria de la literatura, y ver hasta dónde
formas, las significaciones), prepararon se puede hablar de un replanteamiento
las interrogantes sobre el plano de la re- temático en la ciencia literaria.
cepción y la construcción de la textuali- Por lo tanto, la finalidad de este ar-
dad, tan caros a la estética de la recepción. tículo es caracterizar el texto, al lector y
la estética dentro de la teoría de la re-
cepción. La fuente primordial son algu-
* Investigador en Ciencias Sociales y Humanidades,
UAM-I. nas conceptualizaciones de Hans Robert

95
SILVESTRE MANUEL HERNÁNDEZ

Jauss, historiador y teórico literario de la como texto, como algo dispuesto para
Universidad de Constanza, apegado a la el consumo de los receptores. Esto trae
metodología de esta escuela, conocida co- consigo las cuestiones de la temporalidad
mo Rezeptionsästhetik (Estética de la re- (marco para el despliegue de la obra), la
cepción); y de Wolfgang Iser, también historicidad (el conjunto sígnico variable),
perteneciente a este círculo, ubicado al y, en primer plano, la estética del efecto
sur de Alemania. El proceso de esta in- receptivo,3 el papel del receptor en la co-
vestigación consiste en sopesar el valor municación literaria.
de los juicios argüidos en las obras de Los objetivos de esta Escuela se sin-
los autores citados, ver la pertinencia tetizan en su principal publicación Poetik
de sus categorías al interior y exterior del und Hermeneutik, actas de los encuen-
discurso; y poner en juego, tácitamente, tros anuales aparecidos desde 1963.
algunos presupuestos para esclarecer el Aquí, la hermenéutica tiende hacia la de-
funcionamiento de la teoría y contemplar terminación del significado, postula una
el nuevo sentido que tal corriente dio al función trascendental de la comprensión,
quehacer teórico literario. La hipótesis y le interesa el valor de verdad extralin-
de este trabajo es que el horizonte de güístico de los textos literarios, su hinca-
expectativas es resignificable, que cada pié está en la Interpretationssystem. La
lectura es una nueva decodificación del poética, por su parte, es una disciplina
texto y que el sentido último de la obra metalingüística, descriptiva o prescripti-
lo establece el lector. va con pretensiones de coherencia cientí-
fica, se enfoca en el análisis formal de las
entidades lingüísticas, independientemen-
PANORAMA te de su significación. Su finalidad recae
en la estructura de la obra (Werkstruktur).
Entre los años 1965 y 1980, en la Uni- En 1966, Hans Robert Jauss pronuncia,
versidad de Constanza, Alemania, se es- en la Universidad de Constanza, la con-
tablece la estética de la recepción,1 cu- ferencia inaugural “La historia de la lite-
yo objetivo es dilucidar la función del ratura como provocación de la ciencia
receptor en el proceso literario, es decir, literaria” (Literaturgeschichte als Provoka-
“de qué manera la recepción propicia tion der Literaturwissenschaft), donde
unos constituyentes formales que se in- asienta las líneas de la “estética” o “poé-
miscuyen en el desarrollo de la textua- tica” de la recepción.4 Pero, antes de sus
lidad”.2 Por ello, el apego está en la obra
3 Wolfgang Iser nos habla de una teoría del efecto,
1 La Escuela de Constanza surge como respuesta encaminada a explicar los efectos que el texto
a los problemas abiertos por la hermenéutica causa en el lector, no a aclarar los elementos
literario–filológica y la imposición metódica es- formales o significativos que intervienen en la
tructuralista y postestructuralista en el estudio constitución del texto como objeto, pues éste
de la literatura. Su propuesta fue la estética de la sólo puede desarrollar su efecto cuando es leí-
recepción. Aparte de Jauss e Iser, contó con es- do. Véase su libro El acto de leer, p. 12.
tudiosos como Wolfgang Preisendanz, Manfred 4 Paul de Man, en “La lectura y la historia”, pp. 92
Fuhrmann, Karlheinz Stierle y Rainer Warning. y 100, comenta: “La fuerza del método de Jauss
2 Fernando Gómez Redondo, “Los teóricos de la radica en el refinamiento de las reglas estableci-
teoría de la recepción”, p. 235. das para la comprensión histórica de la literatura”.

96 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LINGÜÍSTICA


EL TEXTO Y EL LECTOR

planteamientos, se había considerado al Para fines descriptivos, propongo el es-


receptor como un factor más del me- quema y cuadro siguientes:

}
canismo de la construcción literaria, no
como la perspectiva definitoria de la evo-
lución textual. En este ámbito, la recep-
ción aparece como circunstancia socio-
lógica en los posibles marcos para trazar
una historia literaria;5 y como “respuesta”
Autor

Codificación
Obra

Texto
} Lector

Decodificación

al fracaso de la literariedad y el intento Proceso artístico Proceso estético


de forjar una teoría literaria que tomara
en cuenta a la literatura como proceso de
comunicación, textual y extratextual.6

El autor El texto El lector

Es un sistema de significados
Es especialista en su campo. Tiene mayor campo de acción.
y valores.
Se realiza hasta
Codifica los signos de la cultura. Marca la pauta de lo que se lee.
que tiene lectores.
Cada lectura El sentido último de la obra
Ofrece un producto artístico.
es una nueva decodificación. lo da el lector.

De acuerdo con esto, el objeto de es- riencia estética. Este binomio presupone
tudio está en el lector, cuya función, den- un horizonte de expectativas, el cual es
tro del texto, es la decodificación y expe- histórico y sólo se puede resignificar.7

Además, “ha sostenido desde el principio que el mundo y dejar testimonio de él, postulado que
el reconocimiento de los aspectos estéticos y evidencia la relación de la literatura con la histo-
formales de un texto no se debe separar de las ria y la sociedad. Fenómenos dependientes de
investigaciones históricas que tienen que ver con los códigos lingüísticos y culturales que impreg-
su recepción”. nan las interrelaciones humanas. En el caso de
5 Sobre el particular, puede citarse a Jean-Paul Jauss, la función social de la literatura se ma-
Sartre con su libro Qu’est-ce que la littérature? nifiesta en donde la experiencia literaria del
(1948). Donde la recepción es parte constitu- lector entra en el horizonte de expectativas de
tiva de la obra. Y la pregunta: ¿para quién se la práctica de su vida, preforma su comprensión
escribe? tiene una carga histórica. Prueba de del mundo y con ello repercute en sus formas
esto es el seguimiento de la trayectoria del es- de comportamiento social. Esto se trasluce en su
critor francés a partir del siglo XVIII, donde se Literaturgeschichte als Provokation (1967).
da un marco de presunciones entre el autor 6 Confróntese, Fernando Gómez Redondo, “Los fun-
y el público; o en el XIX, donde la escritura se damentos de la teoría de la recepción”, p. 236.
destina a la burguesía; para llegar al XX con el 7 El “horizonte de expectativas” proviene de la
“compromiso” (l’engagement) del escritor. Lo que filosofía hermenéutica de Gadamer, quien con-
se traduce en una toma de posición ante la sidera que la obra literaria no tiene un sólo
realidad, pues la tarea del escritor es representar sentido, un significado total; sino que incluye

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LINGÜÍSTICA 97


SILVESTRE MANUEL HERNÁNDEZ

Además, en la relación texto (efecto, o rechazan, las eligen y las olvidan,


momento de la concretización del sen- llegando a formar tradiciones que pue-
tido) –lector (recepción, momento con- den incluso, en no pequeña medida,
dicionado por el destinatario)– hay dos asumir la función activa de contestar
a una tradición, ya que ellos mismos
horizontes: el literario interno, implicado
producen nuevas obras.8
por la obra; y el entornal, aportado por
el lector, así, éste es el que tiene un perfil
Además, el estudio de la producción o
histórico, al realizar la lectura.
estructura de los textos literarios, a cos-
Otro componente es la conciencia
ta de su recepción y de los modelos de
histórica de un periodo, la cual nunca
comprensión, implica un rechazo de la
puede existir como una serie de pro-
concepción esencialista del arte escritu-
posiciones abiertamente afirmadas o re-
ral. Así, sin el lector no existirían los
gistradas, sino como horizonte de ex-
textos literarios, pues éstos son procesos
pectativas, es decir, como la mediación
de significación que sólo pueden mate-
entre el comienzo privado y la recepción
rializarse mediante la lectura. Para el
pública de la obra, como el nodo entre la
suceder de la literatura, debe haber un
estructura autolimitada y su efecto exte-
lector que la encauce, pues éste “hace
rior o Wirkung. Ahora bien, desde un en-
conexiones implícitas, cubre huecos, sa-
foque procedimental, el horizonte de
ca inferencias y pone a prueba sus pre-
expectativas es un punto de apoyo para
sentimientos: “concretiza” la obra litera-
la articulación entre estructura e inter-
ria, la cual, en sí misma, no pasa de ser
pretación. Si se tiene en cuenta que en un
una cadena organizada de signos negros
inicio la obra de arte aparece ininteligible
estampados en una página”.9
con relación a las convenciones preva-
lecientes, pero una vez puesta en el mo-
vimiento histórico representado por el ho-
EL TEXTO Y SUS VARIANTES
rizonte de comprensión, sus propiedades
y valores son proyectados hacia el lector
El texto literario, en cuanto obra artística,
o crítico. Jauss nos dice:
tiene como materia prima el lenguaje. Sus
En efecto, la literatura y el arte sólo se
referentes están en la Historia, entendida
convierten en proceso histórico concre- como totalidad no inmediata que admite
to cuando intervine la experiencia de ser descompuesta en diversos niveles re-
los que reciben, disfrutan y juzgan las lacionados entre sí, de acuerdo con la
obras. Ellos, de esta manera, las aceptan

8 Hans Robert Jauss, “El lector como instancia de


un horizonte cultural del que advienen valores una nueva historia de la literatura”, p. 59.
para su interpretación en distintos momentos. 9 Terry Eagleton, Una introducción a la teoría li-
Aquí, la lectura presupone la interpretación y la teraria, pp. 97-98. Para Wolfgang Iser, las “in-
comprensión, pero también los prejuicios que determinaciones” o “vacíos” de significado del
impiden llegar al contenido objetivo de la obra. texto, el lector los completa en conformidad con
Véase Hans-Georg Gadamer, Verdad y método, I y su experiencia. Acto que evidencia el proceso
II. En especial “La ontología de la obra de arte y su creativo y reconstructivo del texto, donde in-
significado hermenéutico”, Tomo I, pp. 143–222 y tervienen las capacidades sensibles y cogniti-
“Texto e interpretación”, Tomo II, pp. 319–347. vas del sujeto.

98 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LINGÜÍSTICA


EL TEXTO Y EL LECTOR

disciplina a que se ciña el estudioso.10 Cu- zaciones de su propio objeto de imagi-


yas vertientes de análisis son un proceso nación. La aprehensión de su “ser” va-
abierto donde están el lector, el produc- ría de acuerdo con la realización indivi-
tor y el texto literario. Esto, bajo el enten- dual de lectura y de lector. Pero cobra
dido de que: sentido y adquiere valor gracias a la inter-
pretación del lector. Es un camino en do-
El texto es un producto que se halla en ble sentido, de texto a lector y viceversa,
relación de procedencia selectiva con donde ninguno de los dos excluye al otro
el Mundo (de la estructura empírica y por su “jerarquía propia”, la cual es un
de la estructura mental y cultural). La producto cultural.
estructura mental la alberga el Autor,
También, téngase presente que el tex-
la general estructura mental humana
y, como reflejo, los objetos culturales
to involucra un “tú”, es decir, un posible
actuales y pasados que, resultado de su lector, o algún receptor. Y, desde un
historia, el Mundo contiene. Asimismo, enfoque hermenéutico, esto orilla hacia
el Texto, compuesto por un discurso de la articulación del “mundo del texto”
comunicación lingüística, tiene su des- con el “mundo del lector”, a partir de
tino virtual en el Lector. Ello sucede al cierto horizonte de expectativas que,
cumplimentarse de hecho el último invariablemente, se inscribe en el acto
factor del circuito comunicativo, en el de lectura. Instancia donde hay una pre-
cual el Mundo es referencia tanto del suposición de la referencia como un otro
Autor como del Texto y, ahora, tam- del lenguaje, lo cual acentúa cierto nivel
bién del Lector.11
dialógico: “toda referencia es correfe-
rencia”. Y aquí, lo que aparece implícito
Al mismo tiempo, las obras de la literatura es el desplazamiento temporal del sen-
se presentan como un fluir continuo de tido forjado por el lenguaje de uno a otro
opciones y posibilidades de conexión pa- polo: obra lector.
ra el lector. Se puede decir que el texto En este tenor, la lectura discurre en una
es inagotable, en cuanto a las resemanti- perspectiva móvil, de ahí la posibilidad
de hacer “nuevos descubrimientos”, en
tanto el proceso de decodificación que
10 Dentro de la historia, pocas veces se ha con- experimenta el pensamiento en cada
siderado la función receptiva y comunicativa del nueva lectura reafirma o refuta posturas
arte, de ahí la importancia de la hermenéutica o intuiciones forjadas en anteriores lec-
literaria para diferenciar los procesos de re-
cepción. Bifurcados por la actualidad y la histo- turas. Además, los sentidos que confor-
ria; pero, en una u otra esfera, el análisis será so- man un texto no están en el plexo mis-
bre la experiencia estética de la comunidad de mo, sino en el conjunto de la totalidad
lectores de una época determinada. Aquí, se verá
el vínculo entre el lector y el texto, conformado histórica en la cual la obra es produci-
por el horizonte literario interno, implicado por da y reproducida por medio de la lectu-
la obra; y la recepción, en cuanto horizonte en- ra y la crítica: “El texto, en suma, no es
tornal, aportado por el lector de una sociedad
específica. Confróntese Hans Robert Jauss, Ex- lo que es solamente (un discurso produci-
periencia estética y hermenéutica literaria, pp. 17 do de tal guisa que se le puede detectar
y 40. como literario y leer como tal), sino que
11 Pedro Aullón de Haro, “Epistemología de la Teo-
ría y la Crítica de la Literatura”, p. 20. también es lo que no es: exterioridad,

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LINGÜÍSTICA 99


SILVESTRE MANUEL HERNÁNDEZ

desquiciamiento, negatividad, lectura pro- Aquí, lo evidente es el anquilosamiento


piamente crítica”.12 de los métodos interpretativos de las pos-
Al respecto, cuando el lector está frente turas literarias en cuestión, que devinie-
a la obra, la comprensión que tenga no ron en inhabilidad para fundamentar un
necesariamente se inscribe dentro de los juicio crítico frente a los problemas del
propios patrones de su tiempo, sino que arte literario contemporáneo. Además, al
varía en función del horizonte de sus entrar en contacto con el texto, la crítica
expectativas y del interés que tenga sobre construye o resignifica valores, es decir,
un asunto en particular. El texto no es una entre investigador y obra se establece
totalidad homogénea de Sentido. una relación cognoscitiva, una tensión
Ahora bien, el estudio de la literatura, conceptual que no es propia de ninguna
la justificación de su conocimiento históri- disciplina, sino una exigencia de las obras
co, se ubica en el momento de liberación mismas. Lo que da por resultado un punto
de las convenciones rígidas academizantes intermedio donde el lenguaje se inclina
y del agotamiento de paradigmas, pues: hacia una interpretación, una recepción, o
una mirada híbrida sobre el discurso del
Los tres grandes paradigmas descritos de texto, acerca de lo que éste dice u oculta.
la ciencia literaria: el clásico humanista, Vistas en perspectiva, las vertientes
el histórico positivista y el estético for- sobre el quehacer literario fueron supe-
malista se han agotado, siempre, cuan- radas por posturas distintas, es así que el
do sus métodos de interpretación ya
paradigma de la crítica literaria surgido
no pudieron realizar esa eficacia de
actualización del arte pasado y de la
del humanismo del Renacimiento, cuyo
transformación progresiva del canon de modelo fue la antigüedad y el sistema de
las obras que son traducibles todavía o normas, portador de un método basado
de nuevo al presente.13 en la comparación de la literatura anti-
gua con la moderna, dio como resultado
una crítica normativa incapaz de trascen-
der su tiempo. Esta postura fue anulada
por el historicismo de la revolución del
Renacimiento, que mostró a la historici-
12 Blas Matamoro, Saber y literatura, p. 10.
13 Hans Robert Jauss, “Cambio de paradigma en la dad de las épocas, los estilos, los autores
ciencia literaria”, p. 70. La noción de paradigma y las obras, como fuentes propensas de
está tomada del proceso de conocimiento elevarse a normas de estudio artístico.
científico, el cual no es rectilíneo o uniforme. No
es una simple acumulación de conocimientos, A esto sucedió la exégesis histórica, que
sino un fenómeno inconstante como la historia. En consideró explicable en la obra literaria
ambos, los tiempos de desarrollo y re-evolución lo que se puede determinar de acuerdo
se alteran para dar un nuevo inicio. El éxito de
un nuevo paradigma se basa en que garantiza con las coordenadas históricas de tiem-
la aclaración de la mayoría de las observaciones po, lugar y ambiente, pero que, conjuga-
y experimentos de una ciencia, al introducir das en manifestaciones literarias como
una nueva fase en la investigación, tendiente a
aclarar los enigmas. Estas ideas se encuentran en tal, deberían transmitir la individualidad
Hans Blumenberg, Die Kopernikanische Wende nacional. Especifica Jauss: “La literatura
(1965) y en Thomas S. Kuhn, La estructura de las se convirtió en el máximo medio en que
revoluciones científicas. En especial “Prioridad de
los paradigmas”, pp. 80-91. lo nacional podía llegar hacia sí mismo,

100 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LINGÜÍSTICA


EL TEXTO Y EL LECTOR

desde sus inicios casi míticos hasta el cum- Método formalista, argumentación her-
plimiento de un clasicismo nacional”.14 menéutica, dimensión social, vertiente es-
Desde una consideración crítica, lo tructuralista y filológica no legitimaron
anterior se inscribe en la “intención del su metodología en tanto que no hicieron
autor”, que puede o no ser aprehendida más fiable la comprensión del texto y de
por el lector, pero sí interpretada o resig- la ciencia literarios, pero sí generaron una
nificada desde el caleidoscopio que el metamorfosis en el paradigma. Pues su
lector vea en el texto, a partir de puntos axiomática metodológica ya no respon-
de vista cognitivos y sensibles.15 El siguien- día a las exigencias de la ciencia literaria,
te cambio lo propició el descontento ya no permitía una nueva interpretación
hacia la “ascética positivista para expli- de obras del pasado de las cuales se
car la obra de arte literaria sólo a partir de extrajera algo para el presente, aquello
la suma de sus condiciones históricas”,16 que decían en cuanto “rescate de lo vivo”
pues la aclaración histórica de una obra ya para el hombre, como categoría refleja-
no podía aportar más de lo que se podía da en el mundo literario.
reconocer del texto mismo como sistema
de lenguaje, estilo y composición. Aunado
a esto, también se vislumbró el abando- EL LECTOR Y LA EXPERIENCIA ESTÉTICA
no del positivismo de la historia literaria
y del subjetivismo, se crearon las técnicas En la teoría de la recepción, cada lectura
de interpretación que fueron las primeras se vuelve una decodificación actualizada
en elevar a la obra literaria al nivel de ob- y particular del texto, en la medida en
jeto independiente en la investigación.17 que el espacio de relaciones lingüísticas
permite vislumbrar nuevas configuracio-
nes de sentido. Éstas, actúan en el lector
14 Hans Robert Jauss, “Cambio de paradigma en la como determinantes en el curso de la
ciencia literaria”, p. 62. lectura. Proceso donde se decide y se-
15 De forma tangencial, tanto la postura del autor
como la del lector, develan el desplazamiento lecciona las relaciones entre los correla-
de cierta “facultad nacional” sobre los bienes tos de enunciados referidos, conectados
literarios o institución canonizante sobre las entre sí de distintas maneras para formar
obras escritas, hacia la autonomía del individuo
para ejercer una axiología propia, lo cual tendrá unidades significativas de nivel superior
efectos positivos en la formación de un corpus que confluyen en una estructura comple-
particular, trascendente a cualquier canon. ja, sostenedora de la obra literaria en
16 Hans Robert Jauss, “Cambio de paradigma en la
ciencia literaria”, p. 64. cualquiera de sus géneros. Es aquí don-
17 La referencia inmediata es el formalismo ruso de de se verifica la actividad especialmente
principios del siglo XX, representante del primer creadora del lector.
esfuerzo de estudiar la literatura de forma cien-
tífica, al preguntar qué hay adentro de la obra. Conviene precisar que en cuanto a la
Al respecto, véase B. Eichenbaum, “La teoría del posibilidad de aprehender el significado
“método formal”, pp. 21-54. Y en cuanto aplica- del texto, Iser sostiene la variante lector
ción sistemática, Viktor Shklovski, “El arte como
artificio”, pp. 55-70. Donde habla del “artefacto implícito/lector real. El primero tiene que
literario” (pretensión artística) y los componen- ver con la adecuación del lector respec-
tes de la literatura. En el ensayo se trasluce la to a las perspectivas que el texto mis-
pregunta ¿qué hace que un texto sea literario,
la literariedad, la intención, el reconocimiento? mo comporta, es decir, la reconstrucción

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LINGÜÍSTICA 101


SILVESTRE MANUEL HERNÁNDEZ

del texto depende del conjunto de es- literario): ella (la realidad textual) es una
tructuras que lo hacen ser leído de tal o reacción a “la realidad”.19
cual forma, su significado se perfila a par- Por consiguiente, el lector “convierte
tir de su organización verbal. El segundo en habla” un texto en la medida en
es el sujeto que se planta frente al texto que transforma en significado actual el
y pone en funcionamiento sus experien- sentido potencial de la obra, e incorpora
cias (sensibles, intelectuales, estéticas, cul- “la recepción” a su comprensión del
turales) para reconstruir el sentido del mundo. La cual incluye sus expectativas
texto. Y, visto en conjunto, la disyuntiva concretas procedentes del horizonte de
muestra la tensión axiológica a que se sus intereses, deseos, necesidades y ex-
enfrenta cualquier receptor. periencias; horizonte condicionado por
El lector es quien activa la interrelación las circunstancias sociales específicas de
de los correlatos preestructurados en la cada estrato social.
secuencia de las frases, es el sujeto que Entre tanto, las obras literarias tienen
gracias a su conciencia hace “vivir el una parte de indeterminación que paten-
texto”. Los contenidos de conciencia del tiza la imposibilidad de emparentar “su
lector, sus intuiciones temporales y la realidad” con alguna situación del mun-
historia de sus experiencias, se fusionan do vital,20 ya que ésta remite a algo tan-
con las señales de la obra para llegar a gible, se dirá, mientras que el texto lite-
una configuración significativa, pues el rario responde a algo fictivo que sólo se
efecto de agrupamiento y las configura-
ciones consiguientes no son algo dado
en-sí en el corpus verbal. Al leer reac- 19 No se pierda de vista que la producción artística
cionamos frente a lo que nosotros mis- (literaria), es la creación nacida de la experiencia
(fundamentalmente) del escritor, no una trans-
mos producimos, intelectual e imaginati- cripción de la realidad. Pues en la época moder-
vamente, y es ese modo de reacción lo na la actividad estética deja de ser una cons-
que hace que podamos vivir el discurso trucción según la naturaleza, y deviene una
hechura en contra de ella. Por eso, la naturaleza
como un acontecimiento real: sólo es el material previo para la formación de
“mundos posibles”, válidos en su racionalidad
No lo concebimos como un objeto sígnica propia, y no por métodos deductivos o
dado, no lo comprendemos como una de constatación.
20 Maurizio Ferraris, al dilucidar sobre algunas tesis
estructura determinada por predicados, de Wolfgang Iser, sostiene: “La indeterminación
[...] el sentido del texto tiene el carác- constituye, por lo tanto, al mismo tiempo, la
ter de un suceso, y, por lo tanto, de miseria y el esplendor del texto literario. Por una
un correlato de nuestra conciencia. parte, en efecto, no puede llevar la propia verdad
del ser conforme a un mundo existente; por
Por ello captamos su sentido como otra parte, y por los mismos motivos, conquista
una realidad.18 una peculiar autonomía frente a la referencia,
pero no frente al lector, quien por el contrario ve
Mas su realidad no se basa en la repre- acrecentada su propia función. Como lugar de
cambio, la indeterminación tiene la función
sentación de la “realidad existente”, sino de activar las ideas del lector haciéndolo par-
en ofrecer juicios sobre su mundo (el ticipar en la ejecución de la finalidad puesta en
el texto. Esto quiere decir que se vuelve la base
de una estructura del texto en la cual el lector
está previsto desde siempre”. Véase su Storia
18 Wolfgang Iser, “El proceso de lectura”, p. 159. dell’ermeneutica, p. 379.

102 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LINGÜÍSTICA


EL TEXTO Y EL LECTOR

cimenta en el proceso de lectura: “[...] el respuesta tiene dos enfoques, la del au-
significado que aparece en la lectura tor y la del lector, tan válida una como
está condicionado por el texto, pero en la otra, si se apela a la sensibilidad y a la
una forma que permite que el lector mis- cultura estética del ser humano.
mo lo produzca”.21 Por ello, las obras Todo lo anterior nos lleva a una cues-
literarias no poseen ninguna correspon- tión epistemológica: categorizar dónde,
dencia exacta con objetos del mundo vi- quién y cómo puede conocer, a través
tal, pues producen sus objetos a partir de la literatura, si se la presupone como
de los elementos de la realidad, no co- una forma de saber, donde: “El ideal
mo retrato, sino en cuanto experiencia de una estructura cognoscitiva es ser úni-
artística. En el mejor de los casos, se po- ca. A una realidad, una ciencia. Ante un
dría describir el efecto literario (estéti- ser, un pensamiento”.23 Si se alude a la
co) como la representación de reacciones epistéme, inevitablemente se piensa en
a objetos. la ‘’verdad’’, y surge la interrogante de
Asimismo, el horizonte de expectativas qué tipo de verdad presenta o se devela
se forja en la conciencia del lector como en el texto literario? Mas, si se es conse-
el leit motiv por medio del cual puede cuente con el desarrollo hasta aquí rea-
asirse a las preguntas esenciales en un lizado, se aceptará que la “verdad” es
texto, ya sea hacia su génesis o hacia su aquella que la sensibilidad e inteligencia
importancia artística. Al tiempo de corro- del lector percibe en la estructura y mun-
borar las diferencias hermenéuticas en- do autorreferencial del texto.24
tre la concepción pasada y actual de la De manera conjunta, se presenta el
obra, hace consciente la historia de su ámbito estético, en ocasiones dependien-
recepción: “El horizonte de expectativas te de los juicios de valor del lector hacia
de una obra [...] permite determinar su la obra, y oscilante entre los objetos de la
carácter artístico por medio de la forma cultura considerados como bienes artís-
y el grado de su efecto en un público ticos, valorables en un sentido positivo o
determinado”.22 negativo, o subordinados a los sistemas
Sin embargo, hay una interrogante: ¿a de valores que cambian y se adaptan, se
qué responde un texto literario? Cues- imponen o desaparecen de acuerdo con
tión no ceñida a la reconstrucción del las necesidades de las épocas históricas.25
horizonte de expectativas intraliterarias
implicadas en la obra, sino a un análisis
de las expectativas, normas y funciones 23 Blas Matamoro, Saber y literatura. p. 13.
extraliterarias proporcionadas por el 24 Tzvetan Todorov explica que el texto literario es
mundo real, pues éstas han orientado autorreferencial y que el discurso literario es vá-
lido en relación a sus propias premisas, es un
previamente el interés estético de dis- lenguaje en sí mismo; a la vez que sostiene la
tintos estratos de lectores. Y con ello, la creación de la literatura a partir de la literatura
y no de la realidad, haciendo hincapié en que el
trabajo de conocimiento en la obra literaria apun-
ta hacia una verdad aproximada, no absoluta.
21 Wolfgang Iser, “La estructura apelativa de los Véase “Les genres littéraires”, en su libro Intro-
textos”, p. 118. duction á la littérature fantastique, pp. 7-27.
22 Hans Robert Jauss, “Historia de la literatura como 25 Respecto a la formación del “campo literario”,
una provocación a la ciencia literaria”, p. 57. que parecería ser el quid de la cuestión en cuanto

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LINGÜÍSTICA 103


SILVESTRE MANUEL HERNÁNDEZ

Recuérdese que no se puede hablar de de objetos dados empíricamente, buscan


uniformidad en cuanto a los sistemas va- presentar lo que no está dado. Decir “es-
lorativos para determinar si un texto es to significa tales cosas y esto me gusta, o
un “bien estético” o no, y en qué medida no”, implica un deslindamiento en el al-
y en cuanto a conceptos no fijos es “be- cance de cada resultado que, en un caso,
llo” o motivante de un placer estético, es de conocimiento, y, en el otro, de valor
experimentado por el lector al decodifi- (estético). El “gustar” supone una valora-
car la obra. Tampoco hay un alcance úni- ción positiva y el “no gustar”, una desva-
co y verificable, la referencia inmediata loración o valoración negativa.
está en el mundo de las “metáforas ver-
bales” del mismo texto. La experiencia [...] la obra literaria posee dos polos
literaria (estética) que el lector adquiere al que podemos llamar polo artístico y
leer una obra, escapa a cualquier intento polo estético, siendo el artístico el texto
de limitación referencial, ya sea en el creado por el autor, y el estético la con-
creción realizada por el lector.27
dominio de una poética o del lenguaje
práctico. Por lo que se aboga es por una
Aunado a lo anterior, para Jauss, la pra-
estética de la recepción y del efecto.
xis estética del arte está ligada a una
Así, en el ámbito de la estética del texto
actividad productiva (poiesis), receptiva
se alude a modelos, que abren la vía de
(aisthesis) y comunicativa (Katharsis), cu-
acceso al sentido artístico, éstos suponen
ya unificación se da en la experiencia del
decisiones heurísticas, y la obra se pre-
placer estético; el cual establece la fun-
senta de una manera determinada según
ción social de la experiencia estética, al
el sistema referencial elegido con vistas a
su comprensión: “El texto literario es una ser un goce desinteresado que requiere
formación ficticia, entendiendo por ello de una contemplación “a distancia del
que carece de los necesarios predicados objeto” y de un observador que al disfru-
de realidad”.26 tarlo lo recree como objeto imaginado.
Esto implica la negación del “mundo
De hecho, los textos literarios no se
existente de los objetos, a fin de poder
agotan con la denotación de mundos
producir, en su propia actividad, la figu-
ra de la palabra, de la imagen o del tono
del objeto estético irreal”.28 En este pro-
a la variabilidad de los valores en las etapas de la
historia, pero desde un enfoque distinto al de ceso, el individuo adopta una postura
la teoría de la recepción, véase Pierre Bourdieu, frente al objeto que lo lleva a descubrir el
“El punto de vista del autor. Algunas propiedades placer estético, transformándose éste en
generales de los campos de producción cultural”,
en Las reglas del arte, pp. 318-416. En donde una relación dialéctica:
encontramos que nadie puede decidir lo que
se debe escribir ni cuáles son los cánones del
buen gusto. Ahora, los productos literarios y sus
creadores van en busca del reconocimiento y la
consagración. Sin embargo, lo fundamental para
Bourdieu son las “condiciones de posibilidad”
para dar paso a una ciencia de las obras, un sa-
ber de la literatura y, por extensión, de la crea- 27 Wolfgang Iser, “El proceso de lectura”, p. 149.
ción artística. 28 Hans Robert Jauss, Experiencia estética y her-
26 Wolfgang Iser, “La realidad de la ficción”, p. 165. menéutica literaria, p. 71.

104 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LINGÜÍSTICA


EL TEXTO Y EL LECTOR

objeto de contemplación implícita plasmada por el autor en la obra,


sino a la sensibilidad del lector desper-
sujeto tada por los signos lingüísticos. Pues, “La
obra de arte es la constitución del texto
experiencia estética en la conciencia del lector”, sostiene
Iser.31 Por lo tanto, no hay una determi-
En esta interrelación se despliegan los nación de cómo se debe leer y valorar un
conceptos de poiesis, aisthesis y catarsis. texto, y sí un respeto a los límites que el
Se entiende por el primero la actividad lector pueda vislumbrar o concebir con
productiva tocante al placer provocado su imaginación, pues éste aporta “lo que
por la propia obra, en tanto que: no está dicho”.

[...] el hombre puede, mediante la crea-


ción artística, satisfacer su necesidad CONCLUSIÓN
general de ser y estar en el mundo y sen-
tirse en él como en su casa, al quitarle El texto, el lector y la estética, en cuanto
al mundo exterior su fría extrañeza y
conceptos de análisis, se inscriben en
convertirlo en obra propia.29
la esfera de problemas planteados al in-
terior de la historia, teoría o crítica de la
La aisthesis, o facultad receptiva, es el
literatura, ya sea en el aspecto receptivo
placer estético “del ver reconociendo y
o en otra variante. Pero, de acuerdo con
del reconocer viendo”.30 Es una “poética
los planteamientos desarrollados, sus
de la mirada” que establece el nexo entre
alcances y limitantes son propios de la
el sujeto y el mundo, el yo y los otros, y
“interpretación” y del horizonte de ex-
abre una perspectiva o ámbito de senti-
pectativas que el mismo discurso (teó-
do. La catarsis, o actitud comunicativa,
rico–receptivo) potencia. Ante esto, el
es el placer de las emociones propias,
valor de la teoría de la recepción está en
provocadas por la poesía o la retórica, o
que abrió nuevas líneas de investigación
por cualquier manifestación artística libe-
del fenómeno literario. Entre ellas, ca-
radora del ánimo del espectador. Y así,
be mencionar:
el carácter productivo de la experiencia
estética muestra que el saber poiético
a. El reconocimiento de que toda obra
puede generar una segunda naturaleza,
literaria está constituida por huecos
en tanto que el hombre deviene hace-
o indeterminaciones que el lector va
dor autónomo de sus obras.
En tal lineamiento, el receptor, que
actualiza el texto mediante el proceso de 31 Wolfgang Iser, “El proceso de lectura”, p. 149.
lectura, está plenamente facultado para Considérese que la experiencia estética está
en relación limítrofe con la pragmática, pues el
“crear una nueva poética” con respecto arte participa en la conservación y reutilización
al texto, que ya no responde a la visión de la función práctica original de las creaciones
humanas. Además, puede formar un mundo para
sí, sin romper la relación con el entorno cotidia-
no, y establecer comunicación (ámbito repre-
29 Ibid, p. 75. sentativo del lenguaje) con otra “realidad” (sen-
30 Ibid, p. 76. tido del discurso literario).

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LINGÜÍSTICA 105


SILVESTRE MANUEL HERNÁNDEZ

“llenando” o interpretando en el pro- perviviente o “vivo para el ser humano”


ceso de lectura. Por lo que el texto no que yace al interior de los textos.
tiene un sólo sentido, sino un entra- Por su parte, la facultad deliberativa
mado verbal polisémico. Y, de manera del lector para “juzgar” un texto, crea in-
indirecta, esto da la posibilidad de que terrogantes no del todo fáciles de res-
haya tantas experiencias estéticas co- ponder, como es el tipo de jerarquía, si la
mo lectores. hay, a la cual se apele para fundamentar
b. La “historia” es vista como contenedora una crítica y una teoría de la literatura en
del proceso dinámico de producción cuanto a exigencia científica. La cual, si
y recepción, de autor, obra y público; bien se inserta en el proceso de análisis
apoyada en una hermenéutica de pre- de los elementos del texto, no se queda
gunta y respuesta. sólo ahí, sino que abarca la historicidad
c. Otorga al público una fuerza creadora de la obra, zona bastante inconsistente
e histórica, tan importante como la que desde el punto de vista de la aprehen-
representan el autor y el texto. sión del objeto de la literatura como ca-
d. La lectura de un texto presupone una tegoría de análisis, pero intrínseca al de-
implicación estética, pues el lector pone sarrollo textual
en juego una serie de lecturas previas
y, con ello, contribuye a la constitución
de una tradición de recepciones. BIBLIOGRAFÍA

Al mismo tiempo, la construcción del Aullón de Haro, Pedro (ed.). “Epistemología


sentido que ocurre en la lectura de una de la Teoría y la Crítica de la Literatura”,
obra literaria implica, de cierta forma, la en Teoría de la crítica literaria. Madrid,
apertura de un espacio no inmediato Trotta, 1994.
a la conciencia, es decir, gracias a la de- Bourdieu, Pierre. Las reglas del arte. Gé-
velación de lo no formulado en el texto, nesis y estructura del campo literario.
el lector pude vivir una empatía con lo Trad. de Thomas Kauf. Barcelona, Ana-
propio de la creación verbal. Esta idea grama, 2005.
general se explaya hacia las vertientes que Eagleton, Terry. Una introducción a la
el estudioso quiera analizar, ya sean de teoría literaria. Trad. de José Esteban
índole formal o estética. Calderón. México, Fondo de Cultura
Ahora bien, en cuanto aporte de co- Económica, 1998.
nocimiento para la historia de la literatu- Eichenbaum, B. “La teoría del “método
ra, la teoría de la recepción da otro mar- formal”, en Teoría de la literatura de
co conceptual, el de la decodificación los formalistas rusos. Tzvetan Todorov
del texto, cuyo interés son las relaciones (comp.). Trad. de Ana María Nethol.
desprendidas de los significados textua- México, Siglo XXI, 1991.
les, que atañen a una nueva significación Ferraris, Maurizio. Storia dell’ermeneuti-
del valor de las obras antiguas y moder- ca. Milano, Bompiani, 1992.
nas. Axiología ajena a los modelos litera- Gadamer, Hans-Georg. Verdad y método.
rios precedentes, ceñida a la problemá- I. Trad. de Ana Agud Aparicio y Rafael
tica actual, donde se intenta extraer lo de Agapito. Salamanca, Sígueme, 1996.

106 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LINGÜÍSTICA


EL TEXTO Y EL LECTOR

. Verdad y método. II. Trad. de . “El lector como instancia de


Manuel Olasagasti. Salamanca, Sígue- una nueva historia de la literatura”.
me, 1994. Trad. de Adelino Álvarez. En Estética
Gómez Redondo, Fernando. “Los teóricos de la recepción, José Antonio Mayoral
de la teoría de la recepción”, en La (comp.). Madrid, Arcos/Libros, 1987.
crítica literaria del siglo XX. Madrid, . Experiencia estética y herme-
EDAF, 1996. néutica literaria. Ensayos en el campo de
Iser, Wolfgang. El acto de leer. Madrid, la experiencia estética. Trad. de Jaime
Taurus, 1987. Siles y Ela Ma. Fernández-Palacios.
. “El proceso de lectura”, en Madrid, Taurus, 1986.
Estética de la recepción. Rainer Warning Kuhn, Thomas S. La estructura de las re-
(ed.). Trad. de Ricardo Sánchez Ortiz voluciones científicas. Trad. de Agustín
de Urbina. Madrid, Visor, 1989. Contin. México, Fondo de Cultura
. “La realidad de la ficción”, en Económica, 1995.
Estética de la recepción, edic. cit. Man, Paul de. “La lectura y la historia”,
. “La estructura apelativa de los en La resistencia a la teoría. Trad. de
textos”, en En busca del texto. Teoría Elena Elorriaga y Oriol Francés. Madrid,
de la recepción literaria. Dietrich Rall Visor, 1990.
(comp.). Trad. de Sandra Franco et al. Matamoro, Blas. Saber y literatura. Madrid,
México, Universidad Nacional Autó- Ediciones de la Torre, 1980.
noma de México, 1993. Sartre, Jean-Paul. Qu’est-ce que la litté-
Jauss, Hans Robert. “Cambio de paradigma rature?, en Situations. II. Paris, Galli-
en la ciencia literaria”, en En busca del mard, 1980.
texto. Teoría de la recepción, edic. cit. Shklovski, Viktor. “El arte como artificio”,
. “Historia de la literatura como en Teoría de la literatura de los forma-
una provocación a la ciencia literaria”, listas rusos. Tzvetan Todorov (comp.).
en En busca del texto. Teoría de la re- Trad. de Ana María Nethol. México,
cepción, edic. cit. Siglo XXI, 1991.
Todorov, Tzvetan. Introduction á la litté-
rature fantastique. Paris, Seuil, 1970.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 LINGÜÍSTICA 107


DERECHO, VIOLENCIA Y GÉNERO EN EL MÉXICO
DE LOS ALBORES DEL SIGLO XXI

MARCELA SUÁREZ ESCOBAR*

L ilith, era la reina de la noche. Yahvé la


creó de barro para que fuera la primera
vez por Satán, retó a Dios. El brazo del
Maligno intervino y a partir de entonces
esposa de Adán, pero su alma no quedó se dijo que la mujer era el instrumento del
como el Dios esperaba porque ella aban- mal para la desgracia del hombre.
donó a Adán y se convirtió en una se- Yocasta, madre de Edipo y esposa de
guidora de Satán. Lilith resultó ser una Layo, por casualidad e ignorancia, ajena
mujer fuerte, que vencía obstáculos y se- a toda culpa, cometió incesto cuando ya
ducía hombres hasta agotarlos sexual- viuda se casó con Edipo que había mata-
mente; también acostumbraba a robar do a su padre y a la Esfinge. El hecho de
semen para la creación de nuevos de- no haber acatado lo que Freud llamaría
monios. Ante esta circunstancia, Yahvé la prohibición esencial, la del incesto, la
decidió entonces crear otra compañera condujo a un único camino que resta a
para Adán, ahora una que no implicara las mujeres en falta, el suicidio.
peligro para los varones, una en posición Lilith y Yocasta, hembras peligrosas por
secundaria, una emanada de Adán, de la fuerza de su sexualidad, por sus posi-
su costilla, y de esta manera surgió Eva. bilidades de seducción, por sus poderes
El varón había sido creado “a imagen y naturales y de maternidad, han transitado
semejanza” de Dios, que así había dado por las sociedades como figuras míticas
origen a otro dominador, al que prome- en negativo que han marcado la cultura
tía poder como el que la divinidad de- occidental. Los mitos constituyen una
tentaba. Pero hablar de semejante no es forma simbólica, una forma de expresar,
hablar de idéntico, y Yavhé planteó una comprender y sentir el mundo y la vida
condición para Adán, “el no comer del diversa de la representación lógica,1 bus-
árbol de la ciencia del bien y del mal” y can fundamentar usos, tradiciones y nor-
la nueva mujer, Eva, al igual que la prime- mas de convivencia, narrando para satis-
ra, cayó en la falta, y al ser seducida otra facer necesidades religiosas, sociales y

1
Carlos García Gual. La mitología. Introducción del
* Departamento de Humanidades, Universidad Au- pensamiento mítico. p. 108. Aquí el autor se refie-
tónoma Metropolitana Azcapotzalco. re a lo sostenido por los teóricos simbolistas.

109
MARCELA SUÁREZ ESCOBAR

prácticas,2 en donde los dioses forman cias sexuales, en las identidades y en las
un sistema cuya estructura refleja la con- consecuencias sociales. En realidad, hay
cepción que de sí misma tiene cada cul- algo que no se puede negar: existe una
tura.3 Según Claude Levi Strauss, todos los identidad sexuada y una desigualdad de
mitos poseen la función de presentar una género, y los análisis modernos, desde
mediación intelectual de los problemas Freud y Lacan hasta Foucault, Beauvoir,
fundamentales de una concepción social. Butler y Amorós, todavía no terminan de
Así como con Lilith y Yocasta, las socie- explicar cabalmente la comprensión del
dades han impuesto leyes y arquetipos cuerpo ni su relación con las identida-
masculinos y fantasías en torno a la ima- des, las diferencias sexuales y la repercu-
gen de la mujer, y desde tiempos arcaicos sión en las prácticas y representaciones
ha existido un miedo primordial a la va- sociales. Es claro que ni los cuerpos ni el
gina y al seno míticos; ello ha marcado a género son naturales, son construccio-
las culturas.4 nes simbólicas elaboradas por las cultu-
Así, sin duda los mitos reflejan los te- ras para lograr inteligibilidad.6 Al pensar
mores, y la construcción de significados en cuerpos y derechos, y en la perspec-
con respecto al sexo y a la identidad de tiva de género para la impartición de justi-
las mujeres que han marcado desde tiem- cia, tenemos que considerar desgracia-
pos arcaicos el discurso patriarcal, y con damente la violencia, y en dicho contexto,
él la dominación de los hombres sobre las este trabajo intentará asomarse a un as-
mujeres que ha conducido a la subesti- pecto que por su vigencia en la estructura
mación social de lo femenino, a desigual- social del México actual es urgente conocer
dades, injusticias y todo tipo de violen- y difundir: la violencia contra lo femeni-
cias, desde la quema de brujas a los fe- no ejercida por lo masculino. Se analizarán
minicidios y a los crímenes de odio. los temas del aborto y la violencia sexual.
La ideología patriarcal tiene como uno
de sus pilares la ética, que toma la natu-
raleza como fundamento de la norma CONSTRUCCIÓN DE SEXO,
moral5, y el discurso sobre “la naturaleza GÉNERO Y CUERPO
femenina” y la mujer ligada a la natura-
leza han construido arquetipos sociales Existe una construcción histórico-social
basados en los cuerpos, en las diferen- de la subjetividad, por lo que se puede
creer en la formación de identidades por
las funciones de reglamentación de la
2
Ibid., p. 115. Aquí el autor señala las tesis de los cultura, y se puede considerar que tan-
intelectuales funcionalistas. to masculinidades como feminidades se
3
Ibid., p. 122. Tesis de Dumezil. Véase también
Adolfo Colombres, Teoría Transcultural del Arte: construyen a partir de un discurso socio-
hacia un pensamiento visual. passim. cultural. Los sujetos en las sociedades
4
Anne Lucien Skittecate, Los silencios de Yocasta. crean conceptos, los administran y clasi-
Ensayo sobre el inconsciente femenino. pp 13-18.
5
Kristina de la Peña, Fernanda Navarro y Graciela fican, y los grupos sociales en Occiden-
Hierro. “La naturaleza femenina y la ética” en La te han creado la dicotomía cultura-natu-
naturaleza femenina. Tercer coloquio nacional de
filosofía. México, Universidad Nacional Autóno-
ma de México, 1985, p. 98. 6
Judith Butler, El género en disputa, p. 38.

110 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ESTUDIOS CULTURALES


DERECHO, VIOLENCIA Y GÉNERO EN EL MÉXICO DE LOS ALBORES DEL SIGLO XXI

raleza y con respecto a personas, cuando nero es una imposición cultural sobre un
esta dicotomía se basa en diferencias sexo también creado culturalmente; las
biológicas, éstas incluso pueden estar de- características biológicas no tienen por
finidas ideológicamente obedeciendo a qué delimitar el género, ni las formas de
ciertas estructuras de poder. ejercicio sexual. La materialidad del cuer-
Sigmund Freud, el que creó la ciencia po es impuesta por el poder y no puede
del inconsciente, nunca identificó femi- entenderse sin la materialidad reguladora
nidad con mujeres ni masculinidad con del sexo, ya que ésta será una de las nor-
hombres, sostuvo que ni la masculinidad mas que calificarán socialmente al cuer-
ni la feminidad son hechos biológicos po.9 Los cuerpos abyectos, ésos coloca-
y que el “yo” es principalmente un yo dos fuera de definición por la hegemonía
corporal, la proyección de una superfi- heterosexual, son aquéllos a los que Judith
cie no presocial. Jacques Lacan señaló la Butler se refiere como cuerpos que no im-
existencia de una ley simbólica anterior portan para la sociedad, ni para la vida.10
al momento en que el sujeto asume po- Según los estructuralistas, se construye
siciones sexuadas y un sexo como fun- “el cuerpo” en función de límites estable-
ción simbólica, es decir, producto de la cidos por mecanismos reguladores; así, te-
ley y la cultura; habló de un cuerpo que nemos a Foucault que nos habla del dis-
obtiene sus contornos sexuados en con- curso del poder y a Lacan que nos recuerda
diciones especulares y en relación con el lo simbólico. Los cuerpos se materializan
exterior, planteando que los procesos a través de normas reguladoras que se
identificatorios son esenciales para la for- repiten constantemente, de esta manera
mación de la materialidad sexuada. Ju- la asunción de un “sexo” está vinculada
dith Butler, siguiendo a Foucault, afirmó con la cuestión de la identificación y con
que las normas forman el sujeto sexuado los medios discursivos11. El cuerpo se de-
de manera que se haga indistinguible la limita mediante el desecho de algo que
formación psíquica de la corporal. Agrega con anterioridad era parte de lo interno,
que la construcción del género opera ac- así, hay algo que queda afuera, algo que
cediendo a medios excluyentes porque es expulsado, cuerpos fuera de norma
la construcción produce un exterior, lo que ofrecen el contorno a los cuerpos
ininteligible, lo abyecto, que limita el es- dentro de la norma, cuerpos que, a decir
pacio de lo inteligible, de lo creado.7 Lo de Butler, sí importan.12 Lo que queda
abyecto es lo que no aparece como pro- afuera es desecho, lo abyecto según Bu-
piamente generizado y, así, puede llegar tler; el resto, según Lacan; lo repulsivo,
a cuestionarse su humanidad misma. No según Kristeva, discurso que llevado al
hay una relación directa ni causal entre plano de lo social produce repudio de los
sexo, género y deseo porque el sexo no
es la causa de la experiencia, ni del com-
portamiento, ni del deseo sexual.8 El gé-
9
Judith Butler, Cuerpos que importan, op. cit.,
pp. 18-20.
10
Ibid., p. 29.
7
Judith Butler, Cuerpos que importan, p. 49 11
Ibid., p. 19.
8
Judith Butler, El género…, op. cit., p. 55. 12
Ibid., p. 39.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ESTUDIOS CULTURALES 111


MARCELA SUÁREZ ESCOBAR

cuerpos por su sexo, sexualidad o color ciones o comprensiones sólo pueden


de piel.13 darse entre pares, ya que sólo entre intér-
La heterosexualidad normativa es par- pretes es posible la existencia de un reco-
cialmente responsable del tipo de forma nocimiento, y las mujeres, y todo aquello
que modela la materia cultural del sexo incluido en la diversidad sexual, no son
y, por supuesto, también del género. Cul- pares, por ello no son sujetos de pensa-
turalmente, los machos y las hembras miento, de intentos de interpretación, son
tienen que “aprender a ser masculinos y sólo sujetos de axiomas misóginos.16
femeninos”14 y tanto la virilidad como la fe- Los sujetos son producidos dentro de
minidad se producen en relación a otros una matriz generalizada de relaciones, una
varones o a otras mujeres; los cuerpos matriz que es condición cultural. Ya Si-
definidos son los que importan y se de- mone de Beauvoir había comentado que
ben proteger, ya que tienen derecho a ser mujer en la cultura masculinista siem-
la vida. Una línea para la definición es la pre ha sido fuente de misterio17 y desco-
que plantea Celia Amorós, cuando afir- nocimiento para los hombres, Sartre, por
ma que los varones se toman como punto su parte, señaló que todo deseo (hetero-
de referencia, y la virilidad se produce co- sexual y masculino) es un problema, y que
mo imagen alterada y alienada de cada esto empeoraba cuando aparecía el su-
cual en y a través de los otros; es decir, jeto femenino que “devuelve la mirada,
dentro de lo que Sartre consideraría un la invierte, e impugna el lugar y la autori-
grupo serializado, un constructo práctico- dad de la posición masculina”.18 La mu-
social alterado en serie, y, así, los hombres jer aparece de esta manera como lo que
valoran la virilidad no porque sepan en Freud llamaría ominoso, lo conocido
qué consiste, sino por la exigencia de que se vuelve amenazante; el miedo ge-
todos ellos de valorarla ya que implica nera violencia, y la raíz del miedo que es
la posesión del poder. La construcción el pensamiento sobre la cercanía de la
de esa fantasía requiere de un topos, mujer a la naturaleza no ha sido aún su-
un lugar común, y un lugar de nadie, de perado. A las mujeres se les teme y este
cualquiera: las mujeres.15 De ahí que los temor tiene tradicionalmente raíces eró-
varones se adjudiquen espacios y, así, en ticas y sexuales, por lo que fácilmente se
innumerables ocasiones, hayan conside- le ha vinculado a lo extraño, a la magia, a
rado que las mujeres que no son de na- la oscuridad y a las tinieblas desde tiem-
die, pueden ser de todos, y de este punto pos muy antiguos, por eso se construyó a
a la creación de violencia, el paso es muy las brujas.19 “El extraño misterio” femeni-
cercano. Para los varones, las interpreta- no generó una rápida unión con la impu-

13
Julia Kristeva, Poderes de la perversión, pp. 111-119.
14
Xavier Lizárraga Cruchaga, “La masculinidad po- 16
Ibid., pp. 122-128.
limórfica y el poder polifónico” en Revista de Es- 17
Simone De Beauvoir, El segundo sexo. Los hechos
tudios de Antropología sexual. No. 3, pp. 1-23. y los mitos, pp. 181-308.
15
Celia Amorós, La gran diferencia y sus peque- 18
Judith Butler, El género…, op. cit., p.27.
ñas consecuencias para las luchas de las mujeres. 19
Marcela Suárez. Sexualidad y norma sobre lo
pp. 118-120. prohibido, p. 32.

112 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ESTUDIOS CULTURALES


DERECHO, VIOLENCIA Y GÉNERO EN EL MÉXICO DE LOS ALBORES DEL SIGLO XXI

reza, los flujos, el parto, la sangre y la se- nómica han conducido al incremento de
xualidad, y todos se asociaron con la man- la violencia hacia las mujeres.
cha y con la necesidad de purificación.20 La violencia no es un fenómeno nuevo,
Cualquier cosa que se desvíe de la nor- data del pasado colonial, pero ahora ha
ma es peligroso para la comunidad que incrementado su dureza, crueldad y ex-
se siente dentro de ella, y así a los cuerpos tensión al punto de hablar de femini-
abyectos, cuerpos de hembras, de homo- cidios. La violencia de género no puede
sexuales, lesbianas y trans se les llega a ser incluida como cualquier tipo de vio-
cuestionar su humanidad misma, esca- lencia, ya que en particular su causa es
pan de la racionalidad social, y por ello la desigualdad de género producida por
se convierten en presas de violencia. estructuras patriarcales. La violencia de
género es un tipo de violencia relaciona-
da con la discriminación de un determi-
VIOLENCIA, PODER Y CUERPOS nado grupo social hacia otros individuos
que ocupan una posición de subordina-
La heterosexualidad construida en función ción en la comunidad. Tradicionalmente
de intereses grupales, sociales y cultura- se piensa que se trata de violencia ejerci-
les da lugar así a una violencia que pue- da por varones hacia mujeres, pero tam-
de ser simbólica pero también puede ser bién puede incluirse aquella ejercida por
real. Es una violencia que puede ir desde varones sobre homosexuales, lesbianas y,
los discursos políticos, sociales y culturales, en general, contra los participantes de al-
hasta los mediáticos y legislativos; violen- guna diversidad sexual. En este estudio, se
cia que puede ejercerse en espacios pú- tendrá por violencia de género todo acto
blicos pero también en el ámbito de lo de violencia hacia el sexo femenino que
privado, desde la violencia doméstica has- tenga o pueda tener como resultado, un
ta la sexual. Violencia que lleva implícita daño o sufrimiento físico, sexual o psico-
la discriminación o la muerte simbólica, lógico para las mujeres, problema social
y puede conducir también a la real. Esto con repercusiones graves para ellas cuya
es, una violencia de género que aquí se vida y libertad se ven puestas en riesgo.21
abordará desde el derecho al control del No sólo se considerará como problema
cuerpo propio, en los temas de aborto, de seguridad sino de desigualdad, poder
violencia sexual y trabajo sexual. y de ejercicio de los derechos. Se segui-
Hoy en México los cambios en la dis- rá la propuesta de Encarna Bodelón que
tribución de roles han producido en mu- comenta que la violencia contra la mujer
chos varones la sensación de pérdida de puede comprender los siguientes actos:
autoridad y dominio. Esta circunstancia violencia física, sexual y psicológica que
aunada a la violencia social y a algunos se produzca en la familia incluyendo
factores desencadenantes como el con-
sumo de drogas, alcohol, el crecimiento
del desempleo, y en general, la crisis eco-
21
Patricia Laurenzo, “La violencia de género en
el derecho penal: un ejemplo de paternalismo
punitivo” en Patricia Laurenzo, et al., coords.
20
Jean Delameau, El miedo en occidente, p. 471. Género, violencia y derecho, p. 276.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ESTUDIOS CULTURALES 113


MARCELA SUÁREZ ESCOBAR

abuso sexual, malos tratos, violación, mu- trados por los cronistas, ésos que dicta-
tilación genital femenina y explotación; ban las normas para la conducta de las
violencia física, sexual y psicológica de- mujeres, hasta los católicos del Virreina-
ntro de la comunidad en general, inclu- to que, en aras de la protección al mode-
yendo violación, abuso sexual, acoso e lo cristiano de sexualidad, controlaron el
intimidación sexual en el trabajo y en cuerpo femenino, los de los liberales y
otros lugares, trata de mujeres y prosti- positivistas de los siglos XIX y XX que ha-
tución forzada; violencia física, sexual y blaron de igualdad pero para proteger la
psicológica perpetuada o tolerada por el conservación de la familia burguesa limi-
Estado.22 La violencia lo es por la dinámi- taron los derechos de las mujeres, nega-
ca de la acción. En México hoy existe ron su ciudadanía y coartaron su libertad,
violencia en el tratamiento del derecho hasta los actuales, en los que, a decir de
hacia el aborto, en el del trabajo sexual y Tamar Picht la imagen de la sexualidad y
en la violencia sexual en particular. de la relación entre los sexos está cons-
truida y divulgada, en una medida impor-
tante, por el derecho penal.
DERECHO, VIOLENCIA Y GÉNERO De alguna manera, el cuerpo femeni-
no ha podido verse como un campo
Ante esto, surge la pregunta, ¿el derecho de conflicto, pero al mismo tiempo se ha
penal funcionará como instrumento úni- construido un imaginario colectivo que
co o preferente para resolver la violencia promueve la tutela de las mujeres en aras
de género?23 La pregunta nos remite a de una “debilidad”. Luigi Ferrajoli afirma
la relación entre derecho y justicia y sus que la libertad de las mujeres está liga-
significados, y el cuerpo de las mujeres da a la libertad del cuerpo, y la no liber-
como espacio público construido y legi- tad, a la incapacidad de tener dominio
timado como tal por el derecho.24 ¿Por sobre el propio cuerpo, y habla de liber-
qué? Porque de alguna manera el derecho tad sexual, libertad de maternidad e inmu-
contribuye a la construcción de lo imagi- nidad frente a la trata de personas. Pero
nario sobre lo femenino. Para empezar, es también el derecho puede ser un agente
el cuerpo normado por excelencia, que del cambio porque, a decir del mismo au-
siempre, en la historia de México, ha es- tor, hay una interacción constante en-
tado sometido a discusiones públicas, ju- tre sentido del derecho y práctica social,
rídicas, éticas y políticas; a prácticas pe- entre cambios jurídicos y cambios en el
dagógicas, médicas, religiosas y morales. imaginario colectivo, porque regula e ins-
Desde los discursos prehispánicos, regis- titucionaliza el orden de las relaciones
sociales, económicas, políticas y perso-
nales, dándole legitimidad a ese orden.25
22
Encarna Bodelón, “De la seguridad a los derechos: Bodelón, Asún y Larrauri26 coinciden en
el debate sobre la violencia de género en el ámbito que es necesaria una reformulación del
jurídico y en el movimiento feminista” en Roberto
Bergalli, Iñaqui Rivera y Gabriel Bombini, coords.
Violencia y sistema penal, passim.
23
Patricia Laurenzo, op. cit., p. 266. 25
Pitch Tamar, op. cit., p. 21.
24
Tamar Pitch, Un derecho para dos. La construcción 26
Encarna Bodelón, “De la seguridad a los dere-
jurídica de género, sexo y sexualidad, p. 19. chos. El debate sobre la violencia de género en el

114 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ESTUDIOS CULTURALES


DERECHO, VIOLENCIA Y GÉNERO EN EL MÉXICO DE LOS ALBORES DEL SIGLO XXI

tratamiento jurídico de la violencia con- investigación se ha llegado a culpabilizar


tra los cuerpos; pero no sólo eso, sino a las muertas de su propio asesinato.
también son urgentes reformas culturales En nuestro país, en muchos estados de
y, dentro de ellas, la eliminación de la cul- la república, se penaliza el aborto y en
tura violenta hacia las mujeres, una cultu- otros más todavía existe el reglamentaris-
ra de desarrollo de los derechos femeninos mo para el trabajo sexual. El control social
y con ello cambios en la legislación penal. en México es atravesado por criterios de
Podemos pensar que la “no libertad” es clase y de género, la penalización contra
violencia, y no sólo se trata de violencia los autores de acciones lesivas a mujeres
interpersonal ni de un problema de se- es deficiente y negligente. Todavía existe
guridad, sino que es un problema de gé- una feminización de la pobreza y se da una
nero, y la desigualdad de género está violencia particular hacia grupos vulnera-
atravesada, además, por diferencias so- bles como niñas y mujeres indígenas o
cioeconómicas, étnicas, políticas y de mayores. La ejecución penal es androcén-
impartición de justicia. En este último trica, y el fenómeno de la desviación fe-
punto, en particular en México, el siste- menina todavía se realiza desde los este-
ma penal ha ejercido distintas formas de reotipos sobre roles de género. En medios
control social sobre las mujeres con una de comunicación se observa la existen-
percepción de género en que se las ve cia de discursos misóginos y la justicia me-
como sujetos no dignos de tutela en las xicana todavía examina la moralidad de
mismas condiciones que el varón.27 Elena la víctima para ver si realmente lo fue.
Larrauri señala que en pocos delitos la
víctima está hoy tan bajo sospecha co-
mo en el de violencia doméstica.28 Existe LAS “NO LIBERTADES” O EL NEXO
una etiquetación negativa hacia ellas a ENTRE LIBERTAD Y CUERPO
tal punto de culpabilizarlas de la situa-
ción por falta de denuncia, y con respec- Al hablar de “no libertad” para las mu-
to a los feminicidios de la última década, jeres es imposible no pensar en el tema
además de negligencia y corrupción en la del aborto, y dentro de él en el de la
criminalización, victimización, responsa-
bilidad de acciones, pero también en la
relación derecho-moral, en un derecho
ámbito jurídico y en el movimiento feminista” en que debe de mantenerse en un espacio
Roberto Bergalli, Iñaqui Rivera y Gabriel Bombini,
coords. Violencia y Sistema penal. Ver también
distinto al de la moral porque, de pron-
Alicia Asún, “El significado de la violencia sexual to, preocupaciones supuestamente éticas
contra las mujeres y la reformulación de la tutela han ocupado el lugar de las preocupacio-
parental de este ámbito” en Patricia Laurenzo,
op. cit,. p. 104. Véase Elena Larrauri.”Cinco tópicas
nes sociales. Aquí resulta interesante re-
sobre las mujeres víctimas de violencia y algu- cordar a Luigi Ferrajoli en su señalamien-
nas respuestas del feminismo oficial”, ibid., p.249. to de que el liberalismo en su lucha por las
27
Encarna Bodelón, op, cit,. p. 108.
28
Elena Larrauri, “Cinco tópicas sobre las mujeres
libertades civiles, se ha estado olvidando
víctimas de violencia y algunas respuestas del del nexo entre libertad y cuerpo, y para
feminismo oficial” en Patricia Laurenzo, Maria el tema del aborto, su afirmación de que el
Luisa Maquedo, y Ana Rubio, coords. Género…,
op. cit., pp. 250-251.
derecho penal puede prohibir acciones,

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ESTUDIOS CULTURALES 115


MARCELA SUÁREZ ESCOBAR

pero no imponerlas, y que la prohibición gación de convertirse en madres.31 Aquí


del aborto implica la imposición de la el problema más que de maternidad es
maternidad las mujeres.29 Se criminaliza de condiciones sociales, económicas y
el aborto alegando “defensa de la vida” culturares, de feminización de pobreza,
y se recurre al derecho penal por su fun- de cultura patriarcal, de violencia y de
ción simbólica. Aquí puede surgir la pre- cuerpos femeninos que no importan.
gunta sobre a qué vida nos estamos refi- Y no importan para muchos, en Méxi-
riendo, qué instancia tiene que defenderla co, por ejemplo, si bien el aborto es legal
y de quién. en determinadas circunstancias, cada es-
Tamar Pitch señala que al criminalizar tado de la República tiene una pronun-
se está encargando al derecho la defen- ciación distinta con respecto al tema,
sa de una moral determinada, situación sólo coinciden en la no penalización si el
que contradice el principio constitutivo embarazo es producto de una violación.
del moderno estado de derecho: la sepa- Algunos estados no lo consideran delito
ración entre derecho y moral.30 Asimis- si es imprudencial; otros si el producto
mo, señala que al criminalizar también se tiene malformaciones; algunos si el em-
está considerando que las mujeres care- barazo causa grave daño a la salud de la
cen del estatus de sujetos plenamente mujer; diez estados si el embarazo es
morales, por lo que no se les puede producto de una inseminación no con-
confiar la tutela de una vida porque son sentida (Baja California, Colima, Guerrero,
seres moralmente imperfectos. Esto signi- Tabasco, Baja California Sur, Chihuahua,
fica una violación de los derechos fun- Hidalgo, Morelos, San Luis Potosí y Ve-
damentales de las mujeres, la “no liber- racruz) y sólo uno no lo penaliza si por
tad” para la autodeterminación sobre su situaciones económicas no se puede man-
cuerpo y la procreación. No se piensa en tener a más hijos y si la mujer tiene más
la construcción de un derecho al aborto, de tres (Yucatán). Sólo el Distrito Federal
sino de un derecho a la autodetermina- permite el aborto voluntario con gran
ción que a decir de Pitch, es un derecho oposición por parte de la Iglesia católica
fundamental para las mujeres, porque y grupos afines. Pero el problema no radi-
forma un todo con la libertad personal, ca en lo que se permite, sino en lo que
porque cualquier decisión justificada por se pena; los significados y consecuencias
intereses extraños a los de las mujeres que conllevan; así, en diecisiete estados
equivale a atentar contra el segundo im- el aborto es delito aunque el producto
perativo kantiano, el que señala que nin- tenga malformaciones graves (Aguasca-
guna persona puede ser tratada como lientes, Baja California, Campeche, Chi-
medio o instrumento para fines no pro- huahua, Durango, Guanajuato, Michoa-
pios y porque, a diferencia de cualquier cán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San
otra prohibición penal, la prohibición del Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco, Ta-
aborto implica para las mujeres la obli- maulipas, Tlaxcala y Zacatecas); en Gua-
najuato, Guerrero y Querétaro se pena

29
Tamar Pitch, op. cit., p. 110.
30
Ibid., p. 99. 31
Ibid., p. 118.

116 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ESTUDIOS CULTURALES


DERECHO, VIOLENCIA Y GÉNERO EN EL MÉXICO DE LOS ALBORES DEL SIGLO XXI

aunque la madre corra peligro de muerte la sexualidad. De esta manera la violencia


y en veinte estados se pena igual (Aguas- sexual se vuelve expresión de desigual-
calientes, Baja California, Campeche, Coa- dad entre los sexos, la cual limita la au-
huila, Colima, Chiapas, Durango, Guana- tonomía de las mujeres, factor negativo
juato, Guerrero, México, Morelos, Oaxaca, que se agrega a los económicos y de ac-
Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Si- ceso a recursos y servicios por parte de
naloa, Sonora, Tabasco, Veracruz y Yuca- los grupos vulnerables.33 El uso de fuerza
tán) sin importar que el embarazo cause ya sea física, psicológica, económica o
graves daños a la salud de las mujeres.32 política, tiene repercusiones en la salud
La ciencia insiste y ha probado que la física, psicológica, sexual y reproductiva,
vida no se inicia con la fecundación. En desde contagios de enfermedades de
toda la República, con excepción del Dis- transmisión sexual hasta embarazos im-
trito Federal, se realizan miles de abortos puestos.34 Dentro de esto, hasta en la fa-
clandestinos que cada año se cobran la milia, la no tipificación de la violación en-
vida de cientos de mujeres, y las que no tre cónyuges conduce al imaginario de que
mueren, corren el riesgo de la sanción la mujer es un objeto para satisfacer la se-
punitiva. Aquí cabe preguntar, ¿cuándo se xualidad del varón, y el concepto de con-
habla de la defensa de vida, en cuál vida sentimiento resulta poco claro por lo que
se piensa? Ante esto, ¿qué tipo de dere- no puede ser tomado como paradigma.
chos se defienden? ¿Dónde está el de- La Organización Mundial de la Salud
recho a la libertad de las mujeres? define la violencia sexual como “todo ac-
Otro atentado contra los cuerpos lo to sexual, la tentativa de consumar un
constituye la violencia sexual, la cual pue- acto sexual, los comentarios o insinua-
de pensarse como simplemente violencia, ciones no deseados, o las acciones para
y la sexualidad en sólo su instrumento: la comercializar o utilizar de cualquier otro
violencia sexual como muestra evidente modo la sexualidad de una persona me-
del patriarcado y del ejercicio del poder diante coacción por otra, independien-
de unos sobre otros, del espacio masculi- temente de la relación de esta con la
no hacia el femenino, y como resultado de víctima, en cualquier ámbito, incluidos el
las construcciones culturales de género y hogar y el trabajo”.35
de espacios de poder asignados a hom- En México, la definición de la Secreta-
bres y a mujeres. Es también consecuen- ría de Salud incluye las diferentes formas
cia de la construcción de la asociación de de violencia sexual, desde la diversidad de
masculinidad con agresión y conquista se- sus expresiones, hasta la comercialización
xual, en donde la violencia se convierte
en medio para estructurar relaciones de
poder entre hombres. Los cuerpos de las
mujeres se tornan, así, en los lugares de
33
Alicia Asún. “El significado de la violencia sexual
contra las mujeres y la reformulación de la tutela
penal en este ámbito. Inercias Jurisprudenciales”
32
Reformas Constitucionales que protegen la vida en Patricia Laurenzo, op. cit., p. 103.
desde la concepción/fecundación, 2008-2009. 34
Nadine Gasman, et al., Informe Nacional sobre la
Véase también.Center for Reproductive Rights. violencia y salud en México. Ipas México, pp. 1-3.
Nueva York, mayo 2007. 35
Ibid., p. 4.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ESTUDIOS CULTURALES 117


MARCELA SUÁREZ ESCOBAR

de las personas para fines sexuales. Asi- Nuevo León, Puebla, Sinaloa y Tlaxcala to-
mismo, señala la subordinación de la víc- davía se denomina atentado al pudor, y
tima y el uso del poder del agresor como en el Estado de México y en Hidalgo se le
forma de coacción en diferentes contex- tipifica como abusos libidinosos. Esto de-
tos, y habla de las distintas formas de esa be llevar a reflexionar sobre la construc-
coacción –física, psíquica, extorsión o ción de significados por la redacción de la
amenazas– y que puede darse también ley y en la forma en que como señala La-
sobre personas que no se encuentren en rrauri, “el derecho presenta a las mujeres”.
condiciones para dar su consentimiento.36 Los conceptos abusos libidinosos, impu-
En México la violencia sexual es un de- dicia y atentados al pudor trasladan una
lito grave tanto por su magnitud como idea que debía de centrarse en derechos
por su tipificación, y es considerada co- humanos de las agredidas a las ideas de
mo un problema de salud pública, pero honestidad, recato, y la sexualidad produ-
la legislación de los estados de la Repúbli- cida por este discurso jurídico se remon-
ca no es homogénea y de ahí que exista ta a la del siglo XIX en donde aparece una
una desprotección importante de las víc- sexualidad masculina agresiva e impe-
timas por el hecho de vivir en un espacio tuosa que las mujeres deben limitar, co-
y no en otro. Por ejemplo, de acuerdo a mo señala Tamar Pitch,38 no provocando
estadísticas realizadas en el año 2004,37 como en los casos de violencia sexual,
sólo en Colima, Chiapas, Durango, Naya- o satisfaciéndola dentro de los límites pre-
rit, Puebla y Querétaro se define la có- cisos como en el caso del sexoservicio.
pula oral forzada como forma de delito; Para el caso de violación equiparada, los
en el resto del país no. Aguascalientes, rangos de edad suponen que mayores de
Michoacán y Sinaloa no consideran la 12 años son capaces de consentir rela-
violación con instrumentos como tal. Pa- ciones sexuales y en trece estados el es-
ra violación equiparada en la mayor par- tupro es delito sólo cuándo la víctima
te de la República el rango de edad es menor de edad vive de manera “casta”
de 12 años; sólo en Nuevo León es de y “honesta”.39 Aquí habrá que preguntar
13 y en Veracruz, México, Chihuahua y si los delitos sexuales lo son contra los
Baja California es de 14. La violación en- derechos humanos y la libertad sexual de
tre cónyuges sólo es tipificada como de- las víctimas o delitos contra la morali-
lito en Chihuahua, en el Distrito Federal, dad pública.
Guanajuato, Hidalgo, Nuevo León, Oaxa- Otro atentado a la no libertad sobre
ca, Querétaro, San Luis Potosí, Tamauli- los cuerpos podemos observarlo en
pas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zaca- México, en el caso del trabajo sexual y
tecas. El abuso sexual en algunos estados el imaginario colectivo que gira en torno
como en Aguascalientes, Baja California del concepto. Un artículo publicado por
Sur, Campeche, Coahuila, Jalisco, Nayarit, el Centro de Documentación, Informa-

36
Ibid., p. 6.
37
Adriana Ortega A. y Tylemy Santiago, Marco Jurí- 38
Tamar Pitch, op, cit,. p.219
dico de la violencia en México. México, Ipas. AC. 39
Human Right Watch, Víctimas por partida doble.

118 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ESTUDIOS CULTURALES


DERECHO, VIOLENCIA Y GÉNERO EN EL MÉXICO DE LOS ALBORES DEL SIGLO XXI

ción y Análisis de la LX legislatura en la la protección a los niños y jóvenes del


Cámara de Diputados con fecha de junio contacto con las prostitutas.
del 2007 bajo el título de “Estudio de la Del sistema abolicionista destaca la no
legislación Internacional y derecho com- persecución del fenómeno como delito
parado de la Prostitución”40 resulta una y sí el castigo para proxenetas y para la
muestra interesante sobre el discurso en provocación pública del libertinaje, la per-
torno a este fenómeno social. Señala co- secución del lenocinio, de la corrupción
mo las “causas de la prostitución” la falta de mayores y menores y del tráfico de
de recursos económicos, la ausencia de personas. El estudio señala que el aboli-
valores inculcados y de moral, el bajo ni- cionismo pugna por la extensión hasta los
vel educativo, la desintegración familiar, dieciocho años de la Ley de Protección
sentimientos de abandono e inferioridad, para la Infancia, la fundación de policlíni-
la incapacidad de establecer relaciones cas y la curación gratuita de enfermeda-
satisfactorias y heterosexuales así como la des de transmisión sexual. Las autoras del
deficiencia mental. Al referirse al marco documento comentan como negativo de
jurídico que regula el fenómeno habla del este sistema la pérdida del control de la
sistema reglamentarista, del abolicionis- transmisión de enfermedades infecciosas.
ta y del prohibicionista. Del primero se- Del sistema prohibicionista sólo señalan
ñala que establece la reglamentación por que prohibe la prostitución y establece
áreas para ejercer la prostitución, el re- sanciones para las personas que partici-
gistro de las prostitutas y exámenes mé- pan en la actividad.
dicos periódicos; las autoras de este do- Resulta increíble que un documento
cumento se encuentran convencidas de publicado por el aparato legislativo me-
que las bondades del reglamentarismo xicano del siglo XXI aún contenga discur-
radican en la concentración de la prosti- sos del siglo XIX, se atreva a señalar como
tución para su reducción y control, la dis- causa del trabajo sexual la ausencia de
minución de enfermedades por la inspec- valores, de moral, la incapacidad de esta-
ción médica, el control del tráfico de blecer relaciones heterosexuales y la defi-
drogas y estupefacientes, la prevención ciencia mental eludiendo como causales
de los crímenes contra la mujer, la pro- los factores socioeconómicos, y vincule
tección a la comunidad de la ofensiva y este tipo de ejercicio de la sexualidad a la
“perjudicial proximidad de la prostitu- moralidad, como en el discurso cristiano.
ción”, la disminución del crimen, la salva- Es terrible que pugne por la institución del
guarda contra las perversiones sexuales, sistema reglamentarista con los argumen-
“aprovechando una vía para los apeti- tos que se emplearon para su instaura-
tos sexuales irresistibles del hombre”, y ción en el Segundo Imperio Mexicano, y
en los reglamentos de 1871, 1872, 1879,
1882, 1891 y 1894,41 y justifique el conjun-
to de disposiciones jurídicas que registran,
40
Elma Trejo E. y Margarita Álvarez, Estudio de le-
gislación Internacional y derecho comparado de la
Prostitución. México, Centro de Documentación,
Información y Análisis. Dirección de Servicios de 41
Guadalupe Ríos y Marcela Suárez, “Criminales,
Investigación y Análisis. Subdirección de Políti- delincuentes o víctimas. Las prostitutas y el Es-
ca Exterior. tado en la época porfiriana”. Revista Fem, pp 4-9.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ESTUDIOS CULTURALES 119


MARCELA SUÁREZ ESCOBAR

marcan, clasifican y humillan a las mujeres reparación por la violación de sus dere-
y varones dedicados al trabajo sexual. Es chos humanos; puede promover la per-
aberrante que promueva el estigma pa- secución de la violencia física y sexual
ra los trabajadores al registrarlos, al obli- como violencia sin más, la despenaliza-
garlos a exámenes médicos sin la volun- ción del aborto, el abolicionismo para el
tad de los afectados y que pugne por el trabajo sexual, la consagración de la li-
establecimiento de zonas de tolerancia bertad sobre el cuerpo como derecho
evidentemente criminógenas que pro- fundamental. Es necesario revisar la tipi-
mueven la explotación y la trata de per- ficación de delitos, procurar la homolo-
sonas. Es grave que señale como factor gación de normas a nivel federal para
negativo del abolicionismo la falta de la protección de derechos humanos y la
control de enfermedades, cuando en nin- elaboración de leyes que incluyan, como
gún sistema se puede lograr esto a tra- lo señala Bodelón, los objetivos, marco de
vés del control punitivo, y promueva la aplicación, medidas a adoptar en los di-
discriminación de personas desde el em- ferentes niveles de la acción pública; en
pleo de la palabra prostitución –concep- suma, el Derecho puede aprovechar su
to peyorativo que data del siglo XVIII – en potencial simbólico en pro de los dere-
lugar de referirse a trabajo sexual. chos humanos.
Más grave aún resulta que, a pesar Es necesario reflexionar sobre la cons-
de los convenios internacionales a los que trucción de la masculinidad en nuestra
se ha suscrito México, aún se practique cultura y luchar por un cambio. Foucault
el reglamentarismo en nuestro país. En señaló que el poder produce su propio
Aguascalientes, Baja California Sur, Coa- discurso y el discurso del saber; el pode-
huila, Colima, Chiapas, Durango, Gue- roso puede decir qué sabe o qué no sabe.
rrero, Hidalgo, Michoacán, Nuevo León, El que no posee poder sólo tiene un sa-
Querétaro, Sinaloa y Zacatecas se regla- ber, saber que no se puede decir que se
menta el trabajo sexual. sabe.42 Hoy, sabemos de los feminicidios,
Ante todo esto ¿qué puede hacer el pero la gran mayoría de los mexicanos,
Derecho para la erradicación de injusti- desgraciadamente, prefiere ignorarlos
cias, discriminaciones y violencia de gé-
nero? Puede acercar sus normas y pautas
de interpretación a la evolución de la
sensibilidad social. Puede considerar, por
ejemplo, que la lesión al bien tutelado no
se produce en un instante temporal si-
no en un continuum de manifestaciones;
puede tener en cuenta la línea débil en-
tre tutelar la libertad sexual y tutelar la
sexualidad en el caso de las mujeres;
puede considerar a las víctimas no con la
connotación de debilidad sino como per-
sonas que padecen actos injustos y ar-
bitrarios que requieren indemnización o 42
Celia Amorós, op. cit., p. 163.

120 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ESTUDIOS CULTURALES


DERECHO, VIOLENCIA Y GÉNERO EN EL MÉXICO DE LOS ALBORES DEL SIGLO XXI

BIBLIOGRAFÍA Gasman Nadine, Villa-Torres Laura, Billings


Devorah L. y Moreno Claudia. Informe
Amorós Celia. La gran diferencia y sus pe- Nacional sobre la violencia y salud en
queñas consecuencias para las luchas México. Ipas México, A.C.
de las mujeres. Madrid, 2005. Human Right Watch. Víctimas por partida
Asún Alicia. “El significado de la violen- doble, Marzo 2006.
cia sexual contra las mujeres y la re- Kristeva Julia. Poderes de la perversión.
formulación de la tutela penal en este México, Siglo XXI, 1988.
ámbito. Inercias Jurisprudenciales”. Pa- Larrauri Elena. “Cinco tópicas sobre las
tricia Laurenzo Patricia, Maquedo Ma- mujeres víctimas de violencia y algunas
ria Luisa y Rubio Ana. Género, Violen- respuestas del feminismo oficial”. Lau-
cia y Derecho. Buenos Aires, Del renzo Patricia, Maquedo María luisa y
Puerto, 2009. Rubio Ana, coords. Género, Violencia
Bodelón Encarn. “De la seguridad a los y Derecho. Buenos Aires, Del Puerto,
derechos. El debate sobre la violen- 2009.
cia de género en el ámbito jurídico y Patricia Laurenzo. “La violencia de género
en el movimiento feminista” Bergalli en el derecho penal: un ejemplo de
Roberto, Rivera Iñaqui y Bombini Ga- paternalismo punitivo”. Patricia Lau-
briel, coords. Violencia y Sistema penal. renzo, María Luisa Maquedo y Ana
Buenos Aires, Del Puerto, 2008. Rubio, coords. Género, violencia y de-
Butler Judith. Cuerpos que importan. Bue- recho. Buenos Aires, Ed. del Puerto,
nos Aires, Paidós, 2002. 2009.
Butler Judith. El género en disputa. Méxi- Lizárraga Cruchaga Xabier. “La mas-
co, Universidad Nacional Autónoma de culinidad polimórfica y el poder poli-
México, Paidós, 2001. fónico”. Revista de Estudios de Antro-
Colombres Adolfo. Teoría transcultural del pología sexual. No. 3. Instituto Nacional
arte: hacia un pensamiento visual. Bue- de Antropología e Historia /Universidad
nos Aires, Del Sol, 2005. Autónoma de Morelos, 2010.
Delameau Jean. El miedo en occidente. Tamar Pitch. Un derecho para dos. La cons-
Madrid, Taurus, 1989. trucción jurídica de género, sexo y se-
De Beauvoir S. El segundo sexo. Los he- xualidad. México, Universidad Nacional
chos y los mitos. Buenos Aires, Siglo Autónoma de México, Trotta, 2003.
XXI, 1984. Ortega Adriana y Santiago Tylemy. Mar-
De la Peña Kristina, Navarro Fernanda y co Jurídico de la violencia en México.
Graciela Hierro Graciela. “La natura- México, Ipas, A. C., 2004.
leza femenina y la ética”. La naturaleza Reformas Constitucionales que protegen
femenina. Tercer coloquio nacional de la vida desde la concepción/fecunda-
filosofía. México, Universidad Nacional ción, 2008-2009. Véase también. Cen-
Autónoma de México, 1985. ter for Reproductive Rights. Nueva
García Gual Carlos. La mitología. Intro- York, Mayo 2007.
ducción del pensamiento mítico. Bar- Ríos Guadalupe y Suárez Marcela. “Cri-
celona, Montesinos, 1989. minales, delincuentes o víctimas. Las

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ESTUDIOS CULTURALES 121


MARCELA SUÁREZ ESCOBAR

prostitutas y el Estado en la época por- Trejo Elma y Álvarez Margarita. Estudio


firiana”. Revista Fem. Mayo de 1992. de legislación Internacional y derecho
Skittecate Lucien Anne. Los silencios de comparado de la Prostitución. México,
Yocasta. Ensayo sobre el inconsciente Centro de Documentación, Informa-
femenino. México, Siglo XXI, 2005. ción y Análisis. Dirección de Servicios
Suárez Marcela. Sexualidad y norma so- de Investigación y Análisis. Subdirec-
bre lo prohibido. México, Universidad ción de Política Exterior, Junio 2007.
Autónoma Metropolitana, 1999.

122 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ESTUDIOS CULTURALES


JOAQUINA RODRÍGUEZ, EL EXILIO ESPAÑOL Y MAX AUB

¿C uándo fue? Seguramente era muy


niña. Una tarde mi madre me llevó a visi-
turo Souto, Horacio López Suárez, Ramón
Xirau, todos ellos excelentes maestros,
tar a una amiga suya: Aurora Guilmáin. En clave en mi formación, pero sobre todo
aquel tiempo ni el nombre ni el apellido por su postura ante la vida: congruentes,
me dijeron nada, no sabía que Aurora era comprometidos. En esta bruma de recuer-
la madre de una gran actriz ni que dos de dos, no puedo dejar de ver al doctor En-
sus nietos, adolescentes en aquella épo- rique Guarner, quien me ayudó a poner
ca, serían actores. Fueron muchas las veces en palabras mis contradicciones y a ser
que visitamos la casa de Aurora, pero ésa mejor persona.
fue la primera que escuché la palabra “re- En 1977, gracias a Myriam Rudoy, en-
fugiada”. No me dijo nada… tré a trabajar a la UAM; en poco tiempo
Tampoco sabía que a lo largo de los años encontraría grandes afectos de origen re-
los términos, exilio, guerra civil, repúbli- publicano: Begoña Arteta, Vida Valero, An-
ca, huelga, lucha sindical, socialismo, co- tonio Martín Lunas y Joaquina Rodríguez
munismo, anarquismo se iban a llenar de Plaza. Joaquina me impresionó por su be-
significados, paradójicamente, acompaña- lleza y su mirada inteligente, honda. Nues-
dos de un profundo afecto, pues desde tro acercamiento fue lento, pero así como
niña mi vida ha estado hondamente liga- si nada, empezaron los cafés y los ciga-
da a los exiliados. No sé si por casualidad, rros como íntimos acompañantes de plá-
o porque mi padre también lo fue. El caso ticas que con el tiempo se volvieron más
es que todos sabemos la gran deuda que a flor de piel que académicas.
tiene México con el exilio español, pues El precio de la guerra civil española no
llegaron a nuestro país todo tipo de cien- sólo se midió en bajas, hubo otros: el des-
tíficos e intelectuales. Así, a mis doce gajamiento de las familias fue uno entre
años, el doctor D’ Harcourt me operó del tantos. Joaquina llegó a México a los nue-
apéndice; en la secundaria conocí a Ma- ve años de edad a reencontrarse con dos
ría de los Reyes hija de un pintor mexicano desconocidos: sus padres. No puedo ni
y de una dramaturga exiliada; cuando en- imaginar cómo habrá sido esa nueva vida,
tré a la Facultad de Filosofía y Letras, fui ni cómo sus ojos contemplaban la nue-
alumna de Adolfo Sánchez Vázquez, Ar- va realidad, lo más seguro es que con

123
ALEJANDRA HERRERA

curiosidad, porque Joaquina es curiosa, y ya está el material con el que va a traba-


ese atributo seguramente le dio un arma jar. No es extraño, entonces, que a través
poderosa para sobreponerse a esa bru- de las novelas de los autores exiliados
tal experiencia. Joaquina encontrara piezas del rompeca-
Dice Santiago Ramírez que “Infancia es bezas que quería completar.
destino”, por lo menos con esta senten- Hay, sin embargo, un autor que ha-
cia tituló uno de sus libros. No sé qué tan bría de darle muchas piezas de ese
cierta sea esta afirmación, pero vale para anhelado todo. Se trata de Max Aub, que
el caso de Joaqui. Evidentemente, aque- obviamente forma parte de su catálo-
lla sensación de extrañamiento, pérdida y go por sus novelas: Las buenas intencio-
ausencia, años más tarde, la llevó a leer nes, La calle de Valverde, inpiradas en
todas las novelas que sus paisanos exilia- Galdós y, desde luego, los Campos, testi-
dos escribieron en México. Estas lecturas monios vivos de sus experiencias en los
con el tiempo se convirtieron en un libro: campos de concentración.
La novela del exilio español, en el que su Joaquina estudió en el Luis Vives, una
autora da cuenta, previa advertencia y es- de las escuelas fundadas en México por
tudio crítico, de un amplio catálogo que los refugiados. No sé exactamente si fue
ofrece no sólo los nombres y fichas bio- ahí o en un grupo de jóvenes con los
bibliográficas de estos autores, sino tam- que escalaba los volcanes, en donde Joa-
bién una reseña crítica de sus obras más qui conoció a Elena Aub, y por ella a su
sobresalientes. En dicho estudio se lee padre, el escritor, Max Aub. El asunto
lo siguiente: es que, años más tarde, Elena le dijo a
Joaqui, palabra más, palabra menos: “Tú
[…] los exiliados vuelven su mirada ha- has trabajado a mi padre, quiero darte
cia la tierra que ya no tienen bajo sus pies su diario personal y a ver qué haces con
con intención de auscultarla, recrearla él.” Se trataba de una caja en donde
o inventarla. Se ha dicho que la nove- había toda clase de papeles, grandes y
la del exilio es un descubrir España
pequeños. En ellos había anotado Aub sus
desde México. Y así es en efecto: se la
atiende para entenderla y entenderse.1
estados anímicos con respecto a las du-
das que tiene todo escritor: ¿qué escri-
bir?, ¿para qué escribir?, ¿para quién es-
“Entenderse” es la clave, no sólo para los
cribir? Éstas, aunadas a un hombre cuyas
que escriben, sino para los lectores, tal
dudas poéticas y existenciales se magni-
vez ésa sea una razón por la que la lectura
ficaban en esa experiencia forzosa que
es un hábito fundamental en la vida de
es el exilio: “¿Qué soy? Escritor español
Joaquina: siempre lee: suplementos, libros,
que no puede ser conocido más que a
revistas, periódicos, ensayos, novelas, poe-
retazos en España. Escritor europeo que
sía. Cada vez que la veo tiene algo para mí
vive en América. Escritor mexicano que no
o para los alumnos. Nadie como ella pa-
es aceptado como tal en México. Todo
ra programar un curso, antes de empezar
esto para explicar un poco mi manera
de ser, la variedad de la obra. Siempre se
1
Joaquina Rodríguez Plaza, La novela del exilio
español, p. 33.

124 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 MIRADA CRÍTICA


MIRADA CRÍTICA

escoge, pero poco.”2 Habría que recordar Joaquina pregunta: Y… ¿respecto al


que Max Aub era un exiliado particular, cómo...? [Evidentemente la pregunta va
pues nació en Paris en 1902. De padre dirigida a la forma, a la estructura de
alemán y madre francesa. A los once años la obra]
M. A. Las cosas ocurren y se me ocu-
llegó a Valencia, en donde muy joven co-
rren (a mí o a cualquiera, supongo) sin
menzó su carrera de escritor. Con el triun-
plan preconcebido, a la buena de Dios.
fo de la 2ª. República, ocupó diferen- La organización es siempre posterior y
tes cargos diplomáticos, y con la derrota suele estropear –más o menos– lo que
de ésta fue perseguido por el gobier- se hace. (27 de marzo de 1954)
no de Franco. Sus Campos, como he seña- M. A. Siempre cuando me pongo a
lado, dan cuenta de su vida transcurrida escribir, tengo miedo. Miedo de no sa-
en los diferentes campos de concentra- ber lo que quiero decir. Miedo de que
ción en los que estuvo. Parece que, para lo que voy a escribir no tenga la menor
Aub, su origen cosmopolita complicó to- importancia, que sea tiempo y trabajo
davía más su condición de exiliado. desperdiciado, vano. A veces sé que lo
que quiero hacer está bien, tiene razón
Volviendo a su Diario, Joaquina se pre-
de ser, pero temo no dar con las pala-
guntó: ¿qué hacer con esa serie de notas,
bras, que se me desmorone por la ma-
qué hacer con ese testimonio personal la forma.
de sentimientos contrariados? Creo que Me enfrento con cada página como un
Joaquina pensó y repensó qué hacer con torero con otro toro, tras haber matado
ese material que tanto le revelaba y des- innumerables. No cuentan. (15 de julio
velaba. Su curiosidad e ingenio le indica- de 1955)
ron el camino: inteligentemente se inven- M. A. Cuando se ha escrito algo y, al
tó una “Conversación post mortem” con releerlo, no le gusta a uno, no queda
el padre de su amiga. No fue fácil, por- más que un remedio: acostumbrarse.
que tuvo que organizar la información Aun rompiéndolo. (9 de junio de 1957)
M. A. Escribir todo enseguida. Matar
para que a través de las preguntas adqui-
las ideas en caliente; las palabras, san-
rieran coherencia, una lógica de expo-
grando. (7 de junio de 1960)
sición. Al fin lo logró. Me parece importan- M. A. Esos escritores que cuidan, re-
te señalar que esta conversación ha sido tocan, destruyendo su obra nunca me
citada por estudiosos de Aub y del exilio fueron simpáticos. Prefiero los que dan
español en México, pues además de su lo suyo a como salga. Tal vez por pe-
originalidad, este diálogo da cuenta de reza, y admiración ante el mundo tal y
los cambios que con el tiempo se registra- como crece de la tierra. (23 de mayo
ron en Aub, pues por fortuna casi todos de 1966)3
los documentos estaban fechados, aun-
que, claro, uno nunca deja ser quien es. De este modo revela Aub en diferentes
Baste un ejemplo: momentos, sus diversos estados anímicos
frente a la escritura, a la tan llevada y traí-
da página en blanco.

2
Joaquina Rodríguez Plaza y Alejandra Herrera,
Relatos y prosas breves de Max Aub, p. 44. 3
Ibid., pp. 59-60.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 MIRADA CRÍTICA 125


ALEJANDRA HERRERA

Por otra parte, mientras Joaquina orga- tingue de los animales, y que ayuda a
nizaba dicho material, me invitó a elabo- que un escritor se haga célebre. Como el
rar con ella una antología de los cuentos “Manuscrito Cuervo” excelente anima-
y relatos de este autor. Acepté encanta- ción de un cuervo narrador que no com-
da pues el azar ya me había acercado a prende la estupidez humana. O “La ver-
Aub. Una noche, mi amigo Arturo Cór- dadera historia de la muerte de Francisco
dova Just me leyó unas páginas de la Franco”, en donde un mesero harto de
Gallina ciega, en las que aparecía un tal los gritos hispanos que se disparaban en
Chulía, se trataba de su abuelo, Alfredo contra de Franco, entre los cafés que
Just, el valenciano que dio cuerpo y ma- servía, decide ir a matarlo. Hay que leerlo
teria a las esculturas que rodean la Plaza para saber en qué acaba y qué ocurre a
de Toros México. Los dos se conocieron su regreso.
en Valencia y se frecuentaron en el exi- Los Crímenes ejemplares de Aub tam-
lio. La alusión al abuelo me encantó y la bién son un ejemplo de humor e ironía,
prosa de Aub me pareció divertida. Así son también, desde mi punto de vista,
que Joaquina y yo pusimos manos a la un reflejo de la asimilación de la cultura
obra, visitamos bibliotecas, conseguimos mexicana por este autor, pues lo que ofre-
y leímos prácticamente todos los libros ce la nota roja es una serie de absurdos
de cuentos de Aub, Víctor Díaz Arciniega por los que nos matamos unos a otros,
nos prestó algunos y nos alentó para ha- miren si no:
cer dicha antología. Fue una gran expe-
riencia en términos literarios y afectivos. Lo maté porque me dolía la cabeza. Y
Gracias a estas prosas entendí mejor lo él venga hablar, sin parar, sin descanso,
que era el exilio, ese desgarramiento en- de cosas que me tenían completamen-
tre ser de aquí y de allá, especialmente te sin cuidado. La verdad, aunque me
hubiesen importado. Antes, miré mi re-
cuando se quiere estar allá y no se puede
loj seis veces, descaradamente: no hizo
estar más que acá. Ése no saber para caso. Creo que es un atenuante muy
quién escribir, porque, ¿quién lo va a de tenerse en cuenta.4
leer? El temor ante el regreso a una tierra
que ya no era la añorada, en la que los No puedo menos que mencionar que la
afectos habían desaparecido, baste citar influencia de Aub es claramente expresa
“El remate”. en Joaquina: sus Crímenes para la bene-
La necesidad de ajustar cuentas, de ficencia pública y sus Otros crímenes para
revisar el pasado para entender lo que la beneficencia pública son una muestra
ocurrió, no sólo lo evidente: la derrota, clara de la admiración de ella por este
sino sus causas, es otro tema explorado autor. Son prosas breves, quizá más inte-
por Aub, y una de ellas fue la división de lectuales que las de Aub, en las que Joa-
la izquierda. En “Librada”, aparece un cla- qui mata la soberbia, la vanidad, la falta
ro testimonio de lo que costaron esas di- de consideración, todo eso que si brilla-
ferencias entre los republicanos, en fin… ra por ausente haría de este mundo algo
Pero si bien había cuentos desgarra- más llevadero, más vivible.
dores, también había en otros humor, No puedo terminar este mi pequeño
fantasía, imaginación, lo que más nos dis- homenaje a Joaquina, mi amiga y herma-

126 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 MIRADA CRÍTICA


MIRADA CRÍTICA

na, sin mencionar Yo vivo, un pequeño y de arena, una hormiga, el pétalo de


gran libro de Aub, escrito en España an- una rosa, y decir nuestro asombro. Nos
tes de la guerra. Es de clarísimos tintes hemos olvidado de la vida por tenerla
vanguardistas, propiamente no hay una tan a mano y nos hemos refugiado en
entelequias, que convertimos en ins-
anécdota, no es un cuento ni un relato,
trumentos de tortura. Sacar de cada co-
son unas prosa poéticas dedicadas al go-
sa algo bueno. Asombrarse. Hallar en
zo, a esos momentos de la vida cotidia- todo razón de vida y darle gracias al
na, simples, nimios, como la ducha, la cielo que es la tierra.5
blusa de una joven, el bosque y sus olo-
res, el campo. No he dicho y debo decir- Debo decir que algunas de las páginas
lo, que Joaqui es una caminadora incan- de Yo vivo también fueron incluidas en
sable, camina por su barrio, por el mío, nuestra Antologia y que finalmente la pre-
por el campo –sabe los nombres de los sentamos en Valencia, para más señas.
árboles y plantas, ya he dicho que es Joaqui, gracias por compartir tanto con-
curiosa, averigua todo–; la cocina –no migo, “y lo que me rondarás, morena”.
he mencionado que Joaqui es excelente
cocinera, es una maga preparando un co-
cido madrileño o un pescado al horno; BIBLIOGRAFÍA
no seamos exigentes: un café–. Joaqui-
na pese a todo, un exilio o lo que fuese, Rodríguez, Joaquina. La novela del exilio
Joaqui es un ser gozoso, intelectual y sen- español. México, UAM-A, 1984.
sualmente. Nadie como ella para disfru- Rodríguez, Joaquina y Alejandra Herrera.
tar lo bello, lo sabroso, lo rico de la vida. Relatos y prosas breves de Max Aub.
Y Aub en el libro citado da cuenta de to- México, UAM-A, 1993.
do ello, por eso no es extraño que este
autor declare para sí en su Diario:

M. A. Gritar alto que la vida, lo único


que traemos, es prodigiosa. Bajar a lo Alejandra Herrera
más pequeño naturalmente: un grano Departamento de Humanidades, UAM-A

4
Ibid., p. 330.
5
Ibid., p. 47.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 MIRADA CRÍTICA 127


SE LLAMABA ELENA ARIZMENDI

Cano, Gabriela La autora nos muestra a una Elena


México, Centenarios Tusquets, 2010. Arizmendi fuerte y decidida, a una mujer
perteneciente a la élite mexicana de fi-
nes del siglo XIX que a los 25 años, tras

C omo es costumbre en sus trabajos,


Gabriela Cano nos brinda con esta obra un
dos matrimonios fracasados y la pérdida
de un hijo, decide romper con los discur-
sos vigentes para la regulación de la con-
espacio de aprendizaje y reflexión en ducta femenina que ubicaban a las mu-
un ambiente de calidez; una mirada para jeres dentro de los límites del hogar y la
la historiografía con perspectiva de géne- abnegación, así como mudarse y cambiar
ro producto de una investigación acucio- de vida iniciando en Texas la carrera de
sa y profunda. Ofrece la biografía de Elena enfermería. Gabriela Cano menciona la
Arizmendi, mujer que aparece como figu- cercanía de Elena en el vecino país con
ra mítica en la obra de José Vasconcelos, un Francisco I. Madero exiliado, y la ins-
encarnada en el personaje de “Adriana” cripción de ésta en el movimiento antire-
en el “Ulises Criollo” y en “La Tormenta”. eleccionista en contra de Porfirio Díaz.
Relegada por la historiografía a un pa- Siguiendo una línea cronológica, el li-
pel secundario y marcada como “mujer fa- bro relata el regreso a México de la em-
tal” en la vida y obra de José Vasconcelos, blemática “Adriana”, su actuación como
ligada a la figura de amante, trasgresora enfermera al lado de los maderistas, y su
y “arpía sensual”, Elena Arizmendi es res- participación en la fundación de la “Cruz
catada por la autora como una de las Blanca” como alternativa filantrópica a
figuras del feminismo mexicano funda- la “Cruz Roja”, institución dependiente
mentales para el conocimiento de la cul- del Gobierno Federal aún en manos de
tura de los primeros lustros del siglo XX. Porfirio Díaz. La autora nos describe el
Una mujer que más allá de constituir una proceso de apoyo del Maderismo a la
figura de la cultura literaria mexicana, nueva institución filantrópica, y la trans-
fue activista política, periodista, escritora formación de ésta en una sociedad de
y filántropa.

128
MIRADA CRÍTICA

beneficencia privada dirigida por Sara En dicho contexto, la Arizmendi se de-


Madero y Elena Arzimendi. dica a realizar diversas actividades: abre
El texto narra “El cuartelazo” y el exilio una Casa de Huéspedes, imparte clases de
de Elena con José Vasconcelos primero a música, realiza colaboraciones periodís-
Nueva York, y después a Europa y Perú. ticas y escribe un libro de carácter au-
Nos relata su vida de exiliados así como tobiográfico titulado “Vida Incompleta.
las vicisitudes económicas y sentimentales Ligeros apuntes sobre las mujeres de la
de la pareja, haciendo énfasis en lo pa- vida real”, con el que intentó difundir
sional de esta unión y sus repercusiones una versión personal sobre sus relaciones
en una celotipia obsesiva por parte de amorosas y, sobre todo, eliminar la ima-
Vasconcelos. En dicho contexto, refiere las gen de mujer ligera, fatal y perversa que
agresiones de éste hacia Elena con moti- de ella había construido Vasconcelos.
vo del fin de su relación. El surgimiento de En la que Gabriela Cano denomina ca-
la figura de “Adriana” como alegoría eró- pital feminista de Estados Unidos, nos
tica, y al mismo tiempo un tanto demo- muestra a una Elena Arizmendi que se
níaca en que el autor del “Ulises Criollo”, convierte en la “principal impulsora” de la
dejaba ver destellos de despecho. “Liga de mujeres ibéricas e hispanoame-
La obra hace referencia a un tercer ma- ricanas” o “La Liga de las mujeres de la
trimonio de Elena Arizmendi con un nor- Raza” red cultural que difundía los logros
teamericano, Robert Duersch, y da a co- de las mujeres con raíces hispánicas y
nocer la agresiva respuesta de Vasconcelos pretendía la realización de intercambios
ante esta unión, circunstancia que culmi- culturales para unirlas en torno a un pro-
nó con una demanda judicial del nuevo yecto de emancipación feminista, acorde
marido en contra del agresor. con los valores culturales hispanoame-
A continuación, Gabriela Cano abunda ricanos. Devela a una activista que ade-
en un aspecto fundamental para com- más de escritora se define como editora
prender la trascendencia de Arizmendi de la revista “Feminismo Internacional.
más allá de su presencia iconográfica en Revista mensual ilustrada dedicada al me-
la literatura Vasconcelista, el de su elec- joramiento moral, cultural y económico de
ción –a raíz de su divorcio de Duersch– la mujer”, órgano dedicado a la difusión
por buscar una realización personal co- de pensamientos, actividades y logros de
mo mujer independiente y moderna. Nos las mujeres hispanoamericanas dentro del
muestra a una Elena que plena de ideas feminismo, y a la difusión de ideas y con-
revolucionarias sobre el matrimonio, el ceptos sobre los derechos de las mujeres.
amor, la independencia femenina y la au- Gabriela Cano comenta también, en
todeterminación, consigue el impulso pa- este ameno texto, las reflexiones políticas
ra abandonar una posible vida cómoda y de Elena y su regreso a México durante
holgada en México y elegir una vida in- el gobierno de Lázaro Cárdenas, sus últi-
dependiente en Nueva York. Describe a mos años y su fallecimiento en 1949 pa-
una Elena que empapa de ideas alternati- ra, finalmente, apuntar que en el cente-
vas el discurso sobre el género, vigente, y nario de su nacimiento, el nombre de
lo distingue de discursos decimonónicos. Elena Arizmendi fue puesto a una calle

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 MIRADA CRÍTICA 129


MARCELA SUÁREZ

de la Colonia del Valle, a la tercera cerra- devolvió su importancia en la historia


da de Amores. cultural de México.
En suma, Gabriela Cano con su in-
vestigación y reflexiones rescató a Elena
Arizmendi de la simplificación, misoginia
y estereotipificación a la que fue con- Marcela Suárez
denada por obra de Vasconcelos, y le Departamento de Humanidades, UAM-A

130 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 MIRADA CRÍTICA


ARAVIND ADIGA
THE WHITE TIGER

Aravind Adiga, The White Tiger, London, I thought about it and said:
Atlantic Books, 2009. ´The white tiger.`
´That´s what you are, in this jungle.´1

I
Adiga cuenta la historia de Balram Halwai.
ndia –subcontinente lleno de historias, Era un niño extremadamente pobre, tan
de imágenes, de magia, de deidades ex- pobre que ni siquiera tenía nombre pro-
travagantes, es un universo colorido y pio porque nadie en su familia tenía
variado. El tigre blanco de Aravind Adiga tiempo para pensar en ello, afirma el au-
se inscribe en este mundo nutriéndose tor con un guiño de ironía. Ahora tiene
de la abundancia de sus imágenes, de sus una empresa de subcontratación en Ban-
sabores, olores y colores. Es la primera galore, ciudad en el sur de la India y cen-
novela del autor quien ganó con ella el tro de la tecnología donde se gestan las
prestigiado Man Booker Price en 2008. ciencias de informática y de computación,
El mundo está dividido, como dijo Ber- y las nuevas tecnologías.
tolt Brecht, los unos viven en la luz, los
De hecho, las empresas indias prospe-
otros en la oscuridad. Los otros, nosotros,
ran donde pueden evadir las normas y
la mayoría. Aravind Adiga sitúa su novela
en esta dicotomía fundamental de la vida
social. El protagonista es el tigre blanco, 1
Aravind Adiga, The White Tiger, London, Atlantic
único en su especie en una generación. Books, 2009, p.35.
El inspector me apuntó con su bastón.
The inspector pointed his cone straight at -Eres un chico inteligente, honesto y vivaz, aquí,
me. ´You, young man, are an intelligent, en medio de esta pandilla de brutos y de idiotas.
En una jungla, ¿cuál es el más raro de los animales,
honest, vivacious fellow in this crowd
la criatura que sólo aparece una vez en cada
of thugs and idiots. In any jungle, generación?
what is the rarest of the animals – the Yo reflexioné y dije:
creature that comes along only once in -El tigre blanco.
a generation?` -Eso es lo que tú eres en esta jungla.
(Versión española): Aravind Adiga, Tigre Blanco,
traducción de Santiago del Rey, Barcelona, Roca
Editorial de Libros, 2009, p.40.

131
CHRISTINE HÜTTINGER

reglamentaciones oficiales. Por ejemplo, la pobreza. A partir de un análisis de los


la ventaja comparativa de India en ser- insumos de energía calórica, determinan-
vicios como la subcontratación de pro- te para la sobrevivencia, llega a las si-
cesos empresariales se puede explicar guientes conclusiones:
en parte por dos factores: primero, el
1. La pobreza es dinástica, lo que im-
Estado nunca se decidió a regularla, y
plica baja movilidad social y, en tér-
segundo, a diferencia de los productos
manufacturados, las exportaciones de minos de política, significa que hay
estos servicios no se ven obstruidas que actuar, en primer lugar, en las ma-
por caminos en mal estado y fatigosos dres potenciales y en los primeros años
procesos aduanales. Mientras la líneas de vida.
de teléfonos y datos funcionan, el ne- 2. La política de reducción de pobreza
gocio camina.2 tiene que elaborar trajes a la medida:
una sola talla (un paquete único de
Balram Halwai, el tigre blanco, se entera beneficios) para todos los pobres,
de que Mr Jiabao, el primer ministro de no funciona.
China, visitará Bangalore y se propone re- 3. Las complementariedades importan
velarle la verdad sobre dicha ciudad. Bal- y son cruciales: la escuela y la clínica
ram admira a China que supera a India sin la nutrición inicial de la madre po-
en muchos aspectos, pero carece de em- tencial y del menor, se ven anuladas. Si
presarios. Por lo tanto, narra al primer mi- el escolar tiene hambre, la escuela no
nistro su propia biografía como modelo funciona. El corolario (casi explícito en
de un selfmade man. Es una historia lle- Dasgupta) es que sólo garantizando un
na de anécdotas y de sucesos, cuyo con- buen nivel de vida a todas las familias
texto implica un análisis crudo de la rea- y acceso a servicios básicos de calidad,
lidad contemporánea de la India que puede romperse el carácter dinástico
subyace a la riqueza de este país en el de la pobreza.
que, de hecho, se está abriendo una bre- 4. Hay una doble relación causa-efecto
cha social sin precedentes. Aravind Adiga entre pobreza y desigualdad, porque
presenta las condiciones y circunstancias mete a las personas en el ciclo vicio-
que impiden a la gente salir de la pobreza. so de la pobreza.3
Al contrastar la propuesta literaria de
Adiga con la del economista bangladeshi Parece que existen leyes fundamentales
Partha Dasgupta, primer economista en que rigen las condiciones en las que vive
ser postulado como miembro de la Royal la gente y que la mantienen en la pobre-
Society (Academia Británica de Ciencias) za. La desnutrición es un factor que tam-
llama la atención la convergencia de los bién atañe a México. Miguel Ángel Gra-
dos autores en lo que Dasgupta llama la nados Chapa entrevistó el 17 de agosto
trampa de la pobreza o ley de hierro de de 2010 en el programa radiofónico Pla-
za pública a Alejandro Calvillo, director
de la organización “El Poder del Consu-
2
Economist Intelligence Unit, “Gigantes Asiáticos.
La tortuga y la liebre”, traducción de Jorge Anaya,
en La Jornada, México, D.F., 27 de julio de 2010, 3
Boltvinik, Julio, “Economía moral”, en La Jornada,
p. 27. México, D.F., 9 de julio de 2010, p. 26.

132 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 MIRADA CRÍTICA


MIRADA CRÍTICA

midor” a propósito de la aprobación de familiar. Si hay excedente de leche, se


las normas de bajo perfil que regulan la puede vender y entra un poco de dinero.
venta de comida chatarra en las escuelas, La madre muere, cuando Balram era to-
comida de alcance fácil debido a la ló- davía un niño. Recuerda que llevan sus
gica capitalista de las redes de distribu- restos a las riberas del río Ganges en Va-
ción. Calvillo mencionó el ejemplo de un ranasi donde asiste al funeral. Quedó
pueblo paupérrimo en la región centro- fuertemente impactado por la resisten-
montaña de Guerrero, donde los niños cia del cadáver al ser incinerado, como si
gastan en promedio al día diez pesos en fuera un último intento para escapar del
comida chatarra, dinero proveniente del fango y del lodo del río que devorará, ca-
programa Oportunidades, como sostie- si de inmediato, los restos mortales. Es casi
nen algunos investigadores. Se impartió un Leitmotiv para Balram asociado con
un taller de nutrición, y con sólo cinco pe- el reino de la Oscuridad –como llama el
sos se está elaborando un desayuno es- mundo de los pobres– , y significa que la
colar que consiste de huevos, tortillas pobreza siempre estira sus dedos para ja-
y frijoles. En unos pocos meses desva- lar a los pobres y mantenerlos en su sitio.
necieron e, incluso, en algunos casos de-
saparecieron los signos de desnutrición Haven´t I succeeded in the struggle
evidentes, como son manchas en la piel that every poor man should be making
y despigmentación del cabello. – the struggle not to take the lashes
your father took, not to end up in a
¿Cuál es la trama de la novela? mound of indistinguishable bodies that
Balram Halwai es oriundo de Laxmangarh will rot in the black mud of Mother
en el distrito de Gaya al norte de la Ganga? (p. 318).5
India, cerca de un lugar donde el Buda
encontró su iluminación. Vive en el pueblo, entra a la escuela don-
I wonder if the Buddha walked through de también se muestran signos de corrup-
Laxmangarh – some people say he did. ción, por ejemplo, el maestro se queda
My own feeling is that he ran through it – con el dinero para los desayunos escola-
as fast as he could – and got to the other res y los uniformes que vende en el pue-
side – and never looked back! (p.18).4 blo vecino, pero:

Su padre era conductor de rickshaw, y No one blamed the school teacher for
Balram nació en el seno de una familia doing this. You can´t expect a man in
grande donde dominaba la abuela Ku- a dung heap to smell sweet. Everyone
sum. La preocupación central de la abuela in the village knew that he would have
es el búfalo, su peso y su salud porque done the same in his position. Some
de él depende la nutrición y la economía

5
¿No he salido victorioso de la lucha que debería
4
Me pregunto si el Buda cruzó alguna vez Lax- librar cada hombre pobre, es decir, de la lucha
mangarh. Hay quienes dicen que sí. Yo tengo la que has de librar para no recibir los latigazos que
sensación de que la cruzó corriendo –tan de- recibió tu padre y para no acabar en una montaña
prisa como pudo– hasta llegar al otro lado. ¡Y sin de cuerpos que se pudrirán en el lodo negro de la
mirar ni una vez atrás! (p. 24). Madre Ganges? (p. 294).

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 MIRADA CRÍTICA 133


CHRISTINE HÜTTINGER

were even proud of him, for having got the Darkness ist that good news becomes
away with it so cleanly. (p. 33).6 bad news – and soon. (p. 35).8

El padre quiere que por lo menos uno de Lo sacan de la escuela para poder pagar la
sus hijos viva como ser humano, como boda de su prima hermana para lo cual
hombre aún cuando el significado de ello la familia había tomado un crédito del ca-
quedó oscuro para Balram. cique Stork y tiene que empezar a traba-
jar. Poco después, el padre muere de un
My father sat panting against the mural problema pulmonar que se convierte en
of the Lord Buddha surrounded by the enfermedad mortal por la falta de aten-
gentle animals. ción médica. Los dos hermanos emigran
When he caught his breath, he said, a Dhanbad y trabajan en un tchai-shop,
´My whole life, I had been treated like a
limpiando mesas y partiendo carbones.
donkey. All I want is that one son of mine
– at least one – should live like a man.´
Conoce a Mr Ashok, su futuro patrón y
What it meant to live like a man was a trabaja para él como chofer. Pronto se
mystery. (p.30).7 trasladan a Nueva Delhi. Mr Ashok y su
esposa regresaron recientemente de Es-
En una ocasión llega un inspector escolar tados Unidos y se enfrentan ahora en la
quien llama a Balram el tigre blanco y le India con un entramado de corrupciones
promete una beca para seguir con sus abominables. Delhi significa embotella-
estudios. Pero en el Reino de la Osuridad, mientos, un tráfico desquiciado, hoteles
las buenas noticias pronto se convierten de lujo al lado de personas que se hacen
en malas. una fogata de bolsas de plástico para ca-
lentarse en el frío de la noche. La ciudad
Now, being praised by the school se encuentra en una actividad exacerba-
inspector in front of my teacher and fellow da de construcción, surgen nuevos ras-
students, being called a ´White Tiger´, cacielos, nuevos malls. El matrimonio de
being given a book, and being promised Mr Ashok y Pinky Madam quiebra. Bal-
a scholarship: all this constituted good ram mata a su patrón con una botella
news, and the one infallible law of life in de vidrio.
Adiga presenta un análisis amargo que
explica por medio de imágenes literarias
la incapacidad para romper las cadenas
6
Nadie culpó al maestro por ello. No puedes espe- de dependencia que sumergen a la gente
rar que un hombre encaramado en una monta-
ña de estiércol huela a rosas. En el pueblo todos en la pobreza. Entre las causas se encuen-
sabían que habrían hecho lo mismo en su lugar. tra no sólo el sistema de castas, tan ex-
Algunos incluso lo admiraban por haberse sali-
do con la suya sin ningún problema. (p. 38).
7
Luego se sentó jadeante y se apoyó en el mural del
Señor Buda rodeado de animalitos bondadosos. 8
Haber recibido los elogios del inspector delante
Cuando recuperó el aliento, me dijo: de mi maestro y de mis compañeros, y también el
–Durante toda mi vida, he sido tratado como nombre de “Tigre blanco”, y un libro de regalo y la
asno. Lo único que deseo es que uno de mis hijos, promesa de una beca, bueno, todo aquello pare-
por lo menos uno, viva como un hombre. cía una buena noticia. Pero la única ley infalible si
Qué significaba vivir como un hombre era para vives en la Oscuridad es que las buenas noticias se
mí un misterio. (p. 36). convierten en malas. Muy pronto. (p. 41).

134 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 MIRADA CRÍTICA


MIRADA CRÍTICA

traño para Occidente, sino en una red de Este mundo subordinado y oprimido no
vínculos familiares, traducidos a relaciones permite alternativa alguna a los que viven
económicas, y un sistema de jerarquías en el reino de la Oscuridad porque los que
que Aravind Adiga describe como “jaula siempre han mandado no permiten cam-
de las gallinas”. bio alguno, con sus metódos consabidos
como violencia, crueldad y corrupción.
When you get there, you´ll be told Las clases y castas dominantes no
we Indians invented everything from consienten ninguna alteración del orden
the internet to the hard-boiled eggs to preestablecido. A los pobres no les es
spaceships before the British stole it all concedido vivir en dignidad, como seres
from us.
humanos, como es el deseo del padre de
Nonsense. The greatest thing to come
out of this country in the ten thousand
Balram. Ascender en la escala social es
years of its history is the Rooster Coop. imposible para los pobres, excepto cuan-
Go to Old Delhi, behind the Jama do ellos toman la rienda y transgreden las
Masjid, and look at the way they keep leyes impuestas en un acto criminal, que
chickens there in the market. Hundreds puede ser incluso un asesinato.
of pale hens and brightly coloured
roosters, stuffed tightly into wire-mesh But isn´t it likely that everyone who
cages, packed as tightly as worms in a counts in this world, including our prime
belly, pecking each other and shitting minister (including you, Mr Jiabao), has
on each other, jostling just for breathing killed someone or other on their way to
space; the whole cage giving off a the top? Kill enough people and they
horrible stench – the stench of terrified, will put up bronze statues to you near
feathered flesh. On the wooden desk Parliament House in Delhi – but that
above this coop sits a grinning young is glory, and not what I am after. All
butcher, showing off the flesh and or- I wanted was the chance to be a man
gans of a recently chopped-up chicken,
still oleaginous with a coating of dark
blood. The roosters in the coop smell Vaya usted a la Vieja Delhi, detrás del Jama
the blood from above. They see the or- Masjid, y observe cómo las tienen en el mercado.
gans of their brothers lying around Cientos de pálidas gallinas y de gallos de colores
them. They know they´re next. Yet they vistosos, metidos a presión en jaulas de tela
do not rebel. They do not try to get out metálica, apretujados tan estrechamente como
las lombrices en el intestino, dándose picotazos
oft the cop. y cágandose unos encima de otros mientras for-
The very same thing ist done with hu- cejean para poder respirar. La jaula despide un
man beeings in this country. (p. 173 s.).9 hedor espantoso: el hedor de la carne aterrada.
En el mostrador de madera, por encima de la jau-
la, verá sentado a un joven carnicero que exhibe
con una gran sonrisa la carne y los despojos –aún
relucientes, con una capa de sangre oscura– de
9
Cuando venga usted aquí, le dirán que nosotros, una gallina recién troceada. Los gallos de la jau-
los indios, lo inventamos todo –desde Internet la huelen la sangre por encima de sus cabezas.
hasta el huevo duro y las naves espaciales–, an- Ven expuestos a su alrededor los órganos de sus
tes de que llegasen los británicos y nos lo roba- hermanos. Saben que ellos serán los siguientes. Y
ran todo. sin embargo, no hacen nada para rebelarse. No
Tonterías. El mayor invento que ha salido de este intentan escapar de la jaula.
país en sus diez mil años de historia es la jaula Exactamente lo mismo se hace en este país con
de gallinas. los seres humanos. (p. 163s.).

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 MIRADA CRÍTICA 135


CHRISTINE HÜTTINGER

– and for that, one murder was enough. que ata, inmisericorde, al karma, a las con-
(p. 318).10 diciones preestablecidas, y no hay reden-
ción, no hay justicia.
La diferencia entre el mundo de la Os-
curidad y el mundo de los ricos no sólo Brush.Brush. Spit.
se manifiesta en la desigualdad social. Why had my father never told me not
Mejor dicho, ésta se inscribe en el cuer- to scratch my groin? Why had my father
po de los seres humanos. Los cuerpos de never taught me to brush my teeth in
los de arriba narran otra historia que los milky foam? Why had he raised me to
de los de abajo. live like an animal? Why do all the poor
live amid such filth, such ugliness?
A rich man´s body is like a premium Brush. Brush. Spit.
cotton pillow, white and soft and blank. Brush. Brush. Spit.
Ours are different. My father´s spine was If only a man could spit his past out so
a knotted rope, the kind that women easily. (p.151).12
use in villages to pull water from the
wells; the clavicle curved around his Una y otra vez se menciona la servidum-
neck in high relief, like a dog´s collar; bre y el vínculo de lealtad que caracteriza
cuts and nicks and scars, like little whip la relación entre amo y siervo.
marks in his flesh, ran down his chest
and waist, reaching down below his She would sit in the back, and the two
hipbones into his buttocks. The story of of them would talk, and I would drive
a poor man´s life is written on his body, them wherever they wanted, as faithfully
in a sharp pen. (p. 26s.).11 as the servant-god Hanuman carried
about his master and mistress, Ram and
El nacimiento, parece decir Adiga, signifi- Sita. (p. 46).13
ca una condena para el resto de la vida
La esposa del patrón, Pinky Madam, atro-
10
Pero ¿no podría ser que todos los que cuentan pella a una persona y quien pagará la cul-
en este mundo, incluido nuestro primer ministro
(incluido “usted”, señor Jiabao), hayan matado a pa es Balram, el chofer.
uno u otro en su camino hacia la cima? Mata al
número suficiente y te levantarán estatuas de
bronce cerca de la Casa del Parlamento… Aunque
eso sería la gloria, y no lo que yo persigo. Lo que
12
Cepillé y cepillé. Escupí.
yo quería era la oportunidad de ser un hombre. Y Cepillé aún más. Escupí.
para eso, me bastó con un asesinato. (p. 294). ¿Por qué no me había dicho mi padre que no me
11
El cuerpo de un hombre rico es como un cojín rascara la ingle? ¿Por qué no me había enseñado
de algodón de primera calidad: blanco, blando y a cepillarme los dientes con una pasta dental
liso. Los nuestros son diferentes. La columna de espumosa? ¿Por qué me había educado para vivir
mi padre era como una cuerda llena de nudos, como un animal? ¿Por qué viven los pobres entre
como las que usan las mujeres en los pueblos para toda esa mugre, entre tanta fealdad?
sacar agua del pozo; su clavícula trazaba una cur- Cepillé y cepillé.
va protuberante en torno al cuello, como el collar Cepillé más y más. Escupí.
de un perro; infinidad de cortes, muescas y ci- ¡Si uno pudiese escupir su pasado tan fácilmente!
catrices, como si fueran las marcas de un látigo, (p. 144).
cubrían todo su pecho hasta la cintura, e incluso
13
Se sentaban allí atrás y se ponían a charlar, y yo
hasta la cadera y los glúteos. La historia de un los llevaba a donde quisieran, con la misma fideli-
hombre pobre está escrita en su cuerpo con dad con la que el dios-siervo Hanuman conducía
un lápiz muy afilado. (p. 32). a su señor y su señora, Ram y Sita. (p. 49).

136 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 MIRADA CRÍTICA


MIRADA CRÍTICA

The jails of Delhi are full of drivers who tivos empleados construyen un univer-
are there behind bars because they are so cerrado y de alusiones múltiples en
taking the blame for their good, solid su interior. Ejemplo de ello es el cuello,
middle-class masters. We have left the por un lado, el lugar favorito del niño del
villages, but the masters still owns us,
cuerpo del padre; y el lugar donde su
body, soul, and arse.
patrón recibirá la muerte. Adiga refiere

dos muertes, ambas ejecutadas con los
Doesn´t the driver´s family protest?
Far from it. They would actually go filosos restos de un recipiente roto, una,
about bragging. Their boy Balram had cuando el padre, enfurecido porque su
taken the fall, gone to Tihar Jail for his hijo salió de la escuela aterrorizado por
employer. He was loyal as a dog. He was una lagartija, toma una vasija y mata al
the perfect servant. (p.169).14 animal, y años después, el hijo rompe una
botella para asesinar a Mr Ashok. Hay
Existe un entramado complejo entre las dos imágenes de impacto particular, la de
relaciones de servidumbre, de lealtad, de la jaula de las gallinas ya citada, y la del
complicidad e identificación con el otro, búfalo jalando una carreta con cabezas
y la conservación del status quo. muertas de otros búfalos, una alusión a la
familia asesinada de Balram.
I put my hand out and wiped the vomit Los habitantes del reino de la Oscuri-
from his lips, and cooed soothing words dad están condenados a ser perdedores,
to him. It squeezed my heart to see him siempre. No tienen escapatoria ni del ha-
suffer like this – but where my genuine cinamiento en que viven, ni de la falta
concern for him ended and where my
de recursos para satisfacer sus necesida-
self-interest began, I could not tell: no
des elementales; y si se asoma el atisbo de
servant can ever tell what the motives of
his heart are. (p.187).15 una posibilidad, los lazos de las formas
simbólicas, del capital simbólico y de los
La novela tiene la estructura de una carta hábitos –para usar la terminología de
autobiográfica redactada durante siete Pierre Bourdieu– impiden un ascenso so-
noches. Arranca con partes del retrato cial. Es poco lo que pueden acumular
hablado de Balram. Los elementos narra- como capital simbólico, como el orgullo
de Balram por los cuatros poetas árabes
cuyos nombres nadie conoce; pero la
14
Las cárceles de Delhi están atiborradas de poesía, tampoco les sirve; es más, los an-
conductores que han acabado entre las rejas para
cargar con la culpa de sus buenos amos, de esa cla más en sus circunstancias condenato-
gente tan seria y tan de fiar. Hemos abandonado rias. La poesía, la literatura, lejos de cons-
los pueblos, pero ellos son todavía nuestros tituir un arma para cambiar la situación
dueños, en cuerpo y alma y trasero.

¿No protesta la familia del conductor? Al contra-
rio. La familia va por allí alardeando de ello. Su
chico Balram ha pagado los platos rotos y está en
la cárcel Tihar para salvar a su patrón. Siempre el corazón al verlo sufrir de aquel modo. Pero
ha sido leal como un perro. El criado perfecto. dónde acababa mi preocupación por él y dónde
(p. 161). empezaba mi propio interés, eso no habría sabido
15
Le saqué el vómito de los labios con la mano y lo decirlo. Ningún criado pude llegar a decir cuáles
arrullé con palabras consoladoras. Se me encogía son los móviles de su corazón. (p. 176).

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 MIRADA CRÍTICA 137


CHRISTINE HÜTTINGER

social y propiciar un cambio, sirve para for the poor, left them signs and symbols
conservar el status quo. in poems, which appear to be about
roses and pretty girls and things like
He read me another poem, and another that, but when understood correctly
one – and he explained the true history spill out secrets that allow the poorest
of poetry, which is a kind of secret, a man on earth to conclude the ten-
magic known only to wise men. Mr thousand-year-old-war on terms favou-
Premier, I won´t be saying anything new rable to himself. (p. 254).16
if I say that the history of the world is
the history of a ten-thousand-year war Con su libro, Adiga emite un juicio con-
of brains between the rich and the poor. tundente y devastador sobre las relacio-
Each side is eternally trying to hood- nes humanas en general, y sobre la situa-
wink the other side: and it has been this ción que se vive en la India, en particular.
way since the start of time. The poor win
a few battles (the peeing in the potted
plants, the kicking of the pet dogs, etc.)
but of course the rich have won the war
for ten thousand years. That´s why, one
Christine Hüttinger
Departamento de Humanidades, UAM-A
day, some wise men, out of compassion

16
Me leyó otro poema, y otro más, y me explicó
la verdadera historia de la poesía, que es una
especie de secreto, una magia sólo conocida por
los hombres más sabios. Señor primer ministro, no
diré nada nuevo si digo que la historia del mun-
do es la historia de una guerra psicológica de diez
mil años entre los pobres y los ricos. Cada bando
intenta eternamente engañar al contrario. Y así ha
sido desde el principio de los tiempos. Los pobres
ganan unas batallas (se mean en las macetas, les
dan patadas a las mascotas, etc.), pero los ricos, por
supuesto, llevan diez mil años ganando la guerra.
Por ello, algunos sabios, movidos por la compasión
hacia los pobres, decidieron un día dejarles una
serie de signos y símbolos en poemas que hablan
en apariencia de rosas, de hermosas doncellas y
de cosas parecidas, pero que –correctamente
entendidos– entrañan secretos que permitirían al
hombre más pobre de la Tierra concluir esa vieja
guerra psicológica de diez mil años de un modo
favorable para él. (p. 235).

138 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 MIRADA CRÍTICA


SINOPSIS

Intelectuales y poder en el porfiriato. autores que habían participado en “la


Una aproximación al grupo de los cien- bola” o habían sido testigos de ella. Este
tíficos, 1892-1911 trabajo se ocupa de las obras selecciona-
Este artículo explora la compleja relación das por Castro Leal, en las que hay nove-
de los intelectuales con el poder en la las, estampas, relatos y memorias; además
sociedad mexicana de finales del siglo XIX menciona algunas novelas no incluidas en
y principios de siglo XX, para lo cual se la antología, que con el paso del tiempo
analiza la conformación del grupo de los se han convertido en referencia obligada
científicos –así como su estrecha relación para todos los interesados en el tema.
y participación en la administración del
general Díaz– y los postulados esencia-
les de su política. Luego, se elaboran seis Un poeta y la Revolución: “El Coronelito”,
microbiografías de pensadores positivis- cuento de Elías Nandino
tas relevantes pertenecientes a dicho gru- La Revolución apareció en forma distinta
po en su propio contexto de vida. Fi- en la obra de las y los escritores mexicanos
nalmente, se realiza una reflexión crítica que la aprovecharon como tema de poe-
sobre algunos de los efectos sociopolíti- mas, narraciones, ensayos y piezas tea-
cos de la relación entre ideología porfi- trales. Elías Nandino (1900-1993), poeta
rista y la búsqueda reformista de la “po- jalisciense, la incorporó como asunto no
lítica científica”. sólo dentro de sus memorias, sino en un
cuento poco conocido; se trata de “El
Coronelito” (1951). ¿Cuál es su ubicación
A medio siglo de la aparición de La no- en el marco de la obra nandiniana?, ¿qué
vela de la Revolución Mexicana aspecto de la Revolución podía intere-
En 1960, al cumplirse medio siglo del sarle a un poeta?, ¿por qué elegir la prosa
inicio de la Revolución Mexicana, don para aproximarse al tema?, ¿de qué ma-
Antonio Castro Leal preparó una antolo- nera su poesía habitaría en el relato? Tales
gía de piezas narrativas inspiradas en “la son las preguntas que intenta responder
fiesta de las balas”, y escritas por doce el artículo.

139
La Revolución cubana en la prensa me- Con mirada colonialista, El Iris invitó a sus
xicana (1964) lectores a unirse a la civilización europea
En un contexto de “Guerra Fría”, la Revo- racionalista, a través de la imitación de
lución Cubana polarizó a América Latina. las normas de comportamiento, estilos
La Organización de Estados Americanos de vida, gustos gastronómicos, artísticos
expulsó a Cuba, y México fue el único país y literarios, propios de la modernidad.
que en 1964 asumió la resolución de se- Gracias al análisis de Trajes religiosos,
guir manteniendo relaciones diplomáti- civiles y militares de México, del mismo
cas con la isla antillana. Las reacciones Claudio Linati, obra publicada en Bélgica,
de algunos periódicos representativos de se muestra cómo dicho litógrafo presentó
la opinión pública mexicana ante ésta del un programa de exploración en virtud
gobierno del Presidente López Mateos, del cual los tipos de algunos mexicanos
permiten apreciar los alcances y matices fueron considerados objeto de un estudio
del anticomunismo en la prensa nacional, científico, con el fin de censurarlos y tra-
así como los límites de la relación que tar de transformarlos.
se daba entre la prensa y el Estado. Se revisa finalmente en este artículo, Los
Mexicanos pintados por sí mismos, obra
escrita “por una sociedad de literatos de
Sobre El Iris de Linati y Los mexicanos México” la cual, aunque sigue el modelo
pintados por sí mismos inglés de Heads of the people, tiene el
En este artículo se destaca los nexos en- mérito de ser el primer libro de este tipo
tre la génesis de la litografía nacional y elaborado por mexicanos, en un acerca-
el proceso de construcción del perfil de miento a la vida cotidiana, en el que
México y lo mexicano. intervinieron tanto los litógrafos como las
Por medio del análisis de los ideales car- plumas más destacadas del momento,
bonarios y de la convicción masónica buscando un realismo verosímil a la ma-
de José María Heredia, Claudio Linati y nera del costumbrismo bourgeois.
Florencio Galli, editores del periódico El
Iris, se destaca la defensa que este diario
hizo de los ideales de libertad, república
y democracia. Dicha revista estableció,
además, el panteón de los héroes de la
independencia, del que eliminó a Agustín
de Iturbide.

140 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 SINOPSIS


Algunos aspectos psicoanalíticos en “La a plasmar la función de cada instancia en
última niebla” de María Luisa Bombal. el horizonte de expectativas que el lec-
Se trata de un ensayo en el que se analiza tor adquiere con la cultura de su época
uno de los cuentos de la breve obra y ejerce al realizar la lectura. Se sostiene
narrativa de la escritora chilena, María la tesis de que cada lectura es una nueva
Luisa Bombal nacida en 1910, a través decodificación del texto, y que el sentido
de los conceptos freudianos de fantasía, último de la obra lo establece el lector.
duelo, melancolía e idetificación se aborda
“La última niebla”, texto de indudable
calidad literaria y que presenta multiples Derecho, violencia y género en el México
posibilidades de interpretación. de los albores del siglo XXI
El trabajo aborda el tema de la imparti-
ción de justicia en México desde la pers-
El texto y el lector pectiva de género. Analiza, además, los
El objetivo de este artículo es caracteri- temas de violencia, construcción social
zar el texto, al lector y la experiencia esté- de sexo y género, así como derecho pe-
tica, dentro de la teoría de la recepción. nal. El estudio enfoca su atención en el
El marco teórico son las concepciones tratamiento que el derecho hace del abor-
de Hans Robert Jauss y Wolfgang Iser. El to, el trabajo y la violencia sexuales.
enfoque es cognitivo-estético, y se tiende

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 SINOPSIS 141


COLABORADORES

César Arturo Velázquez Becerril en Literatura Mexicana del siglo XX (UAM -Azca-
Profesor-Investigador del Área de Polemología potzalco). Su línea de investigación más recien-
y Hermenéutica del Departamento de Política y te se centra en la recepción de la escritura de
Cultura de la Universidad Autónoma Metropo- mujeres en la historiografía literaria mexicana.
litana, Unidad Xochimilco [cavelaz@correo.xoc.
uam.mx].
Nora Pérez Rayón
Doctora en historia y profesora investigadora del
Oscar Mata Departamento de Sociología en la UAM -Azca-
Doctor en Literatura Mexicana por la UNAM y potzalco. Ha publicado los libros Entre la Tradición
profesor-investigador del Departamento de Hu- señorial y la modernidad. La familia Escandón y
manidades de la UAM -Azcapotzalco. Becario del Barrón y Escandón Arango (1890-1910), México,
Centro Mexicano de Escritores en 1970, ganador UAM, 1995 y Percepciones y valores en la gran
del Premio Internacional de Ensayo Literario prensa capitalina, UAM -Porrúa, 2001. Ha parti-
Malcolm Lowry en 1987 y del Premio Nacional cipado como coautora en libros publicados por
de Ensayo Literario José Revueltas en 1991. Ha el FCE, el Instituto Mora, la ENAH, el INEHRM y
publicado, entre otros, los siguientes libros: publicado en revistas especializadas de histo-
Palabras (1974), San Malcolm en las cantinas ria y sociología.
(1988, 1998, 2007), Un océano de narraciones
(1991), La novela corta mexicana del siglo XIX
(1999 y 2003), Juan José Arreola, maestro edi- Daniel Santillana
tor (2002). Maestro de educación primaria. Licenciado en
Letras Hispánicas (UAM-I). Maestría en Estudios
de Asia y África –literatura japonesa– (COLMEX).
Leticia Romero Chumacero Doctorante en Letras Mexicanas del s. XIX (UNAM).
Profesora-investigadora de tiempo completo en Doctorante en Letras Japonesas (COLMEX). Edi-
la Universidad Autónoma de la Ciudad de Mé- tor y traductor japonés-español. Profesor de Fi-
xico, plantel Cuautepec. Actualmente prepara losofía Novohispana en la Maestría en Cultura
una tesis para obtener el grado de doctora en Virreinal, UCSJ.
Humanidades (línea Teoría literaria) en la UAM -
Iztapalapa. Cursó la maestría en Letras (UNAM),
un master en Estudios de la Diferencia Sexual
(Universidad de Barcelona) y la especialidad

142
Alejandra Herrera así como en Cuadernos sobre Vico, Universidad
Profesora e investigadora de la UAM -Azcapot- de Sevilla, España (2006); Revista de Filosofía,
zalco. Estudió la licenciatura en Filosofía y la Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela
maestría en Letras Mexicanas en la Universidad (2008). Artículos recientes: “Jaime Sabines: lo
Nacional Autónoma de México. Ha publicado poético de las cosas”, en Casa del Tiempo, núm.
antologías y artículos de investigación en diver- 26-27, Universidad Autónoma Metropolitana,
sas revistas especializadas. México, dic. 2009/enero 2010. “La racionalidad
del poder en Maquiavelo”, en Logos. Revista de
Filosofía, No. 112, Universidad La Salle, México,
Alejandra Watty 2010. “Ciencia y técnica en Heidegger”, en Bajo
Licenciada en Psicología por la Universidad Ibe- palabra. Revista de filosofía, núm. 4, Universi-
roamericana y realizó la Maestría en Psicoterapia dad Autónoma de Madrid, España, 2010.
General en la Asociación Psicoanalítica Mexi-
cana A.C. (Actualmente en proceso de titula-
ción). Ha publicado artículos de investigación en Marcela Suárez Escobar
revistas especializadas, y ha participado como Licenciada en Sociología, Maestra en historia,
ponente en congresos y jornadas de Psicología. candidata a Maestra en derecho, Maestra en
psicoanálisis y Doctora en historia es profesora
de tiempo completo en la Universidad Autóno-
Silvestre Manuel Hernández ma Metropolitana Azcapotzalco. Autora de dos
Investigador en Ciencias Sociales y Humanida- libros y de diversos artículos. Se encuentra prepa-
des, UAM-I. Publicaciones en el área de filosofía, rando un libro sobre el delito visto desde la pren-
literatura, sociología y teoría literaria en revis- sa en los inicios de la modernidad mexicana.
tas nacionales de investigación especializada;

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 COLABORADORES 143


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS
AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Año 10, 1er Semestre de 2000, núm. 20 Literatura


Felipe Sánchez Reyes
Historia Los años falsos, años de desolación, p. 57.
Javier Rico Moreno
Modernidad y periodización de la his- Teatro
toriografía mexicana de los siglos XIX y Alejandro Ortiz Bullé Goyri
XX, p. 3. Rosario Castellanos: la palabra hacia el
espacio, p. 69.
Historia
José Ronzón León Historia
La construcción de la memoria: Rosalía Velázquez Estrada
Manuel B. Trens y sus historias estatales, John Kenneth Turner autor del México
p. 15. bárbaro. Su horizonte de enunciación,
p. 77.
Historia
José Marcos Medina Bustos Historia
Representaciones de una identidad re- Rosaura Hernández Monroy
gional, Sonora (1822-1850): el tiempo La pervivencia del discurso colonial
ideal de las misiones y los presidios, después de la Independencia mexicana,
p. 25. p. 91.

Literatura Historia
Angélica Tornero Nicolás Cárdenas García
Muerte, apelo a tu rigor (sobre Muerte ¿A quién debemos el orden de las pala-
sin fin de José Gorostiza), p. 39. bras?: el autor como problema historio-
gráfico, p. 101.
Literatura
Marisol del Carmen Salmones Martínez
Tres estancias de Sindbad el varado,
p. 47.

144
ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Estudios de género Año 11, 1er Semestre de 2001,


Ana María Peppino Barale núm. 21/22
Movimiento de mujeres, de los espa-
cios privados a los espacios públicos, Estudios de género
p. 113. Elsa Muñiz García
Garcones, flappers y pelonas en la
Historia década fabulosa: ¿de qué modernidad
Teresita Quiroz Ávila hablamos?, p. 3.
Destino es origen: fraccionamiento San
Álvaro y colonia el imparcial, p. 123. Estudios de género
Marcela Suárez Escobar
Documento La sexualidad y el discurso sobre el
Yvonne Cansigno género en el imaginario social mexicano
Presenta y traduce “Jacobo Daciano en de los albores del siglo XIX, p. 17.
Tarecuato” de J.-M. G. Le Clézio, p. 131.
Estudios de género
Mirada crítica Guadalupe Ríos de la Torre
Saúl Jerónimo / Valeria Cortés, p. 13. Imágenes de las mujeres públicas, p. 27.

Fotografía Literatura
Antonio Marquet Margarita Alegría de la Colina
Pasado y presente de la colonia Juárez Del viaje onírico al terreno imaginario
en un poeta del siglo XIX, p. 35.
Índices generales de Fuentes Humanís-
ticas, 1-19, p. 142 Literatura
Begoña Arteta Gamerdinger
Sinopsis de los artículos de Fuentes Hu- La quinta modelo, p. 45.
manísticas 20, p. 159.
Filosofía
Colaboradores de Fuentes Humanísti- Ernesto Sosa
cas 20, p. 162. En torno a la posmodernidad, p. 53.

Filosofía
Silvestre Manuel Hernández
Comprensión y experiencia del arte en
Gadamer, p. 69.

Literatura
Nicolás Amoroso Boelcke
La espacialidad en la narrativa, p. 83.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL 145


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Literatura Hemerografía
Francisco Daniel Téllez Alejandro Ortiz Bullé Goyri
José Carlos Becerra: vértices de su El espectador, p. 175.
tiempo poético, p. 93.
Mirada crítica
Historia Teatro en Londres, nueva literatura me-
Edelmira Ramírez Leyva xicana, Michel Matelas, Cecilia Naran-
Magia colonial: sincretismo de culturas, jo, p. 177.
p. 107.
Sinopsis de los artículos de Fuentes
Literatura humanísticas, 21/22, p. 196.
Oscar Mata Juárez
El herbario de consuelo llorente: Aura, Colaboradores de Fuentes humanísti-
p. 117. cas, 21/22, p. 198.

Teatro
Antonio Marquet
Violencia y placer: en torno a Dulces
compañías de Oscar Liera, p. 123.

Lingüística
Gloria Cervantes
Desarrollo de habilidades argumentati-
vas en la lengua escrita, p. 135.

Lingüística
Gabriela Cortés, Francisco Rojas y Vida
Valero
Métodos de evaluación lingúistica en
lenguas extranjeras de la UAM-A (caso
particular: inglés), p. 145.

Lingüística
Martha Islas
Categorías funcionales y otros aspectos
de su complementaridad, p. 155.

Literatura
María Rosa Palazón
Locuras de amor y musas, p. 171.

146 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Año 12, 2° Semestre de 2001, núm. 23 Lingüística


Ramfis Ayús Reyes
El devenir del discurso. Glosas para la
Estudios del género interpretación del Cratilo, p. 93.
Elsa Muñiz
Alejandra Kollontai: la influencia de su Psicoanálisis
pensamiento en las feministas mexica- Marta Gerez Ambertín
nas radicales (1920-1935), p. 3. Entre el aburrimiento y el amor: la me-
táfora, p. 101.
Estudios de genero Fluctuat nec mergitur (Flota sin sumer-
Margarita Alegría y Marcela Suárez girse), p. 105.
Los discursos para la formación del
género y la familia en la construcción Historia
del estado liberal en México 1867-1910, María Elvira Buelna Serrano
p. 17. Indígenas e Inquisición en Nueva Espa-
ña. Procesos de aculturación en la épo-
Estudios de género ca de la Conquista de México, p. 109.
Ana María Peppino Barale
Por una equidad histórica. Escritos de Entrevista
mujeres sobre mujeres, p. 29. Ezequiel Maldonado
Augusto Roa Bastos y su renovado exilio
Literatura del país natal, p. 123.
Humberto Guerra
La ironía como método prosopopéyico Fotografía Yolanda Andrade
en la estatua de sal, p. 39.
Hemerografía
Literatura Antonio Marquet
Alejandra Herrera Litoral, espacio para el erotismo, p. 133.
Literatura, religión y homosexualidad.
Análisis de un personaje de Severino Mirada crítica
Salazar, p. 59. Enrique López Aguilar
El insomnio y la caída (sobre La caída y
Literatura la noche de Vladimiro Rivas), p. 139.
José Francisco Conde Ortega
Juan de Dios Peza: ecos de la voz, p. 67. Mirada crítica
Yvonne Cansigno Gutiérrez
Literatura Estrella errante de J. M. G. Le Clézio,
Silvestre Manuel Hernández p. 142.
Cuestionamientos teóricos en teoría
literaria, p. 77. Sinopsis de los artículos de Fuentes
humanísticas, 23, p. 147.
Colaboradores de Fuentes humanísti-
cas, 23, p. 149.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL 147


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Año 13, 1er semestre de 2002, núm. 24 Lingüística


Ma. Dolores Serrano Godínez
La educación bilingüe en Canadá y los
Teatro Estados Unidos, p. 83.
Armando Partida
La elusión, recurso dramático traicio- Sociología
nado en Crónica de un desayuno, p. 3. Isabel Font Playán, Patricia Gudiño
Pérez, Arturo Sánchez Martínez
Literatura Juegos de mesa: ¿tradicionales o vir-
Miguel Ángel Flores tuales?, p. 91.
Octavio Paz: una biografía privilegiada,
p. 13. Historia
Edelmira Ramírez Leyva
Literatura La construcción del virtuosismo en las
Humberto Guerra “vidas” de religiosos, p. 101.
La formación intelectual de Salvador
Novo en La Estatua de sal, p. 25. Historia
Guadalupe Ríos de la Torre
Teatro El mundo de las prostitutas del México
Alejandro Ortiz Bullé-Goyri de 1920, p. 111.
Antonin Artaud y el ambiente teatral
mexicano de los años treinta, p. 41. Historia
José Francisco Conde Ortega
Literatura La censura: una amarga costumbre,
Azucena Rodríguez Torres p. 117.
El complot mongol: construcción de
una novela, p. 49. Radio
Ana María Pepino Barale
Lingüística El valor de la palabra radiofónica de las
Gloria Cervantes Sánchez mujeres, p. 123.
La autocorrección, una herramienta de
aprendizaje, p. 59. Ilustración
Antonio Gada
Lingüística
Amado Manuel González Castaño Mirada crítica
El aprendizaje y el texto electrónico, Elías Trabulse, Antonio Marquet, Leticia
p. 67. Flores, Tatiana Bubnova, p. 134.

Lingüística Sinopsis de los artículos de Fuentes


Yvonne Cansigno Gutiérrez humanísticas, 24, p. 154.
El texto descriptivo en la enseñanza-
aprendizaje de una lengua extranjera, Colaboradores de Fuentes humanísti-
p. 73. cas, 24, p. 156.

148 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Año 14, 2002-2003, núms. 25/26 Literatura


Joaquina Rodríguez Plaza
Asedios a Francisco Hernández, p. 113.
Estudios del género
Elsa Muñiz Literatura
Cuerpo, imagen y felicidad. Para reedi- Enrique López Aguilar
tar la cultura de género, p. 3. Ars magna combinatoria: Borges y Cal-
vino, p. 131.
Estudios de género
Antonio Marquet Literatura
Aceras salvajes: la ciudad de México Sergio Segura Estrella
gay, p. 15. Elena Garro: la otra memoria, p. 141.

Estudios de género Literatura


Margarita Alegría de la Colina Gloria Ito Sugiyama
Las señoritas en los calendario del siglo El papel de juego en la obra de Julio
XIX, p. 41. Cortázar: “Graffiti”, p. 151.

Crítica literaria Cine


Silvestre Manuel Hernández Alejandro Ortiz Bullé Goyri
Canon y corpus literario en Latinoamé- Fernando de Fuentes y la búsqueda
rica, p. 49. de un cine de la Revolución Mexicana,
p. 161.
Crítica literaria
Ramfis Ayús Reyes Literatura
La narrativa como acción: notas para una Ociel Flores Flores
revisión del análisis narrativo, p. 63. La segunda traición de Judas, p. 175.

Historia Literatura
Ana María Morales Alejandra Herrera y Vida Valero
Entre la historia y la ficción: las materias La utopía en ¡Pájaro vuelve a tu jaula!
narrativas medievales, p. 73. de Severino Salazar, p. 189.

Historia Literatura
Óscar Cuéllar Saavedra y Augusto Vicente Francisco Torres
Bolívar Espinoza La ciudad cárcel de José Revueltas, p. 199.
Libertad del hombre y autoridad del Es-
tado en Humboldt, p. 85. Literatura
Marcela Suárez Escobar
Historia El pensamiento europeo y la medicina
Carlos Gómez Carro mexicana en el siglo XIX, p. 205.
¿Pudo existir Juan Diego?, p. 103.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL 149


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Literatura Año 15, 2° semestre de 2003, núm. 27


Elena Madrigal
Mirada sobre la mirada: seis fotografías
y seis poemas de Eliseo Diego, p. 211. Dossier Quebec
Simon Langlois
Mirada crítica Refundación de la nación de Quebec,
Rulfo, Paz, Partida, Burguess, Derrida, p. 3.
Preljocaj, Mestries, p. 219.
Dossier Quebec
Quehacer humanístico María de Lourdes Aranda Franco
María Luna, Martha Ortega, Rosaura El movimiento independiente en Que-
Hernández, p. 242. bec y sus repercusiones culturales,
p. 25.
Sinópsis de los artículos, p. 245.
Dossier Quebec
Colaboradores de Fuentes humanísti- Elena Madrigal
cas, 25-26, p. 247. Nicole Brossard y su decir el cuerpo en
lésbico, p. 37.

Dossier Quebec
Claude Poirier
Quebec: un francés de América, p. 49.

Dossier Quebec
Ociel Flores
Langagement: la lengua del compromi-
so, p. 59.

Historia
Rosaura Hernández Monroy
Vasos comunicantes. La penetración
cultural en la frontera norte, p. 67.

Literatura
Lilia Granillo Váquez
“Vida de asociación”: escritoras en so-
ciedades y academias del siglo XIX, p. 77.

Lingüística
Oralia Gómez Ramírez.
La influencia del inglés en la literatura
de la frontera, p. 93.

150 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Literatura Año 16, 1er semestre de 2004, núm. 28


Christine Hüttinger
Una introducción a la obra poética de
Theodor Kramer, p. 103. Dossier minorías
Elisabeth A. Mager Hois
Literatura Las minorías étnicas en el mundo glo-
Severino Salazar bal, p. 3.
Tres encuentros con Amparo Dávila,
p. 113. Dossier minorías
Ezequiel Maldonado
Literatura Los choles de Chiapas y su camino a
Vicente Francisco Torres utopía, p. 17.
Capitanes de ingenio, p. 119.
Dossier minorías
Literatura Elsa Muñiz
Vladimiro Rivas Multiculturalismo, cuerpo y género: un
Bartleby y las encantadas de Herman debate contemporáneo, p. 29.
Melville: dos manifestaciones del nihi-
lismo, p. 125. Dossier minorías
Antonio Marquet
Ilustración “Me importa un bledo”: reflexiones en
René Derouin torno a la homofobia, p. 43.

Mirada crítica Literatura


Oscar Mata, Enrique Serna, Alejandro Ana María Morales
Ortiz Bullé Goyri, Ernesto Sosa, Melissa Las últimas estrofas del Canto a un dios
M. Martínez Lemus, Elena Pujol, mineral o la alquimia del verbo, p. 63.
Vladimiro Rivas, p. 132.
Literatura
Sinopsis de los artículos incluidos en Ernesto Sosa
Fuentes humanísticas 27, p. 156. La geografía crítica de Octavio Paz, p. 77.

Colaboradores de Fuentes humanistícas Literatura


27, p. 159. Jesús Eduardo García Castillo
La estructura especular de dama de
corazones de Xavier Villaurrutia, p. 95.

Literatura
Azucena Rodríguez Torres
Tradición nacional y literatura fantástica:
José Emilio Pacheco, p. 111.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL 151


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Literatura Año 16, 2° semestre de 2004, núm. 29


Alejandra Herrera y Vida Valero
La mujer de José García en El libro
vacío, p. 127. Dossier reflexiones en torno al cuerpo
Elsa Muñiz
Historia Pensar el cuerpo, p. 3.
Danna Levin Rojo
La configuración del fracaso en la obra Dossier reflexiones en torno al cuerpo
y hazañas de Alvar Núñez Cabeza de Edelmira Ramírez Leyva
Vaca, p. 135. Transfiguraciones. Prodigios entre los
re-ligiosos novohispanos, p. 13.
Historia
Tomás Bernal Alanís Dossier reflexiones en torno al cuerpo
Antonio Caso y el problema nacional, Marcela Suárez Escobar
p. 153. El cuerpo y la medicina en el último
tercio del siglo XIX, p. 31.
Cine
Álvaro Vázquez Mantecón Dossier reflexiones en torno al cuerpo
La censura en el cine mexicano de los Margarita Alegría de la Colina y
años cuarenta, p. 163. Graciela Sánchez Guevara
¡Vámonos con Rafael F. Muñoz!, p. 177. El cuerpo, un texto publicitario en la so-
ciedad contemporánea, p. 47.
Ilustración
Francisco Gerardo Toledo Ramírez Dossier reflexiones en torno al cuerpo
Sarah Corona Berkin
Mirada crítica La comunicación y las imágenes del cuer-
Luis González y González. Teófilo po en la fotografía huichol, p. 63.
Espinosa Castañeda. George Bataille.
Mary Vaughan, p. 188. Literatura
María Rosa Palazón Mayoral
Quehacer humanístico El valor heurístico de las metáforas y de
Tercer Coloquio de Lenguas Extranjeras. la literatura, p. 71.
Tatiana Sorókina, p. 203.
Literatura
Sinopsis de las colaboraciones de Elena Madrigal
Fuentes humanísticas 28, p. 208. “Este niño sabio y retorcido” (niños del
teatro lorquiano), p. 83.
Colaboradores de Fuentes humanísticas
28, p. 210. Literatura
Alejandra Herrera
Aproximación a Dama de corazones de
Xavier Villaurrutia, p. 91.

152 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Literatura Año 17, 1er semestre de 2005, núm. 30


Andréas Pfersmann
“Le jardin secret de ton áme…” l´intime
selon freud et schinitzler, p. 99. Alejandro de la Mora
El número treinta, p. 3.
Historia
J. Carlos Vizuete Mendoza Dossier espectáculos, diversiones,
Las órdenes religiosas en castilla-la esparcimiento y tiempo libre
mancha, siglos XV-XIX, p. 115. José Ronzón
Presentación, p. 5.
Lingüística
Ociel Flores Flores y Gerardo Alfonso Dossier espectáculos, diversiones,
Pérez Barradas esparcimiento y tiempo libre
La autonomía en el aprendizaje de una Vladimiro Rivas Iturralde
lengua extranjera, p. 131. El kitsch de la ópera, p. 7.

Ilustración Dossier espectáculos, diversiones,


Fernando Guevara esparcimiento y tiempo libre
Lilia Granillo Vázquez
Mirada crítica Escritura femenina y tiempo libre: ocio
Alejandro Ortiz Bullé Goyri. José literario y premiaciones de mujeres en
Ronzón. Marisol Luna. Rosaura el siglo XIX, p. 23.
Hernández Monroy, p. 140.
Dossier espectáculos, diversiones,
Quehacer humanístico esparcimiento y tiempo libre
4º Encuentro de Lenguas Extranjeras, Leticia Algaba
p. 154. Fiestas cívicas y fiestas religiosas: cró-
Sanidad y modernización en los puer- nicas de un desencuentro, p. 45.
tos del alto Caribe 1870-1915, p. 156.
Dossier espectáculos, diversiones,
Sinopsis de los artículos aparecidos en esparcimiento y tiempo libre
Fuentes humanísticas 29, p. 157. Margarita Alegría de la C.
La carpa y el género chico, dos diver-
Semblanza biobibliográfica de los cola- siones populares, dos siglos en Méxi-
boradores de Fuentes humanísticas 29, co, p. 57.
p. 159.
Dossier espectáculos, diversiones,
esparcimiento y tiempo libre
Guadalupe Ríos De la Torre
Cartelera: paseos, toros, cine y fiestas
en el México de 1911 a 1915, p. 75.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL 153


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Historia Los posgrados del Departamento de


Begoña Arteta Humanidades. Premios a tesis y tesinas,
En busca del pasado prehispánico. José p. 183.
Ma. Roa Bárcena, p. 91.
Novedades editoriales del departamen-
Género to de humanidades, p. 185.
Mauricio List Reyes
Hombres. De la naturalización del gé- Sinopsis de los artículos, p. 189.
nero a la construcción cultural de la
diversidad sexual, p. 103. Colaboradores, p. 193.

Lingüística
Martha Islas
La noción de predicado y tipos de
verbos, p. 125.

Literatura
Óscar Mata
Florencio M. Del castillo: el traductor
de los dolores del pueblo, p. 143.

Literatura
Ociel Flores
Gabriel Zaid: poeta de silencios, p.
155.

Mirada crítica
Elsa Arce, Ociel Flores, p. 165.

Quehacer humanístico
60 años de los hombres del alba, p.
177.

Representación e imaginarios: 5º En-


cuentro de Historiografía y III Seminario
Internacional, p. 179.

Presencia del Departamento de Huma-


nidades en LASA 2004, p. 181.

154 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Año 17, 2° semestre de 2005, núm. 31 Elena Madrigal R.


Poética de la agonía: los poemas pós-
tumos de Jaime Gil de Biedma, p. 141.
Alejandra Herrera
Semblanza, p. 3. José Francisco Conde Ortega
Efraín Huerta y un alba de violetas, p. 151.
Tomás Bernal
Presentación, p. 9. María Rosa Palazón
¿Cuáles juegos son artes? Las actitudes
Fernando Martínez Ramírez lúdicas, los juegos y el tiempo, p. 159.
Voz indígena y cultura popular en la
narrativa latinoamericana, p. 11. González, María Emilia y Rosaura
Hernández Monroy
Carlos Gómez Carro El estigma de los no lectores: prácticas
El amor por los distantes. De Tlacálel, lectoras en la universidad, p. 171.
Valeriano, Vasconcelos en nuestros
días, p. 25
Mirada crítica
Álvaro Vázquez Mantecón Leonardo Martínez Carrizales, Ana
El monumento a la revolución en el ci- Rosa Domenella, Alejandro Ortiz Bullé-
ne, algunos momentos sifnificativos en Goyri, Patrica San Pedro López, Yvonne
la construcción y resistencia a una ima- Cansigno G., Azucena Rodríguez Torres,
gen fílmica del estado mexicano, p. 45. p. 185.

Francisco Santos Zertuche Quehacer humanístico


Sentimiento estético y cultural nacional.
Alberto T. Arai: la búsqueda entre mo- Novedades editoriales del departamento
dernidad y nacionalismo, p. 61. de humanidades, p. 211.

Nora Pérez-Rayón Sinópsis de los artículos, p. 213.


Modernización y secularización. La ciu-
dad de méxico en el porfiriato (1876- Colaboradores, p. 217.
1911), p. 71.

Saúl Jerónimo Romero


La historiografía política, retos y con-
tinuidades, p. 91.

Deborah Dorotinsky
La fotografía como fuente histórica y su
valor para la historiografía, p. 117.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL 155


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Año 18, 1er Semestre 2006, núm. 32 Estudios de las mujeres


Ana María Peppino Barale
Dossier Lectura y Conocimiento Voces de mujeres, ecos de violencia
Rosaura Hernández Monroy y María en Conversación al sur de Marta Traba,
Emilia González Díaz p. 101.
Presentación, p. 3.
Lingüística
Dossier Lectura y Conocimiento José Ángel Reyes Salinas
Sarah Corona Berkin Estudio exploratorio de los registros
El contexto escolar de la lectura en una “fresa” y “naco” en jóvenes universitarios
escuela wixárika, p. 7. de México, D.F., p. 115.

Dossier Lectura y Conocimiento Historia


Esmeralda Matute, Olga Inozemtseva y Lilia Granillo Vázquez
Mónica Rosselli Orígenes medievales en la nación me-
Habilidades cognitivas y lectura de un xicana, de la desespañolización a la
texto en escolares, p. 19. negación de España, p. 131.

Dossier Lectura y Conocimiento Historia


Judith Suro Sánchez y Fernando Leal Ezequiel Maldonado
Carretero La mexicanización del indio versus la
La lectura y los trastornos en su apren- indigenización de México. Nacionalis-
dizaje, p. 27. mo y cultura en los pueblos de Chiapas,
p. 147.
Dossier Lectura y Conocimiento
José Luis Córdova F. Literatura
Lenguaje y paradigmas en estudiantes José Bernabé Madrigal Rodríguez
universitarios de ciencias, p. 39. “Juan Darien” de Horacio Quiroga y los
Juegos Narratoriales, p. 159.
Dossier Lectura y Conocimiento
Fabiola R. Gómez Velázquez, Andrés Literatura
A. González Garrido, Olga L. Vega Mario Padilla
Gutiérrez y Mydori Amano Flores El nacionalismo y la literatura mexicana
Velocidad de denominación y en el periodo posrevolucionario (1920-
conciencia fonológica al inicio de la 1940), p. 171.
enseñanza formal de la lectura, p. 55.
Literatura
Dossier Lectura y Conocimiento Ociel Flores
Rosaura Hernández Monroy y María Hermenéutica de la lectura: el lenguaje
Emilia González Díaz original de Octavio Paz y Eduardo Li-
Los jóvenes y la lectura en el ámbito zalde, p. 185.
universitario, p. 69.

156 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Mirada crítica Año 18, 1er Semestre 2006, núm. 33


Víctor Díaz Arciniega, Mauricio Gil Q.,
Silvestre Manuel Hernández, p. 195.
Dossier Estudios sobre Benito Juárez
Sinopsis de los artículos, p. 211. y el liberalismo en el bicentenario 2006
Héctor Cuauhtémoc Hernández Silva
Colaboradores, p. 215. Presentación. La conmemoración bi-
centenaria de Benito Juárez, p. 3.

Dossier Estudios sobre Benito Juárez


y el liberalismo en el bicentenario 2006
Érika Pani
El liberalismo que no fue de Juárez. Las
razones de los imperialistas, p. 5.

Dossier Estudios sobre Benito Juárez


y el liberalismo en el bicentenario 2006
Reinaldo Suárez Suárez
José Martí y la pena de muerte en el
México liberal (1875-1876), p. 19.

Dossier Estudios sobre Benito Juárez


y el liberalismo en el bicentenario 2006
Arturo Lomas Maldonado
Juárez y sus hechos en la guerra de
reforma (1859-1861), p. 39.

Dossier Estudios sobre Benito Juárez


y el liberalismo en el bicentenario 2006
Xiomara Avendaño Rojas
La división político-administrativa en
Nicaragua a partir de la Constitución de
1858, ¿cambio o continuidad?, p. 63.

Literatura
Margarita Alegría de la Colina
Humor y comicidad en la literatura po-
pular del siglo XIX mexicano, p. 81.

Literatura
Alejandra Herrera
Dos temas en la poética de Rubén Bo-
nifaz Nuño, p. 93.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL 157


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Literatura Año 19, 1er Semestre 2007, núm. 34


María Luisa Domínguez y Christine
Hüttinger
La identidad femenina –¿historia de un Dossier
fracaso?–, p. 101. Imágenes corporales y cultura de masas
Elsa Muñiz
Literatura Presentación. Imágenes corporales y
Gloria Josephine Hiroko Ito Sugiyama cultura de masas, p. 3.
Blanco plata; rojo fuego. Mutilación del
cuerpo; mutilación de la palabra. Ensayo Dossier
comparativo de Farabeuf o la crónica de Imágenes corporales y cultura de masas
un instante y El hipogeo secreto o la cró- Patricia Fournier y Luis Arturo Jiménez
nica de Polt de Salvador Elizondo, p. 125. Corporeidad y simbolismo comunica-
tivo en el rock clásico: el caso de Jim
Literatura Morrison, p. 9.
Efraín Barradas
El macho como travesti. Propuesta para Dossier
una historia del machismo en Puerto Imágenes corporales y cultura de masas
Rico, p. 141. Mauricio List Reyes
De la materialización de las identidades
Estudios culturales sexuales a través de los cuerpos, p. 29.
Alejandro Nava Tovar
Franz Kafka y el estado de indefensión, Dossier
p. 153. Imágenes corporales y cultura de masas
Stephen Castillo Bernal
Historiografía El cuerpo humano como instrumento
Adrián Montero Palma subcultural. De los inicios del heavy
Estrategias discursivas de Krauze. Aná- metal al simbolismo ritual del black
lisis de Biografía del poder, p. 165. metal, p. 43.

Historia Dossier
Nicolás Amoroso Boelcke Imágenes corporales y cultura de masas
Nombrar la historia. El cine como instru- María del Carmen de la Peza
mento, p. 183. La imagen grotesca del cuerpo femenino
en las canciones de Molotov. ¿Hacia un
Mirada crítica nuevo tipo de grotesco realista?, p. 59.
Priscilla Connolly. Víctor Díaz
Arciniega. Agustín Sánchez González. Dossier
Ernesto Aréchiga Córdoba, p. 197. Imágenes corporales y cultura de masas
Aída Analco Martínez
Sinopsis de los artículos, p. 215. Cuerpos en papel: la representación
del cuerpo juvenil en el fanzine, p. 73.
Colaboradores, p. 221.

158 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Dossier Año 19, 2° Semestre 2007, núm. 35


Imágenes corporales y cultura de masas
Fabián Giménez
Pornografía hipertélica: cuerpo y obsce- Dossier Lo fantástico o la irrupción de lo
nidad en el arte contemporáneo, p. 89. sobrenatural
Edelmira Ramírez Leyva
Historiografía Presentación, p. 3.
María Luna Argudín
“El verdadero Bulnes”, a propósito de Dossier Lo fantástico o la irrupción de lo
las polémicas en torno a Juárez (1904- sobrenatural
1906), p. 103. Ana María Morales
Presentación De lo sobrenatural en
Literatura poesía, p. 5.
Elena Madrigal
Ficcionalización de la experiencia lés- Dossier Lo fantástico o la irrupción de lo
bica en tres cuentos de autoras mexica- sobrenatural
nas, p. 113. Ann Radcliffe
De lo sobrenatural en poesía, p. 9.
Literatura
Laura López Morales Dossier Lo fantástico o la irrupción de lo
Entre el arraigo y la diáspora (una mira- sobrenatural
da a la literatura haitiana en francés), Ana María Morales
p. 135. El contenido de las tumbas o como te-
ner miedo en Brocelianda, p. 19.
Literatura
Leonardo Martínez Carrizales Dossier Lo fantástico o la irrupción de lo
El sentido apostólico de la identidad sobrenatural
docente de Gabriela Mistral, p. 147. José Miguel Sardiñas
El vampirismo en relatos modernistas,
Mirada crítica p. 33.
Gloria Careaga Pérez. Vicente Francisco
Torres. Alicia Salmerón. Begoña Arteta. Dossier
Pedro Moreno Hernández, p. 159. Lo fantástico o la irrupción de lo
sobrenatural
Sinopsis de los artículos, p. 187. Alejandra Sánchez Valencia
Presencia y ausencia de Dios en Wieland
Colaboradores, p. 191. o la transformación, p. 45.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL 159


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Dossier Literatura
Lo fantástico o la irrupción de lo Ociel Flores Flores
sobrenatural La búsqueda del otro: la invención de sí
Francisco Aragón mismo, p. 157.
El miedo a “lo otro” en La piel fría, no-
vela de Albert Sánchez Piñol, p. 57. Mirada crítica
Alfredo Rosas Martínez, Alejandro
Educación Caamaño Tomás, Haydé Zavala.
Gloria Cervantes Alejandro Ortiz Bullé Goyri, José
Competencias y habilidades en la nueva Francisco Conde Ortega, Jelena
cultura educativa, p. 71. Rastovic, p. 171.

Educación Sinopsis de los artículos, p. 197.


Rosaura Hernández Monroy
La redacción universitaria: una tarea Colaboradores, p. 201.
inacabada, p. 79.

Educación
Vida Valero Borrás, Dolores Serrano
Godínez, Gerardo A. Pérez Barradas
La promoción de la adquisición de la
habilidad de la escritura en la clase de
lengua inglesa, p. 89.

Educación
María Margarita Alegría de la Colina
El miedo en el ámbito educativo. Hacia
una educación con humanismo, p. 99.

Historia
Felipe Sánchez Reyes
“El fandango”: Casimiro Castro, p. 115.

Historia
Graciela Sánchez Guevara
La metáfora visual del poder. Repre-
sentaciones en los textos gratuitos de
historia de México, p. 131.

Literatura
Alejandro Caamaño Tomás
El diálogo y la literatura de matrimonio
en la España del siglo XVI, p. 145.

160 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Año 20, 1er Semestre 2008, núm. 36 Yvonne Cansigno Gutiérrez


Una mirada extranjera en hispanoamé-
rica, p. 85.
Dossier La mirada del otro Dossier La mirada del otro
Begoña Arteta Joaquina Rodríguez Plaza
Presentación. La mirada del otro, p. 3. La mirada de Max Aub a México, p. 97.

Dossier La mirada del otro Literatura


Cecilia Colón Alejandra Herrera y Vida Valero
Un viajero en su propia ciudad: don Vencer el tiempo: la verdad poética de
Luis González Obregón, p. 9. Alí Chumacero, p. 105.

Dossier La mirada del otro Literatura


Joaquín Fernández Pérez, Cristina Vladimiro Rivas Iturralde
Jiménez Artacho y José Fonfría Díaz Análisis del poema “Abundancia es la
El árbol de las manitas ¿ejemplar úni- muerte del caballo” de César Dávila
co?, p. 21. Andrade, p. 129.

Dossier La mirada del otro Historia


Begoña Arteta Armando Cisneros Sosa
La vida cotidiana en la ciudad de Mé- Escuelas de historia mexicana: una en-
xico 1824-1850, p. 37. trevista a Ernesto de la Torre Villar, p. 137.

Dossier La mirada del otro Cultura


Luz Fernández de Alba Enrique López Aguilar
La ciudad de México que Humboldt vio Apuntes para descubrir a Mozart dentro
a través de sus ojos azules, p. 51. de la música “clásica”, p. 151.

Dossier La mirada del otro Cultura


Tomás Bernal Alanis Margarita Olvera Serrano
La serpiente emplumada: una mirada a La sociología, el pasado, el presente y
las aguas profundas de México, p. 59. su situación contemporánea, p. 169.

Dossier La mirada del otro Cultura


Christine Hüttinger Martha Tappan Velázquez
¿Qué hubiera sucedido si...? Las guerras Imágenes progresistas y apocalípticas
de los campesinos en Alemania y la de la ciencia: el discurso de divulgación
conquista de México en la novela de científica frente al cine de ciencia
Leo Perutz La tercera bala, p. 69. ficción, p. 185.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL 161


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Mirada Crítica Año 20, 2° Semestre 2008, núm. 37


Leticia Algaba Martínez, José Martín
Hidalgo, Luis Alberto Arrioja Díaz
Viruell, Víctor Florencio, Ramírez Dossier La piratería en América Latina
Hernández, Víctor Díaz Arciniega, p. Leticia Algaba
203. Presentación. La piratería en América
Latina, p. 3.
Sinopsis de los artículos, p. 225.
Dossier La piratería en América Latina
Colaboradores, p. 230. José Martínez Torres
Caballeros de fortuna, p. 7.

Dossier La piratería en América Latina


Débora Y. Ontiveros Ramírez
Historia de la piratería: consideraciones
de sus aportes en la búsqueda de los
ladrones del mar, p. 15.

Dossier La piratería en América Latina


Vladimiro Rivas Iturralde
Benito Cereno de Herman Melville: un
caso de sobreinterpretación, p. 29.

Dossier La piratería en América Latina


Margot Carrillo
Piratas y corsarios del caribe: relatos bor-
deando los límites entre la historia y la
ficción. Una lectura de Demonios del
mar (1998) y Pirata (1998) de Luis Britto
García, p. 39.

Dossier La piratería en América Latina


Saúl Jerónimo Romero
Todos los piratas tienen un lorito
que habla en francés. Procesos de
transmisión cultural: la imagen de los
piratas en la cultura popular, p. 49.

Dossier La piratería en América Latina


Leticia Algaba
El filibustero: la novela y la leyenda, p. 63.

162 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Historia Literatura
Luis Alberto Arrioja Díaz Viruell Antonio Durán Ruiz
Las congregaciones de indios y las co- La presencia de e. M. Cioran en la escri-
rrientes de agua en la alcaldía mayor de tura de Guillermo Fadanelli, p. 193.
nexapa, 1600-160, p. 75.
Mirada crítica
Cultura Alejandro Caamaño Tomás, Víctor Díaz
Begoña Arteta Arciniega, Laura A. Suárez de la Torre,
México: República Sui Generis. Qué opi- Víctor Hugo Jiménez Bastián, Graciela
nan los viajeros anglosajones en los pri- Sánchez Guevara, p. 207.
meros años de 1840, p. 91.
Sinopsis de los artículos, p. 231.
Cultura
Ana María Peppino Barale y Susana T. P. Colaboradores, p. 235.
de Domínguez Soler
Doña Dolores Costa y Brizuela. Esposa y
viuda de Justo José de Urquiza, p. 101.

Cultura
Daniel Inclán
Ideas para qué, ideas para quién. De-
bate sobre la historia de las ideas en
América Latina, p. 127.

Literatura
Alfredo Moreno Flores
Los otros héroes... El soldado de a pie
en El cerro de las campanas, p. 141.

Literatura
Alejandro De la Mora O.
Xavier Villaurrutia como crítico de la
literatura mexicana, p. 161.

Literatura
Rossana Fialdini Zambrano
“Poderoso caballero es don dinero”:
reflexiones en torno al dinero en la li-
teratura española medieval y renacen-
tista, p. 177.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL 163


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Año 21, 1er Semestre 2009, núm. 38 Dossier La vida cotidiana en México en el
siglo XIX
María Emilia Chávez Lara
Dossier La vida cotidiana en México en el La serpiente-hada del deseo de lo im-
siglo XIX posible, p. 85.
Cecilia colón
Presentación. La vida cotidiana en Mé- Dossier La vida cotidiana en México en el
xico en el siglo XIX, p. 3. siglo XIX
Cecilia Colón
Dossier La vida cotidiana en México en el La construcción de la literatura nacio-
siglo XIX nal, p. 93.
Alejandro González Acosta
Los restos de José María Heredia (Santia- Literatura
go de cuba, 1803-ciudad de México, Alejandro Caamaño Tomás y Diana M.
1839). Detrás de los huesos perdidos o Magaña Hernández
¿La paz de los sepulcros?, p. 7. La mujer y su reflejo en la literatura
bajo-medieval española: ¿literatura fe-
Dossier La vida cotidiana en México en el minista o femenina?, p. 101.
siglo XIX
Leticia Romero Chumacero Literatura
Laura Méndez y Manuel acuña: un Leonardo Martínez Carrizales
idilio (casi olvidado) en la república de La figura del Caribe mediterráneo en
las letras, p. 23. Germán Arciniegas. Una estrategia del
discurso americanista, p. 119.
Dossier La vida cotidiana en México en el
siglo XIX Literatura
Margarita Alegría de la Colina Ociel Flores Flores
Ignacio Rodríguez Galván, humor y vida Efraín Huerta y Octavio Paz. Dos tra-
cotidiana en el México del siglo XIX, p. 41. yectorias de la literatura social, p. 137.

Dossier La vida cotidiana en México en el Literatura


siglo XIX Alejandra Herrera
Roxana Elvridge-Thomas “Los santos reyes” de Severino Salazar
De moles, pulques, dulces y bisteces: la o Un sueño de papel frente a la deshu-
comida en la ciudad de México durante manización del mundo global, p. 153.
el siglo XIX, p. 59.
Historia
Dossier La vida cotidiana en México en el Ana María Peppino Barale
siglo XIX Las hijas de Eva y su ordenación sacer-
Begoña Arteta dotal ¿opresión injustificada o dogma
Nuevos sabores: gusto y disgusto, p. 71. de fe?, p. 163.

164 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Historia Año 21, 2° Semestre 2009, núm. 39


Alicia Bazarte Martínez y José Antonio
Cruz Rangel
Santas escuelas de Cristo en la segun- Dossier La historieta gráfica: cómic,
da mitad del siglo XVIII en la ciudad de tebeo, y similares. Aspectos técnicos y de
México, p. 179. contenido en casos particulares
Alejandro Caamaño Tomás y Ana María
Mirada crítica Peppino Barale
José Martín Hidalgo Martínez, Alberto Presentación. La historieta: ¿literatura
Rodríguez G., p. 201. dibujada?, p. 3.

Sinopsis, p. 207. Dossier La historieta gráfica: cómic,


tebeo, y similares. Aspectos técnicos y de
Colaboradores, p. 211. contenido en casos particulares
Rafael Farfán Hernández
El cómic o historieta: entre arte gráfico
e historia narrativa, p. 9.

Dossier La historieta gráfica: cómic,


tebeo, y similares. Aspectos técnicos y de
contenido en casos particulares
Ana María Peppino Barale
Mafalda. El humor gráfico según Quino,
p. 27.

Dossier La historieta gráfica: cómic,


tebeo, y similares. Aspectos técnicos y de
contenido en casos particulares
Alejandro Caamaño Tomás
Una mirada al franquismo desde el pos-
franquista Paracuellos de Carlos Gimé-
nez, p. 47.

Dossier La historieta gráfica: cómic,


tebeo, y similares. Aspectos técnicos y de
contenido en casos particulares
Diana M. Magaña Hernández
Persépolis: la vida de una mujer en un
régimen islámico, p. 59.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL 165


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Dossier La historieta gráfica: cómic, Año 22, 1er Semestre 2010, núm. 40
tebeo, y similares. Aspectos técnicos y de
contenido en casos particulares
Cecilia Colón Dossier La Independencia de México
La imagen femenina en dos historietas: Saúl Jerónimo Romero
Páginas íntimas e Historias de mujeres, Presentación: Reflexiones en torno al
p. 79. bicentenario del inicio de la guerra de
Independencia, p. 3.
Literatura
Leticia Romero Chumacero Dossier La Independencia de México
Oralización y performance: una inter- Luz Mary Castellón Valdéz
pretación posible sobre las tertulias de- Dos fondos documentales para el estu-
cimonónicas, p. 87. dio de las guerras de independencia:
“Las causas de infidencia” de México y
Literatura Venezuela, p. 9.
Uriel Iglesias Colón / Cecilia Colón
La figura de Quetzalcóatl-Santo Tomás Dossier La Independencia de México
apóstol en el sermón de fray Servando Aarón Grageda Bustamante
Teresa de Mier, p. 97. Idea de futuro. Tratamiento hermenéu-
tico de dos textos prospectivos sobre el
Filosofía destino de la frontera noroeste escritos
Marcelino Arias Sandí después de la Independencia, p. 23.
Orientaciones hermenéuticas para la in-
vestigación en ciencias sociales, p. 105. Dossier La Independencia de México
Miguel Ángel Hernández Fuentes
Educación El constitucionalismo liberal en la Nue-
Isela Ciprés va España, 1820: figuras de autoridad
La vigencia de Juan Amós Comenio en el y opinión pública, p. 39.
pensamiento educativo actual, p. 113.
Dossier La Independencia de México
Mirada crítica Germán A. de la Reza
Tatiana Aguilar-Álvarez Bay, Ana María La diplomacia itinerante: del Pacto de
Peppino Barale, Patricio Herrera familia al congreso americano de Lima
González, Silvestre Manuel Hernández, (1831-1848), p. 55.
p. 129.
Dossier La Independencia de México
Sinopsis, p. 155. Miguel Ángel Vásquez Meléndez
Representaciones teatrales y otros es-
Colaboradores, p. 158. pectáculos conmemorativos de la Inde-
pendencia durante el siglo XIX, p. 71.

166 FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL


ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40

Dossier La Independencia de México Mirada crítica


Verónica Hernández Landa Valencia Leticia Romero Chumacero, Christian
El discurso independentista en La hija Sperling, p. 177.
del judío de Justo Sierra O’reilly, p. 81.
Sinopsis, p. 185.
Dossier La Independencia de México
Alejandro Ortiz Bullé Goyri Colaboradores, p. 188.
Teatros y vida escénica en las conme-
moraciones del centenario, p. 91.

Literatura
Alejandro González Acosta
Dos visiones de la integración americana:
Comentarios reales, del inca Garcilaso
de la Vega y Crónica mexicana, de Fer-
nando Alvarado Tezozomoc, p. 101.

Literatura
Alejandro Hermosilla Sánchez
La excéntrica espiral literaria de Sergio
Pitol, p. 117.

Literatura
Christine Hüttinger y María Luisa
Domínguez
Lo que cuenta el tlacuache… Tres
cuentos tsotsiles entre mito y literatura,
p. 131.

Comunicación
Martha Tappan Velázquez
Tradición y acontecimiento mediático
en el diseño gráfico, p. 157.

Historia
Esther Iglesias Lesaga
Desafíos para la construcción de la his-
toria oral, p. 165.

FUENTES HUMANÍSTICAS 41 ÍNDICE GENERAL 167


CONVOCATORIA

La Revista Fuentes Humanísticas abre sus puertas a los investigadores nacionales


e internacionales dedicados a la historia y la historiografía mexicanas, la lingüística
y la literatura, la educación y los estudios culturales. Los artículos que se envíen
para su eventual publicación deberán ser inéditos y estar escritos en español.
No se aceptan aquéllos que estén siendo considerados simultáneamente en
otras publicaciones.
Por este medio se convoca a los interesados en participar en el número 42.
El tema del dossier correspondiente será: Presencia de la historia en géneros
literarios de los siglos XIX y XX.
No se recibirán textos que no incluyan el resumen y la nota curricular correspondientes.

Coordinadora del Dossier:


Leticia Algaba Martínez, lam@correo.azc.uam.mx

La fecha límite para recibir colaboraciones es el 30 de marzo de 2011.

Das könnte Ihnen auch gefallen