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25 Oscar Mata
A MEDIO SIGLO DE LA APARICIÓN DE
LA NOVELA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA
139 Sinopsis
142 Colaboradores
Como en todas las batallas. Aquí Son otros hombres, otros ideales. Es el
también había devoción y valor,
titubeos e infidelidades, lágrimas,
pasaje permanente de una rebelión de
sangre, traiciones y juramentos. planes y programas en contra del pasa-
IVO ANDRIC do. Unos niegan a otros, eso es la Revo-
lución Mexicana, una búsqueda perma-
nente de ideales y propuestas. Es un
3
TOMÁS BERNAL ALANIS
ese México –que en palabras del historia- la Revolución Mexicana pasó de la utopía
dor norteamericano Carleton Beals– es a la ideología, como lo ha manifestado el
desconcertante: historiador Moisés González Navarro:
México es, a pesar de sus terribles violen- En este sentido la “utopía” revolucionaria
cias, un ejemplo inspirador de la lucha se ha convertido en una verdadera
eterna del espíritu humano liberándose ideología: los lemas revolucionarios se
a sí mismo. Nosotros podemos tomar repiten ya casi como meros slogans.2
parte en esa liberación, o podemos frus-
trarla o retardarla por muchos años. Po- La Revolución Mexicana también se insti-
demos estrangular a una nación y a un tucionalizó y se centralizó. Como decía
pueblo. Pero las naciones renacen, co- Bertrand de Jouvenel: “Las revoluciones
mo el Fénix, de sus propias cenizas1.
centralizan el poder político, o no son
revoluciones”. El caso mexicano al respecto
La riqueza espiritual del pueblo mexica- es ejemplar. A partir de dicho conflicto se
no quedó plasmada en los distintos estableció la “familia revolucionaria” para
campos del arte que tomaron la Revolu- gobernar por más de setenta años. Su efi-
ción Mexicana como tema e inspiración cacia para reconstruir el poder político es
del renacer cultural en México. Esa “bola”, inobjetable, pero los resultados a lo largo
que recorrió los caminos para buscar de los años son cuestionables.
justicia, fue retratada por los muralistas La vigencia de una revolución es la ma-
en muros y pinturas que hicieron posible nifestación plena de sus ideales sobre las
la integración de sus obras al imagina- condiciones de vida de la población, la de
rio popular: en las jornadas vasconcelia- permanecer en una situación consecuente
nas, en la educación rural, en la narrativa entre éstos y los hechos, muerta, viva o
revolucionaria, indigenista y proletaria, en en crisis, como lo dejó asentado el ideólo-
el mariachi y la china poblana, y en aque- go Daniel Cosío Villegas en 1947. O como
llas manifestaciones nacionalistas en la lo expresó el ex-secretario de Educación
música, la danza, la arquitectura; así co- Pública José Manuel Puig Casauranc:
mo en aquellos extranjeros que volvieron
su mirada e interés hacia las gestas del Pero para esto, hay que afirmar nuestra
pueblo mexicano: Frank Tannembaum, revolución y no considerarla “liquidada”
Carleton Beals, Ambrose Bierce “el gringo o completa antes de que haya cum-
viejo”, Jack London, Frances Toor, Vicente plido, siquiera medianamente, lo que
Blasco Ibañez, Tina Modotti, entre mu- originalmente quiso conseguir: el mejo-
chos más, que quedaron fascinados por ramiento de las grandes colectividades
los cambios que se estaban presentando irredentas de México.3
en la sociedad mexicana.
Como todo movimiento social que pre- 2
González Navarro. Moisés. “La ideología de la
tende trascender el tiempo y los hechos, Revolución Mexicana” en Historia Mexicana, vol.
X, núm. 4, el Colegio de México, 1961, p. 636.
3
Puig Casauranc, José Manuel. La aspiración su-
prema de la Revolución Mexicana. México, Im-
1
Beals, Carleton. México desconcertante. México, prenta de la Secretaría de Relaciones Exterio-
El Gráfico, 1931, p. 327. res, 1933, p. 19.
7
CÉSAR ARTURO VELÁZQUEZ BECERRIL
Podemos observar que parece correr vien- tudiar una etapa que consideramos cla-
to en popa después de la restauración de ve para entender el funcionamiento com-
la República en 1867, sin embargo, mu- plejo de la política durante el porfirismo,
chos factores lo abortan de inmediato, partiendo de un grupo de actores funda-
para que con la etapa administrativa de mentales comprendidos bajo el epíteto
Don Porfirio Díaz se logre mantener como de “científicos”. Nuestro periodo de estu-
en un prolongado suspenso, por algunas dio comprende los años de 1892 a 1911.3
peculiaridades del régimen que parece Realizaremos un breve análisis de la rela-
transitar constantemente entre la tradición ción del grupo de los “científicos” con el
y la modernidad. De tal manera que con gobierno de Porfirio Díaz: ¿cuál es la im-
esta óptica continuista intentaremos re- portancia real de estos intelectuales en el
visar algunos aspectos fundamentales del ámbito de la política? El enfoque biográ-
gobierno del general Díaz. fico-narrativo que asumimos se propone
Sin pretender aquí, desde luego, agotar la reconstrucción de la sociedad desde el
su sentido y alcance, nos parece posible testimonio de sus actores, ya que las redes
elaborar un breve esbozo que nos permita de relación cotidianas que establecen los
utilizar algunos datos históricos en el aná- individuos mediante la incorporación a
lisis de la relación compleja poder-saber. grupos limitados, se constituyen en sínte-
Es con este ánimo del investigador polí- sis del sistema social en tanto totalización
tico que busca “establecer regularidades”, en marcha.4 Consideramos que la histo-
como intentaremos abordar la relación ria política y la biografía narrativa pueden
entre los intelectuales y el poder durante brindar nuevos instrumentos para interro-
el régimen de Díaz. gar y problematizar desde otras latitu-
La problemática sobre la relación de des nuestro propio presente, en una bús-
los intelectuales y el poder en México se queda siempre comprensiva.
ha venido abordando desde diferentes
enfoques y en diversos periodos de la
historia del país. Posiblemente los pe- BREVE APROXIMACIÓN
riodos que resultan más significativos AL GRUPO DE LOS CIENTÍFICOS
e interesantes para entender en buena
medida el debate político e intelectual El cambio de año de 1887 a 1888 señala el
contemporáneo, sean el “Porfiriato” y la inicio de un periodo optimista en la vida
Revolución Mexicana. Al respecto, es de
particular interés el caso de los “científi- 3
El primero se refiere al año de acceso de los
cos” positivistas y su relación con el poder positivistas científicos al gobierno, con el ministerio
político en una etapa fundamental de la de Hacienda Limantour, la segunda fecha se refiere
a la caída definitiva del gobierno del general Díaz
presidencia del general Díaz. con el estallido de la Revolución Mexicana.
Lo que nos han mostrado trabajos más 4
El método biográfico parte de una postura
actuales, que han estudiado esta etapa en epistemológica que considera a cada individuo
la síntesis activa y creadora de una sociedad,
sus diversos matices y elementos, es un eliminando la rígida distinción entre particular
periodo rico y complejo, que requiere in- y estructura, nos invita a leer lo social en cada
dudablemente de una mejor compren- relato de vida. Su renovador en la actualidad es el
sociólogo italiano Franco Ferrarotti, La historia y lo
sión. Por nuestra parte, intentaremos es- cotidiano, Barcelona, Península, 1992.
car caracterizar a este grupo que induda- matizaba al grupo; también F.-X. Guerra
blemente adquirió una importancia fun- niega la paternidad del positivismo a la
damental alrededor del dictador. Es ver- burguesía, pues para él la adopción del
dad que aún se les suele caracterizar co- positivismo en México será sólo una ma-
mo racistas,13 interesados, intrigantes, mo- nifestación más del endémico ímpetu imi-
nopolizadores, aprovechados, elitistas, tativo de adoptar teorías y pensamientos
corruptos, “sajonizantes”, cobardes, “ecléc- de Estados Unidos y Europa.15
ticos y hermafroditas”, etcétera. A Porfirio En esta discusión, sin duda las apor-
Díaz se le ha caracterizado con los peo- taciones de Charles Hale han sido de gran
res apelativos, cómo no atribuirlos al gru- utilidad en la comprensión de este par-
po más importante de sus allegados, los ticular grupo, pues, según él lo fundamen-
“hombres del presidente”. De cualquier tal del positivismo mexicano no vendría
forma, los Científicos pertenecen, así co- de la influencia de August Comte, Herbert
mo lo ha indicado Alfonso de María y Spencer o Duque de Saint–Simon, sino de
Campos, al “mundo de los perdedores”: pensadores como Hyppolite Taine, Agus-
“Blanco de todas las críticas: antes, du- tín Thiers o Emilio Castelar; por lo tanto, la
rante y después de la Revolución, los aportación fundamental del grupo no se-
científicos han llegado a monopolizar ría tanto en materia de “filosofía positiva”,
el papel del villano en la historiografía como en el área de lo político y social.16
del Porfiriato”.14 Por nuestra parte, no tomaremos muy
Otra discusión interesante sobre la na- en serio las diferentes posturas que se
turaleza del positivismo en México se ha han venido asumiendo a lo largo de la
realizado en los últimos años, las postu- historiografía del porfiriato y de los estu-
ras de los estudiosos luego difieren mu- dios sobre los científicos. Respecto a los
cho; por ejemplo, podemos encontrar diversos calificativos que se les han venido
desde la posición clara de Leopoldo Zea: aplicando, generalmente no contribuyen
el positivismo fue sin lugar a duda una en nada o casi nada a la comprensión de
ideología de la burguesía emergente del este grupo ni a la función que realmente
país; pero también encontramos otras pro- desempeñaron durante el porfiriato. Res-
puestas en abierta oposición a los plan- pecto a la factoría del Positivismo mexi-
teamientos clásicos de Zea, como son las cano, las interpretaciones de Zea y Guerra
de William Raat que sostiene que la posi- serían más bien complementarias, según
ción del grupo no fue propiamente ni fi- nuestra óptica: por supuesto que es el
losófica ni teórica, llegando al extremo resultado de la influencia que siempre
de negar la factura positivista que estig- han tenido las ideas europeas en nuestro
país, el mismo liberalismo no es otra cosa
13
Moisés González Navarro, “Las ideas raciales de 15
Véase Leopoldo Zea, El positivismo y la circuns-
los científicos, 1890-1910”. tancia mexicana; François-Xavier Guerra, México...,
14
Alfonso María y Campos, “Los científicos: acti- op. cit. y William Raat, El positivismo durante el
tudes de un grupo de intelectuales porfirianos porfiriato, 1876-1910.
frente al positivismo y la religión”, en VV. AA., Los 16
Cfr. Charles Hale, La transformación..., op. cit.,
intelectuales y el poder en México, p. 122. pp. 399 ss.
época data también su trabajo en prosa damenta más tarde una importante eta-
sobre “El matrimonio” (1865), no obstan- pa del régimen porfirista.
te que para ese año se dará a conocer A diferencia de muchos de sus compa-
como poeta. Sierra asiste regularmente a ñeros de generación que aceptaron res-
las veladas literarias de los reconocidos ponsabilidades mayores en el ámbito po-
intelectuales de su época –Ignacio Ma- lítico y administrativo, Sierra continua sin
nuel Altamirano, Manuel Acuña, Guiller- descuido su carrera como escritor y pro-
mo Prieto, Luis G. Urbina, entre los princi- fesor de la Escuela Nacional Preparatoria;
pales–, pero considerándose discípulo de con el inicio del siglo, en 1900, es nom-
Ignacio Altamirano y de Gabino Barreda. brado ministro de la Suprema Corte; en
Con el triunfo de la República y la tan 1901 es Subsecretario de Estado de Edu-
nombrada reestructuración educativa de cación Pública y para 1905 primer titular
1867, la última generación de El Colegio de la nueva Secretaria de Instrucción Pú-
Nacional de San Ildefonso, transformada blica y Bellas Artes. Aquí, Justo Sierra se
en Escuela Nacional Preparatoria, tiene aleja significativamente de sus anteriores
que trasladarse al Colegio de la Encarna- creencias positivistas, encaminándose ha-
ción donde finalizará sus estudios de cia un marcado humanismo y una en-
Derecho. La influencia inevitable del po- trega a la reforma educativa del momento;
sitivismo de aquel entonces, resulta defi- en buena medida, estas transformacio-
nitiva en la formación del joven Sierra, nes chocan con los antiguos plantea-
algo que compartirá con todos los inte- mientos positivistas: en 1907 se reforma la
grantes de su generación. Por los años Escuela Nacional Preparatoria, y en 1910
de 1868 a 1870, se dedicará de lleno a la tiene lugar la creación de la Escuela Na-
producción literaria y periodística, des- cional de Estudios Superiores y de la Uni-
cuidando significativamente su carrera versidad Nacional de México.
profesional pero descubriendo otra de sus
vocaciones que cultiva ampliamente: el
periodismo. Sus trabajos aparecerán a lo JOSÉ YVES LIMANTOUR
largo de su carrera profesional en dife-
rentes periódicos: El Mundo, El Monitor Sin duda, José Yves Limantour es consi-
Republicano, El Renacimiento, El Domin- derado la figura central del grupo de los
go y El Siglo Diez y Nueve. científicos, los mismos miembros del mis-
Se convierte en acérrimo porfirista y mo lo consideraban de esta manera. Fue
en 1878, con el apoyo del régimen, funda una figura destacada en la política porfi-
el diario La Libertad, monitor desde el rista, por dieciocho años se mantiene
que emprende una lucha constante con- como secretario de Hacienda y Crédi-
tra los liberales dogmáticos y desordena- to Público.
dos. Al mismo tiempo, con sus artículos de De padres franceses emigrantes, Li-
periodismo político promueve la apolo- mantour nace el 26 de diciembre de 1854
gía de un gobierno fuerte, teniendo como en la ciudad de México, las numerosas
base la ley, el progreso y la paz. Es desde leyendas que se han establecido de su
estos ámbitos del periodismo político, persona lo identifican –como a muchos
donde se preparará la ideología que fun- miembros del grupo de los científicos–
motores de las ideas y de la política po- para el joven estudiante, pues conoce a
sitiva. Hombre de acción y de cálculo tres miembros sobresalientes del grupo
detallado, es también señalado como el de los científicos que posteriormente se-
principal artífice de la política electoral rán estadistas destacados en el gobierno
de los científicos. de Díaz, y Rosendo Pineda será uno de
los políticos porfiristas más importantes
y activos
ROSENDO PINEDA Estos jóvenes entusiastas a la vez que
realizan con brillo sus estudios, se dedi-
Nace en Juchitán, Oaxaca, el día 1 de mar- can a escribir historia regional y poesía,
zo de 1855. Es hijo del ingeniero francés tenían una sólida formación como orado-
Teófilo Delarbre y de Cornelia Pineda, res y férreos contrincantes en los deba-
una india zapoteca de la región. Al poco tes. Se mantenían bien informados, pues
tiempo su padre los abandona, y su madre leían con regularidad los periódicos que
trabaja duramente para sacar adelante a llegaban de la capital, como La Libertad,
la familia, es de anotar que fue el único órgano principal de los positivistas de
del grupo que tenía un vínculo inmediato aquellos años, editado por Justo Sierra
con el pasado indígena. Méndez. Un buen ejemplo de las dotes
Hasta los doce años permaneció en en oratoria de estos jóvenes, es que parti-
Juchitán, gracias a la “suerte” y al apoyo ciparon como conferenciantes en los
directo del general Díaz. Pues tras el triun- festejos del 15 de septiembre de 1876,
fo de la República en 1867, fue personal- pocos días antes de que el general Díaz
mente a agradecer la aguerrida resisten- saliera hacia la ciudad de México para
cia juchiteca en contra de los invasores derrocar al presidente Lerdo de Tejada.
franceses. Como muestra de agradeci- A la edad de veinte años se dedica
miento, Díaz ofrece solventar los gastos ampliamente al periodismo político, apo-
educativos para seis jóvenes juchitecos yando en sus escritos al régimen de Díaz
destacados, Rosendo Pineda tuvo la suer- ya instaurado. Se instala posteriormen-
te de ir entre los agraciados para estudiar te en la ciudad de México, comienza a
en la capital del estado, Oaxaca. Ahí inició colaborar en el régimen como secretario
sus estudios en el Instituto de Ciencias y particular del Secretario de Goberna-
Artes del estado, que, como otros institu- ción, Manuel Romero Rubio que, como
tos de educación importantes de la épo- vimos más arriba, es una pieza importante
ca, comenzaban a tener una significativa para el desarrollo de los jóvenes científi-
influencia en la educación positivista que cos. La importancia de Pineda en el régi-
la Escuela Nacional Preparatoria impartía. men plenamente constituido es funda-
El joven Pineda estudia la carrera de mental, Pineda es el que prepara la lista
Derecho en esa institución, quizá una de los “nuevos elegidos” del gobierno, se-
de las disciplinas más característica de mu- gún las indicaciones de Porfirio Díaz;
chos de los Científicos. En el instituto tie- también regularmente es designado co-
ne como compañeros de estudio a Rafael mo diputado para Juchitán y en 1896 nom-
y Emilio Pimentel y Emilio Rabasa. Resul- brado subsecretario de Gobernación.
ta de mucha importancia este encuentro
Oriundo del pueblo costero de Frontera, Es el mayor de los hermanos Macedo que
Tabasco, nace Casasús el día 23 de tendrán vínculos directos con el círculo
diciembre de 1858; hijo de don Francisco de los científicos, sin embargo su partici-
A. Casasús y de doña Ramona González pación destaca mucho más que la de su
(la familia Casasús provenía de Tarragona, hermano,19 tanto en el plano público co-
España). Reside casi inmediatamente en mo entre las filas positivistas. La colabo-
la ciudad de Campeche, que en aquel ración realmente activa de su hermano
tiempo pertenecía al estado de Yucatán. dentro del grupo, fue durante los años
Pasa sus primeros años de juventud allí y decisivos de 1910-1911.
parte a los diez años para la capital del Pablo Macedo nace en la ciudad de
estado, Mérida, con la única finalidad de México el día 21 de febrero de 1851, sus
realizar sus estudios; primero en una es- padres son Mariano Macedo y Concep-
cuela católica, luego en el Instituto Litera- ción González Saravia. De tradición libe-
rio de Yucatán, también marcada e influen- ral, pues su padre Mariano perteneció al
ciada por la nueva educación positiva.
Se traslada a la capital mexicana para
efectuar sus estudios de abogacía, y se 19
Nos referimos a Miguel Macedo (1856-1929),
relaciona de inmediato con aquellos jó- jurista destacado de finales del siglo XIX y primer
venes que muy pronto son sus compa- tercio del siglo XX. Teórico del derecho penal y
el derecho penitenciario en nuestro país; profe-
ñeros de armas en las filas del grupo sor desde los 23 años en la Escuela Nacional de
“científico”. Un rasgo notorio es la inme- Jurisprudencia (1880-1910). Formó parte de nu-
diata incorporación a la vida urbana y merosas comisiones de reformas jurídicas: del
Código Civil (1882), miembro de las comisiones
capitalina de la ciudad de México, signo de Hacienda y Administrativa de Renta munici-
que caracteriza sin duda la personalidad pal de la Secretaria de la Junta de Vigilancia de
elitista del grupo. No obstante, regresa por Cárceles (1888), comisión de la elaboración
de la Ley General de Instituciones de Crédito
algún tiempo a su lugar de origen. (1897), comisión revisora del Código Penal del
Todavía muy joven –recientemente DF (1902-1912), participó en la redacción de la
recibido de abogado en 1880– ocupa su Ley de Beneficencia Privada para el Distrito y
Territorios Federados (1904) y fue miembro para
primer puesto público como secretario la elaboración de la Ley Orgánica de los Tribuna-
de gobierno de Tabasco, pero fastidia- les del Fuero Común (1919). Desempeñó diversos
do de la política de provincia regresa a la cargos políticos: Síndico (1887), Regidor (1896-
1897), Presidente del Ayuntamiento de la Ciudad
ciudad de México, donde ocupa el puesto de México (1898-1899), Senador por el estado de
de secretario del Banco Internacional e Puebla (1905, pero enseguida pidió licencia), en-
Hipotecario, incorporándose de lleno a la cargado de la Subsecretaria de Gobernación
(1906-1911), se hizo cargo por poco tiempo del
actividad política del régimen del gene- Despacho de la misma (del 23 de maro al 11
ral Díaz y al grupo de amigos que consti- de mayo de 1911), luego se reincorporaría al Se-
tuyen el círculo de los científicos. nado de la República… (cfr. Marco Antonio Pérez
de los Reyes, “Miguel Salvador Macedo y Saravia:
su vida y su obra”, en Revista Jurídica. Anuario
Mexicano de Historia del Derecho / Biblioteca
Jurídica Virtual [http://www.juridicas.unam.ma/
p u b l i c a / r e v / hi s d e r / c o n t / 13 / c n t / c n t 6 .h t m ]
(consulta: junio 16 de 2010).
de todo el régimen porfirista; como críti- surge la necesidad –por parte del Estado–
co agudo, educador, testigo de su tiempo, de la producción cultural para apoyar
y como un intelectual preocupado y par- y justificar la ideología y la política ofi-
ticipante en la política de su época. cial manejada.21
Vemos como por medio de los intelec-
tuales se impulsa un proyecto nacionalis-
IDEOLOGÍA PORFIRISTA: ta, que a lo largo de su desarrollo adquiere
POLÍTICA, SOCIEDAD E INTELECTUALES tintes didácticos, apologéticos y directi-
vos. Un buen ejemplo es la aparición el
El régimen porfirista sin duda guarda múl- 2 de enero de 1869 de El Renacimiento;
tiples malentendidos. La historia “oficial” revista cultural, literaria y política, que en-
se ha encargado de recubrir este periodo tre sus filas contaba con Ignacio Manuel
con los más exagerados apelativos y des- Altamirano, Guillermo Prieto, Ignacio Ra-
denes. Quizás una primera postura, que mírez, Manuel Derecho y el joven Justo
nos permita aproximarnos a este periodo Sierra Méndez. Este órgano cultural se
“incómodo” o “molesto” para algunos constituye como catalizador de múltiples
historiadores, es no perder de vista la in- corrientes políticas y culturales, sin duda
negable continuidad que existe entre la ocupa una función fundamental en la
República, el porfiriato y los gobiernos activación de las letras y la política del
posrevolucionarios. También la suerte de México posterior a la Reforma.
manipulación de que se han servido es- El porfiriato es regularmente enmar-
tos gobiernos para auto-justificarse. cado entre el periodo histórico que com-
La línea indeleble que permite realizar prende el día 23 de noviembre de 1876
este tipo de lectura es la ideología liberal, y 25 de mayo de 1911; en su primer pe-
con todo y las transformaciones que pa- riodo el general Díaz se enfrenta con
dece.20 Pues tras la instalación de la Re- muchas dificultades y desaciertos, sólo al
pública restaurada de 1867, es que el final de su mandato comienza a perfilar-
México independiente se ve en la posi- se como un “buen dirigente político”. A
bilidad de implementar la ideología li- su regreso –en 1884–, continúa su labor
beral triunfante sin los obstáculos de otra pacificadora y constructiva, elimina con
fuerza política amenazante. También este astucia a los caciques y refuerza la cultu-
gobierno tiene la necesidad de consoli- ra nacionalista con el culto a los héroes
dar una cultura nacional, al levantar el es- nacionales (principalmente con la figura
píritu patriótico de sus ciudadanos, que de Juárez), logra mantener un nivel cons-
juraban lealtad hacia su gobierno y su tante de prosperidad y de paz nacional.
patria. Es aquí donde podemos ver por
primera vez en nuestro país la relación
que el poder mantendrá con la cultura:
21
Una buena interpretación de este fenómeno
puede verse, por ejemplo, David R. Maciel, “Los
orígenes de la cultura oficial en México: los in-
20
Moisés González Navarro, “Tipología del Libe- telectuales y el Estado en la República Restaura-
ralismo”, en Historia Mexicana. núm. 2, vol. XXII, da”, en Los intelectuales y el poder en México, pp.
México, octubre-diciembre de 1982. 569–605.
La ideología positivista sin duda le ve- su “justificación”. Sucede algo tan reduc-
nía bien a las ideas progresistas y de mo- cionista, como poco útil, al condenar de
dernización del general; por otra parte, entrada a los científicos como cómplices
la ideología positivista logra inyectarle al directos del régimen autoritario de Díaz;
liberalismo clásico un ímpetu renovador y pero también resulta estéril el querer “sal-
ordenado. Ciertamente, la ideología po- varlos” a toda costa. Indudablemente por
sitivista o política científica no coincidía ambas vías no se llega muy lejos, lo que
del todo con la ideología progresista y se requiere es una postura comprensiva
rígida que Porfirio Díaz tenía en mente; más abierta y realista del asunto. Con este
las reformas constitucionales y políticas ánimo, es decir, buscando únicamente
que los positivistas impulsaron, primero en comprender mejor a este grupo de inte-
1888, luego en 1893 y 1903, lo demues- lectuales y su relación con el gobierno
tran plenamente. Quizás en el fondo las de Díaz, podemos formular las siguien-
disparidades eran mayores que las coin- tes conjeturas:
cidencias, pero las pocas afinidades eran
suficientes para mantener y sostener la 1. Con sus debidas reservas, al apli-
relación, que posibilitaba la implemen- car una óptica moderna a estos inte-
tación progresista que los científicos y lectuales del positivismo científico,
Díaz buscaban. resulta que en un cierto sentido dejan
de ser “intelectuales” tal como lo enten-
demos actualmente, para constituirse
A MODO DE CONCLUSIÓN en políticos, educadores, estadistas, di-
plomáticos, etcétera. Pero también, por
Visto así el asunto, el “misterio científico” su formación, y aunque condicionados
resulta muy aleccionador sobre la com- en buena medida por sus compromisos
pleja relación que suele establecerse en- políticos con el régimen, algunos de
tre los intelectuales y el poder; entre los ellos siguen conservando su posición
usos que requiere el Estado de la produc- de intelectual crítico y partícipe en la
ción cultural y la necesidad que tienen la formación de la opinión pública (el ca-
cultura, y sus actores principales, de un so de Bulnes sería el más evidente).
poder –con todos sus recursos y desde-
nes– que la sustente e impulse satisfacto- 2. Según François-Xavier Guerra, por
riamente. Relación que para mantenerse, más confianza y libertad que tuvieran
tiene que contener muchos equívocos y estos hombres de letras con el pre-
poca claridad. sidente Díaz, al grado de poder criticar
Resulta indudable que como grupo abiertamente medidas emprendidas
vinculado estrechamente con el General, por el régimen, no logran cumplir el
al ser considerados como los “íntimos papel de “consejeros del Príncipe”.
de Díaz”, comparten su misma suerte. Cuando mucho, los tomaba en consi-
Sin embargo, para comprender mejor deración a la hora de las decisiones
al grupo de los Científicos en el periodo importantes. En sí mismo, es relevan-
histórico señalado, resulta tan dañino el te la movilidad que permitía a los
“condenarlo” como el buscar a toda costa hombres que no sólo su amistad había
sido plenamente probada, sino que para buscar reformas más amplias en
fundamentalmente en la práctica su el ámbito político: la primera, en 1878
capacidad e inteligencia eran más que bajo la bandera de La Libertad, luego
reconocidas.22 en la fracasada tentativa reformista
de 1893, para intentarlo nuevamen-
3. Sostenemos aquí la hipótesis de la te de forma fallida en el año de 1903.
utilización mutua, por más indigna que Los dos primeros intentos fueron im-
luego suele considerarse. En realidad, pulsados y conducidos por Justo Sierra,
este grupo de intelectuales positivistas y el tercero por el Ingeniero Francis-
considera y calcula adecuado el go- co Bulnes.
bierno firme y estable del general Díaz
como el “lugar propicio” para conseguir Charles Hale observa aquí, apoyando la
implementar sus ideas y su proyecto de tesis fundamental de su trabajo,23 el fuer-
política científica en la compleja reali- te “componente constitucionalista” que
dad social mexicana. Por más absurdo acompaña a los tres intentos reformistas
que pueda oírse, el México del porfi- emprendidos por los positivistas. A nues-
rismo –que había logrado establecer tro entender, dos lecciones pueden des-
el orden después del caos de 1876– prenderse de este hecho: (i) la política
constituye una especie de “gran labo- científica, pese a que sin duda tuvo una
ratorio” sobre el que podrían poner en importante presencia en el gobierno por-
práctica sus ideas e ideales positivistas. firista, sobre todo a partir de 1892, en
realidad se vio bastante limitada. No con-
4. Por otro lado, Porfirio Díaz utiliza sigue impactar ni generar del todo las re-
adecuadamente el talento y compe- formas políticas, sociales, educativas y
tencia de esta élite intelectual, que, no económicas, que sus principios ideológi-
sólo revitaliza el liberalismo tradicional cos positivistas buscan; (ii) pero, por otro
rígido y de pocas propuestas, sino cu- lado, los positivistas científicos continúan
yas ideas novedosas también le sirven participando activamente con el régimen
para su proyecto progresista de Na- del general Díaz, pues seguían conside-
ción. Por otra parte, al pretencioso y rándolo como la única opción viable pa-
ambicioso general el “traje” de cientí- ra impulsar y realizar internamente las
fico le venía muy bien para su régimen, reformas de la política científica
necesitado del “glamour” y de las bue-
nas formas del saber.
OSCAR MATA*
25
OSCAR MATA
culminando con miembros del Ateneo de aprendieron “a hacer la guerra como di-
la Juventud, produjeron las obras que le cen los libros”.
dieron a nuestras letras carta de ciuda- La antología presenta como primera
danía universal. Al nombre de Mariano novela Los de abajo (1916) de Mariano
Azuela, se pueden agregar los siguientes: Azuela, obra que se ha convertido en
Martín Luis Guzmán, quien escribió en el ejemplo por excelencia del género.
Madrid El águila y la serpiente y La sombra Ciertamente es la primera novela publi-
del caudillo, José Vasconcelos quien ini- cada de las incluidas, sin embargo Castro
ció en el norte de España Ulises criollo y Leal ignora tres novelas que tratan el
con él la saga de sus memorias; José Ru- asunto del inicio de la revolución y que
bén Romero dictó Apuntes de un luga- aparecieron antes que Los de abajo. La
reño en Barcelona, España; en esa misma novela que realmente da inicio a la na-
ciudad, Mauricio Magdaleno, tras ente- rrativa inspirada en la Revolución Mexi-
rarse del asesinato de Emiliano Zapata, cana es Andrés Pérez, maderista,5 pu-
escribió El compadre Mendoza, que de- blicada por Blanco y Botas en 1911. La
safortunadamente no fue incluida en la acción transcurre de noviembre de 1910
antología. En La Habana, Cuba, Nellie a junio de 1911, meses en los que estalla
Campobello dio forma a las estampas y el descontento contra el dictador, y fi-
los relatos de Cartucho. Francisco L. Ur- naliza con la huída de Porfirio Díaz, el
quizo inició su carrera literaria durante ataque de los maderistas a Ciudad Juárez
su exilio en Madrid, de 1921 a 1924. Al- y el triunfo completo de la Revolución. O
gunas novelas de la Revolución fueron sea que don Mariano escribió su nove-
editadas por vez primera en el extranjero, la de manera casi simultánea al desarrollo
como consecuencia del clima político que de los acontecimientos históricos. No de-
prevalecía en México durante el Maxi- ja de ser lamentable que Andrés Peréz…
mato, como La sombra del caudillo (1930) haya quedado fuera de la antología. Su
y ¡Vámonos con Pancho Villa! (1931), que majestad caída o la Revolución Mexicana6
se imprimieron en la capital de España. de Juan A. Mateos (1831-1913) apareció
Doroteo Arango, mejor conocido co- en 1914. Viene a ser la conclusión de una
mo Pancho Villa es la figura principal, el vastísima producción de novelas históri-
personaje por excelencia de la narrativa cas cuyo primer título es El cerro de las
de la Revolución Mexicana. Su presencia campanas (Memorias de un guerrillero),
es tan avasalladora que bien puede consi- publicada en 1868. Juan A. Mateos nunca
derársele un mito. En contraparte, no hay se distinguió por la calidad de sus traba-
un villano que destaque. A Porfirio Díaz jos y Su majestad caída peca del tremen-
se le respeta y por el chacal Huerta más dismo y la cursilería que lo caracteriza-
que odio hay desprecio; los pelones a fin ron; la novela da noticias de la victoria de
de cuentas son pueblo, igual que los al- Pascual Orozco en Ciudad Juárez sobre
zados. El papel de “malos” queda reser-
vado para los jefes políticos, los hacen-
dados y los comerciantes abusivos, así
como para uno que otro de esos oficiales 5
Mariano Azuela. Andrés Peréz, maderista.
6
Juan A. Mateos. Su majestad caída o la Revolu-
que –en palabras de Rafael F. Muñoz– ción Mexicana.
las tropas del gobierno y termina con la moscas (1918), una novela compuesta por
transcripción de la renuncia de Porfirio cuadros con poca relación entre sí, mues-
Díaz a la Presidencia de la República, el tra cómo los líderes revolucionarios em-
25 de mayo de 1911. Ireneo Paz (1838- piezan a usar el poder en beneficio propio
1924) también fue testigo del fin del Por- y se dejan lisonjear por los oportunistas
firiato y del triunfo maderista; autor de que como moscas acuden por su parte
una serie de novelas y leyendas históricas del botín.
de la Independencia puso punto final a Se debe a Martín Luis Guzmán (1887-
la saga con Madero,7 aparecida en 1914. 1976) la mejor novela jamás escrita en
Mariano Azuela (1873-1952) está es- torno a la Revolución Mexicana: La som-
pléndidamente representado con tres no- bra del caudillo (1930).11 Obra del talento
velas: Los de abajo,8 Los caciques9 y Las convertido en lúcida inteligencia, en nin-
moscas10. La importancia y la populari- gún momento cae en la demagogia ni se
dad de Los de abajo hacen que cualquier deja llevar por el dolor o la indignación
consideración acerca de ella y su prota- ante el ya por aquel entonces corrupto
gonista resulte redundante. Tan sólo sería panorama político. La trama, sólidamen-
oportuno recordar que Demetrio Macías te trazada y desarrollada con la eficiencia
es el personaje por antonomasia de la na- de una acción militar exitosa, refiere la
rrativa de la revolución y que en los bravos lucha por la presidencia de la república
que comanda se palpa la fuerza que pro- en tiempos de Obregón y muestra la ver-
vocó el estallido del conflicto armado: el dadera cara de los generales victoriosos,
odio. Mariano Azuela refería que escribió para quienes la justicia revolucionaria de-
Los caciques (1918) “a escondidas”, por las bía favorecerlos única y exclusivamente
noches y no bien terminaba su sesión de a ellos. Los otrora caudillos no son sino
trabajo, escondía sus papeles por temor a hienas que buscan o se aferran el po-
un cateo de alguna de las facciones que der, “madrugando” a sus enemigos y cui-
pasaba por Lagos de Moreno. La acción dándose de un “madruguete”. Mucha de
tiene lugar en una ciudad de provincia y la férrea lucidez de La sombra del cau-
transcurre entre el triunfo de Madero y la dillo se debe a que antes de escribir la
traición de Huerta. El poder del dinero y novela, Martín Luis Guzmán dio forma a
sus maniobras para acomodarse en el otra obra maestra, El águila y la serpiente,
nuevo orden social constituyen el eje de una crónica de su odisea personal tras
la historia, que nos ofrece las mejores pá- la traición de Victoriano Huerta, que lo
ginas del Azuela costumbrista. En Las obligó a huir del país, para unirse con
cientos de mexicanos descontentos, en
los Estados Unidos. El águila y la serpien-
te (1928)12 ofrece una galería de retratos
7
Ireneo Paz. Madero. de la inmensa mayoría de los futuros cau-
8
Mariano Azuela. Los de abajo (Cuadros de la re- dillos revolucionarios en los meses en que
volución mexicana).
9
Mariano Azuela. Los caciques. Novela de costum-
bres nacionales.
10
Mariano Azuela. Cuadros y escenas de la Revo-
lución Mexicana. Las moscas. Domitilo quiere 11
Martín Luis Guzmán. La sombra del caudillo.
ser diputado. 12
Martín Luis Guzmán. El águila y la serpiente.
15
Agustín Vera. La revancha. Novela mexicana.
16
Una de ellas es la de La novela de la Revolución
13
José Vasconcelos. Ulises criollo. Mexicana, t. 1, pp. 811- 920; la otra es de Premia-
14
José Vasconcelos. La tormenta. SEP, 1982, 243 pp. (La matraca, 22)
21
José Rubén Romero. Desbandada. 23
Gregorio López y Fuentes. Campamento.
22
José Rubén Romero. Desbandada en La Novela 24
Gregorio López y Fuentes. Tierra. La Revolución
de la Revolución Mexicana, t. II, pp. 170-171. Agraria en México.
“la bola” fue una lucha entre hermanos en su barrio le decían “Diablo”, pero pron-
revolucionarios y a él no le gustó guerrear to se aleja de esos lares. El protagonis-
contra sus compatriotas. ta, jarocho como Mancisidor, deja atrás
José Mancisidor (1894-1956) evoca su una vida irresponsable para sumarse a la
participación en la defensa del puerto de rebelión en contra del dictador, bajo
Veracruz, contra la invasión norteameri- la férula de dos personajes con visiones
cana de abril de 1914, en Frontera junto distintas de la Revolución: El Canteado,
al mar,27 escrita en 1949 y publicada en el campesino bragado que lucha por un
1953. Antes había dado a la imprenta En pedazo de tierra y la libertad para tra-
la rosa de los vientos (1941)28, que narra bajarla, y León Cardel, preso político du-
el surgimiento de las ideas revolucionarias rante la dictadura, quien proclama que la
en la región del golfo de México, el es- lucha armada debe acarrearle más be-
tallido de las hostilidades, el triunfo de la neficios a la población, principalmente a
Revolución, así como el olvido de tanta los obreros. Los mejores momentos de la
y tanta sangre joven derramada. No obs- novela recrean acciones bélicas, verdade-
tante, la antología coloca primero a Fron- ras gestas, evocaciones de los hechos de
tera… que recoge el odio generalizado armas en los cuales participó Mancisidor
de los mexicanos hacia el mariguano –como la toma de los campos petroleros
Huerta, cuyos esbirros no dejaban de es- en manos de compañías extranjeras y
piar a la ciudadanía, pues en todo el país una marcha a través del desierto durante
se hablaba de los triunfos de Villa y del la cual son atacados por los pelones–,
avance del carrancismo hacia la capital. quien logró salvar el pellejo en “la bola”.
Frontera junto al mar se desarrolla en un Sin embargo no corre con la misma for-
barrio bravo de Veracruz, habitado por tuna en su faceta de predicador social.
pescadores explotados por los comercia- Junto al admirable aliento épico de En la
lizadores y fauna urbana de la más di- rosa de los vientos, hay un excesivo ver-
versa calaña, como “El Chespiar”, un balismo revolucionario, que desmerece
vagabundo que da clases de inglés a los ante los sucesos novelados. En vida José
niños del barrio. La parte central de la Mancisidor fue un hombre de una pieza,
trama está compuesta por las acciones cuyas acciones siempre dejaron constan-
de los porteños en contra de los diez na- cia de sus indeclinables convicciones re-
víos de guerra norteamericanos y más volucionarias, pero si en su calidad de
allá del maniqueísmo que caracteriza a novelista pretendió expresar un ideario o
Mancisidor, acaso su mérito resida en la una ideología revolucionaria, erró en su
presentación de diversas acciones béli- propósito. La Revolución Mexicana care-
cas llevadas a cabo por civiles. De mejor ció de ideología, no tuvo un credo social
factura resulta En la rosa de los vientos, que la encausara, como la rusa. Se inició
novela cuyo narrador y protagonista per- como una exigencia por elecciones lim-
manece en el anonimato, pues no da su pias, continuó con un reclamo por la tie-
nombre – en el capítulo dos refiere que rra y libertad para trabajarla, y acabó
siendo una rebatinga por el poder. Las
mentes más lúcidas que escribieron so-
27
José Mancisidor. Frontera junto al mar.
28
José Mancisidor. En la rosa de los vientos.
bre la Revolución, José Vasconcelos y
Martín Luis Guzmán, no se ocuparon del monos con Pancho Villa! que –según pa-
aspecto ideológico, simple y sencillamen- labras de su autor sólo contiene hechos
te porque no existía. Vasconcelos, a pro- verídicos– es un híbrido que demuestra
pósito de la Convención de Aguascalien- el carácter impuro del género novela.
tes, se concreta a presentar la situación Sus primeros “capítulos” en realidad son
del país y de las luchas entre las diversas unos cuentos que Muñoz publicó en
facciones en ese preciso momento; Mar- El Universal, inspirados en los “Leones
tín Luis Guzmán, en La sombra del cau- de San Pablo”, unos campesinos que se
dillo, se limita a señalar las reacciones de unieron a la División del Norte. Son na-
los asistentes ante los discursos de los rraciones ágiles, con un desarrollo veloz,
líderes, pero se abstiene de citar o trans- que tienen como protagonistas a todos
cribir fragmento alguno… Mancisidor es- y cada uno de los “Leones” y como telón
cribió En la rosa de los vientos justo en de fondo dan cuenta de los avances de
los años en que la Revolución Mexica- las tropas villistas y de sus preparativos
na lograba sus máximas conquistas so- para la toma de Zacatecas; Rafael F. Mu-
ciales: la reforma agraria, el salario míni- ñoz está considerado el mejor cuentista
mo, la educación obligatoria y gratuita, así de la Revolución y los ocho primeros “ca-
como la expropiación petrolera. En ese pítulos” de ¡Vámonos con Pancho Villa!
entonces, era posible tener una visión es- lo demuestran. De pronto, el tempo y la
peranzadora del futuro del país, con la anécdota de la novela cambian de mane-
cual termina la novela, mostrando a El ra radical: Francisco Villa, que apareció
Canteado que muy feliz trabaja su tierra. esporádicamente en la primera mitad, se
La obra de Rafael F. Muñoz (1899-1972) convierte en la figura central de la trama.
es una oda, un ditirambo, a “la figura Se trata de un Villa que conoció la derro-
imponente” de Francisco Villa. Muñoz no ta en Celaya y va en retirada; no obstante,
perteneció a las huestes del Centauro tiene los arrestos para demostrar su odio
del Norte, pero su producción literaria a los gringos atacando Columbus, además
lo muestra como un ferviente villista. de salir victorioso de una batalla contra
Gracias a su actividad periodística tuvo los carranclanes y sobrevivir a una herida
oportunidad de entrevistarlo en varias de bala “fría”, de rebote, que se le incrus-
ocasiones y quedó impactado por su ta en una pierna. Toda una ordalía, la
personalidad. La primera edición de ¡Vá- épica personal de El Centauro del Norte
monos con Pancho Villa!29 apareció en por ocultarse de la punitiva expedición
Madrid, debido a que Calles y sus esbi- yanqui que simplemente no pudo en-
rros trataban, infructuosamente, de bo- contrarlo, mucho menos apresarlo, y so-
rrar cualquier vestigio del máximo jefe brevivir sin auxilio médico ni medicamen-
de la División del Norte. “Aquél sí que tos, pero con la indeclinable lealtad de
era hombre y jefe de hombres…”30 ¡Vá- sus seguidores. Un alto porcentaje de la
imponente figura de Francisco Villa resi-
dió en la nobleza y la lealtad de sus hues-
tes; la segunda parte de ¡Vámonos con…,
29
Rafael F. Muñoz. ¡Vámonos con Pancho Villa!. una novela corta perfectamente hilva-
30
Rafael F. Muñoz. ¡Vámonos con… en La Novela
de la Revolución Mexicana, t. II, p. 723. nada, ofrece testimonio de tal grandeza
humana. Por su parte, Se llevaron el ca- Más que una novela de la Revolución,
ñón para Bachimba31, novela finalizada que por cierto lo es, El resplandor (1937)32
en 1936 y publicada cinco años des- representa una brillante síntesis de la na-
pués en Buenos Aires, se desarrolla du- rrativa mexicana del primer tercio del
rante la rebelión de Pascual Orozco en siglo XX, pues en ella se advierte el cos-
contra del presidente Madero. Cuenta la tumbrismo, un acercamiento al mundo
iniciación en la vida de Álvaro Abasolo, colonial, las historias verídicas de la Re-
un jovencito de familia acomodada que a volución y el indigenismo. Mauricio Mag-
los trece años se suma en calidad de se- daleno (1906-1986) ofrece un mural del
cretario a la Brigada Ruiz, una facción campo mexicano más extenso: el de cal
orozquista, debido a que sabe leer y es- y tepetate, siempre sediento de agua y
cribir, y en más de un idioma. Pascual de la más elemental justicia social. La
Orozco no le gusta, pues considera que acción se desarrolla en la región del valle
le faltaba “ese efluvio misterioso del je- del Mezquital, en el estado de Hidalgo,
fe” que arrastra a los demás a seguirlo sin tierra de los otomíes, raza explotada
condiciones, como Pancho Villa. En cam- por los aztecas, los conquistadores y los
bio, entre Marcos Ruiz, el jefe de la bri- mestizos. En el siglo XVI recibieron bien
gada, y él pronto se establecen lazos de a los españoles, esperanzados de que
cooperación y simpatía. Bajo su férula los libraran del yugo azteca, pero des-
Álvaro se convierte en un “colorado”, an- pués cayeron en otro peor, el de los en-
sioso de contribuir en la salvación del comenderos, representados por la dinas-
pueblo sojuzgado. Sin embargo, la briga- tía de los Fuentes, amos y señores de la
da tiene poca actividad, contadas veces región hasta la Independencia, cuyos be-
entra en combate, o se la pasa huyendo neficios no se recibieron en esos lares;
de los pelones que la aventajan en ar- de ahí que los otomiés sean ariscos y se
mamento y municiones; para colmo de cierren a toda novedad. Con la Revolu-
males desperdician mucho tiempo en es- ción abrigan esperanzas de un cambio
pera de las órdenes de Orozco, que har- positivo, encarnado en “Coyotito”, al-
to se demoran y cuando al fin llegan in- guien de su misma raza, un huérfano cria-
dican que la brigada debe retroceder aún do por los habitantes de San Andrés de
más, lo que acarrea su desintegración. la Cal y educado en la capital del estado
Se llevaron el cañón para Bachimba no por la revolución triunfante. Gracias al
deja de trasmitir cierto dejo de derrota, apoyo de sus paisanos, “Coyotito” se
en un tono antiépico. Sin embargo, el convierte en el señor gobernador del es-
aprendizaje de la vida de Álvaro le da tado y una vez en el poder sigue el mis-
la certeza de haberse convertido en un mo patrón de conducta adoptado por
hombre completo. la inmensa mayoría de los gobernantes
surgidos de la Revolución Mexicana.
31
Rafael F. Muñoz. Se llevaron el cañón para
Bachimba. 32
Mauricio Magdaleno. El resplandor.
Miguel N. Lira (1905-1961) escribió vencer a los pelones, pero a base de res-
La Escondida (1948)33 casi treinta años peto y perseverancia consigue ganarse su
después del fin de las hostilidades béli- corazón. A primera vista el melodrama
cas, por tanto pudo apreciar la Revolución de Gabriela y Felipe desentona, por no
desde una perspectiva histórica. “La Es- decir choca, con la violencia caracterís-
condida” es, por un lado, una pequeña tica de la narrativa de la Revolución, sin
selva enclavada en el monterío de la sie- embargo los extremos se atraen y termi-
rra y, por otro, una hermosa mujer, Gabrie- nan encontrándose. Y de la mescolanza
la Adalid, viuda de un general porfiriano, de clases sociales que trajo consigo “la
a quien el cabecilla revolucionario Felipe bola” surgió el México de nuestros días.
Rojano, protege y esconde en su casa, Siempre que se comenta una antolo-
hasta que se enamoran y procrean un hi- gía, no faltan los señalamientos de nom-
jo, que no conocerá a su padre, asesina- bres y títulos dejados fuera o incluidos
do por uno de sus compañeros revolu- sin los méritos suficientes. Este caso no
cionarios, pero crecerá y vivirá en el podía ser la excepción, máxime al tratar-
México producto del régimen revolucio- se de una empresa de esa envergadura.
nario. En La Escondida el amor adquiere Castro Leal sin duda realizó un trabajo
una importancia que no tiene en ningu- sobresaliente, que ha obtenido muy me-
na otra novela de la Revolución –salvo recido reconocimiento. Las observacio-
La revancha–, cuyos personajes, preocu- nes a su elección han quedado seña-
pados por conservar el pellejo, no ladas: las ausencias de Andrés Pérez,
cuentan con el tiempo ni los ánimos pa- maderista; La tormenta y El compadre
ra entregarse a tal sentimiento. La acción Mendoza, así como la inclusión de Apun-
se desarrolla en Tlaxcala y abarca desde tes de un lugareño. En lugar de esta últi-
los últimos años del Porfiriato hasta la ma bien pudo haberse incluido Tierra
caída de Victoriano Huerta. Los princi- caliente (1935)34 y El sur quema (1937)35
pales sucesos revolucionarios –el Plan de de Jorge Ferretis (1902-1962). Podría
San Luis, los levantamientos en Chihua- aducirse que Ferretis dista de ser un au-
hua, los asesinatos de los hermanos Ser- tor de primera línea, pero José Rubén
dán, el ascenso al poder de Madero– Romero tampoco lo es, y las novelas de
marcan el desarrollo de la trama, como en Ferretis se ocupan primordialmente de la
toda novela de la Revolución. Sin embar- Revolución Mexicana, desde el inicio del
go, y esto distingue a La Escondida de las movimiento armado hasta la corrupción
otras obras de su género, Lira presta la que muy temprano se apoderó de ella.
misma atención a los hechos de armas y Mariano Azuela fue el primero en de-
de gobierno que a la melodramática rela- nunciarla en Andrés Peréz, maderista; en
ción de la bien educada y elegante dama 1918, cuando el país padecía los últimos
con el analfabeto jefe revolucionario, meses de lucha armada, Diego Arenas
quien se convierte en un cacique tras
34
Jorge Ferretis.Tierra caliente. Los que sólo saben
pensar.
33
Miguel N. Lira. La Escondida. 35
Jorge Ferretis. El sur quema. Tres novelas.
Iguiniz, Juan B. Bibliografía de novelistas chimba. Bs. As, Espasa Calpe, 1941.
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Villa! Madrid, Espasa Calpe, 1931. Vasconcelos, José. Ulises criollo. México,
. ¡Vámonos con... en La Novela Botas, 1935.
de la Revolución Mexicana, t. II, p.723. . La tormenta. México, Botas,
. Se llevaron el cañón para Ba- 1937.
41
LETICIA ROMERO CHUMACERO
Torres Bodet, por su parte, recordaba el el doctor Elías Nandino afirmó que sus
momento en que él y otros jóvenes pre- amigos los Contemporáneos fueron los
paratorianos recibieron máuseres para “Pancho Villa de la revolución sexual”.4
desfilar el 15 de septiembre de 1913. Por otra parte, a pesar de haber estu-
Aquello ocurrió cuando, muerto el Presi- diado en el Colegio Militar y, por ende,
dente Madero, Victoriano Huerta mili- pese a comprender las dinámicas de la
tarizó San Ildefonso y otras institucio- guerra, para José Juan Tablada las tropas
nes académicas: carrancistas representaron la violenta e
incomprensible destrucción de su cos-
No imaginaba yo tan incómodo el par- mopolita casa de aspecto japonés. En
te de un instrumento de destrucción. otros casos, como el de Federico Gamboa,
La gruesa correa del mío se me incrus- primero, y el de José Vasconcelos, des-
taba en los dedos profundamente. Y la pués, la Revolución fue punta de lanza de
grasa del cerrojo parecía más destina-
malogradas aspiraciones políticas, así co-
da a mancharme las mangas del traje
que a prevenir la parálisis del gatillo.2
mo de un exilio forzado. La revuelta, en
suma, trastocó las vidas familiares, aca-
démicas, periodísticas, diplomáticas y
A diferencia de ellos, el niño Nandino se
políticas de aquellos escritores y –aun-
topó con testimonios de muerte muy
que a veces de soslayo–, asomó en su
pronto. Su familia se refugió en casa de
escritura creativa desbordando eso que
un sacerdote cuando llegaron a su natal
la historiografía literaria llama Narrativa
Cocula las tropas carrancistas; entonces,
de la Revolución Mexicana.
envalentonado, Elías salió a la plaza bur-
Precisamente esa profunda modifica-
lando el toque de queda, sólo para topar-
ción de la existencia provocada por el
se con rastros de un fusilamiento y con
movimiento armado es el tema de “El Co-
un grupo de colgados que le inspiraron
ronelito”, relato breve escrito por el poe-
pavor y lo impelieron a huir rumbo a su
ta jalisciense Elías Nandino y publicado
casa: “Había visto morir pero no matar”,
en 1951.5 Al tratarse de un cuento y, más
escribió años más tarde.3
aún, del único cuento de ese autor, cabe
El rudo aprendizaje derivado de aque-
preguntar por su ubicación en el marco
llos acontecimientos fue relevante en
de la obra nandiniana: ¿qué aspecto de
más de un sentido: en ese San Ildefonso
la Revolución podía interesarle a un poe-
tomado por militares, Jaime Torres Bodet
ta?, ¿por qué elegir la prosa para apro-
se vinculó con quienes más tarde serían
ximarse al tema?, ¿de qué manera su
conocidos como Contemporáneos; por
poesía habitaría en el relato?
otra parte, el México postrevolucionario
con su hambre de vida, brindó licencias
y ocasiones suficientes para la iniciación
homoerótica del joven Salvador Novo. Y,
por cosas como esa, décadas más tarde,
4
De dolores y placeres, p. 70.
2
Torres Bodet, Tiempo de arena, p. 46. 5
Elías Nandino, “El Coronelito”, América. Revista
3
Nandino, Juntando mis pasos, p. 44. Antológica, pp. 203-220.
8
Salmerón, op. cit., p. 60. 9
Propp, Raíces históricas del cuento, passim.
lírica aportó en esos casos un enfoque ciones sufridas por todo un país agobia-
embellecedor a manera de contrapunto do por la obligatoria reorientación de su
ante la destrucción y la violencia. vida. También apuntala elementos para
Pero, ¿qué aspecto de la Revolución confirmar la aceptación del carrancismo
podía interesarle a un poeta? Acaso el como síntesis de los ideales revoluciona-
atisbo de esperanza agazapado tras la rios entre algunos escritores mexicanos;
crueldad de los hechos vividos y recrea- otros, como se sabe, optaron por Villa,
dos literariamente. Quizá la gran metá- como hizo Nellie Campobello en Cartu-
fora de vida implícita en un territorio de cho, por ejemplo. Y todo lo anterior es
muerte. Tal vez la exploración minuciosa, enriquecido por el registro poético del
a través del caso de un muchacho cuya lenguaje nandiniano, por una musicali-
existencia se pliega a los designios de una dad que conquista armónicamente la pro-
guerra, del poder metafórico de ésta: su sa narrativa logrando no sólo un relato
condición de extrema ruptura de certezas, alegórico ambientado en un contexto de
de escenario de transformaciones interio- resonancias históricas, sino el testimonio
res y exteriores. La guerra, en el cuento de de una faceta poco conocida pero fe-
Nandino, se antoja detonante de una rai- cunda, de un escritor mexicano que to-
gal búsqueda de significado para la vida. davía nos depara gratas sorpresas
La elección de la narrativa como medio
para verter reflexiones sobre lo antedi-
cho pareciera orientada, pues, por la ne-
cesidad de llevar la abstracción hacia una
esfera más inmediata. Entonces la poe-
sía, mediante la cual examinó Nandino la
muerte y el erotismo en múltiples ocasio-
nes, cedió el paso a una relación de he-
chos cercana a la experiencia cotidiana,
pero capaz de conferir sentido en el tiem-
po y el espacio a sucesos particularmente
caóticos. La historia del niño que arriba
a la adultez en medio de una convulsión
social generalizada, se torna paradigmá-
tica e incluso simbólica: el aliento poético
atempera, sin esconder, la revolución par-
ticular de un individuo; el aliento narrati-
vo la exhibe, dotándola de una densidad
que apunta hacia el realismo propio del
ciclo de la Revolución Mexicana.
En el marco amplio de la obra del ja-
lisciense, “El Coronelito” recupera un
episodio situado en el terruño del autor
y le da un carácter mítico, aunque tam-
bién representativo de las transforma-
49
NORA PÉREZ R AYÓN
un acto de política exterior que, de hecho, cional (PRI) basaron, en lo general, su legi-
no era visto con simpatía por una prensa timidad no mediante el uso de la fuerza
anticomunista? ¿Ejerce la prensa presión física si bien tampoco con el consenti-
para modificar una política gubernamen- miento expreso de la voluntad popular a
tal con la que no está de acuerdo? través del voto ciudadano. Se trataba de
un consenso más bien tácito que explíci-
to, fundamentado en buena parte en el
EL CONTEXTO NACIONAL cumplimiento de programas de gobierno
Y LA IX REUNIÓN DE LA OEA inspirados en el movimiento revolucio-
nario y en la Constitución de 1917: desa-
El presidente Adolfo López Mateos asume rrollo económico, justicia social, reforma
el poder en diciembre de 1958. Si bien agraria, protección de los derechos de
en esos años el sistema político mexicano los trabajadores, educación obligatoria y
gozaba de prestigio internacional entre laica, afirmación de independencia fren-
académicos y políticos por su capacidad te al exterior.
de generar altas tasas de crecimiento México mantuvo durante las dos déca-
económico y estabilidad política, ya se das de la posguerra un crecimiento eco-
apreciaban algunos focos rojos.2 nómico sostenido de 6% en promedio, y
Por un lado la amenaza de un estanca- si bien este porcentaje no favoreció a la
miento de la economía mexicana dejaba mayoría de los mexicanos, los gobiernos
sentir ya sus primeros efectos al apreciar- pudieron fundar y legitimar su actuación
se un insuficiente crecimiento del merca- política en ello; de ahí que mantener una
do interno, desigualdad en la distribución alta tasa de crecimiento se convirtió en
del ingreso y falta de capitales entre otros. dogma frente al cual se sacrificaron otros
Por otro lado como Secretario del Traba- objetivos. Mantener el crecimiento exigía
jo, ese mismo año, López Mateos tuvo que estabilidad política y esta se mantenía a
enfrentar las manifestaciones de protes- través de complejos equilibrios con dis-
ta y las huelgas de importantes sindica- tintos actores políticos.
tos nacionales de maestros, trabajado- En ese marco el nuevo presidente, Adol-
res ferrocarrileros, petroleros y telefonistas fo López Mateos, siguió una política am-
quienes demandaban aumentos salaria- bigua. Por un lado, buscó una renovación
les y la democratización de sus organiza- del consenso y la legitimidad del sistema
ciones sindicales. La respuesta del gobier- político con un discurso nacionalista y po-
no fue la represión y el encarcelamiento pular dirigido principalmente a organiza-
de sus líderes con costos en legitimidad ciones obreras y a la izquierda en general.
para el régimen. Un ejemplo en ese sentido fue la famo-
Cabe recordar que los regímenes ema- sa declaración del 1 de julio de 1960, de-
nados del Partido Revolucionario Institu- finiendo su régimen como “dentro de la
Constitución de extrema izquierda”.
El discurso se acompañó con la expan-
2
Véase Olga Pellicer y Esteban Mancilla, El enten- sión del gasto público y con una política
dimiento con los Estados Unidos la gestación del de corte nacionalista que implicó, entre
desarrollo estabilizador, Historia de la revolución
mexicana 1952-1960, pp. 81-116 y 259-294.
de tomar represalias.9 La izquierda mexica- tura de los medios, así como en las carac-
na se movilizó en apoyo al presidente.10 terísticas del sistema político autoritario;
Sin embargo, la preocupación funda- es decir, el presidencialismo, el partido
mental de la política mexicana frente a hegemónico y la relativa autonomía del
Cuba no fue la defensa de la revolución grupo gobernante durante el largo perío-
en ese país; sino mantener la tradición en do del dominio del PRI. Informando y
política exterior panamericana (no inter- formando opinión pública, moldeando,
vención y autodeterminación), la oposi- influyendo y buscando determinar actitu-
ción al otorgamiento de poderes exce- des y políticas en beneficio de intereses
sivos a la OEA y el interés en mantener particulares y orientaciones ideológicas,
una cierta independencia de los Esta- los medios de comunicación de masas
dos Unidos. son actores del poder. La mayor parte de
los medios de comunicación de masas son
de propiedad privada, pero su existencia
EL SOL DE PUEBLA, NOVEDADES se explica también, en muchos casos, más
Y LA PRENSA11 por razones políticas que empresariales.
Sin embargo, el Estado mexicano contaba
El carácter mixto de la economía capitalis- con mecanismos diversos para ejercer un
ta mexicana se ha reflejado en la estruc- amplio control sobre la prensa: subven-
ciones y publicidad gubernamental, la
empresa paraestatal PIPSA que controla-
9
El gobierno mexicano utilizó en esa ocasión
ba la producción, importación y distribu-
un medio inusitado en la política exterior del ción del papel periódico, políticas de
país: dio a conocer su postura seis días antes de crédito y financiamiento discrecionales y
iniciarse la Reunión de Consulta, con el objeto
de comprometerse con esta política ante la opi-
los “embutes” o sobornos a los periodis-
nión pública y hacerse de ese modo menos tas; por último, a través de una política
vulnerable a las presiones que indudablemente de información, el gobierno solicitaba que
se ejercería desde Washington. Véase Pérez-Ra-
yón, op. cit., para un análisis de la Novena Reu-
los medios se autoimpusieran una serie
nión de Consulta, pp. 1-33. de restricciones. Así, los periódicos han
10
En la movilización a favor de Cuba y el presiden- tendido a responder a los intereses y pro-
te estuvieron la Confederación Campesina Inde-
pendiente, el Comité Mexicano por La Paz, el
yectos del aparato gubernamental.12
Movimiento de Liberación Nacional y Lázaro
Cárdenas. Una vez más el recurso ideológico na-
cionalista de la autodeterminación de los Esta-
dos, principio de política exterior del régimen
revolucionario movilizaba las fuerzas progresis-
tas a favor del gobierno en turno; una vez más se núcleos de población. Por ejemplo, el 37.5% de los
impuso para la izquierda la convicción ideológi- mayores de 6 años era analfabeta. Por otra parte,
ca de priorizar la solidaridad internacional por había una desproporción enorme en la circulación
encima de los problemas nacionales. Véase tam- de diarios entre las regiones más urbanizadas
bién Ricardo Pozas, “Elección presidencial y re- y alfabetizadas del país, como el Distrito Federal y
producción del régimen político en 1964”, los estados del norte, por un lado, y las regiones
Secuencia, núm. 74, pp. 138-139 rurales del sur. Véase Pablo Gonzalez Casanova,
11
Hacia la década de 1960 circulaban en México “La opinión pública” en México 50 años de
más de 3, 000 periódicos, de los cuales 250 revolución, T.III, p. 404.
diarios y 750 semanarios. Sin embargo, el acceso 12
Véase Rossana Fuentes Bérain,. “Prensa y poder
a la información estaba limitado a determinados político en México”, Razón y palabra y Carlos
naturaleza del gobierno de Cuba. La de- vemos que no mostró tampoco mayor in-
fensa de esa legalidad emprendida por terés en ser portavoz de algunos secto-
México parece, de hecho, confusa. En res de la opinión pública muy críticos a
consecuencia, les parecen criticables los la actitud asumida por el gobierno. Tam-
argumentos esbozados por nuestro de- poco explotó el material noticioso sobre
legado ante la Conferencia. Se recrimina las manifestaciones en contra y las críti-
a México por haber aprobado sanciones cas que la política mexicana suscitó en
contra el gobierno del dictador domini- el extranjero, ni asustó exageradamente
cano Leónidas Trujillo, y por negarse a a sus lectores con la amenaza de posi-
aplicarlas en el caso de Fidel Castro. Les bles represalias.
parece injusto y necesario que el princi-
pio de no intervención no se ha invocado
por los tiranos de América como coarta- NOVEDADES
da, ni pueden escudarse en ese postula-
do los gobiernos que lo desconocen co- En 1936 la familia Herrerías fundó Nove-
mo “el bellaco de Castro Ruz”.25 dades que sería “transferido a un grupo de
Una vez terminada la Conferencia, el amigos de Miguel Alemán en 1944, poco
diario parece olvidarse prácticamente de antes de ser este nominado candidato a
la actitud de nuestro gobierno en la mis- la Presidencia.”26 Novedades pasaría des-
ma. Sus comentarios sobre el particular pués a ser la cabeza de la segunda cade-
refieren que a su juicio la Reunión consti- na de periódicos del país y parte del im-
tuyó un fracaso, pues Castro seguiría ade- perio de medios de difusión más grande
lante con su política de subversión, y se del mundo de habla hispana.27
advierten referencias a la impasibilidad Se sabe que el origen mismo de la for-
de México “ante la tragedia cubana”. tuna de la familia empresarial O’Farril es-
Por último, en relación a la pregunta ta estrechamente ligado a intereses polí-
planteada sobre si contribuye la prensa ticos de considerable influencia nacional
a movilizar la opinión pública a favor del como los representados por los expre-
gobierno, la respuesta es negativa en el sidentes Miguel Alemán y Manuel Avila
caso de El Sol de Puebla, en realidad se Camacho, así como los del ex consul
esforzó por presionar al gobierno a mo- norteamericano en Puebla, William O.
dificar su posición legalista y condenar a la
Cuba de Fidel, como un infierno.
Es verdad que el diario publica algu- 26
Fátima Fernández Christleb, La prensa en México,
nas manifestaciones a favor de la actitud p. 22. Este periódico, es una publicación matu-
asumida por nuestro presidente en la con- tina. Su precio es de $0.80 excepto el domin-
go cuando cuesta $ 1.50. El diario tenía tres sec-
ferencia de la OEA, pero sin concederles ciones. Se revisó la primera que está dedicada a
en general gran atención. Sin embargo, política nacional e internacional, y solía ocupar
alrededor de 12 páginas, de las 30 o 40 de que
consta el periódico. Uno de los grandes diarios
de la capital muy leído por las clases media y
alta, contaba con una circulación diaria de 107,
25
Ver editoriales: “La hermana de Castro acusa” El 918 ejemplares.
Sol de Puebla, 1/7/1964, pp.1 y 3 “La no interven- 27
R.. Arredondo y T. Sánchez Ruiz, Comunicación
ción”, El Sol de Puebla, 18 /7/ 1964, p. 2. social, poder y democracia en México, p. 41.
Jenkins, eje centrales de lo que se cono- Cuba como “otro sainete de Castro Ruz”
ce como el grupo Puebla.28 y una comedia que solo pretende con-
Procederemos, en consecuencia, a exa- trarrestar las consecuencias de la Reu-
minar los temas sobre Cuba a los que el nión de Cancilleres, e impresionar al mun-
diario dio mayor importancia durante do a su favor.31
el periodo estudiado.29 Las declaraciones de Juana Castro fue-
El diario se interesó en destacar la in- ron también material noticioso destaca-
formación referente a las relaciones entre do: “Juanita Castro rompe con el régimen
Cuba y los Estados Unidos. Novedades en de su hermano Fidel. Pide a la OEA salve a
su editorial comparte el punto de vista de Cuba y a Latinoamérica” y “Juanita Castro
la Casa Blanca según el cual Fidel pre- se esconde por temor a los agentes de
tende un acercamiento con los Estados Fidel, 32 En el editorial “La verdad sobre
Unidos, pero sostiene que: Cuba”, se resalta el valor del testimonio
de Juana, alegando que el mexicano, por
Desgraciadamente el ‘trato’ que propo- cariño a Cuba y dolor por sus problemas,
ne va a ser difícil de aceptarse. Según se encuentra frecuentemente incapacita-
parece, el gobierno cubano está dis- do para juzgar y, sobre todo condenar lo
puesto a dejar de ayudar a la expan- que ahí ocurre, pero está en México una
sión del comunismo en los países ibe-
testigo que tiene que influir poderosamen-
roamericanos, si los Estados Unidos
dejan de ayudar a los que el llama con-
te en la orientación y en el juicio que de
trarrevolucionarios cubanos. Ambos pro- ello se haga: la hermana de Fidel Castro:
blemas existen, Pero hay también otros
que obviamente tienen que ser resuel- Sus declaraciones tendrán resonancia
tos previamente, según se afirma en la mundial y sería aventurado anticipar los
Casa Blanca. Entre ellos obviamente efectos prácticos, principalmente políti-
la dependencia del Gobierno cubano cos, que vayan a causar, sobre todo
de la Unión Soviética y el sostenimien- cuando esta por efectuarse la Novena
to de guerrillas subversivas en América Reunión de Consulta de la O.E.A.33
del Sur. O sea que Castro da la impre-
sión de proponer un trato con el deseo En editorial dedicado a la Junta de Can-
de que no se acepte.30 cilleres, el 13 de julio se habla de que para
mejorar unas condiciones de vida lejos
Perspectiva que asume uno de los articu- de satisfactorias surgió en Cuba una in-
listas que interpreta la proposición de tensa protesta, que al encontrar cerrados
los caminos pacíficos, se convirtió en
una revolución que respondía a profundos
28
Idem., pp. 55-56. anhelos populares. No obstante:
29
El espacio dedicado a la política internacional
era relativamente amplio. Dentro de él, las noti-
cias que se refieren a Cuba son 69: (3 titulares
a 4 o 5 columnas que es el tipo de titular principal
en primera plana) Hay 1 editorial, y 3 artículos.
Sobre la política mexicana encontramos 42 no- 31
José Gálvez Pérez, “Otro Sainete de Castro Ruz”,
ticias,( 7 titulares de primera plana), 14 editoria- Novedades 23/7/ 1964, p. 4.
les y 20 artículos. 32
Ambos titulares de primera plana.
30
Editorial, Novedades , 3/7/1964, p. 1. 33
Editorial, Novedades, 1/7/1964, p. 1.
38
Ver entre otros el editorial, “Lealtad a los prin-
37
E. Vargas, “ Multicosas”, Novedades, 20/VII/1964, cipios”, Novedades, 5 /8/ 1964.
p. 4 y González Ramírez, “Frente a la Guerra 39
Idem.
Fría”, Novedades, 13/7/1964, p. 4. 40
Editorial, Novedades, 30/7/1964, p. 1.
entrevistas con personalidades del país Entre los aspectos destacados por es-
para pedirles su opinión sobre el particu- te diario sobre Cuba destacaron las de-
lar. Prácticamente el único material de claraciones de Juana Castro Ruz bajo el
crítica a la política gubernamental se refi- titular: “Riñen los Castro Ruz. Juanita
rió a las repercusiones negativas de nues- ha roto ya con Fidel y Condena al Co-
tra política en el exterior. Estas noticias se munismo” y “Peligra la vida de Juana Cas-
publican en general en lugares secunda- tro Ruz”, titular que va acompañado de
rios y son poco numerosas. una fotografía en la que aparece Juana
Este periódico encauza sus mayores Castro con un micrófono al lado de
esfuerzos a justificar la actitud del régi- Fidel Castro, quien le hace una señal
men y persuadir a sectores empresariales, de silencio.42
clases medias conservadoras atemoriza- Encontramos en este diario material
das por el fantasma del comunismo y a informativo sobre las razones que pudie-
los Estados Unidos, de que el nacionalis- ron haber ocasionado la deserción de
mo de la Revolución Mexicana no se tra- Juana. No se limita a mencionar el desa-
duciría en un giro hacia la izquierda. cuerdo de ésta con la ideología marxista
leninista, sino que hace mención a las ac-
tividades contrarrevolucionarias de Jua-
LA PRENSA na como informante de la Agencia Cen-
tral de Inteligencia de Estados Unidos
El periódico La Prensa tenía el mayor tira- desde hacía cuatro años. También se ad-
je de todos los diarios que circulaban en vierte en la hermana de Fidel un deseo
la República Mexicana. Se trataba de un de venganza contra el gobierno revolu-
periódico popular gracias, probablemen- cionario que la despojó de numerosas
te, a la comodidad de su tamaño tabloi- empresas, pues Juana no constituyó una
de ya que muchos trabajadores leen excepción de la política nacionalista em-
en los transportes, a la naturaleza misma prendida por el gobierno.
de su información (los robos, crímenes,
etcétera, reciben notoria importancia); y,
por último, a su precio, que era más bajo
que el de otros diarios capitalinos. con una circulación externa de 129, 427 ejempla-
Fundado en 1928 por Pablo Langari- res en el Distrito Federal, 51,406 en el interior de
la república, y 4,528 ejemplares clasificados como
ca, a siete años de su fundación surgen diversos, lo que da un total de 185, 361 ejem-
conflictos laborales y el periódico queda plares. Su precio era de $0.60 excepto el do-
en manos de los trabajadores y funciona mingo $1.50. Formato tabloide con una portada
de grandes titulares y fotografías, mismas que
como sociedad cooperativa desde 1935. ilustran regularmente la información del diario.
A diferencia de otros diarios funcionaba El espacio dedicado a la política internacional
más como grupo de interés con objetivos es relativamente amplio y el tema de Cuba re-
vistió considerable importancia. Durante el pe-
económicos y no era apéndice de un riodo estudiado, aparecen 59 noticias sobre
grupo empresarial.41 la isla cubana, (3 titulares de primera plana),
un editorial y 8 artículos. Sobre la política exte-
rior de México 44 noticias (8 titulares en pri-
41
Fátima Fernández Christlieb, La prensa en Mé- mera plana) 6 editoriales y 6 artículos.
xico, pp. 104-127. La prensa publicación matutina 42
Ambos en primera plana.
los ataques contra el gobierno de Cuba Por otro lado, el gobierno mexicano
variaba en matices según el periódico se congratulaba con un sector moviliza-
en cuestión. do de la sociedad, una izquierda que en
A pesar de la influencia norteamerica- sentido amplio simpatizaba con la Re-
na y del poder que ejercen grupos de volución cubana; y a su vez mostraba su
presión empresariales, la Iglesia, los sin- autonomía relativa ante una derecha em-
dicatos u otros, el poder del Estado y presarial, clerical y panista recién movi-
sus controles sobre la prensa en un siste- lizada también, y coyunturalmente derro-
ma político autoritario le permite a éste tada en la batalla escolar por el texto
adoptar políticas, como en el caso cuba- único (bajo la bandera de cristianismo sí,
no o en otro similar, sin temor a que los comunismo no). Equilibrio complejo pe-
órgano de la opinión pública se convier. ro funcional, que permitió engrasar una
tan en un instrumento activo de ataque y vez más la maquinaria política. Asimismo,
presión. El Estado contaba con todos los neutralizaba la posible influencia de la
recursos para el ejercicio del poder so- Revolución cubana en México y el apoyo
bre la prensa y las empresas periodísticas a actividades subversivas. El futuro de-
tuvieron que autocontrolarse y aceptar la mostró que el gobierno cubano cumplió
línea presidencial. con este último punto y dio muestras de
El régimen mostró también las habili- respeto al gobierno mexicano.48
dades de su ingeniería política y su auto- Conservar las relaciones con el régimen
nomía relativa frente a los poderes fácti- cubano se mantuvo como un factor im-
cos. No era su interés específico la defensa portante para la estabilidad política en
de la Revolución cubana y su régimen, México. Los ataques al gobierno por parte
pero al asumir una posición legalista en de la izquierda militante perdieron un ar-
derecho internacional, de facto defendía gumento valioso y los grupos nacionalistas
a Cuba y obtenía prestigio para la política tuvieron una bandera para enorgullecerse.
exterior mexicana. Asimismo, los sectores empresariales lle-
Por una parte, el gobierno encabeza- garon a comprender con el tiempo que
do por el Presidente López Mateos ( ya de los primeros beneficiarios de esa política
salida) se cuidó de deslindarse claramen- eran ellos, pues la estabilidad interna crea-
te de la Revolución cubana; pero la apro- ba un clima de confianza que a su jui-
vechó para afirmar los principios del na- cio era necesario para el florecimiento de
cionalismo revolucionario en materia de los negocios.49
política exterior ( defensa de la tradición
jurídica como arma de los países débiles).
Sostuvo una posición de independencia 48
No se tiene noticia de que Castro haya fomenta-
frente a los Estados Unidos, procurando do o alentado movimientos subversivos en Méxi-
evitar una confrontación directa, y minimi- co y hasta 1967, cuando las relaciones México-
zó las posibles represalias económicas Cuba comenzaron a deteriorarse, puede decirse
que Castro contribuyó indirectamente, con sus
de un gobierno norteamericano al que referencias de respeto al gobierno mexicano, a
convenía la distinción entre revolucio- desalentar movimientos guerrilleros. Véase Mario
nes buenas y malas. Ojeda, Alcances y límites de la política exterior
mexicana, p. 107
49
Ojeda, op. cit., pp. 106-107.
DANIEL SANTILLANA*
69
DANIEL SANTILLANA
dez6, el figurín en rosa fue la primera Cae allí prisionero, apunta Justino Fer-
litografía ejecutada en México. nández, mas logra huir [y] se refugia en
Francia. En 1824 se le abre juicio, se le
condena a diez años de cárcel, senten-
cia cambiada después, gracias a su an-
CARBONARIOS Y MASONES
tiguo preceptor [Giuseppe] Caderini,
por la de pena de muerte y se le con-
Diseñado por Linati, El Iris daría expresión
fiscan sus bienes.
a sus ideales como miembro de La Car- Fue en esas circunstancias cuando pasó
bonería. La Carbonería fue una sociedad a Bruselas. Allí conoció a don Manuel
secreta fundada en Nápoles a principios Eduardo de Gorostiza, encargado de los
del siglo XIX. Los carbonarios sostenían negocios de México en Bélgica9.
un ideal republicano y constitucionalista,
por lo que se levantaron en contra de Joa- Con la ayuda de Gorostiza y de José Ma-
quín Murat, rey de Nápoles por volun- riano Michelena, Ministro de México en
tad de Napoleón Bonaparte. Londres, Linati y su socio Gaspar Franchi-
En 1819, Linati se integra a la Logia ni se trasladaron a México en septiembre
Masónica de la Sociedad del Sublime de 1825. En la carta de motivos que en-
Maestro Perfecto7. Dedicará los años viaron al ministro Michelena leemos:
siguientes a difundir los postulados de
la masonería8. Claudio Linati y Prevost, y Gaspar Fran-
Después de la caída de Murat, los car- chini, hallándose en circunstancias y
bonarios protagonizan la revolución de con los conocimientos necesarios para
1820 contra el gobierno liberal modera- establecer una imprenta litográfica y
do implantado por las potencias de la oficinas de Calcografía para mapas to-
pográficos, Arquitectura civil y militar,
Santa Alianza. Abortada la revolución en
etc., irían gustosos a llevar sus cortos
1821, Linati y Fiorenzo Galli se refugian
conocimientos en la Capital de la Con-
en Cataluña donde organizan una ban- federación Mexicana, ofreciéndose tam-
da armada que hostiga a las fuerzas bién a poner escuelas gratuitas de las
de Fernando VII. diferentes artes que ellos practican:
como para el acopio de los muchos ins-
trumentos, máquinas, etc., necesario a
6 Justino Fernández, “Estudio preliminar”, en Ed- dichos establecimientos, debe necesa-
mundo O’ Gorman (recopilación), Documentos riamente agotar los recursos que han
para la historia de la litografía en México, p. 37. quedado a los Intralos (sic), después de
7 “La masonería es una fraternidad filosófica y
altruista a nivel internacional [cuyos] orígenes se
las desgracias de Piamonte y de Espa-
remontan a principios del siglo XVIII en Inglaterra ña, desearían que V. E. Se interesase
y desde entonces ha crecido hasta establecerse en nuestra posición, dignándose alcan-
en casi todos los países del planeta. Sus miem- zarnos: 1° medios de transporte [...]; 2°
bros, los masones, se reúnen en privado para es- en caso de que no existiesen todavía
tudiar y discutir temas muy variados y organizar
labores de beneficencia en su comunidad.” imprentas litográficas en México, la
Centro Latinoamericano de Información Masó- preferencia en los trabajos que necesite
nica (CLIMA), “La Masonería”. <http://espanol.
geocities.com/informes /masoneria/historia_
mexico.html> (10 octubre 08).
8 Fernández, op. cit., p. 15. 9 Loc. cit.
El Iris estableció el panteón de los hé- comparte con los Ilustrados del siglo
roes de nuestra independencia. En él apa- XVIII la fe en el poder emancipador de
recieron las primeras representaciones la educación.
del general Guadalupe Victoria y del cura El Iris supuso, pues, todo un programa
Morelos (litografías realizadas por Linati), didáctico a través del cual Linati preten-
así como del cura Hidalgo (realizada por día enseñarnos normas de comporta-
José Gracida, discípulo de Linati). miento, estilos de vida, estructuras ideoló-
La militancia liberal de Linati, explica- gicas, gustos gastronómicos, artísticos y
ría, a mi entender, la deliberada elimina- literarios propios de la modernidad euro-
ción de la figura de Agustín de Iturbide de pea, de ahí la importancia que adquiere
la galería de héroes patrios. Iturbide tam- el asunto de la moda.
bién fue excluido del libro Trajes religio- Para Linati, la moda no sólo tenía que
sos, civiles y militares de México (1828) ver con una industria próspera en Europa.
que fue la siguiente publicación de Lina- Significaba, en el contexto mexicano, un
ti, quien, sin embargo, en esta obra vuelve paradigma modernizador, todo un cam-
sobre los retratos de Hidalgo, Morelos, bio de estructuras.
Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria. A través de El Iris, Linati nos enseñó
En El Iris, como su nombre lo expresa, a mirarnos desde la perspectiva del ex-
hay una voluntad de observar, de descu- tranjero, en consecuencia, surgió un mo-
brir y de describir visualmente, la realidad delo de autocomprensión en el cual los
que aquellos extranjeros contemplaban, mexicanos nos aparecíamos (y aún suce-
a ratos con asombro, por momentos in- de así) como seres extraños a nosotros
crédulos, pero, fundamentalmente, con mismos. Esa imagen inquietantemente ex-
gestos de magíster. El motivo de aquel di- traña a nosotros mismos ha constituido
dactismo de Linati aparece expresado en una parte fundamental del ser nacional.
la siguiente frase de una carta que escri-
bió a su amigo el Conde Stavoli, en ella,
Linati afirma: “decidido a civilizar a estos TRAJES RELIGIOSOS, CIVILES Y MILITARES
semi-bárbaros, estoy masticando la pu- DE MÉXICO
blicación de un periódico a mi modo”13,
el cual era, evidentemente, El Iris. Expulsado de México, entre otros moti-
En esta publicación destaca la mirada vos por su crítica a la tortilla, que no le
colonialista del europeo que vuelve, una gustaba, Linati regresó a Europa. En 1828,
vez más, a descubrir nuestro continente y mientras vivía en Bélgica, publicó su obra
desde ella nos define como ajenos a los titulada Trajes religiosos, civiles y militares
valores de la civilización. Civilización que de México, que contiene 48 litografías a
corre sólo por un cauce, desde el cual nos color y una en blanco y negro, realizadas
insta, de nueva cuenta, a unirnos a él y sobre las acuarelas y apuntes hechos
a su realidad. Realidad cuyo valor estri- en México, a las que añadió textos ex-
ba, fundamentalmente, en su racionali- plicativos. De ellas destaca la litografía
dad. Por eso el didactismo de Linati que
La litografía es [el] arte más apropósito resto de los mismos (reserva pudorosa
para representar los campos, los ríos, de aquellos tiempos) ostenta, al final del
las montañas, las florestas y toda suer- capítulo, no un pseudónimo, sino un
te de paisajes, no siendo menos suscep- signo ortográfico o bien una inicial, que
tible de aplicarse a retratos y otras no es, ciertamente, la del nombre o
exposiciones16. apellido del escritor18.
forzarán por definir con exactitud el ta- Los relatos dejarán de disponerse, por lo
lante de sus protagonistas, el medio donde tanto, en la corte, la selva (como epónimo
viven, las ropas que utilizan. Se esforza- de la Naturaleza) y el locus ideal; desde
rán, asimismo, por establecer las diversas entonces se ubicarán en la ciudad, en sus
normas lingüísticas tanto regionales como calles, sus mercados, sus negocios, sus ras-
nacionales. En México, este acercamiento tros, sus burdeles, sus alcantarillas, los in-
a la vida cotidiana se concretará en Los teriores de sus casas, sus cuarteles y sus
mexicanos pintados por sí mismos, obra hospitales. En la nueva mímesis se descri-
en cuya factura intervinieron tanto los li- birá al ciudadano común, su indumentaria,
tógrafos como las plumas más destacadas sus costumbres alimenticias y sus formas
de aquel momento. de asumir la sexualidad. Todo ello condu-
En Los mexicanos…, se hace patente cirá en la novela, al «costumbrismo bour-
ya, una nueva forma de comprender el geois» y al realismo que, sin embargo, se
realismo en relación con la verosimilitud. mantendrán ajenos a la comprensión de
A partir de su publicación, el público me- los grandes movimientos históricos y so-
xicano del siglo XIX exigirá que la vero- ciales de su época.
similitud en la obra de arte se limite al Es menester hacer énfasis, como dije
retrato de la verdad a secas. en la nota 22, que la situación histórica
El «costumbrismo bourgeois», al que se de la generación de 1830 no da pie al
refiere Barbéris, había surgido alrededor realismo crítico en el sentido de que en
de 1830, cuando el público empezó a su novelística, el pasado o el presente son
demandar que el arte se ocupara de he- considerados de forma absoluta. Es por
chos cotidianos. En esta nueva mímesis ello que, según apunta Georg Lukács, aún
burguesa, la representación del medio
ambiente también sufrirá transformacio- la novela histórica de escritores tan des-
nes. La nueva representación ideológica tacados como son Flaubert y Maupassant
de la realidad contenida en la literatura degeneró en un episodismo, [en el cual]
moderna se realizará, afirma el profesor las experiencias puramente privadas,
exclusivamente individuales de los per-
Escobar Arronis,
sonajes no están vinculadas ni con un
solo lazo a los acontecimientos históri-
como mímesis de lo local y circunstancial
cos, por lo que han perdido su verdadero
mediante la observación minuciosa de
carácter histórico. Y los acontecimientos
rasgos y detalles de ambiente y de com-
históricos mismos son rebajados debido
portamiento colectivo diferenciadores
a esta separación a algo meramente ex-
de una fisonomía social particularizada
terior, exótico, a un trasfondo puramen-
y en analogía con la verdad histórica. El
te decorativo24.
nuevo objeto de mímesis es la sociedad,
referente cultural e ideológico de la lite-
ratura surgida al amparo institucional de Así, aun cuando las definiciones estéticas
la vida pública burguesa23. de los primeros tres cuartos del siglo XIX,
enfatizan que sólo “lo local y temporal-
mente limitado” es digno de “reconocerse
como objeto de imitación poética”25, los LOS MEXICANOS PINTADOS POR SÍ MISMOS
novelistas de la época no se libran, por COMO PROGRAMA POLÍTICO-SOCIAL
ello, de comprender lo cronológicamente
limitado como absoluto. Los tipos de Los mexicanos pintados por
A pesar de lo anterior, la demanda de sí mismos constituyeron un programa de
objetividad material en sentido burgués exploración, de forma similar al que con
modernizó el concepto de representa- anterioridad había realizado Linati. A tra-
ción de la realidad en la novela. Ahora vés de Los mexicanos pintados por sí
bien, ¿en qué consiste tal modernización? mismos la élite intelectual criolla liberal
Escobar Arronis contesta, citando a Ma- mexicana observó y plasmó gráficamen-
riano José de Larra (1809-1837), que, en te su programa político, al que concretó
sentido moderno, la mímesis surge cuan- en un imaginario físico del cuerpo del
do aparecen escritores a quienes ya no “mexicano” dotado de tez, índole, habla
les interesa “el hombre en general […] si- y complexión particulares.
no [el] hombre en combinación, en jue- El grupo de intelectuales que dio a la
go con las nuevas y especiales formas de imprenta Los mexicanos… definió, des-
la sociedad en que lo observan”26. de su muy singular visión de élite, lo que
Así pues, a partir de la instauración de habría de entenderse bajo el rubro “pue-
la mímesis perspectivista, surge un nue- blo de México”.
vo tipo de literatura “contraria a la doc- La voluntad de clasificar y conocer
trina literaria clásica sobre imitación de al otro, al pobre, al que “no soy yo” es
la naturaleza y verosimilitud según crite- evidente a lo largo de la obra. Desde
rios basados en la razón y en lo que la so- los primeros renglones, una de las voces
ciedad culta y aristocrática consideraba narrativas asegura desconocer los tipos
aceptable”27, y que, por el contrario, en- a los que ahora se propone estudiar.
fatiza la conformación de un nuevo Así afirma, por ejemplo:
concepto de “buen gusto” para lo cual
utiliza, precisamente, los argumentos, Me preparaba a escribir mi artículo in-
personajes, lenguajes y ambientes que la titulado el Aguador, cuando me encon-
literatura de alta prosapia dejaba fuera tré, mísero de mí, que sabía tanto de los
de sus consideraciones estéticas: aque- modismos y lenguaje de mi héroe, como
llos en los que edifica su cotidianeidad el del chino. Por fortuna oí el paso lento
y grave que me anunciaba la llegada de
hombre de clase media y baja. El presen-
mi Neptuno. […] Esperé [por tanto] con
te, entonces, se convierte, según expre- impaciencia que concluyera su acuátil
sión de Pérez Galdós, en materia nove- trabajo, y cuando pasó […] lo llamé:
lable y los autores se transforman en — Ven acá, Trinidad.
cronistas de su época. — Mándeme su mercé.
— Siéntate en esa silla y cuéntame la
vida que llevas.
— […] no sé pa qué le pueda servir a
su mercé.
25 Escobar Arronis, op. cit., p. 2. — De mucho, Trinidad. Calcula hijo,
26 Cit. en Escobar Arronis, loc. cit.
que hoy los mexicanos hemos dado
27 Ibid., p. 3.
83
ALEJANDRA HERRERA Y ALEJANDRA WATTY
1
Ma. Luisa Bombal, “La última niebla”, p. 10.
2
Loc. cit. 4
Ibid., p. 11.
3
Loc. cit. 5
Ibid., p. 10
Por otro lado, se sabe que Daniel ha per- Hemos dicho que lo que ocupa a la
dido a su primera mujer y esto lo coloca Narradora es contarnos su mundo inte-
en una situación de duelo, que Freud rior y de ahí que en cuanto a los demás,
describe como: el lector tendrá que inferir lo que posi-
blemente les ocurre, así, pues, sin más
[...] la reacción frente a la pérdida de datos, consideramos que Daniel no sólo
una persona amada, contiene […] la no ha elaborado su duelo, sino que ha
pérdida del interés por el mundo exte- caído en otro estado más complejo lla-
rior –en todo lo que no recuerde al mado melancolía, que si bien se parece
muerto–, la pérdida de la capacidad
prácticamente en todo al primero, tiene
de escoger algún nuevo objeto de amor
–en reemplazo, se diría, del llorado–
un rasgo que lo distingue: “una rebaja en
[…] Fácilmente se comprende que esta el sentimiento de sí que se exterioriza en
inhibición y este agostamiento del yo ex- autorreproches y autodenigraciones y se
presan una entrega incondicional al due- extrema hasta una delirante expectativa
lo que nada deja para otros propósitos de castigo.”8
e intereses.6 ¿Cuáles son los sentimientos que acom-
pañan a Daniel? ¿Cuál fue la causa de la
Ahora bien, la pregunta sería ¿por qué, muerte de su primera esposa? En el texto
Daniel, se casa con su prima a los tres no hay respuesta a estas preguntas, pero
meses de enviudar? Sin dar tiempo a ela- es evidente que su matrimonio con la Na-
borar su duelo, cuando siguiendo al mis- rradora es un castigo autoimpuesto por
mo Freud: él. Si no, ¿por qué se condena a una vida
empobrecida, gris y rutinaria junto a una
Lo normal es que prevalezca el acata- mujer que no desea ni ama?, ¿por qué
miento a la realidad [la pérdida del ser ata a su prima, así, a un futuro de desdicha?
querido]. Pero la orden que esto impar- La rutina de la Narradora se trastoca
te no puede cumplirse enseguida. Se con la visita de tres personajes: Felipe,
ejecuta pieza por pieza con un gran
su cuñado, Regina, esposa de éste, y un
gasto de tiempo.7
atractivo amigo de ellos. En un momen-
to dado, la Narradora sorprende en una
Esto implica que Daniel no dio el tiempo
escena amorosa a los dos últimos. Lejos
necesario a su duelo y por eso su nueva
de amedrentarse, Regina la mira desafian-
relación no le es placentera, pues está
te, es una mujer fuerte porque –aunque
impedido por su ánimo a establecer cual-
no se saben los motivos de su relación con
quier vínculo nuevo. Así, cada encuentro
el joven (el lector infiere que su matrimo-
amoroso termina siempre, para él, en un
nio no la hace feliz)–, toma la rienda de
extrañamiento y desesperado deseo por
su vida, busca, encuentra, se da lo que
la mujer difunta; y, para la Narradora, en
necesita. No pide, toma.
una humillación.
Esta energía vital de Regina hace que la
Narradora cobre conciencia de sí misma.
6
Sigmund Freud, Obras completas, t. XIV, “Duelo y
melancolía”, p. 142.
7
Ibid., pp. 242, 243. 8
Ibid., p. 242.
10
Piera Aulagnier, Los destinos del placer, p. 131.
9
Bombal, op. cit., pp. 11, 12. 11
Ibid., p. 18.
12
Bombal, op. cit., p. 16.
13
S. Freud, “Psicología de las masas y análisis de yo, 14
Ibid., pp. 14, 15.
en Introducción al narcisismo, p. 100. 15
Ibid., p. 17.
18
Ibid., p. 18.
19
Ibid., p. 19.
16
S. Freud., Obras completas, t. IX, p. 145. 20
Ibid., p. 20.
17
Bombal, op. cit., p. 17. 21
Loc. cit.
22
Ibid., p. 21.
23
Ibid., p. 22. 24
S. Freud, “El arte y la fantasía incosciente”, p. 81.
25
Bombal, op. cit., p. 23. 28
Ibid., p. 32.
26
Loc. cit. 29
Loc. cit.
27
Loc. cit. 30
Ibid., p. 33.
ve la ahora aniquilada mujer siguiera ocu- Es aquí donde parece que la narradora
pando el plano superior mientras ella só- cobra conciencia de la irrealidad de sus
lo uno secundario: fantasías, no obstante, lo único que tiene
es ese recuerdo y, frente a la duda de
Tras el gesto de Regina hay un sentimien- su existencia, sale a buscar la casa de su
to intenso, toda una vida de pasión. Tan amante, pero encuentra, entre brumas,
sólo un recuerdo mantiene mi vida, un una casa que pudo o no ser el escenario,
recuerdo cuya llama debo alimentar día ahora se fija en el mal gusto de la deco-
a día para que no se apague. Un recuer-
ración. Además, para avivar el desencan-
do tan vago y tan lejano, que me parece
casi una ficción. La desgracia de Regina:
to y su desdicha, el hombre que le abre le
una llaga consecuencia de un amor, de responde: “–¿El señor? Falleció hace más
un verdadero amor, de ese amor hecho de quince años. […] Era ciego. Resbaló en
de años, de cartas, de caricias, de ren- la escalera.”33 Quizá se equivocó de ca-
cores, de lágrimas, de engaños. Por pri- sa. La Narradora afiebrada continúa, pese
mera vez me digo que soy desdichada, a la niebla, la búsqueda:
que he sido siempre, horrible y total-
mente desdichada.31 […] continúo errando por una ciudad
fantasma […] Quisiera seguir buscando,
Según Enrique Guarner: pero ya ha anochecido y no distingo
nada. Además, ¿para qué luchar? Era
La identificación no es más que un pro- mi destino. La casa, y mi amor, y mi
ceso inconsciente por el cual un indi- aventura, todo se ha desvanecido en
viduo internaliza aspectos de otro ser. la niebla […]34
Es un acompañante fundamental en el
proceso de maduración y ayuda durante En esta cita vale la pena destacar el sus-
el desarrollo del aprendizaje, así como tantivo que la autora utiliza como adje-
la adquisición de intereses e ideales.32 tivo para la ciudad: “fantasma”, porque
ahora la Narradora poco a poco reafirma
Y es justo lo que ocurre con la Narradora, la inexistencia de su experiencia amoro-
porque como ella no contaba con una sa, ya que si el escenario es un fantas-
maduración afectiva de tipo amoroso, ma también su amante se diluye en él.
tenía que aprender a través de Regina, Por eso su renuncia a seguir buscando.
quien era su único ejemplo; y ahora fren- Si bien la niebla envuelve toda la at-
te al desmoronamiento de ésta, no deja mósfera, la Narradora empieza a tener cla-
de identificarse y desear ser como ella, ridad en sus sentimientos, ahora descu-
pues su sufrimiento es el desenlace de la bre lo que realmente siente por Regina:
realidad de una experiencia que por años
ha vivido, y también la ha hecho feliz. Y siento, de pronto, que odio a Regina,
que envidio su dolor, su trágica aventura
31
Ibid., p. 38.
32
Enrique Guarner, Psicopatología clínica y trata- 33
Bombal, op. cit., p. 40.
miento analítico, pp. 48-49. 34
Ibid., p. 41.
35
Ibid., p. 42.
36
Ibid., p. 43. 37
Loc. cit.
95
SILVESTRE MANUEL HERNÁNDEZ
Jauss, historiador y teórico literario de la como texto, como algo dispuesto para
Universidad de Constanza, apegado a la el consumo de los receptores. Esto trae
metodología de esta escuela, conocida co- consigo las cuestiones de la temporalidad
mo Rezeptionsästhetik (Estética de la re- (marco para el despliegue de la obra), la
cepción); y de Wolfgang Iser, también historicidad (el conjunto sígnico variable),
perteneciente a este círculo, ubicado al y, en primer plano, la estética del efecto
sur de Alemania. El proceso de esta in- receptivo,3 el papel del receptor en la co-
vestigación consiste en sopesar el valor municación literaria.
de los juicios argüidos en las obras de Los objetivos de esta Escuela se sin-
los autores citados, ver la pertinencia tetizan en su principal publicación Poetik
de sus categorías al interior y exterior del und Hermeneutik, actas de los encuen-
discurso; y poner en juego, tácitamente, tros anuales aparecidos desde 1963.
algunos presupuestos para esclarecer el Aquí, la hermenéutica tiende hacia la de-
funcionamiento de la teoría y contemplar terminación del significado, postula una
el nuevo sentido que tal corriente dio al función trascendental de la comprensión,
quehacer teórico literario. La hipótesis y le interesa el valor de verdad extralin-
de este trabajo es que el horizonte de güístico de los textos literarios, su hinca-
expectativas es resignificable, que cada pié está en la Interpretationssystem. La
lectura es una nueva decodificación del poética, por su parte, es una disciplina
texto y que el sentido último de la obra metalingüística, descriptiva o prescripti-
lo establece el lector. va con pretensiones de coherencia cientí-
fica, se enfoca en el análisis formal de las
entidades lingüísticas, independientemen-
PANORAMA te de su significación. Su finalidad recae
en la estructura de la obra (Werkstruktur).
Entre los años 1965 y 1980, en la Uni- En 1966, Hans Robert Jauss pronuncia,
versidad de Constanza, Alemania, se es- en la Universidad de Constanza, la con-
tablece la estética de la recepción,1 cu- ferencia inaugural “La historia de la lite-
yo objetivo es dilucidar la función del ratura como provocación de la ciencia
receptor en el proceso literario, es decir, literaria” (Literaturgeschichte als Provoka-
“de qué manera la recepción propicia tion der Literaturwissenschaft), donde
unos constituyentes formales que se in- asienta las líneas de la “estética” o “poé-
miscuyen en el desarrollo de la textua- tica” de la recepción.4 Pero, antes de sus
lidad”.2 Por ello, el apego está en la obra
3 Wolfgang Iser nos habla de una teoría del efecto,
1 La Escuela de Constanza surge como respuesta encaminada a explicar los efectos que el texto
a los problemas abiertos por la hermenéutica causa en el lector, no a aclarar los elementos
literario–filológica y la imposición metódica es- formales o significativos que intervienen en la
tructuralista y postestructuralista en el estudio constitución del texto como objeto, pues éste
de la literatura. Su propuesta fue la estética de la sólo puede desarrollar su efecto cuando es leí-
recepción. Aparte de Jauss e Iser, contó con es- do. Véase su libro El acto de leer, p. 12.
tudiosos como Wolfgang Preisendanz, Manfred 4 Paul de Man, en “La lectura y la historia”, pp. 92
Fuhrmann, Karlheinz Stierle y Rainer Warning. y 100, comenta: “La fuerza del método de Jauss
2 Fernando Gómez Redondo, “Los teóricos de la radica en el refinamiento de las reglas estableci-
teoría de la recepción”, p. 235. das para la comprensión histórica de la literatura”.
}
canismo de la construcción literaria, no
como la perspectiva definitoria de la evo-
lución textual. En este ámbito, la recep-
ción aparece como circunstancia socio-
lógica en los posibles marcos para trazar
una historia literaria;5 y como “respuesta”
Autor
Codificación
Obra
Texto
} Lector
Decodificación
Es un sistema de significados
Es especialista en su campo. Tiene mayor campo de acción.
y valores.
Se realiza hasta
Codifica los signos de la cultura. Marca la pauta de lo que se lee.
que tiene lectores.
Cada lectura El sentido último de la obra
Ofrece un producto artístico.
es una nueva decodificación. lo da el lector.
De acuerdo con esto, el objeto de es- riencia estética. Este binomio presupone
tudio está en el lector, cuya función, den- un horizonte de expectativas, el cual es
tro del texto, es la decodificación y expe- histórico y sólo se puede resignificar.7
Además, “ha sostenido desde el principio que el mundo y dejar testimonio de él, postulado que
el reconocimiento de los aspectos estéticos y evidencia la relación de la literatura con la histo-
formales de un texto no se debe separar de las ria y la sociedad. Fenómenos dependientes de
investigaciones históricas que tienen que ver con los códigos lingüísticos y culturales que impreg-
su recepción”. nan las interrelaciones humanas. En el caso de
5 Sobre el particular, puede citarse a Jean-Paul Jauss, la función social de la literatura se ma-
Sartre con su libro Qu’est-ce que la littérature? nifiesta en donde la experiencia literaria del
(1948). Donde la recepción es parte constitu- lector entra en el horizonte de expectativas de
tiva de la obra. Y la pregunta: ¿para quién se la práctica de su vida, preforma su comprensión
escribe? tiene una carga histórica. Prueba de del mundo y con ello repercute en sus formas
esto es el seguimiento de la trayectoria del es- de comportamiento social. Esto se trasluce en su
critor francés a partir del siglo XVIII, donde se Literaturgeschichte als Provokation (1967).
da un marco de presunciones entre el autor 6 Confróntese, Fernando Gómez Redondo, “Los fun-
y el público; o en el XIX, donde la escritura se damentos de la teoría de la recepción”, p. 236.
destina a la burguesía; para llegar al XX con el 7 El “horizonte de expectativas” proviene de la
“compromiso” (l’engagement) del escritor. Lo que filosofía hermenéutica de Gadamer, quien con-
se traduce en una toma de posición ante la sidera que la obra literaria no tiene un sólo
realidad, pues la tarea del escritor es representar sentido, un significado total; sino que incluye
desde sus inicios casi míticos hasta el cum- Método formalista, argumentación her-
plimiento de un clasicismo nacional”.14 menéutica, dimensión social, vertiente es-
Desde una consideración crítica, lo tructuralista y filológica no legitimaron
anterior se inscribe en la “intención del su metodología en tanto que no hicieron
autor”, que puede o no ser aprehendida más fiable la comprensión del texto y de
por el lector, pero sí interpretada o resig- la ciencia literarios, pero sí generaron una
nificada desde el caleidoscopio que el metamorfosis en el paradigma. Pues su
lector vea en el texto, a partir de puntos axiomática metodológica ya no respon-
de vista cognitivos y sensibles.15 El siguien- día a las exigencias de la ciencia literaria,
te cambio lo propició el descontento ya no permitía una nueva interpretación
hacia la “ascética positivista para expli- de obras del pasado de las cuales se
car la obra de arte literaria sólo a partir de extrajera algo para el presente, aquello
la suma de sus condiciones históricas”,16 que decían en cuanto “rescate de lo vivo”
pues la aclaración histórica de una obra ya para el hombre, como categoría refleja-
no podía aportar más de lo que se podía da en el mundo literario.
reconocer del texto mismo como sistema
de lenguaje, estilo y composición. Aunado
a esto, también se vislumbró el abando- EL LECTOR Y LA EXPERIENCIA ESTÉTICA
no del positivismo de la historia literaria
y del subjetivismo, se crearon las técnicas En la teoría de la recepción, cada lectura
de interpretación que fueron las primeras se vuelve una decodificación actualizada
en elevar a la obra literaria al nivel de ob- y particular del texto, en la medida en
jeto independiente en la investigación.17 que el espacio de relaciones lingüísticas
permite vislumbrar nuevas configuracio-
nes de sentido. Éstas, actúan en el lector
14 Hans Robert Jauss, “Cambio de paradigma en la como determinantes en el curso de la
ciencia literaria”, p. 62. lectura. Proceso donde se decide y se-
15 De forma tangencial, tanto la postura del autor
como la del lector, develan el desplazamiento lecciona las relaciones entre los correla-
de cierta “facultad nacional” sobre los bienes tos de enunciados referidos, conectados
literarios o institución canonizante sobre las entre sí de distintas maneras para formar
obras escritas, hacia la autonomía del individuo
para ejercer una axiología propia, lo cual tendrá unidades significativas de nivel superior
efectos positivos en la formación de un corpus que confluyen en una estructura comple-
particular, trascendente a cualquier canon. ja, sostenedora de la obra literaria en
16 Hans Robert Jauss, “Cambio de paradigma en la
ciencia literaria”, p. 64. cualquiera de sus géneros. Es aquí don-
17 La referencia inmediata es el formalismo ruso de de se verifica la actividad especialmente
principios del siglo XX, representante del primer creadora del lector.
esfuerzo de estudiar la literatura de forma cien-
tífica, al preguntar qué hay adentro de la obra. Conviene precisar que en cuanto a la
Al respecto, véase B. Eichenbaum, “La teoría del posibilidad de aprehender el significado
“método formal”, pp. 21-54. Y en cuanto aplica- del texto, Iser sostiene la variante lector
ción sistemática, Viktor Shklovski, “El arte como
artificio”, pp. 55-70. Donde habla del “artefacto implícito/lector real. El primero tiene que
literario” (pretensión artística) y los componen- ver con la adecuación del lector respec-
tes de la literatura. En el ensayo se trasluce la to a las perspectivas que el texto mis-
pregunta ¿qué hace que un texto sea literario,
la literariedad, la intención, el reconocimiento? mo comporta, es decir, la reconstrucción
del texto depende del conjunto de es- literario): ella (la realidad textual) es una
tructuras que lo hacen ser leído de tal o reacción a “la realidad”.19
cual forma, su significado se perfila a par- Por consiguiente, el lector “convierte
tir de su organización verbal. El segundo en habla” un texto en la medida en
es el sujeto que se planta frente al texto que transforma en significado actual el
y pone en funcionamiento sus experien- sentido potencial de la obra, e incorpora
cias (sensibles, intelectuales, estéticas, cul- “la recepción” a su comprensión del
turales) para reconstruir el sentido del mundo. La cual incluye sus expectativas
texto. Y, visto en conjunto, la disyuntiva concretas procedentes del horizonte de
muestra la tensión axiológica a que se sus intereses, deseos, necesidades y ex-
enfrenta cualquier receptor. periencias; horizonte condicionado por
El lector es quien activa la interrelación las circunstancias sociales específicas de
de los correlatos preestructurados en la cada estrato social.
secuencia de las frases, es el sujeto que Entre tanto, las obras literarias tienen
gracias a su conciencia hace “vivir el una parte de indeterminación que paten-
texto”. Los contenidos de conciencia del tiza la imposibilidad de emparentar “su
lector, sus intuiciones temporales y la realidad” con alguna situación del mun-
historia de sus experiencias, se fusionan do vital,20 ya que ésta remite a algo tan-
con las señales de la obra para llegar a gible, se dirá, mientras que el texto lite-
una configuración significativa, pues el rario responde a algo fictivo que sólo se
efecto de agrupamiento y las configura-
ciones consiguientes no son algo dado
en-sí en el corpus verbal. Al leer reac- 19 No se pierda de vista que la producción artística
cionamos frente a lo que nosotros mis- (literaria), es la creación nacida de la experiencia
(fundamentalmente) del escritor, no una trans-
mos producimos, intelectual e imaginati- cripción de la realidad. Pues en la época moder-
vamente, y es ese modo de reacción lo na la actividad estética deja de ser una cons-
que hace que podamos vivir el discurso trucción según la naturaleza, y deviene una
hechura en contra de ella. Por eso, la naturaleza
como un acontecimiento real: sólo es el material previo para la formación de
“mundos posibles”, válidos en su racionalidad
No lo concebimos como un objeto sígnica propia, y no por métodos deductivos o
dado, no lo comprendemos como una de constatación.
20 Maurizio Ferraris, al dilucidar sobre algunas tesis
estructura determinada por predicados, de Wolfgang Iser, sostiene: “La indeterminación
[...] el sentido del texto tiene el carác- constituye, por lo tanto, al mismo tiempo, la
ter de un suceso, y, por lo tanto, de miseria y el esplendor del texto literario. Por una
un correlato de nuestra conciencia. parte, en efecto, no puede llevar la propia verdad
del ser conforme a un mundo existente; por
Por ello captamos su sentido como otra parte, y por los mismos motivos, conquista
una realidad.18 una peculiar autonomía frente a la referencia,
pero no frente al lector, quien por el contrario ve
Mas su realidad no se basa en la repre- acrecentada su propia función. Como lugar de
cambio, la indeterminación tiene la función
sentación de la “realidad existente”, sino de activar las ideas del lector haciéndolo par-
en ofrecer juicios sobre su mundo (el ticipar en la ejecución de la finalidad puesta en
el texto. Esto quiere decir que se vuelve la base
de una estructura del texto en la cual el lector
está previsto desde siempre”. Véase su Storia
18 Wolfgang Iser, “El proceso de lectura”, p. 159. dell’ermeneutica, p. 379.
cimenta en el proceso de lectura: “[...] el respuesta tiene dos enfoques, la del au-
significado que aparece en la lectura tor y la del lector, tan válida una como
está condicionado por el texto, pero en la otra, si se apela a la sensibilidad y a la
una forma que permite que el lector mis- cultura estética del ser humano.
mo lo produzca”.21 Por ello, las obras Todo lo anterior nos lleva a una cues-
literarias no poseen ninguna correspon- tión epistemológica: categorizar dónde,
dencia exacta con objetos del mundo vi- quién y cómo puede conocer, a través
tal, pues producen sus objetos a partir de la literatura, si se la presupone como
de los elementos de la realidad, no co- una forma de saber, donde: “El ideal
mo retrato, sino en cuanto experiencia de una estructura cognoscitiva es ser úni-
artística. En el mejor de los casos, se po- ca. A una realidad, una ciencia. Ante un
dría describir el efecto literario (estéti- ser, un pensamiento”.23 Si se alude a la
co) como la representación de reacciones epistéme, inevitablemente se piensa en
a objetos. la ‘’verdad’’, y surge la interrogante de
Asimismo, el horizonte de expectativas qué tipo de verdad presenta o se devela
se forja en la conciencia del lector como en el texto literario? Mas, si se es conse-
el leit motiv por medio del cual puede cuente con el desarrollo hasta aquí rea-
asirse a las preguntas esenciales en un lizado, se aceptará que la “verdad” es
texto, ya sea hacia su génesis o hacia su aquella que la sensibilidad e inteligencia
importancia artística. Al tiempo de corro- del lector percibe en la estructura y mun-
borar las diferencias hermenéuticas en- do autorreferencial del texto.24
tre la concepción pasada y actual de la De manera conjunta, se presenta el
obra, hace consciente la historia de su ámbito estético, en ocasiones dependien-
recepción: “El horizonte de expectativas te de los juicios de valor del lector hacia
de una obra [...] permite determinar su la obra, y oscilante entre los objetos de la
carácter artístico por medio de la forma cultura considerados como bienes artís-
y el grado de su efecto en un público ticos, valorables en un sentido positivo o
determinado”.22 negativo, o subordinados a los sistemas
Sin embargo, hay una interrogante: ¿a de valores que cambian y se adaptan, se
qué responde un texto literario? Cues- imponen o desaparecen de acuerdo con
tión no ceñida a la reconstrucción del las necesidades de las épocas históricas.25
horizonte de expectativas intraliterarias
implicadas en la obra, sino a un análisis
de las expectativas, normas y funciones 23 Blas Matamoro, Saber y literatura. p. 13.
extraliterarias proporcionadas por el 24 Tzvetan Todorov explica que el texto literario es
mundo real, pues éstas han orientado autorreferencial y que el discurso literario es vá-
lido en relación a sus propias premisas, es un
previamente el interés estético de dis- lenguaje en sí mismo; a la vez que sostiene la
tintos estratos de lectores. Y con ello, la creación de la literatura a partir de la literatura
y no de la realidad, haciendo hincapié en que el
trabajo de conocimiento en la obra literaria apun-
ta hacia una verdad aproximada, no absoluta.
21 Wolfgang Iser, “La estructura apelativa de los Véase “Les genres littéraires”, en su libro Intro-
textos”, p. 118. duction á la littérature fantastique, pp. 7-27.
22 Hans Robert Jauss, “Historia de la literatura como 25 Respecto a la formación del “campo literario”,
una provocación a la ciencia literaria”, p. 57. que parecería ser el quid de la cuestión en cuanto
1
Carlos García Gual. La mitología. Introducción del
* Departamento de Humanidades, Universidad Au- pensamiento mítico. p. 108. Aquí el autor se refie-
tónoma Metropolitana Azcapotzalco. re a lo sostenido por los teóricos simbolistas.
109
MARCELA SUÁREZ ESCOBAR
prácticas,2 en donde los dioses forman cias sexuales, en las identidades y en las
un sistema cuya estructura refleja la con- consecuencias sociales. En realidad, hay
cepción que de sí misma tiene cada cul- algo que no se puede negar: existe una
tura.3 Según Claude Levi Strauss, todos los identidad sexuada y una desigualdad de
mitos poseen la función de presentar una género, y los análisis modernos, desde
mediación intelectual de los problemas Freud y Lacan hasta Foucault, Beauvoir,
fundamentales de una concepción social. Butler y Amorós, todavía no terminan de
Así como con Lilith y Yocasta, las socie- explicar cabalmente la comprensión del
dades han impuesto leyes y arquetipos cuerpo ni su relación con las identida-
masculinos y fantasías en torno a la ima- des, las diferencias sexuales y la repercu-
gen de la mujer, y desde tiempos arcaicos sión en las prácticas y representaciones
ha existido un miedo primordial a la va- sociales. Es claro que ni los cuerpos ni el
gina y al seno míticos; ello ha marcado a género son naturales, son construccio-
las culturas.4 nes simbólicas elaboradas por las cultu-
Así, sin duda los mitos reflejan los te- ras para lograr inteligibilidad.6 Al pensar
mores, y la construcción de significados en cuerpos y derechos, y en la perspec-
con respecto al sexo y a la identidad de tiva de género para la impartición de justi-
las mujeres que han marcado desde tiem- cia, tenemos que considerar desgracia-
pos arcaicos el discurso patriarcal, y con damente la violencia, y en dicho contexto,
él la dominación de los hombres sobre las este trabajo intentará asomarse a un as-
mujeres que ha conducido a la subesti- pecto que por su vigencia en la estructura
mación social de lo femenino, a desigual- social del México actual es urgente conocer
dades, injusticias y todo tipo de violen- y difundir: la violencia contra lo femeni-
cias, desde la quema de brujas a los fe- no ejercida por lo masculino. Se analizarán
minicidios y a los crímenes de odio. los temas del aborto y la violencia sexual.
La ideología patriarcal tiene como uno
de sus pilares la ética, que toma la natu-
raleza como fundamento de la norma CONSTRUCCIÓN DE SEXO,
moral5, y el discurso sobre “la naturaleza GÉNERO Y CUERPO
femenina” y la mujer ligada a la natura-
leza han construido arquetipos sociales Existe una construcción histórico-social
basados en los cuerpos, en las diferen- de la subjetividad, por lo que se puede
creer en la formación de identidades por
las funciones de reglamentación de la
2
Ibid., p. 115. Aquí el autor señala las tesis de los cultura, y se puede considerar que tan-
intelectuales funcionalistas. to masculinidades como feminidades se
3
Ibid., p. 122. Tesis de Dumezil. Véase también
Adolfo Colombres, Teoría Transcultural del Arte: construyen a partir de un discurso socio-
hacia un pensamiento visual. passim. cultural. Los sujetos en las sociedades
4
Anne Lucien Skittecate, Los silencios de Yocasta. crean conceptos, los administran y clasi-
Ensayo sobre el inconsciente femenino. pp 13-18.
5
Kristina de la Peña, Fernanda Navarro y Graciela fican, y los grupos sociales en Occiden-
Hierro. “La naturaleza femenina y la ética” en La te han creado la dicotomía cultura-natu-
naturaleza femenina. Tercer coloquio nacional de
filosofía. México, Universidad Nacional Autóno-
ma de México, 1985, p. 98. 6
Judith Butler, El género en disputa, p. 38.
raleza y con respecto a personas, cuando nero es una imposición cultural sobre un
esta dicotomía se basa en diferencias sexo también creado culturalmente; las
biológicas, éstas incluso pueden estar de- características biológicas no tienen por
finidas ideológicamente obedeciendo a qué delimitar el género, ni las formas de
ciertas estructuras de poder. ejercicio sexual. La materialidad del cuer-
Sigmund Freud, el que creó la ciencia po es impuesta por el poder y no puede
del inconsciente, nunca identificó femi- entenderse sin la materialidad reguladora
nidad con mujeres ni masculinidad con del sexo, ya que ésta será una de las nor-
hombres, sostuvo que ni la masculinidad mas que calificarán socialmente al cuer-
ni la feminidad son hechos biológicos po.9 Los cuerpos abyectos, ésos coloca-
y que el “yo” es principalmente un yo dos fuera de definición por la hegemonía
corporal, la proyección de una superfi- heterosexual, son aquéllos a los que Judith
cie no presocial. Jacques Lacan señaló la Butler se refiere como cuerpos que no im-
existencia de una ley simbólica anterior portan para la sociedad, ni para la vida.10
al momento en que el sujeto asume po- Según los estructuralistas, se construye
siciones sexuadas y un sexo como fun- “el cuerpo” en función de límites estable-
ción simbólica, es decir, producto de la cidos por mecanismos reguladores; así, te-
ley y la cultura; habló de un cuerpo que nemos a Foucault que nos habla del dis-
obtiene sus contornos sexuados en con- curso del poder y a Lacan que nos recuerda
diciones especulares y en relación con el lo simbólico. Los cuerpos se materializan
exterior, planteando que los procesos a través de normas reguladoras que se
identificatorios son esenciales para la for- repiten constantemente, de esta manera
mación de la materialidad sexuada. Ju- la asunción de un “sexo” está vinculada
dith Butler, siguiendo a Foucault, afirmó con la cuestión de la identificación y con
que las normas forman el sujeto sexuado los medios discursivos11. El cuerpo se de-
de manera que se haga indistinguible la limita mediante el desecho de algo que
formación psíquica de la corporal. Agrega con anterioridad era parte de lo interno,
que la construcción del género opera ac- así, hay algo que queda afuera, algo que
cediendo a medios excluyentes porque es expulsado, cuerpos fuera de norma
la construcción produce un exterior, lo que ofrecen el contorno a los cuerpos
ininteligible, lo abyecto, que limita el es- dentro de la norma, cuerpos que, a decir
pacio de lo inteligible, de lo creado.7 Lo de Butler, sí importan.12 Lo que queda
abyecto es lo que no aparece como pro- afuera es desecho, lo abyecto según Bu-
piamente generizado y, así, puede llegar tler; el resto, según Lacan; lo repulsivo,
a cuestionarse su humanidad misma. No según Kristeva, discurso que llevado al
hay una relación directa ni causal entre plano de lo social produce repudio de los
sexo, género y deseo porque el sexo no
es la causa de la experiencia, ni del com-
portamiento, ni del deseo sexual.8 El gé-
9
Judith Butler, Cuerpos que importan, op. cit.,
pp. 18-20.
10
Ibid., p. 29.
7
Judith Butler, Cuerpos que importan, p. 49 11
Ibid., p. 19.
8
Judith Butler, El género…, op. cit., p. 55. 12
Ibid., p. 39.
13
Julia Kristeva, Poderes de la perversión, pp. 111-119.
14
Xavier Lizárraga Cruchaga, “La masculinidad po- 16
Ibid., pp. 122-128.
limórfica y el poder polifónico” en Revista de Es- 17
Simone De Beauvoir, El segundo sexo. Los hechos
tudios de Antropología sexual. No. 3, pp. 1-23. y los mitos, pp. 181-308.
15
Celia Amorós, La gran diferencia y sus peque- 18
Judith Butler, El género…, op. cit., p.27.
ñas consecuencias para las luchas de las mujeres. 19
Marcela Suárez. Sexualidad y norma sobre lo
pp. 118-120. prohibido, p. 32.
reza, los flujos, el parto, la sangre y la se- nómica han conducido al incremento de
xualidad, y todos se asociaron con la man- la violencia hacia las mujeres.
cha y con la necesidad de purificación.20 La violencia no es un fenómeno nuevo,
Cualquier cosa que se desvíe de la nor- data del pasado colonial, pero ahora ha
ma es peligroso para la comunidad que incrementado su dureza, crueldad y ex-
se siente dentro de ella, y así a los cuerpos tensión al punto de hablar de femini-
abyectos, cuerpos de hembras, de homo- cidios. La violencia de género no puede
sexuales, lesbianas y trans se les llega a ser incluida como cualquier tipo de vio-
cuestionar su humanidad misma, esca- lencia, ya que en particular su causa es
pan de la racionalidad social, y por ello la desigualdad de género producida por
se convierten en presas de violencia. estructuras patriarcales. La violencia de
género es un tipo de violencia relaciona-
da con la discriminación de un determi-
VIOLENCIA, PODER Y CUERPOS nado grupo social hacia otros individuos
que ocupan una posición de subordina-
La heterosexualidad construida en función ción en la comunidad. Tradicionalmente
de intereses grupales, sociales y cultura- se piensa que se trata de violencia ejerci-
les da lugar así a una violencia que pue- da por varones hacia mujeres, pero tam-
de ser simbólica pero también puede ser bién puede incluirse aquella ejercida por
real. Es una violencia que puede ir desde varones sobre homosexuales, lesbianas y,
los discursos políticos, sociales y culturales, en general, contra los participantes de al-
hasta los mediáticos y legislativos; violen- guna diversidad sexual. En este estudio, se
cia que puede ejercerse en espacios pú- tendrá por violencia de género todo acto
blicos pero también en el ámbito de lo de violencia hacia el sexo femenino que
privado, desde la violencia doméstica has- tenga o pueda tener como resultado, un
ta la sexual. Violencia que lleva implícita daño o sufrimiento físico, sexual o psico-
la discriminación o la muerte simbólica, lógico para las mujeres, problema social
y puede conducir también a la real. Esto con repercusiones graves para ellas cuya
es, una violencia de género que aquí se vida y libertad se ven puestas en riesgo.21
abordará desde el derecho al control del No sólo se considerará como problema
cuerpo propio, en los temas de aborto, de seguridad sino de desigualdad, poder
violencia sexual y trabajo sexual. y de ejercicio de los derechos. Se segui-
Hoy en México los cambios en la dis- rá la propuesta de Encarna Bodelón que
tribución de roles han producido en mu- comenta que la violencia contra la mujer
chos varones la sensación de pérdida de puede comprender los siguientes actos:
autoridad y dominio. Esta circunstancia violencia física, sexual y psicológica que
aunada a la violencia social y a algunos se produzca en la familia incluyendo
factores desencadenantes como el con-
sumo de drogas, alcohol, el crecimiento
del desempleo, y en general, la crisis eco-
21
Patricia Laurenzo, “La violencia de género en
el derecho penal: un ejemplo de paternalismo
punitivo” en Patricia Laurenzo, et al., coords.
20
Jean Delameau, El miedo en occidente, p. 471. Género, violencia y derecho, p. 276.
abuso sexual, malos tratos, violación, mu- trados por los cronistas, ésos que dicta-
tilación genital femenina y explotación; ban las normas para la conducta de las
violencia física, sexual y psicológica de- mujeres, hasta los católicos del Virreina-
ntro de la comunidad en general, inclu- to que, en aras de la protección al mode-
yendo violación, abuso sexual, acoso e lo cristiano de sexualidad, controlaron el
intimidación sexual en el trabajo y en cuerpo femenino, los de los liberales y
otros lugares, trata de mujeres y prosti- positivistas de los siglos XIX y XX que ha-
tución forzada; violencia física, sexual y blaron de igualdad pero para proteger la
psicológica perpetuada o tolerada por el conservación de la familia burguesa limi-
Estado.22 La violencia lo es por la dinámi- taron los derechos de las mujeres, nega-
ca de la acción. En México hoy existe ron su ciudadanía y coartaron su libertad,
violencia en el tratamiento del derecho hasta los actuales, en los que, a decir de
hacia el aborto, en el del trabajo sexual y Tamar Picht la imagen de la sexualidad y
en la violencia sexual en particular. de la relación entre los sexos está cons-
truida y divulgada, en una medida impor-
tante, por el derecho penal.
DERECHO, VIOLENCIA Y GÉNERO De alguna manera, el cuerpo femeni-
no ha podido verse como un campo
Ante esto, surge la pregunta, ¿el derecho de conflicto, pero al mismo tiempo se ha
penal funcionará como instrumento úni- construido un imaginario colectivo que
co o preferente para resolver la violencia promueve la tutela de las mujeres en aras
de género?23 La pregunta nos remite a de una “debilidad”. Luigi Ferrajoli afirma
la relación entre derecho y justicia y sus que la libertad de las mujeres está liga-
significados, y el cuerpo de las mujeres da a la libertad del cuerpo, y la no liber-
como espacio público construido y legi- tad, a la incapacidad de tener dominio
timado como tal por el derecho.24 ¿Por sobre el propio cuerpo, y habla de liber-
qué? Porque de alguna manera el derecho tad sexual, libertad de maternidad e inmu-
contribuye a la construcción de lo imagi- nidad frente a la trata de personas. Pero
nario sobre lo femenino. Para empezar, es también el derecho puede ser un agente
el cuerpo normado por excelencia, que del cambio porque, a decir del mismo au-
siempre, en la historia de México, ha es- tor, hay una interacción constante en-
tado sometido a discusiones públicas, ju- tre sentido del derecho y práctica social,
rídicas, éticas y políticas; a prácticas pe- entre cambios jurídicos y cambios en el
dagógicas, médicas, religiosas y morales. imaginario colectivo, porque regula e ins-
Desde los discursos prehispánicos, regis- titucionaliza el orden de las relaciones
sociales, económicas, políticas y perso-
nales, dándole legitimidad a ese orden.25
22
Encarna Bodelón, “De la seguridad a los derechos: Bodelón, Asún y Larrauri26 coinciden en
el debate sobre la violencia de género en el ámbito que es necesaria una reformulación del
jurídico y en el movimiento feminista” en Roberto
Bergalli, Iñaqui Rivera y Gabriel Bombini, coords.
Violencia y sistema penal, passim.
23
Patricia Laurenzo, op. cit., p. 266. 25
Pitch Tamar, op. cit., p. 21.
24
Tamar Pitch, Un derecho para dos. La construcción 26
Encarna Bodelón, “De la seguridad a los dere-
jurídica de género, sexo y sexualidad, p. 19. chos. El debate sobre la violencia de género en el
29
Tamar Pitch, op. cit., p. 110.
30
Ibid., p. 99. 31
Ibid., p. 118.
de las personas para fines sexuales. Asi- Nuevo León, Puebla, Sinaloa y Tlaxcala to-
mismo, señala la subordinación de la víc- davía se denomina atentado al pudor, y
tima y el uso del poder del agresor como en el Estado de México y en Hidalgo se le
forma de coacción en diferentes contex- tipifica como abusos libidinosos. Esto de-
tos, y habla de las distintas formas de esa be llevar a reflexionar sobre la construc-
coacción –física, psíquica, extorsión o ción de significados por la redacción de la
amenazas– y que puede darse también ley y en la forma en que como señala La-
sobre personas que no se encuentren en rrauri, “el derecho presenta a las mujeres”.
condiciones para dar su consentimiento.36 Los conceptos abusos libidinosos, impu-
En México la violencia sexual es un de- dicia y atentados al pudor trasladan una
lito grave tanto por su magnitud como idea que debía de centrarse en derechos
por su tipificación, y es considerada co- humanos de las agredidas a las ideas de
mo un problema de salud pública, pero honestidad, recato, y la sexualidad produ-
la legislación de los estados de la Repúbli- cida por este discurso jurídico se remon-
ca no es homogénea y de ahí que exista ta a la del siglo XIX en donde aparece una
una desprotección importante de las víc- sexualidad masculina agresiva e impe-
timas por el hecho de vivir en un espacio tuosa que las mujeres deben limitar, co-
y no en otro. Por ejemplo, de acuerdo a mo señala Tamar Pitch,38 no provocando
estadísticas realizadas en el año 2004,37 como en los casos de violencia sexual,
sólo en Colima, Chiapas, Durango, Naya- o satisfaciéndola dentro de los límites pre-
rit, Puebla y Querétaro se define la có- cisos como en el caso del sexoservicio.
pula oral forzada como forma de delito; Para el caso de violación equiparada, los
en el resto del país no. Aguascalientes, rangos de edad suponen que mayores de
Michoacán y Sinaloa no consideran la 12 años son capaces de consentir rela-
violación con instrumentos como tal. Pa- ciones sexuales y en trece estados el es-
ra violación equiparada en la mayor par- tupro es delito sólo cuándo la víctima
te de la República el rango de edad es menor de edad vive de manera “casta”
de 12 años; sólo en Nuevo León es de y “honesta”.39 Aquí habrá que preguntar
13 y en Veracruz, México, Chihuahua y si los delitos sexuales lo son contra los
Baja California es de 14. La violación en- derechos humanos y la libertad sexual de
tre cónyuges sólo es tipificada como de- las víctimas o delitos contra la morali-
lito en Chihuahua, en el Distrito Federal, dad pública.
Guanajuato, Hidalgo, Nuevo León, Oaxa- Otro atentado a la no libertad sobre
ca, Querétaro, San Luis Potosí, Tamauli- los cuerpos podemos observarlo en
pas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zaca- México, en el caso del trabajo sexual y
tecas. El abuso sexual en algunos estados el imaginario colectivo que gira en torno
como en Aguascalientes, Baja California del concepto. Un artículo publicado por
Sur, Campeche, Coahuila, Jalisco, Nayarit, el Centro de Documentación, Informa-
36
Ibid., p. 6.
37
Adriana Ortega A. y Tylemy Santiago, Marco Jurí- 38
Tamar Pitch, op, cit,. p.219
dico de la violencia en México. México, Ipas. AC. 39
Human Right Watch, Víctimas por partida doble.
marcan, clasifican y humillan a las mujeres reparación por la violación de sus dere-
y varones dedicados al trabajo sexual. Es chos humanos; puede promover la per-
aberrante que promueva el estigma pa- secución de la violencia física y sexual
ra los trabajadores al registrarlos, al obli- como violencia sin más, la despenaliza-
garlos a exámenes médicos sin la volun- ción del aborto, el abolicionismo para el
tad de los afectados y que pugne por el trabajo sexual, la consagración de la li-
establecimiento de zonas de tolerancia bertad sobre el cuerpo como derecho
evidentemente criminógenas que pro- fundamental. Es necesario revisar la tipi-
mueven la explotación y la trata de per- ficación de delitos, procurar la homolo-
sonas. Es grave que señale como factor gación de normas a nivel federal para
negativo del abolicionismo la falta de la protección de derechos humanos y la
control de enfermedades, cuando en nin- elaboración de leyes que incluyan, como
gún sistema se puede lograr esto a tra- lo señala Bodelón, los objetivos, marco de
vés del control punitivo, y promueva la aplicación, medidas a adoptar en los di-
discriminación de personas desde el em- ferentes niveles de la acción pública; en
pleo de la palabra prostitución –concep- suma, el Derecho puede aprovechar su
to peyorativo que data del siglo XVIII – en potencial simbólico en pro de los dere-
lugar de referirse a trabajo sexual. chos humanos.
Más grave aún resulta que, a pesar Es necesario reflexionar sobre la cons-
de los convenios internacionales a los que trucción de la masculinidad en nuestra
se ha suscrito México, aún se practique cultura y luchar por un cambio. Foucault
el reglamentarismo en nuestro país. En señaló que el poder produce su propio
Aguascalientes, Baja California Sur, Coa- discurso y el discurso del saber; el pode-
huila, Colima, Chiapas, Durango, Gue- roso puede decir qué sabe o qué no sabe.
rrero, Hidalgo, Michoacán, Nuevo León, El que no posee poder sólo tiene un sa-
Querétaro, Sinaloa y Zacatecas se regla- ber, saber que no se puede decir que se
menta el trabajo sexual. sabe.42 Hoy, sabemos de los feminicidios,
Ante todo esto ¿qué puede hacer el pero la gran mayoría de los mexicanos,
Derecho para la erradicación de injusti- desgraciadamente, prefiere ignorarlos
cias, discriminaciones y violencia de gé-
nero? Puede acercar sus normas y pautas
de interpretación a la evolución de la
sensibilidad social. Puede considerar, por
ejemplo, que la lesión al bien tutelado no
se produce en un instante temporal si-
no en un continuum de manifestaciones;
puede tener en cuenta la línea débil en-
tre tutelar la libertad sexual y tutelar la
sexualidad en el caso de las mujeres;
puede considerar a las víctimas no con la
connotación de debilidad sino como per-
sonas que padecen actos injustos y ar-
bitrarios que requieren indemnización o 42
Celia Amorós, op. cit., p. 163.
123
ALEJANDRA HERRERA
2
Joaquina Rodríguez Plaza y Alejandra Herrera,
Relatos y prosas breves de Max Aub, p. 44. 3
Ibid., pp. 59-60.
Por otra parte, mientras Joaquina orga- tingue de los animales, y que ayuda a
nizaba dicho material, me invitó a elabo- que un escritor se haga célebre. Como el
rar con ella una antología de los cuentos “Manuscrito Cuervo” excelente anima-
y relatos de este autor. Acepté encanta- ción de un cuervo narrador que no com-
da pues el azar ya me había acercado a prende la estupidez humana. O “La ver-
Aub. Una noche, mi amigo Arturo Cór- dadera historia de la muerte de Francisco
dova Just me leyó unas páginas de la Franco”, en donde un mesero harto de
Gallina ciega, en las que aparecía un tal los gritos hispanos que se disparaban en
Chulía, se trataba de su abuelo, Alfredo contra de Franco, entre los cafés que
Just, el valenciano que dio cuerpo y ma- servía, decide ir a matarlo. Hay que leerlo
teria a las esculturas que rodean la Plaza para saber en qué acaba y qué ocurre a
de Toros México. Los dos se conocieron su regreso.
en Valencia y se frecuentaron en el exi- Los Crímenes ejemplares de Aub tam-
lio. La alusión al abuelo me encantó y la bién son un ejemplo de humor e ironía,
prosa de Aub me pareció divertida. Así son también, desde mi punto de vista,
que Joaquina y yo pusimos manos a la un reflejo de la asimilación de la cultura
obra, visitamos bibliotecas, conseguimos mexicana por este autor, pues lo que ofre-
y leímos prácticamente todos los libros ce la nota roja es una serie de absurdos
de cuentos de Aub, Víctor Díaz Arciniega por los que nos matamos unos a otros,
nos prestó algunos y nos alentó para ha- miren si no:
cer dicha antología. Fue una gran expe-
riencia en términos literarios y afectivos. Lo maté porque me dolía la cabeza. Y
Gracias a estas prosas entendí mejor lo él venga hablar, sin parar, sin descanso,
que era el exilio, ese desgarramiento en- de cosas que me tenían completamen-
tre ser de aquí y de allá, especialmente te sin cuidado. La verdad, aunque me
hubiesen importado. Antes, miré mi re-
cuando se quiere estar allá y no se puede
loj seis veces, descaradamente: no hizo
estar más que acá. Ése no saber para caso. Creo que es un atenuante muy
quién escribir, porque, ¿quién lo va a de tenerse en cuenta.4
leer? El temor ante el regreso a una tierra
que ya no era la añorada, en la que los No puedo menos que mencionar que la
afectos habían desaparecido, baste citar influencia de Aub es claramente expresa
“El remate”. en Joaquina: sus Crímenes para la bene-
La necesidad de ajustar cuentas, de ficencia pública y sus Otros crímenes para
revisar el pasado para entender lo que la beneficencia pública son una muestra
ocurrió, no sólo lo evidente: la derrota, clara de la admiración de ella por este
sino sus causas, es otro tema explorado autor. Son prosas breves, quizá más inte-
por Aub, y una de ellas fue la división de lectuales que las de Aub, en las que Joa-
la izquierda. En “Librada”, aparece un cla- qui mata la soberbia, la vanidad, la falta
ro testimonio de lo que costaron esas di- de consideración, todo eso que si brilla-
ferencias entre los republicanos, en fin… ra por ausente haría de este mundo algo
Pero si bien había cuentos desgarra- más llevadero, más vivible.
dores, también había en otros humor, No puedo terminar este mi pequeño
fantasía, imaginación, lo que más nos dis- homenaje a Joaquina, mi amiga y herma-
4
Ibid., p. 330.
5
Ibid., p. 47.
128
MIRADA CRÍTICA
Aravind Adiga, The White Tiger, London, I thought about it and said:
Atlantic Books, 2009. ´The white tiger.`
´That´s what you are, in this jungle.´1
I
Adiga cuenta la historia de Balram Halwai.
ndia –subcontinente lleno de historias, Era un niño extremadamente pobre, tan
de imágenes, de magia, de deidades ex- pobre que ni siquiera tenía nombre pro-
travagantes, es un universo colorido y pio porque nadie en su familia tenía
variado. El tigre blanco de Aravind Adiga tiempo para pensar en ello, afirma el au-
se inscribe en este mundo nutriéndose tor con un guiño de ironía. Ahora tiene
de la abundancia de sus imágenes, de sus una empresa de subcontratación en Ban-
sabores, olores y colores. Es la primera galore, ciudad en el sur de la India y cen-
novela del autor quien ganó con ella el tro de la tecnología donde se gestan las
prestigiado Man Booker Price en 2008. ciencias de informática y de computación,
El mundo está dividido, como dijo Ber- y las nuevas tecnologías.
tolt Brecht, los unos viven en la luz, los
De hecho, las empresas indias prospe-
otros en la oscuridad. Los otros, nosotros,
ran donde pueden evadir las normas y
la mayoría. Aravind Adiga sitúa su novela
en esta dicotomía fundamental de la vida
social. El protagonista es el tigre blanco, 1
Aravind Adiga, The White Tiger, London, Atlantic
único en su especie en una generación. Books, 2009, p.35.
El inspector me apuntó con su bastón.
The inspector pointed his cone straight at -Eres un chico inteligente, honesto y vivaz, aquí,
me. ´You, young man, are an intelligent, en medio de esta pandilla de brutos y de idiotas.
En una jungla, ¿cuál es el más raro de los animales,
honest, vivacious fellow in this crowd
la criatura que sólo aparece una vez en cada
of thugs and idiots. In any jungle, generación?
what is the rarest of the animals – the Yo reflexioné y dije:
creature that comes along only once in -El tigre blanco.
a generation?` -Eso es lo que tú eres en esta jungla.
(Versión española): Aravind Adiga, Tigre Blanco,
traducción de Santiago del Rey, Barcelona, Roca
Editorial de Libros, 2009, p.40.
131
CHRISTINE HÜTTINGER
Su padre era conductor de rickshaw, y No one blamed the school teacher for
Balram nació en el seno de una familia doing this. You can´t expect a man in
grande donde dominaba la abuela Ku- a dung heap to smell sweet. Everyone
sum. La preocupación central de la abuela in the village knew that he would have
es el búfalo, su peso y su salud porque done the same in his position. Some
de él depende la nutrición y la economía
5
¿No he salido victorioso de la lucha que debería
4
Me pregunto si el Buda cruzó alguna vez Lax- librar cada hombre pobre, es decir, de la lucha
mangarh. Hay quienes dicen que sí. Yo tengo la que has de librar para no recibir los latigazos que
sensación de que la cruzó corriendo –tan de- recibió tu padre y para no acabar en una montaña
prisa como pudo– hasta llegar al otro lado. ¡Y sin de cuerpos que se pudrirán en el lodo negro de la
mirar ni una vez atrás! (p. 24). Madre Ganges? (p. 294).
were even proud of him, for having got the Darkness ist that good news becomes
away with it so cleanly. (p. 33).6 bad news – and soon. (p. 35).8
El padre quiere que por lo menos uno de Lo sacan de la escuela para poder pagar la
sus hijos viva como ser humano, como boda de su prima hermana para lo cual
hombre aún cuando el significado de ello la familia había tomado un crédito del ca-
quedó oscuro para Balram. cique Stork y tiene que empezar a traba-
jar. Poco después, el padre muere de un
My father sat panting against the mural problema pulmonar que se convierte en
of the Lord Buddha surrounded by the enfermedad mortal por la falta de aten-
gentle animals. ción médica. Los dos hermanos emigran
When he caught his breath, he said, a Dhanbad y trabajan en un tchai-shop,
´My whole life, I had been treated like a
limpiando mesas y partiendo carbones.
donkey. All I want is that one son of mine
– at least one – should live like a man.´
Conoce a Mr Ashok, su futuro patrón y
What it meant to live like a man was a trabaja para él como chofer. Pronto se
mystery. (p.30).7 trasladan a Nueva Delhi. Mr Ashok y su
esposa regresaron recientemente de Es-
En una ocasión llega un inspector escolar tados Unidos y se enfrentan ahora en la
quien llama a Balram el tigre blanco y le India con un entramado de corrupciones
promete una beca para seguir con sus abominables. Delhi significa embotella-
estudios. Pero en el Reino de la Osuridad, mientos, un tráfico desquiciado, hoteles
las buenas noticias pronto se convierten de lujo al lado de personas que se hacen
en malas. una fogata de bolsas de plástico para ca-
lentarse en el frío de la noche. La ciudad
Now, being praised by the school se encuentra en una actividad exacerba-
inspector in front of my teacher and fellow da de construcción, surgen nuevos ras-
students, being called a ´White Tiger´, cacielos, nuevos malls. El matrimonio de
being given a book, and being promised Mr Ashok y Pinky Madam quiebra. Bal-
a scholarship: all this constituted good ram mata a su patrón con una botella
news, and the one infallible law of life in de vidrio.
Adiga presenta un análisis amargo que
explica por medio de imágenes literarias
la incapacidad para romper las cadenas
6
Nadie culpó al maestro por ello. No puedes espe- de dependencia que sumergen a la gente
rar que un hombre encaramado en una monta-
ña de estiércol huela a rosas. En el pueblo todos en la pobreza. Entre las causas se encuen-
sabían que habrían hecho lo mismo en su lugar. tra no sólo el sistema de castas, tan ex-
Algunos incluso lo admiraban por haberse sali-
do con la suya sin ningún problema. (p. 38).
7
Luego se sentó jadeante y se apoyó en el mural del
Señor Buda rodeado de animalitos bondadosos. 8
Haber recibido los elogios del inspector delante
Cuando recuperó el aliento, me dijo: de mi maestro y de mis compañeros, y también el
–Durante toda mi vida, he sido tratado como nombre de “Tigre blanco”, y un libro de regalo y la
asno. Lo único que deseo es que uno de mis hijos, promesa de una beca, bueno, todo aquello pare-
por lo menos uno, viva como un hombre. cía una buena noticia. Pero la única ley infalible si
Qué significaba vivir como un hombre era para vives en la Oscuridad es que las buenas noticias se
mí un misterio. (p. 36). convierten en malas. Muy pronto. (p. 41).
traño para Occidente, sino en una red de Este mundo subordinado y oprimido no
vínculos familiares, traducidos a relaciones permite alternativa alguna a los que viven
económicas, y un sistema de jerarquías en el reino de la Oscuridad porque los que
que Aravind Adiga describe como “jaula siempre han mandado no permiten cam-
de las gallinas”. bio alguno, con sus metódos consabidos
como violencia, crueldad y corrupción.
When you get there, you´ll be told Las clases y castas dominantes no
we Indians invented everything from consienten ninguna alteración del orden
the internet to the hard-boiled eggs to preestablecido. A los pobres no les es
spaceships before the British stole it all concedido vivir en dignidad, como seres
from us.
humanos, como es el deseo del padre de
Nonsense. The greatest thing to come
out of this country in the ten thousand
Balram. Ascender en la escala social es
years of its history is the Rooster Coop. imposible para los pobres, excepto cuan-
Go to Old Delhi, behind the Jama do ellos toman la rienda y transgreden las
Masjid, and look at the way they keep leyes impuestas en un acto criminal, que
chickens there in the market. Hundreds puede ser incluso un asesinato.
of pale hens and brightly coloured
roosters, stuffed tightly into wire-mesh But isn´t it likely that everyone who
cages, packed as tightly as worms in a counts in this world, including our prime
belly, pecking each other and shitting minister (including you, Mr Jiabao), has
on each other, jostling just for breathing killed someone or other on their way to
space; the whole cage giving off a the top? Kill enough people and they
horrible stench – the stench of terrified, will put up bronze statues to you near
feathered flesh. On the wooden desk Parliament House in Delhi – but that
above this coop sits a grinning young is glory, and not what I am after. All
butcher, showing off the flesh and or- I wanted was the chance to be a man
gans of a recently chopped-up chicken,
still oleaginous with a coating of dark
blood. The roosters in the coop smell Vaya usted a la Vieja Delhi, detrás del Jama
the blood from above. They see the or- Masjid, y observe cómo las tienen en el mercado.
gans of their brothers lying around Cientos de pálidas gallinas y de gallos de colores
them. They know they´re next. Yet they vistosos, metidos a presión en jaulas de tela
do not rebel. They do not try to get out metálica, apretujados tan estrechamente como
las lombrices en el intestino, dándose picotazos
oft the cop. y cágandose unos encima de otros mientras for-
The very same thing ist done with hu- cejean para poder respirar. La jaula despide un
man beeings in this country. (p. 173 s.).9 hedor espantoso: el hedor de la carne aterrada.
En el mostrador de madera, por encima de la jau-
la, verá sentado a un joven carnicero que exhibe
con una gran sonrisa la carne y los despojos –aún
relucientes, con una capa de sangre oscura– de
9
Cuando venga usted aquí, le dirán que nosotros, una gallina recién troceada. Los gallos de la jau-
los indios, lo inventamos todo –desde Internet la huelen la sangre por encima de sus cabezas.
hasta el huevo duro y las naves espaciales–, an- Ven expuestos a su alrededor los órganos de sus
tes de que llegasen los británicos y nos lo roba- hermanos. Saben que ellos serán los siguientes. Y
ran todo. sin embargo, no hacen nada para rebelarse. No
Tonterías. El mayor invento que ha salido de este intentan escapar de la jaula.
país en sus diez mil años de historia es la jaula Exactamente lo mismo se hace en este país con
de gallinas. los seres humanos. (p. 163s.).
– and for that, one murder was enough. que ata, inmisericorde, al karma, a las con-
(p. 318).10 diciones preestablecidas, y no hay reden-
ción, no hay justicia.
La diferencia entre el mundo de la Os-
curidad y el mundo de los ricos no sólo Brush.Brush. Spit.
se manifiesta en la desigualdad social. Why had my father never told me not
Mejor dicho, ésta se inscribe en el cuer- to scratch my groin? Why had my father
po de los seres humanos. Los cuerpos de never taught me to brush my teeth in
los de arriba narran otra historia que los milky foam? Why had he raised me to
de los de abajo. live like an animal? Why do all the poor
live amid such filth, such ugliness?
A rich man´s body is like a premium Brush. Brush. Spit.
cotton pillow, white and soft and blank. Brush. Brush. Spit.
Ours are different. My father´s spine was If only a man could spit his past out so
a knotted rope, the kind that women easily. (p.151).12
use in villages to pull water from the
wells; the clavicle curved around his Una y otra vez se menciona la servidum-
neck in high relief, like a dog´s collar; bre y el vínculo de lealtad que caracteriza
cuts and nicks and scars, like little whip la relación entre amo y siervo.
marks in his flesh, ran down his chest
and waist, reaching down below his She would sit in the back, and the two
hipbones into his buttocks. The story of of them would talk, and I would drive
a poor man´s life is written on his body, them wherever they wanted, as faithfully
in a sharp pen. (p. 26s.).11 as the servant-god Hanuman carried
about his master and mistress, Ram and
El nacimiento, parece decir Adiga, signifi- Sita. (p. 46).13
ca una condena para el resto de la vida
La esposa del patrón, Pinky Madam, atro-
10
Pero ¿no podría ser que todos los que cuentan pella a una persona y quien pagará la cul-
en este mundo, incluido nuestro primer ministro
(incluido “usted”, señor Jiabao), hayan matado a pa es Balram, el chofer.
uno u otro en su camino hacia la cima? Mata al
número suficiente y te levantarán estatuas de
bronce cerca de la Casa del Parlamento… Aunque
eso sería la gloria, y no lo que yo persigo. Lo que
12
Cepillé y cepillé. Escupí.
yo quería era la oportunidad de ser un hombre. Y Cepillé aún más. Escupí.
para eso, me bastó con un asesinato. (p. 294). ¿Por qué no me había dicho mi padre que no me
11
El cuerpo de un hombre rico es como un cojín rascara la ingle? ¿Por qué no me había enseñado
de algodón de primera calidad: blanco, blando y a cepillarme los dientes con una pasta dental
liso. Los nuestros son diferentes. La columna de espumosa? ¿Por qué me había educado para vivir
mi padre era como una cuerda llena de nudos, como un animal? ¿Por qué viven los pobres entre
como las que usan las mujeres en los pueblos para toda esa mugre, entre tanta fealdad?
sacar agua del pozo; su clavícula trazaba una cur- Cepillé y cepillé.
va protuberante en torno al cuello, como el collar Cepillé más y más. Escupí.
de un perro; infinidad de cortes, muescas y ci- ¡Si uno pudiese escupir su pasado tan fácilmente!
catrices, como si fueran las marcas de un látigo, (p. 144).
cubrían todo su pecho hasta la cintura, e incluso
13
Se sentaban allí atrás y se ponían a charlar, y yo
hasta la cadera y los glúteos. La historia de un los llevaba a donde quisieran, con la misma fideli-
hombre pobre está escrita en su cuerpo con dad con la que el dios-siervo Hanuman conducía
un lápiz muy afilado. (p. 32). a su señor y su señora, Ram y Sita. (p. 49).
The jails of Delhi are full of drivers who tivos empleados construyen un univer-
are there behind bars because they are so cerrado y de alusiones múltiples en
taking the blame for their good, solid su interior. Ejemplo de ello es el cuello,
middle-class masters. We have left the por un lado, el lugar favorito del niño del
villages, but the masters still owns us,
cuerpo del padre; y el lugar donde su
body, soul, and arse.
patrón recibirá la muerte. Adiga refiere
…
dos muertes, ambas ejecutadas con los
Doesn´t the driver´s family protest?
Far from it. They would actually go filosos restos de un recipiente roto, una,
about bragging. Their boy Balram had cuando el padre, enfurecido porque su
taken the fall, gone to Tihar Jail for his hijo salió de la escuela aterrorizado por
employer. He was loyal as a dog. He was una lagartija, toma una vasija y mata al
the perfect servant. (p.169).14 animal, y años después, el hijo rompe una
botella para asesinar a Mr Ashok. Hay
Existe un entramado complejo entre las dos imágenes de impacto particular, la de
relaciones de servidumbre, de lealtad, de la jaula de las gallinas ya citada, y la del
complicidad e identificación con el otro, búfalo jalando una carreta con cabezas
y la conservación del status quo. muertas de otros búfalos, una alusión a la
familia asesinada de Balram.
I put my hand out and wiped the vomit Los habitantes del reino de la Oscuri-
from his lips, and cooed soothing words dad están condenados a ser perdedores,
to him. It squeezed my heart to see him siempre. No tienen escapatoria ni del ha-
suffer like this – but where my genuine cinamiento en que viven, ni de la falta
concern for him ended and where my
de recursos para satisfacer sus necesida-
self-interest began, I could not tell: no
des elementales; y si se asoma el atisbo de
servant can ever tell what the motives of
his heart are. (p.187).15 una posibilidad, los lazos de las formas
simbólicas, del capital simbólico y de los
La novela tiene la estructura de una carta hábitos –para usar la terminología de
autobiográfica redactada durante siete Pierre Bourdieu– impiden un ascenso so-
noches. Arranca con partes del retrato cial. Es poco lo que pueden acumular
hablado de Balram. Los elementos narra- como capital simbólico, como el orgullo
de Balram por los cuatros poetas árabes
cuyos nombres nadie conoce; pero la
14
Las cárceles de Delhi están atiborradas de poesía, tampoco les sirve; es más, los an-
conductores que han acabado entre las rejas para
cargar con la culpa de sus buenos amos, de esa cla más en sus circunstancias condenato-
gente tan seria y tan de fiar. Hemos abandonado rias. La poesía, la literatura, lejos de cons-
los pueblos, pero ellos son todavía nuestros tituir un arma para cambiar la situación
dueños, en cuerpo y alma y trasero.
…
¿No protesta la familia del conductor? Al contra-
rio. La familia va por allí alardeando de ello. Su
chico Balram ha pagado los platos rotos y está en
la cárcel Tihar para salvar a su patrón. Siempre el corazón al verlo sufrir de aquel modo. Pero
ha sido leal como un perro. El criado perfecto. dónde acababa mi preocupación por él y dónde
(p. 161). empezaba mi propio interés, eso no habría sabido
15
Le saqué el vómito de los labios con la mano y lo decirlo. Ningún criado pude llegar a decir cuáles
arrullé con palabras consoladoras. Se me encogía son los móviles de su corazón. (p. 176).
social y propiciar un cambio, sirve para for the poor, left them signs and symbols
conservar el status quo. in poems, which appear to be about
roses and pretty girls and things like
He read me another poem, and another that, but when understood correctly
one – and he explained the true history spill out secrets that allow the poorest
of poetry, which is a kind of secret, a man on earth to conclude the ten-
magic known only to wise men. Mr thousand-year-old-war on terms favou-
Premier, I won´t be saying anything new rable to himself. (p. 254).16
if I say that the history of the world is
the history of a ten-thousand-year war Con su libro, Adiga emite un juicio con-
of brains between the rich and the poor. tundente y devastador sobre las relacio-
Each side is eternally trying to hood- nes humanas en general, y sobre la situa-
wink the other side: and it has been this ción que se vive en la India, en particular.
way since the start of time. The poor win
a few battles (the peeing in the potted
plants, the kicking of the pet dogs, etc.)
but of course the rich have won the war
for ten thousand years. That´s why, one
Christine Hüttinger
Departamento de Humanidades, UAM-A
day, some wise men, out of compassion
16
Me leyó otro poema, y otro más, y me explicó
la verdadera historia de la poesía, que es una
especie de secreto, una magia sólo conocida por
los hombres más sabios. Señor primer ministro, no
diré nada nuevo si digo que la historia del mun-
do es la historia de una guerra psicológica de diez
mil años entre los pobres y los ricos. Cada bando
intenta eternamente engañar al contrario. Y así ha
sido desde el principio de los tiempos. Los pobres
ganan unas batallas (se mean en las macetas, les
dan patadas a las mascotas, etc.), pero los ricos, por
supuesto, llevan diez mil años ganando la guerra.
Por ello, algunos sabios, movidos por la compasión
hacia los pobres, decidieron un día dejarles una
serie de signos y símbolos en poemas que hablan
en apariencia de rosas, de hermosas doncellas y
de cosas parecidas, pero que –correctamente
entendidos– entrañan secretos que permitirían al
hombre más pobre de la Tierra concluir esa vieja
guerra psicológica de diez mil años de un modo
favorable para él. (p. 235).
139
La Revolución cubana en la prensa me- Con mirada colonialista, El Iris invitó a sus
xicana (1964) lectores a unirse a la civilización europea
En un contexto de “Guerra Fría”, la Revo- racionalista, a través de la imitación de
lución Cubana polarizó a América Latina. las normas de comportamiento, estilos
La Organización de Estados Americanos de vida, gustos gastronómicos, artísticos
expulsó a Cuba, y México fue el único país y literarios, propios de la modernidad.
que en 1964 asumió la resolución de se- Gracias al análisis de Trajes religiosos,
guir manteniendo relaciones diplomáti- civiles y militares de México, del mismo
cas con la isla antillana. Las reacciones Claudio Linati, obra publicada en Bélgica,
de algunos periódicos representativos de se muestra cómo dicho litógrafo presentó
la opinión pública mexicana ante ésta del un programa de exploración en virtud
gobierno del Presidente López Mateos, del cual los tipos de algunos mexicanos
permiten apreciar los alcances y matices fueron considerados objeto de un estudio
del anticomunismo en la prensa nacional, científico, con el fin de censurarlos y tra-
así como los límites de la relación que tar de transformarlos.
se daba entre la prensa y el Estado. Se revisa finalmente en este artículo, Los
Mexicanos pintados por sí mismos, obra
escrita “por una sociedad de literatos de
Sobre El Iris de Linati y Los mexicanos México” la cual, aunque sigue el modelo
pintados por sí mismos inglés de Heads of the people, tiene el
En este artículo se destaca los nexos en- mérito de ser el primer libro de este tipo
tre la génesis de la litografía nacional y elaborado por mexicanos, en un acerca-
el proceso de construcción del perfil de miento a la vida cotidiana, en el que
México y lo mexicano. intervinieron tanto los litógrafos como las
Por medio del análisis de los ideales car- plumas más destacadas del momento,
bonarios y de la convicción masónica buscando un realismo verosímil a la ma-
de José María Heredia, Claudio Linati y nera del costumbrismo bourgeois.
Florencio Galli, editores del periódico El
Iris, se destaca la defensa que este diario
hizo de los ideales de libertad, república
y democracia. Dicha revista estableció,
además, el panteón de los héroes de la
independencia, del que eliminó a Agustín
de Iturbide.
César Arturo Velázquez Becerril en Literatura Mexicana del siglo XX (UAM -Azca-
Profesor-Investigador del Área de Polemología potzalco). Su línea de investigación más recien-
y Hermenéutica del Departamento de Política y te se centra en la recepción de la escritura de
Cultura de la Universidad Autónoma Metropo- mujeres en la historiografía literaria mexicana.
litana, Unidad Xochimilco [cavelaz@correo.xoc.
uam.mx].
Nora Pérez Rayón
Doctora en historia y profesora investigadora del
Oscar Mata Departamento de Sociología en la UAM -Azca-
Doctor en Literatura Mexicana por la UNAM y potzalco. Ha publicado los libros Entre la Tradición
profesor-investigador del Departamento de Hu- señorial y la modernidad. La familia Escandón y
manidades de la UAM -Azcapotzalco. Becario del Barrón y Escandón Arango (1890-1910), México,
Centro Mexicano de Escritores en 1970, ganador UAM, 1995 y Percepciones y valores en la gran
del Premio Internacional de Ensayo Literario prensa capitalina, UAM -Porrúa, 2001. Ha parti-
Malcolm Lowry en 1987 y del Premio Nacional cipado como coautora en libros publicados por
de Ensayo Literario José Revueltas en 1991. Ha el FCE, el Instituto Mora, la ENAH, el INEHRM y
publicado, entre otros, los siguientes libros: publicado en revistas especializadas de histo-
Palabras (1974), San Malcolm en las cantinas ria y sociología.
(1988, 1998, 2007), Un océano de narraciones
(1991), La novela corta mexicana del siglo XIX
(1999 y 2003), Juan José Arreola, maestro edi- Daniel Santillana
tor (2002). Maestro de educación primaria. Licenciado en
Letras Hispánicas (UAM-I). Maestría en Estudios
de Asia y África –literatura japonesa– (COLMEX).
Leticia Romero Chumacero Doctorante en Letras Mexicanas del s. XIX (UNAM).
Profesora-investigadora de tiempo completo en Doctorante en Letras Japonesas (COLMEX). Edi-
la Universidad Autónoma de la Ciudad de Mé- tor y traductor japonés-español. Profesor de Fi-
xico, plantel Cuautepec. Actualmente prepara losofía Novohispana en la Maestría en Cultura
una tesis para obtener el grado de doctora en Virreinal, UCSJ.
Humanidades (línea Teoría literaria) en la UAM -
Iztapalapa. Cursó la maestría en Letras (UNAM),
un master en Estudios de la Diferencia Sexual
(Universidad de Barcelona) y la especialidad
142
Alejandra Herrera así como en Cuadernos sobre Vico, Universidad
Profesora e investigadora de la UAM -Azcapot- de Sevilla, España (2006); Revista de Filosofía,
zalco. Estudió la licenciatura en Filosofía y la Universidad del Zulia, Maracaibo, Venezuela
maestría en Letras Mexicanas en la Universidad (2008). Artículos recientes: “Jaime Sabines: lo
Nacional Autónoma de México. Ha publicado poético de las cosas”, en Casa del Tiempo, núm.
antologías y artículos de investigación en diver- 26-27, Universidad Autónoma Metropolitana,
sas revistas especializadas. México, dic. 2009/enero 2010. “La racionalidad
del poder en Maquiavelo”, en Logos. Revista de
Filosofía, No. 112, Universidad La Salle, México,
Alejandra Watty 2010. “Ciencia y técnica en Heidegger”, en Bajo
Licenciada en Psicología por la Universidad Ibe- palabra. Revista de filosofía, núm. 4, Universi-
roamericana y realizó la Maestría en Psicoterapia dad Autónoma de Madrid, España, 2010.
General en la Asociación Psicoanalítica Mexi-
cana A.C. (Actualmente en proceso de titula-
ción). Ha publicado artículos de investigación en Marcela Suárez Escobar
revistas especializadas, y ha participado como Licenciada en Sociología, Maestra en historia,
ponente en congresos y jornadas de Psicología. candidata a Maestra en derecho, Maestra en
psicoanálisis y Doctora en historia es profesora
de tiempo completo en la Universidad Autóno-
Silvestre Manuel Hernández ma Metropolitana Azcapotzalco. Autora de dos
Investigador en Ciencias Sociales y Humanida- libros y de diversos artículos. Se encuentra prepa-
des, UAM-I. Publicaciones en el área de filosofía, rando un libro sobre el delito visto desde la pren-
literatura, sociología y teoría literaria en revis- sa en los inicios de la modernidad mexicana.
tas nacionales de investigación especializada;
Literatura Historia
Angélica Tornero Nicolás Cárdenas García
Muerte, apelo a tu rigor (sobre Muerte ¿A quién debemos el orden de las pala-
sin fin de José Gorostiza), p. 39. bras?: el autor como problema historio-
gráfico, p. 101.
Literatura
Marisol del Carmen Salmones Martínez
Tres estancias de Sindbad el varado,
p. 47.
144
ÍNDICE GENERAL DE FUENTES HUMANÍSTICAS AÑOS 10-20, NÚMEROS 20-40
Fotografía Literatura
Antonio Marquet Margarita Alegría de la Colina
Pasado y presente de la colonia Juárez Del viaje onírico al terreno imaginario
en un poeta del siglo XIX, p. 35.
Índices generales de Fuentes Humanís-
ticas, 1-19, p. 142 Literatura
Begoña Arteta Gamerdinger
Sinopsis de los artículos de Fuentes Hu- La quinta modelo, p. 45.
manísticas 20, p. 159.
Filosofía
Colaboradores de Fuentes Humanísti- Ernesto Sosa
cas 20, p. 162. En torno a la posmodernidad, p. 53.
Filosofía
Silvestre Manuel Hernández
Comprensión y experiencia del arte en
Gadamer, p. 69.
Literatura
Nicolás Amoroso Boelcke
La espacialidad en la narrativa, p. 83.
Literatura Hemerografía
Francisco Daniel Téllez Alejandro Ortiz Bullé Goyri
José Carlos Becerra: vértices de su El espectador, p. 175.
tiempo poético, p. 93.
Mirada crítica
Historia Teatro en Londres, nueva literatura me-
Edelmira Ramírez Leyva xicana, Michel Matelas, Cecilia Naran-
Magia colonial: sincretismo de culturas, jo, p. 177.
p. 107.
Sinopsis de los artículos de Fuentes
Literatura humanísticas, 21/22, p. 196.
Oscar Mata Juárez
El herbario de consuelo llorente: Aura, Colaboradores de Fuentes humanísti-
p. 117. cas, 21/22, p. 198.
Teatro
Antonio Marquet
Violencia y placer: en torno a Dulces
compañías de Oscar Liera, p. 123.
Lingüística
Gloria Cervantes
Desarrollo de habilidades argumentati-
vas en la lengua escrita, p. 135.
Lingüística
Gabriela Cortés, Francisco Rojas y Vida
Valero
Métodos de evaluación lingúistica en
lenguas extranjeras de la UAM-A (caso
particular: inglés), p. 145.
Lingüística
Martha Islas
Categorías funcionales y otros aspectos
de su complementaridad, p. 155.
Literatura
María Rosa Palazón
Locuras de amor y musas, p. 171.
Historia Literatura
Ana María Morales Alejandra Herrera y Vida Valero
Entre la historia y la ficción: las materias La utopía en ¡Pájaro vuelve a tu jaula!
narrativas medievales, p. 73. de Severino Salazar, p. 189.
Historia Literatura
Óscar Cuéllar Saavedra y Augusto Vicente Francisco Torres
Bolívar Espinoza La ciudad cárcel de José Revueltas, p. 199.
Libertad del hombre y autoridad del Es-
tado en Humboldt, p. 85. Literatura
Marcela Suárez Escobar
Historia El pensamiento europeo y la medicina
Carlos Gómez Carro mexicana en el siglo XIX, p. 205.
¿Pudo existir Juan Diego?, p. 103.
Dossier Quebec
Claude Poirier
Quebec: un francés de América, p. 49.
Dossier Quebec
Ociel Flores
Langagement: la lengua del compromi-
so, p. 59.
Historia
Rosaura Hernández Monroy
Vasos comunicantes. La penetración
cultural en la frontera norte, p. 67.
Literatura
Lilia Granillo Váquez
“Vida de asociación”: escritoras en so-
ciedades y academias del siglo XIX, p. 77.
Lingüística
Oralia Gómez Ramírez.
La influencia del inglés en la literatura
de la frontera, p. 93.
Literatura
Azucena Rodríguez Torres
Tradición nacional y literatura fantástica:
José Emilio Pacheco, p. 111.
Lingüística
Martha Islas
La noción de predicado y tipos de
verbos, p. 125.
Literatura
Óscar Mata
Florencio M. Del castillo: el traductor
de los dolores del pueblo, p. 143.
Literatura
Ociel Flores
Gabriel Zaid: poeta de silencios, p.
155.
Mirada crítica
Elsa Arce, Ociel Flores, p. 165.
Quehacer humanístico
60 años de los hombres del alba, p.
177.
Deborah Dorotinsky
La fotografía como fuente histórica y su
valor para la historiografía, p. 117.
Literatura
Margarita Alegría de la Colina
Humor y comicidad en la literatura po-
pular del siglo XIX mexicano, p. 81.
Literatura
Alejandra Herrera
Dos temas en la poética de Rubén Bo-
nifaz Nuño, p. 93.
Historia Dossier
Nicolás Amoroso Boelcke Imágenes corporales y cultura de masas
Nombrar la historia. El cine como instru- María del Carmen de la Peza
mento, p. 183. La imagen grotesca del cuerpo femenino
en las canciones de Molotov. ¿Hacia un
Mirada crítica nuevo tipo de grotesco realista?, p. 59.
Priscilla Connolly. Víctor Díaz
Arciniega. Agustín Sánchez González. Dossier
Ernesto Aréchiga Córdoba, p. 197. Imágenes corporales y cultura de masas
Aída Analco Martínez
Sinopsis de los artículos, p. 215. Cuerpos en papel: la representación
del cuerpo juvenil en el fanzine, p. 73.
Colaboradores, p. 221.
Dossier Literatura
Lo fantástico o la irrupción de lo Ociel Flores Flores
sobrenatural La búsqueda del otro: la invención de sí
Francisco Aragón mismo, p. 157.
El miedo a “lo otro” en La piel fría, no-
vela de Albert Sánchez Piñol, p. 57. Mirada crítica
Alfredo Rosas Martínez, Alejandro
Educación Caamaño Tomás, Haydé Zavala.
Gloria Cervantes Alejandro Ortiz Bullé Goyri, José
Competencias y habilidades en la nueva Francisco Conde Ortega, Jelena
cultura educativa, p. 71. Rastovic, p. 171.
Educación
Vida Valero Borrás, Dolores Serrano
Godínez, Gerardo A. Pérez Barradas
La promoción de la adquisición de la
habilidad de la escritura en la clase de
lengua inglesa, p. 89.
Educación
María Margarita Alegría de la Colina
El miedo en el ámbito educativo. Hacia
una educación con humanismo, p. 99.
Historia
Felipe Sánchez Reyes
“El fandango”: Casimiro Castro, p. 115.
Historia
Graciela Sánchez Guevara
La metáfora visual del poder. Repre-
sentaciones en los textos gratuitos de
historia de México, p. 131.
Literatura
Alejandro Caamaño Tomás
El diálogo y la literatura de matrimonio
en la España del siglo XVI, p. 145.
Historia Literatura
Luis Alberto Arrioja Díaz Viruell Antonio Durán Ruiz
Las congregaciones de indios y las co- La presencia de e. M. Cioran en la escri-
rrientes de agua en la alcaldía mayor de tura de Guillermo Fadanelli, p. 193.
nexapa, 1600-160, p. 75.
Mirada crítica
Cultura Alejandro Caamaño Tomás, Víctor Díaz
Begoña Arteta Arciniega, Laura A. Suárez de la Torre,
México: República Sui Generis. Qué opi- Víctor Hugo Jiménez Bastián, Graciela
nan los viajeros anglosajones en los pri- Sánchez Guevara, p. 207.
meros años de 1840, p. 91.
Sinopsis de los artículos, p. 231.
Cultura
Ana María Peppino Barale y Susana T. P. Colaboradores, p. 235.
de Domínguez Soler
Doña Dolores Costa y Brizuela. Esposa y
viuda de Justo José de Urquiza, p. 101.
Cultura
Daniel Inclán
Ideas para qué, ideas para quién. De-
bate sobre la historia de las ideas en
América Latina, p. 127.
Literatura
Alfredo Moreno Flores
Los otros héroes... El soldado de a pie
en El cerro de las campanas, p. 141.
Literatura
Alejandro De la Mora O.
Xavier Villaurrutia como crítico de la
literatura mexicana, p. 161.
Literatura
Rossana Fialdini Zambrano
“Poderoso caballero es don dinero”:
reflexiones en torno al dinero en la li-
teratura española medieval y renacen-
tista, p. 177.
Año 21, 1er Semestre 2009, núm. 38 Dossier La vida cotidiana en México en el
siglo XIX
María Emilia Chávez Lara
Dossier La vida cotidiana en México en el La serpiente-hada del deseo de lo im-
siglo XIX posible, p. 85.
Cecilia colón
Presentación. La vida cotidiana en Mé- Dossier La vida cotidiana en México en el
xico en el siglo XIX, p. 3. siglo XIX
Cecilia Colón
Dossier La vida cotidiana en México en el La construcción de la literatura nacio-
siglo XIX nal, p. 93.
Alejandro González Acosta
Los restos de José María Heredia (Santia- Literatura
go de cuba, 1803-ciudad de México, Alejandro Caamaño Tomás y Diana M.
1839). Detrás de los huesos perdidos o Magaña Hernández
¿La paz de los sepulcros?, p. 7. La mujer y su reflejo en la literatura
bajo-medieval española: ¿literatura fe-
Dossier La vida cotidiana en México en el minista o femenina?, p. 101.
siglo XIX
Leticia Romero Chumacero Literatura
Laura Méndez y Manuel acuña: un Leonardo Martínez Carrizales
idilio (casi olvidado) en la república de La figura del Caribe mediterráneo en
las letras, p. 23. Germán Arciniegas. Una estrategia del
discurso americanista, p. 119.
Dossier La vida cotidiana en México en el
siglo XIX Literatura
Margarita Alegría de la Colina Ociel Flores Flores
Ignacio Rodríguez Galván, humor y vida Efraín Huerta y Octavio Paz. Dos tra-
cotidiana en el México del siglo XIX, p. 41. yectorias de la literatura social, p. 137.
Dossier La historieta gráfica: cómic, Año 22, 1er Semestre 2010, núm. 40
tebeo, y similares. Aspectos técnicos y de
contenido en casos particulares
Cecilia Colón Dossier La Independencia de México
La imagen femenina en dos historietas: Saúl Jerónimo Romero
Páginas íntimas e Historias de mujeres, Presentación: Reflexiones en torno al
p. 79. bicentenario del inicio de la guerra de
Independencia, p. 3.
Literatura
Leticia Romero Chumacero Dossier La Independencia de México
Oralización y performance: una inter- Luz Mary Castellón Valdéz
pretación posible sobre las tertulias de- Dos fondos documentales para el estu-
cimonónicas, p. 87. dio de las guerras de independencia:
“Las causas de infidencia” de México y
Literatura Venezuela, p. 9.
Uriel Iglesias Colón / Cecilia Colón
La figura de Quetzalcóatl-Santo Tomás Dossier La Independencia de México
apóstol en el sermón de fray Servando Aarón Grageda Bustamante
Teresa de Mier, p. 97. Idea de futuro. Tratamiento hermenéu-
tico de dos textos prospectivos sobre el
Filosofía destino de la frontera noroeste escritos
Marcelino Arias Sandí después de la Independencia, p. 23.
Orientaciones hermenéuticas para la in-
vestigación en ciencias sociales, p. 105. Dossier La Independencia de México
Miguel Ángel Hernández Fuentes
Educación El constitucionalismo liberal en la Nue-
Isela Ciprés va España, 1820: figuras de autoridad
La vigencia de Juan Amós Comenio en el y opinión pública, p. 39.
pensamiento educativo actual, p. 113.
Dossier La Independencia de México
Mirada crítica Germán A. de la Reza
Tatiana Aguilar-Álvarez Bay, Ana María La diplomacia itinerante: del Pacto de
Peppino Barale, Patricio Herrera familia al congreso americano de Lima
González, Silvestre Manuel Hernández, (1831-1848), p. 55.
p. 129.
Dossier La Independencia de México
Sinopsis, p. 155. Miguel Ángel Vásquez Meléndez
Representaciones teatrales y otros es-
Colaboradores, p. 158. pectáculos conmemorativos de la Inde-
pendencia durante el siglo XIX, p. 71.
Literatura
Alejandro González Acosta
Dos visiones de la integración americana:
Comentarios reales, del inca Garcilaso
de la Vega y Crónica mexicana, de Fer-
nando Alvarado Tezozomoc, p. 101.
Literatura
Alejandro Hermosilla Sánchez
La excéntrica espiral literaria de Sergio
Pitol, p. 117.
Literatura
Christine Hüttinger y María Luisa
Domínguez
Lo que cuenta el tlacuache… Tres
cuentos tsotsiles entre mito y literatura,
p. 131.
Comunicación
Martha Tappan Velázquez
Tradición y acontecimiento mediático
en el diseño gráfico, p. 157.
Historia
Esther Iglesias Lesaga
Desafíos para la construcción de la his-
toria oral, p. 165.