Fuerzas Militares

para la guerra
La agenda pendiente de la
reforma militar

ENSAYOS DE SEGURIDAD Y DEMOCRACIA

seguridadydemocracia@cable.net.co
ÍNDICE
Pag.
PRESENTACIÓN i

INTRODUCCIÓN 1

CAPÍTULO 1
La crisis militar: 1996-1998 13

1.1. Antesala de una crisis 13

1.2. La expansión y fortalecimiento de las FARC 17
1.3. Se desata la crisis 26
1.4. El comienzo del cambio 29
1.5. ¿Cómo explicar la crisis militar? 32

CAPÍTULO 2
Avanzando hacia el cambio: 1998-2003 41

2.1. ¿Cómo se define la transformación militar? 43

Primera Edición: Noviembre de 2003 2.2. Estructura de la transformación militar colombiana:
© Fundación Seguridad y Democracia
Cambios tecnológicos, institucionales y doctrinarios
ISBN: 958-33-5366-3 en medio de la crisis 47
2.2.1. Cambios tecnológicos 48
Diseño de portada: Oce & Marketing Ltda. 2.2.2. Cambios institucionales 59
disenocemarketing@cable.net.co
2.2.3. Cambios doctrinarios 67
Edición y diagramación electrónica: Oce & Marketing Ltda.
Cra. 11 No. 71-73 Of. 506 Tels.: 321 5440 / 42 / 28 CAPÍTULO 3
Las reformas que faltan: Hacia una transformación
Impresión y encuadernación: Oce & Marketing Ltda.
completa 71
Cra. 11 No. 71-73 Of. 506 Tels.: 321 5440 / 42 / 28

3.1. Reformas institucionales 72

Impreso y hecho en Colombia 3.1.1. Comando y control 73
Printed and made in Colombia
3.1.2. Comando y control en las operaciones militares
en Colombia 75
3.1.3. Comando y control conjunto 77
3.1.4. Profesionalización 84
3.1.5. Los problemas de la profesionalización 84
3.1.6. Hacia una verdadera profesionalización 87
3.2. Reformas tecnológicas 93
3.2.1. Capacidades aéreas: movilidad táctica y apoyo de
fuego 94
3.2.2. ¿Qué capacidad aérea requieren las Fuerzas
Militares? 96
3.3. Reformas a la doctrina 99

CONCLUSIONES 101
PRESENTACIÓN

ANEXO 1
La Brigada Contra el Narcotráfico 115 El tema de qué tipo de Fuerzas Militares necesita
Colombia para apresurar la terminación del conflicto
ANEXO 2 armado, es un asunto recurrente que periódicamente
Comando Unificado del Caribe 121 capta la atención de la opinión pública pero cuya
discusión, sin embargo, avanza muy poco.

BIBLIOGRAFÍA 125 Con el presente ensayo, la Fundación Seguridad y

Democracia aspira a animar la discusión sobre un tema
tan trascendental para el país, a partir de unas premisas
básicas. En primer lugar, el Estado colombiano vivió
una crisis militar entre los años 1996 y 1998, como
resultado de la crisis política del momento y de una
serie de derrotas que las FARC les propinaron a las
Fuerzas Militares. En segundo término, como reacción
a esta situación la administración de Andrés Pastrana
inició un proceso de fortalecimiento y modernización
de las Fuerzas Militares que logró neutralizar el avance
de la guerrilla gracias a avances significativos en la
dotación de equipos y de tecnología y de avances
parciales en el cambio de doctrina militar. En tercer

i
 Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR

lugar, este proceso de transformación militar está
inacabado y debe continuar poniendo el énfasis en los
cambios de las estructuras y en la doctrina militar,
además de seguir mejorando lo concerniente a dotación
y entrenamiento.
la nación. En un país en guerra y con tanta estrechez
fiscal esto no parecería lógico. No sabemos a ciencia
cierta cuáles son las capacidades que deben tener o
adquirir las Fuerzas Militares ni hemos evaluado
rigurosamente los riesgos de no hacerlo.

En efecto, en el presente ensayo se avanza en este

Es sabido que los cambios en las estructuras de las
propósito y sus propuestas no son caprichosas.
organizaciones y en la forma como se hacen las cosas
Corresponden a la necesidad de adecuar las Fuerzas
son difíciles y a veces traumáticos, pero nada hay tal
Militares a los requerimientos de necesidades
vez más difícil que estos cambios en los ejércitos y en
estratégicas inminentes e inaplazables. En resumen :
las iglesias. En todos los lugares del mundo y en todas
si se quiere ir más allá de la fase de contención de la
las épocas estas han sido instituciones conservadoras
guerrilla, que es, por definición defensiva, y ascender
por definición – su misión es la preservación de sistemas
a una fase de ofensiva estratégica que cambie de manera
políticos y de tradiciones religiosas -, y desconfían de
radical y pronto el equilibrio de fuerzas y la dinámica
los cambios que afecten sus estructuras jerárquicas y
de la confrontación a favor del Estado, es necesario
su doctrina. No obstante, justo es reconocer que las
realizar cambios profundos en la manera de operar de
Fuerzas Militares de Colombia han demostrado
las Fuerzas Militares y adecuar su estructura
recientemente una clara inclinación a aceptar la
organizacional y su despliegue a una nueva forma de
necesidad del cambio, eso sí, de manera gradual y
hacer la guerra.
paulatina.
Es necesario que la nueva capacidad de combate aéreo
Pero, aun cuando pocos parecen percibirlo, porque la
que multiplica el poder de fuego, la tecnología que
niebla de la guerra lo oculta todo, tal vez el momento
hace posible realizar operaciones nocturnas, las nuevas
más crítico del cambio dentro de las Fuerzas Armadas
posibilidades abiertas por la inteligencia técnica, la
está por llegar, pues si no se avanza pronto y deprisa
creciente movilidad de las tropas que otorga sorpresa
en el camino que ya se ha empezado a recorrer, se
y rápida concentración de masa, sean utilizadas
corre el riesgo de desaprovechar todo el potencial que
permanentemente en operaciones conjuntas del Ejército,
se ha conseguido desarrollar hasta el momento y de
la Fuerza Aérea y la Armada, con cadenas de mando
no aumentar significativamente la eficacia militar.
mucho más cortas que las actuales y con estructuras
de comando mucho más ligeras e integradas. Pero para
Es inquietante constatar cómo hasta la fecha no se
esto es necesario terminar con la aprehensión entre las
haya hecho un estudio serio para determinar cuál es la
fuerzas, la compartimentación de la inteligencia, la
estructura de la fuerza real necesaria para enfrentar
visión del territorio como jurisdicciones exclusivas, y
tanto el conflicto interno como la defensa externa de

ii iii
 FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR

disponerse a compartir cadenas logísticas, a elaborar sistema de seguridad y defensa nacional no podrá dar
planes de guerra y desarrollar campañas conjuntas, a los frutos esperados si no se actualizan paralelamente
actuar bajo el comando de otras fuerzas, a terminar esos aspectos.
con estructuras tan tradicionales como las brigadas
territoriales y tan recientes como las divisiones, así Con este ensayo de Andrés Villamizar, la Fundación
como con cargos tan formales como el Jefe de Estado Seguridad y Democracia vuelve a poner sobre la mesa
Mayor, entre otras cosas. para el debate público un tema crítico de la seguridad
nacional, acompañando nuestros argumentos, como
Por supuesto quedan aun muchos temas por desarrollar siempre, con propuestas positivas para enriquecer la
como por ejemplo determinar las capacidades conjuntas política pública y para contribuir a mejorar la seguridad
necesarias en áreas como comando, control y colectiva.
comunicaciones, cobertura terrestre, marítima, fluvial
y aérea, vigilancia marítima y aérea, y logística entre
otras. Una vez determinadas las capacidades conjuntas ALFREDO RANGEL
necesarias, estas deberían enfrentarse con las amenazas Director
existentes o previsibles, de acuerdo con la posibilidad
de ocurrencia de cada una de ellas, con el fin de analizar
cuáles serían los efectos de no atender esas amenazas
con las capacidades desarrolladas. Un plan como este
debería llevar a las Fuerzas Militares a establecer un
plan de desarrollo conjunto que priorizara las
capacidades a obtener con base en necesidades reales,
con unidad de esfuerzo, evitando duplicidades de
equipos y de funciones, lo que seguramente llevaría a
un empleo más eficiente de los escasos recursos
disponibles.

Otro tema que requiere de una urgente evaluación

posterior es el de la organización logística y
administrativa de las Fuerzas Militares y, en general,
del Ministerio de Defensa Nacional. A pesar de los
cambios recientes, estos son elefantes blancos donde
abunda la ineficiencia, las duplicidades y los gastos
superfluos. Cualquier cambio que se adelante en el

iv v
 INTRODUCCIÓN

Es bien sabido que las crisis suelen generar

oportunidades. Pero muchas veces es necesario que se
desate una crisis de grandes proporciones para que las
organizaciones tomen medidas que, si bien pueden ser
dolorosas, son necesarias. Pocas decisiones son tan
difíciles de tomar como aquellas que implican innovar
y transformar la forma de conducir las actividades y
operaciones de una institución. Los cambios suelen
ser vistos como una amenaza al status quo.

Machiavelli señaló, hace ya más de 400 años, que “no

hay nada más difícil de sacar adelante ni de más incierto
éxito, ni de más difícil manejo que dar inicio a un
nuevo orden de las cosas. Pues el reformador tiene
enemigos decididos en todos aquellos que se benefician
del viejo orden, y tan solo tímidos defensores entre
aquellos que se beneficiarían del nuevo orden…[debido
a la incredulidad] del hombre, que no cree en nada
nuevo hasta que no lo ha experimentado en carne
propia.”1
1
Niccolo Machiavelli, The Prince (Cambridge: Cambridge University Press, 1988) pg.49-50

1

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
Si bien esto es cierto para la mayoría de las
organizaciones e instituciones, quizás lo es más para
las organizaciones militares que se caracterizan por el
apego a las tradiciones, la rigidez mental y la aversión
al riesgo. Curiosamente, la institución que mayores
niveles de riesgo enfrenta en el desarrollo de sus
actividades cotidianas, es una de las que más rechazo
manifiesta al peligro inherente a los procesos de cambio.
Quizás esto, más que una simple coincidencia es más
bien el resultado de enfrentar altos niveles de
incertidumbre de manera cotidiana. De cierta manera,
los militares sienten que los niveles de riesgo que su
actividad implica hacen intolerable asumir el riesgo
adicional de embarcarse en inciertos procesos de
reestructuración. De hecho, los altos mandos militares
colombianos suelen manifestar que les gustaría
implementar un proceso de cambio profundo, pero que
esto resulta demasiado arriesgado en medio de una
guerra.
Pero como se mencionó anteriormente, es generalmente
en medio de las crisis que resulta necesario enfrentar
procesos de cambio y el rompimiento de paradigmas
hasta ese momento aceptados. Por ejemplo, fue tan
solo cuando estalló la Segunda Guerra Mundial que
los Estados Unidos comenzaron el proceso de
modernización de sus Fuerzas Militares, las cuales
hasta comienzos de los años 40 mantenían
prácticamente el mismo nivel de desarrollo que
alcanzaron durante la Primera Guerra Mundial. Lo
mismo sucede con la mayoría de los procesos de
transformación militar, los cuales suelen desencadenarse
por los avances cualitativos y cuantitativos de un
adversario real o potencial. De ahí que se acuse a los
2 3
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
ejércitos de prepararse siempre para pelear la guerra
anterior, más que la actual o las futuras.
Surgen entonces algunas preguntas importantes.
¿Cuándo y porqué implementan los ejércitos
innovaciones en su manera de pelear las guerras?
¿Están éstos para siempre condenados a pelear la guerra
pasada? ¿Resulta más fácil innovar en tiempos de paz,
cuando el enemigo no los está enfrentando en combates,
o quizás sea más fácil innovar en tiempos de guerra,
precisamente porque pueden aprender del combate?
¿Cómo se diferencian las innovaciones tecnológicas
de las innovaciones en la manera en la que una
organización militar pelea las guerras? ¿Cuál es el
papel de la inteligencia en la innovación militar?2
En cuanto a si es más fácil innovar en medio de la paz
o de la guerra, lo cierto es que aun si es más fácil
innovar en tiempos de paz, generalmente resulta
imperativo hacerlo en tiempos de guerra, cuando en
el desarrollo de la misma se descubre que la forma
tradicional de hacer las cosas no está funcionando.
También se puede afirmar que los cambios tecnológicos
suelen ser mucho más fácilmente aceptados que aquellos
que involucran una transformación en la forma de
pelear las guerras, es decir, los cambios institucionales
y doctrinarios. Sin embargo, sin cambios en estos
últimos aspectos es difícil que las fuerzas armadas le
saquen el máximo provecho a las innovaciones de
índole tecnológica.
2
Estas y otras preguntas son las que estructuran el trabajo de Stephen Meter Rosen, Winning
the Next War: Innovation and the Modern Military (Princeton, NJ: Princeton University Press,
1991), uno de los más completos estudios realizados sobre el tema de la innovación militar.

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
Cabe resaltar, como lo sugiere Stephen Meter Rosen
en su libro Winning the Next War: Innovation and the
Modern Military, que la inteligencia militar juega un
papel preponderante en los procesos de cambio, pues
a través de ella se pueden anticipar los avances del
enemigo y, en lo posible, anticipar escalamientos o
incrementos significativos en su capacidad de combate.
Si esto no sucede, es decir, si un ejército es sorprendido
por su adversario, se puede hablar de una falla de la
inteligencia, pues una de las principales misiones de
ésta es justamente la de evitar ese tipo sorpresas.
Esto fue precisamente lo que le sucedió al Ejército
colombiano tras la crisis desatada por una sucesión de
derrotas ocurridas durante el periodo 1996-1998. La
escalada militar de las FARC lo tomó por sorpresa, a
pesar de que varios analistas habían pronosticado que
la guerrilla estaría planeando avanzar de la típica guerra
de guerrillas a una nueva fase del conflicto caracterizada
por ataques masivos y el copamiento de unidades
militares aisladas. Durante este lapso, las FARC
asestaron duros golpes a la Fuerza Pública, los cuales
llevaron a la opinión nacional e internacional a pensar
que, inclusive, se estaba perdiendo la guerra.
No obstante, tras una serie de cambios tecnológicos,
organizacionales y de doctrina, las Fuerzas Militares
parecían haber superado, al menos temporalmente, la
grave crisis que la ofensiva militar de las FARC
desencadenó. Las Fuerzas Militares colombianas
lograron innovar en medio de la crisis y, en particular,
en medio de la guerra.
La información oportuna y los análisis de la naturaleza
del adversario deberían llevar a las organizaciones
4 5
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
militares a buscar replantear sus esquemas. Esto no
siempre es fácil, como lo ilustra la cita de Machiavelli.
Puede que sea un riesgo innovar, modernizar, y
reestructurar los ejércitos en medio de una guerra, pero
es igualmente cierto que no hacerlo puede representar
un peligro mucho mayor. Cabe anotar que, en algunos
casos, la burocracia militar puede utilizar la existencia
del conflicto para justificar su resistencia al cambio.
La dificultad de innovar las burocracias ha llevado a
algunos a pensar que es posible “ignorar” a la burocracia
y reemplazarla por un pequeño grupo de individuos
muy talentosos cuando se requieran cambios. Por
ejemplo, se puede diseñar la política exterior desde el
Palacio presidencial para evitar la burocracia del
Ministerio de Relaciones Exteriores. Pero nadie aun
ha encontrado la forma de pelear guerras modernas
sin contar con la burocracia militar. El problema de la
innovación militar es, necesariamente, un problema
de innovación burocrática.3
La característica principal de las burocracias no es
sencillamente que sea difícil cambiarlas o
transformarlas, sino que están diseñadas para no
cambiar. Max Weber, uno de los primeros teóricos de
las burocracias señalaba que la esencia de las mismas
es la acción rutinaria, repetitiva y ordenada. De hecho,
una de las principales inspiraciones que tuvo Weber a
la hora de formular su modelo burocrático fue la
organización piramidal del ejército prusiano. El modelo
de organización burocrático surgió, pues, como la
respuesta al problema que implica manejar
organizaciones compuestas por miles y hasta cientos
3
Rosen, Winning the Next War, pg. 2

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
de miles de personas, las cuales deben adelantar
procesos de manera coordinada e integrada.
Si a esto sumamos el hecho de que en el transcurso de
una guerra cualquier error o falta de coordinación
puede significar la derrota en el campo de batalla,
resulta claro el porqué de la rigidez en la manera en
la que los ejércitos se organizan y operan. El caos que
la guerra implica hace necesario que éstos eviten en
lo posible cualquier desorganización o falta de
coherencia en sus acciones.
Imaginemos, por ejemplo, que un comandante recibe
órdenes de avanzar por el flanco izquierdo con la
misión de tomar el control de un objetivo, mientras
que otro recibe órdenes de hacerlo por el derecho con
el fin de alcanzar, de manera simultanea, el mismo
objetivo por el otro costado. Si el primero se puede
dar el lujo de cuestionar o aun discutir las órdenes
impartidas, demorando su ejecución, toda la maniobra
puede colapsar, pues la coordinación en tiempo y
espacio son cruciales en el campo de batalla.
Igualmente, los soldados deben, por necesidad, seguir
al pie de la letra las órdenes que sus comandantes les
imparten. Unos segundos de duda pueden significar la
muerte del soldado y hasta la aniquilación de toda la
unidad.
Por ello, no resulta sorprendente que los militares sean
formados para seguir órdenes casi de manera
automática. Si bien esto se constituye una ventaja y
una fortaleza en el campo de batalla y en el desarrollo
de los combates, no lo es tanto a la hora de enfrentar
6 7
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
la necesidad de transformar la forma de operar, de
enfrentar al enemigo y de organizarse para la guerra.
El Coronel John Mitchell del Ejército británico, fue
quizás uno de los primeros en articular las razones que
dificultan el cambio en las organizaciones militares,
cuando escribió, en 1830: “Los oficiales ingresan al
ejército a una edad en la que es más probable que
asuman opiniones y puntos de vista existentes antes
que formar los propios. Crecen siguiendo e
implementando órdenes que están basadas en esas
opiniones; se identifican con estos puntos de vista hasta
que, con el pasar del tiempo, resulta imposible hacerles
cambiar su forma de pensar a través de la fuerza de
los argumentos o la reflexión. En ninguna profesión
hay tanto temor al cambio como en el ejército.”4
Resulta interesante pues, analizar la forma en la que
las instituciones militares deciden embarcarse en un
proceso de transformación. Como se dijo anteriormente,
estos procesos suelen ser dolorosos y no están exentos
de riesgos. Pero en muchos casos resultan ineludibles.
Este ensayo busca analizar el proceso de transformación
de las Fuerzas Militares de Colombia durante el periodo
1998-2002, proceso que aun está en marcha. Esta
transformación fue motivada fundamentalmente por
la grave crisis desencadenada por la arremetida militar
de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia–FARC, principal grupo insurgente de
Colombia, el cual ha combatido al Estado durante las
últimas cuatro décadas, pero que desde comienzos de
los años noventa comenzó un proceso de fortalecimiento
4
John Mitchell, Thoughts on Tactics and Military Organization, publicado en 1830 y citado en
Christopher Bassford Clausewitz in English: The Reception of Clausewitz in Britain and America,
1815-1945 (New York: Oxford University Press, 1994).

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
y expansión que puso en jaque la estabilidad del régimen
democrático colombiano, inclusive poniendo en duda
la viabilidad y sostenibilidad del mismo.
Así, se analizará primero la ofensiva de las FARC en
el periodo 1996-1998, como antesala a la crisis y el
posterior proceso de innovación y reestructuración que
ésta generó. El capítulo 1 hace un recuento de las
principales acciones ofensivas de este grupo subversivo,
desde el ataque al convoy militar en Puerres, Nariño,
en abril de 1996, culminando en la toma de Mitú, en
noviembre de 1998. Si bien el ataque a la capital del
departamento del Vaupés marcó un hito, pues
desencadenó una serie de procesos de adaptación y
transformación de la forma de operar de las Fuerzas
Militares, posteriores operaciones como la desarrollada
en Dabeiba, Antioquia, en octubre de 2000, demostraron
que algunos de los problemas y las limitaciones que
permitieron la sucesión de derrotas del periodo 1996-
1998 aun seguían vigentes.
Más adelante, operaciones tales como las adelantadas
en Puerto Rico y Puerto Lleras, municipios del
departamento del Meta contiguos a la antigua zona de
distensión, entre otras, parecían mostrar que el proceso
de cambio había sido exitoso, pues las Fuerzas Militares
propinaron duros golpes al Bloque Oriental de las
FARC, uno de los más poderosos de los que componen
este grupo insurgente. Parecía, además, que las FARC
no habían logrado hasta ese momento estructurar una
respuesta a las nuevas capacidades de las Fuerzas
Militares. No se han vuelto a presentar derrotas como
las de Las Delicias y Patascoy, en buena medida porque
las nuevas capacidades de las Fuerzas Militares, han
obligado a las FARC a readaptar su forma de operar
8 9
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
para evitar sufrir fracasos como los que experimentaron
en Puerto Rico y Puerto Lleras. El aumento en la
movilidad, el poder de fuego y la profesionalización
de la tropa, han resultado fundamentales a la hora de
contener a los grupos armados ilegales y evitar derrotas
como las que se presentaron en el periodo 1996-1998.
Sin embargo, tras cerca de cinco años de reformas,
fortalecimiento y transformación militar en Colombia,
surge la necesidad de hacer un corte de cuentas al
proceso de reestructuración. ¿Cuenta Colombia con
unas nuevas Fuerzas Militares? ¿Pueden éstas derrotar
militarmente a las FARC y a los demás grupos armados
ilegales? En otras palabras, ¿Han sido suficientes las
reformas, o falta aun transformar aspectos
fundamentales de las Fuerzas Militares? Para responder
estas preguntas, se examinarán, en el segundo capítulo,
los cambios instaurados hasta ahora, para luego analizar,
en el tercer capítulo, los cambios que aun quedan por
hacer. Finalmente, se presentan unas conclusiones y
un resumen de las recomendaciones.
Aquí cabe hacer una aclaración y una precisión sobre
el alcance de este trabajo. No se pretende, ni mucho
menos, presentar un manual para el triunfo militar, ni
se pretende discutir todos los ingredientes necesarios
para ganar la guerra. No cabe duda, por ejemplo, de
que los niveles de pie de fuerza, equipamiento, y
sostenimiento de las tropas son insuficientes. Para que
Colombia pueda recuperar el control de la situación
de seguridad sin duda habría que por lo menos duplicar
el actual pie de fuerza, tanto de las Fuerzas Militares
como de la Policía Nacional. Esto apenas sería suficiente
para alcanzar los niveles de pie de fuerza, relativos a
la extensión territorial y al tamaño de la población con

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
los que cuentan países como Chile, Ecuador, España
o Francia, países que obviamente no enfrentan una
crisis de seguridad como la colombiana.
También sería necesario aumentar la inversión en
medios para la movilidad, tales como helicópteros,
vehículos terrestres y embarcaciones fluviales. Todo
esto implicaría probablemente duplicar los niveles
actuales de gasto militar, campo en el que Colombia
también presenta un fuerte rezago frente a países de
la región–para no mencionar países como Estados
Unidos, Francia o Inglaterra–que, de nuevo, no
enfrentan una conjunción de amenazas tales como el
narcotráfico, la subversión y el terrorismo.
Lo que este trabajo pretende es analizar el proceso de
modernización adelantado y sugerir cambios que si
bien no implican mayores erogaciones, sí contribuirían
a mejorar considerablemente la efectividad de las
Fuerzas Militares. Por ello se hará particular énfasis
en los aspectos institucionales y doctrinarios. Se busca
responder la pregunta ¿hubo transformación militar?
Y si la hubo, ¿qué falta para completar este proceso?
El análisis del proceso de reforma de las Fuerzas
Militares durante los últimos cinco años, muestra que
si bien sí ha habido una verdadera transformación
militar en Colombia, entendida esta como la
implementación de reformas fundamentales a los
aspectos doctrinarios, institucionales y tecnológicos
asociados al empleo del poder militar, aun falta un
largo camino por recorrer.
Como es usual en estos procesos, las Fuerzas Militares
han sido mucho más hábiles y han estado mucho más
10
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
dispuestas a implementar y a aceptar cambios
tecnológicos, tales como el incremento en la movilidad
y la capacidad de desarrollar operaciones nocturnas,
que a modificar de manera sustancial los aspectos
organizacionales que permitirían potenciar los primeros.
Adoptar nuevas tecnologías les permite a los ejércitos
modernizarse. Pero para hablar de una verdadera
transformación, que realmente genere nuevas
capacidades, es necesario implementar reformas
institucionales y doctrinarias que complementen y
potencien los cambios tecnológicos.
Es por ello que resulta imperioso reformar varios
aspectos esenciales del arreglo institucional de las
Fuerzas Militares para que éstas puedan aprovechar al
máximo las nuevas tecnologías. Igualmente, se debe
adecuar y modernizar la doctrina para que refleje los
cambios antes mencionados.
En particular, resulta preocupante el pobre desarrollo
en el campo de las operaciones conjuntas. Las Fuerzas
Militares de Colombia, al igual que la mayoría de
organizaciones militares de otros países, hablan mucho
de operaciones conjuntas pero realizan pocas. Más
aun, hay barreras fundamentales, tanto en el aspecto
institucional como en el doctrinario, que impiden la
planeación y el desarrollo de operaciones conjuntas,
lo cual a su vez, limita considerablemente la efectividad
de las mismas.
Para poder completar y perfeccionar el proceso de
transformación militar en Colombia, las Fuerzas
Militares deben acometer una reforma profunda que
institucionalice las operaciones conjuntas como la base
de todas sus actividades. Esto no solo incrementaría
11
 Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
considerablemente su capacidad y efectividad, sino
que también mejoraría considerablemente la eficiencia
a través de la reducción de costos y las economías de
escala.
Igualmente importante resulta profundizar y ajustar el
proceso de profesionalización de la tropa, el cual debe
ir más allá del reemplazo de soldados conscriptos por
voluntarios con remuneración. Hace falta crear una
verdadera carrera profesional para los soldados.
Al tener estos aspectos en cuenta, se podría avanzar
en la profundización y consolidación del proceso de
transformación militar en Colombia. Si bien cambiar
no es fácil, ni está exento de riesgos, en las actuales
condiciones, más que una opción, el cambio representa
un imperativo difícilmente eludible para las Fuerzas
Militares encargadas de proteger a la nación.
12
CAPITULO 1
LA CRISIS MILITAR: 1996-1998
Como se mencionó al comienzo de la introducción,
son las crisis las que generan la oportunidad–y la
necesidad–de adelantar procesos de transformación,
reestructuración e innovación. Este primer capítulo
hace un recuento de la que ha sido quizás la peor crisis
militar de la historia reciente en Colombia, pues se
alcanzó a contemplar la posibilidad de que la
insurgencia, que para ese momento había enfrentado
al Estado por cerca de cuatro décadas, estuviera cerca
de derrotar a las Fuerzas Militares. Si bien esta derrota
nunca fue inminente, sí es cierto que las FARC lograron
escalar el conflicto a niveles nunca antes vistos. Esta
crisis generó, en buena parte, el proceso de cambio
que será analizado más adelante.
1.1. Antesala de una crisis
Muchos colombianos y extranjeros se preguntan, con
razón, por qué el Estado colombiano no ha podido
13

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
derrotar a los grupos insurgentes luego de casi cuatro
décadas de confrontación armada. Para tratar de
entenderlo, es útil hacer un breve repaso de la evolución
de estos grupos, así como de las políticas estatales
encaminadas a enfrentar su desafío.
Es claro que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia, FARC, el principal grupo alzado en armas
–y hasta cierto punto el Ejército de Liberación Nacional
ELN– ha logrado plantear estrategias de crecimiento
y consolidación de largo plazo, así como emplear los
medios necesarios para lograr objetivos estratégicos
bien definidos, con flexibilidad táctica y operacional.
Por su parte, el Estado colombiano no ha podido
establecer una política de seguridad que enfrente las
diversas amenazas a lo largo de las últimas cuatro
décadas. Por el contrario, frente al fenómeno de la
insurgencia han existido las posturas más disímiles,
que corresponden casi totalmente a los cambios de
gobierno que se realizan cada cuatro años, sin que se
advierta un hilo conductor.5
La manera como el Estado colombiano ha respondido
el desafío impuesto por la insurgencia armada se puede
dividir en tres fases: la primera consistió en una
confrontación total–enmarcada en la implementación
del Plan Lasso6 –iniciada a comienzos de la década de
5
Alfredo Rangel, Guerra Insurgente, (Bogotá: Intermedio Editores, 2001), pg.353
6
El Plan Lasso constituyó el primer esfuerzo por parte del Estado de enfrentar el desafío
impuesto por la insurgencia armada. Incluyó un fuerte componente militar, así como elementos
políticos y sociales. Como tal, se le debe reconocer su carácter integral. Luego de que el General
Ruiz Novoa, entonces Ministro de Guerra, criticara al gobierno por no estar complementando
el esfuerzo militar con políticas sociales y económicas fue destituido por intervenir en asuntos
políticos. A partir de este momento, los Ministros de Defensa que lo sucedieron prefirieron
concentrarse en asuntos puramente militares, con lo que las políticas de seguridad del Estado
se caracterizaron por la falta de coordinación entre los esfuerzos militares de sus demás
componentes. Esto se mantuvo hasta la posesión de Rafael Pardo como primer Ministro de
Defensa Civil en casi cuarenta años y quien comenzó a tratar de articular los componentes
militares, políticos, económicos y sociales de las políticas de seguridad del Estado.
14
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
los 60 y que culminó en enero de 1965 con el retiro
del General Alberto Ruiz Novoa y el nombramiento
del General Gabriel Rebéiz Pizarro como nuevo
Ministro de Defensa. La segunda se caracterizó por el
desconocimiento casi absoluto del fenómeno–desde la
salida del General Ruiz Novoa hasta el inicio del
gobierno de Belisario Betancur en 1982–y por ultimo,
descalificación y subestimación, desde 1982, hasta
nuestros días.
Esta última fase se caracterizó, a pesar de las diferencias
entre las administraciones que la componen, por el
reconocimiento político de la insurgencia, su validez
como interlocutora y la aceptación de la necesidad de
realizar reformas políticas y de otro orden para impedir
la consolidación de la insurgencia.7
En resumen, y para contestar la pregunta de porqué no
se ha derrotado a los grupos armados ilegales, se puede
afirmar que, luego del fin de la primera fase en 1965,
el Estado no ha diseñado–ni mucho menos
implementado–una estrategia encaminada, no al
aniquilamiento total de estos grupos, fin inalcanzable
desde el punto de vista estratégico con los limitados
medios disponibles8 , sino a obligarlas a negociar en
serio con el gobierno un acuerdo de paz duradero. Lo
más cercano a una política de seguridad de Estado fue
la llamada “Estrategia Nacional contra la Violencia”
del Presidente Gaviria (1990-1994) que aun cuando
7
Alfredo Rangel, Guerra Insurgente, pg. 361
8
La teoría clásica estratégica nos recuerda la importancia de ajustar fines y medios (ver el
clásico de B.H. Liddell Hart, Strategy, (New York: Meridian, 1991) para una discusión detallada
de la importancia de ajustar fines y medios.) Si bien lo ideal es buscar un fin limitado con
medios ilimitados, la peor opción sería la de buscar un fin ilimitado (tal como el aniquilamiento
total del enemigo) con medios claramente limitados. Si entendemos que en Colombia, por
numerosas razones de índole política, económica y social es prácticamente imposible destinar
recursos ilimitados a derrotar a la subversión, mal haríamos en formular fines ilimitados a la
estrategia de seguridad.
15

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
fue bien planteada y articulada no pudo ser
implementada a cabalidad, en parte porque la prioridad
en ese entonces era la amenaza que representaba el
Cartel de Medellín y en particular Pablo Escobar como
“enemigo público número uno”. Ni la administración
de Ernesto Samper (1994-1998) ni la de Andrés Pastrana
(1998-2002) plantearon de manera explícita una
estrategia nacional de seguridad, aun cuando este último
hizo pública una Estrategia Integral Contra el
Terrorismo, que se puede equiparar, al menos
parcialmente, a una estrategia de seguridad.
Por su parte, el inicio de la administración de Álvaro
Uribe Vélez (2002-2006) marca un claro rompimiento
con las fases anteriores, pues por primera vez en veinte
años se identifica a la seguridad como principal aspecto
de la agenda pública y como fin principal de las políticas
gubernamentales. Cabe resaltar que el Plan de
Desarrollo del Presidente Uribe “Hacia un Estado
Comunitario” incluye como primera prioridad el
“brindar Seguridad Democrática”9, mientras que los
planes anteriores ni siquiera incluyeron un capítulo
sobre el tema de la seguridad y la defensa.
También se marca una clara distancia del diagnóstico
tradicionalmente aceptado, conocido como las “causas
objetivas” del conflicto armado, es decir, la desigualdad
económica, política y social como “caldo de cultivo
de la violencia” y se asume un diagnostico según el
cual tanto los grupos guerrilleros como los de
autodefensa son vistos como terroristas financiados
por el narcotráfico, sin apoyo popular y que deben ser
enfrentados y derrotados por el Estado, salvaguardando
9 13
Este es el título del primer capítulo del Plan de Desarrollo del gobierno Uribe.
16
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
de esta manera el régimen democrático.10 El gobierno,
por primera vez en veinte años, formula su intención
de derrotar a las FARC y demás grupos armados
ilegales, entendiendo como derrota la imposición de
un proceso de paz favorable al Estado.
1.2. La Expansión y fortalecimiento de las FARC
En el marco de la ausencia de políticas de largo plazo
encaminadas a enfrentar el desafío impuesto por los
grupos insurgentes, las FARC han vivido una lenta
pero continua expansión militar, política y económica
desde su fundación en 1964. A diferencia de otros
grupos que surgieron de manera relativamente abrupta,
tales como Sendero Luminoso en Perú, el Viet-Cong
en Vietnam, o los Huk en Filipinas, las FARC vivieron
un largo proceso de hibernación que duró cerca de
veinte años en los que “después de iniciadas sus
primeras acciones armadas, sobrevivió de manera
inercial y vegetativa en muchas zonas marginales del
país.”11
A partir de los años ochenta, las FARC entran en una
nueva etapa de crecimiento y desarrollo. Pero lo más
grave no fue que las FARC duraran cuarenta años en
el monte, sino que en diez años crecieron mucho más
que en las tres décadas anteriores, tanto en efectivos
como en cubrimiento territorial.12 Así, pasaron de tener
algo menos de 300 hombres en armas durante la década
de los sesenta, a cerca de 3.600 en 1986, a
aproximadamente 7.000 en 1995 y 18.000 en el año
2001.13
10
Ver documento “Política de Defensa y Seguridad Democrática.” disponible en
w w w. m i n d e f e n s a . g o v. c o / p o l i t i c a / d o c u m e n t o s / s e g u r i d a d _ d e m o c r a c i a . p d f
11
12
Alfredo Rangel, Guerra Insurgente, (Bogotá: Intermedio Editores, 2001)pg. 365
Alfredo Rangel, Colombia: Guerra en el Fin de Siglo, (Bogotá: Tercer Mundo Editores,
1998) pg. 12
Fuente Ministerio de Defensa.
17

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
En el ámbito de su séptima conferencia, llevada a cabo
del 4 al 14 de mayo de 1982, las FARC formularon un
plan estratégico detallado encaminado a la toma del
poder. “En este evento, las FARC-EP identificaron la
Cordillera Oriental como eje de despliegue estratégico
de la fuerza, y a la capital de la República, ubicada
dentro de ella, como el centro de ese eje.”14 Este
cambio significó el paso de un accionar militar más o
menos disperso y espontáneo a uno con proyección
estratégica. “Además, adoptaron un plan militar
inmediato que consistía en la ubicación de doce frentes
guerrilleros en la citada cordillera, la conformación de
ocho bloques de frentes y la acumulación de un total
de cuarenta y ocho frentes con una fuerza de veintiocho
mil hombres.”15
Pero lo realmente novedoso fue la decisión, no exenta
de controversias dentro de este grupo insurgente, de
involucrarse de manera directa en el negocio de las
drogas ilícitas, primero a través del cobro de impuestos
al cultivo de coca (gramaje), al tráfico de insumos, al
uso de las pistas, los laboratorios y demás componentes
de la infraestructura clandestina asociada al narcotráfico,
para luego pasar a manejar de manera directa el cultivo,
la producción y la distribución mayorista de la cocaína
y la heroína.
Adicionalmente, el ELN –y en menor medida las
FARC– se lucra desde comienzos de los ochenta de
la creciente bonanza de hidrocarburos, a través de la
extorsión a las compañías multinacionales que explotan
estos bienes primarios. Así, el crecimiento de los grupos
14
Alfredo Rangel, “Las FARC-EP: una mirada actual”, en Reconocer la Guerra para Construir
la Paz, Malcolm Deas y María Victoria Llorente (comp.), pg. 24
15
Ibid. Pg. 28
18
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
insurgentes y de autodefensas ilegales se explica, en
buena medida, por las bonanzas de la coca y el petróleo
que se iniciaron en la década de los ochenta.16
De esta manera y desde hace más de veinte años, las
FARC han contado no solo con los medios para crecer
y fortalecerse (gracias al narcotráfico, el secuestro y
demás fuentes de financiación), sino que han tenido
fines estratégicos muy bien definidos, los cuales han
ido logrando a través de una sorprendente flexibilidad
táctica.
Los cuantiosos recursos financieros a su disposición
y su claridad estratégica, permitieron a las FARC dar
un salto tanto cualitativo como cuantitativo en su forma
de combatir. Las FARC siguen el modelo de insurgencia
conocido como “Guerra Popular Prolongada”
desarrollado por Mao Tse Tung e implementado de
manera exitosa por revolucionarios como Vo Nguyen
Giap en Vietnam. Esta forma de revolución se
caracteriza por una serie de fases, las cuales se suceden
unas a otras, pero también se complementan, es decir,
la aparición de una nueva fase no implica que la anterior
desaparezca.
La primera fase consiste básicamente en un periodo
de agitación, infiltración de las instituciones sociales
locales y el uso ocasional del terrorismo. Se hace uso
de estas tácticas, pues la organización rebelde aun es
16
Ver Alfredo Rangel “Parasites and Predators: guerrillas and the insurrection economy of
Colombia”, en Journal of International Affairs, No. 2, primavera 2000 y Andrés Peñate, “El
Sendero Estratégico del ELN” en Malcolm Deas y María Victoria Llorente (Compiladores),
Reconocer la Guerra Para Construir la Paz (Bogotá: Editorial Norma, 1999), para un completo
análisis de las estrategias financieras de las FARC y ELN respectivamente. Estos esquemas de
financiación son un buen ejemplo de la explicación económica de los conflictos internos,
desarrollada por Paul Collier del Banco Mundial; ver “Greed and Grievance in Civil War”
octubre 21 de 2001, disponible en: htpp://econ.worldbank.org/programs/conflict/library/doc?id=12205
19

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
débil y no cuenta siquiera con la capacidad militar
necesaria para realizar emboscadas. En esta fase los
insurgentes comienzan a construir bases de apoyo
basadas en el adoctrinamiento de la población así como
la intimidación. Poco a poco se logra conseguir apoyo,
medios y recursos necesarios para realizar operaciones
típicas de la guerra de guerrillas, es decir, la segunda
fase. En ésta, pequeñas unidades rebeldes realizan
ataques esporádicos a unidades militares o de policía,
consistentes en sorprender a través de emboscadas y
trampas a la fuerza pública para obtener armamento,
causar caos y dar la sensación de fortaleza. A medida
que la organización prospera, y se avanza en la
selección, formación, entrenamiento y dotación de las
unidades rebeldes, éstas pueden enfrentar a unidades
militares cada vez mayores, en combates abiertos. Esto
es lo que se conoce como guerra de movimientos y da
inicio a la tercera fase que, cabe resaltar de nuevo, es
complementada con tácticas típicas de las fases
anteriores (emboscadas, actos terroristas, entre otros).
Es esta fase, la guerra de movimientos, la que las FARC
parecían haber alcanzado a comienzos de 1996, a
través de una serie de innovaciones tácticas,
tecnológicas y organizacionales.
En particular, implementaron con gran éxito lo que las
propias FARC denominaron “la Nueva Forma de
Operar” (NFO), según la cual dejarían de “esperar al
enemigo para emboscarlo y que en su lugar irían en
pos de él para ubicarlo, asediarlo, coparlo”17 A esto
se debe sumar el uso, a partir de 1996, de nueva
tecnología de combate, particularmente en el uso de
artillería representada en los cilindros de gas, morteros
17
Rangel, “Las FARC-EP”, pg. 48
20
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
de 60 y 81 milímetros, algunos vehículos blindados
rudimentarios y, según reportes del Ejército, visores
nocturnos, lanzagranadas, equipos de comunicación y
fusiles sofisticados.18 En resumen, una dotación similar
a la de una unidad elite de contraguerrillas.
La NFO comenzó a ser puesta en práctica desde los
primeros meses de 1996 hasta mediados de 1998. Las
Fuerzas Militares de Colombia vivieron, durante este
tiempo, el periodo más oscuro de su historia reciente.
En esos dos años las FARC pusieron al país a dudar
si este grupo insurgente estaba a punto de derrotar
militarmente a las Fuerzas Armadas y de avanzar de
manera definitiva en su objetivo estratégico de toma
del poder por las armas.19
La ofensiva de las FARC comenzó el 15 de abril de
ese año, cuando el Frente 48 atacó un convoy militar
en Puerres, Nariño, dando de baja a 31 militares. Entre
el 30 de agosto y el primero de septiembre del mismo
año, fue totalmente destruida la base militar de Las
Delicias. En esa ocasión, una compañía de soldados
regulares–es decir conscriptos–fue completamente
copada por unidades de las FARC dando de baja a 54
soldados, hiriendo 17 y aprehendiendo a 60, luego de
quince horas de combates en los que no fue posible
ofrecer refuerzos ni apoyo aéreo. Los militares se
rindieron cuando se les acabó la munición y la única
alternativa era entregarse o ser ejecutados.
18
19
“El Destacamento Atacado Preparaba Golpe a Jojoy”, El Tiempo, marzo 6 de 1998.
Ver encuestas Gallup. Aun a finales de 1998, tan solo el 34% de la población creía que las
Fuerzas Militares estaban en capacidad de derrotar a la guerrilla, mientras que un 59% pensaba
que no. Casi dos años después, en Septiembre de 2001, las cifras se habían prácticamente
invertido pues el 60% de los encuestados afirmaron que las FF.MM. sí estaban en capacidad
de derrotar militarmente a la guerrilla, mientras que tan solo un 32 % pensaba que no.
21

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
El 7 de septiembre, tan solo una semana después del
ataque a Las Delicias, las FARC atacaron a efectivos
de la Brigada Móvil No. 2 cerca de la base militar de
La Carpa en San José del Guaviare, donde murieron
30 soldados. El 21 de diciembre de 1997 las FARC
atacaron la base militar ubicada en el cerro Patascoy
en el departamento de Nariño, donde ocho militares
murieron y dieciocho fueron secuestrados. Según el
periódico El Tiempo, esta acción “evidenció una falta
absoluta de coordinación y, sobre todo, de planeación
y previsión frente a un ataque que estaba anunciado
un mes antes.”20
El 3 de marzo de 1998 ocurrió quizás el más grave
revés militar de todos los sufridos por las FF.MM. en
el desarrollo de la ofensiva de las FARC. En esa fecha,
el Batallón de Contraguerrillas No. 52 de la recién
creada Brigada Móvil No. 3, es decir, una unidad elite
compuesta por soldados voluntarios, altamente
entrenados para el combate de contraguerrillas, fue
emboscada cerca de la quebrada El Billar, Caquetá y
fue prácticamente aniquilada: 62 soldados murieron y
43 cayeron prisioneros de las FARC. Según lo expresó
la cúpula militar en un debate secreto que se adelantó
en la Comisión Segunda del Senado21 a raíz de la
debacle militar, el objetivo de la operación que se
desarrolló en esta zona del medio Caguán era
reestablecer “la vigencia del estado de derecho en el
área y destruir la infraestructura delictiva que en ella
había construido la narcoguerrilla”22. Sin embargo, el
objetivo concreto de la operación era la captura de
Jorge Briceño, alias “El Mono Jojoy.23
20
21
“Secuencia de Golpes con Múltiples Efectos”, El Tiempo, marzo 5 de 1998.
Comisión encargada de los asuntos de seguridad y defensa.
22
“Las Ocho Respuestas Secretas por Derrota del Caguán”, El Tiempo, marzo 24 de 1998.
23
“El Destacamento Atacado Preparaba Golpe a Jojoy”, El Tiempo, marzo 6 de 1998.
22
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
De esta manera, el revés militar de El Billar fue aun
más grave y preocupante, pues no se trató de una
emboscada sino de una operación militar ofensiva
planeada con anticipación en la que, sin embargo, las
FARC demostraron mucha mayor capacidad de
combate, de inteligencia y de habilidad táctica. Como
lo expresó Alfredo Rangel en una columna de opinión
publicada unos días después del ataque:
Los hechos del Caquetá revelan de manera grave
la dimensión de la amenaza militar que las FARC
representan para el Estado y el grado de
vulnerabilidad de las Fuerzas Militares. Lo que se
ha presentado allí es muy significativo por tratarse
de un combate abierto, en una escala importante,
entre grupos de elite tanto del Ejército como de la
guerrilla: soldados profesionales de una brigada
móvil y los más avezados guerrilleros del bloque
sur de las FARC. A diferencia de lo que pasó en
Las Delicias, una base olvidada y marginal,
conformada por reclutas, esta era una base de
avanzada, en un área de combate, con soldados
experimentados. La contundencia del desastroso
resultado de este pulso de fuerza evidencia la
situación militar de ambos bandos.24
El Batallón de Contraguerrillas No. 52 había sido
ubicado durante más de seis semanas en el municipio
de Peña Colorada, en lo profundo de territorio
controlado por las FARC, lo que le permitió a espías
y simpatizantes de este grupo insurgente recolectar
inteligencia sobre el tamaño y los movimientos de la
unidad militar. A su vez, el Ejército no fue capaz de
detectar ni prever la movilización de casi 800
guerrilleros, los cuales cerraron las rutas de escape y
24
Alfredo Rangel, “El Desastre del Caquetá”, El Tiempo, marzo 8 de 1998.
23

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
procedieron a atacar a los soldados. A pesar de que la
Fuerza Aérea ordenó desplegar aviones Kfir, Mirage
V, AC-47 y OV-10, la casi nula visibilidad impidió
que el apoyo aéreo evitara la aniquilación casi total
del batallón.25
Cuando apenas faltaban cuatro días para que tomara
posesión Andrés Pastrana, y mientras el Presidente
electo y el máximo líder de las FARC, Manuel
Marulanda Vélez, “se estrechaban las manos como
símbolo del acercamiento entre el nuevo gobierno y
el grupo guerrillero”26, el Bloque Oriental bajo el mando
del “Mono Jojoy” ultimaba detalles de su plan de
guerra de fin de gobierno. Ese 3 de agosto de 1998 se
produjo una de las más violentas y demoledoras
acciones que las FARC hayan adelantado en su historia.
Aproximadamente 1.200 guerrilleros atacaron
simultáneamente a una compañía del Batallón de
Infantería 19 “Joaquín Paris”, perteneciente a la Séptima
Brigada de la Cuarta División del Ejército y a la base
antinarcóticos de la Policía en Miraflores, Guaviare.
A las 7:00 p.m. desembarcaron frente a las instalaciones
del batallón las primeras columnas de guerrilleros que
se desplazaron por el Río Vaupés sin ser detectadas y
fácilmente redujeron a una patrulla mixta de Ejército
y Policía de 21 hombres que a esa hora se desplazaba
cerca de la ribera del río. La patrulla ni siquiera alcanzó
a activar las alarmas. La primera avanzada atacó el
batallón, mientras que las demás columnas se
concentraron en el objetivo central de la acción: la
base antinarcóticos de la Policía. Luego de 26 horas
de combates cuatro helicópteros B-212 y UH-1H de
25
Angel Rabasa, Colombian Labyrinth, pg. 42
26
“Así se Tejió el Ataque”, El Tiempo, agosto 9 de 1998
24
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
la Policía sobrevolaron Miraflores y asistieron a las
tropas en tierra. Sin embargo, por falta de combustible
los helicópteros tuvieron que regresar a San José del
Guaviare, base de las operaciones de apoyo. Finalmente
el balance no pudo ser más desolador: cien militares
y policías secuestrados, 30 muertos y 50 heridos.27
En noviembre de 1998, las FARC se tomaron Mitú,
capital del departamento del Vaupés. Este, al igual que
el ataque contra el cerro Patascoy fue una “crónica de
una toma anunciada”, pues tres semanas antes del
hecho, dos periodistas del periódico El Tiempo visitaron
la capital departamental y un teniente de la Policía les
informó que “los rumores sobre la toma persistían y
se habían incrementado, pero que todo estaba listo
para repelerlo.”28 Esta toma tenía como objetivo
demostrar que las FARC estaban en capacidad de
tomarse una capital departamental, con el obvio impacto
psicológico que ello implica. Además, la estrategia
guerrillera generalmente busca dispersar y diluir la
acción militar del Estado, atacando blancos periféricos
alejados de los núcleos neurálgicos de la nación.
Sin embargo, se puede afirmar que la toma de Mitú
marcó un punto de quiebre en la dinámica del conflicto
con las FARC. A raíz de este hecho, y en particular de
la operación para retomar el control del municipio, las
Fuerzas Militares lograron integrar de manera efectiva
el poder aéreo en apoyo a las fuerzas terrestres.29 Esta
operación también fue pionera en el uso de los medios
de combate nocturno. Estos aspectos serán analizados
en mayor detalle en el siguiente capítulo.
27
“Como cayó el fortín mayor de Miraflores”, El Tiempo, agosto 6 de 1998
28
“Errores que Cuestan Vidas”, El Tiempo, noviembre 6 de 1998
29
Angel Rabasa, Colombian Labyrinth, pg. 101
25

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
1.3. Se desata la crisis
Esta serie de derrotas militares produjeron una grave
crisis en la confianza y la credibilidad de las Fuerzas
Armadas y particularmente en la moral de la tropa.
Entidades tan respetadas como el Instituto Internacional
de Estudios Estratégicos de Londres (IISS), llegaron
a afirmar, a comienzos de 1998 que el Ejército
colombiano estaba perdiendo la guerra.30 Anteriormente,
un reporte de la agencia de inteligencia del Pentágono,
la DIA, señaló que “el ejército colombiano es inepto,
mal preparado, pobremente equipado y en cinco años
podría ser derrotado por la guerrilla.”31 Como soporte
de esa conclusión, la DIA mencionaba el hecho de que
apenas 20.000 de los 120.000 soldados estaban
entrenados y equipados para combatir a los grupos
subversivos. El entonces Ministro de Defensa Gilberto
Echeverri calificó el informe de “absurdo, poco serio
y elaborado por ignorantes y maliciosos que han
emprendido una campaña hostil para desalentar la
inversión extranjera en Colombia.”32
Las voces críticas sobre la profunda crisis de las
FF.MM. en Colombia tampoco se hicieron esperar. El
ex ministro de Defensa, Rafael Pardo opinó que “las
deficiencias inocultables provienen de la dirección del
Estado. Y las Fuerzas Militares son instrumento de las
políticas de gobierno, que, hoy por hoy, son erráticas.”33
Los editoriales de los principales periódicos
colombianos, El Tiempo y El Espectador, dedicaron
sendas reflexiones a la crisis. Rodrigo Pardo, en ese
30
“Los Militares están Perdiendo la Guerra”, El Tiempo, abril 23 de 1998.
31
Ibid.
32
Ibid.
33
“El Dolor de Colombia”, El Tiempo, marzo 9 de 1998
26
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
entonces director de El Espectador, señaló en un
editorial del 6 de marzo que “...se requiere una
rectificación profunda en las Fuerzas Armadas. El
golpe reciente en el Caguán abre toda una serie de
interrogantes. ¿Cómo es posible que se repitan errores
tácticos tan elementales?”34 A su vez El Tiempo afirmó,
“Duele mucho pedirles cuentas a los generales, que
también han dedicado su vida a la defensa de Colombia.
Pero duele más ver que crece el número de soldados
muertos... ¿dónde están las fallas? ¿Cuáles son los
remedios?”35
Por su parte, el Comandante General de las Fuerzas
Militares durante la mayor parte de estas derrotas,
General Manuel José Bonett Locarno, sostuvo en
numerosas declaraciones a los medios de comunicación,
que el problema no era militar. “El Estado no solo es
el Ejército. Son otras cosas como medicina, vías,
educación.” 36 El Tiempo, marzo 24 de 1998. El
Comandante del Ejército durante el mismo periodo,
General Mario Hugo Galán, hizo eco de la posición
de Bonett al preguntar “¿a quien se va a responsabilizar
por los 40 años de violencia? ¿Solo al Ejército?”37
Galán aceptó, en el debate realizado en la Cámara de
Representantes, la “responsabilidad por las decisiones
operativas”, pero rechazó los términos “catástrofe y
derrota” con los que se calificaron los resultados de
las operaciones en El Billar. Señaló, además, que la
responsabilidad política le correspondía al Presidente
de la República. A esto el representante citante al debate
Manuel Ramiro Velásquez replicó: “Nos ratificamos,
34
Editorial de El Espectador, marzo 6 de 1998.
35
Editorial de El Tiempo, marzo 9 de 1998.
36
Las Ocho Respuestas Secretas por Derrota del Caguán”, El Tiempo, marzo 24 de 1998.
37
Ibid.
27

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
entonces, en que el responsable de todos los desastres
militares de los últimos tiempos es el Comandante en
Jefe de las Fuerzas Armadas, quien en materia de
seguridad nacional se demuestra como un Presidente
ciego, sordo y mudo.”38
El General Bonett, en un balance bastante peculiar de
la situación, afirmó que el primer generador de violencia
no era la subversión sino la corrupción. Mientras
respondía a los cuestionamientos del Congreso por los
errores militares, dijo “la mayoría del dinero que
ustedes, señores representantes, destinan a las regiones
se lo roban...esa corrupción es el primer agente
generador de violencia.”39
En respuesta a un artículo de la revista Semana que
criticó duramente la estrategia de las Fuerzas Militares,
Bonett afirmó: “A lo que diga ese eptomadario (sic)
yo no me voy a referir, pregúntame tus cosas pero no
me hagas un examen sobre lo que escribe esa gente,
porque yo conozco que ellos parece que hubieran
estudiado en los estudios de Steven Spielberg, ellos
son personas que le jalan mucho a la ciencia-ficción
y la invención y tienen personas a su servicio muy mal
intencionadas que siempre le dan fuentes que no se
quisieron identificar”. Cuando se le preguntó sobre las
fallas de inteligencia en la operación de El Billar, dijo
“en cuanto a la inteligencia te quiero decir que aquí
nadie la ha emprendido contra la inteligencia, la
inteligencia está funcionando bien y muy bien y tan
bien está funcionando que esas cuadrillas [de las FARC]
que eran más o menos 500 hombres que estaban ahí
fueron identificadas” al tiempo que criticó a los
38
Ibid.
39
Ibid.
28
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
“analistas de escritorio” que no tienen experiencia
práctica en el combate.40
Sobre los cambios en la estrategia para evitar que
hechos como El Billar se repitieran, Bonett dijo, “el
Caguán será la prioridad del Comandante General. La
estrategia va a cambiar en el Caquetá” y agregó, “yo
no sé que van a hacer los guerrilleros, porque los
soldados están que se los tragan” al tiempo que afirmó
que la operación de El Billar fue “una de las más duras
que han tenido que enfrentar las FARC.”41
1.4. El comienzo del cambio
Esta actitud poco autocrítica tanto del Ministro de
Defensa como de los altos mandos militares cambió
con la llegada al Ministerio de Defensa de Rodrigo
Lloreda Caicedo y el relevo de los altos mandos
militares.
Este notorio cambio de actitud se hizo evidente cuando
llegó a la cúpula un grupo de oficiales, quienes lograron
rescatar a las FF.MM. del abismo en el que se veían
atrapadas tras la sucesión de derrotas del periodo 1996-
1998 y del debilitamiento ocasionado por la crisis
política que se desató durante este mismo periodo.
Este grupo, liderado por los Generales Fernando Tapias
y Jorge Enrique Mora42 Comandante General de las
40
Ibid.
41
42
“Caguán Será mi Prioridad: Bonett”, El Tiempo, marzo 11 de 1998.
EL grupo incluyó además al actual comandante del Ejército, General Carlos Ospina como
comandante de la IV División, en cuya jurisdicción se desarrollaba el grueso de la ofensiva de
las FARC, al entonces Brigadier General Eduardo Contreras, comandante de la I División, al
entonces Brigadier General Eduardo Sánchez, Comandante de la II División, al Mayor General
Carlos Méndez, Comandante de la III División y al Mayor General Euclides Sánchez, Comandante
de la V División. Por primera vez, lo que en Colombia se conoce como oficiales “troperos”, o
con vocación operativa y ofensiva,, llegaron a las más altas posiciones de mando en el Ejército.
(Ver Thomas Marks, “Colombian Army Adaptation to FARC Insurgency”, pg. 15
29
 FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR

Fuerzas Militares y Comandante del Ejército
respectivamente, logró transformar la mentalidad de
la tropa de una actitud defensiva, derrotista y centrada
alrededor del concepto de “mantenimiento y
reestablecimiento del orden público” a una mentalidad
ofensiva, victoriosa y enfocada a “ganar la guerra.”43
El objetivo del cambio de cúpula era recuperar la moral
de la tropa, prácticamente destruida tras dos años de
derrotas, reestructurar las Fuerzas Militares y retomar
la iniciativa en el curso de la guerra. El General Tapias,
hasta entonces segundo comandante del Ejército y el
General Mora, quien comandaba la Quinta División
de esta fuerza, fueron escogidos por la alta ascendencia
dentro de la tropa, sus reconocidas capacidades en el
campo de batalla y sus cualidades morales.44
Este dúo fue complementado con oficiales como Rafael
Hernández López, quien venía de liderar la Fuerza de
Tarea del Caguán, encargada de hacerle frente a la
andanada de las FARC en esa zona, y quien pasó a
ocupar el cargo de Jefe de Estado Mayor Conjunto.
Como segundo comandante del Ejército se escogió a
un oficial polémico pero muy respetado, el General
Néstor Ramírez, comandante de la Tercera División.
La llegada del General Tapias a la Comandancia de
las Fuerzas Militares y del General Mora a la del
Ejército implicó no solo la salida de los Generales
Bonett y Galán, sino la del comandante de la Fuerza
Aérea, General Fabio Zapata, y la del Jefe de Estado
43
Si bien el término “orden público” sigue siendo ampliamente utilizado, más por razones
políticas que dificultan el uso de la palabra “guerra”, internamente existe un total convencimiento
dentro de las FF.MM. de que el país está en guerra, y que ésta es ganable militarmente. De
hecho, una de las primeras acciones de la nueva cúpula liderada por el General Tapias fue
adoptar el lema “Estamos en Guerra y la Estamos Ganando” el cual se convirtió en el grito de
batalla de las nuevas Fuerzas Militares.
44
“El Rompecabezas de la Nueva Cúpula Militar”, El Tiempo, agosto 9 de 1998.
Mayor Conjunto, General Norberto Adrada. En las
Fuerzas Armadas de Colombia existe una tradición
que prácticamente obliga a los generales a pedir el
retiro cuando algún oficial menos antiguo es escogido
para un cargo superior. Como Tapias era en ese
momento el quinto oficial en antigüedad, los cuatro
generales antes mencionados pasaron al retiro.
Junto con la conformación de la nueva cúpula, el
Ministro Lloreda creó una comisión de reestructuración
y modernización integrada por civiles y militares,
encargada de revisar todos los aspectos de las Fuerzas
Militares, la Policía Nacional y el Ministerio de Defensa.
Este proceso fue continuado y profundizado por el
Ministro Luis Fernando Ramírez, quien asumió el
cargo tras la renuncia de Rodrigo Lloreda. Ambos
ministros, con el apoyo decidido del Presidente Andrés
Pastrana, demostraron compromiso, capacidad y
liderazgo para sacar adelante las reformas y replantear
el esquema institucional, operacional y estructural de
las Fuerzas Militares. Igualmente, la permanencia de
la cúpula militar durante los cuatro años del mandato
del Presidente Pastrana, contribuyó a darle continuidad
a este proceso.45
1.5. ¿Cómo explicar la crisis militar?
Una crisis tan grave como la que experimentaron las
Fuerzas Armadas colombianas en el periodo 1996-
1998 merece ser analizada y explicada en detalle. A
los ejércitos se les acusa de prepararse para la guerra
anterior y no para la próxima, lo cual presupone que
éstos al menos aprenden de las derrotas y sacan
45
Cabe recordar que en los cuatro años del gobierno Samper hubo cuatro comandantes generales
de las Fuerzas Militares y cuatro ministros de defensa.

30 31

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
lecciones que evitan que los mismos errores se cometan
en un futuro. El problema es que los escenarios bélicos
nunca son los mismos. Lo primero es entonces, analizar
las causas que explican la serie de derrotas militares
sufridas por las tropas en su enfrentamiento con las
FARC durante este tiempo, a fin de poder sacar
lecciones valiosas de las derrotas y evitar, así, que éstas
se repitan.
La principal conclusión que podemos sacar es que las
Fuerzas Militares no estaban preparadas para la
ofensiva, es decir, no esperaban que las FARC
incrementaran su capacidad de combate de esta manera
ni que cambiaran su forma de operar de una guerra de
guerrillas a una guerra de movimientos. En pocas
palabras, se puede afirmar que se subestimó de manera
grave al enemigo. Esto se explica en parte por la actitud
tradicional de catalogar a los insurgentes como
‘bandidos’, ‘facinerosos’ o ‘cuatreros’, desconociendo
su capacidad militar y en general menospreciándolos
al verlos como simples criminales comunes. Sin
embargo, la falta de previsión también implica una
falla de la inteligencia, pues ésta busca entender al
enemigo y de esta manera prever sus acciones. Aquí
también cabe resaltar que varios analistas venían
advirtiendo sobre el peligro de una ofensiva como la
que se presentó, pero estas advertencias eran vistas
como reportes alarmistas o hasta apologéticos de la
subversión.
Así como hubo fallas protuberantes en la inteligencia
estratégica, es decir en prever la ofensiva como tal y
en entender las cualidades esenciales del enemigo,
también hubo numerosas fallas en la inteligencia táctica,
32
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
es decir, en la capacidad de prever y prevenir tomas
y ataques que estaban prácticamente anunciados, como
Patascoy y Mitú. Esto evidenció serias fallas en la
capacidad de las FF.MM. de compenetrarse de manera
efectiva con la población civil, principal fuente de
información tanto para las fuerzas institucionales como
para los grupos armados ilegales. En El Billar, por
ejemplo, fueron simpatizantes de la población quienes
alertaron a las FARC sobre la presencia militar. Por
otro lado en Las Delicias, los habitantes de las
poblaciones aledañas a la base supieron con anticipación
de la toma y sin embargo las FF.MM. no pudieron
prever el ataque.
En segundo lugar, hay que reconocer que las Fuerzas
Militares no contaban con las capacidades con las que
cuentan hoy en día en cuanto a pie de fuerza profesional,
movilidad, inteligencia técnica y armamento, entre
otros. Por ejemplo, varias de las derrotas se explican
por la incapacidad de proveer apoyo aéreo a las unidades
bajo ataque. Tal y como ha sido analizado por analistas
como David Spencer, la incapacidad de transportar y
desembarcar a las tropas de manera rápida e inmediata
ocasiona numerosos problemas como:
• Mover la fuerza ofensiva en varias oleadas del
punto de embarque a la zona de aterrizaje. La
consecuencia es un retraso excesivo, lo cual
imposibilita sorprender al enemigo y explica
los pobres resultados operacionales.
• La vulnerabilidad de la zona de desembarco.
Esto es particularmente grave para la primera
oleada en desembarcar, quienes deben asegurar
el terreno para las siguientes oleadas.
33

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
• El daño o pérdida de un helicóptero puede
significar un desastre para toda la operación.
Estas limitaciones fueron claramente ilustradas en la
operación de El Billar, pues de haber sido posible
desembarcar un batallón completo y no en pequeños
grupos como ocurrió, se hubiera evitado el virtual
aniquilamiento de la unidad militar.
También se debe resaltar que la mayoría de las derrotas
militares fueron sufridas por unidades compuestas por
soldados conscriptos (con la evidente excepción de El
Billar), lo cual evidencia la importancia que ha tenido
el aumento en el número de soldados profesionales.46
En tercer lugar, se debe resaltar que la forma de operar
del Ejército hasta 1996 era prácticamente la misma de
los últimos treinta años. La organización de las unidades
de contraguerrilla y la forma en la que patrullaban
había sido diseñada en los años sesenta, cuando se
crearon los GIL o Grupos de Inteligencia y Localización,
los cuales tenían la misión de rastrear y ubicar a las
columnas guerrilleras, que luego serían enfrentadas
por unidades principales. Sin embargo, los GIL,
compuestos por cerca de 18 hombres, generalmente
enfrentaban los combates por sí solos, debido a la falta
de apoyo de otras unidades. Como las guerrillas solían
operar en grupos de unos 15 hombres, los GIL fueron
inicialmente exitosos. Pero ante unidades guerrilleras
de mayor tamaño y con mejor armamento, las unidades
de contraguerrilla comenzaron a ser copadas tal y como
sucedió en San Juanito, Miraflores, Patascoy, Uribe y
Gutiérrez, entre otros. Solo en 1999 las FF.MM.
46
Ver Las Lecciones de Las Delicias y Las Lecciones de El Billar, en Alfredo Rangel, Colombia:
Guerra en el Fin de Siglo, pgs. 88-94
34
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
cambiaron sus hábitos operacionales, al establecer a
la Compañía como la base de las operaciones de
contraguerrilla, pero con apoyo de artillería o a una
distancia que le permitiría recibir apoyo y refuerzos
en menos de una hora. Las operaciones en las que
participa al menos un batallón –o varios batallones de
contraguerrilla –se han convertido en la norma.47
En cuarto lugar, se debe resaltar la baja moral de las
tropas durante el periodo 1996-98. Si bien es cierto
que ésta puede ser tanto efecto como causa de la crisis,
hay factores exógenos que afectaban de manera directa
la motivación de las tropas, los cuales generaron un
círculo vicioso en el que la baja moral producía derrotas
que a su vez desmotivaban aun más a los soldados.
Diego Antonio Treviño, ex soldado profesional del
Batallón de Contraguerrillas No. 52 de la Brigada
Móvil No. 3, afirmó que la derrota de El Billar fue
responsabilidad de los oficiales que manejaron
directamente la operación. Aseguró que esa fue la
causa por la que él y otros soldados de la unidad se
retiraran de las filas. “Uno a uno nos fuimos
desmoralizando, pero no por la muerte de los soldados.
Eso toca olvidarlo. Lo que nos indignó es que lo
sucedido es por culpa de los comandantes que sacaron
medio batallón de la zona sabiendo que iba a pasar
eso.” En total, se retiraron 66 soldados del Batallón de
Contraguerrillas No. 52.48
Esta situación puso en evidencia la falta de confianza
de muchos soldados en sus comandantes. La única
manera en la que un soldado va a arriesgar su vida y
47
David Spencer, manuscrito no publicado.
48
“La Entraña de la Derrota del Caguán”, El Tiempo, mayo 3 de 1998.
35

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
va a seguir las órdenes que se le imparten en el campo
de batalla, yendo en contra de su instinto de
conservación es si 1) está bien entrenado y 2) tiene fe
absoluta en las aptitudes de sus comandantes. De lo
contrario va a dudar, y esta duda le puede causar la
muerte en combate y la derrota a su unidad militar.
Así como la confianza de los soldados en sus
comandantes se vio minada por la serie de derrotas y
la aparente incapacidad táctica de los mismos, la
confianza de los oficiales en su comandante en jefe
–el Presidente de la República –también se vio
seriamente socavada en este periodo. El proceso 8000
y el escándalo por la financiación con dineros del
narcotráfico de la campaña de Ernesto Samper
produjeron una crisis nacional que lógicamente no dejó
de afectar a las FF.MM. Algunos generales, como el
General Ricardo Cifuentes renunciaron, alegando que
no podían reconocer a un comandante en jefe ilegítimo.
Otros, como el General Bedoya, Comandante General
de las Fuerzas Militares, permanecieron en sus cargos
pero mantuvieron una tensa relación con el Presidente49
Este ambiente enrarecido, sumado a la descertificación
de Colombia por parte de los Estados Unidos, el retiro
de la visa americana al Presidente y en general el
aislamiento internacional ocurrido durante este periodo,
afectó de manera grave la moral y la motivación de
unas Fuerzas Militares encargadas de defender unas
instituciones cuya vigencia y legitimidad estaban siendo
fuertemente cuestionadas.
Rafael Pardo resumió esta serie de problemas así:
“Creo que el tema central de las Fuerzas Armadas no
49
El General Bedoya finalmente renunció, tras oponerse a la desmilitarización de Cartagena
del Chairá, para permitir la liberación de los soldados secuestrados en Las Delicias. Ver “Errores
de Tacto y Táctica”, El Tiempo, agosto 3 de 1997
36
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
“Creo que el tema central de las Fuerzas Armadas no
son sus hombres sino su dirección. Desde hace cuatro
años el Ejército ha estado tratando de evitar que lo
metan en la crisis política que ha tenido el país y eso
le ha restado capacidad de combate, unidad de criterio
y también posibilidades de tener una acción continuada
con el respaldo de los ciudadanos.” Esto, según Pardo
fue responsabilidad directa del Presidente, quien “ha
buscado, en momentos muy difíciles el apoyo de la
Fuerza Pública para efectos políticos. Esto ha dejado
a las Fuerzas Militares debilitadas en cuanto a su
mando, apoyo y dirección.”50
Finalmente, es importante aclarar que entre las múltiples
causas de la debacle militar de 1996-1998, no se puede
hablar jamás de cobardía por parte de los hombres de
la Fuerza Pública colombiana. De hecho, hay consenso
entre los analistas de que los integrantes de las Fuerzas
Armadas suelen pelear hasta el último cartucho, hacen
lo posible por escapar y evadirse una vez se les acaba
la munición para evitar ser capturados y solo en caso
de no tener munición, de no recibir apoyo o refuerzos
y de no ser posible escapar, se entregan a la guerrilla.51
Esto se evidenció en casi todos los ataques desde Las
Delicias hasta Miraflores.
A raíz de la crisis desatada por la escalada militar de
las FARC, se dio inicio a una serie de reformas
profundas que tocaron casi todos los aspectos de las
Fuerzas Militares. Algunos de estos cambios reformaron
componentes operacionales, de comando y control y,
en general, aspectos estratégicos de las FF.MM.,
50
“Y Quién es el Responsable”, El Tiempo, marzo 6 de 1998.
51
David Spencer, manuscrito no publicado.
37

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
mientras que otros transformaron asuntos referentes a
la normatividad y a las estructuras orgánicas.
A continuación se presentarán los principales cambios
que fueron implementados a raíz de la crisis. Si bien
estos cambios fueron efectivos a la hora de contener
la avanzada de las FARC, de ninguna manera se puede
afirmar que éstas estén derrotadas ni que el proceso
de transformación de las FF.MM. esté completo. La
guerra en Colombia, como se ha visto en los últimos
años, es dinámica, cambiante e impredecible.
La consecuencia más importante del proceso de
transformación es que se logró contener, por lo pronto,
la ofensiva de las FARC, lo cual se hizo evidente en
operaciones tales como Puerto Rico y Puerto Lleras,
las cuales serán discutidas en detalle, donde los
insurgentes sufrieron cientos de bajas. Debido a la
superioridad aérea que le otorga una ventaja táctica
significativa a las Fuerzas Militares, los grupos
insurgentes readaptaron su forma de operar,
abandonando los movimientos masivos de tropa, los
cuales son blanco fácil de los helicópteros o aviones
de combate, y regresaron a su tradicional forma de
operar, incluyendo ataques tipo emboscada con unidades
pequeñas, hostigamientos a la Fuerza Pública, ataques
a poblaciones y estaciones de Policía fáciles de copar.
Las FARC, por lo pronto revirtieron sus operaciones
a aquellas típicas de la fase dos–la guerra de
guerrillas–renunciando temporalmente a la guerra de
movimientos, al menos mientras desarrollan las
capacidades de fuego antiaéreo necesario para enfrentar
38
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
a las ‘nuevas’ Fuerzas Militares colombianas. Esto es
exactamente lo que el Frente Farabundo Martí para la
Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador hizo,
cuando el ejército salvadoreño desarrolló una importante
capacidad aérea.
La grave crisis generada por los reveses militares del
periodo 1996-1998 y la avanzada contundente de las
FARC hacia una guerra de movimientos, generó un
proceso de cambio y reestructuración de las Fuerzas
Militares de Colombia, el cual fue posible gracias al
cambio de mentalidad de los comandantes militares y
el decidido apoyo político, tanto del Presidente Pastrana
como de sus ministros de defensa, Rodrigo Lloreda y
Luis Fernando Ramírez. En el siguiente capítulo se
hará un recuento y análisis de los principales aspectos
de esta reestructuración, la cual puede ser catalogada
como una verdadera transformación militar. Esta
transformación, aunque inconclusa, permitió detener
el avance de las FARC y recuperar, para las FF.MM.,
la iniciativa estratégica en el desarrollo del conflicto
armado colombiano.
39
 CAPITULO 2
AVANZANDO HACIA EL CAMBIO: 1998-2003

No existe un consenso sobre la definición de lo que

constituye una transformación militar. Este tema ha
sido debatido en forma amplia, pues actualmente hay
quien es piensan que el mundo, y en particular los
Estados Unidos, la principal potencia militar, está
experimentando una transformación militar derivada
de los avances tecnológicos en el campo de la
informática, las comunicaciones y los adelantos en la
tecnología militar. Las armas “inteligentes”, guiadas
por láser, los sistemas integrados de comunicación que
permiten tener un mejor comando y control sobre las
operaciones conjuntas y el uso de simulaciones
computarizadas para el entrenamiento y la planeación
militar, son algunas de las manifestaciones de este
proceso de transformación.

Los procesos de innovación militar se pueden dividir,

de manera más o menos arbitraria, en tres niveles según
la relevancia y profundidad de los cambios implantados:

41

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
adaptación, modernización y transformación militar.
Cuando un ejército utiliza sus capacidades actuales de
manera más eficiente, se presenta una adaptación
militar. Esto significa que con las mismas capacidades
o input se produce mayores resultados o output. Por
ejemplo, a través de una reorganización de la ubicación
de las aeronaves de combate se puede lograr un mayor
cubrimiento geográfico y por ende una mayor eficiencia
de las operaciones de patrullaje aéreo.
Un segundo nivel de innovación se da cuando una
capacidad existente es reformada de tal manera que
ésta aumenta en efectividad. En este caso se habla de
modernización militar. Por ejemplo, una corbeta puede
ser refaccionada, adicionándole nuevos sistemas de
mísiles de tal manera que adquiera mayor capacidad
de fuego antiaéreo. Así, una capacidad existente es
modernizada lo que aumenta no solo su eficiencia sino
también su efectividad para desarrollar una nueva
misión, o desarrollar una misma misión de manera
más efectiva.
El tercer nivel de innovación se presenta cuando más
que aumentar la eficiencia o la eficacia de las
capacidades actuales, se generan capacidades
completamente nuevas. Cuando un ejército desarrolla
nuevas unidades, utilizando nuevas tecnologías y
operando de manera innovadora, se puede hablar
entonces de transformación militar. Por ejemplo, el
blitzkrieg o ‘guerra relámpago’ introducida por
Alemania a comienzos de la Segunda Guerra Mundial
y que se caracterizó por bombardeos masivos
acompañados por avances demoledores de caballería
mecanizada (tanques) y tropas de infantería, es un claro
ejemplo de transformación militar.
42
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
2.1. ¿Cómo se define la transformación militar?
La transformación incluye tres aspectos que se
complementan entre sí: cambios de fondo en el ámbito
institucional, nuevas tecnologías y una nueva doctrina
que permite desarrollar un verdadero diferencial de
capacidades. Si bien es cierto que no hay una sola
definición de transformación militar, es útil partir de
algunos criterios básicos que permitan evaluar si un
proceso de cambio constituye o no una transformación
militar. El Departamento de Defensa de los Estados
Unidos, por ejemplo, ha adoptado tres criterios que,
cuando se presentan de manera coherente e integrada,
constituyen una transformación. Estos son: cambios
profundos en la doctrina, es decir, en la forma de
adelantar operaciones; cambios fundamentales en la
organización institucional de las Fuerzas Armadas y
por último, y quizás el más importante, cambios
significativos en la tecnología aplicada al campo militar.
En su artículo “From Cavalry to Computer: The Pattern
of Military Revolutions” Andrew Krepinevich, uno de
los mayores expertos en transformación militar, señala
que una revolución militar ocurre cuando “la aplicación
de nuevas tecnologías a un significativo número de
sistemas militares se combina con conceptos
operacionales innovadores y adaptaciones
organizacionales de tal forma que se altera de manera
significativa el carácter y conducta del conflicto.”52
Lo logra, señala Krepinevich, “al producir un aumento
dramático en el potencial y efectividad militar de las
fuerzas armadas.”53
52
Andrew F. Krepinevich, “From Cavalry to Computer: The Pattern of Military Revolutions”,
pg. 30, The National Interest, Otoño 1994.
53
Ibid. pg. 35
43

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
Así pues, no solo existen algunos criterios básicos que
determinan cuándo una transformación o revolución
militar ocurre, sino que se puede afirmar que ésta se
debe manifestar en el campo de batalla, es decir, no
puede ser simplemente un cambio teórico o conceptual:
debe tener, necesariamente, implicaciones prácticas.
Para entender mejor el efecto de las revoluciones
militares en la conducción de la guerra, a continuación
se presenta un breve repaso histórico de algunos de
estos cambios paradigmáticos.
El mundo ha presenciado, desde el siglo XIV, al menos
10 revoluciones militares. La Guerra de los Cien Años
(1337-1453) generó dos de ellas. La primera se conoce
como la Revolución de la Infantería, en la cual las
tropas de infantería reemplazaron a la caballería pesada
como elemento fundamental en el combate. Hasta este
momento, el papel de las unidades de infantería era el
de proteger, con formaciones muy compactas, a las
unidades de caballería que se preparaban para un
ataque. Pero desde la segunda mitad del siglo XIV, la
infantería se consolidó como un arma capaz de ganar
batallas, debido a innovaciones tecnológicas tales como
el arco de seis pies, capaz de penetrar la armadura de
la caballería. Esta revolución a su vez fue seguida por
la Revolución de la Artillería, la cual alteró de manera
dramática la última fase de la Guerra de los Cien Años,
tras la introducción de la pólvora, y con ella, de los
cañones, los cuales permitían franquear las defensas
fortificadas de las ciudades.54 Las revoluciones militares
también se han dado en el campo marítimo, por ejemplo,
con la sustitución de las naves de remo por las de vela,
54
Clifford J. Rogers, “The Military Revolutions of the Hundred Years’ War,” The Journal of
Military History, abril de 1993, pgs 241-78
44
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
las cuales a su vez podían explotar las ventajas de la
revolución de la artillería al montar grandes cañones
a bordo.
Es claro, además, que una revolución trae consigo la
semilla de futuras revoluciones, pues los actores que
ven su efectividad y poder de combate seriamente
debilitado tratan de innovar para recuperar el terreno
perdido. De esta manera, la consecuencia lógica de la
revolución de la artillería fue la Revolución de las
Fortificaciones, la cual introdujo un nuevo estilo de
estructuras defensivas que resistieran el ataque de la
artillería pesada. Estas nuevas fortificaciones estaban
constituidas por muros más gruesos, más bajos y todo
un sistema de mecanismos defensivos.55
Más adelante, a comienzos del siglo XIX, Napoleón
introdujo nuevos conceptos, muchos de los cuales se
soportaron en la revolución industrial que permitió la
fabricación en cadena de armas y equipos, la
estandarización de los repuestos, y que permitió reducir
el peso de los cañones hasta en un 50%, entre otros.
Pero sin duda, fue la introducción de la levée en masse
o movilización nacional que le permitió a Napoleón
la creación de su Grande Armée, o Gran Ejército el
cual peleó, ya no por la corona sino por la nación.
Entre las guerras napoleónicas y la Guerra Civil
americana, la introducción de los ferrocarriles, el
telégrafo y el uso generalizado de mosquetes y artillería,
de nuevo cambió radicalmente la forma de pelear las
guerras. De hecho esta revolución fue el augurio de la
conducta de la guerra moderna, con sistemas de
comando, control y comunicaciones integrados, lo que
55
Este sistema es conocido como trace italienne.
45

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
le permitía a los líderes políticos y militares mantener
grandes ejércitos en el campo de batalla y concentrar
las tropas de manera rápida y coordinada en un lugar
y momento del tiempo determinado.
A su vez, en el campo naval, las grandes naves de vela,
construidas en madera, que no cambiaron mucho en
el periodo 1600-1850, fueron rápidamente reemplazadas
por acorazados a vapor, en unas pocas décadas. También
se creó el submarino a comienzos del siglo XX, el cual
alteró de manera contundente la conducción de
operaciones marítimas.
El periodo entre las dos guerras mundiales vio avances
aun más significativos con el avance de la aviación,
las comunicaciones inalámbricas, los tanques de guerra
y en particular su uso integrado. Ejemplo de esto fue
el demoledor éxito de los alemanes y su Blitzkrieg
(guerra relámpago), el cual consistió en bombardeos
masivos, acompañados por avances rápidos de unidades
de caballería e infantería mecanizadas.
Finalmente, la posguerra trajo consigo la Revolución
Nuclear, la cual dominó y aun domina el ambiente
estratégico mundial. Esta revolución fue un natural
derivado de la revolución quántica en la física que
abrió las puertas al uso de la energía atómica.
Sin embargo, el auge del poder atómico fue acompañado
durante la Guerra Fría por el uso constante de una de
las tácticas más antiguas –y efectivas–de la historia
militar: la guerra de guerrillas. A pesar de su derrota
en Vietnam, o quizás a raíz de la misma, los Estados
Unidos no fueron y no han sido capaces de
transformarse para enfrentar lo que se conoce hoy
en día como guerra asimétrica o conflictos no
46
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
convencionales. Las Fuerzas Militares estadounidenses
aun basan su poderío en pesadas divisiones
mecanizadas, portaviones y capacidad de bombardeo
masivo. Este tipo de unidades o de plataformas son
poco efectivas a la hora de enfrentar amenazas como
las que representa la red terrorista de al-Qaeda o el
tráfico ilegal de armas, explosivos y narcóticos. Las
llamadas “nuevas amenazas” o de carácter asimétrico,
es decir, amenazas como el narcotráfico, la proliferación
de armas de destrucción masiva y el terrorismo, entre
otras, representan un verdadero reto para el aparato
militar americano. Es por ello que los atentados del 11
de septiembre probablemente sirvan para acelerar
algunos aspectos de la transformación militar de los
Estados Unidos.56
2.2. Estructura de la transformación militar
colombiana: Cambios tecnológicos, institucionales
y doctrinarios en medio de la crisis
Así como a través de la historia de la humanidad se
han dado numerosas revoluciones militares, las cuales
fueron en varias ocasiones desencadenadas por avances
importantes en la capacidad armada de un adversario,
en Colombia la crisis desatada por la avanzada militar
de las FARC generó una fuerte presión sobre las Fuerzas
Militares para adaptarse al nuevo marco estratégico
planteado por su principal enemigo. Éstas “hallaron la
necesidad de diseñar un plan de reestructuración y
modernización…con la finalidad de corregir falencias
56
Se debe reconocer que entre los analistas militares de hecho ya existe cierto consenso en
cuanto a que la ultima revolución de la guerra es la de guerra basada en información (Information
Based Warfare) y que definitivamente el Ejército americano ya está bastante avanzado en esta
revolución. Otro aspecto que en la actualidad se ha considerado casi una revolución es el empleo
de Fuerzas Especiales, específicamente para enfrentar la guerra asimétrica mencionada
anteriormente.
47

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
en su organización interna y en su capacidad operacional
y, sobre todo, de reestructurarse para hacerlas capaces
de enfrentar la crisis del orden público que vive
Colombia”57
Al considerar si en Colombia hubo, durante los últimos
años, una verdadera transformación militar, se deben
analizar los aspectos relacionados con el desarrollo
tecnológico, la doctrina y la estructura institucional de
las Fuerzas Militares.
2.2.1. Cambios tecnológicos
Entre los años 1999 y 2002, siendo Ministro de Defensa
Luis Fernando Ramírez, las Fuerzas Militares de
Colombia avanzaron considerablemente en el campo
de la tecnología aplicada a la planeación y conducción
de las operaciones militares. Los aspectos más
relevantes de este cambio fueron los incrementos en
la movilidad aérea y el apoyo de fuego desde el aire,
la capacidad de operar en ambiente nocturno, las
mejoras en la inteligencia técnica y las estructuras de
comando, control y comunicaciones.
• Capacidad aérea
La capacidad aérea está compuesta por las aeronaves,
las tripulaciones y el entrenamiento de las mismas que
permiten adelantar las operaciones militares aéreas.
Constituye el componente aéreo de la capacidad militar
que puede ser empleado por sí solo o de manera
conjunta con fuerzas terrestres o marítimas.
57
Fuerzas Militares de Cara al Siglo XXI, pg. 3, documento oficial del Ministerio de Defensa,
disponible en http://www.mindefensa.gov.co/publicaciones/fuerzas_publicas_s_xxi.pdf
48
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
Las cuatro misiones fundamentales que desarrolla la
Fuerza Aérea son: i) el control del espacio aéreo, es
decir, garantizar la soberanía y el respeto de la
Constitución y la ley en los aires; ii) aplicar la fuerza,
lo cual implica utilizar las capacidades inherentes al
poder aéreo militar en desarrollo de las operaciones
militares como pueden ser los bombardeos a blancos
en tierra o los combates aire-aire; iii) multiplicar la
fuerza, lo que significa aumentar la capacidad militar
terrestre o marítima a través del uso de aeronaves, por
ejemplo con el apoyo de fuego a las tropas terrestres;
y, finalmente, iv) apoyar la fuerza, la cual incluye el
abastecimiento logístico necesario para adelantar
operaciones prolongadas.58
Una de las misiones más importantes, la de multiplicar
la fuerza, incluye el asalto aéreo, es decir, transportar
por vía helicoportada unidades terrestres al campo de
batalla. Las fuerzas de asalto aéreo son capaces de
proyectar poder de combate sin la limitación impuesta
por el terreno o los accidentes geográficos. La
versatilidad y fuerza de este tipo de operaciones se
logra al combinar las capacidades de las aeronaves
modernas de ala rotatoria–velocidad, agilidad y
capacidad de fuego–con las de las tropas terrestres. 59
Se debe resaltar el enorme incremento de la capacidad
aérea de las Fuerzas Militares colombianas, tanto en
el transporte de tropa como en el apoyo de fuego
cercano, es decir, el apoyo de fuego que los helicópteros
o aviones brindan a las tropas terrestres, volando muy
cerca de la tierra y a una relativa baja velocidad. Este
58
Documento oficial de doctrina de la Fuerza Aérea Colombiana.
59
U.S. Army Field Manual 9-40 “Air Assault Operations” en http://adtdl.army.mil/cgi-
bib/atdl.dll/fm/90-4.htm
49
 FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR

apoyo es crucial pues representa una ventaja muy
significativa a la hora de enfrentar a los grupos armados
ilegales.
El apoyo de fuego cercano es provisto por los
helicópteros artillados, los cuales acompañan y escoltan
las aeronaves de transporte en el desarrollo de las
operaciones de asalto aéreo. Adicionalmente, es muy
importante contar con aviones que sirvan como
plataforma de apoyo de fuego prolongado, papel que
en Colombia desempeña de manera muy efectiva la
flota de aviones AC-47, mejor conocido como el “avión
fantasma”. Esta aeronave es un DC-3 con algunas
modificaciones estructurales, al que se le han
reemplazado los motores de pistón por dos turbohélices
e instalado sofisticados sistemas de navegación, sensores
infrarrojos (FLIR), y ametralladoras calibre .50.60 Los
AC-47 tienen la capacidad de apoyar las tropas en
tierra con alto poder de fuego por periodos largos de
tiempo. Este apoyo resulta crucial a la hora de contener
o evitar ataques a poblaciones, unidades de Policía o
militares y apoyar a las tropas cuando desarrollan
combates contra los grupos irregulares. Colombia
triplicó su flota de aviones fantasma al pasar de dos
en 1996 a seis en la actualidad.
Igualmente, Colombia pasó de tener una flotilla de
helicópteros muy limitada, a tener la tercera fuerza
helicoportada del hemisferio.61 Sin embargo, el número
de helicópteros con los que cuenta hoy Colombia es
similar al de las Fuerzas Militares de El Salvador en
la fase final de su conflicto, pero cuya misión era cubrir
un país de 21.000 km2 y con aproximadamente 6
60
“El Fantasma, Defensor de las Poblaciones Colombianas”, Revista Aeronáutica, abril 22 de
2003.
61
Después de EEUU y Brasil.
millones de habitantes. Colombia es 50 veces más
grande y tiene siete veces más población.
Actualmente, Colombia62 cuenta con una flota de unos
230 helicópteros, distribuida así:
• 30 helicópteros de combate ( que incluyen 16
Blackhawk artillados AH-60, mejor conocidos
como “Arpía”, 10 Bell 212 artillados o “Rapaz”
y cuatro Hughes 500)
• 189 de transporte (43 Blackhawk UH-60, 14
MI-17 de fabricación rusa, 25 Bell 212 y 54
Huey II)
• y 40 destinados a otras misiones, tales como
reconocimiento, entrenamiento, comando y
control, entre otras.63
Cabe añadir que la colombiana es la tercera flota de
helicópteros UH-60 o Blackhawk más numerosa del
mundo, superada solamente por las de Estados Unidos
e Israel. El Blackhawk es uno de los helicópteros de
transporte más sofisticados del mundo.64 También es
importante aclarar que parte de esta flota está
representada por helicópteros asignados a través del
Plan Colombia y cuyo uso es restringido.65
62
Incluye tanto las aeronaves de las Fuerzas Militares como de la Policía Nacional.
63
Adicionalmente, y debido a la falta de helicópteros y tripulaciones, fue necesario durante
cierto tiempo alquilarlos a la empresa privada, lo cual es un ejemplo, algo insólito por cierto,
de lo que se podría llamar outsourcing de capacidad de combate. Aun subsisten algunos contratos
de helicópteros privados; la Armada, por ejemplo, tiene contratados dos helicópteros rusos MI
y planea aumentar dos más. Igualmente, las compañías petroleras contratan algunos helicópteros
para patrullaje de los oleoductos y zonas de explotación.
64
Entrevista con Román Ortiz, investigador del Instituto Elcano de Madrid, España.
65
El uso de las aeronaves entregadas por el gobierno estadounidense estaba restringido
exclusivamente a misiones antinarcóticos hasta mayo de 2002 fecha en la cual el Congreso de
los Estados Unidos extendió las autorizaciones a una lucha unificada contra el narcotráfico y
el terrorismo. Esta autorización continua ligada a los condicionamientos de derechos humanos,
entrenamiento y disponibilidad presupuestal.

50 51

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
Esta fuerza, si bien no es la óptima, sí ha sido suficiente
para temporalmente lograr un objetivo operacional
fundamental: reversar el avance de los grupos
insurgentes de una guerra de guerrillas a una guerra
de movimientos. Todo grupo insurgente que sigue el
modelo de guerra popular prolongada formulado por
Mao Tse-Tung, busca avanzar de una guerra de
guerrillas, en las que predominan ataques y emboscadas
de pequeños grupos de rebeldes en los que la guerrilla
golpea y se repliega, a ataques más frontales en las
que unidades mayores de cientos de insurgentes atacan
unidades o guarniciones principales en combates
semiconvencionales. Las FARC han seguido este
patrón, y a partir de los años 90 parecían haber
alcanzado la fase de guerra de movimientos. Pero al
contar las Fuerzas Militares con medios aéreos para
concentrar tropas rápidamente y proveer apoyo de
fuego desde el aire, obligaron a las FARC a regresar
a sus operaciones de guerra de guerrillas.
Hay que entender el papel fundamental que juega el
poder aéreo, pero hay que entender también sus
limitaciones. Es claro para cualquier analista que la
guerra en Colombia no se va a ganar desde el aire.
Ningún país ha logrado ganar una guerra de tipo
irregular, solamente con helicópteros y aviones de
combate. Lo que se requiere es el control y la protección
efectiva de la población y del territorio, lo cual
obviamente solo se puede lograr con fuerzas terrestres.
Existe la tendencia en Colombia a creer que los
helicópteros son la llave mágica hacia la victoria sobre
la subversión. Baste recordar que los Estados Unidos
en Vietnam contaron con una cantidad prácticamente
ilimitada de helicópteros y aun así no lograron cumplir
su objetivo.
52
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
Nadie discute la utilidad de los helicópteros en una
guerra de guerrillas, en términos de la capacidad que
brindan de proyectar fuerza, transportar tropas de
manera rápida (en algunos casos) y apoyar a las tropas
en tierra de manera eficiente y efectiva. Pero igualmente
es importante entender sus limitaciones y sobre todo
entender que representan una gran ventaja táctica, mas
no estratégica para las Fuerzas Militares. Es táctica
porque le permite a las FF.MM. ganar batallas pero no
necesariamente la guerra.
Aun la ventaja táctica es relativa, pues los grupos
insurgentes, de autodefensa y aun los narcotraficantes
podrían implementar contramedidas para evitar que la
superioridad aérea de las FF.MM. sea decisiva. Por
ejemplo, podrían utilizar misiles tierra aire66 o, más
simple aun, pueden hacer uso de su conocimiento de
los patrones climáticos para imposibilitar operaciones
aéreas, lo cual hacen de manera constante.
Así, lo que se sugiere aquí es que las FF.MM. cuentan,
dado el nivel actual de confrontación y la relación de
fuerzas, con los medios aéreos necesarios para
contrarrestar la amenaza de un escalamiento hacia una
guerra de movimientos, pero no para debilitar de manera
contundente la capacidad militar de sus adversarios.
En términos estratégicos, la capacidad aérea actual es
defensiva y no ofensiva.
Más allá de los impresionantes avances en capacidad
helicoportada, es importante destacar otros avances
66
Se presume que las FARC ya cuentan con este tipo de misiles teledirigidos, pero aun no hay
evidencias irrefutables, pues no han sido utilizados ni han sido capturados. Cabe resaltar que
de obtener una verdadera capacidad antiaérea, incluyendo la cadena logística, los cambios
doctrinarios y organizacionales necesarios para implementarla, las FARC estarían gestando los
comienzos de su propia revolución militar.
53

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
que, aunque no han recibido la misma atención, han
jugado un papel fundamental en el fortalecimiento de
las Fuerzas Militares. Estos incluyen la capacidad de
realizar operaciones nocturnas, la mayor capacidad de
inteligencia técnica y las mejoras en los sistemas de
comando, control y comunicaciones militares. A
continuación se hace una breve descripción de estos
aspectos que han resultado fundamentales a la hora de
aumentar las capacidades militares para contener el
avance militar de los grupos subversivos.
Capacidad para realizar operaciones nocturnas
Muchos ejércitos tienen alguna capacidad de operar
en la noche. Es relativamente fácil adquirir algunos de
los equipos y tecnología a precios razonables en el
mercado mundial. Pero para ser usados de manera
efectiva, las organizaciones deben desarrollar las
tácticas, técnicas y procedimientos que maximizan la
ventaja de poder operar en la noche.67 Pero la verdad
es que pocos ejércitos del mundo tienen la capacidad
de realizar operaciones significativas en un ambiente
nocturno. Para poder hacerlo, un ejército requiere no
solo contar con los equipos adecuados, sino también
la doctrina y el entrenamiento que les permite enfrentar
un ambiente operacional riesgoso y complejo.
Las Fuerzas Militares cuentan hoy por hoy con una
considerable capacidad de realizar operaciones
nocturnas. Esto les da una ventaja táctica y operacional
sobre los grupos subversivos. Esta superioridad ha
sido demostrada en operaciones como la retoma de
67
Gene Adcock “Owning the Night”: Night Vision Equipment Company. Emmaus, Pensilvania,
disponible en http://nvec-night-vision.com/otherlinks/owningthenight.asp
54
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
Mitú. En esta operación, la cual el General Fernando
Tapias, Comandante General de las Fuerzas Militares
describió como “una operación que muy pocos ejércitos
del mundo pueden desarrollar”, se realizó un
desembarco de tropas nocturno con la obvia ventaja
que esto representa en términos de sorpresa.
Inteligencia técnica
Las Fuerzas Militares colombianas han fortalecido
considerablemente sus capacidades de inteligencia
técnica, entendida esta como la recolección de
información por medios distintos a las fuentes humanas.
Incluye la capacidad de interceptar señales,
comunicaciones y de tomar aerofotografías, entre otras.
Un componente fundamental de estas capacidades son
los llamados rastreadores o trackers y las plataformas
de inteligencia. Estos aviones están equipados con
sofisticada tecnología de interceptación de
comunicaciones, fotografía aérea y radiogoniometría.
Actualmente las Fuerzas Militares cuentan con nueve
aeronaves de inteligencia, dos de ellas del Ejército y
siete de la Fuerza Aérea.
Estas aeronaves, en conjunto con los radares de base
en tierra (GBR) y la Central de Inteligencia Conjunta
(CIC), conforman el sistema de inteligencia técnica
que le permite a las FF.MM. obtener, procesar y analizar
información utilizada en la lucha contra el narcotráfico
y, más recientemente, contra los grupos armados
ilegales.68
68
A partir de la autorización del Congreso de los Estados Unidos para la lucha unificada contra
el narcotráfico y el terrorismo.
55

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
Si bien cabe resaltar que esta capacidad de inteligencia
técnica permite un mejor planeamiento de las
operaciones militares, sean éstas terrestres, aéreas o
marítimas, es importante recalcar que una guerra de
tipo irregular y en general en los conflictos llamados
“asimétricos”, la inteligencia humana siempre jugará
un papel preponderante. Esto debido a que los grupos
irregulares se adaptan fácilmente a la tecnología, y
adoptan mecanismos arcaicos pero sumamente efectivos
de comunicación, tales como los correos humanos que
difícilmente podrían ser interceptados desde 10.000
pies de altura y utilizando millones de dólares en
equipos de avanzada tecnología. Baste recordar que
los militares estadounidenses no han podido ubicar a
Osama Bin-Laden a pesar del impresionante despliegue
tecnológico. Por ello hay que matizar la importancia
de las capacidades de inteligencia técnica en un conflicto
como el nuestro y propender por un fortalecimiento
constante de la inteligencia humana y la infiltración
de las organizaciones ilegales.
Comando, control y comunicaciones
Las Fuerzas Armadas colombianas han desarrollado
un moderno sistema de comando, control y
comunicaciones que incluye el Centro de Operaciones
Conjuntas (COC) del Comando General de las Fuerzas
Militares, así como centros equivalentes en cada uno
de los Comandos de Fuerza. Estos centros están
enlazados con las unidades operativas, lo que le permite
a los comandantes militares coordinar y comandar las
acciones en el campo de batalla.
56
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
En el área de las telecomunicaciones se han dado
algunos avances en sustituir el anacrónico sistema de
repetidoras por el de comunicaciones satelitales. Sin
embargo, el sistema de comunicaciones tácticas y de
campaña de las FFMM continúa basado en las
repetidoras, pues es muy poco lo que hay de satelital
en las comunicaciones operativas.69 El paso importante
ha sido en 1) la estandarización entre las tres Fuerzas,
pues hasta hace muy poco las tropas de tierra
difícilmente podían comunicarse con los aviones o con
unidades navales o fluviales y 2) el aumento de la
cobertura en seguridad de voz.
La red actual cubre prácticamente todos los escalones
del mando con comunicaciones seguras que impiden
su interceptación. Esto le ha permitido a las Fuerzas
Militares mejorar considerablemente no solo la
capacidad de comunicarse (aspecto clave del comando
y control de las operaciones) sino que además se ha
aumentado la seguridad de las mismas, evitando que
éstas sean interceptadas por los grupos armados ilegales.
Actualmente está en marcha un plan del Comando
General para integrar de manera definitiva las
comunicaciones de todas las Fuerzas, al asumir éstas
un mismo sistema, lo que permitirá a efectivos de
Ejército, Armada y Fuerza Aérea comunicarse entre sí
de manera fácil y segura. Esto sin duda representa un
avance significativo en la posibilidad de realizar
operaciones conjuntas.
Cabe recordar el episodio en el que unidades del
Ejercito de los Estados Unidos que participaban en la
69
Los teléfonos satelitales se emplean más como medios alternos de emergencia.
57

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
invasión a la isla de Granada fueron víctimas del fuego
amigo de la Marina de su propio país, al ser
incompatibles los sistemas de comunicaciones. Fue
este episodio el que llevó al Congreso norteamericano
a discutir y a aprobar la reforma Goldwater-Nicholls
que fortaleció las operaciones conjuntas de las Fuerzas
Militares estadounidenses.70
Así, se puede afirmar que hoy las FF.MM. cuentan
con un sistema de Comando, Control, Comunicaciones
e Inteligencia o C3I que le permite al alto mando militar
conducir las operaciones principales con información
segura y en tiempo real, lo cual era prácticamente
inimaginable antes de 1998.
En resumen, si analizamos el salto tecnológico que las
Fuerzas Militares dieron al adquirir una considerable
capacidad aérea, de telecomunicaciones, de inteligencia
técnica y de mejoras en el equipamiento militar, vemos
que la principal condición de una transformación
militar–el cambio tecnológico–sin duda se ha dado en
Colombia en los últimos cuatro años.
Hoy las Fuerzas Militares cuentan con la capacidad
de proyectar poder militar a prácticamente cualquier
parte del territorio colombiano, de manera casi
inmediata, a través de la Fuerza de Despliegue Rápido,
las nuevas Brigadas Móviles y la Brigada Contra el
70
Hay una celebre anécdota según la cual un soldado del Ejército estadounidense que participaba
en la invasión a Granada cuya unidad se había visto atrapada por el fuego enemigo, y ante la
incapacidad de comunicarse con las naves y aviones de la Marina y la Fuerza Aérea que los
estaban apoyando, utilizó un teléfono público de la isla y con su tarjeta telefónica de AT&T
llamó a Fort Bragg en Carolina del Norte para que ellos a su vez se comunicaran con las unidades
a flote y aéreas y les transmitieran las coordenadas hacia donde deberían dirigir el fuego de
apoyo. Esto debido a la incompatibilidad de los radios de comunicación de las tres fuerzas.
Aparentemente la historia es apócrifa, lo cual no impidió que fuera altamente influyente a la
hora de presionar la aprobación de las reformas que obligaron a las Fuerzas Militares
Estadounidenses a integrarse y a compatibilizar sus operaciones. Ver Allard, Command, Control,
and the Common Defense, New Haven: Yale University Press, (Edición revisada) 1996, pg.1
58
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
Narcotráfico, unidades creadas durante la
administración de Andrés Pastrana. Asimismo, se
cuenta con la capacidad de realizar operaciones de
asalto aéreo con unidades tamaño compañía–más o
menos 120 hombres–contra blancos de la subversión,
lo cual evita que los insurgentes se concentren en
grandes números o que pretendan enfrentar a las Fuerzas
Militares en batallas semiconvencionales o que intenten
tomarse poblaciones y mantener el control de ellas por
más de unas pocas horas.
Las mejoras en comunicaciones, en inteligencia técnica
y en la capacidad de desarrollar operaciones nocturnas
también han contribuido decisivamente a incrementar
las capacidades de las FF.MM. y a contener la avanzada
de los grupos armados ilegales.
Sin embargo, este mayor desarrollo tecnológico no es
suficiente. Debe ser complementado por una serie de
cambios institucionales y doctrinarios que le permitirían
a las Fuerzas Armadas implementar y aprovechar las
nuevas tecnologías. Los avances en la doctrina y las
reformas a las estructuras institucionales de las Fuerzas
Armadas deben ir siempre a la par del desarrollo
tecnológico.
2.2.2. Cambios institucionales
Los cambios en la tecnología aplicada a la conducción
de la guerra en Colombia, han estado acompañados
por una serie de reformas institucionales que los han
potenciado y complementado. De estos, cabe resaltar
el proceso de profesionalización de las Fuerzas
Militares. También se reformaron los estatutos de
carrera, de evaluación y de ascenso del personal militar,
59

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
a través de la expedición de decretos-ley en el marco
de las facultades extraordinarias otorgadas al Gobierno
de Andrés Pastrana por el Congreso de la República
en el año 2000.
Adicionalmente, se introdujeron reformas a las
estructuras del Comando General de las Fuerzas
Militares y de cada una de las fuerzas. Por ejemplo, la
estructura del Ejército se reformó, creando cuatro
jefaturas: personal, logística, entrenamiento y doctrina,
y operaciones, cada una de ellas bajo el mando de un
mayor general, las cuales reemplazaron la estructura
anterior y eliminaron o fusionaron varias oficinas. Por
ejemplo, Jefatura de Operaciones integró Operaciones,
Inteligencia y Relaciones Cívico-Militares (hoy
conocidas como ‘Acción Integral’). Gracias a esta
reestructuración, el Comandante del Ejército solo tiene
que entenderse con cuatro subalternos, lo que le permite
concentrarse en aspectos estratégicos.
Finalmente, se activaron nuevas unidades, entre las
que cabe destacar la Fuerza de Despliegue Rápido o
FUDRA–la cual se ha convertido en la punta de lanza
del Ejército y en símbolo de la transformación militar
colombiana–y la Brigada Contra el Narcotráfico, a
través de la cual el Ejército asumió su nueva misión
antinarcóticos. A continuación se analizaran estos
cambios institucionales.
• Proceso de profesionalización
Uno de los cambios institucionales más importantes
que se implementaron en el periodo 1998-2003 fue la
paulatina pero constante profesionalización de las
60
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
tropas. Tanto el Ejército como la Infantería de Marina
(cuerpo terrestre de la Armada, cuya misión incluye
el patrullaje de costas, ríos y litorales) avanzaron en
este proceso.
Las Fuerzas Militares adelantaron un proceso de
profesionalización de sus soldados e infantes de marina,
reemplazando los llamados bachilleres (soldados e
infantes conscriptos con diploma de bachiller) por
soldados profesionales. Estos últimos son aquellos que
tras concluir su servicio militar obligatorio deciden
voluntariamente continuar en las Fuerzas Militares,
luego de recibir un reentrenamiento y que a partir de
ese momento reciben un sueldo por su trabajo.
Durante el periodo 1999-2001 se aumentó en 30.000
el número de soldados profesionales (un aumento del
140%), los cuales reemplazaron igual número de
soldados bachilleres. Este reemplazo se realizó en el
marco de lo que se conoció como el Plan 10.000, el
cual contemplaba el reemplazo de 10.000 bachilleres
por igual número de profesionales, durante tres años
consecutivos.
Actualmente hay cerca de 60.000 soldados e infantes
de marina profesionales, 100.000 soldados e infantes
regulares (conscriptos) y un número reducido de
bachilleres (menos de 3.000), quienes integran los
batallones de Policía Militar, el Batallón Guardia
Presidencial y otras unidades menores. La meta del
actual gobierno es aumentar el número de soldados
profesionales hasta alcanzar aproximadamente unos
85.000, quienes integrarían las Brigadas Móviles
(BRIM) y los Batallones de Contraguerrillas (BCG),
61

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
puntas de lanza de las Fuerzas Militares en su esfuerzo
contrainsurgente. Si tenemos en cuenta que cada BRIM
consta de aproximadamente unos 1.200 soldados y que
cada BCG consta de unos 300 hombres, los 85.000
soldados profesionales proyectados alcanzarían para
componer aproximadamente 10 BRIM (unos 12.000
hombres) y cerca de 200 BCG. Esta es una fuerza
considerable, que le permitiría a las Fuerzas Militares
dedicar los BCG a combatir de manera ininterrumpida
a las organizaciones irregulares y aun así contar con
las 10 Brigadas Móviles como reserva estratégica
regional y nacional.71 Mientras tanto los soldados
conscriptos realizarían misiones de control de área y
protección de infraestructura.
No cabe ninguna duda de que la profesionalización de
la tropa representa una sustancial ventaja para las
Fuerzas Militares. Los soldados profesionales están
mejor entrenados y equipados, más motivados y
representan un importante acervo de conocimiento y
experiencia práctica de combate, si se les compara con
los soldados conscriptos.
El proceso de profesionalización incluye varios
componentes. El principal, obviamente, fue el de la
sustitución de bachilleres por profesionales, pero ésta
fue complementada con una serie de medidas que
buscaban darle mayor consistencia y sostenibilidad al
proceso. En particular vale la pena destacar tres
aspectos: en primer lugar se expidió el Estatuto del
Soldado Profesional que le dio vida legal a esta figura
(antes eran llamados soldados voluntarios y su estatus
71
Entrevista con David Spencer.
62
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
legal no era del todo claro). Este Estatuto además les
definió la estructura de carrera, prestacional,
disciplinaria y demás aspectos normativos.
En segundo lugar, se creo la Escuela de Soldados
Profesionales, ubicada en el Fuerte Tolemaida, para
centralizar y perfeccionar el entrenamiento de todos
los soldados profesionales. La creación de esta Escuela
significó la institucionalización y formalización de la
instrucción de los soldados profesionales.
En tercer lugar se abrió la posibilidad de que hombres
que no hubieran prestado servicio militar obligatorio
se vincularan como soldados profesionales, pues
anteriormente los soldados voluntarios provenían
únicamente de los soldados conscriptos que al terminar
su servicio obligatorio decidían quedarse de manera
voluntaria y continuar prestando su servicio a las
Fuerzas Militares.
El principal problema o falencia de este sistema es que
los soldados profesionales en realidad no tienen una
perspectiva real de carrera profesional. Esto debido a
que no tienen posibilidad de ascenso. Si bien estos
soldados ingresan al Ejército de manera voluntaria y
están más motivados y mejor remunerados si se les
compara con los soldados conscriptos, no tener
perspectivas más allá de ser soldado genera problemas
de baja moral y de poco estimulo para mejorar su nivel
profesional y militar. Un soldado profesional, aun si
presta su servicio durante diez o más años, sigue siendo
un soldado raso.
63

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
• Cambios a los estatutos de carrera, de
evaluación y ascenso del personal militar
Otro componente importante de la reforma militar fue
la expedición de una serie de Decretos-Ley, en el marco
de las facultades especiales otorgadas por el Congreso
de la República al Gobierno y con los cuales se
modificaron las disposiciones legales sobre la carrera
de oficiales y suboficiales, la carrera de los soldados
profesionales, el régimen de ascensos, entre otros.
Prácticamente todos los aspectos de la reglamentación
del sector defensa fueron tocados por las reformas,
con la importante excepción del régimen pensional y
prestacional de la Fuerza Pública. Este aspecto fue
dejado al margen, pues de lo contrario la viabilidad
política de las reformas se habría visto seriamente
comprometida.72
Las reformas más importantes fueron las encaminadas
a reformar el estatuto de carrera de oficiales y
suboficiales de las FF.MM.73, el Estatuto del Soldado
Profesional74, el nuevo régimen disciplinario de las
FF.MM. 75 y el nuevo régimen de evaluación y
clasificación de los oficiales y suboficiales de las
FF.MM.76
Adicionalmente, se flexibilizaron y modernizaron los
mecanismos para definir los ascensos, permitiendo
72
El tema del régimen prestacional y pensional especial de las Fuerzas Militares es uno de los
puntos más álgidos de la discusión sobre reformas al sector defensa. Este aspecto de la reforma
fue pospuesto, pero resulta fundamental enfrentarlo, pues diferentes estudios actuariales han
demostrado la inviabilidad financiera del régimen actual. Recientemente el Gobierno Nacional
expidió el decreto 2070 del 25 de julio de 2003 por medio del cual “se reforma el régimen
pensional propio de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional”. Sin embargo, los cambios
introducidos son de carácter muy limitado.
73
Decreto-Ley 1790 de 2000
74
75
Decreto-Ley 1793 de 2000
Decreto-Ley 1797 de 2000
76
Decreto-Ley 1799 de 2000
64
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
inclusive que en casos de mérito extraordinario se
pueda adelantar el ascenso un año. En la carrera militar
existen unos tiempos mínimos de servicio para poder
ascender al grado inmediatamente superior. Por ejemplo,
para ascender de subteniente a teniente, es necesario
permanecer en ese grado durante cuatro años. Pero
con la reforma, en caso de mérito excepcional, se
permitiría el ascenso tras tres años de servicio. Como
esta posibilidad se contempla para los cinco primeros
ascensos de la carrera, en teoría un oficial podría
alcanzar el máximo grado, el de general de tres soles,
cinco años antes que sus compañeros de curso. Es
difícil que, dada la cultura organizacional de nuestras
Fuerzas Militares, esto llegue a suceder, pero el simple
hecho de que la ley lo permita es sin duda un gran
avance.
• Cambios a la estructura del comando general
de las fuerzas militares y los comandos de fuerza
El proceso de reforma militar en Colombia incluyó
algunas modificaciones importantes, entre las que cabe
destacar la reforma al sistema de Justicia Penal Militar,
la creación de nuevas jefaturas, tales como las de
Desarrollo Humano y las de Educación y Doctrina y
la creación del Centro de Inteligencia Conjunto o CIC.
La estructura del Comando General ha sido modificada
en numerosas ocasiones, las más recientes en abril de
1997 y en noviembre de 2002. Lo interesante de los
cambios es que en vez de fortalecer las operaciones
conjuntas, lo que se ha hecho es debilitarlas.
Actualmente el Comando General no es un Comando
como tal. Si bien el Comandante General es el oficial
65

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
militar de más alto rango, su staff no apoya su labor
como conductor estratégico de las FF.MM. Por el
contrario, el Comando General con su estado mayor
compuesto por los departamentos de Personal (D-1),
Inteligencia (D-2), Operaciones (D-3), Logística (D-
4), Acción Integral (D-5) y Planeación Estratégica (D-
6), está más dedicado a labores administrativas que a
la conducción real de las operaciones conjuntas para
lo cual fue establecido. El control operacional, es decir,
la conducción de la guerra está en manos de cada una
de las Fuerzas (Ejército, Armada y Fuerza Aérea) por
separado. Y cada una de estas fuerzas pelea, en cierta
forma, su propia guerra.
Para ilustrar este retroceso, se pueden citar algunos
ejemplos: las unidades operativas que orgánicamente
dependían del Comando General, como el Comando
Unificado del Sur y la Fuerza de Tarea Conjunta del
Sur pasaron a componer la sexta división “conjunta”
bajo el mando del Comando del Ejército lo cual es en
sí mismo un contrasentido: una unidad conjunta que
depende orgánicamente de un Comando de Fuerza.
Más aun, bajo la división se encuentra la única brigada
conjunta, la brigada de selva No. 26, que por definición
también depende orgánicamente del Ejército.
En segundo lugar, la reforma de noviembre de 2002
removió al Jefe del Estado Mayor Conjunto (quien
debería ser el segundo al mando del Comando General)
de la línea de mando, y actualmente se encuentra en
proceso la creación del Comando de Operaciones
Conjuntas, todo esto solo consolida el papel meramente
administrativo del Comandante General de las Fuerzas
66
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
Militares, quien como se mencionó anteriormente
debería ser precisamente el Comandante de dichas
operaciones.
Así, la cadena de mando operativa es demasiado larga
y redundante, pues una autorización de apoyo aéreo
que las unidades en tierra pueden requerir en un
momento dado debe ser autorizada por el Centro de
Comando y Control de la Fuerza Aérea. Esto retrasa
las operaciones, y en particular los apoyos que unidades
aéreas deben brindar a las tropas terrestres.
Inclusive la Fuerza de Despliegue Rápido o FUDRA,
conocida como la “máquina de guerra” de las Fuerzas
Militares, activada por el Presidente Andrés Pastrana
el 7 de diciembre de 1999, en el aniversario de la
Infantería colombiana, y que es además símbolo de la
modernización de las Fuerzas Armadas, pertenece
orgánicamente al Ejercito, a pesar de tener jurisdicción
nacional y de contar con unidades tanto del Ejército
(tres brigadas móviles y una de fuerzas especiales)
como de la Fuerza Aérea (aviones y helicópteros de
combate).
2.2.3. Cambios doctrinarios
El principal cambio doctrinario consistió en pasar
de una actitud pasiva, defensiva y estática, a un
concepto operacional proactivo, ofensivo y móvil.
Adicionalmente, se hizo un gran esfuerzo por adecuar
la doctrina a las realidades del conflicto armado interno,
tanto en el Ejército como en las otras fuerzas.
La recién creada Jefatura de Educación y Doctrina del
Ejército recibió la tarea de reformar la doctrina para
67

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
hacerla más relevante al conflicto colombiano. En el
pasado, el entrenamiento y la educación se habían
caracterizado por estar enfocados hacia la guerra
convencional y al ‘desarrollo profesional’, es decir,
completar requisitos de ascenso, más que hacia cómo
pelear la guerra. Los currículos de las escuelas de
instrucción y formación se reformaron. El número de
horas que se dedican a la discusión y análisis del
conflicto armado, contrainsurgencia, estrategia y
operaciones se aumentó considerablemente. Mientras
que hasta 1998 la instrucción militar en Colombia
dedicaba 90% a operaciones convencionales
mecanizadas y un 10% a operaciones contrainsurgentes,
a partir de las reformas esta proporción fue invertida.77
Adicionalmente, y debido a la decisión de involucrar
al Ejército en misiones antinarcóticos, fue necesario
desarrollar una nueva doctrina para operaciones de
esta índole, la cual no existía en el Ejército colombiano
y probablemente en casi ningún ejército del mundo.
En esto jugó un papel clave la Policía Nacional, la cual
con su amplia experiencia en este campo, ayudó a
desarrollar una doctrina para una misión completamente
sui generis desde el punto de vista militar.
La Armada colombiana ha creado nuevas formas de
operar para utilizar sus capacidades en misiones de
índole interna. Por ejemplo, los submarinos oceánicos,
cuya misión principal es la de garantizar la soberanía
frente a amenazas externas, han sido utilizados
exitosamente en misiones antinarcóticos, detectando
lanchas rápidas utilizadas en el envío de droga e insumos
químicos.
77
David Spencer, Colombian Military Reforms and Conventional Structure versus
Unconventional Mission, manuscrito no publicado.
68
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
La Fuerza Aérea Colombiana (FAC) también adecuó
su doctrina a las realidades del conflicto. Si bien antes
la Fuerza Aérea veía su misión principalmente como
la de defensa del espacio aéreo y la soberanía, haciendo
uso de aviones de combate aire-aire, tales como los
Mirage y los K-fir, la adquisición de aeronaves cuya
función era la de apoyar las tropas terrestres en misiones
contra los grupos armados ilegales obligó a la FAC a
adecuar y reenfocar su doctrina hacia el Apoyo de
Fuego Cercano. La principal misión de la Fuerza Aérea
es, hoy por hoy, la de proveer movilidad a las tropas
y apoyarlas con poder de fuego contra blancos de los
grupos irregulares.
Así, el Ejército en particular, y las Fuerzas Militares
en general, adecuaron su doctrina, reorientándola hacia
las realidades del conflicto interno, haciéndola más
proactiva, efectiva y relevante a la realidad colombiana.
Sin embargo, esta actitud más ofensiva ha sido
complementada por un estricto apego, desde el punto
de vista doctrinario, al respeto por la Constitución, las
leyes, los Derechos Humanos y el Derecho Internacional
Humanitario. Este énfasis desde el punto de vista
doctrinario ha tenido un impacto concreto: las
denuncias, investigaciones y sanciones por violaciones
a los Derechos Humanos y al Derecho Internacional
Humanitario han disminuido drásticamente, cerca de
un 88%.78
La formación en derechos humanos y DIH es ahora
parte integral de la formación de todos los miembros
de las FF.MM.
78
“Fuerzas Militares de Cara al Siglo XXI”, pg. 17 documento oficial del Ministerio de Defensa,
disponible en http://mindefensa.gov.co/publicaciones/fuerza_publica_s_xxi.pdf
69
 Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA

Así, vemos que los cambios doctrinarios han buscado

mejorar la eficacia de las Fuerzas Armadas, reenfocando
su entrenamiento y operaciones al conflicto armado
interno, a la vez que han buscado aumentar su
legitimidad a través del respeto a los derechos humanos
y al Derecho Internacional Humanitario. Estos cambios
han permitido aprovechar las nuevas capacidades de
las FF.MM. Sin embargo, aun falta un importante
camino por recorrer en lo que respecta al desarrollo
de una doctrina conjunta que permita a las tres fuerzas
operar de manera integrada. Este tema será analizado
en el siguiente capítulo.
CAPÍTULO 3

LAS REFORMAS QUE FALTAN:

HACIA UNA TRANSFORMACIÓN
COMPLETA

Este capítulo busca analizar algunos aspectos que aún

no han sido reformados dentro del proceso de
transformación de las Fuerzas Militares colombianas
en el período 1998-2003. Siguiendo el esquema
planteado en capítulos anteriores, se discutirán tres
aspectos: las reformas institucionales, tecnológicas y
de doctrina, necesarias para profundizar y consolidar
la transformación militar en Colombia.

Dentro de las reformas se hará particular énfasis en

las institucionales, por ser éstas las más urgentes y
necesarias y, dentro de las mismas, las reformas a la
estructura de comando y control de las Fuerzas
Militares. También se discutirán las principales
limitaciones inherentes al proceso de profesionalización
de las Fuerzas Militares, a la vez que se propondrán

70 71

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
algunas reformas encaminadas a atender estas falencias.
Finalmente, se discutirán algunos aspectos del proceso
de fortalecimiento tecnológico de las Fuerzas Militares,
particularmente en lo referente a la capacidad aérea.
3.1. Reformas institucionales
Como se mencionó anteriormente, es en el campo de
las reformas institucionales en el que quizás menos se
ha avanzado en el proceso de transformación militar
colombiano. Esto no es sorprendente, pues una
característica inherente a los verdaderos procesos de
transformación es la resistencia al cambio79, y nada
produce más resistencia que cambios a las estructuras
institucionales vigentes. Esto debido a que son estas
estructuras las que definen, en muchos casos, las
relaciones de poder entre los actores. Partiendo de la
base de que el status quo privilegia a ciertos grupos e
instituciones, y que los beneficiados probablemente
son los que tienen más que perder en caso de cambios
profundos, es apenas lógico que estos actores se
opongan a las reformas que pueden representar una
amenaza contra sus intereses.
Por otro lado, los cambios tecnológicos y doctrinarios
no amenazan tan directamente los intereses burocráticos
de las instituciones, por ende son más fácilmente
aceptados. Es quizás por esta razón que la
modernización institucional ha estado rezagada de las
otras áreas de transformación. Sin embargo, para que
79
Si bien los cambios tecnológicos, doctrinarios e institucionales conforman los tres pilares de
los procesos de transformación militar, el cuarto elemento que generalmente acompaña estos
procesos es la resistencia al cambio. Al respecto, el General (r) de la Fuerza Aérea estadounidense
Richard Goetze, quien fuera subjefe del Estado Mayor Conjunto, señala: “un buen indicador
de que un verdadero proceso de transformación está en marcha es la existencia de la resistencia
al cambio.” (Entrevista personal con el autor)
72
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
las FF.MM. puedan aprovechar al máximo los cambios
tecnológicos y las innovaciones en el arte operacional,
se deben ajustar las instituciones para que éstas reflejen
y complementen los cambios en las otras esferas. De
lo contrario, será difícil que las FF.MM. aprovechen
al máximo el proceso de transformación. A continuación
se discutirán algunos de los principales cambios
institucionales que deberían ser implementados, en el
ámbito de la transformación militar en Colombia.
3.1.1. Comando y control
Comando y control (comúnmente llamado C2) es el
ejercicio de la autoridad y la dirección, por parte de
un comandante, sobre las fuerzas que le son asignadas
para el cumplimiento de una misión.80 Las funciones
de comando y control se ejercen a través de personas,
equipos, comunicaciones, instalaciones y
procedimientos, empleados por el comandante para
planear, coordinar y controlar las fuerzas que desarrollan
operaciones militares encaminadas al cumplimiento
de la misión. En resumen, el C2 consiste en ejercer el
mando sobre las operaciones de las Fuerzas Militares.
El C2 no debe ser visto como un proceso vertical en el
que un comandante da órdenes y estas son ejecutadas
por sus hombres. Más bien se trata de un proceso
circular en el que las órdenes son impartidas, mientras
que la información proveniente del campo de batalla
es retroalimentada al comandante para que éste ajuste
su visión según las condiciones evolucionen positiva
o negativamente.81
80
Para una discusión completa de este tema ver Kenneth Allard, Command, Control and the
Common Defense New Haven: Yale University Press, (Edición revisada) 1996.
81
El paradigma tradicional de Comando y Control se conoce como el ciclo OODA (observar,
orientar, decidir y actuar) creado por John Boyd. Ver Colin Gray, Modern Strategy, pg. 91 para
una discusión completa de la importancia e influencia de este modelo.
73

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
Tan importante es que el comandante pueda impartir
las órdenes de manera clara y oportuna, como que los
desarrollos en el terreno sean recibidos, analizados y
comprendidos por el comandante. Por esto, a la sigla
C2 se le suelen agregar las comunicaciones, principal
medio para impartir órdenes y recibir reportes del
campo de batalla y la inteligencia, pues es esta la
información con la que el comandante ilustra sus
decisiones, tanto en el ámbito táctico como estratégico.
De esta manera se obtiene la sigla Comando, Control,
Comunicaciones e Inteligencia o C3I. Dada la creciente
importancia de los medios computarizados en la
planeación y el desarrollo de las operaciones, se habla
de C4I, para incluir a los sistemas de informática en
este ciclo. El ciclo completo incluye además la
vigilancia (surveillance) y el reconocimiento
(reconnaissance) lo que se conoce como Sistema C4ISR,
el cual se define como aquel sistema que:
• Apoya a los comandantes designados en el
ejercicio de la autoridad y la dirección de las
fuerzas asignadas para el desarrollo de las
operaciones militares;
• Recolecta, procesa, integra, analiza, evalúa o
interpreta la información disponible
concerniente a las operaciones militares;
• Sistemáticamente observa el espacio aéreo, la
superficie o las áreas submarinas, los lugares,
personas o cosas por medios visuales,
electrónicos, fotográficos u otros, y
• Obtiene, por observación visual u otros medios
de detección, información sobre las actividades
74
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
y recursos del enemigo o potencial enemigo,
o datos sobre las condiciones meteorológicas,
hidrográficas o geográficas de un área
determinada.82
Es claro entonces que el Sistema C4ISR conforma la
columna vertebral de las operaciones militares.
Constituye los ojos y oídos del alto mando militar y
político, orienta las decisiones operativas y permite
conducir de manera integrada y coherente las
actividades de las Fuerzas Armadas en el cumplimiento
de su misión.
3.1.2. Comando y control en las operaciones militares
en colombia
En Colombia, prácticamente todas las operaciones
militares son adelantadas por cada una de las fuerzas
(Ejército, Armada y Fuerza Aérea), lo cual suena en
principio bastante obvio y lógico. Sin embargo, cabe
hacer énfasis en el hecho de que cada una de las fuerzas
y no la totalidad de las Fuerzas Militares realicen las
operaciones. Esto significa que, en la práctica las
operaciones conjuntas, es decir que incluyan
componentes de más de una fuerza son la excepción
y no la regla. Esto se debe a que la estructura
institucional en Colombia define que el comando y
control de las operaciones militares sea ejercido,
principalmente, por unidades operativas adscritas a
alguna de las fuerzas. Por ejemplo, los batallones,
brigadas y divisiones del Ejército adelantan las
operaciones terrestres. El mando sobre estas operaciones
recae, finalmente, sobre el Comandante del Ejército.
82
John A. Hamilton, Jr. Jerome D. Rosen, Paul A. Summers “An Interoperability Road Map
4
for C ISR Legacy Systems” disponible en http://www.dau.mil/pubs/arq/2002arq/Hamilton .pdf
75

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
En el caso de las fuerzas navales y aéreas sucede lo
mismo: el mando y control de las unidades recae,
finalmente, en el comandante de cada fuerza.
La doctrina y la estructura institucional de las fuerzas
armadas modernas señalan que las fuerzas, es decir el
Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea no deben, de
manera individual, desarrollar operaciones ni ofensivas
militares. La misión individual de las fuerzas se debe
enmarcar en tres aspectos fundamentales: reclutar,
entrenar y equipar hombres para el combate. Es decir,
realizan los preparativos necesarios para pelear las
guerras, pero la misión de pelear y ganar batallas recae
sobre comandos unificados, fuerzas de tarea conjuntas
o unidades similares. Para entender mejor esta división
de tareas, basta recordar las palabras de Karl von
Clausewitz, quizás el más grande teórico de la guerra:
…las actividades características de la guerra pueden
ser divididas en dos categorías principales: aquellas
que son apenas preparativos para la guerra, y la guerra
propiamente dicha…Los conocimientos y habilidades
que la primera involucra se ocupan de la creación,
entrenamiento y mantenimiento de las fuerzas de
combate…la teoría de la guerra propiamente dicha,
por otro lado, se ocupa de la utilización de estos medios,
una vez han sido desarrollados, para los propósitos de
la guerra.83
Así, cada una de las Fuerzas Militares se debe encargar
de la primera categoría de actividades: la de crear y
mantener fuerzas de combate, mientras que los
comandos conjuntos se encargan de la utilización de
estos medios. Los ejércitos, por ejemplo, reclutan,
entrenan y equipan soldados de infantería, los cuales
son asignados a una unidad conjunta que realiza
83
Karl von Clausewitz, On War, Princeton: Princeton University Press, 1984.pgs.131-132
76
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
operaciones militares. Lo mismo deben hacer la Marina
y la Fuerza Aérea con sus respectivas unidades. En
otras palabras, deben cumplir la misión de ser
proveedores de fuerza o “force providers” y no la de
adelantar operaciones militares. Una vez han reclutado,
entrenado y equipado hombres, estos deberían pasar
a conformar unidades conjuntas que dependan
orgánicamente del mando conjunto, es decir, el
Comando General de las Fuerzas Militares, en el caso
colombiano.
Actualmente esto no sucede en Colombia. De hecho,
las pocas unidades conjuntas que existen, tales como
el Comando Específico de Oriente y la Fuerza de Tarea
Conjunta del Sur, se han transformado y han dejado
de depender del Comando General y ahora dependen
del Ejército84, mientras que el Comando Específico de
San Andrés y Providencia depende del Comando de
la Armada Nacional. Muchas de las nuevas unidades
que se han creado, y que tienen una clara composición
y vocación conjunta, tales como la Fuerza de Despliegue
Rápido–que incluye tropas del Ejército y helicópteros
y aviones de la Fuerza Aérea– y las Fuerzas Especiales
Antiterroristas Urbanas, también dependen del Ejército
o de la Armada Nacional.
3.1.3. Comando y control conjunto
Existen varias razones para argumentar que la
responsabilidad y el control de las operaciones militares
deban recaer en comandos o fuerzas de tarea conjuntas
y no en comandos de fuerza. En primer lugar, este
arreglo institucional garantiza que todas las capacidades
84
Por ejemplo. el antiguo Comando Unificado del Sur –CUS es ahora la Brigada de Selva
Conjunta No. 26.
77

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
de las diferentes fuerzas sean empleadas de manera
coordinada y eficiente. Por ejemplo, en caso de que
tropas terrestres requieran apoyo de fuego aéreo, el
comandante conjunto, que controla tanto las fuerzas
en tierra bajo su jurisdicción como los elementos aéreos
de combate, puede ordenar que el apoyo necesario sea
provisto de manera oportuna y rápida.
Actualmente, el comandante de las tropas en tierra
debe solicitar apoyo aéreo, el cual debe ser autorizado
por la línea de mando de la Fuerza Aérea, lo cual puede
significar un procedimiento largo y dispendioso que
puede poner en peligro la vida de las tropas en tierra.
Como se mencionó anteriormente, esta larga cadena
de mando ha restado eficacia a las operaciones militares
que involucran a unidades de más de una fuerza–por
ejemplo, operaciones adelantadas por el Ejército y
la Fuerza Aérea. Si bien se han agilizado los
procedimientos para las solicitudes de apoyo, lo ideal
es que un comandante tenga el control directo de todos
los medios para el combate existentes en su jurisdicción.
El territorio nacional está dividido en ocho
jurisdicciones militares que corresponden a cada una
de las seis divisiones del Ejército y las Fuerzas Navales
de la Armada Nacional. Dentro de cada una de estas
jurisdicciones operan unidades de las otras fuerzas.
Por ejemplo, la Fuerza Aérea cuenta con un Comando
Aéreo de Combate o CACOM que cubre una o más
de estas jurisdicciones. Así, el área de operaciones del
CACOM 3, con sede en Barranquilla, corresponde
aproximadamente a la jurisdicción de la I División del
Ejército, con sede en Santa Marta y la Fuerza Naval
del Caribe con sede en Cartagena. El CACOM 1 con
78
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
sede en Puerto Salgar, corresponde de alguna manera
a la Segunda División con sede en Bucaramanga y el
CACOM 4 con sede en Melgar corresponde a la V
División con sede en Bogotá. Adicionalmente, los
CACOM 2 y 6 con sede en Villavicencio y Tres
Esquinas respectivamente, comparten sede con las
Divisiones IV y VI del Ejército.
Muchas veces la coordinación entre las fuerzas depende
de las relaciones personales que los diferentes
comandantes desarrollen. Pero, como no existen
instancias conjuntas de comando y control, la
coordinación no siempre es la óptima.
Por estas razones, lo lógico y lo que dicta la doctrina
moderna, es que un solo comandante tenga el mando
y el control sobre todas las unidades operativas en su
jurisdicción. Además, este comandante debe contar
con un Estado Mayor conjunto, es decir, en el que
tengan participación oficiales de todas las fuerzas para
poder planear y ejecutar operaciones en las que
participan elementos terrestres, aéreos, marítimos o
fluviales. Por ejemplo, si una unidad terrestre requiere
ser aerotransportada o requiere apoyo de fuego aéreo,
como de hecho sucede la mayoría de las veces, lo ideal
es que un oficial de la Fuerza Aérea, experto en este
tipo de operaciones, forme parte del Estado Mayor de
la unidad que planea y ejecuta la operación. Lo mismo
sucede en el caso de que la operación incluya elementos
terrestres y marítimos o fluviales.
De esta manera, la actual estructura de comando y
control debe ser replanteada a fondo, y cada jurisdicción
militar debe pasar a conformar un Comando Unificado.
Si se mantuvieran las seis zonas de jurisdicción de las
79
 FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR

actuales divisiones del Ejército85, probablemente con
algunas modificaciones en cuanto a la jurisdicción
geográfica para mejorar la eficiencia y armonizar las
áreas de responsabilidad con la problemática principal
de cada región, entonces todas las unidades que operan
dentro de cada una de ellas pasarían a ser parte de ese
Comando Unificado. Si en una determinada jurisdicción
el componente terrestre es el preponderante, el
comandante militar de la misma probablemente sería
un oficial del Ejército. Si, por el contrario, el
componente aéreo es el más importante, probablemente
un oficial de la Fuerza Aérea sería designado como
comandante. Pero de todas formas este comandante
contaría con un staff compuesto por oficiales de todas
las fuerzas, quienes lo asesorarían en los aspectos
relevantes a su especialidad.
Las Fuerzas Militares pasarían de estar compuestas
por divisiones, fuerzas navales y comandos aéreos de
combate a una organización basada en Comandos
Unificados, compuestos por todas las unidades militares
dentro de la jurisdicción en cuestión, dirigidas por un
comandante único que le respondería directamente al
Comandante General, quien a su vez estaría asesorado
por un verdadero “staff” conjunto. Los Comandantes
de Fuerza, por su parte, dejarían de tener control
directo sobre las operaciones, salvo en su rol como
asesores estratégicos del Comandante General.86
85
Definir el número exacto de jurisdicciones territoriales en el que se debe dividir el despliegue
estratégico de las FF.MM. amerita, lógicamente, un estudio más profundo. En aras de simplificar
el análisis se supone en este estudio que se mantendrían las jurisdicciones actuales de las
Divisiones del Ejército. Sin embargo, la Armada Nacional tiene a su cargo un área equivalente
a una jurisdicción divisionaria en el Caribe colombiano, por lo que se podrían establecer siete
jurisdicciones.
86
Como se mencionó en capítulos anteriores, el Comando General de las Fuerzas Militares en
Colombia tiene funciones esencialmente administrativas y no operativas. Las reformas que se
han implementado en los últimos años han consolidado ese papel al sacar, por ejemplo, al Jefe
de Estado Mayor Conjunto de la línea de mando.
De esta manera, se eliminarían las actuales divisiones
y brigadas del Ejército, y las unidades correspondientes
en las otras fuerzas, como unidades operativas
autónomas. Cada una de estas unidades pasaría a
integrar un componente de un Comando Unificado.
Por ejemplo, las actuales brigadas del Ejército pasarían
a conformar el componente terrestre de los comandos
unificados. Los Comandos Aéreos de Combate
(CACOMs) pasarían a integrar el componente aéreo
de cada comando unificado.87
En el nivel estratégico88, el comando y control sería
ejercido por el Comando General de las Fuerzas
Militares. Éste tendría el papel de formular la Estrategia
Militar General y las guía de planeamiento estratégico
de las Fuerzas Militares. Del Comando General
dependerían los seis o más comandos unificados.
En el nivel operacional, el comando y control sería
ejercido por cada uno de los comandos unificados que
reemplazarían a las actuales divisiones y unidades
equivalentes. Estos comandos, cada uno bajo el mando
de un Mayor General (o equivalente), dirigirían todas
las operaciones que se desarrollen dentro de su
jurisdicción y tendría la responsabilidad de desarrollar
planes de campaña que contribuyan a implementar la
Estrategia Militar General formulada por el Comando
General.
87
Para un ejemplo de lo que sería uno de estos Comandos Unificados, ver Anexo 3 –Comando
Unificado del Caribe.
88
Cuando se analiza la forma en la que se formula y desarrolla una estrategia militar, se diferencia
entre los niveles estratégico (el arte de ganar las guerras), el nivel operacional (el arte de ganar
campañas) y el táctico (el arte de ganar batallas.) Lógicamente los tres niveles deben estar
íntimamente integrados y enlazados para que cada victoria táctica contribuya a la exitosa
implementación de la campaña en la que está enmarcada, y a su vez cada campaña debe contribuir
claramente a los fines estratégicos.

80 81

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
En el nivel táctico, se crearían comandos conjuntos de
menor nivel y Fuerzas de Tarea Conjuntas (FTC)
dependiendo directamente de los Comandos Unificados
mencionados anteriormente, cuya estructura y
composición estaría definida según la misión que deben
cumplir. Estas FTC estarían integradas por efectivos
de las tres fuerzas y le permitirían al alto mando
diseñarlas de tal manera que se maximice su efectividad,
generando una mayor capacidad. Por ejemplo, se podría
constituir una FTC cuya misión principal sea la captura
de los cabecillas de los grupos armados ilegales, similar
al bloque de búsqueda que persiguió y dio de baja a
Pablo Escobar y otros cabecillas del extinto Cartel de
Medellín.
Lo ideal es que la organización militar sea lo
suficientemente flexible para adecuarse a toda una
gama de misiones que actualmente debe cumplir y que
esta flexibilidad le permita aprovechar la integración
de capacidades aéreas, navales y terrestres. En el
desarrollo de las operaciones militares, el total es más
que la suma de las partes.
Una organización de este estilo, compuesta por
Comandos Unificados y Fuerzas de Tarea Conjuntas
permitiría no solo mayor flexibilidad sino mayor
eficiencia al conformar una organización más plana,
con menos niveles de mando y jerarquía.
Adicionalmente, integrar las cadenas logísticas de las
tres fuerzas a nivel de Comando Unificado también
implicaría grandes economías de escala y la eliminación
de la redundancia que representa el tener tres cadenas
logísticas separadas.
82
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
Una reforma similar a esta fue la que implementaron
las Fuerzas Armadas estadounidenses a través de la
ley conocida como Goldwater-Nicholls, la cual en
1984 fortaleció el papel del Jefe del Estado Mayor
Conjunto y de los Comandantes Conjuntos, quienes
son los responsables de adelantar las operaciones
militares. Estos comandos tienen jurisdicción sobre
ciertas zonas geográficas (el Comando Sur, por ejemplo,
tiene jurisdicción sobre toda Latinoamérica, mientras
que el Comando Central tiene jurisdicción sobre el
Medio Oriente, por lo que ha sido responsable de
adelantar las operaciones en Irak y en Afganistán.) La
organización institucional de cada una de las Fuerzas
Militares solo cumplen el papel de proveedores de
fuerza, tal y como fue descrito anteriormente.
Para reforzar –y hasta cierto punto simbolizar– el
papel del Comandante General de las Fuerzas Militares
de Colombia como conductor estratégico de todas las
operaciones militares, éste debería ser distinguido
como el único oficial con el grado de General de cuatro
soles. Los grados militares, más que símbolos de estatus
son representación de los niveles de comando. Así,
mientras que un teniente comanda un pelotón de
soldados, un capitán comanda una compañía (compuesta
por al menos tres pelotones), un teniente coronel
comanda un batallón (compuesto por al menos tres
compañías) y un Brigadier General (general de un sol),
comanda una brigada (compuesta por al menos tres
batallones). Un Mayor General (de dos soles) comanda
una división (compuesta por varias brigadas) y un
General (de tres soles) comanda una fuerza, compuesta
por varias unidades tamaño división. De esta manera,
el Comandante General, quién comanda varias fuerzas,
83

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
debe diferenciarse por ser el único oficial con el grado
superior de cuatro soles. El General actual (de tres
soles) pasaría a llamarse Teniente General, y el único
General (de cuatro soles) sería el Comandante General
de las Fuerzas Militares.
Adicionalmente, este cambio permitiría al Comandante
General, además de recibir un estímulo y un
reconocimiento adicional en el ámbito nacional, recibir
un trato protocolario acorde a su nivel jerárquico en
el ámbito internacional, pues en la mayoría de países
con Fuerzas Armadas similares a las colombianas, el
oficial de más alta jerarquía alcanza el grado equivalente
a general de cuatro soles.
3.1.4. Profesionalización
El proceso de profesionalización de las Fuerzas
Militares Colombianas no ha culminado. Si bien el
reemplazo de cerca de 30.000 soldados conscriptos
bachilleres por soldados profesionales ha tenido un
impacto positivo, aun faltan reformas que podrían
llamarse “de segunda generación”. Más aun, no se
debe olvidar que este proceso no deja de representar
problemas que deben ser analizados cuidadosamente.
3.1.5. Los Problemas de la profesionalización
La profesionalización de los ejércitos representa ventajas
y desventajas. En el caso de la profesionalización de
la tropa colombiana, se puede afirmar que los aspectos
positivos superan los negativos, pero aun así es
importante y útil analizar los inconvenientes para
intentar corregirlos.
84
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
En primer lugar, se debe destacar que al sustituir
soldados conscriptos bachilleres por soldados
profesionales, se está reemplazando pie de fuerza
relativamente bien calificado por muchachos que
generalmente no superan la primaria. Esto se debe a
que el nivel de escolaridad promedio de los soldados
profesionales es muy bajo. Si bien es cierto que los
soldados profesionales son reclutados y entrenados
para realizar operaciones ofensivas de combate y los
bachilleres cumplen un papel fundamentalmente
administrativo89, lo ideal sería que todo el pie de fuerza
de las FF.MM. sea lo más capacitado y educado posible.
Los ejércitos modernos deben buscar atraer mano de
obra calificada que pueda asimilar los cambios
tecnológicos que constantemente son introducidos al
campo militar. Si bien se puede afirmar que en el caso
colombiano la baja escolaridad de los soldados
profesionales se compensa con su mayor motivación
y capacidad de combate, la falta de educación formal
no deja de ser un problema.
En segundo lugar, el reemplazo de los bachilleres, que
de hecho están generalmente exentos del combate,
significa que miembros de las clases más pudientes
dejan de prestar su servicio al ser reemplazados por
miembros de las clases menos favorecidas. Esto
distorsiona aun más la distribución de responsabilidades
de la sociedad frente al conflicto armado. Hemos
llegado a un punto en el que casi la totalidad de los
soldados que combaten son personas de muy bajo
estrato social (bien sean profesionales o regulares), al
89
Hay ciertas excepciones, como por ejemplo los batallones de Policía Militar, que está
compuestos por soldados bachilleres y que cumplen una clara misión de mantenimiento del
orden público.
85

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
igual que la mayoría de los miembros de los grupos
armados ilegales. En definitiva, la nuestra es una guerra
que pelean los más pobres. Si bien esto se puede afirmar
de la mayoría de las guerras, es interesante ver el
contraste entre nuestra realidad y la de países como
los Estados Unidos, en el que durante las dos guerras
mundiales, la guerra en Corea y el conflicto en Vietnam,
se implementó el servicio militar obligatorio, y que
éste lo prestaron, en igualdad de condiciones, personas
de todos los ámbitos sociales y económicos, incluyendo
futuros presidentes, senadores, artistas, entre otros. Lo
mismo sucedió en el Reino Unido durante la Segunda
Guerra, cuando casi la totalidad de la elite de Oxford
y Cambridge prestó su servicio militar obligatorio en
defensa de su nación.
En tercer lugar, se debe tener muy claro que el costo
de un soldado profesional supera ampliamente el de
un soldado conscripto. Mientras que el costo anual de
este último alcanza los 8 millones de pesos, el del
primero supera los 18 millones, sin incluir gastos
indirectos como salud, vivienda y pensiones. Si bien
esta diferencia de costos se explica en parte porque el
soldado profesional es combatiente y el bachiller no,
esta diferencia no es tan clara si se compara un soldado
regular, que es conscripto pero combatiente, y uno
profesional. Ambos cumplen, en principio, una misión
similar pero a un costo muy diferente.
Cabe preguntarse si se han hecho estudios que midan
de alguna manera la mayor productividad, efectividad
y desempeño de los soldados profesionales frente a
los soldados regulares, pues si bien es cierto que la
alta rotación implícita en un sistema de conscripción
86
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
representa altos costos de reentrenamiento, también lo
es que la inmensa mayoría de los soldados profesionales
permanecen en el servicio activo menos de dos años,
lo cual es casi el tiempo equivalente de un soldado
regular.
Se debe entonces considerar no solo replantear el
esquema de profesionalización, lo cual se discute a
continuación, sino también una profunda reforma al
servicio militar obligatorio para entrar a definir las
responsabilidades de los soldados profesionales versus
los conscriptos, y dentro de estos, analizar muy
cuidadosamente las implicaciones de relevar de toda
responsabilidad a los jóvenes de estrato social y
económico alto a la hora de enfrentar los rigores de la
guerra. No solo es esto injusto e inequitativo sino que
implica privar a las Fuerzas Militares de mano de obra
capacitada.
3.1.6. Hacia una verdadera profesionalización
En realidad lo que hemos visto en Colombia es una
profesionalización a medias. Es cierto que los soldados
ganan un sueldo básico, equivalente a 1.3 salarios
mínimos, cuentan con un régimen de salud y de
pensiones pero, en definitiva, no cuentan con una
verdadera perspectiva profesional. Los soldados
profesionales no pueden ascender a los grados
superiores, salvo en los casos en que sean seleccionados
y becados para ingresar a las escuelas de formación
para oficiales y suboficiales, en caso de cumplir los
requisitos. Como ambas escuelas exigen como mínimo
el diploma de bachiller y dado que la mayoría de los
soldados profesionales apenas han terminado la
87

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
educación primaria, en la práctica es casi imposible
que un soldado profesional sea aceptado en las escuelas
de formación. Sin posibilidades de ascenso es poco el
incentivo para desarrollarse profesionalmente.90
Si se introducen algunos cambios al actual arreglo
institucional se podrían subsanar algunas de las
principales falencias. En primer lugar, se debe
considerar seriamente una reforma al Estatuto del
Soldado Profesional, que replantee, entre otras cosas,
las condiciones mínimas de ingreso, el tiempo mínimo
de permanencia y la estructura misma de la carrera.
Por ejemplo, se podría estudiar seriamente elevar los
requisitos académicos, cuidando siempre que éstos
sean realistas y que reflejen la realidad del país. Además
se debe considerar ampliar el tiempo mínimo de servicio
a por lo menos cinco años, para que de esta manera la
inversión en capacitación de los soldados valga la pena.
En segundo lugar, se podría pensar en hacer una reforma
más de fondo que enlace a los soldados profesionales
a la carrera de los suboficiales. De esta manera, se
generan verdaderas expectativas de carrera a los
soldados. Actualmente, la situación de los soldados
profesionales es similar a la que se daba en la Policía
Nacional con los antiguos agentes. Estos constituían
la base de la pirámide de la carrera policial pero no
tenían perspectivas de ascenso y por ende pocos
incentivos a ser cada vez más profesionales. La Policía
comprendió esta limitación de su estructura de carrera
y fusionó la carrera de los suboficiales y el escalafón
90
Aquí cabe aclarar que si bien el Ejército a realizado cursos extraordinarios para que algunos
soldados profesionales puedan ser ascendidos a suboficial, esto es la excepción más que la
norma. Se debe institucionalizar este mecanismo para que se consolide como una verdadera
opción profesional.
88
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
de los agentes en una sola carrera conocida como el
Nivel Ejecutivo. Así, las personas que ingresan a la
carrera policial lo hacen como patrulleros (equivalente
al antiguo grado de agente) y luego ascienden a medida
que permanecen en la institución, siempre y cuando
cumplan con los requisitos, a los grados de
subintendente, intendente, etc., grados que equivalen
a los antiguos grados de suboficial.
De la misma manera funcionan los Ejércitos modernos:
el grado de soldado es el primer grado de la carrera de
suboficial, seguido por el de cabo, sargento, etc. Esto
no significa que todos los soldados ascienden al grado
superior. Significa que los futuros suboficiales que
ejercerán mando directo sobre la tropa provendrán de
la misma tropa. Esto tiene una serie de ventajas. Por
un lado, significa que los suboficiales tendrán
experiencia práctica de combate. Actualmente los
suboficiales son personas que realizan un curso de
formación y pasan a comandar a soldados profesionales
que en la mayoría de los casos tienen mucho más
experiencia de combate.
Adicionalmente, se genera un incentivo y una
perspectiva de carrera para los soldados profesionales,
en la medida en que los mejores y los que demuestren
mayor capacidad de liderazgo serán escogidos para
ascender al grado de cabo, con mando, mejores salarios
y una perspectiva de carrera. De esta manera se
consolida y fortalece el proceso de profesionalización
de la tropa.
Esto supondría un cambio de fondo en la concepción
misma de lo que significa ser soldado. Todo colombiano
89

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
que quiera ingresar al Ejército como profesional, tendría
que escoger entre la carrera de oficial y la de suboficial.
Si escoge la segunda opción, tendría que ingresar como
soldado profesional, y tras un tiempo de servicio que
podría ser de mínimo un año y máximo cinco, y
lógicamente cumpliendo con todos los requisitos, podría
comenzar a ascender al siguiente grado, que en el caso
colombiano corresponde al de cabo tercero.
De nuevo, esto no significa que todo el que ingrese
como soldado quiera seguir indefinidamente en el
Ejército y seguir la carrera de suboficial ni que todo
el que ingrese como soldado tendrá esta oportunidad.
Simplemente quiere decir que todo aquel que desee
ser suboficial deberá comenzar su carrera como soldado
profesional y destacarse en su desempeño como tal.
¿Qué significa que los soldados sean incorporados al
escalafón de suboficiales? En primer lugar, significa
que los soldados profesionales tendrán, si así lo desean
y si demuestran los méritos, una verdadera carrera
delante de ellos. Tendrán una perspectiva profesional
y unos incentivos para destacarse como excelentes
militares. Adicionalmente pasarán a contar con las
prerrogativas y beneficios inherentes a la carrera de
las armas.91
En segundo lugar se mejoraría considerablemente el
proceso de selección y reclutamiento de los soldados
profesionales. Dado que éstos serían los futuros
suboficiales, los aspirantes a ingresar a las filas como
soldados deberán cumplir con los mismos requisitos
que hoy por hoy se le exigen a un aspirante a suboficial.
91
Recientemente fue aprobada la reforma que inclute a los soldados dentro del mismo régimen
prestacional de los oficiales y suboficiales, lo cual es sin duda un gran avance.
90
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
Sin embargo, el requisito de ser bachiller para ingresar
a la carrera de suboficial debe ser replanteado, por
cuanto esta carrera corresponde al nivel técnico y no
profesional. Según la Ley General de Educación92, el
completar la educación primaria y secundaria, es decir
de los grados 1º a 9º es requisito suficiente para ingresar
a instituciones de educación media técnica, como lo
son las escuelas de formación de suboficiales. De esta
manera, al unificar las condiciones y requisitos de
ingreso para soldados y suboficiales, se relajan un poco
las condiciones de los segundos y se hacen más
exigentes para los primeros, pues actualmente solo es
necesario haber completado quinto grado de educación
básica para ingresar a la Escuela de Soldados
Profesionales.93
Se podría pensar que no sería posible completar las
cuotas de incorporación si se exige a los aspirantes
a soldado profesional el haber completado el ciclo
de educación básica, es decir 9º grado. Sin embargo,
dos consideraciones se deben hacer a este respecto.
Por un lado, todos los aspirantes a convertirse en
suboficiales, necesariamente ingresarían como soldados
profesionales. Esto amplía automáticamente la oferta
de posibles soldados profesionales. Además, dada la
realidad del mercado laboral colombiano y el nivel de
ingresos de la población, el ingresar a una institución
que paga más del salario mínimo y que provee
beneficios significativos en salud y pensiones y que
además otorga un sitio donde vivir y una alimentación
garantizada es sin duda una opción atractiva.
Actualmente, y según datos de la encuesta nacional de
92
Ley 115 de 1994, en particular ver secciones tercera y cuarta, referentes a la educación básica
y media.
93
Decreto-Ley 1793, Estatuto del Soldado Profesional, Art. 4.
91

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
hogares del Departamento Nacional de Estadística
–DANE, unos 5 millones del total de varones mayores
de 18 años tienen al menos 9 años de escolaridad. Esto
significa que las Fuerzas Armadas reclutarían jóvenes
pertenecientes al 41% más capacitado.94
La verdad es que las Fuerzas Militares deben realizar
una tarea de promoción más agresiva y efectiva para
atraer a personas que realmente sean valiosas para la
institución y no conformarse con reclutar a quienes
deciden presentarse por no tener otra opción. Esto
cambiaría cualitativamente el perfil del soldado
profesional colombiano.
De esta manera, las FF.MM. de Colombia podrían
contar con soldados calificados, motivados y quienes
se sentirían realmente parte integral de la institución.
Se podrían solucionar, al menos parcialmente, algunas
de las fallas antes mencionadas, tales como la baja
escolaridad de los soldados, su falta de motivación
ante la imposibilidad de ascender más allá de
Dragoneante95.
Por otro lado, aumentaría considerablemente la
experiencia y capacidad de combate de los futuros
mandos medios del Ejército, es decir los cabos y
sargentos que tienen la misión de ejercer el mando
directo de la tropa y de servir de enlace entre la misma
y los oficiales que comandan las unidades.
94
Hay en Colombia aproximadamente 12 millones de varones mayores de 18 años y 5 millones
de éstos han completado la educación básica, es decir, noveno grado. Cabe aclarar que esta cifra
incluye hombres que han superado la edad máxima para ser soldado, pero es de suponer que
si se excluyen éstos, el porcentaje aumenta; pues la cobertura en educación ha aumentado para
las nuevas generaciones, así que el 41% sería el mínimo porcentaje de los varones mayores de
edad que podríamos suponer han completado la educación básica.
95
El de Dragoneante Profesional es un grado meramente simbólico, pues no otorga mando ni
mayores prerrogativas salariales. Es simplemente un reconocimiento a los soldados profesionales
que se destacan por su excelente conducta y disciplina tras cinco años de servicio. Claramente
este no es un verdadero estímulo. Ver Decreto-Ley 1793, Artículo 1, Parágrafo.
92
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
Hasta cierto punto, y en la práctica, lo aquí propuesto
se cumple, pues ante la falta de cuadros de mando,
muchos soldados profesionales antiguos ejercen mando
como comandantes de escuadra (unidad equivalente a
10 hombres aproximadamente), cargo que le
corresponde a un cabo tercero, primer grado en el
escalafón de suboficial96. Así, lo ideal es que el arreglo
formal institucional refleje esta realidad.
Este proceso de profesionalización no debe estar
limitado exclusivamente a la formación militar. Se
podrían ofrecer una serie de beneficios para que todo
soldado profesional reciba, como contraprestación a
su servicio, una capacitación y educación, aprovechando
el sistema de educación pública, que le sirva una vez
se retire y reingrese a la vida civil. De esta manera se
recompensa su labor, se estimula el ingreso a las Fuerzas
Militares, se genera mayor equidad social y se evita
que los soldados pasen a engrosar las filas de los grupos
armados ilegales tras retirarse de la institución, pues
se les estarían otorgando herramientas útiles para su
reincorporación al mercado laboral.
3.2. Reformas tecnológicas
En el campo tecnológico, las Fuerzas Militares de
Colombia hicieron avances significativos, tal y como
fue discutido en el Capítulo 2. Sin embargo, aun
persisten condiciones que limitan la efectividad de
las operaciones militares. Como se mencionó
anteriormente, los cambios tecnológicos no despiertan
96
El escalafón de suboficiales es: cabo tercero, cabo Segundo, cabo primero, sargento segundo,
sargento viceprimero, sargento primero y sargento mayor. Se debe permanecer en cada grado
en promedio unos 4 años, por lo que la carrera completa tiene una duración de aproximadamente
unos 28 años.
93

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
igual resistencia que cambios de carácter institucional
y por el contrario suelen ser acogidos por el estamento
militar. Esto no obsta para que el apego a las maneras
tradicionales de operar y la rigidez mental se erijan
como barreras al cambio.
Esta sección hace particular énfasis en el tema de las
capacidades aéreas, tanto en la movilidad como en el
apoyo de fuego aéreo, por ser estas las áreas en las que
mayores avances se han registrado y, a la vez, una de
las que mayores ajustes requieren. Sin embargo, es
igualmente importante continuar el proceso de
modernización de los sistemas de comunicaciones,
haciendo énfasis en la interoperabilidad de los sistemas.
3.2.1. Capacidades aéreas: Movilidad táctica y
apoyo de fuego
Las capacidades aéreas en lo concerniente al conflicto
armado colombiano se pueden resumir en dos aspectos
fundamentales: en primer lugar, la movilidad, tanto de
tropas como de abastecimiento logístico de las mismas,
de comando y control, y de evacuación médica entre
otros; y, en segundo lugar, la capacidad de brindar
apoyo de fuego cercano, es decir en apoyo a las
operaciones de las tropas en tierra. Ambas misiones,
la movilidad y el apoyo de fuego pueden ser y son
realizados por aviones y helicópteros. Por ejemplo, el
avión fantasma (AC-47) brinda apoyo de fuego
prolongado, los Bronco (OV-10), los Tucano y los A-
37, brindan apoyo de fuego táctico, mientras que los
Hércules (C-130) y los Casa brindan movilidad táctica.
Los helicópteros también cumplen ambas misiones:
mientras que los Blackhawk UH-60, los MI-17 de
94
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
fabricación rusa y los Huey II sirven para transportar
tropas, los Blackhawk artillados (AH-60 o Arpía), los
AB-212 o Rapaz y los Hugues 500 brindan apoyo de
fuego a las tropas en tierra durante los desembarcos
de tropa y las operaciones de asalto aéreo.
Las Fuerzas Militares colombianas han adelantado
operaciones helicoportadas desde 1964, cuando en el
desarrollo de la Operación Marquetalia se utilizaron
seis helicópteros Kaman e Iraquois, desde donde
descendieron los grupos de asalto del Batallón
Colombia.97 Desde entonces, los helicópteros han
jugado un papel fundamental como elementos de
movilidad de las tropas, apoyo de fuego cercano,
evacuación médica y apoyo logístico, entre otros. Los
helicópteros representan, en muchos casos, la única
oportunidad que tienen las FF.MM. para sorprender y
destruir unidades principales de los grupos irregulares,
así como su infraestructura.98
La ventaja de utilizar helicópteros radica en la habilidad
de sobrepasar obstáculos naturales que ocasionarían
retrasos considerables o aun que podrían imposibilitar
el acceso de las tropas a ciertos lugares de la geografía.
Además otorgan una gran ventaja táctica: el elemento
de la sorpresa. Considerando lo fracturado y montañoso
de la geografía colombiana, los helicópteros son una
necesidad.
Sin embargo, y a pesar de la larga tradición de casi
cuarenta años empleando helicópteros, la principal
limitación y deficiencia sigue siendo la incapacidad
de las FF.MM. de transportar más de una compañía de
97
Historia de las Fuerzas Militares de Colombia, Tomo V –Fuerza Aérea, pg. 330
98
David Spencer, manuscrito sin publicar.
95

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
contraguerrillas–unos 75 soldados–debido al reducido
número de helicópteros con los que cuenta cada
comandante99. Cabe resaltar, además, la poca o nula
utilización de aviones para el desembarco de tropa, a
través del uso de paracaídas 100 . Esto permitiría
transportar un número mucho mayor de soldados, pues
en de un C-130 Hércules pueden desembarcar hasta
150 soldados a la vez.
3.2.2. ¿Qué capacidad aérea requieren las FF.MM.?
El análisis tanto de las derrotas como de los éxitos
operacionales de las Fuerzas Militares101 muestra que
la actual capacidad aérea es insuficiente para desarrollar
operaciones ofensivas contra los grupos irregulares en
Colombia. Baste recordar nuevamente que las Fuerzas
Armadas salvadoreñas contaban con una capacidad
aérea similar a la colombiana, pero para cubrir un
territorio cincuenta veces más pequeño.
Esto no significa que simplemente con adquirir más
aviones o helicópteros se solucione el problema. Pero
sí es necesario incrementar la capacidad aérea, como
será explicado a continuación.
Básicamente lo que se requiere es que cada comandante,
a nivel división o equivalente o preferiblemente de los
Comandos Unificados propuestos anteriormente en
este estudio, tenga la capacidad de transportar al menos
un batallón de manera inmediata. Actualmente esta
capacidad está limitada a una compañía, es decir, la
99
Ibid.
100
Debido, también a la geografía, la topografía y la vegetación preponderante en Colombia.
101
Las operaciones adelantadas en Dabeiba, Antioquia en octubre de 2000 y de Puerto Rico y
Puerto Lleras, Meta en julio de 1999, constituyen un buen ejemplo de lo que aquí se discute.
96
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
cuarta parte de un batallón. Esto ha producido serios
problemas en operaciones como Dabeiba y San Juanito,
donde la primera oleada desembarcada ha sido copada
y aniquilada. Por el contrario, en Puerto Rico y Puerto
Lleras, donde la guerrilla esperaba encontrar una sola
compañía, el haber desembarcado un promedio de dos
batallones completos resultó definitivo para lograr la
victoria. Igualmente importante fue el escoger zonas
de desembarco suficientemente alejadas del objetivo
final.102
Por ello, es fundamental desarrollar paulatinamente
la capacidad de movilizar un batallón, si no
simultáneamente, sí en menos de una hora, para que
la primera oleada no sea copada. Esto implica contar
con 12 UH-60 de transporte (Blackhawk o equivalente)
por cada uno de los comandos unificados, más dos en
reserva en caso de que alguno sea impactado, es decir,
unos catorce por comando. Adicionalmente se necesitan
helicópteros y aviones de reconocimiento y artillados
para proteger y escoltar a las aeronaves de transporte:
cinco helicópteros artillados (Arpía o Rapaz), dos de
reconocimiento (podría ser un MD-500 o similar), 4
aviones A-37, OV-10, Tucano o equivalente y dos AC-
47 o Avión fantasma, por cada comando. En total, los
requerimientos para seis103 Comandos Unificados son:
• 84 helicópteros de transporte (Blackhawk o
equivalente)
102
Desde entonces, esta manera de operar se ha convertido en la norma.
103
Aquí cabe hacer una aclaración importante: no necesariamente serían seis jurisdicciones, ni
tampoco la extensión del área es igual para todas las jurisdicciones. El cálculo de los requerimientos
aquí presentado es una simplificación en la que se presentan valores promedio. Quizás en
algunas jurisdicciones sea necesario una capacidad superior y en otras una ligeramente inferior,
pero en términos generales este ejercicio da una idea aproximada de lo que se necesita en
términos de capacidad aérea total Ver nota al pie No. 85
97
 FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR

• 30 helicópteros artillados (Arpía, Rapaz, o Una flota como esta le permitiría a las Fuerzas Militares,
equivalente) no solo contener los ataques de los grupos armados
• 12 helicópteros de reconocimiento (MD-500 o ilegales, sino adelantar operaciones ofensivas
similar) encaminadas a degradar de manera contundente la
• 24 aviones de combate tácticos (A-37 o capacidad militar de estas organizaciones. Con estas
equivalentes) capacidades aéreas se tendría no solo la capacidad de
• 12 plataformas de apoyo de fuego prolongado movilizar un batallón completo de manera rápida y
(AC-47) simultánea (en menos de una hora), sino también la
capacidad de brindarle suficiente apoyo de fuego aéreo
Si comparamos estos requerimientos con las para ofrecerle la protección necesaria. Estas dos
capacidades actuales, tenemos que el déficit no es condiciones, la rápida movilidad y el apoyo de fuego
demasiado grande. Veamos: aéreo, le brindan a las Fuerzas Militares una ventaja
táctica considerable, en términos de maniobrabilidad,
sorpresa y contundencia.
Tipo de Capacidad Requerimiento Déficit
Aeronave Actual 3. 3. Reformas a la doctrina

Helicóp. 30 30 -- La doctrina, es decir, la forma de operar de los ejércitos,

Artillados constituye un pilar fundamental de la efectividad militar.
La doctrina ha sido definida como “los principios
Helicóp. de 60 84 24 fundamentales según los cuales las Fuerzas Militares
Transporte1 guían sus acciones”104, esta, si bien es imperativa,
requiere del buen juicio para su aplicación.
Helicop. de 12 12 --
Reconocimiento
En este campo es importante resaltar que las Fuerzas
Aviones 24 24 -- Militares han hecho avances significativos en cuanto
Tácticos2 a adoptar una postura más ofensiva que, además, ha
estado acompañada de un mayor respeto por los
Aviones 6 12 6 derechos humanos. Sin embargo, la principal falencia,
Fantasma al igual que sucede en el ámbito institucional, reside
en la falta de una verdadera doctrina de operaciones
conjuntas. Las Fuerzas Militares de Colombia aun no
1
Si cada helicóptero transportara en promedio 20 hombres. operan conjuntamente. La misión de cada una de las
2
Cabe aclarar que la actual flota de aviones tácticos saldrá de línea de vuelo
104
en unos cuatro o cinco años. Manual de Doctrina del Cuerpo de Infantería de Marina de los Estados Unidos, MCDP-1

98 99
 Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
fuerzas aun está expresada en los manuales oficiales
de doctrina como la de adelantar operaciones (terrestres
en el caso del Ejército, marítimas y fluviales en el caso
de la Armada y aéreas en el caso de la Fuerza Aérea)
cuando su misión debería ser, tal y como ha sido
discutido anteriormente, la de servir como proveedores
de fuerza, reclutando, entrenando y equipando hombres
que a su vez pasen a integrar los comandos conjuntos
o unificados.
Resulta fundamental que las FF.MM. adapten su
doctrina de operaciones hacia un enfoque conjunto
que permita maximizar la efectividad de las operaciones
militares, para que cada comandante cuente con todos
los medios necesarios para adelantar operaciones
efectivas. Es necesario que las FF.MM. peleen la misma
guerra, de manera coordinada e integrada. Esto solo
se puede lograr a través de una verdadera doctrina
conjunta.
100
CONCLUSIONES
A lo largo de este trabajo se han analizado y discutido
algunos de los principales aspectos del proceso de
reestructuración, modernización y profesionalización
de las Fuerzas Militares de Colombia durante el periodo
1998-2003. A lo largo de estos cinco años, la institución
castrense ha implementado una serie de cambios que
han transformado su forma de operar. Estos cambios
a algunos de los elementos fundamentales de su
doctrina, tecnología y arreglo institucional, configuran
una verdadera transformación militar.
Este proceso de transformación surgió como
consecuencia de la grave crisis desatada por la ofensiva
de las FARC durante el periodo 1996-1998, durante
el cual las Fuerzas Armadas sufrieron una serie de
derrotas que llevaron a muchos analistas–y a la opinión
pública en general–a pensar que se estaba perdiendo
la guerra. Las derrotas se debieron a una conjugación
de factores entre los que cabe resaltar el crecimiento
en la capacidad armada de la subversión, evidenciada
por su escalamiento de una guerra de guerrillas a una
guerra de movimientos, y la debilidad estructural de
101

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
las Fuerzas Militares, tanto en su pie de fuerza y su
equipamiento como en su doctrina y estructura
organizacional.
Tras un proceso de fortalecimiento y modernización,
las Fuerzas Militares lograron transformarse, al mejorar
considerablemente su equipamiento, aumentar y
profesionalizar su pie de fuerza y actualizar su doctrina
a las realidades del conflicto. Se hicieron algunos
cambios en la estructura de las fuerzas, buscando mayor
eficiencia y efectividad en el planeamiento y conducción
de las operaciones militares.
Todo este esfuerzo rindió sus frutos, pues la ofensiva
de la subversión se contuvo, se le propinaron derrotas
considerables en operaciones como las de Puerto Rico
y Puerto Lleras en el departamento del Meta y, en
términos generales, se recuperó la confianza en la
capacidad del Estado de hacerle frente al desafió
impuesto por la insurgencia armada.
Sin embargo, aun queda un largo camino por recorrer.
Si bien se puede afirmar que los ejércitos deben
adelantar un proceso continuo de innovación y
modernización, en el caso de las FF.MM. colombianas
existen una serie de reformas que se podrían catalogar
como impostergables e imprescindibles para mejorar
su efectividad operacional. Estas reformas son, en su
mayoría, de carácter institucional, aunque aun persisten
algunas limitaciones de tipo tecnológico y doctrinario,
las cuales también deben ser atendidas de manera
urgente. A continuación se hará un breve repaso de
estas falencias y sus correspondientes recomendaciones,
encaminadas a subsanar las limitaciones que aun existen
en la organización militar colombiana.
102
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
1. Principales limitaciones en el ámbito institucional
Por ámbito institucional se hace referencia a la forma
en la que la organización está estructurada, sus líneas
de mando, su manejo de los recursos, tanto humanos
como materiales, su régimen interno, entre otros. En
este campo es quizás donde resulta más imperioso
implementar reformas de fondo que subsanen las
limitaciones en esta área.
• Comando y control conjunto
En primer lugar, tal y como ha sido planteado en varias
ocasiones a lo largo de este trabajo, resulta fundamental
reformar las estructuras de Comando y Control (C2)
de las Fuerzas Militares, pasando de comandos de
fuerza y sus unidades adscritas a comandos unificados
con jurisdicción regional que integren de manera
conjunta todos los componentes que operan en una
zona determinada, para que el comandante regional
tenga a su disposición todos los medios necesarios
para adelantar operaciones ofensivas contra los grupos
armados ilegales.
En el nivel estratégico, las operaciones deben ser
coordinadas por el Comando General de las Fuerzas
Militares. En el nivel operacional, se deben reemplazar
las actuales divisiones del Ejército y las unidades
equivalentes en cada fuerza, fusionándolas en
Comandos Unificados cuya jurisdicción correspondería
a la de las actuales divisiones. En el nivel táctico, se
deben crear comandos conjuntos menores y fuerzas
de tarea conjuntas, diseñadas según la misión que
deban cumplir, lo que les daría a las Fuerzas Militares
mucha mayor flexibilidad y efectividad. Cada Comando
103

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
Unificado debe incluir un componente de inteligencia
conjunta que fusione la información recolectada por
las tres fuerzas –Ejército, Armada y Fuerza Aérea.
Particularmente importante resulta integrar las
operaciones aéreas a través de Componentes Aéreos
Conjuntos o CACs bajo el mando de los Comandos
Unificados, siguiendo el modelo conocido como JFACC
(Joint Force Air Component Commander), o
comandante del componente aéreo conjunto 105 ,
desarrollado por los Estados Unidos en los años ochenta.
Consiste, básicamente, en establecer un solo
componente aéreo conjunto, el cual agrupa todas las
aeronaves sin importar de que fuerza sean orgánicas
para evitar despilfarro, falta de coordinación y
diferencias doctrinarias y para generar mayores
eficiencias a través de las economías de escala en lo
que corresponde a la cadena logística de mantenimiento
y alistamiento de las aeronaves.
Esto garantizaría un óptimo empleo de la capacidad
aérea, una mejor integración de ésta con las operaciones
terrestres, tanto en transporte de tropa, asalto aéreo y
apoyo de fuego cercano y un mejor funcionamiento
del tren logístico. La creación de la Escuela Conjunta
de Helicópteros que opera en el Comando Aéreo de
Combate No. 4 en Melgar, Tolima es, sin duda, un
gran avance. En este centro, financiado con dineros
del Plan Colombia, se forman pilotos de UH-60
Blackhawk y UH-1H de las tres fuerzas.
Con la creación de Comandos Unificados, los comandos
de fuerza (Ejército, Armada y Fuerza Aérea) dejarían
105
Mayor Scott A. Fedorchak, USA, “Las Operaciones Aéreas deben ser Conjuntas” Air and
Space Power Journal (Español)
104
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
de tener control sobre las unidades encargadas de
adelantar las operaciones y podrían concentrarse en la
esencial labor de reclutar, entrenar y equipar hombres
para el combate. Los comandantes regionales
dependerían directamente del Comandante General de
las Fuerzas Militares y de su Estado Mayor Conjunto,
y no de cada Comando de Fuerza. Esto fortalecería de
manera muy importante el papel del Comandante
General quien, para simbolizar el nivel superior de
comando que ejerce, debe ser el único general de cuatro
soles, graduación que representa el hecho de comandar
a todas las fuerzas, cuyos comandantes mantendrían
el grado de tres soles.
De esta manera, las actuales unidades operativas de
cada fuerza (divisiones, brigadas, fuerzas navales,
comandos aéreos de combate, entre otros) dejarían de
existir como tales y pasarían a integrar los componentes
terrestres, navales y aéreos de los Comandos Unificados.
Una reforma de este estilo ya se implementó al crear
la Sexta División Conjunta del Ejército. Sin embargo,
resulta un verdadero contrasentido que una unidad
conjunta dependa del Comando del Ejército y no del
Comando General. De hecho, la razón por la que la
Armada y la Fuerza Aérea se han resistido a integrar
sus fuerzas en Comandos Conjuntos es que temen ser
absorbidas y quedar bajo la jurisdicción del Ejército
al ser esta la más grande e influyente de las tres fuerzas.
Por ello, es importante definir que en el caso de que
en un Comando Unificado prime el componente naval
o aéreo, el comandante designado será un oficial de la
Armada o de la Fuerza Aérea respectivamente. Pero
en cualquier caso, el Estado Mayor de este comandante
105

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
estaría integrado por oficiales de las tres fuerzas y en
particular por un oficial de grado Brigadier General
de Ejército, Armada y Fuerza Aérea que comandaría
cada uno de los tres componentes–terrestre, naval y
aéreo–que compondrían el Comando Unificado.
• Profesionalización
En segundo lugar, es necesario complementar y
profundizar el proceso de profesionalización de la tropa
en Colombia, pues éste se ha desarrollado a medias.
Los soldados profesionales cuentan con un sueldo y
algunos beneficios laborales, pero no disponen de una
perspectiva de carrera profesional. Para que esto sea
una realidad, deben tener verdaderas posibilidades de
ascenso y deben ser asimilados al escalafón militar
para poder dejar de ser considerados militares de
segunda categoría.
Dentro de la estructura piramidal de la carrera militar,
los soldados profesionales deben constituir la base de
la misma, convirtiéndose de esta manera, en la fuente
de futuros suboficiales, quienes serían seleccionados
entre los mejores y más capaces soldados profesionales.
En pocas palabras, el grado de soldado profesional
debe establecerse como el primero dentro del escalafón
de los suboficiales. De esta manera, los futuros mandos
medios de la institución castrense–los cabos y
sargentos–tendrán mayor experiencia práctica, mientras
que los soldados estarán mucho más motivados al tener
frente a sí una auténtica perspectiva profesional.
Se deben ampliar, además, los beneficios para los
soldados profesionales, particularmente en el campo
106
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
educativo, garantizándoles un mínimo nivel de
escolaridad según los años de servicio. Se podría, por
ejemplo, establecer un sistema de becas tecnológicas
o profesionales, que se otorgarían según el tiempo y
calidad del servicio prestado, una vez se reincorporen
a la vida civil.
2. Principales limitaciones en el ámbito doctrinario
La doctrina, es decir, la forma de operar de los ejércitos,
constituye un pilar fundamental de la efectividad militar,
como se mencionó anteriormente. Solo a través de una
adecuación doctrinaria pueden los ejércitos aprovechar
los cambios tecnológicos, pues la manera de operar
debe reflejar las nuevas realidades tecnológicas. El
hecho de contar con la capacidad de realizar operaciones
que combinan elementos terrestres, aéreos, marítimos
y fluviales exige la necesidad de desarrollar doctrina
conjunta para las mismas.
Así, la principal falencia en el ámbito doctrinario, al
igual que sucede en el ámbito institucional, reside en
la falta de un enfoque hacia operaciones conjuntas.
Las Fuerzas Militares de Colombia aun no operan
conjuntamente. La misión de cada una de las fuerzas
aun está expresada en los manuales oficiales de doctrina
como la de adelantar operaciones (terrestres en el caso
del Ejército, marítimas y fluviales en el caso de la
Armada y aéreas en el caso de la Fuerza Aérea) cuando
su misión debería ser, tal y como ha sido discutido
anteriormente, la de servir como proveedores de fuerza,
reclutando, entrenando y equipando hombres que a su
vez pasen a integrar los comandos conjuntos o
unificados.
107

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
Resulta fundamental que las FF.MM. adapten su
doctrina de operaciones hacia un enfoque conjunto
que permita maximizar la efectividad de las operaciones
militares, para que cada comandante cuente con todos
los medios necesarios para adelantar operaciones
efectivas. Es necesario que las FF.MM. peleen la misma
guerra, de manera coordinada e integrada. Esto solo
se puede lograr a través de una verdadera doctrina
conjunta.
Adicionalmente, si bien se ha discutido la necesidad
de generar las capacidades aéreas que le permitan a
las FF.MM. realizar asaltos aéreos con unidades tamaño
batallón, también es fundamental que se desarrolle la
doctrina necesaria para operar en unidades mucho más
reducidas, específicamente en el desarrollo de
operaciones tipo comando, en las que unidades elite
realizan golpes contra la infraestructura y los mandos
de las organizaciones armadas ilegales. Actualmente,
a pesar de que las Fuerzas Armadas cuentan con
unidades de fuerzas especiales, éstas en realidad operan
como unidades de infantería liviana y no como
verdaderas unidades tipo comando.106
3. Principales limitaciones en el campo tecnológico
Tal y como se mencionó anteriormente, los cambios
tecnológicos son los que menos resistencia generan,
pero que deben ser complementados con reformas
institucionales y doctrinarias para poder aprovechar
su verdadero potencial. De poco sirve comprar más
106
Cabe resaltar, sin embargo, que actualmente el Ejército Nacional, con la asesoría y apoyo
de los Estados Unidos, está entrenando el primer Batallón de Comandos, que entrarían a suplir
esta falencia.
108
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
helicópteros, mejor armamento y equipos más
sofisticados si la doctrina y la estructura institucional
no son adaptadas de tal forma que sea posible asimilar
esta nueva tecnología.
En el campo del poder aéreo, aun persisten algunas
limitaciones que deben ser subsanadas. Los medios
con los que cuentan los comandantes militares son aun
insuficientes pero, adicionalmente, aquellos con los
que cuentan no están distribuidos de manera óptima.
Además la cadena logística y de mantenimiento no es
la más indicada. Es por ello que si bien una de las
conclusiones principales de este trabajo es que es
necesario incrementar las capacidades aéreas, tanto de
trasporte como de apoyo de fuego, también resulta
fundamental atender de manera simultánea las
limitaciones de tipo logístico y de distribución. Mal
haría Colombia en realizar sacrificios adicionales para
adquirir más aeronaves sin antes garantizar que la
utilización de las mismas sea la óptima.
Dicho esto, es importante analizar qué capacidad aérea
requieren las Fuerzas Militares de Colombia para poder
adelantar operaciones ofensivas continuas que no solo
contengan el avance de los grupos armados ilegales,
sino que logren degradar de manera contundente su
capacidad armada. Para ello es necesario que cada
comandante regional cuente con la capacidad de
movilizar al menos un batallón de soldados
profesionales en menos de una hora al campo de batalla,
y con el apoyo de fuego necesario. Para hacerlo, tal y
como se discutió a lo largo de este trabajo, cada
Comando Unificado (habría seis en total) debe contar
con las siguientes capacidades:
109

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
• Catorce helicópteros de transporte (incluyendo
dos de reserva) con capacidad de movilizar
unos 240 soldados (asumiendo un promedio
de 20 soldados por helicóptero, y manteniendo
dos helicópteros de reserva.
• Cinco helicópteros artillados (Apía, Rapaz o
equivalente
• Dos helicópteros de reconocimiento
• Cuatro aviones tácticos de combate (A-37, OV-
10 o equivalente
• Dos plataformas de apoyo de fuego prolongado,
tipo avión fantasma.
Estos requerimientos no se alejan demasiado de las
capacidades actuales. Sería necesario aumentar la flota
de aviones fantasma de los actuales 6 a 12, y culminar
el proceso de reemplazo o repotenciación de los aviones
tácticos de combate. La flota de helicópteros artillados
es suficiente, pues hay en la actualidad cerca de 30, es
decir, unos cinco por cada uno de los seis Comandos
Unificados que se crearían. Como se requieren 14 por
cada Comando Unificado en promedio, habría un déficit
de 24 helicópteros de transporte (asumiendo que cada
uno transporta 20 soldados), pues en la actualidad se
cuenta con aproximadamente 60 helicópteros de
transporte.
Se debe lograr organizar escuadrones de asalto aéreo
en cada Comando Conjunto con los medios antes
descritos para así garantizar el cumplimiento de la
misión de cada uno de ellos. Con estas capacidades
110
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
aéreas operando de manera continua, cada Comandante
estaría en capacidad de degradar la capacidad de
combate de los grupos armados ilegales.
Cabe anotar, sin embargo, que Colombia continuaría
dependiendo de las aeronaves entregadas en el marco
de la ayuda estadounidense. Para lograr autonomía en
el campo de la capacidad aérea, el país tendría que
realizar un enorme esfuerzo que probablemente no
esté en la capacidad de enfrentar, dada la situación de
las finanzas públicas. Lo que resulta fundamental es
buscar mecanismos para que las Fuerzas Militares
puedan sacarle el máximo provecho a esta ayuda,
mejorando los mecanismos de coordinación por medio
de los cuales el gobierno americano autoriza su uso.
En el tema de la ayuda militar norteamericana hay dos
tipos de riesgo, ambos poco probables pero que aun
así deben ser tenidos en cuenta. En primer lugar, los
Estados Unidos podrían suspender la ayuda militar,
con lo que la sostenibilidad de varios programas se
vería seriamente comprometida, pues este país
contribuye considerablemente a financiar los gastos
corrientes de operaciones contra el narcotráfico y el
terrorismo. En segundo lugar, el gobierno
estadounidense podría llegar a retirar los equipos que
ha entregado, particularmente los helicópteros de
transporte de tropa, lo que limitaría seriamente la
capacidad actual. Tan solo en la Brigada de Aviación
del Ejército, de las 96 aeronaves con las que cuenta
esta unidad, cerca del 60% forman parte del paquete
de ayuda americana. El costo de reemplazar estas
aeronaves es cercano a los 500 millones de dólares, es
decir cerca 1.5 billones de pesos.
111
 FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR

4. Hacia una transformación completa
Así bien, avanzar en estos aspectos contribuiría a
profundizar y complementar el proceso de
transformación militar en Colombia. Como se ha visto,
los procesos de innovación y reestructuración deben
ser continuos. Sin embargo, hay momentos en los que
resulta imperioso cambiar. Esto lo define, como es
lógico, la necesidad de demostrar efectividad en el
campo de batalla. Para un país en guerra como
Colombia, esto no es simplemente un asunto teórico
o de mera conveniencia; es un asunto de vida o muerte.
Pero si el pasado es guía, las perspectivas de cambio
y mejoría son buenas. La organización militar
colombiana ha demostrado que tiene capacidad de
autocrítica y de cambiar cuando es necesario. Es el
deber del Estado y la sociedad acompañar este proceso
y apoyarlo de manera decidida. Al fin y al cabo, lo que
está en juego es la supervivencia misma del orden
democrático.

Si las Fuerzas Militares logran dar el salto hacia un

modo de operar realmente conjunto, implementando
las reformas institucionales y doctrinarias que esto
implica, podrán sacar mucho mayor provecho a los
limitados recursos con los que cuentan para cumplir
su misión. Hay que recordar que el uso eficiente de
los recursos es una de las principales razones por las
que las fuerzas militares modernas han adoptado las
operaciones conjuntas como un imperativo. Si esto es
cierto en países desarrollados y que cuentan con
cuantiosos recursos para su defensa, lo es mucho más
para países como Colombia donde la estrechez fiscal
y las limitaciones económicas son una dura realidad.
Si además consideramos que Colombia enfrenta más
amenazas que quizás ningún otro país del mundo,
resulta claro que no podemos desperdiciar un solo
centavo en la lucha por recuperar la seguridad y la
tranquilidad de los ciudadanos.

No hay duda de que las FF.MM. han hecho un esfuerzo

considerable para innovar y transformarse. Tampoco
hay duda de que aun falta un largo trecho por recorrer.

112 113
 ANEXO 1

LA BRIGADA CONTRA EL NARCOTRÁFICO

La Brigada Contra el Narcotráfico (BRCNA) es una

unidad atípica. Pocos ejércitos del mundo han asumido
una misión antinarcóticos de manera tan directa como
lo ha hecho el Ejército de Colombia, lo cual es hasta
cierto punto comprensible si se tienen en cuanta tanto
la magnitud del problema del narcotráfico en Colombia,
como la capacidad militar de las organizaciones
dedicadas al tráfico de drogas en Colombia. Dada la
realidad de nuestro país, esta es una misión que resulta,
de cierta forma, ineludible para el Ejército. La dinámica
del conflicto armado sigue, en buena medida, la del
narcotráfico pues los principales grupos irregulares,
las FARC, el ELN y las autodefensas, compiten por el
control de este lucrativo negocio, el cual les ha permitido
expandir considerablemente su capacidad militar.

Además, se debe tener en cuenta que la ayuda militar

de los Estados Unidos a Colombia se había destinado

115
 FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR

tradicionalmente a la Policía Nacional y en particular
a la Dirección Antinarcóticos de la misma, debido a
que el principal interés del gobierno estadounidense
hacia Colombia estaba enmarcado en la lucha contra
el narcotráfico107. De esta manera, el Ejército y en
general las Fuerzas Militares vieron en la adopción de
una misión antinarcóticos la única manera de obtener
recursos provenientes del gobierno estadounidense,
como la venía haciendo la Policía Nacional.
Así, en el marco del Plan Colombia el Ejército Nacional
inició el trabajo conjunto con los Estados Unidos para
conformar, primero un batallón y luego una brigada
contra el narcotráfico, con cobertura nacional y con la
misión específica de combatir todos los eslabones de
la producción de drogas ilícitas en Colombia, desde el
cultivo de coca y amapola, hasta la venta y distribución
de cocaína y heroína.
Historia y descripción de la Brigada Contra el
Narcotráfico
El día 8 de diciembre del año 2000 fue activada,
mediante resolución ministerial 005 de ese año, la
“Brigada de Fuerzas Especiales de Lucha Contra el
Narcotráfico”. Esta brigada representa el componente
militar del Plan Colombia, para adelantar misiones
antinarcóticos en todo el territorio nacional.
La conformación de la Brigada comenzó con la
activación del Batallón Contra el Narcotráfico N° 1,
el cual a su vez surgió de la desactivación del batallón
107
Si bien esto cambió parcialmente con los eventos del 11 de septiembre de 2001, la lucha
antinarcóticos sigue jugando un papel preponderante el la agenda bilateral de los Estados Unidos
y Colombia.
de infantería “Brigadier General Rodolfo Herrera Luna”
en el año de 1.998 en el departamento del Guaviare,
manteniendo sus oficiales, suboficiales, soldados y
apoyo logístico con misiones especiales en la lucha
antinarcóticos. Este batallón fue concentrado en el
fuerte militar de Tolemaida, Cundinamarca y comenzó
entrenamiento con instructores del 7° grupo de fuerzas
especiales del Ejército de Estados Unidos.108
Al término del mismo, es agregado operacionalmente
a la Fuerza de Tarea Conjunta del sur, iniciando
operaciones de interdicción en el departamento
del Caquetá el 19 de noviembre de 1999 y en el
departamento del Putumayo el 14 de mayo del 2000.109
A partir del segundo semestre de 2000, la Brigada
instala su puesto de mando en Larandia, Caquetá,
donde participa en la selección del personal y
organización de los nuevos Batallones de fuerzas
especiales de lucha contra el narcotráfico N° 2 y 3.
Durante el segundo semestre de 2000 y el primer
semestre de 2001, los nuevos batallones de fuerzas
especiales de lucha contra el narcotráfico inician su
entrenamiento con las fuerzas especiales del Ejército
de los Estados Unidos.
Análisis
La Brigada Contra el Narcotráfico encarna tanto las
fortalezas derivadas de reformas que las Fuerzas
Militares han implementado, así como algunas de sus
principales limitaciones, las cuales pueden y deben ser
108
Página Web del Ejército Nacional,
109
Ibid.

116 117

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
subsanadas con las reformas propuestas a lo largo de
este ensayo.
• Fortalezas
En primer lugar, esta Brigada está compuesta en su
totalidad por soldados profesionales, los cuales han
recibido un entrenamiento intensivo y profundo que
los capacita para adelantar operaciones complejas como
lo son la búsqueda y destrucción de laboratorios (donde
la hoja de coca es procesada por los campesinos y
convertida en pasta base), cristalizaderos (donde la
pasta de coca es convertida en clorhidrato de cocaína),
pistas y demás infraestructura para la elaboración de
drogas ilícitas. Los soldados que son asignados a esta
unidad deben además permanecer en ella por periodos
largos de tiempo, pues el costo de entrenar a los hombres
que la componen implica un trabajo arduo y
dispendioso, por lo que trasladar a uno de sus efectivos
sería contraproducente. Eso lo saben los miembros de
la Brigada por lo que no suelen solicitar traslado a
otras unidades.110
En segundo lugar, la unidad cuenta con suficientes
aeronaves para realizar asaltos aéreos de manera
ininterrumpida a lo largo del año, tanto en ambiente
diurno como nocturno. Esta capacidad aérea es una de
sus principales fortalezas, pues cuenta con la capacidad
de transportar a un batallón completo de manera
simultánea. Esto se debe al apoyo significativo de
los Estados Unidos, tanto en aeronaves como en
el mantenimiento y operación de las mismas.
Su doctrina y entrenamiento han sido desarrollados en
110
Entrevista con un soldado profesional integrante de la Brigada contra el Narcotráfico.
118
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
cooperación con la Policía Antinarcóticos y la Fiscalía
General de la Nación. Asimismo, la BRCNA ha ido
incorporando lecciones valiosas aprendidas a medida
que han adquirido experiencia en este tipo de
operaciones. Por ejemplo, han entendido que ciertos
blancos son mucho más rentables que otros: los
cristalizaderos representan altas inversiones en
tecnología, capital y trabajo. Hay pocos de ellos y su
destrucción implica un fuerte golpe contra la
infraestructura de los narcotraficantes, mientras que la
destrucción de laboratorio representa un inconveniente
menor, por lo que las operaciones se han enfocado
hacia los primeros, que representan un verdadero
cuello de botella en la cadena productiva de los
estupefacientes.111
• Principal debilidad: La BRACNA no es una
unidad conjunta
El hecho de que la Brigada Contra el Narcotráfico
dependa orgánicamente del Comando del Ejército,
significa que sus operaciones no están integradas con
las demás fuerzas. Sin duda, esta debería ser una unidad
conjunta, que integre de manera efectiva capacidades
terrestres, aéreas, fluviales y marítimas, pues las
actividades relacionadas con el tráfico ilícito de drogas,
precursores químicos, así como el de armas, municiones
y explosivos, se realiza por tierra, por los ríos, por los
mares y lógicamente por vía aérea también. La
interceptación de las drogas e insumos se hace en todos
estos ámbitos, por lo que la unidad antinarcóticos de
las Fuerzas Militares debería estar integrada por
unidades con capacidad de operar en todos los
ambientes.
111
Entrevista con oficiales de la Brigada contra el Narcotráfico.
119
 Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA

Así, la actual Brigada Contra el Narcotráfico debería

pasar a ser una Fuerza de Tarea Conjunta, integrada
por la actual Brigada, un componente aéreo de
interceptación, así como componentes navales, tanto
marítimos como fluviales, manteniendo la actual
jurisdicción nacional pero pasando a depender del
Comando General de las Fuerzas Militares.
Adicionalmente, se debe subsanar la falta de
coordinación y comunicación con la Policía
Antinarcóticos, dado que es innegable la importancia
de un trabajo en equipo por parte de la totalidad de los
miembros de la Fuerza Pública y en particular de los ANEXO 2
encargados de la lucha contra el narcotráfico.
COMANDO UNIFICADO DEL CARIBE
Esta reestructuración sería un ejemplo de lo que sería
la reforma a la estructura de las FF.MM. para hacerlas
más integradas, conjuntas y eficaces. Así como la
misión antinarcóticos se desarrolla en tierra, mar y Para entender mejor la propuesta de reforma a la actual
aire, lo mismo sucede con la mayoría de las demás estructura de Comando y Control (C2), a manera de
misiones que las Fuerzas Armadas adelantan, por lo ejemplo se describirá lo que podría ser un Comando
que reorganizarse para operar de manera conjunta Unificado del Caribe (C.U.C.), el cual sería constituido
resulta fundamental a la hora de maximizar su eficacia. a partir de las unidades militares que operan en la
jurisdicción de la Primera División del Ejército (Div.
I), la Fuerza Naval del Caribe (FNC) y el Comando
Aéreo de Combate (CACOM) No. 3 de la Fuerza
Aérea. Actualmente, en la región caribe operan estas
unidades de cada una de las fuerzas, las cuales dependen
operacionalmente de cada uno de los comandantes de
fuerza. Así, la Div. I depende del Comandante del
Ejército, la FNC depende del Comandante de la
Armada, y el CACOM No. 3 del Comandante de la
Fuerza Aérea.

Al reestructurar la línea de mando, el control operacional

pasaría de los comandantes de fuerza, al Comandante

120 121

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
General de las Fuerzas Militares. Esto significa que
las operaciones militares serían planeadas y ejecutadas
de manera conjunta lo cual redundaría en una mucha
mayor efectividad.
Tres componentes: Terrestre, marítimo y aéreo
• La Primera División, con puesto de mando en Santa
Marta, tiene jurisdicción en los Departamentos de
Atlántico, Magdalena, Guajira, Cesar, Bolívar, Córdoba,
Sucre, Antioquia y Norte del Chocó. Esta constituida
por las Brigadas Segunda en Barranquilla, Cuarta en
Medellín, Décima primera en Montería y
Decimaséptima en Carepa. Adicionalmente, la Brigada
Móvil No. 4, con sede en Montería opera en esta misma
jurisdicción.112 Estas unidades, junto con la Primera
Brigada de Infantería de Marina, la cual desarrolla
operaciones en cuatro departamentos de la costa norte
del país, constituirían el componente terrestre del
C.U.C.
• La Fuerza Naval del Caribe comprende a su vez las
flotillas conformadas por las unidades de superficie y
submarinas, el Grupo Aeronaval del Caribe integrado
por unidades de ala fija y ala rotatoria, el Grupo de
Guardacostas del Caribe integrado por patrulleras,
lanchas de bahía, estaciones de radar.113 Adicionalmente,
el Comando Específico de San Andrés y Providencia
depende operativamente de la FNC.
• El Comando Aéreo de Combate No. 3 ubicado en la
Base Aérea de Barranquilla brinda apoyo a las
operaciones de superficie realizadas por el Ejército, la
112
Página oficial del Ejército Nacional (www.ejercito.mil.co)
113
Página oficial de la Armada Nacional (www.armada.mil.co)
122
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
Armada y la Policía Nacional en el área, ampliando la
cobertura y control del espacio aéreo nacional. La
Base cuenta con la dotación de aeronaves de tipo
MESCALERO T-41, BEAVER U-64, SKYTRAIN,
AC-47, HUEY UH-1H, y los DRAGON FLY A-37,
aeronaves que permiten realizar misiones de patrullaje,
reconocimiento, lanzamiento de operaciones
aerotransportadas, represión del narcotráfico y
contrabando y apoyo a operaciones de superficie.114
La creación del Comando Unificado del Caribe, bajo
el mando de un Mayor General (o Vicealmirante, que
es el grado equivalente en la marina), integraría todas
las unidades antes descritas bajo un solo mando. Todas
las operaciones desarrolladas en esta jurisdicción
estarían bajo el control directo de un solo oficial,
apoyado por un Estado Mayor Conjunto, es decir, en
el que participan oficiales de las tres fuerzas. Este
Comandante a su vez le reportaría directamente al
Comandante General, y por intermedio de éste, al
Ministro de Defensa y al Presidente de la República.
De esta manera, las unidades de Ejército, Armada y
Fuerza Aérea antes mencionadas, es decir, las que
integran la Div. I, la FNC y el CACOM No. 3 no
dependerían ya (operacionalmente, al menos) de los
respectivos comandantes de Fuerza, sino del
Comandante del C.U.C. y a través de éste, del
Comandante General.
¿Qué significa esto en la práctica? En primer lugar, y
tal y como se describió anteriormente, el Comandante
del C.U.C. (o de cualquiera de los otros comandos
unificados) tendría mando y control sobre la totalidad
114
Página oficial de la Fuerza Aérea Colombiana (www.fac.mil.co)
123
 FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR

de los activos y capacidades militares que operan en

su jurisdicción. Todas estas capacidades podrían ser
integradas de manera mucho más efectiva, pues no
dependerían de tres líneas de mando diferentes. Las
aeronaves estarían listas para apoyar las fuerzas
terrestres o marítimas. La logística, el mantenimiento
y el alistamiento se podrían realizar de manera conjunta,
ahorrando tiempo y recursos escasos. La inteligencia
que produciría cada una de las Fuerzas se integraría a
través de un centro de inteligencia conjunta adscrito
al Estado Mayor Conjunto del C.U.C.

En resumen, se pelearía una sola guerra, habría un solo BIBLIOGRAFÍA

esfuerzo, coordinado e integrado, en vez de tres
separados. Las operaciones serían planeadas y
ejecutadas de manera conjunta, lo cual redundaría en Libros y monografías
una mucha mayor efectividad de las mismas, en un
ahorro de recursos derivado de las economías de escala
en el mantenimiento y la logística 1. Kenneth Allard, Command, Control and the Common
Defense (New Haven: Yale University Press, Edición
Revisada, 1996)

2. Christopher Bassford, Clausewitz in English: The

Reception of Clausewitz in Britain and America, 1815-
1945 (New York: Oxford University Press, 1994)

3. Karl von Clausewitz, On War (Princeton: Princeton

University Press, 1984)

4. Malcolm Deas y María Victoria Llorente

(Compiladores), Reconocer la Guerra Para Construir
la Paz (Bogotá: Editorial Norma, 1999)

5. Colin Gray, Modern Strategy (New York: Oxford

University Press, 1999)

124 125
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6. Historia de las Fuerzas Militares de Colombia,
Tomo V –Fuerza Aérea (Bogotá: Editorial Planeta,
1993)
7. B.H. Liddell Hart, Strategy, (New York: Meridian,
1991)
8. Niccolo Machiavelli, The Prince (Cambridge:
Cambridge University Press, 1988).
9. Williamson Murray y Allan R. Millett, (Eds.),
Military Innovation in the Interwar Period (Cambridge,
UK: Cambridge University Press, 1996).
10. Angel Rabasa y Peter Chalk, Colombian Labyrinth:
The Synergy of Drugs and Insurgency and
Its Implications for Regional Stability
(RAND Corporation, 2001) Disponible en
http://rand.org/publications/MR/MR1339/
11. Alfredo Rangel, Guerra Insurgente (Bogotá:
Intermedio Editores, 2001).
12. Alfredo Rangel, Colombia: Guerra en el Fin de
Siglo (Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1998).
13. Stephen Meter Rosen, Winning the Next War:
Innovation and the Modern Military (Princeton, NJ:
Princeton University Press, 1991).
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modificaron las normas de carrera del personal de
126
oficiales y suboficiales de las Fuerzas Militares”,
disponible en http://www.mindefensa.gov.co/
reforma_militar/reforma_militar_decret.html
2. Decreto-Ley 1793 de 2000, “Por el cual se expidió
el régimen de carrera y estatuto del personal de soldados
profesionales de las Fuerzas Militares”, disponible en
http://www.mindefensa.gov.co/reforma_militar/refor
ma_militar_decret.html
3. Decreto-Ley 1797 de 2000, “Por el cual se expidió
el Reglamento de Régimen disciplinario para las
Fuerzas Militares”, disponible en
http://www.mindefensa.gov.co/reforma_militar/refor
ma_militar_decret.html
4. Decreto-Ley 1799 de 2000, “Por el cual se
modificaron las normas sobre evaluación y clasificación
para el personal de las Fuerzas Militares”, disponible
en http://www.mindefensa.gov.co/reforma_
militar/reforma_militar_decret.html
5. Departamento Nacional de Estadística–DANE,
Encuesta Nacional de Hogares, datos sobre
educación y empleo, disponible en
http://www.dane.gov.co/inf_est/cont_educa.html
6. Documento “Política de Defensa y Seguridad
Democrática.”, disponible en
http://www.mindefensa.gov.co/politica/documentos/
seguridad_democracia.pdf.html
7. Documento “Fuerzas Militares de Cara al Siglo
XXI”, disponible en http://www.mindefensa.gov.co/
publicaciones/fuerza_publica_s_xxi.pdf
127

Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
8. Ley 115 de 1994 (Ley General de Educación),
disponible en http://www.campusoei.org./
oeivirt/rie04a06.html
9. Ley 812 de 2003, “por la cual se aprueba el
Plan Nacional de Desarrollo 2003-2006, hacia
un Estado comunitario”, disponible en
http://www.presidencia.gov.co/ley812.pdf
10. U.S. Army Field Manual 9-40 “Air Assault
Operations” disponible en
http://www.dtic.mil./doctrine/jel/service_pubs/mcdpl
.pdf
11. Warfighting (Manual de Doctrina del Cuerpo de
Infantería de Marina de los Estados Unidos, MCDP-
1), disponible en http://www.adtdl.army.mil/cgi-
bin/atdl.dll/fm/90-4/toc.htm
Artículos en libros y revistas especializadas
1. Gene Adcock “Owning the Night”: Night Vision
Equipment Company. Emmaus, Pensilvania, disponible
en http://www.nvec-night-
vision.com/otherlinks/owningthenight.asp
2. Paul Collier y Anke Hoeffler, “Greed and Grievance
in Civil War”, octubre 21 de 2001, disponible en
http://econ.worldbank.org/programs/conflict/library/
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3. Scott A. Fedorchak, Mayor USA, “Las Operaciones
Aéreas deben ser Conjuntas” Air and Space
Power Journal (Español), disponible en
128
FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR
http://www.airpower.maxwell.af.mil/apjinternational
/apj-s/sfedor.html
4. John A. Hamilton, Jr. Jerome D. Rosen, Paul A.
Summers, “An Interoperability Road Map for C4ISR
Legacy Systems” disponible en
http://www.dau.mil/pubs/arq/2002arq/Hamilton.pdf
5. Andrew F. Krepinevich, “From Cavalry to Computer:
The Pattern of Military Revolutions”, The National
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6. Thomas Marks, “Colombian Army Adaptation to
FARC Insurgency”, Strategic Studies Institute,
enero de 2002, disponible en
http://www.carlisle.army.mil/ssi/pubs/2202/pcfarc/pc
farc.pdf
7. Andrés Peñate, “El Sendero Estratégico del ELN”,
en Malcolm Deas y María Victoria Llorente (comp.)
Reconocer la Guerra para Construir la Paz, (Bogotá:
Editorial Norma, 1999).
8. Alfredo Rangel, “Las FARC-EP: una mirada actual”,
en Malcolm Deas y María Victoria Llorente (comp.)
Reconocer la Guerra para Construir la Paz, (Bogotá:
Editorial Norma, 1999).
9. Alfredo Rangel “Parasites and Predators: guerrillas
and the insurrection economy of Colombia", Journal
of International Affairs, No. 2, primavera 2000.
10. Clifford J. Rogers, “The Military Revolutions of
the Hundred Years’ War,” The Journal of Military
History, abril de 1993.
129
 Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA
11. David Spencer, varios manuscritos no publicados.
Artículos, Columnas y Editoriales de Prensa
1. “El Destacamento Atacado Preparaba Golpe a
Jojoy”, El Tiempo, marzo 6 de 1998.
2. “Secuencia de Golpes con Múltiples Efectos”, El
Tiempo, marzo 5 de 1998.
3. “Las Ocho Respuestas Secretas por Derrota del
Caguán”, El Tiempo, marzo 24 de 1998.
4. “El Destacamento Atacado Preparaba Golpe a
Jojoy”, El Tiempo, marzo 6 de 1998.
5. Alfredo Rangel, “El Desastre del Caquetá”, El
Tiempo, marzo 8 de 1998.
6. “Así se Tejió el Ataque”, El Tiempo, agosto 9 de
1998.
7. “Como cayó el fortín mayor de Miraflores”, El
Tiempo, agosto 6 de 1998.
8. “Errores que Cuestan Vidas”, El Tiempo, noviembre
6 de 1998.
9. “Los Militares están Perdiendo la Guerra”, El
Tiempo, abril 23 de 1998.
10. “El Dolor de Colombia”, El Tiempo, marzo 9 de
1998.
130
11. Editorial de El Espectador, marzo 6 de 1998.
12. Editorial de El Tiempo, marzo 9 de 1998.
13. “Las Ocho Respuestas Secretas por Derrota del
Caguán”, El Tiempo, marzo 24 de 1998.
14. “Caguán Será mi Prioridad: Bonett”, El Tiempo,
marzo 11 de 1998.
15. “El Rompecabezas de la Nueva Cúpula Militar”,
El Tiempo, agosto 9 de 1998.
16. “La Entraña de la Derrota del Caguán”, El Tiempo,
mayo 3 de 1998.
17. “Errores de Tacto y Táctica”, El Tiempo, agosto
3 de 1997.
18. “Y Quién es el Responsable”, El Tiempo, marzo
6 de 1998.
19. “Gobierno insistirá en facultades para las Fuerzas
Militares en próximo período de sesiones del Congreso,
en marzo”, El Tiempo, diciembre 18 de 2002.
Páginas web oficiales consultadas
· Página Web de la Presidencia de la República,
(www.presidencia.gov)
· Página Web del Ministerio de Defensa Nacional,
(www.mindefensa.gov)
131
 FUERZAS MILITARES PARA LA GUERRA.
Fundación SEGURIDAD & DEMOCRACIA LA AGENDA PENDIENTE DE LA REFORMA MILITAR

· Página Web del Ejército Nacional,

(www.ejercito.mil.co) · Entrevista con Román Ortiz

· Página Web de la Armada Nacional, - El profesor Román Ortiz es investigador del Real
(www.armada.mil.co) Instituto Elcano de Madrid, España. Es además un
· Página Web de la Fuerza Aérea Colombiana, reconocido experto en contrainsurgencia, terrorismo
(www.fac.mil.co) y violencia política.

· Página Web del Departamento Nacional de

Estadística, (www.dane.gov.co) · Entrevista con David Spencer

- El Doctor David Spencer es uno de los más

Entrevistas personales realizadas por el autor
Las siguientes entrevistas fueron realizadas por el autor
a lo largo del proceso de investigación, durante los
meses de marzo a junio de 2003.
reconocidos expertos en contrainsurgencia. Ha escrito
varios libros sobre el Frente Farabundo Martí Para la
Liberación Nacional–FMLN–de El Salvador y
actualmente prepara un libro sobre las FARC.

· Entrevista con integrantes de la Brigada contra el

Narcotráfico

- El autor entrevistó personalmente a varios oficiales,

suboficiales y soldados integrantes de la Brigada Contra
el Narcotráfico, el mes de junio de 2003.

· Entrevista con el General (r) Richard Goetze

- Mayor General de la Fuerza Aérea (ret.). Ex subjefe

del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas
de los Estados Unidos.

El General Goetze ha asesorado al Ministerio de

Defensa de Colombia en asuntos relacionados con la
reestructuración del Ministerio y de las Fuerzas
Militares, el desarrollo de una estrategia nacional de
seguridad, entre otros.
132 133