Declaración de dependencia.

Ellas como nadie más, saben bien de las vicisitudes

De sentirse al borde de la fiebre

Mientras se acaba el agua

Y las rodajas de papa para la frente.

-Será que en medio del delirio

No estoy entendiendo nada

mientras espero que haga efecto el tapsin noche-

Wi de pipol

“Declaramos como verdades autoevidentes”

Declaran quiénes

Con calles cortadas sin fuego (por decretos)

Con cumbres internacionales sin países (con presidentes)

Con intenciones de una verdad democrática (dictaduras)

Con muertos que no fueron suficientes, pero que bien muertos están (las familias nuestras)

“Que todos los hombres son creados iguales”

Y la fraternidad les entrelaza las lealtades

Y nos convecen de que no tiran como maricones, sino que tiran como hombres.

Como hombres iguales

Homo- homo.

Homo en latín, Homo en griego.

Solo los hombres pueden ser iguales

Los callejones meados de la desigualdad

Son habitación nuestra

Esa que es propia, esa que es impropia.

En el anclaje de las minorías sexuales, étnicas, sociales, civiles, políticas, económicas, culturales,
geográficas, climáticas, etarias, identitarias, humanas, animales, mentales, corporales, vaginales.

“Que son dotados por su creador de ciertos derechos inalienables”

Y nos arranca la carcajada que ya no es griega ni latina

Evidencia la flagidez de nuestro esfínter