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Época: Novena Época

Registro: 189916
Instancia: Pleno
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XIII, Abril de 2001
Materia(s): Común
Tesis: P./J. 39/2001
Página: 93

PERSONA EXTRAÑA A JUICIO. CARECE DE TAL CARÁCTER QUIEN COMPARECIÓ AL PROCEDIMIENTO


NATURAL, POR LO QUE DEBE SOBRESEERSE EN EL JUICIO AL ACTUALIZARSE LA CAUSAL DE
IMPROCEDENCIA PREVISTA EN EL ARTÍCULO 73, FRACCIÓN XVIII, DE LA LEY DE AMPARO, EN
RELACIÓN CON EL DIVERSO 114, FRACCIÓN V, APLICADA EN SENTIDO CONTRARIO, DEL PROPIO
ORDENAMIENTO, AUN CUANDO HAYA SIDO PROMOVIDO DENTRO DEL TÉRMINO ESTABLECIDO EN
EL ARTÍCULO 21 DE LA PROPIA LEY.

La sola circunstancia de que el afectado conozca de la existencia del juicio en el que funge como
parte y comparezca al mismo, a pesar de no haber sido legalmente emplazado, desvirtúa su
carácter de persona extraña al procedimiento, por lo que si promueve el juicio de amparo
indirecto, ostentándose con tal carácter, el Juez de Distrito debe sobreseerlo con fundamento en
el artículo 74, fracción III, de la Ley de Amparo, fundamentalmente porque el promovente ya no es
persona extraña al juicio por haber comparecido al procedimiento ordinario, quedando en
posibilidad de defenderse dentro del contencioso y, en su oportunidad, si es el caso, acudir al
amparo directo, fundamentándose la improcedencia en los artículos 73, fracción XVIII y 114,
fracción V, aplicada en sentido contrario, de la propia ley; sin que lo anterior implique que el
promovente del amparo indirecto, por el hecho de ostentarse como tercero extraño, quede al
margen del término previsto en el artículo 21 de la Ley de Amparo, esto es, al plazo de quince días
contados a partir del día siguiente al en que tenga conocimiento del juicio, bajo el argumento de
que la falta o ilegalidad del emplazamiento sea una violación de gran magnitud, pues si bien la
improcedencia por extemporaneidad o consentimiento tácito basado en los artículos 21 y 73,
fracción XII, del propio ordenamiento, puede llegar a configurarse, tal circunstancia no se surte
necesariamente porque puede suceder que el afectado por la falta de emplazamiento promueva
el juicio de garantías antes de que transcurra el plazo referido y en tal supuesto no cabría
sobreseer por inoportunidad de la demanda, ya que seguiría en pie la otra causal.

Contradicción de tesis 12/2000-PL. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Primero en
Materia Civil del Sexto Circuito, Primero en Materias Civil y de Trabajo del Segundo Circuito y
Segundo en Materia Civil del Séptimo Circuito. 27 de febrero de 2001. Unanimidad de diez votos.
Ausente: Juventino V. Castro y Castro. Ponente: Juan Díaz Romero. Secretaria: Maura Angélica
Sanabria Martínez.

El Tribunal Pleno, en su sesión privada celebrada hoy veintinueve de marzo en curso, aprobó, con
el número 39/2001, la tesis jurisprudencial que antecede. México, Distrito Federal, a veintinueve
de marzo de dos mil uno.
Registro Núm. 7114; Novena Época; Pleno; Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta

Tomo XIII, Abril de 2001, página 94.

CONTRADICCIÓN DE TESIS 12/2000-PL. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR LOS TRIBUNALES


COLEGIADOS PRIMERO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO, PRIMERO EN MATERIAS CIVIL Y DE
TRABAJO DEL SEGUNDO CIRCUITO Y SEGUNDO EN MATERIA CIVIL DEL SÉPTIMO CIRCUITO.
CONSIDERANDO:
CUARTO.-De la copia certificada remitida por el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Sexto Circuito, se advierte que las consideraciones sustentadas al resolver con fecha veintisiete de
octubre de mil novecientos noventa y nueve, el juicio de amparo directo número 503/99,
promovido por Domingo Nájera Ortega, por sí y en representación de Transportes Nájera de
Puebla, S.A. de C.V., son, en lo conducente, las siguientes:
"TERCERO.-Son inoperantes en parte, inatendibles en otra e infundados en lo demás los agravios
que hace valer Domingo Nájera Ortega, por sí y en su carácter de representante legal de la persona
moral denominada Transportes Nájera de Puebla, Sociedad Anónima de Capital Variable.-En
efecto, dicho impetrante aduce que le causa agravio la sentencia recurrida porque el Juez de
Distrito omitió analizar los conceptos de violación que le planteó en su escrito inicial de demanda,
lo que era de capital importancia, ya que solicitó el amparo y protección de la Justicia Federal,
señalando como acto reclamado todo lo actuado dentro del expediente 1511/92 del índice del
Juzgado Tercero de lo Civil de esta ciudad, por la falta de notificación y emplazamiento a dicho
juicio natural, y por consiguiente, dada la magnitud de la violación a la garantía constitucional de
audiencia, el a quo debió entrar al estudio de dichos conceptos de violación.-El anterior motivo de
queja es inoperante, porque si bien es cierto que el Juez de Distrito omitió realizar pronunciamiento
alguno en relación a los conceptos de violación planteados en el escrito inicial de demanda de
garantías, no menos cierto es que tal omisión se encuentra ajustada a derecho, pues es inconcuso
que si el resolutor de amparo determinó sobreseer en el juicio constitucional puesto a su
consideración, jurídicamente se encontraba legalmente impedido para analizar dichos conceptos
de violación por estar relacionados con el fondo del asunto, siendo por ello correcto que se
abstuviera de realizar pronunciamiento alguno respecto de tales cuestiones, de conformidad con
los criterios sustentados por la otrora Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en
las tesis jurisprudenciales números 509 y 52/98, visibles en su orden en la página 335 del Tomo VI,
del Apéndice del Semanario Judicial de la Federación 1917-1995 y en la página 244 del Tomo VIII
del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, correspondiente al mes de agosto de 1998,
que como fueron citados son del tenor literal siguiente: ‘SOBRESEIMIENTO. NO PERMITE ENTRAR
AL ESTUDIO DE LAS CUESTIONES DE FONDO.’ y ‘AGRAVIOS INOPERANTES EN LA REVISIÓN. LO SON
AQUELLOS QUE SE HACEN CONSISTIR EN LA OMISIÓN DEL ESTUDIO DE LOS CONCEPTOS DE
VIOLACIÓN, SI EL JUEZ DECRETÓ EL SOBRESEIMIENTO.’.-Por otro lado, refiere el inconforme que el
Juez de Distrito determinó sobreseer en el juicio de garantías de que se trata, argumentando para
ello que compareció al juicio natural, por sí y en representación de la persona moral codemandada
mediante escrito de fecha treinta de marzo de mil novecientos noventa y tres, lo cual es absurdo,
pues como lo señaló en su escrito inicial de demanda de amparo, bajo protesta de decir verdad,
tuvo conocimiento de dicho juicio hasta el día veintinueve de abril de mil novecientos noventa y
nueve; y, además, no es posible que la autoridad responsable dé trámite a un escrito
supuestamente por él presentado y suscrito de su puño y letra, cuando del mismo ni siquiera se
acredita su personalidad como apoderado de la persona moral demandada, por ende, no se puede
sostener que ésta hubiera comparecido al juicio de origen, si como en la especie con la promoción
de mérito no se acreditó dicha personalidad.-Asimismo agrega, que objeta de falso en cuanto a su
autenticidad de contenido y firma el documento en cuestión, del cual se enteró de su existencia
hasta que se le notificó la sentencia recurrida, eventos estos que el Juez de Distrito pasó por alto,
otorgándole en forma indebida valor probatorio pleno a dicho documento, pues aun cuando es
verdad que se trata de una copia certificada obtenida del expediente del que emana el acto
reclamado, lo cierto es que con el mismo no se demuestra que provenga de su puño y letra,
circunstancia que no objetó durante el procedimiento de amparo porque nunca se le dio vista para
redargüirlo de falso, siendo por ello incorrecto que el Juez Federal pretenda legitimar un
procedimiento al cual es ajeno, y en el que ni siquiera la autoridad responsable, cuando acordó la
promoción de mérito, le notificó tal proveído en términos de ley.-Finalmente, argumenta que el
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Séptimo Circuito ha sustentado el criterio de que
es improcedente sobreseer en el juicio de garantías, aun cuando se haya contestado la demanda,
en la tesis que aparece publicada en la página 496 del Tomo VII de la Novena Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, correspondiente al mes de febrero de 1998, cuyo tenor literal
es el siguiente: ‘EMPLAZAMIENTO, AMPARO CONTRA LA FALTA O ILEGALIDAD DEL. NO PROCEDE
SOBRESEER EN EL JUICIO, POR HABERSE DADO CONTESTACIÓN A LA DEMANDA NATURAL.-Si el
sustento de la instauración del juicio de garantías lo es la falta o ilegalidad del emplazamiento al
juicio natural, ostentándose el impetrante del amparo como tercero extraño a esa controversia, es
claro que lo reclamado constituye la violación procesal de mayor magnitud, que impone
determinar si se llevó o no al cabo el emplazamiento al juicio natural y, de haberse practicado, si se
cumplieron las disposiciones legales aplicables; por tanto, así planteado el acto reclamado, no es el
caso de sobreseer en el juicio de garantías por extemporaneidad, apoyándose en que el
promovente del amparo reconoció haber dado contestación a la demanda natural en determinada
fecha y que a partir de la misma debe computarse el término para la promoción del juicio de
garantías, sino que debe analizarse el emplazamiento al juicio natural y entonces sí, en su caso,
negar el amparo y protección de la Justicia Federal, ante la circunstancia de que al haber dado
contestación a la demanda natural, los vicios de que pudo adolecer el emplazamiento quedaron
compurgados, habida cuenta de que su cometido principal, que es el de hacer saber a la parte reo
la existencia de un juicio en su contra para que, si lo estima conveniente, salga oportunamente a
defender sus derechos, quedó cumplido.’; tesis que dice debe aplicarse por analogía al caso de que
se trata, ya que el emplazamiento a juicio es el único medio legal establecido para cumplir la
garantía de audiencia; y, que asimismo, en relación al documento que exhibió la tercero
perjudicado, consistente en una carta dirigida al apoderado del Banco Nacional de México en papel
membretado de Transportes Nájera de Puebla, Sociedad Anónima de Capital Variable, tampoco se
le dio vista con el mismo, para poder objetarlo en cuanto a su autenticidad de contenido y firma,
por ser falso, amén de que no puede sustituir los efectos del emplazamiento a juicio desde el año
de mil novecientos noventa y tres, ya que la única forma que existe para acreditar que una persona
es sabedora de un juicio, es la legitimidad de la notificación y no otro medio que no forma parte del
procedimiento de un juicio; que para ello sirve de apoyo el criterio sustentado por el Primer
Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Segundo Circuito en la tesis que aparece
publicada en la página 380 del Tomo IV de la Novena Época del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, correspondiente al mes de diciembre de 1996, que a la letra dice:
‘CONOCIMIENTO DEL ACTO RECLAMADO. LA SOLA INFORMACIÓN ACERCA DEL JUICIO, NO
CONSTRIÑE A PRESENTAR DESDE ENTONCES LA DEMANDA DE AMPARO, CUANDO AQUÉL LO
CONSTITUYE LA INEXISTENCIA DEL EMPLAZAMIENTO.-La mera información de la existencia de una
demanda, de ninguna manera significa conocimiento del emplazamiento tildado de inexistente, ni
que a partir de entonces tenga el impetrante obligación de intervenir en el juicio en defensa de sus
intereses, pues esa obligación sólo nace desde la fecha del emplazamiento y ante la falta de
constancia fehaciente acerca de otra fecha en la cual el quejoso se entera del acto reclamado, en
su calidad de tercero extraño por homologación, al invocar falta de emplazamiento, se debe
considerar como fecha de conocimiento de los actos reclamados, la señalada en el libelo de
garantías.’.-Los anteriores argumentos por estar íntimamente relacionados entre sí, se analizan de
manera conjunta y se llega a la conclusión que los mismos son inatendibles en parte e infundados
en lo demás.-Son inatendibles, porque en primer lugar, el hecho de que en determinado momento
el Juez natural le hubiese notificado o no, el acuerdo que recayó a la promoción que presentó ante
su potestad el treinta de marzo de mil novecientos noventa y tres, a través del cual se opuso al
avalúo emitido por el perito designado por su contraparte y asimismo nombre su correspondiente
perito, lo cual fue acordado por el Juez de origen mediante proveído de trece de abril del año en
cita, es una cuestión que en modo alguno puede ser examinada en esta instancia constitucional,
pues lo que es materia del presente recurso de revisión, es el actuar del Juez de Distrito durante la
tramitación del juicio de garantías de que se trata y al momento de emitir la sentencia recurrida,
mas no lo llevado a cabo por el Juez natural, o bien las omisiones que en su caso haya incurrido.-En
segundo término devienen inatendibles también los argumentos en estudio, porque si bien es
cierto que el resolutor de amparo nunca le dio vista con la documental privada consistente en la
carta signada por el aquí inconforme Domingo Nájera Ortega y dirigida al apoderado del Banco
Nacional de México en papel membretado de Transportes Nájera de Puebla, Sociedad Anónima de
Capital Variable, misma que fue acordada mediante el proveído de fecha veintidós de junio de mil
novecientos noventa y nueve, ni con la documental pública consistente en la copia certificada
relativa al escrito que presentó ante el Juez natural, el treinta de marzo de mil novecientos noventa
y tres a través del cual se opuso al avalúo emitido por el perito designado por su contraparte y
asimismo nombró su correspondiente perito, al igual que del acuerdo que recayó a dicha
promoción, pues esta última documental pública fue agregada a los autos del juicio de garantías al
momento en que tuvo verificativo la audiencia constitucional, verdad es también que no por esas
circunstancias es que el aquí inconforme se vio impedido para objetar de falsos tales documentos,
sino que esa falta de objeción se debió a su propio desinterés al no haber comparecido a la
celebración de la citada audiencia constitucional, como era su obligación, a efecto de estar en
aptitud legal de hacer valer ese derecho que la Ley de Amparo otorga en términos de lo dispuesto
por el artículo 153, por lo que su abstención anotada, trae como consecuencia jurídica que
tácitamente se tenga por consentida la forma y términos en que se ofrecieron y desahogaron las
pruebas aportadas por su contraria, al demostrar, como ya se puntualizó, desinterés en cuanto a
las consecuencias que pudo acarrear su ausencia, como lo es, perder la oportunidad de objetar el
contenido y firma de las documentales en cuestión, derecho que en modo alguno corresponde
tutelar al Juez Federal, como lo pretende el recurrente, sino a las partes; por lo que en esas
condiciones, es innegable que sus manifestaciones en el sentido de que objeta de falso el contenido
y firma de los documentos de mérito, es inatendible, ya que en esta instancia constitucional en
modo alguno puede prosperar dicha objeción, pues su derecho ha precluido por no hacerlo valer en
el momento procesal oportuno, como lo era, como ya se dijo, cuando se llevó a cabo la celebración
de la audiencia constitucional.-Sirve de apoyo a esta última consideración, el criterio sustentado
por el otrora Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la tesis jurisprudencial número
228, visible en las página 154 y 155 del Tomo y Apéndice citados con antelación, que dice:
‘DOCUMENTOS. SU OBJECIÓN NO PUEDE PLANTEARSE COMO AGRAVIO EN LA REVISIÓN.-Si las
partes dejan de concurrir voluntariamente a la audiencia para la cual se les ha emplazado desde el
auto de admisión de la demanda, con esa abstención están renunciando de antemano a toda
posibilidad de objetar legal y oportunamente los documentos que la contraparte ofrezca y le sean
admitidos por el Juez en el momento de la verificación de la audiencia constitucional, pues el
proceso en el juicio de amparo está dividido en diversos períodos claramente distintos los unos de
los otros, de tal manera que no puede iniciarse uno sin que haya terminado el que lógica y
legalmente debe precederlo; dicha división obedece a exigencias jurídicas y de carácter práctico,
que, de no ser atendidas, producirían perjuicios evidentes y situaciones legales absurdas; para que
esa división tenga eficacia jurídica y sea respetada, debe ser aplicado al proceso del juicio
constitucional el principio de eventualidad, con la sanción correlativa de la pérdida de un derecho o
de una facultad procesal, no ejercitada en tiempo oportuno. Por virtud del primero, las partes
deben hacer valer y ejercitar en cada uno de los períodos los hechos y cuestiones sobre los que
deseen una decisión judicial, para el evento de que más tarde les pueda ser útil, aunque por el
momento no lo sea; por ello, si no lo hacen, pierden el derecho de hacerlo más tarde. Esta
imposibilidad es la que se establece mediante el sistema de preclusiones, o sea, la pena de la
pérdida de un derecho o de una facultad procesal, que no fue ejercitada en tiempo oportuno. Es
natural que si el quejoso no aprovechó la oportunidad para objetar los documentos presentados
por las partes dentro de la audiencia constitucional, como lo dispone el artículo 153 de la Ley de
Amparo, por efectos del principio de eventualidad procesal precluyó su derecho para formular
cualquiera impugnación de esta índole, ya que el recurso de revisión no es el momento procesal
oportuno para impugnar de falso un documento.’.-Por otra parte, son infundados los restantes
argumentos vertidos en los conceptos de violación en estudio, porque contrario a lo sostenido por
el inconforme, el resolutor de amparo en la sentencia sujeta a revisión en ningún momento
determinó sobreseer en el juicio de garantías de que se trata por lo que se refiere a la persona
moral denominada Transportes Nájera de Puebla, Sociedad Anónima de Capital Variable, por
estimar que ésta compareció al juicio de origen por conducto del aquí inconforme Domingo Nájera
Ortega, con el escrito que éste presentó ante el resolutor primario, el treinta de marzo de mil
novecientos noventa y tres, sin que existiera documento alguno que demostrara que aquél es su
representante legal.-Esto es así, porque ni el Juez natural tuvo a Domingo Nájera Ortega a través
del escrito de mérito como representante legal de la persona moral en comento, ya que dio trámite
al escrito de que se trata teniendo únicamente al citado Nájera Ortega objetando el avalúo emitido
por el perito de su contraparte y designando su correspondiente perito por su propio derecho y en
su carácter de demandado en dicho juicio, ni el Juez de Distrito sobreseyó en el juicio en cuestión
por estimar que aquél compareció a dicho juicio natural en su carácter de representante legal de la
persona moral en cuestión, sin haber acreditado dicha personalidad, como lo argumenta el
inconforme, sino porque el aludido Domingo Nájera Ortega compareció al juicio constitucional de
que se trata, por sí y en representación de aquélla; personalidad que acreditó plenamente ante su
potestad federal, con el documento correspondiente, lo que aunado al hecho de haber
comparecido ante el Juez natural mediante la promoción que presentó el referido treinta de junio
de mil novecientos noventa y tres, por su propio derecho y en su carácter de demandado físico, ello
traía como consecuencia jurídica que si desde aquella fecha Domingo Nájera Ortega en lo
personal, tuvo pleno conocimiento de la existencia del juicio natural del cual emanan los actos
reclamados, por lógica era innegable que tal conocimiento lo tuviera también respecto de la
persona moral en cuestión al ser el representante legal de la misma, lo que motivó que ante tales
eventos, el Juez de Distrito determinara sobreseer en el juicio de garantías de que se trata, al haber
presentado en forma extemporánea dicha demanda de amparo, lo cual es correcto y ajustado a
derecho, pues es evidente que lo que conoció aquél como persona física en modo alguno puede ser
desconocido por él como representante legal de dicha empresa.-En ese orden de ideas, es
innegable que si bien es cierto que conforme a lo dispuesto en la fracción V del artículo 114 de la
Ley de Amparo, es tercero extraño a juicio aquella persona física o moral distinta de los sujetos de
la controversia que en él se ventila, pues en ese aspecto, el concepto de tercero extraño a juicio es
contrario a la idea de parte procesal e inclusive en la práctica jurídica la procedencia del amparo
indirecto fundado en la fracción del precepto en comento, se hace extensiva a los casos en que el
agraviado se ostenta tercero extraño a un juicio en el que debió ser oído y vencido, porque la
materia de la controversia afecta sus intereses jurídicos, es decir, porque debió ser parte procesal
y, por tanto, en este último supuesto al quejoso se le ha equiparado al tercero extraño a juicio
conforme a la citada fracción V, no menos cierto es que a juicio de este órgano de control
constitucional en el primer caso de los terceros extraños a juicio, el simple conocimiento de la
existencia del juicio no afecta sus intereses jurídicos, porque es totalmente ajeno a la controversia
y, por ende, el conocimiento del juicio natural no puede influir en la procedencia del juicio de
amparo contra actos llevados a cabo en el juicio o fuera de él; sin embargo, en el caso de
equiparación a terceros extraños que al ser parte procesal en un juicio determinado, no sean
llamados al mismo, o se haga tal llamamiento en forma irregular, el conocimiento de la existencia
del juicio instaurado en su contra, sí constituye la base para la iniciación del cómputo del término
para ejercitar la acción de amparo, porque en este supuesto, lo que agravia al quejoso no es otra
cosa que la existencia del juicio en el que debiendo ser parte procesal, no se le ha dado
intervención.-Luego, si el referido Domingo Nájera Ortega, por medio del escrito que presentó el
mencionado treinta de junio de mil novecientos noventa y tres, en su carácter de demandado físico
tuvo pleno conocimiento desde aquella fecha del juicio natural del que emanan los actos
reclamados, la autoridad judicial ante quien se estaba llevando a cabo el mismo, la clase de juicio
de que se trataba y el nombre de la persona que lo promovió, por tanto, es indiscutible que a partir
de aquella fecha se debe computar el término previsto por el artículo 21 de la Ley de Amparo para
la interposición de su demanda de garantías, como bien lo sostuvo el Juez Federal; y, al no
promover el juicio de garantías de que se trata dentro del término legal en cuestión, pues lo hizo
aproximadamente seis años después, por consiguiente, es inconcuso que la misma resulta
improcedente y procede el sobreseimiento en el juicio constitucional, por los motivos y
fundamentos legales expuestos por el resolutor de amparo.-Sobre el particular, cobran singular
aplicación los criterios sustentados respectivamente por la Segunda yTercera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación en las tesis números XX/98 y LXXXIX/90, que en su orden aparecen
publicadas en la página 230 del Tomo VII de la Novena Época del Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, correspondiente al mes de febrero de 1998 y en la página 167 del Tomo V
de la Primera Parte, Octava Época, del Semanario Judicial de la Federación, que como fueron
citadas, son del tenor literal siguiente: ‘REPRESENTANTE LEGAL. LO QUE SABE COMO PERSONA
FÍSICA TAMBIÉN LO CONOCE CON AQUEL CARÁCTER.’ y ‘DEMANDA DE AMPARO. EL TÉRMINO
PARA SU PRESENTACIÓN DEBE CONTARSE CONFORME AL SEGUNDO SUPUESTO PREVISTO POR EL
ARTÍCULO 21 DE LA LEY DE AMPARO, SI NO EXISTE NOTIFICACIÓN DE LA RESOLUCIÓN QUE SE
RECLAME.’.-Sin que sea obstáculo para lo hasta aquí expuesto, los criterios aislados que cita el
inconforme en las tesis sustentadas respectivamente por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia
Civil del Séptimo Circuito y el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Segundo
Circuito, visibles en su orden en la página 496 del Tomo VII de la Novena Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, correspondiente al mes de febrero de 1998 y en la página
380 del Tomo IV de la Novena Época del Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta del mes
de diciembre de 1996, que como fueron citadas, son del tenor literal siguiente: ‘EMPLAZAMIENTO,
AMPARO CONTRA LA FALTA O ILEGALIDAD DEL. NO PROCEDE SOBRESEER EN EL JUICIO, POR
HABERSE DADO CONTESTACIÓN A LA DEMANDA NATURAL.’ y ‘CONOCIMIENTO DEL ACTO
RECLAMADO. LA SOLA INFORMACIÓN ACERCA DEL JUICIO, NO CONSTRIÑE A PRESENTAR DESDE
ENTONCES LA DEMANDA DE AMPARO, CUANDO AQUÉL LO CONSTITUYE LA INEXISTENCIA DEL
EMPLAZAMIENTO.’; pues este cuerpo colegiado no comparte ni hace suyas tales tesis aisladas, ya
que considera que si la persona que pide amparo contra el emplazamiento que se le practicó y que
estima irregular, tuvo pleno conocimiento del juicio en el cual se llevó a cabo el mismo, por haber
presentado un escrito firmado por el propio demandado y dirigido a la autoridad, apersonándose
así ante el Juez natural, por tal evento, es claro que conocía perfectamente el número del juicio
seguido en su contra; el tipo de juicio de que se trataba; el carácter con el que se le demandó; y las
prestaciones que le fueron reclamadas; por tanto, ante tales eventos, es evidente que a partir de
que el citado demandado tuvo pleno conocimiento del juicio seguido en su contra en las
condiciones anotadas, estuvo en aptitud legal de promover el correspondiente juicio de amparo
indirecto contra el emplazamiento de mérito, lo cual debió llevar a cabo a partir del día siguiente a
la fecha en que tuvo pleno conocimiento de dicho juicio instaurado en su contra y dentro del
término de los quince días a que se refiere el artículo 21 de la Ley de Amparo, pues de no hacerlo,
como en la especie ocurrió, es innegable que consintió las posibles irregularidades que pudiese
tener dicho emplazamiento y las consecuencias jurídicas que ello acarrea; de ahí que por tales
motivos, como ya se puntualizó, este órgano de control constitucional no comparta ni haga suyos
los criterios que invoca el impetrante del amparo, y con fundamento en lo dispuesto por el artículo
197-A de la Ley Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 de la Constitución Federal, determine que
se lleve a cabo la correspondiente denuncia de contradicción de tesis ante la Suprema Corte de
Justicia de la Nación.-En las narradas circunstancias, lo que procede es confirmar la sentencia
sujeta a revisión.
QUINTO.-De las copias certificadas remitidas por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Séptimo Circuito, se advierte que las consideraciones sustentadas al resolver los juicios de
amparo directo en revisión números 328/97, 866/96, 850/96 y 574/96, promovidos por Josefina
Morales de la Luz, Esther Mena Flores, Régulo Martínez Hernández y Soledad Fernández de la
Peña, respectivamente, son en lo conducente las siguientes:
RC. 328/97.
"... De lo antes expuesto se colige que el sustento de la instauración del juicio de garantías, lo es la
falta de emplazamiento al juicio natural, derivado de un ilegal emplazamiento, ostentándose la
impetrante del amparo como tercero extraño a esa controversia; en esa tesitura, es claro que lo
reclamado constituye la violación procesal de mayor magnitud, que impone determinar si se llevó o
no al cabo el emplazamiento al juicio natural y de haberse practicado, en su caso, si se cumplieron
con las disposiciones legales aplicables; por lo tanto, así planteado el acto reclamado, no es el caso
de sobreseer en este aspecto en el juicio de garantías, por extemporaneidad, apoyándose en que la
impetrante del amparo reconoció haber dado contestación a la demanda natural en determinada
fecha y que a partir de la misma debe computarse el término para la promoción del juicio de
garantías, sino que, como ya se dijo, debe apreciarse el emplazamiento al juicio natural, lo que
hace procedente, con apoyo en lo dispuesto por el numeral 91, fracción III, de la Ley de Amparo,
levantar en este aspecto el sobreseimiento recurrido y proceder al análisis de la constitucionalidad
o inconstitucionalidad del acto reclamado, sin que en el caso se estime necesaria la transcripción
de los conceptos de violación, dadas las circunstancias del caso en que, como ya se expuso, se
reclama la falta de emplazamiento derivado de la ilegalidad del mismo y se reconoce haber dado
contestación a la demanda natural, lo que incluso se reitera en los agravios aquí expresados, toda
vez que esta circunstancia pone de manifiesto que la promovente del amparo se hizo sabedora del
juicio seguido en su contra y, por ende, los vicios de que pudo haber adolecido el emplazamiento
quedaron compurgados, habida cuenta de que su cometido principal, que es el de hacer saber a la
parte reo la existencia de un juicio en su contra, para que si lo estima conveniente, salga
oportunamente a defender sus derechos, quedó cumplido; en ese orden de ideas, es evidente que
la promovente del amparo, hoy recurrente, quedó constituida en parte en el procedimiento natural
y, por lo tanto, sujeta a las reglas que regulan dicho procedimiento natural y a combatir ahí
cualquier irregularidad, inclusive la declaración de extemporaneidad de su ocurso de contestación
de demanda natural, el que asevera fue presentado ante el Juez responsable dentro del término
legal concedido en el auto inicial de la controversia natural; resultando, por lo tanto, inatendible lo
expuesto con relación a la orden de desposesión reclamada, que se hace derivar de la inaudición al
procedimiento del cual emana; cabe citar al caso, por su contenido, las tesis jurisprudenciales
números 247 y 250, consultables en las páginas ciento sesenta y ocho y ciento setenta del Tomo IV;
y 250 y 251, visibles en las fojas ciento sesenta y siete y ciento sesenta y ocho del Tomo VI, ambos
del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, relativo a los años de 1917-1995, intituladas:
‘EMPLAZAMIENTO. ES DE ORDEN PÚBLICO Y SU ESTUDIO ES DE OFICIO.’, ‘EMPLAZAMIENTO, FALTA
O ILEGALIDAD DEL, EN MATERIA CIVIL. DEBE RECLAMARSE A TRAVÉS DEL AMPARO DIRECTO SI SE
TIENE CONOCIMIENTO DE ÉL ANTES DE QUE SE DECLARE EJECUTORIADA LA SENTENCIA.’,
‘EMPLAZAMIENTO, FALTA O ILEGALIDAD DEL, EN MATERIA CIVIL. CASOS EN LOS QUE
ÚNICAMENTE ES PROCEDENTE EL AMPARO INDIRECTO.’ y ‘EMPLAZAMIENTO, IRREGULARIDADES
EN EL. SON RECLAMABLES EN AMPARO INDIRECTO CUANDO EL QUEJOSO SE OSTENTA COMO
PERSONA EXTRAÑA AL JUICIO POR EQUIPARACIÓN.’; así como el de las diversas tesis relacionadas
consultables en las páginas mil doscientos ochenta y nueve, de la Segunda Parte del Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación, correspondiente a los años 1917-1988, voces:
‘EMPLAZAMIENTO, VICIOS DEL, EN CASO DE CONTESTACIÓN A LA DEMANDA.’ y
‘EMPLAZAMIENTO, VICIOS DEL, EN CASO DE CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA.’.-Criterio similar al
que aquí se sustenta, se emitió al resolver los amparos en revisión números 850/96 y 866/96, en
sesiones de cinco y doce de diciembre de mil novecientos noventa y seis, respectivamente.-No
obsta a lo anterior que la a quo haya omitido tener como autoridad responsable al Oficial G del
Juzgado Segundo de Primera Instancia, en Córdoba, Veracruz, Miguel Ramírez Sánchez, a quien se
le atribuye el ilegal emplazamiento, dado que, acorde a lo expuesto, en que no se analizó la
ilegalidad de la diligencia de emplazamiento, es claro que a ningún fin práctico conduciría la
reposición del procedimiento para que se le llamara al juicio de amparo a dicha autoridad, pues
ello haría nugatorio el espíritu del segundo párrafo del artículo 17 de la Carta Magna.-Sentado lo
anterior, procede modificar la sentencia recurrida, para confirmar el sobreseimiento decretado por
los actos reclamados, al presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado y secretario del
Juzgado Segundo de Primera Instancia del Distrito Judicial de Córdoba, Veracruz, y negar el
amparo y protección de la Justicia Federal solicitado, respecto de los actos reclamados al Juez
Segundo de Primera Instancia en Córdoba, Veracruz.
ARC. 866/96.
"CUARTO.-Son ineficaces los agravios que en el caso se expresan; sin embargo, no obstante lo
anterior, este Tribunal Colegiado advierte que, por razón de técnica jurídica, se debe modificar el
fallo recurrido para sobreseer en parte el juicio de garantías, como más adelante se precisará.-Así,
aun y cuando no constituye materia de agravio, es de significarse que, por cuanto a los actos
reclamados al secretario del Juzgado Octavo de Primera Instancia del Distrito Judicial de Veracruz,
Veracruz, y secretario del Juzgado Segundo de Primera Instancia en Cosamaloapan de Carpio,
Veracruz, debe decirse que, tal y como aparece de las constancias procesales, su intervención en
los actos que se les atribuyen es únicamente con el objeto de dar fe de los acuerdos ahí
pronunciados, atento al contenido de los artículos 38 del Código de Procedimientos Civiles de la
entidad, y 34, inciso a), fracción III, de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado, lo que incluso
así se precisa en dicha demanda de amparo; de ahí que la responsabilidad en el pronunciamiento
de lo acordado en el procedimiento sea del Juez, por ser quien dicta los acuerdos que constituyen lo
actuado en el procedimiento, razón por la que es éste, conforme a lo establecido por el numeral 11
de la Ley de Amparo, a quien debe considerarse autoridad responsable, mas no así a los aludidos
secretarios, de quienes en tal aspecto deviene improcedente el juicio de garantías, en términos de
lo previsto por los artículos 73, fracción XVIII, en relación con el 11, ambos de la ley reglamentaria
del juicio de garantías, lo que impone el sobreseimiento en el mismo, por cuanto a dichas
autoridades se refiere. Cabe citar al respecto, el contenido de la tesis jurisprudencial sustentada
por este órgano colegiado, consultable en la página trescientos ochenta y ocho, del Tomo II del
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, septiembre de mil novecientos
noventa y cinco, intitulada: ‘AUTORIDAD RESPONSABLE. EN EL PRONUNCIAMIENTO DE LOS
ACUERDOS EN EL PROCEDIMIENTO, LO ES EL JUEZ Y NO EL SECRETARIO DEL JUZGADO
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ).’.-Ahora cabe destacar que de las constancias que
integran el juicio de amparo a que este toca se contrae, se advierte, a fojas de la veintinueve frente
a la treinta y uno frente, o bien, de fojas setenta y cuatro vuelta a la setenta y seis frente, una
diligencia de requerimiento de pago, embargo y emplazamiento, de trece de abril de mil
novecientos noventa y tres, cuyo tenor es: ‘Diligencia de requerimiento de pago.-En la ciudad de
Tierra Blanca, Veracruz, siendo las doce horas del día trece de abril de mil novecientos noventa y
tres, yo, Cira Tejeda de Chena, secretaria del Juzgado Mixto Municipal, y asociada por el C.
Licenciado Arturo de la Llave Uriarte, me constituí con las formalidades de la ley en la casa #1314
de la calle 16 de Septiembre y esquina Iturbide, busqué a la demandada Esther Mena Flores, a
quien la encontré presente y me identifica su domicilio su hija María de la Luz Barajas de
Hernández, además que conozco personalmente a la demandada, por lo que estoy segura que se
trata de ella con quien practicó la diligencia, a continuación y con lectura en voz alta del exhorto
No. 138 de fecha 2 de abril del año en curso, procedente del Juzgado Octavo de Primera Instancia
de Veracruz, Veracruz, mismo que fue recibido por conducto del superior jerárquico Juzgado
Segundo de Primera Instancia en Cosamaloapan, Veracruz, y requiero a la demandada del pronto
pago de la suma de N$110,280.51 (ciento diez mil doscientos ochenta nuevos pesos con cincuenta
y un centavos) y que sí reconoce el adeudo, pero que no tiene dinero para hacer el pago.-Acto
seguido, le requiero una vez más el pronto pago y dice que no puede pagar, por lo que le requiero
para que señale bienes a fin de garantizar y dice: ‘Que no tiene bienes para hacerlo y hasta que
esté su yerno presente lo hará’, le requiero una vez más con ese fin y le apercibo que de no señalar
se le hará pasar el derecho al actor que está presente y repite no señalar.-Pasado el uso de la voz al
actor licenciado Arturo de la Llave Uriarte, dijo: Que señala para su embargo el mismo inmueble
otorgado como garantía que se fijó en el crédito establecido a favor de la demandada, que es la
casa marcada con el #1314, de las calles de 16 de Septiembre esquina Iturbide en esta ciudad, con
inscripción en el Registro Público de la Propiedad con residencia en Veracruz, Ver., bajo el número
2474, foja 1 a 6, volumen 62, sección primera, de fecha 20 de marzo de 1992, cuyas medidas y
linderos se encuentran descritos en el contrato de apertura de crédito con garantía hipotecaria a
que se ha hecho referencia.-Y pide copia certificada de la presente diligencia para efectos
registrales; acto seguido, yo, la suscrita, hago traba de formal embargo en los bienes descritos por
el actor en cuanto basten a cubrir la suerte principal y sus accesorios legales; con la copia de la
demanda y documento base de la acción le corro traslado a la demandada Esther Mena Flores,
emplazándola y que dispone del término de cinco días aumentados en 2 días más para dar
contestación y le requiero para que señale domicilio en Veracruz, Veracruz, para oír notificaciones;
apercibida que de no hacerlo las que resulten aun personales se le harán por lista de acuerdos del
Juzgado Octavo de Primera Instancia en Veracruz, Veracruz; recibe la copia, queda emplazada y
dice que se reserva los derechos y manifiesta la demandada que no desea firmar, por lo que firman
los que sí desean firmar.-Doy fe.’.-En efecto, aun y cuando del contenido de la diligencia reclamada
se establece que la secretaria del juzgado que la llevó al cabo, se cercioró de la identidad del
domicilio en el que actuó, al través de María de la Luz Barajas de Hernández -hija de la
demandada, aquí inconforme-, no obstante de que asentó razón de que en ese lugar encontró
presente a Esther Mena Flores, demandada, en modo alguno hace manifiestamente ilegal la
diligencia impugnada, si se toma en consideración que, como ya se dijo, dicha diligencia fue
entendida directamente con la demandada, en el domicilio para tal efecto señalado; en esa
tesitura, deviene intrascendente que la diligenciaria no se haya cerciorado de la identidad de la
demandada, máxime que asentó razón de que es de su personal conocimiento, resultando también
intrascendente que la diligencia de mérito carezca de firma de la emplazada, hoy recurrente, pues
al asentar la diligenciaria, al término de la misma: ‘... manifiesta la demandada que no desea
firmar, por lo que firman los que sí desean firmar.-Doy fe.’, es claro que ello se debió a que no quiso
firmar dicha actuación la demandada, por lo que la razón asentada es acorde a lo estatuido por el
artículo 84 del código adjetivo civil local, aplicado supletoriamente; cabe citar al respecto, el
contenido de la tesis jurisprudencial número 703, consultable en la página quinientos dieciséis del
Tomo IV del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, relativo a los años 1917-1995,
intitulada: ‘EMPLAZAMIENTO. SI EL NOTIFICADOR LO ENTIENDE CON UNA PERSONA QUE DICE SER
EL DEMANDADO, NO ES NECESARIO QUE SE CERCIORE DE SU IDENTIDAD (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE JALISCO).’, así como el de la diversa tesis emitida por este órgano colegiado, publicada
en la foja quinientos cincuenta y tres del Tomo II del Semanario Judicial de la Federación y su
Gaceta, Novena Época, septiembre de mil novecientos noventa y cinco, voz: ‘EMPLAZAMIENTO.
FORMALIDAD PREVISTA POR EL ARTÍCULO 84 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES PARA EL
ESTADO DE VERACRUZ.’; en ese orden de ideas, carece de trascendencia el contenido de las
diversas diligencias de tres y cuatro de julio de mil novecientos noventa y cinco, pues a más de no
haberse reclamado, las mismas no pueden desvirtuar lo asentado en la diligencia reclamada, por la
sencilla razón de que son actuaciones diversas.-Por otra parte, como bien lo consideró la a quo, a
más de que tanto el Código de Comercio como el Código de Procedimientos Civiles de la entidad,
no contienen disposición alguna en el sentido de que en caso de duda de la identidad del
demandado, deba dejarse citatorio, debe decirse que al haberse entendido la diligencia con la
directa interesada se hacía innecesario el citatorio que establecen dichos ordenamientos para el
caso de que a la primera búsqueda no se localice al demandado. Igualmente, por la circunstancia
apuntada, esto es, al haberse entendido la diligencia reclamada directamente con la demandada,
es evidente que tampoco se hacía necesario que se dejara instructivo de notificación, pues ello sólo
es requisito en tratándose de los casos en que la diligencia de mérito no se entiende con el
demandado.-En otro aspecto, resulta irrelevante el contenido de las pruebas documentales y
testimoniales desahogadas en el juicio de amparo, a efecto de establecer que en el domicilio en
que se llevó al cabo la diligencia reclamada, no es de la hoy recurrente, pues, como al respecto lo
razonó la a quo, dicha diligencia fue practicada en el domicilio que fue señalado en la demanda
origen del juicio ejecutivo mercantil de donde deviene el acto reclamado, como en el contrato de
apertura de crédito con garantía hipotecaria base de la acción, en el que en su cláusula décima
octava se estipuló: ‘... Cima (sic) Octava. Para todos los efectos judiciales y extrajudiciales relativos
al presente contrato «el acreditado» ... a la (sic) como su domicilio el mismo del inmueble garantía
de (sic) presente escritura.-Ntras (sic) «el acreditado» no notifique por escrito a «el ... co» (sic) el
cambio de su domicilio, los emplazamientos y de (sic) diligencias judiciales o extrajudiciales, se
practica ... (sic) en el domicilio señalado en la presente cláusula.’; en la cláusula décima cuarta se
estableció: ‘Décima cuarta. Los señores Esther Mena Flores y Narciso Barajas Rico, para garantizar
todas y cada una de las obligaciones que contraen en virtud de este contrato, especialmente el
pago de las cantidades dispuestas tanto al amparo del crédito destinado a la adquisición del
inmueble que se hipoteca señalado en la cláusula primera de este instrumento, así como de las
sumas dispuestas del crédito adicional de acuerdo a la cláusula quinta, sin que sumadas las dos
excedan del 600% del monto del crédito original, equivalente a 1260.52 veces el salario mínimo
diario general del Distrito Federal elevado al mes, independientemente de las cantidades que
importen en el tiempo dicho salarios mínimos, así como a sus intereses normales y moratorios que
dichas sumas generen, primas de seguros pagadas por «el banco», gastos y costas en caso de
juicio y demás obligaciones que se deriven o puedan derivarse de este contrato, de la ley o de las
res (sic)ciones judiciales, hipoteca a favor del Banco Nacional de México, Sociedad Anónima, quien
acepta en garantía, el inmueble descrito en el antecedente primero de esta escritura, con la
ubicación, medidas, colindancias y superficie que en dicho antecedente se indican y se dan aquí por
reproducidas como si se insertasen a la letra.’; y en el antecedente primero se precisó: ‘I. Por
escritura pública quince mil seiscientos quince del volumen trescientos noventa y nueve de fecha
veinticinco de septiembre de mil novecientos noventa y uno, pasada en la ciudad de Veracruz y en
esta misma notaría, documento que por razón de su fecha se encuentra en trámite para su
inscripción, la señora Esther Mena Flores adquirió por compraventa una fracción de terreno del
lote número nueve de la manzana sesenta y uno del fundo legal de Tierra Blanca, y casa ahí
construida, con una superficie de ciento ochenta y siete metros, cincuenta decímetros cuadrados, y
las siguientes medidas y linderos: Norte: veinticinco metros con la calle Iturbide. Sur: veinticinco
metros con propiedad de María del Carmen Ramírez de Hernández. Este: quince metros con
Mayolo Cancino. Oeste: quince metros con la calle Dieciséis de Septiembre.’ (fojas de la noventa y
siete frente a la ciento cinco frente); en esa tesitura, en el presente asunto resulta irrelevante que
la aquí inconforme tuviera un domicilio diverso en la fecha en que se llevó al cabo la diligencia
reclamada, pues al caso, a más de que esencialmente se toma en cuenta que no está desvirtuada
su presencia en la diligencia impugnada, esto es, que se entendió con ella, y la diligenciaria asentó
que es de su personal conocimiento, se tiene que no aportó prueba en la que se demuestre que
haya comunicado al banco el cambio de domicilio para el cumplimiento de la obligación adquirida,
tal como se pactó en la cláusula décima octava; así, cabe citar al respecto, el contenido de la tesis
relacionada publicada en la foja mil doscientos noventa y tres de la Segunda Parte del Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación, correspondiente a los años 1917-1988, voz: ‘EMPLAZAMIENTO
EN EL DOMICILIO SEÑALADO EN LA ESCRITURA BASE DE LA ACCIÓN, TRATÁNDOSE DE JUICIOS
MERCANTILES.’. Y el de la diversa tesis consultable en la foja doscientos ochenta y seis del Tomo I
del Semanario Judicial de la Federación, Enero-Junio 1988, Segunda Parte-1, rubro:
‘EMPLAZAMIENTO EN EL DOMICILIO SEÑALADO PARA EL CUMPLIMIENTO DE LA OBLIGACIÓN.’,
criterio que este tribunal comparte.-En razón de lo precisado en los párrafos precedentes, deviene
ineficaz lo que se aduce en torno a que en el emplazamiento se deben dejar las copias
correspondientes, así como las demás cuestiones que en cuanto a diversas formalidades se aducen,
pues, habiéndose constituido en parte en el procedimiento, en razón de la diligencia de
emplazamiento con ella entendida, y no desvirtuada la fe del actuario en cuanto a que con la ahora
recurrente entendió la diligencia, y menos desvirtuado que aquélla es del personal conocimiento de
ésta, quedó sujeta a las reglas que regulan el procedimiento y combatir, ahí, cualquier
irregularidad; lo anterior se infiere del contenido de la tesis de jurisprudencia número 250, visible
en la página ciento setenta del último Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, Tomo IV,
rubro: ‘EMPLAZAMIENTO, FALTA O ILEGALIDAD DEL, EN MATERIA CIVIL. DEBE RECLAMARSE A
TRAVÉS DEL AMPARO DIRECTO SI SE TIENE CONOCIMIENTO DE ÉL ANTES DE QUE SE DECLARE
EJECUTORIADA LA SENTENCIA.’.-Sentado lo anterior, procede modificar el fallo recurrido, para, por
una parte, sobreseer en el juicio de garantías por cuanto a los actos reclamados al secretario del
Juzgado Octavo de Primera Instancia del Distrito Judicial de Veracruz, Veracruz y secretario del
Juzgado Segundo de Primera Instancia en Cosamaloapan de Carpio, Veracruz y, por la otra, negar
el amparo y protección de la Justicia Federal contra los actos reclamados al Juez Octavo de Primera
Instancia del Distrito Judicial de Veracruz, Veracruz; negativa que se hace extensiva a las diversas
autoridades de las ya precisadas."
ARC. 850/96.
"CUARTO.-Son ineficaces los agravios que en el caso se expresan; sin embargo, este Tribunal
Colegiado advierte que en el caso a estudio, por razón de técnica jurídica, debe revocarse la
sentencia recurrida para negar el amparo y protección de la Justicia Federal, en atención a las
consideraciones que a continuación se expondrán.-En efecto, del análisis del ocurso de demanda de
amparo motivo del juicio de garantías a que este toca se contrae, se advierte que el acto
reclamado se hizo consistir, esencialmente, en la orden y su ejecución de desposesión de un bien
inmueble, decretada en los autos del juicio ordinario civil número 453/95, del índice del Juzgado
Mixto de Primera Instancia del Distrito Judicial de Jalacingo, Veracruz, aduciéndose en los
conceptos de violación que ello era ilegal por ser derivado de la falta de emplazamiento a dicho
controvertido, argumentándose además, en los aludidos conceptos de violación, que no existe un
procedimiento judicial legalmente instaurado en contra del impetrante del amparo; por otra parte,
es de significarse que de las fotocopias certificadas deducidas del expediente número 453/95,
supracitado, que el titular de dicho juzgado remitió como justificación a su informe, se colige la
existencia de un proveído pronunciado el veinticuatro de octubre de mil novecientos noventa y
cinco, cuyo tenor es: ‘Jalacingo, Veracruz, a veinticuatro de octubre de mil novecientos noventa y
cinco.-Por presentado Régulo Martínez Hernández, con su escrito y anexos de cuenta, por medio
del cual, se tiene por contestada en tiempo y forma la demanda seguida en contra del ocursante
Régulo Martínez Hernández, en el presente juicio, por opuestas sus excepciones y defensas que
hace valer, por anunciadas como pruebas de su parte las que indica en el escrito que se provee, las
que en su oportunidad se acordará lo procedente en cuanto a su recepción, si procediere; en
consecuencia de conformidad con lo previsto por los artículos 98, fracción IV, y 217 del Código de
Procedimientos Civiles, se deja la misma a vista de la parte actora, por el término de tres días, para
que manifieste lo que a sus intereses convenga. Téngase como domicilio de la parte demandada
para oír y recibir notificaciones en esta ciudad en la calle Colón esquina con Úrsulo Galván de esta
ciudad autorizando para tal efecto únicamente al licenciado Antonio Pérez Herrera, en términos
del artículo 89 del Código de Procedimientos Civiles, y dígase que los demás profesionistas una vez
que acrediten los requisitos exigidos por el citado numeral se acordará lo procedente.-Notifíquese
por lista de acuerdos.-Lo proveyó y firma ...’ (foja ciento seis vuelta) y del ocurso de contestación de
demanda que dio lugar a ese proveído, mismo que aparece signado por Régulo Martínez
Hernández, aquí recurrente (foja de la ciento diez a la ciento dieciocho); de ahí que el demandado,
aquí inconforme, al dar contestación a la demanda instaurada en su contra, se hizo sabedor del
juicio a que dio origen esa demanda, y salió oportunamente al mismo en defensa de sus derechos;
por lo tanto, los vicios de que pudo haber adolecido el emplazamiento quedaron compurgados,
toda vez que su cometido principal, que es de hacer saber al demandado la existencia del juicio,
para que si lo estima conveniente, salga oportunamente el mismo a defender sus derechos, quedó
cumplido; de ahí que no sea atendible la ilegalidad que se reclama a la orden de desposesión
reclamada, que se hace derivar de la inaudición en el procedimiento del cual emana; cobra
aplicación al caso, el contenido de las tesis relacionadas consultables en la foja mil doscientos
ochenta y nueve, de la Segunda Parte del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación,
correspondiente a los años 1917-1988, rubros: ‘EMPLAZAMIENTO, VICIOS DEL, EN CASO DE
CONTESTACIÓN A LA DEMANDA.’ y ‘EMPLAZAMIENTO, VICIOS DEL, EN CASO DE CONTESTACIÓN
DE LA DEMANDA.’.-Ahora, es de precisarse que la a quo perdió de vista que el sobreseimiento en el
juicio de garantías debe referirse a los promoventes del juicio, o bien, a los actos en él reclamados,
mas no a los conceptos de violación; de ahí que, si en el caso, la Juez Federal analizó los conceptos
de violación, debió determinar si eran fundados o infundados, empero, no sobreseer por las
mismas razones que se tienen para desestimarlos; cabe citar al respecto, el contenido de la tesis
visible en la página cinco mil novecientos cinco del Tomo XVII del Semanario Judicial de la
Federación, Séptima Época, Tribunales Colegiados de Circuito, 1969-1987, Seg-Sob, voz:
‘SOBRESEIMIENTO, ÁMBITO DE APLICACIÓN DEL.’, criterio que este tribunal comparte.-Sentado lo
anterior, lo que se impone es revocar la sentencia recurrida y negar el amparo y protección de la
Justicia Federal solicitada."
ARC. 574/96.
"CUARTO.-Son ineficaces los agravios que en el caso se expresan.-En efecto, del contexto de la
audiencia constitucional celebrada el dos de julio de mil novecientos noventa y seis, en los autos
del juicio de amparo número 743/96, del índice del Juzgado Primero de Distrito en el Estado, del
que deriva el fallo aquí recurrido, visible a foja ciento ochenta y seis frente y vuelta, se colige que,
contra lo afirmado, al calce de la misma obran dos firmas ilegibles, que de su análisis comparativo
con las que calzan la sentencia ahí pronunciada, se establece que corresponden al titular y
secretario de dicho juzgado; por lo tanto, es claro que la aludida audiencia sí reúne los requisitos
de validez, conforme lo establecen los artículos 61 y 219 del Código Federal de Procedimientos
Civiles, de aplicación supletoria al caso, por disposición del numeral 2o. de la Ley de Amparo;
consecuentemente, es claro que no se infringieron las reglas fundamentales que norman el
procedimiento en el juicio de amparo.-Ahora, cabe destacar que, de la lectura de la demanda de
garantías motivo del juicio de amparo a que este toca se contrae, se advierte que el acto
reclamado se hizo consistir esencialmente en la falta o ilegal emplazamiento al juicio ejecutivo
mercantil número 7/90 del índice del Juzgado Mixto de Primera Instancia del Distrito Judicial de
Jalacingo, Veracruz, impugnándose específicamente la diligencia de emplazamiento efectuada el
quince de enero de mil novecientos noventa, por el Juez Mixto Municipal en Tlapacoyan, Veracruz;
por otra parte, es de significarse que de las fotocopias certificadas deducidas del expediente 7/90,
supracitado, que el titular de dicho juzgado remitió como justificación a su informe, se colige la
existencia de un proveído pronunciado el dos de febrero de mil novecientos noventa, cuyo tenor es:
‘Jalacingo, Veracruz, a dos de febrero de mil novecientos noventa.-Por presentados los señores
Jesús Peña Arellano y Soledad Fernández de Peña, con su escrito de cuenta, contestando en
tiempo, según aparece de autos, la demanda mercantil instaurada en su contra por los licenciados
Raúl G. Gutiérrez A. y Felipe Osorio Ríos, en los términos que indican.-Con fundamento en el
artículo 1405 del Código de Comercio, se abre el presente juicio a prueba por el término de quince
días. Téngase como domicilio de los promoventes para oír notificaciones en esta ciudad, los
estrados de este juzgado y por autorizados para oírlas en su nombre, a los licenciados Ramón
Planell Venegas y Sotero Alejandro Luna Loranca.-Notifíquese por lista de acuerdos, teniéndose
como representante común de los ocursantes al señor Jesús Peña Arellano.-Lo proveyó y firma ...’
(foja treinta y siete vuelta) y del ocurso de contestación de demanda que dio lugar a este proveído,
mismo que aparece signado por Jesús Peña Arellano y Soledad Fernández de Peña, aquí recurrente
(fojas cuarenta y cuarenta y uno); de ahí que, como bien lo razonó el a quo, la demandada, aquí
inconforme, al dar contestación a la demanda instaurada en su contra, se hizo sabedora del juicio
a que dio origen esa demanda y salió oportunamente al mismo en defensa de sus derechos; por lo
tanto, los vicios de que pudo haber adolecido el emplazamiento y la cita de espera quedaron
compurgados, toda vez que su cometido principal, que es el de hacer saber a los demandados la
existencia del juicio para que si lo estiman conveniente, salgan oportunamente al mismo a
defender sus derechos, quedó cumplido; cobra aplicación al caso el contenido de las tesis
relacionadas, consultables en la foja mil doscientos ochenta y nueve de la Segunda Parte del
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, correspondiente a los años 1917-1988, rubros:
‘EMPLAZAMIENTO, VICIOS DEL, EN CASO DE CONTESTACIÓN A LA DEMANDA.’ y
‘EMPLAZAMIENTO, VICIOS DEL, EN CASO DE CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA.’.-Por otra parte,
aun y cuando el Juez de Distrito fue omiso en resolver respecto de los actos reclamados
consistentes en el auto de exequendo de nueve de enero de mil novecientos noventa y del
despacho número sesenta y nueve, de diez siguiente, en el que se solicitó el auxilio al Juez Mixto
Municipal en Tlapacoyan, Veracruz, para llevar al cabo la práctica de diligencias necesarias, lo
cierto es que dichos actos reclamados, dictados en la primera instancia del juicio ejecutivo
mercantil relativo, no deben reclamarse en amparo indirecto, porque no constituyen actos que
tengan sobre las personas o las cosas, una ejecución que sea de imposible reparación, ya que los
mismos sólo pueden implicar la infracción de derechos adjetivos que generan únicamente efectos
intraprocesales; en ese orden de ideas, dados los términos y la instancia en que se dictaron los
aludidos actos reclamados, el amparo en su contra promovido, es improcedente, en términos de lo
preceptuado en el artículo 73, fracción XVIII, en relación con el diverso 114, fracción IV, a contrario
sensu, y 192 de la Ley de Amparo. Sirve de apoyo a lo anterior, el contenido de la jurisprudencia
número 276, consultable en la página cuatrocientos noventa y dos, Segunda Parte, del Apéndice al
Semanario Judicial de la Federación 1917-1988, cuyo rubro y texto es del tenor siguiente: ‘AUTO DE
EXEQUENDO.-Siendo reparables sus efectos dentro del juicio, al amparo contra dicho auto es
improcedente, si se ha dictado en la primera instancia.’.-Sentado lo anterior, se modifica la
sentencia recurrida, para sobreseer en el juicio de amparo por cuanto a los actos reclamados
consistentes en el auto de nueve de enero de mil novecientos noventa y despacho número sesenta
y nueve, de diez siguiente; y negar el amparo y protección de la Justicia Federal, respecto de los
actos reclamados consistentes en la cita de espera, falta de emplazamiento y los que se hacen
derivar de éste."
SEXTO.-De las copias certificadas remitidas por el Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo
del Segundo Circuito, se advierte que las consideraciones sustentadas al resolver con fecha
veintiséis de septiembre de mil novecientos noventa y seis el juicio de amparo directo en revisión
número 90/96, promovido por Leticia y María de Lourdes, ambas de apellidos Mijangos Santiago y
Manuel Gonzalo Herrera son, en lo conducente, las siguientes:
"QUINTO.-Los conceptos de violación son infundados, como se explica enseguida.-Los ahora
inconformes tildan de ilegal el emplazamiento reclamado, en base a la circunstancia atribuida al
actuario de la Junta, de no haberse cerciorado por ningún medio de que las personas a quien iba a
notificar tuvieran su domicilio en el lugar donde se practicó la diligencia; incluso, alegan que la
negociación Cinemas Puente Rojo Plus, demandada en el juicio de origen, es diversa a la fuente
laboral Cinemas Puente Rojo, propiedad de la peticionaria Lourdes Mijangos Santiago.-Es menester
precisar que de las constancias presentadas con el informe justificado de las autoridades
responsables, se advierte que Miguel A. Serafín Marín y Mayté Garduño Mejía, en juicio laboral
demandaron diversas prestaciones de ‘Cinemas Puente Rojo Plus y/o Lourdes Mijangos Santiago
y/o Miguel González Herrera y/o quien resulte responsable de la relación laboral y/o quien resulte
propietario de la fuente de trabajo’.-En tal virtud, es a dichas personas a quien debía emplazar el
actuario y no a otras, como pretenden los quejosos.-Por otra parte, de la razón de emplazamiento,
fojas 46, 47, 48, 49 y 50 se advierte que el actuario de la Junta responsable se constituyó en el
domicilio ubicado en avenida Alfredo del Mazo, lotes del 6 al 8, colonia Alfredo del Mazo, en el
Valle de Chalco, Estado de México, domicilio proporcionado en la demanda, cerciorándose de que
el domicilio correcto, guiándose por el nombre de la requerida, nombre comercial (sic), por
informes de los vecinos y de Lourdes Mijangos, quien manifestó ser (sic), cerciorándose así al
practicar la diligencia en el domicilio de la demandada Cinemas Puente Rojo Plus y/o Lourdes
Mijangos y/o Manuel González Herrera y/o quien resulte responsable de la relación laboral (sic).-
Situación aparte, es la circunstancia aseverada por los peticionarios en el sentido de que Leticia
Mijangos Santiago, es propietaria de Cinemas Puente Rojo y no de Cinemas Puente Rojo Plus y que
los quejosos María de Lourdes Mijangos Santiago y Manuel González Herrera, no tienen injerencia
en ninguna de las dos razones sociales en mención, supuesto que ello incidiría en una falta de
identidad entre la negociación que ostenta tener Leticia Mijangos Santiago y una falta de relación
laboral entre los quejosos María de Lourdes Mijangos Santiago y Manuel González Herrera, y los
actores en el juicio laboral, lo cual es propio de ese procedimiento, pero no de la presente
controversia constitucional cuya materia se integra en la supuesta ilegalidad del emplazamiento
practicado en el pluricitado juicio.-Con base en lo anterior, al ser fundados los agravios e
infundados los conceptos de violación, procede revocar el sobreseimiento decretado por el Juez de
Distrito y en su lugar negar a los quejosos el amparo y protección de la Justicia Federal impetrada."
SÉPTIMO.-Del estudio de las ejecutorias transcritas se advierte que la contradicción de criterios, de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 107, fracción XIII, de la Constitución Federal, 197 y
197-A de la Ley de Amparo, únicamente se suscita entre el criterio que sustentan el Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito y el diverso que sostiene el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Séptimo Circuito, atendiendo a las siguientes consideraciones.
Esta Suprema Corte de Justicia ha estimado que para que exista materia sobre la cual
pronunciarse, esto es, para que se pueda dilucidar cuál tesis debe prevalecer en un caso
determinado de contradicción, debe existir discrepancia de criterios jurídicos respecto de una
misma situación jurídica.
De las ejecutorias pronunciadas por los órganos colegiados contendientes se advierte que la
divergencia de criterios se suscita entre los sustentados por el Primer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Sexto Circuito, al resolver con fecha veintisiete de octubre de mil novecientos
noventa y nueve, el juicio de amparo en revisión número 503/99, promovido por Domingo Nájera
Ortega, por sí y en representación de la empresa denominada Transportes Nájera de Puebla,
Sociedad Anónima de Capital Variable; y el diverso sustentado por el Segundo Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Séptimo Circuito, al fallar los juicios de amparo en revisión números 328/97,
866/96, 850/96 y 574/96, promovidos en ese orden por Josefina Morales de la Luz, Esther Mena
Flores, Régulo Martínez Hernández y Soledad Fernández de la Peña.
Lo anterior es así, en razón de que los órganos colegiados contendientes se pronunciaron en
relación con un mismo problema jurídico, a saber, determinar si cuando la parte quejosa invoca el
amparo ostentándose como persona extraña a un juicio, pero de las constancias de autos aparece
que compareció almismo y ya transcurrió el plazo legal para ejercitar la acción constitucional, debe
sobreseerse o entrar al análisis de los conceptos de violación.
El Tribunal Colegiado citado en primer término concluyó que lo procedente es sobreseer en el juicio,
mientras que el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Séptimo Circuito, arribó a un
criterio divergente, pues estima que lo conducente en el caso planteado es revocar el
sobreseimiento, analizar los conceptos de violación y, dado el supuesto, negar el amparo.
En tales condiciones, es inconcuso que en el caso se verifica la divergencia de criterios denunciada,
de conformidad con la tesis CLIII/90, sustentada por la anterior Tercera Sala de esta Suprema Corte
de Justicia de la Nación, aprobada en sesión de veintiuno de noviembre de mil novecientos
noventa, que dice:
"CONTRADICCIÓN DE TESIS. PARA QUE SE GENERE SE REQUIERE QUE UNA TESIS AFIRME LO QUE
LA OTRA NIEGUE O VICEVERSA.-La existencia de una contradicción de tesis entre las sustentadas en
sentencias de juicios de amparo directo, no se deriva del solo dato de que en sus consideraciones se
aborde el mismo tema, y que en un juicio se conceda el amparo y en otro se niegue, toda vez que
dicho tema pudo ser tratado en diferentes planos y, en consecuencia, carecer de un punto común
respecto del cual lo que se afirma en una sentencia se niegue en la otra o viceversa, oposición que
se requiere conforme a las reglas de la lógica para que se genere la referida contradicción."
En cambio, la contradicción no se surte en relación al criterio sustentado por el Primer Tribunal
Colegiado en Materias Civil y de Trabajo del Segundo Circuito, al fallar el amparo en revisión
número 90/96, toda vez que de las consideraciones contenidas en la ejecutoria de mérito no se
advierte que dicho órgano colegiado se haya pronunciado en torno al problema jurídico
puntualizado en párrafos precedentes, sino sobre la legalidad de un emplazamiento, motivo por el
que dicha ejecutoria queda excluida del análisis a que se refiere esta resolución.
En el entendido precisado, procede dilucidar el criterio que debe prevalecer con carácter de
jurisprudencia.

OCTAVO.-Este Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación estima que en la especie
debe prevalecer con el carácter de jurisprudencia, el criterio definido al final de este considerando
por los motivos que a continuación se exponen.
En primer término, debe precisarse que el emplazamiento es el acto procesal mediante el cual el
juzgador da a conocer a una persona la admisión de una demanda enderezada en su contra y le
concede un plazo para que pueda contestarla, de tal manera que sólo puede ser referido a la
contraparte del actor, es decir, al demandado.
Por otra parte, es menester determinar qué debe entenderse por persona extraña a juicio, en virtud
de que como se ha indicado, en la especie debe dilucidarse si cuando la parte quejosa invoca el
juicio de amparo ostentándose como persona extraña, pero de las constancias de autos aparece
que compareció al mismo y ya transcurrió el plazo legal para ejercitar la acción constitucional,
debe sobreseerse o entrar al estudio de los conceptos de violación.
La fracción V del artículo 114 de la Ley de Amparo establece que procede el amparo indirecto
"Contra actos ejecutados dentro o fuera de juicio, que afecten a personas extrañas ...".
Tanto la doctrina como la jurisprudencia utilizan indistintamente la expresión de persona extraña y
de tercero extraño al referirse a la procedencia del amparo indirecto previsto en la fracción V del
artículo 114 ya citado; sin embargo, acorde con las interpretaciones sustentadas por este Alto
Tribunal, el concepto de persona extraña al juicio es más amplio que el de tercero extraño, porque
en aquél se incluye también al propio demandado cuando no es emplazado, o cuando los vicios en
el emplazamiento le impiden conocer los datos necesarios para defenderse.
Para los efectos del juicio de amparo, en los términos del artículo 114, fracción V, de la ley de la
materia, persona extraña es, en principio, aquella que no ha figurado en el juicio o en el
procedimiento como parte en sentido material, pero que sufre un perjuicio dentro del mismo o en
la ejecución de las resoluciones sin haber tenido la oportunidad de ser oída en su defensa por
desconocer las actuaciones relativas, quedando incluido en este concepto, asimismo, como ya se
dijo, la parte que no fue emplazada o que fue emplazada incorrectamente.
Sobre el particular, resulta aplicable la tesis de jurisprudencia cuyos datos de identificación, rubro y
texto se reproduce a continuación:
"Novena Época
"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: VII, enero de 1998
"Tesis: P./J. 7/98
"Página: 56
"PERSONA EXTRAÑA A JUICIO, CONCEPTO DE.-Para los efectos del juicio de amparo, en los
términos del artículo 114, fracción V, de la ley de la materia, persona extraña es, en principio,
aquella que no ha figurado en el juicio o en el procedimiento como parte en sentido material, pero
que sufre un perjuicio dentro del mismo o en la ejecución de las resoluciones, sin haber tenido la
oportunidad de ser oída en su defensa por desconocer las actuaciones relativas, quedando incluida
en este concepto, asimismo, la parte que no fue emplazada o que fue emplazada
incorrectamente."
Importa destacar por otro lado, que la afectación que puede resentir una persona extraña a juicio,
no proviene en todos los casos del mismo acto dentro de la secuela que va desde la demanda hasta
el cumplimiento de la sentencia, sino que ello dependerá de la titularidad del derecho que reclame
(y pruebe), sea en relación con el bien debatido en el juicio, sea con los bienes de que la sentencia
disponga o, en fin, con aquellos que se afecten en la ejecución.
Lo anterior es así porque cuando dos personas siguen un juicio sin llamar a la que es titular de los
derechos que en el procedimiento habrán de controvertirse, es evidente que conforme al derecho
positivo se le causa un perjuicio a sus intereses jurídicamente protegidos, tanto desde el punto de
vista legal como desde el punto de vista constitucional, porque las disposiciones ordinarias le dan
acciones para intervenir en el juicio, y desde el punto de vista constitucional en razón de que si los
artículos 14 y 16 de la Carta Magna otorgan a todo gobernado las garantías de audiencia y
legalidad, no puede válidamente discutirse en juicio sobre un bien o derecho del que es titular una
persona a quien no se llamó para que se defendiera.
Consecuentemente, ya sea que se tome en cuenta la ley ordinaria, o la norma constitucional, en el
derecho positivo mexicano se demuestra la afectación a la persona extraña, puesto que resiente un
perjuicio por la transgresión a derechos legítimamente tutelados como lo ha reconocido este Pleno
en la tesis visible en la compilación de 1988, Primera Parte, página 868, que dice:
"INTERÉS JURÍDICO PARA LA PROCEDENCIA DEL AMPARO.-De acuerdo con el sistema consignado
en la ley reglamentaria del juicio de garantías, el ejercicio de la acción constitucional está
reservado únicamente a quienes resienten un perjuicio con motivo de un acto de autoridad o por la
ley. Ahora bien, la noción de perjuicio para los efectos del amparo supone la existencia de un
derecho legítimamente tutelado que, cuando es transgredido por la actuación de una autoridad o
por la ley, faculta a su titular para acudir ante el órgano jurisdiccional correspondiente
demandando que esa transgresión cese. Tal derecho protegido por el ordenamiento legal objetivo
es lo que constituye el interés jurídico que la ley de la materia toma en cuenta para la procedencia
del juicio de amparo. Sin embargo, es oportuno destacar que no todos los intereses que puedan
concurrir en una persona merecen el calificativo de jurídicos, pues para que tal acontezca es
menester que el derecho objetivo se haga cargo de ellos a través de una o varias de sus normas."
En tales condiciones, cuando dentro del juicio se controvierten los derechos sobre un bien respecto
del cual un extraño tiene interés, ya el solo procedimiento le causa perjuicio a su esfera jurídica
ordinaria, puesto que las leyes le otorgan las acciones adecuadas para comparecer e intervenir en
el juicio, además de que también se le afectan directamente sus garantías constitucionales, en
virtud de que sin oírlo se sustancia un procedimiento contencioso, del cual puede derivar una
resolución que lesione su interés.
Ahora bien, para efectos de dilucidar la divergencia de criterios a que este toca se refiere, es
preciso hacer notar que el examen que se realiza se circunscribe a los siguientes supuestos:
En las hipótesis analizadas por los Tribunales Colegiados existe un juicio en el que:
a) No se emplazó al afectado;
b) Aún no se dicta sentencia de primera instancia;
c) El afectado comparece a juicio;
d) Con posterioridad a la comparecencia, se promueve juicio de amparo indirecto ostentándose
como persona extraña al juicio, esto es, en términos del artículo 114, fracción V, de la Ley
Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 Constitucionales.
De ello deriva que los promoventes del juicio de amparo se ostentaron como personas extrañas al
juicio, aduciendo no haber sido emplazadas o bien haber sido llamadas en forma de tal manera
ilegal que no tuvieron conocimiento del procedimiento incoado en su contra; sin embargo, se
advierte que todas ellas comparecieron al procedimiento común antes de haberse dictado
sentencia definitiva.
Ahora bien, la anterior circunstancia, esto es, el hecho de que los promoventes del amparo hayan
comparecido al juicio haciéndose sabedores de los actos reclamados y del proceso seguido en su
contra, es razón suficiente para desvirtuar su carácter de persona extraña al juicio en términos del
artículo 114, fracción V, de la Ley de Amparo, toda vez que como quedó puntualizado con
antelación, con ese carácter, en el supuesto mencionado, quedan comprendidos únicamente
quienes no fueron emplazados o, aun siéndolo, no tuvieron oportunidad de hacerse sabedores del
procedimiento.
Tomando en cuenta lo anterior y constriñendo la materia de análisis a la hipótesis que se plantea
en la presente contradicción, esto es, a aquella en la que quien es parte en el juicio comparece a él
no obstante no haber sido emplazado o habiendo sido llamado en forma irregular, se hace sabedor
del proceso antes de dictarse sentencia, procede dilucidar en qué momento y en qué términos
puede intentar el amparo en contra de ese acto que ha irrogado perjuicio a su esfera jurídica.
Para ello, se parte de lo dispuesto en el artículo 107, fracción III, inciso c), de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, que establece:
"Artículo 107. Todas las controversias de que habla el artículo 103 se sujetarán a los
procedimientos y formas del orden jurídico que determine la ley, de acuerdo a las bases siguientes:
... III. Cuando se reclamen actos de tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, el amparo
sólo procederá en los casos siguientes: ... c) Contra actos que afecten a personas extrañas al
juicio."
Como deriva del precepto constitucional, dicha norma fundamental no impone la carga, previa a la
promoción del juicio de garantías, tratándose de personas extrañas al juicio, de agotar recursos
ordinarios, como sí lo hace con las partes que intervienen en el juicio en el que se produzcan los
actos reclamados, en el numeral y fracción mencionados, incisos a) y b), que respectivamente
dicen:
"a) Contra sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, respecto de las
cuales no proceda ningún recurso ordinario por el que puedan ser modificados o reformados, ya
sea que la violación se cometa en ellos o que, cometida durante el procedimiento, afecte a las
defensas del quejoso, trascendiendo al resultado del fallo; siempre que en materia civil haya sido
impugnada la violación en el curso del procedimiento mediante el recurso ordinario establecido por
la ley e invocada como agravio en la segunda instancia, si se cometió en la primera. Estos
requisitos no serán exigibles en el amparo contra sentencias dictadas en controversias sobre
acciones del estado civil o que afecten al orden y a la estabilidad de la familia; b) Contra actos en
juicio cuya ejecución sea de imposible reparación, fuera de juicio o después de concluido, una vez
agotados los recursos que en su caso procedan."
La excepción al principio de definitividad que rige en el juicio de amparo tratándose de personas
extrañas, tiene por objeto no dejarlas en estado de indefensión, pues los recursos ordinarios sólo
pueden interponerse por las partes del contencioso, a excepción de la tercería.
En tales condiciones, el artículo 114, fracción V, de la Ley de Amparo, que dispone que el amparo se
pedirá ante el Juez de Distrito, entre otros supuestos, contra actos ejecutados dentro o fuera del
juicio, que afecten a personas extrañas a él, cuando la ley no establezca a favor del afectado algún
recurso ordinario o medio de defensa que pueda tener por efecto modificarlos o revocarlos,
siempre que no se trate del juicio de tercería, debe ser interpretado en forma armónica con la
disposición constitucional, de tal manera que si ésta no impone limitación al principio de
definitividad, lo dispuesto en el precepto del ordenamiento reglamentario debe ser entendido
como una opción adicional.
En efecto, la persona extraña a juicio tiene opción de comparecer antes de que se dicte resolución
definitiva e interponer los recursos o medios ordinarios de defensa pertinentes si ello conviene a
sus intereses y resulta, a su parecer, mejor medio para obtener lo que a sus derechos convenga.
Apoya la anterior consideración, la tesis cuyo tenor se reproduce a continuación:
"Octava Época
"Instancia: Tercera Sala
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación
"Tomo: VI, Primera Parte
"Tesis: 3a./J. 44/90
"Página: 188
"AMPARO. PROCEDE EL JUICIO PROMOVIDO POR UNA PERSONA EXTRAÑA AL JUICIO NATURAL,
SIN NECESIDAD DE AGOTAR RECURSOS ORDINARIOS.-Los terceros extraños afectados por
determinaciones judiciales dictadas en procedimientos a que son ajenos, no están obligados a
agotar recursos ordinarios o medios legales de defensa antes de ocurrir al amparo, en virtud de
que el artículo 107, fracción III, inciso c), de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, no sujeta al tercero extraño al principio de definitividad que rige en el juicio de
garantías, lo que sí hace con las partes del juicio en que se producen los actos reclamados, como lo
disponen los incisos a) y b) de la fracción y precepto constitucional citado. El artículo 114, fracción
V, de la Ley de Amparo, no debe interpretarse como una limitación para el tercero extraño, sino
como una posibilidad adicional de que, ante una determinación judicial dictada en un
procedimiento en que es tercero, pueda interponer los recursos ordinarios o medios legales de
defensa, si ello conviene a sus intereses y resulta, a su juicio, mejor medio para obtener respeto a
sus derechos, caso en el cual dispondrá de la acción constitucional contra la resolución que se dicte
en el recurso ordinario o medio de defensa intentado, y ello sin perjuicio de su derecho de acudir
directamente al juicio de garantías, interpretación que es congruente con el espíritu y texto del
artículo 107 constitucional."
Ahora bien, si el agraviado opta por agotar los recursos o medios de defensa ordinarios, debe
esperar, en caso de perder, el dictado de la resolución definitiva en el procedimiento y en contra de
ésta y de las violaciones procesales promover el amparo en la vía directa, en términos de lo
dispuesto en el artículo 158 de la Ley de Amparo que dispone:
"Artículo 158. El juicio de amparo directo es competencia del Tribunal Colegiado de Circuito que
corresponda, en los términos establecidos por las fracciones V y VI del artículo 107 constitucional, y
procede contra sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, dictados por
tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, respecto de los cuales no proceda ningún
recurso ordinario por el que puedan ser modificados o revocados, ya sea que la violación se cometa
en ellos o que, cometida durante el procedimiento, afecte a las defensas del quejoso,
trascendiendo al resultado del fallo, y por violaciones de garantías cometidas en las propias
sentencias, laudos o resoluciones indicados.
"Para los efectos de este artículo, sólo será procedente el juicio de amparo directo contra
sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, dictados por tribunales
civiles, administrativos o del trabajo, cuando sean contrarios a la letra de la ley aplicable al caso, a
su interpretación jurídica o a los principios generales de derecho a falta de ley aplicable, cuando
comprendan acciones, excepciones o cosas que no hayan sido objeto del juicio, o cuando no las
comprendan todas, por omisión o negación expresa. ..."
Sin embargo, si el gobernado que se hizo sabedor del juicio compareciendo a él, opta por intentar
la vía indirecta en la que tendrá la oportunidad de ofrecer pruebas en relación con el
emplazamiento defectuoso o de su omisión, el Juez de Distrito debe sobreseer, fundamentalmente
porque ya no es persona extraña al juicio, en virtud de que puede defenderse dentro del
procedimiento ordinario y, en su oportunidad, si es el caso, acudir al amparo directo, fundándose la
improcedencia en los artículos 73, fracción XVIII y 114, fracción V, interpretada a contrario sensu,
de la Ley de Amparo.
En efecto, si el promovente se hizo sabedor del procedimiento incoado en su contra, es evidente
que por ese solo hecho perdió el carácter de persona extraña al procedimiento, pues tal
apersonamiento le ha permitido el conocimiento de las prestaciones que se le reclaman;
circunstancia que le permite hacer valer, a través de los medios impugnativos ordinarios, la
defensa a sus intereses dentro del propio proceso y, en caso de no obtener resolución interlocutoria
favorable, esperar a hacer el planteamiento de las violaciones procesales al momento de combatir
la sentencia definitiva.
Lo anterior no implica que el promovente del amparo indirecto quede al margen del término
previsto en el artículo 21 de la Ley de Amparo, esto es, al plazo de quince días contados a partir del
día siguiente al en que tenga conocimiento del juicio, en virtud de que como quedó precisado
previamente, en sentido estricto, la comparecencia al procedimiento trae la consecuencia jurídica
de que el promovente no pueda reputarse como persona extraña al procedimiento en términos del
multicitado artículo 114, fracción V, de la Ley de Amparo.
El artículo 21 de la ley de la materia, dispone:
"Artículo 21. El término para la interposición de la demanda de amparo será de quince días. Dicho
término se contará desde el día siguiente al en que haya surtido efectos, conforme a la ley del acto,
la notificación al quejoso de la resolución o acuerdo que reclame; al en que haya tenido
conocimiento de ellos o de su ejecución, o al en que se hubiese ostentado sabedor de los mismos."
Del contenido del numeral invocado se sigue que de haber optado por el amparo, obviamente
indirecto, el promovente debe sujetarse al término de quince días contados a partir del día
siguiente al en que haya tenido conocimiento del juicio.
No obstante, si bien la improcedencia por extemporaneidad o consentimiento tácito basada en los
artículos 21 y 73, fracción XII, del propio ordenamiento, puede eventualmente surtirse, como lo
resolvió el Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito, también puede acontecer
que no sea así, cuando el afectado por el no emplazamiento comparezca al juicio natural, pero
antes de que transcurra el plazo del referido artículo 21,intente asimismo el amparo indirecto. En
tal supuesto no cabría sobreseer por extemporaneidad, sin embargo, seguiría en pie la otra causal.
En las condiciones apuntadas, a juicio de este Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, si de las constancias que obran en el expediente existe prueba de que el quejoso
compareció al juicio, el amparo es improcedente, fundamentalmente porque no es persona
extraña al juicio y, por tanto, no se da la hipótesis que establece el artículo 114, fracción V, de la
Ley de Reglamentaria de los Artículos 103 y 107 Constitucionales.
No es obstáculo para arribar a la conclusión anotada, lo argumentado por el Segundo Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Séptimo Circuito, en el sentido de que la falta de emplazamiento es
una violación de gran magnitud, toda vez que tal circunstancia no puede ser materia de
pronunciamiento por parte del Juez Federal, en razón de que previo al análisis de dicha cuestión
debe determinarse la procedencia del juicio, pues se insiste, en la hipótesis que se analiza no se
está en presencia de una persona extraña al juicio que haya quedado sin defensa con motivo de la
falta de emplazamiento o de su ilegalidad, sino que, como se ha indicado en forma reiterada, se
trata de sujetos que comparecieron al juicio natural y que habiendo tenido oportunidad de agotar
los recursos o medios ordinarios de defensa, decidieron, indebidamente, intentar la vía indirecta.
En mérito de lo expuesto, este Tribunal Pleno estima que debe prevalecer la siguiente tesis con el
carácter de jurisprudencia:
PERSONA EXTRAÑA A JUICIO. CARECE DE TAL CARÁCTER QUIEN COMPARECIÓ AL PROCEDIMIENTO
NATURAL, POR LO QUE DEBE SOBRESEERSE EN EL JUICIO AL ACTUALIZARSE LA CAUSAL DE
IMPROCEDENCIA PREVISTA EN EL ARTÍCULO 73, FRACCIÓN XVIII, DE LA LEY DE AMPARO, EN
RELACIÓN CON EL DIVERSO 114, FRACCIÓN V, APLICADA EN SENTIDO CONTRARIO, DEL PROPIO
ORDENAMIENTO, AUN CUANDO HAYA SIDO PROMOVIDO DENTRO DEL TÉRMINO ESTABLECIDO EN
EL ARTÍCULO 21 DE LA PROPIA LEY.-La sola circunstancia de que el afectado conozca de la
existencia del juicio en el que funge como parte y comparezca al mismo, a pesar de no haber sido
legalmente emplazado, desvirtúa su carácter de persona extraña al procedimiento, por lo que si
promueve el juicio de amparo indirecto, ostentándose con tal carácter, el Juez de Distrito debe
sobreseerlo con fundamento en el artículo 74, fracción III, de la Ley de Amparo, fundamentalmente
porque el promovente ya no es persona extraña al juicio por haber comparecido al procedimiento
ordinario, quedando en posibilidad de defenderse dentro del contencioso y, en su oportunidad, si es
el caso, acudir al amparo directo, fundamentándose la improcedencia en los artículos 73, fracción
XVIII y 114, fracción V, aplicada en sentido contrario, de la propia ley; sin que lo anterior implique
que el promovente del amparo indirecto, por el hecho de ostentarse como tercero extraño, quede
al margen del término previsto en el artículo 21 de la Ley de Amparo, esto es, al plazo de quince
días contados a partir del día siguiente al en que tenga conocimiento del juicio, bajo el argumento
de que la falta o ilegalidad del emplazamiento sea una violación de gran magnitud, pues si bien la
improcedencia por extemporaneidad o consentimiento tácito basado en los artículos 21 y 73,
fracción XII, del propio ordenamiento, puede llegar a configurarse, tal circunstancia no se surte
necesariamente porque puede suceder que el afectado por la falta de emplazamiento promueva el
juicio de garantías antes de que transcurra el plazo referido y en tal supuesto no cabría sobreseer
por inoportunidad de la demanda, ya que seguiría en pie la otra causal.
En mérito de lo expuesto, se resuelve:
PRIMERO.-No existe contradicción entre los criterios sustentados por el Primer Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Sexto Circuito y Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Séptimo
Circuito en relación con el emitido por el Primer Tribunal Colegiado en Materias Civil y de Trabajo
del Segundo Circuito, al fallar los juicios de amparo directo en revisión especificados en el
resultando primero de esta resolución.
SEGUNDO.-Existe contradicción entre los criterios sustentados por el Primer Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Sexto Circuito y el que sostiene el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Séptimo Circuito, al fallar los juicios de amparo directo en revisión especificados en el resultando
primero de esta ejecutoria.
TERCERO.-Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia el criterio sustentado por este Tribunal
Pleno en el último considerando de esta resolución.
Notifíquese; remítase la tesis jurisprudencial a las Salas y a los Tribunales Colegiados de Circuito,
así como al Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, para su publicación. En su
oportunidad, archívese este expediente.
Así lo resolvió el Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por unanimidad de
diez votos de los señores Ministros Aguirre Anguiano, Azuela Güitrón, Díaz Romero, Aguinaco
Alemán, Gudiño Pelayo, Ortiz Mayagoitia, Román Palacios, Sánchez Cordero, Silva Meza y
presidente Góngora Pimentel. El señor Ministro Castro y Castro, no asistió por estar cumpliendo
con una comisión de carácter oficial. Fue ponente el señor Ministro Juan Díaz Romero.
Nota: La tesis de rubro: "CONTRADICCIÓN DE TESIS. PARA QUE SE GENERE SE REQUIERE QUE UNA
TESIS AFIRME LO QUE LA OTRA NIEGUE O VICEVERSA.", citada en esta ejecutoria, constituyó la
jurisprudencia a./J. 38/93 y aparece publicada con el número 123 en el Apéndice al Semanario
Judicial de la Federación 1917-2000, Tomo VI, Materia Común, página 100.

Registro Núm. 19165; Novena Época; Tribunales Colegiados de Circuito; Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta

Tomo XXII, Diciembre de 2005, página 2366.

AMPARO EN REVISIÓN 393/90. AMPARO NAYLOR HERNÁNDEZ Y OTROS.


CONSIDERANDO:
CUARTO.-Son parcialmente fundados los agravios expresados, pero inoperantes.
Efectivamente, como lo señalan los recurrentes, en forma equivocada la Juez a quo para decretar
el sobreseimiento en el juicio de garantías se fundó, en resumen en las siguientes consideraciones:
que del análisis de las constancias remitidas por la responsable con su informe justificado, se
advierte, que por auto de ocho de diciembre de mil novecientos ochenta y nueve se previno a los
hoy recurrentes con imponerles un arresto de diez días, en caso de que en el término de
veinticuatro horas no hicieran entrega de los bienes extraídos del inmueble materia del
arrendamiento; que habiéndoles sido notificada dicha resolución, los hoy recurrentes debieron
inconformarse con el aludido proveído, mediante el recurso de apelación previsto en el artículo
1341 del Código de Comercio, y que por no haberlo hecho, no cumplieron con el principio de
definitividad que rige el juicio de garantías, concluyendo la Juez que lo procedente era sobreseer en
el mismo, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 73, fracción XIII y 74, fracción III, de la
Ley de Amparo.
Ahora bien, resultan fundados los agravios de los recurrentes, con respecto a que, siendo un
procedimiento civil del cual emana el acto reclamado, resultan inaplicables al mismo las citadas
disposiciones del Código de Comercio. Sin embargo, los razonamientos en que se fundó la
responsable son correctos, no obstante, la indebida cita de los preceptos legales en los que se
apoyó al resolver, toda vez que efectivamente existe la causa de improcedencia que advirtió la Juez
Federal como se demuestra enseguida.
Como se dijo antes, con fecha ocho de diciembre de mil novecientos ochenta y nueve se pronunció
una resolución en el juicio generador del acto reclamado, por medio del cual se previno a los
recurrentes para que dentro del término de veinticuatro horas hicieran entrega de los bienes que
se extrajeron del inmueble materia del arrendamiento, con el apercibimiento de que en caso de no
hacerlo se les impondría un arresto hasta por diez días, dicha resolución les fue notificada
legalmente y los recurrentes omitieron impugnarla mediante el recurso procedente, que en este
caso lo es el de revocación, previsto en el artículo 471 del Código de Procedimientos Civiles para el
Estado de Puebla; dicha disposición establece que en contra de una resolución que no sea
recurrible en apelación o en queja, procede la revocación, salvo cuando la ley niegue tal recurso; y
al no haberlo hecho valer contra la resolución en la que se les previno de la imposición del arresto,
el auto por el cual la responsable lo hizo efectivo, resulta un acto derivado de otro consentido, toda
vez que la imposición del arresto es una consecuencia lógica y natural del auto anterior; en
consecuencia, lo procedente es decretar el sobreseimiento en el juicio de garantías, con apoyo en
la jurisprudencia número 57, visible en la página 87, de la Sexta Parte del Apéndice al Semanario
Judicial de la Federación de los años 1917-1985, titulada: "ARRESTO. SOBRESEIMIENTO EN
CONTRA DEL AUTO QUE ORDENA HACER EFECTIVO EL APERCIBIMIENTO DE."
Ahora bien, los inconformes alegan que en contra de la resolución en que se les previene del
arresto, interpusieron juicio de amparo y que, por ende, no es un acto consentido, al respecto debe
decirse, que si bien es cierto que los recurrentes promovieron en vía de impugnación juicio de
amparo contra el auto en el que se les apercibe de arresto, tal resolución debe estimarse
consentida, por no haberse impugnado por medio del recurso de revocación que prevé la ley
procesal que rige el acto reclamado, toda vez que al hacer uso de un medio legal diverso, no se
producirán los efectos jurídicos tendientes a revocar, confirmar o modificar el acto reclamado, lo
que se traduce en una falta de impugnación eficaz y, consecuentemente, en un consentimiento del
mismo, lo que obligaba a decretar el sobreseimiento, como lo hizo la Juez Primera de Distrito; sirve
de apoyo a lo anterior, además, la jurisprudencia número 70, visible en la página 116 del último
Apéndice al Semanario Judicial de la Federación, Segunda Parte, titulada: "ACTOS DERIVADOS DE
ACTOS CONSENTIDOS. IMPROCEDENCIA."
Por otra parte, los recurrentes alegan en sus agravios que de acuerdo con el artículo 549 del
Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Puebla, se niega la procedencia de algún
recurso, contra los proveídos tendientes a lograr la ejecución de una resolución y que, en el caso, es
improcedente algún recurso contra el auto que impone el arresto.
Al respecto, es necesario precisar que ciertamente dicho precepto legal a la letra dice: "Contra los
proveídos dictados con objeto de lograr la ejecución de una resolución, no se admitirá recurso
alguno.", pero no podemos perder de vista, que el citado artículo 549, al establecer el término
"resoluciones" no se está refiriendo indistintamente a autos y sentencias, sino en forma exclusiva a
estas últimas, es decir, a sentencias, para llegar a esta conclusión basta leer el capítulo décimo
octavo del aludido código procesal civil, que lo contiene, y que en su artículo 540 establece: "Debe
ejecutar las resoluciones el tribunal que las pronunció en primera instancia. El superior que dictó la
resolución que cause ejecutoria remitirá al inferior, dentro de los tres días siguientes a la última
notificación, testimonio de ella y de sus notificaciones y devolverá los autos que hubiere recibido,
debiéndose asentar en el expediente razón de haberse cumplido con lo dispuesto en este artículo.",
y el 541 que a la letra dice: "El procedimiento de ejecución de las sentencias deberá tramitarse a
petición de parte y no de oficio." y, asimismo, de la lectura de todos los artículos que le siguen
hasta llegar al que se comenta, se infiere que cuando en dicho capítulo se habla de "resoluciones"
el legislador se refirió exclusivamente a las sentencias. Y si tomamos en consideración que la
resolución en la que se previno a los recurrentes de la imposición del arresto del que derivó el acto
reclamado en el juicio de garantías cuya sentencia se revisa, no es precisamente un proveído que
tuviese por objeto la ejecución de una sentencia, es incuestionable que en contra del mismo,
resultaba procedente el recurso de revocación previsto en el propio código procesal civil.
Finalmente, por cuanto a lo que aducen los recurrentes respecto a que en contra de la resolución
que impone un arresto no procede recurso, tienen razón los mismos, aunque no de acuerdo con lo
dispuesto en el aludido artículo 549 que citan, sino de conformidad con el artículo 81 de la ley
procesal civil, pero este argumento resulta irrelevante, toda vez que el sobreseimiento en el juicio
de garantías no fue motivado porque en contra del citado proveído, procediera o no recurso, sino
porque el acto reclamado, es derivado de otro que fue consentido por los recurrentes.
Por lo antes expuesto y no advirtiendo este Tribunal Colegiado alguna violación a la ley que
hubiese dejado sin defensa a los recurrentes, lo que obligaría a suplir la deficiencia de la queja en
términos de lo dispuesto en el artículo 76 bis, fracción VI, de la Ley de Amparo, lo debido es
confirmar la sentencia sujeta a revisión.
Por lo expuesto y con fundamento en los artículos 83, fracción IV, 85 y 91 de la Ley de Amparo, 43 y
44, fracción III, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, es de resolverse y se
resuelve:
PRIMERO.-Se confirma la sentencia sujeta a revisión.
SEGUNDO.-Se sobresee el juicio de garantías promovido por Amparo Naylor Hernández y José
Gerardo Chávez Tamayo contra los actos que reclaman del Juez Primero de lo Civil, diligenciario
par adscrito al juzgado, procurador general de Justicia y coordinador de la Policía Judicial del
Estado, todos con residencia en esta ciudad, y que quedaron transcritos en el resultado primero de
este fallo.
TERCERO.-La Justicia de la Unión ampara y protege a Sergio Bermúdez Conde, contra los actos que
reclama de las citadas autoridades responsable, mismas que se dejaron puntualizadas en el primer
resultando del fallo, para los efectos que se precisaron en la parte final del considerando tercero de
la sentencia que se revisa.
Notifíquese, con testimonio de esta resolución devuélvanse los autos al juzgado de su origen y, en
su oportunidad, archívese el toca.
Así, por unanimidad de votos lo resolvieron los señores Magistrados que integran el Tercer Tribunal
Colegiado del Sexto Circuito, licenciados Jaime Manuel Marroquín Zaleta, Juan Manuel Brito
Velázquez y Olivia del Socorro Heiras Rentería, siendo ponente el segundo de los nombrados.

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