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LA REBELDIA DEL IMPUTADO COMO CAUSAL DE INTERRUPCION DE LA PRESCRIPCION

TRABAJO FINAL DE GRADO

Proyecto de investigación Avanzada (PIA)

“LA REBELDIA DEL IMPUTADO COMO CAUSAL DE INTERRUPCION

DE LA ACCION PENAL”

Abrardo Lucciana Camila

Abogacía

2019

1
Resumen:

¿Cómo conciliar la realidad social con la legislación vigente? Esta pregunta se

desprende de una verdadera controversia de la potestad jurisdiccional de compulsar una

investigación penal de un hecho punible, la cual requiere la prosecución del trámite de la

pesquisa por parte del Estado, que por circunstancias que obedecen a nuestro ordenamiento

jurídico, culmina con la declaración de la prescripción de la acción penal por el mero

trascurso del tiempo.

Este es el tema central a desarrollar en el presente trabajo de investigación, la

prescripción de la acción penal, en los casos de rebeldía del imputado.

El objetivo es vislumbrar los verdaderos matices de la legislación vigente, y la

realidad político social en un entorno cada vez más violento, quedando así un sector de la

población desamparada y el imputado, cada vez más resguardado.

Es decir, se expondrá la autolimitación del Estado, en su poder soberano de proseguir

y castigar las conductas ilícitas y se delimitara las consideraciones que se adoptan del

instituto de la prescripción de la acción penal y las alteraciones que sufre el proceso penal por

los términos perentorios y el accionar del investigado cuando este eluda el proceso de la

justicia fugándose.

(Prescripción – acción penal – imputado – autolimitación – rebeldía – justicia)

2
Abstract:

How to reconcile social reality with current legislation? This question arises from a

true controversy of the jurisdictional power to compel a criminal investigation of a

punishable act, which requires the prosecution of the investigation by the State, which due to

circumstances that obey our legal system, culminates with the declaration of the prescription

of criminal action for the mere passing of time.

This is the central theme to be developed in the present investigation, the prescription

of criminal action, in cases of rebellion of the accused.

The objective is to glimpse the true nuances of the current legislation, and the social

political reality in an increasingly violent environment, thus leaving a sector of the population

helpless and the accused, more sheltered.

That is, it will expose the self-limitation of the State, in its sovereign power to

prosecute and punish unlawful conduct and delimit the considerations that are adopted from

the institute of the prescription of criminal action and the alterations suffered by the criminal

process for peremptory terms and the actions of the investigated when this eludes the process

of justice escaping.

(Prescription - criminal action - imputed - self-limitation - action - justice)

3
Índice general

Resumen-----------------------------------------------------------2

Abstract------------------------------------------------------------2

Introducción-------------------------------------------------------5

Capítulo I: Nociones generales

I. Diagnosis de la cuestión-------------------------------------------

II. Marco jurídico----------------------------------------------------8

A) Prescripción-----------------------------------------------------------10

B) Rebeldía---------------------------------------------------------------11

III. Análisis-----------------------------------------------------------11

IV. Naturaleza jurídica---------------------------------------------

Capitulo II: Conceptos básicos

I. Imputado/a------------------------------------------------------

II. Prófugo----------------------------------------------------------

III. Rebelde---------------------------------------------------------

IV. Prescripción----------------------------------------------------

Capitulo III: Modificaciones legislativas

I. Antecedentes de reforma-------------------------------------

II. Antecedentes legislativos de la ley 25.990-----------------

III. Proyectos de Ley-----------------------------------------------

Capitulo IV: Posturas doctrinarias y jurisprudenciales

I. Introducción---------------------------------------------------

II. Teorías Negativas---------------------------------------------

III. Teoría Retribucioncitas---------------------------------------

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IV. Teorías Positivas----------------------------------------------

A) Teoría del olvido del hecho-----------------------------

B) Teoría de la corrección-----------------------------------

C) Teoría Procesal-------------------------------------------

D) El sistema del Código Penal------------------------------

E) Excepciones al curso de la prescripción----------------

V. Jurisprudencia--------------------------------------------------

A) Causa: Pozo Alberto Luis--------------------------------

B) Causa A. G. L. A.-------------------------------------------

C) Causa Pira-----------------------------------------------------

VI. Síntesis--------------------------------------------------------------

Capítulo V: Entrevistas

I. Guía de pautas-----------------------------------------------------

II. Defensor oficial de instrucción: Dra. Ana María

Mayerhoeter

III. Abogado particular: Dr. Staude Gustavo Enrique.

Conclusión general----------------------------------------------

Bibliografía--------------------------------------------------------

Doctrina -----------------------------------------------------------

Legislación---------------------------------------------------------

Jurisprudencia-----------------------------------------------------------

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Introducción:
“Nada se parece tanto a la injusticia como la justicia

tardía”. (Séneca, 65 AC).

En el marco de un proceso se entiende a la rebeldía como la situación en la

que se coloca quien, habiéndose debidamente citado a comparecer al llamamiento

judicial ya sea de una investigación o en un juicio, no lo hace en el plazo legal

conferido o en caso de haber asistido, lo abandona sin mediar justificación. Más

específicamente la rebeldía, contumacia o latitanza la debemos entender como

voluntariedad que se configura con intención, discernimiento y libertad, de la

desobediencia a través de la ausencia a la citación judicial en el marco de un

procedimiento penal.

Si bien existen numerosos proyectos en donde se cuestiona la no

incorporación de la figura de la rebeldía a las causales enumeradas en el artículo 67

del Código Penal de la Nación, la ley 25.9901 fue la última modificación que tubo

dicho artículo en donde se procuró sustituir a la arcaica denominación “secuela del

juicio”, intentando de esta manera suplir esta descripción ambigua de las

consecuencias que provocan un efecto interruptivo.

Fue polémica esta modificación en consonancia con el reconocimiento que

tiene la contumacia del imputado, como un acto procesal de naturaleza interruptiva,

teniendo como consecuencia la elusión voluntaria del investigado.

1
(BO 10/1/05) “Modificase los párrafos cuarto y quinto del artículo 67 del Código Penal, los que
quedarán redactados de la siguiente manera: “La prescripción se interrumpe solamente por: a) la comisión de
otro delito; b) El primer llamado efectuado a una persona, en el marco de un proceso judicial, con el objeto de
recibirle declaración indagatoria por el delito investigado; c) El requerimiento acusatorio de apertura o elevación
a juicio, efectuado en la forma que lo establezca la legislación procesal correspondiente; d) El auto de citación a
juicio o acto procesal equivalente; y e) El dictado de sentencia condenatoria, aunque la misma no se encuentre
firme. La prescripción corre, se suspende o se interrumpe separadamente para cada delito y para cada uno de sus
partícipes, con la excepción prevista en el segundo párrafo de este artículo”.

6
Por ende, lo que se pretende exponer es que: para superar los límites

temporales del plazo razonable y la necesidad temporal de la persecución en el

proceso penal, es justificado dar inicio a la interrupción de la prescripción de la acción

cuando es una condición externa a la actividad del estado la que genera la

imposibilidad absoluta de ejercer el poder punitivo estatal.

A lo largo de esta investigación lo que se pretende es resaltar los motivos del

porque resulta procedente que la rebeldía sea una causal que no deje trascurrir al

tiempo de la prescripción de la acción penal, basado en un estudio relevante del

derecho de fondo, a través de una investigación descriptiva para concluir de manera

reflexiva sobre la necesidad de disponer con esta herramienta procesal sustantiva.

Para lograr esto último, centre el ángulo de análisis en un cotejo de posturas,

base del derecho penal, y teniendo como eje primordial las garantías constitucionales,

dando así apertura a un nuevo debate en donde se planteó, con riqueza argumental los

siguientes interrogantes:

¿Por qué la rebeldía de imputado hasta el momento no se

incorporó a el listado de causales de interrupción de la prescripción de

la acción penal detallados en art. 67 del Código penal?, ¿La

contumacia declarada del imputado, es un acto que podrían llegar a

interrumpir la prescripción de la acción penal, posibilitando la

actuación de la justicia y, a la vez, respetando los derechos y garantías

de la persona investigada?

Teniendo como fin mismo responderlos, para poder entrever las

justificaciones expuestas hasta entonces, en el desarrollo se expone una

colisión en el sistema judicial por la última modificación al código

7
penal, para dar luz desde una perspectiva objetiva y jurídica a la figura

de la rebeldía y su incidencia en la prescripción de la acción penal.

Con las bases expuestas, la estructura del trabajo constara de

cinco capítulos. En el primero se desarrollara la regulación legal de la

prescripción de la acción penal, las causales y lo relativo a la rebeldía

del imputado procurando ofrecer una breve análisis del instituto de la

prescripción y la figura de la rebeldía como causal de interrupción.

En el capítulo II nos aproximarnos a definiciones importantes,

para diferenciar las figuras con pleno conocimiento de cada concepto

jurídico de todo aquello que abordaremos en la investigación.

En el capítulo III, analizaremos la última reforma a través de la

ley 25.990 para con ello poder dimensionar los posibles intentos de

incorporación y el largo trayecto que recorre esta figura a lo largo de

los años en nuestro ordenamiento jurídico.

El siguiente, capítulo IV es menester contemplar las diferentes

doctrinas y fallos apoyando o denegando la posibilidad del

procesamiento del rebelde, cuando este está presente en el proceso

penal detallando al máximo tanto los proyectos elaborados, como los

casos influentes en los tribunales argentinos.

Todo ello teniendo como base principal a las garantías

constitucionales que se exponen cuando hablamos de paralizar el

tiempo de una acción penal, tales como el plazo razonable y el límite

temporal de la persecución penal, entre otras cuestiones fundamentales

arraigadas a nuestra carta magna.

8
Finalizando con el V capitulo que servirá para dar cuerpo a la

investigación planteada con una recolección de testimonios realizados

a los órganos de la administración de justicia, todos partícipes del

circuito judicial, es decir, las posibilidades y limitaciones del abogado

defensor del rebelde, o en su caso las de un defensor público, la óptica

de un fiscal de instrucción, como así también la postura de un juez al

que le toca proseguir una investigación con la figura esencial del

proceso en ausencia, dando por finalizada la investigación luego de

arribar a una conclusión personal.

9
Capítulo I: Regulación normativa

I. Diagnosis de la cuestión:

Resulta ventajoso para un ciudadano investigado por la justicia penal evadir la

citación a comparecer, a sabiendas de que el curso de la prescripción de la acción penal

continúa corriendo a su favor. En el siglo XIX ya lo planteaba el Dr. Carrara:

"...cuando en un proceso está envuelto más de un reo, uno de los cuales muy

obediente, se presenta, y el otro se mantiene latitante. En esta circunstancia se perjudica al

reo obediente si se niega la defensa al contumaz, y en virtud de una singularísima iniquidad,

el reo obediente viene a quedar en peor condición que el desobediente. El contumaz cuantas

veces se presente aprovechará de la defensa ya hecha por el reo obediente, y gozará además

de la libertad que le queda para preparar sus defensas". (CARRARA, 1944, pág. 872)

Con esto lo que se pretende resaltar es la notable axiológica desvalorización respecto

de la conducta en la que incurre aquel que posiblemente infringió la ley, pero se somete a

merced del proceso penal configurado en su contra, que por el contrario, el contumaz que no

acata los llamados de la justicia, evadiéndola para no afrontar el procedimiento, aunque sea

“tratado” como si desde un principio hubiese comparecido a su defensa.

Por lo tanto estamos delante de una situación que no solo vulnera el principio de

igualdad ante la ley por un lado, y por el otro se obstruya la realización de uno de los fines

últimos del derecho represivo, esto es, el logro de la equidad y la paz social.

II. Marco Jurídico:

A) Prescripción:

Analizando la figura de la prescripción de la acción penal y la regulación de la misma,

encontramos en el Código Penal de la Nación, en el capítulo X “extinción de acciones y de

penas”, más precisamente en el artículo 67, la enumeración taxativa de las causas por las que

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los delitos y las acciones se suspenden o se interrumpen, además de los plazos de

prescripción de los mismos. Trascribiendo la parte pertinente dice:

“La prescripción se interrumpe solamente por:

a) La comisión de otro delito;

b) El primer llamado efectuado a una persona, en el marco de un

proceso judicial, con el objeto de recibirle declaración indagatoria por el

delito investigado;

c) El requerimiento acusatorio de apertura o elevación a juicio,

efectuado en la forma que lo establezca la legislación procesal

correspondiente;

d) El auto de citación a juicio o acto procesal equivalente;

e) El dictado de sentencia condenatoria, aunque la misma no se

encuentre firme.

La prescripción corre, se suspende o se interrumpe separadamente

para cada delito y para cada uno de sus partícipes, con la excepción

prevista en el segundo párrafo de este artículo”. (Zafaronni, 1984

actializado).

La prescripción corre, se suspende o se interrumpe separadamente para

cada delito y para cada uno de sus partícipes, con la excepción prevista en el

segundo párrafo de este artículo.”2

Antes de la reforma el artículo, en su anteúltimo párrafo decía “la

prescripción se interrumpe por la comisión de otro delito o por la secuela del

juicio”. Con la modificación se alteraron los dos últimos párrafos, quedando

2
ARTÍCULO 2° — Modifíquese el artículo 67 de la ley 11.179, CÓDIGO PENAL DE LA NACION,
Ley 27206 Modificación. Sancionada: Octubre 28 de 2015. Promulgada: Noviembre 09 de 2015.

11
intacta la primer parte del articulado. En una entrevista con el Diario Judicial

el presidente de la Comisión de Justicia del Senado, Jorge Agúndez aclaro que

las modificaciones se realizaron para darle una interpretación “restrictivo y

estable”.3

B) Rebeldía:

La otra figura de análisis. Está contemplada en el Código procesal

Penal de la Nación en el título IV “situación del imputado”, Capitulo II

“rebeldía del imputado”, el cual en su parte pertinente dice:

“Casos en que procede: Art. 288. - Será declarado rebelde el

imputado que sin grave y legítimo impedimento no compareciere a la citación

judicial, o se fugare del establecimiento o lugar en que se hallare detenido, o

se ausentare, sin licencia del tribunal, del lugar asignado para su

residencia”.

Luego se regula lo atinente a la declaración:

“Art. 289. - Transcurrido el término de la citación o comprobada la

fuga o la ausencia, el tribunal declarará la rebeldía por auto y expedirá orden

de detención, si antes no se hubiere dictado”. (Codigo Procesal de la Nacion)

III. Análisis:

La finalidad del instituto de la prescripción de la acción penal se

traduce en la voluntad del poder punitivo que tiene el Estado en perseguir

la comisión de un hecho injusto, atendiendo al tiempo trascurrido desde su

comisión hasta la condena.

3
DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES, A
LOS DIECISEIS DIAS DEL MES DE DICIEMBRE DEL AÑO DOS MIL CUATRO. REGISTRADA BAJO EL
Nº 25.990, EDUARDO O. CAMAÑO, MARCELO A. GUINLE, Eduardo D. Rollano, Juan H. Estrada.

12
Por un lado tenemos al Estado y su deber en ejercer el ius puniendi

en forma expedita, con el fin de investigar, juzgar y castigar, si ello no

resulta afectado de alguna forma ya sea por factores intrínsecos (retardo de

justicia, inactividad administrativa, etc.) o extrínsecos (rebeldía,

prescripción, absolución, etc.) todo ello en un plazo razonable. Por el otro

lado, existe el derecho que tiene todo ciudadano que se aclare y defina a

través de una resolución su situación procesal, no abusando de la

prolongación de los procesos penales.

Por lo que la prescripción de la acción además de ser un importante

limite jurídico- político temporal y concreto, es una garantía jurídica de

seguridad, interés general y economía procesal.

Lo que se puede apreciar en la multiplicidad de significados que el

legislador, en su técnica e utilización de vocablos no coadyuva a la

determinación temporal de la vigencia de la acción penal, lo cual es vital

en un Estado Republicano de Derecho ya que significa el plazo que tiene

el mismo en perseguir legítimamente un ilícito. (Gouvert, 2010)

Con Respecto a la rebeldía del imputado, es de saberse que en

nuestro ordenamiento jurídico no se contempla el juicio penal en rebeldía,

ya que de esta forma se estarían violando principios fundamentales

reconocidos en la Carta Magna, en la primera parte en los capítulos I y II

“declaraciones derechos y garantías” resultado de interés aquí los art. 18,

19 y 75 inc. 22 tales así el principio de legalidad, juicio previo, estado de

inocencia, derecho de defensa en juicio, el debido proceso, entre otros.

Todos ellos garantías que tiene el ciudadano para que el Estado no

avasalle con su potestad punitiva su principio de inocencia.

13
Existen requisitos para la procedencia de la declaración del

imputado, como por ejemplo un cierto sustento en la participación de un

hecho delictivo, un estado de sospecha lo suficientemente para convocarlo

a una declaración indagatoria, para así poder concretar si resulta pertinente

una correcta formulación de una imputación penal en su contra y que el

mismo quede sometido a un proceso, el cual es por su naturaleza jurídica,

un medio de defensa.

Todo ello conlleva a interpretar que el imputado tiene un abanico

de medios para defenderse frente a la acusación que se le atribuye, siendo

esto contradictorio con la presunción de inocencia cuando una persona

toma la decisión voluntaria de no presentarse al llamamiento judicial de

comparecer y estar a derecho, a sabiendas de todas esta herramientas que

garantizan el debido proceso.

IV. Naturaleza jurídica:

Abordando primero la naturaleza jurídica del instituto de la

prescripción de la acción, podemos decir que existen al respecto dos

interpretaciones.

Por un lado tenemos la corriente restrictiva que la concibe como

una institución de carácter procesal fundada en razones de seguridad

jurídica. Su aplicación se genera por el elemento subjetivo de abandono de

la actividad o ejercicio de la acción, que mayor mente se aplica en la

competencia privada.

Y contrario a la primera, existe una interpretación que la inclina

como una institución más bien material o sustancial fundada en principios

de orden público, y política criminal que la orientan a el principio de

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necesidad de la pena, en el ejercicio del ius puniendi que tiene el Estado en

su intervención mínima, con injerencia de los factores objetivos de

parálisis del procedimiento y trascurso del plazo legalmente establecido,

con total independencia del actor de la acción penal, corriente aplicada

constantemente por la jurisprudencia en el fuero penal. (MORENO, 2017)

La perspectiva de la naturaleza jurídica de la rebeldía desde un

punto objetivo e histórico, pudiéndose considerar por un lado como una

sanción al infringir la obligación de la comparecencia ante el llamado de la

justicia y su derecho de defensa y desde otra óptica, lo podemos ver como

una renuncia a ese derecho de defenderse que tiene toda persona imputada,

aun habiéndolo declarado rebelde. Teniendo en cuenta que esta defensa es

un acto con base constitucional, forma parte como una garantía del debido

proceso y de la tutela procesal efectiva.

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Capitulo II: Conceptos básicos

Siguiendo los lineamientos del Diccionario de la Real Academia Española:

I. Imputado/a deviene de imputar, que significa atribuir a otro una

culpa, delito o acción y es el adjetivo que se le atribuye a una

persona contra quien se dirige un proceso penal.

II. La palabra prófugo, que tiene origen etimológico proveniente

del latín “profugus”, que puede traducirse como “el que huye la

de la justicia”; en donde la conjugación de las dos palabras que

lo conforman atenúan dicha definición, siendo “pro” equivalente

de “hacia adelante” y “fugus”, sinónimo de “huir”.

III. Rebelde: es un adjetivo que proviene del latín “rebellis” y que

significa faltar a la obediencia debida o no comparecer en el

juicio al ser llamado por una autoridad competente, y este lo

declara en rebeldía; o que opone resistencia.

IV. Además de estos conceptos, es menester aclarar que la

prescripción constituye una figura del Derecho Penal que tiene

por fin extinguir por medio del trascurso del tiempo, la potestad

represiva que tiene el Estado. Se configura cuando existe una

imposibilidad sobrevenida de no poder someter al imputado a

juicio, o bien, en el caso de no poder hacer efectivo un castigo ya

dispuesto, por estar prescripta la pena impuesta anteriormente.

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Capitulo III: Modificaciones legislativas

I. Antecedentes de reforma:

No hubo demasiados antecedentes registrados que modifiquen a la rebeldía como una

causal de interrupción de la prescripción, pero la suspensión de la prescripción de la acción

por rebeldía del imputado figura en: Proyecto Peco, art. 95º, de 1941; Proyecto Argentino de

Estudios Legislativos, art. 4º, 1943; Proyecto del Senador Julio Herrera, art. 1º, párrafo 2º,

1947.

La ley 23.492, de Punto Final, establecía en su art. 1º:

“se extinguirá la acción penal respecto de toda persona por su presunta participación en

cualquier grado…… que no estuviere prófugo o declarado rebelde...”

II. Antecedentes legislativos de la ley 25.990

En nuestra legislación este instituto ha sufrido diferentes modificaciones. En el

Código Penal de 1884 de Tejedor, la prescripción estaba regulada en el título VII art. 194 in

fine que decía: “si antes de vencido el término, comete el reo otro delito de la misma especie,

o que merezca igual o mayor pena, la prescripción queda sin efecto”. En este código no se

admitía la interrupción de prescripción por actos procesales.

En 1881, se presentó un nuevo proyecto redactado por Villegas, Ugarriza y García en

donde se trataba a la prescripción en el titulo VI, manteniendo la redacción de Tejedor, pero

en el siguiente art., el 108 establecía que: “todo acto directo del procedimiento contra la

persona del delincuente, dentro del término de la prescripción, la interrumpe”.

El Código Penal de 1886, mantuvo la redacción antes analizada. En 1981 el proyecto

de Piñero Rivarola y Matienzo, mantienen la misma regulación agregando que: “todo acto

para la represión del delito o la ejecución de la pena, interrumpe la prescripción”. En 1895 el

proyecto Segovia, disponía: “ si antes de vencido el término de la prescripción, comete el

inculpado o reo otro delito de la misma especie o que merezca igual o mayor pena, el tiempo

17
trascurrido hasta entonces, no aprovecha para prescripción de la acción penal o de la pena.

Después de la interrupción comienza una nueva prescripción;”

Posteriormente, en el año 1903, el código penal reformado disponía que si el reo

cometía otro delito, este dejaba sin efecto el trascurso de la prescripción, (Art.92). Por su

parte el art. 93 seguía el linaje del art. 108 del proyecto de Villegas, Ugarriza y García de

1881.

En 1906, la formulación de un nuevo proyecto establecería que la prescripción estaría

en el titulo X del código penal, de la misma forma que lo estableció el proyecto de 1917.

Ya en el Código Penal del año 1921, sancionado por la ley 11.179, la prescripción de

la acción se encontraba regulada en los art. 62, 63 y 64, pero sin ninguna disposición

referente de las causales ni de interrupción ni de suspensión del curso de la prescripción.

Estableciendo en ese entonces el art. 67 que “la prescripción correrá o será interrumpida

separadamente para cada uno de los partícipes de un delito”.

En 1937 el proyecto Coll-Gomez regulaba la prescripción en el titulo X siendo estos

autores innovadores en la redacción del articulado disponiendo que además de lo ya

mencionado por los demás proyectos, esto era la comisión de otro delito, incluyeron la

“secuela del juicio” (art.109), procurando de esta forma rectificar una falta del anterior

código, toda vez que “no es posible admitir que pueda correr el termino para la prescripción

de la acción, estando esta en movimiento” (Zaffaroni, 1985, pág. 605). Tal como surge de la

exposición de motivos: “el comentario es dogmático, porque sin ninguna explicación se

limita a calificar de “error gravísimo” a lo que es la tendencia del mejor Derecho Penal y

Procesal Penal de garantías, y al mismo tiempo, es enigmática, porque no explica qué es para

los autores la “secuela del juicio”, a la cual éstos estaban obligados, pues se trata de una

expresión que ellos acuñan, dado que no aparece en ninguna ley ni proyecto anterior, ni de la

Argentina, ni de ningún otro país del mundo” (ZAFFARONI, 1997, pág. 577).

18
En el siguiente proyecto del año 1941, se establecía que “el curso de la prescripción se

interrumpirá por la comisión de otro delito doloso, con excepción de los políticos, o por otro

delito culposo” (art.101). En cuanto a los efectos de la prescripción disponía que “…la

prescripción interrumpida comenzara nuevamente desde la medianoche del acto

interrumpido” (art. 102).4 Es así que se mantuvo el lineamiento del criterio originario del

Código de 1921, ya que no se aceptó como interruptores de la prescripción a los actos

procesales.

La ley que introdujo esta causal de interrupción de la prescripción: “secuela del

juicio”, fue la Nº 13.569 sancionada el 21 de septiembre de 1949, promovida el 13 de octubre

del mismo año y publicada el 24 de ese mismo mes en el B.O, previamente antecedida por el

proyecto de Call-Gomez de 1937. Esta tesitura se mantuvo hasta la reforma del año 1994 de

la ley 25.990 en donde se establecía que para que se interponga la prescripción de la acción,

debían intervenir un nuevo delito, o la secuela del juicio.

Continuando con la línea temporal de las modificaciones de la ley de prescripciones,

el proyecto de 1951, teniendo como autor a De Benedetti, establecía que la prescripción se

interrumpía por la comisión de un nuevo delito (art.126). Luego se le agrego “o por un acto

de cumplimiento de la condena” (art.103) del proyecto elaborado por Levene, Maldonado y

Laplaza en el año 1953.

Siete años más tarde, se creía que los sistemas que consideraban que los actos

procesales debían ser causales de interrupción, ponen de manifiesto la inejecución o dejadez

por llamarlo de vaga manera de la actividad judicial, como sucede con aquellos que incluyen

la figura de la secuela del juicio dentro de las causales. (Zaffaroni, 1985).

4
Con respecto a ello en la exposición de motivos, la doctrina y la legislación comparadas siguen dos
lineamientos: una que limita exclusivamente a la comisión de otro delito y la otra la extiende a actos del
procedimiento. El primero desampara a la sociedad cuando ésta no ha omitido diligencia para el esclarecimiento
del delito y el descubrimiento del actor. En la segunda se desampara al individuo, aboliendo prácticamente la
prescripción. (Zaffaroni, 1985)

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Y finalizando, hubo una última modificación al art. 62, mediante la ley 25.188 que

estableció lo siguiente: “la prescripción corre, se suspende o se interrumpe separadamente

para cada uno de los partícipes del delito, con la excepción prevista en el segundo párrafo de

este artículo”.

Entre las reformas al Código Penal Argentino, la del año 2004, promulgada el

siguiente año, en donde se modificó el art 67, a través de la ley 25.990, párrafos cuarto y

quinto del articulado, referidos a la interrupción de la acción penal y a la “secuela del juicio”,

en donde antes de la modificación decía: “la prescripción se interrumpe por la comisión de

otro delito o por la secuela del juicio”, sin alterar la primer parte del párrafo. Esto se aclaró,

por tener esta parte del articulado una redacción que dejaba margen para que los jueces

puedan darle otra interpretación a “la secuela del juicio”. Con la modificación se logró darle

una función “restrictiva y estable”. Luego de las renovaciones aprobadas en el Senado, con

42 votos afirmativos, la prescripción se interrumpe solamente por:

“a) La comisión de otro delito (esto ya estaba), b) El primer llamado efectuado a una

persona, en el marco de un proceso judicial, c) El requerimiento acusatorio de apertura o

elevación a juicio, d) El auto de citación a juicio, y e) el dictado de sentencia condenatoria,

aunque la misma no se encuentre firme.

Además, se modificó el último párrafo: “La prescripción corre, se suspende o se

interrumpe separadamente para cada uno de las delitos y para cada uno de los partícipes del

delito, con la excepción prevista en el segundo párrafo de este artículo”.

Antes se hacía referencia a que la prescripción corre, se suspende o se interrumpe

separadamente para cada uno de los partícipes, pero no decía que además era para cada

delito. 5

5
(Codigo Penal de la Nacion Argentina)

20
III. Proyectos de Ley:

En otra oportunidad, la Dra. Frascaroli María Susana en el año

2003 presento un proyecto de ley ante la Honorable Cámara de Diputados

de la Nación de la República Argentina, que tenía por objeto la

modificación del Código Penal de la Nación disponiendo que: “Artículo

67: La prescripción se suspende por la rebeldía del imputado, y en los

casos de los delitos para cuyo juzgamiento sea necesaria la resolución de

cuestiones previas o prejudiciales, que deban ser resueltas en otro juicio.

Terminada la causa de la suspensión, la prescripción sigue su curso”

Los fundamentos de la Dra. se basan en aquellas situaciones en donde

los órganos encargados de gestionar las actividades estatal resultan ineficaces

cuando el tiempo opera como causal de la caducidad de la persecución penal.

Es un límite que se autoimpuso el Estado en esta circunstancia, para garantizar

de esta forma un plazo razonable a su potestad sancionatoria. Sin dudas, esta

“sanción” explicada en los argumentos de orden material (falta de necesidad

de pena) y procesal (dificultad probatoria y riesgo de error). Cabe aclarar, que

la prescripción es independiente de estos fundamentos. Es decir, se extingue

por pleno derecho la acción penal trascurrido determinado tiempo, sin

necesidad de probar que no existe necesidad de pena o que se han desvirtuado

las pruebas. Dichos fundamentos, tanto materiales como procesales se

presumen sin demostración alguna.

Binder lo explica: “estamos ante un límite temporal al ejercicio del

poder penal del Estado, cuya función consiste en garantizar que ese poder no

sea utilizado más allá de los límites de la necesidad social, y es políticamente

presumir que el tiempo lo ha restaurado, por su solo trascurso, ese orden

21
social, que otorgarle al Estado un poder penal temporalmente ilimitado”

(Binder, 1999, pág. 279).

Pero “debe quedar en claro que la restauración de ese orden por el

trascurso del tiempo es una simple presunción o ficción, que busca “explicar”

el modo según el cual se resuelve, en un Estado de Derecho, la colisión entre

las necesidades sociales de orden y seguridad, por una parte, y la exigencia de

respeto a una persona –con la limitación al poder que ello implica-, por la otra,

pero de ningún modo concede un “fundamento” autónomo al límite temporal”

(Binder, 1999, pág. 280)

Años más tarde la idea seguía rondando en la cabeza de algunos

legislativos, que la rebeldía debía incluirse y estos son los fundamentos del

proyecto de ley que planteo Pedro G. Guastavino en el año 2015 al Senado y a

la Cámara de Diputados de la Nación. Su propuesta de ley, modificatoria del

artículo 67 del CP proponía:

“ARTICULO 67.- La prescripción se suspende en los casos de los

delitos para cuyo juzgamiento sea necesaria la resolución de cuestiones

previas o prejudiciales, que deban

ser resueltas en otro juicio. Terminada la causa de la suspensión, la

prescripción sigue su curso. La prescripción también se suspende en los casos

de delitos cometidos en el ejercicio de la función pública, para todos los que

hubiesen participado, mientras cualquiera de ellos se encuentre desempeñando

un cargo público. Asimismo, se suspende mientras el imputado se encuentre

en contumacia y siempre que la rebeldía haya sido formalmente declarada en

el proceso, por la incomparecencia a una citación, sin un grave y legítimo

22
impedimento o por fuga del lugar donde se encontraba detenido. Cuando cese

esa situación, la prescripción continuará su curso.

El curso de la prescripción de la acción penal correspondiente a los

delitos previstos en los artículos 226 y 227 bis, se suspenderá hasta el

restablecimiento del orden constitucional.

La prescripción se interrumpe solamente por:

La comisión de otro delito; b) El primer llamado efectuado a una

persona, en el marco de un proceso judicial, con el objeto de recibirle

declaración indagatoria por el delito investigado; c) El requerimiento

acusatorio de apertura o elevación a juicio, efectuado en la forma que lo

establezca la legislación procesal correspondiente; d) El auto de citación a

juicio o acto procesal equivalente; y e) El dictado de sentencia condenatoria,

aunque la misma no se encuentre firme.

La prescripción corre, se suspende o se interrumpe separadamente para

cada delito y para cada uno de sus partícipes, con la excepción prevista en el

segundo párrafo de este artículo”.

Dichas propuestas hasta la fecha no fueron decepcionadas por el

congreso, quedando establecido con la última reforma la nueva redacción del

párrafo cuarto a dos causales de interrupción: la comisión de otro delito y los

actos procesales que, por si trascendencia tiene aptitud para interrumpir la

prescripción de la acción penal, que la ley enumera expresamente. Pero

también al introducir un criterio taxativo o de numerus clausus, se acota el

alcance de los actos comprendidos en la “secuela del juicio”, quedando

excluida la rebeldía, generando innumerables debates interpretativos y

decisiones jurisprudenciales, a los fines de la persecución de los delitos.

23
El quinto párrafo tiene una tendencia paralela con respecto al cómputo

de la prescripción en casos de pluralidad de delitos, que ahora corre, se

suspende y se interrumpe separadamente para cada delito, lo que pone fin a la

teoría de la acumulación. Se mantiene la excepción del párrafo segundo

incorporada por la ley 25.188, quedando el resto de la norma sin

modificaciones.

24
Capitulo IV: Posturas doctrinarias y jurisprudenciales

I. Introducción:

Es de suma importancia analizar los fundamentos esgrimidos por la doctrina y

jurisprudencia en orden a la prescripción para poder llegar a las conclusiones con un criterio

vallado y objetivo. Se han encontrado argumentos en diferentes teorías que hasta el día de

hoy impiden que la rebeldía ingrese como una causal de interrupción, o al menos de

suspensión dentro de los enumerados en el artículo 67 del código penal.

Entre ellas podemos encontrar las teorías que intentan negar la prescripción por ser

contraria a la naturaleza de la pena:

II. Teorías negativas:

Sintetizando los fundamentos de aquellos autores clásicos como Henke, Zachariae,

Oersted, Bentham, Saldaña, Olivieri, entre otros, que se inclinan en esta teoría, la cual

consiste en negar el principio de que a todo delito le prosigue la consecuencia de una pena

necesaria e inevitable. Ya que consideran que la sanción cuando es aplicada “sin ser

necesaria” genera o incita al delincuente a delinquir, valga la redundancia, como una forma

de vengarse del sistema, resultando así peligrosa para el orden público y la seguridad social,

porque constituye un premio para aquellos delincuentes que han conseguido eludir la acción

de la justicia; que debilita el poder intimidatorio de la conminación de la pena; que siendo la

culpabilidad de carácter permanente, no puede afectarla el trascurso del tiempo. Además, si

se trata de la prescripción de la acción, consideran que es un premio a la ligereza del criminal,

que rehúye. Y respecto de la prescripción de la pena la ven como un castigo a la policía torpe

que no logre aprender al criminal, a la incurra de la justicia y a la sociedad que la tiene por

justicia.6 (Barros, 1960, pág. 23 y ss.)

6
Síntesis de los números argumentos vertidos por los autores
citados.

25
Es dable aclarar que la naturaleza y el fin de la pena misma han posibilitado que se

confronten e inclusive se podría decir, se descarten dichos argumentos, tanto en la doctrina,

como en la legislación.

III. Teorías retribucioncitas:

Con esta inclinación también la podemos incluir dentro de la corriente negativa, ya

que considera a la pena como una sanción retributiva y expiatoria, con el fin de restablecer el

orden y la paz social. También existen aquellos que consideran a la pena como un fin

preventivo, y se procura que el autor no recaiga en el delito (prevención especial) y que la

sociedad se abstenga de cometerlos, por temor a sufrir igual castigo que aquel trasgresor

(prevención general).

Por lo tanto, para estas posturas, el trascurso del tiempo genera el olvido del hecho,

con lo que la pena pierde su finalidad. Cesa la alarma social y el resentimiento y con ello la

necesidad de la sanción. Es así que cuando desaparece el daño mediato y la razón política de

la condena, la pena tardía se torna injusta para el autor e innecesaria para el orden social.

IV. Teorías positivas:

Aquí se agrupan aquellas corrientes que admiten a la prescripción, y en donde

encuentra respaldo el sistema seguido por nuestro Código Penal.

A) Teoría del olvido del hecho:

Autores como Feuerbach, Pessina, Haus, Pacheco, Garraund, Giménez

de Asúa, Rivarola, entre otros, parten de que cuando un delito es cometido y

por algún motivo no se ha podido juzgar al imputado, el tiempo trascurrido

borra de la memoria hasta que lo desaparece por completo al hecho que

provoco el daño tanto de la sociedad, como de los victimarios. Este argumento

se basa en que la sociedad no tiene interés de reprimir una conducta que ya no

recuerdan y por lo tanto no existe más. Es por ello que la legislación ha

26
considerado oportuno dejar pasar el hecho y no reactivar ese mal recuerdo, por

intentar hacer justicia, que en este caso, justamente por el trascurso del tiempo,

seria tardía y por lo tanto no complacería de la misma forma a los ciudadanos.

El proyecto de 1917 se inclina por esta conjetura, pues refleja que: “cuando el

tiempo pasa, la sociedad olvida, y el interés del olvido desaparece”. En cuento

a los fundamentos que ha dado la Corte Suprema de Justicia de la Nación: “la

prescripción penal está basada en el principio del olvido presunto de la

infracción” y “en la falta de interés social de castigar un delito después de

cierto tiempo” (Barros, 1960, pág. 28 y ss.).

Jiménez de Asúa considera que: “después del trascurso del tiempo la sociedad olvida

y resulta inútil la persecución del delito o la ejecución de la pena” (Asúa, 1950).

Roxin señala que: “la paz jurídica se abra restablecido, porque ha crecido la hierba

sobre el asunto” (Roxin, 1996, pág. 990)

B) Teoría de la corrección:

Con base en el campo propio del derecho penal, sus sostenedores expresan que el

trascurso del tiempo, sin que se haya violado la ley hace posible la recuperación y enmienda

del sujeto; que el tiempo ha tenido la virtud de corregir al autor del delito, por lo que no

resulta necesaria la aplicación de la pena; es decir, cesa en el Estado el interés de la represión

porque se supone que la no comisión de un nuevo delito por el tiempo fijado por la ley

demuestra la reforma y readaptación del delincuente. Son los proyectos de 1891 y de 1906 los

que sostuvieron estos fundamentos, para los cuales el solo trascurso del tiempo no basta para

operar la prescripción de la acción “pues él no garantiza suficientemente a la sociedad del

arrepentimiento del culpable”, en consecuencia, “tanto la acción penal, como la pena, se

prescriben por la buena conducta del imputado durante el tiempo fijado por la ley” 7

7
Proyectos citados, pág. 122 y 358, respectivamente.

27
C) Teoría procesales:

Esta corriente se basa en que trascurrido un periodo de tiempo las

pruebas se debilitan tornando imposible un proceso, y que más que las prueba

de cargo, desaparecen las que resguardan la inocencia de los imputados; que la

determinación judicial del proceso se hace cada vez más difícil; los testigos ya

no recuerdan nada, o han fallecido, o se pierde o modifica el objeto de las

pruebas. Por ello la legislación que sostiene esta teoría le brinda la

tranquilidad al individuo, librándolo de juicios inciertos.

Sin embargo la falta de pruebas no es un argumento que se pueda

esgrimir teniendo una pena ya impuesta.

En palabras de Carrara, pasado un largo tiempo después del hecho

criminoso, pone al imputado en una situación casi imposible de poder

justificar su inocencia sobre acusaciones que nacen de “la perfidia de un

enemigo que ha demorado maliciosamente en lanzar el dardo de la calumnia

para estar más seguro del éxito de su cobarde agresión, contando con que el

prolongado espacio de tiempo ha tornado imposible la justificación” (Carrara,

1909, pág. 91).

El objeto mismo de la corriente es fundamentar el paso del tiempo

como factor debilitante de las pruebas que torna imposible el proceso judicial,

por deteriorar notablemente la pureza de las pruebas que esclarecen el caso y

por sobre todo la inocencia del inculpado, impidiendo que el proceso se

desenvuelva como tal y se torne dificultosa su transición.

Roxin, también con el mismo sentido considera que “un proceso que se

llevara a cabo con medios probatorios idóneos solo provocaría una nueva

28
intranquilidad social y no contribuiría en nada a la estabilización de la paz

jurídica” (Roxin, 1996, pág. 990).

Otros autores como Manzini8 y Obarrio9 opinan que debe suponerse

una renuncia de la sociedad al ejercicio de las acciones para la represión de las

infracciones cuando se ha dejado correr un lapso de tiempo sin practicar las

diligencias necesarias para la investigación del delito y la acusación de los

culpables.

D) El Sistema del Código Penal:

Los fundamentos que se invocan para la prescripción de la acción, se

sintetizan en: falta de interés o falta de necesidad de represión, dificultades

probatorias, el olvido del delito, el sufrimiento del prófugo, la dureza de la

imprescriptibilidad, la presunción de enmienda, el trascurso del tiempo, la

buena conducta del sujeto, castigo a la inacción de la autoridad, falta de

voluntad de perseguir.10

Con Soler, se agrega una condición más como base del sistema en

orden a la prescripción: “el trascurso del tiempo y la buena conducta

observada por el sujeto” (Soler, 1997, pág. 541).

Para Vera Barrios, el Sistema del Código Penal combina además de la

teoría del olvido del hecho, el de la enmienda o corrección, y la considera

como un castigo a la negligencia de la autoridad y hasta como un resguardo a

la buena fe de quien prescribe (Barrios, 1960, pág. 38).

8
(Manizini)
9
(Obarrio, 1902, pág. 383 y ss.)
10
(Rúa, 1997, pág. 1069 y 1070)

29
La doctrina desde su esfera busca las respuestas refutando diferentes

teorías, y llegando a la conclusión de que la prescripción es una autolimitación

que se autoimpone el estado a su facultad sancionatoria, haciendo hincapié en

un plazo razonable de tiempo de la persecución penal.

E) Excepciones al curso de la prescripción:

La duración del término de la prescripción puede sufrir una

prolongación en el tiempo por causas legales que producen la suspensión o su

interrupción.

El efecto de la suspensión en la prescripción es el de impedir que siga

corriendo mientras la causal que provoco la suspensión subsista, después de lo

cual, retoma su curso para sumar tiempo nuevo al que ya había trascurrido

antes de la paralización. En cambio la interrupción es el de borrar el tiempo

trascurrido desde el hecho hasta el momento en el que la interrupción se

produce, y desde allí vuelve a iniciarse el plazo completo entero como si fuera

desde el principio (Soler, 1997).

Nuestro Código Penal es taxativo en orden a las causales que

suspenden o interrumpen la prescripción, como citamos anteriormente en el

apartado de la regulación normativa vigente. 11

Con respecto a ambos actos procesales, la opinión de los legisladores

es controvertida. Algunos consideran que la suspensión debería ser eliminada,

porque la existencia de obstáculos legales para impedir el ejercicio de la

acción, como son las cuestiones previas o prejudiciales que deben ser resueltas

en un juicio aparte, al no detener estas el curso del tiempo, éste continua

inexorablemente su obra destructora del recuerdo del delito y de las pruebas

11
Art. 67 del Código Penal de la Nación.

30
protectoras de la inocencia del imputado, que es la esencia del fundamento de

la prescripción. A ello se responde, que resulta contradictorio que la ley

impida el ejercicio de la acción y que sea ella misma la que la hiera de

prescripción, por no haber sido ejercida a tiempo.

V. Jurisprudencia:

En la jurisprudencia el tema se ha presentado, aunque tangencialmente. A veces, para

aceptar la prescripción de la acción de un imputado prófugo: “la ausencia del procesado no

impide que el tribunal declare operada la prescripción, si ha sido solicitada por el abogado

defensor del prófugo”, porque “los fundamentos de la prescripción, son suficiente motivo

para aceptar la presentación del abogado del prófugo interponiendo la prescripción”12.

A veces, para negarla: “el pedido de prescripción de un condenado

prófugo y rebelde no debió dársele curso por violar principios que rigen el

procedimiento penal y lo establecido por los arts. 1º, 10, 148 y 150 del Código

Procesal en lo Criminal”13. Pero se ha resuelto que no puede declararse a favor

de autor desconocido14, ni contra persona indeterminada15, en estos casos, se

hace necesario el previo pronunciamiento del imputado16, o su citación a

prestar declaración indagatoria, lo que ya importa constituirlo como parte

procesal, en carácter de procesado17.

12
CCC, Fallos, t. II, pág. 268; La tesis de la Cámara importa una excepción a la doctrina general de que
el prófugo carece de derecho para formular peticiones (Fallos, t. I-227; t. II-269; SCN, Fallos, t. 17-402). Sin
embargo, el TSJ de Córdoba, resolvió que “no obsta a la concesión del recurso de casación da circunstancia de
que la impugnación haya sido interpuesta por el abogado a favor de los imputados, que han sido declarados en
rebeldía”, pues según este tribunal, “ la contumacia no es razón legal para la suspensión de recursos interpuestos
por quienes se encuentren subjetivamente legitimados para impugnar resoluciones judiciales en nombre del
imputado…”, TSJ Córdoba., Sala Penal, autos “Aksel, Marcos y otro” , AI nº 143, 21/04/99
13
SCN, fallos, t.183-273 (17/04/1939), caso “Feliz, Martin Espinel”. La corte se expresó con motivos de
juzgar una causa sobre prescripción de multas (ley 11.585, art 3º).
14
CCC., Fallos t. IV, pág. 649.
15
CCC., Fallos, t. VI, pág. 351 y353.
16
CCC., LL., t. 55-719.
17
CCC., JA., 1951 –III – 394, caso “Vigliotti”.

31
En reiteradas oportunidades, los juristas solicitaron al Congreso que se

incluya esta causal como una de las formas de interrumpir la prescripción de la

acción basándose en que “... la doctrina y la jurisprudencia siempre han

considerado en forma unánime a la rebeldía como causal interruptiva del curso

de la prescripción de la acción penal”.

A) Caso Pozo:

Tal es así que en el año 2012 la Sala I de la Excelentísima Cámara Nacional de

Apelaciones en lo Criminal y Correccional, en los considerandos del incidente Nº 37.242

sobre el recurso de apelación planteado en la causa Pozo, Alberto Luis, Nº24.512/2000,

decidió revocar la resolución de primera instancia que otorgaba el sobreseimiento por la

prescripción de la acción, fundando el resolutorio en que “... el imputado se había colocado

deliberadamente en situación de contumacia por lo que la dilación de la causa no podía ser

atribuida a demoras del servicio de administración de justicia…”18

De todas formar y ante reiterados intentos de modificación con

argumentos basados en jurisprudencia de la CSJN, con lógica e invocando la

violación a un derecho consagrado en nuestra Carta Magna, no se incorporó

como una causal más dentro del mencionado artículo. ¿Las razones? Se podría

pensar que por motivos vinculados a las políticas de los gobiernos de turno o

existe una parte de la administración de justicia que remarca el arduo trabajo,

desorganización y desborde de los juzgados, si no se pudieran archivar las

causas paralizadas, teniendo estas como impedimento la rebeldía del

imputado.

Nuestro Código no hace referencia acera de las actuaciones que se

deben llevar a cabo cuando en un procedimiento penal el imputado es

18
(S-0995/12) PROYECTO DE LEY.

32
declarado contumaz. Doctrina y jurisprudencia niegan al imputado “que

voluntariamente se sustrae a la acción de los jueces en la causa criminal que se

le sigue, violando las normas fundamentales del proceso y constituyéndose en

fugitivo de la justicia, el derecho para invocar las garantías que él ha

desconocido y el cumplimiento de preceptos cuya observancia elude,

impidiendo por actos propios su puntual satisfacción”19.

En algunas circunstancias se le ha negado al abogado defensor del

imputado contumaz el derecho para interponer el recurso de apelación

extraordinario20, o de casación21 o de revisión22, entre otros, para lo que se

consideró a criterio de D Albora, para los casos especiales que a su crítica

“más que una pretensión impugnativa autónoma que un recurso” (Albora, pág.

595), o bien sea para deducir cualquier tipo de impugnación, “porque entre el

prófugo y su juez no puede haber dialogo posible.”23

En concordancia, el abogado defensor del imputado prófugo, no puede

a nombre de este, porque “no corresponde la representación del prófugo en el

juicio por apoderado”24, razón por la cual deviene improcedente conceder los

recursos mencionados, llegando a la conclusión de que “la fuga implica

paralizar la queja”25.

Lo que si se ha admitido en casos como estos es la tramitación del

incidente de prescripción de la acción como vengo planteando, lo cual resulta

incongruente, procediéndose de oficio o a pedido de su defensor, sin que ello

19
Corte Suprema de Justicia, Fallos: 329:906, 310:2093, 306:866, 286:87 265:376, 259:365, 237:554.
20
Corte Suprema de Justicia, Fallo: 298-360.
21
CNCP Sala IV “Insaurralde E, E” Nº 12 23/12/1923.
22
CNCP Sala III, “Falestchi, J” Nº 52 21/10/1993; CNCP Sala II, “Labaggetti, A” Nº10 08/06/1993.
23
CCC, Fallo T. II; 2-431.
24
CCC fallo, Sala I-227.
25
STJ Córdoba (2004) “LLC” caso Nº 370.

33
lo habilite para interponerse como parte e introducir un recurso sin someterse

previamente a la jurisdicción del tribunal.26

Diferentes son los casos que hablan de la rebeldía del imputado y se

cuestionan la valides de los derechos que estos en contumacia pueden ejercer o

más bien exigir.

B) Caso A.G. L.A:

En julio del año 2013 la Cámara del Crimen, Sala VII, integrada por los jueces Juan

Esteban Cicciaro, Mauro Divito – en disidencia - y Mariano Scotto, decidieron confirmar la

resolución por la cual se le denegó la asignación de un abogado defensor al imputado en la

causa “A. G., L. A. – Defensa – Homicidio”, por haber sido declarado en rebeldía. Los

fundamentos de los camaristas se basaron en la Doctrina de la Corte Suprema de justicia de la

Nación, afirmando que “mientras subsista la rebeldía, no puede haber diálogo procesal

posible entre el prófugo y el Tribunal”, afirmó el fallo.

El causante se encontraba imputado por la presunta comisión del delito

de homicidio. Dentro de las medidas dispuestas por el juez instructor, se

ordenó la detención y el registro del domicilio del encartado. Como no fue

encontrado allí, se lo declaró rebelde y se dictó la orden de captura, a fin de

que sea traído ante el magistrado para prestar declaración indagatoria.

Fue allí donde la Justicia estableció un límite a esta circunstancia: si el

imputado en un proceso penal fue declarado rebelde, no puede designar a un

letrado que lo defienda. La razón: el juez no puede hablar con un prófugo.

La mayoría, integrada por los camaristas Cicciaro y Scotto, entendió que “en

tales condiciones, la designación de defensor no resulta procedente, como

26
CCC. Sala de feria “Prieto, A” Nº143 22/01/1993.

34
tampoco la actuación del letrado en su nombre, frente a la inveterada doctrina

de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en torno a la imposibilidad de

diálogo entre el prófugo y el juez”.

Ello, “sin que el caso revele singularidades que conduzcan a formular

excepciones al respecto, particularmente frente a la rebeldía declarada”.

Para justificar esa decisión, recurrieron a citas doctrinarias de Francisco

D’Albora, por las cuales se dijo que “mientras subsista la rebeldía, no puede

haber diálogo procesal posible entre el prófugo y el tribunal”, como tampoco

nombrar defensor, “pues para ello tiene que constituirse como imputado (art.

104)”.

“El defensor del prófugo o declarado en rebeldía carece de derecho

para dirigir peticiones que no podría realizar el propio interesado sin

constituirse en detención; por ejemplo, no puede proponer diligencias (art.

199)”, refirieron los jueces a continuación. Sin embargo, los magistrados

dejaron una salvedad, “la posibilidad de formularse, exclusivamente,

peticiones en torno a los institutos de la exención de prisión y prescripción de

la acción penal” (“A. G., L. A.” Defensa. Homicidio. Inst. 3/110. , 2013).

(Judicial, 2013)

C) Causa Pira:

Existe otro polémico caso en la ciudad de Rosario. “Sucedió el 2 de

marzo del año 1997, en donde Celeste Haiek, de 22 años y Daniela Caruso, de

16 años, perdieron la vida al ser embestidas brutalmente por Sebastián Pira, en

ese entonces, un joven de 21 años al mando de un Ford Galaxy, propiedad de

su padre, en el cual circulaba a 130 km/h en la intercepción de bulevar Oroño

y Salta. Las embistió con tal fuerza que María Celeste voló por los aires y

35
cuando cayó, ya había fallecido. En cambio, a Daniela la embestida del coche

le fracturó una pierna y la levantó hasta hacerla caer sobre el capó. Pira

continuó su marcha casi cien metros con la chica aferrada al limpia parabrisas,

mientras zigzagueaba para desprenderse de ella. Cuando estaba llegando a la

esquina de calle Balcarce frenó bruscamente y así Daniela cayó sobre el

asfalto. Entonces, el conductor reinició la marcha y la arrolló, provocándole la

muerte. Pira se dio a la fuga y se presentó varios días después junto a un

abogado, en la comisaría 3ª, ubicada a tres cuadras del lugar de los hechos.

Cuando fue citado a declarar, no se presentó y desde entonces estuvo prófugo

hasta que el 28 de marzo de 2000 Interpol lo apresó en el aeropuerto de

Schipol, Ámsterdam (Holanda), cuando planeaba abordar un avión con destino

a Tel Aviv, Israel.

Como la detención se produjo en Holanda, Argentina pidió su

extradición. Mientras se realizaban los trámites, a Pira se le concedió el arresto

domiciliario, ya que tenía residencia en Rotterdam. Cuando se emitió la

autorización para trasladarlo al país, el conductor del Galaxy que provocó dos

muertes en 1997 fue citado por un fiscal holandés, pero faltó. Nuevamente

había desaparecido, evadiendo la justicia por 15 años más.

En febrero del año 2014, el juez Gustavo Pérez de Urrechu dictó la

prescripción de la causa judicial, pero la fiscal Ana Rabín apeló el fallo.

Ahora, la Sala III de la Cámara lo ratificó con las firmas de los jueces

Otto Crippa García, Guillermo Llaudet y Georgina Depetris. En el fallo,

Crippa García tuvo el primer voto y se refirió a las responsabilidades del

Estado en causas como ésta: "Tal idea de mejorar la interpretación de las

causales -de prescripción-, para tener mayor seguridad, fue aprovechada para

36
aprobar la nueva redacción del artículo 67 del Código Penal (Ley 24.990),

dejando de lado la consideración de la rebeldía como interruptivo de la

prescripción al establecer cláusulas taxativas que omitieron que la rebeldía y la

contumacia impidieran la prescripción; proyecto que ni siquiera tuvo

discusión: se aprobó sobre tablas en sesiones extraordinarias, y se promulgó en

2005; cuando, además, no hay juzgamiento del imputado en ausencia por

rebeldía".

En su voto, la jueza Depetris coincidió en que "es función del Poder

Legislativo introducir variables que den respuesta al reclamo, a través de la

incorporación al Código Penal de la rebeldía como causal interruptiva de la

prescripción". Y aclaró: "Mientras ello no ocurra, corresponde la estricta

aplicación de la ley vigente, cuya interpretación no admite otra posibilidad".

En tanto, Crippa planteó: "No aparece ciertamente inmoral e

inadmisible que una persona se evada de todo sometimiento al proceso, se

fugue, salga del país mediante irregularidades e inconductas, siga durante 17

años escapándose, fugándose e incumpliendo normas de Holanda, falsificando

pasaporte presuntamente, pese a la demanda de la Justicia argentina, para que

luego tenga el premio de no tener sanción alguna”. “No es ello un premio

justamente al que no cumple la ley, y una injusta distinción del que, por

ejemplo, se presenta y somete".

El juez hizo referencia a que el expediente judicial sumó 800 fojas en

todos estos años, y destacó: "Las víctimas y familiares tienen el derecho,

reconocido por la Corte Nacional, de que el hecho que las afectó no quede

impune". Al mismo tiempo, planteó como "necesaria" la "concientización del

sector político, ya que es el único responsable de un cambio". También habló

37
de "ausencia de voluntad política para proteger el derecho a la vida". Y agregó

que "la aplicación (de las leyes) es la tarea de los jueces". Más adelante, señaló

que "la impunidad impide la Justicia y conspira contra la paz social”.27

“En este caso particular, el artículo 67 del Código Penal, que habla de

las causales que interrumpen la prescripción, se omitió la rebeldía. Acá el

imputado se fugó en tres oportunidades, al momento del hecho, durante la

causa y en Holanda cuando ya estaba ordenada la extradición, por lo que se

entiende que la omisión de la rebeldía en el artículo implica una

inconstitucionalidad”28 (Rosario3, 1997)

VI. En síntesis:

Existe un claro y contundente obstáculo legal insalvable en orden al ejercicio de la

acción penal, ante un imputado que se da a la fuga. Por eso creo que la paralización del

proceso ya sea por la suspensión o por la interrupción corregiría la incongruencia del propio

sistema constitucional. Por ellos considero que debe incluirse dentro de las causales que

interrumpen o suspenden la prescripción de la acción penal, la rebeldía del imputado, pues

ella representa, en la actualidad, un premio a la habilidad, a la astucia y a la riqueza,

circunstanciadas todas que facilitan la fuga.

27
(Panzerini, 2014)
28
Cabe recordar que la Sala III de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario consideró el 14 de
agosto de 2014 prescripta la acción penal en la causa.

38
Capítulo V: Entrevistas:

ACLARO QUE ME FALTAN AGREGAR MAS ENTREVISTAS

I. Guía de Pautas:

Lo que se pretende a través de la utilización de esta técnica de

recolección de datos, es obtener un panorama real de un delimitado campo de

acción, tanto territorial como jurisdiccional, abarcando tanto la óptica interna

como externa del poder judicial.

Pretendo entrevistar a: Abogado penalista: Dr. Staude Gustavo

Enrique, Mat. Nº933, a la defensora oficial de instrucción, correccional y de

menores: Sra. Ana María Mayerhoelfer, Al Agente fiscal Dr. Edgar Francisco

Doldán y a la Dra. Nuria Allow, Jueza de instrucción a cargo del juzgado de

instrucción secretaria Nº 1, todos de la Cuidad de Eldorado, provincia de

Misiones, tercera circunscripción judicial.

II. Defensor oficial de instrucción: Dra. Ana María Mayerhoeter

La Dra. Desenvuelve su actividad pública en la DEFENSORIA

OFICIAL DE INSTRUCCIÓN EN LO CORRECCIONAL Y DE MENORES

Nº 1, sito en calle Avda. San Martín Nº 1569 3º piso, de la cuidad de

Eldorado, provincia de Misiones. (Tercera circunscripción judicial)

Pregunta 1: ¿cómo se inicia el proceso penal cuando el imputado es

declarado rebelde?

Respuesta: Bueno, en la provincia de Misiones seguimos lo normado

en el Código procesal penal LEY XIV – N° 13, en el CAPÍTULO II

“REBELDÍA DEL IMPUTADO” ARTÍCULO 293, el cual es muy similar al

Código Procesal Nacional.

39
Dice: “deberá ser declarado rebelde el imputado que sin grave y

legitimo impedimento, no comparece a la citación judicial, o se fuga del

establecimiento o lugar en donde se halla detenido…”

El siguiente artículo ordena la declaración en la causa de la rebeldía. Y

así sigo lo establecido, tratando por todos los medios, si tengo algún tipo de

contacto o comunicación de que el imputado se presente y concurra para poder

ayudarlo con su defensa.

Pregunta 2: ¿existen garantías constitucionales que protegen al

imputado cuando es declarado en rebeldía?

Respuesta: Bueno, si existen las garantías constitucionales que

protegen a todo ciudadano cuando es involucrado en una causa penal como

por ejemplo el debido proceso, que a su vez integra una serie de requisitos

procesales como: juicio previo, juez natural, ley anterior, inviolabilidad de la

defensa en juicio, no declarar contra sí mismo, también tenemos el principio

de inocencia, entre otras, siempre dependiendo de la situación particular de

cada persona y los derechos que se quieran avasallar. Mi trabajo consiste en

protegerlos y lograr un procedimiento lo más equilibrado y justo, lo cual se me

complica mucho cuando mi defendido no se presenta o se fuga, entorpeciendo

todo el proceso.

Pregunta 3: ¿y alguna sanción existe ya sea a nivel local o nacional

para el imputado rebelde, justamente por eludir la justicia?

Respuesta: Sanción no, la verdad no conozco ningún caso en donde

hayan sancionado a un reo o imputado. Lo que normalmente pasa es que

dependiendo en qué momento se produzca la declaración de rebeldía, si está

en etapa de instrucción, es decir, en la etapa de investigación y preparación del

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juicio, se sigue investigando pero no se puede dar apertura a juicio, por estar

una de la partes principal en ausencia, lo cual en nuestro ordenamiento no se

permite, por lo que hablamos arriba de las garantías constitucionales. Si

existen consecuencias cuando el imputado fue juzgado y se encontraba

cumpliendo una condena, y se fuga, pierde todos los beneficios de la buena

conducta o reducción de pena, que haya podido obtener en el tiempo que pasó

privado de su libertad.

Pregunta 3: ¿en su opinión, cree usted que está bien que prosiga el

curso de la prescripción de la acción penal cuando el imputado está

prófugo?

Respuesta: Y mira, yo creo que si debe seguir su curso, porque te

imaginas que si una persona desaparece 10 o 15 años, y de un día para el otro

se presenta o la policía lo captura, y el ordenamiento dice que debemos seguir

con el procedimiento penal después de haberse perdido todo tipo de pruebas, o

la victima ya no exista, o por el mismo tiempo que paso sea igual o superior a

la pena que le hubiese podido corresponder y no tenemos sustentos para seguir

investigando, ya sea tanto la defensa como la imputación. A mi juicio, el

tiempo hace que el hecho se olvide y no haya necesidad de pena. Además de

ser un ventaja en la economía procesal y agotamiento de los recursos que

tienen los juzgados con respecto al almacenamiento y orden de los

expedientes.

Pregunta 4: ¿Qué aporte significativo a su entender le brindaría la

inclusión al código penal la figura de la rebeldía como una causal de

interrupción de la prescripción de la acción penal?

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Respuesta: Para la víctima o los familiares resulta muy positivo,

porque se aseguraría el cumplimiento de la pena, y por su puesto para la

efectiva ejecución del poder punitivo del estado, si todo fuera más ordenado y

eficaz en el proceder jurisdiccional.

Para el imputado o la misma justicia, no. Por qué se archivarían causas

paralizadas, y se vulneraria el principio del plazo razonable y el

esclarecimiento del estado procesal del reo, aunque si su condición es rebelde,

el mismo se perjudica con respecto a el encarecimiento de su situación.

Muchas gracias Dra. Mayerhoeter.

III. Abogado Particular: Dr. Staude Gustavo Enrique:

Especialista en materia penal, el Dr. se desenvuelve en el ámbito provincial siendo su

N° de matrícula 933 y federal T° 105 F°104 – CUIT: 20-17.533.295/3

Pregunta 1: ¿A lo largo de tu carrera, casi 30 años ejerciendo la profesión, te

toco un cliente que fue declarado rebelde?

Respuesta: Si, en la etapa del plenario, ordenaron su detención, por lo cual me

presente en el juzgado para decir que mi cliente no había sido notificado de dicha citación

judicial. Entonces, ordenaron que se presente, lo cual lo acompañe al tribunal para acreditar y

levantar dicho auto y no fue detenido.

Pregunta 2: ¿En base a tu experiencia, podrías decirme un porcentaje estimativo

de rebeldes en la cuidad de Eldorado, o en la provincia de Misiones?

Respuesta: Declaraciones de rebeldía, considero un porcentaje bajo en la cuidad y en

la provincia de Misiones. Ahora prófugos, un poco más elevada la cifra. La gente se presenta

para intentar solucionar de la mejor manera su responsabilidad penal. Son pocos los que

huyen del proceso penal.

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Pregunta 3: ¿Estarías de acuerdo si se lanzara un proyecto de reforma del

Código Penal, en su art. 67, para incluir dentro de las causales de interrupción de la

prescripción a la declaración de rebeldía?

Respuesta: La verdad yo no quisiera que se incluya como una causal, de ninguna

forma. Para mí, como abogado me resulta útil tener el tiempo de prescripción a mi favor.

Pregunta 4: ¿Tiene alguna otra experiencia personal relacionada a la temática?

Respuesta: Si, una vez casi me paso. Estaba defendiendo a dos clientes, estábamos en

la etapa del debate oral, esperando la sentencia y en ese trascurso, ambos imputados, me

plantearon que se iban a ir por que nos van a dejar presos, privados de su libertad, muy

asustados, los intente tranquilizar explicándole que la sentencia se podía apelar, que teníamos

otra oportunidad y gracias a una larga charla logre que no se fueran del tribunal.

Pregunta 5: ¿Cuál es tu opinión sobre el tema a tratar? La declaración de

rebeldía como causal de interrupción de la acción penal.

Considero que desde el interés público, es algo ilógico.

¿Por qué?

Es la máxima expresión de un juez el tratar de perseguir con la acción penal y la

administración de justicia los hechos delictivos protagonizados por los imputados que tratan

de evadir la administración de justicia y ser sancionados.

Considero que, sin perjuicio de que a mí me beneficie a la hora de tener un

mecanismo de defensa, es una política con tinte criminal dejar pasar tal acto voluntario de

elusión sin mediar consecuencia, y paralizando el proceso, desvirtuando la completa armonía

del proceder jurisdiccional.

Para concluir considero a la rebeldía como un delito permanente, un accionar

antijurídico y muy cobarde.

Muchas gracias Dr. Staude.

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Conclusión general

Arribando a una conclusión lo más objetiva posible, creo que es innegable la

necesidad de incorporar como causal de interrupción a la rebeldía del imputado en el marco

de un proceso penal.

En base a lo expuesto, y a pesar de tener en la balanza posturas que se niegan a la

incorporación de dicho instituto, por no estar incluido en el ordenamiento jurídico como una

causal, todo indica que su omisión es un “error” u “olvido” político que acarrea

consecuencias que trascienden lo material o el simple contempla miento o no, para ser una

problemática de interés general o sustancial.

Nace de las circunstancias en las que se produce, como son el pleno conocimiento,

discernimiento y entender del entorpecimiento y la paralización del proceso instaurado para

la investigación, defensa del mismo, y esclarecimiento, y su esencial naturaleza voluntaria y

disuasiva del individuo, que lo hace aún más evidente.

Como concluye la Dra. Frascaroli: “existe un claro y contundente obstáculo legal

insalvable en orden al ejercicio de la acción penal, ante un imputado que se da a la fuga”.

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