Universidad San Buenaventura Cartagena

Facultad de Ingeniería, Artes y Diseño

Ingeniería Química
Tomás Castro Acevedo
1070073
¿QUÉ ES LA ECONOMÍA NARANJA?
Para comenzar, hay que entender el porqué de este nombre, y es debido a la
relación de los diversos significados que se le ha dado a este color frente a una
economía prospera. Dicho esto, acá tenemos varias opiniones con respecto al
origen de este nombre:

El color naranja se suele asociar con la cultura, la identidad y la creatividad, es

asociado, en los países occidentales, con el entretenimiento y la extroversión. En
este orden de ideas, algunas filosofías y religiones, como el confucionismo,
relacionan el naranja con la transformación, por ejemplo en India, el ‘chacra naranja’
es el abdomen, siendo esta parte del cuerpo el centro creativo del individuo.
En forma de resumen, es economía porque permite que las ideas se transformen
en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de
propiedad intelectual, según el BID y es naranja, porque este color se suele asociar
con la cultura, la creatividad y la identidad.

Asimismo, existen muchos más significados del color en casi todas las sociedades
del planeta. Sin embargo, fue el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la entidad
que ‘pintó’ de naranja al valor agregado que generan las industrias y empresas
culturales. Además, lo que realmente interesa es que este color permita fusionar la
economía con la cultura. Es decir, ambas actividades son caras de la misma
moneda. Por una cara está el valor simbólico y por la otra, el valor cuantitativo.
Por otra parte, la economía naranja representa una riqueza enorme basada en el
talento, la propiedad intelectual, la conectividad y por supuesto, la herencia cultural
de cierta región en específico.

Así pues, ya sabiendo un poco al respecto, podemos decir que esta es el conjunto
de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen
en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de
propiedad intelectual y que de igual forma es uno de los conceptos que está
revolucionando el sector creativo. Además, esta es una oportunidad la cual sirve
para tomar en cuenta el talento de otros, intercambiar ideas y dar vida a un producto
completamente innovador y lleno de valor intelectual.
 Por otra parte, con respecto a Colombia existe un gran talento humano y creativo
para desarrollar las diferentes industrias culturales, a partir de la participación en
espacios de circulación que permiten potenciar el intercambio de bienes y servicios
culturales, y así aportarle cada vez más al desarrollo económico del país. Además,
la cultura ha ganado cada vez más relevancia como un sector que no solamente
aporta a la identidad, a la cohesión social y al patrimonio cultural del país, sino que
es un potencial generador de crecimiento económico.

No obstante, surge la inquietud de ¿porque medir los ingresos con respecto al sector
cultural? Esto surge en la medida que podamos tener datos estadísticos, es
importante medir el aporte del sector cultural porque tenemos la posibilidad de
identificar el alcance y aporte a la economía y construir un lenguaje común con otros
sectores. Desde la economía debe entenderse que la Cultura genera empleo y
muchas posibilidades de ingresos.

De igual importancia, el BID clasificó a la industria cultural en tres categorías:

 Convencional: Medios masivos de comunicación y artes relacionadas como la

comunicación, como el cine y la fotografía.
 Otras: Artes visuales y escénicas, conciertos, moda, diseño, museos,
gastronomía, productos típicos, ecoturismo y deportes.
 Nuevas: Multimedia, publicidad, software, videojuegos y soportes de medios.

El gran desafió que tiene Colombia está en superar, por un lado, un déficit comercial
en materia de creatividad, que es lo que nosotros importamos versus lo que el
mundo compra de nuestros bienes y servicios creativos.

A modo de conclusión, esta economía busca desarrollar, fomentar, incentivar y

proteger las industrias creativas, para que estas sean entendidas como aquellas
industrias que generan valor en razón de la propiedad intelectual y su origen y
alcance cultural con el fin de mover una buena aparte del PIB de los países que la
desarrollan.