Universidad Santo Tomás
Derecho canónico II
Jorge Andrés Rojas Forero
24 agosto 2018
Cuadro comparativo
CIC
Deberes:
 273. Los clérigos tienen especial
obligación de mostrar respeto y
obediencia al Sumo Pontífice y a su
Ordinario propio
 277 § 1. Los clérigos están obligados a
observar una continencia perfecta y
perpetua por el Reino de los cielos y, por
tanto, quedan sujetos a guardar el
celibato, que es un don peculiar de Dios
mediante el cual los ministros sagrados
pueden unirse más fácilmente a Cristo con
un corazón entero y dedicarse con mayor
libertad al servicio de Dios y de los
hombres.
Derechos:
 278 § 1. Los clérigos seculares tienen
derecho a asociarse con otros para
alcanzar fines que estén de acuerdo con el
estado clerical.
Directorio para el ministerio y la vida de los
presbíteros
Deberes:
 I. identidad del presbítero
Este don, instituido por Cristo para
continuar su misión salvadora, fue
conferido inicialmente a los Apóstoles y
continúa en la Iglesia, a través de los
Obispos, sus sucesores, los cuales, a su
vez, lo transmiten en grado subordinado a
los presbíteros, en cuanto cooperadores
del orden episcopal; por esta razón, la
identidad de estos últimos en la Iglesia
brota de su conformación a la misión de la
Iglesia, la cual, para el sacerdote, se
realiza, a su vez, en la comunión con el
propio Obispo. «La vocación del
sacerdote, por tanto, es altísima y sigue
siendo un gran misterio incluso para
quienes la hemos recibido como don.
Nuestras limitaciones y debilidades deben
inducirnos a vivir y a custodiar con
profunda fe este don precioso, con el que
Cristo nos ha configurado a sí,
haciéndonos partícipes de su misión
salvífica».
 1.2. Dimensión cristológica. Identidad
específica. En este sentido, la identidad
del sacerdote es nueva respecto a la de
todos los cristianos que, mediante el
Bautismo, ya participan, en conjunto, del
único sacerdocio de Cristo y están
llamados a darle testimonio en toda la
tierra. La especificidad del sacerdocio
ministerial, sin embargo, no se define por
una supuesta “superioridad” respecto del
sacerdocio común, sino por el servicio,
que está llamado a desempeñar en favor
de todos los fieles, para que puedan
adherirse a la mediación y al señorío de
Cristo, visibles por el ejercicio del
sacerdocio ministerial.
Derechos:
 1.4. Dimensión eclesiológica No. 16. Por
tanto, es importante que tenga plena
conciencia de esta realidad misionera de
su sacerdocio, y la viva en plena sintonía
con la Iglesia que, hoy como ayer, siente
  281 § 1. Los clérigos dedicados al
ministerio eclesiástico merecen una
retribución conveniente a su condición,
teniendo en cuenta tanto la naturaleza del
oficio que desempeñan como las
circunstancias del lugar y tiempo, de
manera que puedan proveer a sus propias
necesidades y a la justa remuneración de
aquellas personas cuyo servicio necesitan.
 2.11. Espíritu sacerdotal de pobreza. El
la necesidad de enviar a sus ministros a
los lugares donde es más urgente su
misión, especialmente a los más pobres.
De aquí derivará también una distribución
del clero más equitativa. Al respecto, hay
que reconocer que los sacerdotes que
están dispuestos a prestar su servicio en
otras Diócesis o países son un gran don
tanto para la Iglesia local a la cual son
enviados como para aquella que los envía.
sacerdote, cuya parte de la herencia es el
Señor (cfr. Núm 18, 20), sabe que su
misión —como la de la Iglesia— se
desarrolla en medio del mundo, y es
consciente de que los bienes creados son
necesarios para el desarrollo personal del
hombre. Sin embargo, el sacerdote ha de
usar estos bienes con sentido de
responsabilidad, moderación, recta
intención y desprendimiento: todo esto
porque sabe que tiene su tesoro en los
Cielos; es consciente, en fin, de que todo
se debe usar para la edificación del Reino
de Dios (Lc 10, 7; Mt 10, 9-10; 1 Cor 9,
14; Gál 6, 6) y, por ello, se abstendrá de
actividades lucrativas impropias de su
ministerio.

Conclusión:

Tras el cuadro comparativo llego a concluir que el derecho canónico resguarda la teología misma,
pero no solo su esencia, sino que también resguarda su debida ejecución o encarnación en la vida
de todo el pueblo de Dios, y para este ejercicio, para la vida teológica de los clérigos. Poder dar
respuesta a esa pregunta, que tristemente tantas veces hacen, y al interior mismo de las facultades
de teología hacen: ¿Y para qué sirve toda esa teología y sus fórmulas para la vida diaria de los
creyentes? Se ve con claridad, gracias al Directorio para el ministerio y la vida de los presbíteros, que
sirve para ordenar los bienes temporales para el conocimiento de Dios y llevar una vida coherente
para aquellos que hemos tenido un encuentro con el Maestro.

Con la anterior también se suma una realidad profundamente rica del Derecho canónico, y es que
no es un anexo o un relleno en la teología. Con el ejercicio pudo ver como el código quiere
resguardar al máximo la Revelación misma, es decir, el Depositum fidei. Las Sagradas Escrituras, la
Tradición y el Magisterio se condensan en los cánones. Es por ello que pienso que al Derecho
canónico se le debe dar un valor importante en la formación teológica, y así como existen las síntesis
bíblicas y teológicas, estoy plenamente seguro que también debería existir una síntesis de derecho
canónico. Con el fin de asegurar que los formandos, como es mi caso, salgamos con una plena
claridad de todos los procesos y actos que son coherentes bajo la regla de vida que hemos acogido
en libertad, voluntad y consciencia, el Evangelio.

Pero tristemente uno ve tantos pastores que no tienen claridad teológica en su proceder, y rebaños
enteros, como me pasó ayer en una charla que di, que no saben sobre la existencia del código.