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FINES Y CONTENIDO DE LA ETAPA DE

DIFERENCIACIÓN
Los objetivos de la etapa de diferenciación pueden aludir al conocimiento, a los hábitos
y a la personalidad. En general, estos objetivos o metas se han establecido así por
psicólogos y didactas:

EN EL CONOCIMIENTO

Iniciar a los alumnos en el conocimiento analítico de los seres.


Dar a conocer el procedimiento de la experimentación.
Proporcionar experiencias que sirvan de base para realizar trabajos y estudios
más sistematizados.
Llevar a la comprensión de que el conocimiento de la naturaleza favorece el
progreso económico, cultural y social.
Dar a conocer las relaciones existentes entre la ciencia y la conservación de la
vida y la salud.
Capacitar para la comprensión del medio ambiente y su influencia en el hombre,
así como las modificaciones que éste ejerce sobre aquél.

EN ORDEN A LOS HÁBITOS

Ejercitar la memoria.
Encauzar el afán coleccionista del niño y su espíritu constructor, capacitándole
para el trabajo práctico de las ciencias.

EN ORDEN A LA PERSONALIDAD

Mantener viva la curiosidad y afán de investigación, latente en todos los niños


de esta edad.
Procurar que los alumnos comprendan y valoren el esfuerzo del hombre para
aprovechar los recursos de la naturaleza.
En la etapa anterior se siguió un criterio puramente psicológico en la selección
del contenido, en cambio, durante el periodo de diferenciación se pueden
presentar los temas agrupados con un criterio lógico, lo que equivale a iniciar un
primer intento de clasificación científica.
Las ciencias de la vida siguen teniendo una excelente aceptación en la escuela,
pues los niños se sienten muy interesados por la naturaleza y dentro de ella, por
todos los seres vivientes. Le atraen los procesos de crecimiento, la reproducción,
los animales y sus costumbres, y siente una gran curiosidad por su propio
cuerpo.
En esta etapa ha de comenzarse por la observación de la conducta de los seres
vivos, para pasar, posteriormente, el análisis de la complementariedad
estructura- función , y , por ultimo a las relaciones de los seres vivos con el
medio ambiente: ecología.
Por otro lado, deben estudiarse en primer término los animales superiores más
próximos al niño. Seguidamente ha de emprenderse el estudio de los animales
inferiores.
La zoología y la botánica tienen que estudiarse simultáneamente debido a la gran
dependencia que existe entre la vida vegetal y animal. Así, se puede estudiar la
dependencia de los animales respecto de las plantas y la protección que algunas
de estas reciben por parte de ciertos animales que destruyen insectos dañinos.
En la primera parte de la etapa solo deben llevarse a cabo sencillas experiencias
y observaciones sobre hechos concretos, esta tarea se irá ampliando en los
cursos siguientes. Los alumnos en un primer momento pueden observar como
las plantas mueren por falta de agua. Posteriormente descubrirán la existencia
de otros factores, como la falta de luz, que también ocasiona aquel fenómeno.
Para introducir al niño en el estudio del hombre debe partirse de hechos
concretos a fin de llegar a los resultados previstos mediante generalizaciones
progresivas. Por ejemplo, si se parte de la forma de vivir, de vestir, de
alimentarse, etc., del hombre, es posible llegar a la comprensión de las funciones
fisiológicas: respiración, nutrición, reproducción.
La biología, por su estrecho contacto con la química, solo puede ser objeto de
estudio en la última parte de la etapa y en forma muy elemental, pues presenta
graves dificultades de comprensión.
Conviene no desligar las ciencias de la vida de las ciencias de la materia o de las
ciencias técnicas derivadas. Por el contrario debe ponerse al niño en situación de
observar como todos los seres vivos tienen características comunes: volumen,
densidad, movimiento, fuerza, etc. Algunos autores opinan que las ciencias de la
materia deben ser excluidas de esta etapa a causa de su dificulta, sin embargo,
esta afirmación no puede aceptarse en todo su rigor, y ello porque la mayor parte
de las funciones vitales exige la presencia de conceptos físicos y químicos. Estas
dos materias han de estudiarse ahora en forma diferenciada.
Hacia los nueve años el niño siente un interés muy vivo por la constitución de la
tierra, no solo en su parte externa, sino también respecto de los materiales
existentes en el núcleo. La geología puede comenzarse por la observación de los
ríos, piedras, rocas, cuarzos, piritas, minas,etc.
De la observación de los cantos rodados se puede pasar al estudio de la erosión
por el viento, de las rocas y su desmenuzamiento, a la erosión por el aire o el
mar. Posteriormente pueden ser objeto de estudio los terremotos, maremotos,
volcanes, en el intento de introducir al niño en el conocimiento del interior de la
tierra. Por último, han de observarse los terrenos por zonas, procurando utilizar
un procedimiento sistemático. Se puede empezar desde el ecuador hasta llegar a
las zonas polares, o bien desde la zona habitada por el niño hasta llegar a los
polos y luego al ecuador. Por el momento importa destacar las semejanzas
existentes entre zonas de igual latitud.
En física se observaran las propiedades comunes a todos los cuerpos, hasta que
el alumno descubra por sí mismo la igualdad de dichas propiedades. Su estudio
no debe realizarse de una forma sistemática, sino a través de fenómenos surgidos
ocasionalmente. Las observaciones y experimentos deben hacerse sobre el peso,
el volumen, la gravedad, la atmosfera, la velocidad, el movimiento, etc. Las
experiencias con fuerzas en equilibrio tendrán que ser objeto de trabajo
posterior, hacia los diez años. A partir de esta edad se puede explicar la palanca,
la acción de la gravedad, la inercia, la presión, etc.
El contenido de la química es aún más difícil de acotar. En consecuencia, debe
procurarse que sea más esporádico, sin pretender dar definiciones. En esta etapa
se estudiaran las propiedades y composición del agua y del aire, se darna los
conceptos de temperatura, evaporación, condensación y solidificación.

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