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Minerales y Rocas

Índice

1- Introducción

2- Reconocimiento de Minerales

Rocas generadas en el ciclo Endógeno

3- Rocas Igneas

4- Rocas Metamórficas

Rocas generadas en el ciclo Exógeno

5- Rocas Sedimentarias
INTRODUCCION
En las páginas que siguen se exponen pensando en el ángulo agronómico,
algunos temas geológicos haciendo énfasis en la descripción de rocas,
minerales y estructuras más que en su génesis. Esto no siempre es posible
ya que muchos de los términos empleados en las clasificaciones están
relacionados con aspectos genéticos y no puramente descriptivos. En todos
los casos en la caracterización de los elementos de estudio de la geología se
optará por ejemplificar con materiales de nuestro territorio y sólo con
aquellos que por su abundancia relativa tienen interés para el agrónomo.

PARA SITUARNOS...

Estructura de la Tierra:

En la estructura de la tierra pueden distinguirse una serie de capas


aproximadamente concéntricas diferenciadles por su composición mineral y
propiedades físicas, el esquema que se presenta expone sus nombres y
dimensiones relativas.

Es interesante observar que el hombre sólo tiene acceso directo para su


estudio a una mínima parte de los casi 6400 Km. necesarios para alcanzar el
centro de nuestro planeta. La perforación más profunda efectuada hasta la
fecha es de unos 8000m y en la enorme mayoría de los casos las
observaciones directas para inferir el comportamiento y los procesos que
operan en el interior de nuestro planeta son de profundidad mucho menor.

Las rocas que hoy vemos en superficie, directamente debajo de los suelos
pueden haberse formado en posiciones muy diferentes de aquellas en las
que hoy se encuentran. De hecho, su naturaleza, propiedades, respuesta a la
meteorización, incidencia en la química del suelo, y aún la incidencia en la
topografía son temas íntimamente relacionados, que solo pueden entenderse
conociendo los mecanismos generales en la evolución de nuestro planeta: un
sistema "vivo" en equilibrio inestable, en el que cada observación es
únicamente una fotografía instantánea de procesos relativamente lentos
cuando se les observa a escala temporal humana.

De todas las familias de procesos que conducen a la transformación química


y física de los materiales de la corteza terrestre a través del tiempo,
solamente una pequeña parte -aquellos que ocurren en la superficie de
nuestro planeta- son directamente observables. Meteorización, erosión,
transporte y sedimentación son procesos de este tipo (exógenos), y en su
conjunto caracterizarán el producto final: las rocas sedimentarias.

Otro grupo de procesos (endógenos) ocurren a distintos niveles de


profundidad en la corteza. Las condiciones de temperatura, presión y
composición química en cada lugar son incógnitas que debe inferir el
geólogo a partir de datos indirectos. Dos grupos de rocas son las que se
generan en estas condiciones: rocas ígneas y rocas metamórficas.

Los procesos endógenos ocurren en el interior de nuestro planeta, y


las variables son la presión, temperatura y composición química. Los
procesos exógenos son exclusivos de la superficie de la Tierra, y
resultan de la interacción entre las rocas de la corteza terrestre y la
atmósfera, hidrosferas y biosfera.

Como vemos, la primera gran clasificación del universo de las rocas se


realiza teniendo en cuenta aspectos genéticos y no descriptivos, no las
clasificamos por su color, densidad o cualesquiera de sus propiedades
físicas, sino por el mecanismo que dio lugar a esa agrupación de minerales.
La ventaja relativa de una clasificación genética, y del reconocimiento de
que por ejemplo una roca pertenece a la categoría de las "rocas
sedimentarias" es que nos permite realizar inmediatamente inferencias
acerca de lo que ocurre más allá de nuestro punto de observación.

A continuación enfocaremos entonces el problema de la clasificación de las


rocas, para lo cual deberemos primeramente definir los elementos
constituyentes de todas ellas, no importa su origen: los minerales.

MINERALES
Definiciones básicas:

MINERAL: Compuesto químico, homogéneo, de origen natural, dotado de una


composición química determinada -dentro de ciertos límites- y con una
estructura interna específica (constantes cristalográficas). Todas las demás
características y comportamientos fisicoquímicos del mineral se derivan de
su composición química y estructura, estando frecuentemente supeditados
cualitativa y cuantitativamente a las contaminaciones, mezclas isomorfas,
defectos estructurales, radiactividad, etc., que posea cada individuo en
concreto.

SÓLIDO: Sustancia cuyos constitutivos se agrupan formando una red


cristalina.

RED CRISTALINA: Conjunto de todos los nodos que forman una estructura
cristalina. Está definida para cada especie mineral por seis constantes
cristalográficas: a0, b0, c0, a, b, g.

ESTRUCTURA CRISTALINA: Ordenación tridimensional, periódica, anisótropa


y simétrica de los átomos, iones o moléculas que constituyen un mineral.

CRISTAL: Materia cristalina, natural o artificial, delimitada por superficies


planas, paralelas a planos reticulares de su estructura interna.

Todo mineral puede concebirse además como un sistema en equilibrio


con el medio que lo rodea en el momento de su cristalización. Todo
cambio en la temperatura, presión, o composición del entorno (P,T,X)
lo transforma en un sistema relativamente inestable. La alterabilidad
en condiciones superficiales de un mineral en particular depende
entre otros factores de la diferencia entre las condiciones reinantes
durante su cristalización y las condiciones a las que se encuentra
sometido en el ciclo superficial. Otro de los factores que inciden
fuertemente es la naturaleza de los enlaces entre los elementos
constituyentes de cada cristal, la energía de esas uniones que son
destruidas en la alteración condiciona la estabilidad de cada mineral
frente a un cambio de condiciones P,T,X.

Las propiedades físicas y químicas de las rocas dependen entre otros


parámetros, de las propiedades físicas y químicas de los minerales
constituyentes.

El reconocimiento de los minerales es el conjunto de técnicas que podemos


utilizar para inferir la especie en función de propiedades observables o
medibles. Para el agrónomo, en la amplia mayoría de los casos, las
herramientas de observación y análisis son muy limitadas. Será limitado
entonces la capacidad de reconocer un número importante de diferentes
especies minerales.

Afortunadamente una clasificación razonable y útil de las rocas más


abundantes del subsuelo puede llevarse a cabo sabiendo reconocer unos
pocos minerales, que por su frecuencia de aparición y volumen relativo en la
corteza permiten definirlas. Han sido reconocidas en la corteza unas 3000
especies minerales, su clasificación compete a la mineralogía y los criterios
utilizados en estas clasificaciones son o bien químicos (silicatos, sulfatos,
óxidos, etc.), o bien estructurales (filosilicatos, tectosilicatos, inosilicatos,
etc.). No debe pues confundirse el reconocimiento que será el fruto de la
observación de unas pocas propiedades físicas, con la clasificación en si:
resultado de un análisis de laboratorio detallado y extenso donde se aplican
sofisticadas técnicas para el reconocimiento de la estructura cristalina y
composición química.

Clasificación de los minerales:

Una de las clasificaciones más utilizadas en mineralogía fue elaborada por


H. Strunz, quién la propuso en 1938. Con algunas modificaciones, se
encuentra en uso y es universalmente aceptada. Divide a los minerales en 9
clases:

1. Elementos
2. Sulfuros
3. Halogenuros
4. Óxidos de hidróxidos
5. Nitratos, carbonatos, boratos
6. Sulfatos
7. Fosfatos
8. Silicatos
9. Sustancias orgánicas
No. de
Clase especies Ejemplos
aprox

Oro, Azufre
I 50

Pirita, Galena
II 300

Fluorita, Sal gema


III 100

Cuarzo, Hematita, Rubí


IV 250

Calcita, Dolomita
V 200

Yeso, Baritina
VI 200

Apatito, Monazita
VII 350

Feldespatos, Micas
VIII 500

Ambar
IX 20

Dentro de cada una de estas clases se contemplan una serie de divisiones


denominadas "tipos", "grupos", "series", "familias" y por último la unidad
fundamental: la "especie".

Los silicatos constituyen el grupo más importante, ya que en su conjunto


conforman el 90% de la corteza terrestre. La subdivisión interna de este
grupo se hace en base a criterios estructurales y no químicos, suponiendo
una unidad fundamental [SiO4]4-, esencialmente un tetraedro con un átomo de
silicio ocupando la posición central y cuatro átomos de oxígeno dispuestos
de manera de compartir un electrón de valencia con otros cationes dando
lugar a una estructura cristalina, en base a cuya geometría se realiza la
clasificación.

Se reconocen entonces seis grupos fundamentales:

1) Nesosilicatos: con grupos tetraédricos aislados unidos a otros similares


con un catión distinto del silicio (v.g.: olivino).
2) Sorosilicatos: dos tetraedros unidos por un vértice formando un grupo
[Si2O6]2- relacionados entre sí con cationes distintos al silicio (v.g.: epidoto).
3) Ciclosilicatos: donde 3, 4 o 6 tetraedros se unen para formar un anillo (v.g.:
turmalina).
4) Inosilicatos: formados por cadenas de longitud indefinida de tetraedros
(v.g.: piroxenos y anfíboles).
5) Filosilicatos: los tetraedros conforman una malla plana de arreglo
hexagonal (v.g.: micas y arcillas).
6) Tectosilicatos: donde los tetraedros conforman una malla compleja con
presencia de aluminio en lugar de silicio en algunos de los tetraedros dando
lugar a la presencia de cationes diversos (Na+, Ca2+, K+) incluidos en el
edificio cristalino (v.g.: feldespatos y cuarzo).

Reconocimiento de minerales:

El reconocimiento de las diferentes especies minerales puede llevarse a


cabo basándose en sus propiedades físicas solo en unas pocas especies.
Pero en definitiva el objetivo que perseguimos es justamente ese: aprender a
reconocer aquellas especies más comunes que conforman las rocas más
frecuentes en el subsuelo de nuestro país.

El análisis de un grupo particular de propiedades físicas -las propiedades


ópticas- constituye una herramienta poderosa para la determinación de
especies minerales, y da lugar a una especialidad conocida como
"mineralogía óptica". Su instrumento fundamental es el microscopio
petrográfico, y la técnica de reconocimiento de minerales por este método
se ha aplicado en la Facultad de Agronomía desde su fundación a principios
de siglo por el Prof. Karl Walther.
A continuación pasaremos revista a aquellas propiedades físicas de los
minerales que auxilian a su reconocimiento cuando no disponemos de
instrumental específico para un análisis de laboratorio. La práctica de Rocas
y Minerales del Taller de Recursos Naturales de Interés Agronómico, supone
que para la determinación de las especies planteadas como problemas Ud.
dispone de los siguientes elementos: una lupa de mano, un objeto de bronce
(llave) y un objeto de acero (cortaplumas, trincheta).

Propiedades físicas de los minerales:

Como fue mencionado antes, las propiedades físicas de los minerales son
una función de su composición química y estructura cristalina. De esta
manera se podrán definir propiedades físicas escalares y vectoriales, si son
dependientes o independientes -respectivamente- de la dirección
cristalográfica de observación.

Las propiedades físicas de una especie mineral varían entre ciertos


parámetros como resultado de que distintos individuos de una misma
especie no son necesariamente idénticos. Por ejemplo: diferentes
cristales de cuarzo pueden presentar coloraciones diversas (incoloro,
gris, azulado, violeta, rosado, blanco, negro, etc.). De allí deducimos
que el color no es una propiedad útil para diferenciar el cuarzo del
resto de los minerales. La biotita (mineral ferro-magnesiano del grupo
de las micas) es sistemáticamente de color negro o marrón muy
oscuro. En ese caso el color es un buen criterio para diferenciarla de
otras especies similares. El reconocimiento de un mineral será
entonces el resultado de la observación de un conjunto de
propiedades, siendo una buena costumbre el seguir una "marcha
sistemática".

De esta manera podremos separar:

a)
Propiedades
escalares:
a.1) Densidad

b)
Propiedades
vectoriales:
b.1) Velocidad de crecimiento (forma)

b.2) Cohesión (tipo de fragmentación)

b.3) Tenacidad (fragilidad, ductilidad, flexibilidad, dureza)

b.4) Propiedades eléctricas

b.5) Propiedades magnéticas

b.6) Propiedades radiactivas

b.7) Propiedades ópticas

b.7.1) Brillo

b.7.2) Color
b.7.3) Indice
de refracción
b.7.4)
Luminiscencia
b.7.5)
Fluorescencia
b.7.6)
Fosforescencia

b.8) Propiedades organolépticas


b.8.1) Olor

b.8.2) Sabor

b.8.3) Tacto

Las propiedades en negrita serán empleadas para el reconocimiento de los


minerales en la práctica antes mencionada.

Forma: la forma externa de un cristal correspondiente a una especie mineral


cualquiera queda determinada por su velocidad de crecimiento. Las caras de
crecimiento más rápido son las que presentan un desarrollo menor. En
cambio, las más lentas se desarrollan más y muestran tendencia a hacer
desaparecer a las otras.

Cuando un mineral forma parte de una roca, la forma que desarrolla un


determinado cristal es función de diversos factores, algunos propios de su
especie y otros que resultan del condicionamiento que determinan las
especies minerales vecinas. Así un cristal de cuarzo que creciera a partir de
la cristalización de un líquido silíceo en completa libertad desarrollará caras
cristalinas como la que puede observarse en la figura. La misma especie
cristalina (cuarzo) cristalizando en último lugar en una roca granítica
ocupará los intersticios entre los cristales de otras especies (feldespatos y
mica) que cristalizaron antes que el, y su forma no estará determinada por su
estructura cristalina sino que se verá condicionada por los espacios
vacantes.

Llamamos hábito al desarrollo relativo del conjunto de caras de un cristal


bajo la influencia de los factores fisicoquímicos del medio (temperatura,
presión, radiactividad, concentración, viscosidad, etc.), que actúan durante
su génesis. De manera simplificada distinguiremos entre los siguientes tipos
de hábito:
Hábito hojoso: es el que presentan aquellos minerales en que sus cristales
se desarrollan preferencialmente en dos direcciones y pobremente en la
perpendicular al plano que los contiene, típicamente las micas y arcillas.

 Hábito fibroso: es el que presentan aquellos minerales en que sus


cristales se desarrollan preferencialmente en una sola dirección y
pobremente en las demás, el mineral adquiere aspecto de fibras
(algunos anfíboles, asbesto).
 Hábito prismático: lo presentan los minerales en los que sus cristales
se desarrollan moderadamente en dos direcciones y fuertemente en la
otra. Adquieren formas prismáticas de base rectangular, triangular o
hexagonal. El hábito tabular es un caso particular del prismático en el
que las caras del cristal se desarrollan en forma de prisma muy corto
o aplastado, el cristal adquiere forma de tabla o tableta.

Cohesión: la resistencia a la ruptura es obviamente diferente en distintos


minerales, y la forma de los trozos obtenidos al romperlos es una
consecuencia de su organización interna. Hay minerales que se rompen
dando lugar a superficies planas: en ese caso diremos que el mineral se cliva
o que muestra clivajeo exfoliación.
Un mineral puede tener más de un plano de debilidad por los que se rompe
más fácilmente y en ese caso tendrá más de un plano de clivaje. Las micas
constituyen el ejemplo más evidente de mineral con un plano de clivaje
perfecto, por el que se separa en hojas extremadamente delgadas.

Clivaje o exfoliación: rotura de un mineral paralelamente a una


cara real o posible del cristal. Tal cara corresponde a planos
reticulares de mayor densidad de nodos, mientras que el conjunto de
esos planos están unidos entre sí por enlaces más débiles. Según el
grado de facilidad y perfección con que se manifiesta el clivaje, recibe
calificativos como: excelente, muy bueno, bueno, manifiesto, pobre o
imperfecto, etc.

Esta particularidad es la que condiciona el uso desde la antigüedad de la


muscovita, una mica transparente en diversos usos industriales, por ejemplo
como sustituto flexible del vidrio.

Otros minerales como el cuarzo tienen una estructura sin planos de debilidad
preferente y se rompen tal como lo haría un trozo de vidrio. A este tipo de
fractura se la conoce como fractura concoide.

Fractura: rotura totalmente desordenada, sin ninguna dirección


preferente de los enlaces estructurales de un cristal como
consecuencia de un golpe. Se definen 4 tipos: irregular, concoidea
(superficies curvas), astillosa (entrantes y salientes puntiagudos) y
ganchosa (propia de los metales nativos).

Nótese que el vidrio a pesar de su aspecto no es en realidad un sólido pues


no posee estructura cristalina sino que es un líquido sobre-enfriado de alta
viscosidad.

Tenacidad (fragilidad, ductilidad, flexibilidad, dureza)

La tenacidad de un mineral es un buen indicador para su determinación. No


es posible definirla únicamente con un parámetro de dureza pues otros
aspectos son también importantes. Un mineral es frágil cuando se rompe
fácilmente por efecto de un golpe. El diamante, el mineral de más dureza
conocido es sin embargo frágil.

La ductilidad es la propiedad de poder moldearse en hojas delgadas y es la


propiedad característica de algunos metales nativos tales como oro plata y
cobre. La flexibilidad es la propiedad de poder deformarse sin romperse y
volver al estado inicial cuando suprimimos el esfuerzo, las hojas de mica son
altamente flexibles.

La dureza puede ser cuantificada utilizando escalas más o menos precisas


de las cuales la más sencilla y popular es la escala de Mohs, que clasifica los
minerales tomando como referencia diez especies a las cuales les asigna un
número entero. La dureza del mineral problema se estima entonces por
comparación con los minerales standard según quién raye a quién.

Escala de dureza
de Mohs

Mineral Dureza

Talco
1

Yeso
2

Calcita
3

Fluorita
4

Apatito
5

Ortoclasa
6

Cuarzo
7

Topacio
8

Corindón
9

Diamante
10

En la práctica de Taller II emplearemos algunos elementos comunes para


comparar durezas cuya posición en la escala de Mohs: uña (dureza = 2.5 - 3);
Llave de bronce (3.5 - 4); acero (5.5); vidrio (5.5 - 6).

Propiedades ópticas:

De las diversas propiedades ópticas de los minerales describiremos aquí


brevemente aquellas que auxilian a la determinación sin instrumental
específico: el brillo y el color.

En el lenguaje común, la palabra opaco suele usarse con un sentido diferente


para aquellos materiales no reflectantes. En sentido estricto, los cuerpos
opacos no permiten el pasaje de la luz, los cuerpos transparentes permiten
la observación de objetos a través de ellos, y los cuerpos translúcidos
permiten el pasaje de la luz, pero con reflexiones internas que imposibilitan
distinguir una imagen cuando se les interpone en su camino.

El brillo es una propiedad compleja que describe la manera como la luz se


refleja en la superficie del mismo. Depende de varios factores como el índice
de refracción y el grado de pulimento de la superficie observada. El brillo
metálico lo presentan algunos minerales que como los metales no permiten
el pasaje de la luz (sustancias opacas) y su nombre es suficientemente
explícito. Las diversas variedades de brillo no metálico son características
de las sustancias transparentes o translúcidas y podemos distinguir diversas
variedades: brillo adamantino, típico del diamante y de las sustancias con
alto índice de refracción, brillo vítreo (el de la mayoría de los minerales)
semejante al del vidrio, con variedades como el brillo graso (típico de las
superficies de rotura del cuarzo) semejante al de un objeto engrasado, brillo
nacarado en que se observa iridiscencia por difracción en las microfisuras
de la superficie (la que muestra el Nácar); brillo mate es el típico de las
sustancias terrosas o de las superficies que dispersan la luz en todas
direcciones.

El color de un mineral es una propiedad que aunque muy aparente posee un


potencial de diagnóstico limitado. Muchos minerales muestran colores
diversos dependiendo de mínimas proporciones de impurezas en su
estructura, el cuarzo por ejemplo, aunque frecuentemente incoloro o gris
puede ser rojo, blanco, celeste, violeta (amatista), amarillo (citrino) verde o
aún negro. Minerales de este tipo sin una coloración típica se llaman
alocromáticos mientras que aquellos en que se verifica una cierta
constancia en el color se denominan idiocromáticos (la biotita es
normalmente negra).

A continuación se presentarán una serie de tablas con las propiedades más


importantes de los minerales de interés para el ingeniero agrónomo.

FELDESPATO
CUARZO
POTASICO
Fórmula
SiO2 KalSi3O8

Hábito
Prismático hexagonal Prismático corto

Dureza
7 6

Peso Esp.
2,65 g/cm3 2,57 g/cm3

Clivaje
No No

Fractura
Concoide No

Brillo
Vítreo a graso Vítreo
Alocromático.
Alocromático. Rosado,
Generalmente gris
Color blanco, incoloro, gris, negro,
incoloro, transparente a
etc.
translúcido
Si, de compenetración
Maclas (Carlsbad), que divide al
No cristal en 2 a lo largo.
Variedades Cristal de Roca (incoloroOrtosa, microclina, adularia.
en cristales bien
definidos); amatista
(violeta en cristales bien
definidos); rosado
(impurezas de titanio);
citrino (amarillo);
lechoso (blanco debido a
múltiples inclusiones
fluidas); calcedonia -
ópalo (variedad cripto-
cristalina, cemento de las
RS).
Material de adorno,Producción de porcelana y
construcción (arena),vidrio.
fabricación de vidrio,
ladrillos de sílice,
porcelanas, pinturas,
papel de esmeril y como
relleno de madera. Como
rocas ornamentales
(cuarcitas y areniscas).
Debido a sus cualidades
Usos ópticas se utiliza en
instrumental científico,
tallado de lentes y
prismas y en la
producción de luz
monocromática. Se lo
utiliza en radio-
osciladores y relojes de
precisión debido a sus
propiedades
piezoeléctricas.

PLAGIOCLASAS

Albita Anortita

Fórmula
NaSi3AlO8 CaSi2Al2O8

Hábito
Prismático tabular

Dureza
6

Peso Esp.
2,62 g/cm3 2,76 g/cm3

Clivaje
3: dos buenos y uno malo

Fractura
No
Brillo Vítreo a perlado
Incoloras, blancas, grises, transparentes a
Color
translúcidas.
Si: polisintéticas. Como resultado se ven estrías en
Maclas
el plano de clivaje.
Variedades Existe una serie isomorfa entre la albita y la
anortita:

% albita % anortita

Albita
100 - 90 0 - 10

Oligoclasa
90 - 70 10 - 30

Andesina
70 - 50 30 - 50

Labradorita
50 - 30 50 - 70
Bytownita
30 - 10 70 - 90

Anortita
10 - 0 90 - 100
Poco uso en porcelanas. Las variedades
Usos
transparentes se utilizan como gemas

CALCITA MUSCOVITA BIOTITA


Fórmula
CaCO3 (AlSi3O10)KAl2(OH)2 (AlSi3O10)K(Mg,Fe)3(OH)2

Hábito
Prismático Hojoso hexagonal Hojoso pseudo-hexagonal

Dureza
3 2 - 2 1/2 2 1/2 - 3

Peso esp.
2,71 g/cm3 2,76 - 2,88 g/cm3 2,8 - 3,2 g/cm3

Clivaje
3 excelentes 1 excelente 1 excelente

Fractura
No No No
Vítreo perlado aVítreo sedoso a perlado Vítreo metálico
Brillo
terroso
Blanco aTransparente a incoloraNegro o pardo oscuro.
incoloro. Si esen hojas delgadas. En
Color impura puedebloques gruesos puede
ser pardo aser amarillento a rojizo.
negro.
Maclas No No No
Espato de Vermiculita: se forma por
Islandia: alteración de la biotita (hojas
variedad de biotita con moléculas de
Variedades químicamente agua intercaladas).
pura,
transparente e
incolora.
Fabricación deMaterial aislante deLa vermiculita se usa como
cementos y cal.aparatos eléctricos.aislante y como sustrato
Se la utilizaComo carga en papel,para compost.
Usos como fertilizante,goma y pinturas.
cal de blanquearLubricante (mezclada
y tiza. con aceites). Material
incombusti-ble.

PIROXENO ANFIBOL HEMATITA

Fórmula Ca(Mg,Fe,Al)(Si,Al)2
(Al,Si)8O22Ca2Na(Mg,Fe2)4(Al,Fe3+,Ti)(O,OH)2 Fe2O3
O6

Hábito Tabular u
Prismático cuadrado Prismático rómbico
hojoso

Dureza
5-6 5-6 5 1/2 - 6 1/2
Peso esp.
3,2 - 3,3 g/cm3 3,0 - 3,4 g/cm3 5,26 g/cm3

Clivaje
2 buenos a 90º 2 buenos a 56º y 124º 1 bueno

Fractura
No No No
Brillo Metálico Metálico a submetálico Metálico
Negro a verde Verde oscuro a negro Castaño rojizo a
Color negro, o rojo
sangre oscuro.
Maclas No No No
Enorme familia deSeguramente es la familia de minerales más Oligisto:
minerales. grande que existe. variedad de
Variedades
hematita bien
cristalizada.
Variedades Mena más
transparentes como importante de
gemas. hierro. Utilizada
Usos como pigmento
(ocre rojo) y
como polvo
para pulir.

LIMONITA ILLITA MONTMORILLONITA

Fórmula K1-1.5Al4[Si7-
(*Ca,Na)0.7(Al,Mg,Fe)4[(Si,Al)8O20](OH)4
HFeO2 6.5Al1-1.5O20]
· nH2O
(OH)4

Hábito
Terroso Terroso Terroso

Dureza
5 - 51/2 1-2 1-2

Peso esp. 2,6 - 2,9


4,37 g/cm3 Variable entre 2 y 3 g/cm3
g/cm3

Clivaje 1 bueno (no


1 excelente 1 excelente
visible)

Fractura
No No No

Brillo
Mate Mate Mate
Pardo Blanco aPor lo general blanco, amarillo o verde.
Color amarillento acolores muy
pardo negruzco pálidos.
Maclas No No No
Goethita: Existen illitasLa montmorillonita pertenece a un grupo
limonita biendioctaédricas (grupo de la montmorillonita o
cristalizada. como laesmectitas), que contiene los principales
Variedades muscovita ymiembros siguientes: montmorillonita,
trioctaedricas beidellita, nontronita, saponita, hectorita
como lay saconita.
biotita.
Usos Cuando puraArcilla Arcilla formadora de suelos. Utilizada en
como mena deformadora decerámicas, papel, pinturas, gomas, etc. Y
hierro. suelos. como lodo de perforación.
Utilizada en
cerámicas,
papel,
pinturas,
gomas, etc.

ROCAS GENERADAS EN EL CICLO ENDOGENO

ROCAS IGNEAS
Consideramos rocas ígneas aquellas que resultan de la cristalización de un
magma. Por magma puede entenderse una mezcla silicatada parcial o
totalmente líquida, generalmente como resultado de la fusión de rocas
preexistentes.
La composición química de los magmas es muy diversa y por lo tanto lo es
también el conjunto de rocas que se obtienen luego de su cristalización por
enfriamiento. El proceso en si que lleva a la consolidación de un magma es
también un factor que incide en el producto resultante, iguales
composiciones químicas, pero diferentes condiciones de solidificación dan
como producto rocas de aspecto muy diverso.

El estudio de las rocas se basa en métodos propios de la mineralogía,


geología, química y de la física, y requiere la identificación precisa de los
minerales presentes. La mayoría de las veces las rocas son heterogéneas, es
decir, están compuestas por más de una fase mineral, y además de su
identificación precisa es necesario describir o cuantificar las relaciones
entre las especies que integran la roca (su textura).

Existen diferentes criterios para clasificar una roca ígnea, algunos se basan
en su quimismo, otros en su composición mineral y todos ellos de alguna
manera tienen en cuenta la textura. Aunque nuestro objetivo es aprender a
reconocer las rocas ígneas más frecuentes en nuestro país, debemos
además prestar alguna atención a criterios de clasificación química a los
efectos de conocer el significado de algunos términos comúnmente
empleados en la bibliografía geológica.

Clasificación textural de las rocas ígneas:

Este criterio de clasificación atiende a la forma, disposición y tamaño


relativo de los cristales constituyentes de una roca, pasando por alto las
especies minerales involucradas. En este sentido, el cuadro se considera
suficientemente explícito como para reconocer a que categoría textural
pertenece una roca dada.

La textura de la roca es directamente dependiente del ambiente geológico


(profundidad) de cristalización del magma, es así que se pueden distinguir:

a) rocas intrusivas (o plutónicas): cristalizadas lentamente en profundidad. El


descenso muy gradual de la temperatura permite que los minerales se
desarrollen, obteniéndose texturas granudas.

b) rocas hipabisales (o filonianas): cristalizadas a profundidad intermedia, en


filones, diques, sills, apófisis, etc. Suelen "heredar" algunos cristales de
mayor tamaño de la cámara magmática, los que quedan inmersos en una
matriz de grano fino. La textura resultante es la porfírica.

c) rocas efusivas (o volcánicas): cristalizadas en superficie, bajo condiciones


de presión atmosférica. Las bajas temperaturas impiden el desarrollo de
cristales de tamaño visible, y las condiciones de presión habilitan la
desgasificación, responsable en el caso de los basaltos de los niveles
vesiculares o vacuolares superiores.

Clasificación mineral de las rocas ígneas:

Esta clasificación estrictamente llamada "modal", divide las diversas rocas


ígneas en grupos o clases estableciendo rangos en que diferentes especies
minerales pueden aparecer en la roca en cuestión. Presentaremos aquí una
simplificación suficiente para los fines perseguidos, de la universalmente
aceptada clasificación del IUGS.

Es interesante notar que la misma permite identificar la pertenencia a una


clase u otra basándose únicamente en la proporción de cuarzo, feldespatos
alcalinos, plagioclasa y eventualmente la cantidad de minerales
ferromagnesianos presente. El tipo de diagrama utilizado -diagrama
triangular- permite la representación de un sistema ternario como un punto
con posición definida en un triángulo equilátero.

La condición que ha de cumplir el sistema ternario para ser representado


como un punto es justamente que la suma de los porcentajes relativos de
cada uno de los componentes sea 100%. De ello se deriva que en principio no
tendremos en cuenta para clasificar una roca nada más que los porcentajes
relativos de cuarzo, feldespatos alcalinos y plagioclasa.

Por ejemplo, consideremos una roca formada por


33% de cuarzo, 22% de plagioclasa (oligoclasa),
37% de feldespato potásico (ortosa), 6% de
biotita, 1% de epidoto y 1% de circón. A los
efectos de la clasificación modal llevamos las
proporciones de cuarzo, plagioclasa y feldespato
potásico al 100%: Qz = (33x100)/92 = 36% Pg =
(22x100)/92 = 24% Kf = (37x100)/92 = 40% De
esta manera, el análisis modal de la roca se plotea
en un diagrama triangular de vértices Q - A - P y
queda representado por un punto dentro del campo
de los granitos. Clasificamos la roca entonces como
un granito a biotita, dejando en claro cual es la
fase mineral accesoria más importante.
Clasificación química de las Rocas Ígneas:

Todas las rocas ígneas pueden ser clasificadas en base a su quimismo,


aunque este criterio es especialmente apto para aquellas de grano muy fino
(afaníticas) o vítreas, para las cuales la mineralogía es imposible de definir.

Una vez analizada, los resultados composicionales son expresados -por lo


general- en porcentaje en peso de los óxidos de los elementos mayoritarios:
sílice (SiO2), aluminio (Al2O3), hierro (FeO - Fe2O3), magnesio (MgO),
manganeso (MnO), titanio (TiO2), calcio (CaO), sodio (Na2O) y potasio (K2O). A
estos valores suele agregárseles los del fósforo (P 2O5) y pérdida de agua por
ignición (H2O-).

Si construyésemos un gráfico de frecuencia respecto al porcentaje de sílice


en el total de la corteza terrestre, veríamos que la distribución es bimodal,
con dos máximos: uno en el entorno del 50% (rocas de afinidad basáltica) y
otro en el entorno del 70% (rocas graníticas). Esto significa que en la
naturaleza hay una gran escasez, en volumen, de rocas con contenido de
sílice entre 54 y 66%.

Tradicionalmente las rocas con bajo contenido de sílice se han denominado


rocas básicas y aquellas con alto contenido se llamaron rocas ácidas. Esta
clasificación sigue en uso, y es necesario aclarar que se basa
exclusivamente en el contenido en sílice de la roca, sin connotaciones
respecto al "pH" de la misma.

El resto de los óxidos que componen la roca presentan un comportamiento


particular respecto al porcentaje de sílice, y sus tendencias pueden ser
referidas al mismo. Esto se ejemplifica en la figura siguiente:
Las conclusiones más relevantes son:

1) el porcentaje de los óxidos de sodio y potasio aumentan


proporcionalmente con el óxido de silicio. Esto se ve reflejado en la
mineralogía de las rocas ácidas, ricas en feldespatos potásicos y
plagioclasas sódicas.
2) Inversamente, los óxidos de hierro, calcio y magnesio disminuyen
proporcionalmente con el tenor de sílice. De allí que en las rocas básicas
dominen minerales ferromagnesianos como el piroxeno, anfíboles, olivinos,
etc.; y las plagioclasas sean más cálcicas.
3) El aluminio, sin embargo, permanece aproxi-madamente constante en
ambos grupos de rocas, en alrededor de 14% en peso de las mismas.

La relación entre la composición química y la mineralogía resultante se


intenta ejemplificar con la figura siguiente. Esta es una pauta general para
relacionar la composición química, y específicamente el contenido en sílice,
con la mineralogía.

Se grafica en el eje horizontal el tanto por ciento del óxido de silicio y en el


eje vertical el porcentaje en volumen de los minerales.

Ejemplo: una roca con 65% de sílice en peso tendría una mineralogía
compuesta por 10% de cuarzo, casi 30% de feldespato potásico,
aproximadamente 35% de plagioclasa (60% molécula anortítica y 40% de
molécula albítica), 15% de hornblenda y un 10% de biotita.

El orden de cristalización de los minerales en la roca está condicionado por


la composición química del magma y la tasa de enfriamiento. N. L. Bowen
estudió por primera vez el orden de cristalización para las rocas basálticas,
definiendo dos series: una continua, representada por los feldespatos de la
familia de las plagioclasas, y otra discontinua, en la que los minerales
formados son reabsorbidos totalmente por el líquido a medida que la
temperatura desciende.

La serie de cristalización de Bowen se discutirá más adelante sus


implicancias con la susceptibilidad de meteorización de las rocas ígneas.

Petrogénesis de Rocas Ígneas:

Como ya ha sido establecido, las rocas ígneas son el resultado de la


cristalización de un fundido silicatado llamado magma. El magma, a su vez,
es la consecuencia de la fusión parcial de una roca preexistente.

La composición química del magma (y por ello, la de la roca formada a sus


expensas) será función de la composición química de la roca de partida, el
grado de fusión parcial (dependiente de la temperatura y presencia o
ausencia de volátiles), y de la duración del fenómeno.

La fusión parcial puede ser concebida como un proceso de destilación


fraccionada, en la que una roca se ve sometida a un aumento gradual de la
temperatura circundante hasta que se alcanza el punto de fusión de uno o
más de sus componentes. De esta manera se logra un "líquido" con la
composición química de la/las fases minerales de menor punto de fusión y un
residuo refractario (restita). El líquido formado (magma) podrá moverse hacia
otra posición distinta a la de su área fuente (deslocalizarse) si las
condiciones de presión confinante, permeabilidad del medio y grado de
fusión se lo permiten.

La forma de ascenso del magma desde su área fuente (por lo general la base
de la corteza o la interface corteza - manto) hasta su lugar de emplazamiento
ha sido sujeto de discusión, llegando a varios modelos conceptuales. Sin
embargo, todas tienen en común la presencia de estructuras profundas
(cámaras magmáticas) de diverso tamaño y geometría; estructuras
subsuperficiales en forma de diques, filones o sills; y estructuras
superficiales o volcánicas (derrames de lava, coladas, conos volcánicos,
domos, etc.).De esta manera un mismo magma podrá emplazarse en distintos
"ambientes geológicos" o profundidades.

El resultado serán rocas con igual composición química e idéntica


mineralogía, pero con texturas diferentes. El cuadro siguiente ejemplifica
este hecho:

Plutónica Hipabisal Extrusiva

Granito Microgranito Riolita

Sienita Microsienita Sienita

Granodiorita Riodacita
Tonalita Dacita

Gabro Diabasa Basalto

Recordemos nuevamente que la separación de las rocas ígneas en básicas y


ácidas se basa exclusivamente en el porcentaje de óxido de sílice. De esta
manera, serán rocas básicas aquellas con menos de 55% de SiO2, y ácidas
las que posean más del 60% en peso de SiO2. Otra característica distintiva
de las rocas ácidas respecto a las básicas es la presencia de "cuarzo libre" o
cristales de cuarzo visibles a simple vista (como en un granito).

Las rocas ígneas se distribuyen inhomogéneamente en la corteza terrestre.


Las rocas ácidas y básicas se mantienen separadas no solamente en su
ambiente de generación: magmas basálticos en dorsales meso-oceánicas y
magmas graníticos en zonas de subducción; sino también en su forma de
yacencia.

Los basaltos -equivalente extrusivo de los gabros- son las rocas básicas más
comunes en la superficie de nuestro planeta, mientras que los granitos
-equivalentes plutónicos de las riolitas- son las rocas ácidas que predominan
en la Tierra. Estrictamente, la composición química promedio de la corteza
continental se sitúa en el entorno a la granodiorita. Esta roca es el
equivalente intrusivo de las andesitas, principal lava eruptada en los
volcanes de las zonas de subducción.

Obsérvese la etimología de andesita, que significa "roca de los Andes", en


clara referencia a su lugar de origen.

La frase "mucho granito y poco gabro - mucho basalto y poca riolita" es bien
conocida entre los petrólogos y geólogos desde principio de siglo.

Para terminar con esta pequeña y somera reseña sobre petrogénesis de


rocas ígneas se presenta el siguiente esquema, donde se señalan los
ambientes geotectónicos de generación de magmas en la Tierra.

Las rocas basálticas resultan de la fusión parcial (anatexis) del manto


superior, que posee una composición ultrabásica. Es posible observar que en
las zonas de formación de corteza oceánica (ridges meso-oceánicos) y en las
islas oceánicas (como Hawaii) la roca que está sufriendo los procesos de
anatexis es el manto terrestre. Por el contrario, en las zonas de subducción
la corteza oceánica se sumerge por debajo de la continental; como resultado
de este proceso se introduce agua en el manto, que actúa como fundente,
permitiendo la fusión parcial de la base de la corteza continental y de los
sedimentos acarreados sobre la corteza oceánica.

ROCAS METAMÓRFICAS
Como ya ha sido mencionado en la introducción de este cuadernillo, existen
tres categorías de rocas: ígneas, sedimentarias y metamórficas. Las rocas
ígneas se forman mediante la solidificación de un fundido silicatado
denominado magma; las rocas sedimentarias se forman por una variedad de
procesos a bajas temperaturas cercanas o en la superficie. La tercera
categoría -las rocas metamórficas- fueron originalmente ígneas,
sedimentarias o incluso metamórficas, pero su carácter ha sido cambiado
por procesos operantes por debajo de la superficie de la Tierra.

Uno de los factores que controlan el proceso metamórfico es la temperatura.


Debe tenerse presente que la fuente de calor para estas transformaciones
proviene de la desintegración radiactiva de isótopos que ocurre en el interior
de nuestro planeta. Ya que la superficie del mismo está sometida a un
continuo enfriamiento (calor irradiado por la Tierra) existe un aumento
gradual de la temperatura con la profundidad, al que usualmente se llama
gradiente geotérmico. Este varía de una zona a otra de la corteza siendo su
valor medio de 1ºC cada 33 m. De ello surge que una roca a medida que se ve
sometida a condiciones mas profundas se ve inmersa en un medio de mayor
temperatura y de mayor presión.

Cuando las temperaturas son bajas -en las cercanías de la superficie- los
procesos se asignan al ciclo exógeno o sedimentario, y más precisamente a
la diagénesis o litificación. En cambio, cuando las temperaturas alcanzan el
punto de fusión de las rocas envueltas en un evento metamórfico,
generándose un fundido (fusión anatéctica o anatexis), los procesos pasan al
campo de las rocas ígneas. Entre estas dos temperaturas, que definen los
limites superior e inferior del metamorfismo, se desarrolla el proceso
metamórfico.

Es importante dejar bien en claro que el metamorfismo tiene lugar mientras


las fases minerales integrantes de una roca determinada están en estado
sólido. Es así que los procesos del metamorfismo son "procesos en estado
sólido" con pocas o mínimas fases volátiles involucradas (agua y dióxido de
carbono), además el sistema es isoquímico: la composición química
volumétrica de la roca es invariante y las nuevas especies minerales
(especies neoformadas) estarán condicionadas por la química original.
La forma en que aumentan la temperatura y la presión no es la misma en
diferentes puntos de la corteza. Existen zonas anómalamente calientes con
abundante magmatismo donde la temperatura se incrementa muy rápido con
la profundidad, especialmente cerca de los bolsones de magma que están
próximos a la superficie. Por el contrario nuestro planeta muestra zonas
anómalamente frías en que aún a profundidades importantes la temperatura
es relativamente baja. De todo ello surge que en las rocas que han sufrido
transformación metamórfica habrá algunas en que los cambios en la
mineralogía y textura se deben fundamentalmente al aumento de
temperatura mientras que habrá otras en que la presión y la deformación son
los factores más importantes que condicionan el cambio mineral.

De allí que podamos de manera sintética decir que existen tres grandes
familias de procesos metamórficos según el predominio relativo de la
temperatura y la presión:

a. El metamorfismo de contacto: producido en salbandas o aureolas


alrededor de cuerpos intrusivos en vías de enfriamiento. En estos casos T>>P
permitiendo la recristalización y transformación de las rocas que están
próximas al contacto. Este es el origen más común para los mármoles
uruguayos, especialmente en la zona de Polanco donde un granito entra en
contacto con rocas calcáreas de unos 600 Ma de antigüedad.

b. metamorfismo dinámico: en estos casos la presión dirigida, y por


consiguiente la deformación predomina netamente sobre la temperatura. Las
rocas involucradas están sujetas a varios tipos de "molienda mineral" y
recristalización de algunas especies minerales. Las rocas resultantes de
este tipo de metamorfismo se desarrollan siguiendo zonas donde la
deformación fue máxima. Un ejemplo notable lo constituyen las rocas
alineadas sobre la Sierra de la Ballena, Sierra de los Caracoles y Cerro Largo
que forman una enorme estructura que atraviesa Uruguay (y se continúa en
Brasil) indicando que a lo largo de ese "lineamiento" se produjo una
deformación extrema producto del resbalamiento relativo entre dos
porciones de la corteza terrestre.
c. metamorfismo regional: el metamorfismo esta determinado por el par
presión - temperatura, definiéndose de esta manera una serie de "grados" y
"facies" metamórficas. Es el caso mas común del metamorfismo y también el
mas complejo, y para su estudio es necesario un conocimiento profundo de
la cartografía geológica y estructural de la zona relevada, así como de la
petrografía de cada tipo litológico involucrado.

Es interesante prestar atención a las variaciones de P y fundamentalmente


la temperatura a lo largo del "evento metamórfico". A medida que la roca
original -llamada protolito- se ve sometida a aumentos progresivos de T y
eventualmente P, las fases minerales originales comienzan a sufrir los
cambios necesarios para "adaptarse" al medio.

En algún momento determinado, la T alcanzara su máximo y la


roca desarrollara una asociación mineral que definirá un cierto
grado metamórfico o facies metamórfica. La asociación mineral
recristalizada estable para ese par [P-T] se denomina
paragénesis mineral metamórfica.

Los grados y facies metamórficas son definidas para cada


protolito en particular por una cierta paragénesis, y mas
específicamente por los límites de estabilidad termodinámica de
los minerales recristalizados. Esta es la causa por la que se
establece que si una roca metamórfica presenta hornblenda
(anfíbol), pertenece al "grado medio de metamorfismo"; o lo que
es lo mismo, la hornblenda define al grado medio de
metamorfismo (o facies anfibolita).

La mayoría de los minerales índices del metamorfismo no poseen


interés particular ni singular para el ingeniero agrónomo, pero se
creyó conveniente presentar un esbozo general de la
problemática petrográfica de las rocas metamórficas.

Para entender cómo se forman estas rocas es necesario revisar


algunos conceptos fundamentales de la evolución continua que
se verifica en nuestro planeta. En primer lugar nos referiremos a
las rocas metamórficas que resultan de la transformación de una
roca sedimentaria. Como veremos en el capítulo de rocas
sedimentarias éstas tienen composición química diversa según
el proceso que les diera origen y el grupo más importante en
nuestro país es el de las rocas detríticas.

Por su implicancia en la agronomía, consideraremos también


como punto de partida para el metamorfismo, entre las rocas de
precipitación química a las rocas carbonatadas (calizas y
dolomías). La transformación que sufren estas rocas está
normalmente asociada a fenómenos de compresión y desorden
que ocurren en aquellas zonas de la tierra en que colisionan dos
trozos de corteza que se desplazan con direcciones opuestas. En
estas zonas los fenómenos compresivos tienden a apilar
porciones de los segmentos de corteza implicados de manera
que algunos de ellos quedan debajo de enormes masas de roca cambiando
sustancialmente las condiciones de presión y temperatura.

Los minerales constituyentes de las rocas sedimentarias se desestabilizan,


especialmente aquellos que fueron generados en el ciclo exógeno como las
arcillas, ocurren reacciones de deshidratación, disolución, cambio de
estructura cristalina y cristalización de nuevas especies minerales. Notemos
que todo ello ocurre sin que se produzca una verdadera fusión de los
materiales originales y que en estos ambientes es normal que exista una
dirección de presión dominante que no es vertical sino lateral.

Pensando en lo expuesto será fácil comprender que la transformación


gradual que se va produciendo dará como producto una roca nueva que tiene
generalmente una composición química muy similar a la original pero con
una composición mineral y aspecto totalmente diferente. Pueden definirse de
una manera arbitraria "Grados de Metamorfismo", esto es como escalonar
las condiciones de temperatura y presión a las que ocurre el proceso de
transformación.

Aunque la definición del grado metamórfico no interesa específicamente al


Agrónomo podemos ejemplificar lo que le ocurre a una pelita cuando se ve
sometida a condiciones de temperatura y presión crecientes:

Grado metamórfico
Roca

Bajo Medio Alto

Pelita
Filita Micaesquisto Gneiss

Basalto
Metabasalto Anfibolita Anfibolita

Caliza
Caliza marmórea Mármol Mármol

Asimismo la forma geométrica que adoptarán los diversos estratos de rocas


sedimentarias, originalmente de desarrollo tabular horizontal es totalmente
distinta.

La figura muestra algunos ejemplos de estructuras comunes de las rocas


metamórficas. Una de las características más comunes de las rocas
metamórficas que auxilia a su reconocimiento, es la orientación preferencial
de sus minerales debido a que estos se han desarrollado en un medio en que
existe presión dirigida. La orientación resultante define la foliación o la
esquistosidad de la roca metamórfica.

Esquistosidad (foliación): estructura típica


de las rocas metamórficas, consistente en
conjuntos de superficies paralelas de mayor o
menor espaciado, que proporciona a estos
materiales un determinado grado de fisilidad.

Así las hojas de las micas que recristalizan durante el metamorfismo tienden
a alinearse según superficies más o menos definidas dándole a la roca un
aspecto particular. Las texturas resultantes dependen de la intensidad de los
procesos de transformación y de los minerales que componen la nueva roca
resultante.

Las texturas más comunes entre las rocas metamórficas se esquematizan en


el cuadro siguiente. Para los fines perseguidos en el Taller II es suficiente
con saber distinguir entre las rocas metamórficas más frecuentes por lo que
aquí se brinda una descripción de las mismas que auxiliará a su
identificación.

Gneiss: roca de textura granoblástica, cuyo componente esencial y siempre


presente es un feldespato. El tamaño de grano puede variar entre 1 y 15mm
para los feldespatos; el cuarzo casi siempre está presente en granos de
magnitud similar o más pequeños que el feldespato. Los accesorios comunes
son muscovita (gneiss muscovítico), biotita (gneiss biotítico), ambas micas
(gneiss a dos micas), o anfíbol (gneiss anfibólico). Los ferromagnesianos
están orientados de forma más o menos notoria. Las micas normalmente
contornean los granos mayores de feldespato que adquieren el aspecto de
"ojos". Cuando se describe un gneiss debe indicarse cual es el accesorio
ferromagnesiano presente, su tamaño de grano (fino, medio o grueso), y si es
posible distinguir el tipo de feldespato.

Micaesquisto: roca normalmente muy esquistosa, compuesta


fundamentalmente por muscovita, biotita o ambas; el cuarzo es un
componente esencial. Las micas suelen disponerse siguiendo estructuras
planares o curvas de pequeño radio (textura plegada). Muchos otros
minerales suelen aparecer en el micaesquisto en calidad de accesorio, por
ejemplo granate, estaurolita, andalucita, etc. El tamaño de las micas varía
entre 0,5mm y 1cm, y siempre son visibles a ojo desnudo. La textura de la
roca se denomina lepidoblástica.

Anfibolita: se designa con este nombre a un grupo amplio de rocas


metamórficas cuyo componente esencial es un anfíbol. Las anfibolitas más
comunes tienen como minerales integrantes hornblenda, plagioclasa y
cuarzo; la hornblenda suele presentarse en bastoncitos cuyo eje se orienta
paralelo a un plano preferencial, confiriéndole a la roca una textura algo
esquistosa (nematoblástica). La roca puede mostrar un bandeado alternado
de capas verde oscuro, casi negras, muy ricas en anfíbol y otras más claras
donde domina la plagioclasa y el cuarzo. Algunas anfibolitas en muestra de
mano tienen pobre esquistosidad, siendo su textura prácticamente masiva.

Filita: roca muy esquistosa, cuyo nombre popular es "piedra laja". Los
componentes esenciales son sericita y cuarzo. Ocasionalmente pueden
contener calcita (filitas calcáreas). Los colores varían entre el beige y el
negro, el grano es tan fino que es prácticamente imposible distinguir
minerales individuales a ojo desnudo. La sericita es un nombre que se aplica
a la muscovita muy finamente cristalizada, constituyendo una transición
entre la illita y la muscovita propiamente dicha. La abundancia de
filosilicatos de grano fino le da a la roca un tacto untuoso, y el ordenamiento
interno planar le confiere la propiedad de partirse fácilmente en lajas
delgadas.
Caliza metamórfica: las calizas metamórficas son rocas fundamentalmente
constituidas por calcita y/o dolomita. Tienen colores muy variables desde el
blanco hasta el negro, siendo comunes los grises y los rosados. El tamaño de
grano varía entre submilimétrico y 5mm, siendo en los casos más frecuentes
de entre 0,5 y 2mm. La roca puede ser bandeada con alternancias de color y
de tamaño de grano o maciza con textura sacaroide (similar a granos de
azúcar); en este último caso la roca puede ser clasificada como un mármol.
La principal característica para su reconocimiento es su reacción con el
ácido clorhídrico y que se rayan fácilmente con cualquier objeto metálico, lo
que permite distinguirlas de las cuarcitas, que son rocas fundamentalmente
constituidas por cuarzo.

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