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La violencia de género es una de las problemáticas actuales de mayor relevancia y con mayor
número de casos que la evidencian, en algunos casos esta problemática resulta trágica. Por
tales motivos diferentes grupos sociales se ocupan de promover la no violencia a través de
diferentes modalidades y de la formación de grupos que reclaman justicia ante situaciones de
esta índole.
Las personas más vulnerables son las mujeres y los niños que sufren como consecuencia.
Esta problemática social implica un trabajo articulado desde diferentes sectores del poder y de
diferentes disciplinas. Entra en juego el poder judicial a partir de leyes.
En relación a las medidas de seguridad que se toman a partir de una denuncia por violencia de
género se ponen en juego las concepciones del hombre respecto a una mujer que se toma el
atrevimiento de denunciar. Esto tiene que ver con las representaciones sociales puestas en
juego respecto a lo que significa la mujer. El hombre suele interpretar la ley como un acto de
injusticia. La justicia para estos es una justicia que apaña. El considera que la mujer exagera,
que ella cree tener poder y que por eso hace lo que hace. Por lo tanto la mujer es considerada
su objeto, su mujer que no puede accionar contra él. Creen estar exentos del peso de la ley. El
hombre ejerce violencia sobre la misma como un castigo a un accionar de esta, no reconoce la
violencia como tal, siempre es justificada. “Las representaciones sociales o individuales hacen
que el mundo sea lo que pensamos que es o que deba ser” (Moscovici, 1961). Las
representaciones sociales acerca de la mujer, de su valor y de su significado son muchas veces
individuales, o son adquiridas a partir de la sociedad misma.
Esta compleja problemática tiene objetivos, en relación al derecho es buscar tiempo y una
pausa a la violencia, determinar si hubo o no delito, generar medidas de prevención de nuevos
delitos. La psicología por su parte busca entender los mecanismos psíquicos que conducen a
un sujeto a determinados hechos y los significados subjetivos que vehiculizan sus
comportamientos.
EL CAMBIO ES POSIBLE
MEJOR EFICACIA EN LAS INVESTIGACIONES DE ABUSO SEXUAL EN TUCUMAN
Dr. Tony Butler
Introducción
Se pueden dar como ejemplos mejoras logradas en los últimos 25 años. No solo mejorías en la
calidad de las pruebas que respaldan las acusaciones sino que, también, se ha reducido el
trauma experimentado por las victimas durante la investigación y el juicio.
Los desafíos
En muchos aspectos, el delito de abuso sexual infantil tiene muchas características únicas en
comparación con otros delitos. Por ejemplo:
En la mayoría de los casos la victima conoce al abusador, que es a menudo miembro familiar.
No hay otros testigos del delito porque el abusador elige el momento y el lugar para el abuso
cuando no hay otras personas presentes.
Si el niño/a denuncia el abuso, el abusador usara su estatus como adulto para acusarle de que
esta mintiendo.
Cuando los casos llegan a juicio penal, a menudo no hay pruebas suficientes para condenar al
delincuente.
La entrevista debería hacerse tan pronto como sea posible después la denuncia del crimen
para reducir la posibilidad de que lo que el niño/a recuerda se pierda o se contamine en sus
conversaciones con otras personas.
Se debe tener cuidado en todas las etapas. El proceso que deberían seguir las personas que
reciben las denuncias de abuso sexual infantil debería cumplir con protocolos acordados. Estos
protocolos deberían constituir la base de la capacitación.
Una vez remitida la denuncia al fiscal o juez es importante reducir el retraso desde la denuncia
hasta la entrevista de prueba testimonial. Será necesario considerar si se requiere o no de
examen médico.
La entrevista debería grabarse y la grabación debería usarse como prueba en el juicio penal.
La experiencia en Argentina y otros países
Duplicación del trabajo cuando distintos profesionales realizan las mismas tareas
Muchos casos donde jueces, fiscales y psicólogos no trabajan como equipo integrado
Planificación de la entrevista
Toda la entrevista de prueba testimonial se basa en una sola pregunta “cuéntame qué
sucedió”, invita al niño a comenzar a contar libremente lo sucedido. El entrevistado debe
resistir la tentación de interrumpir al niño en su relato. Debe esperar a que este termine y
recién allí hacer un resumen de lo contado por el niño asi este tenga lugar a reflexionar sobre
lo que dijo.
Luego la entrevista llega a la fase del cuestionamiento, pero lo esencial es que se siga haciendo
lo mas posible en la forma de una invitación a que el niño responda con narrativa libre. En
algún momento resultara apropiado hacer preguntas mas directas, pero dentro de lo posible el
entrevistado debe continuar usando las invitaciones para obtener respuestas mas de narrativa
libre.
El uso de resúmenes para volver a reproducirle lo que dijo es una parte importante del proceso
en todas las etapas.
La fase final de la entrevista es el cierre. Cuando el entrevistador cree que se han cubierto
todos los temas y tópicos del plan de la entrevista agradecerá al niño/a por haberle ayudado,
luego dirá que va a resumir lo que se dijo e invitara al niño a corregirle o agregar mas
información que no haya dicho y que quiera contar.
Conclusión
Gracias a la intervención del doctor en las provincias de Tucumán, Formosa y Jujuy se lograron
grandes cambios tendientes al progreso en el procedimiento de los casos de abuso sexual a
menores. Como ser capacitaciones a profesionales, cursos informativos, adquisición de
elementos de trabajo, reformación de salas de entrevista; lo cual fue posible gracias a la
colaboración de los profesionales pertinentes.
Es por ello que es necesario estar en constante actualización y al tanto de estos avances para
que la práctica profesional del psicólogo en el ámbito jurídico y forense responda a un perfil
adecuando con respecto a su labor.
A continuación se desarrollara tres puntos importantes a tener en cuenta para una adecuada
comprensión de la misma, a saber: en un primer momento, se realizara un marco histórico
contextual del psicodiagnóstico, luego se referirá el informe propiamente dicho como una
herramienta pericial y por último el perfil del experto en esta práctica.
Las técnicas proyectivas surgen en 1950 a partir de los aportes de Murray, Rapaport, Frank y
Bellak en torno a las cuales emergieron las discusiones y desacuerdos con aquellos que
compartían el neopositivismo y cuestionamientos realizados por el psicoanálisis de la época.
Luego en 1988 la Lic. Renata Frank Verthely, la Lic. Graciela Celener y la Lic. Teresa Veccia
desarrollaron en las Jornadas Nacionales en Tucumán que las técnicas proyectivas se hallaban
atravesadas por distintas concepciones teóricas como también por dificultades en cuanto al rol
del profesional, las jerarquizaciones y desjerarquizaciones.
Sin embargo, se debe mencionar que académicamente las técnicas proyectivas y psicométricas
se encontraban divididas como por ejemplo en la curricula de la UBA, aunque tras arduas
discusiones y la necesidad por parte de los profesionales de una curricula combinada, como
fue el caso de la Universidad de Santiago del Estero DASS aunque luego se modificó, dio lugar
al consenso en la Universidad Nacional de Tucumán en 2015 en razón del primer curso de
Especialización de Evaluación y Psicodiagnóstico.
Así, los magistrados emiten su pedido de forma clara y puntual sobre lo que desean saber, lo
que llamamos “puntos periciales”. Este escrito tiene ante la ley la categoría de prueba dentro
del proceso jurídico. El artículo 253 del Código de procedimiento dice que “el juez podrá
ordenar pericias siempre que para conocer algún hecho o circunstancia pertinente a la causa,
seas necesarios conocimientos especiales de alguna ciencia, arte o técnica.”
En el ámbito jurídico el informe tiene carácter de esclarecimiento por lo que, como auxiliares
de la justicia, comunica a profesionales de las aéreas legales las incumbencias de nuestra
profesión que ellos requieran ya sea una evaluación rigurosa en relación al hecho cometido,
investigar las características de personalidad, interconsultas con equipos interdisciplinarios,
brindar datos que luego pueden ser correlacionados por los funcionarios con otras pruebas.
Las técnicas que se utilicen van a depender de la sintomatología que se evalúa o la demanda
que surja. Existen test específicos de memoria, atención, funciones ejecutivas, etc. que
muestran su correlato con el Sistema Nervioso.
En todas las áreas deben primar los derechos del evaluado, tanto de su consentimiento, la
confidencialidad y la no invasión de su intimidad, que se encuentra en el consentimiento
informado y bajo las leyes que ampara la práctica pericial.
“El instrumento de trabajo del entrevistador es él mismo su propia personalidad” afirma José
Bleger. Esta frase ilustra claramente la característica del evaluador que es un ser humano
evaluando y estudiando nada más ni nada menos que a otro ser humano. Ante esta condición
fundamental de la evaluación, se encuentra en la obligación de actuar disociado, por un lado
se identifica con el paciente y por otro parte se mantiene al margen de la identificación.
Es un proceso que es a la vez activo y pasivo, se dice que el proceso es activo en tanto que el
entrevistador realiza distintas actividades a la vez como escuchar, observar y realizar síntesis, a
la vez que formula hipótesis en su mente y reflexiona descartando o confirmando las mismas.
Y en cuanto a la parte pasiva del proceso en medida que tolera las ansiedades y tiende a tomar
una actividad receptiva, deja desenvolverse y expandir el discurso.
Cabe aclarar que para el ejercicio de esta práctica se requiere de una habilitación especial que
es otorgada y garantizada por los organismos del estado que regulan la profesión, así es
fundamental que el profesional haya transitado por la etapa académica y que cuente con los
conocimientos necesarios tanto del ámbito clínico como de las problemáticas pertinentes. Esto
permitirá que la elección de las técnicas se haga de manera adecuada a lo que se evalúa, a
partir del criterio técnico se determina cuales se utilizaran, acompañado de las obligaciones
éticas. Por lo que en el proceso diagnóstico, así como su experiencia personalidad y estilo
cognitivo.
Psicoterapia personal.
Conocimiento y formación teórico-práctica actualizada y constante.
Training especializado.
Practica en investigación con los distintos modelos de instrumentos.
Supervisión de los casos.
Nos pareció oportuno comenzar por brindar un resumen de dos casos expuestos en el artículo.
Se oficia al Oficial de Justicia o Juez de Paz, según el lugar de residencia del niño u hospital que
se encuentre, junto a un Trabajador Social del Gabinete Psicosocial y a la Policía de la zona
para el inmediato cumplimiento de lo ordenado.
Esto implica claramente que el Trabajador Social designado, actúa sin conocimiento previo de
la situación que ha generado la orden, y sin ser consultado respecto a las formas en las en las
que se podría intervenir para la mejor resolución de esa medida. Sin embargo es el principal
responsable encargado de conseguir un vehículo para el traslado de los niños, y coordinar
tanto al oficial de Justicia como al oficial de Policía, tarea que debería ser realizada por el
Defensor de Menores interviniente. La actuación del Trabajador Social resulta central, por el
hecho de que es el encargado de interactuar con las partes, explicando los alcances de la
medida y los posibles pasos a seguir, aún más importante en situaciones donde se presenta
violencia y/o agresividad y es necesario salvaguardar la integridad del o los niños.
Además hay que aclarar que recientemente se ha incorporado dentro de los mandamientos el
ingreso de un Psicólogo, con el objetivo de que su accionar permita que al ejecutar la medida
ordenada por el Juez, ésta resulte “lo menos traumática posible”. También debe propiciar
contención al niño.
Respecto a esto el autor plantea que se pasa de un proceder extraordinario a uno ordinario, en
tanto que las autoridades no apelan a la intervención previa de un equipo de profesionales,
quienes posteriormente sí suelen intervenir con informes sociales y psicodiagnósticos.
El segundo caso presentado hace referencia a mujeres víctimas de violencia por parte de su
pareja, que deciden, para poner un fin a este vínculo conflictivo, retirarse de la vivienda
familiar en la que se encuentran sus hijos menores y realizar la denuncia en la Oficina de
Violencia Doméstica. La misma, deriva como caso urgente al Juzgado de Familia
correspondiente con el objetivo de que los niños queden bajo la custodia de su progenitora.
En este tipo de medidas extraordinarias se suelen presentar agresión verbal entre las partes, el
involucramiento de más familiares o vecinos que toman partido por alguna de las partes y la
utilización de los hijos, los cuales son tomados como objetos por sus progenitores.
Freud señala que el fin sexual normal tiene un rasgo o carácter perverso siempre asociado, en
función de las pulsiones parciales asociadas a las zonas erógenas, previas a la organización
genital.
Hay una serie de condiciones que se repetirán en las distintas posiciones perversas: que el
objeto sea representado por un fetiche y la imposición de la voluntad de goce. La especificidad
de esta categoría clínica es la de hacerse instrumento del goce del otro. La forma en la que el
perverso busca hacerse instrumento será el tipo de perversión.
Estamos en una época en la cual el régimen del padre de encuentra en decadencia, la de los
significantes amo y los ideales, con la exaltación del plus del goce como ideal. Estamos en la
época de los derechos del hombre, donde los avances en este asunto son fundamento de los
sistemas democráticos. La misma propone una vertiente superyoica que podría tener
consecuencias, tanto en la clínica como en lo social.
Hay un cierto empuje a decirlo todo. En la actualidad parece no haber necesidad de represión
social del decir, y el discurso del año devenido discurso capitalista vehiculiza, propone, exige
decirlo todo. Incluso en lugar de la represión esta la permisividad, y desde el psicoanálisis se
observa la dificultad que supone la prohibición de prohibir.
Vemos entonces como cada época se caracteriza por determinar condiciones de subjetividad y
de padecimientos. En la actualidad se instaura una nueva relación entre el sujeto y el goce, que
no solo aparece oculto, sino que se lo exhibe de todas las maneras posibles.
Hablamos de un sujeto desbrujulado, que entre otras cosas, ha dejado de sentir vergüenza. La
vergüenza es considerada como un afecto fundamental de la experiencia humana, y al igual
que la angustia, constituye un índice de la relación del sujeto con el Campo del Otro. La
vergüenza sirve como una especie de barrera al goce, civilizando al sujeto.
Esto conlleva consecuencias en la clínica. En este sentido, los autores Miller y Laurent, en su
seminario “El otro que no existe y sus comités de ética”, señalan la distancia que existe entre la
época freudiana, debido a que el ideal social de la misma se presentaba del lado de la neurosis
(obsesiva), mientras que en la actualidad está del lado de la perversión.
Resulta relevante tener esto en cuenta ya que éste Ideal juega un papel primordial en muchas
instituciones dele entramado social. Puntualmente, en el Poder Judicial, nos encontramos con
aquellos que se ubican en una posición de autoridad, y muchas veces creen ser La Ley: Jueces,
Fiscales, Defensores, Peritos etc…
Todos ellos exhiben de forma llamativa una total falta de vergüenza al dirigirse al otro, y peor
aún, existe una cierta oscura satisfacción reflejada en muchas ocasiones en una sonrisa, que
no es otra cosa que goce. Posiblemente se trate de un rasgo perverso en una estructura
neurótica, puesto que genera angustia y vergüenza en los demás. Preguntas del tipo “¿Te
gustaba que no hacías nada?”, o “¿Por qué no hacías nada?”, dejando entrever cierta
intencionalidad adjudicada a la víctima.
Desde el Psicoanálisis, en articulación con lo Forense, podemos arribar a dos puntos clave: el
primero, señalar la actualidad del concepto y la especificidad de la posición y la estructura
perversa que se sigue sosteniendo desde el nuestra disciplina, logrando desmitificar la idea de
este concepto solo asociado a lo monstruoso, patológico o anormal; en segundo lugar, poder
explicitar cuales son las consecuencias subjetivas de la época que se presentan en la clínica
frente a la ausencia de vergüenza, que conlleva a una proliferación de sujetos desbrujulados o
a-sintomáticos .
Esta autora define a la violencia familiar como “multicausal” y hace referencia al abordaje de
dicha problemática a través de diferentes teorías:
Sociología: hace hincapié en las cuestiones de poder, dejando de lado el erotismo y la
vincularidad. Bourdieu (1998) se refiere a la historia humana moldeada por la
dominación social masculina.
Psicoanálisis: sobre las cuestiones del poder y genero basado en el entramado
inconsciente y a su define a la violencia como un desconocimiento del otro como
sujeto y reducción a puro objeto de descarga.
Psicoanálisis Vincular: hace hincapié en la influencia cultural, la transmisión de mitos,
creencias y tradiciones.
El patriarcado como una escalera de jerarquía “natural” donde se representa al hombre como
alguien prestigioso superior y la mujer minimizada como objeto. Dicho mandato se sostiene
para, mantener esa desigualdad jerárquica en la cual se utiliza la violencia como una forma de
aceptación de lugar de la mujer como subordinada.
Berenstein, toma el concepto de transubjetividad para referirse a los procesos ideológicos que
son filtrados auto producidos por la estructura familiar en la que el Yo a su vez produce sus
propios ideales.
Se concluye que las situaciones de violencias se dan en un contexto de vínculos dependientes
afectivos, dominación, subordinación que viene marcados por un contexto socio histórico y
cultural del aún vigente patriarcado.
Este proceso de subjetivación se inicia desde los vínculos primarios y estas figuras significativas
son influenciadas por las condiciones de poder y además de definir un tipo de identidad,
define formas de ser y parecer.
La dominación masculina no deja de ser una violencia simbólica que se impone sin
cuestionamiento. Si bien se han producidos cambios en la relación de los hombres sobre la
mujer, esta condición sigue resistiendo porque sigue siendo funcional para el sistema que la
sustenta.
Esta violencia de género no puede ser abordada a partir de un solo aspecto porque es una
problemática que demanda de trabajo, donde se manejas diferentes hipótesis y por lo tanto se
establecen diversos tipos de dispositivos. Esto implica un abordaje complejo ya que observa
distintas situaciones y no una en particular.
Se empieza a ver que esta violencia de género parte de una violencia simbólica, incluso cuando
se la coloca a la mujer como objeto de deseo. Esto hace el patriarcado, ha delimitado la
posición femenina en este lugar de objeto de deseo y esto habilita un vínculo con el varón
violento. Por lo tanto hay una subordinación femenina que permite la violencia tanto física
como también simbólica, en donde se ha naturalizado la dominación masculina. Y esto
también puede observarse en el contexto artístico como son las letras de las canciones
populares.
Las mujeres que tienen este tipo de relación se les hace difícil su separación ya que expresan
que con varones “normales” no logran sentirse de la misma manera. Cuando la mujer logra
separarse la lleva a la depresión ya que se encuentra en un lugar de anestesia y faltante de
deseo. Se produce una angustia por la pérdida del objeto.
La norma patriarcal de ser objeto de deseo llevada a su máximo exponente reproduce sujetos
desvitalizados en lo que lo único que los constituye es el deseo del otro, perder ese pilar
psíquico es peligroso para la construcción del psiquismo.
Se debe realizar un trabajo que consista en contemplar un cambio subjetivo en mujeres que
sean víctimas de violencia que les permita salir de estos vínculos peligrosos. Esto se realiza en
conjunto con otras disciplinas, en donde las instituciones funcionan como soporte y apoyo
para estas mujeres para que estas adquieran una nueva posición subjetiva.
Los principios que se incorporaron con este nuevo cambio están relacionados con: las normas
del procedimiento que se aplican para facilitar el acceso a la justicia, la necesidad de que en las
causas sean designados jueces especializados que cuenten con apoyo multidisciplinario, y que
el proceso tenga en cuenta el interés superior de los niños/as y adolescentes involucrados.
A partir de esto la función del psicólogo forense tendrá que ver con el acompañamiento y la
mediación entre los miembros de la familia, apareciendo nuevos términos como el de
“autonomía progresiva” o “progenitor afín”.
Finalmente, teniendo en cuenta todos los aspectos anteriores es necesario, para poder
desempeñar de manera adecuada y eficaz nuestro rol pensar qué somos (peritos, técnicos,
evaluadores), cuál es la posición en la que nos ubicamos cuando nos encontramos frente a la
familia, los aspectos que se deben contemplar y resaltar en las evaluaciones, etc., poniendo en
cuestión los presupuestos, aprendizajes y prácticas por la necesidad de redefinir el rol y
producir un cambio en el escenario litigioso y conflictivo del fuero familiar.
Tratará de identificar aspectos psicológicos que se presentan muy a menudo y que dificultan la
comprensión a la hora de definir si se está frente a un sujeto imputable o no.
El hecho de valorar hasta qué punto comprendió la criminalidad del acto o de dirigir sus
acciones es complejo, para ello el perito debe asomarse al interior de otro ser humano para así
responder una demanda. En muchos casos no basta con clasificarlo en una patología al sujeto
en cuestión, describir sus síntomas y signos de acuerdo a los comportamientos que observa,
sino que debemos ir mas allá teniendo en cuenta la posibilidad de discriminar o comprender
situaciones complejas donde entran en juego los mecanismos de defensa, tipos de vínculos, el
grado de internalización de normas culturales, fortaleza yoica, entre otros y la capacidad del
individuo para dirigir sus acciones teniendo en cuenta el acceso a la motricidad, grado de
tolerancia a la frustración, tensión, vacíos, etc.
Los elementos del mundo interno se articulan en contextos, que es donde ocurren los hechos.
En muchos casos el juez simplifica al extremo la realidad psicológica del sujeto al que se juzga,
lo que causa distorsiones y/o dificulta la aplicación de la solución más justa al caso concreto.
A) Intento de dirimir (averiguar) si el sujeto comprendió la criminalidad del acto o dirigió sus
acciones a base de rotulaciones psicopatológicas: generalmente se busca otorgar el atributo
de inimputabilidad al sujeto acusado. El hecho de que existan rasgos comunes en individuos
que entrarían en una clasificación psicopatológica por cumplir con los mismos parámetros, no
los hace iguales, pero es un error común.
F) Disociaciones extremas: tales como conceptualizaciones absolutas, como por ejemplo locos
o sanos.
Se intenta erradicar la subjetividad por temor a que se convierta en agresividad, hay un deseo
imposible de construir un sistema racional.
Quizás la misión de la psicología forense sea ampliar esta problemática y desde lo pericial
hacer patente en la psicogenesis y semiología delictiva las situaciones que nacen a partir de la
comprensión de la psiquis.
Lo que las psicólogas, peritos del Cuerpo Profesional Forense de la provincia de San Luis, nos
traen a cuestión es lo que denominan la justicia restaurativa; plantean la situación de una
problemática actual en el ámbito jurídico. La psicología y el derecho, ambas disciplinas son
ciencias humanas y sociales que comparten el objeto de intervención que es la conducta de la
persona.
La clínica forense nos orienta a señalar que los infractores, sobre todo los recurrentes, son
quienes carecen de su entorno familiar directo.
La vida cotidiana, los medios masivos, nos llevan a centralizar el foco en la “inseguridad” con
una pérdida de solidaridad y tolerancia con reclamos vengativos, de penas cada vez más duras.
Que la respuesta al delito debe reparar en lo posible al daño sufrido por la victima
Que los delincuentes lleguen a entender que su comportamiento no es aceptable y
que tiene consecuencias reales.
Que los delincuentes pueden y deben aceptar la responsabilidad por sus acciones
Que las victimas deben tener la oportunidad de expresar sus necesidades y participar
en la decisión de como reparar el daño
Que la comunidad tiene la responsabilidad de contribuir en el proceso
Cuando nos encontramos con jóvenes menores de edad que cometen delitos hay que tener en
cuenta la trama psicológica, y si existe una posibilidad de restauración.
Hay que tener presente que por culpabilidad se entiende mucho más que un sentimiento, y el
valor que le damos a la palabra del otro. Las diferencias entre los individuos esta puesta en la
organización frente a la pulsión de vida y de muerte, en esto somos todos universales.
Podemos pensar que de como la estructura este dada serán sus conductas y actos.
Es esta ley lo que nos posibilita el lazo social que tiene como contrapartida la tentación detrás
poner los límites de lo prohibid, oscuro culpa, oscuro goce. Por la culpa, sujeto y civilización se
anudan.
Con la culpa nos referimos a un saber sobre la ley que nos permite conocer consciente e
inconscientemente su relación con lo permitido y lo prohibido, un padecimiento estructural
del ser humano.
Utilizaron los conceptos de Piaget en donde postula el paso de un desarrollo moral consiste en
el pasaje de la heteronomía a la autonomía, sin embargo a pesar de la evolución las nociones
de heteronomía de la justicia no se vuelven menos frecuentes sino que incrementan una idea
inseparable de la sanción.
Discusión
Cada vez que niños y adolescentes llegan a tribunales son provenientes de familias
desintegradas o desorganización genealógica (ausencia representacional, por franco
abandono) y graves fallas en las funciones parentales.
Se escucha decir que los mueve la necesidad para subsistir, que en realidad esa necesidad en
realidad es aprovisionamiento narcisistico, encuentra en los niños y jóvenes un gran público el
espejismo de la felicidad obtenida ya no en el amor de objeto primario; sino en la posición del
objeto, un imperio de consumo.
El psicoanálisis lacaniano nos compara a este capitalismo en el que nos encontramos inmersos,
el cual ocupa un lugar del amo, dueño de la verdad y que lo domina todo, que deviene en
nuevas patologías de las compulsiones, adicciones, presentados como posibilidades para
compensar la angustia que genera el no ser parte de eso que se nos dice o pide el mundo
global.
Se ve padres que por un lado, animan a sus hijos a actuar impulsivamente y luego los castigan
y reprimen para descargar su propia hostilidad, esa imposibilidad de autocontrol del desarrollo
manual de la autonomía debilita aún más el yo.
La ausencia de la figura paterna, a una figura paterna frágil, imposibilita una imagen
estructurada para la sociedad que lo está esperando con normas y expectativas por cumplirse.
Es notable además como la fantasía es vivida como peligrosa, vengativa con culpa, un súper yo
deficitario y si aparece, lo hace con características sádicas; todo esto mencionado deriva en
una patología delincuencial.
Conclusión
Las autoras consideran que el psicoanálisis es un aporte útil para la disciplina psicológica, ya
que su abordaje está sustentado en la singularidad del sujeto. En cambio rechazan la idea de la
estandarización y el desarrollo de los vínculos emocionales de los niños, niñas y adolescentes.
El C.P.P. DE LA Nación y los de la mayoría de las provincias ordena que este debe ser un
“informe detallado” con las “conclusiones” a las que arribe el profesional actuante.
Otra diferencia está dada por los participantes en uno u otro procedimiento: la pericia se
concreta en un marco en el que prima la intimidad y requiere, del establecimiento de un
encuadre especifico del que solo participan el o los evaluados y el o los evaluadores (psicólogo
forense, o perito de control).
La tercera diferencia tiene que ver con las técnicas empleadas: la pericia es un proceso de
evaluación que consta de varias entrevistas en las que el profesional a cargo determina que
técnicas de evaluación psicológicas utilizara de acuerdo a su marco teórico. En la recepción de
declaración, la técnica a emplear es la “Entrevista investigativa forense” o “Entrevista en
etapas”.
Una cuarta diferencia tiene que ver con la confección del informe resultante de nuestra
intervención.
Durante las primeras capacitaciones realizadas iniciaron contacto con otros colegas de amplia
trayectoria en el ámbito forense a nivel nacional, que venía recibiendo declaraciones
especiales con esta modalidad e informando sobre ello. Tomamos esta práctica como guía,
comenzaron a realizar informes posteriores a la declaración en los que volcábamos inferencias
acerca de: la credibilidad o verosimilitud del relato del N.N.A., la existencia o no de fabulación,
ausencia de influencia de terceras personas, etc.
En este proceso confluyeron al menos dos factores para que el accionar y sus informes fueran,
cuanto menos arriesgados:
Se descubrió también durante la participación en audiencias orales, que el valor del testimonio
del niño era reemplazado en muchos casos, por lo escrito por el psicólogo respecto del mismo.
A partir de allí se dejó de informar acerca de la verosimilitud obtenida en ese acto procesal.
En el primer encuentro se tiene como finalidad determinar si el N.N.A. podrá participar del
acto procesal para el que es convocada su presencia en cede judicial: la declaración.
En esta etapa los psicólogos forenses evalúan si el niño cumple con las tres condiciones para
prestar testimonio: cognitiva, emocional y volitiva.
• en cuanto al estado emocional, lo más importante será determinar si cuenta con recursos
intrapsiquicos suficientes para tolerar y controlar las emociones y afectos que podría
desencadenar la reviviscencia de los hechos a través del relato.
•por ultimo su voluntad para participar a través de este acto del proceso de justicia.
En conclusión el informe detallado al que aluden los C.P.P., consiste en informa acerca de
todos estos observables presentes en la declaración, dejando para la etapa pericial la
interpretación de los mismos.
Puede ser comunicado por el niño/a algún familiar en quien deposita seguridad sin poner en
duda su credibilidad.
Es importante contar con un Protocolo de Actuación, será donde se reduce el riesgo de la re-
victimización; se ordena la investigación y se protege la prueba que requiere obtener.
También, cuenta con “La guía de buenas prácticas” el cual debe ser un instrumento facilitador
al momento del abordaje de niños/as de abuso sexual y otros delitos.
En cuanto a la develación del hecho de abuso sexual, intervienen diversos actores como por
ejemplo:
Sea cual fuere el modo de tomar conocimiento de la situación de abuso que sufre el niño,
requieren de un ordenamiento procesal para la obtención de pruebas validas que lleven al
esclarecimiento del hecho denunciado.
Cámara Gesell – recinto de video-grabación: Se debe considerar el estado integral del niño/a
dado que puedo condicionar la calidad del testimonio. Debemos:
Estos puntos son importantes dado a que favorece la protección integral del niño ante su
estado de vulnerabilidad.
Valorar su voluntad, la del tutor o responsable de acceder a dicha entrevista. Se requiere del
abordaje interdisciplinario (paidóloga, trabajadora social, etc.)
Principales elementos
Temas neutros
Completar información
Límites a la información
Reglas básicas de la entrevista
Relato libre
Ayudas al relato
3) Preguntas:
Tipos de preguntas
Preguntas abiertas y focalizadas
Preguntas especificas
Preguntas de opción múltiple
Dirigida o sesgadas
Vocabulario
Selección de temas, etc.
4) Cierre:
Todos estos datos nos permiten establecer los lineamientos para realizar una planificación de
la entrevista; fijar un encuadre y obtener un relato espontaneo.
El materia técnico-didáctico: utilizan siete laminas con imágenes que representan a figuras
humanas de ambos sexos correspondientes a diversas etapas del desarrollo humano: Primera
infancia- Niñez- Adolescencia-Adultez. Y una imagen en blanco sobre la cual se ubican
imágenes vinculas al hecho sufrido (objetos, lugares, otros)
Presentación
El presente trabajo pretende hacer un recorrido histórico jurídico longitudinal basado en el
estudio de fuentes escritas, observación de documentación, estudios de casos biográficos,
recopilación de las Leyes sancionadas, entrevistas con funcionarios y magistrados que
desarrollaron se labor dentro de la temática y finalmente la experiencia concreta de nuestra
tarea dentro del Equipo interdisciplinario del Tribunal de Familia, tratando de inferir y delinear
la modalidad de intervención de cada periodo, demarcado por la promulgación de la primera
Ley en la materia (13252/48), y cada nueva ley, que fue surgiendo en un contexto histórico
jurídico determinado, en el abordaje de la Adopción, en la Provincia de Jujuy, hasta llegar a la
última integrada al nuevo Código Civil (Titulo VI art. 594 al 637), cuya vigencia rige a partir de
Agosto del presente año.
La adopción se define como un instituto o figura jurídica que surge como respuesta del estado
y de la sociedad para dar respuesta a la niñez en estado de desprotección, abandono y de
vulneración de derechos a fin de brindar una familia, estableciendo lazos jurídicos que
reemplazan los biológicos.
La psicología, por adopción entiende siguiendo a Eva Giberti, “es la construcción de un lazo de
filiación mediante su registro en el cuerpo jurídico, pero que también debe esperar la filiación
que resulta del reconocimiento afectivo de quienes se instituyen como padres adoptantes de
una criatura. Se trataría de una novela, que no reproduce una realidad, sino que crea, con
numerosas variables y diversos elementos.”
En el año 1920 y frente al aumento de la criminalidad juvenil, en busca del origen de dichas
conductas desadaptativas, comienzan a surgir como factores de relevancia y fuerte incidencia
de una infancia en marcada desventaja social, existiendo una concepción equiparable de “niño
abandonado” igual a “niño potencialmente delincuente”, configurando un estatuto ideológico
propio de la época. Surge allí la incorporación de niños a familias destinadas tanto a cumplir
tareas domesticas como varios delitos en perjuicio del niño. Por otro lado, la adopción
históricamente jamás estuvo relacionada con situaciones positivas, por el contrario, siempre
fueron asociadas a guerras, conflictos y a las desgracias: como la campaña del desierto, y
posteriormente al terremoto de San Juan (15/01/1944), cuya violencia destructiva dejó miles
de niños sin padres.
Siendo estas situaciones, fuertes impulsos en la necesitad del Estado de ocuparse, adoptando
una postura activa y responsable en los intentos por dar respuestas acorde a las circunstancias.
Por esto, se ve obligado a replantearse su postura, e involucrarse con la infancia en situación
de abandono, para evitar las consecuencias.
1. La Adopción simple, donde no se rompen los vínculos de sangre con la familia de origen.
4. Los adoptantes debían tener más de 40 años, o en caso de estar casados más de cinco años
de relación conyugal sin descendencia, ni tener hijos biológicos previos.
6. Se debía demostrar una Guarda de al menos dos años respecto del niño para solicitar su
adopción.
7. Debiendo demostrar los adoptantes ser buenos padres de familia, moralmente solventes y
materialmente suficientes.
Desde 1948 hasta 1960, se tramitaban en los Juzgados de Primera Instancia en la Civil y
Comercial en contra de la/los progenitores o de los Agentes Fiscales y Defensores de Menores,
cuando los primeros eran desconocidos o se encontraban ausentes.
Esta ley vigente durante 23 años fue sustituida en 1971 por la Ley 19134 que otorga mayor
flexibilidad y amplitud a la figura, al incorporar la adopción Plena, para acceder al a posibilidad
de romper con los vínculos de la familia de origen. Fue sancionada y promulgada por el
Presidente de Facto Alejandro Agustín Lanusse, también decretó la Ley Nacional N° 19216,
cuyo objetivo era otorgar el beneficio de la amnistía a los trámites de Adopción de inscriptos
fraudulentamente, manifestando que se podía acceder a la misma, siempre y cuando en la
ejecución de los hechos, no se hubiere obrado con fines de lucro o con propósito de causar
perjuicio.
4. Disminuye el número de a los del matrimonio (con certificado de esterilidad), como la edad
mínima del adoptante ahora a partir de los treinta y cinco años.
7. Establece que los padres del adoptando pueden ser parte del expediente.
Según el Dr. Atilio Alvarez Defensor de Menores en un artículo, relacionada a esta ley, afirma
que tendría una concesión entre adultos instrumentados, convirtiendo al niño, sujeto
prevalente por excelencia de la institución adoptiva, en un objeto de las voluntades
interesadas en él.
Con la incorporación, por ejemplo en el Poder Judicial de Jujuy de la A.S. Iberia Acosta Cerra,
los informes profesionales no hacían referencia alguna a las situaciones de la o los padres
adoptivos. Las actas e informes dan cuenta del tiempo cronológico en que éste niño queda
bajo la guarda de los solicitantes de su adopción, ello para cumplir con el requisito exigido por
la ley “de al menos un año”, pero nada dicen de la historia vital previa, la motivación de los
progenitores para delegar la guarda del hijo sobre terceras personas, tampoco aparece el
posible sostén familiar de éstos.
El eje del proceso de adopción continuaba puesto sobre el o los pretensos adoptantes,
desplazando el protagonismo de los niños o sus padres biológicos hacia éstos.
Todos los sucesos descriptos constituyeron el marcos para promulgar la Ley que regía hasta el
primer semestre de 2015, N° 24779 sancionada en Febrero de 1997, y posteriormente en 1994
se reforma la Constitución Nacional. Las reformas de ésta ley son:
1. La división del proceso en dos etapas: guarda judicial y juicio de adopción propiamente
dicho.
4. En caso de abandono material y/o moral, que el mismo resulte evidente y por lo menos de
un año.
6. Que tanto el Ministerio de menores como los equipos técnicos deben intervenir en el
proceso y ser partes del mismo, emitiendo opinión fundada.
7. El expediente será reservado y secreto, debiendo tener un trato especial por parte de los
funcionarios intervinientes.
8. Los padres adoptivos deben manifestar expresamente en el acta que brindaran al menor el
conocimiento de su realidad biológica.
Esta ley pretendió perfeccionar los mecanismos de control de la adopción y agilizar su trámite,
como así también preservar la identidad de los niños filiados por esta vía.
Sobre los orígenes del niño deja claramente explicitado la obligatoriedad de informar, que
alcanza a los padres adoptivos y el derecho del niño y conocer su realidad biológica.
Como punto a destacar es el rol que cumplió y cumple el psicólogo a lo largo de estos años
dentro de la institución legal de la adopción: por un lado mediante el Registro de Adopción en
nuestra Provincia realizan los legajos de los pretensos adoptantes, por otro lado el Equipo
Interdisciplinario del Tribunal de Familia se ocupa de evaluar y preparar a los niños, asesorar a
los jueces respecto al proceso, como así también participan del seguimiento y control de la
guarda, de la contención y participación del seguimiento y control de la guarda, de la
contención y orientación de niños y adoptantes, entre otras funciones específicas.
8. Agrega la posibilidad de que los niños, a partir de los 10 años, brindar su consentimiento, es
decir que el Juez estaría obligado a tener contacto directo con él para escuchar su opinión.
Cuando el niño cuenta con 13 años tiene la potestad de buscar asistencia letrada, para
participar en su propio proceso de adopción, siendo la opinión del niño definitiva para la
concreción o no del proceso.
9. Mantiene la adopción unipersonal como la conjunta, pero ahora con total independencia de
la orientación sexual, por la aplicación del principio de igualdad y no discriminación (ley N°
26618). Contempla también la adopción conjunta de las parejas no casadas, y disminuye la
edad de los pretensos adoptantes, a 25 años.
10. Flexibilización entre la adopción plena o simple, a la que se adiciona luna tercera
posibilidad que sería la de integración, en constancia con la flexibilidad actual del concepto de
familia. Permitir que el propio adoptado participe de la construcción de su identidad, con la
elección de sus apellidos.
Conclusiones
Estos avances permiten asumir la adopción desde una postura ética, con interrogantes que no
solo se circunscriben a los actores principales del proceso (niños, familias de origen y
adoptantes) como a los operadores que participan en ella.
Para terminar, reflexionamos sobre nuestro rol de psicólogas y las modificaciones a lo largo de
este recorrido histórico, partiendo de un periodo en el que nuestra participación era nula e
inexistente, pasando por etapas en las cuales la intervención en ocasiones positivas y otras
fallidas pero potencialmente de aprendizaje, la tarea se fue delineando acorde a la mirada que
sobre niños, padres biológicos y adoptivos fuimos construyendo en el marcos de distintas leyes
pero sobre todo en la experiencia de cada caso y mediante el intercambio técnico y el trabajo
en quipo con Jueces, Defensores, Secretarios, Asistentes Sociales y colegas dentro del ámbito
de la Justicia y fuera del mismo con Hogares, Profesionales y otras Instituciones.
Sin embargo, resulta imposible describir la movilización de afectos, angustias, stress, alegrías,
preocupaciones, ansiedad, temas, felicidad, etc. que generan las mismas en todos los actores,
pero de las que si podemos dar cuenta son las de las personas quienes participamos desde el
área de la psicología por la responsabilidad de acompañar un proceso que define un destino.
Con este trabajo se pretende transmitir que se trata de una experiencia personal y vivencial
que nos llena de interrogantes éticos y profesionales que nos impulsa permanentemente a
asumir nuevos desafíos.
La justicia social se basa en el sentimiento del deber y de la conciencia social moral, es decir la
privación de cosas que deben ser compartidas por todos, una especie de exigencia de igualdad
comunitaria. Cuando la ley no regula las conductas humanas dando lugar a la impunidad, y se
produce el desfallecimiento de dicha conciencia.
La ética define y orienta aspectos profundos de nuestra constitución subjetiva y la de los otros,
la ética profesional es una decisión de cada sujeto, de acuerdo a su atravesamiento por la ley.
El rol del psicólogo forense (perito) se basa en una mirada reflexiva sobre las subjetividades de
las personas con el fin de “humanizar” la implementación de la ley, realiza actividades
previstas por el marco jurídico en las instituciones judiciales. Debe poseer un bagaje de
conocimientos jurídicos para ser capaz de realizar intervenciones psicológico-jurídicas. Los
principios de la ética general en el ejercicio de la psicología son:
Cumplir con el nuevo marco legal, implica producir cambios en un sistema de atención en
salud mental que lleva más de un siglo de funcionamiento, y en dichos cambios no estarán
ausentes las resistencias y dificultades.
En el artículo 7º, se reconoce a las personas con padecimiento mental, entre otros, el derecho
a recibir atención sanitaria y social integral y humanizada, con el objeto de asegurar la
recuperación y preservación de su salud.
En el nuevo marco legal, la salud mental es reconocida como un proceso determinado por
componentes históricos, socio-económicos, culturales, biológicos y psicológicos. Es decir, ante
la complejidad del campo de la salud mental, propone abordajes complejos: interdisciplinarios
e intersectoriales.
Contar con un marco legal que respalde el ejercicio de nuestra profesión como psicólogos
constituye un privilegio; pero no basta con la letra de la ley, es necesario que nos
posicionemos en ese lugar, desde un compromiso profesional ético.
EDGAR MORIN, sostiene que es necesario una forma nueva de organización de los
conocimientos, mas compatible con una perspectiva compleja; una actitud transdisciplinaria
que implica la aspiración a un conocimiento que sea capaz de dialogar con la diversidad de los
saberes humanos.
EMILIANO GALENDE, sostiene que el profesional de la salud mental de hoy está obligado a
pensar conjuntamente los problemas de sufrimiento mental de las personas y las dinámicas de
integración-exclusión social, propias de las transformaciones socioculturales de la
posmodernidad.
Otro tema es la atención de niños en el ámbito de salud mental. El problema psíquico del niño,
constituye un mensaje cifrado al Otro, un pedido de auxilio; se corre el riesgo de desoír esto, y
dejar de considerar el contexto familiar, social, escolar del niño, además de desresponsabilizar
a los adultos que deben responder al respecto. La medicalización de la infancia es un tema que
urge debatir desde los puntos de vista epistemológico y ético.
A modo de conclusión, la autora plantea que producir cambios sobre un sistema de larga data,
implica un proceso que para su profundización y sostenimiento requiere por parte de los
profesionales de la salud mental y de todos los actores y sectores implicados, la asunción de un
compromiso que se manifiesta en la creación de espacios de comunicación, estudio,
investigación y debates intersectoriales.