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Universidad Regional de Guatemala

Nombre: Edwin Oswaldo Luna Vivas

Curso: Teoría del Estado

Carné: 1831022

Trabajo:
Teoría de pesos y contrapesos

Licda. Constanza María Inés Rosas Soto

Fecha: 27 de abril 2019


Teoría de Pesos y Contrapesos:
La separación de poderes o división de poderes (en latín, “trías política”) es un orden
y distribución de las funciones del Estado, en la cual la titularidad de cada una de
ellas es confiada a un órgano u organismo público distinto. Junto a la consagración
constitucional de los derechos fundamentales, es uno de los principios que
caracterizan el Estado de derecho moderno. Modernamente la doctrina denomina a
esta teoría, en sentido estricto, separación de funciones o separación de facultades,
al considerar al poder como único e indivisible, y perteneciente original y
esencialmente al titular de la soberanía (nación o pueblo), resultando imposible
concebir que aquel pueda ser dividido para su ejercicio. Existen tres poderes y son:
Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Para prevenir que una rama del poder se convirtiera
en suprema, y para inducirlas a cooperar, los sistemas de gobierno que emplean la
separación de poderes se crean típicamente con un sistema de “checks and
balances” (controles y contrapesos).
Este término proviene del constitucionalismo anglosajón, pero, como la propia
separación de poderes, es generalmente atribuido a Montesquieu. “Checks and
balances” se refiere a varias reglas de procedimiento, que permiten a una de las
ramas limitar a otra, por ejemplo, mediante el veto que el Presidente tiene sobre la
legislación aprobada por el Congreso, o el poder del Congreso de alterar la
composición y jurisdicción de los tribunales. Cada país que emplee la separación
de poderes tiene que tener su propio mecanismo de “checks and balances”. Cuanto
más se aproxime un país al sistema presidencial, más controles existirán entre las
distintas ramas del poder, y más iguales serán en sus poderes relativos. Los
constitucionalistas anglosajones encuentran su origen en la Carta Magna,
aplicándose en la práctica en las luchas entre la monarquía y el Parlamento, en las
guerras civiles inglesas del siglo XVII. Montesquieu, en el siglo XVIII, realizó más
bien la formulación teórica de lo que los ingleses habían aplicado en la práctica el
siglo anterior.
La idea original de pesos y contrapesos se basa en la idea de James Madison de
que la ambición debe ponerse en juego para contrarrestar la ambición. Con esta
concepción, la rivalidad de intereses se produciría a raíz de la elección
independiente del Ejecutivo y del legislativo (bicameral), que representaría
diferentes segmentos del electorado (además de mecanismos adicionales como
existencia de elecciones no concurrentes de presidentes, diputados y senadores).
Uno de los elementos centrales de todo sistema republicano, es la existencia de
balances de poderes, y mecanismos de frenos y contrapesos. Los mismos hacen
posible que en el marco de un sistema político, los diferentes organismos de Estado
se contrapesen a sí mismos, con el objetivo de reducir la potencial arbitrariedad en
la actuación de los poderes públicos.
En el caso guatemalteco, es evidente que existe una concentración de frenos y
contrapesos en manos del Congreso de la República, institución que por diseño
constituye un “Primero entre iguales” entre los poderes del Estado. Veamos: El
Congreso de la República tiene en sus manos una serie de mecanismos para
balancear y controlar al Ejecutivo. El más evidente, son las citaciones a funcionarios
del Ejecutivo y las interpelaciones a Ministros. El Legislativo tiene además la
facultad de pedir el “voto de falta de confianza” contra los Ministros del Ejecutivo.
También, el Congreso tiene en sus manos la facultad de aprobar el Presupuesto del
Gobierno, y de aceptar o no la liquidación presupuestaria que anualmente elabora
la Contraloría General de Cuentas. Además de lo anterior, el Legislativo tiene la
competencia de los procesos de antejuicio contra Ministros, Presidente y
Vicepresidente. Y, por si fuera poco, el principio de “Supremacía Legislativa” faculta
al Congreso a sobreseer vetos presidenciales.
Por su parte, el Legislativo tiene tres herramientas de control hacia el Organismo
Judicial: la elaboración y fiscalización del Presupuesto del Organismo Judicial; la
elección de magistrados de Salas de Apelaciones y Corte Suprema de Justicia; y la
competencia para conocer antejuicios contra los Magistrados de la Corte Suprema
de Justicia.
De parte del Ejecutivo, este tan solo tiene dos herramientas de control hacia el
Legislativo: el poder del veto presidencial, y la confirmación ministerial en el caso
de un voto de falta de confianza. Pero ambos, quedan subordinados al principio de
“supremacía legislativa”, por lo que al final del día, el Congreso puede igual
sobreseer lo actuado por el Ejecutivo.
Mientras que, de parte del Organismo Judicial hacia el Legislativo, este tiene la
competencia de conocer los antejuicios contra diputados.

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