Sie sind auf Seite 1von 10

Respuestas al artículo: 5 sorprendentes afirmaciones de Martin Lutero sobre la Virgen

María.
Como buen católico siempre acaricié la dulce creencia de que la Virgen Santísima era mi
madre y abogada. Por tal motivo aprendí a rezar el Santo Rosario y a practicar otras piadosas
costumbres para honrarla. Rezaba a la Virgen María para leer la Biblia, y la invocaba antes
para que me ayudara a rezarle a Dios de la mejor manera. Pero no solo eso, sino que busqué
cuales eran los fundamentos bíblicos y de la Santa Tradición para respaldar las creencias de
mi Iglesia Católica (la verdadera Iglesia de Dios para mí en ese momento), de la cual me
sentía tan orgulloso. Sin embargo, a medida que leía las Escrituras comprendí que la Palabra
de Dios no le asignaba a la Santa Virgen ninguno de los atributos por las cuales yo la amaba
y veneraba, sino que todos ellos eran atribuidos exclusivamente a JESUCRISTO en los
escritos de los evangelistas y de los Santos Apóstoles.

Hace algún tiempo una amiga muy querida, había encontrado un artículo titulado: 5
sorprendentes afirmaciones de Martin Lutero sobre la Virgen María, que la
dejaron algo inquieta porque una amiga suya, muy Católica, la usaba para rechazar la
actitud Protestante de no dar culto a María, argumentado que el Padre del Protestantismo
MARTIN LUTERO, creía, al igual que los católicos, en tributar Culto a María como se hace
con Jesucristo. He preparado este humilde estudio personal consultando en las fuentes
primarias, Libros de la Iglesia católica y los antiguos escritos del Reformador a los que se
hace alusión en el artículo mencionado.
La actual Iglesia de Roma ha dejado de vilipendiar al protestantismo y en su lugar dirige sus
ojos a los escritos de los primeros reformadores, encontrando en ellos razones para
argumentar que los actuales descendientes de la Reforma han abandonado las creencias de
sus héroes de la edad media. Aunque esto es cierto, es necesario aclarar varios puntos que
nos separan y continuarán separando de la Iglesia de Roma:
1. Los primeros patriarcas de la Reforma eran en su mayoría hijos fieles de la Iglesia
Romana, mentes brillantes y espíritus piadosos que deseaban con ahínco devolver
a la Iglesia su resplandor apostólico, la pureza de las verdades que abrazaron,
amaron y diseminaron los primeros cristianos. EN NINGUNA MANERA DESEABAN
SEPARARSE DE LA IGLESIA DE ROMA Y MENOS FORMAR COMUNIDADES
SEPARADAS DE LA COMUNIÓN DE TODOS LOS SANTOS.
2. Para los cristianos que abrazaron la reforma de Lutero LA SEPARACIÓN fue un paso
dado con profundo dolor, motivado por el deseo de purificar la Iglesia basando
sus enseñanzas en los cuatro principios fundamentales que esgrimiera el padre
Martín Lutero, a saber: SOLO SCRIPTURA, SOLO FIDE, SOLO GRATIA, SOLO
CRISTO, SOLO A DIOS LA GLORIA.
3. Este paso fue GRADUAL, (vea proverbios 4:18) por lo que es natural encontrar en
sus escritos referencias a prácticas de origen católico que continuaban
enseñándose en el seno de la Iglesia Protestante, pero con pequeñas diferencias
que más tarde se harían abismales. Véase por ejemplo el “Catecismo Breve para
Uso de los Párrocos y Predicadores en General” en donde el Reformador alemán
habla sobre los Diez Mandamientos (en donde usa la versión Católica de los
mismos, ignorando los Diez Mandamientos consignados en el libro de Éxodo cap
20:1-17), y Los Artículos De Schmalkalda, en donde menciona la forma correcta de
celebrar la Santa Cena, usando el pan y el vino y no solo el pan, como aún ocurre
en la Misa católica, aunque Lutero aún persiste en su creencia católica errónea de
la transubstanciación. En este libro se menciona también el uso del bautismo de
niños, la ordenación de sacerdotes, la observancia del Domingo, la confesión y
otros asuntos QUE MÁS TARDE FUERON ABANDONADOS A LA LUZ DE LAS
ESCRITURAS.
Ahora, teniendo en cuenta estos tres puntos pasemos a probar con las Escrituras y con otras
declaraciones de Lutero el artículo: 5 sorprendentes afirmaciones de Martin Lutero sobre
la Virgen María.

En cuanto a las primeras cuatro declaraciones del Artículo en cuestión podemos afirmar

 Nuestro Señor Jesucristo jamás afirmó que su Santa Madre fuera Madre de todos
los cristianos. En cierta ocasión los hermanos de Jesús (más tarde explicaremos
quienes eran) fueron a buscarlo y llevaron consigo a María probablemente para
convencerlo de su error al altercar con los líderes judíos. Estos hermanos de Jesús
no creían en El cómo nos lo hace saber el apóstol Juan en su Evangelio (Juan 7:1-5),
por el contrario pensaban que Cristo estaba fuera de sí (Marcos 3:20-21).
Probablemente llegaron con María para manipular a Cristo por el amor que sentía
por su madre, presentándose una gran oportunidad para que el Señor diera a
conocer que su madre era Madre de todos nosotros, pero lo que dijo asombró a
todos:

“Entonces su madre y sus hermanos vinieron a él; pero no podían llegar hasta él por
causa de la multitud. Y se le avisó, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera y
quieren verte. El entonces respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los
que oyen la palabra de Dios, y la hacen” Lucas 8:19-21

Si estamos atentos notaremos que Jesús no rebajó a María, su madre, pero si


IGUALÓ A TODOS LOS QUE OYEN SU PALABRA Y LA OBEDECEN A LA MISMA
ALTURA DE MARÍA.

La madre de los creyentes y de Cristo es la Iglesia de Dios (la mujer que está de parto
Miqueas 4:10; la Hija de Sion Sofonías 3:14, la esposa de Dios Isaías 54:1-8), y la
Iglesia de Dios representada por la ciudad Santa de Jerusalén (Apocalipsis 21:2) la
que guarda los Mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesús Apocalipsis 12:
1-2,5-6,13-17. De la cual es hija también la Virgen María.

La bienaventurada María es Alabada por ser obediente a la Voluntad de Dios como


parte del pueblo de Dios, NO SOBRE EL PUEBLO DE DIOS. Ella es honrada por la
Gracia de Dios que trabajó en ella. Esto lo escribió Lutero, quien aunque aún creía
en la “intermediación de María” entendía que ella era solamente una criatura que
oraba como cualquier otro santo para que los pecadores encontraran la Salvación.
La siguiente es una declaración de Lutero en su libro EL MAGNIFICAT escrito
alrededor del año 1520
“Es preciso pensar muy de corazón en qué consiste eso de ser madre de Dios. Ella lo
atribuye a la gracia de Dios, no a mérito por su parte. Porque, aunque no haya cometido
pecado, se trata de una gracia tan extraordinaria, que en ninguna manera puede haber
sido digna de recibirla. ¿Qué tamaña dignidad necesitaría una criatura para ser madre de
Dios? Es cierto que algunos escritores derraman palabrería al hablar de su «dignidad» de
madre de Dios; YO LE CREO MÁS A ELLA. Y ella proclama que Dios se ha fijado en su
insignificancia; no dice que la haya recompensado ningún servicio, sino «ha hecho cosas
grandes en mí», y las ha hecho por iniciativa suya, sin servicio por mi parte. Nunca en su
vida pensó en ser madre de Dios; mucho menos se preparó y se aprestó para ello: el anuncio
la sorprendió, como dice Lucas 1:29. Y el mérito no recibe su recompensa de improviso: se
ha pensado en vistas a ella y con ella se cuenta. Nada prueba que en la oración Regina Coeli
laetare se cante «al que mereciste portar», «al que eras digna de portar», porque lo mismo
exactamente se canta a propósito de la santa cruz, una madera que nada podía merecer.
Hay que comprender que, para ser madre de Dios, debía tratarse de una mujer, que tenía
que ser virgen, de la estirpe de Judá, dar fe al mensaje del ángel; estas eran las condiciones,
como dice la Escritura a este propósito, lo mismo que la madera no tuvo otro mérito ni otra
dignidad que su preparación para de ella salir la cruz y el haber sida ordenada por Dios para
ese menester. En consecuencia, no tuvo otra dignidad para esta maternidad que la aptitud
y la ordenación divina. SE TRATA DE UNA PURA GRACIA DE DIOS, no de una recompensa:
es la forma de que, si se le concede demasiado, no se quiebre en nada la gracia, la alabanza,
el honor divinos. MEJOR ES QUE DISMINUYA LA VIRGEN QUE NO LA GRACIA DE DIOS. No,
no equivale esto a empequeñecerla, puesto que, como todas las creaturas, ha sido hecha
de la nada; PERO EL DISMINUIR LA GRACIA DE DIOS EXAGERADAMENTE ES ALGO MUY
ARRIESGADO Y NINGÚN PLACER SE LE PROCURARÍA A LA VIRGEN CON HACERLO.

Es preciso mesurarse y no ensalzar su nombre hasta el extremo de proclamarla «reina del


cielo», como lo es en verdad. LO QUE NO SE PUEDE HACER ES CONVERTIRLA EN ÍDOLO
CAPAZ DE DAR Y DE AYUDAR, COMO LO CREEN ALGUNOS QUE LA INVOCAN Y CONFÍAN
EN ELLA MÁS QUE EN EL MISMO DIOS.

NO ES ELLA LA QUE DA; ES DIOS QUIEN CONCEDE, como lo veremos a continuación. El que
es poderoso. Con estas palabras desnuda de todo poder y fuerza a las criaturas para
concedérselo sólo a Dios. ¡Qué osadía, qué robo tan enorme los de esta jovencita! No
necesita más que una palabra para convertir en enfermos a los poderosos, en débiles a los
héroes, para hacer necios a los sabios, infames a los renombrados, PARA ATRIBUIR
ÚNICAMENTE A DIOS EL TODO PODER, LAS HAZAÑAS, LA SABIDURÍA Y LA GLORIA. El
significado de la expresión « el que es poderoso» suena de la forma siguiente: No hay nadie
que pueda hacer algo, sino que, como dice san Pablo (Efesios 1:1-14), «sólo Dios hace todo
en todas las cosas, obra suya son las obras de todas las creaturas»; que es lo mismo que
confesamos en el credo: «creo en Dios, padre todopoderoso». Y todopoderoso es, porque
en todo, por todo y sobre todo, lo único que hace es realizar su potencia.
La madre de Samuel, Ana, canta de igual forma (1 Re 2): «No hay humano que pueda
triunfar por su fuerza» 1 Samuel 2:1-10, y san Pablo (2 Cor 3:5): «No tenemos capacidad
para atribuirnos nada a nosotros mismos, nuestra capacidad proviene de Dios». He aquí un
artículo eminente y con riqueza de contenido: de golpe echa por tierra todo orgullo, toda
presunción, malicia, fama, vana confianza, y ensalza sólo a Dios. Es más, demuestra la causa
en virtud de la cual hay que ensalzar únicamente a Dios: porque hace tales cosas. Esto es
fácil, pero difícil de comprender y de aplicarlo a la vida concreta. Los que lo llevan a la
práctica son personas liberadas, tranquilas, sencillas; no se atribuyen nada a sí mismas,
saben muy bien que no les pertenece a ellas, sino exclusivamente a Dios.
Esto es lo que piensa la santa madre de Dios al decir esas palabras: «Nada mío hay en todo
esto y en tantos bienes; el único que lo realiza todo, cuya potencia actúa en exclusiva, es
quien me ha hecho cosas tan grandes». La palabra potente no se refiere aquí a un poder
en calma, a una potencia tranquila (como al hablar de los reyes temporales se dice que son
poderosos, aunque estén sentados y no hagan nada), sino que se trata de una potencia
actuante, de una actividad que no para, en movimiento continuo, en operación incesante.
Porque Dios no descansa, opera sin cesar, como dice Cristo (Jn 5): «Mi padre trabaja
siempre y yo». De la misma suerte dice san Pablo (Ef 3): «Tiene el poder también trabajo de
hacer más de lo que le pidamos»; es decir, siempre hace más de lo que le suplicamos, éste
es su estilo y de esa forma actúa él su poder.
POR ESO HE DICHO QUE MARÍA NO INTENTA CONVERTIRSE EN ÍDOLO. No hace nada ella,
es Dios quien todo lo realiza. Se la tiene que invocar, para que Dios, por su voluntad, nos
conceda y haga lo que le suplicamos. Y de esta forma hay que invocar también a los santos
restantes, de manera que la obra entera se atribuya sólo a Dios. Por eso sigue María
diciendo: « Y santo es su nombre». Lo que significa: lo mismo que no me apropio la obra,
tampoco me atribuyo nada de su nombre y de su honor, ya que el renombre y la honra
pertenecen únicamente al que ha hecho la obra, y no es justo que uno sea el que obre y
otro reciba por ello la reputación y el honor.
No soy más que el taller en que él trabaja, pero en nada he contribuido a la elaboración de
la pieza. En consecuencia, nadie tiene que alabarme, que rendirme honor por haber sido la
madre de Dios; lo que en mí debe ser alabado y honrado es Dios y su obra. Es más que
suficiente alegrarse en mi compañía, llamarme bienaventurada porque Dios se ha servido
de mí para realizar su obra en mí persona. Fíjate en cómo refiere todas las cosas a Dios;
ninguna acción, ningún honor, ninguna fama se atribuye a sí misma. Obra exactamente
igual a como obraba antes, cuando nada poseía; no reclama más honra que antes, no se
ufana, no se hincha, no va proclamado acá y allá la forma en que ha llegado a ser madre de
Dios. No reclama honor alguno, se marcha y se dedica a las faenas caseras como antes, sigue
ordeñando vacas, cocinando, fregando la vajilla, barriendo. Se comporta lo mismo que una
criada o un ama de casa, entregada a quehaceres insignificantes y viles, como si no la
hubieran afectado tantos y tan extraordinarios bienes y gracias. No es más estimada que
antes entre las mujeres y vecinas, NI ELLA LO AMBICIONA; sigue siendo una pobre
ciudadana entre gentes corrientes. ¡Qué corazón más sencillo y tan limpio palpita ahí! ¡Qué
persona tan maravillosa! ¡Qué cosas tan enormes encubre su humilde figura! ¡Cuántas
personas la habrán tocado, habrán hablado, comido y bebido con ella, tratándola
seguramente como a una mujer corriente, pobre, simple, que se habrían estremecido ante
ella de haber sabido lo grande que era! [...].
Aunque continuaba creyendo en la invocación de María, en su dignidad de Madre de Dios,
en su nacimiento sin pecado original y en sus oraciones por los santos creyentes
desaprobaba que algunos escritores derramaran palabrería al hablar de su «dignidad» de
madre de Dios DISMINUYENDO LA INCONMENSURABLE GRACIA DE DIOS
Ejemplos de esto son las siguientes declaraciones de santos católicos, que rayan en la
blasfemia:

 San Anselmo: Dice que, cuando recurrimos a la Madre de Dios, no solo debemos
estar seguros de su protección, sino que seremos a veces más pronto escuchados
y atendidos recurriendo a María e invocando su santo nombre que invocando el
nombre de nuestro Salvador Jesucristo.(Las glorias de María, Alfonso María de
Ligorio, pág. 605, B. A. C.).
 Nicéforo: Muchas cosas se piden a Dios y no se alcanzan, y se piden a María y se
alcanzan.(Las glorias de María, pág. 605 y 606, B. A. C.)
 Santo Tomás de Villanueva: Señora, no sabemos más refugio que el vuestro. Vos
sola sois la esperanza en quién confiamos, vos sola la abogada en quién ponemos
los ojos.(Las glorias de María, pág. 594).
 Ricardo de San Lorenzo dice: que antes de que viniera María al mundo, lamentábase
Dios de que no hubiera quién contuviese los castigos contra los pecadores, pero que,
nacida María, está encargada de detenerlos. (Las glorias de María, pág. 595).
 San Jorge, Obispo de Nicomedia dice: que Jesucristo, ejecutando las órdenes de su
madre, no hace, en cierto modo más que pagarle la deuda contraída con ella por
haber consentido en darle el ser de hombre.(Las glorias de María, pág. 655).
 Ricardo de San Victor decía: María reparó la caída de los ángeles y reconcilió con
Dios a la naturaleza humana.(las glorias de María, pág. 763).
 El papa Benedictino XV en 1918 decía de María lo siguiente: “Estuvo presente,
padeció y casi murió con su hijo…de suerte que redimió con Cristo a la humanidad”.
 El papa Pío XI, al clausurar el jubileo de la redención en 1935, invocó a María
recordandola al pie de la Cruz “sufriendo como corredentora”.

Más tarde Lutero haría la siguiente declaración:


LA INVOCACIÓN DE LOS SANTOS ES OTRO DE LOS ABUSOS DEL ANTICRISTO. NO PUEDE
CONCILIARSE CON EL ARTÍCULO Y REDUCE A LA NADA EL CONOCIMIENTO DE CRISTO.
Tampoco está mandado ni aconsejado. No cuenta con ningún ejemplo en la Escritura y,
aunque la costumbre entrañase algún bien preciso (cosa que no sucede), TODO ESTO LO
ENCONTRAMOS DE FORMA MIL VECES MEJOR EN CRISTO. Cierto que los ángeles en el cielo
ruegan por nosotros (como lo hace también el mismo Cristo), que de igual modo piden por
nosotros los santos que hay sobre la tierra y quizá los que están en el cielo; PERO DE AHÍ
NO SE SIGUE QUE TENGAMOS QUE INVOCAR A LOS ÁNGELES Y A LOS SANTOS,
ADORARLOS, AYUNAR EN SU HONOR, CELEBRAR FIESTAS, DECIR MISAS, OFRECERLES
SACRIFICIOS, FUNDAR IGLESIAS, ALTARES Y MEMORIAS, SERVIRLES DE CUALQUIER OTRA
FORMA, NI QUE ESTEMOS OBLIGADOS A CONSIDERARLOS COMO ABOGADOS, A
ATRIBUIRLES TODA SUERTE DE SOCORROS Y ADJUDICAR A CADA UNO UNA ESPECIAL
NECESIDAD, COMO HACEN Y ENSEÑAN LOS PAPISTAS. ESTO ES IDOLATRÍA, Y HONOR TAL
SÓLO A DIOS SE LE DEBE TRIBUTAR. Puedes, como cristiano y santo sobre la tierra, rogar
por mí, no sólo en una necesidad peculiar, sino en todas las circunstancias; sin embargo, no
por ello tengo que adorarte e invocarte, celebrar fiestas en honor tuyo, ayunar, ofrecer
sacrificios, decir misas ni depositar en ti mi fe para salvarme. Puedo honrarte, quererte,
mostrarte mi agradecimiento en Cristo también de otras maneras. Cuando se erradique
esta idolátrica veneración de los ángeles y de los santos difuntos, dejará la otra de ser nociva
y pronto caerá en el olvido; porque desde el momento en que se deje de esperar socorro y
utilidad y provecho espiritual y corporal, se les dejará también tranquilos a los santos, así
en la tumba como en el cielo: sin un objetivo especial y por puro amor nadie pensará en
ellos, nadie les hará caso ni les tributará honor”
Pregunto ¿Cuántos Católicos romanos de la actualidad creen que María es SUPERIOR a
Cristo y a la Gracia de Dios?
El afán por ensalzar a María a un sitio que ella misma rehusaría si estuviera viva llega al
colmo de rebajar al Creador y a nuestro único Redentor. Vea la siguiente declaración de San
Alfonso María Ligorio en su libro Las Glorias de María en el artículo SIN MARIA ES IMPOSIBLE
SALVARSE:

Se narra en las crónicas franciscanas de Fray León que cierta vez vio una escalera roja en
cuyo vértice se hallaba Jesucristo; y otra blanca en cuya cima estaba su Santísima Madre.
VIO QUE ALGUNOS LLEGABAN PARA SUBIR POR LA ESCALERA ROJA, SUBÍAN ALGUNOS
ESCALONES Y SE CAÍAN, VOLVÍAN A SUBIR Y VOLVÍAN A CAER. Fueron, pues invitados a
dirigirse a la escalera blanca y vio que por ella subían fácilmente porque la Santísima Virgen
les extendía la mano y así llegaban seguros al paraíso. Pregunta san Dionisio Cartujano:
¿Quiénes se salvan?, ¿Quiénes llegan a reinar en el cielo? Y responde: Se salvan y reinan
ciertamente aquellos por quienes esta Reina de misericordia eleva sus oraciones”…De aquí
se desprende que quien sirve a María y por quien ella intercede, vive tan seguro del paraíso
como si ya estuviera en el…Dice, en cambio, QUE QUIENES NO SIRVEN A MARIA NO SE
SALVARÁN, (como vemos aunque acudan al Señor Jesucristo), porque quienes se hallan
privados de la ayuda de esta poderosa Madre se ven abandonados de la ayuda de su Hijo y
de toda la corte celestial” Las Glorias de María pág. 360
San Bernardo dice “acude a esta Madre de Misericordia y preséntale las llagas que por tus
culpas llevas en el alma; ella ciertamente rogará a su Hijo que te perdone por la LECHE QUE
ELLA LE DIO; y el Hijo que la quiere tanto; con seguridad la escuchará” Las Glorias de Maria
pág. 112
Según el mismo Cristo el hecho de haber sido amamantado por esta Santa Mujer no le
confiere el derecho de ser alabada más que AQUELLOS QUE OYEN LA PALABRA DE DIOS Y
LA GUARDAN
“Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo:
Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. Y él dijo: Antes
bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan”. San Lucas 11:27-28
Cristo pone a la Palabra de Dios por encima de María, y es esa Palabra de Dios la que reza:
“Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser
cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; PORQUE NO HAY OTRO NOMBRE BAJO
EL CIELO, DADO A LOS HOMBRES, EN QUE PODAMOS SER SALVOS.” Hechos 4:11-12
Las creencias basadas sobre la Sublimidad de María que los escritores católicos romanos
defienden no se detienen sino que llegan a situar a María al mismo nivel de la Santísima
Trinidad. Vea la siguiente declaración:
“Afirma San Bernardino que para ser Madre de Dios, la Santísima Virgen debió ser elevada
a cierta IGUALDAD CON LAS PERSONAS DIVINAS MEDIANTE UNA GRACIA CASI INFINITA.
Y, dado que los hijos, moralmente hablando, son la misma cosa con sus padres de modo
que los bienes y honores son comunes entre ellos, y si Dios mora de diferentes maneras en
las criaturas, dice San Pedro Damián, en María habitó por modo singular, por identidad,
HACIENDOSE UNO CON ELLA. En consecuencia exclama: Enmudezca de estupor toda
criatura, cuando se atreve a mirar a tan augusta dignidad. DIOS HABITA EN LA VIRGEN, con
quien se identifica en la naturaleza” Las Glorias de María pág. 566

Aunque los teólogos católicos lo niegan María llega a ser considerada una especie de
Divinidad, capaz de conceder a los pecadores el don de la Salvación.
Vea como María es más venerada por el mundo Católico que el mismo Señor:
MARÍA EN EL CULTO CATÓLICO.

Culto tributado A Cristo, nuestro Salvador A María


Iglesias dedicadas en Roma 15 iglesias 121 iglesias
Festividades litúrgicas al
año 22 festividades 41 festividades
Oraciones dedicadas en el 15 “Padre-nuestros”. 155 “Ave Marias”
Rosario 1 Credo.
En cuanto a que la Virgen María tuviera más hijos es preciso aclarar por lo menos tres cosas:

 No hubiese sido pecado que la Bienaventurada María tuviera más hijos puesto que
estaba casada San Lucas 1:27; y las Escrituras dicen que José no la conoció (tener
relaciones conyugales vea Génesis 4;1) HASTA que dio a luz a su Primogénito
(Mateo 1:25) y Pablo deja bien en claro que la cama del matrimonio es sin mancilla
Hebreos 13:4
 Dios bien pudo haber hecho un milagro con la Santa Madre de Cristo dejándola
virgen después del parto, por un acto milagroso como fue el aparecer dentro de
una habitación con un cuerpo físico estando cerradas las puertas Juan 20:19; Lucas
24:36-41 o el caminar sobre las aguas
 Sin embargo eso no hace que María sea la dispensadora de la Gracia de Dios,
Corredentora, o el medio por el cual Dios nos salva, como lo afirma San Alfonso
María de Ligorio, sino una receptora bienaventurada de una gracia especialísima.
Es común que muchos cristianos tomen Marcos 6:3 para afirmar que María tuvo más
descendientes. Sin embargo la usanza bíblica para la palabra hermanos no solo se refiere a
hermanos nacidos del mismo padre y de la misma madre, sino que puede usarse para
referirse a otros familiares (vea Génesis 13:8). Es necesario en el caso de los hermanos de
Jesús se puede notar que eran mayores que El ya que intervienen decididamente en su
manera de actuar y asumen cierta autoridad frente a Él, autoridad que hermanos menores
en los tiempos bíblicos jamás habrían ejercido ((Juan 7:1-5; Marcos 3:20-21; Lucas 8:19-21).
Pregunto. ¿Si los hermanos de Cristo que se describen en este grupo familiar en Marcos 6:3
eran mayores que Jesús por lo que vemos, y la Biblia dice que el Señor fue el primogénito
de su Madre, de donde Salieron? Según una tradición antiquísima admite que eran hijos de
José, puesto que este varón había enviudado y había quedado con niños pequeños. Al
casarse con la joven María, y después de todo lo sucedido con la llegada del Señor al mundo,
ellos llegaron a formar parte de la Sagrada familia.
En cuanto a que se llame a María madre de Dios las Escrituras son claras al respecto. Cuando
María visitó a su prima Isabel en las montañas de Judea fue saludada por Isabel llena del
Espiritu Santo de la siguiente manera: “Bendita tu entre las mujeres y bendito es el fruto
de tu vientre. ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?
Porque tan pronto como llego la voz de tu saludo a mis oídos, la criatura saltó de alegría
en mi vientre. Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que fue dicho de parte
del Señor.” Lucas 1:39-45 pero la respuesta de María en los versículos siguientes fue:
“engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador…” María fue
madre de Uno que ya era Dios y que la había escogido para ser su entrada a este mudo,
tomando de ella su carne humana. Pero ella llena del Espíritu Santo dirige toda nuestra
atención al Único que puede Salvar: su HIJO JESUCRISTO. María merece toda nuestra
reverencia y admiración como todas las cosas y personas sagradas pero nunca nuestra
adoración y dependencia de ella, puesto que aun siendo tan honrada no era más que una
criatura, posición en la que supo permanecer dignamente cuando vivía. Después de su
muerte y de la muerte de los apóstoles y de sus discípulos cercanos es que comenzaron a
aparecer en medio de la iglesia enseñanzas engañosas Hechos 20:29-30
Conclusión
Para los auténticos cristianos María es el mayor ejemplo de lo que Dios puede y quiere hacer
en nuestras vidas. El desea que Cristo sea formado en nuestros corazones del mismo modo
como se formó en las entrañas de la Santa Virgen, desea que honremos a Dios de la forma
sumisa y reverente con la que María se extasía en el Poder de Dios que cambia vidas así
como lo expresa en su oración del Magníficat contenido en el evangelio de San Lucas 1:46-
55, en la cual reconoce que Dios es su Salvador. Desea que obedezcamos como María Lucas
1:38 y que intercedamos por las necesidades de otros como María Juan 2:1-5. Pero
debemos recordar que para María no había otro Dios y como buena judía dirigía sus
oraciones tan solo a Dios, su Hashem. Supongamos por un momento que María intercede
por nosotros ante Dios en el cielo, ¿Cuáles serían sus suplicas? ¿No sería acaso que nos
volvamos a Dios? María estaría feliz que nos acogiéramos tan solo a su Hijo aunque
ignoráramos completamente lo que ella hace. El error del catolicismo es atribuirle a María
poderes que solo le pertenecen a Dios y eso en las palabras de Lutero, es convertirla en un
IDOLO y caer en la más absoluta blasfemia.

Das könnte Ihnen auch gefallen