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Introducción: 2
AÑO 1905
1. Aeroplano Carrió 5
AÑO 1907
2. Aeroplano Guisasola 6
AÑO 1908
3. Máquina voladora Miniussi 9
AÑO 1909
4. Aeroplano “GMAR” 11
5. Dirigible Fernández Blanco 14
6. Ornitóptero Icasate-Larios 16
AÑO 1910
7. Aeroplano Gregoire 20
8. Aparato aéreo Rekar 21
9. Giroplano Gardey 22
10. Aeroplano Bénois 23
11. Aeroplano Ticozzi 28
12. Helicóptero Arbecchi 30
AÑO 1911
13. Biplano Arenas 32
14. Aeroplano Correa 35
15. Aeroplano Rasmussen 37
16. Máquina para volar de Young 40
17. El “Urubú mecánico” 41
AÑO 1912
18. Aeroplano Lamburth 45
19. “Cherubichá” 48
20. Paracaídas Dumanoir 50
AÑO 1913
21. Monopano De Viana 52
22. Aeroplano Cheru 55
23. Monoplano Guinsanti y Spirelli 57
24. Ornitóptero Isaac Bell 61
25. Aeromóvil Almonacid 63
AÑO 1914
26. Monoplano Briggiler 66
AÑO 1915
27. Aparato aéreo Carnaghi 68
28. Motor rotativo Ortholan 71
1
“ALGUNOS PROYECTOS POCO CONOCIDOS EN LOS COMIENZOS
DE LA HISTORIA DE LA AVIACIÓN ARGENTINA (1907 – 1915)”
Por: Ing. Mario Alberto Battagion
“The man who has no imagination has no wings”
(“El hombre que no tiene imaginación, no tiene alas”)
MUHAMMAD ALI (Cassius Clay)
INTRODUCCIÓN
Desde los mismos albores de nuestra aviación hubo una serie de pioneros que
proyectaron y construyeron máquinas voladoras. El caso más emblemático es sin
duda alguna el de Pablo Castaibert, considerado como el primer constructor de
aeroplanos en serie no sólo de nuestro país sino también de toda la Ibero
América.
Pero, con anterioridad hubieron casos de otros proyectos, con los que se lograron
vuelos más o menos exitosos, y en este sentido tal vez los ejemplos más
resonantes sean los del cicloplano de Guido Dinelli en Tandil, en 1.904; y los
primeros planeadores con que los hermanos Pablo y Augusto Delaygue
consiguieron efectuar vuelos a partir del año 1.908.
Todos ellos, al igual que unos cuantos inventos posteriores, como los de Enrique
Artigalá y Guido Borello en1909, Jaime y Francisco Torrá en 1910, etc., han sido
tratados y referidos in extenso por nuestros principales historiadores de renombre
en sus obras o escritos.
Más allá de que, a la luz de los actuales conocimientos, a la mayoría de ellos hoy
podemos evaluarlos como totalmente inviables, y a más de uno como estrafalario,
lo que implica que estaban destinados al fracaso desde el comienzo; lo cierto es
que el nuevo panorama que se presentó ante la humanidad con el acaecimiento
de los primeros vuelos exitosos con máquinas voladoras “más pesadas que el
aire”, exacerbó la imaginación de muchas personas, que entusiastamente
comenzaron a concebir e inventar máquinas voladoras de distinto tipo y diseño.
En algunos casos los inventos (como sucede por ejemplo, con el “Aeromóvil” de
Almonacid o el “Giroplano” de Gardey) ya han sido mencionados, comentados o
descriptos, pero el haber encontrado nueva documentación, me ha permitido
ampliar y completar aquellas reseñas.
3
El período abarcado comprende los años 1907 a 1915 inclusive, pero aclaro que,
desde mi óptica, de ninguna manera este tema está agotado, puesto que no es de
descartar que surjan nuevos datos o referencias en el futuro. Hubo, además de los
proyectos que se describen, otros que consisten en mejoras o accesorios para
aeroplanos y sus motores, tales como pontones o flotadores, trenes de aterrizaje,
etc., pero son en realidad, reválidas de patentes de otros países, por lo que no los
he tratado aquí.
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AÑO 1905
Aeroplano Carrió
5
Año 1907
Aeroplano Guisasola
Es muy probable que el “Aeroplano” diseñado por el Sr. Guisasola haya sido el
“triplano”, cuya maqueta publicó la revista “PBT” en noviembre de 1909, en
ocasión del “Concurso de modelos de aeroplanos” que se llevó a cabo en la
“Sociedad Sportiva” de Palermo el domingo 14 de noviembre de ese año (Figura
No 1)
Figura No 1
6
Incuestionablemente se trata de un aeromodelo accionado por banda elástica, con
la hélice ubicada entre las alas media e inferior. Se la puede ver, en forma muy
borrosa, entre los dos parantes centrales que unen dichos planos, al costado
izquierdo de la fotografía.
Más allá de esta única fotografía relacionada con el Sr. Guisasola, no existe
ninguna otra referencia, tanto en esta revista como en “Caras y Caretas” (que
también publicó fotografías del evento para la misma fecha) ni en las crónicas que
sobre este concurso publicaron los diarios “La Nación” y “La Prensa” el 15 de
noviembre de 1909, por lo que se descarta que haya efectivamente participado de
la competencia; incluso me siento tentado de pensar que dicho modelo no llegó a
volar satisfactoriamente.
Farman HF-1bis
Fuente: L. Opdycke; “French Aeroplanes Before the Great War”, EE UU, 1999
(Obsérvense las semejanzas con el modelo de Guisasola, especialmente en lo que hace al tamaño relativo y
forma del plano superior en “parasol” – La hélice del modelo se puede apreciar en el óvalo blanco)
Figura No 2
7
Lamentablemente no ha podido obtenerse mayor información sobre este proyecto,
al que, sin duda alguna, podríamos considerar como el primero de los ideados en
la Argentina
8
Año 1908
La nota describe, con un marcado tono no sólo incrédulo, sino también irónico, las
características de la “Maquina voladora” o “Aviador Miniussi” (sic.), denominando
obviamente con el nombre de “aviador” al propio aparato:
<<
“… Pero sepamos qué es el aviador Miniussi>>. Por sus formas y sus
movimientos, -dice el inventor,- no es más que una copia fiel del pájaro, y
especialmente de las aves marinas, y se diferencia de los demás aparatos
análogos por su sistema de propulsión.”
“El sistema de propulsión consiste en dos alas laterales extendidas a lo largo del
cuerpo del aparato y dotadas de un movimiento de ondulación, exactamente como
las alas del pez sepia.” (1)
9
La figura No 1 muestra las tres vistas del diseño y el aparato en un hipotético
vuelo, al igual que el retrato de su diseñador.
(1) El aquí denominado –erróneamente, desde luego- “pez sepia” es en realidad un molusco
o
cefalópodo (Figura N 2) propio del Mediterráneo y del Atlántico, de unos 20 – 40 cm. de longitud
(Sepia elegans y S. orbignyana)
Figura No 12
10
Año 1909
Aeroplano “G M A R”
“Los señores Miguel García del Álamo y Máximo E. Roberti, han inventado un
aeroplano avión, que resulta, según sus autores, uno de los más perfectos en su
género. El aparato ‘GMAR’, como lo han denominado, dispuesto para el vuelo,
pesa con el motor 390 kg., y su volumen dentro de líneas es de 380 metros
cúbicos. El lanzamiento se hace por un sistema de rueda combinado con resortes
automáticos. El volante motor es giroscópico y transmite el movimiento a dos
hélices dispuestas en ángulo a popa del aparato. Tiene dos timones, uno en la
parte anterior formado por planos horizontales y paralelos, y otro posterior vertical.
El primero regula los movimientos ascensional y descencional, y el segundo rige la
dirección. Otra particularidad del aparato es que puede alterarse automáticamente
el paralelismo de los planos principales, lo que permite mantener el rumbo y virar
con toda suavidad.”
“Pero lo más notable del aparato es el motor de 50 HP, que pesa 75 kg y ocupa
0,70 por 0.80 m, desarrollando con tan reducido volumen y liviano peso tan
enorme fuerza, y siendo su disposición tan ingeniosa que permite llevar a cabo
con facilidad todos los movimientos. El aparato asciende y desciende en línea
recta a la voz de mando, y toma tierra sin choque ni movimiento de arrastre,
gracias a un ingenioso mecanismo de neumáticos que da extraordinaria suavidad
a sus movimientos iniciales y terminales. En una palabra, se elogian mucho sus
condiciones.”
Aunque para los estándares actuales resulta más que evidente tanto lo primitivo
de su construcción (basta observar las reviraduras de las alas, especialmente la
inferior) como sus pobres condiciones aerodinámicas; teniendo en cuenta el texto
que he subrayado, probablemente el modelo pudo efectuar ciertos vuelos,
accionado –supongo- por algún tipo de motor de aire comprimido, que ya eran
conocidos en esos años, o quizá, por hebras elásticas de caucho retorcidas, lo
que los aeromodelistas actuales denominan “motor a goma”. Pero esto no son
más que presunciones o especulaciones.
Por otra parte, tampoco podemos considerar que fue realmente un “invento” de los
Sres. García del Álamo y Roberti, tal como se afirma en la publicación, pues como
se puede muy fácilmente evaluar, las semejanzas con el “Flyer” de los hermanos
Wright son más que evidentes. Tal vez lo novedoso sea la incorporación del un
tren de aterrizaje con ruedas, que los “Flyer” no poseían.
12
A pesar de ello, y aunque indiscutiblemente no se trató del primer aeroplano
argentino, lo concreto es que el proyecto existió.
Figura No 3
13
Máquina voladora de Fernández Blanco
14
“Constará de seis cuerpos de globo, lo que le proporcionará la ventaja de que el
aire pase por entre ellos, oponiendo desde luego menos superficie chocante.
Dichos cuerpos irán como encerrados en un armazón completamente rígido”,
finaliza la nota, la que no aclara en absoluto la naturaleza de tales “impulsores” ni
el funcionamiento de los mismos.
15
Ornitóptero de Icasate-Larios
Muy escasas noticias se tenían de este proyecto elaborado y llevado a cabo por el
ingeniero argentino Félix Icasate Larios en Francia en el año 1909. En realidad, lo
único conocido era una muy escueta apostilla aparecida en el diario “La Prensa”
del día 05 de marzo de 1909, nota a la que hacen referencia -sin más- nuestros
dos principales historiadores aeronáuticos: Antonio M. Biedma Recalde en la
“Crónica Histórica de la Aeronáutica Argentina”, Tomo 1ro. (Buenos Aires, 1969) y
Francisco Halbritter en la “Historia de la industria aeronáutica argentina”, Tomo
1ro. (Buenos Aires, 2004)
Pero en el libro escrito por uno de sus nietos, el Sr. Diego M. Lascano, en el año
1999, “Saltando el charco – Imágenes y crónicas del cruce aéreo del Río de la
Plata entre 1907 y 1940”, en Montevideo, Uruguay; puede leerse la siguiente
evocación:
Tuve la fortuna de poder contactar hace unos años al Sr. Diego Lascano, quién
desinteresadamente me facilitó gran parte del material que me ha permitido
recomponer la historia de este pionero, tanto en lo que hace a su biografía como a
las características del ornitóptero (al que Don Félix denominó en realidad
“Orthoptero”) y que construyó en París.
16
preparación en las ciencias físicas. El apodo se lo había ganado en la conferencia
que expuso durante más de dos horas ante una gran cantidad de público
conformado por profesores, estudiantes y aficionados exponiendo sus ideas e
invento sobre su aparato de alas articuladas (Vicente Martínez Cuitiño: “El café de
los inmortales” – Buenos Aires, 1964)
Figura No 4
17
El semanario editado en la Argentina, “El Pampero-Revista semanal ilustrada”, en
su primera edición, Año I – No 1, correspondiente al 01 de mayo de l909, se hizo
eco de las publicaciones francesas, afirmando que “…Las más importantes
revistas científicas de Francia, Italia, Inglaterra, Alemania, Austria-Hungría, han
publicado críticas del inventor argentino sobre los aeroplanos actuales y unánimes
han sido en predecir el más risueño porvenir y el más seguro éxito a nuestro
compatriota…”
18
Figura No 6 – Ornitóptero de Icasate–Larios (Vista superior y mecanismos)
19
Año 1910
Aeroplano Gregoire
20
Aparato aéreo de Rekar
Tal “Aparato aéreo”, estaba concebido entonces como una armazón cilíndrico-
hueca, recubierta con tela y abierto en ambos extremos; en el anterior está
ubicada la hélice propulsora y en el posterior los empenajes con disposición
cruciforme. También menciona que posee ejes verticales con hélices dispuestas
horizontalmente, aparentemente para gobernar el ascenso y descenso del aparato
(Figura No 8)
21
Giroplano de Gardey
Sobre este precursor del helicóptero, concebido y construido por Pedro Gardey y
al que él mismo denominó “Aparato giroplano para aviación”, únicamente se
conocía un fascinante relato de un deportista y amigo de la familia, llamado Jorge
A. Ottinetti.
Pedro Gardey era el mayor de los cuatro hijos del matrimonio conformado Don
Juan Gardey, un próspero comerciante y empresario francés que se instaló hacia
1868 en Río Cuarto, provincia de Córdoba; y Doña María Laborde (Ada Martha
Cáseres Gardey: “El clan de los Gardey, una parte de la historia local” – Diario
“Puntal de Río Cuarto” del 20 de abril de 2009)
Lo cierto es que tal publicación apareció 20 días después de que Gardey iniciara
los trámites pertinentes para obtener la patente de su invención, cosa que ocurrió
el 4 de marzo de ese año.
22
En la memoria también describe la forma cómo vuela su aparato; destacando esta
altura que, tal como narran los historiadores mencionados, esto ya lo había
ensayado previamente utilizando un modelo a escala reducida accionado “a
cuerda”.
“De manera que solamente las dos hélices de sustentación (E) (E) son las
solidarias de la transmisión horizontal (L) por intermedio de dos juegos de ruedas
angulares (G) (G). Para que se verifique la ascensión del aparato, la cual tiene
lugar en línea recta, no hay más que poner en funcionamiento el motor.”
“De aquí el aparato avanza en línea recta verificándose la sustentación por las dos
hélices verticales (E) (E) durante toda la marcha.”
23
“Desembragando la hélice de propulsión (F) puede obtenerse que el aparato suba
y baje solamente en el aire…”, continuando luego con las reivindicaciones de
rigor.
No se amilanó Gardey y le encargó Picard que viajase a los Estados Unidos para
adquirir un motor de mayor potencia y materiales más resistentes para construir
las hélices, pero el francés falleció allí a consecuencias de un accidente de
tránsito y la operación se frustró. La máquina fue guardada entonces en un galpón
de la estancia, donde, un tiempo después, se destruyó totalmente, como
consecuencia de un incendio ocasional (Biedma y Halbritter, Op.cit.)
24
Aeroplano de Benois
25
utilización en reemplazo de los globos cautivos, por ser un medio mucho más
barato que los mismos (Figuras Nos 11 y 12)
Figura No 11 Figura No 12
Trenes de barriletes ensayados por el capitán Saconnay
En una nota titulada “L’observatoire aérien” narra las experiencias que en tal
sentido se estaban llevando a cabo desde 1903 en Inglaterra y Rusia (Magazín
“Le cerf-volant” – No 4 – Francia, noviembre de 1909)
En el caso particular de los rusos, Saconnay explicaba que existían dos variantes:
por un lado, el ejército imperial utilizaba “racimos” de barriletes unidos a una
barquilla donde se ubicaba el observador (similares al que los dos ingenieros
alemanes, Heinemann y Haak ensayaron con éxito en La Tablada, provincia de
Buenos Aires el 29 de abril de 1899 ante las autoridades militares argentinas); y
por el otro, la marina del Zar, que, como ya hemos visto, los utilizaba en
disposición seriada, que era el sistema que propiciaba Saconnay en Francia (de
hecho fueron utilizados estos dispositivos por los franceses en la Primera Guerra
Mundial, durante 1914-1916)
27
Aeroplano Ticozzi
28
Indiscutiblemente la potencia del motor resultó ser insuficiente para hacer volar
dicho aeroplano, por lo que los primeros ensayos fracasaron. Recién en 1913 se
le colocó un motor de mayor potencia, de 60 Hp, pero los resultados también
fueron negativos, por lo que el aparato fue desarmado y el proyecto abandonado
definitivamente.
29
Helicóptero de Arbecchi
Este aparato, cuya patente No 7.658 fue concedida al Sr. José Arbecchi (del cual
no se tienen otros datos), el 25 de octubre de 1910, fue registrado en realidad
como “Mejoras en aeroplanos” y estaba concebido como un “aeroplano” provisto
de dos motores independientes: uno de ellos para accionar dos rotores
superpuestos y contrarrotativos, rotores a los que define como “planos convexos
superpuestos”, con lo que el artefacto asciende y desciende verticalmente, lo cual
es la característica medular de los helicópteros; y el segundo para accionar una
hélice tractora. También estaba provisto de un timón de dirección (Figura No 15)
Figura No 15
Aeroplano o Helicóptero de José Arbecchi
30
HELICÓPTERO DE VUITTON-HUBER (1877)
Figura No 16
31
Año 1911
Biplano Arenas
La ilustración (Figura No 17) está encabezada con la leyenda “DE RÍO IV” y la
misma muestra la vista de frente de un elegante biplano, de líneas avanzadas
para la época, cuya construcción, hacia el momento de la publicación,
aparentemente estaba prácticamente terminada, incluyendo el enriostrado.
32
La leyenda debajo de la fotografía reza: “Aeroplano autoestabilizable, invención
del español señor N. De Arenas, que hace construir la casa Tudor y Will.”
33
taller mecánico que instaló con el Sr. Tudor (de quien no se ha podido obtener
otros datos), fue un apasionado del automovilismo y propietario de dos “Agencias
Ford” (Fotografías Nos 21 y 22) en Río Cuarto.
Aunque no ha sido posible obtener información adicional sobre este biplano,
atento a la indiscutible idoneidad y experiencia técnico-mecánica de la firma
constructora, no es descabellado suponer que el mismo pudo haber funcionado
exitosamente.
Figura No 21
Figura No 22
34
Aeroplano Correa
Afortunadamente se conservan los planos de este proyecto, que son los que aquí
reproducimos (Figuras Nos 23 y 24)
35
Un detalle interesante, todavía poco frecuente en ese año, es la utilización de una
hélice de tres palas en este proyecto.
Figura No 23 Figura No 24
“Aeroplano Correa”
Tanto Biedma como Halbritter (Op. cit) se han ocupado de la descripción de este
aparato, el que fue finalmente ensayado, sin éxito, en el mes de agosto del mismo
año en El Palomar, bajo el comando del piloto francés Max Paris le Clerc, quien no
logró hacerlo despegar del suelo; por lo que finalmente el proyecto fue
abandonado.
36
Aeroplano Rasmussen
Contemporáneamente al ingeniero Correa, Christian Rassmussen, un inmigrante
dinamarqués que arribó a la Argentina a fines del S XIX, embarcado en el barco
“Rosario” y que se radicó en Bahía Blanca a comienzos del S XX, donde ejerció el
oficio de mecánico, diseñó y construyó un aparato de características similares que
tampoco llegó a volar y cuya fotografía, junto con la de su diseñador y fabricante
apareció publicada en la revista “Caras y Caretas” No 667 del 15 de julio de 1911
(Figura No 25)
Figura No 25
Los historiadores ya citados, Biedma y Halbritter han especificado en sus trabajos
(Op. cit) las características de este aeroplano, por lo que tampoco abundaré sobre
el mismo.
Nomás haré un comentario sobre este tipo de aeronaves cuyas alas estaban
sustituidas por un velamen flexible, de disposición en “parasol”.
Este tipo de avión fue, años más tarde, reivindicado y patentado en los EE UU por
un ingeniero de la National Advisory Committee for Aeronautics (NACA) llamado
Francis Rogallo, quien concibió la idea de construir una avioneta con un ala
37
flexible, tipo paracaídas, la cual mantendría su forma por medio de la presión del
viento. Esta clase de ala-vela, construida íntegramente en tela, fue patentada allí
con el nombre de “Rogallo Wing” (“Ala Rogallo”) el 20 de marzo de 1951 y
ensayada por primera vez, con excelentes resultados, el 15 de agosto de 1958.
A partir de ese momento, la práctica del vuelo con estas “Aladeltas motorizadas”
también se ha expandido notablemente en forma universal (Figuras Nos 22 y 23)
38
Fotografía No 27 – Pierre Aubert (1964)
Figura No 28
39
Máquina para volar de Young
Un detalle interesante es que, tal como puede verificarse en la figura, las alas
estaban provistas de alerones.
40
El “Urubú Mecánico”
Esta notable propuesta, concebida por José Tosquellas Puig, apareció publicada
en “Caras y Caretas” No 690, edición del 23 de Diciembre de 1.911, bajo el título
“El Urubú mecánico” y con los subtítulos “El vuelo dirigible – Nuevas teorías y
máquinas” (Figura No 30)
Figura No 30
Don José Tosquellas Puig fue un español –catalán- nacionalizado uruguayo, que
se dedicó con entusiasmo a la aeronáutica; y en configuración teórica estudió en
forma meticulosa y científica los problemas del vuelo, proponiendo soluciones
adelantadas a su tiempo, los principios del siglo XX.
A mediados de 1911 solicitó del Gobierno uruguayo una patente de invención para
un ingenio aéreo tipo bicicleta que había proyectado (el cual se exhibió en escala
reducida en el Museo Aeronáutico de Montevideo), obteniendo la patente No 551
el 6 de julio de 1912.
41
Tosquellas Puig trabajó en varios designios relacionados al tema aeronáutico
hasta los años cincuenta del pasado siglo.
Digamos, como simple nota ilustrativa, que el “Urubú”, también conocido entre
nosotros como “Cuervo paraguayo”, es un ave carroñera, perteneciente a la
familia de las Catártidas, del orden de las Falcónidas. Su notación científica es
Cathartes aurea (Linneo).
Pesa alrededor de 2 ó más kilogramos y con las alas extendidas suele medir
entre 1,5 y 2 metros. De vistosa estampa cuando está en vuelo planeado, tiene
como característica distintiva de las otras especies del género Cathartes, la de
tener la cabeza de color rojo. (Figuras N os 31 y 32)
Figura No 31 Figura No 32
Cuervo paraguayo en vuelo Cuervo paraguayo posado
42
transformable en horizontal. “El señor Tosquellas ha estudiado el vuelo de las
aves y aplicado sus principios a la aviación...”
Continúa luego con un análisis del sistema de fuerzas que actúan durante el vuelo
de las aves, relacionándolo con las que, de un modo similar, actuarían sobre sus
diseños. A modo de ejemplo, establece que para vencer la atracción de la
gravedad, las aves se ven obligadas a batir las alas, mecanismo reemplazado por
un motor en los aeroplanos. Nada nuevo hasta aquí, pero en el caso particular de
sus aeroplanos, indica que la fuerza ascensional es producida por la acción de
una corriente de aire que incide directamente en un plano, el que en sus
esquemas esta señalado con la letra “B”, y que se corresponde con las alas.
La nota está complementada con distintas fotografías del ave con los clásicos
diagramas de los sistemas de fuerzas concurrentes, un retrato del autor y un par
de croquis de su aparato: uno corresponde a la vista lateral y el otro a la vista de
frente.
Las imágenes son harto borrosas y no indican ninguna dimensión ni escala, como
así tampoco la forma de los planos, ya que solamente se muestran las vistas de
43
frente y de perfil, no así la planta o vista superior. No obstante, las he redibujado
(Figura No 33) simplemente con la finalidad de hacerlas algo más claras, pero
lamentablemente, como en el texto no figuran ni la descripción de la técnica
constructiva, ni los materiales aconsejados para su construcción ni el peso
probable del aparato, no se puede adicionar otra información.
El planteo teórico es totalmente optimista, más allá del hecho que pueda presentar
falencias; y en mi opinión, difícilmente este proyecto, si es que eventualmente se
concretó, haya tenido el éxito que anunciaba su autor.
Pero lo rescatable es que se trató tal vez del primer proyecto de un cicloplano
propulsado por hélice, al que incluso podríamos asignarle la condición de haber
sido el primer bosquejo de lo que hoy se conoce como un “ultraliviano”.
Figura No 33
44
Año 1912
Aeroplano Lamburth
De aspecto general similar a los biplanos de estructura celular como los “Farman”
o “Voisin”, reivindicaba una serie de mejoras e innovaciones, que además de la
“… construcción moderna…” que invocaba, podemos resumir en las siguientes:
45
Acompañaban a la memoria descriptiva cuatro planos correspondientes a las
vistas superior, lateral (Figura No 34), anterior y posterior (Figura No 35)
Figura No 34
Vistas superior y lateral
46
Figura No 35
Vistas anterior y posterior
47
El “Cherubichá” de Artigalá
La nota incluye una serie de seis fotografías: las tres primeras muestran el
proceso de manufactura de las hélices, la cuarta la construcción y armadura de un
ala (Figura No 36); en la quinta se puede apreciar al “Argentino I” terminado y al
que únicamente le faltaba colocar el motor, mientras que en la sexta y última
aparece el “Cherubichá”, un monoplano, del tipo “Bleriot” pero con el fuselaje de
sección triangular, piloteado por un señor llamado Jorge Molero (Figura No 37)
Figura No 36
Construcción y armadura de alas
48
<<Cherubichá>> a un aeroplano destrozado que él ha convertido prácticamente en
nuevo…”
Figura No 37
Vale decir, entonces, que el “Cherubichá” (expresión guaraní que significa “Mi
jefe”), no fue otra cosa que un aeroplano reparado o “reciclado” (para utilizar un
término de actualidad) por Enrique Artigalá; aparato que, atendiendo al tipo de tren
de aterrizaje, forma del fuselaje y tamaño del estabilizador (del cual se aprecia su
perfil en la parte superior del fuselaje), deducimos que, a no dudarlo, se trató de
un monoplano del tipo “R.E.P. 1912”, (ver plano 3-vistas de la figura No 46)
seguramente de propiedad del Sr. Jorge Molero; y de los que no tenemos otras
noticias.
49
Paracaídas de Dumanoir
50
en la Argentina, cuando se lanzó el domingo 19 de marzo de 1915 desde el
Farman piloteado por su coterráneo Manuel González, en Villa Lugano, tal como
se puede apreciar en un volante de la época (Figura No 37)
Hacia 1913, Louis Blériot ya ensayaba, con relativo éxito, el uso de los paracaídas
diseñados por el francés Bonnet para facilitar el aterrizaje en lugares reducidos
(Figura Nº 38)
Figura No 40
51
Año 1913
Monoplano De Viana
Figura No 41
52
Prácticamente un año y medio después, el mismo semanario, publicó en la edición
No 505, correspondiente al día 1 de Agosto de 1.914, con el encabezamiento
“NUEVAS INVENCIONES” la descripción y las tres vistas de este proyecto, pero
con una serie de modificaciones respecto a las fotografías originales (Figura No
40)
Figura No 42
Como se puede verificar, en aquéllas, por ejemplo, el fuselaje del modelo tiene
sección circular u oval, mientras que en el plano 3-vistas el fuselaje es de sección
cuadrada en la parte inferior y semicircular en la superior; al igual que el contorno
del timón de dirección, que también es diferente.
53
“Aviación”. – Recientemente se ha registrado en la oficina de marcas un nuevo
sistema de monoplano, de que es autor Juan P. De Viana, de quien nos hemos
ocupado antes. No se trata de una imitación más o menos disimulada de los
aparatos ya conocidos en el mundo científico, sino de algo absolutamente
nuevo...”
Este tipo de monoplano pendular, tipo “Demoiselle”, ya había sido ensayado sin
éxito por Pablo Castaibert en el año 1.910 (“Castaibert 910-1”), pero en este caso,
el fracaso se debió, según él mismo le comentase en una carta al –entonces-
Capitán Ángel M. Zuloaga, a que su aparato estaba mal equilibrado: “...muy
grande fue mi desilusión cuando me di cuenta que los centros estaban
completamente equivocados...”
54
Aeroplano de Cheru
El fuselaje tenía la forma de un bote o canoa ancho, con dos largos flotadores en
ambos costados (a modo de un “catamarán”); y estaba provisto de un tren de
aterrizaje convencional, de dos ruedas, pero replegable; gobernado por medio de
una palanca, “…que permiten a las ruedas elevarse a un nivel que no impida el
deslizamiento de la máquina por el agua…” (Figura No 43)
Cheru era un técnico o experto en mecánica, y adquirió notoriedad años más tarde
por haber diseñado y patentado un sistema hidráulico automático que
55
reemplazaría las cajas de cambio de los automóviles: El diario “El mundo
deportivo” de Barcelona (España), publicó el 28 de abril del año 1932 una extensa
nota la cual comienza en los siguientes términos:
Fuera de estas referencias, no ha sido posible obtener más datos sobre este
técnico o ingeniero o su aeroplano, el que supongo nunca llegó a construirse.
56
Monoplano de Giansanti y Spirelli
En el mes de marzo de 1911 apareció una nota sobre este novedoso aeroplano,
precursor de los modernos “jets” en la revista “Popular Mechanics” (Figura No 48)
Figura No 44
58
Figura No 45
Figura No 46 Figura No 47
59
Figura No 48 – Popular Mechanics – Marzo de 1911
60
Ornitóptero de Isaac Bell
Éste es otro pintoresco diseño que un señor llamado Isaac Bell, del que no se
tienen otros datos, presentó ante la Oficina de Patentes de Buenos Aires,
obteniendo por el mismo el No 9.883 con fecha 15 de marzo de 1913.
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funcionamiento. A su vez, la “Fig.2.” (en posición vertical), grafica el movimiento
ondulatorio de las mismas.
No se hace mención alguna al tipo de planta motriz requerido; es decir, qué clase
y tamaño de motor se utilizaría para producir el “aleteo” de los planos; pero
sospecho, observando el detalle de la “Fig.9.” del gráfico, que se trataría de una
suerte de mecanismo a pedales, a modo del utilizado en las bicicletas, y que
serían accionados directamente por el operador.
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Aeromóvil de Almonacid
Vicente Almandos Almonacid se hizo famoso por su actividad como piloto y por
ser uno de los gestores de la llegada de la Compagnie Générale Aéropostale a
nuestro país, cuya consecuencia más trascendente fue la fundación de la
Aeroposta Argentina. Su fama fue de tal magnitud que su trabajo como inventor y
constructor aeronáutico quedó relegado a un segundo plano.
Con su amplia formación técnica y con el ejemplo práctico de los aviones que
habían sido traídos por los aviadores europeos, en 1912 decidió llevar a la
práctica algunas ideas propias.
La patente, fue otorgada por diez años el 17 de octubre de 1913, con el número
10.568
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Lamentablemente en los archivos del INPI no ha podido ser localizado el
expediente completo, contándose únicamente con una somera descripción y el
croquis correspondiente (Figura No 50), en el anuario de la “Revista Sud-
americana de la Propiedad Intelectual e Industrial” correspondiente al año 1913.
Tales timones van unidos al eje longitudinal del aparato por un determinado brazo
de palanca; de tal manera que “… las reacciones que en ellos se produzcan,
originen momentos de fuerza tendientes a conservar invariable la inclinación
relativa de dichos timones con respecto al plano determinado por el eje y las
corrientes de aire”.
La hélice (se muestra una sola), propulsora, estaba ubicada en la parte posterior
del fuselaje, por lo que no se entiende muy bien lo publicado el 17 de febrero de
1926 en el periódico “Le Courier de la Plata”, y comentado por Halbritter (Op. cit)
referido al vuelo del Plus Ultra: “…las hélices eran del sistema inventado por el
capitán Almonacid, y que se trata de un sistema propulsor aéreo que comprende
un sistema de dos o más hélices con el mismo eje”; salvo, claro está, que
Almonacid hubiese desarrollado, como otro invento, independientemente de su
Aeromóvil, un sistema doble de hélices aplicables a las aeronaves. No olvidemos
que también fue el inventor de un “Sistema de navegación nocturno de aviones y
guías para bombarderos” publicado en el año 1925.
Como dato anecdótico, digamos que la revista “Caras y Caretas” publicó, años
más tarde, en el Nº 1.003, del 27 de setiembre de 1919; la misma reseña y planos
que figuran en el Anuario del INPI ya mencionado.
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Año 1914
Monoplano de Briggiler
Briggiler fue un joven inmigrante de origen suizo que se radicó hacia 1900, poco
más o menos, en la localidad de San Jerónimo, provincia de Santa Fe; y ha sido
mencionado por los historiadores Biedma y Halbritter (Op. cit.), aunque con
discrepancias en lo que hace tanto a su nombre (según Biedma Recalde se
llamaba Luis F. Briggiler; mientras que Francisco Halbritter lo alude como
Edmundo Briggiler) como en lo que respecta al año en que habría diseñado y
construido un monoplano tipo “Bleriot” (1911 y 1913, respectivamente)
Figura No 51
Figura No 52
Figura No 53
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Año 1915
Este curioso (o más bien desatinado en su concepción), proyecto fue ideado por
un ciudadano llamado Ulderico Carnaghi; y la patente le fue concedida el 25 de
marzo de 1915. En la escueta nota que acompaña al croquis que aquí se
reproduce (Figura No 54), reivindicaba el uso de “… planos helicoidales giratorios
aplicados al plano sustentador para conseguir que el centro de sustentación se
encuentre siempre en el centro del plano.”
Figura No 54
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Además de lo extravagante de su diseño, destacamos otro hecho bastante
inusual, y es que, según podemos apreciar en la vista de perfil, este extraño
aparato estaba provisto de dos hélices, una en cada extremo (una tractora a proa
y la otra, propulsora, a popa)
Este proyecto guarda ciertas semejanzas con un tipo de aeróstato o “aéreoplano”
(Sic.) que se estaba ensayando hacia 1904 en Chicago, EE UU, y cuyo bosquejo y
descripción publicó “Caras y Caretas” en el Nº 282 del 27 de febrero de ese año,
con el nombre de “Automóvil aéreo” (Figura Nº 55)
Figura Nº 55
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escénica de cuadros dramáticos y costumbristas (Arq. Herman Clinckspoor:
“Teátro Colón, su historia”, Mar del Plata, 2004)
En base a estos datos, e interpretando que no está, entre nosotros, muy difundido
que digamos, el uso del nombre (de origen italiano) Ulderico; y menos aún,
combinado con el apellido Carnaghi; y, complementado este criterio con las
épocas (1880-1917-1977) y la afinidad con la aviación del Carnaghi que llegó al
grado de comodoro; aparece entonces una suerte de hilo conductor con factores
comunes, el que me lleva de la mano a suponer que, quien diseñó el aparato aquí
descripto, habría sido un hijo del fotógrafo y padre, a su vez, de quién falleció en el
accidente de aviación.
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Motor rotativo Ortholan
Esta interesante innovación ideada por Juan Bernardo Ortholan, que residía en la
calle Maipú No 671 de Buenos Aires, y que él mismo designó como “Motor a
cilindros rotatorios a dos tiempos”, obtuvo el 13 de octubre de 1915 la patente
número 12.439.
Incluso en los motores radiales fijos, lo usual era que contasen con número impar
de cilindros; siendo la excepción a esta norma ciertos motores “Anzani”, que los
había de 4, 6 y hasta 10 cilindros dispuestos en estrella.
Digamos a esta altura que el Sr. Ortholan ya había patentado un tiempo antes
este tipo de motor en los EE UU, y había obtenido allí la patente No 1.147.540 el
20 de julio del mismo año.
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Como es lógico, su presentación estaba acompañada por una detallada
explicación sobre el funcionamiento y un plano del motor visto en corte (Figura
número 57)
Figura No 56 Figura No 57
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BIBLIOGRAFÍA
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