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FUNDAMENTO JURIDICO

CASO DE ROSA JIMENEZ AHUMADA

El caso se desprende de una posible responsabilidad extracontractual de la


universidad de Cartagena por la muerte de la profesora Rosa Jiménez Ahumada
quien era servidora pública de esta entidad en calidad de docente y quien
ostentaba el cargo de coordinador de la maestría en construcción de paz y
directora del observatorio e desplazamiento forzado de la universidad de
Cartagena.

Tal suceso fatídico fue causado por un accidente de tránsito ocurrido el 2 de julio
de 2018 en los montes de maría, en un vehículo contratado por la entidad pública
para el desarrollo de actividades propias de su cargo como líder del programa
fuerza montemariana.

Teniendo en cuenta lo anterior nuestro grupo de trabajo analizo la responsabilidad


de la universidad de Cartagena frente a la situación antes mencionada, para ello
se hizo un análisis jurisprudencial y normativo.

Según el artículo 90 de la constitución política:

"ARTICULO 90. El Estado responderá patrimonialmente por los daños antijurídicos


que le sean imputables, causados por la acción o la omisión de las autoridades
públicas.

En el evento de ser condenado el Estado a la reparación patrimonial de uno de


tales daños, que haya sido consecuencia de la conducta dolosa o gravemente
culposa de un agente suyo, aquél deberá repetir contra éste."

En el caso concreto se identifica el daño antijurídico que es la muerte de la


profesora rosa Jiménez ahumada, lo que ahora es importante analizar es el nexo
causal para que le sea imputable el perjuicio por el daño a la universidad de
Cartagena ya sea que haya actuado con acción u omisión.

Como es bien sabido el deber de todo empleador es mantener unas condiciones


laborales óptimas para todo empleado, en el caso en concreto la fallecida estaba
vinculada a la universidad de Cartagena como servidora pública, por tanto la
universidad de Cartagena tenía el deber de salvaguardar esas condiciones
laborales óptimas para el desarrollo de sus obligaciones adquiridas como
servidora pública.

El bus en que se desplazaba la profesora hacia los montes de María no era


propiedad de la universidad de Cartagena pero este si fue contratado por ella
mediante un contrato de prestación de servicios con la función de transportar a la
planta de docentes y estudiantes que se dirigía a los montes de María.

Con respecto al contratista el estado tiene la obligación de exigir la ejecución


idónea del objeto contratado por medio del contrato de prestación de servicio, al
igual que revisar periódicamente los bienes o servicios suministrados por los
contratistas para verificar que cumplan con las condiciones de calidad ofrecidas
por ellos. Esto con fundamento a la ley 80 de 1993 en sus artículo 4 inciso #1 y #4.

Pero bien, de igual manera la contratista tiene la responsabilidad de garantizar la


calidad de los bienes y servicios contratados y responderán por ellos. Esto según
la ley 80 de 1993 en su artículo 5 inciso #4.

Hasta el momento según estos artículos no sabría a quien atribuirse la


responsabilidad por tanto cada uno toma responsabilidad frente a la prestación del
servicio, el estado de vigilancia y el contratista en la calidad de la prestación.

Frente a esta situación la Corte Constitucional ha hecho una aclaración con


respecto a la responsabilidad de los contratistas. Esta expreso en la sentencia C-
484 de 2002.

“En ese orden de ideas, la asimilación que efectúa la ley acusada de los
contratistas, interventores, consultores y asesores, como particulares que ejercen
funciones públicas es admisible y en nada contraría normas de rango superior, si
se tiene en cuenta que estos en muchos eventos sustituyen en sus funciones a la
entidad pública, como es el caso del contrato de concesión (Ley 80 de 1993).
Adicionalmente, es la propia Constitución la que facultó al legislador para que
regulara su ejercicio, y fue lo que efectivamente hizo en el parágrafo primero del
artículo 2 de la ley acusada, al considerar que el régimen de responsabilidad para
los contratistas respecto a la acción de repetición debía ser el mismo que se aplica
a los servidores públicos, por cuanto, además de que éstos responden en los
términos del contrato, su actuación también puede ocasionar un daño como
consecuencia de su conducta dolosa o gravemente culposa, evento en el cual
debe responder en los términos del artículo 90 de la Carta.”

Entonces según noción de la corte el contratista es equiparado a un servidor


público, precisando que la responsabilidad en este caso no se predica de la
calidad del actor, sino de la implicación envuelta en su rol, relacionado
directamente con la finalidad del interés público.

Expuesto lo anterior el grupo llego a la conclusión de que la universidad de


Cartagena como empleadora pública debe responder por cualquier percance
laboral que tengas sus empleados en el desarrollo de sus actividades laborales, y
que el contrato de prestación de servicios no exime de esta responsabilidad a la
entidad pública de su deber como empleador al garantizar esas condiciones
óptimas de trabajo, ya que teniendo en cuenta el rol que desempeña el contratista
en este tipo de actividades se puede decir que este es una persona natural o
jurídica diferente a la planta administrativa de la entidad pero que cumple un fin
propio de la misma por tanto esta debe hacerse responsable por las acciones u
omisiones de los contratistas. Ya las causas del accidente deberán analizarse en
un juicio con las prácticas de las pruebas solicitadas por las partes para probar su
teoría dentro del proceso que llegue a determinar una decisión al juez.

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