Un reino sin Dios Y si seguimos rechazándolo como hasta
ahora, ¿qué será de nuestras vidas?
El amor de Dios por cada uno de nosotros es
innegable.
Es un amor que no se aprende, sino que se
conoce y eso solo lo podemos lograr a través
de la experiencia personal.
Una de las formas que se manifiesta este amor
es a través de la misericordia.
Pongámonos a pensar, a recordar cuales
fueron esos momentos en la que hemos
experimentado aquella misericordia.
Quizás eso hechos vividos que puedes
recordar es el perdón de Dios. Esa es la manera
más frecuente en la que Dios manifiesta su
misericordia.
La luz de Dios, su perdón, nos hace reaccionar.
Como cuando una persona ciega empieza a ver
y a reconocer todo su alrededor. Así nos pasa
cuando abrimos nuestros ojos ante nuestros
pecados, ante nuestra realidad, antes quienes
somos y quienes seriamos si seguimos como
vamos. Porque el pecado nos aleja de Dios, nos
aleja de su amor.
El hombre rechazó el amor de Dios
 Desde el inicio, es decir, desde la
creación del mundo, se pudo ver el
rechazo del amor de Dios por parte del
hombre. Quiso construir su reino en
este mundo, dejando de lado todo lo
que Dios le había dado, y a raíz de ello,
al mundo que creó Dios entró el mal, la
muerte, la violencia, el odio y el miedo.
Se destruyó la convivencia fraterna.
 El segundo rechazo al amor de Dios por
nosotros fue cuando no aceptamos al
hijo de Dios. Él había enviado a su hijo
único, pero, ¿qué respuesta recibió
Dios por parte del hombre? Fue el
rechazo.
El pecado no nos hace felices, ni nos da la
paz que necesitamos, todo lo contrario, el
pecado nos ata, nos destruye, nos hace
esclavos, nos encadena y luego se nos es
difícil librarnos.
Nos volvemos personas infelices y cegadas.
Pues rechazamos lo que realmente es
bueno y perdurable por una felicidad
momentánea.
La manzana tan atractiva por fuera, estaba
podrida por dentro y nosotros la comimos,
creyéndonos personas muy astutas, pero
solo caímos en aquel hoyo del pecado.
Y se cumplen las palabras de Dios “El que
vive en pecado, es esclavo del pecado” Jn
8, 34.
Y Finalmente terminamos recibiendo
nuestras consecuencias del pecado. Y nos
lo dice el libro de Rom 6, 23 “El pecado
paga un salario y es la muerte”
Cosechamos lo que sembramos. Aprender
esta ley en carne propia resulta muy
doloroso.
El pecado
Al meditar sobre el problema del mal en el
mundo, encontramos que la causa
primera, lo que nos impide sentir el amor
de Dios, es el pecado.
El pecado es como ese paraguas que nos
impide mojarnos de la lluvia, el pecado nos
impide sentir el amor de Dios.
¿Qué es el pecado? El pecado es una
ofensa, una falta contra Dios, contra el
prójimo y nosotros mismos.
El pecado es seguir el camino equivocado.
El pecado no solamente es hacer algo
evidentemente malo, sino encerrarnos
egoístamente en nuestros propios Despreciar en nuestro corazón a una
problemas, sin abrirnos a Dios. persona.
El pecado no solo nos destruye nuestra ¿Cuántos de nuestros conocidos nos ven
dignidad, sino también destruye nuestra actuar correctamente sin saber lo que
vida espiritual. llevamos en nuestra mente? ¿Se imaginan
salir a la calle mostrando nuestra
¿De qué manera pecamos?
consciencia?
Existe una frase que repetimos en misa en
Dios quiere que seamos personas
un inicio. Acto penitencial.
transparentes, sin disfraces.
“He pecado mucho de pensamiento,
Pero no es solo eso, también pecamos
palabra, obra y omisión”
De Palabra
He pecado mucho
Con la palabra bendecimos el nombre de
¿Por qué se dice he pecado mucho? Porque
Dios, y eso está bien, sin embargo, en su
lamentablemente es la verdad, nadie está
mayoría usamos la palabra para maldecir.
libre de pecado, incluso nacimos con el
pecado original. He escuchado muchas veces que las
palabras duelen más que un golpe, en
Muchos pueden decir “oye yo hago cosas
efecto, las palabras nos destruyen
malas” y yo les diré, nos disfracemos el
interiormente, un golpe puede dolerte un
pecado. Dejemos de pensar que el pecado
momento, pero las palabras pueden
son solamente esas acciones que ante
dolerte toda la vida. Porque pecar no solo
nuestros ojos son malas, son feas, y que
está en decir groserías, sino también decir
hacen otras personas menos nosotros.
palabras hirientes. Y ahí estamos pecando
No disfracemos nuestra vida, no
Pecamos también de palabra cuando
disfracemos nuestro pecado. Aceptemos
murmuramos acerca de otras personas.
que no todo lo que hacemos es correcto.
Cuando mentimos, aquellas “mentiritas
De esa manera lograremos obtener la
piadosas”. Es pecado, no importa el
misericordia y perdón de Dios.
tamaño, sigue siendo pecado.
De pensamiento
De obra
¿Por qué decimos de pensamiento?
Es cuando consumamos nuestros
Porque aunque no lo creamos o
pensamientos o nuestras palabras, las
consideremos que nuestros pensamientos
decimos o las pensamos y terminamos
no importan, también estamos pecando.
haciéndolas.
Pecamos de pensamiento cuando
Recordemos que el pecado es y no dejará
deseamos lo que es malo, cuando
de serlo, no porque la mayoría lo haga
deseamos mal a alguien, cuando
signifique las si lo hacemos nosotros tiene
disfrutamos la desgracia de los demás.
menos culpa o que Dios porque la mayoría
Cuando pensamos mal de una persona sin
lo hace lo acepta. No es así.
antes conocerla. Pecar de pensamiento
también es creerse superior a una persona. La prostitución, las mentiras, las
borracheras, la corrupción, la infidelidad, el
ocultismo, no porque muchos lo hagan
significa que está bien.
No porque lo haga todo el mundo significa
que tenemos que hacerlo, eso nos
destruye como seres humanos.
De omisión
Cuando dejamos de hacer el bien. Es la
indiferencia antes las cosas que son
buenas, que son correctas.
Cuando decimos “no” ante la voluntad de
Dios y no le permitimos cumplir su
proyecto con nosotros. Y terminamos
rechazándolo.
 Todas estas maneras de pecar están en
nuestra vida diaria, las hacemos y
algunas veces nos cegamos o
disfrazamos nuestro pecado. Pero
debemos aceptarlo.
Debemos reconocer que hemos
pecado, debemos reconocernos
pecadores y solo de esa manera
obtendremos la misericordia y el amor
verdadero de Dios.