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DE PASOS PRIMITIVOS Y SALTOS FUTUROS

Ardea Skybreak
Bogotá: Editorial Tadrui, 2003, 174 pp.

En este libro, la reconocida bióloga norteamericana expone en forma clara y


concisa la moderna teoría científica acerca del proceso de humanización. Al
hacerlo, tercia en una polémica que las feministas pusieron en primer plano:
¿cuál es el papel de machos y hembras en la transformación de los primates
superiores en seres humanos?

Skybreak controvierte la concepción del Poderoso Macho Cazador —que


algunos denominan tarzanismo—, en boga durante demasiado tiempo, en
especial a partir del texto de Engels El papel del trabajo en la
transformación del mono en hombre, según la cual la dieta carnívora
suministrada por los machos por medio de la cacería de grandes animales
constituyó el eslabón esencial en ese paso al posibilitar un mayor
crecimiento del cerebro, tal como lo asegura Eliane Morgan en su libro Eva
al desnudo; quien, además, considera que el proceso que llevó desde los
primates hasta los humanos estuvo mediado por un período acuático,
durante el cual las sequías empujaron a los homínidos primitivos desde los
bosques a vivir en las costas y en los bajíos, con la consecuente adaptación
a la vida en las aguas; nuevos cambios climáticos habrían permitido su
regreso a la morada plenamente terrestre, llevando con ellos los cambios
que ocurrieron en su confirmación biológica, los cuales los habrían separado
definitivamente de los primates superiores.

Al mismo tiempo, siguiendo a Nancy Tanner, centra en la recolección de


plantas y pequeños animales uno de los elementos básicos de la divergencia
entre humanos y antropoides; actividad que la postura erecta, el
consecuente bipedismo —anterior al aumento en el tamaño del cerebro— y
la consiguiente liberación de las manos hicieron posible, y que fue realizada
sobre todo por las hembras adultas, aunque con la participación de los
machos. Hecho que trajo como resultado consecuentes formas de
organización de la sociedad: mayor cohesión social, grupos más grandes, un
cierto excedente de producción (compartido en diversos grados,
especialmente con las crías, etc.).

Sin embargo, rechaza la idea de Tanner de que estas características,


esenciales en la evolución de los humanos, habrían sido trasmitidas y
difundidas a través de procesos de selección por parentesco, mediante la
cual individuos “altruistas” propagarían más sus genes al propiciar la
reproducción de sus parientes cercanos incluso a costa de la suya propia, y
selección sexual, por el cual las hembras serían exigentes en la selección de
los machos con base en su capacidad productiva y su “servicialidad” para
con las unidades sociales básicas (hembras y sus crías). Teorías ambas
mediante las cuales los sociobiólogos pretenden fundar en características
genéticas los orígenes de las conductas sociales complejas.

Aunque, recalca Skybreak, Tanner “ayuda a hacer claro que no existen


bases en absoluto para considerar que cosas tales como la opresión de la
mujer, de clases o de naciones enteras y el impulso a la guerra sean, o
hayan sido siempre, expresiones de alguna ‘naturaleza humana’ ordenada
biológicamente” (p. 114).

Pero Skybreak no se detiene allí. Sobre la bases de sus análisis de las ideas
de Morgan y Tanner, la parte esencial de su obra se adentra en el tema de
la subordinación histórica de la mujer y de sus causas mediante un examen
crítico de las obras de Engels, El origen de la familia, la propiedad privada y
el Estado, y de Lewis Henry Morgan, La sociedad primitiva, de quienes
retoma los elementos del materialismo marxista que ven las causas y
fuentes de tal subordinación en cierto tipo de organización social,
determinada básicamente por el nivel de desarrollo de sus fuerzas
productivas y sus relaciones de producción, especialmente las formas de
división del trabajo y las relaciones de propiedad y distribución de la misma
en aquellas sociedades en que se amplió la base productiva y comenzaron a
producirse excedentes materiales, a diferencia de aquellas iniciales de tipo
comunal en las que el papel de la mujer no era, por lo general, inferior al de
los hombres.

Así, al hacerlo con la aplicación del método del materialismo dialéctico e


histórico, desvirtúa los diversos “mitos del origen”, entre ellos las
concepciones de la sociobiología, que buscan en los genes y en las
características biológicas las razones que dieron origen y mantienen hasta
hoy tal situación, viejas y falsas ideas que continúan dando soporte al viejo
orden y aseguran la inutilidad de la lucha por tratar de derribarlo, pues sus
características estarían determinadas por la naturaleza y serían por lo tanto
inconmovibles. En ello descansa el interés de las clases dominantes por
mantenerlas y difundirlas.
De esto modo, al examinar el estado actual de la producción y de las
relaciones económicas y sociales existentes hoy en el capitalismo
imperialista, Skybreak concluye con que se abre ante la humanidad la
brillante perspectiva de enormes “saltos futuros”.

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