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Prólogo

El siguiente conjunto de relatos no es más que la recopilación de


escritos durante una etapa, en mi juventud en que me vi forzada a la
búsqueda interior: Por fuera otra lucha se libraba pero el adentro tiene
caminos aún más tortuosos; y estamos ciegos. Tal como antes
horribles leyendas de lejanas tierras permitían sólo al valiente ir en
busca de aventuras, los temores que tenemos de estas tierras son tan
grandes que preferimos quedar en la isla antes de adentrarnos en
nosotros mismos. No sabemos quienes somos. No somos conscientes
de nuestros procesos internos. Como niños, preferimos no enterarnos
antes de saber una verdad que nos asuste, que nos duela. El proceso
interno es un parir constante, un Rehacerse, un hacerse cargo,
amigarse de los monstruos, domesticar al dragón que cada uno tiene,
que cada uno es. Cada uno es un mundo, y por ahora, estamos solos
en el viaje. Algún día abriremos las vías internas y los contactos serán
tan intensos, que hará necesario inventar palabras para describir los
hechos. Nosotros, podemos practicar sintiendo.

Como la de todo el mundo, mi vida está siendo un viaje. Elegí ser


la cronista. Viví emociones desconocidas e intensas, lloré y reí en
forma exagerada y me sumergí sin saber nadar en esas corrientes.
Recopilo, pues inicio una nueva etapa. La anterior, la recomiendo a
todo el mundo, según su fuerza. Cada uno es un tesoro y sólo uno
puede usarlo. Debemos aprender a saber eso. Debemos dibujar los
mapas, preparando el encuentro. Los procesos interiores ocurren,
seamos o no conscientes de ellos... ¿Para qué perdernos a nosotros
mismos? ¿Por flojera? ¿Cobardía? Somos demasiado valiosos para ello.
Todos. Cada uno.

Estos relatos del oscuro adentro no son alegres pues ser alegre
requiere un aprendizaje que no tenía. Mis mayores alegrías se
asociaban indefectiblemente a las mayores tristezas, con nudos duros
de eliminar. Mejor, pues con tanto trabajo, la idea es dar un paso y
alcanzar la libertad a manos llenas. Cuesta, en tiempo y esfuerzo, pues
la vida no regala nada, así que cuando te da, es que en verdad es
tuyo, y eso se siente (cuidado con el interior si sientes que es crédito;
la vida cobra altos intereses). Así que aquí estoy, cosechando
beneficios (hasta nuevo aviso).

El libro consta de dos partes. El “Fermentado” es algo más


antiguo que el “Destilado”, pero no tanto, y no en todos los relatos. El
primero anhela algo, y el segundo es más resignado. Más o menos en
realidad, porque están escritos en forma visceral y desordenada, y
cuando los agarré intenté darle cierta coherencia, dentro de lo que se
podía, desde luego. Si hubiera sido más coherente no habrían sido
relatos del oscuro adentro sino quién sabe qué clase de patrañas. Para
mí, esto es vivencia pura. Pero recuerden que cada uno tiene su
mundo y que es demasiado grande para abarcarlo completo. Uno
puede vivir sólo un sitio y un punto de vista al mismo tiempo. Nuestra
biblioteca es la memoria. El modo de visitarnos es el lenguaje. Si
podemos compartir un poco, bien por nosotros.

Verónica Navarro.

Puente Alto, 24 de Febrero de 2002


Fermentado

Siesta

Tengo la esperanza de que hoy afloren


Verdades escondidas bajo el oscuro manto
Que me dio mi tierra
Me sorprende tu mirar fantasma
Ni siquiera aflora,
Ni siquiera afloja.
Un instante busqué tu recuerdo
Y se pegó a mí como buscando a tientas;
Algo de luz pude hacer con ellos.

Hoy la verdad parece mentira


Y a decir mejor parece lo mismo
Agonías lentas presionando al tiempo
A ritmo fusal de caracol dormido
Buenas nuevas traía cansada mientras me dormía
Tocaba techo y me volvía a dar y dar contra las murallas rotas
A veces nacían ladrillos de mis sienes
Otras, sólo nacían canciones
Acordonadas en botellas rotas
Hundiéndose de tanto peso por ayuda.
Estoy harta de ser oveja
pero no sé balar como las lobas.

PAP

Si alguien me propusiera
Hacerle un PAP a las estrellas
Correría en busca de cada 5 entrepiernas
Hurgaría con fruición sus recovecos
Sacando materia hasta el corazón más blanco
Entrando como bala y como orgasmo.
Busco células cancerígenas de estrellas
Células de estrellas cancerígenas
Células estrellas cancerígenas

Para recultivar el cielo negro y vacío


Que dejo al paso en mi absoluta noche.

Descosidos

Somos una banda de descosidos


Y las ideas se nos escapan por agujeros
Negros agujeros negros
Que erupcionan sin parar

De los hilos se nos salen mil agujas


Que debemos recoger
Gastando tiempo precioso tiempo
Porque si vienen
Las tiran
Y en vez de cosernos
Nos fabrican cadenas
Nos amarran al poste
No ponen agua y bozal
Porque se enojan si ladramos.

Pero las ideas siguen brotando como si nada


nos rellenan los hoyos de paja,
que desaparece como si nada:
la paja alimenta el vacío que se hace
más grande más evidente más alienante más decadente

Lo que nos hace pensar....


Lo que nos da más ideas...
Que más se escapan
Por nuestras costuras rotas.

Diarrea

Caca de perro, caca de vaca


Caca en cuentas, caca en cuenta
Cuenta cuanta mierda
Cae en los tejados que vomitas
¿Cuanta es gratis?
A algunos la mierda les sale cara
Pero igual pagan
Y se deslizan entre la mierda
Admiran sus exóticos colores
Y hasta navegan por ella,
Bien vacunados
Con tres mascarillas en sus narices;
Les gusta
Hasta que la piel se irrite
O se acaben las vacaciones
Para otros no hay tal suerte
Estamos con la mierda
Hasta la mierda.

Beneficio

No es por dinero
Es por justicia
Quiero un asesinato
Cuanto me cobra
Cuanto tengo que pagar
Me lo puede dar a crédito
Total sigo pagando arriendo
Y él sigue vivo.

Qué le cuesta
Es sólo un hombre
Es sólo un maldito demonio desgraciado
Que qué me hizo
No me haga contar
Basta decir
Que sueño con él todas las noches
Y no son precisamente
Sueños agradables
O tan siquiera apacibles.

¡Se me aparece hasta en las sombras, Señor,


Bórrelo! ¡Desaparézcalo! ¿Tanto le cuesta?
Le ofrezco
La mitad de mis estaciones
Le ofrezco
un suicidio en misa,
Le ofrezco mi fe sin mancha
No es justo que siga vivo
Mientras él nos va matando lentamente.

Viene todos los días


A dejarnos flores
en cementerio.

Todos los días


se hacen funerales.

Semen

Desolación se posó
Y el miedo
Las caricias taciturnas continuaron
Cuando ella dio vuelta la cara;
Lloraba

Pero todo era silencio y sombra


un rayo de luz por la ventana
dibujó la espalda a convulsiones;
no hubo espejo en sus ojos dormidos

Todas las gotas de aquella noche


Hicieron curso al oscuro mar
De los sueños rotos, ése que crece con cada día
Aunque siempre con distinta sangre
Porque al final la sangre se seca
Con tantas preguntas y tantas mentiras
Y por respuesta, tan sólo queda
Flujo pegajoso y semen.

“Bienvenido al semen- terio”

Estima Aparte

Quiero un idiota que me pesque en clase;


Un idiota con voz de fuego
Y ojos a mi acecho permanente.
Quiero un imbécil que me haga sonrisas
que me diga incoherencias al oído,
que busque mi presencia con furia,
mis palabras como droga,
como si lo demás,
si lo demás no existiera...

Quiero un imbécil que me lleve a la montaña rusa


Para que culeemos durante cada bajada;
Y a la vuelta 10.000,
Cuando todos los mirones
Se hayan espantado
Y acostumbrado 100 veces,
Me diga -¡ TE QUIERO !!-
Mientras me vomita el cuello,
Mientras descubre los ojos,
Mientras derrama sus vísceras
Sobre mi piel putrefacta;
Los dos amantes,
y
los
dos
cadáveres.

Quiero uno sin barniz,


Para joder de una vez y por todas,
La vida, en esta muerte de mierda.

Mentira Blanca

Fui flor, fui mamá,


fui perra amamantando
pero no di a luz mi humanidad,
no brotó de mi coraza oscura;
no apagó la roja rabia,
y ni un ápice,
el vacío.

Que el barniz no les engañe,


Nunca fui mujer
Fui mitad escarabajo y mitad demonio.
La mayor parte del tiempo,
Cerebro atónito, y átomo.

¿CÓMO PUEDE UN HOMBRE


AMAR A ESTE GEL OSCURO,
HÍBRIDO ENTRE ALGAS Y PASTAS DE DIENTES?
No.
¡ÉL MIENTE!

Y por mentiroso, yo lo maldigo,


Yo lo condeno,
Lo condeno a ser amante, pero no amado.

¡Ja, ja, ja!


Y mientras chupo desde su semen
Cada una de sus circunvoluciones,
El veneno,
Se inyecta sin que lo sienta bajo sus ojos,
Bajo su sangre,
Subyuga todas sus sensaciones,
Y lo convierte, muy lentamente,
En mezcla de queso y ameba.

¿Y el barniz?

QUE EL BARNIZ
No les engañe;
Nunca fui hombre;
fui mitad
escarabajo
y mitad
demonio.

Parasitosis

Aún antes de que las sombras


busquen sus presas
comenzaré a desvanecerme
lentamente
se establacerán las infecciones
como espinas a un rosal
y vendrán mil mamíferos
a beberme de veneno
Y mientras mis huesos carcomidos
Estallen de risa histérica,
Escucharás las palomas
Revolotear por tu calle.

Ten cuidado, la ignorancia


No te redime las culpas
Así mientras te resguardas
En el bello nicho de la indolencia,
Piojos carnívoros
Siguen carcomiéndote los sesos.

Inconcensuado

Alguna vez fue locura


Alguna vez fue logaritmo
En ciernes
Nadando, de–ses–pe–rando
En contra de una corriente
Que no avanza
Quise ser
algo más que un nudo ciego
retorciéndose
en esas vagas noches de frío
quise
ser una cometa en fuga
no resultó; él era
demasiado regio
y malintencionado
y esta pobre idiota no sabía
cómo aplicar
el freno de mano
después de un par de eyaculaciones
y muchos meses después
de haber comprendido en bloque
que él no desesperaba
por tus suspiros
fuíste a la espera
de una serie de medidas
inconcensuadas.

Nadie dijo Adiós,


sólo monedas
y una boleta
que abarcaba el colectivo
¿Qué movías, “compañero”
aparte de hojas muertas
en montonera,
desilusiones
en formalina?

Me declaro inocente
De tanto abuso en el pasado cometido
Hombre, loco,
Mirar de selva
Y a pesar mío
De savia y bruma
Destilado de duende
consentido de
ornitorrincos imaginarios
dejaste el tremendo anhelo
de tardes encamadas
revoluciones
como motor microondas.
Aunque no exigías nada,
Demostraste
Indefectiblemente
Que eras tú quien la llevaba;
Yo sólo tenía los sorbos
Y un dormitorio soñado
Entre hamacas y vaivenes
Que no existían.

Marea roja
Resabios de vacas locas
Y pantera
Te pegaste a mis recuerdos
Como colmena
Pero ya
No juguemos a lo mismo
A veces me estiro y te alejo
mejor nos encontramos,
por ahí
otro año.

Perlas a los Cerdos

Hoy vuela furia como un látigo


Recuerdo
Uno por uno
Algunos de ésos
“Hombres” (así dicen)
no les alcanza para
no palabras
¡Sí palabras! (muchas a decir verdad)
no palabras sin mentira.

Hoy recuerdo dos de estas pestes


Ni con trescientos hacemos uno
Medianamente verdadero
Ni con cuatro nos alcanza
Para una borrachera decente.

Uno se llevó un libro


Que me sacó de entre las entrañas
Es verdad, le abrí la puerta,
Pues aún creía, tozuda
Que no por ser no deseado
Sería indeseable
No simulaba bien su estupidez;
Ahí es donde la mujer
Se acuchilla en su ternura nauseabunda
Y suicida.
Dos años después me encuentro al decrépito
¡Tu libro!, dice, ahuevonado.
Hoy no le regalo el libro. Lo tiro a la basura,
Sabiendo cómo costará encontrar el mismo.

El otro no es peor que éste


Cara de ángel retardado
Se hace pasar por inofensivo
Miente con total descaro
De conejillo de india escandilado
Te desea, te lanza
Su melaza maldita
Tú lo consideras inocente
Vuelas bajo, confías
Otra vez entrampada en la ternura:
medio segundo
que te vayas de ti misma
y este ejemplar miserable
te tendrá desnuda
amarrada en su cama
mascullando estupideces
buscando excitarte inútilmente
mientras se masturba con tu cuerpo.

Patético.
Hay que evitarlo

A toda costa.

No bajes la guardia
Nunca
Nunca.

Los Abismos

Diseminas los abismos


Y les niegas luz;
Seres de profundas,
vacías miradas
pre-sueñan
manchas grises
con que iluminar
esa oscuridad
en bloque.

Pones pequeñas
Estrellas titilantes
Al filo de los abismos
Y las criaturas infernales,
De repente,
Vislumbran;
Y se vuelven locas,
Desgarran paredes,
Baten frenéticas
Sus alas atrofiadas,
trepan, o intentan,
Entre ellas, y la sangre.
Y en tanto tiempo,
Y en tanto desorden,
Algunas ya van llegando
A la orilla
Del abismo.
Tú sonríes,
Con esa sonrisa
Infinita
y dulce que te caracteriza
y subes el abismo
un poco más,
porque todos
deberíamos saber
que el cielo
sólo es para los ángeles.

Hipótesis Diagnóstica

Estoy harta de ser oveja


Habrá que ver cómo balar como las lobas.

Tahoma

De Indulgencia

No molesten
Tengo arañas en las manos
No se duerman
Destilan veneno en las coyunturas
No se que quejen
Que están esperando eso,
Sólo otra palabra amarga
Para iniciar la masacre.

No ignoren
Que van recogiendo fuego
No descuiden
Que van armadas con odio
no recubran el temor
con necro- film de indulgencia
porque estas arañas crecen
en las peores condiciones.

yo lo advertí, ya están listas;


(ahora sólo)

No molesten

No molesten

No molesten.

Arena

Las hojas se caen


El pelo se parte
No me hablen de esquizofrenia que me da envidia
No hay droga aún que
Me pague que me diga que me crea
Cuidado que el mal aunque no es
Contagioso
Termina con las defensas
De cualquier mente bienintencionada
Es capaz de sacar odio
De donde está más profundo
Que agua en el Atacama
arena, arena, arena, arena.

Notas musicales pasan volando


Entre un oído y otro;
Golondrinas idiotas que no saben
Cuando meterse donde no las llaman.
Están borrachas; envidia
Quiero volar pero no quiero caña.

Nunca he visto un marsupial en mi vida


sólo perros perros perros perros
Sus pulgas y el olor te alejan
A otros olores, más de lo mismo
Hoy no cambias, Cariño mío
Buen viaje.
Hoy no vas a la escuela.
El pelo se cae las hojas se parten
En mil ochocientas y tres mentiras.

Tiramierda I

Lo estamos pasando muy bien. Mac Donald`s 7:PM y una promoción


de 990 porque si no después no alcanza para nada. Una pendeja, qué
hace aquí, me está manoseando el sandwich, le está tomando a la
Cata la bebida. -¿Qué haces?- pregunto- ¿Nada!- contesta la chiquilla-
¿Te lavaste las manos? -¡No, al tiro voy!- que bueno se fue la Cata se
come el sandwich quizás qué mierda tiene esta cabra en las manos
ojalá no venga de nuevo -¡Listo, ya volví!- las manos igualmente
sucias parecen de vieja -¿qué edad tienes?- ¡Seis! ¡Seis! ¡Seis! ¡Seis!

Casi dos años más que mi hija y es más chica que ella. Le mira el
juguete con insistencia no tendrá juguetes en su casa no
probablemente no tenga muchos. -¡Mi mamá siempre pelea con mi
papá! Eres intrusa, Cata qué tienes que andarle contando a todos por
algo no estoy con el imbécil -¿Y qué le hace, Señora? ¡Mi papá siempre
le pega a mi mamá!- Y sigue mirando el juguetito, que la Cata no
afloja. Se le cae un pedazo de sandwich, la pendeja se lo pasa con sus
manos llenas de jabón y mugre la Cata se lo come y ella la mira,
agarra la mayonesa y le mete el dedo me da asco quiero que se vaya
pega su cabeza a la de la Cata que asco apuesto que tiene piojos
apenas llegue la baño en Kilnits- ¿Y no comiste? No, vengo a jugar no
más y sóla, y no, con mi hermano y le digo a un tipo que me traiga
una caja Feliz con dos vasos porque con uno se pelean -¡convídale a tu
hermano!- Come demasiado rápido -¡guárdale!- Me quiero ir, no quiero
que me mire, no quiero que me hable, no quiero que le pegue la
cabeza a la Cata. Tiene las manos horribles, tiene piojos, tiene la ropa
llena de mugre. Tiene los dientes cariados, tiene ojos de desesperada.
Tiene seis años y podría ser mi hija...

Tiramierda II (Milky Way)

Hoy nada valía la pena y verdes hongos salían de mí misma. Manaba


sin cesar esa leche verdosa que alimentaba a las alimañas que a mí se
acercaban. Mientras siguiera saliendo leche estaría a salvo, pero se iba
debilitando el cuerpo a causa de los riñones que se habían ido en la
leche. El tiempo también se iba, se agotaba su reserva. Las alimañas
llegaron todas juntas a beber, chupar, morder, pinchar, apretar,
desgarrar mis mamas lo que me produjo una excitación tan grande
que siguió manando la leche a costa de mis entrañas, mis oídos, las
cáscaras de mis huesos, mis entrepiernas, mis deseos, mis ansias, mis
ansias de vida. Cuando hubieron chupado todo, hasta el semen que
necesitaba para engendrar a mi hijo, las bestias se ciñeron sobre mi
piel vacía como un globo desinflado y la desgarraron para ver si algo
quedaba (adentro aún conservaba algún ademán verdoso) Una vez
que terminaron con cada uno de mis pedazos, corrieron todas muy
tristes a prepararme un funeral en grande. Y a brindar por mi salud, en
donde quiera que esté.

III

El extraño animal mal llamado Caracol, viene de fusas, que unidas


asemejan un gran tiempo. Viene de cerca cuan la tormenta de la cual
escapas, Joven Demonio. Te falta todavía para pecado grande. Tu
compañera insiste en idioteces, como quién le saca la mierda a qué
gato. No se pregunta a quién amas mientras te la culeas o porqué ya
no invitas jugar a correr por las calles; es sencillo. Ella no corre. No ha
corrido nunca. Te la imaginaste volar por las calles, con los caracoles.
Ella no corre ni vuela pues tiene cadenas de perro atándola a dos pies
del suelo. Te amarra. Te tiene. Te ha mordido con su bozal toda tu
vida y ni te has dado cuenta. Pero hay que ser algo bruto o bien no
tener cojones para no querer mirar esta verdad tan evidente. Es
penoso como el pasto decir algo de lo que es arrepentible. Como el
agua. Como las cosechas de lunas bajo el agua. Las algas y los
corazones resplandecen en el caracol marino, en fusas, medidas en
tiempo geológico.

Tres con Cruces.

(I) Sentido

Hoy fui a cavar mi tumba a ras de tierra


Las semillas rojas del rosal crecieron
en tiernos vaivenes
en busca
de vida entre despojos rancios
jóvenes huesos heridos de nostalgia.

Te busqué entre pañales y bruma,


Grito,
Adiós en los oídos
Pareces no existir, brebaje amargo
Que te busco
Y no te bebo
Y no te vivo.

Te busqué en el cementerio de los placeres locos


Esos que buscando no sabemos
Esos que encontramos y no damos
Y mueren de espera tanto tiempo solos.
Te busqué por fin en mis sentidos
Sombrero de cobarde
Corazón de olvido
Caracol de espuma pura
y rabia
Por todos
los fracasos
cometidos.

Hambre, hombre, pena, tos, viruela


Te busco como una madre que hace un nido
Como madre sirena que te atrae
Y mata a cada uno en sus dominios.

¿Porqué te busqué entre pañales,


si estabas en mis huesos carcomidos?

(II) La puerta

Hoy fui a ver mi sepultura rota


A ver si encontraba un misterio
A ver si encontraba un escondite
A ver si encontraba una puerta de entrada.

Los papeles inútiles volaban


Por la cálida primavera en ciernes
Espasmos de vacaciones,
Clamor
Por una espada en el pecho
Para quitar el dolor,
Para otorgar un sentido.

Quise ser niña, quise ser futuro


Pero mi cuerpo sabía que estaba muerta
No se esforzaba en mentirme demasiado,
Caía entregado, se rendía de antemano;
No le gustaban los esfuerzos inútiles.

Niña ingenua y tonta


Ni un poco de cordura
Has agregado al cielo
Viejo castigo por quizás cuantos errores
Vivir con uno mismo es mucha vida
A pesar de algunos sueños colectivos.

Disfruto del amor hecho pedazos


Porque ello me recuerda que estoy muerta
Que estoy húmeda y podrida de organismos
Como todos los planetas
Al levantar su cubierta;
Soy la puerta,
La puerta de entrada
Al olvido.

(III) Todos mis muertos

Hoy vine a llorar todos mis muertos


Y me vi llorando sólo por mí mismo.

Breve Pasaje por el Bosque Invierno.

Hoy Soledad me ha golpeado con sutileza; es una dómina de


apariencia dulce. Seduce de una manera que ha copiado a Muerte: te
muestra su melaza más caliente; te derrite, te desparrama en el
piso, con retorcijones, gimiendo y llorando por ella y cuando te
tiene, te sonríe y se muestra en todo su esplendor...
...y el terror todavía se recuerda.
Hambre, Soledad y Muerte viven juntas en el bosque invierno, ahí
tienen su lugar de ensueño. En general no se alejan, no les gustan las
reacciones que les tienen los humanos. Caos y Miedo viven en la
orilla más siniestra, no la más oscura necesariamente.

Esa Mirada

No sabía que la buscaba


hasta que la tuve
como un dulce anhelo sobre mi cabeza,
una bendición antigua,
que llega montada en los ojos de esa niña.

Breve Pasaje por Invierno Urbano

Soledad y Muerte son mis compañeras, las excito de un modo


permanente. Sin embargo Hambre ya está satisfecha. Le cuesta
elegirme no soy blanco fácil de sus manos flacas tocando las tripas
como arpa desafinada y parece no importarle. Tiene tantos... Si es
cuestión de caminar de noche por el Gran Santiago y ver que en
cada montón de basura se juntan hombres, mujeres y niños
recogiendo lo que El Mercado desecha con una dignidad que llega a
dar envidia pues su poder de supervivencia no se asemeja a nada
que hayamos cursado nosotros, los Usurpadores. Les negamos el
derecho a ser como nosotros sin pensar en nuestros huesos débiles,
nuestras mentes ágiles (en pensar leseras), nuestros bellos cuerpos
excelentemente mantenidos, nuestros ratos de ocio pagados en
vida con un montón de billetes llenos de cruces invertidas.
Preludio

Me gusta La ribera de la noche en el Mapocho. Me recuerda


Escocia. Y eso que nunca he estado en Escocia, apenas he visto una
gaita y ni siquiera me gustan tanto los colorines...
...Sus aguas de chocolates de extrañas especias y bacteroides
se propagan en el gemido eterno y desesperado de todas las aguas
del mundo...
...Creo que voy a vomitar. Si fuera él quien me acompaña, el
Poeta Chico Que Quiere Ser Pobre, no me molestaría el tenedor
visceral que enrolla mis intestinos como spaghetti y luego juega al
violín con ellos (pero la falta de semen y el exceso de sangre me
aseguran que él no llega).

He buscado al hombre como pude pero el masoquismo ya no


cabe en mis entrañas. Quiero verlo y me alegra no hacerlo. Hoy hay
dolor en su ausencia, pero ¿Qué importa? Me apena no saber qué
significo, pero ¿Qué importa? Sólo hay una realidad fehaciente:
sigo su huella como una maldita perra que busca dueño; una oveja
redimida buscando al pastor... ¡Qué tierno! Una sombra en busca se
volumen, de sentir sentido. ¡Y no pienso renunciar a mi derecho de
andar donde se me dé la gana!...
... Aunque me hace sospechar adicta el que me sea tan
rutinario esta costumbre de andar por la zona...

Que él me viera y huyera


Sería lo más terrible
Y lo mejor
Que me podría pasar.
El Lado Angosto de la Cama.

Me vio con ojos de chocolate, me empujó demasiado fuerte


entre dos lumbares y ahí quedé, tirada como una muñeca vieja.
Traté de escarbar muriendo, y un cadáver salió de su tumba, y dijo:
“ Está ocupado;
No puedes
Morirte hasta que quede espacio,
Es decir cuando mis huesos
Desaparezcan entre estos
Escombros,
Que hoy son MÍOS!”

Lo enterré de nuevo echando chuchadas. No me quedó otra


que comerme el dolor y repararme. Había decidido no jugar a la
Barbie conmigo misma, pero estaba tan remendada que la única
excusa que podía darles sin morir de humillación (y por lo tanto
compartir la vida eterna con el odioso cadáver peleando por el más
ínfimo pedazo de tierra), era declararme víctima del cirujano
plástico. Después de 3,5 meses comiendo sopa de repollo y
manzanas verdes, después de inyectarme bolsas de supermercado
sobre los glúteos y mamas, de esconder mis costuras de
Frankenstein bajo capas y capas de maquillaje caro que conseguí a
cambio de vender diversos remedios para el vacío, estaba lista para
parecer diva.

¡ Vieran ustedes cómo me miraban! Confundían mi dolor y paso


tambaleante con dulce y pueril coquetería. Bastaba un batir de mis
pestañas agónicas para que tuvieran eyaculaciones múltiples (de ahí
a hacerlos adictos fue sólo un paso) Me ofrecieron de todo con tal
que abriera mis piernas con extrañas secreciones; yo me reía, pues
sabía que ahí dentro no había más que un vacío sin remedio. Me reí
mientras me abría y los dejaba exhaustos a cambio de una promesa:
huevear al cadáver para que se fuera. ¡Si él no me dejaba morir
tranquila tendría promesa de molestia eterna! Le mandé hordas de
amantes zombies y desencontrados que eyacularon mi vientre y
fueron tragados por aquella nada. Se demoró en comprender el
huéas. Se fue, no sin antes echarme todas las maldiciones que su
esquelético cuerpo podía resguardar.

Nadie lloró mi cuna a ras de tierra. Dormí harto tiempo,


buenas vacaciones. Un día llegó algo a despertarme: era Él, el
Bienodiado. ¡ El muy barsa quería echarme para Él ocupar mi tumba!.
¡Que me vengan a joder sus minas, que tengo listo el aterro! Pero
éste no se me escapa sin antes haber probado el lado angosto de la
cama.

Puente (I)

No sé como permanecer lejos del puente ahora que


conozco tus ojos amarillos, lanzando telarañas como cuchillas a
quien le llegue y desligándose luego. No estoy dispuesta a ser el
perro fiel de tu pandilla, los ojos de anhelo y fuego; o estoy al
medio o estoy fuera. Soy de las que voy de paso en busca con
fiereza de un arrimo en esta tormenta de espacios copados. Los
machucones ya desencajaron mi estructura de hembra hemiabierta;
ahora semejo una ostra. Lo peor es que lo interno sigue tan blando y
sabe que los limones están ahí para exprimírseme encima y dejarme
hecha añicos; no señor, yo me cierro a cualquier ácido por
incondicional que éste parezca. Ayer busqué furiosa entre la bruma
y me respondió un resabio conocido; acepté pues supe de sobra que
lo que había esperado no iba a llegar nunca y el vacío en el estómago
permanecería allí por siempre.

Despedida

(I)
Nos partimos en dos, ¿Te fijaste? Nos partimos en dos y ni
te diste cuenta. Ayer cerraste la puerta, le pusiste cerrojo al
abismo que nos encontraba, al agujero. Si hubiera una manera de
cruzarlo hubieras descubierto al viajar por él que al llegar al otro
lado estabas tú mismo, y que en el lugar de partida, yo siempre
había estado. Pero ni te fijaste. Estás dormido. Estás zombie.
Mejor. Así me pego en los tobillos, pero sé que se me va a pasar.
Fabricábamos algo bello... O sólo yo lo construía en torno
tuyo?

(II)

Él me echó de su casa como me echan siempre, como a un perro. y e


la manera menos sutil, a pedradas. Yo, callejera al fin, me he dado la
vuelta y ni una lágrima he derramado mientras buscaba entre los
desechos algo con que entretener el estómago (que se portaba bien,
sin embargo. Antes, él no comprendía qué era esta caza y se
rebelaba continuamente con unas contracciones que de sólo
recordar me asustan. Tenía alma de dictador. Pero al igual que el
resto del cuerpo, aprendió luego que) uno no puede estar siempre
haciéndose caso a sí mismo.

(III)

Él me echó de su vida. Fue tan fuerte el Shock que mis


sentidos hacia él se cerraron; yo sentí caer el metal de la cortina.
Tampoco pude llorar.
Nerudianos
I

Quiero escribir los versos


más ridículos esta noche
decirte por ejemplo
cómo me gustas conchetumadre
me volví una loca
dejaste mi cama
hecha un exilio
con tu ausencia
y yo que creí
a pesar de los pronósticos
que lo nuestro iba a ser lluvia
inundación seminal tuve
recorriendo mi cerebro
en mármol
me araste como a una seda
todavía no consigo
deshacer las telarañas.
Todos los soles cantan lo mismo:
“ te inundo, Mi Amor,
de luz”, pero sus vocaciones
son los eclipses
hay que recorrer callando
los pasajes del silencio
de la incomunicación
del monólogo interno
dos idiotas cantándose a sí mismos
diversas canciones
= ¡CACOFONÍA!
eso sentí yo en tu plaza
mientras tu sexo
se desbordaba con mi semilla.

tuvimos un hijo aborto


cara de cruz tuvo
era idiota
pero lo quise
pues era incondicional
nunca pidió cariño
libertad o independencia
nunca tuvimos que entregarle explicaciones
o cambiarle los pañales
o calmar sus penas
era dulce
y dentro de todo,
le extraño.
Gotas
haciendo malabares
por no escaparse
de los ojos, de las piernas
la sangre roja corre
y la desatas
un hogar desangrado
sin vestigio alguno.
Te quise, Amor,
nunca lo dudes
a pesar que no tuviste tumba
te secreto un par de rezos, cada día
antes de nacer de nuevo.
II

Quiero escribir los versos


más estúpidos esta noche
decirte por ejemplo:
¡La noche está nublada!
y detrás las estrellas
me importan en verdad bien poco.
¡Quiero alguien que me quiera!
( y esta declaración no es válida,
pues no hay heridos a la vista)
el aire rompe y acota
cada una de mis decisiones
qué le voy a hacer
si desapareces
sin dejarme nada...
...¡mentira!
sé de unos versos
que podríamos leer de nuevo
versos extraños:
¡Ah! ¡Oh!
¡Más fuerte! ¡De nuevo!

Y
no
consigo
dar
mi
rol
de
geisha
postmoderna.

No
necesitabas
volar, cariño
ni mentir siquiera
no tuviste mi atadura
la sabía inútil
desde el principio.

Te quiero.

Soy egoísta,
pero no tonta.

Me pregunto
si esto era el fondo.

Miedo

¿Por qué el suicida le teme a la muerte?


¿Por qué se suicida el artista?
(porque los suicidas tienen algo de artistas)
¿Por qué el artista se suicida?
(porque los artistas tienen algo de suicidas)
Porque el arte es el lenguaje
de los desamparados
de los desesperados
de los sin esperanza.

Duda del artista alegre


a menos
que obtenga orgasmos
desprendiéndose de su arte,
éxtasis vertiendo
torrencialmente
en sus sentidos
porque la alegría estalla,
pero es la pena la que destila.

¿Por qué el suicida le teme a la muerte?


Porque siempre es posible
que sea mentira.

Sturgeon

Sé que algún día en algún mundo la sensación de andar por un


deslizador se desliza, a lo sumo, se agiganta. Por un momento llegué
a creer que era sueño, una espiral dentro de otra en crecimiento
continuo. Tal vez sea eso, tal vez sea amargo. Una sinapsis llena de
sol se abrió a mi mente y no eran aromas. Mil atardeceres
estallaron en recuerdos, y es injusto: ¿Porqué un hombre se puede
llevar de un cuento, meses, años de cavilaciones? Sturgeon se llama,
no olvides, aunque sé que olvidarás luego, tú sabes, una de la peor
manifestación de tu locura, esa vehemencia imposible que pones en
creer que recordarás cosas que invariablemente después no
recuerdas; a veces estás seguro de que lo sabes y que no atinas: la
mejor máquina pierde- oportunidades, tu disco duro es así, pierdes
energía increíble siendo catalizador para la furia inútil. Basta de
culpar a Padres, ellos no te han quitado ni los cuchillos ni las
cocinas. Ellos no te provocan el sueño crónico que tienes antes de la
escritura. Ellos no impiden que hagas tu cama, que ordenes tu casa.
Esta dificultad es tuya, y la acunas como si fuera tu vida: un sueño
en forma de cruz. Sólo que éste se puede sacar ¿Cómo? Pues
haciéndolo. Rellena los vacíos. No siempre los placebos son malos,
pues a menudo nos salvan de abismos por hábiles puentes de los que
te agarras para no caer: te duelen las manos, te sientes vacío, pero
llegas al otro lado. Esos mismos puentes, son por dentro, pasadizos;
pero llegar a ellos requiere otras puertas, otros caminos.

Mi relación con la bohemia: dos tiritones y un café. Ser el


blanco me hace daño, pero me agrada sentir las flechas en mí,
hundirme: un submarino. Ojalá no tuviera sueño y hubiera algo más
en la tele.

Tétano

Hay un tipo de dolor al que le tengo miedo; lo llamo El Vacío.


Le tengo miedo pues lo conozco, le he estado dentro en muchos
matices. El Vacío se ubica entre tus fosas nasales y tu ano. Cambia
de estado y de forma como los camaleones pero la presión negativa
es característica. Te chupa la garganta hasta el estómago y te
estira los intestinos; en realidad en su territorio todas tus vísceras
excepto el cerebro, muy bien protegido por tu caja craneal (para
que siga doliendo) se hacen de espacio infinito. El resto de cuerpo,
hasta el borde de El Vacío, se tensa casi hasta el tétano y tan
poderosamente lucha contra el agujero que a veces le gana,
rescatando de sus profundidades la totalidad de tus elementos. Por
un tiempo. Porque después vuelve la guerra.

Si los físicos quisieran analizar el Adentro, probablemente


habría cura.

Testamento

El mal es un lugar extraño. Extraño e inimaginable. Me pican


las muñecas, demasiado. Me dan ganas de rascármelas. A
cuchillazos. A veces sueño conmigo misma escapándome por las
muñecas como una flor que se deshace en el aire. Pienso la muerte y
la sangre fluye a mis labios, como mi amante más anhelada. ¿Dónde,
querida? ¿Cuándo? Por ti podría abandonarlo todo menos este fuego
palpitando en mi memoria contrastando con mis pies dormidos. Te
imagino complaciente bajo la sombra de otro árbol de domingo, un
sol detrás de las hojas de atardeceres, un año tras año de no darse
cuenta, tal vez la tumba de algún cementerio, aunque no; a veces,
entiendo a los vivos, ésos que hoy pasean como pasearé contigo,
bebiendo de tus pechos la negra noche, mamá, es muy duro el
destete, sobre todo para las mujeres, tenemos prohibido anhelar
succiones como no sea de una verga dura que nos deja ese resabio
amargo y disloca esas nuestras mandíbulas. La vida podrá ser así,
pero no quiero ser una mantenida por más que esté científicamente
programada para ello; tengo (y me avergüenza decirlo) la más
completa ineptitud para aprender cualquier oficio que no sea el de
amante: soy estúpida, agradable, cómoda, neumática, tengo linda
cara lindas tetas, lindo culo. El problema, mamá ¿te olvidaste?, es
que soy frígida, y el papeleo ése no me calienta, y los hombres
sobre mí con sus vaivenes provocan la agresión máxima a mi
femenina y dulce condición de inútil. Demasiado caro. No hay salida.
No hay remedio. Si me llego a quitar la comezón de las muñecas,
juro por Dios que mi sangre se va con más de uno al infierno.

Mapas.

Necesito en forma urgente un brebaje alimenticio que me


quite estas arañas incondicionales; no es que ataquen, sólo navegan
por mi piel de elefante translúcido y asustado, llenándome de
horror y muerte. ¡No temas a las arañas! Me dijo alguien una vez,
pero fue antes de que me cercenaran los ojos y se me volviera un
ser imaginario, no creas todo lo que ves -¡no descreas todo lo que no
ves, ciegüita mía!- Me dijo, lazarilla, y presentí la luz dentro de su
risa. Estaba acordonada por mil estilos, y la amaba. ¿Era mi madre?
¿Era mi maestra? ¿Era la luz de alguna conciencia que hoy
simplemente no existe? Sólo recuerdo que se escuchaba por entre
los rayos cálidos de los bambúes de mi escuela. ¿Buscaba vestigios?
¿Sería mi amiga? Tal vez sólo me convencía. Hoy la bruma agota y
miles de elásticos tiran de mis coyunturas. No creo. No creo en
nada Por eso he querido fundirme con los perros muertos ésos del
río, por eso he querido vulnerar mi humanidad por toda vía, a ver si
un camino allí escondido lleva a algún sitio. No creo. Quiero a mis
espíritus en forma urgente.

Cuando buscaba no caía en cuenta que no veía e imaginaba a


mil monstruos que no se desvanecían. ¡Si hubiera sabido que a mis
lados me ayudaban cada uno de mis maestros! Hubiera sido una
alegría no mayor de la que siento ahora, y más inútil. Necesitaba a
los monstruos para mirar a mí misma, y convencerme de que soy
hermosa -¡y cuánto!- a pesar, de tener ¡TODOS! estampados en el
rostro. Me deleito con cada uno en el espejo porque sé que mi
imagen es un mapa, son ellos quienes me viven y me recorren como si
fuera un Dios inconsciente. Los amo y me río cuando los veo
actuando desde otros mapas, aflorando en muecas simiescas e
infantiles, que sin embargo son las más bellas. Se reconocen y se
saludan desde el adentro, jugando el tiempo y las dimensiones como
un pequeño Dios Absoluto.

Mapocho (I)

En las entrañas vacío, y algo más que ya no entiendes:


¿Qué quieres, que te muela a patadas para darte cuenta de que no
importas? ¿Ver corriendo mierda de un hoyo en mi entraña para
darte cuenta de que no existes? ¿No te das cuenta? No eres el
dueño de mis orgasmos ni mis acciones, y tú mentira, tan repetida,
odio. Ayer encontré carteles y me alejaste, no alternativa. ¿Qué
dicen, maldito, que duele tanto que te los lean? ¿Dicen acaso que
tus amigos valen mentira y sus segundos los hacen nada? ¿Dicen
acaso que los maníacos y los suicidas viven el tiempo en apenas
parte de lo que vives y aún de ese modo son verdaderos en su no
excusa? ¿Dicen acaso que las cadenas con que me atas no son de
fierro, no son de aire y estaban rotas incluso antes que las
pensaras?

Devuélveme mi mundo, huevón acabronado, devuélveme mis


pasos y mi locura, que prefiero culear en los cuchitriles con algún
idiota que se las dé de mino, mirar estrellas, aullar a gusto, juntar
historias, cicatrices en las calles a pasar la vida trabajándome,
tomándome, comprándome, drogándome, dogmándome cuan tú, como
excusa, sólo porque estoy tan hasta la mierda, que se me sale por
las acciones.

Convéncete, algún día vas a desear, verme flotando por el


Mapocho.

Más queso

Te amo. Te amo, pero ahora responde: ábrete de piernas muevete


bien no reclames no te vayas sin darme lo mío. Entrega todo quiero
culearte hasta tu corteza culearte hasta tu cadáver, vacíate, puta,
vacíate, entrégate como a otros (no sé)(no te faltan ganas), dámelo,
nena, no pienses, no mires, no te quites esa estúpida expresión de
éxtasis de la cara. Prende la luz, cabroncita, quiero mirarte como
los otros crees que doy, pero sólo recibo. Dime, mierda qué está
pasando porqué sólo tomas porqué sólo me usas no ves que también
necesito cariño, ven acercate más déjame lamer tus tetas de
cordera, dame un poco de descanso, deja que me vaya de aquí,
cariño, déjame ir de mí mismo no mires, apaga la luz, mi cara, deja
sentir que pertenezco a algún lado.

Te amo. Te amo intensamente en este instante en que las barreras


se abren y creo en los milagros. Mas no creo que dure más que eso,
veinte segundos y ya serán mentiras. Cómo quisiera meter mi
cerebro en tus profundidades tal como meto este pequeño glande
insistente para que alguna vez al menos pudiéramos entendernos,
saber dónde estás, qué eres, qué piensas de mí realmente. Me voy,
mi mamá, me muero, caigo de nuevo al infierno.

No más que eso.


Mis sueños, caballero, son otros. Nunca han sido tener una
estúpida casa, un estúpido auto para ir a estúpidos lugares para
olvidar quién soy y qué hago aquí, que es Nada. Elegí ser la cronista.
Los sueños, las pesadillas que pasen por mí los asumo, lo mío es la
práctica. No voy a tener orgasmos a través de libros y novelas
porque los orgasmos teóricos equivalen a Ninguno. Vivo. Un alga más
en este río hediondo, una bacteria semi-infecciosa, no más que eso.
Y el que crea lo contrario que mire unos años más adelante, que lo
haga en forma consciente si su mente inútilmente anquilosada lo
permite. Se verá a sí mismo como el cadáver que es Ahora. El terror
será tan grande que probablemente archive la imagen en lo más
profundo de su subconsciente, disociándola completamente de la
existencia que hoy lleva. Craso error: perderá La Oportunidad que
tiene de darle sentido a su vida y seguirá acumulando cosas que
pronto se irán con él a la mierda.

Resaca.

Te busqué en todas tus sombras


Y no apareciste
Mas que a ras de pensamiento
Revolotear intermitente,
Pelota de luz
En sueños.

No comprendí
Que no existías realmente
Hasta que hice resaca
En ese espacio tantas veces compartido:
Nada.

No recuerdo qué buscaba


Cuando me encontraste;
un vago recuerdo
de que no eran flores;
quizás semillas...

Amarillo
este domingo
con tu ausencia,
sin el ritmo
con que vienes,
sin el río.

¿ Reconocerás
mi voz mareada?
¿ Y la huella de mi beso
entre la niebla?
No sentirás que te tuve
En un pequeño espacio
en la garganta,
en la memoria,
Mientras el Mapocho coge
Un par de gotas saladas
Que no verás nunca.
Bosque

Siqué, la ninfa loca


en el bosque de las mentiras
está perdida, está sola y triste
se olvidó que era bacante
y diosa,
le dio por creerse
hija de una loba abandonada
le dio por hundirse
lago tras lago, bajando cada vez
más al infierno,
le dio por creer que era ése su destino;
el Malo la echó a erupciones
para que no molestara.
Ay, Siqué, cada laberinto en que te metes...

¿Era virgen Siqué, fue Hetaira?


A algunos el odio les nacía en la cara
a otros los ojos brillaban
otros se estresaban para disimular la erección;
casi todos concordaban en que era puta.

Recuerdo el día en que vi a Siqué


llevada por el lobo a los rincones
(le gustaba eso de las madrigueras)
se metió animal en sus recovecos
derramó la hombría
en los gruñidos
hasta que no tuvo ganas.
Recién ahí se dio cuenta
Que era ella la de las garras
Y él, con cadena en el cuello,
No tenía quién lo domesticara.
¡Pobre Lobo!
¿ Qué esperaba de una noche
con Locura?
Bastaba poco
para despertarla
( cuando joven , lo deseaba;
pero tanto tiempo,
pero tanta sombra,
el deseo
se perdió en el viaje)
pero él era demasiado imbécil;
no era su culpa,
no tenía corteza
en el cerebro
( la tuvo después, pero sigue
con las mismas mañas).

Vi la sombra de la Ninfa
escondida en un rincón de la Memoria
Parque Forestal, lo llamo,
de sus interiores emergían árboles,
tantas puertas esperando.

¿Murió la Ninfa
o desapareció
en un rincón perruno
puerta dimensional a una no- existencia?
¿Fue Madre?
¿Reconoció hijos?
¿Les dio de mamar?
¿Le dolió el parto?

Alguna vez la divisé


convertida en mujer- fruta;
no dejaba de bailar entre los verdes
la niña tuvo que nacer parada
colgar de su pecho para alimentarse
el niño huyó despavorido
hoy la odia
más que a la muerte.

Siqué, Siqué
aún escucho tu susurro entre las ramas
voces de bronce tañendo campanas
algunos
que no nacieron de ti
te amaron
los podrías haber visto agazapados
para no romper tu andar de mariposa
los habrías confundido con simios
y habrías jugado el juego de las voces
una canción hechicera,
y el cerebro vacío,
en verdad eran tus hijos esos monos.

¡Ay del huracán cuando te


Daba por volverte monstruo!
La oscura noche se condensaba
Para no enfrentarse sola
A tu nuevo estado
Las fauces abiertas, las patas dispuestas
¡a aplastar lo que hubiera!
Siqué, en esos momentos
No recuerdo.

Siqué era la diosa,


la desconocida
otros ni siquiera recibían su influjo
seguían torturando a los demás mortales
a un ritmo continuo,
artificial y obsceno
a ésos les pusiste
bozales en el tiempo,
ni se dieron cuenta;
hoy día no saben
porqué no llega más la cuerda...
Siqué, Siqué, ninfa loca,
Ninfa de exilio
Ya no recuerdas quién fue tu padre
Te autogeneraste de la bellota
En el fango de los bosques
más profundos y más frescos.

A veces recuerdo el cantar flautista


El que siguió al Este
A paso despacio
Mientras tú corrías sin un
Rumbo fijo
En vertiginoso frenesí
Bailante, siempre en sueños,
Adelante.
Ya ibas muy lejos
Cuando lo extrañaste;
Eran muchas vidas
Sin oír su flauta
(El eco en el recuerdo
Bastó hasta entonces).

Recuerdas
Cuando eran niños
( la misma ardilla los incubó)
eran negros, ¿ te acuerdas?
Por el fango
En que se revolcaban
Como los sapos.

¿ Cómo podrías volver si quisieras?


Te has alimentado de tantos momentos
Que te has hecho grande como una galaxia
Y lenta
Te has generado tantas, tantas veces,
Tan desordenadas
Que deberíamos desintegrarte
Y desincubarte
Y volverte a meter en tus bellotas
Una y otra vez,
Hasta que no existieras...

...Siqué, Siqué, también he seguídote en tu viaje


te vi llorar cuando eras demasiado grande
para meterte en tu árbol;
hubiera querido ser gigante
infinito y acunarte
( aunque tal vez así no te habrías vuelto loca
con quién sabe qué nefastas consecuencias)

Yo toqué la flauta en el inicio


Hijos de la misma ardilla
Hoy hago eco en los silencios
más profundos.
Siempre he estado, Ninfa
mas tenía miedo
de quedarme sólo
¿Recuerdas que jugamos
a que yo te secuestraba
y no sabías mi nombre?
Siqué loca, te aburriste tan pronto
Ni las jaulas ni los leones evitaron
Que te fueras
Sin aviso alguno.

¡Ha pasado tanto tiempo desde entonces!


Te vi en todos los burdeles
llorando por mí, y yo adentro
te vi buscándome en niños
de edades muy diversas
ésos, son nuestro pasado,
imposible volver a la bellota.
Nunca te sentí tan huérfana
Como esta noche,
Nunca tuve tanto frío;
Por eso he estado tocando
Mis melodías más dulces
Anteponiendo los hechos
No confundas con recuerdo
El canto que hoy te entrego
Es nuestra historia.
No es alegre,
Pero es nuestra
A la luz de tu locura
le verás el lado amable.

Hoy me toca a mí dejarte sóla;


Hemos enredado demasiado
La cuerda nos mantiene lejos
De mi morada en tu pecho
De tu morada en mi pecho
Debemos seguir el viaje;
Entre tantas expansiones
Sabremos quién es la ardilla
Por mientras, ahí está el camino
Mi voz, mi eco,
Retumbará en lo que eres.

Te Amo.
Pero eso,
Ya lo sabías.

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