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María Leal de Noguera, otra maestra costarricense, oriunda de Santa Cruz de Guanacaste,

también recogió, como Carmen Lyra, un grupo de cuentos populares durante algún
tiempo, cuando trabajaba como educadora. Unos los oyó de de vecinos y algunos se los
donaron alumnas suyas. Los inició a publicar a través, también de Joaquín Arcaya Monge
en 1923 en El convivio de los niños. Son 14 cuentos y se incluyen cuentos de hadas y
cuentos del Tío Conejo. Luego fue enviando otros cuentos hasta que en 1936, García
Monge, en la segunda edición completa la colección de lo que hoy es su obra Los cuentos
viejos.[1]

La colección la componen 24 cuentos. De ellos 14 pertenecen al modelo de cuentos de


hadas, ya descrito y diez a la modalidad realista de Tío Conejo y de infracción-castigo
que se estudiarán después. La lista es la siguiente:

Don Juan de Bijagual


La mano peluda
Los niños sin mamá
Bienvenido
Aventuras de un príncipe
El príncipe cabellos de oro
El príncipe tonto
Historia del hijo que dejó perdido el rey
La princesa Rana
Los dos compadres
Sultán y Visir
Los tres hijos del campesino
Lo que soñó Juan Tuntún
Historia del compadre que se sacó los ojos
Pejecito, Peje-Sapo

No es necesario realizar una descripción detallada de cada cuento como lo hicimos en el


corpus anterior. Pero sí señalaremos algunas diferencias sutiles de la recepción y
trascripción de estos cuentos de hadas con respecto a otras versiones de ellos.

Las Si no ofrecen diferencias. Son negativas, se dan al comienzo de los cuentos.


Presentan necesidades económicas carencias morales, en algunos casos. Hay más énfasis
en los tres príncipes que salen a rodar mundo. El bosque sigue teniendo importancia como
espacio de aparición de lo sobrenatural. Los agentes también suelen ser campesinos,
jóvenes tontos pero buenos y algo nuevo, aparecen mujeres como agentes protagónicos
en algunos de ellos, como en el caso de La mano peluda

"Éste era un viejecito que tenía tres hijas muy lindas; pero la menor era
aún más bella porque tenía buen corazón y era muy humilde."
No faltan los niños huérfanos como agentes, como: Los niños sin mamá,
Bienvenido e Historia del hijo que dejó perdido el rey:

"Estos eran dos muchachitos, mujer y varón, que no tenían mamá.


Vivían íngrimos con el papá en un lugar muy aparatado de la ciudad."

La Sf es la misma en todos ellos. Los agentes buenos triunfan y los malos fracasan y son
castigados. Se restituye el código. Existen bodas pomposas, se dan metamorfosis de
algunos personajes como en el caso de la Rana que resulta ser una princesa o la mano
peluda que era un príncipe hermoso y rico.

En los procesos es donde ocurren un poco más los cambios, sobre todo en los elementos
mágicos y en las Pp y la Pf. Existen más L-V y T-C realizadas por los héroes pero con
gran ayuda de aliados. Aparecen elementos mágicos que antes no lo hacían. Por ejemplo
los gigantes malos, los negros malagradecidos y traidores. En algunos sí existen las hadas
y los enanos. También las figuras religiosas forman parte de los aliados que recompensan
en la Pp a los buenos.

Hay una injerencia importante que sorprende. Es la aparición del personaje Tío Conejo
como elemento mágico, como aliado del héroe tonto y que logra recompensarlo por el
beneficio que recibió de Juan en la Pp. Otra injerencia ocurre con la participación en un
relato de un personaje propio de una leyenda: El cadejos. Este cuento no es de hadas sino
de infracción-castigo que se le da a una mujer que infringe el código moral cuando salía
de noche de su hogar y visitaba a sus vecinos y llegaba tarde a su casa, a pesar de que era
sola.

Estos cuentos como los anteriores muestran un código explícito de racismo y machismo.
Ni siquiera es sutil sino abierto y claro. Esto también era característico de los cuentos
analizados anteriormente.

Los actos de violencia, asesinatos, muertes de gigantes (se hacen picadillo) se dan con
mucha frecuencia y también en forma patente.

Algunos elementos mágicos como el saco mágico donde entraban todos los objetos, cosas
o personas también aparece, la cabellera de una niña sustituye a los dedos del joven en La
flor del Olivar pero hay otros nuevos como el caballito de oro, el violín, la capa que lo
hacía invisible, la espada mágica, los cuernos producto de unas frutas y la curación
mediante el baño (el agua), la palabra empeñada, los carneros, las gotas de esperma, el
chilillo, una rosa, etc.

Estos cuentos viejos presentan procesos con más aventuras y con verdaderas luchas
contra gigantes y algo nuevo ocurren con alguna frecuencia los encuentros y los
reconocimientos y lo más insólito una princesa se rebela contra su padre el rey y decide
casarse con el jardinero de palacio que es muy pobre y campesino. El padre la echa de
palacio pero al final se descubre que el joven era un príncipe rico y de grandes poderes.
Los perdona y los recibe en su palacio con alegría. El cuento lleva por nombre El príncipe
cabellos de oro.

Por lo demás Los cuentos viejos pertenecen a la modalidad maravillosa y la variedad de


cuentos de hadas y por supuesto consolidan la estructura de consolación que explicaremos
en los capítulos siguientes.

Estos Cuentos Viejos presentan procesos con más aventuras y con verdaderas luchas
contra gigantes y algo nuevo ocurren con alguna frecuencia los encuentros y los
reconocimientos y lo más insólito una princesa se rebela contra su padre el rey y decide
casarse con el jardinero de palacio que es muy pobre y campesino. El padre la echa de
palacio pero al final se descubre que el joven era un príncipe rico y de grandes poderes.
Los perdona y los recibe en su palacio con alegría. El cuento lleva por nombre El príncipe
cabellos de oro.

"-Padre mío, no le neguéis mi mano este joven porque me darías la


muerte; ¡yo le amo tanto que tampoco podría vivir sin él!
El rey se puso pálido, no se sabe si era de ira o de espanto; pero es el
caso que tuvo que sostenerse del sillón para no caerse. Las palabras se
le ahogaban en la garganta y tuvieron que darle agua para que le bajara
el torozón que se le hizo.
Al fin pudo hablar:
-Apártate de aquí, muchacha, con tu mendigo; acabo de creer que estás
rematadamente loca; de hoy en adelante no tendrás derecho al título de
princesa, a nadie digas que eres hija mía porque me avergüenzas.
Ordeno luego a unos criados que los llevaron al rancho de las gallinas
para que ahí siguieran viviendo y para castigarla por semejante
desacato. Luego hizo venir al cura para que los casara y el pobre tuvo
que hacer la ceremonia en el gallinero. Mientras tanto, las otras
princesas se burlaban de la pobrecita y le hacían muecas."1

Trascribí la cita completa para que se observe con claridad las implicaciones de esta
trasgresión de la muchacha y el castigo a que se hace merecedora por ello. En primer
lugar es el uno de los casos que con frecuencia ocurren en otros cuentos que se derivan
de los cuentos de hadas y que se consolidan en las leyendas. Es el caso de la mujer que
se ausenta de su casa por las noches y es asustada al llegar a su casa y encontrarse con el
Cadejos en su cama, El cadejos del Cadejal, lo mismo ocurre con el cuento La
cucarachita Mandinga de Carmen Lyra o la versión llamada La Hormiguita. En él el
castigo lo recibe el ratón Pérez por desobediencia a un mandato, pero al final la que sufre
es la viuda, la cucarachita o la hormiguita y ello las degrada. Estos cuentos se estructuran
de la siguiente manera:

Se parte de una situación inicial estable, pero con indicios de agentes un tanto rebeldes.
Esto permite al narrador someterlos a una prohibición, a veces explícita y en otras
ocasiones entendida, aceptada por todos y considerada como perteneciente al código
moral inquebrantable. Es el caso de la desobediencia, o el mal comportamiento, para citar
solo dos casos. El agente infringe con su conducta una norma moral y es castigada, a
veces con la muerte y en otras con el escarmiento. Los castigos suelen ser de diferente
naturaleza. Unos son leves y otros muy graves, según la falta moral que cometen. Van
desde un fracaso en una aventura hasta la conversión eterna en seres desgraciados. Esto
ocurre como luego veremos en el caso de las leyendas, tales como La Llorona, El
Cadejos, La Tule Vieja, etc.

En algunos casos sucede que al final del cuento los personajes trasgresores se transforman
en príncipes y seres muy ricos y entonces los padres los perdonan y se arrepienten del
castigo y todo vuelve a la "normalidad". Hay ejemplos de castigos muy determinantes
como la misma muerte del infractor (sobre todo si es malo) y otros donde el
arrepentimiento es suficiente y los agentes vuelven al redil y los pastores los aceptan
gustosos, siempre que no se aparten del código nuevamente. Al final la Sf es positiva.
Pero existen, sobre todo en las leyendas ejemplos donde el castigo es eterno y permanece
así como ejemplo para que nadie más vuelva a cometen el mismo error que ellos. Es una
especie de testigo, testimonio, de lo mal que le puede resultar a quien se aparte del código.
Un esquema de estos cuentos sirve para sintetizarlos:

[1] Leal de Noguera, María. Cuentos Viejos. Editorial Costa Rica, San José, 2004.
1 Leal de Noguera, María. Ob. Cit. , pp. 148-149.

Como se puede observar no aparece la Pp y tampoco la Pf. En vez de ellas se presenta el


"Desacato" y el "Castigo". La Si deja de ser positiva y se convierte en negativa para los
personajes pero no para la moral, pues ésta solo se puso en duda y fue reprimida. Siempre
prevalecerá el éxito del código. No importa que los agentes sufran o mueran si el ejemplo
sirve para moralizar y ajustar (alienar) a los agentes a vivir dentro de esa normativa moral.
Por eso se sigue manteniendo la misma estructura de consolación y la fórmula de Greimas:

A+ Vs A-

Otro ejemplo de este modelo en los Cuentos viejos, es El Cadejos del cadejal, donde se
castiga también a una mujer.

Empieza así el cuento:

"Esta era una viejecita que vivía sola en su choza, tenía la mala
acostumbre de irse por las noches a la vecindad. Volvía muy tarde, y
como venía cansada se acostaba sin sacudir la cama ni encomendarse
a Dios."

Obsérvese que su falta es insignificante: irse a la vecindad y llegar tarde y no


encomendarse a Dios. Si era viejita y además sola, pareciera que la falta es más moral
que otra cosa. El castigo a que se hace merecedora es encontrar a su llegada al Cadejos
en su cama. Luego acude a varios animales para que le ahuyente ese espanto pero no es
sino hasta que acude a Tío Conejo que se convierte en su aliado y logra vencer al Cadejos,
cuando se corrige y restituye el código.

En estos cuentos no se hace necesario el elemento mágico, basta el castigo. Por eso no
aparecen las LS y si ello ocurriera, sería para acentuar el castigo como en el caso de
algunas leyendas.

Observemos la estructura anterior, aplicada en las leyendas costarricenses:


Es un relato que presenta una Si relativamente positiva, igual que los cuentos del modelo
anterior y sucede como en ellos que un personaje, mujer u hombre se rebelan contra el
código establecido y cometen un error único o reiterado, hasta que un ser cercano a ellos,
el padre, la madre, la viejita, la abuela, el cura, etc. le castiga pero de tal manera que ese
castigo corresponde más a una maldición, un castigo eterno y desde luego así sucede. La
maldición suele introducir los elementos sobrenaturales, hay metamorfosis en los
personajes que se convierten en seres imaginarios horribles y tienen por trabajo asustar
y regresar a los personajes que como ellos incurren en violar el código social moral. Así
sucede con quienes tienen los vicios del alcohol, los mujeriegos, los vagabundos, los
jugadores y trasnochadores, las mujeres que se entregan a los placeres del cuerpo, las
egoístas las malas hijas. etc.

Son maravillosas porque el narratario acepta como algo natural ese tipo de castigo y lo
cree, no duda de su efectividad sobre todo para corregir a los "descarriados" y no necesita
ninguna explicación. Lo mismo sucede con el lector social que crea sus propias versiones
de la leyenda y las ejemplifica con historias "reales", según ellos. Es la magia de la fe y
la superstición y la explicación mítico-religiosa a lo que se sale de su verdad restringida
del escaso conocimiento que posee.

Hay leyendas de todo tipo y todas ofrecen el modelo siguiente:

Obsérvese que es en la Pp (maldición) donde aparece el elemento mágico (metamorfosis)


que lleva al personaje al sufrimiento eterno. Por ello la Sf es negativa, degradada. Lo
importante es que el código moral permanece inquebrantable.

Los misioneros españoles encontraron en la leyenda una forma ideal para convertir a los
indígenas a su catolicismo y utilizaron la estructura anterior para esos fines. La leyenda
de La Virgen de Los Ángeles es un ejemplo típico.

Se parte de una Si negativa (indios paganos) que viven en Desacato con el "verdadero
Dios" y en vez de castigarlos con maldiciones le ofrecen, a través del elemento mágico,
sobrenatural, un ser religioso (la Virgen, sobre todo), su corrección para que sean felices.

Por eso terminan en una Sf positiva.

El modelo es una variante del anterior y se formaliza


así:
El modelo varía según sean las intenciones de los creadores iniciales pero la estructura
moral es la misma: Regresar al código. En el segundo modelo lo que cambia es un
elemento del código (el Cadejos por la Virgen) y así los personajes tendrán felicidad
eterna en vez de castigo moralizante.

Elías Zeledón Cartín dividió las leyendas costarricenses así:

1. Leyendas de la tierra, los animales y las cosas

2. Leyendas de la religión

3. Leyendas de la magia

Fácilmente se observa que esta clasificación es temática. Obedecen a la preposición "de",


"sobre", "acerca de": Leyendas sobre la magia, etc. Este tipo de de divisiones conduce a
error y no son adecuadas. Si el lector escoge una leyenda del primer tipo como La leyenda
del Cerro de las Cruces se dará cuenta que la religión católica es el centro de la misma
con su mezcla de superstición y miedo. Las tipificaciones deben obedecer más a la
estructura de la leyenda o al tipo de Desacato, y la maldición o castigo que se impone u
otros elementos formales diferenciadores de ellas.

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