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Análisis de un caso de Neurosis Obsesiva: El hombre de las ratas.

Uno de los cinco grandes casos de Freud, publicado en 1910, siendo el caso ejemplar para el estudio
del tratamiento de la neurosis obsesiva. Se debe tomar como una neurosis obsesiva bajo
transferencia (debido a que es un tratamiento psicoanalítico). En 1895 ya había descrito esta
enfermedad, discriminando entre la sintomatología de lo que se conocía como neurastenia,
pasando a la neurosis obsesiva como otra estructura clínica y con mecanismos propios, nombrada
junto a la histeria y a la fobia como neurosis de transferencia, frente a la neurosis narcisista y las
neurosis actuales.

La importancia del Nombre-del-Padre y su relación con el deseo, se señala por Freud en el título de
otro de los apartados del Historial clínico: El complejo paterno la metáfora paterna, y la solución de
la idea de las ratas en tanto el fantasma que sostiene su deseo, es el fantasma de las Ratas en tanto
el padre está entredicho. Su goce inconsciente más que con la Ley tiene que ver con el fantasma de
las Ratas.

Freud en un comienzo, ante el relato de sus pacientes, pensó en un trauma sexual realmente
acontecido, pero no quedó ahí su teorización, sino que produjo la idea de un fantasma universal, la
escena primaria (que viene a ser una construcción teórica que acontece más allá de que acontezca
en la realidad).

Escena primaria, copulación de los padres, sin embargo, se presenta siempre demasiado pronto o
demasiado tarde, y en la que el sujeto encuentra o demasiado placer como Feud lee que acontece
en el obsesivo, o demasiado poco, como en la histeria. Nos muestra esto un sujeto dividido bajo una
esquizia que persiste más allá del sueño, incluso después de despertar.

Freud en 1896 dice que las representaciones obsesivas son reproches transformados, resultado de
una transacción entre las ideas reprimidas y las ideas represoras, que retornan y se refieren a actos
sexuales ejecutados con placer en la niñez. No da cuenta de que los recuerdos reactivos y los
autorreproches de ellos derivados sean inconscientes, lo que se hace consciente como ideas o
afectos obsesivos son el resultado de una transacción entre las ideas reprimidas y las ideas
represoras.

Freud prefiere hablar de pensamiento obsesivo. Respecto a la defensa secundaria que el sujeto
desarrolla contra las representaciones obsesivas que han penetrado en su conciencia surgen
productos que Freud nombra como "delirios".

Es IMPORTANTE comprender que las ideas obsesivas al igual que en los sueños, han sufrido una
deformación.

"Si me caso con la mujer a la que amo, le sucederá a mi padre una desgracia (en el más allá)", idea
obsesiva que lo dominaba desde tiempo atrás que sería: Si mi padre viviera, mi propósito de
casarme con esa mujer le haría encolerizarse tanto como en aquella escena infantil, de manera que
también yo me enfurecía de nuevo con él y le desearía terribles males que la omnipotencia de mis
deseos harían caer irremediablemente sobre él. En aquella escena infantil había respondido a su
padre, totalmente enfurecido, con las palabras que él conocía: ¡Lámpara, servilleta, armario!, ante
lo cual su padre no sabía si era un futuro genio o un futuro criminal.
Acá se habla de que hay otro caso de elaboración elíptica (no encontré el significado de esto) o
deformación por omisión, es aquella que le surge ante su sobrina (que la quería). Le surgió esta idea:
Si te permites realizar una vez más el coito. le sucederá a la pequeña Ella una desgracia (se morirá).
En el análisis surge que se trata acerca de que su relación sexual con su amada nunca tendría por
consecuencia el nacimiento de un hijo, a causa de la esterilidad de su amada. Ello te dolerá tanto
que te hará envidiar a tu hermana por su pequeña Ella, y tu envidia acarrearía la muerte de la niña.

La deformación elíptica por omisión, que forma también parte en la técnica de los chistes, es
característico del pensamiento obsesivo. Se trata de la ironía del obsesivo. En el caso del hombre de
las ratas dice: Sí, tan cierto es que devolveré el dinero al teniente A, como que mi padre y mi amada
pueden tener hijos.

El lenguaje de la neurosis obsesiva es un dialecto de la histeria, nos dice Freud. Freud destaca que
se diferencia con la histeria (entre otras cosas) que en la histeria los motivos de la enfermedad
sucumben al olvido, mientras que en el obsesivo se conservan en la memoria, pero despojados de
afecto, quedando un contenido ideológico indiferente y calificado de insignificante. Material que no
es reproducido y no desempeña papel alguno en la actividad mental del sujeto. podríamos decir que
los conoce, pero desconoce su significación, incluso si es algo considerado normal por él o bien
indiferente.

DESPLAZAMIENTO INCONSCIENTE: se explica que es como que por ejemplo hay escrúpulos para
realizar una actividad x (que no tiene nada más allá), pero no hay escrúpulos cuando se realizan
actividades abusivas (de todo tipo) se nombra un ejemplo en la pg39.

Otra característica de los pacientes obsesivos es que son supersticiosos, a raíz de su pensamiento
obsesivo. En el caso sucedía que cuando dominaba una obsesión se burlaba de su credulidad, pero
cuando se hallaba bajo su dominio, comenzaban a ocurrirle toda clase de accidentes casuales que
apoyaban su convición supersticiosa. Este paciente no tenía miedo al número 13, pero creía en los
presagios y en los sueños proféticos, tropezaba con las personas cuando justo estaba pensando en
ellas. En una ocasión salió de viaje con la convicción de que no volvería vivo a Viena. A pesar de esto,
reconocía que también le sucedía con cosas sin importancia, pues cuando se trató de hechos
importantes en su vida siempre fue por sorpresa y no hubo presagios (por ej. la muerte de su padre).
Pero entender esto no evitaba ni modificaba que esto le sucediera.

Freud no le da explicaciones racionales al mecanismo que está sometido, sino que en las
supersticiones que acontecen durante el tratamiento le muestra que él mismo colabora con la
fabricación de tales "milagros" y le muestra los medios que usa: La lectura, el olvido, y los errores
mnémicos, lo que hace que él mismo le ayude a descubrir los pequeños trucos con los que producía
tales milagros. Ver último párrafo como ejemplo (pg. 39)

Freud explica que no se trata de encontrar enseguida la explicación a la idea obsesiva, pues la regla
analítica obliga al psicoanalista a reprimir su curiosidad y dejar que sea el paciente el que fije con
plena libertad el orden de sucesión de los temas en análisis. No se trata de dirigir al paciente, sino
de la dirección de la cura. (Regla de abstinencia analista, regla de asociación libre paciente). Frud en
la 4ta sesión (por ejemplo) le dice al paciente: ¡Cómo va a usted continuar hoy?

Otra característica de los obsesivos es la necesidad de inseguridad o duda. La inseguridad es uno de


los métodos que la neurosis emplea para extraer al enfermo de la realidad y aislarle del mundo.
Todo su esfuerzo es para evadir cualquier seguiridad y poder permanecer en la duda. Los pacientes
eluden todas aquellas afirmaciones que pudieran llevarle a una solución del conflicto (por ejemplo
desconocia el nombre del médico que operó a su amada y si le habían extirpado uno o los dos
ovarios)

Con su inseguridad se adhiere a aquellos temas en que la inseguridad es generalmente humana y


en los cuales todos permanecemos necesariamente expuestos a la duda.

El obsesivo intenta evitar ser un mortal entre mortales, ser un eslabón de la cadena de generaciones.
Vive como un muerto, sin deseos, para protegerse de la muerte.

Los neuróticos obsesivos utilizan la inseguridad de la memoria para la producción de síntomas.


Sobre la omnipotencia que atribuye a sus ideas y sentimientos, aunque se pueden considerar como
un delirio, sin embargo, todos los neuróticos obsesivos parecen tener ese convencimiento. Se habla
en la p. 41 de dos ocasiones, el paciente en una deseó la muerte a un sujeto y murió (15 días después
y el día del fallecimiento el despertó con esa sensación). Otra ocasión en que una muchacha mayor
que quería algo con el (algo amoroso) y el la rechazó, un poco después se suicidó, y el se reprochaba
a ssí mismo pensando que en sus manos había estado el haber alargado la vida de la muchacha (que
podría haber evitado que se matara si no la hubiera rechazado)

Desde ahí la omnipotencia de su amor y odio tenían una razón de ser para él. Estaba en juego su
preocupación por la muerte y en cuanto a su odio, no es que fuera omnipotente, pero de él
provenían muchas de sus ideas obsesivas.

Por no poder pensar la mortalidad del padre, no podía dejar de desear su muerte, incluso cuando el
padre ya había muerto. El paciente tenía una relación extraña con la muerte. Condolía cordialmente
todas las muertes, iba a todos los entierros, incluso mataba en su fantasía a sus conocidos para
condolerse con los sobrevivientes.

Freud destaca lo siguiente: Tanto el obsesivo como el religioso lo que los mueve a realizar los rituales
es inconsciente a ellos, en tanto son el psicoanalista y el sacerdote los que conocen el sentido
simbólico del rito. Los motivos que impulsan a la práctica religiosa son desconocidos por los
creyentes, como los actos obsesivos lo son para los neuróticos.

Los rituales obsesivos tienen la peculiaridad que les despoja de la dignidad del ritual religioso, en
tanto el ceremonial recae sobre los actos más nimios de la vida cotidiana.

Freud dice que se puede considerar la neurosis obsesiva como pareja patológica de la religiosidad,
la neurosis como una religiosidad privada y la religión como una neurosis obsesiva universal.

Freud propone en la constitución del sujeto: Luego de la fase del autoerotismo, hay un estadio de
narcisismo (entre la fase de autoerotismo y la elección de objeto) supone freud un estadio donde la
elección de objeto coincide con su propio yo, después de la cual se produce la elección de objeto,
distinto a su propia persona y, antes de establecer la primacía de las zonas genitales, es decir que
en ese período dominarán las pulsiones anales y sádicas.

La disposición a la neurosis obsesiva se encuentra en el erotismo infantil, en la fase pre-genital


sádico-anal (precursora de la genital, pero que puede ser sucesora y sustitución de la fase genital).
El neurótico obsesivo mantiene un erotismo sádico-anal. En el caso del hombre de las ratas se
muestra en el efecto que le causa un relato acerca de una tortura que era común contarse entre
militares (la turtura de que las ratas se introdujeran por el ano). El sujeto manifestaba singular goce
(destaca Freud)

Contra el erotismo anal-sádico toma medidas de protección formando productos que le detengan
en el camino hacia donde le lleva su tentación y aceptando síntomas por transacción.

El relato del capitán produjo una deuda impagada que aparece el temor obsesivo de que les ocurra
el tormento de las ratas a su padre y a su amada, deuda impagada que le recuerda una doble deuda
paterna, con un amigo y con una mujer pobre, en tanto hay una deuda impagada del padre con un
amigo que le había salvado del deshonor social. Amigo que nunca volvió a ver, pero que formaba
parte de la leyenda familiar y, por otro lado, hay una historia del padre con una mujer pobre que
abandonó para casarse con la rica hija de un industrial (la madre del hombre de las ratas).

La permanencia de la dialéctica del erotismo anal produce que haya una anticipación del yo respeto
a la libido, de manera tal que la elección de objeto se realiza en la fase sádico-anal, ahí donde el odio
es precursor del amor. Todas sus relaciones, incluída la relación con el padre, estaban dominadas
por un intenso amor y por el mismo intenso odio.

El Hombre de las ratas enfermó a los 20 años, al ser situado a la tentación de casarse con una mujer
distinta a aquella a la que había amado desde tiempo atrás. Para evitar resolver el conflicto retrasó
la decisión por medio de la neurosis.

Antes (recuerda) que tenía conflictos entre el padre y la mujer amada, incluso la primera vez que se
sintió atraído por una niña, deseó que su padre muriera para poder casarse con ella.

Conflicto entre una mujer u otra corresponde a la vacilación normal en la elección amorosa,
vacilación que comienza cuando el niño es enfrentado a la pregunta: ¿Aquién quieres más, a papá
o a mamá?.

Este dilema se pierde en los hombres normales y permanence como característico en la neurosis
obsesiva.

El hecho de que contra un intenso amor se levanta un intenso odio, deja al sujeto en una incapacidad
de adoptar resolución alguna. Duda de su propio amor y esta duda se desplaza por lo nimio e
indiferente.

La ambivalencia de los sentimientos domina su pensamiento (como cuando va paseando por un


camino, ve una piedra en el medio y pensando que puede provocar un accidente, la retira
inmediatamente). Comienza a dudar si lo hizo bien o mal y termina volviendo a colocar la piedra.

Muchas veces había deseado la muerte del padre, aunque sabía que eso no le haría feliz

En sus intentos de resolución, de crear un nombre del padre, el fantasma de la muerte del padre no
se instala como función, si no como fantasía.

cuando quiere rezar diciendo: "Dios la proteja", emerge de pronto un "no" hostil, lo que le lleva a
suprimir sus rezos. Después de desplazarse sobre un acto insignificante, el impulso hostil se esfuerza
en anular su obra.
Histérico y Obsesivo buscan un amo. El histérico lo busca para dominarlo, para someterle al poder
de sus palabras, donde no busca ser escuchado, sino que lo escuchen. El obsesivo ya ha encontrado
a un amo, y está esperando mientras se termina su mandato, es decir, espera su muerte, pero no
espera osciosamente, trabaja sin descanso todo lo que hace se convierte en trabajo, su oblatividad,
su espíritu de sacrificio tiene el sentido que se manifiesta en la religión, espera la recompensa, por
eso decimos que la neurosis obsesiva es como una religión privada.

tiene rituales que cumplir, en tanto no los cumple le sucederá algo malo ( a el o a las personas
queridas por el)

la muerte que espera es la muerte del Otro, pues su padre ha muerto y en cierto sentido todavía
está esperando su muerte. Todavía cumple rituales para el. El obsesivo está protegido del suicidio
8en cierto sentido)

El obsesivo encuentra en la duda su salvaguardia, decide suicidarse, pero atrapado por la duda llega
a colocarse el cuchillo en el cuello para luego desmayarse antes de llegar a la acción.

El síntoma es una elaboración de lo que está en juego, el verdadero problema es que la deuda
simbólica no opera en él debidamente, por eso tiene que permanecer en estado deudor.

Luego de que una enfermera (?) se dejara contemplar desnuda y tocar (cuando el era pequeño),
desde entonces siente grandes impulsos de contemplar mujeres desnudas.

Los obsesivos no pueden dejar de pensar, aún cuando hay una demora en el pensamiento. Todo el
proceso queda trasladado con todas sus peculiaridades a un nuevo terreno.

La idea obsesiva se protege por medio de la deformación (que es previa a su aparición en la


conciencia), y también hay un intervalo durante el cual el contenido de la idea obsesiva queda
desligado de sus relaciones particulares, por medio de la generalización.

La deformación, la generalización y por último los delirios, como medio para establecer nuevas
conexiones con el contenido y texto verbal de la obsesión inconsciente.

El joven en la primera entrevista le habla a Freud (resumido): temores respecto a sus seres queridos,
impulsos obsesivos de cortarse el cuello con una navaja, prohibicones que extendían hasta las
situaciones más nimias de su vida cotidiana. Su vida sexual había transcurrido entre su repugnancia
a las prostitutas, una vida sexual limitada y un onanismo que había desempeñado un escaso papel
a los 17 años. (cuando Freud le pregunta porque empieza con dettales de su vida sexual, el responde
que es porque así tiene entendido que corresponde a la teoría de Freud)

Comunicar todo lo que le viniera a la mente aunque fuera desagradable, le pareciera nimio,
incoherente o disparatado.

Freud no le exige ser verídico, ni le pide reflexión, sino observación de sus procesos psíquicos.
Asociación libre y transferencia del paciente que permiten a Freud introducirse en el tratamiento.

Análisis de un caso de neurosis obsesiva II (El hombre de las ratas)


1895: Freud desestima la agresión sexual prematura como factor de la neurosis y, aunque no niega
el valor de los hechos reales, nos dice que son fantasías para borrar el malestar del recuerdo de la
masturbación infantil. (La sexualización del cuerpo siempre es prematura, debido al descubrimiento
de la sexualidad infantil)

Nada es más traumático para el sujeto que la ausencia de trauma, y ese es el ombligo de la fantasía.

1910: Se plantea en el caso de neurosis obsesiva, que no es el onanismo de la pubertad, casi típico
y general, y al que médicos y enfermos consideran como raíz y fuente de todos sus padecimientos,
sino que el onanismo a considerar es el onanismo infantil y no tanto como productor de trastornos
neuróticos, sino como manifestación más precisa de la sexualidad infantil. Marcación que nos acerca
a pensar que los enfermos acusan por un camino indirecto a su sexualidad infantil.

El síntoma en el obsesivo se presenta como obstáculo que se interpone entre el sujeto y su destino,
surge como obstáculo al cumplimiento del deseo, ya que la estructura de su deseo es deseo de un
deseo imposible. Vemos al Hombre de las ratas perdido en una interminable circuito de trenes ida
y vuelta, donde el sujeto se confunde con un mapa y termina no sabiendo qué hacer.

El síntoma tiene una relación a la verdad y por otro lado, surge allí donde las decisiones no son
posibles, La vertiene del síntoma es la que sostiene al sujeto en su asociación libre.

El fantasma de la muerte del padre lo podemos leer en el hombre de las ratas.

La paternidad y la muerte son dos significantes que freud relaciona a propósito de los obsesivos.

Liga la aparición del significante Padre, en cuanto autor de la Ley, con la muerte, incluso con el
asesinato del padre, mostrando así que ese asesinato es el momento fecundo de la deuda con la
que el sujeto se liga para toda la vida con la Ley, el Padre simbólico en cuento que significa la Ley es
entonces el Padre muerto.

la función paterna no termina por funcionar al sujeto, el padre real no basta para cumplir la función,
es necesario que el padre sea sustituido por su propia metáfora, por eso la deuda simbólica es la
inscripción ineludible de la función del padre. Es el complejo de castración el que conduce a la deuda
por donde se constituye el sujeto.

El complejo de castración inconsciente tiene una función de nudo, tanto en la estructuración de los
síntomas como en la instalación en el sujeto de una posición inconsciente, sin la cual no podrá
identificarse sexualmente ni responder en una relación sexual.

Hay una relación entre los elementos originales y fundamentales para el sujeto y el desarrollo
ulterior de la obsesión fantásmica, Eso desencadena la crisis actual y pone en acto la neurosis, En el
síntoma aparece una obligación de pagar la deuda, pasando por el teniente A y el teniente B, pero
no es allí donde debe pagar.

Al Hombre de las ratas no lo determina la realidad que lo rodea sino lo real imposible. Una deuda
imposible de pagar se plantea de nuevo en otro escenario.

Presentación: Su padre está casado con una mujer de más elevada posición jerárquica y bromea que
antes estaba enamorado de una muchacha pobre pero linda. Esta escena se repetía sin cesar. Otro
elemento es un amigo del padre que lo había salvado del deshonor de ser descubierto en un gasto
de dinero del ejército (suboficial). Amigo a quien nunca pudo devolver el dinero que le prestó. El
conflicto mujer rica, mujer pobre, se desencadena cuando el padre le empuja a casarse con una
mujer rica.

El obsesivo se disfraza de otro personaje, se excluye, se sposiciona siempre fuera de su propia


vivencia. No puede asumir sus particularidades ni sus contingencias, es alguien que no se siente en
armonía con su existencia.

En análisis es ese sujeto que no está afectado pero que es pura afectación, su relato transcurre sin
afecto, esté hablando de una situación cotidiana o de una situación de riesgo, relata una tragedia
donde él es protagonista como si relatara una anécdota.

Este disfrazarse para quitarse el disfraz y siempre cumpulsado a seguir disfrazándose, este
desdoblamiento narcisista en el que reside el drama del neurótico.

Relata el paciente sus impulsos onanistas, actividad con la que no había tenido relación en su
pubertad y que después de la muerte del padre, a los 21, aparece en él. Surgía en raras ocasiones,
especialmente en momentos felices o bajo la impresión de bellas lecturas.

Freud encuentra como hecho común: La prohibición y el hecho de infringir un mandato.

Se explica los rituales nocturnos que realizaba cuando fantaseaba que su padre aún vivía y estudiaba
por si él llegaba en cualquier momento, pero a las 12 en punto, hora tradicional de los aparecidos,
abría la puerta, volvía a su cuarto y colocándose frente al espejo contemplaba su pene desnudo.
Cuando estaba vivo su padre había sido mal estudiante y ahora quería que lo encontrase estudiando,
pero sus maniobras con el espejo no podían satisfacer a su padre. Lo desafiaba y mostraba así su
actitud para con él. Lo mismo con la amada (con el acto obsesivo de quitar la piedra pata volver a
ponerla al paso de su amada)

Freud: habla de una construcción acerca de que siendo niño habría cometido una falta relacionada
con el onanismo, siendo castigado violentamente por el padre. el castigo puso fin al onanismo, pero
había dejado un inextinguible rencor contra el padre que había fijado para siempre su papel de
perturbador del goce sexual.

papel que le vemos desempeñar en todas las relaciones amorosas del sujeto.

Paciente: recordaba haber sido castigado severamente por el padre, sin saber porqué. lo que
recuerda es la cólera que surgió en él ante el castigo, aquel día que todaía sin saber palabras
insultantes, le había lanzado como tales los nombres de todos los objetos que conocía: Toalla,
lámpara, plato etc. El padre asustado ante esto, dejó de pegarle y dijo: "este chico será un gran
hombre o un gran criminal"

Desde ese entonces temía al tamaño de su colera y se volvió un cobarde. No recordaba que el castigo
hubiera tenido como motivo el onanismo, sólo recordaba que su madre le había informado de tal
castigo sin decirle el motivo y luego tras la insistencia le había dicho que había sido porque había
mordido a alguien (no se podía deduucir carácter sexual) recuerdos infantiles quedan determnados
en la pubertad después de un proceso de elaboración.Intenta borrar el recuerdo de su actividad
infantil.
Dice Freud que no se trata de que lo que cuente el paciente haya acontecido en la realidad y que no
se trata de interpretar todas las ideas obsesivas, pues ha dejado de padecer obsesiones sin que
hayamos llenado todas las lagunas (no se trata de dar explicaciones y llenar la historia con otra
historia).

El paciente no aceptaba gustosamente las cpnstrucciones y las interpretaciones de Freud y el lo


sabía, sabía que tenían una relación con la verdad, pero el sujeto de la verdad no quería saber nada,
se trataba de algo inconsciente y debía ser por medio de un proceso inconsciente, la transferencia
del sujeto. Freud respecto al tormento de las ratas, no busca un nuevo sentido si no que busca las
relaciones que el sujeto establece. Cuando el paciente recuerda el castigo por haber mordido a
alguien, asocia con el hecho de que las ratas también muerden.

Freud plantea en un texto que en el inconsciente niño, pene, dinero y regalo son equivalentes para
un sujeto obsesivo o un sujeto bajo la dialéctica del erotismo anal. Meses después de iniciar el
tratamiento confiesa a Freud que cuando paga siempre piensa: Tantos florines, tantas ratas.

Es por este motivo que el relato del capitán cruel le afecta en tanto estimula su complejo. Las eran
niños, según sus primeras y más importantes experiencias. Niño y rata son equivalentes (niño rata)

La mujer que amaba (por su operación) no podía tener hijos, esa era la causa de su indecisión, pues
a el le gustaban mucho los niños.

El relato del tormento de las ratas estableció relación con la escena infantil, donde mordía a alguien.
Ante el relato él había pensado sin decirlo: A tí debía sucederte algo semejante. No lo dijo porque
ya no estaba con el capitán si no en otro escenario, con su padre, en tanto el capitán ha quedado
implicado con el complejo paterno, como también queda implicado Freud en la transferencia del
sujeto. El paciente en la sesión se levantaba y paseaba de un lado para otro, o bien se tumbaba en
el diván agarrándose con temor la cabeza o bien su cuerpo parecía temeroso de ser golpeado, y así
llegó a expresar que sentía que lo que decía era injuriante para Freud y que temía que le golpeara.
(Freud le asegura que no tiene tendencia a la crueldad).

Está operando la trasnferencia.

después de las condiciones de Freud (que hablara lo primero que se le venía a la mente) comenzó a
hablr de su relación con un amigo a quien acude para preguntarle si sus ideas indican que es un
delincuente y para que él le asegure que es un hombre irreprochable, aunque examina sus atos con
demasiado escrúpulo. se puede decir que Freud es en el tratamiento el amigo, también habla de
otro amigo que lo traiciona, por eso también es el capitan cruel.

Cuando relata en las primeras sesiones la escena del capitán cruel y el tormento de las ratas, donde
habla de la pérdida de sus gafas y la deuda que se le genera cuando su oculista le envía sus nuevas
gafas y la empleada de correos paga el importe, pero que el mismo capitán del relato de la tortura
de las ratas le indica erróneamente que debe pagar al teniente A y que aún sabiendo el error entra
en un hacer y deshacer, ida y vuelta en trenes que no le conducen a ninguna parte, pero donde la
dama de correos y una muchacha pobre que había conocido durante unas maniobras militares se
disputaban el destino. Destino que nuca llega pues en una de sus idas y vueltas toma el tren para
Viena y va a buscar refugio allí, recurriendo primero a su amigo y después a Freud. Habíamos dicho
cuando cae en sus manos Psicopatología de la vida cotidiana y encuentra que habla de un tipo de
pensamiento que reconoce en él mismo.

Le dice a Freud que en un comienzo había buscado un médico con el finde que le diera un certificado
que indicara que por prescripción médica el teniente A debía aceptar las 3,80 coronas. Lo cual le
permitirá encontrar la solución a su obsesión.

En el punto culminante de la resistencia (dice Freud) le acometió la tentación de ir a buscar al


teniente A. Pra indicar que una cosa es la transferencia y la otra la resistencia.

Le preocupaba la capacidad del médico para confiar en él, pero su miedo era su propia agresión y la
represalia siguiente. Evocó la muerte súbita de su padre mientras él descansaba una hora, lo que le
produjo una gran culpa, y nunca pudo aceptar la realidad de esta muerte. (Por ejemplo esperaba
encontrarse a su papá en la consulta de su psicoanalista)

Para Freud el sentimiento de culpa del obsesivo tiene que tener una justificación inconsciente (la
culpa de la muerte de su padre es el deseo de muerte del padre que, debiendo ser inconsciente,
había llegado a ser consciente en relación a sus relaciones amorosas.)

No operaba la función del padre muerto por lo que había obstáculos en sus relaciones con la mujer.

Cometido el "crimen", se dispone a buscar castigo y este fue imponerse un juramento imposible, un
deseo imposible. ¡Tienes que devolver el dinero al teniente A, tu padre no puede equivocarse!
Primero no debes devolver el dinero, si no sucederá el castigo de las ratas. después el juramento
imposible, transformación en lo contrario, como castigo a la rebelión.La encrucijada en la que se
encontraba: "si debía o no obedecer al padre y si debía permanecer fiel a su amada". Obedecer al
padre implicaba el abandono de la mujer amada.

La solución que el análisis procura es quedar desvanecido del delirio de las ratas.

La transferencia como puesta en acto de la realidad inconsciente que el deseo del analista va a
operar. Hay un trabajo en todo momento en direccipon de la cura.

En el trabajo de transferencia con Fredu, realiza la sustitución de la mujer rica por el amigo, y sueña
que Freud desea darle a su hija rica por esposa, en este momento la experiencia analítica pasa a ser
el trampolín para la solución. En el sueño imagina a la hija de Freud como un personaje dotado de
todos los bienes de la tierra, que en el contenido manifiesto representa en forma harto singular: Un
personaje provisto, como el paciente mismo, de anteojos y y basuras como ojos. No casarse por sus
lindos ojos sino por su dinero (?)

Hombre de las ratas en un desdoblamiento narcisista o bien un desdoblamiento del personaje del
padre, antes que pasar por la división que le permite la castración, eso que permitirá que la relación
mortal del modo simbólico se instale en él.

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