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Ensayo “El estrés como

efecto del trabajo”.

Índice


Introducción........................................................3

Capítulo I: Concepción Salud – Enfermedad Mental


(¿Medicina vs. Psicología?)...............................4

Capítulo II: Proceso de Trabajo y Salud.............7


Capítulo III: El estrés como resultado del Proceso de


Trabajo............................................................10

Conclusiones......................................................14

Referencias.........................................................16

Introducción

Hablando de salud y enfermedad del ser humano, pero sobre todo, en lo relativo a lo
mental en ambos aspectos; no deja de generarse polémica al pretender abordar la
salud del mismo modo que se ha hecho con lo orgánico. Y sobra decir que muy a
pesar de que hoy en día la medicina impera en el campo de la salud, lo mental ha
buscado emanciparse no solo de los conceptos de hegemonía médica; sino también
de todos aquellos modelos que buscan dar explicación en el plano de la “cura” y no en
el de la prevención. No debemos solamente entender lo mental en términos de normal
o anormal, sano o enfermo; ni tampoco basarnos puramente en lo orgánico o pasarnos
al otro extremo del caso: puramente psicológico. Es menester entender que debemos
abarcar el estudio de la salud mental también adentrándonos, en los aspectos
sociales, culturales, históricos, económicos y ecológicos evitando a toda costa
responder a intereses particulares o de clases sociales.

El médico regularmente se presenta como el propietario único y legal del saber, que se
enfrenta a un individuo que no sabe y no debe saber nada al respecto y que, por otra
parte, es incapaz de comprender su propio proceso de salud-enfermedad. Por ello, el
médico no debe perder el tiempo explicándoselo, se limita a dar órdenes que, cuales
dogma, deben ser ciegamente obedecidas.

Aunado a este racismo sociociocultural, se encuentran una serie de instancias


económicas hábilmente manipuladas por los grupos dominantes y en las que el galeno
participa. Y no-conforme con ello, se busca encasillar o culpabilizar al enfermo
etiquetándolo para separarlo del resto de su grupo. Si la medicinas se vale de la
psiquiatra para determinar enfermedades de “locura”, la Psicología se sirve del
psicólogo para buscar dar explicaciones a los síntomas en función de trastornos
reactivos. Ambos, indagan en lugares distintos pero dispersos y alejados del plano
original. Ni lo uno es puramente orgánico ni lo otro es profundamente psicológico,
ambos enfoques deben encontrar explicaciones que vayan más allá de su campo
directo de aplicación. Lo social, lo cultural, lo económico y la interacción con el entorno
físico son digno de estudio para comprender desde un plano multidimensional el
aspecto de la salud mental, como lo es en el ámbito laboral.

Todos los grupos culturales tienen diferentes valores sobre el manejo de la


enfermedad y en consecuencia del manejo de conductas preventivas.

Este ensayo pretende mostrar en forma muy breve, pero con amplio contenido, las
implicaciones que el proceso de trabajo puede tener entre los individuos que participan
en el mismo, sobre todo en lo relativo a su salud. Partimos de algunos acercamientos
conceptuales sobre la salud y la enfermedad; posteriormente abordamos el proceso
del trabajo y su relación con algunos trastornos psicológicos que pueden ocurrir tanto
al interior como al exterior de la vida de un trabajador. Y finalmente pretendemos
mostrar un psicotrastorno y su estrecha relación con el proceso productivo; estamos
hablando del estrés y su impacto en la vida del ser humano en el ambiente de trabajo.
¿Qué efectos tienen los factores laborales (organización del trabajo, aspectos
técnicos, ergonómicos, entre otros) en la salud del individuo?, ¿estamos hablando de
un futuro fatalista del trabajo, sobre la calidad de vida de los trabajadores? Esperemos
que como profesionales en Psicología del Trabajo abordemos estos y otros aspectos
en los que el hombre a insertado y comprometido no solo su vida, sino su integridad
histórica relejada en su propia psicología.

I. Concepción Salud –
Enfermedad (¿Medicina
vs. Psicología?)

El concepto de salud ha sido revisado a través de la historia y desde hace más de


4,000 años (Stone, 1987 en Vaca 2001). La medicina que se enseña en las
universidades esta perdiendo de vista su premisa fundamental: ser una ciencia y a la
vez arte de las relaciones humanas. Sin embargo ante el avasallador progreso de la
técnica, esta premisa se esta perdiendo. El médico corresponde cada vez menos a
aquel viejo estereotipo de amigo familiar, para irse revistiendo de las características
comunes al estereotipo de los “científicos”, ocupados en analizar en forma por demás
carente de pasión lo que se denomina “el frío objeto de la ciencia”. No obstante, si la
medicina como ciencia ha ganado terreno, el paciente ha salido perdiendo en la
relación. Ya no se le visualiza, salvo excepciones, como un ser humano carente de
salud y necesitado de comprensión; se le manipula, se le cosifica y se le cataloga
como un expediente o un simple número. (Vaca, 2001)

Existen muy diversas conceptualizaciones acerca de la salud versus enfermedad. La


medicina es quien ha tomado el papel regulador o “hegemónico” sobre aquello que se
considere normal o anormal; sano o enfermo. Tal y como lo señala Sanmartin (1992)
...en biología lo normal es algo más que un promedio: un valor normal corresponde a
variaciones más o menos finas alrededor de un promedio característico para una
población dada en su ambiente específico.” Sin embargo, no es posible definir límites
precisos entre la normalidad y la anormalidad y menos en el ser humano que como ser
biopsicosocial alcanza complejidades que van más allá que el simple determinismo
organicista. El cual señala entre otras cosas, que el aspecto de salud – enfermedad
obedece a la armonía o disonancia existente entre dos componentes. Salud y
enfermedad como parte de la adaptación física, mental y socialmente a las
condiciones del ambiente en su totalidad. (Op. cit.)
Donde la salud es integrada como una condición positiva por aspectos bioquímicos,
fisiológicos, preceptúales, cognitivos y ecológicos, considerándose que el fracaso en
algunos factores da como resultado la enfermedad. (Vaca, 2001)

En este sentido la salud no es una condición dada o determinada biológicamente, sino


que representa un estado en demasía variable y que debe ser constantemente
cultivado, protegido y fomentado. (Sanmartin, 1992).

Por otro lado, el aspecto cultural tiene vital importancia al momento de abordar lo
normal de lo anormal en salud, sobre todo en salud “mental” o tal y como Gómez,
(2004) menciona, “trastornos psicológicos” los cuales pueden estar matizados en cada
sociedad o grupo étnico particular. Por ejemplo, en estudios transculturales, Mechanic,
D. (en Vaca, 2001) se han descubierto diferencias entre méxico-americanos, judíos-
amercicanos y otros grupos, documentándose la tendencia al soporte estoico del dolor
y la enfermedad, sobre todo en la cultura con ascendencia mexicana y han concluido
que estas diferencias demuestran el poder de los efectos de socialización entre la
enfermedad y el rol del enfermo en cada una de estas culturas. En este sentido
podemos afirmar que los grupos culturales tienen diferentes valores sobre el manejo
de la enfermedad y en consecuencia del manejo de las conductas preventivas. (Op.
cit.)

Ello ha llevado a que el ámbito de la salud se amplíe hacia áreas de conocimiento que
antes eran relativamente ignoradas, como las ciencias sociales y humanas; ahora no
solo se reconoce su función y su aporte, sino que se le demandan a estas ciencias
soluciones para problemas que escapan al alcance del modelo biomédico tradicional.
(Flórez- Alarcón, 2002)

A su vez, la Psicología se encuentra ahora anclada sólidamente como una importante


compañera de otras ciencias que enfocan las condiciones y consecuencias de las
experiencias y comportamientos humanos. Sin embargo, en el paso del siglo XX al
XXI, la Psicología enfrenta nuevos retos que emergen de dos fuentes principales: 1)
los cambios sociales que se suceden alrededor del mundo y han otorgado a la vida del
trabajo y a la vida fuera del trabajo un carácter vertiginoso en grados desconocidos, 2)
el notorio desdén de la psicología occidental tradicional a través del siglo, de una
acumulación de sabiduría e ingenio de las tradiciones psicológicas autóctonas de
sociedades no occidentales u geográficamente occidentales pero no catalogadas
como “civilizadas”. Ambas inducen a un reto dual a la Psicología, una Psicología en
verdad comprehensiva. (Vaca, 2001)

Psicología y medicina en lugar de contraponerse, deberían entonces contribuir al


análisis biopsicosocial e investigar sobre cómo enfrentar mejor estas situaciones. Una
idea básica de algunos psicólogos que basan sus estudios en tópicos psicológicos
culturales y transculturales como John Berry de Canadá o el Doctor Ype H. Poortinga
de Holanda citados en Vaca (2001), ambos sugieren que la “diversidad cultural debe y
puede acomodarse de tal manera que el bienestar social, médico y psicológico de
todos los grupos puede ser alcanzado”. Sin embargo, esto no significaría
necesariamente la suposición de que los procesos psicológicos sean universales y que
compartan mecanismos similares para todos los seres humanos, las diferencias en
comportamiento son explicadas en términos de las condiciones antecedentes, matices
de tipo ecológico, económico, sociocultural o histórico, -circunstanciales, dicen, mas
que esenciales-. (Op. cit)

Los problemas de salud y enfermedad se encuentran íntimamente relacionados a


factores físicos, conductuales y ambientales. Cada uno de estos factores contribuye a
los diferentes tipos de problemas que se encuentran en la práctica médica, cada uno
de ellos requiere de especial atención si se quieren satisfacer plenamente las
necesidades de los pacientes.

Tal y como lo señala Sanmartin (1992, pp 9) “...la salud engloba aspectos subjetivos
(bienestar mental y social, alegría de vivir), aspectos objetivos (capacidad para la
función y aspectos sociales (adaptación y trabajo socialmente productivo).

Los conceptos y las técnicas de otras disciplinas pueden ayudar a sugerir soluciones,
por lo que un modelo integral de la salud (atención al paciente) que combine entre
otras a la ciencia médica y conductual es percibida como una opción por demás
interesante en el análisis de la relación entre conducta y salud. (Vaca, 2001)

II: Proceso de Trabajo y


Salud

La Dinámica social no sólo se da en razón de su rapidez de cambio, sino también


responde a una pluralidad de situaciones, de patrones culturales, de estilos de vida, de
capacidades económicas, de paradigmas psicológicos. Es también el resultado de un
desarrollo institucional que se ha forjado a lo largo de casi dos siglos de vida
independiente, (hablando de México). Historia y circunstancias; interacción con el resto
del mundo; modernidad y tradición; bonanza y desigualdad, justicia e inequidad,
seguridad e incertidumbre, son factores que en su momento fraguaron una de las más
significativas crisis en la mitad de la década pasada.

El trabajo, como parte de esta dinámica social, definido como la actividad humana que
ha visto en los últimos siglos la transformación no solo de sí misma, sino por entero de
las condiciones de existencia humana. Y que hoy en día ha buscado reproducir su
sistema de producción capitalista, más allá de las fronteras de las fábricas o plantas
productivas, como lo fue en su origen.

El trabajo es la actividad que permite contribuir al curso de la vida colectiva y soporta,


a cambio, la satisfacción de las necesidades individuales y familiares de quien la
ejecuta. (Labra, 1986)

Esquema de la determinación Histórico-Social del Trabajo (en Martínez,1997)

Es preciso señalar que desafortunadamente el ser humano ha tenido que pagar un


alto costo por la satisfacción de estas necesidades, como en el caso de México tal y
como lo expone Vaca (2001):

• Rezago relativo del bienestar en amplios grupos de población en el campo y la


generación de corrientes migratorias en busca de oportunidades de empleo en
las zonas urbanas y fuera del territorio nacional.
• Evidencia de obstáculos para aumentar el bienestar de los grupos sociales más
desfavorecidos y que se refieren a la atención de satisfactores básicos;
educación, salud, vivienda y alimentación.
• Presencia de agudas diferencias entre regiones del país en muchos de los
aspectos socio-económicos;
• Persistencia de la dualidad demográfica rural-urbana y consecuentemente
dificultad para la dotación de servicios básicos.

Del mismo modo, el proceso de producción tal y como lo señala Martínez (1997), tiene
enorme influencia en el desarrollo y la aparición de trastornos tanto orgánicos como
mentales en los individuos de una sociedad. A través del proceso permanente de
reproducción del proceso mismo de producción:

Condiciones de vida-------modo de vida-------esfera de consumo----procesos de


producción.

Del mismo modo deben revisarse los antecedentes de la historia individual y particular
de las personas, puesto que la estructura familiar aparece antes que la laboral y con
ella se desarrollan o inhiben mecanismos de afrontamiento de situaciones
generadoras de estrés (Op. cit) A este respecto volveremos más adelante.

En este sentido es claro que el trabajo puede ser interpretado como una
representación social. Donde el ser humano recibe identidad y autoestima, de la cual
derivan sentimientos positivos, los cuales conducen a aumentar la implicación con el
trabajo o por el contrario, puede ser una fuente de frustración, aburrimiento y un sin
sentido. En este último caso, esos sentimientos negativos pueden conducir a reducir el
nivel de implicación, la satisfacción laboral y el deseo de ejecución. (Peiró y Prieto,
1996)

Como podemos darnos cuenta el trabajo pone en marcha procesos fisiológicos,


habilidades y destrezas, del mismo modo que conocimientos y emociones para
realizar las tareas propias del mismo. (Martínez, 1997)

La perdida por parte del trabajador sobre el control del proceso de su trabajo, de los
bienes producidos por él, así como la ignorancia de sus propias potencialidades tanto
físicas como intelectuales se traduce en uno de los fenómenos de trastornos
psicológicos presentes en los trabajadores. (Op. cit)

III. El Estrés como


resultado del Proceso
de Trabajo.

A pesar de que muchas personas opinan que el trabajo no es una actividad gratificante
en sí misma, lo cierto es que su ausencia total o el sólo temor de quedar desempleado
con todas las posibles consecuencias que ello implica suelen propiciar la aparición de
problemas psicológicos en el adulto. Numerosos estudios ponen de manifiesto cómo
los individuos sin empleo muestran progresiva disminución de su implicación personal,
progresivo proceso de desencanto y "desenganche social", fuertes sentimientos de
humillación, resentimiento por la falta de ayudas, sentimiento de abandono por parte
de los amigos y retraimiento social, al sentirse ciudadanos improductivos y
dependientes (González Cabanach, 1998).

El trabajo puede provocar efectos negativos en las personas cuando no se organiza y


estructura atendiendo a las necesidades y capacidades reales de los encargados de
llevarlo a cabo, considerando como tal, al hombre en su sentido genérico. Es entonces
cuando puede aparecer el estrés laboral.
Pero, y ¿qué es el estrés?. El término estrés se ha venido utilizando en la lengua
inglesa desde el siglo XV, si bien recientemente ha sobrepasado el ámbito científico,
para introducirse entre la población, ha permitido una reducción de los límites
operativos. (Guillén y Guil (2000)

Desde una perspectiva histórica la palabra “estrés”, de origen latino ha sufrido diversos
cambios en su acepción y así nos encontramos que ya desde el siglo XIX se le
utilizaba para denotar aquellas fuerzas externas, presión o tensión a que son
sometidos personas u objetos, resistiendo sus efectos. Cannon, en 1911descubrió
accidentalmente la influencia de factores emocionales en la secreción de adrenalina, y
desarrolló el concepto de reacción de lucha o huida, es decir, la respuesta básica del
organismo a toda situación percibida como peligrosa, en la liberación de
catecolaminas por la médula suprarrenal y las terminaciones nerviosas simpáticas
desempeñan un papel esencial. El estrés, por tanto, es para Cannon todo estímulo
susceptible de provocar una reacción de huida. (Op. cit.)

En cambio para Selye entre 1956 y 1980 (en Muchinsky, 2002) el estrés era la
respuesta inespecífica del organismo a toda exigencia hecha sobre él. Dicha
respuesta produce un estado de desequilibrio corporal, ocasionado por un estímulo, al
que llamó estresor. También introdujo el concepto de síndrome adaptación general,
definido como la suma de todas las reacciones inespecíficas del organismo
consecutivas a la exposición continuada a una reacción sistémica de estrés.
(Sanmartin, 1992)

Es importante mencionar que ambas definiciones presentan una diferencia sustancial;


mientras que Cannon utiliza el término estrés en función del estímulo causante del
estrés y Selye se ocupa más de la respuesta del organismo.

Por otro lado, Lazarus en 1996 (en (Guillén y Guil, (2000) propone un modelo en el
que el estrés viene definido por su carácter de amenaza para el individuo e introduce
una perspectiva cognitivo-conductual e interactiva. Distingue en la respuesta al estrés
en tres procesos:

1. La evaluación primaria: el proceso de percepción de una situación amenazante


e implica dos componentes: la cognición y la emoción.
2. La evaluación secundaria: se refiere al proceso de elaborar en la mente una
respuesta a la amenaza potencial-evaluación.
3. El afrontamiento: es el proceso de ejecutar esa respuesta.

Lazarus y Folkman (1991) señalan que existen ciertas características que parecen
determinar el que una situación devenga como estresante, entre ellas se destacan: el
cambio o novedad, la falta de información, la no predictibilidad, incertidumbre,
ambigüedad, inminencia, duración y significación para la persona, entre otras. Al igual
destacan las condiciones biológicas del organismo y la carencia de habilidades para
hacerle frente.
El estrés laboral es uno de los problemas de salud más grave en la actualidad, que no
sólo afecta a los trabajadores al provocarles incapacidad física o mental, sino también
a los empleadores y los gobiernos, que comienzan a evaluar el perjuicio financiero que
les causa el estrés. El mercado global esta forzando a las organizaciones actualizar su
eficacia y esto, en turno, alienta a los patrones a la búsqueda de la ejecución de sus
empleados y a evitar pérdidas asociadas con la salud y seguridad. (Warr, 2000)

El estrés laboral aparece cuando como consecuencia del contenido o la intensidad de


las demandas laborales o por problemas de índole organizacional, el trabajador
comienza a experimentar vivencias negativas asociadas al contexto laboral, entre las
que se destacan: apatía por el trabajo, astenia, dificultades en las relaciones
interpersonales, disminución en el rendimiento laboral, tristeza, depresión, síntomas
psicosomáticos que pueden llegar a generar la aparición de determinados trastornos
psicofisiológicos, al igual que marcada insatisfacción laboral. (Rowshan, 1997)

Crece la preocupación global sobre el impacto del estrés en el trabajo, incluso


anuncios relacionados con el género, étnica, el acoso sexual, violencia y grupos
agresivos en el trabajo, familia, y el subempleo (22). El estrés en el trabajo es uno de
los problemas de salud más comunes trabajo-relacionados en países como EU. El
Segundo Estudio europeo en Condiciones Laborales indicó que el 28% de obreros
informó que su trabajo le causa tensión. En Japón la proporción de obreros que
informan serias ansiedades o estrés respecto a su vida laboral aumentó de 53% en
1982 a 63% en 1997. En países en vías de desarrollo aumenta la preocupación con
respecto al impacto del estrés en la salud del trabajo. Por ejemplo, un aumentó en el
riesgo de la relación trabajo-enfermedades y se han observado accidentes en Sur-Este
de países asiáticos que han experimentado una industrialización rápida. (Warr, 2000)

La siguiente tabla muestra algunos factores causantes de estrés laboral:

Factores causantes del estrés laboral

Causas Factores influyentes Consecuencias posibles

Condiciones de Sobrecarga cuantitativa de Fatiga física o mental.


Trabajo trabajo.
Agotamiento del sistema
Sobrecarga cualitativa de nervioso.
trabajo.
Irritabilidad.
Decisiones comunes.
Tensión nerviosa.
Peligro Físico.

Trabajo por turnos.

Papel Ambigüedad de los


desempeñado papeles.
Ansiedad y tensión nerviosa.
Sexismo.
Disminución del rendimiento.
Hostigamiento sexual.
Insatisfacción profesional.
Factores Mal sistema de trabajo y
interpersonales falta de apoyo social. Tensión nerviosa.

Rivalidades Políticas. Hipertensión.

Celos profesionales.

Falta de atención a los


trabajadores por parte de
la organización.

Progresión Avance demasiado lento.


profesional
Avance demasiado rápido. Baja de la productividad.

Seguridad del empleo. Pérdida de la confianza en si


mismo.
Ambiciones frustradas
Irritabilidad e ira.
Estructura Estructura rígida e
orgánica impersonal. Insatisfacción profesional.

Discusiones políticas. Pérdida de motivación.

Una supervisión o Baja productividad.


formación inadecuadas.

Imposibilidad de participar
en la toma de decisiones.

Relación hogar- Repercusiones de la vida Conflictos psicológicos y fatiga


trabajo. laboral en la familia. mental.

Falta de apoyo del Falta de motivación y


cónyuge. disminución de la
productividad.
Peleas domésticas.
Recrudecimiento de las peleas
Estrés provocado por una domésticas.
doble carrera.

Los factores estresantes pueden aparecer prácticamente en cualquier ocupación,


profesión o puesto de trabajo y en cualquier circunstancia en que se somete a ese
individuo a una carga a la que no puede ajustarse rápidamente. En definitiva, el estrés
en el trabajo es un fenómeno tan variado y complejo como la propia vida. Por ello e
independientemente de la naturaleza del trabajo se hace necesaria la construcción de
estrategias de afrontamiento, cognitivas y conductuales para sortear los factores
laborales significados como amenazantes, en aras de atenuar los efectos negativos de
las exigencias de su trabajo. (Rivera, 2002)
En la actualidad no cabe duda que el estrés laboral trae importantes consecuencias en
el ámbito individual y organizacional. El deterioro de la calidad de vida laboral en
determinada organización y los niveles elevados de estrés pueden repercutir
negativamente sobre las contribuciones que sus recursos humanos han de realizar
para preservar ese estado saludable. (Peiró y Prieto, 1996).

Conclusiones
En el actual nivel de desarrollo de la sociedad la actividad laboral se desempeña
fundamentalmente en organizaciones constituidas por personas que se asocian para
alcanzar objetivos determinados, esto provoca que la vinculación laboral con el
entorno en que se enmarcan resulte estrecho y multifacético. Uno de los objetivos
básicos de toda organización lo constituye el limar las tensiones que se producen
entre sus miembros, las mismas pueden aparecer tanto por razones vinculadas a las
tareas que se desempeñan como a aspectos de la multifacética y compleja vida social
de los mismos.

Por otra parte, el propio desarrollo social y tecnológico hacen cada vez más complejas
las demandas tanto sobre la organización, en sentido de cumplir con sus objetivos,
como de su relación con el medio, y para con sus integrantes.

Lo que ha llamado la atención es identificación del comportamiento de la población


asociados a factores de riesgo que generan de muchos problemas de salud, y por otro
lado, el alto costo de la tecnología médica hace que ante la enfermedad, haya que
plantearse salidas que puedan ser costeadas en los países en vías de desarrollo. La
vida humana y la salud van unidas. No es comprensible una vida auténticamente sin
salud. El valor de ésta se transmite a través de la práctica, de ejemplos, labor de
“saneamiento”, situaciones que estén reclamando las presencia de valores
alternativos. La educación para la salud siempre ha sido necesaria. Pero hoy en día,
es urgente. No se trata solamente de transmitir conocimientos sino de integrar
creencias, actitudes, formas de vida, educar para autogestionar la propia salud. Y la
propuesta no sólo es educar para la salud, es educar para la vida y la vida y la muerte
en función de la salud.

Es triste comprobar que la ciencia médica sí ha logrado contagiar a la psicológica en


tanto la ha inundado de una la visión patologizante de muchos de sus antiguos
postulados y será importante que los psicólogos nos sacudamos esta influencia que no
nos reviste sino que nos margina y limita en nuestro accionar profesional. Y lograr que
el psicólogo tal y como lo señala Gómez (2004) “el psicólogo del futuro bien pudiera
ser un especialista integral, cuyos campos de acción serán la actividad relacional y
mental de las personas, sin importar si son psicólogos (as) sociales, educativos,
laborales o clínicos” Debemos recordar que el psicólogo no es médico, entonces, ¿por
qué atarnos con modelos organicistas, cuando entendemos que el ser humano debe
ser abordo para su estudio desde una perspectiva multidisciplinaria, que no exija
subordinación sino más bien coordinación entre las profesiones.
Finalmente debemos insertarnos cada ves más en los límites de la prevención más
que en el de la “curación” del paciente. No será tarea fácil sin embargo, debemos
recordar que una de las premisas de la Psicología es su capacidad de predicción y por
tanto, de la anticipación de los trastornos psicológicos o mentales.

Referencias.
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http://www.psicologiacientifica.com/publicaciones/biblioteca/articulos/ar-
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• González Cabanach (1998) Características de las situaciones


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http://www.psicologiacientifica.com/publicaciones/biblioteca/articulos/ar-
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• Guillén, Gestoso Carlos y Guil, Bozal Rocio (2000) Psicología del


Trabajo para las Relaciones Laborales, Capítulo 17 Estrés Laboral, Ed.
McGraw Hill, México, 269 – 296 pp.

• Labra, Armando (1986) Grandes Tendencias Políticas Contemporáneas:


Políticas de Empleo. UNAM, Coordinación de Humanidades. 3 – 20 pp

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Roca, México, Prólogo de Manuel Valdés 11-19 pp.

• Martínez, S. (1997) El estudio de la Integridad Mental en sus Relación


con el Proceso de Trabajo, Ed. UA-Xochimilco, México, 115-186 pp
• Muchinsky, Paul M. (2002) Psicología Aplicada al Trabajo, 6ª. Edición,
Ed. Thomson Editores, S. A. de C. V. , México, 307 – 314 pp

• Peiró, José María y Prieto, Fernando (1996) Tratado de Psicología del


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• Rivera, Ramírez Ma. Guadalupe (2002) Efectos negativos de las


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• Rowshan, A (1997) El estrés. Técnicas positivas para atenuarlo y asumir


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Sistema Regional de Investigación “Francisco Villa”. SIVILLA. Escuela
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