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Quienes han convivido por largo tiempo saben que al comienzo todo es un idilio, pero
al cabo de los años el nido de amor se empieza a parecer más a una empresa en la que
hay que pagar cuentas, hacer diligencias, trabajar y criar hijos. En esos momentos es
fácil creer que la magia se evaporó y ya nada podrá revivir la chispa de la pasión. Pero
Andrew G. Marshall, un consejero matrimonial británico con 30 años de experiencia,
piensa que aún en esa fase es posible rescatarla. En su libro Can We Start Again Please
ofrece un cuestionario de 20 preguntas para lograr revivir una relación desahuciada. “Su
pareja ya le ha dicho que no está enamorada de usted o le ha declarado que quiere
terminar el matrimonio. Usted está en ‘shock’ y siente que el mundo se derrumba. Pero
le aseguro que la situación no es tan grave como piensa”, dice el experto en su libro.
Las preguntas se basan en un estudio trascendental hecho hace dos décadas por el
psicólogo Arthur Aron, que consistió en averiguar si era posible que dos extraños
pudieran enamorarse solo con contestar 36 preguntas. El resultado fue positivo y seis
meses más tarde tanto los investigadores como los demás participantes recibieron una
invitación a una boda. Dos de los sujetos del trabajo se habían enamorado al contestar el
cuestionario, que viene en tres bloques y va aumentando su intensidad en la medida en
que los extraños revelan sus más profundos anhelos, sueños y miedos. Desde entonces
se ha aplicado para estrechar lazos entre amigos, mejorar las relaciones entre policías o
en comunidades donde hay tensiones sociales. Las preguntas volvieron a surgir
recientemente con el artículo To Fall In Love, Do This, publicado en The New York
Times, en el que el cuestionario tuvo el mismo impacto: una estudiante de literatura y su
amigo lo pusieron en práctica y quedaron flechados por cupido.
“En esencia Aron quería acelerar la intimidad entre las parejas”, dice Marshall, quien
adaptó ese cuestionario y agregó otras de su propia cosecha para lograr que vuelvan a
conectarse aquellas parejas que han perdido el foco de la relación y han empezado a
subestimar al otro. Cuando se acostumbran mutuamente, hacer algo nuevo y retador
como contestar las preguntas ayuda a recordar por qué al principio era placentero estar
juntos. “La idea es reclutar al otro para que lo intente de nuevo”, dice. Agrega que al
contestarlas se sentirán como en una primera cita romántica cuando la conversación
fluía “porque había curiosidad y deseo de contarlo todo sobre sí mismos”.
4.¿Cómo sería un día perfecto desde que se levanta hasta que se acuesta?
Marshall dice que esta pregunta sirve para saber qué le gusta a su pareja y qué no.
5. Si los tuviera de frente, ¿a cuál de los padres o abuelos escogería para hacer una
pregunta y cuál sería esa inquietud?
Ayuda a entender las relaciones que cada uno tiene con gente clave y cómo perfilaron
su comportamiento de adulto.
18. Complete esta frase: desearía tener a alguien con quien compartir…
Ayuda a pensar en el futuro. “No tiene que ser su pareja, es importante tener intereses
individuales”, dice Marshall. Discuta qué piensa de otras personas cercanas a su pareja
y si se siente excluido. ¿Qué nueva actividad les gustaría compartir juntos?
19. Si hay alguna cosa de su comportamiento que quisiera que cambiara, ¿cuál sería?
Los compromete a seguir teniendo una conversación.