Un hombre adinerado tenía la costumbre de sorprender a todos con sus regalos de
Navidad. Siempre eran fuera de lo usual. Otros podían regalar corbatas, calcetines, y libros; el regalaba clases de paracaidismo o plantas exóticas. Un año, sin embargo, decidió que se iba a superar. Encontró como regalo para su padre un pájaro de una especie muy extraña que hablaba cinco idiomas y podía cantar las mañanitas parado en un pie. Esta ave tan extraordinaria le costó diez mil dólares, pero consideró que valía cada centavo para sorprender a su padre. Sería un regalo totalmente inolvidable. Una semana después de la Navidad, llamó a su padre para pedirle su opinión del regalo. - ¿Cómo te pareció el pájaro que te regalé? -le preguntó a su papá. - ¡Fue delicioso! - respondió éste. ¡Creo que sería un regalo inolvidable, pero para el que lo dio! Obviamente no se había puesto a considerar los deseos del que lo había de recibir. Quizás en alguna ocasión hemos recibido un regalo que no nos agradaba o no nos quedaba, y se ha hecho el comentario: lo que importa es el pensamiento. Podrá ser cierto, en algunas ocasiones; pero el mejor regalo es el que realmente agrada al que lo recibe. En esta temporada se dan y se reciben muchos regalos; pero hay un regalo que supera a todos, un regalo que satisface las necesidades más profundas del que lo recibe, un regalo que es el mejor regalo de todos. Lectura: Juan 3:16-17 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 3:17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El mejor regalo que jamás se ha dado o se dará es el regalo que Dios ha hecho a la humanidad, enviando a su Hijo único a nosotros. Tres razones que Jesús es el mejor regalo, razones por las que debemos de aceptarlo. I Jesús es el mejor regalo porque costó lo máximo Cuando recibimos un regalo, su valor para nosotros se mide según el sacrificio que costo al dador. El regalo del niño que ahorra la mitad de su propina cada semana para comprarle a su mamá algún aparato para la cocina será mucho más apreciado que el mismo aparato regalado por su esposo. II. Jesús es el mejor regalo porque satisface nuestra necesidad Quizás has participado en un intercambio de regalos ridículos. Esto sucede cuando cada persona trae envuelto como regalo algún objeto inútil que tiene en la casa, y los participantes se turnan para escoger un regalo y abrirlo. Era una diversión favorita en mi niñez. Recuerdo en alguna ocasión que un maestro de la escuela, un hombre calvo, recibió como regalo un peine. Era el regalo más ridículo y más inútil que se podría imaginar. Jesús no es un regalo ridículo. Al contrario, él es el regalo que satisface perfectamente nuestra necesidad. Esto se ve en la declaración de nuestro pasaje que Dios amó al mundo. La palabra "mundo" se usa con varios sentidos en el Nuevo Testamento, pero aquí tiene un sentido negativo. El mundo es la humanidad en su rebelión contra Dios. Vemos lo increíble que es el amor de Dios, pues amó a quienes lo aborrecían, y hacían todo lo posible por rebelarse contra él. III. Jesús es el mejor regalo porque todos lo pueden recibir En cada familia que consiste en más de un hermano existe el problema perenne de la igualdad de los regalos. Si la hermanita mayor recibe un regalo un poquito más caro del que recibe su hermano, empiezan de inmediato las quejas. - ¡Ustedes no me quieren! ¿Por qué le dieron más a ella? Dios no tiene favoritismos, como muchos padres los tienen. El regalo que él ha dado a la humanidad es para todos. Nunca se agotará, nunca se terminará, nunca será insuficiente. Cristo es el mejor regalo porque todos lo pueden recibir. Dice el pasaje que estudiamos, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. La promesa no es para algunos, o para la mayoría, o para los preferidos. Es para todos. Pero tenemos que ver quiénes son esos todos. La Biblia no nos dice que es para todos sin condición. La condición se menciona: todos los que creen reciben este regalo. El regalo de la salvación por medio de Cristo Jesús es como cualquier otro regalo. Se tiene que aceptar. Si tú no quieres aceptar el regalo por alguna razón, no te beneficiarás de él. Yo podría poner diez dólares aquí en el púlpito, pero si no te levantas para recogerlos, no los podrás gastar. No te servirán de nada. Quizás te gusta la comodidad de tu silla. Quizás crees que no son de verdad. Quizás piensas que es un truco. En cualquier caso, si no recibes el regalo, no te beneficiará. CONCLUSION En este momento, Cristo está presente donde tú estás. Él quiere entrar en tu corazón. Él quiere darte vida eterna, compartir contigo su vida, y darte una razón para vivir. Si deseas recibir este regalo, no esperes más. Ora para invitarle a Cristo a entrar en tu corazón hoy.