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UNIVERSIDAD DE ORIENTE

NÚCLEO DE NUEVA ESPARTA


VICERRECTORADO ACADÉMICO
CENTRO DE TECNÓLOGIA EDUCATIVA
CURSO DE FORMACIÓN Y ACTUALIZACIÓN DOCENTE

Evaluación Educativa

Lcda. Carmen Rondón


C.I.: V-24.536.665
Lcda. Liduska Vargas
C.I.: V-21.323.068
Lcda. Olyana Moya
C.I.: V-21.322.244

Guatamare, 21 de julio de 2018


Dentro del contexto educativo se contempla la evaluación, la cual es un proceso en
donde se recolecta información, se reflexiona sobre ésta, se emiten juicios de valor y
facilita la toma de decisiones, la misma es importante, debido a que conocer lo que la
evaluación como tal abarca, le permite al docente replantear su planificación en
búsqueda de alcanzar los logros propuestos, por lo que el objetivo de la evaluación es
comprobar el conocimiento concreto que se obtiene sobre un tema, además de
determinar los factores y las variables que puedan ser controladas.

Ciertamente, el proceso de evaluación es una actividad de gran transcendencia en las


instituciones educativas, puesto que los docentes son encargados de guiar a las nuevas
generaciones hacia la vida profesional y social. En efecto, a través de la medición
pedagógica el profesor coordina el proceso de enseñanza-aprendizaje creando
ambientes de participación en función de distintas teorías y prácticas educativas en la
construcción del saber.

Por consiguiente, es necesario mutar hacía un nuevo paradigma donde la evaluación


no sea vista como la calificación o el valor numeral que se le da al discente para medir
sus conocimientos sino, es comprobar antes, durante y después del hecho educativo, los
avances obtenidos en los procesos de enseñanza y aprendizaje permitiendo identificar,
no solo los conocimientos, sino también las interferencias, limitaciones o alteraciones y
sus posibles causas, para luego interceder, reducirlas y continuar con los adelantos.

En otras palabras, la evaluación es establecer un análisis en pro de mejorar la calidad


educativa, donde es necesaria la aplicación multivariada de instrumentos que permitan
la inferencia, y que obligatoriamente la evaluación se vea afectada por la participación
implícita y explicita de diversos factores educativos, afectando positiva o negativamente
el contexto de aprendizaje de los discentes, ya sea, para cumplir con la competencia
requerida “potencializar que todos aprendan” o para afectar la “motivación y autoestima
de los mismos estudiantes”.

Con relación al párrafo anterior, entre los factores se encuentran: el ambiente


educativo, el cual debe ser organizado e intencionado por el profesor apoyado por los
discentes para favorecer aprendizajes significativos debido a que es multifactorial y
complejo, éste demanda la existencia de condiciones ambientales mínimas,
especialmente porque el ambiente enseña por sí mismo; otro factor son las estrategias,
consideradas herramientas que aplica el docente como apoyo a la planeación de
actividades, estas deben estar orientadas al bienestar y facilidad del estudiante; por
último, los materiales y recursos, los cuales corresponden a una distribución adecuada
del tiempo, utilidad de los contenidos y procesos permitiendo brindar las herramientas
necesarias para cumplir con las competencias requeridas.

De conformidad con lo expuesto en clases, las competencias son el conjunto de


atributos personales y la actitud demostrada para aplicar conocimientos y habilidades,
pero profundizando en el tema, la evaluación en una educación basada en competencias,
es un proceso de retroalimentación, determinación de idoneidad y certificación de los
aprendizajes de los estudiantes, de acuerdo con las competencias de referencia,
mediante el análisis del desempeño de las personas en tareas y problemas pertinentes.

En consecuencia, se observan importantes cambios en la evaluación tradicional, La


presencia de nuevas tendencias en torno a la evaluación del aprendizaje, ha traído
consigo la aparición de concepciones y propuestas diversas; han surgido los términos:
evaluación cualitativa, alternativa y auténtica, como abordajes sociales críticos que se
disputan el predominio de las ideas y enfoques metodológicos de la evaluación, han
llevado el acento a las determinaciones e implicaciones sociales y han revalidado el
papel de las relaciones interpersonales al interior de las instituciones educativas y del
proceso enseñanza aprendizaje.

Por otra parte, a lo largo de la historia de la pedagogía se han desarrollado


diferentes modelos que dieron lugar a diversas miradas o maneras de entender la
enseñanza, el aprendizaje y por consiguiente, la evaluación. Éstos orientan y han
orientado las prácticas de todo el proceso educativo, y se clasifican como modelo
pedagógico: tradicional, conductista, cognitivista, constructivista, socialista, romántico, y
el conectivismo, que es el modelo que nos abarca actualmente, debido a todo el entorno
tecnológico. Por lo tanto, influyen en la concepción pedagógica contemporánea que
inspira la actividad de los docentes y su perspectiva evaluativa.

De igual manera, las nuevas tendencias sobre la evaluación señalan que el


conocimiento no tiene que ver solamente con la acumulación de contenidos, sino que
representa un medio para aprender a ser y hacer; por ende, requiere desde la perspectiva
del profesor, readecuaciones permanentes de las prácticas evaluativas que contribuyan
a que la evaluación sea un proceso para fomentar y dirigir el aprendizaje en
correspondencia con las tendencias actuales de la pedagogía y la didáctica en la
educación superior.

Por esta razón, el docente universitario del siglo XXI debe poseer una formación,
conocimientos y disposición que faciliten la preparación del egresado con las
competencias requeridas que correspondan con las exigencias de un contexto socio-
político en constante cambio. Apoyándose en la investigación, extensión y docencia
universitaria, como pilares fundamentales donde se sustenta la praxis universitaria, que
permiten la construcción de nuevos conocimientos y saberes que brinden soluciones a
los problemas del entorno social a nivel local, comunal, regional y nacional.

En otro orden de ideas, para llevar a cabo una evaluación existen ciertos aspectos a
considerar tales como: ¿Para qué evaluaré?, ¿Qué evaluaré?, ¿Cómo evaluaré?, ¿Con
qué instrumentos evaluaré? y ¿Cuándo evaluaré?, por lo tanto, se deben establecer con
claridad los criterios de evaluación, donde se muestren indicadores de logro de
competencias, cabe destacar, que existen varios tipos de evaluación, según el sujeto
que evalúa, éstas pueden ser una autoevaluación, coevaluación o heteroevaluación, las
cuales permiten identificar los avances en la adquisición de competencias en las
dimensiones del saber ser, hacer y convivir.

Finalmente, la evaluación permite al docente plasmar en su planificación, las


competencias e indicadores a considerar, a través de las técnicas e instrumentos, de
acuerdo con, el ámbito o contexto en que se está desarrollando el conocimiento
(investigativo, social, cultural, entre otros) además de valorar el logro alcanzado.

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