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II CONGRESO DE

PENSAMIENTO ECONÓMICO
LATINOAMERICANO
“BALANCE DEL PENSAMIENTO
ECONÓMICO LATINOAMERICANO”
27 y 28 de Octubre de 2016
BANCO CENTRAL DE BOLIVIA
Cochabamba, Bolivia

¿LA CULTURA INFLUENCIA LAS DECISIONES Y EL


BIENESTAR ECONÓMICO DE LOS BOLIVIANOS?

HERBAS-TORRICO, Boris Christian /GARAY-ANAYA, Gonzalo

Muchos estudios internacionales han examinado la influencia de la cultura en las decisiones


económicas y el bienestar de las personas. Sin embargo, en Bolivia aún se desconoce si la
cultura influencia las decisiones económicas y el bienestar económico de sus habitantes.

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¿LA CULTURA INFLUENCIA LAS DECISIONES Y
EL BIENESTAR ECONÓMICO DE LOS
BOLIVIANOS?

Boris Christian Herbas-Torrico Gonzalo Garay-Anaya


Universidad Católica Boliviana “San Universidad Mayor de San Simón
Pablo” Regional Cochabamba

RESUMEN

Muchos estudios internacionales han examinado la influencia de la cultura en las


decisiones económicas y el bienestar de las personas. Sin embargo, en Bolivia aún se
desconoce si la cultura influencia las decisiones económicas y el bienestar
económico de sus habitantes. Este desconocimiento limita el desarrollo de
estrategias institucionales orientadas a entender el mecanismo mediante el que los
agentes económicos bolivianos toman decisiones y además de qué manera estas
decisiones afectan a su bienestar económico. Utilizando las dimensiones culturales
de Hofstede, datos empíricos recolectados en Bolivia y análisis estructural de
ecuaciones, nuestro estudio propone que la cultura boliviana influencia las
decisiones y el bienestar económico de los individuos. Específicamente, nuestros
resultados sugieren que la distancia de poder, masculinidad y orientación a largo
plazo influencian: (a) directamente las decisiones económicas; e (b) indirectamente
el bienestar económico. Además, análisis adicionales encontraron que la influencia
de la distancia de poder en el bienestar económico se encuentra moderada por el
género y el nivel profesional. También, se encontró que la influencia de la
masculinidad en las decisiones económicas es moderada por el nivel profesional.
Finalmente, basado en nuestros hallazgos, proponemos aplicaciones gerenciales
para mejorar la gestión de instituciones que tienen operaciones en Bolivia.

Palabras clave: Cultura, Bienestar Económico, Decisiones Económicas, Bolivia.


Códigos JEL: Z1, A130, A120, O54

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¿La cultura influencia las decisiones y el bienestar económico de los bolivianos?

HERBAS-TORRICO, Boris Christian


Universidad Católica Boliviana “San Pablo” - BOLIVIA
GARAY-ANAYA, Gonzalo
Universidad Mayor de San Simón - BOLIVIA

Resumen

Muchos estudios internacionales han examinado la influencia de la cultura en las decisiones


económicas y el bienestar de las personas. Sin embargo, en Bolivia aún se desconoce si la
cultura influencia las decisiones económicas y el bienestar económico de sus habitantes.
Este desconocimiento limita el desarrollo de estrategias institucionales orientadas a
entender el mecanismo mediante el que los agentes económicos bolivianos toman
decisiones y además de qué manera estas decisiones afectan a su bienestar económico.
Utilizando las dimensiones culturales de Hofstede, datos empíricos recolectados en Bolivia
y análisis estructural de ecuaciones, nuestro estudio propone que la cultura boliviana
influencia las decisiones y el bienestar económico de los individuos. Específicamente,
nuestros resultados sugieren que la distancia de poder, masculinidad y orientación a largo
plazo influencian: (a) directamente las decisiones económicas; e (b) indirectamente el
bienestar económico. Además, análisis adicionales encontraron que la influencia de la
distancia de poder en el bienestar económico se encuentra moderada por el género y el nivel
profesional. También, se encontró que la influencia de la masculinidad en las decisiones
económicas es moderada por el nivel profesional. Finalmente, basado en nuestros hallazgos,
proponemos aplicaciones gerenciales para mejorar la gestión de instituciones que tienen
operaciones en Bolivia.

Palabras clave: Cultura, Bienestar Económico, Decisiones Económicas, Bolivia


Clasificación JEL: Z1, A130, A120, O54

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I. Introducción

Actualmente, la cultura trae un nuevo aporte a la economía incorporando el análisis del


contexto social. Este aporte describe un nuevo homo economicus que se asemeja mucho más
al comportamiento real de los individuos [Ferber y Nelson, 1993, p. 150]. Específicamente,
la literatura académica sugiere que las necesidades de los individuos dependen del contexto
social y con quién interactúan [Akerlof y Kranton, 2010, p. 13]. Estas necesidades derivan
de normas culturales que definen las reglas sociales respecto a cómo se debería comportar
un individuo en diferentes situaciones. Además, estas reglas sociales se caracterizan por ser:
(a) algunas veces explicitas; (b) algunas veces implícitas; (c) largamente internalizadas; y
(d) profundamente arraigadas. Por tanto, las reglas sociales son aquellos rasgos definitivos
de la cultura de una sociedad y que permiten explicar el comportamiento social de los
individuos. Entonces, la incorporación de la cultura en los modelos económicos permite el
desarrollo de nuevas teorías de toma de decisiones donde se incorpora el contexto social en
el que operan los individuos [Akerlof y Kranton, 2010, p.1 5].

A nivel internacional, la literatura académica muestra un marcado interés por el estudio de


la influencia de la cultura en las decisiones económicas. Sin embargo, en Bolivia el estudio
de este fenómeno se ha limitado a estudios de tipo cualitativo que no presentan evidencia
empírica de las teorías propuestas. Respondiendo a este vacío en la literatura, nuestra
investigación utiliza información empírica para realizar dos contribuciones a la literatura
económica latinoamericana.

Primero, se sugerirá que a nivel individual, la cultura influencia de forma directa la toma de
decisiones económicas de los bolivianos. La economía clásica consideraba que los
individuos tomaban decisiones puramente racionales y que éstas no eran influenciadas por
el entorno. Actualmente, ésta perspectiva sigue siendo utilizada por muchos economistas
en Bolivia para el desarrollo de modelos econométricos. Sin embargo, evidencia del área de
psicología y neuro-economía propone que los individuos toman decisiones basadas en el
contexto social en el que se encuentran [Ariely y Norton, 2008, p. 5]. Entonces, la literatura
sugiere que los modelos econométricos en Bolivia también deberían incorporar variables
relacionadas con el entorno, como la cultura.

Segundo, nuestra investigación propone que la cultura influencia indirectamente el


bienestar económico de los individuos a través de las decisiones económicas. Algunas
investigaciones sugieren que la cultura de los individuos influencia directamente su
bienestar económico [Diener et al., 2003, p. 41]. También, otros estudios, como los
realizados por Briley et al. [2000, p. 173], encontraron evidencia de que la cultura influencia
directamente la toma de decisiones. Además, otros autores sugieren que las decisiones
económicas influencian el bienestar económico de los individuos [Maslow, 1970, p. 164;
Frey y Stutzer, 2010, p. 430; Veenhoven, 1991, p. 10 y otros]. En consecuencia, nuestra
investigación propone que la cultura influencia indirectamente el bienestar económico a
través de la toma de decisiones económicas.

Tomando como base las dimensiones culturales de Hofstede [1980], teorías psicológicas y
teorías de la neuroeconomía, nuestra investigación transfiere conocimientos del área social
al contexto de la economía explicando el mecanismo mediante el cual la cultura influencia
las decisiones económicas y el bienestar económico de los bolivianos. Se probará las
hipótesis con datos recolectados en los departamentos de Cochabamba y La Paz (Bolivia) y
se utilizará ecuaciones estructurales para el procesamiento de los mismos. Finalmente, los
hallazgos de la investigación permitirán el desarrollo de aplicaciones económicas y
gerenciales para la mejora de la gestión de instituciones nacionales e internacionales que
operan en Bolivia.

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II. Modelo conceptual

II.1. Estado del arte

Los economistas clásicos no tenían ningún problema en utilizar la cultura para explicar los
fenómenos económicos. Según Mill [1843, p. 484], Adam Smith en su obra “Una Teoría de
los Sentimientos Morales” veía a la cultura como una parte integral de la “Riqueza de las
Naciones”. De forma similar Mill consideraba a las restricciones culturales como algunas
veces más importantes que las actividades de interés personal. También, Marx [1859, p. 20]
consideraba que la cultura determinaba las relaciones económicas. Específicamente, Marx
proponía que la tecnología subyacente determina el tipo de estructura y cultura que
prevalece. Posteriormente, Weber [1930, p. 20] sugiere que la religión es crucial para el
desarrollo del capitalismo. Según Weber, todo nuevo orden económico inicialmente
enfrentaría resistencia. Desde esa perspectiva, los incentivos económicos no son suficientes
para motivar a los emprendedores a romper el orden existente. En consecuencia, Weber
propone que la reforma protestante enseñó a los individuos que la búsqueda de la riqueza
no debería ser considerada como una simple ventaja, sino más bien un deber.

Posteriormente Gramsci [1949, p. 48] reconoce el rol jugado por la cultura en la historia.
Gramsci propone que el poder no es meramente dominio sino también hegemonía. Es decir,
la habilidad de influenciar a la sociedad moral e intelectualmente. Entonces, en la lucha de
clases los trabajadores pueden ganar consenso con otros grupos sociales a través de la
enseñanza de su visión de mundo y el sistema de valores de otras clases. Según Gramsci, la
hegemonía cultural (control de la vida intelectual de una sociedad por meramente medios
culturales) es crucial para la dominación económica y política. En consecuencia, Gramsci
proone que no solamente los intereses económicos, sino la cultura dominante puede
explicar los resultados políticos. Luego, Polanyi et al. [1957, p. 84] coinciden con Weber en
que la religión es importante para el establecimiento de mercados, pero también ven a la
religión y cultura como un factor para moderar los excesos de los mismos.

En las décadas posteriores a la segunda guerra mundial, los análisis de Gramsci y Polanyi
fueron de enorme influencia en la ciencia política y sociología pero no así en la economía
[DiMaggio, 1994, p. 16]. A medida que la economía incrementaba su sofisticación
matemática y expandía la cantidad de sus herramientas disponibles, no sentía la necesidad
de introducir nuevas variables explicativas como la cultura. En consecuencia, la economía
no solamente perdió interés en su relación con la cultura, sino que a medida que se volvía
más confiada en sus capacidades, comenzó a explicar a la cultura como un mero resultado
de las fuerzas económicas [Sapienza et al., 2006, p. 18].

Posteriormente, Stigler y Becker [1977, p. 77] endogenizan las preferencias de los


consumidores comenzando de una utilidad común y asumiendo un nivel diferente de
inversiones. También, Iannaccone [1988, p. 267] y Coleman [1990, p. 304] comienzan a
interpretar las normas religiosas y sociales como el resultado de optimizaciones a nivel de
grupo. Este enfoque dio lugar a una gran cantidad de investigaciones que endogenizaban
muchos aspectos culturales. Por ejemplo, Glaeser et al. [2002, p. 457] extendieron la teoría
de inversión en el capital humano a la inversión en habilidades sociales y las interacciones
sociales de los individuos. Estos trabajos se caracterizaban por dar poco espacio al estudio
del rol independiente de la cultura. Desde el punto de vista de esos enfoques, la cultura
solamente jugaba un rol de coordinación.

A continuación, aparecen economistas no tradicionales que comienzan a relacionar el


análisis económico con los factores culturales. Por ejemplo, Hirschman [1967, p. 4] propone
que la cultura tiene una influencia causal en los resultados económicos y políticos. También,

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Banfield [1958, p. 9] propone una explicación cultural al subdesarrollo. Específicamente,
Banfield propone que el subdesarrollo del sur de Italia se debe a la excesiva búsqueda de
intereses personales de sus habitantes. De forma similar, Putnam [1993, p. 83] sugiere que
la cultura altruista influencia la calidad de las instituciones políticas. Luego, Fukuyama
[1996, p. 196] relaciona la confianza con el desarrollo económico. Sin embargo, Fukuyama
no distingue claramente entre la confianza que surge de mejores instituciones y el
componente cultural de la confianza.

Después, Landes [1998, p. 442] enfatiza que el éxito de las economías nacionales depende
de actitudes basadas en factores culturales. Luego, Henrich et al. [2001, p. 77] encontraron
evidencia que la estructura de producción existente determina las creencias y cultura de
una sociedad. Por otro lado, Henrich et al. [2001, p. 73] sugieren que cuando se forma la
cultura de una sociedad, ésta persiste e impacta las relaciones económicas, más allá de los
aspectos iniciales que la formaron. A continuación, Hoff y Pandey [2004, p. 25] encontraron
que las diferencias de castas influencian el rendimiento individual a través de la
modificación de las expectativas individuales. Adicionalmente, otros investigadores como
Barro y McCleary [2004, p. 38] también encontraron que la cultura influencia el crecimiento
económico. Específicamente, Barro y McCleary sugieren que las creencias religiosas tienen
un impacto positivo en el crecimiento económico. De la misma manera, Akerlof y Kranton
[2000, p. 727] proponen la inclusión de las identidades sociales en los modelos económicos
estándar. Específicamente, Akerlof y Kranton sugieren que la función de utilidad debe
incluir los beneficios monetarios y la utilidad de la identidad. Luego, Shayo [2009, p. 30]
utiliza el concepto de identidad social, propuesto por Akerlof y Kranton, y encuentra que la
identidad social es más común entre la gente con menores ingresos económicos. Además,
Shayo encuentra evidencia que la identidad social tiende a reducir el apoyo a la
redistribución económica. Después, Benjamin, et al. [2010, p. 1920] sugieren que la
identidad social influencia las preferencias temporales y de riesgo en los agentes
económicos. A continuación, Steenkamp y Geyskens [2012, p. 252] establecen que la cultura
influencia las decisiones económicas en las organizaciones.

Lo anteriormente expuesto sugiere que la cultura puede ser considerada como otra variable
que influencia los resultados económicos. Sin embargo, a la fecha, la literatura no muestra
un enfoque dominante para el estudio de la influencia de la cultura en los resultados
económicos.

Un enfoque muy conocido en el estudio de la cultura es el propuesto por Hofstede [1980, p.


24]. Hofstede, define a la cultura nacional como un conjunto de características que
influencian la forma en que la gente reacciona al medio ambiente y que determina la
membresía de grupos. En su caracterización de la cultura nacional, Hofstede propone cinco
dimensiones independientes que explican la variación cultural entre naciones. Estas
dimensiones son: (a) distancia de poder; (b) evasión de incertidumbre; (c) individualismo;
(d) masculinidad; y (e) orientación a largo plazo.

Según Hofstede [1980, p. 28], la distancia de poder indica el grado en el que una sociedad
acepta que el poder en las instituciones y organizaciones está distribuido desigualmente. En
este tipo de sociedades, los individuos tienen una alta dependencia de reglas centralizadas,
formales y autoritarias con un estricto control sobre el poder y sus normas. Por ejemplo, en
Francia las personas aceptan las grandes diferencias en poder y autoridad entre individuos
en diferentes niveles ocupacionales y/o clases sociales. En cambio, en Suecia e Israel las
personas no aceptan las diferencias de poder y autoridad [Tosi y Greckhamer, 2004, p. 657].
Más aun, según Tosi y Greckhamer las organizaciones son estructuras de autoridad y poder
que tienden a reflejar como se ve el poder dentro de una sociedad. Esta es la razón por la
que en sociedades con alta distancia de poder: (a) se ofertan mayores salarios a los gerentes;
(b) existen muchas posiciones de supervisión; (c) se da una mayor importancia a los

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oficinistas que a los obreros; (d) existen grandes diferencias entre los salarios de la
dirección y los empleados; y (e) el control del dinero y recursos es una de las mayores
prioridades para los gerentes.

La segunda dimensión propuesta por Hofstede [1980, p. 20] es la evasión de incertidumbre.


Esta dimensión indica el grado en el que una sociedad se siente amenazada por situaciones
de incertidumbre e intenta evitar estas situaciones: (a) dando mayor estabilidad laboral; (b)
estableciendo reglas apropiadas; (c) creyendo en verdades absolutas; y (d) buscando el
logro de la experticia. Sin embargo, en este tipo de sociedades no se toleran ideas y
comportamientos que se desvíen del estándar. Más aun, la evasión de incertidumbre
muestra el grado en el que una sociedad lidia con ambigüedades inherentes y las
complejidades de la vida [Kreiser et al., 2013, p. 273]. En países con alta evasión de
incertidumbre, los procedimientos estandarizados, las estructuras claras y las reglas, son
aceptadas debido a que traen estabilidad. En contraste, en países donde existe baja evasión
de incertidumbre, las situaciones no familiares son aceptadas por la gente. Más aun, en
países con escenarios de baja evasión de incertidumbre la gente tiene menor resistencia a
cambiar [Hofstede, 1991, p. 171].

La siguiente dimensión propuesta por Hofstede es el individualismo. Esta dimensión


implica una red social no cohesionada en la que se espera que las personas cuiden de sí
mismas y de su familia inmediata [Hofstede, 1980, p. 18]. Es decir, esta dimensión define la
independencia de los miembros de una sociedad. Kreiser et al. [2013, p. 273] definen al
individualismo como la relación entre la colectividad y el individuo en una sociedad. Por
ejemplo, en países con alto individualismo (EEUU, Canadá y el Reino Unido) se tiende a dar
más importancia a las necesidades, preocupaciones e intereses individuales que a las de
grupo.

La cuarta dimensión sugerida por Hofstede es la masculinidad. Según Hofstede [1991, p.


120] ésta dimensión expresa el grado en el que los valores dominantes de una sociedad son
“masculinos”. Específicamente, estos valores son: (a) la asertividad; (b) la adquisición de
dinero y bienes; y (c) el no preocuparse por otros [Hofstede, 1991, p. 117]. El principio
subyacente de esta dimensión sugiere que las mujeres generalmente ponen énfasis en
factores sociales. En cambio, los hombres prestan más atención a las metas del ego (dinero
y carreras). Además, Hofstede sugiere que en una sociedad con alta masculinidad la
principal motivación son los logros y la competición. Sin embargo, en sociedades con baja
masculinidad la calidad de vida y el cuidar de los demás son símbolos de éxito.

La quinta dimensión es la orientación a largo plazo. De acuerdo a Hofstede [1991, p. 14], la


orientación a largo plazo representa a una sociedad que fomenta los valores orientados
hacia las recompensas futuras. Específicamente, en estas sociedades se valoran la
adaptación, la perseverancia y la frugalidad. En las sociedades que se valora la orientación
a largo plazo se tienen organizaciones que muestran una mayor apertura a cambios
continuos impulsados por las importaciones como forma de incrementar la competencia
[Yoo et al., 2011, p. 193]. Además, los individuos en estas sociedades valoran el estatus,
honor y reputación en la organización enfatizando la jerarquía y el orden.

A pesar de la existencia de todas estas dimensiones culturales, Horst [1996] indica que no
se requiere que todos los miembros de una sociedad sigan todas las dimensiones culturales
propuestas en todos los aspectos de sus vidas. Según Morrison [2000, p. 59], es importante
reconocer que ningún individuo es el esclavo de la cultura de una nación. Esto sugiere que
existirán individuos que generalmente se desvían de las normas culturales existentes de
una sociedad.

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Las dimensiones culturales de Hofstede no establecen de forma directa la relación entre la
cultura y la economía. Sin embargo, Steenkamp et al. [2012, p. 255] encontraron evidencia
que las dimensiones culturales de Hofstede influencian las decisiones de los agentes
económicos. Más aun, la teoría cultural enfatiza que la cultura de una sociedad sirve como
una restricción que regula las actividades económicas, y que además proporciona las reglas
escritas y no escritas del juego económico [Peng y Heath, 1996, p. 492]. También, las
prioridades de la cultura nacional reflejaran los asuntos y problemas básicos que las
sociedades deben enfrentar para regular la actividad humana. Entonces, las prioridades
culturales compartidas en una sociedad ayudan a establecer las recompensas económicas y
sociales en las que las organizaciones y gerentes deben adaptarse para funcionar armoniosa
y eficazmente en una sociedad [Smith y Schwartz, 1997, p. 77]. Asimismo, las prioridades
culturales fomentan la selección de opciones decisionales que se encuentran alineadas con
los intereses de la sociedad. En cambio aquellas opciones decisionales que vayan en contra
de los intereses de la sociedad serán desalentadas [Hofstede, 1980, p. 28]. En consecuencia,
las dimensiones culturales de Hofstede se constituyen en un marco útil para el estudio de la
influencia de la cultura en las decisiones económicas.

II.2. Modelo conceptual y definiciones

Los economistas tienen una forma de describir la motivación: describen que los individuos
tienen una “función de utilidad”. Esta es una expresión matemática que caracteriza a la gente
respecto a lo que le importa. Por ejemplo, una persona puede importarle su consumo actual
y su consumo futuro. En consecuencia, esa persona tomara decisiones que buscan
maximizar su función de utilidad.

La mayoría de los análisis económicos se concentran en motivaciones monetarias. Sin


embargo, hoy en día la economía no solamente trata sobre el dinero. Actualmente, muchos
economistas creen que también se debería estudiar los motivos no monetarios. Para ese
propósito, se desarrollaron funciones de utilidad que expresan un diverso grupo de gustos
y preferencias. Por ejemplo, el deseo de tener hijos, la preocupación por el estatus, el deseo
de justicia y retribución, etc.

Sin embargo, los economistas han mantenido la suposición básica de que los gustos y
preferencias son características individuales independientes del contexto social. Es decir,
según la economía clásica algunos individuos les importan más los hijos, a otros no tanto. A
algunas personas les importa más el estatus, a otras menos, etc. Esta suposición ignora el
hecho de que la importancia de ciertas cosas y la temporalidad de esa importancia dependen
de la identidad de los individuos. Por ejemplo, la “justicia” fue un concepto propuesto en la
literatura por economistas líderes como Nash [1953, p. 136], Varian [1974, p. 63], Rabin
[1993, p. 1281] y Fehr y Schmidt [1999, p. 817]. Estos economistas sugerían que a la gente
le importa la justicia y ser tratados justamente. Entonces, la función de utilidad debería
tomar en cuenta esas preocupaciones. Más aun, el concepto de justicia puede explicar
diferentes experimentos de laboratorio donde los individuos en lugar de maximizar la
recompensa monetaria propia prefieren elegir opciones que parecen “justas” [Camerer y
Thaler, 1995, p. 218].

En el mundo real, las concepciones de los individuos respecto a la justicia no están aisladas
en un laboratorio, sino que dependen de un contexto social. En muchos lugares del mundo
un cierto trato hacia la gente puede ser considerado justo y natural. Sin embargo, en otros
lugares ese mismo trato puede ser considerado injusto y cruel. Por ejemplo, en India, la casta
social alta no trata a todas las castas de igual forma. De forma similar en EEUU,
históricamente los blancos no han tratado de forma igualitaria a los negros.

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Estos ejemplos tienen algo en común: todos están relacionados con las identidades de la
gente. Estas identidades están determinadas por normas que determinan el
comportamiento de los individuos bajo un contexto social. La cultura se define como la
acumulación de los significados, rituales, normas y tradiciones compartidas entre los
miembros de una organización o una sociedad que determina su identidad social [Solomon,
2004, p.36]. En consecuencia, la cultura determina la identidad social de los individuos y
cómo se comportan en un contexto social.

Desde la perspectiva de los individuos, la cultura es conocimiento. Es parte de ese


conocimiento lo que da la redundancia necesaria para hacer que un estímulo sea placentero.
Es decir, la cultura es la información preliminar que un individuo necesita para disfrutar el
procesamiento de más información. Específicamente, desde el punto de vista económico, la
cultura es el entrenamiento y habilidades necesarias para disfrutar estímulos satisfactorios
cuyo placer requiere habilidades y entrenamiento [Scitovsky, 1976, p. 226]. Mientras más
entrenamiento se requiera para lograr una habilidad, ésta será más respetada. Por esta
razón, en las sociedades, algunas formas de cultura son más valoradas que otras. Entonces,
desde el punto de vista económico la cultura es la información que el individuo utiliza para
evaluar sus opciones y tomar decisiones económicas.

Desde el punto de vista cognitivo, la cultura hace que los individuos contextualicen las
situaciones más allá de las utilidades. Por ejemplo, cuando se evalúan las utilidades de una
situación, tiene sentido social considerar la utilidad positiva de consumir una manzana más
la utilidad negativa de la vergüenza de levantar la última manzana de un frutero [Stanovich,
2013, p. 5]. Más aun, no es difícil demostrar que los seres humanos incorporan un conjunto
de características psicológicas, sociales y emocionales en las opciones que analizan cuando
están en una situación de toma de decisiones. Por ejemplo, investigaciones realizadas con
el juego del ultimátum muestran que los individuos utilizan información contextual para
tomar decisiones [Camerer y Fehr, 2006, p. 49]. En consecuencia, los individuos se
caracterizan por ser grandes contextualizadores sociales que responden a señales sutiles
del medio ambiente y son sensibles a los matices de las interacciones sociales. Todo esto
sugiere que las características contextuales que los individuos codifican internamente, para
la toma de decisiones, son inestables por buenas (el mundo social es inestable) y malas
razones (las señales son muchas y varían para ser codificadas consistentemente en el
tiempo). Entonces, a medida que aparecen más señales contextuales se crean más
oportunidades para la violación de los axiomas de la racionalidad que fue propuesta por la
economía clásica. En consecuencia, la alta complejidad de la información causa que: (a) no
se cumplan los requerimientos de consistencia de acciones de la economía clásica
[Stanovich, 2013, p. 8]; y (b) los individuos utilicen a las interacciones sociales como fuente
de información decisional. En consecuencia, la cultura influencia las decisiones económicas
de los individuos (ver Gráfico 1).

Como se mencionó anteriormente, los aspectos que valora una cultura proveen un enfoque
para que los individuos decidan lo que es importante, verdadero, correcto y bueno en sus
vidas. Entonces, estas valoraciones juegan un rol importante en la definición de relaciones
y significados. La mayoría de las sociedades tienden a reforzar valores que enfatizan las
obligaciones sociales penalizando el comportamiento antisocial. Es decir, esos valores
buscan que los individuos construyan y mantengan fuertes y harmoniosas relaciones
sociales para poder enfrentar las adversidades [Eckersley, 2001, p. 51]. Según Nowak y
Sigmund [2005, p. 1291] ese comportamiento se debe a procesos evolutivos de selección
natural. Específicamente, Nowak y Sigmund sugieren que históricamente las sociedades
humanas se organizaron alrededor de interacciones cooperativas caracterizadas por la
reciprocidad directa e indirecta. En consecuencia, la literatura sugiere que las decisiones
económicas de los individuos son valorizadas de acuerdo a las interacciones cooperativas
que prioriza una cultura.

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Lo anteriormente mencionado hizo que algunos economistas se enfoquen en el valor de las
relaciones sociales y los beneficios económicos que resultan de las redes sociales.
Específicamente, diferentes investigadores encontraron evidencia de que las redes sociales:
(a) facilitan una mayor cooperación con resultados superiores en comparación a
comportamientos no cooperativos [Ostrom, 2000, p. 172] (b) ayudan a la difusión de
innovaciones [Rogers, 1995, p. 38]; (c) bajan los costos de transacción a través de la
reducción de información imperfecta [Fafchamps y Minten, 1999, p. 33]; (d) son una fuente
de seguros informales [Morduch, 1999, p. 187]; (e) mejoran los servicios y eficacia de
gobiernos [Putnam, 1993, p. 180]; y (f) realizan la función de monitoreo social previniendo
acciones que incrementan ganancias individuales a expensas del bienestar del grupo.

Bajo lo anteriormente expuesto, la literatura sugiere que cultura ofrece un marco de


valoraciones que enfatizan obligaciones sociales e incrementan el bienestar económico de
los individuos. En consecuencia, la cultura influencia el bienestar económico (ver Gráfico 1).

Finalmente, los ingresos son una parte fundamental de las personas. La gente utiliza una
gran parte de su tiempo ganando y gastando sus ingresos. Las buenas decisiones
económicas incrementan los ingresos de los individuos maximizando su función de utilidad.
Específicamente, mayores ingresos permiten a la gente satisfacer sus necesidades de forma
confortable. Además, mayores ingresos permiten una gran libertad de acción y consumo
permitiendo una mayor autorrealización y el logro exitoso de actividades. En consecuencia,
las decisiones económicas influencian el bienestar económico de los individuos (ver Gráfico
1).

Gráfico 1 Modelo conceptual e hipótesis

Etapas Información Toma de Decisiones Efectos

+
Proceso
Cultura
+ Decisiones + Bienestar
Económicas Económico

Hipótesis: H1 H2 H3

Fuente: Elaboración propia

III. Desarrollo de hipótesis

A continuación, se presentan las hipótesis específicas del estudio. Primeramente, se


presentan hipótesis relacionadas a la influencia de la cultura en las decisiones económicas
y el bienestar económico. Específicamente, para esta investigación se seleccionaron
aquellas dimensiones culturales de Hofstede que muestran mayor relación con la literatura
de decisiones y bienestar económico: distancia de poder, masculinidad y orientación a largo
plazo. Además, en esta sección se desarrolla una hipótesis respecto a la influencia de las
decisiones económicas en el bienestar económico.

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III.1. Influencia de la cultura en las decisiones económicas y el bienestar económico

III.1.1. Distancia de poder

En sociedades con alta distancia de poder, las personas de mayor nivel jerárquico
ocupacional o de clase social tienden a mostrar diferencias de poder y autoridad respecto a
individuos con menor nivel jerárquico ocupacional o de clase social. Esto causa que aquellos
individuos que tengan una mayor distancia de poder tomen decisiones económicas que los
diferencien de los miembros de menor nivel jerárquico o de clase social. Además, los
individuos con una mayor distancia de poder muestran una marcada preferencia por reglas
formales. Entonces, los individuos con alta distancia de poder tomaran decisiones
económicas formales que los diferencien de individuos con menor nivel jerárquico o de
clase social. Específicamente, según Zhang et al. [2010, p. 945] el autocontrol está asociado
con individuos se caracterizan por demostrar una alta distancia de poder. En consecuencia,
la distancia de poder activa procesos mentales de autocontrol que llevan a los individuos a
decisiones económicas formales que luego se traducen en mejores decisiones económicas.

H1a: La distancia de poder influencia positivamente las decisiones económicas.

Además, en las sociedades alta distancia de poder, se tienden a ofertar mejores salarios a
personas en cargos de supervisión (ejecutivos/oficinistas) que a personas en cargos de
menor jerarquía (obreros). Específicamente, según Schuler y Rogovsky [1998, p. 159] en
sociedades con alta distancia de poder los sistemas de compensación no son igualitarios
dando mayores compensaciones a los individuos de mayor nivel jerárquico. En
consecuencia, la distancia de poder causa que los individuos con mayor nivel jerárquico o
de clase social tengan un mayor bienestar económico que los individuos con menor nivel
jerárquico de clase social.

H2a: La distancia de poder influencia positivamente el bienestar económico.

III.1.2. Masculinidad

En sociedades con alta masculinidad uno de los valores dominantes es la adquisición de


dinero y bienes. Más aun, en sociedades con alta masculinidad los individuos dan mayor
importancia a metas del ego anteponiendo los logros y la competición a los factores sociales.
Específicamente, la competición es un valor altamente relacionado con la tendencia de
actuar de forma no planificada y sin pensamiento consciente (impulsividad) [Archer y
Webb, 2006, p. 464]. Desde el punto de vista de la toma de decisiones, Levi et al. [2003]
encontraron evidencia que individuos con alta masculinidad muestran un menor
involucramiento en las decisiones que realizan. En consecuencia, la literatura sugiere que
en la masculinidad: (a) incrementa la competitividad; (b) incrementa la impulsividad; y (c)
disminuye el interés y proclividad a tomar decisiones planificadas. Entonces, la
masculinidad causa que los individuos tomen decisiones económicas negativas hechas de
forma impulsiva, desinteresada y sin planificación.

H1b: La masculinidad influencia negativamente las decisiones económicas.

Como se mencionó anteriormente, la masculinidad hace que los individuos tomen


decisiones económicas impulsivas, desinteresadas y sin planificación. Específicamente,
según Kahneman [2011, p. 15] los individuos que son impulsivos siguen sus intuiciones y
se caracterizan por: (a) ser impacientes; (b) buscar gratificación inmediata; y (c) tomar

11
riesgos (por ejemplo, riesgos financieros Pesti y Penz [2008, p. 180]). En consecuencia, la
masculinidad causa una mayor dependencia de las intuiciones haciendo que los individuos
tomen decisiones económicas impulsivas, desinteresadas, y sin planificación que luego
afectan negativamente a su bienestar económico.

H2b: La masculinidad influencia negativamente el bienestar económico.

III.1.3. Orientación a largo plazo

En sociedades con orientación a largo plazo, los individuos están dispuestos a retrasar el
éxito material o social a corto plazo para prepararse para el futuro. En principio, la
preparación exitosa para cualquier actividad requiere una buena planificación. Según
Ashkanasy [2015, p. 285] los individuos con orientación a largo plazo planifican su futuro y
evalúan sus acciones actuales en relación con los efectos futuros. Además, la orientación a
largo plazo hace que los individuos analicen una gran cantidad de información para la toma
de decisiones económicas [Wang y Bansal, 2012, p.1135]. Así también, Cannon et al. [2010,
p. 506] encontraron evidencia que las relaciones económicas a largo plazo son beneficiosas
para los individuos y las empresas. En consecuencia, la orientación a largo plazo hace que
los individuos realicen una buena planificación basada en la búsqueda de una gran cantidad
de información que luego les permite tomar buenas decisiones económicas.

H1c: La orientación a largo plazo influencia positivamente las decisiones económicas.

Según Zimbardo y Boyd [1999, p. 1271], la orientación a largo plazo es una característica
estable de las personas que tiene una influencia significativa en su comportamiento.
Específicamente, la orientación a largo plazo se encuentra relacionada con la
autorregulación psicológica. Según Baumeister et al. [1998, p. 1252] la autorregulación
psicológica ayuda a los individuos a restringir impulsos y acciones indeseables. Bajo lo
anteriormente expuesto, la literatura sugiere que la autorregulación tiene implicaciones
directas con el bienestar económico de los individuos. Es decir, la autorregulación ayuda a
que las personas se restrinjan de gastar dinero en el corto plazo para poder maximizar su
bienestar económico en el largo plazo [Howlett et al., 2008, p. 223]. En consecuencia, la
orientación a largo plazo causa que los individuos autorregulen su comportamiento
restringiendo impulsos y comportamientos económicos indeseables que luego les permiten
maximizar su bienestar económico.

H2c: La orientación a largo plazo influencia positivamente el bienestar económico.

III.2. Influencia de las decisiones económicas en el bienestar económico

Según la teoría de la habitabilidad [Veenhoven, 1991, p. 32] el bienestar de las personas se


incrementa solo si les permite satisfacer sus necesidades innatas. De forma similar, en la
teoría de las necesidades de Maslow [1970, p. 29] se sugiere que los incrementos en los
ingresos económicos por encima de las necesidades básicas producen incrementos en el
bienestar de las personas. En general, la teoría económica propone que buenas decisiones
económicas incrementan los ingresos de los individuos. En consecuencia, las buenas
decisiones económicas incrementan los ingresos de los individuos, satisfacen sus
necesidades innatas e incrementan su bienestar económico.

H3: Las decisiones económicas influencian positivamente el bienestar económico.

12
IV. Metodología

Se diseñó un cuestionario para poder probar las hipótesis y validar empíricamente el


modelo conceptual propuesto. El cuestionario incluía escalas de multi-item que permitieron
la construcción de variables latentes. Específicamente, las mediciones de dimensiones
culturales utilizaron dos ítems. En cambio, las mediciones de decisiones económicas y
bienestar económico utilizaron tres ítems. El Apéndice presenta un resumen de las medidas
utilizadas, así como los ítems y sus fuentes en la literatura.

Una vez que se determinaron las preguntas a ser utilizadas en el cuestionario, en el mes de
Octubre de 2014 se realizó una prueba piloto con estudiantes de una universidad pública
de Bolivia. Después de revisar las características psicométricas de las respuestas, se
modificaron aquellos ítems que mostraban baja fiabilidad estadística. Desde Febrero a Abril
de 2015 se recolectaron datos en los departamentos de Cochabamba y La Paz. Debido a que
la encuesta requería conocimiento sobre decisiones económicas la recolección se enfocó en
personas con formación universitaria. Basado en conocimientos del mercado boliviano se
seleccionó un grupo de empresas y universidades a las que se contactó de forma personal
para obtener su apoyo para la recolección anónima de datos. De 910 encuestas distribuidas
se obtuvo una muestra de 773 encuestas completas y válidas [tasa de respuesta: 84.9%].
Además, en el total de encuestas validas: (a) 52% son mujeres y 48% son hombres; (b)
50.4% tienen edades menores o iguales a 30 años y 49.6% son mayores de 30 años; y (c)
47.4% tienen nivel profesional menor a la licenciatura y 52.6% tienen nivel profesional
igual o mayor al de licenciatura.

Se realizaron varias pruebas que apoyan la validez convergente y discriminante de las


variables en la muestra. Los siguientes resultados de análisis factorial confirmatorio [CFA]
de las variables latentes satisfacen los criterios estándar de aceptación para modelos con
más de 250 observaciones y menos de 12 variables latentes [2/df < 6, CFI  0.95; RMSEA
<0.07: Hair et al., 2010, p. 544; Kline, 2011, p. 205]: 2/df = 1.70, CFI = 0.99; RMSEA = 0.03.
Además, como se muestra en la Tabla 1, todas las variables latentes cumplen los siguientes
criterios de validez convergente y discriminante [Hair et al., 2010, p. 544]:  de Cronbach >
0.7; fiabilidad compuesta [CR] > 0.07; cargas factoriales estadísticamente significativas,
varianza media extraída [AVE] > 0.5, AVE > máxima varianza compartida con otras variables
latentes [Fornell y Larcker, 1981, p. 46].

Tabla 1 Propiedades psicométricas y correlaciones al cuadrado de las variables


latentes
Nº Variable Latente  CR AVE 1 2 3 4
1 Distancia de poder 0.76 0.76 0.62
2 Masculinidad 0.68 0.71 0.52 0.09**
3 Orientación a largo plazo 0.76 0.76 0.62 0.01** 0.02**
4 Decisiones económicas 0.78 0.78 0.55 0.00 0.01** 0.03**
5 Bienestar económico 0.88 0.88 0.72 0.02** 0.01* 0.00 0.06**
Nota: *p < 0.05; **p < 0.01. :  de Cronbach. CR: Fiabilidad compuesta.
AVE: Varianza media extraída
Fuente: Elaboración propia con los datos recolectados

Para reducir el método de varianza común [CMV] se utilizaron diferentes tipos de escala,
formatos y anclajes (ver Apéndice) [Podsakoff et al., 2003, p. 879]. Además, se calculó el
modelo con y sin un factor no medido [Bagozzi, 2011, p. 277; Lindell y Whitney, 2001, p.

13
115]. Como la introducción del factor no cambiaba sustancialmente las conclusiones, CMV
no representa una amenaza para invalidar los resultados obtenidos [Bagozzi, 2011, p. 277].

V. Resultados

V.1. Efectos principales

A continuación, se presentan los resultados de las pruebas estadísticas realizadas con los
datos recolectados.

Se seleccionó como método de análisis estadístico a las ecuaciones estructurales porque


esta metodología tiene ventajas sustanciales sobre técnicas como el análisis de
componentes principales, análisis factorial, análisis discriminante o análisis de regresión
múltiple. Según Chin [1998, p. 1] y Hair et al. [2010, p. 544 ], a diferencia de otras técnicas,
el análisis estructural de ecuaciones da flexibilidad a los investigadores respecto a: (i)
modelamiento de relaciones entre múltiples variables dependientes para variables
independientes; (ii) construcción variables no observables (variables latentes); (iii)
modelamiento de errores en las mediciones para variables independientes; [iv] pruebas
estadísticas a priori de suposiciones teóricas y de mediciones respecto a datos empíricos
(es decir, análisis confirmatorio); y (v) establecimiento de relaciones causa-efecto.

Para probar las hipótesis planteadas se estimaron los efectos directos e indirectos
utilizando el modelo conceptual planteado (ver Gráfico 1). El Gráfico 2 muestra los efectos
directos e indirectos de las variables bajo análisis. Además, el Gráfico 2 muestra que los
índices de ajuste del modelo cumplen los criterios de aceptación estándar [Hair et al., 2010,
p. 544; Kline, 2011, p. 204]: 2/df < 5, CFI  0.95; RMSEA <0.07.

Los resultados del Gráfico 2 muestran que todas las relaciones causales son
estadísticamente significativas (excepto orientación a largo plazo a bienestar económico).
Específicamente, la distancia de poder y la masculinidad influencian significativamente el
bienestar económico (H2a y H2b respectivamente). Sin embargo, la orientación a largo
plazo no influencia significativamente el bienestar económico (H2c). En consecuencia,
nuestros datos sugieren que la cultura influencia parcialmente el bienestar económico.

Además, los resultados del Gráfico 2 muestran que todas las relaciones causales entre la
cultura y las decisiones económicas son estadísticamente significativas. Específicamente, la
distancia de poder, masculinidad y orientación a largo plazo influencian las decisiones
económicas (H1a, H1b, H1c respectivamente). Entonces, la cultura influencia directamente
las decisiones económicas.

De igual manera, el Gráfico 2 muestra que las decisiones económicas influencian


significativamente el bienestar económico (H3).

En general, los resultados presentados en el Gráfico 2 indican que todas las hipótesis
propuestas son consistentes con los datos. Sin embargo, se encontró evidencia que la
orientación a largo plazo no influencia significativamente el bienestar económico. En
consecuencia, estos resultados muestran que: (a) la cultura influencia directamente las
decisiones económicas; (b) la cultura influencia parcialmente el bienestar económico; y (c)
decisiones económicas influencian directamente el bienestar económico.

14
Gráfico 2 Efectos principales
ÍNDICES DE AJUSTE ANTECEDENTES DECISIONES EFECTOS

Cultura 0.20**

Distancia de
Poder
0.13**

N= 773
x2/df = 3.614; -0.14* Decisiones 0.24** Bienestar
CFI = 0.960; Masculinidad
Económicas Económico
RMSEA = 0.058

0.22**
Orientación a
Largo Plazo 0.04

-0.13*

Nota*: *p < 0.05; **p < 0.01.


Fuente: Elaboración propia con los datos recolectados

V.2. Efectos de moderación

Posteriormente, se realizaron pruebas de moderación para determinar aquellas relaciones


entre variables del modelo que muestran interacciones. Para este propósito se
seleccionaron las siguientes variables: (a) edad; (b) género; y (c) nivel profesional. Debido
a que los términos de interacción no pueden ser directamente modelados en las ecuaciones
estructurales, se clasificó las variables bajo análisis multigrupos. Para realizar el análisis
multigrupos, se utilizó la prueba de diferencia de radios críticos y test de diferencias de 2
[Anderson y Gerbing, 1988, p. 416; Schermelleh et al., 2003, p. 31]. Ambos métodos
mostraron resultados idénticos en términos de la existencia de interacción entre variables.

Gráfico 3 Efectos moderadores del género y el nivel profesional


ÍNDICES DE AJUSTE ANTECEDENTES DECISIONES EFECTOS

0.27** 0.11
Cultura

Distancia de
Poder

Género
N= 768
x2/df = 2.485; Decisiones Bienestar
Masculinidad
CFI = 0.955; Económicas Económico
RMSEA = 0.044

Orientación a
Largo Plazo

Cultura 0.08 0.29**

Distancia de
Poder

Nivel profesional -0.02 -0.14*


N= 763
x2/df = 2.638; Decisiones Bienestar
Masculinidad
CFI = 0.950; Económicas Económico
RMSEA = 0.046

Orientación a
Largo Plazo

Nota*: *p < 0.05; **p < 0.01.


Fuente: Elaboración propia con los datos recolectados

15
Para simplificar la presentación de resultados, en el Gráfico 2 se incluyen solamente los
coeficientes estandarizados de las relaciones que muestran moderación estadísticamente
significativa (formato: grupo 1 grupo 2) y que difieren significativamente entre los grupos
bajo análisis.

Como muestra el Gráfico 3, solo se encontraron efectos moderadores para género y nivel
profesional. Específicamente, en el caso del género, se encontró que la influencia de la
distancia de poder en el bienestar económico es significativamente más fuerte para mujeres
que para hombres (0.270.11). Bajo el modelo conceptual propuesto, este resultado
sugiere que, a diferencia de los hombres, las mujeres experimentan diferencias
significativas en los niveles de compensación debido a los niveles jerárquicos menores y que
luego causan una disminución en su bienestar económico.

En el caso de la moderación por el nivel profesional de los individuos, se encontró que la


influencia de la distancia de poder en el bienestar económico es significativamente más
fuerte para aquellos individuos que tienen una formación profesional igual o superior al
grado de licenciatura (0.080.29). Este resultado sugiere que, a diferencia de los individuos
con formación profesional menor a licenciatura, los individuos con formación de
licenciatura o superior experimentan un incremento en sus ingresos que luego incrementa
su bienestar económico.

También, como muestra el Gráfico 3, la influencia de la masculinidad en las decisiones


económicas aumenta con el nivel profesional (-0.02-0.14). Esto sugiere que a diferencia
de los individuos con menor nivel profesional, los individuos con mayor nivel profesional
se caracterizaran por una alta competitividad e impulsividad, mostrando una menor
proclividad a tomar decisiones planificadas. Esto sugiere que el nivel profesional refuerza
la influencia de la masculinidad para la toma de decisiones económicas impulsivas y no
planificadas y que luego influencia negativamente el bienestar económico. Por ejemplo, el
consumo de bienes de estatus.

VI. Discusión

VI.1. Efectos principales

La investigación busca expandir el conocimiento explicando el mecanismo mediante el que


la cultura influencia las decisiones económicas y el bienestar económico de los bolivianos.
Utilizando nuestro modelo conceptual, la investigación propuso tres hipótesis donde se
sugería que la cultura influencia directamente (indirectamente) las decisiones económicas
(bienestar económico). A su vez, se propuso que las decisiones económicas influencian el
bienestar económico de los individuos. Probamos estas hipótesis utilizando datos
recolectados en La Paz y Cochabamba y analizándolos con ecuaciones estructurales.

Respecto a los efectos principales, la investigación propuso que la cultura influencia las
decisiones económicas (H1). Para el desarrollo de la hipótesis se utilizaron tres dimensiones
culturales de Hofstede que se encuentran relacionadas con las decisiones económicas: (a)
distancia de poder; (b) masculinidad; y (c) orientación a largo plazo; y se estudió su efecto
en las decisiones económicas (H1a, H1b, H1c). Basado en ecuaciones estructurales, los
resultados confirmaron que la cultura influencia significativamente las decisiones
económicas. Específicamente, se encontró evidencia que: (a) la distancia de poder influencia
positivamente las decisiones económicas; (b) la masculinidad influencia negativamente las
decisiones económicas; y (c) la orientación a largo plazo influencia positivamente las
decisiones económicas. En consecuencia, la primera contribución esencial de nuestra

16
investigación es presentar evidencia que los bolivianos no toman decisiones
completamente racionales, sino que sus decisiones están influenciadas por el contexto
social en el que se encuentran. Esto sugiere que, similar a otras sociedades del mundo [Lee
et al., 2009, p. 184; Thaler, 2000, p. 133; Henrich et al., 2001, p. 77; Frey y Stutzer, 2010, p.
430; Gintis, 2000, p. 312 y otros], los bolivianos utilizan información contextual para la toma
de decisiones económicas.

También, esta investigación sugirió que la cultura influencia directamente el bienestar


económico de los individuos (H2). Similar a la primera hipótesis, se utilizó ecuaciones
estructurales y tres de las dimensiones culturales de Hofstede (distancia de poder,
masculinidad y orientación a largo plazo) para estudiar el efecto de la cultura en el bienestar
económico de los individuos (H2a, H2b, H2c). En particular, se encontró que la distancia de
poder y la masculinidad influencian significativamente el bienestar económico. Sin
embargo, no se encontró evidencia que la orientación a largo plazo influencie positivamente
el bienestar económico. Estos resultados sugieren que algunas dimensiones culturales
tienen una mayor influencia en el bienestar económico de los bolivianos que otras. Este
resultado indica que en una sociedad existen valores específicos que están mucho más
relacionados con el bienestar económico que otros. En el caso de nuestra investigación, los
resultados sugieren que en la sociedad boliviana, con excepción de la orientación a largo
plazo, la distancia de poder y la masculinidad se encuentran relacionados con el bienestar
económico. Esto indica que el bienestar económico está determinado por las diferencias
salariales jerárquicas (distancia de poder) y la adquisición de dinero/bienes
(masculinidad). Además, los resultados muestran que, a diferencia de las sociedades
asiáticas, el bienestar económico de los bolivianos no está determinado por la postergación
del éxito económico o social para el futuro (orientación a largo plazo). Más bien, la sociedad
boliviana se caracteriza por tener una menor orientación a corto plazo buscando el éxito
económico o social de forma inmediata.

En tercer lugar, esta investigación sugirió que las decisiones económicas influencian el
bienestar económico de los individuos (H3). Como resultado del análisis de los datos
recolectados se encontró que los datos soportan esta hipótesis. Es decir, buenas decisiones
económicas incrementan los ingresos de los individuos, lo que les permite satisfacer sus
necesidades innatas y en consecuencia incrementar su bienestar económico.

En resumen, los resultados indican que existe una influencia significativa de la cultura en
las decisiones económicas de los bolivianos. Sin embargo, a pesar que algunas dimensiones
culturales influencian el bienestar económico, su influencia no es total. En consecuencia, en
Bolivia la cultura influencia: (a) directamente las decisiones económicas de los individuos;
e (b) indirectamente el bienestar económico a través de las decisiones económicas.

VI.2. Efectos moderadores

También, se realizó el análisis de moderación del modelo utilizando la prueba de diferencia


de radios críticos y test de diferencias de 2 [Anderson y Gerbing, 1988, p. 416; Schermelleh
et al., 2003, p. 31] para variables como (a) edad; (b) genero; y (c) nivel profesional. Como
resultado del análisis se encontraron efectos moderadores significativos para las variables
relacionadas con el género y el nivel profesional.

Específicamente, en el caso de la moderación por el género, los resultados indican un


incremento en la relación distancia de poder-bienestar económico para los hombres. Esto
sugiere que, a diferencia de los hombres, las mujeres experimentan diferencias
significativas en los niveles de compensación debido a niveles jerárquicos menores y que
luego causan una disminución en su bienestar económico. Este hallazgo está acorde al

17
informe de las Naciones Unidas [2015], donde se indica que globalmente las mujeres
reciben una paga menor que los hombres. Más aun, las mujeres en la mayoría de los países
ganan alrededor de un 60 a 75 % menos que los salarios de los hombres. En consecuencia,
a diferencia de los hombres, las mujeres experimentan negativamente la existencia de
diferencias jerárquicas en los sistemas de compensación de Bolivia que luego afectan su
bienestar económico.

También, se encontró que a mayor nivel profesional la relación distancia de poder-bienestar


económico crece. Este resultado indica que, a diferencia de los individuos con menor nivel
profesional, los individuos con mayor nivel profesional experimentan incrementos
significativos en sus niveles de compensación salarial. Este resultado presenta más
evidencia de que una mayor inversión en educación logra mejores salarios en el futuro
[Osberg et al., 1987, p. 228] y un mayor bienestar económico.

Asimismo, se encontró que a mayor nivel profesional la relación masculinidad-decisiones


económicas se incrementa. Es decir, a medida que el nivel profesional se incrementa existirá
un claro incremento en la competitividad e impulsividad de los individuos influenciando el
consumo de bienes de lujo. Más aun, Omar y Kent [2001, p. 226] encontraron evidencia que
la impulsividad influencia el consumo de bienes de lujo en aeropuertos. Además, según
Hofstede [1991, p. 120] en sociedades con alta masculinidad los individuos realizan un
mayor consumo de productos que muestran estatus (bienes de lujo).

VII. Aplicaciones gerenciales

Esta investigación tiene muchas aplicaciones para los gerentes nacionales o internacionales.
Desde el punto de vista de los efectos principales, esta investigación muestra que la cultura
influencia directamente [indirectamente] las decisiones económicas [bienestar económico]
(H1, H2, H3) de los bolivianos. En Bolivia, todavía muchos economistas consideran a los
individuos como agentes racionales que no utilizan información contextual para la toma de
decisiones. Sin embargo, nuestra investigación encontró evidencia de que en Bolivia los
agentes económicos utilizan información contextual para la toma de decisiones económicas.

Además, Solomon [2004, p. 107] propone que aquellos productos y servicios que resuenan
en la cultura en cualquier punto del tiempo tienen una mayor probabilidad de ser aceptados.
Los resultados de esta investigación sugieren que la propuesta de Solomon es correcta y
explican el fenómeno presentando evidencia de que la cultura influencia las decisiones
económicas de los individuos. Específicamente, los valores de una cultura sirven como
información preliminar para la toma de decisiones económicas. En consecuencia, las
características de los productos o servicios que coincidan con los valores de los individuos,
tienen mayor probabilidad de ser aceptados y consumidos por los individuos. Por ejemplo,
Bolivia es un país en el que la mayoría de sus habitantes se identifican como católicos
[Latinobarómetro, 2014]. En consecuencia, las actividades de instituciones públicas y
privadas deberían orientarse a posicionar la imagen de sus instituciones como respetuosas
de las festividades católicas. Esto causaría que los bolivianos desarrollen actitudes positivas
y tomen decisiones económicas que impliquen el consumo de los productos o servicios que
ofertan sus instituciones.

También, los gobiernos de los países pueden beneficiarse del conocimiento de que algunas
dimensiones de la cultura influencian directamente el bienestar económico de los
individuos. Específicamente, en el caso boliviano el bienestar económico está determinado
por las diferencias salariales jerárquicas (distancia de poder) y la adquisición de
dinero/bienes (masculinidad). Actualmente, Bolivia se encuentra en la búsqueda de la
industrialización. En consecuencia, algunos de los valores que influencian el bienestar

18
económico de los bolivianos cambiarán. Por ejemplo, Inglehart y Baker [2000, p. 49]
estudiaron 65 sociedades y encontraron evidencia que cuando se dan procesos de
industrialización se dan grandes cambios culturales. Específicamente, Inglehart y Baker
encontraron que cuando existe una continuidad en el desarrollo económico se da un cambio
en los valores tradicionales de una sociedad, pero su influencia difícilmente desaparece. En
consecuencia, como muestran Inglehart y Baker, gracias a la industrialización los valores de
los bolivianos cambiarán. Sin embargo, esos cambios no serán irreversibles si el crecimiento
económico se deteriora.

De igual manera, los gobiernos pueden beneficiarse del conocimiento de que la cultura
influencia indirectamente el bienestar económico de los individuos. Específicamente, una
mayor educación financiera podría reducir el efecto indirecto las dimensiones culturales en
el bienestar económico a través de las decisiones económicas. Esta investigación presentó
evidencia de que la masculinidad promueve la impulsividad e influencia negativamente las
decisiones económicas y el bienestar económico de los individuos. En consecuencia,
instituciones públicas y privadas pueden ayudar a los bolivianos a maximizar los beneficios
de sus decisiones económicas a través de programas de educación económica-financiera
(alfabetismo financiero). Por ejemplo, en países como Australia, Canadá, Japón y EEUU, se
implementaron programas de alfabetismo financiero que enseñan a sus habitantes a tomar
decisiones económicas y financieras responsables [Ministerio de Educación de Ontario,
2015]. Utilizando esta misma idea, se podría reducir la influencia de dimensiones culturales,
como la masculinidad, que hacen que los bolivianos realicen compras impulsivas que
afectan negativamente su bienestar económico. Sin embargo, como indica Allchin [1999, p.
2] los programas que promuevan la enseñanza de la ciencia económica no estarán libres de
valores, ni tampoco promoverán un único modelo de objetividad. Las instituciones que
promuevan estos programas deberán entender la relación multifacética que existe entre la
economía y la cultura. Esto permitirá guiar de forma efectiva a los individuos para que
aprecien la naturaleza de la ciencia económica y aprovechen sus beneficios en su bienestar
económico.

Además, nuestra investigación encontró evidencia de que el género modera la relación


distancia de poder-bienestar económico. Específicamente, este hallazgo sugiere que, a
diferencia de los hombres, las mujeres perciben que en Bolivia existen diferencias
jerárquicas en los sistemas de compensación y que luego afectan negativamente su
bienestar económico. En consecuencia, las instituciones públicas y privadas deberían
buscar desarrollar programas que incentiven la equidad de género en los sistemas de
compensación para mejorar el bienestar económico no solo de los hombres sino también de
las mujeres.

De igual manera, los resultados muestran que el nivel profesional modera positivamente la
relación distancia de poder-bienestar económico. Este resultado es consistente con la idea
de que una mayor inversión en educación logra mejores salarios y mayor bienestar
económico. En consecuencia, las instituciones públicas y privadas deberían seguir
invirtiendo en la formación de recursos humanos calificados para lograr el bienestar de los
individuos y de la sociedad en su conjunto.

Finalmente, se encontró que el nivel profesional modera positivamente la relación


masculinidad-decisiones económicas. Este resultado indica que un mayor nivel profesional
hace que los individuos se comporten más impulsivamente y toman decisiones económicas
negativas. Como sugiere Omar y Kent [2001, p. 226] y Hofstede [1991, p. 120], este
comportamiento está fuertemente relacionado con el consumo de bienes de lujo. En
consecuencia, los gerentes de empresas que comercializan bienes de lujo deberían orientar
sus programas de publicidad a resaltar los valores que caracterizan a los individuos

19
impulsivos: (a) rapidez; (b) gratificación inmediata; y (c) toma de riesgos [Kahneman, 2011,
p. 15].

VIII. Limitaciones e investigaciones futuras

Una limitación de este estudio fue que los datos solamente fueron recolectados en los
departamentos de Cochabamba y La Paz. Investigaciones futuras deberían recolectar datos
en otros departamentos de Bolivia para determinar si los resultados presentados en este
estudio pueden ser generalizados a todo el territorio nacional.

Otra limitación del estudio es la recolección y uso de encuestas. Para poder validar los
resultados, otras investigaciones pueden considerar el uso de otras escalas de medición de
cultura, decisiones económicas y bienestar económico.

Basado en los resultados de esta investigación, sugerimos a los investigadores integrar la


cultura en los modelos de análisis económico. A pesar que en el pasado los modelos
explicaban a la cultura como un mero resultado de las fuerzas económicas [Sapienza et al.,
2006, p. 2], esta investigación presenta más evidencia de que los agentes económicos
utilizan información contextual para la toma de decisiones económicas que luego afecta su
bienestar económico.

20
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26
Apéndice 1
Mediciones

Variable latente Tipo de escala Ítem de medición

Distancia de poder Escala de diferencial semántico Consulta a subordinados


[Hofstede, 1980] (5 puntos) Hincapié en autoridad/poder

Masculinidad Escala de diferencial semántico Responsabilidad, ambición y decisión


[Hofstede, 1980] (5 puntos) Resolución de conflictos

Orientación a largo plazo Escala de diferencial semántico Ahorro para el futuro


[Hofstede, 1980] (5 puntos) Éxito en el futuro

Decisiones económicas Escala Likert Preparación de compras


[Frey y Stutzer, 2010] (10 puntos) Selección por calidad
Asignación de recursos según importancia

Bienestar económico Escala Likert Satisfacción económica


[Frey y Stutzer, 2010] (10 puntos) Satisfacción laboral
Satisfacción con los ingresos
Fuente: Elaboración propia con las referencias bibliográficas

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