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Historia de la Filosofía Antigua Dra.

Rosa Elvira Vargas


Universidad Antonio Ruiz de Montoya

1.3 Heráclito

Fragmentos de Heráclito
1. (1) De esta razón, que existe siempre, resultan desconocedores los hombres, tanto antes de oírla como tras
haberla oído a lo primero, pues, aunque todo transcurre conforme a esta razón, se asemejan a inexpertos teniendo
como tienen experiencia de dichos y hechos; de estos que yo voy describiendo, descomponiendo cada uno según
su naturaleza y explicando cómo se halla. Pero a los demás hombres les pasa inadvertido cuanto hacen
despiertos, igual que se olvidan de cuanto hacen dormidos.

2. (34) Escuchando sin entender, a sordos se asemejan. Les cuadra el testimonio del dicho: «presentes, están
ausentes».

3. (17) No entienden los más las cosas con las que se topan, ni pese a haberlas aprendido las conocen, pero a ellos
se lo parece.

4. (72a) Con lo que más habitualmente tratan se hallan en desacuerdo.

5. (55) Las cosas cuyo aprendizaje es vista y oído, ésas son las que yo prefiero.

6. (101a) Los ojos son testigos más exactos que los oídos.

7. (35) Muy preciso es que los hombres que aman el saber traten de enterarse de muchas cosas.

8. (123) La verdadera naturaleza gusta de ocultarse.

9. (54) Ensambladura invisible, más fuerte que la visible,

10. (22) Los buscadores de oro mucha tierra cavan y encuentran poco.

11. (18) Si uno no espera lo inesperado, no lo encontrará, pues es difícil de escudriñar y de alcanzar.

12. (86) Por desconfianza, se sustrae al conocimiento.

13. (107) Malos testigos para los hombres ojos y oídos de los que tienen espíritus que no comprenden su lenguaje.1

14. (93) El soberano [Apolo], cuyo oráculo es el que está en Delfos, no dice ni oculta, sino da señales.

15. (101) Me indagué a m í mismo,

16. (40) Erudición no enseña sensatez, pues se la habría enseñado a Hesíodo y a Pitágoras y aun a Jenófanes y a
Hecateo2.

17. (129) Pitágoras, hijo de Mnesarco, practicó la investigación más que ningún otro hombre y, tras haber escogido
estos escritos, configuró su propia sabiduría: erudición, malas artes.

18. (81) (Pitágoras) cabecilla de embaucadores.

19. (28b) Justicia se encargará de los artífices y testimonieros de mentiras.

20. (28a) Meras creencias lo que el más acreditado conoce y custodia.

21. (56) Se ven engañados los hombres respecto al conocimiento de cosas manifiestas, de modo muy semejante a
Homero, que llegó a ser tenido por más sabio que los griegos todos. Pues unos chicos que estaban matando

1
El término griego es bárbaros, que es predominantemente un concepto lingüístico, para referirse a quienes no hablan griego; de ahí la
traducción, que es la de Marcovich, y que no creo excesivamente explicativa.
2
Hesíodo es el autor épico del viii a.C., autor de Teogonia y de Trabajos y días. Hecateo es un historiador primitivo (lo que llamaban
los griegos «logógrafo» o narrador de historias), del vi/v a.C.; de Pitágoras y Jenófanes se habla en otros lugares de este libro.

Fuente: Bernabé, A. (ed.) (2008). Fragmentos Presocráticos. Madrid: Alianza, 129-136


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piojos lo confundieron al decirle: «Cuantos vimos y cogimos los dejamos, pero los que ni vimos ni cogimos los
llevamos».

22. (97) Los perros, de cierto, ladran a quien no conocen.

23. (114+2) Preciso es que los que razonan con sensatez se afiancen sobre lo común a todos, como una ciudad, en su
ley; incluso con más firmeza. Y es que se nutren todas las leyes humanas de una sola, la divina, pues su poder se
extiende todo cuanto quiere, a todas les basta e incluso sobra. Por ello es necesario seguir lo común, pero, aun
siendo la razón común, viven los más como poseedores de una inteligencia propia.

24. (89) Para los que están despiertos, el orden del mundo es uno y común, mientras que cada uno de los que
duermen se vuelve hacia uno propio.

25. (10) Conexiones, totalidades-no totalidades: convergente-divergente, consonante-disonante..., de todas las cosas,
una sola, y de una sola, todas.

26. (50) No escuchándome a mí, sino a la razón, sabio es reconocer que todas las cosas son una.

27. (51) No comprenden cómo lo divergente converge consigo mismo; ensamblaje de tensiones opuestas, como el
del arco y el de la lira.3

28. (80) Preciso es saber que la guerra es común; la justicia, contienda, y que todo acontece por la contienda y la
necesidad.

29. (53) La guerra de todos es padre, de todos rey; a los unos los designa como dioses, a los otros, como hombres; a
los unos los hace esclavos, a los otros, libres.

30. (42) Homero merecía que lo expulsaran de los certámenes y que lo apalearan, y Arquiloco4, otro tanto.

31. (125) El ciceón se descompone si no lo agitan.

32. (59) En el rodillo del cardador, recorrido recto y torcido uno son y el mismo.

33. (60) Camino arriba, camino abajo, uno y el mismo.

34. (103) Indiferente es principio y fin en el contorno de un círculo.

35. (61) Mar: agua la más pura y la más impura: para los peces, potable y salvadora; para los hombres, impotable y
mortal.

36. (13) Los cerdos disfrutan más del cieno que del agua limpia.

37. (9) Los asnos preferirían los desperdicios al oro.

38. (4) Si la felicidad consistiera en el deleite del cuerpo, diríamos que los bueyes son felices cuando encuentran
arveja para comer.

39. (48) Nombre del arco vida, pero su acción, muerte.

40. (12) A quienes penetran en los mismos ríos aguas diferentes y diferentes íes corren por encima.

41. (88) Como una misma cosa se dan en nosotros vivo y muerto, despierto y dormido, joven y viejo. Pues lo uno,
convertido, es lo otro, y lo otro, convertido, es lo uno a su vez.

42. (126) Las cosas frías se calientan, lo caliente se enfría, lo húmedo se seca, lo árido se humedece.

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En el arco, la madera tiende a enderezarse, y la cuerda, a mantenerla curvada. En la lira, la cuerda tiende a aflojarse, y la caja de la
lira, a mantenerla tensa. Sin estas oposiciones de tensión mutua no serían ni un arco ni una lira.
4
Lírico de Paros del vii a.C., autor de elegías y poemas yámbicos.

Fuente: Bernabé, A. (ed.) (2008). Fragmentos Presocráticos. Madrid: Alianza, 129-136


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43. (57) ¡Maestro de los más Hesíodo!5 Creen que el que más sabe es él, que no conocía el día y la noche. Y es que
son una sola cosa.

44. (111) La enfermedad hace a la salud cosa agradable y buena; el hambre, a la hartura; el cansancio, al descanso.

45. (23) De la justicia no sabrían ni el nombre si no hubiera estas cosas.6

46. (58) Los médicos, que sajan, que cauterizan, se quejan de que no reciben una paga en absoluto digna: ¡ellos que
causan el mismo efecto que las enfermedades!

47. (62) Inmortales, los mortales; mortales, los inmortales; viviendo unos la muerte de aquéllos, muriendo los otros
la vida de aquéllos.

48. (26) Un hombre en la noche prende para sí una luz, apagada su vista, y, vivo como está, entra en contacto con el
muerto al dormir. Despierto, entra en contacto con el durmiente.

49. (21) Muerte es cuanto vemos despiertos; cuanto vemos dormidos, visiones reales.

50. (15) Si no celebraran la procesión en honor de Dioniso y no cantaran el himno a las vergüenzas, harían lo más
desvergonzado. Pero Hades es el mismo que Dioniso, por el que enloquecen y hacen bacanales.

51. (30) Este orden del mundo, el mismo para todos, no lo hizo Dios ni hombre alguno 7, sino que fue siempre, es y
será; fuego siempre vivo, prendido según medidas y apagado según medidas.

52. (94) [El Sol] no rebasará sus medidas. Pues si no, las Erinis, defensoras de la Justicia, darán con él 8.

53. (31) Transformaciones del fuego: primero, mar, y del mar, la mitad tierra, la mitad ardiente huracán [...] La tierra
se esparce como mar y se mide en la misma proporción que había antes de que se hiciera tierra.

54. (90) Canje del fuego son las cosas todas, y de todas las cosas, el fuego, igual que las mercancías lo son del oro y
el oro de las mercancías.

55. (65) (Del fuego) carencia y saciedad.

56. (84ab) a) Su reposo es cambiar, b) Fatiga es trabajar para los mismos y estar a ellos sometido.

57. (3) (Del tamaño del sol) su anchura es la del pie de un hombre9.

58. (6) El sol es nuevo cada día10.

59. (106) Una sola es la naturaleza de cualquier día; un día es igual a otro.

60. (99) De no haber sol, habría noche, gracias a las demás estrellas,

5
Hesíodo nos presenta en la Teogonia 123-124 a Noche como hija de Caos y a Día como hijo de Noche y Erebo, es decir, como
personajes distintos. Para Heráclito constituyen una realidad única.
6
Evidentemente, a las injusticias.
7
Se traía de una figura literaria conocida como «expresión polar», no de una refutación a algún autor que hubiera sostenido que el
mundo lo hizo un hombre.
8
En el Papiro de Derveni (cf. infra p. 360) se cita este fragmento de otra forma: «El sol, según su propia naturaleza, tiene la anchura
del pie de un hombre, sin rebasar sus límites, pues si excede su propia anchura, las Erinis, defensoras de la Justicia, darán con él».
9
En el mismo papiro citado en la nota anterior, aparece unido al fragmento 52.
10
«Pero siempre el mismo», añade García Calvo, de una forma que responde estrechamente al pensamiento de Heráclito.

Fuente: Bernabé, A. (ed.) (2008). Fragmentos Presocráticos. Madrid: Alianza, 129-136


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