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León de Judá. El león es el símbolo de Judá, de cuyo reino proviene el gentilicio "judío"—
'procedente del reino de Judá'.1
La histórica de los judíos comprende la historia judía o conjunto de hechos históricos
relevantes para el pueblo o nación que desciende de los patriarcas hebreos, especialmente
de Jacob, quien en la Biblia es renombrado "Israel".2 La historia judía es la historia del
pueblo judío, y no exclusivamente la historia del judaísmo en tanto que religión.3 Historia
judía es entonces sinónimo de Toldot Am Israel (hebreo: —ישראל עם תולדותHistoria del
pueblo de Jacob/Israel), entendido ello en su sentido más amplio, es decir, abarcando tanto
a hebreos, israelitas y judíos, como a judeo-israelíes,4 así como también a su cultura como
conjunto.
Por judíos se entiende no sólo al grupo que observa o profesa la religión judía, sino también
a los integrantes del mencionado pueblo o nación, más allá de que sean religiosos o laicos,
agnósticos o incluso ateos: ser judío no es solo un asunto de religión sino también de
condición, y la condición judía es un resultado directo de las vicisitudes de su historia,
raramente exentas de interacción con los demás pueblos.5
Atuendos de los judíos de Francia y Magreb, desde el medioevo hasta el siglo XIX.12
La historia del pueblo judío comprende así una serie de sucesos que atañen a un pueblo en
su gran mayoría disperso y por lo general minoritario en relación a los demás grupos
humanos que de un modo u otro coexisten con él. Tal situación se verifica por lo menos
desde el siglo I de nuestra era en adelante.
Mientras que la historia del pueblo hebreo abarca cuatro mil años, la historia del pueblo
judío se halla directamente ligada al mismo y data de tres mil años, comprendiendo a su vez
a centenares de diversas poblaciones en los cinco continentes.13 En el siglo XXI, fuera de
las poblaciones de Estado de Israel, se trata por lo general de poblaciones minoritarias,
culturalmente diversas y geográficamente distribuidas en metrópolis y áreas urbanas.
Al igual que otras religiones, el judaísmo ha conocido distintas corrientes o cismas. Pero la
particularidad del pueblo judío, y lo que le diferencia de otros, es su distribución en el
mundo, acompañada de su unidad en torno a creencias y valores que transmitidos por la
religión y la cultura judía. Los valores tradicionales emergen del texto sagrado para el
judaísmo, la Torá.14
En el Libro de Génesis, la Biblia remonta los inicios de la historia del pueblo hebreo a tres
patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob. Allí, Jacob es también conocido como Israel ()ישראל. En
los textos sagrados del judaísmo, Israel es un término que presenta dos significados. Uno
de ellos es el de Am Israel (el pueblo de Israel); el otro concierne a la "Tierra Prometida"
()המובטחת הארץ,15 territorio que (una vez que las doce Tribus de Israel se encuentran allí
establecidas) pasa a ser denominado Eretz Israel ()ישראל ארץ.16 Para el pueblo judío, la
expresión hebrea Eretz Israel se refiere no solo a un utópico sector territorial en el Levante
Mediterráneo sino —y en particular— a la "Tierra de Israel", entendiéndose por ello
específicamente a la nación o país de los descendientes de Jacob: en hebreo, el nombre
oficial del Estado de Israel no es otro que "Medinat Israel" ()י ְִש ָראֵ ל ְמ ִדינַת, es decir, el "País
de Israel".17
Delegación del Reino de Israel rindiendo tributo ante el rey asirio Salmanazar. Segundo
registro del Obelisco Negro, escultura asiria, 841 a. C.
En lo que a registro histórico extra-bíblico se refiere, la Estela de Merenptah, datada hacia
el 1208 antes de nuestra era, se menciona por primera vez a los israelitas;18 una fuente
asiria, por otra parte, se refiere a la victoria de Salmanasar III sobre de la Casa de Omri
(monarquía norteña o Reino de Israel, período de la División o de los dos reinos israelitas),19
en documento pétreo conocido como el Obelisco Negro y que data del año [[siglo IX
a.C.|841 a. C.].20
A partir de la Haskalá y la Emancipación del los hebreos en el siglo XIX, la historia del pueblo
judío deja de ser sólo sinónimo de historia del judaísmo (religión),3 o de historia de los
observantes de la religión mosaica, dado que precisamente a partir del siglo XIX parte
considerable de los judíos cuestiona el tradicional punto de vista rabínico (basado en los
infortunios de este pueblo como expresiones del castigo divino),21 pasando
subsecuentemente a desarrollar una nueva conciencia nacional acerca de su propia
condición socio-política: los judíos se perciben entonces no solo como miembros de una
religión sino también como un pueblo o nación, es decir, el Pueblo de Israel. Como
consecuencia de ello, el judaísmo pasa a partir de entonces a compartir todo lo referente a
la condición del pueblo o nación judía con una nueva noción: judeidad (Hannah Arendt);22
esta última responde fundamentalmente al concepto de etnia y cultura (y no solo a un plano
exclusivamente religioso).23 Es así que la historia del pueblo judío incluye gente religiosa
pero también gente con diferentes grados de laicidad, mas no necesariamente atea o
indiferente al futuro del pueblo judío (al que reconoce también como pueblo hebreo o
pueblo israelita)24
Índice
1 Antigüedad
1.1 Época grecorromana y talmúdica
1.2 Dominación griega
1.3 Macabeos
1.4 Asmoneos
1.5 Judea, provincia romana
1.6 Imperio Bizantino
2 Edad Media
2.1 Europa cristiana latina
2.2 Territorios islámicos
2.3 España
2.4 Europa
2.5 Imperio romano
3 La era del gueto y los tiempos modernos
3.1 Renacimiento judío en Europa y América
3.2 Siglo XIX. Emancipación y antisemitismo
3.3 Siglo XX
3.4 Siglo XXI
4 Véase también
5 Referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Antigüedad[editar]
Monarquía dividida: Reino de Judá (sur) y Reino de Israel (norte). Mapa de los dos reinos
hebreos hacia 830 a. E. C.27
En Mesopotamia: Purim. Esther y Mordecai escriben las cartas a los judíos,28 siglo V a. E.
C.29
Artículo principal: Historia del antiguo Israel
Los primeros períodos de la historia de los judíos coinciden con aquella del Creciente Fértil.
Comienza con tribus que ocuparon el área comprendida entre los ríos Nilo en el oeste y el
Tigris y Éufrates en el este. Rodeado por los imperios de Egipto y Babilonia y por el desierto
de Arabia, y las montañas de Asia Menor, la tierra de Canaán. Era un punto de unión y
convergencia entre civilizaciones. La zona estaba atravesada por antiguas rutas comerciales,
como la vía Maris, el camino de los Reyes y el camino de Horus, que unían el golfo Pérsico
con la costa mediterránea y Egipto con Asiria, cosa que permitía la influencia de diversas
culturas.
Los judíos de todo el mundo se consideran descendientes de los antiguos israelitas y de los
hebreos, remontando su origen al patriarca Abraham. La tradición judía sostiene que el
origen de los israelitas está en los doce hijos de Jacob que se trasladaron a Egipto, donde
sus descendientes constituyeron en doce tribus. Ellas fueron esclavizadas durante el
reinado de un faraón de Egipto. En la tradición judía, la liberación de los hijos de Israel de
Egipto y los sucesos del Éxodo, cuando eran conducidos por Moisés hacia la tierra
prometida, marcan de modo decisivo la formación del pueblo israelita.
Dado que la Biblia indica específicamente que los israelitas partieron de la ciudad llamada
"Ramesés" y a hacia Sucot,30 ciudades que son datadas en el siglo XIII a. E. C., durante el
período en que Ramsés II gobernaba Egipto, en el campo de la investigación se considera
que el Éxodo aconteció en el año 1250 a. C.31
La Biblia narra que después de cuarenta y un años de vagar por el desierto, los israelitas
llegaron a Canaán y la conquistaron bajo el mando de Josué, quien repartió el territorio
entre las doce Tribus de Israel. Durante un tiempo el pueblo fue regido por una serie de
gobernantes llamados jueces. Ello dio luego lugar a la monarquía en un reino unificado.
Saúl, de la tribu de Benjamín, fue el primer rey de Israel. Fue seguido por David, de la tribu
de Judá, quien estableció el linaje del que saldrían numerosos reyes posteriores. Tras el
reinado de Salomón, en 928 a. C., la nación se dividió en dos: por un lado, el Reino de Judá
al sur (formado por las tribus de Judá y Benjamín), y, por el otro, el Reino de Israel al norte
(formado por las diez tribus restantes).32 Unos doscientos años más tarde, Salmanasar V
conquistó el norteño Reino de Israel y deportó a sus habitantes a Nínive, capital de la
antigua Asiria (722 a. C.).33 De ellos luego se perdió constancia, por lo que se suele hacer
referencia a las diez tribus perdidas.
Después de algo más de un siglo, el Reino de Judá fue conquistado y el Templo de Jerusalén
destruido por los babilonios en 586 a. C..34 La élite fue deportada a Mesopotamia, dando
lugar a lo que se conoce como el Cautiverio en Babilonia, pero en 538 a. C.,34 el rey persa
Ciro el Grande,34 que entonces ya dominaba Babilonia, dio a través de un edicto su
consentimiento para el regreso de los judíos a su tierra nativa y parte importante de la
población judía en Babilonia regresó entonces a su patria conducida por los profetas Esdras
y Nehemías.35
Bajo el dominio persa, Judea fue restaurada en 537 y el Templo de Jerusalén reconstruido
entre 520-515 a. C.36 Los judíos constituyeron un estado semi-independiente hasta 332 a.
C.37
Dominación griega[editar]
En 334 a. C., Alejandro comenzó su conquista del Imperio Persa y llegó a dominar Judea en
332 a. C.36 A su fallecimiento, tras la división del imperio entre sus generales, se impuso el
Imperio Seléucida en una zona que abarcaba desde el Mediterráneo hasta la frontera con
la India. Herederos de la cultura helenística que procuraron difundir, los reyes seléucidas
gobernaron tal como sus antecesores asirios, babilónicos y persas, haciéndose adorar como
a dioses. Frecuentemente estuvieron en guerra con la dinastía Ptolemaica de Egipto.
Antíoco IV Epífanes inició una de las primeras persecuciones religiosas conocidas, fenómeno
casi desconocido hasta entonces. A su vuelta de Egipto, organizó una expedición contra
Jerusalén, destruyéndola y matando a muchos de sus habitantes. El deterioro de las
relaciones con los judíos religiosos condujo a Antíoco a dictar decretos prohibiendo
determinados ritos y tradiciones religiosas, por lo que los judíos ortodoxos se rebelaron
bajo la dirección de los Macabeos.38
Judaísmo helenístico. A partir del siglo II a. C. todos los escritores (Filón, Séneca, Estrabón)
mencionan poblaciones judías en muchas ciudades de la cuenca del Mediterráneo.
Macabeos[editar]
Jonatán. garantizó a los judíos la independencia política completa, y, gobernó hasta el año
135 a. C., cuando fue asesinado.
Asmoneos[editar]
La dinastía se desintegró como resultado de la guerra civil entre Hircano II y Aristóbulo II,
hijos de Salomé Alejandra: la última de los asmoneos y la única mujer que gobernó en Israel.
Las peticiones de ayuda a la República Romana trajeron como consecuencia la conquista
del reino por Cneo Pompeyo Magno.39
Relieve judeo-romano con menorá portada por querubines clásico-tardíos, siglos II-III.40
Tras la muerte de Herodes el Grande el año 39, Claudio designó como rey de los judíos a
Herodes Antipas (41-44), a Herodes de Calcis y posteriormente a Herodes Agripa II, (48-
100), séptimo y último rey de la familia Herodes.
En el año 66 estalló la primera guerra judeo-romana, cuya causa fue la orden de Nerón de
adorar a los dioses romanos. Vespasiano y después su hijo Tito fueron enviados a sofocar la
revuelta, destruyendo Jericó en 68, Jerusalén, cuyo Templo fue arrasado en el 70 y Masada
en el 73. Se nombró un pretor y la X legión fue encargada de mantener el orden, quedando
anulada la monarquía y encargado el Sanedrín, que fue trasladado a la ciudad de Yavne, de
los aspectos religioso, político y judicial de la vida judía.43
En 115 estalló una segunda sublevación, esta vez generalizada entre los judíos de todo el
oriente del Imperio, comenzando en Cirene. En el 118 el emperador Adriano prometió
autorizar la reconstrucción del Templo, lo que calmó la revuelta.4445
Entre 132 y 135 E.C. estalló una tercera guerra debido a las leyes de Adriano, que prohibió
el Brit Milá, la celebración del Shabat y las leyes de pureza en la familia, así como por el
rumor de que se iba a construir un templo en honor a Júpiter en el solar del Templo.
Después de la derrota de los judíos, Adriano dictó varias normas para humillarlos y evitar
nuevas sublevaciones: Jerusalén pasó a llamarse Aelia Capitolina y la provincia Syria
Palaestina (Siria Palestina) en lugar de Judea. También se prohibió a los judíos vivir en Aelia
Capitolina y la religión judía quedó prohibida.46 Los judíos permanecieron en Galilea, en los
Altos del Golán, en el sur del antiguo reino de Judá y en alguna otra zona.
Diáspora de 70 E.C. La destrucción de Judea y el que gran parte de la población judía fuera
asesinada, esclavizada o exiliada en lo que se conoce como "Diáspora", así como la religión
judía que fue prohibida, trajo consigo el que la autoridad religiosa de los sacerdotes del
Templo pasase a los rabinos. Estos últimos recogieron sus propias interpretaciones sobre el
Tanaj y la naturaleza de lo acontecido en el Talmud. Aquellos que permanecieron en Judea,
renombrada por los vencedores como provincia romana de "Palestina" escribieron su
exégesis en el Talmud de Jerusalén (Talmud Yerushalmi), mientras que los exiliados dejaron
su impronta en el Talmud de Babilonia (Talmud Bavli), oportunamente redactado en la
homónima ciudad.
Los judíos fueron aceptados en el Imperio romano e incluso llegaron a adquirir la posición
de ciudadanos del Imperio. Solo con la llegada del cristianismo al poder las exigencias y
restricciones para con los judíos fueron incrementadas. Las persecuciones y expulsiones
forzadas dieron lugar a cambios sustanciales en los centros comunitarios judíos a los que
también las pequeñas comunidades judías de lugares alejados seguían. Pero no existió una
real unidad debido a la gran dispersión que se extendía por todas las provincias romanas de
Oriente Medio, Europa y África.
Imperio Bizantino[editar]
Era política oficial el convertir a los judíos al cristianismo, y se utilizó el poder oficial de Roma
en estas tentativas. En el 351 los judíos se rebelaron contra las presiones de su gobernador,
Gallus. Gallus aplastó la rebelión y destruyó las principales ciudades de Galilea, donde la
rebelión había comenzado. Tzippori y Lydda (sitio de dos de las academias legales
principales) nunca fueron reconstruidas.
En este período el Nasi del Sanedrín, Hillel II creó un calendario oficial basado en cálculos
matemáticos y astronómicos y que prescindía de las observaciones empíricas de que se
valieron hasta entonces. También entonces la academia judía de Tiberius comenzó a
redactar la Mishnah, bajo la dirección de Yehudah Ha-Nasi. El texto está organizado de
forma que cada párrafo de Mishnah fue seguido por una compilación de todas las
interpretaciones, historias y respuestas asociadas a ese Mishnah.
Los judíos de Judea recibieron un breve respiro en la persecución oficial durante el reinado
del emperador Juliano, que animó a los judíos a reconstruir Jerusalén. Su breve reinado
impidió la realización de esta promesa antes de que el cristianismo fuese de nuevo
impuesto en el imperio. En el 398 fue consagrado Patriarca Juan Crisóstomo, que hizo una
serie de sermones contra los cristianos judaizantes que construirían un clima de
desconfianza y odio en los grandes centros judíos, tales como los de Antioquía y
Constantinopla.
Marianos y Janina, Mosaico con Abraham, Isaac y la Mano de Dios. Sinagoga de Beit Alfa,
siglo VI.
En el siglo V, Teodosio I convirtió el cristianismo en religión oficial del Imperio, prohibiendo
a los judíos el tener esclavos, construir sinagogas nuevas o acceder a cargos públicos. El
matrimonio entre judíos y cristianos se consideraba delito capital, al igual que un cristiano
se convirtiese al judaísmo. Teodosio eliminó el Sanedrín y suprimió el puesto de Nasi. Con
Justiniano I las autoridades restringieron los derechos civiles de los judíos y amenazaron sus
privilegios religiosos.47 El emperador también interfirió en los asuntos internos de la
sinagoga prohibiendo, entre otras cosas, el uso de la lengua hebrea en la adoración divina.
Justiniano y sus sucesores tenían abandonada la provincia de Judea, mas en los siglos V y VI
se construyeron allí sinagogas nuevas con suelos cubiertos de hermosos mosaicos. Los
judíos asimilaron en sus vidas las formas provenientes de la cultura bizantina: en los
mosaicos puede verse gente y animales, símbolos zodiacos, pero también menorot, figuras
bíblicas y textos en hebreo. Notables ejemplos de este tipo de mosaicos fueron encontrados
en Beit Alfa, Seforis y Hamat Gader.48
Edad Media[editar]
Durante el medioevo y hasta las cruzadas en el siglo XI,49 la mayoría de la judeidad vivió en
relativa prosperidad y buenos términos bajo el dominio musulmán, en tanto que la judeidad
de occidente gozó de condiciones favorables para su desarrollo económico y cultural en los
territorios cristianos latinos.50
La actitud tradicional tanto entre judíos como cristianos en relación a la vida judía medieval
insistió en un permanente valle de lágrimas y dolor, hipótesis categóricamente cuestionada
a partir de los escritos publicados en 1928 por Salo Baron,50 quien dejó de lado las
imágenes estereotipadas de los judíos europeos hasta entonces prevalecientes.51 Tal
postura que evita el dramatismo en términos monocromáticos es retomada y desarrollada
a través de las investigaciones llevadas a cabo por Robert Chazan, quien sin negar las
dificultades experimentadas por las juderías europeas medievales, indica a su vez sus
aspectos positivos en el Viejo Continente.51
En el año 1000, el número de judíos en Europa era minúsculo al ser comparado con las
enormes poblaciones judías asentadas en Bizancio y en los dominios musulmanes.50 Cinco
siglos después, la situación se revirtió y la gran mayoría de los judíos optó por establecerse
en territorios católicos latinos, que es donde prosperó y se multiplicó.51
Con todo, autores tales como Salo Baron y Robert Chazan, no niegan las dificultades
experimentadas por las comunidades judías establecidas en territorios europeos
católicos.52
Territorios islámicos[editar]
Los judíos siguieron controlando parte del comercio en Palestina y prosperaron bajo la
institución del dhimmi. A pesar de ser ciudadanos de segunda, no sufrieron ninguna
persecución, ya que sus preceptos en materia de dieta e higiene eran similares a los de los
musulmanes y, por otra parte, no constituían amenaza política ninguna. De hecho los judíos
se adaptaron al mundo árabe, aprendieron su idioma y ocuparon posiciones diversas en
todos los sectores de la escala social, incluida la corte.53 Culturalmente continuaron
evolucionando; por ejemplo, el sistema niqud fue desarrollado en Tiberíades durante el
califato.
Hacia el año 1000, el 80% de las poblaciones judías del mundo vivía en territorios
musulmanes, desde Mesopotamia hasta las costas orientales del Mediterráneo, para
continuar por todo el norte de África, e incluso buena parte de Iberia y Sicilia.51 Otras
poblaciones judías consideradas también venerables residían en Bizancio, mas en términos
demográficos su número era palpablemente menor.51
España[editar]
Artículo principal: Historia de los judíos en España
A partir del siglo XI hubo alborotos que obligaron a los judíos a refugiarse en guetos, sobre
todo en Marruecos, Libia y Argelia.55 Asimismo hubo varias persecuciones por parte de los
musulmanes, como en Córdoba en 1011 y en Granada en 1066.56 Se dictaron decretos que
pedían la destrucción de sinagogas en Egipto, Siria, Irak y Yemen, y en algunos casos
forzaron a los judíos a convertirse al Islam.57 Los almohades, que conquistaron la península
Ibérica en 1172, fueron fundamentalistas que trataron mal a los dhimmis. Expulsaron a
judíos y cristianos de Marruecos y de Al-Ándalus, con lo que muchos huyeron al este a
tierras más tolerantes, como Maimónides.58
En los reinos cristianos de la península la situación se fue deteriorando con el tiempo, hasta
llegar a la expulsión de 1492. Estos expulsados son los sefarditas, y mantienen vivo el ladino,
una lengua emparentada con el antiguo castellano. Los judíos que se quedaron fueron
obligados a convertirse al catolicismo, siendo víctimas frecuentes de la Inquisición.5960
Europa[editar]
Expulsiones de comunidades judías europeas entre 1100 y 1600. Entre los territorios
refugio, en este mapa falta América, continente que también acogió a no pocos judíos.
Ha habido poblaciones judías en Europa desde épocas muy tempranas, especialmente en
la zona que formó parte del Imperio romano, constituidas por conversos al judaísmo,
comerciantes y, más adelante, por los judíos expulsados por Adriano. Según James Carroll,
"los judíos constituían el 10% de la población total del Imperio romano".61
Hay registros de comunidades judías en Francia y Alemania a partir del siglo IV, y
comunidades judías en España desde épocas anteriores. Generalmente, fueron
perseguidos. Puesto que eran los únicos a quien les estaba permitido prestar dinero con
interés, (algo prohibido a los católicos por la Iglesia), algunos judíos se convirtieron en
importantes y conocidos prestamistas. Los reyes cristianos comprobaron la ventaja de tener
unos súbditos que pudieran proveerles de capital para su uso sin ser excomulgados, así que
el comercio de dinero en la Europa occidental recayó en manos de los judíos.
Las persecuciones fueron más intensas a partir de la Primera Cruzada y fueron seguidas por
expulsiones. Los judíos expulsados de Francia (1396) y Austria (1421) huyeron a Polonia;
son los askenazíes, que hablan yidis, lenguaje derivado del alemán.62 La mayoría de los
cerca de 200.000 sefarditas se refugiaron en el Imperio otomano, Holanda y África del
norte.
Imperio romano[editar]
Los judíos viven en Asia Menor desde hace más de 2400 años. La prosperidad inicial en
épocas helenísticas se deterioró bajo los bizantinos, pero se recuperó bajo los varios
gobiernos musulmanes. Durante el período otomano, Turquía era un asilo seguro para los
judíos y continúa teniendo una pequeña población judía hoy en día.
A partir de 1791, por iniciativa de Catalina la Grande, los judíos del imperio ruso fueron
obligados a residir en las provincias de la así-llamada Zona de Asentamiento, donde
formaron una novena parte de la población. Allí, su número se incrementó dramáticamente
debido a las expulsiones de otras tantas aldeas y poblados. Por lo general vivieron en la
precariedad, el hacinamiento y su quehacer se limitaba al artesanado, ya que las demás
profesiones les estaban vedadas e incluso en el comercio sufrían importantes
restricciones.64
Al mismo tiempo surgía el Judaísmo jasídico, predicado por el rabino Israel ben Eliezer, que
reclamaba el seguimiento estricto de los preceptos de la Toráh. Estos dos movimientos,
haskalá y jasidismo, formaron la base de las divisiones modernas dentro de la sociedad
judía.
Pero a pesar de la exitosa integración de los judíos surgió no obstante una nueva forma de
antisemitismo basado en las ideas tales como raza y nacionalismo (a diferencia de las que
aún prevalecían en el este europeo y que tenían su raíz en el odio religioso propio del
antijudaísmo medieval). Teorías pseudocientíficas sostuvieron que los judíos eran una raza
separada e inferior respecto a los demás europeos. Ello también dio lugar a la aparición de
partidos políticos en Francia, Alemania, y Austria-Hungría que hicieron campañas para
desacreditar e incluso anular la libertad e igualdad de derechos que, en la mayoría de los
casos, les habían sido otorgadas a los judíos recientemente. El episodio antisemita más
conocido fue el caso Dreyfus en Francia. La xenobia occidental junto con los pogromos
fomentados en Rusia oficialmente (antetodo por el zar y más tarde por los comunistas),
llevaron a muchos judíos a abrazar las ideas de Theodor Herzl, quien tenía la convicción de
que el pueblo judío solo estaría seguro y lograría desarrollar plenamente su potencial en su
propia nación. Numerosos judíos apoyaron lo propuesto por Herzl.
Desde el siglo XVIII en adelante, la mayoría de la población judía del mundo se concentraba
en el este europeo, precisamente en la Zona de Asentamiento. Pero tal situación cambió
bastante entre 1870 y 1925, cuando, debido al antijudaísmo reinante en el imperio ruso y
zonas aledañas, unos 3,5 millones de judíos dejaron sus hogares en Europa y emigraron
desde Rusia y Galitzia hacia el Nuevo Continente. Tal emigración fue el punto de partida de
la creación de nuevas comunidades judías, principalmente en Estados Unidos, Canadá y
Argentina, todas ellas libres de las ya mencionadas restricciones existentes en el Viejo
Continente; algo similar sucedió en Sudáfrica y Tierra Santa.67
A partir de 1881 y hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial, algo similar aunque en
menor escala se dio en América Latina, que acogió parte de los emigrantes judíos europeos
tanto en la Argentina (500.000), como en el Brasil (150.000) y el Uruguay (50.000).68 Otras
naciones que recibieron grupos de los mencionados emigrantes fueron Chile y México
(35.000 respectivamente), Venezuela (20.000), Colombia (17.000) y Perú (6.000).69 En 1889
se creó Moisés Ville, el primer establecimiento agrícola judío de la Argentina.70Desde 1892
en adelante, a través de la acción filantrópica del barón Mauricio de Hirsch, otras tantas
colonias agrícolas judías fueron establecidas en Argentina.71
Siglo XX[editar]
A raíz de las matanzas perpetradas entre 1939 y 1945, Gabriela Mistral escribió un poema
titulado "Al pueblo hebreo", evocando así su terrible condición, particularmente en el tercer
verso:
Al día siguiente, 15 de mayo de 1948, comenzó la guerra árabe-israelí, dado que los países
árabes no aceptaron la declaración del Estado de Israel. Fue la primera de las subsecuentes
guerras entre Israel y sus vecinos árabes, que han traído el éxodo de los palestinos y la
persecución de casi 900.000 judíos que vivían en países árabes.