La democracia y los derechos humanos no son complementarios, son antagónicos.

La democracia es un
sistema político y los derechos humanos un sistema jurídico. Todo derecho debe estar subordinado a la
política. Sólo un gobierno mundial podría validar los derechos humanos. En el sistema democrático las
decisiones políticas se toman en base a la opinión de la mayoría. Los derechos humanos respaldan al
individuo, no a las mayorías. Si las mayorías deciden algo contrario a la ideología de los derechos
humanos, esa decisión puede ser calificada negativamente y rechazada. Todo derecho implica la
interrelación de individuos, sin sociedad no hay derecho. Los derechos humanos son utilizados para
justificar el derecho de injerencia extranjera.

Aquello que educa a los pueblos es la cultura. La cultura forma espiritualmente a los individuos
integrantes de determino pueblo; es decir, crea los principios que determinarán su comportamiento. Al
contrario de lo que se piensa, las instituciones educativas sólo capacitan intelectualmente a los
individuos, no espiritual o moralmente. Para que una comunidad se desarrolle de manera óptima, debe
existir una concordancia entre las leyes y la cultura, no puede haber contradicción entre ambas. En el
mundo moderno el vehículo propagador de cultura son, principalmente, los medios de comunicación.
Por lo tanto, si un medio de comunicación promueve cierto tipo de arte, la cual es un componente
primordial de la cultura, y éste arte es contrario a las normativas legales de un Estado, éste debe
prohibir la difusión de la obra artística que se le opone. El Estado debe censurar aquello que atente
contra el natural y óptimo desarrollo de una comunidad.

Los problemas no deben ser resueltos de la manera más sencilla sino de la mejor. El aborto del niño por
nacer es evidentemente la manera más sencilla de resolver el problema que podría significar el
embarazo. Ante una negligencia personal o un accidente imprevisto la mejor manera de resolver el
problema es afrontar las consecuencias de nuestros actos y asumir la responsabilidad sobre la nueva
vida. Jamás podrá ser mejor recurrir a la eliminación de una vida por ser esta molesta para nosotros.
Esta lógica nos llevaría a la eliminación de los ancianos, por no ser productivos y además dependientes,
en muchos casos, su familia. El usufructo del derecho a la libertad personal debe basarse en la
responsabilidad, de lo contrario nuestra acción tendería a imponerse sobre los demás, sin importar las
consecuencias. Por esto existe la ley, que pone límites a las libertades individuales, haciendo entrar al
uso excesivo e irresponsable de libertad en la ilegalidad.