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LOS VALORES

SOCIOCULTURALES EN
COLOMBIA: ¿ALIADOS
O ENEMIGOS PARA EL
DESARROLLO NACIONAL?*

El país en que vivimos es el resultado de un proceso his-


tórico particular, único, que ha moldeado nuestra realidad social
y ha determinado los alcances de nuestro proceso nacional de
desarrollo. Como ocurre en la vida de cualquier ser humano, las
decisiones tomadas, los eventos vividos, y las singularidades de
nuestros acuerdos de interacción social nos trajeron al lugar en
el que nos encontramos como sociedad, aún hoy forjan las bases
de nuestros esquemas de relación social y afirman diariamente
nuestra identidad cultural.
Tomando como punto de referencia los planteamientos
realizados por Frank Safford en su escrito “Valores sociocultu-
rales, estructuras y políticas públicas en el desarrollo colombia-
no”1, realizaré un ejercicio de análisis acerca de los valores socio
culturales que nos caracterizan como sociedad, analizando las
virtudes y vicios que estos entrañan y lo proclives que somos como
colectividad a fomentar o retrasar el desarrollo nacional a partir
de la vivencia de dichos valores. Con este análisis buscaré también

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Isabel Cristina Posada Cuello**

establecer puntos de encuentro y/o desacuerdo que permitieron el desarrollo sobresaliente de


entre los planteamientos de Safford y la visión Antioquia frente a otras regiones del país, des-
particular que propongo en este escrito. tacando la actividad minera como elemento de
Para sintonizar las expectativas del ascenso social para la población especialmente
lector y establecer un diálogo legítimo, resulta en sociedades como la antioqueña. En el escrito
clave compartir la siguiente pregunta que ha Safford también resalta una serie de elementos
motivado este ejercicio de análisis: ¿Existen en que consideró preponderantes para frenar el
la sociedad colombiana valores socioculturales desarrollo económico colombiano: las estruc-
que puedan considerarse patrones explicativos turas geográficas nefastas para el transporte
del desenvolvimiento histórico y económico del y el desarrollo industrial, los altos costos de
país? Con el ánimo de esbozar alguna respuesta capital, la escasa tecnificación de la mano de
y para contextualizar la argumentación, resulta obra artesana y el desconocimiento de los em-
relevante exponer los planteamientos con los presarios sobre administración industrial, entre
que Safford da cuenta del proceso de desarrollo otras. El autor finalmente critica la excesiva
socioeconómico del país. importancia que en la acción económica se le
El autor recompone nuestra realidad de han dado a las políticas de desarrollo impulsa-
subdesarrollo y la ilustra a partir de tres eventos das por el Estado.
históricos particulares: los intentos por crear Sobre el planteamiento de Safford con-
industrias modernas en Bogota en 1850, los sidero lo siguiente: si bien resultan innegables
esfuerzos del gobierno de Mariano Ospina Ro- los argumentos propuestos por el autor para
dríguez por fomentar la educación técnica en la explicar el proceso de desarrollo colombiano,
juventud como elemento para modificar valores, estos expresan una condición necesaria pero
y el poco éxito de las exportaciones colombianas no suficiente para dar plena cuenta de nuestra
en el siglo XIX. Simultáneamente, y a manera compleja realidad actual.
de comparación, el autor explica los factores

* El presente texto se constituye en un análisis de lectura realizado en la asignatura


de Cultura y perdurabilidad organizacional, orientado por la docente Olga Lucía
Anzola.
** Estudiante de la Especialización en Gerencia del Desarrollo y Cambio Orga-
nizacional
1. SAFFORD, Frank. Los valores socioculturales, las estructuras y las políticas
públicas en el desarrollo colombiano. En: Cátedra Corona No. 5, Universidad de
Los Andes, Bogotá, Octubre de 2002.

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El autor hace una lectura de nuestra parecer sustenta la “tolerancia” del pueblo
realidad de subdesarrollo desde la óptica eco- colombiano frente a las hegemonías de do-
nómica, restando protagonismo a los valores minación en el ejercicio del poder público.
socioculturales planteados por estudiosos so- Bien lo expresa el insigne pasaje bíblico
ciales como Talcott Parsons y Seymour Martin según el cual el reino de Dios esta abierto
Lipset, valores que considero encarnan buena para los pobres y condenado para los ricos:
parte de la problemática económica y social “Es mas fácil que un camello pase por el ojo
de nuestro país. de una aguja, a que un rico entre al reino de
Si analizamos en detalle las “patterns los cielos”. Esta frase promulgada a través
variables” planteadas por Parsons notaremos de las generaciones sustenta la creencia aún
que las relaciones por él propuestas son rele- hoy arraigada en muchos colombianos de que
vantes para entender el proceso de desarrollo debemos aceptar con resignación la pobreza
colombiano. Dichas relaciones ilustran en forma y esperar pacientemente por la reivindicación
contundente nuestro condicionamiento social proveniente de un poder superior, esta creen-
a preferir los valores particulares frente a los cia sustenta nuestra pasividad y la facilidad
universales, y los adscriptivos, o resultantes de con la que olvidamos los atropellos e injurias
la herencia, frente a los orientados al desem- que engendra la guerra, da cuenta también
peño. Siguiendo la línea trazada por Parsons, de la inconstancia que nos caracteriza para
Lipset propone la relación Igualdad / Desigual- poner en marcha nuestros proyectos, a pesar
dad, relación a la que atribuyo un efecto más de la creatividad e inventiva que se le reco-
poderoso del que le otorga Safford, en cuanto noce al colombiano promedio. A manera de
ilustra con sencillez y acierto un elemento que contraste, esta misma creencia en sentido
podemos considerar constante en el proceso contrario exacerba el resentimiento de
de construcción social nacional, desde nuestra algunos frente a quienes ostentan el poder
ancestral colonización hispánica hasta hoy: la llegando al punto de desbordar los límites de
concepción del poder como medio de dominación la autoridad y la democracia y convirtiéndose
en lo político, lo económico y lo social. Analizaré en conflicto civil y desorden público.
cada una de estas variables para clarificar los
argumentos que propongo. – Observemos ahora panorama del empleo en
En primer lugar quiero referirme al pre- Colombia, este resulta determinante para
dominio de la desigualdad sobre la igualdad. entender la dinámica que sustenta la des-
Esta relación planteada por Lipset, es una igualdad social. Para iniciar mencionemos
constante en nuestro proceso de interacción la desigualdad de oportunidades entre las
social y se refleja hoy en la dramática situación diversas regiones del país que ha permiti-
de pobreza que afronta la sociedad colombiana. do la concentración excesiva del poder en
Me centraré en tres temas en mi opinión deter- unas pocas ciudades, examinemos también
minantes para entender la dispar distribución la disímil remuneración del empleado por
del ingreso en el país que permite el desequilibrio cuenta de la diferencia de género, clase so-
en la relación igualdad / desigualdad, ellos son: cial y formación profesional. Diariamente en
la religión, la educación y el empleo. Colombia nuestros profesionales son margi-
nados al subempleo, forzados al exilio y a la
– En los preceptos de la religión católica, preocupante fuga de cerebros, o condenados
herencia del proceso de colonización, se a sucumbir ante la tentación de la corrup-
enaltece el valor de la pobreza, que a mi ción promovida por los perversos esquemas

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de administración arraigados en nuestras que supone el ejercicio de la administración pú-
instituciones públicas. blica. Los nombres y ejemplos son innecesarios,
el lector sacará sus propias conclusiones.
– Sobre la educación: en Colombia debemos Nuestro país apenas de forma incipiente
reconocer que no hemos logrado convertir la se encuentra transitando los senderos de la
educación en el elemento preponderante para privatización de sus entidades, lo que puede ser
la movilidad social. Por encima de la prepa- considerado provechoso para hacer realidad el
ración académica y la dedicación al estudio mérito en la administración que repercuta en la
prevalecen las relaciones sociales, los caci- adjudicación de cargos y funciones, sin embargo,
cazgos políticos y las herencias familiares como ya se ha visto en la empresa privada, la
que sostienen la desigualdad e imposibilitan flexibilización de las leyes laborales, impulsada
a los profesionales la ocupación de puestos por modelos de desarrollo avalados por supra-
acordes con su formación. entidades económicas como el Banco Mundial,
ha inclinando la balanza a favor del empleador
Continuando el análisis de las pattern variables concediéndole poder excesivo sobre la asigna-
descritas por Parsons y debatidas por Safford, ción de cargos y sobre las condiciones laborales
me referiré a la supremacía de los valores ads- de los empleados, esto nuevamente desequilibra
criptivos frente a los derivados del desempeño. las oportunidades y pone en una situación ven-
Safford retoma personajes de la sociedad Bo- tajosa a aquellos miembros de los tradicionales
gotana de mitad del siglo XIX como el artista centros de poder político y económico.
Alejandro Osorio o los líderes políticos Mariano La última relación que quiero explorar es
Ospina Rodríguez, Manuel Murillo Toro y Aqui- nuestra tendencia social a preferir los valores
leo Parra, cuyas historias de vida ejemplifican particulares sobre los universales. Esta prefe-
el valor de la meritocracia. Con estos ejemplos rencia inconsciente explica con claridad y con-
el autor presenta el mérito como un elemento tundencia nuestra problemática social, en cuanto
de alta relevancia en la escala valorativa de la deja en evidencia la dinámica del subdesarrollo
sociedad de la época, restando fuerza y peso a económico que le da vida; retomaré el tema del
la orientación a la herencia propuesta por Par- empleo para ilustrar esta dispar relación. Aún
sons. En mi opinión, aunque resulta innegable hoy la apuesta del técnico y del profesional co-
el mérito en los personajes que retoma Safford, lombiano sigue siendo acceder al empleo a través
claramente se trata de eventos excepcionales, de entidades gubernamentales dramáticamente
incluso minúsculos, frente a la regla imperante politizadas que son concebidas por el ciudadano
en la época: el acceso al poder y las oportuni- como los brazos extendidos del “Papá Estado”
dades como resultado de la herencia. con quien se establecen relaciones de “saqueo”
Sólo un vistazo desprevenido sobre la es- que apuntan siempre a maximizar el beneficio
cena política colombiana nos permite observar personal aún cuando ello atente contra el de-
fácilmente las reglas de juego que determinan la sarrollo y el bienestar general. La corrupción
asignación del poder en el país. La historia polí- esta presente en buena parte del aparato estatal
tica nacional se caracteriza por la permanencia y el colombiano ha desarrollado un complejo
en los altos cargos del Estado de personajes con “sistema de mafias” que desdibuja el concepto
apellidos ilustres, miembros de familias tradi- de Estado y frena el desarrollo y crecimiento
cionalmente insignes, quienes generación tras económico de las regiones del país.
generación han ostentado el poder político y Para entender un poco mejor la supre-
económico del país, adjudicándose los privilegios macía de los valores particulares sobre los

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universales volvamos a Safford y a las razones motor de la economía, sin embargo, es visible
que propone para explicar el fracaso de los la tendencia a adoptar modelos de desarrollo
proyectos industriales en el siglo XIX: la inca- ideados por países de “primer mundo”, que res-
pacidad administrativa y el desconocimiento de ponden a las necesidades y características de las
los procesos. En primer lugar reconozcamos que sociedades para las que fueron concebidos y que
en nuestra actual industria, nuestro país cuenta al ser aplicados en el país apenas cubren pobre-
con personas altamente capacitadas, con conoci- mente las necesidades económicas, políticas y
mientos técnicos, económicos y administrativos sociales que son particulares a nuestra realidad
suficientes para movilizar el sector industrial y nacional. El olvido del agro es recurrente en los
promover el desarrollo. El sector financiero, el últimos gobiernos y el impacto en la vida rural
de telecomunicaciones, el de explotación mine- de este olvido ha sido devastador para el orden
ral, y muchas empresas del sector productivo público y la prosperidad del sector primario de
logran rendimientos espectaculares, producto la economía; los efectos de este olvido, a pesar
de gestiones administrativas eficientes y de un de los discursos políticos y el afán por la “se-
apropiado manejo del riesgo, los procesos, las guridad” democrática, aún hoy no han podido
finanzas y la tecnología disponible, paradójica- ser reversados.
mente, se mantiene la supremacía de los valores Ospina Rodríguez no logró en el siglo
particulares sobre los universales pues todo este XIX cambiar los valores sociales de la juventud
superávit que genera la industria cumple un colombiana, ni fomentar en los jóvenes de la
circulo vicioso que fomenta la concentración del época la preferencia por la formación técnica
capital en las mismas manos de manera que los antes que la jurídica. Hoy en pleno siglo XIX, y
beneficios no son transferidos a las comunidades, aunque son innegables los avances, la tendencia
a las regiones y a la sociedad colombiana. Esa a nuestro pesar se mantiene: “Colombia es un
mano invisible, emblemática para el capitalismo país de leyes sin fin y de mecanismos inconmen-
y soñada por Adam Smith nunca llego al co- surables para saltárselas”
lombiano promedio, nuestra cultura promueve Con esta argumentación he tratado de
el predominio de los valores particulares sobre mostrar la presencia decisiva y recurrente de
los universales, contrario a lo que promueve la valores que podríamos llamar “negativos” a lo
tan sonada responsabilidad social empresarial, largo de nuestra historia como son los valores
y sigue fomentando en Colombia la acumulación particulares, los adscriptivos y la desigualdad.
antes que la transferencia de recursos, la con- Mi intención última es promover la siguiente
centración de la riqueza antes que la búsqueda reflexión: “es importante pero no clave pre-
del bienestar común. guntarnos si fueron los valores mencionados u
Una vez expuestas las implicaciones que otros los que nos pusieron ante la desesperanza-
en nuestra cultura tienen la vivencia de estas dora realidad social que afronta Colombia. La
patterns variables y la débil presencia en nues- pregunta relevante y decisiva debe ser: ¿cómo
tro procesos social de valores deseables para podemos modificar nuestra herencia cultural
el ejercicio político y el desarrollo económico, nociva para alterar de manera positiva nuestra
finalizaré mi argumentación refeririendome a realidad y augurarnos un futuro próspero como
las políticas económicas que Safford considera nación y como sociedad?”
sobrevaloradas en lo referente al desarrollo Es tiempo de dejar de creer que el presen-
económico colombiano. Los gobiernos han reali- te que hoy tenemos es el que nos merecemos y
zado esfuerzos importantes para promover el de- que nuestra ruta como país ya está trazada por
sarrollo e impulsar la actividad industrial como que somos así, por que nuestra naturaleza social

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es violenta y desconfiada. Dejemos de pensar de los condicionamientos sociales, históricos,
en un futuro pesimista y adverso, adoptemos la geográficos y culturales que nos hacen únicos
firme convicción de que aún estamos a tiempo y distintos del resto de comunidades, el reto
de reencontrar el camino que perdimos como na- consiste en que como sociedad aprendamos a
ción y como sociedad. Para ello, se requiere todo traducir estas diferencias en “valor” que pueda
un ejercicio de reasimilación moral que permee ser retribuido y potenciado para el beneficio de
nuestras vidas, nuestras instituciones, nuestra nuestra gente entendiendo finalmente que todo
manera de entender los conceptos de Estado y aquello que nos hace diferentes puede ser una
de comunidad. Para lograrlo sugiero partir del fuente de diferenciación inexplorada.
reconocimiento pleno de nuestras diferencias,

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