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LOS REGALOS DE DIOS

Efesios1:1

1. Las bendición espirituales. V.3

Se refiere a los privilegios divinos concedidos al creyente

, esto es, al haber sido escogido, adoptado y perdonado por Dios. En 1Co_12:1 se utiliza la
misma palabra griega para «espiritual» al referirse a los dones del Espíritu Santo, lo cual
evidencia que éstos están incluidos entre las «bendiciones».

significa que en Cristo tenemos todos los beneficios de conocer a Dios: salvación, adopción,
perdón, visión, dones del Espíritu, poder para hacer la voluntad de Dios, esperanza de
eternidad con Cristo. Por el hecho de vivir en una relación íntima con Cristo, podemos
disfrutar de estas bendiciones ahora. Lugares celestiales significa que las bendiciones son
eternas, no temporales. Las bendiciones vienen de los lugares celestiales en Cristo, no del
reino terrenal de la diosa Diana. Otras referencias a los lugares celestiales en esta carta
incluye 1.20; 2.6; 3.10. Estos pasajes muestran a Cristo en su papel victorioso y exaltado
como soberano sobre todo.

2. EL PRIMER REGALO: NOS ESCOGIÓ Y BENDIJO PARA


SANTIDAD
Efesios 1: 3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, quien nos ha bendecido en Cristo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales. 4 Asimismo, nos
escogió en él desde antes de la fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante de él.
Estos versículos son una clara alabanza y gratitud al Padre
celestial, la motivación de San Pablo al ser inspirado
divinamente a escribirla, pienso que viene dada por las noticias
que recibió sobre la firmeza en la fe de los hermanos de Efeso:
15…habiendo oído de la fe que tienen en el Señor Jesús y de
su amor para con todos los santos.
San Pablo, lleno de alegría les comunica, de parte del Señor,
todas las cosas maravillosas que, por medio de Jesús,
recibieron ellos y nosotros por pura gracia.
Leí la historia de un hombre, quien aprendió a leer y escribir
cuando era adulto. Él se propuso como meta que el primer libro
que leería sería la Biblia. “Deseo saber”, le comentó a su
esposa, “lo que dice ese libro, tan comentado”. Mientras el
tiempo transcurría, junto a la lectura, el rostro de aquel hombre
se tronaba triste, casi sombrío, llegó a decirle a su esposa
“Estamos perdidos, condenados, solo hacemos lo malo, lo que
Dios prohíbe. Nos espera el tormento en el infierno”. Pero un
día, todo cambió, el hombre estaba feliz, sonreído, de su rostro
que reflejaba amargura no quedaba nada. Fue entonces
cuando entusiasmado llegó a su esposa y, con lágrimas en los
ojos, le dijo: “Amor, tengo que darte muy buenas noticias. Mis
ojos han sido abiertos. Es verdad todos pecamos contra Dios,
pero en Jesucristo, solo en Jesucristo, como regalo de Dios,
un regalo preparado antes de que todo el mundo fuera creado,
tenemos el perdón y la salvación”.
Este hombre había encontrado la verdad en la Palabra de Dios,
una certeza sin posibilidad de error. Dios nos escogió para
salvación, no solo a los hermanos de Efeso, sino que todos los
creyentes hemos sido bendecidos en Cristo con toda bendición
espiritual en los lugares celestiales.
Esta selección divina tiene un propósito, además de la
salvación: para que fuésemos santos y sin mancha delante de
él.
No fuimos escogidos por ser santos, perfectos o libres de
pecado. Sino para que, por medio de Cristo, como una muestra
de la misericordia de Dios, ser lavados, limpiados, santificados
y con la santidad que Dios nos da, poder ver al Señor en toda
su gloria cuando entremos al gozo eterno de su presencia.
Todo viene del Padre, como su regalo para nosotros y, al
saberlo, no tenemos otra forma de ,mostrar nuestra gratitud,
sino repetir con San Pablo: 3 Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido en Cristo
con toda bendición espiritual en los lugares celestiales.

2. EL SEGUNDO REGALO: NOS PREDESTINÓ PARA SER


SUS HIJOS.
Efesios 1: 5 En amor nos predestinó por medio de Jesucristo
para adopción como hijos suyos, según el beneplácito de su
voluntad, 6 para la alabanza de la gloria de su gracia, que nos
dio gratuitamente en el Amado.
¿Qué motivó a Dios a darnos este regalo?
Hay tres palabras que nos dan la respuesta, pero que se funda
en una: 1. Dios quiso hacerlo: según el beneplácito de su
voluntad. 2. Dios, inexplicablemente para nosotros, deseaba
nuestra alabanza, es decir, para que nosotros reconociéramos
que somos salvos para la alabanza de la gloria de su gracia. 3.
Esta salvación está conectada a Cristo, dada gratuitamente en
el Amado. Estos tres elementos, como mencioné se funda en
una sola oración que lo reúne todo: 5 En amor nos predestinó
por medio de Jesucristo para adopción como hijos suyos.
Fuimos elegidos antes de la fundación del mundo para ser
santos y sin mancha. Pero no lo éramos. Fuimos predestinados
para ser adoptados como hijos de Dios, pero tampoco lo
éramos. El amor de Dios entró en acción, entonces nos
predestinó en Cristo, cuya vida perfecta, sin pecado, tomó
nuestros pecados y los lavó con su sangre. Por medio de
Jesucristo, fuimos elegidos para santidad; por medio de Cristo,
fuimos predestinados para ser adoptados hijos de Dios.
Por eso la Navidad para nosotros es más que una fiesta o una
cena. Nos lleva al pesebre, en el que nació el Salvador, allí se
humilló, se hizo hombre, desde allí comenzó a crecer y, llegado
el día dispuesto por Dios, ofrecer su vida para darnos
gratuitamente un espacio en los lugares celestiales a su lado,
al lado de nuestro Padre Dios.
Ya sabemos que fuimos elegidos y predestinados por Dios en
conexión con la obra de Cristo, pero mientras llegue el día de
ese maravillo encuentro ¿Qué hacemos?
1. Continuar alabando a 3 … Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo, quien nos ha bendecido en Cristo.
2. Lo segundo es 16 … no cesar de dar gracias por (nuestros)
hermanos, recordándoles en (nuestras) oraciones.
Dios no nos dice que critiquemos a los hermanos, ni
practiquemos el chisme contra ellos porque no son “perfectos
ni sin manchas como nosotros”. La verdad es que sin Cristo
somos sucios y pecadores, con Cristo es que hemos sido
vestidos del nuevo hombre. Dios nos manda a que debemos
orar, sin descanso, que debemos dar gracias, porque tanto
ellos como nosotros, hemos sido escogidos y predestinados
por Dios para ser sus hijos.

3. EL TERCER REGALO: NOS LLAMÓ PARA DARNOS


VIDA ETERNA.
Ya hemos dicho que debemos orara por nuestros hermanos en
la fe, pero Dios, a través de la escritura paulina, nos da un
modelo para interceder los unos por los otros:
Efesios 1: 17 Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el
Padre de gloria, les dé Espíritu de sabiduría y de revelación en
el pleno conocimiento de él.
La verdadera sabiduría, dice la Biblia, “Es el temor al Señor” y
esta sabiduría auténtica no procede de la academia del mundo,
viene mediante la revelación que Dios nos da en su Palabra,
eso es lo que nos hace conocer plenamente a Jesucristo y,
conociendo a Jesucristo somos salvos.
De esta manera oró San Pablo por los efesios, imitemos esta
oración y comencemos a hacerlo los unos por los otros,
habemos como Dios y digamos: Deseo de todo corazón que
cada uno de tus hijos tenga la llenura del Espíritu Santo.
Suplico que cada hermano y hermana en la fe reciba por la
Palabra la sabiduría que viene del cielo. Oro para que tu cada
día les muestres tu buena voluntad agradable y prefecta.
Imploro para que todos crezcamos en el conocimiento de ti, oh
Dios y de Jesucristo a quien tú enviaste para salvarnos.
La lectura de la Palabra en oración nos llevará a pedirle al
Padre que: 18 habiendo sido iluminados los ojos de su
entendimiento, para que conozcan cuál es la esperanza a que
les ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia
en los santos.
Hermanos, Dios nos ha regalado la vida eterna, esta vida está
en Cristo. Esta es nuestra esperanza, no la incierta de la que
presume el mundo, sino la seguridad de que Dios nos ha
llamado para que recibamos la gloriosa herencia que nos
corresponde como hijos santos de Dios. Esto es la garantía
divina de que tenemos la vida eterna y que todo lo que está
revelado en la Sagrada Escritura, se hizo para que sepamos
que tenemos vida eterna en Jesucristo.
CONCLUSIÓN:
Hemos sido elegidos por Dios para ser santos y sin manchas.
Hemos sido predestinados en Cristo para ser adoptados como
hijos amados de Dios. Hemos sido iluminados por Dios para
que sepamos que tenemos vida eterna. Tres maravillosos
regalos, los cuales hemos recibido 6 para la alabanza de la
gloria de su gracia, que nos dio gratuitamente en (Cristo).
En días pasados, desde Venezuela, me ha comunicado el
fallecimiento de varios pastores, amigos por muchos años: Los
pastores Asdrúbal Ríos, Enrique Montoya, Renato Rivero y
Luis Inciarte partieron con el Señor. No puedo negar que me
dio tristeza cada noticia, pero puedo decirles que oro por sus
familiares, porque sé que cada uno de ellos, como cada
creyente que muere físicamente, recibe en Cristo las riquezas
de la gloria de su herencia como santos hijos de Dios. No
fueron los Tres Magos quienes nos trajeron estos regalos de
salvación, fue el Espíritu Santo, quien me llevó a creer esta
verdad y vivir confiado en que todas las promesas del Señor
Jesús son el apoyo poderoso para seguir adelante. Amén.

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