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LA CONSTRUCCIÓN

DE CULTURA POLÍTICA
.EN COLOMBIA
Proyectos hegemónicos
y resistencias culturales

~ . ...
~ .
Contenido

Prólogo 7
lntroducción 11

1. Persp;,clivas annlilicas en torno" las relaciones


entre cuhu.ra poHlica y educación 15
,. 1 Acntm1icn10> lfflricos y metodQ!ógicos ol conc,pto
d«-ultura polltio 15
1.1. l'lluc:ición ycultur.t política l5
1. J. f:l c:,mpo de la educ-,1dó11 v b5 p<1'$!""-"U\1h :u1alític.-i.1
sobreedL,,Jción y culttira polltici en Colombt3 .¡..¡
t.J I i...,duc.icitlnromoCAmpoíntdcctual -14
1µ Per>pffli.-.uy1en,.qnos'11U)lucu
>ab«a!ucación ycultur.i ¡,ollt,a 51

1. Educación pública y cultura polltica en Colombia 67


1.1 La <ducaci611 y su.s dtsplnzamkntos: éxitos y fraco.sos en
l•consuuccióndd EsudoSocfal de Dcm:hoen Colombia 67
1.2. los av:11,rcsdda educ.ici()n públtc:> en Colomb1n 81
1.3 fil magíst cria como movimiemo social
y b dd'en.s.i de L:t c:d~c:ación publka 9;

3. ÚI educación para la dcmocr:ada: Apuestas para construir


cultura politica durnnte ladec:tdadd 90 to<;
J. 1 Estr.ttegi.,s del ¡;obicroo n>cional en « lucación
p•ra l., dcmocacia 106
3 1 , Pruebas mas1w., ybu.1qu,'<la de est.ind•~ nacion,!es
e intem3cionales tt 7
_i•.u. Proyec10 Jnn:ruociom1l dr f::duomóH Chicu J17
3.1.1. Pnm<"r.l f.isc d F.,1 udio ~•tinnal dt C.00 118
p.J Segundo f.ase: opht11C1on d< los pruebas m>Siv-a, 1lJ
p,.¡ Prud>4d, Compr<1t.ión y1<JU!bilid.dciudadJ1lJlen BogotJ U8
, , s Comp<t<ncia>oudadaiw 135
3.3 l)iagnó.stico.• yestudios sobro«tucación ydemocracia 139
:1- 4 Pn,grm,;is y pro)'l'ClOSffl tduoción paru la dtmocra.da 157
J, 1 En l>wqueda de los oaorc,cscolom 157
H ,. lnno>'JCJ.,nc«duC>= 163
j,◄,J, b:cn1uiosnoin!t1itucinn11lo.Jcre..:ho1hum;mosybli~ueJ4
~~ 1U
3,4, Progro,wd<cultur•áud.ld4nayd<dudad<duadorn 174
3.;. Algunu.< in~1l1ucione:s rd,cion,dJs con progrornas de oduadón
p•r• la democr.ida 183

4. Nuevos escenarios y actores sociales 199


4 L Eduación-Comuniación i•Ctihu1'it.Polí1íc,¡ 199
4,1.1. AntcccJcrucs de lo1+10:ili,u3-0bre Educción/ Camunicac,6n
en .-\mlriQ LntinH' ú;lombi, • 200

4.1.1. r,;rspecuvas aaaJtu,,is octui&Jcs en Colornb111 !lt>


4.2. Juvcnrud,género)•cul1ur.ipoh110l UJ
,_,_, Lojm·cn1udromo,,11q;oriu0(1>i 223
,µ.~ 1A CJl"l,'Ort.l d«iudid>nú v L, tndusión ,lt tos íó,..,,cs
como actorcuoc:wd 228
4.:.J, Ju>'cmudydudodonlu: """"ª' ldmtid.1<1<>
y=wios p;uuu pr.\a,(ll 233
4.2..4 Jóvencs, <><ud• ydem0<rnci,: 1rodidó11 ,,. nul'\'lLl,cn,ihllid,1Jcs 239
.¡.3 Genero y culrur.i ¡,olitira
4.3.1 G~crocomocn1cgor1oculrunl 2.¡9
4•.P Sociiliz;¡~n ¡,ollt.ia: Lu luclw ¡,orLt ,wbilld.,d 256
0-J E.sa,<4 sfo•ro yculcura polltla 270

Conclusiones
.Bibliogrnfü1
Prólogo

<úmr.norud,O.-,,J.,hdJy.,·--
q11<11nf~.J~.Ú¡:cWlk.1Ja.kllf1J/1,u.1,
dl':Sdt-1.t h,:ltrr~~cid.Jd. /,1 trmpor,1/id.JJ.vl.t subjn:frlJit.J.

el
n ei;fuerw por pensar pa.is las ciencias
plurolmenteel sociales neGesltanDlll•
Epns, en los que re-conocer los muydívcrsos planos
parn poder mdugarlos, conocerlos a.fronu,rlo~ socialmente.
dad y
en que se muevf!!a re:ú,~
Y hay un pla-
no de realidad en el que durante mucho tiempo pa.rectl que en Colombia no se
movió nada: el de las cul tur-.u políticas entrapadas durante más de 1111 siglo en
el bipartidismo excluyente. Pero quizá esa inmovilidad em menos un dato de lo
real y más un ingrediente deformante de la propia mirada, incapaz. ésta de rom-
per el cfrculo en que se movfo la idea misma de lo po/friro por más críticn que ésta
se prodamara. Ha habido. y no poco, pensamiento critico, que se limitó a in-
,•crtir las posiciones sin cambiar renlnlcnte de plano. y por tnntoincap111, de pen•
sa.c los cambios que lo rebil.Saban, y CU)'a dino:ión no se ajustllba a Jo pro)-ectable
ni a lo esperable desde aquella otalaya. Este libro, aunque se refiere explícitamente
a los últimos veinte años-y más espcciolmemc a lo sucedido de los noventa has•
13 nhora- introduc.- en la agenda.de l.u ciencias sociales del pais un proyecto de
rellc:dvidarf que es necesario y urgente ampliar, al menos, o tod.i. la segunda mi•
tad dcl siglo XX. Pues su pivote, el concepto de culturopolitiro en su versión mñ.\
radical -<:Sto es irreductible al de ideolcgl,1 en el mundo de las íu¡uicrdas tamo
como en cl de las derechos, y no 01ó11otd.sta puesto que nombra algo plural)' he-
terogéneo• es justamente una eloborución de los uhimos veinte años, y su opro·
piación latin03mericann nun mas reciente.
...a ... ,Tallt,OIÓN DII t;Ul,1URA l"OJ.IT(f," El'! r r)((IMll!A
•• u,,..,, nzo1,-,C)N1t:t1 , ,1 ,., ,. , ll' a,. 1,

Lo que e.scc libro recoge es,, la vez un "estado de la cuestión" en que se halla
.la formulación del concepto, que permite cambiar de plano pura hacer pensables
ciertos movimirn1os. dinámicas, de lo potrttco, )' un documen1ndo balance de
lo que desde ese pl,1110 St' ha come=do a prnsar/im•estigar en Colombia. Yaun-
que remñ11a101t•mese recorte el c;impo de fo iiwcsti¡:ación al imbico de las cul-
turJ$t'duca1iva.s, lo ,1uedesde ahJ s.:h"a:oreabler11'.<J11/t•es muchísimo má.~ancho.
No estJ de mas ad:irar que lo propio de un concepta, en el sentido en que lo en-
tiende lll Jilosofb contemporáncJ, esto es aquello a lo que da ~cccso, no es a al-
guna csenoa y aun ni siquiera a la referencia, sino n las rontomo,.b canligur.,diJn,
la ,r,n.11d11di1n dt- ma1'1J111t'nlt'JSy tro}~v:toriaJ de lo que .1conti:or:,'. Y es en ese senti-
do que ,.., el principal aporte de ~stc libro: a ~xplor.ir los contornos y trayectos
dt fo difl;imia, ¡,o/frica. 3 contracorrien lt del dualismo 101clectual que aun se so-
laza en oponer mod=i:i.ación d mt!dernidad porque aqu{ nunca Ja,11tecc al¡,,o
en polit1ca, y deJ refranero populnr segun el curu "si algo cambia e< para que nada
cambie-~ Con lo que ademá.~ de lo uuro de ahrir que es el cenojo parcccrfnmos
esror convencidos de haber perdido In llave. Pcn;, aun en este dcsesperanr.ado país
el gJJilro110 "e pur si muo ve" rCSlli"lla y alienta búsquedas que se opoy.in en la cner-
gfll del "futuro olvidado en el pas.1do"J.
De lo mucho sobre lo ,1ue nos inforll\a v ensena • este libro, creo indispen-
sable rclievnr trc~ apone$. RI pnmero <'$ que el rastreo por las canterJs de don•
de se ha cxtr.1ido y fonnado el conrepto de cu/rur., po/faa, no se ha quedado en
él ámbi16 de los poli16logos del N~,amcric-,mo o ruropc.'O --que t$ a lo que nos
tienen acostumbrados en Colombia cnsi todos los LrObajos de ese género-.sino
que ha b:,jadoaJ Sur/sur, esto es a la rncnosprcciadll riqueza del per1.1amien10 la-
tinoameriomo -dcl ffiC';\;Íc;tnO Jorge Alonso ni argen1ino Osear landi, del chi-
leno N.:,rbert Lcchncr JJ, también .irgtntino, Ernesto Laclau, al bolil•iano
Fernando C,ldcrón y al brasileño Mario ti.os Santos- p=do por un ddalla-
do análisis del traba¡o de apropiación e invención colombianos. !!.se doble ;ire-
rrizaje del rastuo -en América La1ian y en la C~1 lombia que piensa mh
latinoamcricaoamentc lo polltko-Arturo Escobar, Gonzalo S.lnchez, Maria Te-
n,sa Uribc. Pedro SantanJ, Gabrid Re:ltr~po. Marco Raúl Mejla, Frnocis..-o Gu-
tic!rrc1., Fabio López de la Roche y los autores de t5tc libro- ho servido p;1ra
llber:tr al concepto de cultura poli tia de los muchos resabios melllfisicos y ra-

111 es, prop,S;no: Gilles Dcleaze. l·<lix Guamm, Qu'cít-t'<' la ¡,hilo.<oph1<·.~ l'ocis, Ew110•
n., Je Minuil, 1991
J W•hcr lknJ•min. "T,•.ili de fúosofi,1 Jo 1• hut<>f1'l" m LJisrnr.,<>,< ,nr,rrum¡>idos 1, MA-
drid, Tauros, 1982.
•o(íl '10P 19
donatistas que lo lns1rnban descubriendo su denso mcsfü.ije de corporeidades
-pasiones y géneros- subjetividades, dÍ5CUrsividndes, socialídades y ciudadanfas
mesri~~ y hctcrogéncns.
El segundo apone cstratégko es hnherasumído la euucación en <u más nn•
cho y a la vn ajustado sentido, el de =po mrd,-c,ual en d que caben otros ne-
to res no directa ni corporntlvnmentc ligados al ~sistema cducath•o': otras
dimensiones que las tcmatizadns por sus profesionales)' técnicos, y en el que son
annlizabl~ dtsde otr.1~ dirncn~iones algunas de las incrciJ.s más rancias y tena-
ces tanto de los csromentos gubernamentales como sindicnles.
Pues concebida como "campo inrelectual" /.1 ed11e1c1cJn e:; ,·ísra como "espa-
do de poderes y saber-es en disputa': y por lo tanto imerpdablee intcrpefoda por
acontecimientos que 110 tienen lugar en su im,·riory por ncrores siluados fuera
de sus muro~. Las cultura!> poUtica\ de la escuela colombiana aparecen así
tensionadas históricnmentc.> no sólo por las ideologías de los p3rtidos liberal/
conscn--ador sino rambién -de!.de hace ya bastante.< ai\01-- por laq utopl:ls de los
movimientos sociales (desde los indJgenas a los más fuertemente urbanos) y por
los proyc.'Ctos de país que construyen discursil/\lmentc Jo~ 111telec111nles y los me-
dios de comunicación. Adem~s de que= culturas escol.1rc.~ hacen parte de la
batalla que libran -lllmbién desde hace tiempo péro sobre todo w los últimos
ailos- las cul1urns hegemOnícas con la$ cu lturas populares subalternns y las
contraculturas juveniles. Si la actual concepción de In "cultura polJtica" coloca
en primer plano la existencia, y los procesos de construcd6n, de los sujetos, es da-
m que Ja educación jueg;i un rol cent rol en esos procesos: en In idea misma de"su•
jeto• con la que trabaja "el ~islem3': t'S decir en la capacidad de autonomía, de
cuestionnmiento y creatiVJdad, atn'buido n los sujetos del aprr:ndizaje.
Y d tercer apone se halla en haber analizado como cl escenario socialmente
más significati,-o de las cu11uras politic.is de hoy, el construido co Colombia u
partir d~, y en torno o, la lll'9odaciót1 dt• conlliccos. Que arranca con la asunción
del conflicto como indicador del gr.ido respe:,~•rded!ft:l't.'Ildascon las que puede
convivir una sociedad, marcando asf la salida del laberinto mctafisico en su ól-
tlma reencarnación, que es IJ modc·ma opo,ición entre conílicto y orden. Es en
C$<' terreno donde la investigación social colombiana está yendo más ni fondo de

nuestras frustraciones y nuestros miedos. Ydonde el mundo de la educación des-


tapa má, ve_rgomosamente los limitt'S de sus simulacros de institución cfri..1r mA.(
certeramente sus esbozos de e.xperil!Ocús dutkdan/1.$. Pues ahl toma cuerpo In
presencia/ausencia de pr~cticas colidian.tS que dan vida y fonm democrátiCJ a
la escuela, y sin !ns cuales cualquier cscolarizoció11 de la cíududania no smí más
que el perverso ~imulacro en el que nuestros adoleS<entes aprendan la simuln•
10 f.A C:Ol'Cnl\.'CCIÓJ' ,n c1.·nt.•, POllTh,.A,, r foa COlQMftJo'\
"'• 0• 11. ro~ 11 1!& ,.uh,1co i t 1ru-1 n _,,c,, , t:l'L"tt.: • •t.•t

ción como forma de participación política. Simulacro que puede tener lugur
dentro de la tseuela o a trávés de los medios mJ.Sivos. como el que proponen las
tramposas compcrendns (On que d ocrual gobierno del sector 111tcnta hacer l.,
mu)' conservadora "revolución" que, de estos países, esperan los organismos ,11
sel"\icio del capital competitivo y competente. Mientras en no pocos pafses de
América Latina. In "revolución de las competencias" ya mostró lo ilusorio de sus
milagros pedngógicos y lo peligroso de sus complicidnd<:$ con la m,:tual obsesión
empr=rial porque tDtlo lo que se aprenda~., e171luabft! m esmnd= di! aúídm:Í',
en Colombia nun se pretende s;1ll'J.mos llevdndolas hasta el ambleo más básico
de la vida y d cjercicto dcmocrábcos. !.ns posnnodemus comp,•ri:nd;Js vendrían
asf a $\IStituir 3 las tradicionales 1irtudcs cri.uinnas: uinto en su idcn:lización dcl
individuo que, en su líbrc albedno, se dora a s1 mismo de ellas y con ellas respon-
de nn1e Dios --<:Unlquicr par<'ciJo de eso con el selic.,lvinista y norteamericano
no es coincidencia sino equivulencia; romo en su capacidad de snln1mos, o ~ea
de posibilit;imos encontrar trnbajo: cl más desarrollado modelo de empresa
también v,1lora hoy mucho más lo logrJdO individu;umente que lo aprendido
colectiva y solidariamente, hasta el punto que los capacidades de cmpl&abih'-dad
se evalúan sin ningun,1 referencia a lo estudiago y sólo con base en lo realizado
virtuoSllmentc, es decir compemivameme.
A.d pues, también las culrurt1.í emprt!.mriale.scompiten hoy, se disputan, la
construcción de suje1os en Colombia, y el sentido y alcance de los estánd.;ires de
democrncia que tenemos! Abrirno~ lopolftkopara que lle,,emos cl análisis, la cri-
tica y los proyectos de pafs hasrn ah!, constituye el verdadero acierto y In wlío-
sa oponunidad que nos brinda este líbro.

fESUS MARTill• llAllBHRO


fiO(lO'l'Á,MAVO l)El.lOO,¡

4 Guillermo Bustomani. y otro1, El co11ap10 dr a,m~tenr:i,. Un• mim!J interdisap/i-


nJr. ,·oh 1 )' 11 , Sociedad Colombíon~ de Pedogogfo , Bogotá, 2002; Guillermo
Busumante, El<X>IJt:rpfo dcctJmptttmda. vcl.111, /.as á>JJ,pt'lendas en J, t!tiucocl6n rolam•
h1nn,1, llogotaí, 200J ,
Perspectivas analíticas
en torno a las relaciones
entre cultura política
y educación
l.

1. 1. Acercamientos teóricos y metodológicos


al co ncepto de cultura politica

Las diferentes concepciones de cultura polltica con Jas que se lI'abap. en
13 actualidad han sido herederas de vertientes 1córicas y metodológicas, como
fa ciencia política, la sociolog1a, la sko)og¡a, l-a antropo.logfo, los eofoquc-s
culturalistas asl como la historia politica )' social. la sociologf3 cultural, l:is
ciencias de la comunicación y del lenguaje y los estudios culturales. Es conve-
niente subra¡-ar el papel que In ciencia política ha Jugado en h1 definición del
conctpto de cultura política, en h medid., en que d..-sde la teorfa de la cultura
cMca -i:ivic culture-a comiemos de la déCtda del 60 ;e comienza a hacer uso
de dicha ca tcgorfa. No obstante, m C$tc acerC;Jmicnto como CJl otros subsi-
gllientcs, se integraron aportes teóricos y metodológicos de los distintos cam-
pos señalados anteriormente.
De mnnera general, puede decfrse qlle dentro de la sociologia los estu-
dios sobte cultura polltica se han dirigido al análisis de la estructuración de
las relaciones socialc, que se tejen entre los diferentes actores; mediante la
sicologfu se ha aportado a la compttn.sión de !.is actitudes}' comportamien-
tos indivich1ales de los sujetos frente ni sistema político; la an tropología y las
tendencias culturalistnsse han cencrodo en las significaciones cu lturnles y en
In.~ representaciones que los sujetos hacen de la dlnámica contéXtual en la que
están inscritos; las ciencias del lenguaje se hnn interesado en la comprensión

15
n•lPICTIVA\ \'\f,Ut-lt~U f.M TOIN" A t.,H ltll.At.lVNIUI
u,--r., CVLTl.iaA ,.OLhU.:A T t.U\IC.ACIÓ:,i

en los inicios de la guerra fria En esta perspectiva el amilisis m:ls sobresulicnte


es el propuesto por Gabñel Almond 3 y su grupo de trabajo. gue asociaron el con•
cepto de culturn política con el de cultura clvic:a, diferend.lndolo de otros con•
ceptos como cultura parroquiol-orien~dones espedJicamente politicas entre
la població n- y cultura de súbdito -orientaciones hacia el sistema polftíco
pero d~e una relación pasiva-, que estufan C/1 situación j~rátquica de infe-
rioridad al ser considerudos como exprC$iones, c:thos, propios de las socieda-
des tradicionales. En contnme, 13 cultura dvica partidpativn se caructcrizn
po, brindar orientaciones politicas hada el sistema, su estructura y sus insti•
tuciones politicas y promueve un componamiento activo frente al si,tema.
Según c.teC"nfoque, fa cultura clvica estaba en rel~ción de causalidad con el for-
t:l.lecimicnto y ~tabilidnd del ~istema democr.\tico; es d,'Cir, consolid,mdo una
culturo dvica se aseguraba la existencia de 13 clcmocrucii1, constituyéndose estn
última auegorl:i como inhercrue a las sociedades mod<'mas, .I.S-Ociándosela de
manera estrecha con la consolidación de los Estados nacionales y los paradigmas
propios de la cultura occidental. Así, cultura dvica se cquipamba con cultum
democr.ltica y porticipativa.
Al nli.mo úempo, es necesario c.specilicnr, como lo dice Boaventura de
Sousa S.tntos', que el moddo de democr.icia que-se tnmn hegemónico en C'$te ~ -
riodo es el de la democracia lilxmtl y su concepto de reprcsentoción, que enfaúz.l
los proccdimiéntos d«:torales como los más CJCpcditos par,da participación ciu-
dadana, en detrimento de otros escenanos en los que se tejen cstructuniciones
del orden social y se crcanm31rices de 5ignificación polltica y cultural que ínci•
den dírectamc.nte en las subjethidades pobtiOI.S. Este autor resalta cómo la idea
hegemónicn de democracia se comparece con una visión de democracia restrin-
gidn, .-.specto que nos interesa en la medida w que, con b8$ecn estn idea, se con-
ceptúo sobre cuáles son los <!lcmentos de cultura polllica de los que deber{;m
apropiarse los individuos par., comtitui-rsc en d udadnoos de primer orden, e~
decir, en ciudadanos ct\'ÍCOS. Ot- este modo, se mtroduce la categorfn de cultura
politica dentro del pensamiento S<>Conl como cl:1ve de interprcmción de f.15 so-
ciedades occidentales del sigk, XX.

1 G.wnd Almond y G. B. PQ\'dl, Po/Jr,a mm¡=ad3, Burnos Aires, Pa,dó,, 1972; G.

Almond y Verba, Th~ c;,,,c Culture, Fblu,a,J •➔uitudes :md Oemoar11:7 én. 6,-., 1\":1tions.
l'r!ncctun, Pr!rn:cton Uni\'trsity l'r<.<5, l96J.
4 Boa,,entura ~ Soulo.l San11,¡ y Lcoo.rdo A>ntur, ~P,ncl. ""'3 ampliar el canon dt-
mocrático", foro Soci..J Mundial Tem;!1ioo, Cormgeno, 16 aJ 20 de junio de 2003, \!cr:
www.fsmutrg.co.
18 ..... CO~f1'UtéC I ÓS Ot CUI.Tlla' f!Od t ! CA rs ( ..0 1.0).tilU
Pt.OT.CTOI fflC_-tMG~ rt·o1. t •ElltTIJWCl.t.l CldT'-il4l.l

En este contexto, el concepto de cultura pol!tica fue utilízado en estudios


que buscaron verificar, a través de encuestas de opinión, d grado de legitimidad
y eficiencia de la democrncia participativ-J, teniendo en cuema tres dimensiones:
fa dimensión cognitiva (conocimientos y crc:endns que los suj,..tos tuviesen del
modelo polltico democrático}, la afectiva (sentimientos en tomo a los compo-
nentes del modelo democrático: aceptación, rechazo, etc.) y la dimensión
evaluativa (valoración que los sujetos hacen sobre el funcionamiento de la de-
mocrac,a)5. De csia forma, utílizando los acercamientos m:ls usuales que circu•
\aban en el periodo sobre el término de cultura, entendida como la distribución
de pau!3s de orientación en torno a normns, actitudes. v-Jlores y conocimientos
dentro de sociedades especificas se retoman, en lo conccmicnte al n.~pecto polf-
1ico, estns dimensiones que van a ser tenidas en cuenta en buena parte de las
aproximaciones hechas desde diferentes tendencias conceptuales.
Los palses seleccionados por Afmond y Verba fueron Est.,dos Unidos, Gran
Br<tana, Alemania, Italia y México. Se realizaron encuestas n mil individuos en
cada uno de dios. Oc acuerdo n los resultados de !ns encucsrns ya las matrices de
interpretación discitad~s por los invl-stig3dores, los países que arrojaron mayo•
res resultados frente al paradigma de ciudadanln dvica fueron .Est1dos U.nidos
y Gran Brctnña. Esto condujo a criticas que llevaron a señalar que el modelo mis-
1
mo conabla como paradjgma las caracreristicas del sistema poHtico de esrns so-
dt<fadcs, de Jo cual podria desprenderse el.imerés ideológico en su legitimación.
Para llertrand Badie", el principal problema que Je trajo el enfoque conduc-
tistn a la ciencia politica fue cl reducir la cultora 11I análisis de los comportamien-
tos y procesos de regulación de los vn.lores socinles, lo cual le quitn aln cuhULl
lo que le es esencial: entenderla como un sistema de significnciones, a la mane.ro
que ha sido trabajada por Cliíford Geern:7. Sumado a. lo anlerior, otras críticas
a la propuesta de Almond, Verba y Powell, aluden a su exagerado psicologismo
(ya que hace hinca pi~ en las dhposiciones mentales y valorativns de !os sujeto¡,
frente al fenómeno poUrico de la democracia) y a la reducción del análisis al mo-
ddo dcsarrollista de la democracia anglosajona como el único modelo pol!tico
legítimo, lo cual impide reconocer las particularidades de los sislenins de signi•
ficaclón de los difercnles grupos sociales y la emergencia de modelos pollticos que
no se somelen nonnativamcnte a la ide.t ingle&a de democracin.

>Almorul G. \ 'ttba, S. Thu11in:ultuft. lblitiat1A.mlu<ksandDemocraq·in.i,,,, Natfom,


Prinecnton, l'rinecnion University Prcss, 1963.
• llertn\Dd füd11:, CultUM e poh'tique, P•rft, Op. dr.
• OifTord G«m. /,;, intapmxión de IJS a,/tur.JS, &rctlon•. G«li.s>, 1987.
PJt1Ut•1H.;TJ\{A~ ANAI. I ru..u t:!'f 1'"01UHI A LA~ aet.Al!:HJN"f."S t.9
J"-illl C.\JLTU U" ruthlCA V 11our.AC'IOÑ

Paralelo al desarrollo de la propuesta de la cultura d1? ca se fueron de-


sarrollando otros nnálisis centrados en la cultura política de los reglmenes
comunistas, en los cuales las actitudes políticas no se velan separa.das de los
comportamientos públicos, con lo rual s~ evilllha restnn¡;ir d análisis de la
cuhurn polhíca a lns meras actitudes d~ los sujetos y vincularla • lns intera-
cciones que se dan entre actores sociales y estructuras sociales y ccooómicns.
.Algo.no~ autores cercanos a la morada marxis1m, como es el caso de Jcrzy
Wiarr. llegaron a considerar, incluso, que las nct11udcs pollticas dependen
fuertemente de las condiciones y caractrrlsticas de- la tst ructura económica
de la sociedod8•
Debido a IOJ1 cambios socfalc; y polllicos ac;iccidos ~n las décadas del 70 y
del 80, lns daboraciones mioalcs sobre cuhllr.l polhic:i no colmaron las cxpec-
mlivas de los analistas intt'rcsados en el c.Studio d~ las re!Jciooes entre cultura y
politica. Asi, en dicha coyunlllr.l c:mergiemn, por lo menos, dos formas novt>-
dosas pnra ver el nsunto. Por un lado. desde la cienaa pol111e1, surgieron estu-
dios dedie1dos a mirar los distintos componentes poli1lcos y culturales de los
p(OCCSOS de socialización po!JtiC"J y, por d otro, desde disciplinas como la histo-
ria, Ja sociología cultural y la Jmropolo¡;iu, entre otras, se presentaron nponcs
ill estudio de w culturaS políticas nacion..Jes y Id coi.formación de culturas po·
líticas no hegemónicos. Sobre esta dinilmica de rc:novadón conceptual r sus im-
plkaciones a nivel me1odológico, Maria Luz Mor~n y Jorge Benedicto afirman
lo siguiente:
º'lnúmamcn1c asocmdo con ele.füerxo paro unn nucw dclimitaaón del c:impo
de estudio, ><mrucnir.tt.odn un conjuntQ dc ln1.-ntosdc r«>tt<l•r • Lllll1 r,no-
Vílción metodológicJ dcloses1ud1osd,c11Jturo polltica. Ucwcla.tcrltkasmici3•
les dirigida.u la obro de Alm11nd y Verba .rurgtn 111s primtr.is duilas nccrei, do
los llmi!ncionesinhcrcmcs • Ll utüiz:wón de técniOtS dclnvesrl¡;.,ción de tipo
cuantiwlivo. Paulotiruuncult vn tomando fom10 laconvicdón de qut es nc:cé-
SitÓoru mcnoswmpletrrlos lullazgos bwados en encuC>UtS de opinión (que si-
guen siendo In prino:ipal f~n1, de iofonnnción de losesnidiosdcculrum poli=)
<onooo tipo cktécni=dc c,rJctcrcuJlitativt,, l:n este mommto d cnmp(> que
define esto nuev;ioncn1:tción.1e prncn1.a Uono de posibiliwdes, pero 31 rit:mpo,
no está 10<lavfa pl,nasncnlt ddimi1~d!>"'.

• l1roncisco Llera, -~,roques "' d ._<tudlo de la euhura po!ítíc.i~ en P,lu dd Cattillo,


15mad Crespo (c,llu.), 0,/turJ Pollti'ai, Valendll, 'l"irant to 01,nch, 1997.
, Mana Luz Moran y Jorge ll<ncd,cto, f.;, cultun politic:J de los csp,,i}ol~ lln tns.iyo de
.rcinterprmádn, Madnd, Centro de Inve~11gacion<'$ Socioló!llcu.s, l99S, p. H
,-,a,rlC.Tl\'At "hA1htr:.-. , fpt' tUl,-/Cl A LA& klltM:IONO
t.!(11[" C-L"Ltl•AA. POLhlCA 'f: tDVC.ACIÓ!(
l 11

50cializadoro que se rC4liza primero por condicionamiento y luego por aprcn-


dl?.aje, lo qut hace muy dificil anulatlas" 11•
Asimismo, l11glehart pone el acento sobre el sur¡¡1míen10 en las sociedades
dintemporñncas de fenómeno,¡ rnhuralt'S que han incidido en In visiblliznción
de nuevos octores sociales, como las mujeres)' los jóvenes, entre otros, scnalan-
do la importancia de daborar hipótesis en tomo a l.t con,titución de subculturas
poliucns e!»pecffica.,. Para d caso de Europa, el autor afirma que al haberse cu-
bierto las nt'CCSÍdadcs básicas de los individuos m materia económica y social,
l,tS cxpectativns se desplazan had:1 el p!Jno de lo cultural y hacia pr=pacio-
nes referentes a la calidad de vida. S.-gún Richard Mcrclman, ln¡;lcbart hace hin-
capié en los aspecto, relacionados con lo estabilidad polhica, más que en la
demo011cia que debe :ser inherente a la cultura dvic-.1.. lo ancerior, debido al en-
foque estructural fundon:ilist., con el que se aproxima ni concepto, dando pri-
vilegio al equilibrio y la estabilidJd, concibiendo. en síntesis, la culturn polftica
como sistemática, c.tpl!cim y constinud3 por ,·alor<I, actitudes v conocimien-
1os, que pueden ser aprehendidosmcdiance encucst.1s o entri:vistasu.
Gabriel Almond elaboró en la década dcl 90 un concep10 mds abierto y- di-
tuimico, con respec10 al accramiento hecho en l.1 déca<la del 60, considerando
la confr,;>ntación encre modelos ideales de rnhuro polltiC3 y prácticas concretas.
Su ddimitnción logra dnr cuenta de los diferentes dementas ,1uc e.'tt.ln presen-
tes en las aproximaciones hechns por buena parte de los autor~ que aludt•n a esle
objeto de estudio. Cabe resaltar cómo en este acercunien10 permanece la co-
Jiexión entre cultum poUtic,1 y 11aci611, en donde csu última repttS<.'1113 d mar-
co referencial en el que opera aquella. al •iempo que se mantienen los tres
comp0ncntes de la cultura pqUtica delimit3dos en In ddinición dada rn In década
del 60: el cognitivo, el afectivo y cl evaluativo. Almond expone cuan-o dimensio-
nes o nivdes rcl3donados con lo qu~ ~s la cuhur:i ¡>ol!tica asi:
"E.n pruna lugarronsi>tc m un hilde oñmt.1cione,¡ pollúc.is de una coniuni•
dnd n:idonnl o~ubnndun•I; en ggundo lug;ir, Ucnccom¡xmcnto cognih•"OS,
aíl'ctiYOS yc,-alu,tivos, qut rncluyt1l conocimic1110~ ycr..,ncia, sobre lo realidad
poUúca, loucntlmim10~ pohticos y l~compromlso, con h» valor"5 pal!tico,:
en teccu(ugar.d conccmdod, la cultutapoUtiaicse1 resultado d~ lasocial!Ll•

" l\on.tld lnglcha11, E c,mb!o ,:uJrun,/ ~n luJOáa:údesindustrwes ~=d.!$. M,ulñd.


Siglo XX!, 1991, p.6.
" Ríchard Mcrclman, "Thc muncLinc cxperiencc of pollticol culture" en Pollrical
Commuru<ation, USA, Vol. 15, No. 4, octubre de 1998.


J4 C(')WHkUc;c11b nfl CULTtJfl,11 1'01 flfCA HN COUUUIA
ttllOTICtO) IIIOIMt),ill t:O , T alJ.CUI.HC IA, t l r t: ,A.IU

óón prunaria.del, cduCllción,del3 exposición a los m<diosrdewcxperitn·


cillS aduha.,dc lo,, actuaciones gu~rMmcnt31~$4>clall!S ycCQnónúc-J.S: y, en cunr•
10 lugar, la cultura polidcu afecta a la actll3Ción gube:nwnentol y a la cmuetura
política, rondlclon.indol;u, aunque no dcrerminAndoh1s, porque su rclnción c:tU·
sal íluyecn auJb:is dir,cciones""
Frcn1e a los accrc.1mien1os d~ Almond )' Jnglch11rt, Merelman propone una
concepción mundana de la cultura polltica, tal y e-0010 aparece en la ,~da coti•
diana, de rna1iera a.sistemática e i01pUcitn, en las conversacio11es e iruetcambios
que expresan Ji manera peculiar como los individuo5 construyen, usan e inter•
prctan lns idcns, los térmmos y los símbolos que p\1edcn resultar centrales en el
quehacer político15•
En lo referente n la his1orin social, la sociolog[a cuhurol y In notropologfo.
culturnl se ~alh:aron anáfüis m:ls comprensivos que permitieron abordar las
¡,nlcticai y reprcseruacioncs <!O 1orno a lo polhko como e.~prcsíón de fueras so-
ciales en conilicto, de sujetos y de identidades sociales, en donde el indh,jduo ts
situado como parte de un3 historiíl colectiva en la qu~ cs1:\ inseria de mn.nern
complep su trayectoria individual. Pñncipalmco\e, los es1udios hiSt6ricos se
hiin dirigido a l~er en cuc111a Jo~ imaginarios que lo, sujetos y las colec1ívida-
dcs hacen del sís1ema politko y de la sociedad y su rclacion con la siluación so-
cial y económiCll en fa que se ~ncucntrno.
Buena parte de eslus aproximaciones se hicieron desde distintos referentes
a la visión sicologista, behávlorisrn, de In escuela introducida por Almond y
Verba, retomando elementos de tus corricnies interp~lativas, que VJn a privi-
legiar más el análisis social y cultural que el sicoló¡;ico. De esm manera, este tipo
de acerc:imiento va a cucstionu las limitaciones de lascncuestisde opinión p~ra
aprehender el obícto, reconoci.:ndo algunos par1icularidades de la cuhura, cuya
complejidJd dificulta su lr.11umicnto a trn>'é.s de lnslrum.:n1os de medición ma-
sirns. Según Leuda Hcras,
"b $0Ciologfa mterprcLlm'il como OlDlpo de ÍDVl!$\igación parn la culrurn PQ-
lfrirn nos presenta dos instrumernos de nmllsis básicos: el se.ntido y si¡¡nifü.-n•
dónde la.teción sodtl. La id~ cen1!21 aqul <Squedcnúdc los acciones de los
hombres subyacen cknos sentidos, que los nccioncsdc los Individuos no son
casu'11cs o mcr.uoc,1cJ«idcnttlc<. F.nd t=mo ck lo polhkoclll) "gnilka gue

"Cit>do p<ir fnnci.sa> Ucra, "Enfoque, en d clludio de Is cuhuro político", Op. dt.,
p. 59.
u R. Mctd111'111, Op. a ·t
Pfll,-fl li( fl \'All ,_t,,U J1' 1t ... -. lí N h1"~t, A l,1" IUtL AC lfl Jri' U -
u n u . t.llLlL"•A t• o tlTl (A " tD ~C:. AC IÓ):
12)
las acaone\ pollticas nosesnúan en el om:I superfk10J, o externo,sino que nc-
n<n un dc1<nnmado sc:nudo anterior. un !<'ntidoqu~ i,e ,-:, 3dqwriendoa partir
de los usos y costumbres de la comumdod. Este sentido unnnulado crea sig•
nifu:i,cíoncs cn1rclos mimlbros dela comwúdod, que n su vase, crroducc11
y forman codigos intmubjetívos. El problema de m,-.s11gaaon oq\11 es lleg•r
hub C!IOS códigos y para esto Ll. t&nic• de los illltucsw. • grandM poblacío,
nc.s no es úttf"M
Con respe<:10 a la sociologin cultural. podemos rescatir los apones de au•
torcs como Pforre Bourdicu, quim trJ ¡m-cisado las carue1c,rl;ti..is de fa politi-
Cll, entendléndoln como un campo delimitado y autónomo de otras esferas de
lp social. Apoyado en Durkheim, Webfr, EJ.ia.l, Mnrx y Gramm, entre 01ros, los
concep1os de c.impo y dt- babirus le permiten d•r cuento Je las luchas y conflic-
tos que :IC establecen en tomo n In opropiución de los difercnlcs capitales que exis-
ten en la sociedad, por parte de los dh·enos 3ctorcs y grupos sociales.
l!mend,endo el capital político como una formn de C1pital simbólico17, pnrn
Bourdicu coll$Ídcrar la pcrspecti\'n lili1ório y eón textual t'll la que se sitúan 'los
fenómenos polfticos hace parte de una postura teórico-mctodológica importan •
te. En sus palabras:
"b,1¡0 pena de oatura/inrlos tneCllnismos socialcs que
produa,n y reprodu-
cen li! esci,i6a cn1rc los'agcntes polltkamenic •cth'Os)' los 'agentes pollucos
p.u"-os' ydc consutui,- en leycs•t= los r,guluridadcs b.istóric.~ ,'\\licias dcn-
1ro de lo~ llmitc:. dt un csta,kt dctcm1inado de la diSLribución dtl capital y, en
p.irtirular del c,pual cubuml, todo nru\b.sis d, la lucha polit,ca deb~coloc,r en
su fundnmcntol~ detcrmi1w11cse«1nómkos ysocialcsddadM1i6n dd tm-
bajopolllko"",
Como puede verse, Bourdicu plantea la.s tensiones que se dan respecto al
capital polltict•, entre los prufcsiooalcs cspecilllizados ~" el c.unpo y lo• duda-
dru,os comunes, debido 3 la cxistenc:i4 de un voc.ibulario especialiudo del que
se apropian lo~ prof~iouale., y que pul-de dejar por futra al rolo dela población,
al comtituirsc el lengua re polltico en un código que sólo puede ser descifrado por

1• urimliaM Gómu. "Culturo Pnlftko; cl<!Stlldo dd rute contempor,ln•o·. en Rdle.oil11


Pólitia, Mbko. '1iiu ~. llúmm, 8, UlO!, p. z.&.I.
17 Plmc Bourdicu, ''l'cnl!<"r lo ¡>lllitiqu<~en , lct~dc I• rtt'hr:rch.:"11 ,,dr:ncesso.."i. k:,, No.
71-72, 1988, pp. 2-5.
u l'im• Bourdieu, " La r<prácnllll!on ¡,oli1lq[1('. tJ..,_t, ¡,our unl' théoric du champ
politique': en ,ter<'$ ,le t., rechcrd,un .<CJCJK'c.<sc><:1,1/t:5, No. 3o -J7, 1981, p. 3.


24 t.A rnNtt 111ucr1/\f'/ ott f'I t 1ll1tA. rn1 ,r,c, •"- Cuaou ■ rA
PáC'll'tCTOI nt<,nCl\Nl(OJ, 1' IIIUI IITO,!C.IAI c.1.•ltu1.un

los 111kiodos. No obsrante, precisa como "en realidad, Jo que hace que esta cuJ.
tura propiamente politlca perm'1tltzcd inacc<'Sible al m3ye>rnt'rmero de perso-
nas, no es tanto la complejidad del lengua¡e como fa complejidad de las relaciones
sociales conslituti\'as del campo politico~19• En el fondo de esta lucha por el ca-
pical polirjco se: encuen1ra una tensión por el control y monopolio de la elabo-
ración y división leglrimn dd mundo social, as! como de los ins1m111m10~ de
poder ,¡ue regulnn la cli.11:l.mica del campo poULico en tmas condiciones sociales
cspedficas de ex.istcndn.
Com¡,lemcnmndo la mit-~d.1 del maQi~1m,, que pl'(lponía que la concien-
cia de los individuos cstabn dada. fundnmcntalmenre, por la posición que éstos
ocuparan en el apara10 productivo, el lú.sloriador Edward P.umcr Thomp$on
ntirmó que, ademá.~ del condicíonamienio económico sobre la formación de la
concic!ncia de clase de los su¡rtos. la cons1n1cc.ión cultural (histórk:a) que los gru•
pos humanos realiwn, juega w1 pupcl imponJUUe que debe ser considerndo par-a
el análisis histórico. En esta perspectiva Thompson ano16 que: ªobviamente,
In conciencia, bajo la forma que sea -<orno cultura no autocon,;fontc, como
mito, como ciencia, como ley o como ideologia articulada-, ejerce 3 su vez una
Jcdón retroaccivu sobre el ser: del mismo modo que ul ser es pe!L~ado, el ¡,en·
s11miento es vivido. los seres humanos, demro de ci~r10s lfmítes. pu,>den ,i,ir
las txptcr3th-as S()Ciales o sexuales que las cntegoria.~ co11ccp1ualcs dominan-
tes les imponenn10• Para Thompson, en el campo de la cultor~ están en juego
signi(ic:idos relacionados con el conflicto de clases dc la sociedad y, por ende,
d reco nocimiento de dic.ho campo resulta íundamen1al para comprender la
d103rnica de la consmución de los su¡etos históricos. IA1 culiura ¡med~ enten-
derse. ~nlonces, como un puente que facili1n la rdación r1ure la c.~pcricncia in•
dhoidnill y l.u relaciones sociales!1•
En cst11 pcrsp«t1va marxista resulta hlmbién importante la pregunt.1 por
la oonstrncdón his16riai de la heg.:monla y los continuos conOicti»socialcs }'po-
Uticos que Lienen lugar en torno a. LJ primacfa de uno y otro bloque heg,móni-
co. Asl, cl estudio de l:i. cuhul'J poUtica estariu interesado en "la consideración
histórica de la emergencia de distunas hegemonías en conflicto, el nnálisis crin•

"!bid, p. 10.
~1 Edwurd Palm<Tlllom¡,,an, Mi5en:.de l1t,on.,. ll.>-m:lon•, Crit1c,, 1981, ¡,. 21.

11 ,\!.irtln Paqoo, ªAp¡,réhcnder lc problérne h1storiquc de l't1.11 wus l'~pptocho de 1.1


cuhurt poliliquc. l?Jim,ntsJc rtfittión"; en An11w'o Co/ombüm<> Je /ll,torm Socialyde
hi Culiur.i. No. zs. llogofli. 1998. rr- )09-336.
l'Ut,t.C'tT\ ·AS ,,Allf"l(."Al l'<l lO l_,,.O .\ LA ~ "-fllA.CIUStlt 125
., ~u r n.:u l' # A t- Ot IT<<'-'1 ' FOCC , <..tt)1'

ro de las fuenas económicas l' puUticas que representan. el estudio de su canlc-


ta interno y la critica rigurosa o negación de su lógico cfécto"~.
De otro lado, la escuela de lo~ Annales, la nue\-a historia y la historia social
y cultural 23 , con ~us apones en torno al estuditl de las mentalidadC$ colectiva~ y
los imaginarios sociales sobre el 5istema polltico, han 1110.~trado la impor1;111cii1
de emender lo forma como los su¡ctos repres,mtan y d11n sentido ni mundo, se-
mil,mdo nucvos.:aminos )' metl1dnlogias par,, el análisis históricol 1• No obstante,
algunos de sus rcpres..-ntantes, como Mkhdl Vovclle )' l'eter Burke, reconocen las
dificultades de aprehemión conceptual y openicion31ílllción metodológica dc
tales conceptos. En estn dirección, Roger Chnrtier cenlt'\1 su a-nñlisís en el c~íu-
dlo de las pr.lctiru y representadnncs que In~ sujetos llevan a cabo en el mundo
en que viven e interactúan. Chartíer ha dirigido buen3 p.i~desm investi¡,'ltdo-
ncs n las prricricns ele lo escrito, o las que considero, o panlr del siglo XVUI,
como uno de los elementos mñssignifie3tlvosde la cultura polllicu moderna, nfir-
mando que In historia cultural debe abord.ir el analisis en torno a las represen-
t.1ciones (en la perspectiv11 de Durkhcirn y Mauss) )' 1u dimensionalidad mili tiple.
para lo cunl establece relaciones con la historio sodol. Así, en so opinión,
Q[ ... ) 31 lnllxliaren l:u luchas de reprcscntllción. cuyn ~lura cscl ordenamiento
y por Jo tanto 1.i jcrMqUÍl.lción de la estru(tum soo.tl en sf,la hiJtoria rul1urol
.se apart.1 sin dudo de una depcndcnda demll!tlndo estrkta en rd,,ción con una
historiHocial. dedicada al csrndio de las luch.scconóm,ais ,'lnknmentc, pero
tambltn regre,i;i JOhre lo social )"ot que lija su atención ,obre w C$IT.llcgi3.s sim•
bólicas que de1ermina11 posiciones y n:l~cioncs y quo construytti, para c:adadut>,
grupo o medio un scrpcro'bidoconstitu!lvc, deSll ide111idad"".
Chnrtier, atento a !:is cone~or.es entre las dimensiones ob¡etl,'ll5 y ~ub¡eti-
v-.is, propone el conc~pto de representnc,unes cokctivas para ~rticular ~res fnr-

" Fronciiro Llera, •J!níoqucs en el estudio de LI Cu11uro Polhia", Op. ai, p. 46.
n En ore ;as¡,ecio b• sido ,-:Jluw el apone de Mt.:J,ell Vovclle. !d,u/Q¡;f.1.q Meulirli1l.,,Je,,
&rcrlona, Ari<I, 198~ ú mmrJlid.td m "O!uaonm.1, Barccloo•. Crltieo, 19$S; llogcr
ClL'lrllet, El mundn <'t!nJO rrprr,mtxH!J1.. ffumrf., tJJ!run,J; mur pr.Jaic;,s I" l'C'J'rt'lmtl-
dancs, Oarcdona, Grdisa, 1992; Pc1er Burl«, /,/J n,1ol11e1ón hisroriogrJfi,:;, fr.ut<YM: b t!r
m,/Jdd1JSA1111a/,s, J92Y- /9$9, Jlorcdono, Ccdlsa, 1996.
"Justo &rumcndi, · t.a cultur• politic;t como objc10 histonognlílco. Alguna, cuotio•
ne\ Je mé1odo': ali C. Almw,ia <:ulruns J' d ri/iz;,dm10. 111 Congro() J,,úAsod.vd1ln de
HJ.uori:1 Cnntcmpordn,,., v.,11,,dohd, Uniw:r..dad dr V•llod<1lid, 1998, p. 78
"~rChanier, El mund<> romo rcpre.<entxión. HimmiJ eultum/.- mm,pnfcricn.r,v rc-
pretml>lÓOná. &r.dorui, C.cd""- 1992. p. Só-S7.
'" co,-,4'tll!CCU~,i,t .01<. n·u,: .... POL!rar ... u, C~lOMIU
PIO fU"fOI 111.Jt:IV~tUCO ♦ t III UTt)ICl,H Cl·t.TL•Attl

mas de relación con el mundo soonl. Las daborocioncs intelectuales de la reali-


dnd, producto de las configuraciones milhiplés y contmdictoriJ.s que hacen los
dífei:entes grupos de la sociedad; las prácticas que articulan las ioontidades so-
ciales y las ¡crarc¡ufas establecidas cmrc los diferentes grupos, y, por ühimo, las
formas insó1udonali1.ul;u }' objetivadas que legitiman la ex:i$teoda de grupos,
comunidades o clases.
Dentro de los avance$ que se han dado en la disciplina histórica, con d
apoyo de la antropología, cobra imporrnncia In reflexión sobre In consoli-
dación de las identidades nacionales y su~ conclCÍOoes con la constitución de
los Estados-Nación. bn este aspecto se puede anotar que el modelo de socle-
dnd occidental ha desürrollndo, durante los illtímos do$ siglos, un idnrio
político andado en d ideal de la cul turn democrática, que ha sido usimilu-
clo con lo cultura política nndonal, a partir de los primeros acercnmjentos
de Almond y Vtrba. l)esdc una aproximnción antropológíca, parn Lads$n
Adler, la identidnd nuciooal estarla direcrnmeme relacionada con fa cultu-
ra politi,3 del Estado-Nación, entendiendo a éste como trna n,31:riz t n la que
se dnn y reproducen los diferentes grupos con sus culturas e ideologias. PoT
esla razón, la cul~ura naciml3l no sería la füma de las carac1crísúcas, h~bí-
tos, etc., sino lu e.xpresión de h1 interdependencia entre sus punes constitu-
tiViLS, aunque é.stll sea cl resultado de la ht'gcmon!o de uno de sus grupos o de
sus clases socialcs"6•
Al considerar a la cultura poliúcn como la gramauca de la sociedad, Adlcr
la shúa como una caregorla de larga duración, ya que ello es "la b.llic pcrsisml1c
que cambia mur lentamente, pero cuya ex:presioo ,•a ,-arlando como consecuen-
cia de los rnmbios que se van dondo en los diferentes momentos históricos, aun•
que siempre dentro de lo que es la estructura b:lsica" Igualmente, propone para
su estudio d ~análisis de los redes sociales {horizontales y \OCrticales) caracterís-
ticas de la 'estructum del poder yque se configuran muyternpranamente en la his-
torio de unn sociedad, y del s1~11:ma simbólico que lns apoyo''. Los redes sociales
sott estnidurndas como rarte de los diferentes ne.'<os y tipos de intcrambio que
se van generando entre los miembros de una &ociedad; éstas pu.cdcn ser vertica-
les'/ horizontales, según el sentido CJI d <¡ue "be dan los intercambios, de lo que
se intercambia y de la ankulación que 5e da entre las redes~ El predominio de
unas sobre otras }' su combinación dan el carácter a la cultura politica {e¡. au-
toñ111ria frente a igualitaria). faas redes sociales son refonadas )' legitimadas a

~ l..'lrissa Adlcr lomni~ Rt:cks.<od.1/,:s. rulcum y podm ~ns,¡-os deRnrro¡,olo¡;f• /Jrmoa•


merJ(1Jna, Mh,co, FLACSO-Porru,1, l 99~.
rl!.tl>"l'f)r:TIV,\!I Ati',\LfTU,. 11� ti� TOltl() A LAJ •fLAQIONl!I -,
-,-
Tl'U-lll <'VIT\l&.-A l'OtfTlt:A Y ll'DUCACH)N

es de la reali- uavés de un sistema simbólico que "incluye manifcst,1cíones toles como el discur­
uc hacen los so, los rituales politicos. el lenguaje, la arquitectura, los mitos de In cosmologla

d enridades so­ política, los emblemas, el uso de tiempos y espacios•r.
r último, las A esta serie de acercamientos, diversos autores han agregado otros rompo•
�. de grupos, nenti!$ que permiten dar cuenra de las fisurns que cxperimenllln las sociedades y
In multiplicidad de intereses que están en juego en su seno, resalwndo la impo•
rica, con el sición de un modclo hegemónico que desconoce otras tradiciones de cultura po­
la consoli- Utica y sus maneras de articulación demro de las sociedades concretas. Este
n&lilución de enfoque pennitc abordar la� resistencias, las confrontacione.�. las propuesms al­
�de lo de socie­ ternativas, los 111terescs de las clllSCS subaltem3S, tnlrt otros aspectos. Esto lle·
s, un ideario varia, incluso, n no comprometer la noción de cultura politica en una relación
sid
! o asimila­ univoca con el Estado-Nación, dnndo pnso a la noción de culruras p<)l!ñcas en
cetc.im1entos plural, varin.s de las cuales pueden coexistir dentro de un Estado-Nación e, in•
l pa ra Larissa cluso, por fucrJ de éste.
con la cultu­ Resalt�ndo de manera más clara los asp�to, sociafos que están en juego en
trh: en la que la construcoón de In cultura p<)lfUca, Fab,o lópez, de la Roche define ésta como
eologías. Por "el conjunlo ele conocimientos, sentimientos , representaciones, imaginarios, vn•
kas, hábi- lores, cosrumbres, actitudes y comportamientos de determinados grupos socia•
<'s constitu­ les, partidos o movimientos polf1icosdominante, o subalternos, con relación al
.s gruposo de funcionamiento de la acción pollti<a en la sociedad, a la acti,idad de las colecti­
vidades históricas, a las fuen.u de oposldón, a In relación con cl nnt11gonisu1 po·
><:iedad, Adler lítico, etc.". As! mismo, destaca la complejidad constitutiva de los proasos de
:st persistente co11Strucción de la cultura p<)lltica y In necesidad ele realimr su rstudio temen­
oconsecueo­ do en cuenta la perspectiva hi.ltórica, afirmando que:
,tórico s, aun­ "La ronmucdón dd• Ctlhur� pollticaMedlsarrollam un proceso his1órirode
nopone parn complejas inicracciones entre distintos ociores poUucos y sociules Cp:irtidos po­
s) c;iraC!l'rfs­ Ulia:>$, gremios «x>nórnía;,s, movimia1tos sociales, milii.ucs, inlmClurucs, hom­
imc en la his­ bres de Estado, etc.), instituciones y escenarios sociales como la íglCS1•, la prensa
edcs sociales y lornltdios drromunicación, losct'Jluos de investigación y llLs inslitudones pro­
raunbio quc duetorns de saberes c-speci.,lwdos, la tduaóón. b í.imilu r la vid.! cotidiana, y
\ �r vertic.1- las idcologlns y ooncepcionfs lllosófic:u.� oricnradorns a1 dl�tintos momentos del
l)S, dc lo que
desarrollo e<onómico, poHtícoy soo�I de una-$0Cí�d dctermín.1d.l"".
:dominio de
Ir.ka (ej. 3U•
gitimadasa
"Jhíd.. p. ¼7 r33;..
ll Fohio LópttDc I• Roche, -rr.idicioncs de cultura poUtioa en d siglo XX'; en Miguel
Eduardo Qrd,nus (coord), Modemídml r so<ied,td poi/tia, ,11 Colombia, S:mm fe de
llogo1ii. Foro N>cional por C.,lombi>, 1993, p. 95
28 ""' ("0)1; t • ~,;ClÓN T)ltl CIHH'ª " l"QUTtC:Jr. ru. Col l;)'.\lnl.\
J' ll0Y t .: Ttl .!- .,,c; , ... o - tco, • ll t tl•Tr. kG-t 1, t:t.l"Tt;a ,t t-•

Muy ccrcnnos a estos plan1camiemos, para los mexicanos Jorge Alonso


y Manuel Rodrlguez tapuente, la cultura poUtka se relaciona estrechamt'-nte
con la ac1ividad pol!ttca, que no puede ser entendida sólo desde la lógica de
los individuos, pues no permite comprender "el comportamiento político de
los diversos accore5 socfales grupales y sus confrontaciones", motivo por el
cu-al los autores privilegian los tofoqut'S sociales y la perspectiva histMica
poro el ncercamiemo a cüchoc.oncepto. En S\IS palabras: "Si se le aprecia desde
sus dt1erminac1oncs y variaclones históricas ayudará a dt-icribir Intrincados
situ~ciones haciendo intervenir ideología y polltica, su proceso con quicbccs
y contradiccionl'S, más alld de reducciones individualistas y psicologizantes.
Aunque existen elementos domrnan1es comunes, la cul tuTa política no es algo
moooll11co 19•
O=r l.aadi, desde un análisis lingüístico que I icnc en cu en ta.fa pe.rspec-
tiva histórica, anota que el término cultura polftica ha sido entendido como
el conjw116 de acciones, normas y creencias compartidas m:ls o menos ílmplia-
mcntc pur los miembros de w1a determinada unidad social y quc tiene como
objeto fenómenos polJticos, acepción ésta que condujo a ercer que el 01rácter
polílko de cierto fonómcno o matcñal cuhur:ú (discursos, creencias, etc.) es-
tarla dndo pof el hecho de referirse a fenómenos polltico$ o porque es enun-
ciado por :mores de la poUtica: partidos, dirigcntl'S, el Estado. Para Laodi, esta
delinútación del concepto, a través de sus referentes o 6us cnu nc1adorcs, si bien
es útil para la definición de un a,r¡,11sde investigación, no debe perder devisla
que much:J.S veces lo pollúco no es un c.unpo definido con antenoñdad, sino
que es producto Je los conílktos por la hegemonía entre los diversos sectores
sociales, lo cual hace que sus fronteras sean redefinidas históricamente de
aa,crdo a los distintos regímenes políticos y sus formas de legitimidad. Para
hacer esw deljmitacioncs, tnndi propone retomar los aportes de la ling0ls-
tka pragn1.itu:-n, como hcmmfonta metodológica que permite identificar la
pertinencia de un determinado co,p11.rdocumen1al para el estudio de las cul-
turas políticas.
"Dcsdccst4 óptica. un dGCUrSOo una rmnifcs1ocion culturnl no ~cnl pollliQJ sólo
porque 'b.iblé de polltict' (critcrio~lico),sino porque realiza citrto tipo do
OCIO$ u.n,;forrrutdores J~ las rel.lcioncs intenubj<tiv-J.s (criterio sinl.lctico y/o

~ Jorge Alomo)' Manud Rodn¡¡uez J..opuent<, "La cultura polltk.i y el poder en Mbi-
co•, en Hug<>Z.,1udm11n {coonl), Cultur.in,o/wa,mAmfriaJJ.atina, Siglo XXl, Mé.u-
<O, 1990, p. 34,1.
l"ROitl!CfP.•i\11 4'NHtflCA\ tl)'rl T()llN'O"' 1 lt~ IUILACIOti'IUI
f.'IC11tll Cl1 tHIIIIA f'Ol-lTlf'A Y flCIVCA<lfÓPi

pr(1J!l1lático); c>torga un lugurn lo, sujetos 'autudzado~• (con 'derecho u I• pala•


bru'). instaura 'drbcres•,constru)'' tas•esp~ro.s+1g~ero fa 'ctmtianz.1"».
Lo anterior pennite ampliar el caud.il snni6tico que puede confonnar una
culturn política, siendo necesario. al mismo tiempo, distinguir el potencial de sig-
nífic.1ciones que pueden formor parte de una cultura polltiai y las que cfectiVíl•
mente, de manera más reducida, la fonnJn en un momento dndQ.
Norbcrt Lechncr coincide con l.andi rcspe,.--ro a cómo lo político y sus di-
ferentes expresiones son redefinidas en cad,, momento histórico, J fa luz de la dl-
mlmka marcada por las fuerzas en conlicnda y los diícren tes elementos que
=erizan sus interacciones. Esto le huce afumar, emre otros aspectos, que la
culturn política no existe, sino a lo sumo las cultur.u poUticas, lo CUJ1I trae djfi.
culrodes para definir criterios abst1,1ctos que permitan delimi1ar el concl'Plo. Lu
anterior lo 11= a pensar In pertinencia de uúliz.1r In acepción de cultura poHti-
c:i como -una c:itcgoria rdncional que pcnnite confrontar las orientaciones co-
lectivus de dos o más actores respecto a cuestiones polfticns". Igualmente,
Lcchner opina que los estudios sobre el temo deben privilegiar el análisis com-
parativo, bien $M entre culturas polltiCM nacional~. subgrupos Jentro de una
n.u:i6n, o ,mtre periodos históricos. Llama adenws la atención sobre In necesi-
d,1d de evitar lns falsas disyuntivas en1rc condidoncs· objetivas y actitudes sub-
jetivas, así como tratar la cult ura poHtica como urt discurso nutorreferido,
siendo nectoSario inttrrdacionar las dos dimensiones. Finalmente, puntunliim el
.ispecto dinámico de In c,1hura pollticu, señalando cómo, aunque ella alude a
pnu1as es111blccidas a trovés del tiempo, incorpora, simultáneamente y de ma-
nera pennancnte, nueVl\$ interpret-acíones de 1~ rcnliclad 31 •
En esta dirección, paro l.echner, los análisis sobre cultura polltioi deben ga-
nar en profundidad superando. por 1111 lado, lo.~ estudios a trdvés de los cuales
se miden las creendas y preferencias expresados en las encucstos de opinión pu•
blica r tratando, por otro, de desentrní'iar las espccificidade,s y singularidades de
los sist.em;is de valores, de las ~=t•cioncs simbólirns y de los imaginarios
colectivos de los distintos grupos sociales. P.ua tal efecto es necesario, entonce-s,
no sólo ampliar la mimda, sino 1,1 mbién ser sensible a la existenda de regmros
politicos y culturales en los cuales, gcneralment~. no encontramos m~s que si•
lcncios. Asf,

,o Osear lAndi, Reco11.,truair111d: /rJ,f nur•-¡¡s fornw,\ de lit culrur;J polit1G1, Buc:-nOA Aires,
Punto s..r, 1988, p.103.
11 Norbcn lcchncr, "El nuc,,, im<tú por t. culcur.t políúca~ en 0,//ur., po/ltk:, ,r d~
m0<.'flll1'.t.1,ión, Buenos Aires, Ci.ACSO. 1987, pp. 10-11
30 LA COf").TaLtCCICU~: hl t.UITUJl A P«H,J l ltiA tt-1 l.oa.or.Oto\
l'•O'TIICTo• H l!.CU!.MÓtHCOi 't aa11,JtlJol ( ,f,\. Cl!l. l\!l.\l.U

"(.• J un os~...ao impor1ao1;.qu1z.1Sdttim'O, de la cultUJ'3 política, radica prec,.


&.UT1cntccn aquellas ·~wcmw· que lag,,n1c 110 ,·crhali¡,,;¡ m cxplk,ra por co111i-
derarlas al~o 'normal y natural ', A este .lmb,to de lo ~utocv1dente suolcn
pcncnecer 10.'I prejuióos con que percibimos y c>·,,t u.unos los ptoblc:m:isdiaric»
ysus soluclond, incluyendo aquel 'en.do" profundo que subyacem los cálculo,
<k = 'd«rión raóonal')' de u™ acción es!r>tEgico. En,est:u,sfcra de lo no <on!•
ócnte tamhiin echan 3U5 ralcd hu r,:prese11mciom,, ,imbólirns mediante las ru••
feslracemos inteligible la re11Jid3d yotorg;imos o;entldoa las ~bciones soóales"".
Las rdlexiones sobre cultura pollt1ca propue,;w por Landi y Lechner es-
tán en ccrcarua con los análisJS de loan Botdln pues, para este último, la cul,
tura polltic.a es una c.1tegoría que se construye, se llena de contenido, en y por
la din:\mka social, e~ decir, no es una categoría dada ni inmutable. Para Bote·
Un, "al recuperar la noción de cultura política tn d marco dd análisis de la ac-
ción de los actores poli1ícos, administrativos., institucionak5 concre10s, la
cultura política puede ser entendida como un conjunto de pautas de razona•
miento, de argument3ción y de rcpresentacíbn de la rcnlidod, untes que como
un conjunto cerrado de valores, creencras. actitudes y pautas dé comporta-
mjemo, adquiridos-.:le un modo esencialmente homogéneo a 1rav6 del pro-
ceso de socializadón'>.
los cucstionamicntos hechos n los acercamientos Iniciales sobre culturn
política 1:n cuanto u su rigidez y eurocentrismo, entre otraS, sel\~l:1ron las difi-
cultades de su aplicación en cooreictos diferentes 3) occidental y a cicrus coocli-
done.s normativas idc~le.s. Estos cues1ionamie11tos íueron más fuertes con
relación a América J..atin~, en el sentido de que lns formas dominantes de la cul-
tura polllica etl e:ste cominente difieren de manera significath-u de la., dd contex-
to europeo. Desde esta óptica, hacer un estudio de la cultura polltica enAméric,a
Latina requiere de una mirada hístóric,a •·n romo a proc<$0S tales como 1~ estruc-
turación de los Estados nacionales, las tensiones entre modernid.td •tradicíón,
fo apropiación privada de los aparatos de Estado. l:t conformación de éfües na•
clonnles, el surgimienlo de fuenns parninsi:itucionales <!n los procesos de regu-
'Jación social y _polittCa, entre otros. En este orden de tde-.1s es de singular

l! Norbm L«bner, "F.I m,,lrsllJr con la pollli"' y la reconstrucción d, los mop,15 políú-
<os•: en R. Wínocur (compllodura) Culturas p,,/fo'c,s J /in de sig/<>. Mti.ico. FtACSO,
1997,p.19.
» Joan Boucll~ "En torno al concepto de rulrun poliua: J,fü:ulmdes l' rccono1•, en
Piw del Cuullo. Ismael Cr..¡,<> (<dits.), CulturJ Poliria, V,1kncio, Tiram Lo Ulanch,
1997,p, 29,
re.ll\PtCfl\',\J A~ALITIC,U . ts 1'0l""0" LAJ tD.ACt01'U 31
t..><1 .,., CIJl..1\.'11, ftOLh'ic~ Y tn\lCAC11'\H

importancia re(Onocer el papel que han auuplído divers.,s movimientos sociales


en la construcción histórica de los pal$1.'S del continente laúnoamericano y en la
continua r«onfigo:r:ición de las culturas-políticas y los procesos dé construcción
de subjttividadcs polllicus. L(.ls movimien los socinles adquieren nueva$ signifi-
caciones como espacios de praxis que generan referentes respeao a la acción po•
lític.a y n 13 elaboración d~ imaginarios diti-rentes a l05de los pod<"rcs hegemónicqs
ydcl sistema politico tradicional. De este modo, los elementos de idenndad que
se tejerfan en su seno implicarían "mccani.1mos de rcconoámien10 clistencial, ya
no sólo en términos de autoafirmación y pertenencia espedfica, sino de recono-
cimiento en un espacio múhiplc y dh·erso de otnis identidades imaginadas o
imaginables de actores sociales re.tics o posibles");,
Este lrcj dimeusionamicnto del papel de los movimientos socio.les en lahis•
toria de los pabes de Amc!ric;a !.atina focilitn analíz.,r la forma en que éstos se cons-
tituyen en escenarios de coníom1ación de nuevas culturas políticas altemath'aS
a la h,:gcmónica, que est.í insplrnda en los intereses de los se®res dominantes
de la sociedad y no en la expcrienaa histórica de las da~ y grupos subalternos.
1\ sl, los movimientos socialt'S contribuyen a In construcción Je nuevas gramá-
ticas .10ciohistóñcas en tomo a la democracia, diferentes a las visiones liberal y
neoliberal. Para Arturo Escobar, •
"la poUli"' cultural delos movlmicotos wci.Jlesinlcnlll omenudo desafmro des-
estabilizar rul1uras pqUticas dominan1es. En larntdida en que lo)objcuvo. de
los rn,1\/lru1emossooal,s conu:mpor.ln<os algunas ,·,c,s.., cxncnden más nll:1
~ los 1 ~mattti.tksc insri1uciónalcs pcrobidos, en lo ~icfa cu que los mo-
vinuemos $0CiolesS<1cu&:n las fronteras de lus reprcsentacio11esc11lturales y po•
Ulic•s y de 13 pr.ktíc• .l<ldal, en la mC\lída, ftoolmcnt<, en qu, Ita polltica.s
culturales de los mov,m1cntossoo.ues ponen en march• eue>rionamirntos c;ul-
iuralcs o presupon<n d.ífctelCW cultw:alcs,cntooccsdcbcmos aceptar que lo qut
~"ti en juego, d~c lo penpec11va de lo~ moviml<ntos$0clales ydc manera pm-
(undJ, es. una 1ro.nsformorión de fo cuhura polit,oi doirun,1mc, en 13 coa! ellos

>< Femando Caldrrón y M~rio dos S;1J1tos, •MO\'lD11entol socillle1 y gcsl:lci6n de cuJ.
tura polhi"'1: p>U14J de 1ntcrrog,ción~ en N, 1.c,chner (cornpil•dor\ Cuffur., polfticu y
dcmo,:111t1"t,áán, Buenos Au,s, CLACSO, FL\CSO, ICI, 1987, p. t9to. Ver Gdmuls: Luis
Albetto Restrcpo, Elpotro<ialdanoaát,cr, de kM monirui:mó.• ,>{,011/r,;dvicosm Ce/mu•
M,, Bogo1á, Fun<l•dó11 Socilll, IJnivenoidnd Pedagógica NJcional, 1994; !•m<" Pc:1111s,
"Los movimiento, sod•les: p<TSp«tÍ""-' de tr.múarnucl(m dffll(lcratica", en Rr••Ma
ÑIJO, No. 2, llogol.i. febrero de t 987; Marco Ruul Mcjla, "Reconsrru~ndo lo transfor•
mación ~•l: mn,imicntM 10ciales y t'du(;,cmn en d 6n de tiglo": <n MiteJ;,, Nn. 15,
Bogotl, 199-1.
31 {lt Llll1'\:'ll i\. ,od, le.A 8H r.~LO.ltllA
u, CO!'IISTau r:c10 1'
rlOYlC.1'01 H Ml ht Ó/'C H. tH Y fl. flUf lt l'l ~ l \ i cuui., 1. .-.1 U

mismosckbcn mownc yen cuyo ámbito bwc.lll constinñDCcomoactores 50•


cales con pmcnsiones polltias. S, los mo,imitll!OS socinles ucntn el ob1edvo de
modifiálr d podor social y si la cultura p<11itica tamblésl involucru c11111¡x;1
instilucion•llr.ndru poro la nc¡¡ocl.icitln dd poder, mtouces los movimimtos so-
ci:úesestl!n ntttsarirunentetn pugna cond asuntockb cultur:i pol/tica.Enmu•
chas c:a,os, los movin1icnt0uoc"1lc:s oocxigm unainclusión en la cultura polltic.1
dominan~ mñs b,en bUSáln modilic:irLi""·
Algunos de los estudios que se ha,; dado cu tomo al concepto de cultura po-
lítica ha.n sido aglutinados bajo los estudios culturales, CU)'OS pioneros están en
Jnglatm-a en lo que fue conocido como la es.:uela de Birminghílm, de la cual uno
de sus mayores representanres es Stuart Hnll. F.ste amor, llevó a cabo rcllcxio-
ncj en torno al pnpcl de los medios de comunicación)' sus- relaciones con el po•
der, los procesos de hegemonía y las idtentidnde.s sociales, retomando}'
actualizoodo la tradkión marxista en su vertiente gramsciana. A:si mismo,
;iutorcs como Mou!Tc y Ladau 56, cn1re Olros, lrnn articuludtl a sus rcfkxio-
nes aspectos sobre el debate en tQrno a la posmodernidad, pcnnitiendo el cues-
tiona miento a los paradigmas cl:lsicos de la modernidad sobre la culrura ¡- L1
poUtica. En lo cotfl:emicnte a los tstudios cuhumles en Amfricn Intina -here-
deros de diversas 1rad1aones critica,, como los de In sociologfo cultural inglesa
y la Bcuela de Frankfurt- podemos decir que éstos han permitido rev;ilornr el
papel de la cultura en las construcciones sociales y pol!t1cas dt nuestro contcxlo
y redimensionai: el papd que las dinámi= de la vida colidiana tienen en los pro-
cesos sociales )' poUlico-culturales, puestos en escena a traves dtl paradigma de
la modernidad, en d escenario latinoamericano. Una de las contribucíones d<!
ma)'or trnscenderu;ja de los estudios ,utturales hn sidu la profundización en tor•
no al concepto de cultura, que,
•t•-1 licn< menosqu,,~r con los oncfactosculturaks en li mismos (latos, obru
de ane, ,-atores, tCO'lologias. conocimientos. etc.),como co11los proeesosrsiruc•
rumies de producción. cfütribución y recrpción de esonrtcfuctos. to que se, bu.sea
invcstignr son las pnlc1ic:u a través de Lu cuales es ,-01istrui<bpa/uiamwtd,1
subfetividHim el cont.eXIo ya nod~ I• sooroad modmia =de b 50Cledad glo-

>5 Arturo C$<'.obar, Sonia E. Álwrez, EvrHno Dognino, lt>lftit:JJ ru/run/ 8t cvfruri polit,~
01.· un.1 nu,:v:, miraduob~ los movimientos soda/o úlinoz111fflc-.u,(J$, Dcsoij, Taurus,
lrutiwto ColombimD de Ar.tropolog!a • }hstoiu. 2001, p. 27.
,. Emcs1 Ladau y Ot•ntell Mouffe, Hq.<'1t1Cn}' ,u,d soa•lisr slntC8)\ London, Verso
Books, 1985.
l"Ehfltc:fl\'A.$ A~o\tlru:"" ..,, roa-.·o .-. l.,U l.U.ACIONU 33
t!)J'fjlll CltlTUllA flO.LfTU!o\ 't liOIJ-C.ACtÓH

bal. Los modos diversos en que'nosobñmosnl mun~amesqm,cxprcsión or-


g.mka de Ll idemi&d de constnJccíones que se h:úlan ancfaoos en sis1en1;is m~-
1,riales de signilicadón atra,·csados por lógicas y rd•ciones cl, poder. Los
Clludiosculturok:s tomon como obj,to rkm:llísísesos m«animlosdc produc·
ci6n de s:igni5c:ados. el modo en que se reproducen y distribuyen, los di5positi•
\'OS de sel«dón que utiJil;in aslcorno la form• en qoe ic ¡;cncra Li diulktici <n1re
su¡e1oye~1ruccarn"".
Como puede verse, en los acercamientos hechos :ti concepto de cu1tuto po-
Utiai convergen vañas ttadidones teóricas que $Cñalan lllS tensiones politiCllS,
soclolcs y culturales de los distintos momentos históricos en que ktas surgieron.
As(, si bien lnicialmcn1c el concepto surgen 1~ luz de los paradigmas que busca-
ron legitimar el orden social establecido en la Europa ocódenwJ, delineándolo
como un concepto rígido, ligado csm.-chamente al Estado nacional r por 1anto
homogéneo, hegemónico y eurocentrist¡¡, con el tninscurso de las décad~s nue•
vos fcnómmos mostraron las limitaciones dc este primer accrcanúento, condu-
ciendo a su rtsignificación paro dar cabida a lógicas no hegemónicas y :ti estudio
de las d.isdntns expresiones y luchas en torno a su apropiación.
Asl mismo, al h3ccr un b.ilance en tomo a los aportes de diferentes disci-
plinns respecto a la culturo pollticn como objeto de t.-stúdio, es posible identifi-
car hallazgos que han llevado al cnriguecimic"nto del paradigma ya concl115iones
teóñcas apoyadas en In investigación empfrica, que son sintetizadas por l'ran•
cisco Llera de lu siguiente manera:
"! ...)d ~bnndono de la clJ.Sificncíón tipológica estdtk.it.lcriv,da de t.lctermlna•
dos modc:los nonnatfros de dcmoo-aci.i o de cslllbilidad democrática; el ab:1n-
dono, igualmente, de la rigidc!Z normati,-a que imponla una tot!I cohcrcocil entre
las~tltucles polhkas¡ lnevisión del modelo de 1c.1UJ.1lidad conlcntdo en el p.1-
111di¡;rrr., de la cullllnt m'ÍOI, naptmdo el inOu¡o reciproco emrc actitudes, com·
porn11nientos y nrructtJrnSsoci.Jles y polhi<:Ds; f, fuul=tc, la introducción de
un lllO)'Or dinamismo en el modelo pnrn explicar los posibilidades de c.unbio
actitudmal y rullural, como consea.u,nci.1 de la.-'81unción individunl dcl entor-
no polltkoo de la mcoiporación de nu..-.scx¡,enc:ncias"".
No obsttnte, habria que agregar que lo dicho por Llera recoge solo parte
de la tntdkión respecto al estudio de los prore;os de construCCión de cult uta poli•

•• Santlaso~tro-Gómez (<dltor}, L3 recstrucnuaddn debsd,ndassoda/,:un Aml-


cia, !.mm,., Bogoi.i, Crnlio Editorial Jn'Criano, 2000, p. X.XXVI.
3Hrnncu<o Llera, "Enfoqucstn el cstuJiod, t. culrurA poUti"1", Of\ ai.p.S8.
34 L.A. COHnaucc10,t 0 1 CU l TC&A 1'0LtrlCA L 'l CotóWJI>.
i,, ■ OYI C'tO J ltl Gt;JC Ó'lfl(Ot T ll t,llt fW (IA \ ('L'l.t!;. I O r t

tica, invisibilizaodo los aportes que se han hecho rn lo referente a lii.S identi-
dades col«:h,'.15 y a hu culturas no hegemónicas, :ul como a la ímpor1ancia
de incluir me10dologfas de nmllisis dr curácter cunlitativo, que son elemen-
tos importantes respecto al recorrido histórico que ha tenido el concepto,
n su ampliación)' n la posibilidad de utilízarlo como hcrr.imicntn analhica
e invesugntiva.
En términos gencr3les, los en foques y aproximaciones robr-e cultur3 poli-
tica pueden ngruparse en dos gr;indes tendencias, una que pm<ik-gia d enfoque
en 1omo a 1~ individuos, entendiendo la cultura como noonas, valores y ncti•
tudes individuales, g11e hace c¡ut sea m'1s propensn n la utilización de té.:.nicas
cu:mtitath.-.u y masivn.s pJra su medición. La otra tendencia se preocupa mis por
l.1~ 111anifcsrncione5 col«tivas dd fenómeno de la cultura pollticn, concibiendo
13 coltura como red de significaciones sociales y lo pollt1co como manifestncio-
ncs qae rrbasnn lo institucional ylo hegemónico. Ahora bil!ll, teniendo en •-ucnm
1.-s distintas herencias teóricas del concepto de cultun1 poUtica, podemos con-
cebir la mi.m1a, en un $Cntido amplio, como ti conjunto de prácti(;is y reprcscn-
rnciones en !limo al orden social ts1ableddo, a las relaciones de poder, a l.i.s
modalidade. de partjcipación de los sujetos y grupos sociales, a las jerurqulos que
se e5tnbleccn entre ellos y a 13.'i confront:u:ion~;. qu.e tienen lugar ot!ll los diferen-
tes momentos históricos. De esta manera sus relaciones no girnrfan solamenh!
ni rededor del Estado nacional, siendo posible identificar la existencia de diferen-
tes culturas polilicos dentro de las socil-dadcs, al ti.cmpo que co11Siderar cxµrc•
siones culturolcs no rdncionadas de mancrn cxpllci1a con la csfor-0 de la polltica
pero que inciden en la constitución de modelos y ~utas que repercuten sobre
elfo, Así las ros.is, d concepto de cultura polltic.1 &be permitir \'Cr In rique,.a de
los procesos de construcción culturnl e lndognr las dinámica.~ de los diferentes
"subculturas políticas" que convergen en un momento histórico csp<!dfico.
Pero, ¿cuJlcs son, en este con1CX10, los procesos, las estrategias, a tr.wés
de fas qae se conSlituyen las culturas politims7, ¡cuáles son los escennrios en los
qut 1e llevan a callo procesos de formación rclucionado~ con las divcrsasreprc-
sentadones del orden socinl, a sus jcrarquÍilS y al lugar que ocupan en él los di•
verso, grupos, actores y sujctos sociales?, ¿qu~ sujetos, qué prácticos socínlcs
tanto discursiva~ como no discursivas, están involucrada.~en este tipo de estruc-
turaciones?, ¡de qué manero ln educación contribuye a la constitución de idcn-
tidade.s pollticas?, ¡cuáles son las relaciones entre fotmdción ciudadana y
modelos de cultura poUtica? A continuación haremos alusión n algunos ele-
mentos ,¡ue pueden !Se"r de utilidad paro entender dé qué man~ra s:.: Uevan a cabo
estos procesos.
IPIUl:.PICTt\',\II i\.'CAUJ::lt;At t;!'f TOll'íO 4 U~ ■ ,iC,,\C'll.lSt~
fl!lt1'1Ut C.'l l l,l l)IU POll'tlf,. Y IOl't!,\Ut')N'
135

L:1.. Educación y cultura poH.líca


La conformación de culturo política obedece a una lógica plural que tiene
-PI' en mtfüiples escenarios de la sociedad, As(, si en principio la fumilia fuemn-
..ebida como la institución encargada de formar las pnuras ncce&1rfas para lo vida
,.xí;iJ (transmisión de la herencia culrurnl), hor eMe papel compere rambién a ,
J. csruda, uCU)'OS juicios y cuy.is sancionrs pueden confirmar los de la familia,
;,ao también conrrnriarlos u oponérscle~, y contribuyen de forma absolutamcn-
ll=: decisiva a In construcción de la identidnd" 39• Al mismo tiempo, rs necesario
.;regar que los prou:<OS de fom1ación de culruro política rrasciendcn el campo
cw:olar y se m~nifieston ramblén en otros escenanos sociales, modelnndo iden-
:.Jades sociales e individuales. En dichos proceso~ de formadón ~e prcscntn una
,.mnpleja rdación ~ntr..- d conocimiento del qu<' se "an apropiando los indivi-
.mos, su propia experiencia biognlfica y los interrelaciones que se dan dentro de
-gn•possocialei en los que naúan, incidiendo ~n la formn ele asumirse ycorn•
::iorbrse como seres polfticos. De esta manera, urcsuha medular la comprensión
.!:l modo c.n qué el conocirniemo y l.1 experiencia se estructuran alrededor de
li:,r¡nas particulares de rcgolnción intelectual, moml y sociíll clcn1ro de las cli\'er•
il>.elJcioncs de poder que camcteru.m a LL, escucl~;;, las familias, lo~ Jugare~ de
mbajo, tl Estado y otras csferlS públic:is importantes'40•
l!u cl siglo XlX Durkheim fue uno de los intelecturues que formuló la ideo
&:la educación como factm fundamental en la l,1bor de orientar los proc:esns de
~li1.ación de los individuos. con el fin de modelarlos de acuerdo a las carac-
·~tiros de la sociedad en 1~ que c,t.1ban insertos. Lo anterior delidc una visíón
<!tjpnica que articulaba al Estado como In cabeu de sociedades organizodas
¼jo d concepto de estados nacionnles. Dentro de este contexto se dlo paso, 11 ¡u
.u, a Ju conforrn11ción de los sistc111ns ~duc:-:itivos nncionnles como dispositivos
~ integraban, pretendiendo homogeneizar la diversidad de manifestaciones
.:ulturnlessomcticlas a l,11-i,ión hc¡¡cmóoica del Estado•Nacióa, con~timymdose
la CKuela como el escenario principal pam In institución de la c1udo.danl:I. Des-
&cstc enfoque, el éxito de una <!duc-Jción política acorde con la tlrganización de
..1 sociedad y el Estado occ,dental se condbio como la fom1ación de dudadilllos
danocráticos y participativos m nsuntos públicos <1.

)O Piertc Bourdi•u, "AJ. con1radi~Oes d• hcran~•. en D.inlcl Lin$ lorg,) C,,/tun ~


4ubfetiiidad~:sabt=s11fl11111dd.~nt1 P•blo, f'aplru,, 1997, p, á.
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36 lA CO~\TIU.'Ctu\ ... 11• ,.UlTVJA vo1.h "·" f.),; C(.1LdMl114
PIO\IIJCTO" HLCH MtlM'ICOi f UIIII 111,H 1-41 C:\; 1 U a \ lt 1

1
Desde cst:1 ~rspect1Yd, 13 vmon de Ourkheim ronstituuú el fundamento
de ta 1endcncia clvica en 1omo u IJ tducaclón, estableciéndose In idct1dd papel
dé.'l sis lema de ensci\nnza publico como garante de la formación ciudadana, puc:s-
lO que, a través de él, se posibilita la difmión y apropiación del ideario dcl Es1a-
do-Nación por encima de cualquier otro tipo de pertenencia social. Esta visión
ha encontrado diferentes '"'riantcs a lo largo del siglo XX, asumiendo mnúces
más liberales o conservadores de acuerdo a coyu muras especU1cas ya los diferen-
tes contextos sociuhistóricos. En c,tos matices está. en juego el papel que se asi¡¡•
na al Estado y3 otros esferas sociales, dentro de l;iscunles sccncucnrraJa religiosa,
uno dt' tos terrenos más evidentes de ta dispuro en 1omo a la hcgemoma sobre
las signifiC:1cioncs cuhurnks que tienen lugar en In sociedad )', en este scnlido,
sobre lu forma de cn1cnder la función social de la educación, los contenidos y
modelos pedagógicos a ser es1abkcidos, entre otros. En slntcsi.s, sobre et tipo de
ciudadano a formar.
De es1e modo, se podrian id(nrificar dos polos hada los que 1iendcn algu•
nas vnriante& del modelo ch·iro. De un lado, la pcrsp~ctiva liberal en laque el Es-
tado es el referente para la elaboración de los fundamentos polltico-culmrales
desde los lJUC deber{rul educarse n los ciudadanos, )', de otro lado, un polo m.1.s
conscl'\':ldor que asigna a la lglesia el papel de elaborar dichos postulados, en la
medida en que asimiln ttíci ., mornl y piensa los comportnmiemos cívicos ba-
sado$ en valores mor,1lcs de ,aráctcr rdi¡¡i¡,so, aunque se adscriba dentro delpro-
yecco de consolidadón de los Estados nJcionafos..
El enfoque civicn en sus difcrcn1~ ,'3.ri.ames se ,lpo)'.I, como lo cxpresamo~
,11 comienzo. en una ,de;i r~.ringid~ de ciudadnnm, pt1es posee un concepto de
democrncia de baja intensidad de .1cucrdo al cunl In dudadanfa c.i pensada en
térm inos de representación restringida y con énfasis en los pcocesos electorales,
lo que tiene lmplicadones sobre la m:inCTa de concebir las snbje1ivídades poll-
dcas, prcf~rcnciando la c51ructuraci6n de sujetos pasivos más ocostumbrndos n
"delegar~ en sus representantes que a constituirse en p.-otagouist:aS ó, por lo me-
nos, en 111 tcrlocutores v~lldos parn Interpdnr a sus repr=ntantes, ni tiempo que
interactu:i.r en ottos esccnanos que tienen relación con tos funóm~nos políticos
y sociales.
En oposición aeslc upo de concepciones, para In segunda tendencio, In for-
mación ciudadana no tiene que ver, de manera cxduslvn, con el rcconodmien-
10 de ciertos debere.s y derechos de lo\ indhiduos, en tanto actores politicos )'
titulares de derechos, sino con IJ construcáón misma de los sujetos en las socie-
dades actuales. Asunto este que desborda d aspeao de los mecanismos eleeto•
rales y la esfera nrncropollncn, pa-ra resignificn,· expresiones politicas y prácticas
.. l!KOtt.G'rlV,H ""'AlhH" \li l(N r-l11t,o A &-A> lr:lACloi,:a 37
l!'-:TRt l'"tH1'CaA POLÍTICA. Y llUIJCAOIOl"

ll)(j;afes que incluyen otrns formas de relacionarse con el Estado y l.i sociedad,
i:duymdo aspectos de la vida cotidlan,1 y de la vida privdda de los individuos.
EJ:..s ídClls enaientran antecedentes en los principios políticos y pedagógicos
.k mions como John Dc"'ey. quien mo51ró la impon:ancio polflic,1 )' pcdngó-
p:a de la eduCJcián d\'ica, al tiempo que hizo hincapie en la importancia de
,. reconstrucción de la cxprriencia hu mona dentro dcl proceso de con.struc-
.aon democrática.
Este tipo de ideario fue profundimdo en décadas posteriores por pedago-
GOS e intelectuales que adhirieron :i est3s conc~pciones de democracia }'
mf.niz¡¡ron en las prome.~as incumplidas del modelo de la democracia h"beral.
De CStl manem, corric:ntc, rcprod uctivista~ devélaron l~ mecanismos de repro-
~ón ideológiai que tenlan lugar en los cM;enarios educa tivos, a la vez que
mmt:rnron la función de la edue1ción en la formnción de sujetos políticos rn
.-xmsonancia con el orden social vigente. Dentro de esta p=pecti,11 fueron im-
portantes los apones de Pierre Bourdicu rcspecro al papel de la educación en la
c.:mstitución de hábltus sociales que contrlbu)•cn ,1 l,1 estructuración mentol y
mn.,•a de los sujetos. :isl como n la confonnncion de estilos de vida, puesto que
i,es <b pJutas para la acción social y política;,;. B.wcb en una ideología de igual-
d.ad, la cscueln cumplirla una doble función polfti~, por un fodo legitimaria IB.S
fflrqufns sociales y cconómicns .i tr.ivés de la ncrl·ditadón educativa y, por otro
bdo, este: m=ismo inddiría en la participación política, en In medida en que
b escuela. prmlegio códigos de lcngua¡e elaborndos, que fueron 11nal.izados por
d sociolingü:istn lfasil Bcmstein«, ,1 los cwl~ ticnrn acceso lo,, individuos de
=nera desigual segun el grupo social y cL•hural o.1 que pcrten~,zcon, pnrn no
mau:ionar el caso de quienes no tienen acceso n la escuela. Para esta tendencia
pcts:iste entonces la idea de que la educación debe ser la base de lns sociedades
dmtocráticas, en l;i medida en que ella dota J los indhiduos de los códigos
SQ<:iolln gO!sticos necesarios pnra cunstitui.rse como ciudadanos autónomos,
puesto que usin la aptitud para elaborar la propia experiencia en conceptos
imiversalmente v.!lidos y comunic3bles, no hay pnsición ni opin ión propin-
mcnte políricas"•1.
Desde In tradición sociológica, Annick Pcrchcron S<' ha dcdic:ido al cs111dlo
de las relaciones entre escuda y socialización política, 1dentlfiomdo tres tipos de

<>P1ttne Bowdit,, údistinctioo,ailiquesoo,,/~úu iu$ffl1eDt. Pllri.;. M de.Mlnuh, 1979.


" &lll Bt-rm,.in. Cl.1$t!S. rodi¡;os _t"é"011trol:lustr1Kt11a ddúis<Urs,.,~gd¡¡t..-o. Modrld,
MQma, 1993.
"l'atrici3 WIVC'Z. Op. dt, p. 60.
LA \: C) N STRUCC1ó,: 01 CULT UIIIA POLITtC::A tx COLO) tllA
PlO f'tr.'f"Ot ,u,u .. ó ..-1 CO • r · • •ltl lllrilCI • ~ C\.'ITT'. "lt••

regisuo~ a trn,•ésddos que puede lle\'arse a ctbo este tipo de análisis. l~tos re-
gistros dnrfan cuenta del contenido de la enseiiauza, la inicinción en derta.s for-
mas de participttción y el aprt•ndiznjc de ciertos tipos de rdaciones socinle~.
Respecto ni primer registro, la nutom muestra la inlluencr.i de los programas
y el contenido de los re.nos ,:scolnrcs (principalmente de materias como his•
torio y educación cívica) como una de las formas m;ls tn1dicionates a través de
las cuales los gobernantes han intcntndo moldear el tipo de ciudadano~ que
debe formar la escut-la. No obstante, frente a este conocimiento oficinl en tor-
no a lo político circulan otras formas de construcción de conocimiento más
cercanas a In vídn cotidiana de los sujetos y que, en últimas, resultan pollticn-
mentc más significntivas. a pesar de que tengan un carácter más difuso .
.Perche.ron muestra, par:i el caso de Francia, cómo el conodmimto escolar pri•
vllegia aspectos relacionados con las lll$lÍtuciones, las normas, las reglas y los
mecinismos de funcionn.mient.o polhico, dejando de lado a~pecros concernien-
tes a las luchas pollticas que desbordan el plano de la inslitucionnlidad, que se
articulan coo mis claridad a la din~n,icu de otrosespo.cios de socialización dis-
tintos al escolar.
Mediante el segundo registro sellalado por Pcrcheron se identifica, de
acuerdo a la idea de Almond y Verba sobre la vida escolar como preparación para
la vída politicn. la incidencia de la cscucfa en d aprendiz.1je de formas de pa,ti-
cipación qué repercuten en los-procesos de socialización política, ya que, a par•
tir de estas primeras experiencias, los sujetos se llrticulan a lns din~micas socio.les
y poUtkas de las difcrc111,•s instancias instítudono.les.
Respecto al tercer registro. referido a l,1 (unción de la escuela en el apren•
dí1.nje de las relaciones sociall!S, se mencionan los distintos modos de interacción
que tienen lugar en ti esa:n.irio =olar, en donde se poam en juego 1anto rcla•
e.iones horizontales entre pares como relaciones venicales. 111s1itucionales y no
inslilucionales, entre adultos y amos. Dependiendo de la forma en que se desa•
rrolle el aprendi1..ijc de estas relaciones, se contribuirá al fortclecimiemo de ac-
titudes de participnción o, por el contrnrio, n la consolidación de relaciones de
fümislón y allneución.
No obstante. nos alerta Percheron, ta inOueacia política de In escueta en
los procesos de socialhwción ha sido cu~tion3da en la medida en que se ha
id.-mificado, a través de nlgunos indicios cmpiricos, que a mayor grado de es-
colaridad hay mayor inconformismo de los cstudiames con la institución es-
colar. Pnrn Perche.ron esta situación es explicable si se tiene en cuenta que la
escuelo de h oy no monopoliin los procesos de socialización polltica, como fue
concebida por los d~sicos de la sociologia fu11cionalis1a en el siglo XIX, ya que
l"UHfCTf'l,\I ~l'IALITU.A' ali -r<taso" LAS lrLACIOtri>U
1ttr1u \'.l,'11'1.! UA t'HlhlCA f ltHU-.tr.CH):,I

comparte en la acwalidnd esta octividnd con otros csccruirios de socinli¡:ición


con muchn m•yor fuerza que en décadas ruiteriorcs'6•
_podemos anotar, entonces, que cl proceso de co1lStruccíón de sujetos poli•
bcos está cruz.1do y mediado por una t.enc de tensiones}' conlliaos (político.~
culturale.~, económicos, etc.), los cuales dependen no sólo dcl plano individual,
sino tambi~n dcl grupo wcial en d que estos sujete)~ se encuentran inscritos. Por
cllo, es preciso resignifiou- el concepto sobre lo político y sus aprcsionrs, dán•
dolc una acepción mucho mil, ,unplia, ccm el objeto de identificar sus diferentes
íormas de estructuración a mwés de los procesos de sooaliwción y de sociabili•
dad. Como lo afirma Waldon Wolin:
"Un Sér polh ico no debe tlcfinirse ccuno... un ser 11bm.11t10 y ni<ludo portndor
de der~ pri\'ilcgios yClelldones.s,no romo unn persollll cuya existencÍll se
•itL\n ,n w, lugnr detmnlnado yobticncsu sus1cntoa parurdc rdacioncsdr-
cunscritn.1: I• fumilio, los ,111ig05, h1 iglcsi.1. el vecindario. d ámbito laboml. lJ e-o•
munidad.cl putl,lo. la dudad. Dichas relaciones co11stltuycn las fuentes de las
que los seres políticos obtienen el poder -,,imbóli<o. nr.uerial y ¡,sicol~ qw,
les p,,rmitc O.Slllr 11nidos. el verd3dcoo poder p<¡l/tico implicn nosóto 8'tu.u-de
modo que se UC'\·cn • tabocambiosdcci<ivos.sino también ,u pone In cnp.1cid•d
dercdbrrpoder,de ao:ptarmccionescontfilfÍ2S3drchopodcr.deca.mblllf)'de
~ rnnibiadn. Desde una perspectiva dcmocr:lticu, el podtr no comtiru)..,sim•
plcmcntcuna fuerza que a generado: el roden,s cxperie11d11,sc,nsil>ilidntl, sabi•
duda, incluso mcl:incol!., destilada Je las clistin1as rcl.moncs rdrruloscn los que
nos movcmos''<P.

En~tesenlldo, otrn corriente conceptual. que de manera amplia se hu de•


nominado ped.,gogia.s crflka.s. cuestionó las teorías rcproduah-islas en cunn•
ID a su forma de concebir In escuela articulada únicamente a la lógicaimp\1C6ta
por la~ cla._<e5 hcgcmónicas, haciendo hincapié en cómo los esp3cios educnti•
,-os y escolares son campos, arenas de lucha, entre 13s diferentci signi!iC3cio-
ces y modelos culturales Ire l crendos por los grupos q\1e tienen ncccso a ellos:
de esta forro~, má:; que c.spacios armónico,. ,•isión liberal, o monolíticos, vi•
sron reproducuvista, son espacios conflictivos entre la visión de mundo que in•

,. Anniclc Pa,hemn, l:ta1k en pori, l línu: Rt.ilités et bmitcs dts pou,-olrs de l'cq,Jc
tbru lil .sodolui,l Ion políti,¡ut': tn Pnmvlrs. Rr,·1l"w fraru;aise d'ttudcs torutitutionndla
epolitiqucs. P~ós. No. 30. 1984.
""üllldo par: Henry Giroux )' R.unón Fltrli.l, l¡;w/dad éduativ.1 J dlfcn:m:i:, ro/turJl
B.ircdon,, Rourc, l 991, p.Tl.
40 lA CO~STAUCCJÓ'( tJl C\,:L-rUl.A 1bthtc:. ... tllt Co.t.ow&H
•• 1.)rrtTo, """"'º"'"·º· Y .,u,,, .. c.u, ,\.&-"l\;1,-j¡ lll

tcntíln imponer los grupos dominantes y las diferentes apropiaciones, luchas. re•
$istrncias, ul como clabornoones propias de los grupos sociales que intcgn.111
una sociedad.
Esta tendencia permite construir elementos contrah~e-mónicos al ruoddo
de cultura polltica pmvcnicntc de In tcnd,mc.ia cl\i,a y sus vari3ntcs lnícn y con-
servadora rcligiosn. que pueden denominarse como ciudadanías criticas, en la
medida en que uno de ~us ejes <le análisis $e centra enJa rtsignificadón del con-
cepto de óudndnni:l para dotarlo de mayor capnc,dod de ínterpelación a los mis•
mos sujetos- 1A anterior ha conducido a lo que se ha llamado socialización ,le
la ciudadan'3, ciudadaniz.~aón d~ la polltica u, en otros ca.sos, democracia ra·
dkal. Al mismo 11en1po, In perspectiva cullural que se introdujo en este tipo de
eufoquci, permitió 1·i,ihllizilr l.~ espe<:11icidades $0Ó.'llc$. cuhurnles y pollticas
delos grupos que mtegrnn l:i socicd3d. haciendo llincapié en aspectos como clase
social. etnia o género, e1nre otra,, 1(1 cua.l permitio entender mejor nlgllll35 par-
liC1Jl;1ridades de In sociall~cion pollúca, ~i como los aspectos relacionados con
pmccsl!S hegemónicos y contTahcgemónicos.
En el caso de In educación, esta perspectivo crítica amplió la mirada so-
bre la rcladón entre los maestros y los pl'occ,os polltíco•culturales. Para
Mich:tcl Applc◄6, los educadores están co mprometidos en una lucha por la
construcción de significados. en tomo a los cuales distintos grupos sociales
tienen intereses cspedlicos. en esta trnsión por la construcción de significa-
dos y representncioncs sobre la realidad, algunos grupos sociales logran im-
poner lo; SU)'OS como los más legflimos, tlcbído a las relaciones de poder que
manejan, aspeeto que debe ser develado en los andlisis sobre la educación.
Para John Fiske,
"todosistenia<Oci,1 n«c<im un $I>ltma cultural de >1¡;ni.lladón quesirv.1para
nunten.:rlo, para d~t->1abíhzarlo o hac:t.,fo m:15 recepuvo ni C(lmb1o. Cultura
(... ) )'Significa.lo$ 1-,Json, por lo tunIO.inhcrcn1crnentepol!ticos. l!mn=tr:ú•
mcntr im·olucr.idos ro 13 distribuoon ¡•posible rcdistnllución de lasdiíertnt~
formqs de podernmal (.. ,J Cononmiento es poder y la drculnción del conoci•
mitnlt>,,; pone d~ladistribw::ión 1odald<:l rodor. Li a¡>acid.tJ disc:wsn-a pai;;,
mnslrUirun Knndo comlln que pueda 1nsef1nrse en la vicb culrnrulypolltiC'I
es «ntr:tl en las rt:loc1011u.<odalcs de poder""

"P.ablo Ccnlili, ~lichcl Applc, Tomn Tudcu d., Silv• (comp,h Cultur•, politicl ycunf-
<ulve1,,.,,w sobtr I• crwsde:J., ,.,,:utl~p/Jb/ic:i.Bu«1osrurcs. t.o.ada, l99i.
" !bid., p. JO.
l'Slll1PIC1'1VA i A.N,Uttu;.,_s 11.N TUl!',10 A lA• UI.At.lót-:U
f'ST1l l Cl'IT\IIIA roLIT1CA , l'Jl llf".ftCION

Desde otra perspectiva, podemos cnconuur algunos enfoques cognith•o


cksnrrollist.is npoyados en teorfas sicologist35, paniculnrmente en los aportes
~ Piage1, Kohlberg y lind, que van a enfari1ar en la formación de v.,lores acor-
dts con la caudadanin democrática y en los diversos niveles de desarro llo
cognitivo que presentan 1~ individuo5 ;i lo l.irgo de su formación, niveles que
están emparentados con el dcsarroUo del juicio moral y la adquísición progre-
siva de competcncins ciudndanas ,adn Wt más alejad:is de los contextos lo('.llcs
eindmduales. ,u4 lassoc1cdades modernas se rigen de acuerdo a unns reglas del
principio moral fundamentadas en d prov~-to político de las democracias.
Ahora bien. estos principios morales no pueden regar nuestroscomportnmien-
tosa no ser que odquirnmos l,1 habilidad de actuar ba¡o eUos en cada proceso de
!Orna de dc-ruiones, resolviendo el dílem,1 qüe estos principios van ., presentJr
mtre nosotros cuando tratemos de aplic:arlos. La adqu1Sición de una hnbilidad
depende muroo del desc:mpcño qu~ IJ sociedad facilita mcdf.intc sus insfüucio-
nes de educnción.
A In amerior habría que unir los m,bajns que en dfradns reciente~ han res-
=do, de$<le diferentes corrientes del 1wnsamie_nto soci:i.l, la categoría de suje•
;o y de subjetividad como elementos importantes p~ra la compre11Sión de los
identidades política~. El &ujeto se lu\ entendido cort10 un proceso abierto. no
a>mo una materia primn dada, en el que se precisnn tanto las p,miculañdadcs
Jd sujc10 como del mundo y los demils. La identidJcl y la subjetividad no ~ora
cntendlda.s como '3 adopción de detmnmadas fom1ns sociales o culturales, sino
más-bien como la acción social y p<1lltica de los u1dividuos sabr.- el mundo. As!,
J!llr:I entender la subjcuvidad o!S necesJrio reconocer las i:specificidJdes de In in•
ccracción de los individuos en los ámbitos socinl y político (prdctic:i socinl), in-
t.r13c-ción que facilita la aniculación de 1-res ú=po~ históricos: pasado, presente
Y ñu oro. La sobje1iv1dud le permuc al individuo "apropiarse el tiempo históri-
m y asumir sus dttcrminaciones, pero trunbién k rr~1porciona un horizonte de
sentido; esa concienda le permite, ademas. octunr como sujeto ind1vic!wtl }' so-
ciaf"O, Toniendo en rucn1a lo anterior, el énfnsis dd at1álisis no debe estru- en el
s::itto mismo. sino m la construcción de las subjch\'id;ides.
Para Hugo Z..mdman, los proc= de construc:ción de In subjetividad, esto
es. la aperll.lra de los sujetos p.1niculares hacia lo colecrlvo, btne lug:ir en difi:-
rmteS .imbitos d~ la sociedad (fumilia, grupos de trabajo, escuela, etc.) que es•
trn en relación con distinto, planos de la rcalid;id. EstM articulaciones ~011

"C., rlos Guerra Rodrlg\1<1., "Su¡eto, sociales. subjeaivídad y demornici• en AmmcJ la·
=~ ,~,isltr Foro, Nu. 28. l\ogo1'Í, enero de 1996. p. 50.
..J.l. lA CQHtT I \JCCtO, ur Cl1 LT\. • .., pcu.lTtCAt '"' <.:ut,H411f ,,
l' lll)t 11 C.fO t, tU \111~16MtCO, 'r at u11~ni.c1 ... Cl.lY1.a44,ft

denominadas por Zcm~lmnn como "nudc:uníentos de lo colectivo·: que se en-


tienden como los momentos iniciales de In construcción de un posible sujeto so-
da)_ En esta dirección lo colectivo no es m:ls que un rcllcjo de la articulndón entre
las subjethidadcs que interactúan entre sí. Lo social lejos de ser un agrt•g,,do de
individuos se com,enc en un espaao de rcconocuniento común que tmscieode
a cada uno de c1Jos$1,
La din:imicn conceptual y metodológic.i para explicar l11s relamones en•
tre educación y cultura polltica, a In que hemos hecho alusión, está en co-
rrespondencia con las múltiples transformaciones cultt1rales y políticas de
las últimas décadas del siglo XX, que han rcformulado las relaciones que se
tejen entre edue1ción y cuhura polltica. Estas transformaciones se relacio-
nan con fenómenos que han caracterizado los procesos de construcción de
lo cultural y lo poHtico en las últimas décadas r que, a su ve?, han incidido
en las formas de plantear los aspectos referentes a la formaaón Ciudadana y
los procesos dr reconfigurorión de la pol111C11, creándose un interés por de-
limi tar los distin tos escenarios desde los que se construyen procesos de for-
mación de culturas politicas.
A nuestro modo de ver, Lratando de retomar la sede de consideráciones
sobre las relaciones entre educación y cultura poütica, es posible aglutinar sus
diversas manifcsrnciones a través de cinco tipos de registros, cuyo seguimien-
to puede mostrar lllgunos de los elem,mtos descritos anteriormente y las dife-
rentes interpretaciones que« hacen en tomo a ellos. Uno, refmdo a los
aspectos de construcción Je los sujetos y la man·era como $C decantan en ellos
ciertos actitudes, normas de cond ucrn, estructuras mentales yifectivas, formas
de significnción, que inciden en ~us illcniidades. en sus fornías dcpanicipación
social y polfhcn, tanto en los planos macrosociales como microsocinles. Orro,
.relativo a los procesos cognitivos y a la 5erie de saberes r nocione~ en tomo a
su producción y difus1on, a sus contenidos. al tipo de lcgitunación social que
wntkncn, :1$l como al Jugar que dentro de ellos se asignn a los actores socia-
lc;. n los ,1prendkescomo sujetos de conocimiento. Como pilí1e de este aspee•
to es necesario sondear de manera específica los contenidos cognitivos
rtl~cíonndos direct:11nenle con el orden social y el campo semántico que le es
:ISÍgnndo en ,ontextos específicos, señalando sus nrticulnc,ones con conceptos
como lo) de Estado, N3dón, pueblo, democracia y ciudJd,mln, entre otros. El
cuarto registro, permite dcluniw las interacciones de orden social y pedog6-

s11lugo 7..tmchnJ.n. Comx:11111e11/t> .J'.fU¡etosMA.-i»Jcs. ~f~11co, lJNAM.. 1987.


n:.a.srtCTf\li •O••t.lTlf:i'I :..t.l To•~n ".L.AJI IU:L\C.I OJ'II '- 43
I.S'TU, C.l'Lll aA P,Ot.ltl-.;A' un:CACtO!IC

gico que nrravicsan los procesos de e:nse1ianza y aprendl7.ljc y las relacione.'~ de


poder e~ablecidas en torno a ellos, porn lo cual deben nnu.liume los aspectos
que dnn sentido n esw imernccionéS, as! como los modelos pcdagógico-comu-
aicativos que los fundamentan. El quinto reg4tro debe p,ormilir establecer las
aioexioncs con los contextos soc,n!cs y culrurnlt'S, como un aspecto que hay
que someter de manero uplfci1J1 a reflexión.
A In luz de estas dimensiones -cstruct\lración de su¡etos, relaciones soclo-
t'(dagógicas, aspectos cogni tivos, coo1extos sociocuiLurales- se puede entrar
¡ identificar el universo de conceptos que son elaborad~ las esrratcgias a tra-
,r,!s de las cuales los distintos sujetos sociales c.lifwidcn dichos couceptos, así
romo las practicas que e..'qlresan la.\ estrategins de los ~ujetos )' sus diversas npro-
placiones. Esrns dimensiones se encueotrnn en estrecha relación y es sólo para fi.
oes an.tlíticos que es poS!ble nombrarlas de mMern independiente, pues10 que
los procesos de construcc1ón de In realidad estdn ligudos tanto a la construcoón
apropiación dcl conocimiento c.omo a In imerncción social cotidi.10a de los su-
Jetos y a sus incidencias sobre la conslruooón de subj~th'Ídades. finolmentt, es
ne:es:uio enfatizar que d .ináfuis sobre l:is distinlJlS manifestaciones e.le cultura
pollticu trasciende d :lmbito escolar, para lo cu,11 es preciso admitir "la existen-
cia de varios modos de soc1ali2.1ción poliuca", pro,·,micmes "no de la. intlucncia
de uno o de otro agente pñvilegiado, sino de l:is interacciones de una multitud
deJaaores, de agentes y de circunstancias"~.
En slmcsis, podría decirse que la conformación de ruhura polftiai oWe-
c.e a una lógica plural que tiene lugar en múltiples escenarios de In sociedad. Asl,
si en pñnciplo la fumilia ful! concebid11 como la institución encargnda de formar
las pautas necesarias pnra la ,•ida social (trnosmisión de la hercncin cultural),
hoy este papel compete también a la escuela, "cuyos jwcios y royas.sancione.~ puc-
dm confirmar los de L~ fumilin, pero tnmblfn contrnrinrlos u oponérseles, y con•
tribuyen de forma absolutamente deciSl\'a a 111 construcción de la identidad"º.
.Al mismo tiempo, es necesario agregar que los procesos de formación de culm•
ra polftica trascienden et campo escolar r se manifiestan tM1bién en otros escc-
m1.rios sociales, modd:1ndo idcnttdades sociaks e individuaks. En dichos
procesos de formación se pr~nta una compleja relación entre ti conocimien-
to del que se van np-rop,ando los individuos, su propia expeñcncia b1ográfica y
w inta:n:lacioncs que !iC dan dentro de los gn,pos sociales en los que actúan, in-

!l A.Ptrch<-ron, "L'erolo ~n pono 6 fuux. ..": Op. cu.,¡,- 26.


$1 Pierrt Bounliru, "As (Omradl(OO dJl hu.ui~••~ Op. di, p. 8.
44 1..... co~a, •1·cc1ñ1' 'ª LUU'III.-. ,n, tl'lt \ l'f'l COU)Mfll~
1•11cn,1.:"lO!I fllGIMÓl<11:"fH t D.)lllf.l<Ct .. , C~l1\ •u..u

cidiendo en la forma de nsumu-se y comporrarse como seres políticos. De es1a


manera, "resul1a medular la comprensión del modo en que el conocimiento y la
c.xperienda se esrrucruran alrededor de formas p31riculares de reguladón ín1e-
lectual, mornl y social dentro de las diversas relaciones de poder que caractcrí•
zan .1 las escuela>, las fomllill, los lugares de rrnoojo, el E-,mdo y otras esferas
públicas tmportant~ •;t

1. 3. El campo de lo educación y las perspectivas anallticas


sobre educación y cult11ra política en Colom bia

En el ambiente polllico y culrural que vivió Colombln a panir de la décu-


da de los 90, marc~do por la emergencia de =bios en IThlteria constitucion.il,
la educación~ vio comprome1ida con la fom,nción de ciudadano:. y, en gene-
ral, con la co,mrucción de una cultura política democrálicn, fenomeno ante el
cual C3be preguntamos ¡cuáJes han íidu los acercamientos teóricos y
metodológicos en tomo ni concepro de cultura polltioi y/o a las relaaunes en•
irc educación, culu~ yl)nllticn en este period<>? ¿qué actores sotiales mm esta•
do iJJvolucrados en ~stc proceso?, ¿cuáles han sido las principales catcgorfas
utilizadas a la hora de analiz.ar las relaciones entre educación y cultura polltic:il
Pnrn d3r respuesta n los interrogantes plante.idos, t-s necesario bacer alu-
sión, en primer lugar, a la forma romo se ha configurado el campo intclecrunl
de la educación, desrncando el papel que han n,mplido diferentes actores y fuer-
ias sociales en dicha configuración. Este análisis permitirá comprender más cla-
ramente las nrticulac,oncs del campo cduca1jvo con el univer50 de la Cllhura
poHtka en Colombia y las es1rategias -poUtkas, cuhurales y académicas-que
dieron lugar a tales tendencias a partir de la documentación sometido n revisión.
Vcam0$ nlgunos de estos asp«tos.

1.3.1. Lo educación como campo iotclcctual


1.4 educación no es un escenario homogéneo ni inmutable. Su or¡;anizndón
y configuración es un proceso en continuo movimiento que de-pende tanto delas
cnracteristicas del ronte.\10 poHlico, socioeconómico y cultural en el cual se ins-
cribe, como de las parricularidadc$ de lo~ sujetus )'de los cipilalcs que.circulan
¡>t..a.ffllt":TT\•~ 1o}'li11UTfC"'At. U,: TO'lt.NO 11 1 Al ULAClld~lL'- 4-5
l"<T ■ t t'.l'lT0.4 Pfllh·u•,4 1" Wl!Cd'.': u');..

¡:,mnanentemcnte en dicho escenario. Este car.íctcr dinámico csul dado por la~
krlSiones, controdicciones y luch3s q1.1e tienen lug.u entre los dífcrentcs actores
que :illl confluyen (sujetos. irutitucioaes, Esmdo), por los intereses de tales ac•
rores y por las posiciones diferenci.tles que ocupan en dc1ennin.1do$ contextos
históricos. Lo annerior permite considerar ., la educación como un campo, que
es-entendido por Bourdieu de fa.siguiente fonm:
"En términos an3Uticos, un campo puedt definirse como unn rl'Ci n cunligure-
ción de rcbcionC! ob1etlvasmttt rosioonrs. E.sus posiciones se ddinm ob1<1J•
\'!lmenu, m :ru aistcncia yen lasdr1erminu(i1111csque irnp<in<n a SUI ncup:mtcs,
ya SG!n ~¡;entes oirutitucion,s, ¡,ormsitu..ci6n C•irw}acrual rro1cncilllcn ln
C$1ructuro de la di.stnoudón de las difen,ntcs esp,!(ic,; de poder (o dccapirol)-
cuya p;MC<ióo implicad•=• l3.1 ganancias cspa:f6ca; que cstlln en juego den•
tto del cumpo-y, d< paso, por sun~laaoncsob¡euY.15 con IM demás posioone1
(domir13ción, subotdinildón, homologla, etc.). En lessockd,tdes ahomenttdi·
fmnciadiu, el cosmossociJil esrá co!l$1.Íruido pord con¡unto decru,smiCJO<Os•
mos.soclales relotivam,nte autónomos, espacios de relationes óbjetivas que
furman la base de =lóg¡G y Una n<ecsi<L,d csp<dfici.s. que l<lll irreductibles•
las que rigen los demás campos"",
En esta persp«t.Í\'11, concebimos la educaó6n "ca°mo un escenario de ludlas
:::rtt'rnas por la hegcmonfa de g-rupos de imelccl1mles que pugnnn por el con,rol
,2 bs posiciones y lns orientaciones discursi.-.is en el campo, y un esccn,1tio para
.,¡ recrc<1ción de los conflictos del -y con- el campo polh1co"56• Esta ac.:páón de
l:reduC:1ci6n como un campo resulta de ut.llidad m el nnálisls de la cultura polJ-
OCI ¡•n que permite anafü:ár las bilSl.'S sociales en h1S que se gener:mJos discursos
•bs prácticas pedagógicas y educativas, sus relaciones con el saber y con el po -
&r, ,tl tim1po que posibiliL'l entender In~ diferentes lógicas, intc= y acto~
sociales que allJ interactúan, asl como sus diferentes deb'jllazamientos. Lo ance-
nor bnplica, entonces, que el ,dmpo cducam'O no eslli "unificado alrcdedor de
ctereses disciplinarios, sino que es un campo fragmentado de proyectos 1eóri-
.:os y-programas irn'CS!ig.iti\"oS que, en rugunos =•
cocxi1tcn con los progra-
!:l.lS y proyectos hegemónicos dd Estado" , 57

Picn'c Bourdicu, Loic Wocqu,nt, Rosp11,st11S ¡11ir una J11/ropologfn ,..o,;,;.-.,, Mtxico,
Cñj;,lbo, 1995, p. 64.
,. M,1no Dlaz Villa. El rnmpo ,nr,•kcrm1/ d, h, cJ11c.1c11Jn ,n Colom/;,1J1, Cali, TcXtos Una-
~,¡.,., Uowcmdad del Valle, 1993, ¡,. 11•
...Jbld., p.49.
46 1,./\ C Ofr'JiTII-U◄ 'LIÓN 1111, Ctl l r uiu, f'UI j rt CA .~ LOLO ~Ol <A
► il.OY f. Crcu ..... UIÓM"I C(H 'r IU. I Ut t,.Ch) 4..L't"fL aA.l.1 1

Con base en lo :101erior, consider.unos que estudiar la fonna en qui' se biJ


unali7.ado, nombrndo y definido la cultura politicJ en el campo edu011h·o, es
decir, la producción discursi,·a en tomo a la cultura po!Jtica, "es estudiar el dis•
cul'50 no sólo como institución social, slno también como un sistema de acción
11111re multíples fuel'UIS, afeet.1das por el s1Srema de relaciones sociales; es esrudiar
las tensiones qlll! surgen enrre lo$ grupos 1111clecmali:.s, académicos y profcsiona•
les que S<? cnfreman unos a óltOS por la íllltoaomh, discursiva, ~n algunos casos,
y por la hcgcruon:la, el estatus)' el poder, en otros"51,
Igualmmtr, es conveniente tener en cuenia que los d&ursos )' prác1 icas en
tomo a la cultura poU1ic3 se constituyen de manera díferenc,odn y dimlmica, de
Jcuerdo a lns posidonts que ocupen en un momento histórico y político especí-
fico, las distintas fucnas )' sujetos sociales. Para el ™º colombiano, esto es cla-
ro cuando se analiz.1 el papel de aJ¡¡unos intelcetuales que cumplieron, en
detcrmlnadu coyunt11rn, con una función dentro del andnmiaj< esrntnl. legiti-
.maJ1do las reíonnas y propuestas daboradns por el .E.stodo en materia de forma-
ción democr.\Lic:a, pero que a su ve1,, en otro momento, intentaron <lish111Giarse
de forma critica de las estrntegias gubemamenrales. Lo mismo puede verseen las
polhicas cduc:ativru;. que oscilan entre las directrices de los organismos in tcma-
cionales y las presiones generodas por las demandas de los ciudadanos.
la serie de elabornciones hechas en torno al orden social y lns divers.1s for-
mas de legitimación y/o de confrontación que tienen lugar en 1~ sociedad, han
sido sistematizadas por los grupos de intdcctuales que, (orno se sabe, empeza-
ron n jugar un papel cada vet más cspedaliz.,do dentro de las sociedades moder-
nas~. la diferenciación de los imeleauales con res¡,«10 a otros nctores sociales
está dada, según Gonulo Sánchet. por tres cnrnc1erfsticas bisicasi la ínterpdn-
ción a la opinión pübtlcn, el distanciamiento o ruptura frente al poder estauil y
cl recurso a la acción colcah-:i. En todo e.aso, estas c.tracterísticas dependen, no
sólo de las condiciones intrínsecas del sector de los intclcctunles, sino también de
los rasgos polf1icos, $Ocinlcs y cuhuraks de un contexto determinado; en orras
pafabrns, la organización social, polftica y cultural de unJ sociedad incide fuer-
temente en el smúdo y la función de los intdrctualcs. "Esto qui~r<! decir que la
participación y el compromiso del intelectual depende no sólo Je la ubicación
de éste como cncgona social, sino también del upo de wciedad en la cual se ma•

""lb/el., p. 9.
!'l)Mé Jo•quln llrunncr. Angtl Flisfuch. ~& intr:k.:twilc:ry J,s instituciones de lit cultu-
ra, Chil<, Faeull•d L.uinoamcnom. de Ciencias Soculies, Granuo,, 1986.
,., .. ,ru:1'1\'0 ~,At.tTICA.) lli' rOaNo A 1.~1 au..-.c.tONQ --17
Qo.l'IU. C'UlHntA i"Ol.ÍTIC:A Y' llbl:CAl;lÓM

.....,fiz• a1 intervención, y de su ,ntronquc con la organización de la cultura. Su


ila:Dria-es parte de b historia social de la culturn""°.
De acuerdo con lo llllterior. podriamos anotar que en el contexto colom-
--<onsiderado por Gonz.,lo Sánchez como un pals de wfom1aclones cultu-
= débiles, reducidas, recientes, muy locales y hasta provincianas" - los
=.kctualcshan cumplido Jiver.;os papeles a lo l.irgo de In historia nacional ..En
=ninos generl\les podnnmos ver un se,1or c-0mprome1ido con legitimar los
.,;.,.:ur.sos y acciones del E.~rndo >' otro más oitico frente a la gestión estatal. Esta
~cinción depende, duro está, del lugnrquc oc11pe determinado in1elcctu11l
.timtro de la or~ción dcl gobierno en una covuntura especifica. Coo rcspec-
liu la relación de los intelectuQ(es con el 1!.stado c-0lombinno a lo largo dd siglu
XX, Miguel Angel Urrego anota lo siguiente:
•_En Colombia. IJ ~l~ctOn dt los m1,!ec10.il<$ con<l l!stado no Ira tmido, por
lo menos hasta mediados de los años ochcnrn del siglo XX, la mnplitud, In di•
vmidnd ni el •~mido que udoptó la lcgitiroaci6n del orden pol!t,ro en !otros
pa!sesde América 1.atin•J. El dominio conserv.,dor en las primcr.isd~odns dcl
siglo XX, el peso dcln Iglesia en In dclinid<)n del orden socinl y politko )'el con•
flle10 interp3rtidw:lo determinan los di\'ersos tipos de rebción ,_ntre los inr~
lce1uales )' d Est3do. A ourst ro juiclo, existen t res-wandcs etnpas en dkho
reloción: la de subordmnción n los p:,nidos trnd,óonlles: la de n.opturn r=·
ción de un ampo cultural (l!161 - 1982): yb de mntcgradón al Esrndo-a-¡,or-
tlrdc los•ños<1che.nta,..'.
Aunque In aprctfaciOn sobre In cooptación de los intelectua1es por pnrte del
Esmdo p3ra (3 déc.t<la del 80 no puooe generalizarse a todos los intelectuales, si
5liñala una teudeocia nuucada por In hegemonfa que ha tenido tn idcologlo nco-
úbcnil y neoconservadoro, legitimando, natur,illzando. su punto de vista cm tor-
CQ n l:t orgaruzación del ordt1J socia1 en las (IJtimas déaidas del siglo XX.
De los roles que cumpl<·n lo~ intelcm,alc:. en el e1mpo educativo, Día? Jes.
l2Q dos. En primer lugor, distingue 1os tnt.elecru.ilcs con fimcioncs criticas, in•
.-estig¡¡tivas o de difusión de discursos, paradigmas y pcrspcctivns provenientes
de los campos cientlfico y educarivo, nacional e iutem:icional E.lte tipo de inte-
ltttuales tienten la IDll}"oria de los casos, además de sus proyectos teóricos, al-

.o Gonulo Swche,, "Jmd..:tuales... poder... y cuhura n,c¡on•I", en .-tn:flisis Polttkv, N•


34, Bogar.!, Umvtoid.-id N.oonlll, ma¡-o- agosto <k 1993. p. 1IS.
" Migud Angt'I IJrrego, lntelMtUiJ.les, Est,do y Naci611 cn Ct>lombi,, Bogotl, Siglo dd
l-loinbrc, Unl,"tr$ida.d Cnur:il - OJUC-, 2002, p. 25.
48 l-A C.Oh\T ..\.'CCU'hl' ,u. c:unua.-. PnLhtCA 1~ CoLOM.IA
f'IQTCC."fOI tlL(H'MO:-(ICof, •HhU>-CP.J ,;1.t r \.! IIALP

guna relación con proycoos político-1deologicos del campo pedagógico, del


c4mpo del Esta.do y de ocrc,s grupos del campo educativo y representan, en cima
forma, aunque no necesariamente, la conciencia cnñc:i de la sociedad. En segun-
do lugar, están los intelecrunles con funciones tccnocra1icas que asegurw1 el d~
s11rrollo del sislcma educ:ucivoy de la ·política educativa ycuhuml en su conjunto,
garanli2aodo, de esta manera, el mantenimiento de la hegemonla. Aqul se en•
cuentran "intelectuales funcionarios o intdectunles cecnócrat.as que tienen un
papel de decisión en la c=ción del consenso, de la hegemonia y del saber nlre-
dedor de los principios culturales dominan1es del sistrnu1 educn tivo''. Los inte-
lectua.lcs tcmócrn1as tienen "lo función de asesorar y rtforiar la hegemonía
idcológi01 y cultural, y cumplen un papel importante M In organi?.ación, de5a=-
rrollo y difusión de las políticas, programo$ y acciones cducativ-J5 y ct!lturales
del Estado"61•
Además del papel Je los intclectualc~, que wvicron una amplia inllucncia
en diferentes escenarios (inStitucionales. est3talcs, univers1tanos), es posible
idcnlificar ,-arios .1ctores y íuerzas, CU)'as pn\ctiGlS y discunos configuran el cam-
po educau,•o y que, en buena medida, son mediados a través de las elaboracio-
nes de los inteleuuales. Una de é$taS fuerlAJI, qut time singular import.tncia
debido al pr0)'L'Ct0 potrtico )' rcunómico que lleva implícito, la consrituycn las
políticas in1emacion:iles en las que han venido cobrando un ruto protagonismo
los organbmo$ finmciero~ supr.ioacionale~ ~tas políti= hon estado dirigidas
en lns últimas décad11s a reglamentar aspcc10s como calidad y cober1ura de la
educación, desarrollo de competencias básic.is m los esrud.i.,ntcs. fortalecimiento
de unn culturo de lo c,·aluación y financiación de tu educación, tomando como
referente ni ltlerca<lo.
En permnneote tensión con las polltic:as m1emacionales encontramos al !ls-
tado, que cobra visibilidad ti través de sus instituciones y s~rvicios administrn-
1ivos y de la pollticu educativa. Anotemos que este actor ha tenido In
responsabilidnd de nplicar y desarrollar los lineamientos diseñados por los or-
ganismos internacionales (FMl, OMC, BID, BM, UNESCO, entre 01ros), no
sicmpn., en consonancia con las particularidades de lo eduCllción colombfann.
En 1!$"la perspecli\lll, la reforma kgislatiVll hecha a la educación durnn te los años
90 estd inscrita, de diferentes formas, en las sugerencias y recomendaciones de las
pollticas in1crnac:ion.iles, fenómeno similar en toda Américn Latina. en dnndc
se expidieron leyes generales de eclucación que dieron cuerpo a lasnurva.s orien-
taciones durante este mismo periodo.

01 M •rio Diitl Villa, Elau11pon11dn:twld~Í• «luwcidaen CokJJnh111, Op. a~ p. lS-26.


Pr1-,n c.,,,,,u ....... u .lTH,.\~ f'( HJilfllO A 141,i 1U, AClONe.t 49
t l'iTn , l"lTl.'IIA •nLJTILA T r.:bl'{ AC16W

As! romo los suic1os intcrpr<'l;IJI y dan forma a las disposiciones legislati-
\,J.S}' a los eswdios y diagnósticos daborados por ti gobierno nacional, rnmbitn
el Esmdo se apropia de las elaboraciones que riencm lugar en la sociedad civil y
bs recontex1ualíza en ar.is de alamzar legitimidad en romo a sus propios intt-
rrses. Respcrto a este ultimo proceso, Mario Dlaz nnob que "[los) nuevos e.ex•
!03 [ del Estndo l incorporan objetivos, temas, conceptos, enunciados y teorla.s
¡,miamenie rcrnnocidas e idcológicame.i.llc $cleccionad:1s ¡• est.in en correspon•
dencia con ideologlas, estr111egios y obieu,-os polhicos definidos. Ullll vez que los
.1WeVO$ texto$ han sido rccontei1ualizndos prop1,n:ioná.n un soponc parn l,1
implementación de los principios dndos en cl campo pedagógico, bajo In. forma
de discurso pedagógico oficfal, en su realizaciones ínstntccioml >' cegul.1tiva"6.I.
Junto ru sector estatal podemos hallnr otro nc1or con incidencia en 1~ es•
1mc1umción del si~tema educativo colombiano. Estamos haciendo rd'erencia
rrindpalmenle a In lg.lesiu Católica, institución que desde hace más de cu:rtro
ligios ha esrudo presente en los procesos educativos de la nación. Este poder en
materia educativa se ha evidendndo en In autonomía para regular los procc•
"SOS dcenscí\wua•aprend1za¡c en las ms1i1uciones ba¡o la po1cs111d de la Iglesia
C:itólica, as! como en la. conformación de asociaciones y congregaciones de
.ro!tgios TCligiosos que ticnm un régimen de funciunamiento paralelo al co1.1•
trol del Estndo. A tal punto es p~rmanentc el papel de la Iglesia en el pais que,
a ~ ~ las muh1ples polémicJs que tuvieron lugar en la Asamblea Constl•
wyente, ~n el preámbulo de fo. Carta de 1991 aún se im·oca la pro1ccción de
Dios parn la nadón colombiana.
Complementariamente a las fuerz.u señaladas con antenoridu.d. coexisten
etn1$quc, según el caso, pueden estar a fuvor o en C(1ntr.l de los lineamientos di·
salados tanto por los organismos mternaciomilcs como por el Estado. Dentro
de estas fum.,s podemos ver cómo In uni\~idad juega un paptl fundamenllll
en la elaboración de diferemes dísamos y pnkticas poHti= y culturales. Pro•
dllcto de las tensiones en1r~ la racionalidad instrumental y lns funciones pollti-
QS y sociales que le ha encargado d Estado moderno, la universidad st ha
.:onstiruido ~n un <!SCcnario contradictono debido a la pluralidad de intereses
v dt ideos que circulan en ella y a la movilidad de los nctoRS que la mtegran (es•
tudiantes. mvesng:tdoTes, docentes, et,.). Esta diversidad permite, entonces. que
mcontrcmos variada:. posiciones de l.1s distintos univertidndes con respecto al
&es.mollo de las politiais económicas y a las reformas leg:i.slolivas durante lo dé·
e1dn del 90, En todo caso, en ln actualidad In universidad orupa un:i posición

"lbld., p. 36.
50 u. c:o·i,rn,1u.1cc 1óto 01 C:L.1LTUIIA POLITIC'A .,,, (..'.OLOMIIA
f&01t ~ UU ltl t;; U.. 0 '1t C U..s. 1' •~1, ,-tr•\.h .> t.. U\.!t .. .__.

privilrgiad11 para crear y hacer prolifl!mr difr.n:mes visiones de mundo e imcr•


pretattones de la rc:tlidad 6'.
Asimismo, otros actores que han cumplido un desta01do pa~l. dur.mtc
los anos 90, son las Organi1A1ciones No Gubemamentnles que, al igual que .tas M•
tenores, no son homogénca.s debido a Lis di~crsas orientaciones y actividades
que realizan. Asl, podemos c:ncontrnr ONG relacionndas con programllS de edu•
cación, salud, m<!dio ambiente, pasando por las comprometidas con causas
romo los dcr1.-chos humanos y las libcrtndes politic.Js, hasta centros de investi-
gnción dedicados a profundizar el ana.lisis de estas problerndticas. A pesar del
papel critico frente a la acción dd Estado )' los parúdos políticos tradicionales,
jugado por buenu parte de ONG, otras han perdido, progresivamenlc, su au10-
nomla con respecto al Estado.
De 01ro Indo, podemos encon1mr diferentes movinúentos sociales, c«•
canos o no al campo .:-.docnti\'o, que de una u otra fomia jnc,dcn en la organi-
zación y reforma de la educación. H;iblamos aqul de organizaciones de
maestros, grupos es1udianulcs, organu.acioncs campesinas e md1genas, gru-
po~ de género, colectivos juveniles, asoclacioncs comunitarias, fuerzas obre•
r.J.S y laborales del pal.s, enLrc otros. De la núsma fonna, podemos hnllar a la
comunidnd eductttivn, compuesta por actores como los maestros, los estudian-
tes, los p,1dres de familia y el sector producti\'O cercano a las instfruciones cdu-
cn1 tvas. Valga decir que 1oda In reforma lcgislndva que cuvo lugar en la
educación durame los 90 le ha da1lo gran importancia ;i la comunidad educa•
tivíl, en lo medida en que se ha en1cndido que lo edu.cación es un nsu010 que
compete, en general, a toda la soc-ied.1d.
Otros actores que han incidido, de unn u otm manera, en las relaciones que
se tc:jen entre edueáción y cultura polltici, son los grupos armados en conflieto
(principalmen1c guerrillas y paramill1nres), que progresi\'ilmenté.se han conver-
tido en referentes sociales y poli1kos debido a su proiagon,smo en la escena po-
líúca nacional Eslos ac1ores promueven 'modo~ de vidn' que son asimilados y
apropiados indistintamente por parte de los sajetos que mtcracman en el cam-
po cduca1h•o. Además, debido al dtspla1..amien10 del conflic10 :im1n<lo a lo5
.grandes centTos urbanos, estos grupos se enc:uenLran cada vez mñs cerca del~
pacio, mental y geográfico, de las instl1ua()nes educativas.
Es imponante tener en cuenia que estas fuen.as y actores ocupan diícr'en•
t.:s posiciones cstralegiCll5, que pueden variar de acuertlo n las coyunturas his•

., Bo•vcn1ura de Sous, Samos, D, l, mwo d, Alíe,;,. Lo st>ein/ f lo f'Cl/lr,co en 14


prurmodernld.,ti, llogotll, Siglo del llombne, Univ.rsidod d, loo Andes, 1998.
re.a.,u;TIVAJ f\",;J'ltTl t:AI lltf ro1..-u"' I.A) ■ l- 1.AtlCl f'U SI
l'hTltll (.l!lrllltA J•o1lrlCA Y tuuc,c1ó:o-

1
~ o a los trnyec1or1as b,ognlficas. profe1ionalcs e insutucionalcs de los
=o.mas actores, que explica los movimientos, íunci,~nes y roles qu~ cumplen
dsstintos concextos lu.stórico-espacialcs. Este canlcter dinámico del campo
:icmitc comprender IJS con1mdiccioncs que tiatcn lugar lllnlo entre los di·
~actores como en las nc:1ividades y pnktleas de un mismo actor en coyun-
=- disimiles.
Los inteleccualcs • institucioneslnteresados en cl llJl;il,sis de las rdacio-
:cs entre educación y cultu_r:i polílieá tampoco han estudo ajenos n esta di-
Ulll.lcn del campo educativo. A partir de u_na revisión Llocumemnl de lo~
~mtos trnbajos teóricos y empíricos sobre el tema, resuhu c,•idente la exis-
lEKia de tendencias .1nalrtic.is y metodológicas parn anali1.ar las relaciones
= educación y cultura polJtica. Los puntos de ceferenc,a más relevantes
-,in establecer lns tendenci.1~ analíticas están rclacionndos con aspectos

'3f:-IO los signifkados otorgados al concepto de dudnd3nfo, los elementos


,:,,;:a definir la cultura polJtica, la cun,tcrización de los procesos de forma-
llln áudadana, d papd oror:gJdo a la~ institucione5 en la configumción de
la cullurn política y las pcrspcctivus pedagógicas de la formación ciudnda-
ll!L ,\ continuación haremos referencia a las temkncías iclcntificadns a par•
-del análisis de los elementos menc,onados. •

1.3.2. Puspccti vas y tensiones analllicas sobre educación


y c u hura política
Los a11álisis referidos al tema de educación }' cull1lra pol:iLica en Colombia
a¡-asan. en distinta forma y con v-.irindos mntices, lo, debates que car.tcteriu,-
:= In tensión entre el parncli¡¡ma cl,•ico. anclado en los procesos de construc-
á6n dé los Estados oac-io11ak-s y en el modelo de ciudadanía liberal, y algunas
gmjcmcs, como las perspectivas reproductivistas y crltic~ entre otras, que
:?!O!trnron las !ncons!stcnc,ns y limitaciones dc este pro)'eao de modernidad
:ultii:.,. Enla documentación es1udit1da para el caso colombiano, es posible evI-
~ar tres perspem,oas en las que se apropian elementos en tomo al concepto
~ cuhurn polftic.1. o sobre l.i.s relaciones entre educación y polltiOI, provenientes
ce diversas corrientes teóricas y metodológicas. ~le proceso de apropiación b11
::xistndo, por un lado. la complejídaLl y d~nsidad dd campo educativo y, pur
oa:o, hq e,--idcnciodo las tensiones pollticas y culturales entre los distintos acto-
:s~dales que se nrti.:ulnn en el campo.
.En primer lugar, está la perspectiva d17a, en la L"\htl se evidencia cierta in-
ihtencia de la propuestu de la cull\m1 CTVica (Aimond y Verbal )' de buena parte
51 I.A co,utltl!(.t•1óN l))l CL'Lr U ftA l'IOl.l'l l ~ A tN CO LOMDIA
PllOTll t 'º' IIKCHI Mc'IJi' l f..:0. T .... ,~, urc,.-., c e \TU • ALa-J-

del 1dc.uio poUllco libeml. &tn propuesta privilegia los comportnmientos, ac-
titudes y conocimientos dr los lmlividuos para definir su nivel cultural Con base
en este concepto, In cultura polhica se conalx como los compon:unientos y nc-
útudes con respecto a la pollt1ca y los conocinúentos que se posean 50bre el fun-
cionamiento del sistema polhico. en este c:iso, la democrncia. En estn dirccc.ión,
la cultura poUúcn es un elemento que está dado, definido, desde arriba por los
sectores hegemónicos de la sociednd )', por lo 1:amo, los imli\iduos se adaptan a
la misma mediante procesos de socialización y educación.
De acuerdo con lo anterior. en esta tendencia existe una sola Cultura Poll-
tiCll (con ma)I\Ísculas), de :tllJ que el imerés por la misma esté puesto en la nece-
sidad de legitimar determinado ordenamiento del sistem,1 político, el
hegemónico, ya que lo imponame es el rttonocimicnto de un orden social por
eanma de los variados órdenes ~ociales c¡uc pueden coexistir en determinado
momento histórico, Aquí se evidencia la lntluencia de In socioJogla positivista
según IJ cual lasoc1edod debe= frum del c,onsenso, es decir, de la homogene_i-
dad; de alU que se gu1era eliminar cualquier forma de contlicto y de entropia SO·
cial. Asimismo, en esta perspectiva fa cullura polJtica se corresponde con el
ideario del Estado-Nación, por lo cual h3y intrrés en bomogenellllr a todos los
mdividuos y grup6s ~idle,, sq¡ún este 1115CrO.
Dentro de esta tradición se es ciudadano en la medida en que se parti•
cipe en los mecani smos di,cnados por el Estado y por los ~ectorcs
hegemónicos de_ la sociedad, por lo cual se otorga importancia a la forma-
ción de ,·alores civicos, como el respeto )' Jcatamiento de las normas, parn
defender y fortal11Cer la democrnda, El ideal de ciudadílno que aquí circula,
por ende, es un ciudad3no "irtuoso, dotado de atributos democráúcos
(competencias democráúc:tS) que 1ie:nc c.~1stencia rn tanto sea ,~-conocido
por el Estado, que debe acatar las directrices que éste defina y que le permi-
tan alc:amar tal estudio de dcsnrrolfo sicosocial. Jin c~IC proceso de forma-
ción de dudadonla priman aspectos relacionados con la mornl del
eiudadanu, en tanto que a panir dt la creación de un ser moral, el dudada-
no moderno. se puede lid,ar con los diferencias propias de cada individuo y
consolidar nsí la ide.i de una sociedad armónica, característica dtl pensa-
miento burgués liberal de los siglos XVlll y XIX.
Con b.ise en estas 1dC11S, se puede afirmar que la formacion oudaclann csvis-
t~ como un proceso de ms1rucción-socinli1.aci611 de los sujetos en un modelo cs-
pec1fico de cultura pohtica (el democrático). La apropiación de estos
presupuestos en la dín:lnúca particular del escC1111rio escolar, llevó a que la cul-
lllra democrnñca se redu¡ese a la creación de mecanismos insntucioaales de par-
l'fl~H•!JC.:. JJ\'A~ ANAl-lTH;.,u L°" rrJJr~O" LAl ••..tAC.JOt'U 53
Ol'fkf c; t •J.1 IJtlA l•UU"l'JC'A V l!IHlC ACIO:,,I"

1kipación simi lares a los del sistema politico globo l. Pnradójtcamente, elcmen-
lOS de m.15 muccndencia establecidos por IJ reforma constit11cionaJ pilm la di•
nómica de la vida polilic.i (como la revocatoria de mandato, el plebiscito, ele.)
no fueron apropiados en el contexto educntivo.
los fundamentos pcd3gógicos d~ esrn perspc-cth·.i están cercanos a en-
foques cond uctiStaJ,, o algunos aspecto, de la teoría piagetiana y a los apor•
tes de n1nores como Kolhberg y Lind, en tre otros. A parlir de ellos se genera
uo ritualismo en tomo a los soportes d.- la democracia y d funcionamiento
de la misma. fin el plano metodológico prima un tcndenciu transmi$ionista
en la construcción de conocimientos y en la formnción de los ~ujetos y se sos-
tiene fa posibilidad de medir los niveles de cuhur.i politica de los grupos so-
ciales u partir de evaluncion~s. prueb~s de com,cimicnto, encue,ta~ de
opinión, etc., que se aplican a diferentes individuos p3ra hacer generaliza-
ciones en lo rel.1cionndo con la$ perccpc:ionc!S r usos de la democrada por
parte de la sociedad en su conjunto.
Una segunda pasp.-ctiva,ccrcanaa l., anterior,~ la d1·ico•rellgiosa,quc tic•
ne su lugar de origen en la defenS1l y prornocion del ideario a11ólico, c:iraaem-
tico de la cultura pollt!cn colombiana. En este énfasis dado ni cómponenrc
.dig.ioso, la cultura, entendida como una c:iractcrlsll&'l iuherenre y cscudul de
todo ser humano, proviene de fuentes divinas. As!, la c:ipacidad de aprender, de
relacionarse, de comunicarse,, c:stA dac.fo por el orlgc,n cli\,jno de los seres huma-
nos. F.l concepto de cultura polluca está en estrecha relación con los valores de
la rdigión y con el virt uo~isrno del ideario católico y cristfono. El ciudadano, ro.is
que un actor político social es concebido como un atribulo, uno competencia,
de los sujetos cen:anos al \inuo.sismo definido por las ley(:) divín;~ y humana.~.
To este sentido, la ciudndan1n estaría cercana a la catcgorfa de c1udndanlas :ro-
crns, propuesta por Maria Tcrtsa Uribé pa.ra analizar las caracterlslicas politi-
cas y culturales de principio.. del siglo XX. Pura ella:
"Estn forma de ciudadan!JI elr,-ala morul pri••ada y domé~11cQ al .lmbito püblí•
co ypcm:ibu:n esu csrera como comunidad de ~tes. &10 un moddouni-
ficadp y unitarlll de nación, p,cscrv:,'11 tos ejes de la tradición: cl terruño, las
leah.adcs p:i.rem.iles, los vitlorc.·s hendados di, k,, nNyorc:,, las 1det11 idndes C\ll•
tur.tlcs y 1od.is ,1<1uclLi.s dimeruioncs que tr.u('t'TI11fan al individuo, que lo prc.,-
cedlan y sucedlnn, ÍTt'nte o las cuales su Cllpoddnd de tronsformoción <fil
resumgid.. .E.swciwL.ul.inl.ls 11acras. contrlburcn a otorg,irlc o lo acción v o las
práctic-~ politi~ un ciato Sl'ntido ti:ológko y tnl¡;íco; de '"1,-;10611 dcl mwido
)' dccn1111da oontro.cl mal; do pl'l!SC1'V:1aón de lo prop,oyclc temor írcnn,al otro,
S4 LA c0Nsnt.•tc10..- ot ct·u1.·1tA rouru:.-. 1x Cou1>n111
flJII\Tf Cl"tO lll&.i'4 0"' 1C.IH t •f'tt\Tl,Wtl,H HHTl.•111111

ailtur.,l o polhi<o,que pudierasign,fic:tr~Jguna fonna deco.mo¡,oliu~mo o de


plurolidod soci111''".
Admtis de homolog,1r la cuhurn política al ideario d~J Esrndo-Naci6n,
dentro de esta pe..-spectivn S{' anota que éste último C$tá fundamencndo en los va,
lorts del cristianismo, es d«ir, la noción de E.stado-N"adón es posterior a la do~
trina cristinna, imperando la ideo dd ord~n y cl respeto como fundamento de
la dcmocrncia, por lo cual el conflicto es considerado como un elemento ajeno
y nocivo para la misma, S1.1$CCptiblc d~serermdiGtdo para bien de los individuos.
Vemos aquí un regreso a los valores que encnrnan In doctrina cristiana (respeto
a Dioi;. rescate de la~ tradiciones fumiliares, hinomio culpa• reconciliación, et.:.),
en donde In fom,ación ciudadana se asume corno un proceso de acompsñamien•
io de lós individuos hada la edad ;i.duha ,. en donde la tarc.i de los maestros se
reducirla a la de un apostolado. Al darle importnndn a los valores, sin tener cu
cuenta la dinámica )' la c.'tpcriencfa de los sujetos, se presenta llna formació11
ax.iológica y política descmllc.'ttualiuda y, quh.ás, aMcrónka. lo anterior se
complejiu, además. cuando algunos estudios y actores son sensibles al contcJC•
t<.l 50daJ pdro quedfodosc cercanos al JSis1cncialismo.
En tercer h,gar, desde una concepción m.!s ampliíl de la democracia y ltt po-
JfücJ, enconlramos l,l perspccti va de las dud11d.1ní11s críticas en la que d conccp•
to de cultur.i está rclacion,1do con IJs pr.lcliois y c~pcriencins de los sujclos
sociales en su proceso de formación y d amllisis en lomo a la política se articula
con la complejidad de las relaciones soc:iales constitutivas del campo político.
Esto caracterización no admítela aiMcndn de niveles de cultura poli1ica, como
si ocurre en los enfoques anteriores, sino que reconoce la presencia Je ,.iriascul-
turas políticas en un conteJ(IO histórico espacinl determinado. En csre sentido,
las caracterfsticas de IJ cuhurn pollticn de un grupo socinl se definen, s<.11ún esk
acercamiento, por las tensiones y contradicciones que hay entre las distintas cuJ.
turas políúc.1.1 y no de forma :1 pñori.
En la perspecriv.1 critica, la cull\lrn polhka se «>n~lituyc en Wl concepto
rclncionnl, no inmu1al>lc, definido precisamente en la acción social de los ~ujc•
10s; de alli que una de los preten~ioncs en estn 1c11dencin sea la d~ ndecuar las ca-
legorfns concep1u11les a la realidad, de ;icuerdo a bs caractc.ristit:n5 de esta
última. Este reconocimiento contextual y relacional de la cuhurn politka, faci•
liia analizar la dud~danln no como un estadio de la evolución social o polític.i

1» Morfo 'íe.t<'$ll Urlbe, "órd<ncs compl(jo• )' áudud•nlu me.ti= uno mir.id.a •I .:aso
oolombi:>no",<n /:JtudJMPollda;,s. N- U.Mcdcllin, <11c.ro - Juniodc 1998, p. 39.
Pl)l01Cr(\',U "~"'1,tru;o EN 1'(111.N(I A l.,fii. .lll'I.At.: tO~"U
1 SS
f::,lf"ltl. n tTfJllA t'IUh"h. o\ t U)\.'t.ACI I)"'"
1
Jr IC5indíviduo.s, 5ino como un atributo de todo sujeto que, a partir de sus re-
• :.su.t..:ione, e unaginarios, se relaciona con las dive~s formas de org•mza•
~qot¡,rescma la sooedad, De ocucrdo con Norben Lcchncr, ~son las peoonas
mtcrncción cotidi.ma las que deben generar y cuidar los vlncnlos sqciales.
nnplic:i, empero, que d quchac.-r dinrio udqukrc una dimensión polltica.
~dca no residira únicamenre en las inshtllciones formales sino también en
a = social si alcance de la <'Xpenenaa co11crcta de cada cu<tl. En e:."tc sen ti•
:u<lt nablarsede una dud11d.miQdón dcl.1 poi/ciar. la rccupcrad6n de In po•
.;;;.J como una capaodad propia de los "udadanos" ...

Como parte de esto óptica cobr• importancia el reconocimiento del con•


. _ , como algo inherente a la sociedad y no como algo ajeno a la misma. A di-
c=cl;, de las lendcncins anteriores, en las que prima la idea de unn sodtdad
-r"'lánka, en la pcrspectiv,1 crítica lns tcodas en tomo al conflicto y su resolu-
c.,aocupan un lugar central para el nnJillsts de la dirulmica de formación de cul-
:::as polltiou.
En lo concermente a lns relaciones entre Estado/indh,duo, se puede encon•
=un mayor dinamismo con respecto ni pllllltl?lldo en las perspectivas dvic.a y
..u>-religio~, raque no$<' trata sólo de que los sujetos se adapten pasivamente
~.!AJ propuesto por cl Estado, sino que csre ilhimo .lebc re,onocer IJ.S particuln•
-:dides sociales 1· poluicas de lo~ collle."1:10.S en qut 5e desenYUelvmlos grupos SO·
a:w~ En la perspectiva critica se habla preferc.nciolmcnte de sujetos wds que de
cdi.-iduos, reconociendo los diversos tipos de órdene~ sociales que pueden cx:is•
.;:-en un mismo periodo histórico, nsi como las mteracc,ones que tienen lugar
-r.dcs órdenes y el constituido por los s«torés hegemónicos de Id sociedad.
~.:onstrucción de dudndanfa parte, entonces, de los ciudada11fos realmente
amentes y no del idenl do los ciudadanos ctvicos. Pam el CllSO colombiano se ha
~tndo el concepto de ciud~danlas mestizas. entendido como una ategorla
-.pl.i:i que permite la lnclus,ón de la d iversidnd politico-culuual carocterlsti•
=---dd prus, recogiendo. en estn medida, las múltiples dimensiones que ha tcni-
.;,) el proceso de formncion audndina a lo lnrgo de la h~toria oacionaJ~7•
En los proeesos de formJción ciudadana :se reconocen las particularidades
tOdale.,, políticas ycultnrales de los grupos y sujetos. 1:n este sentido, fo construc-
oon d~ la cultura pollút3 en In educación t'Stá rda.:ionnda con ln negociación

" Norben Lcchna, •Nllt'\·as cíudadonlas~ en Rt>-i.sm de Estudio• Sociil<!. Sogoú. FJ·
adrad de dcndas Socioles. Univttsidt1d de los Andes. No. S. ene to de 2000, p. J 1,
e: Mnñ• Tele$• Uribc, •OrdmcA con1plr¡o~ yciuJad.nJ.n mes1ius: un• Q\iad.i al G1.IO
o:iombiil.llO~ Op. Cir.
S6 1 l.'"i CO'lf1.l'&\:(C l 0 ~ P f C\.Lf\ a.\ P OI ST tC..\ t r- CQUU.ttl'i
P• OTU:HH PEGU,UhCICO '1 1 tuuL,, ~ i ." lttH.11.1 11 A 1,( \

culturol que uene lugar entre los diferentes sujetos que 1ntemctú3.Jl en el escena-
rio educativo. Las pers¡)(ctivas petbgógicas de cs1..1 trndídón est:!n cercanas a los
aportes de variados autores y 11:adiciuncs académicas ligadas a perspectivas cri-
ticas, tales como la escucln de Frankfün, l,,s pedagogfos crítlcns, la sociologfa
cultural, el pensamiento complejo, los estudios cultumles, lo historia social, en•
tre otras. Bn cuanto al componente pedagógico, dentro de esta tendencia seria
más significativo el diálogo de saberes en la construc:ción de conocimiento yen
la formación d<! los suie{os que lo transmLtjón de la infom,actón referida al fun-
cioruunlento de la democracia.
La amplitud del análisis sobre la din~mica de la cultura política en esta
perspectiva crlt lea, facilita el rcconocim ien to de otros escenarios de formación
d ud~dona pnralelos y/o complementarios a la institución educativa. Aquí no
existe la intención de horno¡;-cm:z.ar la experiencia pohtica de los sujetos. yo que
tsto Ue\'arln a la lnvisíbi.l.ización de l:1 dinámi01 de los distintos actores socia-
les que se dcscnvuclvt:<n en e~cnanos diferentes n los construidos desde la ló-
gica del Estado.
Debido ol carácter d inámico del campo educativo, las perspectivas
mcncionadM pueden emerger en distintos escenarios de producción de sig-
nificados. discursos y prácticas ~bre lo politico y ser apropiadas por los sec-
tores de la sociedad ( E$tado, in,•cstigadorcs, maestros, politicos,
eclesiásticos, etc.). Asimismo, In tensión en t0rno a las relaciones enu:e edu-
cación y cultu ra pollrica ha privi legiado el dcbntc sobre lo educación como
un escenario paru construir la esfera de lo público. Pregunias corno ¿queco-
racreristicas debe tener la eduCilción, cual debe ser su función social y pol!-
tic.i?, ¡cómo se deben orientar los pro,-csos de formación ciudadana en la
educación pública y que papel juegan en éstos el Estado y In sodcdud?, ¿qué
funciones se atribuyen a In educacíón en el propósito deliberado de transfor-
mar la cuJtur;, polhica1, ¡qué el~boraáou~ se hacen sob re el concepto de
cultura polítit3?, se constituyen en puntos de referencia a partir de los cua•
les comprenderlas dinámica$ que han tenido lugnr en las últim3s décadas al-
rededor de esta problernáuca y In manera diícrcncinda como hnn sido
apropiados elementos de cultura política en tnle.s perspecrivas.
En lo que se refiere ni uso del concepto de cultura polltica y categorfas afi-
ne~, pudimos iJentific:-Jr un amplio uso Je la categorla en nuesu-o contexto, lo
cual puede explicM~ por la dinamica dd campo polltico y educativo durante
l.u últimas décadas del !iglo X,"'(. En este sentido, se ,·nconlrnron autores que in-
corporan la cultura ¡1olítica como ,~1egorla central pJra los análisis sobre los
procesos históricos, polflirns. culturales y educativos. De In nusma fom,a, otros
, , .t-,..a.~11, ,0 , '\:,OAI.IT l c: .-.s tl'I TOR1'to " \AS au..-..c;1o>Hlt Si
l """'fU e; \:ti 1 a 1¡ f'nl 1 1 IC A T tllt.UC.U)'lrt

z::otts introducen en sus invesúg~ciones la ~-u11ura polhic:i c:omo cntcgorfa de


t rs p,rro sin entrar a definirla, ni iguJJI que lo hacen con otras Cll tego rlas
pt'llSamiento social, como Estndo-Nación, identidad nacioMI, orden so-
..._ FU\lllmentc, podemos ~ncontrar otro grupo de intelectuales que para éX•
Jd!:ar el fenómeno de la cultura politica manc¡a catcgorfas como opinión
~ , socialización polftica, formadón ciudadana, cultura democrdlica,
a2iac:i6n dv1ca, educaaón para t., demoer.tda, cultura de la paz y culturo de
J.crcchos humano$.
\notemos, en primer lugar, que en buena parte de los estudios realizados
p:rd Ministerio de Educación Nncional, ln culturo pulfli(';l es nsimilJda n la en-
~ de cduetción cívica, entendida como los ,'itlorc:$ y conocimiento. dé los
-.e!Os sobre el sistema poUtico democnltko. En estn perspectiva, se asume la
...w.i política como un fenómeno =cptiblc de ser e--aluadn y-medido a lra.•
._de pruebas de conocimiento, cncuesras de op1mon e tndiccs de pamcipación,
r!l!n: olr.is cstrategia.1. Debido a lo anterior se supone la Clci.stcncia de niveles de
a:.mra polfticn, atendiendo al gr.tilo de pnnic1raáón de los jól'enes o al cono•
;;im,cnto que los mismos tengan .sobre el sistcm11 polltko democrático, sobree:n-
,,.__,¡¡tn do que mnyor~s grados de p,irticipJción y conocimiento de la
.:dMCl'l!Ctl conducen a niveles más altos de cultura. polltica,
Lo anterior-puede Ser ;inaliiado a partir de las nprecfuáones de Álv-dro Ro-
== El hn señalado la imponnncio de la cduau:,ón dvicn e.n In pollticn edu-
utiu del pafs n pnrti.r de la décsada del 80; ~ta tendencia fue fortalecida
~tcmentc en el marco de 1.1s reformas constitucionales de 1991 por pane de
-cmso.s sectores de la sociedad. Para e.rte autor, la formación y fa educación
=<hduna en el contexto colombinno son tslr,ttcgias íw1d.11ncJJtalc• par~ con-
~ una nueva forma de organización pohtica de fo institución escolar, lo cual
~ explicar el interés del t,.,f.inbtcrio dt Educación por reglammur dicho pm-
:es() y promover la c.v nlunaón const.-uue del mismo6ft. En este orden de ideas,

Gt:nilo Cas1cllanos des1nc-n el relamo .i la educación dvicu en .10$ lineamiento~


--11culares del !llirusteno de Educación, ;isinúlando educJción O\'ÍQl a ~-ultu•
::zpolitJca69. Sobre este nspecto, Rodri¡;uez se11nla, por su parte, el Liesplnz.1mien-
dc la concepción tradicional de la educación avíe.¡ que lema CQmo referente

"Alwro Rodrigue,:, ProJwto Ed11éJción Q,iar. Rro'sid11 hib/i(l¡p;ffk:1 p.1r.t d otudio


l»OOIMI d~ CJl>Q rn Q,Jombia, S.1n10 F• d, llogotll, Mi1111ttño de Educoeión N~cloruil.
l99!i, (sin pubhc.ir).
• \linismlu de F.ducad\\11 Nadon,,I, Li11n11mir11u,i en Cmntintcfcfn p,>f{tia y cfcmocr.z.
._. MEN, Bogotá, 1998,
;8 .....
~O!<fl u·r..:10,. S:Jl' (.Ul.1 l aA l'Ot.l'fll.,' F.5ol t :QUH•lftl ,\
••Q'fl:C:f'H HIIUU(~~1i;o, ,- 1e.t.tunu;t.u r\,1-T1; •11.«-1

la urbanidad, ruma la eduC<1c1ón para la democracia. como una caractenstica


de las políúca.s educa1lvas en las úhim:!S déoidas.
Otra categoría utilizada en nuestro conte.'lto paro el análisis de la cultura
polltica ha sido In de opln1ó11 pública-bajo ta influencia habermasinna- , entm-
dida, siguiendo a Pedro Sanuma, como la expresión de los ciudadanos autóno-
mos, en cjercrcio de sus den-ch os civiles. lo cual es consustancial a la democracia.
Con respe.:to :i la Clltcgorfn de culturn pol!tica, Santann sostiene que ésta tiene
que ver con las maneras como una sociedad enfrenta su~ problemas. Es decir, está
cm rel;1ción con las creencias)' vnlores que 1;1 sociedad llene con respe("tO a IJ for-
ma de org;¡niz,1r la construcción y el control del poder público. Para este auto~
-quien hn estudiado temas r~ladonados con los pJrtidos políticos, los mceanis•
mos de participación después de la Constitución del 91, fenómenos de descen-
traliiución >· tcrritorrnlidad de la democracia, procesos electorales. entre otros-
el sistemJ dcmocr.lLic1, se caracteriza por la existencia de disensos, contrnditcio-
nes y por unos comensos mlnimos a partir de los cuales se crean reglas de ¡uego
pura lo sociedad. De '1111 In impor1nncin otorgadn a la opinión públiai entendien-
do que a través de In misma es posible crear uno esfera de lo público, proceso en
d qu<" b educación debe cumplir un p~pcl central
No ob$t::inte, en Colombia la he1erogeneidnd de la cultura política y la gran
frngmentación socinJ han mostrando que esos cotlSénsos IT\ÍIUmos aún están en
construcción"'. Sumado a lo anterior, según Sanrana, buena parte de la ¡,obla•
ción colombiilll3 uene unos débiles elementos de culturo poUtica colecta va, lo que
ímpidc una comprensión profunda dtl origen dt la5 coull'adicciones y deficien-
cias de nuestro democracia71. Frente a tal situación propone for1alecer los pro•
cesos de formación ciudndl1Jla. En sus palnbr:is: · pata que la eduCllción sirva
realmente para formar una mejor opinión pública es necesario que dicha edu·
cndón se refiera e.~presnmen1e a los asuntos publicos, y que se tr31C de alcruuo.r
no sólo en término; de información sino tilrnbién (11 t.érmirtos de com¡,etenci:r
cognoscitiva. Ello explica la npa.rtme parado¡a de como aún ampliando el nú•
mero de ciudadanos instruidos o graduados no siempre nurucnta el número de
oudadanos con unporrontes nivel~ de c11hum pollt1ca"72•

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10 P,dro Santanu, "Opinión pública, culturas politléu$ y dcmocmd0': <n N60J:Jd,s, N•
9, Boj¡otl. Unñ=idad Central. Si1'pti<nlbre 1998 - n1ar.r.o 1999.
11 Pedro S•nli1l1., ~Qllombi.l en la rncruci;..U: en //~•iJw Fáro. N• 45, llogotó, Fun-
cLidón l'orc,, scpriembrc de 2002, p¡,. S-ll..
'1 !'edro S,n1.1na, "0¡,cniónrubhca. culnmu pollw:as y dcmornioa~ Op. dr., p. 91.
l'UI.SE'l!Cl f\' 4'1 AN,\Url C.A~ fll'f TOa HO A L.At • t .1A 4;10!-fltf.
f!N T IUl f:Ul1' 1.l ltA PQ Ll'fUlÁ Y' l!UUt.ACIÓN
159
Algunos autores consultJdos anaWlln la categona de cultura polltica y su
-n.u:ión con el campo cducauvo a pamr del concepto de cultura dm,ocrá1ico
-ultura poll1ica demoml1íca. lin esta dirección, parn Juan Francfaco Agtu1nr
·•Javier Bctancourt, la escuela, cr,1endlda como una. institución sixial, pro-
~su propia culturo, se np= en sus formas de ser y hacer, ,m sus slmbolos y
~ normas y vruores, en los roks y funciones que se 01organ a los actores
~vos y a las formas de organización del poder y de las reru:s comunkati-
a.En cstn perspectiva, d ,011aepto de cultura democrn1ica en la osc11ela repre-
;,c;u. un3 forma particular de expresión de dicha cuhura escolar. Sobre dicha
.:.2gaáa, AguiL~r y Betancourtsugieren lo siguiente: " Entendemos aquI el con•
-=rpt.o de cultura demomlticn en la es,uda como el complejo de significados que
srocturon los comportamientos, los prácticas, los saberes, valores y represtn•
..:.eones que configuran el marco de las relaciones de convivencia en el ·ámbi!o
~ . los cuales estdn basados en principios democnlucos. as¡,«10 que le con-
iice un sentido parlicular a este Lípo de convh'ellcia"'3•
Paro Marco Raul Mejla y Galiricl Restrepo, l,1 construccióa de un rt'gi-
:am democrático no tcmirla tanlo qlle ver con el conocimiento y la parlici-
:.aón de los sujetos en asuntos 'tradicionalmente' políticos, sino más bien
= i el reconocimiento de las much~ c.-cpresioncs,dc cultu.ras pollticas plu•
-~ y locales que existen en el pnis. En este sentido. una pregunta central tic-
~ que ver con cómo fom,ar unn cultura democrática en un pnis donde el
~cio de la poUtic.i ha estado marado por el orderuunicnto de una cul-
= política de inclusión-e.xclus16n y en el qur In negación y/o eliminación
Jt! otro es la cons1ante 7◄•
En Ju documen1ación analizndu se pudo es111blecer, también, el u.so del con-
~ de cultura poUtica aporado en la ciencia polhica, en donde el interés cen-
o! e$tá dado por la.; relaciones que se tejen entrt' macropo!Jtica (io.stíruciones
mri.tlcs y politicos) y la micro poli1ica (formas comunitañas de representar el
;i,odcr). En esta dirección, Francisco Gutiérre7, y César Rocha ano1an que la cul-
= polltica es codo el "conjunto de dcstre1.as. hóbi1os, valores y nociones esta•
'.>.<'cidJs sobre el pod.:r''. Para estos aurores, el a11.ilisis de la cultura polltica se
~en~ en los cniccs existentes entre la vida polhic.i cotidiana, local, y las dispo-

., Ju.m Francisco .Agullar, J~ Javl,t 8ot1nrourt. Construcción de tul/uro democ:nf1k.,.


Eninsú1rx:ñ,nesedua1i,asdcStn1.rhde/Jo¡¡ot:f. BogotJ. ldep. Innove, 2000, p. 33.
·• Morco Raúl Mo/C. y C:•bcid Rcstttpo <11 Formxidn y Educridn p,v.r l.t Om1oa,,cú
m úilombi•, Bog<11S, Vnesco, ln$lílulo parn d dnarrollo d, b dcmocrncia Luis C,,rJ.os
Gi!An, 1997. p. 93.
60 li, CONSTI L;CCIOR ne Ctlt.TL· •-" P OCÍTI C A f :,t COI OMI\A
••0 11-c.,o, tU,c-;r" º""'"ª>' T ... , .. ..-u1ctA \ .-:\:IT\! ••, , .

siciones insti1ucionales que organizan y rigen el funcionnmu:1110 dd sistema po-


lít1co democrdticoñ .
!':ira Miri;im Oc:impo, la definición de la cultura política también depen-
de de las relaciones entre lo micro y lo mncropolltko. No obstante. a díferen-
ci3 de Francisco Gutitrrez y César Rocha, ella se apoya preJercnáalmente en
la sociología y In psicología. Seglin esta autora, parn nnalliar las actitudes de
los sujc1os frente a la politica en detcrnúruJda épO<a es necesario posicionar lo
microsocial en d cen1ro del análisis, pues la cultura polltin1 varia justamente
con !ns tensiones producidas en lo cotidiano. Ocampo ha utilizado e.l concep-
to de culturapolltica, principalmente, parn entender las construcciones socia-
les y polllicas de las elites colombianas y su relación con los sectores no
hegcmónicos10• Desde un estudio pslco-sociológico, Ocnmpo ., nal ízn la cul-
tu ra polfticn a partir de lns "imágenes ment;,les': medi3nte las cuales "es posi-
ble aproximarse a la esencia del ejercicio de fa po!Jtica eu tanto que mJ nejo de
la coopernción entre lo$ hombres; considerando la politica no uclush'3men-
te como lucha por el poder, sino como el significado que los hombres dan a la
posibilidad , que Sé va I rnusformando en cxigencia en la medida de la necesi-
dad de encontrar uu orden, de preparar el terreno para conciliar los diversos
intereses de poder t ntresf"n.
Otro catq¡oóa que se ha asimilado con fm.--uencia a la de cultura politic;1
es la de sociálización polltica en la medida en que se entiende que a través de ella
se construyen las significuciones culturales en tomo a la polltica. Para el equipo
del Jefes coordinado por Gabriel Restrcpo, la definición de la categoría de socio•
lliación polltica debe tener como rdercnte original el mismo concepto de socia-
lización, que se entiende, siguiendo la clásica propuesta de Durkheim, como UJ\
proceso por el cual una determinada socied.id, por medio de la familia y orras
instituciones especializadas, transrrúte el legado cultu ral, formal o informal•
mente, a las nucVllS gene.rociones, mediante variedad de secuencias y ritmdes.
Aporados en esta definición, explican la soci;1lizacióo polhica, asimilándola ;i
cultura polltica como.
"[... ) todos los procesos de enM:ftnnia y oprcndiz:1j~ (formales o no forinaks)
en unn culruni dtla sociabilidad (sodus) para h,1bilitarcomo micmbros(como

1S Fntnci.Ko Gutiérr.-z Smin y C!sac Roc:h.,, R(Nlasy crrcpaones: Vid,, /no,/r,,esumsmo


demo<:rll11an::n.Bot,od/ Cclomóia, s. n,. mayo de 19% (muhkopiado),
;• Mir(om Ocompo P!'lldo, ú culturJ po//tia, de las óíres diri¡;,nr~ ,n Cokimb,., llogo-
lll., Colclrnci.u, lq,ri. 1993.
TI Jb(d.p. 4.
flL}llll ► l!CTl\'Al ANAlfTICAS BN TOJINO/,. LAll .._llt.ACIOtH: t
flN11..l Cl111UIA r-01.hfCA Y rr,1.,CAClÓ)i'
161
integruntes, como subditos o ciudadanos) de instituciones (f.uniliam, vmm•
IC$ omunldpllcs, nacionoles o 1.r.tnsru1cionoles, o un<onju,110 de todos cllt!S), a
los individuos que hanhabiradoo habitan (un tcrritorioJ . Dichacultun, políti•
ca~arrai¡¡a como hábito [...¡ en losindividuos.pñncipalmentc por medio de
L, sod3laación Infantil que, como ninguno otr.1, por medio dela familia dtj;I una
impronta decisiva m la peroonolicLu;I, o! mcorporar en ella los "ªlores y normas
$0dalts, yb ns.11. con ocr,1,, formassuperpuesiasde soda.ll?Ación formllloo in•
ÍOT11111les en otrased;ides (mó\s o menoscongrumtocon d =tido de luocfa•
liz.t1ción infantil), confonnan w, repertorio diverso de ídeologfas, cretncias o
in12ginarios que se<C<pr<San tn volorcs m4s o menos compartidos, normas de
conducta sq¡ún los l"'pelcssocial<s, conocummtos vdiscmwnieruos. llCtitudcs.
dl,posiciond de acción y tknicas o destr= o habilidades de acción personal
o colectiva, elementos todt\5 ellos que el individuo-según su carácter o perso-
n.ilidlld-= y dota de sentido propio en las divcrsas cxpericm:iiu de ,u vida,
mduyendolasdedsivll$~riencfasddapmidizojefonnaloinfonnal...,
Sobre esla misma cotcgorlo de socialización política, Efüabcth Castillo,
~-..da en los aportes de la sicología política, la define como "cl conjunto de
"'t"OCeSos históricos de inicrnalimción. obje1ivnción y legitimación de los

.ihmundos inslitudonales a través de los cuales se definen los modos de orga-
":.tación y participación de los sujetos en In esfera de lo púhlico, Estas din&mi•
.,.. de soáalización determinan la formación dd sujeto político en singular, en
:::'l.l diversidndde csctnatios y e.q,eriencias desde las cuales $C definetLreprcsen-
.;acíones, co11ocitnientos y actuaciones en lo público""1.
Otro andJisís que hn contribuido a ampliar l,t mirada en tomo a la cul1u•
n política es cl de Jesús Mnrtln-8:irbcro, quien hn orientado sus estudios, des-
.:.. Tos años 70, n tcrttllS como las connotaciones del fenómeno de la modernidad
.::tAmérica Lntina y. p~rlicularmente, en Colomblo, andlisis de las cnltu:ms po-
Jares y su relación con In construcción de la identidad nocional, pr0C<'SOS co-
::nunicativos e incidencia de los medios de comunicación en la modernidad
..:nnoamericnna; análisis de las mediaciones sodalcs como elcmenlo central para
ctender los procesos de construcción poHtic:i y cultural; ~rticulaciones entre

-.c.britl Rcstr1'po, Jo~ Guillermo OnJ.t. Eabio Enrique Parra, Luis Carlos Medín•, s,.
bllrPoder: >1xi.1/imc1i111 poi/da, y"'111.-.rk1 a, Co/nmbiJ, Bogo1J, Jefes, 1998, tomo,.
p-.69-70.
r
, Ellnbeth Castillo. PFPO. Edua,cid11, Sc>a":úir:idón Po/111~ Democr.,dn, Unlver•
aibd de los Anda, f1lcuh•d de Cicnci>.<. Program• de foJlllllciOn <n Edu<11CÍ6n, Bo-
god, 1999·2000.
\.A t;Q)ol'HJt\;l.;c1ó,.- flJ .;UlTUJI.A POl, llli;;A u• LOI.OMIIIA
traO-T.l(;'l'O• t:UGLJ,Ó.,,l(.(H t u .u,.,,u;;.1•• C::lállt.••'-'·•

comunicación/ cducaóóo y algunos etudios en corno a las culturas juvenilc.~.


Heredero de una lnrga trad.iclt)n de los estudios culturales europet)s y de los
aportes cólicos dela escuela de Fronk.furt,Martln-Barbero se constitu)"C en uno
de los pioneros de nuevas mirad.u 60brela constmcción cultura] en América.La•
nna, lu¡wr que comparre con nutorcs como Néstor Garcfu Canclini, Norbert
lechncr, José Joaquln Brunner, Guillermo Orozco, Osear UUJdi, Renato Ortíz,
Carlos Monsiváis y Martín Ho¡x'f!hayn.
Para Martín-Barbero, una nueva mirada en 1omo a la cultura política im-
plica temer en cuentu las construcciones culturales y-pol(ticas que se dan en esce-
narios no hegemónicos, esto es l:ts que tienen lugar en las dases populares. En esto
P<'rsp«Liva anota que ~( ... ) la ma)'Oría de la historia que se escolle en América
Latina sigue aún dejando por fuero el espacio cuhurnJ, o rcduciendolo ni de sus
registros ocultos -al Arte, la Litcrn1ura-, del mismo modo como la vida políti-
cu <le la Nación es CilSi siempre sólo la de la 'gron polltica; la polltica de los gran-
des hechos y las grandes ptrsonalidadéS, y casi nunca la de los hechos y In cultura
pollúca de la$ clases populares"80• Lo anterior pone de presente la necesidad de
comprender, desde la cultura politko, lo que está en juego en las polltic:is cul-
n,rales del momen10:,ona organmición de la cultura en la cual se redcscubra un
nuC\'O senudo a lo popular, entendiéndolo como un fenómeno de "re,'l!loriza-
ci6n de las nnículacioMs y medladoncs de la sociedad civil, sentido social de los
conflictos mtls allá de su formulación y sinmfaación poUuca y rccoaocimieoto
de experiencias colectlv-.is no encu.1dradas en formas partidarias~u.
En la dirección de analizar las relaciones entre medios de comunicación
y cultura polllicn, Fahio Lópei. de lo Roche ha utilizado este último concepto
para hacer una doble mirada sobre los medios, entendidos, por un lado, como
producto de lns ,.uiacioncs culturalc.~ sociales y pollucas del con1exto colom-
biano y, por otro Indo, como productores de rcprcscn1acioncs y esquemas
pnrn entender In sociedad. Estos dos movimientos han incidido fuertemente
en la configuración de la cultura poUtica -produciendo cierta secularización
de las costumbres polfticas )' cuestionando, desde diversos espacios y ópticas,
el autoritarismo lr:ldidonal-, en los procesos de formación de In esfera publica
y en el reacomodamiento de los roles sociales y poUtkos de los sujetos82_

'°}CS\li Manln-llotbero, De los medios J /111 m,dlado11c.~ Uos<>t!, Convcnío Andrés lle•
11,,. t 998, ;, edición, p. 223.
11/bid, p. 287.
112 hlio 1.ópcz de Q Roche, "Comunicación, P"""""' culturales y politic.t m Am~rica
LlliN~ en 1/t:,"Í.<N R,ro, N• 40. Sogoti. Pund•clón Foro, diciembre 2001).cnero 2001.
l'll,ll'lllt'C'TlV,U A.NAl.h'lc;:Ai E/ti 1UIUH) A L-.'11 al'I.A\.101"~$
11.IIIJ'fl¡j C:U U ' UN.1' )•OLln cA V lllltUCAG16,-•

Además del análisis sobre la relación entre los medios y la esfera de lo po-
111,;t,, la cntcgorfn de culcum política ha sido utilizada por López d~ l,1 Roche
~estudiarlos procesos de co11S1rucción de fa modernidad polirica del país
--·vne el 5iglo XX, iden1ificnndo cómo a lo largo de la hlsioáa nacional han
"UJ5tido diversas tradiciones de cultura polltica, provenientes de !.is ideo-
~ de los partidos tradicionales, la iglesia y la.iiquicrda, entre otros ac-
- "· Según López de la Roche, los estudios en tomo a In cultura politica
.Jlan de singular importancia, tanto para analistns sociales y poHúcos
para todos los ciudadanos, a la hora de c11tendcr "cómo hemos llega-
:a construlrnos ·e.n lo que hoy dJa somos" y prO)'CCt.ir, a partir de este rc-
,cimicnto de nuestro pasado, 1,, fonna de salir de la crisis en la cual
:..a.:ios inmersos114 • Para este autor, In cultura política puede ser entendida,
C:::!O p hablamos tenido opon unidad de mencionarlo al inicio de <$le ca-
Jo, como "el con¡unto de conocimientos, sentimientos, representaciones,
~naríos, vniores, costumbres, actitudes y comportamientos dr determi-
- grupos sociales, partidos o movimientos políticos dorninantts o sub-
=os, con rdación al íw1cíonamicnto de la acción poUúca en la sociedad,
- xtividJd de las colccthidades históricas, a las fuerui.s de oposición , a la
::..anón con el antagonista politico, c1c.•i5 _ ,
!-11gucl Angel Urrcgo, abordn el concepto con relación a la m0<kmidad po-
x:a colombiana, definiendo la cultura política como,
"¡_] un conjunto de nooones,sm1bolos y prncticasquc $Obre d poder y d or-
.un socíul los uc1nru domin•ntc,, ro una coyuntura hi,16rica, han
institucíonalizado. Esta institucionaJiz;iqón ,emanifiesta en un con¡unto dcno-
aone:s que t>q,Ikan la kgitimíd.ld dd orden social, o mds genéricamente sobre
PQUllco, que los ciudadanoudoptan como iutural E5"1 ooción no impLica
kmcxislellcia de nocioncs!<lbreel funóon.unicn10 de lo politico en d1vcrsossec-
torcSdc losocicdJ<l, 111 que hacr,Hnf.11mu:d ..S¡><'(tO pn,dominamc. l.a nodón
aentru de fa cultunpolitica es l,1 de orden socinl. Ella define yart1cufacl conjun-
s,Jcprácticis, dnboracion.s ,imbóliCilSy proy,ctos que la., claS<".< y los ,iistln-
!Di s«tores soc,;¡Jes 1,cnen sobre fo sociedad. Se entiende por orden social d

.l>io 1.6¡,a. de I• Rocho, kquierd.is rroltur., ralltm, ¡Opo.<idón A/1,matil'J!. Bo¡,,o..


- ...-p. 199-1.
'<3bio López de lo Roche. "Tr.,diooncs de cultura poU11ca en d siglo XX", en ~ t. e,;,.
-.a.¡coordinadorJ 1\f()</emidadywci~ dpolitia,m ColambL1, llogolli, FOKOI, lepri,
199;.
~p.95.
64 LA CO~SU Vl.:- t:H'lt'I' U-tí C:U UUIA f' llLh"U. 4 lt- l:.o u, ., ...
f'.I O, tctOJ. Hl1' tW O 'f lCO I- 'J at-• I TIIJC( I A~ t. LI r t,.!l ,Hll

rst•da de <1rmon1n a qut put<!e llegnr unn socied:!d dcterminadn cuando,;,, rta-
liz:ut los fundamento; de W1 Jm))'CC!o político....
Con base en la anterior ddinici6n, Urrcgo hace un r«orrido sobre las d1
feren1es tensiones que han ctrncteriiado la cultura poUtica colombinna, produc-
to de los choqut-s )' contradicciones entre los modelos de orden social propuesl
desd~ variados sectores políúcos dr la vida nacion;il. Parn este autor, In l'Xi.stcn•
da de divel'S(ls proy<'CIOS de orden social contribuyeron 3 la agudización de 1~
conflictos caractcristic.os de nuestra cultura política. que puede ser vista, ndemd5,
como "In puesta e.n escena de conceptos ccmrak-s del orden social (nación, Est.i-
do, pueblo y ciudadunía), la producción simbólica (himno nacional, bandera,
hér0<'$ populares))' la imfaudonallzación de mito$ fundndonak-s (bistoñn ofi-
cial, fiesta patria)'; es decir, como la historia de la puesta en escena de la 'nación
ii:naginada' y, a su va, como una fuente fundamental de h1 e:-.istcncia de una con-
ciencia común, de una identidad nacional'8' .
Las rcícrencias anteriores sobre la utilización de la a 1tegorfa de cuhurn po-
lhica dentro de ;1lgunos estudios históricos nos pcm1í1en Vl!r que, principnlmen-
te, dicha categorln ha si.do de utilidad para la comprensión de fenómenos como
In construcción.de la identidad nacional, lns relaciones entre Esbdo y ciudada-
nla y la conformación de la modernidad politica. /\ partir de sus an:ilisis, es1os
autores han mostrado las principales tensiones en torno al orden social estable-
cido en diferentes coyunturas bistóricas, dnndo c>q,licación asl :1 los rasgos c,,m-
tradictorios que definen nuestra cuhura politicn en la actualidad.
El recorñdo hecho hasta el momento nos ha pcmiitido entender el proce-
so de constitución de la educación como un campo político, intelectual y cultu-
ra l definido por las tensiones existentes entre los uctorcs que se ;inkulan al
campo. De la misma fonna, se han idcnúficado las principotes corrientes de pen-
samiento respttto 3 la cultum política y las distintas apropiaciones efectuadas
sobre tales corrientes en el contexto colombiano y lilS categorf:ts y perspectiVilS
anallticns centrales para el estudio de la cuJturn polltk~ en nuestro p~ls.
lln los siguientes capítulos haremos alusión a los escenarios de prod11cción
de discursos y pr.lcticas articuladns a las relnciones entre educación y cultura po-
Utica, cm los cuales órculan dinámicamente elementos de las ITadicion~mcndo-
ondns. Estos escenarios se relacionan con los debates que se han dado en tomo a

" Migud Án¡;d Urrcgo, Mad,miz;,oi:/n, ldmtJ<f,d n11,:iona/ J' cultur.i polldol, llogoll1,
Uni\=iclad Ctntr•l- Dll.!C-, C<>lcicnd.», t99ó, Informe final de ln\'cst1gación, p. 21.
" lb1d. p. 2ó.
u: fOINO .-. Lil at..t.AC''.ICHOt
,n~l"Er:-TtYU ,., ... A\.tTtC:A5i 65
P.liTXI CULfl;Jlt. J► OLIJICA T IDl'CACIÓ)f

duoición pública, los proeesos de construcción de democrocin en la escuela,


...:mic.'OS contextos y Jctoressocia)es comprometidos en la construcción de scn-
~-sobrc la cultura poll1icn y las tms,onc.s históricas que han dado fonna a las
~=s cu huras polttlcns en el pals, A continuación haremos referencia a las
~cidades del debace sobre la educación pública y a las tensiones que 1uvie•
.nguemre Es1:1do, maestros y otros ae1ores sociales y poUticos de la vida oa-
1:n lomo al Sl!lllido, definición y orientación de dicha educación.

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