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DE CULTURA POLÍTICA
.EN COLOMBIA
Proyectos hegemónicos
y resistencias culturales
~ . ...
~ .
Contenido
Prólogo 7
lntroducción 11
Conclusiones
.Bibliogrnfü1
Prólogo
<úmr.norud,O.-,,J.,hdJy.,·--
q11<11nf~.J~.Ú¡:cWlk.1Ja.kllf1J/1,u.1,
dl':Sdt-1.t h,:ltrr~~cid.Jd. /,1 trmpor,1/id.JJ.vl.t subjn:frlJit.J.
el
n ei;fuerw por pensar pa.is las ciencias
plurolmenteel sociales neGesltanDlll•
Epns, en los que re-conocer los muydívcrsos planos
parn poder mdugarlos, conocerlos a.fronu,rlo~ socialmente.
dad y
en que se muevf!!a re:ú,~
Y hay un pla-
no de realidad en el que durante mucho tiempo pa.rectl que en Colombia no se
movió nada: el de las cul tur-.u políticas entrapadas durante más de 1111 siglo en
el bipartidismo excluyente. Pero quizá esa inmovilidad em menos un dato de lo
real y más un ingrediente deformante de la propia mirada, incapaz. ésta de rom-
per el cfrculo en que se movfo la idea misma de lo po/friro por más críticn que ésta
se prodamara. Ha habido. y no poco, pensamiento critico, que se limitó a in-
,•crtir las posiciones sin cambiar renlnlcnte de plano. y por tnntoincap111, de pen•
sa.c los cambios que lo rebil.Saban, y CU)'a dino:ión no se ajustllba a Jo pro)-ectable
ni a lo esperable desde aquella otalaya. Este libro, aunque se refiere explícitamente
a los últimos veinte años-y más espcciolmemc a lo sucedido de los noventa has•
13 nhora- introduc.- en la agenda.de l.u ciencias sociales del pais un proyecto de
rellc:dvidarf que es necesario y urgente ampliar, al menos, o tod.i. la segunda mi•
tad dcl siglo XX. Pues su pivote, el concepto de culturopolitiro en su versión mñ.\
radical -<:Sto es irreductible al de ideolcgl,1 en el mundo de las íu¡uicrdas tamo
como en cl de las derechos, y no 01ó11otd.sta puesto que nombra algo plural)' he-
terogéneo• es justamente una eloborución de los uhimos veinte años, y su opro·
piación latin03mericann nun mas reciente.
...a ... ,Tallt,OIÓN DII t;Ul,1URA l"OJ.IT(f," El'! r r)((IMll!A
•• u,,..,, nzo1,-,C)N1t:t1 , ,1 ,., ,. , ll' a,. 1,
Lo que e.scc libro recoge es,, la vez un "estado de la cuestión" en que se halla
.la formulación del concepto, que permite cambiar de plano pura hacer pensables
ciertos movimirn1os. dinámicas, de lo potrttco, )' un documen1ndo balance de
lo que desde ese pl,1110 St' ha come=do a prnsar/im•estigar en Colombia. Yaun-
que remñ11a101t•mese recorte el c;impo de fo iiwcsti¡:ación al imbico de las cul-
turJ$t'duca1iva.s, lo ,1uedesde ahJ s.:h"a:oreabler11'.<J11/t•es muchísimo má.~ancho.
No estJ de mas ad:irar que lo propio de un concepta, en el sentido en que lo en-
tiende lll Jilosofb contemporáncJ, esto es aquello a lo que da ~cccso, no es a al-
guna csenoa y aun ni siquiera a la referencia, sino n las rontomo,.b canligur.,diJn,
la ,r,n.11d11di1n dt- ma1'1J111t'nlt'JSy tro}~v:toriaJ de lo que .1conti:or:,'. Y es en ese senti-
do que ,.., el principal aporte de ~stc libro: a ~xplor.ir los contornos y trayectos
dt fo difl;imia, ¡,o/frica. 3 contracorrien lt del dualismo 101clectual que aun se so-
laza en oponer mod=i:i.ación d mt!dernidad porque aqu{ nunca Ja,11tecc al¡,,o
en polit1ca, y deJ refranero populnr segun el curu "si algo cambia e< para que nada
cambie-~ Con lo que ademá.~ de lo uuro de ahrir que es el cenojo parcccrfnmos
esror convencidos de haber perdido In llave. Pcn;, aun en este dcsesperanr.ado país
el gJJilro110 "e pur si muo ve" rCSlli"lla y alienta búsquedas que se opoy.in en la cner-
gfll del "futuro olvidado en el pas.1do"J.
De lo mucho sobre lo ,1ue nos inforll\a v ensena • este libro, creo indispen-
sable rclievnr trc~ apone$. RI pnmero <'$ que el rastreo por las canterJs de don•
de se ha cxtr.1ido y fonnado el conrepto de cu/rur., po/faa, no se ha quedado en
él ámbi16 de los poli16logos del N~,amcric-,mo o ruropc.'O --que t$ a lo que nos
tienen acostumbrados en Colombia cnsi todos los LrObajos de ese género-.sino
que ha b:,jadoaJ Sur/sur, esto es a la rncnosprcciadll riqueza del per1.1amien10 la-
tinoameriomo -dcl ffiC';\;Íc;tnO Jorge Alonso ni argen1ino Osear landi, del chi-
leno N.:,rbert Lcchncr JJ, también .irgtntino, Ernesto Laclau, al bolil•iano
Fernando C,ldcrón y al brasileño Mario ti.os Santos- p=do por un ddalla-
do análisis del traba¡o de apropiación e invención colombianos. !!.se doble ;ire-
rrizaje del rastuo -en América La1ian y en la C~1 lombia que piensa mh
latinoamcricaoamentc lo polltko-Arturo Escobar, Gonzalo S.lnchez, Maria Te-
n,sa Uribc. Pedro SantanJ, Gabrid Re:ltr~po. Marco Raúl Mejla, Frnocis..-o Gu-
tic!rrc1., Fabio López de la Roche y los autores de t5tc libro- ho servido p;1ra
llber:tr al concepto de cultura poli tia de los muchos resabios melllfisicos y ra-
111 es, prop,S;no: Gilles Dcleaze. l·<lix Guamm, Qu'cít-t'<' la ¡,hilo.<oph1<·.~ l'ocis, Ew110•
n., Je Minuil, 1991
J W•hcr lknJ•min. "T,•.ili de fúosofi,1 Jo 1• hut<>f1'l" m LJisrnr.,<>,< ,nr,rrum¡>idos 1, MA-
drid, Tauros, 1982.
•o(íl '10P 19
donatistas que lo lns1rnban descubriendo su denso mcsfü.ije de corporeidades
-pasiones y géneros- subjetividades, dÍ5CUrsividndes, socialídades y ciudadanfas
mesri~~ y hctcrogéncns.
El segundo apone cstratégko es hnherasumído la euucación en <u más nn•
cho y a la vn ajustado sentido, el de =po mrd,-c,ual en d que caben otros ne-
to res no directa ni corporntlvnmentc ligados al ~sistema cducath•o': otras
dimensiones que las tcmatizadns por sus profesionales)' técnicos, y en el que son
annlizabl~ dtsde otr.1~ dirncn~iones algunas de las incrciJ.s más rancias y tena-
ces tanto de los csromentos gubernamentales como sindicnles.
Pues concebida como "campo inrelectual" /.1 ed11e1c1cJn e:; ,·ísra como "espa-
do de poderes y saber-es en disputa': y por lo tanto imerpdablee intcrpefoda por
acontecimientos que 110 tienen lugar en su im,·riory por ncrores siluados fuera
de sus muro~. Las cultura!> poUtica\ de la escuela colombiana aparecen así
tensionadas históricnmentc.> no sólo por las ideologías de los p3rtidos liberal/
conscn--ador sino rambién -de!.de hace ya bastante.< ai\01-- por laq utopl:ls de los
movimientos sociales (desde los indJgenas a los más fuertemente urbanos) y por
los proyc.'Ctos de país que construyen discursil/\lmentc Jo~ 111telec111nles y los me-
dios de comunicación. Adem~s de que= culturas escol.1rc.~ hacen parte de la
batalla que libran -lllmbién desde hace tiempo péro sobre todo w los últimos
ailos- las cul1urns hegemOnícas con la$ cu lturas populares subalternns y las
contraculturas juveniles. Si la actual concepción de In "cultura polJtica" coloca
en primer plano la existencia, y los procesos de construcd6n, de los sujetos, es da-
m que Ja educación jueg;i un rol cent rol en esos procesos: en In idea misma de"su•
jeto• con la que trabaja "el ~islem3': t'S decir en la capacidad de autonomía, de
cuestionnmiento y creatiVJdad, atn'buido n los sujetos del aprr:ndizaje.
Y d tercer apone se halla en haber analizado como cl escenario socialmente
más significati,-o de las cu11uras politic.is de hoy, el construido co Colombia u
partir d~, y en torno o, la lll'9odaciót1 dt• conlliccos. Que arranca con la asunción
del conflicto como indicador del gr.ido respe:,~•rded!ft:l't.'Ildascon las que puede
convivir una sociedad, marcando asf la salida del laberinto mctafisico en su ól-
tlma reencarnación, que es IJ modc·ma opo,ición entre conílicto y orden. Es en
C$<' terreno donde la investigación social colombiana está yendo más ni fondo de
ción como forma de participación política. Simulacro que puede tener lugur
dentro de la tseuela o a trávés de los medios mJ.Sivos. como el que proponen las
tramposas compcrendns (On que d ocrual gobierno del sector 111tcnta hacer l.,
mu)' conservadora "revolución" que, de estos países, esperan los organismos ,11
sel"\icio del capital competitivo y competente. Mientras en no pocos pafses de
América Latina. In "revolución de las competencias" ya mostró lo ilusorio de sus
milagros pedngógicos y lo peligroso de sus complicidnd<:$ con la m,:tual obsesión
empr=rial porque tDtlo lo que se aprenda~., e171luabft! m esmnd= di! aúídm:Í',
en Colombia nun se pretende s;1ll'J.mos llevdndolas hasta el ambleo más básico
de la vida y d cjercicto dcmocrábcos. !.ns posnnodemus comp,•ri:nd;Js vendrían
asf a $\IStituir 3 las tradicionales 1irtudcs cri.uinnas: uinto en su idcn:lización dcl
individuo que, en su líbrc albedno, se dora a s1 mismo de ellas y con ellas respon-
de nn1e Dios --<:Unlquicr par<'ciJo de eso con el selic.,lvinista y norteamericano
no es coincidencia sino equivulencia; romo en su capacidad de snln1mos, o ~ea
de posibilit;imos encontrar trnbajo: cl más desarrollado modelo de empresa
también v,1lora hoy mucho más lo logrJdO individu;umente que lo aprendido
colectiva y solidariamente, hasta el punto que los capacidades de cmpl&abih'-dad
se evalúan sin ningun,1 referencia a lo estudiago y sólo con base en lo realizado
virtuoSllmentc, es decir compemivameme.
A.d pues, también las culrurt1.í emprt!.mriale.scompiten hoy, se disputan, la
construcción de suje1os en Colombia, y el sentido y alcance de los estánd.;ires de
democrncia que tenemos! Abrirno~ lopolftkopara que lle,,emos cl análisis, la cri-
tica y los proyectos de pafs hasrn ah!, constituye el verdadero acierto y In wlío-
sa oponunidad que nos brinda este líbro.
15
n•lPICTIVA\ \'\f,Ut-lt~U f.M TOIN" A t.,H ltll.At.lVNIUI
u,--r., CVLTl.iaA ,.OLhU.:A T t.U\IC.ACIÓ:,i
Almond y Verba, Th~ c;,,,c Culture, Fblu,a,J •➔uitudes :md Oemoar11:7 én. 6,-., 1\":1tions.
l'r!ncctun, Pr!rn:cton Uni\'trsity l'r<.<5, l96J.
4 Boa,,entura ~ Soulo.l San11,¡ y Lcoo.rdo A>ntur, ~P,ncl. ""'3 ampliar el canon dt-
mocrático", foro Soci..J Mundial Tem;!1ioo, Cormgeno, 16 aJ 20 de junio de 2003, \!cr:
www.fsmutrg.co.
18 ..... CO~f1'UtéC I ÓS Ot CUI.Tlla' f!Od t ! CA rs ( ..0 1.0).tilU
Pt.OT.CTOI fflC_-tMG~ rt·o1. t •ElltTIJWCl.t.l CldT'-il4l.l
•
J4 C(')WHkUc;c11b nfl CULTtJfl,11 1'01 flfCA HN COUUUIA
ttllOTICtO) IIIOIMt),ill t:O , T alJ.CUI.HC IA, t l r t: ,A.IU
"Cit>do p<ir fnnci.sa> Ucra, "Enfoque, en d clludio de Is cuhuro político", Op. dt.,
p. 59.
u R. Mctd111'111, Op. a ·t
Pfll,-fl li( fl \'All ,_t,,U J1' 1t ... -. lí N h1"~t, A l,1" IUtL AC lfl Jri' U -
u n u . t.llLlL"•A t• o tlTl (A " tD ~C:. AC IÓ):
12)
las acaone\ pollticas nosesnúan en el om:I superfk10J, o externo,sino que nc-
n<n un dc1<nnmado sc:nudo anterior. un !<'ntidoqu~ i,e ,-:, 3dqwriendoa partir
de los usos y costumbres de la comumdod. Este sentido unnnulado crea sig•
nifu:i,cíoncs cn1rclos mimlbros dela comwúdod, que n su vase, crroducc11
y forman codigos intmubjetívos. El problema de m,-.s11gaaon oq\11 es lleg•r
hub C!IOS códigos y para esto Ll. t&nic• de los illltucsw. • grandM poblacío,
nc.s no es úttf"M
Con respe<:10 a la sociologin cultural. podemos rescatir los apones de au•
torcs como Pforre Bourdicu, quim trJ ¡m-cisado las carue1c,rl;ti..is de fa politi-
Cll, entendléndoln como un campo delimitado y autónomo de otras esferas de
lp social. Apoyado en Durkheim, Webfr, EJ.ia.l, Mnrx y Gramm, entre 01ros, los
concep1os de c.impo y dt- babirus le permiten d•r cuento Je las luchas y conflic-
tos que :IC establecen en tomo n In opropiución de los difercnlcs capitales que exis-
ten en la sociedad, por parte de los dh·enos 3ctorcs y grupos sociales.
l!mend,endo el capital político como una formn de C1pital simbólico17, pnrn
Bourdicu coll$Ídcrar la pcrspecti\'n lili1ório y eón textual t'll la que se sitúan 'los
fenómenos polfticos hace parte de una postura teórico-mctodológica importan •
te. En sus palabras:
"b,1¡0 pena de oatura/inrlos tneCllnismos socialcs que
produa,n y reprodu-
cen li! esci,i6a cn1rc los'agcntes polltkamenic •cth'Os)' los 'agentes pollucos
p.u"-os' ydc consutui,- en leycs•t= los r,guluridadcs b.istóric.~ ,'\\licias dcn-
1ro de lo~ llmitc:. dt un csta,kt dctcm1inado de la diSLribución dtl capital y, en
p.irtirular del c,pual cubuml, todo nru\b.sis d, la lucha polit,ca deb~coloc,r en
su fundnmcntol~ detcrmi1w11cse«1nómkos ysocialcsddadM1i6n dd tm-
bajopolllko"",
Como puede verse, Bourdicu plantea la.s tensiones que se dan respecto al
capital polltict•, entre los prufcsiooalcs cspecilllizados ~" el c.unpo y lo• duda-
dru,os comunes, debido 3 la cxistenc:i4 de un voc.ibulario especialiudo del que
se apropian lo~ prof~iouale., y que pul-de dejar por futra al rolo dela población,
al comtituirsc el lengua re polltico en un código que sólo puede ser descifrado por
•
24 t.A rnNtt 111ucr1/\f'/ ott f'I t 1ll1tA. rn1 ,r,c, •"- Cuaou ■ rA
PáC'll'tCTOI nt<,nCl\Nl(OJ, 1' IIIUI IITO,!C.IAI c.1.•ltu1.un
los 111kiodos. No obsrante, precisa como "en realidad, Jo que hace que esta cuJ.
tura propiamente politlca perm'1tltzcd inacc<'Sible al m3ye>rnt'rmero de perso-
nas, no es tanto la complejidad del lengua¡e como fa complejidad de las relaciones
sociales conslituti\'as del campo politico~19• En el fondo de esta lucha por el ca-
pical polirjco se: encuen1ra una tensión por el control y monopolio de la elabo-
ración y división leglrimn dd mundo social, as! como de los ins1m111m10~ de
poder ,¡ue regulnn la cli.11:l.mica del campo poULico en tmas condiciones sociales
cspedficas de ex.istcndn.
Com¡,lemcnmndo la mit-~d.1 del maQi~1m,, que pl'(lponía que la concien-
cia de los individuos cstabn dada. fundnmcntalmenre, por la posición que éstos
ocuparan en el apara10 productivo, el lú.sloriador Edward P.umcr Thomp$on
ntirmó que, ademá.~ del condicíonamienio económico sobre la formación de la
concic!ncia de clase de los su¡rtos. la cons1n1cc.ión cultural (histórk:a) que los gru•
pos humanos realiwn, juega w1 pupcl imponJUUe que debe ser considerndo par-a
el análisis histórico. En esta perspectiva Thompson ano16 que: ªobviamente,
In conciencia, bajo la forma que sea -<orno cultura no autocon,;fontc, como
mito, como ciencia, como ley o como ideologia articulada-, ejerce 3 su vez una
Jcdón retroaccivu sobre el ser: del mismo modo que ul ser es pe!L~ado, el ¡,en·
s11miento es vivido. los seres humanos, demro de ci~r10s lfmítes. pu,>den ,i,ir
las txptcr3th-as S()Ciales o sexuales que las cntegoria.~ co11ccp1ualcs dominan-
tes les imponenn10• Para Thompson, en el campo de la cultor~ están en juego
signi(ic:idos relacionados con el conflicto de clases dc la sociedad y, por ende,
d reco nocimiento de dic.ho campo resulta íundamen1al para comprender la
d103rnica de la consmución de los su¡etos históricos. IA1 culiura ¡med~ enten-
derse. ~nlonces, como un puente que facili1n la rdación r1ure la c.~pcricncia in•
dhoidnill y l.u relaciones sociales!1•
En cst11 pcrsp«t1va marxista resulta hlmbién importante la pregunt.1 por
la oonstrncdón his16riai de la heg.:monla y los continuos conOicti»socialcs }'po-
Uticos que Lienen lugar en torno a. LJ primacfa de uno y otro bloque heg,móni-
co. Asl, cl estudio de l:i. cuhul'J poUtica estariu interesado en "la consideración
histórica de la emergencia de distunas hegemonías en conflicto, el nnálisis crin•
"!bid, p. 10.
~1 Edwurd Palm<Tlllom¡,,an, Mi5en:.de l1t,on.,. ll.>-m:lon•, Crit1c,, 1981, ¡,. 21.
" Fronciiro Llera, •J!níoqucs en el estudio de LI Cu11uro Polhia", Op. ai, p. 46.
n En ore ;as¡,ecio b• sido ,-:Jluw el apone de Mt.:J,ell Vovclle. !d,u/Q¡;f.1.q Meulirli1l.,,Je,,
&rcrlona, Ari<I, 198~ ú mmrJlid.td m "O!uaonm.1, Barccloo•. Crltieo, 19$S; llogcr
ClL'lrllet, El mundn <'t!nJO rrprr,mtxH!J1.. ffumrf., tJJ!run,J; mur pr.Jaic;,s I" l'C'J'rt'lmtl-
dancs, Oarcdona, Grdisa, 1992; Pc1er Burl«, /,/J n,1ol11e1ón hisroriogrJfi,:;, fr.ut<YM: b t!r
m,/Jdd1JSA1111a/,s, J92Y- /9$9, Jlorcdono, Ccdlsa, 1996.
"Justo &rumcndi, · t.a cultur• politic;t como objc10 histonognlílco. Alguna, cuotio•
ne\ Je mé1odo': ali C. Almw,ia <:ulruns J' d ri/iz;,dm10. 111 Congro() J,,úAsod.vd1ln de
HJ.uori:1 Cnntcmpordn,,., v.,11,,dohd, Uniw:r..dad dr V•llod<1lid, 1998, p. 78
"~rChanier, El mund<> romo rcpre.<entxión. HimmiJ eultum/.- mm,pnfcricn.r,v rc-
pretml>lÓOná. &r.dorui, C.cd""- 1992. p. Só-S7.
'" co,-,4'tll!CCU~,i,t .01<. n·u,: .... POL!rar ... u, C~lOMIU
PIO fU"fOI 111.Jt:IV~tUCO ♦ t III UTt)ICl,H Cl·t.TL•Attl
es de la reali- uavés de un sistema simbólico que "incluye manifcst,1cíones toles como el discur
uc hacen los so, los rituales politicos. el lenguaje, la arquitectura, los mitos de In cosmologla
�
d enridades so política, los emblemas, el uso de tiempos y espacios•r.
r último, las A esta serie de acercamientos, diversos autores han agregado otros rompo•
�. de grupos, nenti!$ que permiten dar cuenra de las fisurns que cxperimenllln las sociedades y
In multiplicidad de intereses que están en juego en su seno, resalwndo la impo•
rica, con el sición de un modclo hegemónico que desconoce otras tradiciones de cultura po
la consoli- Utica y sus maneras de articulación demro de las sociedades concretas. Este
n&lilución de enfoque pennitc abordar la� resistencias, las confrontacione.�. las propuesms al
�de lo de socie ternativas, los 111terescs de las clllSCS subaltem3S, tnlrt otros aspectos. Esto lle·
s, un ideario varia, incluso, n no comprometer la noción de cultura politica en una relación
sid
! o asimila univoca con el Estado-Nación, dnndo pnso a la noción de culruras p<)l!ñcas en
cetc.im1entos plural, varin.s de las cuales pueden coexistir dentro de un Estado-Nación e, in•
l pa ra Larissa cluso, por fucrJ de éste.
con la cultu Resalt�ndo de manera más clara los asp�to, sociafos que están en juego en
trh: en la que la construcoón de In cultura p<)lfUca, Fab,o lópez, de la Roche define ésta como
eologías. Por "el conjunlo ele conocimientos, sentimientos , representaciones, imaginarios, vn•
kas, hábi- lores, cosrumbres, actitudes y comportamientos de determinados grupos socia•
<'s constitu les, partidos o movimientos polf1icosdominante, o subalternos, con relación al
.s gruposo de funcionamiento de la acción pollti<a en la sociedad, a la acti,idad de las colecti
vidades históricas, a las fuen.u de oposldón, a In relación con cl nnt11gonisu1 po·
><:iedad, Adler lítico, etc.". As! mismo, destaca la complejidad constitutiva de los proasos de
:st persistente co11Strucción de la cultura p<)lltica y In necesidad ele realimr su rstudio temen
oconsecueo do en cuenta la perspectiva hi.ltórica, afirmando que:
,tórico s, aun "La ronmucdón dd• Ctlhur� pollticaMedlsarrollam un proceso his1órirode
nopone parn complejas inicracciones entre distintos ociores poUucos y sociules Cp:irtidos po
s) c;iraC!l'rfs Ulia:>$, gremios «x>nórnía;,s, movimia1tos sociales, milii.ucs, inlmClurucs, hom
imc en la his bres de Estado, etc.), instituciones y escenarios sociales como la íglCS1•, la prensa
edcs sociales y lornltdios drromunicación, losct'Jluos de investigación y llLs inslitudones pro
raunbio quc duetorns de saberes c-speci.,lwdos, la tduaóón. b í.imilu r la vid.! cotidiana, y
\ �r vertic.1- las idcologlns y ooncepcionfs lllosófic:u.� oricnradorns a1 dl�tintos momentos del
l)S, dc lo que
desarrollo e<onómico, poHtícoy soo�I de una-$0Cí�d dctermín.1d.l"".
:dominio de
Ir.ka (ej. 3U•
gitimadasa
"Jhíd.. p. ¼7 r33;..
ll Fohio LópttDc I• Roche, -rr.idicioncs de cultura poUtioa en d siglo XX'; en Miguel
Eduardo Qrd,nus (coord), Modemídml r so<ied,td poi/tia, ,11 Colombia, S:mm fe de
llogo1ii. Foro N>cional por C.,lombi>, 1993, p. 95
28 ""' ("0)1; t • ~,;ClÓN T)ltl CIHH'ª " l"QUTtC:Jr. ru. Col l;)'.\lnl.\
J' ll0Y t .: Ttl .!- .,,c; , ... o - tco, • ll t tl•Tr. kG-t 1, t:t.l"Tt;a ,t t-•
~ Jorge Alomo)' Manud Rodn¡¡uez J..opuent<, "La cultura polltk.i y el poder en Mbi-
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l"Ehfltc:fl\'A.$ A~o\tlru:"" ..,, roa-.·o .-. l.,U l.U.ACIONU 33
t!)J'fjlll CltlTUllA flO.LfTU!o\ 't liOIJ-C.ACtÓH
tica, invisibilizaodo los aportes que se han hecho rn lo referente a lii.S identi-
dades col«:h,'.15 y a hu culturas no hegemónicas, :ul como a la ímpor1ancia
de incluir me10dologfas de nmllisis dr curácter cunlitativo, que son elemen-
tos importantes respecto al recorrido histórico que ha tenido el concepto,
n su ampliación)' n la posibilidad de utilízarlo como hcrr.imicntn analhica
e invesugntiva.
En términos gencr3les, los en foques y aproximaciones robr-e cultur3 poli-
tica pueden ngruparse en dos gr;indes tendencias, una que pm<ik-gia d enfoque
en 1omo a 1~ individuos, entendiendo la cultura como noonas, valores y ncti•
tudes individuales, g11e hace c¡ut sea m'1s propensn n la utilización de té.:.nicas
cu:mtitath.-.u y masivn.s pJra su medición. La otra tendencia se preocupa mis por
l.1~ 111anifcsrncione5 col«tivas dd fenómeno de la cultura pollticn, concibiendo
13 coltura como red de significaciones sociales y lo pollt1co como manifestncio-
ncs qae rrbasnn lo institucional ylo hegemónico. Ahora bil!ll, teniendo en •-ucnm
1.-s distintas herencias teóricas del concepto de cultun1 poUtica, podemos con-
cebir la mi.m1a, en un $Cntido amplio, como ti conjunto de prácti(;is y reprcscn-
rnciones en !limo al orden social ts1ableddo, a las relaciones de poder, a l.i.s
modalidade. de partjcipación de los sujetos y grupos sociales, a las jerurqulos que
se e5tnbleccn entre ellos y a 13.'i confront:u:ion~;. qu.e tienen lugar ot!ll los diferen-
tes momentos históricos. De esta manera sus relaciones no girnrfan solamenh!
ni rededor del Estado nacional, siendo posible identificar la existencia de diferen-
tes culturas polilicos dentro de las socil-dadcs, al ti.cmpo que co11Siderar cxµrc•
siones culturolcs no rdncionadas de mancrn cxpllci1a con la csfor-0 de la polltica
pero que inciden en la constitución de modelos y ~utas que repercuten sobre
elfo, Así las ros.is, d concepto de cultura polltic.1 &be permitir \'Cr In rique,.a de
los procesos de construcción culturnl e lndognr las dinámica.~ de los diferentes
"subculturas políticas" que convergen en un momento histórico csp<!dfico.
Pero, ¿cuJlcs son, en este con1CX10, los procesos, las estrategias, a tr.wés
de fas qae se conSlituyen las culturas politims7, ¡cuáles son los escennrios en los
qut 1e llevan a callo procesos de formación rclucionado~ con las divcrsasreprc-
sentadones del orden socinl, a sus jcrarquÍilS y al lugar que ocupan en él los di•
verso, grupos, actores y sujctos sociales?, ¿qu~ sujetos, qué prácticos socínlcs
tanto discursiva~ como no discursivas, están involucrada.~en este tipo de estruc-
turaciones?, ¡de qué manero ln educación contribuye a la constitución de idcn-
tidade.s pollticas?, ¡cuáles son las relaciones entre fotmdción ciudadana y
modelos de cultura poUtica? A continuación haremos alusión n algunos ele-
mentos ,¡ue pueden !Se"r de utilidad paro entender dé qué man~ra s:.: Uevan a cabo
estos procesos.
IPIUl:.PICTt\',\II i\.'CAUJ::lt;At t;!'f TOll'íO 4 U~ ■ ,iC,,\C'll.lSt~
fl!lt1'1Ut C.'l l l,l l)IU POll'tlf,. Y IOl't!,\Ut')N'
135
1
Desde cst:1 ~rspect1Yd, 13 vmon de Ourkheim ronstituuú el fundamento
de ta 1endcncia clvica en 1omo u IJ tducaclón, estableciéndose In idct1dd papel
dé.'l sis lema de ensci\nnza publico como garante de la formación ciudadana, puc:s-
lO que, a través de él, se posibilita la difmión y apropiación del ideario dcl Es1a-
do-Nación por encima de cualquier otro tipo de pertenencia social. Esta visión
ha encontrado diferentes '"'riantcs a lo largo del siglo XX, asumiendo mnúces
más liberales o conservadores de acuerdo a coyu muras especU1cas ya los diferen-
tes contextos sociuhistóricos. En c,tos matices está. en juego el papel que se asi¡¡•
na al Estado y3 otros esferas sociales, dentro de l;iscunles sccncucnrraJa religiosa,
uno dt' tos terrenos más evidentes de ta dispuro en 1omo a la hcgemoma sobre
las signifiC:1cioncs cuhurnks que tienen lugar en In sociedad )', en este scnlido,
sobre lu forma de cn1cnder la función social de la educación, los contenidos y
modelos pedagógicos a ser es1abkcidos, entre otros. En slntcsi.s, sobre et tipo de
ciudadano a formar.
De es1e modo, se podrian id(nrificar dos polos hada los que 1iendcn algu•
nas vnriante& del modelo ch·iro. De un lado, la pcrsp~ctiva liberal en laque el Es-
tado es el referente para la elaboración de los fundamentos polltico-culmrales
desde los lJUC deber{rul educarse n los ciudadanos, )', de otro lado, un polo m.1.s
conscl'\':ldor que asigna a la lglesia el papel de elaborar dichos postulados, en la
medida en que asimiln ttíci ., mornl y piensa los comportnmiemos cívicos ba-
sado$ en valores mor,1lcs de ,aráctcr rdi¡¡i¡,so, aunque se adscriba dentro delpro-
yecco de consolidadón de los Estados nJcionafos..
El enfoque civicn en sus difcrcn1~ ,'3.ri.ames se ,lpo)'.I, como lo cxpresamo~
,11 comienzo. en una ,de;i r~.ringid~ de ciudadnnm, pt1es posee un concepto de
democrncia de baja intensidad de .1cucrdo al cunl In dudadanfa c.i pensada en
térm inos de representación restringida y con énfasis en los pcocesos electorales,
lo que tiene lmplicadones sobre la m:inCTa de concebir las snbje1ivídades poll-
dcas, prcf~rcnciando la c51ructuraci6n de sujetos pasivos más ocostumbrndos n
"delegar~ en sus representantes que a constituirse en p.-otagouist:aS ó, por lo me-
nos, en 111 tcrlocutores v~lldos parn Interpdnr a sus repr=ntantes, ni tiempo que
interactu:i.r en ottos esccnanos que tienen relación con tos funóm~nos políticos
y sociales.
En oposición aeslc upo de concepciones, para In segunda tendencio, In for-
mación ciudadana no tiene que ver, de manera cxduslvn, con el rcconodmien-
10 de ciertos debere.s y derechos de lo\ indhiduos, en tanto actores politicos )'
titulares de derechos, sino con IJ construcáón misma de los sujetos en las socie-
dades actuales. Asunto este que desborda d aspeao de los mecanismos eleeto•
rales y la esfera nrncropollncn, pa-ra resignificn,· expresiones politicas y prácticas
.. l!KOtt.G'rlV,H ""'AlhH" \li l(N r-l11t,o A &-A> lr:lACloi,:a 37
l!'-:TRt l'"tH1'CaA POLÍTICA. Y llUIJCAOIOl"
ll)(j;afes que incluyen otrns formas de relacionarse con el Estado y l.i sociedad,
i:duymdo aspectos de la vida cotidlan,1 y de la vida privdda de los individuos.
EJ:..s ídClls enaientran antecedentes en los principios políticos y pedagógicos
.k mions como John Dc"'ey. quien mo51ró la impon:ancio polflic,1 )' pcdngó-
p:a de la eduCJcián d\'ica, al tiempo que hizo hincapie en la importancia de
,. reconstrucción de la cxprriencia hu mona dentro dcl proceso de con.struc-
.aon democrática.
Este tipo de ideario fue profundimdo en décadas posteriores por pedago-
GOS e intelectuales que adhirieron :i est3s conc~pciones de democracia }'
mf.niz¡¡ron en las prome.~as incumplidas del modelo de la democracia h"beral.
De CStl manem, corric:ntc, rcprod uctivista~ devélaron l~ mecanismos de repro-
~ón ideológiai que tenlan lugar en los cM;enarios educa tivos, a la vez que
mmt:rnron la función de la edue1ción en la formnción de sujetos políticos rn
.-xmsonancia con el orden social vigente. Dentro de esta p=pecti,11 fueron im-
portantes los apones de Pierre Bourdicu rcspecro al papel de la educación en la
c.:mstitución de hábltus sociales que contrlbu)•cn ,1 l,1 estructuración mentol y
mn.,•a de los sujetos. :isl como n la confonnncion de estilos de vida, puesto que
i,es <b pJutas para la acción social y política;,;. B.wcb en una ideología de igual-
d.ad, la cscueln cumplirla una doble función polfti~, por un fodo legitimaria IB.S
fflrqufns sociales y cconómicns .i tr.ivés de la ncrl·ditadón educativa y, por otro
bdo, este: m=ismo inddiría en la participación política, en In medida en que
b escuela. prmlegio códigos de lcngua¡e elaborndos, que fueron 11nal.izados por
d sociolingü:istn lfasil Bcmstein«, ,1 los cwl~ ticnrn acceso lo,, individuos de
=nera desigual segun el grupo social y cL•hural o.1 que pcrten~,zcon, pnrn no
mau:ionar el caso de quienes no tienen acceso n la escuela. Para esta tendencia
pcts:iste entonces la idea de que la educación debe ser la base de lns sociedades
dmtocráticas, en l;i medida en que ella dota J los indhiduos de los códigos
SQ<:iolln gO!sticos necesarios pnra cunstitui.rse como ciudadanos autónomos,
puesto que usin la aptitud para elaborar la propia experiencia en conceptos
imiversalmente v.!lidos y comunic3bles, no hay pnsición ni opin ión propin-
mcnte políricas"•1.
Desde In tradición sociológica, Annick Pcrchcron S<' ha dcdic:ido al cs111dlo
de las relaciones entre escuda y socialización política, 1dentlfiomdo tres tipos de
regisuo~ a trn,•ésddos que puede lle\'arse a ctbo este tipo de análisis. l~tos re-
gistros dnrfan cuenta del contenido de la enseiiauza, la inicinción en derta.s for-
mas de participttción y el aprt•ndiznjc de ciertos tipos de rdaciones socinle~.
Respecto ni primer registro, la nutom muestra la inlluencr.i de los programas
y el contenido de los re.nos ,:scolnrcs (principalmente de materias como his•
torio y educación cívica) como una de las formas m;ls tn1dicionates a través de
las cuales los gobernantes han intcntndo moldear el tipo de ciudadano~ que
debe formar la escut-la. No obstante, frente a este conocimiento oficinl en tor-
no a lo político circulan otras formas de construcción de conocimiento más
cercanas a In vídn cotidiana de los sujetos y que, en últimas, resultan pollticn-
mentc más significntivas. a pesar de que tengan un carácter más difuso .
.Perche.ron muestra, par:i el caso de Francia, cómo el conodmimto escolar pri•
vllegia aspectos relacionados con las lll$lÍtuciones, las normas, las reglas y los
mecinismos de funcionn.mient.o polhico, dejando de lado a~pecros concernien-
tes a las luchas pollticas que desbordan el plano de la inslitucionnlidad, que se
articulan coo mis claridad a la din~n,icu de otrosespo.cios de socialización dis-
tintos al escolar.
Mediante el segundo registro sellalado por Pcrcheron se identifica, de
acuerdo a la idea de Almond y Verba sobre la vida escolar como preparación para
la vída politicn. la incidencia de la cscucfa en d aprendiz.1je de formas de pa,ti-
cipación qué repercuten en los-procesos de socialización política, ya que, a par•
tir de estas primeras experiencias, los sujetos se llrticulan a lns din~micas socio.les
y poUtkas de las difcrc111,•s instancias instítudono.les.
Respecto al tercer registro. referido a l,1 (unción de la escuela en el apren•
dí1.nje de las relaciones sociall!S, se mencionan los distintos modos de interacción
que tienen lugar en ti esa:n.irio =olar, en donde se poam en juego 1anto rcla•
e.iones horizontales entre pares como relaciones venicales. 111s1itucionales y no
inslilucionales, entre adultos y amos. Dependiendo de la forma en que se desa•
rrolle el aprendi1..ijc de estas relaciones, se contribuirá al fortclecimiemo de ac-
titudes de participnción o, por el contrnrio, n la consolidación de relaciones de
fümislón y allneución.
No obstante. nos alerta Percheron, ta inOueacia política de In escueta en
los procesos de socialhwción ha sido cu~tion3da en la medida en que se ha
id.-mificado, a través de nlgunos indicios cmpiricos, que a mayor grado de es-
colaridad hay mayor inconformismo de los cstudiames con la institución es-
colar. Pnrn Perche.ron esta situación es explicable si se tiene en cuenta que la
escuelo de h oy no monopoliin los procesos de socialización polltica, como fue
concebida por los d~sicos de la sociologia fu11cionalis1a en el siglo XIX, ya que
l"UHfCTf'l,\I ~l'IALITU.A' ali -r<taso" LAS lrLACIOtri>U
1ttr1u \'.l,'11'1.! UA t'HlhlCA f ltHU-.tr.CH):,I
,. Anniclc Pa,hemn, l:ta1k en pori, l línu: Rt.ilités et bmitcs dts pou,-olrs de l'cq,Jc
tbru lil .sodolui,l Ion políti,¡ut': tn Pnmvlrs. Rr,·1l"w fraru;aise d'ttudcs torutitutionndla
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40 lA CO~STAUCCJÓ'( tJl C\,:L-rUl.A 1bthtc:. ... tllt Co.t.ow&H
•• 1.)rrtTo, """"'º"'"·º· Y .,u,,, .. c.u, ,\.&-"l\;1,-j¡ lll
tcntíln imponer los grupos dominantes y las diferentes apropiaciones, luchas. re•
$istrncias, ul como clabornoones propias de los grupos sociales que intcgn.111
una sociedad.
Esta tendencia permite construir elementos contrah~e-mónicos al ruoddo
de cultura polltica pmvcnicntc de In tcnd,mc.ia cl\i,a y sus vari3ntcs lnícn y con-
servadora rcligiosn. que pueden denominarse como ciudadanías criticas, en la
medida en que uno de ~us ejes <le análisis $e centra enJa rtsignificadón del con-
cepto de óudndnni:l para dotarlo de mayor capnc,dod de ínterpelación a los mis•
mos sujetos- 1A anterior ha conducido a lo que se ha llamado socialización ,le
la ciudadan'3, ciudadaniz.~aón d~ la polltica u, en otros ca.sos, democracia ra·
dkal. Al mismo 11en1po, In perspectiva cullural que se introdujo en este tipo de
eufoquci, permitió 1·i,ihllizilr l.~ espe<:11icidades $0Ó.'llc$. cuhurnles y pollticas
delos grupos que mtegrnn l:i socicd3d. haciendo llincapié en aspectos como clase
social. etnia o género, e1nre otra,, 1(1 cua.l permitio entender mejor nlgllll35 par-
liC1Jl;1ridades de In sociall~cion pollúca, ~i como los aspectos relacionados con
pmccsl!S hegemónicos y contTahcgemónicos.
En el caso de In educación, esta perspectivo crítica amplió la mirada so-
bre la rcladón entre los maestros y los pl'occ,os polltíco•culturales. Para
Mich:tcl Applc◄6, los educadores están co mprometidos en una lucha por la
construcción de significados. en tomo a los cuales distintos grupos sociales
tienen intereses cspedlicos. en esta trnsión por la construcción de significa-
dos y representncioncs sobre la realidad, algunos grupos sociales logran im-
poner lo; SU)'OS como los más legflimos, tlcbído a las relaciones de poder que
manejan, aspeeto que debe ser develado en los andlisis sobre la educación.
Para John Fiske,
"todosistenia<Oci,1 n«c<im un $I>ltma cultural de >1¡;ni.lladón quesirv.1para
nunten.:rlo, para d~t->1abíhzarlo o hac:t.,fo m:15 recepuvo ni C(lmb1o. Cultura
(... ) )'Significa.lo$ 1-,Json, por lo tunIO.inhcrcn1crnentepol!ticos. l!mn=tr:ú•
mcntr im·olucr.idos ro 13 distribuoon ¡•posible rcdistnllución de lasdiíertnt~
formqs de podernmal (.. ,J Cononmiento es poder y la drculnción del conoci•
mitnlt>,,; pone d~ladistribw::ión 1odald<:l rodor. Li a¡>acid.tJ disc:wsn-a pai;;,
mnslrUirun Knndo comlln que pueda 1nsef1nrse en la vicb culrnrulypolltiC'I
es «ntr:tl en las rt:loc1011u.<odalcs de poder""
"P.ablo Ccnlili, ~lichcl Applc, Tomn Tudcu d., Silv• (comp,h Cultur•, politicl ycunf-
<ulve1,,.,,w sobtr I• crwsde:J., ,.,,:utl~p/Jb/ic:i.Bu«1osrurcs. t.o.ada, l99i.
" !bid., p. JO.
l'Slll1PIC1'1VA i A.N,Uttu;.,_s 11.N TUl!',10 A lA• UI.At.lót-:U
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"C., rlos Guerra Rodrlg\1<1., "Su¡eto, sociales. subjeaivídad y demornici• en AmmcJ la·
=~ ,~,isltr Foro, Nu. 28. l\ogo1'Í, enero de 1996. p. 50.
..J.l. lA CQHtT I \JCCtO, ur Cl1 LT\. • .., pcu.lTtCAt '"' <.:ut,H411f ,,
l' lll)t 11 C.fO t, tU \111~16MtCO, 'r at u11~ni.c1 ... Cl.lY1.a44,ft
¡:,mnanentemcnte en dicho escenario. Este car.íctcr dinámico csul dado por la~
krlSiones, controdicciones y luch3s q1.1e tienen lug.u entre los dífcrentcs actores
que :illl confluyen (sujetos. irutitucioaes, Esmdo), por los intereses de tales ac•
rores y por las posiciones diferenci.tles que ocupan en dc1ennin.1do$ contextos
históricos. Lo annerior permite considerar ., la educación como un campo, que
es-entendido por Bourdieu de fa.siguiente fonm:
"En términos an3Uticos, un campo puedt definirse como unn rl'Ci n cunligure-
ción de rcbcionC! ob1etlvasmttt rosioonrs. E.sus posiciones se ddinm ob1<1J•
\'!lmenu, m :ru aistcncia yen lasdr1erminu(i1111csque irnp<in<n a SUI ncup:mtcs,
ya SG!n ~¡;entes oirutitucion,s, ¡,ormsitu..ci6n C•irw}acrual rro1cncilllcn ln
C$1ructuro de la di.stnoudón de las difen,ntcs esp,!(ic,; de poder (o dccapirol)-
cuya p;MC<ióo implicad•=• l3.1 ganancias cspa:f6ca; que cstlln en juego den•
tto del cumpo-y, d< paso, por sun~laaoncsob¡euY.15 con IM demás posioone1
(domir13ción, subotdinildón, homologla, etc.). En lessockd,tdes ahomenttdi·
fmnciadiu, el cosmossociJil esrá co!l$1.Íruido pord con¡unto decru,smiCJO<Os•
mos.soclales relotivam,nte autónomos, espacios de relationes óbjetivas que
furman la base de =lóg¡G y Una n<ecsi<L,d csp<dfici.s. que l<lll irreductibles•
las que rigen los demás campos"",
En esta persp«t.Í\'11, concebimos la educaó6n "ca°mo un escenario de ludlas
:::rtt'rnas por la hegcmonfa de g-rupos de imelccl1mles que pugnnn por el con,rol
,2 bs posiciones y lns orientaciones discursi.-.is en el campo, y un esccn,1tio para
.,¡ recrc<1ción de los conflictos del -y con- el campo polh1co"56• Esta ac.:páón de
l:reduC:1ci6n como un campo resulta de ut.llidad m el nnálisls de la cultura polJ-
OCI ¡•n que permite anafü:ár las bilSl.'S sociales en h1S que se gener:mJos discursos
•bs prácticas pedagógicas y educativas, sus relaciones con el saber y con el po -
&r, ,tl tim1po que posibiliL'l entender In~ diferentes lógicas, intc= y acto~
sociales que allJ interactúan, asl como sus diferentes deb'jllazamientos. Lo ance-
nor bnplica, entonces, que el ,dmpo cducam'O no eslli "unificado alrcdedor de
ctereses disciplinarios, sino que es un campo fragmentado de proyectos 1eóri-
.:os y-programas irn'CS!ig.iti\"oS que, en rugunos =•
cocxi1tcn con los progra-
!:l.lS y proyectos hegemónicos dd Estado" , 57
Picn'c Bourdicu, Loic Wocqu,nt, Rosp11,st11S ¡11ir una J11/ropologfn ,..o,;,;.-.,, Mtxico,
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Qo.l'IU. C'UlHntA i"Ol.ÍTIC:A Y' llbl:CAl;lÓM
As! romo los suic1os intcrpr<'l;IJI y dan forma a las disposiciones legislati-
\,J.S}' a los eswdios y diagnósticos daborados por ti gobierno nacional, rnmbitn
el Esmdo se apropia de las elaboraciones que riencm lugar en la sociedad civil y
bs recontex1ualíza en ar.is de alamzar legitimidad en romo a sus propios intt-
rrses. Respcrto a este ultimo proceso, Mario Dlaz nnob que "[los) nuevos e.ex•
!03 [ del Estndo l incorporan objetivos, temas, conceptos, enunciados y teorla.s
¡,miamenie rcrnnocidas e idcológicame.i.llc $cleccionad:1s ¡• est.in en correspon•
dencia con ideologlas, estr111egios y obieu,-os polhicos definidos. Ullll vez que los
.1WeVO$ texto$ han sido rccontei1ualizndos prop1,n:ioná.n un soponc parn l,1
implementación de los principios dndos en cl campo pedagógico, bajo In. forma
de discurso pedagógico oficfal, en su realizaciones ínstntccioml >' cegul.1tiva"6.I.
Junto ru sector estatal podemos hallnr otro nc1or con incidencia en 1~ es•
1mc1umción del si~tema educativo colombiano. Estamos haciendo rd'erencia
rrindpalmenle a In lg.lesiu Católica, institución que desde hace más de cu:rtro
ligios ha esrudo presente en los procesos educativos de la nación. Este poder en
materia educativa se ha evidendndo en In autonomía para regular los procc•
"SOS dcenscí\wua•aprend1za¡c en las ms1i1uciones ba¡o la po1cs111d de la Iglesia
C:itólica, as! como en la. conformación de asociaciones y congregaciones de
.ro!tgios TCligiosos que ticnm un régimen de funciunamiento paralelo al co1.1•
trol del Estndo. A tal punto es p~rmanentc el papel de la Iglesia en el pais que,
a ~ ~ las muh1ples polémicJs que tuvieron lugar en la Asamblea Constl•
wyente, ~n el preámbulo de fo. Carta de 1991 aún se im·oca la pro1ccción de
Dios parn la nadón colombiana.
Complementariamente a las fuerz.u señaladas con antenoridu.d. coexisten
etn1$quc, según el caso, pueden estar a fuvor o en C(1ntr.l de los lineamientos di·
salados tanto por los organismos mternaciomilcs como por el Estado. Dentro
de estas fum.,s podemos ver cómo In uni\~idad juega un paptl fundamenllll
en la elaboración de diferemes dísamos y pnkticas poHti= y culturales. Pro•
dllcto de las tensiones en1r~ la racionalidad instrumental y lns funciones pollti-
QS y sociales que le ha encargado d Estado moderno, la universidad st ha
.:onstiruido ~n un <!SCcnario contradictono debido a la pluralidad de intereses
v dt ideos que circulan en ella y a la movilidad de los nctoRS que la mtegran (es•
tudiantes. mvesng:tdoTes, docentes, et,.). Esta diversidad permite, entonces. que
mcontrcmos variada:. posiciones de l.1s distintos univertidndes con respecto al
&es.mollo de las politiais económicas y a las reformas leg:i.slolivas durante lo dé·
e1dn del 90, En todo caso, en ln actualidad In universidad orupa un:i posición
"lbld., p. 36.
50 u. c:o·i,rn,1u.1cc 1óto 01 C:L.1LTUIIA POLITIC'A .,,, (..'.OLOMIIA
f&01t ~ UU ltl t;; U.. 0 '1t C U..s. 1' •~1, ,-tr•\.h .> t.. U\.!t .. .__.
1
~ o a los trnyec1or1as b,ognlficas. profe1ionalcs e insutucionalcs de los
=o.mas actores, que explica los movimientos, íunci,~nes y roles qu~ cumplen
dsstintos concextos lu.stórico-espacialcs. Este canlcter dinámico del campo
:icmitc comprender IJS con1mdiccioncs que tiatcn lugar lllnlo entre los di·
~actores como en las nc:1ividades y pnktleas de un mismo actor en coyun-
=- disimiles.
Los inteleccualcs • institucioneslnteresados en cl llJl;il,sis de las rdacio-
:cs entre educación y cultu_r:i polílieá tampoco han estudo ajenos n esta di-
Ulll.lcn del campo educativo. A partir de u_na revisión Llocumemnl de lo~
~mtos trnbajos teóricos y empíricos sobre el tema, resuhu c,•idente la exis-
lEKia de tendencias .1nalrtic.is y metodológicas parn anali1.ar las relaciones
= educación y cultura polJtica. Los puntos de ceferenc,a más relevantes
-,in establecer lns tendenci.1~ analíticas están rclacionndos con aspectos
del 1dc.uio poUllco libeml. &tn propuesta privilegia los comportnmientos, ac-
titudes y conocimientos dr los lmlividuos para definir su nivel cultural Con base
en este concepto, In cultura polhica se conalx como los compon:unientos y nc-
útudes con respecto a la pollt1ca y los conocinúentos que se posean 50bre el fun-
cionamiento del sistema polhico. en este c:iso, la democrncia. En estn dirccc.ión,
la cultura poUúcn es un elemento que está dado, definido, desde arriba por los
sectores hegemónicos de la sociednd )', por lo 1:amo, los imli\iduos se adaptan a
la misma mediante procesos de socialización y educación.
De acuerdo con lo anterior. en esta tendencia existe una sola Cultura Poll-
tiCll (con ma)I\Ísculas), de :tllJ que el imerés por la misma esté puesto en la nece-
sidad de legitimar determinado ordenamiento del sistem,1 político, el
hegemónico, ya que lo imponame es el rttonocimicnto de un orden social por
eanma de los variados órdenes ~ociales c¡uc pueden coexistir en determinado
momento histórico, Aquí se evidencia la lntluencia de In socioJogla positivista
según IJ cual lasoc1edod debe= frum del c,onsenso, es decir, de la homogene_i-
dad; de alU que se gu1era eliminar cualquier forma de contlicto y de entropia SO·
cial. Asimismo, en esta perspectiva fa cullura polJtica se corresponde con el
ideario del Estado-Nación, por lo cual h3y intrrés en bomogenellllr a todos los
mdividuos y grup6s ~idle,, sq¡ún este 1115CrO.
Dentro de esta tradición se es ciudadano en la medida en que se parti•
cipe en los mecani smos di,cnados por el Estado y por los ~ectorcs
hegemónicos de_ la sociedad, por lo cual se otorga importancia a la forma-
ción de ,·alores civicos, como el respeto )' Jcatamiento de las normas, parn
defender y fortal11Cer la democrnda, El ideal de ciudadílno que aquí circula,
por ende, es un ciudad3no "irtuoso, dotado de atributos democráúcos
(competencias democráúc:tS) que 1ie:nc c.~1stencia rn tanto sea ,~-conocido
por el Estado, que debe acatar las directrices que éste defina y que le permi-
tan alc:amar tal estudio de dcsnrrolfo sicosocial. Jin c~IC proceso de forma-
ción de dudadonla priman aspectos relacionados con la mornl del
eiudadanu, en tanto que a panir dt la creación de un ser moral, el dudada-
no moderno. se puede lid,ar con los diferencias propias de cada individuo y
consolidar nsí la ide.i de una sociedad armónica, característica dtl pensa-
miento burgués liberal de los siglos XVlll y XIX.
Con b.ise en estas 1dC11S, se puede afirmar que la formacion oudaclann csvis-
t~ como un proceso de ms1rucción-socinli1.aci611 de los sujetos en un modelo cs-
pec1fico de cultura pohtica (el democrático). La apropiación de estos
presupuestos en la dín:lnúca particular del escC1111rio escolar, llevó a que la cul-
lllra democrnñca se redu¡ese a la creación de mecanismos insntucioaales de par-
l'fl~H•!JC.:. JJ\'A~ ANAl-lTH;.,u L°" rrJJr~O" LAl ••..tAC.JOt'U 53
Ol'fkf c; t •J.1 IJtlA l•UU"l'JC'A V l!IHlC ACIO:,,I"
1kipación simi lares a los del sistema politico globo l. Pnradójtcamente, elcmen-
lOS de m.15 muccndencia establecidos por IJ reforma constit11cionaJ pilm la di•
nómica de la vida polilic.i (como la revocatoria de mandato, el plebiscito, ele.)
no fueron apropiados en el contexto educntivo.
los fundamentos pcd3gógicos d~ esrn perspc-cth·.i están cercanos a en-
foques cond uctiStaJ,, o algunos aspecto, de la teoría piagetiana y a los apor•
tes de n1nores como Kolhberg y Lind, en tre otros. A parlir de ellos se genera
uo ritualismo en tomo a los soportes d.- la democracia y d funcionamiento
de la misma. fin el plano metodológico prima un tcndenciu transmi$ionista
en la construcción de conocimientos y en la formnción de los ~ujetos y se sos-
tiene fa posibilidad de medir los niveles de cuhur.i politica de los grupos so-
ciales u partir de evaluncion~s. prueb~s de com,cimicnto, encue,ta~ de
opinión, etc., que se aplican a diferentes individuos p3ra hacer generaliza-
ciones en lo rel.1cionndo con la$ perccpc:ionc!S r usos de la democrada por
parte de la sociedad en su conjunto.
Una segunda pasp.-ctiva,ccrcanaa l., anterior,~ la d1·ico•rellgiosa,quc tic•
ne su lugar de origen en la defenS1l y prornocion del ideario a11ólico, c:iraaem-
tico de la cultura pollt!cn colombiana. En este énfasis dado ni cómponenrc
.dig.ioso, la cultura, entendida como una c:iractcrlsll&'l iuherenre y cscudul de
todo ser humano, proviene de fuentes divinas. As!, la c:ipacidad de aprender, de
relacionarse, de comunicarse,, c:stA dac.fo por el orlgc,n cli\,jno de los seres huma-
nos. F.l concepto de cultura polluca está en estrecha relación con los valores de
la rdigión y con el virt uo~isrno del ideario católico y cristfono. El ciudadano, ro.is
que un actor político social es concebido como un atribulo, uno competencia,
de los sujetos cen:anos al \inuo.sismo definido por las ley(:) divín;~ y humana.~.
To este sentido, la ciudndan1n estaría cercana a la catcgorfa de c1udndanlas :ro-
crns, propuesta por Maria Tcrtsa Uribé pa.ra analizar las caracterlslicas politi-
cas y culturales de principio.. del siglo XX. Pura ella:
"Estn forma de ciudadan!JI elr,-ala morul pri••ada y domé~11cQ al .lmbito püblí•
co ypcm:ibu:n esu csrera como comunidad de ~tes. &10 un moddouni-
ficadp y unitarlll de nación, p,cscrv:,'11 tos ejes de la tradición: cl terruño, las
leah.adcs p:i.rem.iles, los vitlorc.·s hendados di, k,, nNyorc:,, las 1det11 idndes C\ll•
tur.tlcs y 1od.is ,1<1uclLi.s dimeruioncs que tr.u('t'TI11fan al individuo, que lo prc.,-
cedlan y sucedlnn, ÍTt'nte o las cuales su Cllpoddnd de tronsformoción <fil
resumgid.. .E.swciwL.ul.inl.ls 11acras. contrlburcn a otorg,irlc o lo acción v o las
práctic-~ politi~ un ciato Sl'ntido ti:ológko y tnl¡;íco; de '"1,-;10611 dcl mwido
)' dccn1111da oontro.cl mal; do pl'l!SC1'V:1aón de lo prop,oyclc temor írcnn,al otro,
S4 LA c0Nsnt.•tc10..- ot ct·u1.·1tA rouru:.-. 1x Cou1>n111
flJII\Tf Cl"tO lll&.i'4 0"' 1C.IH t •f'tt\Tl,Wtl,H HHTl.•111111
1» Morfo 'íe.t<'$ll Urlbe, "órd<ncs compl(jo• )' áudud•nlu me.ti= uno mir.id.a •I .:aso
oolombi:>no",<n /:JtudJMPollda;,s. N- U.Mcdcllin, <11c.ro - Juniodc 1998, p. 39.
Pl)l01Cr(\',U "~"'1,tru;o EN 1'(111.N(I A l.,fii. .lll'I.At.: tO~"U
1 SS
f::,lf"ltl. n tTfJllA t'IUh"h. o\ t U)\.'t.ACI I)"'"
1
Jr IC5indíviduo.s, 5ino como un atributo de todo sujeto que, a partir de sus re-
• :.su.t..:ione, e unaginarios, se relaciona con las dive~s formas de org•mza•
~qot¡,rescma la sooedad, De ocucrdo con Norben Lcchncr, ~son las peoonas
mtcrncción cotidi.ma las que deben generar y cuidar los vlncnlos sqciales.
nnplic:i, empero, que d quchac.-r dinrio udqukrc una dimensión polltica.
~dca no residira únicamenre en las inshtllciones formales sino también en
a = social si alcance de la <'Xpenenaa co11crcta de cada cu<tl. En e:."tc sen ti•
:u<lt nablarsede una dud11d.miQdón dcl.1 poi/ciar. la rccupcrad6n de In po•
.;;;.J como una capaodad propia de los "udadanos" ...
" Norben Lcchna, •Nllt'\·as cíudadonlas~ en Rt>-i.sm de Estudio• Sociil<!. Sogoú. FJ·
adrad de dcndas Socioles. Univttsidt1d de los Andes. No. S. ene to de 2000, p. J 1,
e: Mnñ• Tele$• Uribc, •OrdmcA con1plr¡o~ yciuJad.nJ.n mes1ius: un• Q\iad.i al G1.IO
o:iombiil.llO~ Op. Cir.
S6 1 l.'"i CO'lf1.l'&\:(C l 0 ~ P f C\.Lf\ a.\ P OI ST tC..\ t r- CQUU.ttl'i
P• OTU:HH PEGU,UhCICO '1 1 tuuL,, ~ i ." lttH.11.1 11 A 1,( \
culturol que uene lugar entre los diferentes sujetos que 1ntemctú3.Jl en el escena-
rio educativo. Las pers¡)(ctivas petbgógicas de cs1..1 trndídón est:!n cercanas a los
aportes de variados autores y 11:adiciuncs académicas ligadas a perspectivas cri-
ticas, tales como la escucln de Frankfün, l,,s pedagogfos crítlcns, la sociologfa
cultural, el pensamiento complejo, los estudios cultumles, lo historia social, en•
tre otras. Bn cuanto al componente pedagógico, dentro de esta tendencia seria
más significativo el diálogo de saberes en la construc:ción de conocimiento yen
la formación d<! los suie{os que lo transmLtjón de la infom,actón referida al fun-
cioruunlento de la democracia.
La amplitud del análisis sobre la din~mica de la cultura política en esta
perspectiva crlt lea, facilita el rcconocim ien to de otros escenarios de formación
d ud~dona pnralelos y/o complementarios a la institución educativa. Aquí no
existe la intención de horno¡;-cm:z.ar la experiencia pohtica de los sujetos. yo que
tsto Ue\'arln a la lnvisíbi.l.ización de l:1 dinámi01 de los distintos actores socia-
les que se dcscnvuclvt:<n en e~cnanos diferentes n los construidos desde la ló-
gica del Estado.
Debido ol carácter d inámico del campo educativo, las perspectivas
mcncionadM pueden emerger en distintos escenarios de producción de sig-
nificados. discursos y prácticas ~bre lo politico y ser apropiadas por los sec-
tores de la sociedad ( E$tado, in,•cstigadorcs, maestros, politicos,
eclesiásticos, etc.). Asimismo, In tensión en t0rno a las relaciones enu:e edu-
cación y cultu ra pollrica ha privi legiado el dcbntc sobre lo educación como
un escenario paru construir la esfera de lo público. Pregunias corno ¿queco-
racreristicas debe tener la eduCilción, cual debe ser su función social y pol!-
tic.i?, ¡cómo se deben orientar los pro,-csos de formación ciudadana en la
educación pública y que papel juegan en éstos el Estado y In sodcdud?, ¿qué
funciones se atribuyen a In educacíón en el propósito deliberado de transfor-
mar la cuJtur;, polhica1, ¡qué el~boraáou~ se hacen sob re el concepto de
cultura polítit3?, se constituyen en puntos de referencia a partir de los cua•
les comprenderlas dinámica$ que han tenido lugnr en las últim3s décadas al-
rededor de esta problernáuca y In manera diícrcncinda como hnn sido
apropiados elementos de cultura política en tnle.s perspecrivas.
En lo que se refiere ni uso del concepto de cultura polltica y categorfas afi-
ne~, pudimos iJentific:-Jr un amplio uso Je la categorla en nuesu-o contexto, lo
cual puede explicM~ por la dinamica dd campo polltico y educativo durante
l.u últimas décadas del !iglo X,"'(. En este sentido, se ,·nconlrnron autores que in-
corporan la cultura ¡1olítica como ,~1egorla central pJra los análisis sobre los
procesos históricos, polflirns. culturales y educativos. De In nusma fom,a, otros
, , .t-,..a.~11, ,0 , '\:,OAI.IT l c: .-.s tl'I TOR1'to " \AS au..-..c;1o>Hlt Si
l """'fU e; \:ti 1 a 1¡ f'nl 1 1 IC A T tllt.UC.U)'lrt
---- - - ---
10 P,dro Santanu, "Opinión pública, culturas politléu$ y dcmocmd0': <n N60J:Jd,s, N•
9, Boj¡otl. Unñ=idad Central. Si1'pti<nlbre 1998 - n1ar.r.o 1999.
11 Pedro S•nli1l1., ~Qllombi.l en la rncruci;..U: en //~•iJw Fáro. N• 45, llogotó, Fun-
cLidón l'orc,, scpriembrc de 2002, p¡,. S-ll..
'1 !'edro S,n1.1na, "0¡,cniónrubhca. culnmu pollw:as y dcmornioa~ Op. dr., p. 91.
l'UI.SE'l!Cl f\' 4'1 AN,\Url C.A~ fll'f TOa HO A L.At • t .1A 4;10!-fltf.
f!N T IUl f:Ul1' 1.l ltA PQ Ll'fUlÁ Y' l!UUt.ACIÓN
159
Algunos autores consultJdos anaWlln la categona de cultura polltica y su
-n.u:ión con el campo cducauvo a pamr del concepto de cultura dm,ocrá1ico
-ultura poll1ica demoml1íca. lin esta dirección, parn Juan Francfaco Agtu1nr
·•Javier Bctancourt, la escuela, cr,1endlda como una. institución sixial, pro-
~su propia culturo, se np= en sus formas de ser y hacer, ,m sus slmbolos y
~ normas y vruores, en los roks y funciones que se 01organ a los actores
~vos y a las formas de organización del poder y de las reru:s comunkati-
a.En cstn perspectiva, d ,011aepto de cultura democrn1ica en la osc11ela repre-
;,c;u. un3 forma particular de expresión de dicha cuhura escolar. Sobre dicha
.:.2gaáa, AguiL~r y Betancourtsugieren lo siguiente: " Entendemos aquI el con•
-=rpt.o de cultura demomlticn en la es,uda como el complejo de significados que
srocturon los comportamientos, los prácticas, los saberes, valores y represtn•
..:.eones que configuran el marco de las relaciones de convivencia en el ·ámbi!o
~ . los cuales estdn basados en principios democnlucos. as¡,«10 que le con-
iice un sentido parlicular a este Lípo de convh'ellcia"'3•
Paro Marco Raul Mejla y Galiricl Restrepo, l,1 construccióa de un rt'gi-
:am democrático no tcmirla tanlo qlle ver con el conocimiento y la parlici-
:.aón de los sujetos en asuntos 'tradicionalmente' políticos, sino más bien
= i el reconocimiento de las much~ c.-cpresioncs,dc cultu.ras pollticas plu•
-~ y locales que existen en el pnis. En este sentido. una pregunta central tic-
~ que ver con cómo fom,ar unn cultura democrática en un pnis donde el
~cio de la poUtic.i ha estado marado por el orderuunicnto de una cul-
= política de inclusión-e.xclus16n y en el qur In negación y/o eliminación
Jt! otro es la cons1ante 7◄•
En Ju documen1ación analizndu se pudo es111blecer, también, el u.so del con-
~ de cultura poUtica aporado en la ciencia polhica, en donde el interés cen-
o! e$tá dado por la.; relaciones que se tejen entrt' macropo!Jtica (io.stíruciones
mri.tlcs y politicos) y la micro poli1ica (formas comunitañas de representar el
;i,odcr). En esta dirección, Francisco Gutiérre7, y César Rocha ano1an que la cul-
= polltica es codo el "conjunto de dcstre1.as. hóbi1os, valores y nociones esta•
'.>.<'cidJs sobre el pod.:r''. Para estos aurores, el a11.ilisis de la cultura polltica se
~en~ en los cniccs existentes entre la vida polhic.i cotidiana, local, y las dispo-
-.c.britl Rcstr1'po, Jo~ Guillermo OnJ.t. Eabio Enrique Parra, Luis Carlos Medín•, s,.
bllrPoder: >1xi.1/imc1i111 poi/da, y"'111.-.rk1 a, Co/nmbiJ, Bogo1J, Jefes, 1998, tomo,.
p-.69-70.
r
, Ellnbeth Castillo. PFPO. Edua,cid11, Sc>a":úir:idón Po/111~ Democr.,dn, Unlver•
aibd de los Anda, f1lcuh•d de Cicnci>.<. Program• de foJlllllciOn <n Edu<11CÍ6n, Bo-
god, 1999·2000.
\.A t;Q)ol'HJt\;l.;c1ó,.- flJ .;UlTUJI.A POl, llli;;A u• LOI.OMIIIA
traO-T.l(;'l'O• t:UGLJ,Ó.,,l(.(H t u .u,.,,u;;.1•• C::lállt.••'-'·•
'°}CS\li Manln-llotbero, De los medios J /111 m,dlado11c.~ Uos<>t!, Convcnío Andrés lle•
11,,. t 998, ;, edición, p. 223.
11/bid, p. 287.
112 hlio 1.ópcz de Q Roche, "Comunicación, P"""""' culturales y politic.t m Am~rica
LlliN~ en 1/t:,"Í.<N R,ro, N• 40. Sogoti. Pund•clón Foro, diciembre 2001).cnero 2001.
l'll,ll'lllt'C'TlV,U A.NAl.h'lc;:Ai E/ti 1UIUH) A L-.'11 al'I.A\.101"~$
11.IIIJ'fl¡j C:U U ' UN.1' )•OLln cA V lllltUCAG16,-•
Además del análisis sobre la relación entre los medios y la esfera de lo po-
111,;t,, la cntcgorfn de culcum política ha sido utilizada por López d~ l,1 Roche
~estudiarlos procesos de co11S1rucción de fa modernidad polirica del país
--·vne el 5iglo XX, iden1ificnndo cómo a lo largo de la hlsioáa nacional han
"UJ5tido diversas tradiciones de cultura polltica, provenientes de !.is ideo-
~ de los partidos tradicionales, la iglesia y la.iiquicrda, entre otros ac-
- "· Según López de la Roche, los estudios en tomo a In cultura politica
.Jlan de singular importancia, tanto para analistns sociales y poHúcos
para todos los ciudadanos, a la hora de c11tendcr "cómo hemos llega-
:a construlrnos ·e.n lo que hoy dJa somos" y prO)'CCt.ir, a partir de este rc-
,cimicnto de nuestro pasado, 1,, fonna de salir de la crisis en la cual
:..a.:ios inmersos114 • Para este autor, In cultura política puede ser entendida,
C:::!O p hablamos tenido opon unidad de mencionarlo al inicio de <$le ca-
Jo, como "el con¡unto de conocimientos, sentimientos, representaciones,
~naríos, vniores, costumbres, actitudes y comportamientos dr determi-
- grupos sociales, partidos o movimientos políticos dorninantts o sub-
=os, con rdación al íw1cíonamicnto de la acción poUúca en la sociedad,
- xtividJd de las colccthidades históricas, a las fuerui.s de oposición , a la
::..anón con el antagonista politico, c1c.•i5 _ ,
!-11gucl Angel Urrcgo, abordn el concepto con relación a la m0<kmidad po-
x:a colombiana, definiendo la cultura política como,
"¡_] un conjunto de nooones,sm1bolos y prncticasquc $Obre d poder y d or-
.un socíul los uc1nru domin•ntc,, ro una coyuntura hi,16rica, han
institucíonalizado. Esta institucionaJiz;iqón ,emanifiesta en un con¡unto dcno-
aone:s que t>q,Ikan la kgitimíd.ld dd orden social, o mds genéricamente sobre
PQUllco, que los ciudadanoudoptan como iutural E5"1 ooción no impLica
kmcxislellcia de nocioncs!<lbreel funóon.unicn10 de lo politico en d1vcrsossec-
torcSdc losocicdJ<l, 111 que hacr,Hnf.11mu:d ..S¡><'(tO pn,dominamc. l.a nodón
aentru de fa cultunpolitica es l,1 de orden socinl. Ella define yart1cufacl conjun-
s,Jcprácticis, dnboracion.s ,imbóliCilSy proy,ctos que la., claS<".< y los ,iistln-
!Di s«tores soc,;¡Jes 1,cnen sobre fo sociedad. Se entiende por orden social d
rst•da de <1rmon1n a qut put<!e llegnr unn socied:!d dcterminadn cuando,;,, rta-
liz:ut los fundamento; de W1 Jm))'CC!o político....
Con base en la anterior ddinici6n, Urrcgo hace un r«orrido sobre las d1
feren1es tensiones que han ctrncteriiado la cultura poUtica colombinna, produc-
to de los choqut-s )' contradicciones entre los modelos de orden social propuesl
desd~ variados sectores políúcos dr la vida nacion;il. Parn este autor, In l'Xi.stcn•
da de divel'S(ls proy<'CIOS de orden social contribuyeron 3 la agudización de 1~
conflictos caractcristic.os de nuestra cultura política. que puede ser vista, ndemd5,
como "In puesta e.n escena de conceptos ccmrak-s del orden social (nación, Est.i-
do, pueblo y ciudadunía), la producción simbólica (himno nacional, bandera,
hér0<'$ populares))' la imfaudonallzación de mito$ fundndonak-s (bistoñn ofi-
cial, fiesta patria)'; es decir, como la historia de la puesta en escena de la 'nación
ii:naginada' y, a su va, como una fuente fundamental de h1 e:-.istcncia de una con-
ciencia común, de una identidad nacional'8' .
Las rcícrencias anteriores sobre la utilización de la a 1tegorfa de cuhurn po-
lhica dentro de ;1lgunos estudios históricos nos pcm1í1en Vl!r que, principnlmen-
te, dicha categorln ha si.do de utilidad para la comprensión de fenómenos como
In construcción.de la identidad nacional, lns relaciones entre Esbdo y ciudada-
nla y la conformación de la modernidad politica. /\ partir de sus an:ilisis, es1os
autores han mostrado las principales tensiones en torno al orden social estable-
cido en diferentes coyunturas bistóricas, dnndo c>q,licación asl :1 los rasgos c,,m-
tradictorios que definen nuestra cuhura politicn en la actualidad.
El recorñdo hecho hasta el momento nos ha pcmiitido entender el proce-
so de constitución de la educación como un campo político, intelectual y cultu-
ra l definido por las tensiones existentes entre los uctorcs que se ;inkulan al
campo. De la misma fonna, se han idcnúficado las principotes corrientes de pen-
samiento respttto 3 la cultum política y las distintas apropiaciones efectuadas
sobre tales corrientes en el contexto colombiano y lilS categorf:ts y perspectiVilS
anallticns centrales para el estudio de la cuJturn polltk~ en nuestro p~ls.
lln los siguientes capítulos haremos alusión a los escenarios de prod11cción
de discursos y pr.lcticas articuladns a las relnciones entre educación y cultura po-
Utica, cm los cuales órculan dinámicamente elementos de las ITadicion~mcndo-
ondns. Estos escenarios se relacionan con los debates que se han dado en tomo a
" Migud Án¡;d Urrcgo, Mad,miz;,oi:/n, ldmtJ<f,d n11,:iona/ J' cultur.i polldol, llogoll1,
Uni\=iclad Ctntr•l- Dll.!C-, C<>lcicnd.», t99ó, Informe final de ln\'cst1gación, p. 21.
" lb1d. p. 2ó.
u: fOINO .-. Lil at..t.AC''.ICHOt
,n~l"Er:-TtYU ,., ... A\.tTtC:A5i 65
P.liTXI CULfl;Jlt. J► OLIJICA T IDl'CACIÓ)f