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como h a c e r s e
PRESTIDIGITADOR
AL LECTO R
© 1962
Derechos reservados
conforme a la ley.
El autor solicita le sea concedida la perdonable vani
dad de suponer que ha escrito una obra distinta a las de
más dentro de su género. Ello cree haberlo logrado:
6. —Junto con su habilidad técnica, vaya desarrollando acto. Si tanto insisten, ofrézcales una variante del número
una soltura de movimiento, una limpieza de trabajo y un anterior, pero nunca el mismo exactamente.
sentido del "humor" que hagan de usted un artista elegan
te. Todos los buenos prestigitadores han sido distinguidos y 13. —Cuide su presentación personal. Un artista con un
simpáticos. aire de personalidad predispone automáticamente al públi
co en su favor. El traje negro, aparte de ser el más serio,
7. —No presente ningún número en público hasta estar facilita ciertos ejercicios que exigen el empleo de hilos u
razonablemente convencido de que no le va a fallar. La se otros objetos oscuros.
guridad en sí mismo, es esencial para el éxito de la prueba
Por si falla, tenga preparado un comentario humorístico y 14. —En lo posible, adopte un estilo personal de traba
conserve la serenidad. jar, o al menos matice su actuación con unos rasgos carac
terísticos, dejando en su público la impresión de que usted
8. —Aprenda a trabajar con los nervios en reposo, pa es un artista con personalidad propia, distinto a los demás.
ra hacer frente con entereza a interrupciones y contratiempos
imprevistos. Sea siempre cortés con su público, pero posea 15. —Sus triunfos no deben envanecerlo, sino al contra
un repertorio de respuestas irónicas o mordaces para los que rio, estimularlo hacia la perfección. Persiga la superación,
pretendan perderle el respeto a usted. y piense que la senda del virtuosismo es interminable. Am
plíe su repertorio, presente actos de su propia creación.
9. —Por espectacular que sea un número, perderá gran Aprenda a fabricar usted mismo, o a mandar construir según
parte de la vistosidad si el público ya sabe de antemano sus indicaciones, los aparatos que necesite para sus experi
qué va a pasar. La sorpresa es el alma de la prestidigita- mentos.
ción. Por lo tanto, usted nunca deberá decir en qué consiste
el número que va a presentar. 16. —Procure leer obras de los grandes maestros ilusio
nistas, y también sus biografías personales, con lo cual des
10. —Busque las palabras y comentarios más apropiados arrollará su técnica y formación espiritual.
a cada acto. Su charla tendrá que ser amena y estimulan
te, a fin de mantener vivo el interés del auditorio mientras 17. —Aunque usted sólo aspire a ser un aficionado, su
dura el desarrollo del experimento. Al hablar refiérase, a jétese de todos modos a las normas anteriores. El hecho de
lo que e6tá haciendo o a lo que ya ha hecho, pero no a lo ser un aficionado no impide que ejerza su actividad con el
que aún falta por hacer. mismo pundonor y dignidad que los profesionales.
11. —Las palabras, ademanes, paseos por el escenario,
etc., son mangníficos medios para desviar parcialmente la
atención de los espectadores, lo que le concederá a usted
una mayor libertad de maniobra.
1.—ADIVINAR UN NUMERO
Trucos de Salón
Los ejercicios de esta serie son fáciles de preparar y
sólo requieren implementos sencillos. Son propios para ser
presentados en reuniones íamiliares o de amigos, y le pro
porcionarán al aficionado, una práctica experimental de la
mayor utilidad.
Trucos de Salón
Los ejercicios de esta serie son fáciles de preparar y
sólo requieren implementos sencillos. Son propios para ser
presentados en reuniones familiares o de amigos, y le pro
porcionarán al aficionado, una práctica experimental de la
Mayor utilidad.
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CUARTA PARTE
Experimentos Físico-Químicos
La física y la química son dos poderosos aliados del
prestidigitador e ilusionista, por el vasto repertorio de nú
meros, tan sorpresivos como espectaculares, que le permi
ten realizar. Generalmente la presentación de estos núme
ros requiere una buena dosis de habilidad personal, así co
mo de limpieza de ejecución, por cuyo motivo serán de la
mayor utilidad para el progreso y proporcionamiento del afi
cionado-. Nunca olvide que, aun empleando productos quími
cos y aparatos trucados, casi siempre serán sus manos y su
pericia individual, los factores determinados del éxito.
------0 ------
Tómese la moneda, efectúense unos pases magnéticos leco del artista, y de él parte un hilo (color carne o negro,
en dirección al bolillo, escamotéese entretanto la moneda según las circunstancias escénicas y de vestuario, que so
mediante alguno de los procedimientos conocidos, conser bresale algunos centímetros por entre dos botones del cha
vándola en la mano. Ahora tómese el bolillo, introdúzcase leco.
en él la moneda por el lado opuesto al público (conviene Durante la frotación, el operador llevará sus manos al
que el pan se ablande, para que la presión de los dedos pecho, en posición vertical, y tomando el hilo por el pun
tenga que ser menor), y en seguida rómpase visible y lim to donde las manos se unen a las muñecas, irá tirando há
piamente el bolillo, sujetándolo únicamente por las puntas, bilmente de él hasta que el pañuelo pase a las palmas.
»
hasta que la moneda caiga sobre la mesita de trabajo. Sin
tocarla, invítese al espectador para que diga si es la misma 91. —LA CANICA QUE APARECE
que éi entregó y marcó.
Muéstrense limpiamente las manos, y después de una
89.—EL PAÑUELO QUE APARECE EN LA MANO breve frotación entre ambas, hágase aparecer en ellas una
canica.
Súbanse ambas mangas del saco y de la camisa en Para este acto se usa un falso pulgar, debajo del cual
señal de honestidad. Muéstrense las dos manos, por el se ocultará la canica previamente. Cierto que el dedo será
derecho y por el revés, con los dedos bien extendidos. El más largo de lo debido, pero si está en constante movimiento
público quedará plenamente convencido de que allí no hay y doblado en dirección de la mano, nadie se fijará en el de
nada. talle.
Llévese una palma sobre la otra e inicíese una suave Durante la frotación, quítese el falso dedo, recójase la
labor de frotación. Al cabo de unos instantes, separe las bolita, escamotéese la funda de hule o plástico, y presén
manos y en ellas aparecerá un pañuelo de seda de vivos tense las manos sosteniendo la canica.
colores. Generalmente resulta más fácil escamotear la funda que
Uno de los dedos (el mayor o el pulgar) es artificial, volverla a acomodar en el dedo verdadero, pues esta manio
es decir, el dedo verdadero está recubierto por una funda bra, a menos que se tenga una gran práctica, requiere siem
de plástico delgado y opaco, del mismo color que la carne pre el recurso de la otra mano.
e imitando perfectamente un dedo humano. Entre el plás
tico y la piel se habrá acomodado previamente un pañue- 92. —LA CARTA QUE YA NO ESTA
lito de seda. Al frotar las manos entre sí, se maniobra de
manera que el pañuelo vaya saliendo; apenas empiece a Pida a un espectador que piense una carta y que él
asomar, el pulgar de la otra mano hará ccsi todo el trabajo. mismo se encargue de buscarla en la baraja. Cuando la
Es un bonito número, espectacular y desconcertante. haya encontrado, que la coloque debajo del mazo volteado.
Usted toma el mazo y efectúa un cambio inverso (Ejer. 56),
90.—VAPJANTE DEL ANTERIOR a fin de que la carta elegida pase arriba. Vuelve a dejar
el mazo, pero escamotea la carta por alguno de los proce
El efecto y presentación son los mismos. Pero el pa dimientos indicados en las Figs. 20 a 26. Pida al especta
ñuelo no está oculto en un dedo artificial, sino en el cha dor que baraje y que busque de nuevo su carta. Como la
70 PROF. ADAMS LUTTER COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 71
operación puede ser larga, usted toma asiento mientras es cado por otro legitimo, mediante una hábil labor de esca
pera. moteo, y déles el segundo mazo al espectador para que va
El otro se pone a buscar una y otra vez, y al fin tiene ya pasatido cartas, esta vez a vistas, y cuando llegue el 6
que reconocer que no encuentra la carta. Entonces pregún de bastos dígale que esa es la carta que él eligió.
tele: "¿Qué carta está usted buscando?'" Contesta que la so También puede utilizarse el mazo de cartas iguales pa
ta de oros, y usted exclama: “|Pero, hombre; si e sa carta no ra que varios espectadores elijan la misma carta, experimen
está en la b araja!" En efecto, al levantarse, la sota de oros to que podrá derivar hacia un acto de telepatía, si usted di
aparece en la silla donde estaba sentado. ce que en realidad cada espectador eligió una carta distinta,
No hay que decir que, una vez escamoteada la carta, us pero que usted, con su poder de sugestión, ha unificado sus
ted la lleva a su silla, sentándose sobre ella. mentes, obligándoles a ver la misma carta.
ber al aficionado, que cada una de esas mesas es una cue Estas precauciones son inevitables en los teatros con se
va secreta de resortes, trampas, pedales, correderas, falsas gundos y galería, donde parte del público queda situado en
superficies, hojas movibles, aberturas, etc. alto. Tratándose de un local con sólo lunetario, y situando la
Veamos algunos actos a base «le mesas trucadas. mesa en un nivel más alto que la vista de los espectado
res, podrá maniobrarse con mucha más libertad.
Supongamos que para determinada prueba necesitamos En fin, procederá de un modo o de otro según las carac
que un espectador elija un huevo trucado de entre varios terísticas temperamentales (y de sexo y de edad) que atri
que le presentamos en un plato y de los cuales hemos roto buya a cada espectador. Con ello, al decir de muchos ex
previamente uno o dos para hacer creer al público que to pertos, se aumenta notablemente el porcentaje d© probabi
dos son legítimos. Si el trucaje del huevo es sencillo, lo mejor lidades en favor de una elección conveniente a nuestros pla
será trucar todos los que haya en el plato, para que así, nes.
cualquiera que sea la elección, resulte favorable a nuestros Otros ilusionistas, poco afectos a los métodos sicológi
propósitos. Si el trucaje es complicado y entonces, por tal moti cos, prefieren atenerse a un elemental cálculo de probabili
vo, no se puede trucar más que un huevo (tres por ejemplo, o dades. Por ejemplo, si en la primera función el espectador
hasta dos). Si la elección recae en el huevo frucado, adelante. ha elegido la manzana que va a la derecha del plato, y
Si no, mala suerte. . . y también adelante, con el auxilio de en la segunda la que va a la izquierda, es posible que en la
nuestras dotes de escamoteo, pues en ese caso será preciso tercera elija la del centro. Si se trata de dos objetos de di
sustituir el huevo elegido, por el que a nosotros nos convenga. ferentes tamaños, y en la vez anterior se ha elegido el mayor,
Se entiende que con anticipación habremos previsto to hay más probabilidades de que en la siguiente se elija el
do lo necesario para el caso de que la elección resulte des menor.
favorable para nosotros. Un buen artista jamás debe des Otra maniobra sicológica que con frecuencia da buenos
animarse por esos contratiempos; al contrario, debe conside resultados es la de insinuarle o sugerirle al espectador la
rarlos como incidentes naturales de su profesión, susceptibles pieza que debe elegir, bien señalándola con la mano o pre
de ser superados con habilidad y presencia de espíritu, siem sentándola en forma prominente. Téngase la casi absoluta
pre con la mirada serena y la sonrisa a flor de labio. seguridad de que el espectador, si ha advertido la maniobra,
escogerá otra pieza, por lo que el artista deberá señalarle
precisamente la que no quiere que elija.
guardar las agujas sueltas en la boca, simular unos movi za, la cual se desvanecerá cuando al final del experimento
mientos faciales y extraer las agujas enhebradas. Esto re la silla sea volteada para ser llevada a otra parte del esce
quiere gran habilidad y mucho cuidado, pero el resultado es nario o retirada del mismo-
altamente espectacular. El escondite secreto de los pañuelos también puede es
tar en uno de los barrotes verticales de la silla, o en el in
121.—LLUVIA DE PAÑUELOS terior hueco del respaldo, de donde se sacarán valiéndose
de un gancho imperceptible, de un hilo que tire de ellos o
Haga examinar dos o tres pequeños pañuelos de seda de cualquier otro artículo discreto.
de diversos colores, déjelos en el respaldo de una silla mien
tras hace sus pases magnéticos, y al tomarlos de nuevo de
muestre que los pañuelos se han multiplicado, presentando
10 ó 12 de ellos. 123.—EL PAÑUELO A TRAVES DE UN VASO
Detrás d,el respaldo de la silla hay un depósito secreto
conteniendo varios pañuelos iguales a los otros, cuyas pun Dése a examinar un pañuelo, un vaso y un tubo cilin
tas han sido amarradas con una pequeña liga. Antes de drico de cartón cerrado por un extremo. Para el examen, el
comenzar la función, asegúrese de que el depósito secreto vaso podrá llenarse de agua, pero no deberá salir de las
no se verá desde las localidades altas. manos del operador, por las razones que pronto se verán.
El operador deja los pañuelos iniciales en el respaldo O sea que el artista tendrá el vaso siempre en su mano, lo
de la silla, con unas de sus puntas dobladas hacia atrás. llenará de agua y lo vaciará, dejará que lo miren y lo to
Si el depósito invisible está cerca del borde respaldo, podrá quen, pero no lo entregará a nadie.
tomar con la misma mano los pañuelos que contiene. Si el Introducirá un pañuelo en el vaso, el cual apretará ha
depósito queda bajo, tendrá que utilizar algún pequeño gan cia el fondo con su varita mágica. Luego cubrirá el vaso
cho o valerse de hilos invisibles accionados por un ayudan con el cilindro de cartón, y al retirarlo, unos instantes des
te entre bastidores. pués, el pañuelo habrá desaparecido.
Sea como sea, los pañuelos secretos llegarán hasta su Para obtener este efecto, el vaso ha de ser trucado.
mano, los mezclará con los que el público ya conoce, hará Tiene un pequeño orificio lateral, cerca de la base, el cual
con ellos una bola entre las manos, quitará la liga, y los irá el operador tapará con el pulgar cuando lo llene de agua en
tirando al aire uno tras otro hasta agotarlos. presencia del público. Después de vaciado el vaso, lo pon
drá sobre la mesa con el orificio mirando al fondo del es
122.—VARIANTE DEL ANTERIOR cenario. Al introducir el pañuelo con la varita mágica, cui
dará de que una de las puntas del mismo asome por el agu
Se procede en todo por igual, pero los pañuelos secre jero. Lo demás requiere mucha habilidad de dedos, pues
tos no van en ningún depósito o bolsa, sino simplemente todo consiste en acabar de sacar el pañuelo al poner y qui
clavados con un clavito o chinche atrás del respaldo de la tar el cilindro de cartón, de manera que aquél quede ocul
silla, o bien sujetos por un hilo invisible y fácil de romper. to en el interior de éste y sea arrastrado al retirarlo.
En este caso, el operador podrá fingir un poco de torpeza Si al retirar el cilindro de cartón es posible escamotear
y maniobrar como si atrás del respaldo hubiera un depósi el pañuelo en la mano, éste no aparecerá luego ni dentro
to secreto; el público producirá una sonrisita de desconfian del vaso ni dentro del cilindro.
COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 99
98 PROF. ADAMS LUTTER
negros, sin el menor peligro de ser vistos por el público si
tuado a una distancia prudencial.
124.—LA BOLA QUE CAMBIA DE COLOR
125. —OTRO EJERCICIO CON HILOS INVISIBLES
Con un tubo de cartón ancho y abierto por ambos ex
tremos, y una bola del tamaño de una de billar o menor, Se trata de hacer aparecer un pañuelo en el fondo de
se puede realizar el sencillo y desconcertante acto que si un vaso que unos momentos antes estaba v ad o.
gue: El vaso trae un pequeño orifido lateral, y el pañue-
Puesto el tubo, después de revisado por el público, so lito va oculto entre los dedos o en la manga. De una de sus
bre la palma de la mano, introdúzcase limpiamente por la puntas sale un hilo que el artista introduce por el orificio
parte superior una bola, por ejemplo roja, que el operador mientras simula hacer los preparativos. En el extremo libre
sacará de su bolsillo o tomará de un cajón de su mesa. del hilo hay un finísimo gancho que se clava en un punto
Con la otra mano levántese el tubo pora demostrar que cualquiera del traje. De pronto, el operador hace un movi
la bola roja sigue horizontalmente para que se vea que está miento con el cuerpo, como si se pusiera de cara al público
vacío. Vuélvase a descubrir la bola. La misma mano que aca (ello es para que el hilo se ponga tenso y arrastre el pañue-
b a de levantar el tubo se introduce ahora en el mismo por lito), cubre momentáneamente (a la pasada, podríamos de
espacio de un segundo; el operador pronuncia unas palabras cir) con una mano la otra mano, que permanece muy cerca
enigmáticas; la mano se retira limpiamente: vuelve a levan del vaso, al retirar la primera aparece el pañuelito en el
tar el tubo y la bola ha cambiado de color, ahora es verde. fondo del vaso.
Para este curioso truco, se necesitan dos implementos
adicionales: un casquete de nylon rojo, elástico, que alcan 126. —EL MISMO EJERCICIO, PERO MAS DIFICIL
ce a cubrir más de media bola, y un resorte elástico por
dentro de la manga, tal como hemos visto en el ejercicio 118: Se procede igual que en el anterior, pero con la dificul
La bola, en realidad, es verde, pero el operador la pre tad de que el artista trabaja con las mangas bien subidas.
senta protegida por el casquete rojo, sosteniéndola por el En este caso, ¿dónde se ocultará el pañuelo que debe pa
otro lado, de manera que su mano oculte la porción verde sar al vaso?
que queda al descubierto. El casquete rojo, va unido, con Simplemente, se ocultará en el interior de un supuesto
un hilo invisible, al elástico que corre por la manga del ope reloj de pulsera cuya caja no contiene maquinaria alguna,
rador; al accionar éste su brazo de modo conveniente, el cas sólo el pañuelito. El reloj presentará una ranura de suficien
quete se apartará de la bola y se introducirá por sí solo te tamaño para que por ella pueda salir el pañuelo al ser
en la manga cuando la mano está hundida en el tubo de arrastrado por el hilo. Bien realizado, este acto parecerá pun
cartón. Es evidente que al quitar por segunda vez éste, la bo to menos que milagroso.
la aparecerá totalmente verde.
En el supuesto de que la primera levantada del tubo (Queremos advertir al lector, aunque suponemos que
resultara difícil a causa del hilo que lo atraviesa, podrá su él ya lo habrá notado, que la mayoría de actos de piresti-
primirse la maniobra, sin que por ello el acto pierda visto digitación e ilusionismo se prestan a variantes y modalida
sidad. des —a veces más espectaculares que los actos origina
Estos ejercicios deben hacerse a media luz y sobre fon les— para lo cual bastará modificar las circunstancias de
do negro, en cuyo caso podrán emplearse hilos también
la prueba o las características de presentación, bien utilizan
do objetos distintos o variando el orden de las maniobras
parciales y ciertos detalles de procedimiento, aunque éste, en
esencia, siga siendo el mismo.
O sea que, denominando bien un número, bastará un po
co «de fantasía para improvisar muchos otros semejantes en
el fondo, pero espectacularmente diferentes, los cuales po
drá utilizar el artista para complacer al público cuando pida
la repetición d e un acto (ya hemos dicho que nunca debe
repetirse exactamente el mismo), o bien para presentarlos en
un orden de dificultad creciente, a fin de que los espectado
res estén cada vez más asombrados. También podrá combi
nar dos o más números en uno sólo, presentándolo con per
sonalidad propia; nada más atractivo que esos actos de ilu-
sionismo, cada una de cuyas fases o maniobras es una sor
presa, constituyendo el número en sí una cadena de mara
villas./
Aplicando prácticamente lo anterior, el artista parecerá
contar con un repertorio muchísimo más vasto, del que real
y técnicamente posea.
132.—DUPLICACION DE UN CAPITAL
Preséntese una botella o frasco d© vidrio oscuro y cue
llo ancho, por el que puedan pasar fácilmente unas mone
das. Hágase revisar para demostrar que al comenzar el ex
perimento, la botella está vada. Pídanse prestadas a un
espectador, dos monedas iguales y de un valor determinado
(dos veintes, por ejemplo), las cuales depositará él mismo
en un plato que nosotros le presentaremos. Inclinando el
plato y sin tocar con las manos las monedas, hagamos que
éstas resbalen al interior d,e la botella, la cual habrá que
dado visiblemente sobre una mesa o silla. Pidamos otras
dos monedas también iguales, a otro espectador, y repita
mos la maniobra.
Si entonces preguntamos cuántas monedas hay dentro
de la botella, todos contestarán que cuatro, pero si un es
pectador la vacía verá que contiene ocho, o sea que el ca
pital se ha duplicado.
El plato está trucado. Contiene una ranura lateral por
la que previamente hemos introducido cuatro monedas. Al
presentar el plato al público, lo sostenemos por la parte de
la ranura, de modo que ésta quede disimulada por la ma
no. Al vaciar en la botella de vidrio oscuro las dos monedas
depositadas por el primer espectador, dejamos que salgan
otras dos de dentro del plato, y a la segunda vez repetimos
el truco. El público no notará nada, pues el tintineo produ
cido por dos o por cuatro monedas cayendo a la vez<es
prácticamente el mismo. Es evidente que al vaciar la bote
lla o frasco, encontraremos ocho monedas dentro: las cuatro
que nos han prestado los dos espectadores y las otras cuatro
introducidas previamente en la ranura lateral del plato.
Como en los platos de loza resulta difícil practicar la
ranura en cuestión (a menos que hayan sido fabricados ex
profeso), convendrá que sean metálicos y parcialmente ahue
cados por procedimiento mecánico.
mo pañuelo aparecerá ahora en B, en tanto que A estará lo. Claro está, es el pañuelo que poco a poco y con habili
vacío. dad se ha ido sacando del interior del huevo. Este, aplas
Los dos cucuruchos están trucados, pues ambas hojas de tado, quedará disimulado por el propio pañuelo, o habrá
papel contienen unas bolsas, también de papel, de capa quedado cculto en la mano del operador, o bien habrá pa
cidad estrictamente suficiente para que en ellos pueda ocul sado a su manga.
tarse totalmente un pañuelo de seda. El artista dispone de
dos pañuelos exactamente iguales, uno de los cuales coloca
previamente en la bolsa secreta que hay en la hoja de pa 147.—EL HUEVO Y LA BOLSA
pel que utilizará para hacer el cucurucho B. El otro pañue
Es muy conocido, pero siempre agradable, el truco de
lo lo pone en A, a la vista del público, pero con su varita lo
introduce en la bolsa secreta del propio cucurucho A, donde poner un huevo en una bolsa, sacudir ésta y ponerla de ca
queda oculto hasta el fin del experimento. Al tocar B con beza sin que el huevo se caiga (dando la impresión de que
su varita, saca el pañuelo correspondiente de la bolsa se ha desaparecido), para que a fin de cuentas el operador
creta y lo pasa al fondo del cucurucho (esta maniobra es introduzca su mano en la bolsa y saque tranquilamente el
huevo.
muy fácil si la varita cuenta con algún pequeño gancho ac
La bolsa ha de ser negra, para que su contenido no se
cionado por una corredera lateral).
Es evidente que al abrir cucuruchos, el pañuelo apare transparente. El huevo es de cartón, con un pequeño gan
cho en un extremo que le permita clavarse a la bolsa. Esta
cerá en B, en tanto que A estará aperentemente vacío.
podrá agitarse tanto como se quiera, sin que el huevo se
desprenda, pues para ello será preciso un adecuado movi
146.—EL HUEVO QUE SE VUELVE PAÑUELO miento de la mano del operador. Téngase cuidado de disi
mular con los dobleces de la bolsa, la presencia del huevo
La manipulación y escamoteo de huevos, a causa de su en su interior.
tamaño, requiere un meticuloso aprendizaje y mucha prác
tica. Para empezar, empléense huevos de dimensiones redu 148.—CAMBIO DE COLORES
cidas y artificiales, por ejemplo: de cartón, hule o cualquier
otro metal flexible. Pueden utilizarse también globitos llenos Un globo de goma, de determinado color, en manos del
de aire, en forma de huevo, susceptibles de ser agujerea operador, podrá tomar sucesivamente otros colores. Para em
dos y vaciados (cuidado con el ruidito de la explosión) en un pezar, muéstrese un tubo de cartón vacío (puede darse a
momento dado del experimento, con lo cual resultará muy examinar) y un globito rojo en la mano, aproximadamente del
fácil su ulterior escamoteo. tamaño de una bola de billar, o algo mayor. Introdúzca
Para la prueba del huevo que se vuelve pañuelo, utili se la mano y el globo rojo en el tubo, vuélvase a sacar in
zaremos un huevo de cartón, de una resistencia tal que per mediatamente, y el globo será ahora verde. Repítase la ope
mita ser aplastado con los dedos. A través de una pequeña ración, y será blanco.
ranura u orificio imperceptible para el público, habremos in Antes del experimento dispónganse los globos uno den
troducido previamente en él un pañuelo de seda, de tama tro del otro, tal como indica la figura 61, de modo que arri
ño grande, dejándolo que asome ligerísimamente por una pun ba quede el rojo, después el verde, y así sucesivamente.
ta. Cúbrase el huevo con la mano y frótese con las pal Procúrese que las dimensiones originales de los globitos sean
mas; al fin ábranse éstas y en ellas aparecerá un pañue diferentes, para que una vez inflados quede entre cada uno
El operador lleva en un dedo un alfiler con el cual va
picando el globo exterior cada vez que introduce su brazo
en el tubo, cuidando de ocultar con la mano los restos del
globo desinflado. También hay que disimular el pequeño
estallido que se produdrá cada vez, mediante un grito, un
golpe dado con el pie sobre el escenario, o algún instrumen
to de la orquesta, si la hay.
Como los globos que el operador va presentando son
cada vez más chicos, habrá que limitar el ejercido a deter
minado número de globos, para que no se note demasiado
las diferendas de diámetros entre el primero y el último.
151.—MONEDAS QUE ATRAVIESAN UNA BOTELLA
El clásico truco de ñores o arbustos que crecen rápida 165.—OTRO SISTEMA PARA GERMINAR SEMILLAS
mente en el escenario pocos instantes después de haber si
do plantados, tiene una explicación bien sencilla sabiendo Aquí el artista no se vale de ningún ayudante, pero em
que el operador utiliza una maceta de fondo movible y que plea una maceta más trucada que la anterior y can tapa.
cuenta con la colaboración de un ayudante. Quitada ésta, la maceta parece llena de tierra, en la cual
Para empezar presenta una maceta, aparentemente lle se echan las semillas mágicas. En realidad sólo hay un dis
na de tierra, en la cual echa unas semillas mágicas que tie co de tierra, de unos 12 Cms. de grueso, sostenida por un pa
nen la virtud de germinar en unos cuantos segundos. Pone pel. Debajo de la tierra hay un ramo de flores, ya prepara
la maceta sobre su mesa o directamente sobre las tablas do. La maceta tiene un doble fondo secreto, accionado por
del escenario; en este último caso lo hace en un punto don un resorte, que permite llevar las flores a la superficie de
de una porción de las tablas puedan ser quitadas y vuel la misma, rompiendo el papel que sostiene la tierra y ha
tas a poner. ciendo que ésta y las flores se mezclen.
El ayudante, oculto dentro de la mesa (recuérdese siem O bien la tapa trae un dispositivo especial que, me
pre la mesa indicada en la figura 45) o debajo1del escena diante un movimiento parcial de rotación de la misma, per
rio, quita el fondo movible de la maceta, introduce en ella mite asir el disco o torta de tierra, ocultándolo en su interior.
las flores o arbolitos convertidos, y los va empujando hacia Simultáneamente, el operador acciona el resorte del falso
arriba en tanto que el artista riega la maceta en el escena fondo, y las flores suben a la superficie. Luego, bajando por
rio o emplea su poder magnético para la rápida germina un instante la tapa y rasgando el papel que sostiene la tie
ción de las semillas. Una vez introducidas las flores, el ayu rra, se vacía ésta dentro de la maceta.
dante vuelve a poner el fondo movible de la maceta, colo Todo es asunto de oportunidad y perfecta coordinación* de
ca de nuevo las tablas movibles del escenario (o disimula movimientos, pues el menor retraso o anticipación en una de
la abertura en la superficie de la mesa), y el artista puede las maniobras puede echar a perder el experimento. Va
tomar la maceta y mostrarla al público por todos lados. le Ja pena, sin embargo, de estudiar todos los detalles y ha
La tierra de la maceta será muy blanda, poco apreta cer los ensayos que sean precisos, por ser esta clase de ac
da, o sólo habrá tierra en la parte superior de la misma, sos tos siempre muy bellos y espectaculares.
tenida por un débil papel de china, el cual se romperá cuan
do el ayudante haga presión con las flores o arbolitos. El
ayudante cuidará también de que la tierra no caiga al qui
tar el fondo movible, y si no pudiera evitarlo, la recogerá so-
166.—-EL NAIPE Y LA ESPADA
tijeras tal como indica la figura 70. Claro está que para deras. El número de posibilidades y variantes es tan gran
que el hilo pueda salir al exterior del sobre, habrá practica de, que con ellas se podría hacer un libro interminable. Lo
do anticipadamente en éste una pequeña ranura a lo largo mismo podría decirse de todos los demás trucos y trampas
del doblez superior. Muy sencillo. menáonados hasta aquí: cajas con dobles fondos, recipien-
tes de paredes movibles, mesas con aberturas, cuerpos hue
cos, etc.
Considere el aficionado los ejercicios de este libro como
171.—DESAPARICION Y APARICION DE UN modelos dentro de cada especialidad, y agudice su ingenio
PAÑUELO para descubrir por sí mismo otras variantes y aplicaciones
que aquí no podemos ofrecerle por falta de espacio, pues
Haga usted elegir un huevo, de entre varios conteni preferimos dedicar el que nos queda a actos de otra natu
dos en un plato, y recurra a algún sistema de elección for raleza.
zosa para que el elegido sea el de su conveniencia. Si fra Nunca olvide el lector que el buen ilusionista dpbe ha
casa, recurra al escamoteo. cerse a sí mismo por medio de la práctica y de la individua
Coloque el huevo, real o aparentemente elegido, en otro lización, más que a través de la fría y vulgar imitación.
plato, a la vista de todos. Ahora presente un pañuelo de
seda, que escamoteará a una sola mano. Diga a continua
ción que el pañuelo ha pasado al interior del huevo. Rom
pa éste y demuéstrelo.
La explicación es obvia: un pañuelo igual al mostrado
al público ha sido previamente introducido en el huevo, a
través de un pequeño orificio que luego ha sido disimulado
con un poco de yeso húmedo o de plastilina blanca. Para
evitar el problema de la elección forzosa, lo mejor será pre
sentar puros huevos trucados en el plato, todos con un pa
ñuelo dentro.
No hay que decir que lo mismo pueden emplearse hue
vos naturales vados, que artifidales (de cartón, celuloide,
etc.) El espectador encargado de elegir, deberá limitarse a
señalarlos, sin tocarlos.
172.—TUBOS Y TAPADERAS
Especialidades y Virtuosismo
179.—LIBERACION DE UN NAIPE
consiste en mover mucho las manos y los naipes, simulan pareje bien el mazo antes de devolvérselo, y entonces sa
do diversos cortes, pero volviéndolo a dejar todo tal como que usted de las barajas en un santiamén el mismo núme
estaba. Si un espectador, al revisar la baraja, ha alterado ro de cartas que él tardó tanto en contar, entregándoselas
el orden de las cartas, o si usted prefiere que sea él mismc para que diga si la cantidad es correcta.
quien baraje, deberá contar con un segundo mazo, ordena La baraja que usted utilizará para este acto tiene un pe
do a su gusto con el cual sustituirá el primero después de queño truco, consistente en un naipe ligeramente más cor
haber escamoteado éste. to de los otros y que irá abajo del mazo al empezar. Al
Por un conducto u otro, usted tendrá en la mano una recoger de nuevo el mazo, después de que el espectador
baraja cuyo orden de cartas conoce. Empiece a distribuir haya contado el número de cartas, pasa usted el naipe corto
éstas en sus bolsillos, de acuerdo con la distribución teórica arriba, de modo que quede inmediatamente a continuación
también establecida previamente (5 cartas en el bolsillo uno, de las cartas que el espectador ha separado y que él vuel
3 en el dos, etc.), hasta agotar la baraja. Cuando un es ve a colocar sobre la baraja. Entonces toma usted ésta, des
pectador le pida una carta, empiece por recordar qué lugar liza cartas con el pulgar, y al pasar el naipe corto se sus
ocupaba en la baraja ordenada por usted y, en consecuen penderá momentáneamente el deslizamiento, es decir, habrá
cia, en qué bolsillo ha de estar, y si es la primera o la se una interrupción brevísima, casi imperceptible, pero que us
gunda, o la que sea, de las que en él ha colocado. Si las ted aprovechará para separar las cartas que hasta entonces
operaciones previas han sido bien memorizadas, bastarán hubieren pasado y que serán, indudablemente, en la misma
uno o dos segundos para sacar, sin el menor titubeo, la car cantidad contada por el espectador.
ta requerida. Este ejercicio requiere un buen control de dedos y un
Si pone un número igual de cartas en cada bolsillo, la sentido del tacto muy desarrollado.
operación todavía resultará más fácil. Por ejemplo, si le pi
den el 7 de bastos, y usted sabe que está en la carta nú
mero 23 según su orden, y si usted ha puesto 4 cartas er. 183.—LA CARTA QUE SIEMPRE APARECE ENCIMA
cada bolsillo, dirá mentalmente: 4 x 5 , 20, y sobran 3; lue
go, el 7 de bastos será la tercera carta del sexto bolsillo. Presente a un espectador una baraja sin trucar, para
que elija una carta y la vuelva a colocar en medio de la ba
182.—EL CONTADOR EXPERTO raja. Ahora baraje usted mismo y demuestre que la carta
que el espectador puso en medio ha pasado arriba. En efec
Presente una baraja a los espectadores y pida a varios to, voltee la primera carta de la baraja, y será la elegida.
de ellos que cuenten un número determinado de cartas: Esto se logra mediante la maniobra llamada salto que^
veinte por ejemplo. El más rápido se tardará, por lo menos requiere un prolongado aprendizaje, y que consiste en rete
4 ó 5 segundos. Pero a usted le bastará el instante de un ner con la punta de la uña la carta que otra mano coloca
parpadeo para sacar de aquella misma baraja el número en la baraja y barajar sin soltarla, de modo que en un »
exacto de cartas que cualquier espectador le pida. momento dado pase arriba (o abajo, si conviene).
A fin de comparar la rapidez respectiva de cada quien, Este mismo ejercicio podrá repetirse con otros especta
haga usted que el espectador cuente primero el número de dores, y siempre la carta elegida por el primero (el rey de
cartas que desea, a ver cuánto se tarda; hecho esto, que copas, por ejemplo) aparecerá arriba, aunque los demás
vuelva a poner sobre la baraja las cartas contadas, que em se empeñen en colocarla en medio de la baraja. A partir
148 PROF. ADAMS LUTTER
Un bonito número, pot su sencillez y vistosidad. Tóme Aunque en esencia este ejercicio es idéntico al anterior,
se un trozo de cartulina, que se puede dar a revisar, y há se vale de un procedimiento muy distinto y altamente es
gase o encárguese a un espectador que haga un tubo, el pectacular.
cual sostendremos limpiamente con dos dedps y con las Se necesitan dos cajitas exactamente iguales en forma
mangas levantadas, sin efectuar ninguna maniobra sospe y tamaño (pueden ser dos cajas de cerillos), que llevan pe
chosa. Introduzcamos por uno de sus extremos un pañue- gadas unas pequeñas etiquetas de colores distintos, a fin de
lito de seda rojo. Vayamos empujándolo con nuestra varita poderlas identificar. Supongamos que una de las etiquetas
mágica, hasta que el pañuelo desaparezca por completo den es blanca y la otra verde. En la caja con la etiqueta blan
tro del tubo. Sigamos hundiendo la varita, lentamente, con ca, ponemos un pañuelo blanco. En la de la etiqueta verde,
estilo, y cuando el pañuelo empiece a asomar por el otro un pañuelito verde. Cerremos bien las dos cajitas, y suje
extremo, todos verán que ha cambiado de color, convirtién tárnoslas con una liguita que abarque las cuatro caras la
dose de rojo en azul. terales (Fig. 76). Es^ evidente que, sin quitar las ligas, no se
Entretanto, no hemos dejado de sostener limpiamente podrán abrir las cajas ni extraer su contenido. Por otra par
con dos"7dedos el tubo de cartulina que el espectador fabri te, tanto las cajas como los dos pañuelos han sido dados a
có con su propia mano. Nada impide que el pañuelo rojo revisar antes del acto.
sea dado a examinar antes de introducirlo en el tubo, pues Tomemos ahora las dos cajitas con las manos, con las
no contiene trucaje alguno. mangas levantadas para demostrar que nada ocultamos en
el antebrazo. Hagamos unos pases magnéticos y volvamos
a dejarlas donde estaban. Pídase a un espectador que qui
te las ligas y las abra. En la caja con la etiqueta blanca,
La explicación de este pequeño misterio reside en e)
trucaje de las etiquetas. Ambas son blancas por un lado y
verdes por el otro. La cara blanca de una y la verde de la
otra, o sea las que el público ve al comenzar el acto, son
engomadas, y han sido previamente humedecidas unos mo
mentos antes de iniciar el experimento. Por la otra cara las
etiquetas sólo van débilmente pegadas a sus respectivas
cajas, utilizando un poquito de engrudo o de harina disuelta
con agua. Al tomar el artista las cajitas, oprime una contra
otra siguiendo la línea de puntos de la figura. La pprte en-
aomada de cada etiqueta se pega a la otra caja, venciendo
la resistencia del engrudo; o sea que la cambia de lugar,
no son los pañuelos, sino las etiquetas.
187.—LOS DADOS ADIVINOS
El llusionismo de Altura
Peía terminar, haremos una breve incursión por los te
rrenos del gran ilusionismo, describiendo algunos números
de la más alta espectacularidad escénica, que todos los artis
tas famosos incluyen en su repertorio, complementándolos y
perfeccionándolos con detalles personales. Casi todos esos
actos requieren abundancia de material y de ayudantes, pe
ro al artista principiante no le será difícil encontrar alguna
variante sencilla, como un primer paso hacia su propia su
peración .
artista levanta su saco y pasa la mano por entre él y el cha asomen por el extremo inferior del pantalón. Cuando el ar
leco; el público ve que allí no hay nada, ningún depósito tista abre su saco para mostrarlo al público por su cara inte
secreto. Sin embargo, él sigue sacando banderas por su rior, lo hace en el instante en que habiendo vaciado un tubo
pequeño bolsillo a la altura del corazón. Ya ha sacado más y preparándose para vaciar el siguiente, no hay ninguna
de veinte y sobre el piso del escenario se está formando un bandera en camino. El gran Kelvin solía iniciar su actuación
enorme montón de telas de color. con este número, con el cual predisponía al público en su fa
Al fin logra cubrir todo el escenario con banderas. Allí vor por todo el resto del programa.
están presentados todos los países. Es la Fiesta de las
Banderas, un acto de solidaridad internacional. ¿Emotivo,
no? El público estalla .en un aplauso. Pero ¿de dónde han 199.—ANIMALES ARTIFICIALES
salido tantas banderas, cuya superficie total equivale a la
de veinte sábanas desplegadas, y cuyo volumen no podría Es muy común en los actos de ilusionismo y de suges
ser abarcado por los brazos de cuatro o cinco hombres? tión utilizar animales aparentemente legítimos, pero que en
Cuando el artista salió a escena no era más gordo de como realidad no son sino objetos artificiales, tan trucados como
se le ve ahora. Además, ¿por qué las banderas han salido muchos de los útiles que el artista utiliza para sus experi
unidas por sus puntas, formando un conjunto que oculta por mentos. La fabricación de falsos animales ha llegado a cons
completo todo el fondo del escenario, por grande que éste tituir una técnica maravillosa, y son tan excelentes las imi
sea? taciones, que en la inmensa mayoría de casos el público no
Bueno, las banderas son de seda, y el lector ya conoce sospecha nada, sobre todo si a la perfección técnica del ar
el poder de comprensión q u e tiene ese material. Antes de tificio se une la habilidad de maniobra por parte del operador.
su número el artista o sus ayudantes se pasaron no menos Los movimientos son conferidos a los animales artificia
de una hora enrollando cuidadosamente las banderas y cu les mediante botones y resortes que el artista acciona con
briéndolas con unos tubos de cartón o lámina muy delgada las manos. Oprímase un botón y moverá una pata, o torce
que él ha ocultado en la pierna del pantalón. Las banderas rá el cuello, o abrirá los ojos. Son verdaderos títeres en ma
van unidas entre sí con hilos delgados y resistentes, de mo nos del artista. Algunos hasta emiten los sonidos propios de
do que al tirar de una se arrastrará la siguiente, así hasta su especie. Los hipnotizadores que no poseen una confianza
acabar. La punta de la última bandera encerrada en un tubo, absoluta en sus dotes de sugestión, emplean falsos animales
enlaza con la punta de la primera bandera encerrada en el para sus experimentos. También son empleados en actos de
tubo que le sigue. Todo es una cadena. ilusionismo que exijan su escamoteo o sacrificio; para esto
Cuando el artista ha formado un montón de tela en eí último contendrán en su interior un líquido parecido a la san
suelo, lo empuja hacia uno de los lados del escenario, don gre, y para lo primero hay animales desarmables.
de un ayudante invisible tomará el hilo que asoma por la
primera bandera. Al sacar la última bandera lo hará en el
lado opuesto del escenario, para que un segundo ayudante 200.—LA MUJER QUE FLOTA EN EL AIRE
pueda tomar el otro extremo del hilo. Encaramados los dos
ayudantes, subirán los hilos, y la hermosa colección de ban Una mujer dormida y acostada sobre una tabla es le
deras desplegadas ondearán en el escenario. vantada poco a poco, hasta permanecer horizontalmente sus
Sujétense los tubos a la pierna, para que no resbalen y pendida en el aire. El artista pasa un aro a lo largo de su
Claro está que hay un cable. Es de acero templado, in
visible a causa de las condiciones escénicas en que el ar
tista trabaja. El cable rígido, adopta la forma de la figura
83. En A el cable se divide en dos formando un soporte pa
ra el.cuerpo de la mujer. Dos tirantes metálicos unen el
extremo del soporte con el punto B. El cable C desaparece
en lo alto del escenario, donde uno o dos ayudantes, valién
dose de las manos o de una polea, suben y bajan el conjunto.
Es evidente que el artista podrá introducir el aro en torno a
la cabeza de la mujer y llegar a los pies sin que tropiece con
nada. Hay que advertir que la mujer no está realmente
dormida.
GOMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 171
170 PROF. ADAMS LUTTER
retira las espadas, abre la caja, y su bella colaboradora sa algún trabajo perforar la madera) a fin de que su colabora
le de su encierro sin el menor rasguño. dora pueda desviar a tiempo la hoja y clavar el puñal por
El experimento es delicado y requiere una perfecta co el otro lado. Pudiendo ella arquear las piernas y encoger
laboración entre artista y su "víctima". Lo principal es re el cuerpo, el artista podrá ir clavando espadas prácticamen
cordar el orden en que las espadas serán clavadas y los lu te en todos los puntos de la caja.
gares precisos en que irán rasgando las paredes de la caja.
Se usan dos clases de espadas. Unas, las que empuña
el artista, son largas; otras, las que la mujer oculta entre sus
ropas al meterse en la caja, son cortas, como pequeños pu
ñales (íigura 84). La mujer, además, va provista de una lá
mina de acero, con la cual desvía las espadas que el opera
dor va introduciendo, aplicando la lámina sucesivamente en
los lugares debidos. Las espadas del operador, aparte de
no ser tan filosas como parece, son extremadamente flexi
bles, doblándose en dirección a lo largo de la caja tan pron
to como han perforado la pared, gracias a la placa metá
lica que la muchacha interpone. La espada curvada queda
por dentro pegada a la pared de la caja, sujeta por el propio
cuerpo y ropas de la muchacha. Esta, una vez encerrada,
se ha protegido las manos con unos gruesos guantes, a fin
de peder manejar las espadas sin lastimarse.
Por cada espada que el artista mete por un lado, la mu
jer hace salir uno de sus puñales por el otro, por los puntos
previamente estudiados, con lo que el público tendrá la cla
ra impresión de que la espada del artista ha entrado por
una cara de la caja y salido por la opuesta.
Luego, cuando el operador retira una espada, la mujer
retira el correspondiente puñal del otro lado, y así hasta
acabar. Los puñales y los guantes son guardados en una
trampa secreta en el interior de la caja. Las espadas del
operador recobran su derechura al ser extraídas de la caja,
y una vez abierta ésta, la supuesta víctima saltará sonrien
te e ilesa. En la misma figura 84 se ve la mujer acostada
en la caja, una espada doblada por un lado y el puñal sa
liendo por el punto de prolongación de aquélla.
Hay que estudiar y recordar bien los puntos por donde
el operador irá clavando sucesivamente sus espadas, opera
ción que efectuará con cierta lentitud (como si le costara
1. —Adivinar un núm ero........................................................................... 11
2. —Otro método para adivinar un núm ero...................................... 12
3 . —Los dedos de la mano ._. . . ...................................................... 13
4 —La suma f a t a l....................................................................................... 13
5 . —Adivinar una r e s t a ........................................................................ 13
6 . —Para confundir a un m atem ático............................................... 14
7 . —El sastre cortador............................ ................................................... 15
8 . —Un problema de gramática ....................................................... 15
9 . —Transmisión del pensamiento .................................................. 15
10.—Claves sin p a la b ra s............................................................................ 17
11. —Transmisión mecánica del pensam iento................................. 17
12. —Adivinar una carta .......................................... ......................... 18
13. —Adivinación de una carta sin c á lc u lo s ........................ •.. 19
COMO H ACERSE PRESTIDIGITADOR 175
174 PROF. ADAMS LU TTER
Pág.
?á g .
89. —Pañuelo que aparece en la m a n o ......................................... 68 117. —El pañuelo c o rta d o ..................................................................... 93
91. —La canica que a p a r e c e ............................................................... 69 119. —Misteriosa desaparición de una m o n ed a............................. 94
92. —La carta que ya no e s t á ............................................................. 69 120. —Las agujas en h e b ra d a s............................................................. 95
93. —La elección forzada....................................................................... 70 1 2 1 . —Lluvia de p a ñ u e lo s .................................................................... 96
94. —Una variante del m ism o............................................................... 70 122. —Variante del a n te rio r..................................................... .. 96
95. —La carta a través de un som brero......................................... 71 123. —El pañuelo a través de un v a s o ............................................... 97
96. —La carta que se transforma en la m a n o ................................ 72 124. —La bola que cambia de c o lo r ............................................... 98
97. —El abanico de n a ip e s .................................................................. 72 125. —Otro ejercicio con hilos in v isib les......................................... 99
98. —El acordeón de n a ip e s ................................................................ 73 126. —El mismo ejercicio, pero más d ifíc il.................................... 99
99. —Adivinación espectacular de una c a r t a ............................... 73 127. —La caja m á g ic a ......................................................................... 100
100. —El billete de banco quem ado................................................... 74 128. —La tinta como refresco .............................................................. ]02
101..—El pañuelo y la caja de c e rillo s .............................................. 75 129 —La tinta que no en n eg rece......................................................... 103
102. —La botella de los mil lic o re s .................................................... 75 130. —El au tóm ata................................................................................. }03
103. —El vaso que se llena s o lo ......................................................... 77 131. —La botella de las m arav illas................................................. 104
104 —Las mesas del ilu sio n ista............................................................ 79 132. —Duplicación de un c a p ita l................................................ ]05
105. —La baraja ca m b ia d a .................................................................. 133. —Una barrica im provisada........................................................ 106
106.—La botella invencible....................................................................... 81 134. —Aguq que se convierte en c in ta s .......................................... 106
107. —El huevo transformado en g a llin a ........................................ 135. —El pañuelo y los plum eros.................................................... 107
108. —Trampas de diversos e s tilo s ........... .................................. *3 136. —Pañuelos que cambian de dom icilio................................... 108
137. —La carta que cambia de c o lo r .............................................. 108
178 PROF. ADAMS LUTTER COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 179
Pág.
Pág.
SEPTIMA PARTE
138.—La caja que se llena s o l a ......................................................... 109
139 —La moneda d esap arecid a........................................................... 110 ESPECIALIDADES Y VIRTUOSISMO
140. —La carta que no se q u e m a ....................................................... 111
141. —Un brindis com pleto.................................................................. 111 173. —El pájaro revivido...................................................................... 137
142. —Una jaula que se e sfu m a ...................................................... 112. 174. —La tortilla m á g ic a ...................................................................... 138
143. —Desaparición de un vaso lle n o .............................................. 112 175. —La moneda que e n c o g e .......................................................... 139
144. —La cacerola em b ru jad a........................................................... 113 176. —El huevo que desaparece con las m a n o s ....................... 140
145 —El pañuelo que v i a ja .................................................................... 113 177. —La caja de las so rp resas...................................................... 141
146.. —El huevo que se vuelve p añ u elo ......................................... 114 178. —Otra caja para sorp resas........................................................ 143
147. —El huevo y la b o l s a ................................................................. 115 179. —Liberación de un n a ip e ........................................................... 143
148.—Cambio de co lo res......................................................................... 115 180.—Adivinación m a g n ética ................................................................ 144
149. —¿Una o dos b o lita s?................................................................... 116 181. —¿Prestidigitación o m em oria?................................................ 145
150. —El vaso que no se m o ja ......................................................... 117 182. —El contador exp erto................................................................... 146
151. —Monedas que atraviesan una b o te lla .................................. 118 183. —La carta que siempre aparece e n c im a ............................. 147
152. —El dado que desaparece . . . . ^ ........................................... 119 184. —El pañuelo te ñ id o ...................................................................... 148
153. —Desaparición de varios d a d o s ................ . ................ .. .. 119 185. —Otro método para teñir p añ u elos........................................ 149
154. —Variante del an terio r................................................................ ¡20 186. —La tinta inofensiva..................................................................... 150
155. —Los dados y el som brero...................................................... 120 187. —Los dados a d iv in o s.................................................................. 152
156.. —La caja em brujada................................................................... 121 188. —Los nudos hechizados........................................... ¡ ............... 153
157. —La botella que flota en el a i r e ............................................. 122 189. —Construcciones de p a p e l......................................................... 154
158. —Un acto mágico de Houdini................................................... 123 190.—Las sombras ch in escas.................................................................. 155
159. —El tubo prodigioso...................................................................... 123 191. —Los aros m á g ic o s ....................................................................... 156
160. —Variante del a n te rio r................................................................ 124
161. —Otra variante del a n te rio r...................................................... 125 OCTAVA PARTE
162.—La carta transform ada................................... ............................... 125
EL ILUSIONISMO DE ALTURA
163. —Reproducción de b o l a s ............................................................ 127
164. —Semillas que germinan al in sta n te .................................... 123 192. —El ara c h in a ................................................................................ 159
165. —Otro sistema para germinar se m illa s.................................. 128 193. —La transformación de una persona en o t r a ...................... 161
166. —El naipe y la e s p a d a ....................................... ... .................... 130 194. —La cuestión de los " d o b le s " ................................................. 162
167.—La caja obseq u iosa........................................................................ 131 195. —La mujer partida en d o s ......................................................... 162
168. —Un vaso que se vacía s o l o .................................................... 132 196. —Pasar a través de un m u ro ................................................... 163
169. —Los pañuelos in creíb les............................................................. 133 197. —Crecimiento de á r b o le s ........................................................... 164
170. —Las tijeras m á g ic a s.................................................................... 133 198. —La fiesta de Jas b a n d e ra s...................................................... 165
171. —Desaparición y aparición de un p añ u elo ........................... 134 199.—Animales artificiales...................................................................... 167
172. —Tubos y tap ad eras..................................................................... 134 200. —La mujer que flota en el a i r e ............................................... 167
201.—La mujer acuchillada..................................................................... 1S9
Esta obra consta de 2,000 ejem
plares y se terminó de imprimir
en el mes de febrero de 1962 ea
los talleres gráficos OLIMPO.
México 2, D. F.