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COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR

como h a c e r s e
PRESTIDIGITADOR
AL LECTO R
© 1962
Derechos reservados
conforme a la ley.
El autor solicita le sea concedida la perdonable vani­
dad de suponer que ha escrito una obra distinta a las de­
más dentro de su género. Ello cree haberlo logrado:

lo .—Refundiendo en un solo volumen de balo precio, un


repertorio completo de actos -de prestidigitación que otros au­
tores presentan únicamente en forma parcial o distribuyen
en una larga y costosa serie de libros, con miras mercantilis-
tas más que pedagógicas.

2o.—Incluyendo desde los más sencillos (aunque visto­


sos) trucos familiares, hasta los más espectaculares efectos
escénicos, ofreciendo asi una obra amplia y variada, tanto pa­
ra el principiante como para los ya iniciados.

3o.—Presentando los ejercicios en un orden de dificul­


tad creciente (dentro de ciertas limitaciones inevitables), con
lo que el libro adquiere un valor de método, cosa que no
sucede en otros manuales desprovistos de un plan de ense­
ñanza.

4o.—Redactando los textos en forma concisa, aunque


sin perjuicio de la claridad; es decir, eliminando la litera­
tura innecesaria de que otros autores abusan con el fin de
Impreso en los talleres grráficos OLIMPO. Imprenta 205. ganar espacio.
México 2, D. P. ’
5o-—Ilustrando con dibujos los actos que por su natu­
raleza exijan una explicación gráfica, para que el alumno
6 PROF. ADAMS LUTTER

comprenda claramente y sin esfuerzo, en qué consiste cada


ejercicio.

Si el lector, conforme vaya conociendo el libro, está de


acuerdo en que tiene ante sí un Manual, completo, variado,
metódico, conciso y claro, el autor podrá sentirse satisfecho
de haber escrito, realmente, una obra útil y distinta.
ALGUNOS CONSEJOS UTILES
EL AUTOR.
Guía de normas prácticas y sicológicas para el buen afi­
cionado:

1. —Tenga fe en sd mismo. Adquirir una técnica de pres-


tidigitación no es cosa fácil, pero todo se logra con un poco
de voluntad y constancia. No se desanime ante las prime­
ras dificultades; piense que la recompensa siempre llega, con
frecuencia en el momento más inesperado.

2. —Considere usted que tiene una disposición natural


para este arte, pues si no la tuviera, no le interesaría. Es
ley natural de la vida que sintamos la necesidad © el gusto
de practicar aquellas actividades para las cuales estamos
interiormente preparados.

3. —Trabaje con método, distribuyendo por etapas el


camino a recorrer, y sin asustarse por la longitud total del
mismo.

4. —Por encima de todo, practique. En el terreno del ilu-


sionismo, la práctica es el 99% del éxito. Durante su apren­
dizaje consulte con sus familiares y amigos de confianza,
para que le señalen fallas y defectos. El espejo es también
un magnífico consejero.

5. —Conozca las características íntimas de los implemen­


tos y aparatos que use en sus ejercicios, así como ias cau­
sas científicas (físicas, mecánicas, químicas, ópticas, etc.) de
cada experimento.
8 PROF. ADAMS LUTTER COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 9

6. —Junto con su habilidad técnica, vaya desarrollando acto. Si tanto insisten, ofrézcales una variante del número
una soltura de movimiento, una limpieza de trabajo y un anterior, pero nunca el mismo exactamente.
sentido del "humor" que hagan de usted un artista elegan­
te. Todos los buenos prestigitadores han sido distinguidos y 13. —Cuide su presentación personal. Un artista con un
simpáticos. aire de personalidad predispone automáticamente al públi­
co en su favor. El traje negro, aparte de ser el más serio,
7. —No presente ningún número en público hasta estar facilita ciertos ejercicios que exigen el empleo de hilos u
razonablemente convencido de que no le va a fallar. La se­ otros objetos oscuros.
guridad en sí mismo, es esencial para el éxito de la prueba
Por si falla, tenga preparado un comentario humorístico y 14. —En lo posible, adopte un estilo personal de traba­
conserve la serenidad. jar, o al menos matice su actuación con unos rasgos carac­
terísticos, dejando en su público la impresión de que usted
8. —Aprenda a trabajar con los nervios en reposo, pa­ es un artista con personalidad propia, distinto a los demás.
ra hacer frente con entereza a interrupciones y contratiempos
imprevistos. Sea siempre cortés con su público, pero posea 15. —Sus triunfos no deben envanecerlo, sino al contra­
un repertorio de respuestas irónicas o mordaces para los que rio, estimularlo hacia la perfección. Persiga la superación,
pretendan perderle el respeto a usted. y piense que la senda del virtuosismo es interminable. Am­
plíe su repertorio, presente actos de su propia creación.
9. —Por espectacular que sea un número, perderá gran Aprenda a fabricar usted mismo, o a mandar construir según
parte de la vistosidad si el público ya sabe de antemano sus indicaciones, los aparatos que necesite para sus experi­
qué va a pasar. La sorpresa es el alma de la prestidigita- mentos.
ción. Por lo tanto, usted nunca deberá decir en qué consiste
el número que va a presentar. 16. —Procure leer obras de los grandes maestros ilusio­
nistas, y también sus biografías personales, con lo cual des­
10. —Busque las palabras y comentarios más apropiados arrollará su técnica y formación espiritual.
a cada acto. Su charla tendrá que ser amena y estimulan­
te, a fin de mantener vivo el interés del auditorio mientras 17. —Aunque usted sólo aspire a ser un aficionado, su­
dura el desarrollo del experimento. Al hablar refiérase, a jétese de todos modos a las normas anteriores. El hecho de
lo que e6tá haciendo o a lo que ya ha hecho, pero no a lo ser un aficionado no impide que ejerza su actividad con el
que aún falta por hacer. mismo pundonor y dignidad que los profesionales.
11. —Las palabras, ademanes, paseos por el escenario,
etc., son mangníficos medios para desviar parcialmente la
atención de los espectadores, lo que le concederá a usted
una mayor libertad de maniobra.

12. —Por mucho que se lo pidan, no repita un experi­


mento que ha salido bien a la primera vez. No se arries­
gue a destruir Ja buena impresión que el público guarde del
PRIMERA IPARTE

Ejercicios de Habilidad Mental


Con los siguientes ejercicios, que más tarde podrán com­
binarse con verdaderos actos de ilusionismo, el aficionado
adquirirá una práctica de actuación ante el público en lo que
se refiere a presentación, ademanes, comentarios y contac­
tos con el auditorio. Serán el primer paso para romper el
hielo, vencer la timidez y lograr, en principio, una persona­
lidad a desarrollar.

1.—ADIVINAR UN NUMERO

Pida que alguien escriba un número de tres cifras, des­


iguales la primera y la última. Debajo del número, el espec­
tador escribirá la misma cantidad, pero al revés. Restará las
dos cantidades, de arriba abajo o de abajo arriba, según
se pueda. Debajo de la resta escribirá la misma resta, al
revés, y sumará las dos cantidades, obteniendo un número
que finalmente multiplicará por 2. Usted, vuelto de espaldas
y hasta con los ojos vendados, simulará hacer un esfuerzo
mental y dirá que la cantidad final es el número 2178.
La explicación consiste en que cualquier número de tres
cifras, desiguales la primera y la última, sometido a las ope­
raciones indicadas, da por resultado 2178. Por ejemplo:
Nótese que los resultados finales también serán iguales
aun omitiendo la multiplicación por 2, en cuyo caso el nú-
mero definido será 1809.
revés, y restará de a b a jo o de arriba abajo, según se
pueda. Hasta aquí se procede como en el problema 1. Pre­
gunte cuál es la última cifra, o sea la de la derecha del resul­
tado. Entonces diga usted rápictamente el resultado completo.
Para ello tendrá en cuenta que en el centro siempre va
un 9, y que la cifra de la izquierda será la diferencia entre
las otras dos. Por ejemplo, si la última cifra es 2, la primera
será 9 -2 = 7 , y el resultado final será 792.

Supongamos que alguien ha escrito el número 188


—Me dirás de qué color es el pañuelo de este caballero.
—Blanco.
—Dime rápidamente cuántas monedas tengo en la mano.
—Ninguna.
—Muy bien; ahora me dirás qué número ha escrito es­
ta niña.
—Siete.
—¿Puedes decirme de qué color es la bolsa que estoy
tocando?
—Verde.
—A ver, dime cuántos años tiene el niño que está con­
migo.
—Once.
—Rápido, ¿podrás decirme cuántos centavos trae en la
mano?
—Ochenta y cinco.
—Atención, ¿de cuánto es el billete que este señor me
muestra?
—De veinte pesos.
—Fíjate y escucha bien ¿puedes decirme qué número ha
escrito la señora en este papel?
—El 162.
—Me dirás de qué color es el vestido, dime cómo es el
lazo, y a ver si también podrías decirme el color del abriqo.
—Eli vestido es blanco, el lazo azul y el abrigo amarillo.
18 PROF. ADAMS LUTTER
COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 19
teléfonos), que ponen en contacto al operador con su ayu­ Este es el resultado — 138— que el espectador nos da.
dante. Este hace preguntas a los espectadores, en voz baja,
Restando mentalmente 15, quedará 123. El final nos dirá
y las respuestas de cada interesado, por quedas que sean, el palo (trébol), y las otras dos cifras el número de la carta
son recogidas por el aparato del ayudante, oculto entre sus (12, o reina). En caso de discrepancia, se revisarán los cálcu­
ropas (en el cuello o en la manga) y transmitidas al ejecu­ los hechos por el espectador, o se confirmará lo escrito por
tante, situado en otra habitación de la casa v con micrófo­ él en su papel secreto.
no reae<ptor. El ayudante simula entonces formular la pre­
gunta en voz alta, y la respuesta correcta no tarda en llegar.
Lo más difícil a veces es disimular los hilos que comu­ 13.—ADIVINACION DE UNA CARTA SIN CALCULOS
nican a los dos actores. Estos hilos suelen bajar por entre
las ropas del cryudante, y luego van por el pie de la pared Preséntense 27 cartas cualesquiera, y pídase a un es­
o por entre los intersticios de las duelas. Cuídese de que pectador que piense una, sin tocarla ni decirla. Háganse a
la instalación quede debidamente preparada antes de pre­ continuación tres montones de a 9 cartas pasándolas una
sentar el número. a una, y pregunte en cuál de los tres montones ha queda­
do la carta elegida. Recoga los tres montones, cuidando de
que el indicado por el espectador quede en medio de los
12.—ADIVINAR UNA CARTA otros dos. Repita la misma maniobra otras dos veces, siem­
pre haciendo tres montones de a 9 cartas, y al recoqerlos
Este ejercicio se hará con la baraja francesa. El as val­ ponga entre los otros dos el montón donde en cada caso ha­
drá 1, el jako 11, la reina 12, el rey 13, y las demás cartas ya quedado la carta elegida.
por su número. Después de la tercera vez, cuente 14 cartas a partir de
Pídase a un espectador que piense una carta (palo y nú­ cualquier extremo. La carta que haga 14 será la pensada
mero) y que la escriba en un papel que él mismo guardará, por el espectador.
sin mostrarlo absolutamente a nadie. Después, que dupli­
que mentalmente el valor de la carta, que le sume 3, y que
el total lo multiplique por 5. Finalmente, que sume 1, 2, 3 ó
4, según que el palo sea corazones, diamantes, tréboles o
picas, respectivamente.
Le pedimos que nos diga el resultado final, del cual
restamos mentalmente 15, quedando un número de 2 ó 3
cifras. La última, la de la derecha, indicará el palo, y la
otra o las otras dos el número. Ejemplo:

Carta pensada: Reina de trébol. Su valor . . . 12


Duplicando ese valor .......................................... 24
Sumando 3 .............................................................. 27
Multiplicando por 5 ................................................ 135
Sumando el valor del palo (3 para el trébol) 138
SEGUNDA PARTE

Trucos de Salón
Los ejercicios de esta serie son fáciles de preparar y
sólo requieren implementos sencillos. Son propios para ser
presentados en reuniones íamiliares o de amigos, y le pro­
porcionarán al aficionado, una práctica experimental de la
mayor utilidad.

14.—EL PALILLO INTACTO

Extiéndase un pañuelo y sobre él coloqúese un palillo


entero. Cúbrase éste con un pañuelo, y pídase a un amigo
que lo quiebre, sin soltar usted el pañuelo. Desdóblese éste,
y el palillo aparecerá intacto. Si se desea podrá marcarse
previamente el palillo, para demostrar que es el mismo.
El palillo que la otra persona realmente rompe ha sido
introducido con anterioridad en uno de los dobladillos del
pañuelo, quedando oculto. Este es el que usted ha de rom­
per.

15— EL NUDO MISTERIOSO

El nudo de la figura 1 parece complicadísimo. Sin em­


bargo, bastará tirar simultáneamente de ambos extremos pa­
ra que al instante se deshaga.
SEGUNDA PARTE

Trucos de Salón
Los ejercicios de esta serie son fáciles de preparar y
sólo requieren implementos sencillos. Son propios para ser
presentados en reuniones familiares o de amigos, y le pro­
porcionarán al aficionado, una práctica experimental de la
Mayor utilidad.

14.—EL PALILLO INTACTO

Extiéndase un pañuelo y sobre él coloqúese un palillo


entero. Cúbrase éste con un pañuelo, y pídase a un amigo
que lo quiebre, sin soltar usted el pañuelo. Desdóblese éste,
y el palillo aparecerá intacto. Si se desea podrá marcarse
previamente el palillo, para demostrar que es el mismo.
El palillo que la otra persona realmente rompe ha sido
introducido con anterioridad en uno de los dobladillos del
pañuelo, quedando oculto. Este es el que usted ha de rom­
per.

15.—EL NUDO MISTERIOSO

El nudo de la figura 1 parece complicadísimo. Sin em­


bargo, bastará tirar simultáneamente de ambos extremos pa­
ra que al instante se deshaga.
(Fig. N<? 1)

Lo importante es recordar la forma exacta del nudo,


pues el más leve error hará fracasar la prueba Practíquelo
repetidamente a solas antes de presentarlo en público.

16.—LAS TIJERAS LIBERADAS


siste en colocar adecuadamente los cuchillos. Logrado esto,
se podrá- hacer que sostengan en su cruce una capa llena o
cualquier otro objeto que no sea demasiado pesado.

19.—LA CARTA DE LA BARAJA

¿Puede pasar un hombre por un orificio practicado en una


corta de la baraja de dimensiones normales? La respuesta es
afirmativa, y aún sobra espacio, si se procede como indica
la Fig. 4 .
23.—LA MONEDA QUE CAMINA

Pónganse sobre el mantel de la mesa dos monedas, y en


medio de ellas otra moneda de menor grueso. Sobre las dos
primeras, apoyándose los bordes de una copa volteada, (Fig.
6). ¿Quién podrá sacar la moneda delgada, sin tocar ésta
ni la copa?
tendrá fácilmente sobre la punta de un cuchilllo o de cual­
quier otro objeto puntiagudo (lápiz, dedo, etc.).
Todos los ejercicios de esta serie, relacionados con cues­
tiones de equilbrio, tienen su razón científica en el desplaza­
miento que experimenta el centro de gravedad del sistema
después de la operación de lastrado.
Si el mantel no está tenso o el tirón es débil, el mantel arras*
trará los objetos y éstos caerán al suelo. Otra condición in­
dispensable es que las dos manos tiren a la vez. exactamen­
te en el mismo instante.
La explicación física es la de que el movimiento nece­
sita un tiempo para propagarse. Por lo tanto, si el tirón es
instantáneo, el mantel cederá antes de que su movimiento se
comunique a los objetos que sostiene .
Empiécese por practicar con un pañuelo o servilleta con­
teniendo objetos irrompibles hasta llegar a hacer el experi­
mento con un mantel provisto de vajilla.
Sobre el mismo principio físico se basa el siguiente ejer­
cicio.
arrugas ni TOturas. Dóblese tal como indica la figura 11, y
procediendo con tiento, se levantará la botella.

35.—LA COPA SOBRE EL FILO DE UN NAIPE

Preséntese un naipe común y corriente, en posición v*r-


37.—LA BOLA, EL TAPON Y LA BOTELLA

Sobre el cuello de una botella póngase un tapón de ma­


yor diámetro. Sobre el tapón, una bolita o canica que que­
pa por la botella. ¿Cómo hacer que la canica pase al inte­
rior de la botella sin tocar ni una ni otra?
La solución consiste en dar de lado un golpe seco al
tapón. Este se apartará, y la canica, conservando su posi­
ción, caerá dentro de la botella. Si el golpe es débil, el ta­
pón arrastrará a la canica, en su vuelo.
Esta dase de ejercicios requieren varios ensayos, has­
ta encontrar la forma exacta y el punto preciso donde de­
ben darse los golpes. Una vez encontrado, podrá repetirse
tantas veces como se desee, siempre con éxito.
En seguida viértase vino, a chorro moderado, sobre la
cepa superior. El vino bajará por la parte exterior de la co­
pa, y al llegar a la abertura se introducirá en ella y, lo más
asombroso, empezará a subir por las paredes interiores de
la copa superior, desalojando el agua en ella contenida.
Terminada la operación, la copa inferior seguirá contenien­
do agua, pero la superior habrá transformado su contenido
envino. (Fig. 14).
Se trata de un notabilísimo efecto basado en el princi­
pio físico de la superposición de Kquidos de diferentes den­
sidades .
TERCERA PARTE

Ejercicios de Prestidigitación Pura


Son los que se realizan exclusivamente a base de dedos,
sin trucos ni recursos de otra especie. Exigen tenacidad y
constancia, pues sólo pueden llegar a dominarse después de
repetidos intentos y tanteos. Este aprendizaje es indispensa­
ble, por constituir la primordial base técnica de la actuación
futura del prestidigitador, palabra que, por su origen, no
significa ni más ni menos que "dedos rápidos".

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43— ESCAMOTEAR UNA MONEDA

Muéstrese la palma de la mano con una moneda en ella.


Ciérrese la mano, ábrase de nuevo, y la moneda ha desapa­
recido. ¿Dónde está?
La moneda ha quedado presa de canto entre dos de-
dos, asomando por el otro lado de la mano, (Fig. 17). Los
dedos, al cerrarse sobre la palma, acomodan la moneda, le­
vantándola y empujándola hacia abajo.
Preséntese la mano vacía en posición oblicua, para que
no se vea aparecer la moneda por el otro lado.
El mismo ejercicio puede practicarse utilizando el pul­
gar para empujar y ocultar la moneda, pero los otros dedos
también tendrán que ayudar.
ncmcias logradas le servirán de estímulo, convenciéndolo de
que sí puede llegar a hacerlo en sólo 1 ó 2 segundos. Lo
importante es que, aparte de la cuestión tiempo, efectúe cada
ejercicio con la mayor perfección posible. Hacerlo en 20 se­
gundos y bien, ya es algo, hacerlo en uno y mal, no es nada.

48.—LA MONEDA QUE APARECE

Procediendo a la inversa que en el ejercicio 43, la mo­


neda oculta entre los dos dedos volverá a la palma de la
mano. El ejercicio consiste en presentar primero la mano va­
cía; se cierra, se vuelve a abrir, y muestra una moneda.
Para que vuelva a la palma la moneda sujeta entre dos
dedos (ver Fig. 17), será preciso hacer presión contra ella,
valiéndose de la mesa o del propio cuerpo. En cualquier
caso la maniobra ha de ser rápida, muy discreta, cuidan­
do de cerrar los dedos con la oportunidad debida para que
vayan ocultando la moneda conforme ésta se introduce de
nuevo en la palma.
Las observaciones personales del aficionado y sus tan­
teos ante el espejo serán, indudablemente, de mayor utilidad
que las indicaciones teóricas en cuestión de detalles.
54— LA TIRA CORTADA

Una tira de papel, de 1 ó 2 Cms. de ancho y unos 30 de


largo, es cortada en 5 ó 6 trozos, los que se irán encimando.
Después se enrollarán o doblarán, presionando con los de­
dos. Finalmente, sepárense los trozos y la tira irá aparecien­
do intacta.
Para este acto se necesitan dps tiras de papel idénticas,
una de las cuales se ocultará previamente, muy bien dobla­
da, entre los dedos o en la palma de la mano, protegida por
el pulgar. La otra es la que se corta en presencia del pú­
blico .
Una vez doblados o enrollados los pedacitos, se substi­
tuyen por la tira entera, lo que constituye un neto ejercicio
de prestidigitación, pues todo depende de la habilidad de
los dedos cd cambiar una tira por otra.

55— LA CINTA MAGICA

Ejercicio a una sola mano. Esta es mostrada al público,


aparentemente vacía. Se cierra, se abre, y de pronto se
desarrolla en ella u na larga cinta de color, que puede te­
ner hasta algunos metros de longitud si es de sed a muy fina.
La cinta no tendrá arriba de 2 Mm. de ancho, y estará
enrollada al comenzar la prueba, sujeta entre la parte pos­
terior de dos dedos, como la moneda de la figura 17. Ha­
ciendo presión contra el borde del rollo que forma la cinta,
ésta pasará a la palm a de la mano, y sujetándola con un
dedo por su extremo libre, se desenrollará libremente. Es un
acto tan vistoso, que justifica el tiempo y paciencia que su
preparación requiere.
©1 de recibir la baraja con la mitad de ella en un sentido y
la otra mitad en otro, y en un par de segundos presentarla
ordenada. Procediendo tal como indican las dos primeras
figuras 28 y 29, podrá ver una carta intermedia.
Naturalmente, la mano tiene que ocupar, con relación
a los espectadores, una posición que permita que los dedos
encubran la maniobra. Si mientras se ejecuta ésta, la mano
describe un movimiento de rotación en el aire, la operación
pasará completamente inadvertida.
60 PROF. ADAMS LUTTER

•Lj L f ,er<í !los de P^stidigitación pura son interminables,


y m dedicando a ellos la obra entera se agotarla el tema.
Preferimos seguir adelante con la presentación de números
prácticos, aconsejándole al aficionado que, por su cuenta y
so re la marcha, vaya adquiriendo la habilidad manual que
cada uno de ellos requiere.

CUARTA PARTE

Experimentos Físico-Químicos
La física y la química son dos poderosos aliados del
prestidigitador e ilusionista, por el vasto repertorio de nú­
meros, tan sorpresivos como espectaculares, que le permi­
ten realizar. Generalmente la presentación de estos núme­
ros requiere una buena dosis de habilidad personal, así co­
mo de limpieza de ejecución, por cuyo motivo serán de la
mayor utilidad para el progreso y proporcionamiento del afi­
cionado-. Nunca olvide que, aun empleando productos quími­
cos y aparatos trucados, casi siempre serán sus manos y su
pericia individual, los factores determinados del éxito.

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62.—LA PARTA GIRATORIA

Se necesitan dos botellas del mismo alto, una plaquita


de vidrio (o de cualquier otro material pulido), un tapón
que ajuste en una de las botellas, una aguja para tejer (grue­
sa y, por lo menos, de unos 20 Cms. de largo), una aguja de
coser común y corriente, y un popote (de escoba) que pue­
da quedar sujeto en el ojo de esta última. Prepárese todo tal
como indica la figura 33.
Se trata de que, sin tocar nada, la aguja de coser gire
sobre sí misma y que haga girar el popotito clavado en su ojo.
Esto se logra aplicando la llama de una vela al centro
de la aguja tejedora. El calentamiento hará que se dilate;
63.—LA MANO QUE NO SE QUEMA

Presente ante la concurrencia una varilla de hierro can­


dente y pregunte quién se ve con ánimos de sostenerla con
la mano desnuda. Como es natural, nadie se atreverá.
Pero usted sí podrá hacerlo a condición de que previa­
mente se haya frotado bien las manos con una solución de
jabón y alumbre hirviente, la cual habrá dejado enfriar an­
tes de aplicarla a sus manos, las que así preparadas se han
vuelto insensibles al calor.
Dispóngase el conjunto tal como señala la figura 34, pro­
curando que el alfiler pase exactamente por el centro de la
vela, de manera que al empezar ésta quede en equilibrio ho­
rizontal. Enciéndanse los dos cabos libres, y tan pronto co­
mo por uno de ellos caiga la primera gota de cera, la vela
empezará a oscilar, y así continuará hasta consumirse.
70.—PANORAMA DESVANECIDO

Cuando lleguen sus amigos, muéstreles una pintura he­


cha por usted en un papel común y comente, y manifieste
sentirse muy orgulloso de su artística creación. Con un pre­
texto cualquiera, dé a guardar la joya a uno de ellos. Al
cabo de unos minutos pida su devolución, y proteste enér­
gicamente por el hecho de que le devuelva un papel en blan­
co. Si hay confianza con el amigo, censúrele con acritud.
Todo consiste en que usted, para pintar su paisaje, no
ha utilizado pinturas corrientes, sino una solución líquida de
cloruro de cobalto. A la temperatura normal la imagen se­
rá invisible, pero calentando el papel a los rayos del sol
o cerca de la lumbre, el dibujo se verá perfectamente. Será
en este momento cuando usted dará a guardar el papel a
su amigo, protegiéndolo con otro para que él no note lo ca­
liente. Después el papel se enfriará en su bolsillo o donde
sea que lo guarde, y las imágenes desaparecerán.
58 PROF. ADAMS LUTTER
COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 59
uno de sus extremos eran unas pinzas u otro objeto protector,
para que sus dedos no se quemen. Mientras usted tenga la cajita en su mano, consérvela
Vaya bajando la tela metálica, como si quisiera aplas­ rigurosamente en posición horizontal. Al entregarla al es­
tar la llama, y verá que ésta también va descendiendo, sin pectador, voltéela hábilmente, d,e modo que ahora el áci­
sobresalir por el lado superior del enrejado. ¿Cómo hacer pa­ do sulfúrico quede arriba, para que, destruyendo el papel
ra que la llama cruce la tela y se muestre completa? intermedio, haga contacto con la cal, lo que provocará un
Sólo hay un medio, y es el de acercar un cerillo encen­ calor tan insorportable al cabo de unos segundos, que el
dido a la tela, poniéndolo sobre la llama. Esta será inme­ otro tendrá que soltar la oaja y proferir una exclamación.
diatamente atraída, y pasará por entre las mallas que por El éxito del número consiste en disimular la maniobra
sí sola no había podido atravesar. del volteado de la cajita.

77.—LA IOLLA DE PAPEL


75.—INCENDIOS A VOLUNTAD
Su auditorio no creerá que usted pueda hervir agua en
Disuelva partes aproximadamente iguales de fósforo y un vaso de papel común y corriente, por lo que será preciso
bisulfito de carbono en agua, obteniendo una mezcla líquida hacer una demostración.
con la cual mojará varios papeles. Distribuya éstos por la Empiece por confeccionar el vaso utilizando una hoja
casa antes de que lleguen sus amigos. de papel para cartas. (Un buen ilusionista debe saber ha­
Al evaporarse dicha mezcla, los papeles se encenderán cer toda clase de construcciones en papel; hay pequeños ma­
solos, y si cada papel fue tratado a una hora distinta, se nuales especializados). Practíquense dos pequeños orificios
irán encendiendo por tumo, provocando cada vez un sobre­ laterales, por los que pase un cordón que permita sostener­
salto entre la concurrencia... hasta que ya nadie preste lo sin quemarse, y póngase agua a discreción. Luego apli­
atención al fenómeno. qúese al vaso la llama de un mechero de gas u hornillo de
alcohol.
El agua dentro del vaso hervirá antes de que el papel
arda. Naturalmente, hay que poner una cantidad modera­
76.—UNA BROMTTA PESADA da de agua. Conviene también que el vaso oscile ligera­
mente sobre la llama, para que ésta no dé continuamente en
Sostenga en su mano una cajita, todo el tiempo que el mismo punto. Ensáyese antes de presentar el acto en pú­
quiera, sin experimentar la menor molestia. Pase la misma blico.
cajita a la mano de un espectador y hágale lanzar un grito
a los pocos instantes.
La cajita es d® metal, del tamaño de una oaja de fós­ 78.—UN PALADAR REFINADO
foros. En el fondo lleva 5 gramos de ácido sulfúrico. Enci­
ma de éste, sin tocarlo, un papel delgado, de las mismas di­ Sus amigos tampoco le creerán si le oyen decir que los
mensiones de la caja y pegado a sus bordes interiores con cerillos de madera tienen un paladar refinado y que saben
un poco de dúrex. Sobre el papel, 4 ó 5 gramos de cal viva. distinguir muy bien entre lo que es sabroso y lo que no lo
es. Prepárese para demostrarlo.
co PROF. ADAMS LUTTER

COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 61

Pregunte a 5 espectadores cuál prefiere cada uno de las


bebidas siguientes: vino rancio, vino tinto, leche, licor de
menta o agua, y vaya sirviéndoselas a petición, advirtién­
doles que en modo alguno deben ingerir el líquido. (Más
adelante veremos una variante más espectacular de este mis­
mo acto, donde cada espectador sí podrá beber el líquido
por él escogido).
La preparación del número es como sigue: al agua de la
(Fig . N? 36) botella, simple en principio, se le agregará una pequeña can­
tidad de solución de cloruro de hierro y unas gotas de áci­
Póngase la punta de un terrón de azúcar en contacto do sulfúrico. En las copas se habrá puesto previamente unas
con el agua, precisamente en el centro del círculo formado gotas de las siguientes sustancias químicas.
por los cerillos, y éstos se acercarán inmediatamente, demos­ En la la.: solución de sulfocianuro de potasa. En la 2a.:
trando su afán por las cosas dulces. la misma solución, pero mucho más concentrada (más sul-
Reagrúpense los cerillos, volviéndolos a su posición ini­ focianuro y menos agua-. En la 3a.: solución de cloruro de
cial, y ahora tóquese el agua con la punta de una pastilla bario. En la 4 a .: una solución combinada de ferrocianuro y
da jabón. Los cerillos se alejarán sin pérdida de tiempo. ¿Tie­ cromato potásicos. En la 5a.: nada.
nen o no un paladar refinado? Al llenar cada una de las copas con el agua preparada
en la botella, irá resultando un líquido que tendrá la mis­
79.—LAS DOS BOLITAS DE CORCHO ma apariencia visual de las bebidas antes indicadas.

En la misma palangana del ejercicio anterior, coloqúen­


se dos bolitas de corcho, lo más esféricas y pulidas que sea
posible. 81.—COLORES REVUELTOS
Al principio, las dos bolitas se atraerán. Sitúense a una
distancia de una pulgada la una de la otra, y se buscarán Ponga un litro de agua en una botella y disuelva en
mutuamente. Inmovilícese una de ellas, y la otra se precipi­ ella de 20 a 30 gramos de polvos de palo diel Brasil, opera­
tará a su encuentro. ción que durará aproximadamente una hora, por lo que de­
Ahora úntese una de ¡as bolitas con grasa y sucederá berá efectuarla antes de presentar el número. El líquido de
todo lo contrario, pues dejada cerca de la otra, las dos se la botella seguirá pareciendo agua simple, y como tal debe
repelerán, distanciándose entre sí. presentarla al auditorio.
También tendrá preparados tres vasos, conteniendo: el
80.—LA BOTELLA MAGICA uno, nada; el segundo, unas gotas de limón; y el tercero,
unas limaduras de hierro. Diga que en la botella hay líqui­
Muestre una botella, al parecer conteniendo agua sim­ do de varios colores, pero que usted, con su poder mágico
ple, y 5 vasos o copas opacas, también al parecer vacíos. (o con un toque de su varita, o con unos pases magnéticos)
podrá separarlos. Seguidamente proceda a llenar los vasos.
En el primero, resultará agua. En el segundo, que con-
62 PROF. ADAMS LUTTER

tiene gotas de limón, se verá un líquido amarillo; y en el


tercero tomará un color morado.
Como los polvos de palo del Brasil comunican a veces
un tono ligeramente rosado al agua, será preciso emplear
una botella opaca, o bien decir al auditorio que, por razo­
nes de presentación, se han añadido al agua unas gotas de
colorante.
El experimento resultará mucho más vistoso si primero QUINTA PARTE
se dan a examinar los tres vasos al público sin que con­
tengan nada, y luego, en virtud de una hábil maniobra de
prestidigitación, se pasan a ellos las gotas de limón y las li­ La Prestidigitación Aplicada
maduras .
En esta situación presentaremos una vasta serie de ac­
tos, con tendencia al virtuosismo escénico, y en los cuales
podrá el aíicionado ejercitar la técnica y la personalidad in­
dudablemente adquiridas a través de los capítulos anteriores.
En muchos de los actos siguientes intervendrán apara­
tos trucados, o sea implementos de fabricación especial, cu­
ya constitución íntima deberá disimularse en todo momen­
to ante el público, dando la impresión de que el artista actúa
en una forma natural, aunque inexplicable.
Esos aparatos trucados pueden adquirirse fácilmente en
las casas del ramo, pero nada impedirá que el aficionado,
basándose en los diseños que le ofrecemos, los construya per­
sonalmente o los mande construir según sus propias indi­
caciones. Los demás grandes ilusionistas de fama interna­
cional han contado con su taller individual de mecánica y
carpintería, donde fabrican a su gusto y criterio los apara­
tos y mecanismos necesarios para sus creaciones.
Aconsejamos al aficionado que en ningún caso se preci­
pite y que practique repetidamente a solas cada número an­
tes de presentarlo en público.

82.—LA BOTELLA DESOBEDIENTE

En una botellita hecha de cuello angosto y base ancha


(Fíg. 37). Póngala horizontalmente sobre la mesa, y luego
(Fig . N9 37)

El truco consiste en un perno metálico (o clavo sin ca­


beza) que se introduce en el cuello de la botella, de modo
que no sobresalga. Con el perno dentro, la botellita per­
manecerá acostada: sin el perno, se levantará, a causa de
la gravedad.
Al entregar la botella a otra persona, hágalo inclinan­
do aquélla de cabeza, de modo que el perno se deslice por
sí solo, y usted lo recibirá en la palma de la mano, ocul­
tándolo discretamente con los dedos.
La base de la botella ha de ser maciza. Las paredes in­
teriores del cuello han de ser bien lisas, para que el perno
o cualquier objeto que haga de contrapeso pueda resbalar
con facilidad.
85.—LA VARITA Y EL PAÑUELO

Se haoe a la vista del público un cucurucho de papel,


en cuyo interior se coloca el pañuelo de un espectador. Se
muestra el cucurucho, para que todos vean que el pañuelo
está dentro. En seguida el artista toma su varita y la intro­
duce en el cucurucho, con el aparente propósito de hundir
el pañuelo hasta el íondo.
Hace otro cucurucho, que sitúa a cierta distancia del
primero, y dice que en virtud de unos pases magnéticos da­
dos con su varita, el pañuelo lo pasará del primer cucuru­
cho al segundo.
Introduce la varita en éste, da los pases magnéticos, re­
tira la varita, y abre los cucuruchos. El primero está vacío.
En el segundo aparece el pañuelo.
La varita tiene un dispositivo, accionado por una corre­
dera lateral, que permite que por el extremo que apunta
hacia el pañuelo asomen unos ganchos que toman el pa­
ñuelo y lo introducen en el interior de la varita. Cuando el
artista va al segundo cucurucho, acciona la corredera a la
inversa, y el pañuelo es expelido. Conviene que éste sea
de seda y no demasiado grande, para que pueda comprimir­
se lo suficiente.
Por medio de la varita, con un mecanismo de ganchos
en su interior, puede lograrse la desaparición y aparición
de toda clase de objetos, siempre que éstos quepan dentro
de la varita.
68 PROF. ADAMS LUTTER COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 69

Tómese la moneda, efectúense unos pases magnéticos leco del artista, y de él parte un hilo (color carne o negro,
en dirección al bolillo, escamotéese entretanto la moneda según las circunstancias escénicas y de vestuario, que so­
mediante alguno de los procedimientos conocidos, conser­ bresale algunos centímetros por entre dos botones del cha­
vándola en la mano. Ahora tómese el bolillo, introdúzcase leco.
en él la moneda por el lado opuesto al público (conviene Durante la frotación, el operador llevará sus manos al
que el pan se ablande, para que la presión de los dedos pecho, en posición vertical, y tomando el hilo por el pun­
tenga que ser menor), y en seguida rómpase visible y lim­ to donde las manos se unen a las muñecas, irá tirando há­
piamente el bolillo, sujetándolo únicamente por las puntas, bilmente de él hasta que el pañuelo pase a las palmas.
»
hasta que la moneda caiga sobre la mesita de trabajo. Sin
tocarla, invítese al espectador para que diga si es la misma 91. —LA CANICA QUE APARECE
que éi entregó y marcó.
Muéstrense limpiamente las manos, y después de una
89.—EL PAÑUELO QUE APARECE EN LA MANO breve frotación entre ambas, hágase aparecer en ellas una
canica.
Súbanse ambas mangas del saco y de la camisa en Para este acto se usa un falso pulgar, debajo del cual
señal de honestidad. Muéstrense las dos manos, por el se ocultará la canica previamente. Cierto que el dedo será
derecho y por el revés, con los dedos bien extendidos. El más largo de lo debido, pero si está en constante movimiento
público quedará plenamente convencido de que allí no hay y doblado en dirección de la mano, nadie se fijará en el de­
nada. talle.
Llévese una palma sobre la otra e inicíese una suave Durante la frotación, quítese el falso dedo, recójase la
labor de frotación. Al cabo de unos instantes, separe las bolita, escamotéese la funda de hule o plástico, y presén­
manos y en ellas aparecerá un pañuelo de seda de vivos tense las manos sosteniendo la canica.
colores. Generalmente resulta más fácil escamotear la funda que
Uno de los dedos (el mayor o el pulgar) es artificial, volverla a acomodar en el dedo verdadero, pues esta manio­
es decir, el dedo verdadero está recubierto por una funda bra, a menos que se tenga una gran práctica, requiere siem­
de plástico delgado y opaco, del mismo color que la carne pre el recurso de la otra mano.
e imitando perfectamente un dedo humano. Entre el plás­
tico y la piel se habrá acomodado previamente un pañue- 92. —LA CARTA QUE YA NO ESTA
lito de seda. Al frotar las manos entre sí, se maniobra de
manera que el pañuelo vaya saliendo; apenas empiece a Pida a un espectador que piense una carta y que él
asomar, el pulgar de la otra mano hará ccsi todo el trabajo. mismo se encargue de buscarla en la baraja. Cuando la
Es un bonito número, espectacular y desconcertante. haya encontrado, que la coloque debajo del mazo volteado.
Usted toma el mazo y efectúa un cambio inverso (Ejer. 56),
90.—VAPJANTE DEL ANTERIOR a fin de que la carta elegida pase arriba. Vuelve a dejar
el mazo, pero escamotea la carta por alguno de los proce­
El efecto y presentación son los mismos. Pero el pa­ dimientos indicados en las Figs. 20 a 26. Pida al especta­
ñuelo no está oculto en un dedo artificial, sino en el cha­ dor que baraje y que busque de nuevo su carta. Como la
70 PROF. ADAMS LUTTER COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 71

operación puede ser larga, usted toma asiento mientras es­ cado por otro legitimo, mediante una hábil labor de esca­
pera. moteo, y déles el segundo mazo al espectador para que va­
El otro se pone a buscar una y otra vez, y al fin tiene ya pasatido cartas, esta vez a vistas, y cuando llegue el 6
que reconocer que no encuentra la carta. Entonces pregún­ de bastos dígale que esa es la carta que él eligió.
tele: "¿Qué carta está usted buscando?'" Contesta que la so­ También puede utilizarse el mazo de cartas iguales pa­
ta de oros, y usted exclama: “|Pero, hombre; si e sa carta no ra que varios espectadores elijan la misma carta, experimen­
está en la b araja!" En efecto, al levantarse, la sota de oros to que podrá derivar hacia un acto de telepatía, si usted di­
aparece en la silla donde estaba sentado. ce que en realidad cada espectador eligió una carta distinta,
No hay que decir que, una vez escamoteada la carta, us­ pero que usted, con su poder de sugestión, ha unificado sus
ted la lleva a su silla, sentándose sobre ella. mentes, obligándoles a ver la misma carta.

93— LA ELECCION FORZADA


95— LA CARTA A TRAVES DE UN SOMBRERO
Llámase “elección forzada" a la maniobra que consiste
Dé a examinar un sombrero de copa, para demostrar a
en hacer que un espectador elija la carta que el artista de­
su auditorio que no está trucado. Muestre una carta cual­
see, a fin de facilitar la ejecución de su acto. Ninguno de los
quiera (el as de oros, por ejemplo) y échela dentro del som­
procedimientos ideales hasta la fecha es absolutamente in­
falible, exceptuando el que a continuación indicamos y que brero . La carta atravesará el sombrero y caerá al suelo. Re­
permite realizar actos como el siguiente: cójala y empújela hacia arriba, tratando de que atraviese
Se presenta al espectador un mazo volteado, de mo­ de nuevo el sombrero, esta vez de abajo arriba. Cuando lo
haya Logrado, muestre el sombrero para que todos vean que
do que él sólo vea el dorso de las cartas. Se le pide que
saque una, que la mire y que vuelva a acomodarla en la el as de oros vuelve a estar dentro.
baraja. Entréguese ésta a otro espectador, o al mismo, para Para este curioso número se necesitan dos cartas igua­
que baraje tanto como desee, pero siempre al estilo ameri­ les, dos ases de oros en nuestro caso. Una se tiene empal­
cano, o sea sin poner de cara ningún naipe. Entonces diga mada en la mano que sostiene el sombrero, digamos la iz­
usted que a la carta equis (la número 17, por ejemplo) apa­ quierda. Con la derecha se tira la otra dentro del sombrero,
recerá la elegida. Vaya usted contando y pasando cartas, y simultáneamente deja caer al suelo la carta que tenía em­
sin voltear a ninguna, y al llegar a la l'7a. voltéela y de­ palmada, dando la impresión de que es la primera que ha
muestre que es la. elegida por el espectador. atravesado el sombrero.
La verdad es que tanto habría usted podido decir la 17a. Recoja la carta caída, y mientras simula hacerla pasar
a través del sombrero, empálmela de nuevo en la mano
como la 5a. o la 2a., pues todas las cartas de aquella bara­
que sostiene aquél. Luego saque de dentro del sombrero la
j a . .. son iguales.
otra carta que en realidad allí ha estado todo el rato, pues
la que usted deja caer y recoge del suelo es la previamente
94— UNA VARIANTE DEL MISMO empalmada.
El empalme en este caso es relativamente fácil, pues la
Partiendo de un mazo con todas las cartas iguales (sei­ mano que oculta la carta queda protegida por el propio som­
ses de bastos, por ejemplo), sustituya a tiempo el mazo tru- brero que sostiene.
98.—EL ACORDEON DE NAIPES

También es muy espectacular el acto de pasarse la ba­


raja de una mano a la otra, en una sucesión rapidísima de
cartas, abriendo y cerrando entretanto los brazos como si se
estuviera tocando el acordeón.
El ejercicio también requiere un prolongado entrena­
miento, aconsejándole al aficionado que empiece con pocas
cartas y las manos fijas, a corta distancia una de la otra.
Ejespués, irá ampliando esa distancia y moviendo más libre­
mente las manos. Desde luego, es indispensable desde el
principio que las cartas a disparar estén curvadas, de pre­
ferencia convexamente (con el centro de cada naipe hacia
afuera), si bien algunos prestidigitadores prefieren la curva­
tura cóncava (el centro hacia la mano que sostiene las car­
tas) de un modo u otro, la curvatura es indispensable, pues
de ella depende que al ser disparadas las cartas adquie­
ran la fuerza suficiente para llegar en línea recta hasta la
otra mano que debe recibirlas.
en varios dobleces, introdúzcase en un sobre chico (de tar­
jeta de visita, ciérrese éste y quémese a la llama de un ce­
rillo o encendedor.
Hecho esto, sáquese del bolsillo un sobre idéntico al pri­
mero, y entréguese al espectador para que lo abra y diga
si el billete que va adentro es el mismo que prestó.
El artista utiliza dos sobres iguales, que presenta jun­
tos, de modo que sólo parezcan uno. Uno de ellos contiene
un papel cualquiera doblado de la misma manera que se
doblará el billete. Este es guardado en el otro sobre vado;
y el que se quema es naturalmente el que contiene el papel
cualquiera, quedando el otro empalmado en la mano, como
si fuera un naipe. Luego el artista simula sacarlo de su bol­
sillo .
La parte más delicada del acto consiste en escamotear
el sobre que realmente contiene el billete.

101.—EL PAÑUELO Y LA CAJA DE CERILLOS

Muéstrese una caja de cerillos, cuyo estuche sea de los


que van cerrados por un lado, y dése a examinar. Mués­
trense también las dos manos, con los dedos abiertos, y vol­
téense para que todos vean que no contiene nada. Pídase
a un espectador que coloque la caja de cerillos, vaáa, en
la palma de una de nuestras manos.
Pongamos una mano contra la otra, con la caja enme­
dio, y al separarlas contendrán un pañuelo de seda.
Explicación: la cajita tiene un pequeño doble fondo por
el extremo cerrado, donde con anterioridad se ha apretuja­
do la mascadita de seda. El operador lleva oculto en la uña
un pequeño alambrito, finísimo pero resistente, doblado por
uno de sus extremos en forma de diminuto gancho, con el
que perfora la caja y extrae el pañuelo mientras oculta la c a ­
ja con las manos.

102.—LA BOTELLA DE LOS MIL LICORES

Este experimento, conocido en principio desde hace mu­


todas las copas, para demostrar que no contienen nada. Des­
pués dará a probar a varios espectadores el contenido de la
botella, hasta agotar el agua simple que hay sobre el ta­
pón secreto. Naturalmente, todos dirán que aquello es agua.
El artista dirá a continuación.
—Ahora, con la ayuda de mi varita mágica, haré cjue
esa agua se convierta en la clase de licor que cada uno de
ustedes desee. ¿Usted, qué prefiere, señor? Puedo servirle
anís, curacao, crema de vainilla, licor de almendras.
E irá sirviendo lo que le pidan, bastándole llenar con so­
lución la correspondiente copa y esperar unos instantes pa­
ra que la esencia se disuelva y el líquido adquiera el color
y sabor adecuados.
El empleo de la varita mágica es indispensable en este
acto, pues lo que con ella se hace en realidad, mientras se
simulan los pases magnéticos, es empujar al fondo de la
botella el tapón «de vidrio que impedía la salida de la solu­
ción preparada.

103— EL VASO QUE SE LLENA SOLO

Es muy curioso ver cómo un vaso se llena solo en ple­


no escenario, lejos de toda botella o recipiente visible.
Para poder efectuar esta maravilla, se necesita un apa­
rato como el representado en la figura 44. Contra de una
bolsa de hule A, en comunicación con un largo tubo B, que
termina en una llave de paso C. La bolsa se llena d.e lí­
quido quitando la tuerca D. que une la bolsa con el tubo.
La bolsa se suspende del hombro del operador, por debajo
de sus ropas, mediante una correa E.
El tubo corre por debajo de la manga del operador, de
modo que la llave de paso C queda a la altura del puño
de la camisa, por la parte inferior de la muñeca.
El vaso o copa utilizado en el experimento trae un ori­
ficio en la base, por el cual se introduce el extremo del tu­
bo. La llave de paso se acciona oprimiéndola contra el cuer­
po, bastando un leve, aunque bien estudiado movimiento del
antebrazo, para abrirla o cerrarla.
104— LAS MESAS DEL ILUSIONISTA

Entre los útiles de trabajo de todo mago figura una me-


sita, que aparentemente sólo sirve para sostener los objetos
necesarios para sus actos, pero en realidad contiene una
gran cantidad de mecanismos y trampas. Toda mesa de
prestidigitador está trucada, dependiendo el trucaje de los
necesidades, conocimientos y fantasía de cada artista.
Los mecanismos de estas mesas pueden ser accionados
por el propio operador en el transcurso del acto, o por algún
ayudante oculto entre bastidores, mediante hilos convenien­
temente distribuidos.
Algunas mesas traen en su interior un mecanismo de
cuerda que hace que determinada maniobra se produzca
automáticamente en determinado momento.
Otras contienen dispositivos que son accionados por me­
dio de la corriente eléctrica. En este caso los hilos van por
dentro de las patas y luego por debajo de las tablas del
escenario, hasta las manos dél ayudante secreto.
Las patas de las mesas suelen ser extensibles, a fin de
que la superficie pueda quedar a la altura que cada caso
requiera.
La superficie de la mesa presenta trampas, es decir, tra­
mos que pueden bajarse o correrse a voluntad, con el obje­
to de escamotear determinados objetos; sustituyéndolos por
otros previamente ocultos en el interior d.e la mesa.
En caso de que la mesa esté protegida por un tapete,
éste tiene orificios y aberturas hábilmente disimuladas que
permiten el paso y sustitución de objetos. Los flecos del ta­
pete sirven a veces de hilos accionados de los mecanismos
invisibles.
Algunas mesas traen también aberturas laterales para
permitir la salida de objetos. Situada la mesa junto a la pa­
red o decoración, el objeto irá a manos de un ayudante,
quien luego se encargará de ponerlo al alcance del artista,
si así lo exige el experimento.
En fin, la descripción de una mesa de mago, con todas
sus modalidades y variantes, sería interminable. Bástele sa­
80 PROF. ADAMS LUTTER COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 81

ber al aficionado, que cada una de esas mesas es una cue­ Estas precauciones son inevitables en los teatros con se­
va secreta de resortes, trampas, pedales, correderas, falsas gundos y galería, donde parte del público queda situado en
superficies, hojas movibles, aberturas, etc. alto. Tratándose de un local con sólo lunetario, y situando la
Veamos algunos actos a base «le mesas trucadas. mesa en un nivel más alto que la vista de los espectado­
res, podrá maniobrarse con mucha más libertad.

105.—LA BARAJA CAMBIADA


106d—LA BOTELLA INVENCIBLE
Muéstrese una baraja a los espectadores y pídase a uno
Sobre la mesa preséntese una botella hecha con lámi­
de ellos que, una vez revisada, la deposite personalmente so­
na de hierro, hueca y vacía, e invítese a varios espectado­
bre la mesita. Hecho esto, el espectador vuelve « su buta­ res, algunos niños entre ellos, para que suban al escenario
ca, en tanto que el artista permanece alejado de la mesa. y traten de levantar la botella, manteniéndose el artista a
Este va y viene por el escenario, haciendo sus comentarios. cierta distancia.
Al terminar su charla, envía unos pases magnéticos a la me­ Hágase probar primero a un hombre, y se verá que por
sa, invita de nuevo a subir al mismo espectador, o grupo de más esfuerzos que realice, no logrará levantar la botella.
espectadores, y éstos ven con asombro que el mazo de nai­ Prueba a continuación un niño, y la levantará con una sola
pes se ha transformado en otro: o más pequeño, o con otro mano. El artista dirigirá entonces una frase irónica al hom­
dibujo en el reverso de los naipes, o con menos cartas, o de bre, sugiriéndole que repita el intento, pero de nuevo fra­
cartas iguales; o bien, si era una baraja española, se ha casará, en tanto que el niño levantará la botella tantas veces
transformado en francesa. como desee.
La explicación es que el artista, en una de sus idas y El artista podrá explicar el acto en virtud de su poder
venidas por el escenario, ha pasado por delante de la mesa, mágico que a distancia convierte la botella en muy ligera
aunque a cierta distancia, ocultándola por un instante a la o en muy pesada, o bien atribuirlo a unos pases magnéticos
vista del público, mismo instante que el propio artista, va­ de su varita mágica; pero la verdad es que en el interior
liéndose de un hilo invisible, o su ayudante entre bastidores, de la mesa hay un poderoso imán que sube o b aja accio­
han aprovechado para accionar la falsa superficie de la me­ nando desde los bastidores. Si el imán está retirado, no
sa, haciendo que desaparezca el mazo depositado por el es­ ejercerá influencia alguna sobre la botella; si está cerca de
pectador y que aparezca en su lugar, y en el mismo sitio, ésta, la retendrá.
otro mazo anticipadamente colocado dentro de la mesa. Para este experimento conviene utilizar una mesa con su­
El paso del operador por delante de la mesita será a rit­ perficie metálica, la cual podrá cubrirse con un tapete.
mo lento, pero continuo, como la persona que realmente pa­
sea sin detenerse ni una fracción de segundo. Tanto si es
el propio operador o su ayudante quien deba accionar el co­
rrespondiente mecanismo, será conveniente hacer una dis­ 107.—EL HUEVO TRANSFORMADO EN GALLINA
creta señal en el suelo a fin d,e saber en qué instante precise
del paseo del artista por el escenario habrá que accionarse Dése a examinar un huevo y un sombrero de copa. Pí­
el mecanismo, pues el adelanto o retraso más insignificanteí dase a un espectador que ponga el huevo en el centro de
echarían a perder el experimento. la mesita y que lo cubra con el sombrero. Cuéntese hasta
de y tendrá la forma indicada en la Fig. 45. Un paño cu­
brirá el mueble hasta casi el ras del suelo, cubriendo lo más ha­
cia adentro que sea posible. En virtud de la forma del mue­
ble, el paño colgará holgadamente por los lados, y el artis­
ta, en un gesto casual, podrá empujarlo hacia adentro, dan­
do la impresión de que todo es hueco debajo de la superficie
de la mesa. Desde luego, ésta no será mayor de lo estric­
tamente necesario para que pueda albergar a un ayudante
de poca envergadura y músculos elásticos.
El paño tendrá, en su parte superior, una abertura disi­
mulada, sobre la cual se colocará el huevo y el sombrero.
Mientras el operador cuenta hasta tres, el ayudante acciona­
rá las hojas movibles de la mesa, quitará el huevo y pon­
drá la gallina. Seguidamente disimulará la abertura en el
paño, volviéndolo a dejar todo como estaba.
Con un poco de música de fondo se podrán ahogar los
cacareos previos de la gallina, o bien se le habrá practicado
anticipadamente una pequeña operación en la garganta pa­
ra que no pueda emitir ningún sonido.
84 PROF. ADAMS LUTTER
COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 85
La bolsa de malla en la silla de la figura 48 será un buen los dos lados emparejados, para que crea que es una baraja
auxiliar para que el mago pueda depositar en ella, a la pa­ legítima.
sada, los objetos que quiere hacer desaparecer. Asegúrese Naturalmente, el espectador no deberá ver las cartas de
previamente de que la bolsa no se verá desde ningún ángu­ frente, pues en seguida notaría la enorme cantidad de treses
lo del locaí. de espadas. Tendrá que limitarse a cortar por el lugar que
La figura 49 representa un tocador o mesa de operaciones desee, siempre con la baraja volteada, pudiéndolo hacer in­
con su propio bastidor o pegado a la decoración contenien­ distintamente a lo largo o a lo ancho de la b araja. Es eviden­
do un orificio disimulado y, atrás de él, una bolsa o canasti­ te que los dedos que aplique al extremo recortado, tenderán a
lla para recoger objetos. levantar cualquiera de las cartas largas, por ser más fáciles
de coger que las otras. Naturalmente, la carta que quede en­
cima del corte será una de las no rebajadas, es decir, un 3 de
espadas. Partiendo de esta base, el artista podrá seguir ade­
109.—LA ELECCION FORZADA DE NAIPES lante con su acto, sin haber visto la carta que el espectador
guardará en su poder (o que el propio mago quemará a la
Muchos trucos de prestidigitación con naipes, se basan en vista del público para luego hacerla aparecer en otro lugar
la elección forzada, lo cual consiste en hacer que el especta­ del teatro).
dor elija de entre las cartas de una baraja la que le conviene En caso de que, a pesar de las precauciones tomadas, el
al artista. Ya dijimos en el número 93 que no hay ningún sis­ espectador levantara una de las cartas iguales, dejando so­
tema cien por cien infalible; sin embargo, hay algunos recur­ bre el corte una de las surtidas, el artista le suplicará que
sos (aparte del que entonces indicamos) que muchos ilusionis­ vea (o guarde o le entregue) la anterior, o sea la que va
tas expertos emplean con cierta confianza y que garantizan abajo del mazo superior. El caso es que la carta que sirva
al aficionado un alto porcentaje de probabilidades de éxito. de base al acto sea una de las iguales.
Uno de ellos, y de los más efectivos, es el siguiente: se
toma la mitad de una baraja común y corriente, y se comple­ 110.—UNA APLICACION DE LA BARAJA ANTERIOR
ta con la otra mitad de una baraja trucada cuyas cartas sean
todas iguales (freses de espadas, por ejemplo). O sea que si En la forma recién indicada, se da a escoger una carta
la baraja es de 48 cartas, tendremos 24 treses de espadas y a un espectador. Le pedimos que la vea, que la doble bien
24 cartas surtidas. No es preciso que esta proporción sea y que nos la entregue. La tomamos limpiamente, entre la
exacta; algunos ilusionistas prefieren 3 cartas surtidas, por punta de los dedos y la quemamos. También puede pedírse­
cada carta original. Lo indispensable es que sus reversos ten­ le al espectador que la queme él mismo. A continuación la
gan exactamente idénticos ornatos. carta aparecerá en otro lugar cualquiera (en nuestro bolsillo,
Las cartas surtidas se dejan tal como están. Las iguales debajo de un sombrero, etc.)
son pasadas por una guillotina de precisión, a fin de quitar­ La explicación del acto sería obvia después de las indi­
les de 1/2 a 1 mílimetro, a lo ancho y a lo largo, o sea que caciones contenidas en el número anterior.
quedarán un poco más chicas que las otras. Barájense las
48 cartas, para que queden bien mezcladas, y emparéjense 111.—LA APARICION MAGICA
por 2 de sus lados, ocultando lo disparejo de los otros 2,
y preséntense así al espectador, de modo que él sólo vea Esta es una espectacular vanante del ejercicio prece­
Dése a escoger una carta, por medio del sistema de elec­
ción forzosa, y qpémese a la vista de todos, o póngase den­
tro de un sombrero. Pregúntese entonces el nombre de la
carta elegida, y en el mismo instante de oí> la respuesta, pá­
sense las manos por delante del marco, como en un gesto
de invocación. Al retirar las manos, la carta en cuestión apa­
recerá en el marco.
El ilusionista Fen-Li dirigía un fogonazo al marco. Al
desvanecerse el humo, aparecía la carta.
En caso de Haber guardado la carta en un sombrero,
se escamoteará con la mano al tomar la prenda y se presen­
tará ésta vacía; pero siempre resulta más espectacular que­
mar la carta o hacer que algún espectador lo haga.
Ahora sólo falta decir que uno de los montantes del mar­
co está trucado. Es hueco por dentro y contiene una peque­
ñ a ranura vertical por la que se introduce la carta (en nues­
tro caso un 3 de espadas) antes del experimento. Por medio
de un resorte o de un simple hilo invisible manejado por un
ayudante, la carta sale de su escondite y se acomoda en el
marco en el instante en que el artista pasa las manos o
lanza el fogonazo.
88 PROF. ADAMS LUTTER COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 89

Supongamos que para determinada prueba necesitamos En fin, procederá de un modo o de otro según las carac­
que un espectador elija un huevo trucado de entre varios terísticas temperamentales (y de sexo y de edad) que atri­
que le presentamos en un plato y de los cuales hemos roto buya a cada espectador. Con ello, al decir de muchos ex­
previamente uno o dos para hacer creer al público que to­ pertos, se aumenta notablemente el porcentaje d© probabi­
dos son legítimos. Si el trucaje del huevo es sencillo, lo mejor lidades en favor de una elección conveniente a nuestros pla­
será trucar todos los que haya en el plato, para que así, nes.
cualquiera que sea la elección, resulte favorable a nuestros Otros ilusionistas, poco afectos a los métodos sicológi­
propósitos. Si el trucaje es complicado y entonces, por tal moti­ cos, prefieren atenerse a un elemental cálculo de probabili­
vo, no se puede trucar más que un huevo (tres por ejemplo, o dades. Por ejemplo, si en la primera función el espectador
hasta dos). Si la elección recae en el huevo frucado, adelante. ha elegido la manzana que va a la derecha del plato, y
Si no, mala suerte. . . y también adelante, con el auxilio de en la segunda la que va a la izquierda, es posible que en la
nuestras dotes de escamoteo, pues en ese caso será preciso tercera elija la del centro. Si se trata de dos objetos de di­
sustituir el huevo elegido, por el que a nosotros nos convenga. ferentes tamaños, y en la vez anterior se ha elegido el mayor,
Se entiende que con anticipación habremos previsto to­ hay más probabilidades de que en la siguiente se elija el
do lo necesario para el caso de que la elección resulte des­ menor.
favorable para nosotros. Un buen artista jamás debe des­ Otra maniobra sicológica que con frecuencia da buenos
animarse por esos contratiempos; al contrario, debe conside­ resultados es la de insinuarle o sugerirle al espectador la
rarlos como incidentes naturales de su profesión, susceptibles pieza que debe elegir, bien señalándola con la mano o pre­
de ser superados con habilidad y presencia de espíritu, siem­ sentándola en forma prominente. Téngase la casi absoluta
pre con la mirada serena y la sonrisa a flor de labio. seguridad de que el espectador, si ha advertido la maniobra,
escogerá otra pieza, por lo que el artista deberá señalarle
precisamente la que no quiere que elija.

114.—LA ELECCION SICOLOGICA


114a.—AYUDANTES EN LA SALA
Algunos ilusionistas tratan de favorecer por medios si­
cológicos la elección forzada de objetos. Por ejemplo, al La elección será infalible cuando corra a cargo de un
acercarse a un espectador estudian rápidamente la natura­ colaborador confundido entre el público de la sala, quien
leza de sus facciones o de su mirada, e intentan establecer eligirá, naturalmente, el objeto conveniente a los planes del
a qué grupo temperamental pertenecen. ilusionista.
Si se trata de elegir una manzana trucada de entre otras Sin embargo, todo buen artista debe evitar en lo posi­
dos o tres sin trucar, y si el artista cree que el elector es un ble la presencia de ayudantes en la sala, lo cual exige una
hombre de espíritu sencillo, pondrá la manzana trucada al organización delicada, aparte de mayores gastos. Guárde­
frente de las otras, para que quede más a su alcance. Si los exclusivamente para aquellos actos que serían material­
tiene la impresión de que es un hombre desconfiado, la pon­ mente imposibles sin su colaboración, y proceda siempre en
drá debajo, cubriéndola con las demás, con la esperanza de forma muy discreta, pues si se llega a descubrir que el mago
que aquel espectador urgue en el plato de las manzanas. utiliza a paleros, perderá muy pronto su prestigio.
117.—EL PAÑUELO CORTADO

Pida a un espectador un pañuelo, córtelo por una punta


con unas tijeras, y devuélvalo intacto a su propietario. Tam­
bién se puede cortar una pequeña bolsa formada con el
mismo pañuelo, que sobresalga por entre los dedos de su
mano cerrada.
Este es un neto truco de prestidigitación. Usted lleva pre­
viamente oculto en la mano un pedazo de tela del mismo
color del pañuelo (blanco, por ejemplo). Al tomar el pañue­
lo cierra los dedos en torno a él, de modo que una punta o
bolsa del mismo aparezca por arriba; pero lo que sobresale
no es el pañuelo, sino el otro pedazo, el cual podrá usted
cortar tanto como quiera, para luego escamotearlo de nue­
vo y devolver el pañuelo intacto. La figura 51, correspon­
diente al siguiente ejercicio, explica también éste.
9S

público, haga un nudo con el calcetín, de modo que la mo­


neda quede en el fondo, pida a un espectador que toque si
la moneda está realmente dentro, ponga el calcetín anuda­
do sobre una mesa o silla, y a continuación solicite que al­
guien deshaga el nudo y busque la moneda metiendo la ma­
no. Con toda seguridad, no la encontrará.
Solución: la moneda que usted recibe del público es es­
camoteada y sustituida por un aro metálico de idéntico diá­
metro; para empezar, pida una moneda de determinado va­
lor, cuyas dimensiones se ajusten a las de su aro. Este es
abierto, figura 53, y uno de sus extremos termina en finísi­
ma punta, la que puede introducirse en el tejido del calcetín
y tirando de ella se hará salir todo el aro.
Lo que el espectador toca, para comprobar si la mone­
da está dentro del calcetín una vez anudado éste, ya no es
la moneda, sino el aro, el cual se presentará en un ángulo
conveniente para que al tacto no se descubra lo que es.
Mientras lleva el calcetín a la mesa o silla, extraiga el aro
en la forma indicada, el cual también escamoteará, y cuan­
do otra persona deshaga el nudo y busque dentro de la
prenda, no encontrará nada en ella.

120.—LAS AGUJAS ENHEBRADAS

Siempre es bonito e intrigante el viejo truco de presen­


tar enhebradas en un santiamén una serie de agujas de co­
ser que un momento antes estaban libres. Para ello, el ar­
tista procede como sigue:
Presenta varias agujas sueltas, que dará a examinar.
En la mano lleva un carrete de hilo, en cuyo orificio central
ha ocultado previamente el mismo número de agujas, igua­
les a las otras y ya enhebradas. Las agujas que el público
le devuelve después de ser revisadas, son rápidamente es­
camoteadas, y las que a continuación se muestran son las
previamente ocultas en el ojo del carrete.
Para escamotear las agujas sueltas, puede emplearse
una cajita sujeta en el interior de la manga.
Una variante más complicada de esta prueba es la de
96 PROF. ADAMS LUTTER COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 97

guardar las agujas sueltas en la boca, simular unos movi­ za, la cual se desvanecerá cuando al final del experimento
mientos faciales y extraer las agujas enhebradas. Esto re­ la silla sea volteada para ser llevada a otra parte del esce­
quiere gran habilidad y mucho cuidado, pero el resultado es nario o retirada del mismo-
altamente espectacular. El escondite secreto de los pañuelos también puede es­
tar en uno de los barrotes verticales de la silla, o en el in­
121.—LLUVIA DE PAÑUELOS terior hueco del respaldo, de donde se sacarán valiéndose
de un gancho imperceptible, de un hilo que tire de ellos o
Haga examinar dos o tres pequeños pañuelos de seda de cualquier otro artículo discreto.
de diversos colores, déjelos en el respaldo de una silla mien­
tras hace sus pases magnéticos, y al tomarlos de nuevo de­
muestre que los pañuelos se han multiplicado, presentando
10 ó 12 de ellos. 123.—EL PAÑUELO A TRAVES DE UN VASO
Detrás d,el respaldo de la silla hay un depósito secreto
conteniendo varios pañuelos iguales a los otros, cuyas pun­ Dése a examinar un pañuelo, un vaso y un tubo cilin­
tas han sido amarradas con una pequeña liga. Antes de drico de cartón cerrado por un extremo. Para el examen, el
comenzar la función, asegúrese de que el depósito secreto vaso podrá llenarse de agua, pero no deberá salir de las
no se verá desde las localidades altas. manos del operador, por las razones que pronto se verán.
El operador deja los pañuelos iniciales en el respaldo O sea que el artista tendrá el vaso siempre en su mano, lo
de la silla, con unas de sus puntas dobladas hacia atrás. llenará de agua y lo vaciará, dejará que lo miren y lo to­
Si el depósito invisible está cerca del borde respaldo, podrá quen, pero no lo entregará a nadie.
tomar con la misma mano los pañuelos que contiene. Si el Introducirá un pañuelo en el vaso, el cual apretará ha­
depósito queda bajo, tendrá que utilizar algún pequeño gan­ cia el fondo con su varita mágica. Luego cubrirá el vaso
cho o valerse de hilos invisibles accionados por un ayudan­ con el cilindro de cartón, y al retirarlo, unos instantes des­
te entre bastidores. pués, el pañuelo habrá desaparecido.
Sea como sea, los pañuelos secretos llegarán hasta su Para obtener este efecto, el vaso ha de ser trucado.
mano, los mezclará con los que el público ya conoce, hará Tiene un pequeño orificio lateral, cerca de la base, el cual
con ellos una bola entre las manos, quitará la liga, y los irá el operador tapará con el pulgar cuando lo llene de agua en
tirando al aire uno tras otro hasta agotarlos. presencia del público. Después de vaciado el vaso, lo pon­
drá sobre la mesa con el orificio mirando al fondo del es­
122.—VARIANTE DEL ANTERIOR cenario. Al introducir el pañuelo con la varita mágica, cui­
dará de que una de las puntas del mismo asome por el agu­
Se procede en todo por igual, pero los pañuelos secre­ jero. Lo demás requiere mucha habilidad de dedos, pues
tos no van en ningún depósito o bolsa, sino simplemente todo consiste en acabar de sacar el pañuelo al poner y qui­
clavados con un clavito o chinche atrás del respaldo de la tar el cilindro de cartón, de manera que aquél quede ocul­
silla, o bien sujetos por un hilo invisible y fácil de romper. to en el interior de éste y sea arrastrado al retirarlo.
En este caso, el operador podrá fingir un poco de torpeza Si al retirar el cilindro de cartón es posible escamotear
y maniobrar como si atrás del respaldo hubiera un depósi­ el pañuelo en la mano, éste no aparecerá luego ni dentro
to secreto; el público producirá una sonrisita de desconfian­ del vaso ni dentro del cilindro.
COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 99
98 PROF. ADAMS LUTTER
negros, sin el menor peligro de ser vistos por el público si­
tuado a una distancia prudencial.
124.—LA BOLA QUE CAMBIA DE COLOR
125. —OTRO EJERCICIO CON HILOS INVISIBLES
Con un tubo de cartón ancho y abierto por ambos ex­
tremos, y una bola del tamaño de una de billar o menor, Se trata de hacer aparecer un pañuelo en el fondo de
se puede realizar el sencillo y desconcertante acto que si­ un vaso que unos momentos antes estaba v ad o.
gue: El vaso trae un pequeño orifido lateral, y el pañue-
Puesto el tubo, después de revisado por el público, so­ lito va oculto entre los dedos o en la manga. De una de sus
bre la palma de la mano, introdúzcase limpiamente por la puntas sale un hilo que el artista introduce por el orificio
parte superior una bola, por ejemplo roja, que el operador mientras simula hacer los preparativos. En el extremo libre
sacará de su bolsillo o tomará de un cajón de su mesa. del hilo hay un finísimo gancho que se clava en un punto
Con la otra mano levántese el tubo pora demostrar que cualquiera del traje. De pronto, el operador hace un movi­
la bola roja sigue horizontalmente para que se vea que está miento con el cuerpo, como si se pusiera de cara al público
vacío. Vuélvase a descubrir la bola. La misma mano que aca­ (ello es para que el hilo se ponga tenso y arrastre el pañue-
b a de levantar el tubo se introduce ahora en el mismo por lito), cubre momentáneamente (a la pasada, podríamos de­
espacio de un segundo; el operador pronuncia unas palabras cir) con una mano la otra mano, que permanece muy cerca
enigmáticas; la mano se retira limpiamente: vuelve a levan­ del vaso, al retirar la primera aparece el pañuelito en el
tar el tubo y la bola ha cambiado de color, ahora es verde. fondo del vaso.
Para este curioso truco, se necesitan dos implementos
adicionales: un casquete de nylon rojo, elástico, que alcan­ 126. —EL MISMO EJERCICIO, PERO MAS DIFICIL
ce a cubrir más de media bola, y un resorte elástico por
dentro de la manga, tal como hemos visto en el ejercicio 118: Se procede igual que en el anterior, pero con la dificul­
La bola, en realidad, es verde, pero el operador la pre­ tad de que el artista trabaja con las mangas bien subidas.
senta protegida por el casquete rojo, sosteniéndola por el En este caso, ¿dónde se ocultará el pañuelo que debe pa­
otro lado, de manera que su mano oculte la porción verde sar al vaso?
que queda al descubierto. El casquete rojo, va unido, con Simplemente, se ocultará en el interior de un supuesto
un hilo invisible, al elástico que corre por la manga del ope­ reloj de pulsera cuya caja no contiene maquinaria alguna,
rador; al accionar éste su brazo de modo conveniente, el cas­ sólo el pañuelito. El reloj presentará una ranura de suficien­
quete se apartará de la bola y se introducirá por sí solo te tamaño para que por ella pueda salir el pañuelo al ser
en la manga cuando la mano está hundida en el tubo de arrastrado por el hilo. Bien realizado, este acto parecerá pun­
cartón. Es evidente que al quitar por segunda vez éste, la bo­ to menos que milagroso.
la aparecerá totalmente verde.
En el supuesto de que la primera levantada del tubo (Queremos advertir al lector, aunque suponemos que
resultara difícil a causa del hilo que lo atraviesa, podrá su­ él ya lo habrá notado, que la mayoría de actos de piresti-
primirse la maniobra, sin que por ello el acto pierda visto­ digitación e ilusionismo se prestan a variantes y modalida­
sidad. des —a veces más espectaculares que los actos origina­
Estos ejercicios deben hacerse a media luz y sobre fon­ les— para lo cual bastará modificar las circunstancias de
do negro, en cuyo caso podrán emplearse hilos también
la prueba o las características de presentación, bien utilizan­
do objetos distintos o variando el orden de las maniobras
parciales y ciertos detalles de procedimiento, aunque éste, en
esencia, siga siendo el mismo.
O sea que, denominando bien un número, bastará un po­
co «de fantasía para improvisar muchos otros semejantes en
el fondo, pero espectacularmente diferentes, los cuales po­
drá utilizar el artista para complacer al público cuando pida
la repetición d e un acto (ya hemos dicho que nunca debe
repetirse exactamente el mismo), o bien para presentarlos en
un orden de dificultad creciente, a fin de que los espectado­
res estén cada vez más asombrados. También podrá combi­
nar dos o más números en uno sólo, presentándolo con per­
sonalidad propia; nada más atractivo que esos actos de ilu-
sionismo, cada una de cuyas fases o maniobras es una sor­
presa, constituyendo el número en sí una cadena de mara­
villas./
Aplicando prácticamente lo anterior, el artista parecerá
contar con un repertorio muchísimo más vasto, del que real
y técnicamente posea.

127.—LA CAJA MAGICA

Es una caja de madera que hace aparecer y desapare­


cer objetos misteriosamente. Hay cajas mágicas muy com­
plicadas, cuya construcción es un pequeño alarde de inge­
niería por la cantidad de dobles fondos, dobles paredes y
129.—LA TINTA QUE NO ENNEGRECE

Para esta prueba, se presenta ya el vaso lleno de tinta.


Para demostrar que lo es, se sumerge en ella un naipe lim­
pio, el cual se saca entintado hasta el nivel sumergido. El
propio operador, o un niño del público (tiene que ser un
niño a fin de que no alcance a ver el interior del vaso) me­
ten ahora un dedo dentro del vaso y lo retiran mojado, sí,
pero de agua.
El vaso sólo contiene agua. El hecho de que desde el
público parezca lleno de tinta, es debido a que dentro del
vaso hay un paño negro bien ajustado a las paredes inte­
riores, el cual da un color negro al agua. La carta que se
sumerge en el líquido es trucada: consiste en dos cartas del
mismo nombre (dos 7 de copas, por ejemplo), pegados en­
tre sí por sus respectivos dorsos, y que por una cara es lim­
pia y por la otra está pintada de negro hasta cierta altura.
Se sumerge la carta con la cara limpia mirando al público;
ya dentro del vaso se le da la vuelta y es sacada por la cara
sucia.
Este experimento nunca podrá hacerse en teatros don­
de haya localidades altas, pues desde arriba se vería el
agua clara dentro del vaso. El artista deberá fijarse siem­
pre en estos detalles antes de presentar un número. Tam­
bién deberá tomar en cuenta el ángulo de los espectadores
situados en las orillas del lunetario, pues a veces sucede
que una trampa que en modo alguno pueden apreciar las
personas situadas en el centro de la sala, son fácilmente
perceptibles para las que ocupan los extremos.
extremos inferiores queda sumergido en los diversos com­
partimientos de la botella a través de los orificios practica­
dos en la pieza que se ve en la figura 56, la cual va situa­
da horizontalmente en la base del cuello de la botella, para
impedir que al inclinar ésta, los líquidos se mezclen.
Dispónganse sobre la mesa 5 copias, a distancias con­
venientes (conviene ensayarlo mucho previamente), tómese
la botella dándole un adecuado ángulo de inclinación, y se
logrará que cada copa se llene de un líquido distinto. La
explicación del fenómeno consiste en que cada líquido sale
por su correspondiente tubo con fuerza distinta, a causa de
la diferencia de diámetros. El licor que pasa por el tubo
de menor diámetro caerá dentro de la copa más cercana;
el que sale por el de diámetro mayor describirá un arco
más extenso e irá a caer a la copa más alejada.

132.—DUPLICACION DE UN CAPITAL
Preséntese una botella o frasco d© vidrio oscuro y cue­
llo ancho, por el que puedan pasar fácilmente unas mone­
das. Hágase revisar para demostrar que al comenzar el ex­
perimento, la botella está vada. Pídanse prestadas a un
espectador, dos monedas iguales y de un valor determinado
(dos veintes, por ejemplo), las cuales depositará él mismo
en un plato que nosotros le presentaremos. Inclinando el
plato y sin tocar con las manos las monedas, hagamos que
éstas resbalen al interior d,e la botella, la cual habrá que­
dado visiblemente sobre una mesa o silla. Pidamos otras
dos monedas también iguales, a otro espectador, y repita­
mos la maniobra.
Si entonces preguntamos cuántas monedas hay dentro
de la botella, todos contestarán que cuatro, pero si un es­
pectador la vacía verá que contiene ocho, o sea que el ca­
pital se ha duplicado.
El plato está trucado. Contiene una ranura lateral por
la que previamente hemos introducido cuatro monedas. Al
presentar el plato al público, lo sostenemos por la parte de
la ranura, de modo que ésta quede disimulada por la ma­
no. Al vaciar en la botella de vidrio oscuro las dos monedas
depositadas por el primer espectador, dejamos que salgan
otras dos de dentro del plato, y a la segunda vez repetimos
el truco. El público no notará nada, pues el tintineo produ­
cido por dos o por cuatro monedas cayendo a la vez<es
prácticamente el mismo. Es evidente que al vaciar la bote­
lla o frasco, encontraremos ocho monedas dentro: las cuatro
que nos han prestado los dos espectadores y las otras cuatro
introducidas previamente en la ranura lateral del plato.
Como en los platos de loza resulta difícil practicar la
ranura en cuestión (a menos que hayan sido fabricados ex­
profeso), convendrá que sean metálicos y parcialmente ahue­
cados por procedimiento mecánico.

133.—UNA BARRICA IMPROVISADA

A un sombrero de copa, que previamente se da a exa­


minar al público, se adapta un grifo corriente, de modo que
asome por la parte exterior de la copa del sombrero. Esta
operación podrá hacerse a la vista de todos.
El sombrero se coloca de canto sobre una mesa, cerca
de uno de sus extremos, con la parte hueca vuelta hacia el
operador, quien dirá que del sombrero va a salir vino. En
efecto, introducirá una mano en el interior del sombrero,
y por el grifo del otro lado empezará a manar dicho líqui­
do, el cual podrá ser recogido en un vaso común y llevado
a los labios.
Para esta prueba, el artista va provisto del aparato in­
dicado anteriormente. (Ejercicio 103, figura 44), cuyo tubo,
en vez de ser aplicado como antes al orificio de una copa
trucada, lo será al grifo que atraviesa el sombrero.

134.—AGUA QUE SE CONVIERTE EN CINTAS

Este es un truco formidable, para el cual se necesita la


botella especial de la figura 57. La botella es de lámina, y
consta de dos partes que ajustan exactamente entre sí. El
interior está dividido en tres compartimientos: dos de ellos
rese el pañuelo y váyase sacando de su interior gran can ti.
dad de plumeritos de todos colores.
Los plumeros se hallan ocultos en la manga del opera­
dor, y son hechos de plumas muy finas, para que puedan
comprimirse al máximum. La propia mano momentáneamen­
te cubierta con el pañuelo es la que, valiéndose de liguitas
o hilos extrae los plumeritos que luego son presentados al
público como si hubieran nacido dentro del pañuelo.

136.—PAÑUELOS QUE CAMBIAN DE DOMICILIO

En una copa hay un pañuelo azul. En otra copa, un


pañuelo rojo. El operador pasa rápidamente un trozo de te­
la o de cartón por delante de las copas, sin tocarlas, y al
instante se ve que los dos pañuelos han cambiado de lugar,
estando el rojo donde estaba el azul y viceversa.
Se necesita un hilo de seda, de largo y color adecua­
dos, con el cual se unen los pañuelos por dos de sus extre­
mos, cruzando los hilos. Las dos copas son trucadas, con
un orificio lateral que permita el paso de los pañuelos. Los
orificios no serán mayores de lo estrictamente indispensa­
ble, y quedarán disimulados en lo posible por los adornos
de las propias copas. El cambio de los pañuelos se hará ti­
rando en forma adecuada del hilo durante el breve instante
en que el conjunto es ocultado a la vista del público, con
la advertencia de que si el ejercicio no se realiza en cosa de
un segundo, perderá toda su gracia.

137.—LA CARTA QUE CAMBIA DE COLOR

Preséntese una carta de baraja francesa, que no sea


figura, el 2 de corazones por ejemplo, palo que, como to­
dos sabemos, es de color rojo. Sosteniendo dicha carta con
una mano, preséntense con la otra tres pañuelos (u otros ob­
jetos) de colores distintos entre sí y diferentes al de la car­
ta, por ejemplo, blanco, verde y azul. Pídase a un especta­
dor que elija uno de estos tres colores, y hágase que las fi-
140.— LA CARTA QUE NO SE QUEMA

Preséntese un naipe sin trucar, introdúzcase en un so­


bre, péguese bien por la parte engomada, y deposítese en
un marco de madera montado sobre un bastidor, como el de
la figura 50, pero con las diferencias que el propio lector po­
drá deducir. No hay ningún inconveniente en que se mar­
que previamente la carta que deberá encerrarse en el sobre,
la cual podrá ser elegida por un espectador cualquiera.
Préndase fuego al sobre colocado en el marco, y luego
hágase aparecer la carta en otro lugar.
La trampa reside especialmente en el sobre, una de cu­
yas orillas ha sido recortada para que pueda salir libremen­
te la carta. Esta se desliza a una ranura que hay en la par­
te inferior del marco, y por algún conducto invisible, o con
la colaboración del ayudante, aparece bajo un sombrero o
donde sea.
112 PROF. ADAMS LUTTER
COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 113
gún licor, dos personas y dos vasos. El operador, después cilindro, y el vaso con agua ha desaparecido. Atraviésese el
de haber presentado una botella de vino que sostiene en la cilindro con el brazo, para demostrar que dentro no hay na­
mano, propone un brindis a un espectador, ofreciéndole un da.
vaso común y corriente, el cual llena. De pronto se da cuen­ El lector ya habrá deducido que la única solución po­
ta de que no hay vaso para él, pero le basta un leve movi­ sible al problema es la existencia de una trampa en la me-
miento de la mano para que en ésta aparezca milagrosa­ sita de operaciones. Al cubrir el vaso con el tubo d,e cartón,
mente el vaso que la situación requiere. se abre la trampa, y aquél desaparece, cayendo sobre al­
La botella, que deberá mandarse fabricar especialmen­ gún recipiente acojinado para que no se oiga el ruido de
te, presenta una cavidad en la cual puede ocultarse un vaso la caída. La trampa vuelve a cerrarse inmediatamente por
(Fig. 60). La cavidad estará al lado opuesto de la etique­ alguno de los medios mecánicos de que antes hemos ha­
ta y quedará disimulada por la mano del operador que sos­ blado.
tiene la botella. Así queda explicada la extraña aparición
del vaso.
144.—LA CACEROLA EMBRUJADA
142.—UNA JAULA QUE SE ESFUMA
Se da a examinar una cacerola con su correspondiente
Parece difícil hacer desaparecer una jaula para pájaros, tapa, pero esta última sólo se muestra, así, un poquito de
pero el problema se vuelve fácil si la jaula está compuesta lejos. El artista sostiene la cacerola en la palma de la ma­
por varillas plegadizas que debidamente acomodadas, se re­ no, bien separada ésta del cuerpo, pone limpiamente la ta­
duzcan al largo y grueso de un cigarro puro. En este caso pa con la otra mano, pronuncia unas palabras mágicas, y
bastará llevar la jaula por unos momentos atrás de la es­ al quitar de nuevo la tapa, salen de la cacerola unos paja­
palda, o cubrirla con un trapo, para hacer que las varillas ritos volando.
dobladas se introduzcan en la manga y desaparezca la jau­ La tapa está trucada. Contiene un espado libre, don­
la. de se pueden ocultar objetos, y una parte de la superfide
El número puede presentarse en sentido contrario: par­ interior es movible, gradas a un pivotito lateral que el ope­
tiendo de las varillas ocultas en la manga, armar en un san­ rador acdona con un dedo cuando tapa la cacerola, dando
tiamén la jaula en presencia del público. salida a los pajaritos un tanto apretujados en la incómoda
Perfeccionando la técnica, hasta se podrá presentar un y secreta cueva. Naturalmente, se utilizarán pajaritos que
pajarito dentro de la jaula, el cual será d,e plástico flexible no canten, a fin de que su presenda no sea descubierta an­
y se le imprimirán brinquitos artificiales por medio de un re­ tes de tiempo.
sorte en la mano del operador. Las jaulas plegadizas engen­
dran un buen número de actos de ilusionismo.
145.—EL PAÑUELO QUE VIAJA
143.—DESAPARICION DE UN VASO LLENO Háganse dos cucuruchos de papel común, que llama­
remos A y B. En A introdúzcase un pañuelo que el propio
Llénese de agua un vaso cilindrico, el cual se cubrirá mago presentará, pues no conviene pedirlo prestado a nadie.
con un cilindro de cartón, abierto por ambos extremos y un Tóquense los dos cucuruchos con la varita mágica, pronún-
poco más alto que el vaso. Cuéntese hasta tres, quítese el dense las palabras necesarias, y ábranse ambos. El mis­
114 PROF. ADAMS LUTTER COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 115

mo pañuelo aparecerá ahora en B, en tanto que A estará lo. Claro está, es el pañuelo que poco a poco y con habili­
vacío. dad se ha ido sacando del interior del huevo. Este, aplas­
Los dos cucuruchos están trucados, pues ambas hojas de tado, quedará disimulado por el propio pañuelo, o habrá
papel contienen unas bolsas, también de papel, de capa­ quedado cculto en la mano del operador, o bien habrá pa­
cidad estrictamente suficiente para que en ellos pueda ocul­ sado a su manga.
tarse totalmente un pañuelo de seda. El artista dispone de
dos pañuelos exactamente iguales, uno de los cuales coloca
previamente en la bolsa secreta que hay en la hoja de pa­ 147.—EL HUEVO Y LA BOLSA
pel que utilizará para hacer el cucurucho B. El otro pañue­
Es muy conocido, pero siempre agradable, el truco de
lo lo pone en A, a la vista del público, pero con su varita lo
introduce en la bolsa secreta del propio cucurucho A, donde poner un huevo en una bolsa, sacudir ésta y ponerla de ca­
queda oculto hasta el fin del experimento. Al tocar B con beza sin que el huevo se caiga (dando la impresión de que
su varita, saca el pañuelo correspondiente de la bolsa se­ ha desaparecido), para que a fin de cuentas el operador
creta y lo pasa al fondo del cucurucho (esta maniobra es introduzca su mano en la bolsa y saque tranquilamente el
huevo.
muy fácil si la varita cuenta con algún pequeño gancho ac­
La bolsa ha de ser negra, para que su contenido no se
cionado por una corredera lateral).
Es evidente que al abrir cucuruchos, el pañuelo apare­ transparente. El huevo es de cartón, con un pequeño gan­
cho en un extremo que le permita clavarse a la bolsa. Esta
cerá en B, en tanto que A estará aperentemente vacío.
podrá agitarse tanto como se quiera, sin que el huevo se
desprenda, pues para ello será preciso un adecuado movi­
146.—EL HUEVO QUE SE VUELVE PAÑUELO miento de la mano del operador. Téngase cuidado de disi­
mular con los dobleces de la bolsa, la presencia del huevo
La manipulación y escamoteo de huevos, a causa de su en su interior.
tamaño, requiere un meticuloso aprendizaje y mucha prác­
tica. Para empezar, empléense huevos de dimensiones redu­ 148.—CAMBIO DE COLORES
cidas y artificiales, por ejemplo: de cartón, hule o cualquier
otro metal flexible. Pueden utilizarse también globitos llenos Un globo de goma, de determinado color, en manos del
de aire, en forma de huevo, susceptibles de ser agujerea­ operador, podrá tomar sucesivamente otros colores. Para em­
dos y vaciados (cuidado con el ruidito de la explosión) en un pezar, muéstrese un tubo de cartón vacío (puede darse a
momento dado del experimento, con lo cual resultará muy examinar) y un globito rojo en la mano, aproximadamente del
fácil su ulterior escamoteo. tamaño de una bola de billar, o algo mayor. Introdúzca­
Para la prueba del huevo que se vuelve pañuelo, utili­ se la mano y el globo rojo en el tubo, vuélvase a sacar in­
zaremos un huevo de cartón, de una resistencia tal que per­ mediatamente, y el globo será ahora verde. Repítase la ope­
mita ser aplastado con los dedos. A través de una pequeña ración, y será blanco.
ranura u orificio imperceptible para el público, habremos in­ Antes del experimento dispónganse los globos uno den­
troducido previamente en él un pañuelo de seda, de tama­ tro del otro, tal como indica la figura 61, de modo que arri­
ño grande, dejándolo que asome ligerísimamente por una pun­ ba quede el rojo, después el verde, y así sucesivamente.
ta. Cúbrase el huevo con la mano y frótese con las pal­ Procúrese que las dimensiones originales de los globitos sean
mas; al fin ábranse éstas y en ellas aparecerá un pañue­ diferentes, para que una vez inflados quede entre cada uno
El operador lleva en un dedo un alfiler con el cual va
picando el globo exterior cada vez que introduce su brazo
en el tubo, cuidando de ocultar con la mano los restos del
globo desinflado. También hay que disimular el pequeño
estallido que se produdrá cada vez, mediante un grito, un
golpe dado con el pie sobre el escenario, o algún instrumen­
to de la orquesta, si la hay.
Como los globos que el operador va presentando son
cada vez más chicos, habrá que limitar el ejercido a deter­
minado número de globos, para que no se note demasiado
las diferendas de diámetros entre el primero y el último.
151.—MONEDAS QUE ATRAVIESAN UNA BOTELLA

Hágase examinar una botella común y corriente, pero


de cuello un poco más ancho de lo habitual, para que por
él puedan pasar monedas de cierto diámetro. La botella va
provista de un tapón de corcho, de ancho adecuado, que us­
ted sostendrá en forma casual en una mano mientras da la
botella a examinar.
Pida prestadas unas monedas, guárdelas momentánea­
mente en la mano, y cierre la botella con el tapón. Vuelva
a mostrar las monedas en su mano, para demostrar que to­
davía están allí. Entonces diga que hará pasar las monedas
al interior de la botella, sin quitar el tapón. Dé unos pases
magnéticos, haga intervenir a su varita mágica, y al instan­
te se oirá el tintineo de las monedas al rebotar contra el fon­
do de la botella. Destapóse ésta, tómese con una m ano por
la base, y viértase en la mano del espectador las monedas
por él prestadas.
154.—VARIANTE DEL ANTERIOR

Cubriendo el mencionado cubilete con otro cubilete li­


geramente mayor y sin trucar (de modo que el público los
tome por uno solo), se podrá mostrar el cubilete vacío des­
pués del acto, cosa imposible en el ejercicio anterior.
Para ello, desde luego, habrá que escamotear el primer
cubilete, con sus dados, operación relativamente fácil si se
sabe aprovechar el instante en que al levantar el cubilete
todas las miradas se clavan en el punto de la mesa donde
un momento antes depositó el artista los dados.
Otra variante de naturaleza distinta será la de prescin­
dir de imanes, empleando un sólo cubilete sin trucar, y ha­
ciendo desaparecer los dados a través de alguna trampa en
la mesa de trabajo.

155.—LOS DADOS Y EL SOMBRERO

Se trata de hacer pasar un dado a través de un sombre­


ro u otro recipiente cualquiera que previamente se da a exa­
minar. Una vez devuelto el sombrero, sosténgase éste con
una mano, y un dado en la otra. Déjese caer limpiamente
el dado dentro del sombrero. Llévese la mano debajo de la
prenda y extráigase el dado recién depositado.
Naturalmente, hay dos dados, uno de ellos hueco para
libremente a lo largo del hilo, y también puede oscilar de
derecha a izquierda hasta que tropiece con el hilo. Como
la figura es bastante explícita, no creemos necesario dar
más explicaciones.
Lo principal en estos ejercicios es, naturalmente, que el
hilo pase totalmente inadvertido por el público. Esto se lo­
gra trabajando sobre fondo negro (decoración o lienzo) y
con el escenario a media luz. Tanto el traje del operador,
como el hilo y la mesa o el mantel que la cubra, también
serán negros. Estúchense minuciosamente estos detalles an­
tes de presentar formalmente el número.

158__ UN ACTO MAGICO DE HOUDINI

El gran Houdini parece ser que fue el único que logró


presentar el número de la botella flotante sin la ayuda de hi­
los, haciendo que flotara realmente en el aire.
Para ello utilizaba una botella metálica que quedaba
suspendida en equilibrio por la atracción combinada de dos
imanes convenientemente situados; por ejemplo: uno de un
punto elevado y el otro a ras de las tablas, ambos debida­
mente disimulados.
Es un acto de índole física-electromagnética, concreta­
mente—, que el lector podrá intentar si lo desea, pero le ad­
vertimos que deberá hacer muchos tanteos, y que, aún lo­
grado el difícil equilibrio, bastará la más leve alteración o
influencia extraña para que todo se venga abajo. Pero si
llegara a lograrlo, podría ofrecer un número de incompara­
ble belleza y misterio.

159.—EL TUBO PRODIGIOSO

Preséntese una copa vacía y un tubo de cartón, am­


bos sin trucar, por lo que podrán darse a examinar previa­
mente. Cúbrase la copa con el tubo, y al retirar éste, la pri­
mera contendrá vino o cualquier otro licor.
Será conveniente que el ilusionista realice este acto so­
bre su mesa de trabajo, conteniendo otros objetos, por ejem-
161.—OTRA VARIANTE DEL ANTERIOR

En esta variante no se emplea ningún cilindro secreto,


sino que la copa se llena por medio de un pequeño tubo
curvado por su extremo que sale de dentro de la mesa de
trabajo (accionado por un pedal o cualquier otro procedi­
miento) . El tubito, por el cual circula el líquido deseado, su­
be por entre el tubo de cartón y la copa y se introduce en
ésta, llenándola.
Para este acto se requiere habitualmente la colabora­
ción de un ayudante, entre bastidores o dentro de la mesa,
encargado de subir y bajar el tubo y de abrir y cerrar la
correspondiente llave que d é paso a los líquidos.
La ventaja de este sistema es que se podrá mostrar al
público el tubo de cartón después de cada llenado de la co­
pa ; por más que ello también será posible en los ejercicios
159 y 160, si antes de mostrar el tubo a los espectadores se
vuelve a dejar el cilindro detrás del sombrero de copa u otro
objeto grande que inicialmente la protegía.
Sin embargo, al abrir el sobre y extraer la carta, el valoi
de ésta será muy distinto, el 3 de oros, por ejemplo-
Este acto requiere una pequeña preparación previa, que
es la siguiente: la carta que se ha quitado de la baraja (la
sota de espadas en nuestro caso) se corta por un ángulo y
se pega por sus orillas con otro pedazo de carta con el re­
verso hacia afuera, formando la bolsita que se ve en la mis­
ma figura 66. Con esta bolsita de cartulina oculta en la ma­
no, el artista toma la carta elegida por el espectador, que
nadie ha visto, y la pone en el sobre, cuidando de que una
de sus puntas se introduzca en la bolsa y que los dos
trozos de cartas que la forman asomen por el ángulo recor­
tado del sobre.
128 PROF. ADAMS LUTTER
COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 129
Cuando el operador imprime a la canasta los movimien­
tos de rotación, va empujando bolas hacia abajo con las bre el fondo movible y volverá a introducirla en la maceta
puntas de los dedos, haciendo una ligera y disimulada pre­ al restituir aquél. Para evitar estos inconvenientes suele em­
sión para romper los hilos que las sostienen. plearse un fondo sólo parcialmente quitable, por ejemplo, un
Antes de empezar el experimento, podrá voltearse de ca­ orificio en el centro del fondo, que permita el paso de las
beza la canasta para demostrar que está vacía. flores a introducir, en tanto que la tierra se sostenga a los
lados. Estos son detalles que sobre la práctica podrán re­
solverse mucho mejor que en virtud de instrucciones escritas.
164.—SEMILLAS QUE GERMINAN AL INSTANTE

El clásico truco de ñores o arbustos que crecen rápida­ 165.—OTRO SISTEMA PARA GERMINAR SEMILLAS
mente en el escenario pocos instantes después de haber si­
do plantados, tiene una explicación bien sencilla sabiendo Aquí el artista no se vale de ningún ayudante, pero em­
que el operador utiliza una maceta de fondo movible y que plea una maceta más trucada que la anterior y can tapa.
cuenta con la colaboración de un ayudante. Quitada ésta, la maceta parece llena de tierra, en la cual
Para empezar presenta una maceta, aparentemente lle­ se echan las semillas mágicas. En realidad sólo hay un dis­
na de tierra, en la cual echa unas semillas mágicas que tie­ co de tierra, de unos 12 Cms. de grueso, sostenida por un pa­
nen la virtud de germinar en unos cuantos segundos. Pone pel. Debajo de la tierra hay un ramo de flores, ya prepara­
la maceta sobre su mesa o directamente sobre las tablas do. La maceta tiene un doble fondo secreto, accionado por
del escenario; en este último caso lo hace en un punto don­ un resorte, que permite llevar las flores a la superficie de
de una porción de las tablas puedan ser quitadas y vuel­ la misma, rompiendo el papel que sostiene la tierra y ha­
tas a poner. ciendo que ésta y las flores se mezclen.
El ayudante, oculto dentro de la mesa (recuérdese siem­ O bien la tapa trae un dispositivo especial que, me­
pre la mesa indicada en la figura 45) o debajo1del escena­ diante un movimiento parcial de rotación de la misma, per­
rio, quita el fondo movible de la maceta, introduce en ella mite asir el disco o torta de tierra, ocultándolo en su interior.
las flores o arbolitos convertidos, y los va empujando hacia Simultáneamente, el operador acciona el resorte del falso
arriba en tanto que el artista riega la maceta en el escena­ fondo, y las flores suben a la superficie. Luego, bajando por
rio o emplea su poder magnético para la rápida germina­ un instante la tapa y rasgando el papel que sostiene la tie­
ción de las semillas. Una vez introducidas las flores, el ayu­ rra, se vacía ésta dentro de la maceta.
dante vuelve a poner el fondo movible de la maceta, colo­ Todo es asunto de oportunidad y perfecta coordinación* de
ca de nuevo las tablas movibles del escenario (o disimula movimientos, pues el menor retraso o anticipación en una de
la abertura en la superficie de la mesa), y el artista puede las maniobras puede echar a perder el experimento. Va­
tomar la maceta y mostrarla al público por todos lados. le Ja pena, sin embargo, de estudiar todos los detalles y ha­
La tierra de la maceta será muy blanda, poco apreta­ cer los ensayos que sean precisos, por ser esta clase de ac­
da, o sólo habrá tierra en la parte superior de la misma, sos­ tos siempre muy bellos y espectaculares.
tenida por un débil papel de china, el cual se romperá cuan­
do el ayudante haga presión con las flores o arbolitos. El
ayudante cuidará también de que la tierra no caiga al qui­
tar el fondo movible, y si no pudiera evitarlo, la recogerá so-
166.—-EL NAIPE Y LA ESPADA

Es un truco magnífico, que los más afamados ilusionis­


tas han presentado con todas sus múltiples y siempre bellas
variantes.
Diríjase a un espectador para que sin ver de frente la
baraja que usted le presenta, elija una carta. Pídale que
escriba en un papel secreto el nombre de la carta elegida,
y que no se lo diga a nadie. Ahora, que la ponga de nue­
vo en la baraja y que baraje tanto como desee, sin importar
que esta vez vea las cartas de cara. Suplíquele que suba al
escenario, llevando en la mano el mazo que él mismo acaba
de barajar y que no ha soltado, y que espere unos instan­
tes mientras usted toma de sobre la mesa una espada má­
gica poseedora de una mirada mucho más rápida y pene­
trante que la del ojo humano.
Sujeta ya la espada por su empuñadura y en la actitud
del esgrimista que se dispone a iniciar un asalto, pida a su
espectador que tire la baraja al aire, cuidando de esparcir
bien las cartas para que éstas caigan como lluvia. Rápida­
mente dirija usted la punta de su espada a una de las car­
tas que caen, y perfórela. En seguida preséntela al espec­
tador y que diga si es la misma que él eligió. La respuesta
será afirmativa, y el auditorio estallará en un cerrado aplauso.
Para este hermoso acto se necesita una espada trucada
y una baraja de cartas iguales, conteniendo, por ejemplo, pu­
ros ases de oros. Como usted presenta la baraja volteada,
es evidente que el espectador eligirá un as de oros. (Mien­
tras él escribe el nombre de la carta en un papel, sustituya
la baraja trucada por otra legítima, con el mismo dibujo en
el reverso, y que no contenga el as de oros (estas pequeñas
precauciones son convenientes para evitar ciertos riesgos).
Esta baraja legítima es la que usted, a la segunda vez, en­
trega al espectador para que guarde en ella la carta elegi­
da y baraje tanto como quiera, sin soltarla.
La espada lleva un as de oros oculto en la empuñadu­
ra, doblemente protegida por su mano. Un hilo corre por el
169.—LOS PAÑUELOS INCREIBLES

De un tubo de cartón, por el cual se hace pasar el bra­


zo en demostración de que está vado, pueden hacerse salir
muchos pañuelos de colores.
Estos se han colocado previamente en la manga del ope­
rador. Van unidos en sus puntas por un gancho cualquie­
ra (un simple clip), doblado de modo que al pasar de nuevo
el brazo por el interior del tubo pueda engancharse en el
borde que mira hada el público, forzando a los pañuelos a
salir de la manga. Cuando el brazo acabe de salir del tubo,
éste estará lleno de pañuelos, que el prestidigitador mostrará
ocultando entre sus dedos el gancho que une sus puntas.
134 PROF. ADAMS LUTTER COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 135

tijeras tal como indica la figura 70. Claro está que para deras. El número de posibilidades y variantes es tan gran­
que el hilo pueda salir al exterior del sobre, habrá practica­ de, que con ellas se podría hacer un libro interminable. Lo
do anticipadamente en éste una pequeña ranura a lo largo mismo podría decirse de todos los demás trucos y trampas
del doblez superior. Muy sencillo. menáonados hasta aquí: cajas con dobles fondos, recipien-
tes de paredes movibles, mesas con aberturas, cuerpos hue­
cos, etc.
Considere el aficionado los ejercicios de este libro como
171.—DESAPARICION Y APARICION DE UN modelos dentro de cada especialidad, y agudice su ingenio
PAÑUELO para descubrir por sí mismo otras variantes y aplicaciones
que aquí no podemos ofrecerle por falta de espacio, pues
Haga usted elegir un huevo, de entre varios conteni­ preferimos dedicar el que nos queda a actos de otra natu­
dos en un plato, y recurra a algún sistema de elección for­ raleza.
zosa para que el elegido sea el de su conveniencia. Si fra­ Nunca olvide el lector que el buen ilusionista dpbe ha­
casa, recurra al escamoteo. cerse a sí mismo por medio de la práctica y de la individua­
Coloque el huevo, real o aparentemente elegido, en otro lización, más que a través de la fría y vulgar imitación.
plato, a la vista de todos. Ahora presente un pañuelo de
seda, que escamoteará a una sola mano. Diga a continua­
ción que el pañuelo ha pasado al interior del huevo. Rom­
pa éste y demuéstrelo.
La explicación es obvia: un pañuelo igual al mostrado
al público ha sido previamente introducido en el huevo, a
través de un pequeño orificio que luego ha sido disimulado
con un poco de yeso húmedo o de plastilina blanca. Para
evitar el problema de la elección forzosa, lo mejor será pre­
sentar puros huevos trucados en el plato, todos con un pa­
ñuelo dentro.
No hay que decir que lo mismo pueden emplearse hue­
vos naturales vados, que artifidales (de cartón, celuloide,
etc.) El espectador encargado de elegir, deberá limitarse a
señalarlos, sin tocarlos.

172.—TUBOS Y TAPADERAS

El lector habrá observado el uso que en los juegos de


prestidigitadón e ilusionismo se hace de los tubos y tapa­
deras destinadas a cubrir momentáneamente un redpiente
a fin de hacer desaparecer los objetos en él contenidos, los
cuales quedan ocultos en el interior de dichos tubos y tapa-
SEPTIMA PARTE

Especialidades y Virtuosismo

173.—EL PAJARO REVIVIDO

Preséntese una pistola, sólo cargada con pólvora, y de


cañón ancho, donde pueda ser introducido un diminuto pa­
jarito. Presentemos también éste, y demostremos que está vi­
vo haciéndole mover las alas en la palma de nuestra ma­
no. A la vista del público introduzcamos limpiamente el ani­
malito en el cañón de la pisóla, y pidamos a un espectador
que la sostenga hasta que llegue el momento de disparar.
Mostremos a continuación una caja de madera vacía, la
cual voltearemos por todos lados, exhibiendo su interior que
no contiene nada. Cerremos la tapa de la caja y dejemos és­
ta en un punto del escenario. Pidamos al espectador que sos­
tiene la pistola que oprima el gatillo y dispare en dirección
a la caja, procurando aliñar su puntería.
Se produce el disparo, abrimos inmediatamente la ca­
ja, y el pajarito aparece dentro. El color de sus plumas es
el mismo del que metimos en la pistola; no hay duda, pues,
de que, en virtud del disparo, ha pasado al interior de la
caja cerrada.
Explicación: La caja es como la de la figura 68, con una
sección movible que sube y baja al accionar la tapa o me­
diante un hilo movido por el operador. Al presentar la caja
al público, el pajarito, naturalmente vivo, está en A (ver di­
cha figura), con una patita amarrada para que no puedo
fugarse. El otro pajarito, el que introducimos en la pistola,
174.—LA TORTILLA MAGICA

¿Se puede hacer una tortilla de huevo. . . sin huevos?


IHombre, pero si esto es facilísimo! Veamos cómo presenta
el acto un buen ilusionista.
Coloca una sartén sobre un fogón de gasolina o alco­
hol. Tanto la sartén como el fogón pueden darse a exami­
nar. Espera unos instantes mientras hace unos comentarios,
y luego da unos pases magnéticos con su varita mágica
por sobre la sartén vacía.
Sigue dando pases magnéticos en tanto continúa su
charla, y de pronto toma la sartén, la muestra al público y
todos ven en ella una apetitosa tortilla. ¿Será una imita­
ción? Pued,e darse a oler, y hasta a probar, para que los in­
crédulos se convenzan de que realmente es una tortilla.
Este truco no podría realizarse si la varita del mago no
estuviera trucada. En efecto, es hueca, y contiene en su in­
terior uno o dos huevos batidos. La punta de la varita es
abierta, momentáneamente tapada con un poco de grasa o
sebo que impide la salida del contenido y que se derrite por
sí solo al calor de la sartén. Derretida la grasa, vp saliendo
el huevo batido, y la tortilla empieza a hacerse.
Conviene que la sartén quede en un plano más elevado
que los ojos de los espectadores, a fin de ocultarles el tru­
co. Si hubiera localidades altas, habría que cubrir la sartén
con un plato o tapadera comunes, y maniobrar con la vari­
ta por entre la tapa y la sartén.
de la huevera. Cuando usted, mientras envía el flúido, cu­
bre por unos momentos el supuesto huevo con las manos, to­
ma el casquete e invierte su posición, poniéndolo de cabeza
de modo que la punta que antes iba hacia arriba quede
ahora en el fondo de la huevera. Como por su interior es­
tá pintado de color de ésta, el público no lo notará y reci­
birá la impresión de que el huevo realmente ha desapare­
cido. (Ver. Fig. 73).
(Fig. N? 75)

dentro, con lo cual el espectador, aun viéndola de cerca, no


podrá apreciar el ángulo que forman las dos paredes inte­
riores. Las dos hojas oscilantes de cada lado se accionarán
por medio de bisagras, de pequeños resortes, o con algún
ganchito oculto en la mano del operador, a fin de poderlas
levantar y extraer los objetos que encubren, en tanto que
el artista mueve y voltea la caja en sus manos, tal como en
el ejercicio anterior.

179.—LIBERACION DE UN NAIPE

Muestre una baraja y dé a elegir una carta. Todas las


cartas de esa baraja estarán agujeradas por el centro, de
manera que el mazo pueda ser atravesado por un hilo. Pon­
ga la carta elegida en la baraja, y atraviese ésta con un
cordón cuyas extremidades dará a sostener a dos especta­
dores.
COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 148
144 PROF. ADAMS LUTTER
cada momento adopte la aguja imantada, podrá usted pre­
Cubra la baraja con un pañuelo, pronuncie unas pala­ cisar cuáles son los dados que van pasando y, en consecuen­
bras mágicas o una breve disertación acerca de cómo cier­ cia, en qué orden los puso el espectador.
tos objetos pueden liberarse fácilmente, retire el pañuelo y
muestre en su mano la carta que el espectador eligió, sin
más orificio que el central. O sea que la carta ha sido libe­ 181.—¿PRESTIDIGITAGION O MEMORIA?
rada, a pesar de que los dos espectadores continúan soste­
niendo los extremos del hilo o cordón. Presente una baraja sin trucaje de ninguna eepecie;
Naturalmente, tendrá que darse a elegir la carta por al­ muéstrela limpiamente. Barájela usted mismo o déla a ba­
guno de los sistemas de elección forzosa de que antes he­ rajar. Luego vaya distribuyendo cartas en sus bolsillos, mi­
mos hablado. El pañuelo, esta vez no de seda sino de algún rándolas rapidísimamente y simulando cada vez un esfuerzo
tejido grueso, se mostrará al público por ambos lados, pero mental como si quisiera retener los nombres de las cartas
sin permitir tocarlo, a fin de que nadie descubra la bolsita que van a cada bolsillo. Ponga 4 ó 5 naipes en oada bol­
secreta donde va oculta una carta igual a la elegida y tam­ sillo, utilizando los de su saco o jaqué, pantalón, chaleco,
bién con un agujero en el centro. etc. Terminada la operación, jáctese de poseer una memo­
El operador, mientras cubre la baraja con el pañuelo, ria prodigiosa, y para demostrarlo pida a los espectadores
saca la carta de la bolsa y la presenta como si la hubiera que le vayan nombrando cartas, las cuales sacará e irá sa­
arrancado del mazo. cando usted inmediatamente del correspondiente bolsiBo.
Este es un ejercicio combinado de prestidigitadón y me­
180.—ADIVINACION MAGNETICA moria, aunque esta última no debe ser tan asombrosa co­
mo para recordar la ubicación individual de cada naipe con
sólo verlo a la pasada, pues esto es prácticamente imposi­
Se presenta una cajita de madera, en forma de estuche,
ble. Todo consiste en ordenar previamente la baraja según
conteniendo tres o más dados sucesivamente numerados: 1,
un orden convencional y memorizarlo. Cada ilusionista tie­
2, 3, etc. Hágase revisar la caja y los dados, o invítese a
ne un orden personal para colocar las cartas de una baraja,
varios espectadores para que digan si a través de la tapa
y usted debe tenerlo también, cosa fácil de lograr si desti­
de la caja, estando ésta bien cerrada, se pueden ver los nú­
na a ello una o dos semanas durante su aprendizaje. Lo
meros de los dados, a lo cual contestarán que no. Sin em­
importante es memorizar bien el orden adoptado, de modo
bargo, usted podrá decir, sin abrir la caja, en qué orden ha
que nunca haya dudas. ,
colocado los dados un espectador cualquiera.
Cada dado trae en su interior un trocito de hierro, ima­ También deberá memorizar el orden —convencional—
de sus bolsillos. Así dirá, por ejemplo: Bolsillo 1, derecha
nado, colocados el uno hacia la derecha de su dado, el otro
a la izquierda, el tercero arriba, y así sucesivamente. Sobre del saco; Bolsillo 2, trasero izquierdo del pantalón; Bolsillo
su mesita de trabajo habrá una diminuta brújula de preci­ 3, superior derecho del chaleco, etc.
sión, oculta entre las arrugas del tapete o disimulada por Memorizando esto —orden de las cartas y orden de los
cualquier objeto. Cuando le entreguen la caja cerrada, si- bolsillos— lo demás será fácil. Empiece presentando la ba­
túela cerca de la brújula, póngase usted atrás de ella, de raja ordenada según su sistema personal. Cuide de que al
modo que caja y brújula queden entre usted y el público, ser revisada por el público, no se altere el orden de las car­
vaya empujando lentamente la cajita para que toda ella pa­ tas. Si la baraja usted mismo utilice el falso barajeo, que
se por delante de la brújula, y según la inclinación que en
146 PROP. ADAMS LUTTER COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 147

consiste en mover mucho las manos y los naipes, simulan­ pareje bien el mazo antes de devolvérselo, y entonces sa­
do diversos cortes, pero volviéndolo a dejar todo tal como que usted de las barajas en un santiamén el mismo núme­
estaba. Si un espectador, al revisar la baraja, ha alterado ro de cartas que él tardó tanto en contar, entregándoselas
el orden de las cartas, o si usted prefiere que sea él mismc para que diga si la cantidad es correcta.
quien baraje, deberá contar con un segundo mazo, ordena­ La baraja que usted utilizará para este acto tiene un pe­
do a su gusto con el cual sustituirá el primero después de queño truco, consistente en un naipe ligeramente más cor­
haber escamoteado éste. to de los otros y que irá abajo del mazo al empezar. Al
Por un conducto u otro, usted tendrá en la mano una recoger de nuevo el mazo, después de que el espectador
baraja cuyo orden de cartas conoce. Empiece a distribuir haya contado el número de cartas, pasa usted el naipe corto
éstas en sus bolsillos, de acuerdo con la distribución teórica arriba, de modo que quede inmediatamente a continuación
también establecida previamente (5 cartas en el bolsillo uno, de las cartas que el espectador ha separado y que él vuel­
3 en el dos, etc.), hasta agotar la baraja. Cuando un es­ ve a colocar sobre la baraja. Entonces toma usted ésta, des­
pectador le pida una carta, empiece por recordar qué lugar liza cartas con el pulgar, y al pasar el naipe corto se sus­
ocupaba en la baraja ordenada por usted y, en consecuen­ penderá momentáneamente el deslizamiento, es decir, habrá
cia, en qué bolsillo ha de estar, y si es la primera o la se­ una interrupción brevísima, casi imperceptible, pero que us­
gunda, o la que sea, de las que en él ha colocado. Si las ted aprovechará para separar las cartas que hasta entonces
operaciones previas han sido bien memorizadas, bastarán hubieren pasado y que serán, indudablemente, en la misma
uno o dos segundos para sacar, sin el menor titubeo, la car­ cantidad contada por el espectador.
ta requerida. Este ejercicio requiere un buen control de dedos y un
Si pone un número igual de cartas en cada bolsillo, la sentido del tacto muy desarrollado.
operación todavía resultará más fácil. Por ejemplo, si le pi­
den el 7 de bastos, y usted sabe que está en la carta nú­
mero 23 según su orden, y si usted ha puesto 4 cartas er. 183.—LA CARTA QUE SIEMPRE APARECE ENCIMA
cada bolsillo, dirá mentalmente: 4 x 5 , 20, y sobran 3; lue­
go, el 7 de bastos será la tercera carta del sexto bolsillo. Presente a un espectador una baraja sin trucar, para
que elija una carta y la vuelva a colocar en medio de la ba­
182.—EL CONTADOR EXPERTO raja. Ahora baraje usted mismo y demuestre que la carta
que el espectador puso en medio ha pasado arriba. En efec­
Presente una baraja a los espectadores y pida a varios to, voltee la primera carta de la baraja, y será la elegida.
de ellos que cuenten un número determinado de cartas: Esto se logra mediante la maniobra llamada salto que^
veinte por ejemplo. El más rápido se tardará, por lo menos requiere un prolongado aprendizaje, y que consiste en rete­
4 ó 5 segundos. Pero a usted le bastará el instante de un ner con la punta de la uña la carta que otra mano coloca
parpadeo para sacar de aquella misma baraja el número en la baraja y barajar sin soltarla, de modo que en un »
exacto de cartas que cualquier espectador le pida. momento dado pase arriba (o abajo, si conviene).
A fin de comparar la rapidez respectiva de cada quien, Este mismo ejercicio podrá repetirse con otros especta­
haga usted que el espectador cuente primero el número de dores, y siempre la carta elegida por el primero (el rey de
cartas que desea, a ver cuánto se tarda; hecho esto, que copas, por ejemplo) aparecerá arriba, aunque los demás
vuelva a poner sobre la baraja las cartas contadas, que em­ se empeñen en colocarla en medio de la baraja. A partir
148 PROF. ADAMS LUTTER

de la segunda vez ya no será preciso hacer el salto, pues


bastará tener empalmada la carta en cuestión al entregar COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 149
la baraia a los sucesivos espectadores y hacer que metan la
carta que en realidad es la segunda de arriba. Explique­ El truco, como el lector ya debe haber supuesto, reside
mos mejor esto: en la varita. Esta tiene dos compartimientos por el extremo
Después de la primera operación (la más difícil de eje­ que se introduce en el tubo, separados por una delgada pa­
cutar a causa del salto), el rey de copas ha quedado arriba red. En cada departamento hay unos ganchos que pueden
de la baraja volteada. Descubra la carta para demostrarlo, entrar o salir, accionados por dos pequeñas correderas la­
y vuélvala a dejar en su sitio. Presente la baraja a un se­ terales que el operador mueve discretamente con sus dedos.
gundo espectador, pero empalmando (ocultando en la pal­ En uno de los departamentos se ha ocultado previamen­
ma) dicha carta. El segundo espectador tomará la carta que te un pañuelo azul. Al introducir la varita en el tubo, los
él ve arriba de la baraja, y que cree que es el rey de copas, ganchos del departamento vacío toman el pañuelo rojo y lo
aunque en realidad es otra, y, sin verla, la pondrá en medio ocultan en la varita. Seguidamente se abre el otro departa­
de la baraja. Ahora suelte la carta que tenía empalmada, mento, y los respectivos ganchos expelen el pañuelo azul,
descúbrala de nuevo y muestre que otra vez es el rey de dando la impresión de que el primero cambió de color en
copas. La maniobra podrá repetirse ad libitum, hasta que su corto viaje por el tubo de cartulina.
todos se convenzan de que el rey de copas pasa siempre
arriba a pesar de que sea repetidamente puesto en medio.

184.—EL PAÑUELO TEÑIDO 185.—OTRO METODO PARA TEÑIR PAÑUELOS

Un bonito número, pot su sencillez y vistosidad. Tóme­ Aunque en esencia este ejercicio es idéntico al anterior,
se un trozo de cartulina, que se puede dar a revisar, y há­ se vale de un procedimiento muy distinto y altamente es­
gase o encárguese a un espectador que haga un tubo, el pectacular.
cual sostendremos limpiamente con dos dedps y con las Se necesitan dos cajitas exactamente iguales en forma
mangas levantadas, sin efectuar ninguna maniobra sospe­ y tamaño (pueden ser dos cajas de cerillos), que llevan pe­
chosa. Introduzcamos por uno de sus extremos un pañue- gadas unas pequeñas etiquetas de colores distintos, a fin de
lito de seda rojo. Vayamos empujándolo con nuestra varita poderlas identificar. Supongamos que una de las etiquetas
mágica, hasta que el pañuelo desaparezca por completo den­ es blanca y la otra verde. En la caja con la etiqueta blan­
tro del tubo. Sigamos hundiendo la varita, lentamente, con ca, ponemos un pañuelo blanco. En la de la etiqueta verde,
estilo, y cuando el pañuelo empiece a asomar por el otro un pañuelito verde. Cerremos bien las dos cajitas, y suje­
extremo, todos verán que ha cambiado de color, convirtién­ tárnoslas con una liguita que abarque las cuatro caras la­
dose de rojo en azul. terales (Fig. 76). Es^ evidente que, sin quitar las ligas, no se
Entretanto, no hemos dejado de sostener limpiamente podrán abrir las cajas ni extraer su contenido. Por otra par­
con dos"7dedos el tubo de cartulina que el espectador fabri­ te, tanto las cajas como los dos pañuelos han sido dados a
có con su propia mano. Nada impide que el pañuelo rojo revisar antes del acto.
sea dado a examinar antes de introducirlo en el tubo, pues Tomemos ahora las dos cajitas con las manos, con las
no contiene trucaje alguno. mangas levantadas para demostrar que nada ocultamos en
el antebrazo. Hagamos unos pases magnéticos y volvamos
a dejarlas donde estaban. Pídase a un espectador que qui­
te las ligas y las abra. En la caja con la etiqueta blanca,
La explicación de este pequeño misterio reside en e)
trucaje de las etiquetas. Ambas son blancas por un lado y
verdes por el otro. La cara blanca de una y la verde de la
otra, o sea las que el público ve al comenzar el acto, son
engomadas, y han sido previamente humedecidas unos mo­
mentos antes de iniciar el experimento. Por la otra cara las
etiquetas sólo van débilmente pegadas a sus respectivas
cajas, utilizando un poquito de engrudo o de harina disuelta
con agua. Al tomar el artista las cajitas, oprime una contra
otra siguiendo la línea de puntos de la figura. La pprte en-
aomada de cada etiqueta se pega a la otra caja, venciendo
la resistencia del engrudo; o sea que la cambia de lugar,
no son los pañuelos, sino las etiquetas.
187.—LOS DADOS ADIVINOS

Pedir a un espectador que diga un número comprendi­


do entre 2 y 12, y en seguida entregarle un cubilete con dos
dados para que al tirarlos marquen el número elegido. Uti­
lizando aparentemente el mismo cubilete y los mismos da­
dos, repetir el experimento con otros expectadores.
Para este acto el cubilete es normal, pero se necesitan
ocho dados arreglados, conteniendo en su interior unos pe­
queños contrapesos de fierro, o cualquier otro material pe­
sado, para que el dado caiga según convenga. La prepara­
ción previa de los dados es como sigue:
En el primer dado se lastrará la cara correspondiente al
I, para que, quedando ésta abajo, marque 6.
En el segundo se lastrará la cara del 2, para que mar­
que 5.
En el tercero se lastrará el 3, para que marque 4.
En el cuarto, el 4, para que marque 3.
En el quinto, el 5, para que salga 2.
En el sexto, el 6, para que salga 1.
El séptimo será igual que el sexto, se lastrará la cara
del 6, para que marque 1.
Y el octavo será igual que el primero, con la cara del
1 lastrada, para que salga 6.
Les dados 7o. y 8o. son los principales; los otros son
auxiliares. Todos ellos han de tener alguna contraseña, vi­
sual o táctil, que, pasando inadvertida para los espectado­
res, le sirva de referencia al mago. Por otra parte serán re­
lativamente pequeños, para que el artista pueda escamo­
tearlos en la mano, pues hay que aparentar que sólo se usan
dos dados, siempre los mismos.
Si el espectador dice 9, el mago pondrá en el cubilete los
dados segundo y tercero. Si dice 2, el sexto y el séptimo. Si
dice 12, el primero y el octavo, y así sucesivamente. El esca­
moteo de dados podrá realizarlo con la hábil ayuda de
la otra mano y del propio cubilete.
Este ejercicio requiere mucha práctica, y no es cien por
ciento seguro, pues si el lastre es excesivo, algún espectador
Para actos a base de nudos, pueden emplearse cuerdas,
cintas, hilos, etc., pero lo que más se utiliza son pañuelos y
servilletas. Los pañuelos de seda son los más indicados, por
la suavidad de deslizamiento que tiene ese material.
Un nudo puede hacerse mágicamente, con una sola ma­
no, tomando el pañuelo tal como indica la figura 78 y dan­
do un tirón para que la punta libre dé vuelta a la mano y
se introduzca entre la propia mano y la otra punta. La co­
sa requiere mucha habilidad, precisión de movimientos, pero
es posible. Lo materialmente imposible es deshacer con uno
sola mano el nudo hecho, a menos de recurrir a algún tru­
co. El más común consiste en utilizar un hilo, de color ade­
cuado a las circunstancias, que atraviese el nudo tal como
se ve en la figura 79 y cuyos extremos sean manejados per
la otra mano o el pie del operador.
Entonces, sosteniendo el pañuelo con una mano y cui­
dando previamente de que el nudo no quede muy apretado,
se irá tirando adecuadamente del hilo invisible, haciendo
que el nudo baje hasta deshacerse, lo que el público podrá
atribuir, si quiere, al poder mágico del artista. Unas leves
y rítmicas sacudidas dadas por la mano que sostiene el pa­
ñuelo, facilitarán el descenso del nudo.
Es cuestión de mucho ensayar, pero el esfuerzo es in­
dispensable si se desea llegar a conocer todos los secretos
del oficio.
COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 157

ra poder ocultar en su interior los dispositivos necesarios.


156 PROF. ADAMS LUTTEB Suelen ser de latón.
5. —También hay aros con unos pequeñísimos orificios
dad complementaria, practique un poco (o mucho, si es po­ por los cuales asoman unos ganchitos invisibles, susceptibles
sible) las sombras chinescas estrictamente manuales, o sea de sujetar a otros aros, dando la impresión de que están
sin la ayuda de aparatos u objetos. A título de ejemplo, el entrelazados.
lector podrá estudiar las cuatro siluetas de la figura 80. 6. —Un aro puede ser escamoteado sustituyéndolo por
otro que el operador lleva a la espalda o debajo del frac.
Para ello se necesita tirar un aro al aire, cazarlo con una
mano por detrás del cuerpo y aprovechar el momento para
191.—LOS AROS MAGICOS efectuar la sustitución.
7. —También puede tirarse el aro hacia arriba, des­
Nos referimos a los aros o anillos metálicos con los cua­ apareciendo por un instante en lo alto del escenario. El aro
les se pueden presentar espectaculares números escénicos. que a continuación cae ya no es el mismo, pues ha sido sus­
Es una especialidad con una personalidad muy propia, culti­ tituido por un ayudante convenientemente situado. Hay otros
vada por muchos prestidigitadores de talla 'internacional, medios de escamoteo que dependen del ingenio del artista
como el gran Willmann, a quien se deben muchos de los nú­ y de las circunstancias del lugar.
meros modernos con aros mágicos. 8. —Los factores principales que entran en un acto a
Tampoco aquá podemos extendernos tanto como desea­ base ide aros son: orden de colocación de los aros, posición
ríamos, por lo que sólo daremos algunas explicaciones al de las manos para cada maniobra parcial, gran agilidad de
respecto. dedos para el manejo de correderas y ganchos, y realiza­
Los aros mágicos son, aparentemente, continuos, de una ción de las maniobras encadenadas tendientes a lograr un
sola pieza, sin cortes ni aberturas. Van entrelazados, dan­ efecto sorpresivo.
do la impresión de que es materialmente imposible separar­ El lector ya sabe que, a fin de cuentas, todo número
los; sin embargo, los expertos lo logran con suma facilidad. con aros consiste en asombrar al espectador mediante ma­
Los ejercicios derivados de esta especialidad se basan niobras de unión y separación de los mismos, mostrando en­
en los siguientes principios: trelazados los que hace un momento estaban sueltos, y vi­
1. —Todo juego de aros trae por lo menos uno que es ceversa. Pero es el número y la calidad de las combinacio­
continuo, sin abertura ni trucaje. Para determinados núme­ nes lo que importa. Wilmann presentaba 28 combinaciones
ros de aros, o para ciertas combinaciones, se necesitarán distintas con un sencillo juego de cuatro anillos. Con un
dos o más aros sin trampa. juego de 12 presentaba más de cien variantes, trabajando
2. —Los demás están cortados, de manera que por el media hora seguida con un mismo juego, sin que el públi­
corte quepa otro aro, y la parte faltante queda disimulada co perdiera su interés.
por una varilla interior que abre o cierra en virtud de una
pequeña corredera accionada por los dedos del artista.
3. —Los aros que el operador da a examinar al públi­
co son, naturalmente, los enteros. Si da uno de los otros, ten
árá que sostenerlo con la mano de modo que ésta oculte el
tramo del corte.
4. —Los aros son casi siempre huecos, para que pesen
menos, para que produzcan un sonido más argentino, y pa­
OCTAVA PARTE

El llusionismo de Altura
Peía terminar, haremos una breve incursión por los te­
rrenos del gran ilusionismo, describiendo algunos números
de la más alta espectacularidad escénica, que todos los artis­
tas famosos incluyen en su repertorio, complementándolos y
perfeccionándolos con detalles personales. Casi todos esos
actos requieren abundancia de material y de ayudantes, pe­
ro al artista principiante no le será difícil encontrar alguna
variante sencilla, como un primer paso hacia su propia su­
peración .

192.—EL ARCA CHINA

Consiste en una caja de madera oblonga, como una es­


pecie de ataúd, en cuyo interior pueda acostarse una per­
sona. Las dimensiones inferiores, sobre todo el alto, son tan
reducidas, que es prácticamente imposible que la persona
acostada pueda hacer ningún movimiento, pues la tapa toca
el cuerpo de la persona. Algunos espectadores pueden su­
bir al escenario para convencerse.
Sin embargo, el artista cierra la caja, la abre de nuevo
al cabo de unos segundos, y la persona —generalmente una
muchacha— se halla acostada ahora en sentido inverso: tie­
ne los pies donde antes tenía la cabeza, y viceversa. Es
incuestionable que la caja no ha sido volteada.
193.—LA TRANSFORMACION DE UNA PERSONA
EN OTRA

Es muy sensacional el acto que consiste en dejarse ama­


rrar e introducir en un arca, para luego aparecer con las
manos libres en otra arca. Un famoso ilusionista retirado ha
explicado el número como sigue:
Aparezco en escena, junto a un arca abierta. Un ayu­
dante .A me esposa en presencia del público¿ y tira la llave. A
continuación, situándose entre yo y el público, el mismo ayu­
dante despliega ante mí un amplio paño negro, con el cual
me envuelve. Me ata sólidamente, con la colaboración del
ayudante B, que acaba de aparecer en la escena, y entre
los dos me colocan dentro del arca. Cierra ésta, út atan
y la exhiben por sus cuatro lados al público.
Desaparece del escenario el ayudante A, y queda su
compañero B, sólo con el arca dentro de la cual estoy en­
cerrado. Inmediamente dos mozos presentan en escena otra
arca idéntica a la primera. El ayudante B abre la nueva
arca y la muestra al público. No contiene nada. En segui­
da la cierra y la ata sólidamente.
Regresan los dos mozos auxiliares y le ayudan a abrir
la primera arca, o sea aquélla en que yo fui encerrado.
Sacan el bulto formado por mi cuerpo, lo descubren, )y apa­
rece el ayudante A, el mismo que me esposó y cubrió con
el paño! Abren la otra arca, que momentos antes estaba
vacía, encuentran un envoltorio, lo sacan, lo cubren, iy apa­
rezco yo!
El procedimiento es que una vez atado, cuando el ayu­
dante A despliega ante mí el paño negro, desaparezco «
195— LA MUJER PARTIDA EN DOS

Se trata del conocido acto de aserrar en dos una caja


conteniendo una mujer acostada, con la cabeza saliendo por
un extremo y los pies por el otro. La caja puede hacerse re­
visar previamente, pues la trampa es invisible.
Esa trampa consiste en un tramo de superficie oscilante
en el centro de la caja, más o menos en el punto donde la
mujer apoyará las caderas. Mientras un resorte interior, ac­
cionado por la propia mujer, o exterior, movido por el ar­
tista, aquel tramo de la tabla se hunde, con lo que el cuer­
po de la colaboradora, una vez cerrada la caja, adopta una
línea ondulante, con el abdomen más abajo que el nivel infe­
COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 165
164 PROF. ADAMS LUTTER
remos que el árbol tenga íorm a de abeto, pues los de copa
opuesto de la pared. Si el teatro tiene localidades altas, se­
ancha y frondosa presentan serias dificultades.
rá necesario que los biombos queden también tapados por
La explicación es ésta: el árbol está hecho de hule, si­
arriba. mulando los nudos y rugosidades propias de un tronco. Las
Unos segundos más tarde, el artista ha atravesado el mu­
ramas y hojas, de la forma que sean, también serán de hu­
ro, pues aparece dentro del segundo biombo, en tanto que
le. Al principio todo va apretujado dentro de la maceta, sin
el primero está vacío.
inflar. Por las patas de la maceta van unos tubos por los
El muro está situado sobre una alfombra que tiene un
que circula el aire, el cual es enviado por alguna bomba neu­
corte longitudinal en el centro, precisamente debajo del mu­
mática situada entre bastidores. Conforme el árbol va cre­
ro y siguiendo la línea de éste. Las tablas del escenario han
ciendo, es aumentada la presión del aire. Estando los orifi­
sido previamente quitadas en aquel punto, lo que permite
cios de salida del aire cerca del borde superior de la ma­
al operador pasar al otro lado por debajo de la pared. Tan
ceta, sólo se irá inflando la parte dol hule que se vaya ele­
pronto como ha pasado, un ayudante subterráneo empareja
vando. Es, por encima de todo, un problema de coordina­
el corte de la alfombra y repone las tablas quitadas. Así,
ción y ritmo, si se quiere producir una ilusión perfecta.
aunque algún espectador solicite un examen posterior, no
De la calidad del hule y de la pericia con que el falso
descubrirá nada.
árbol haya sido construido, dependerá que éste se sostenga
Es conveniente realizar el experimento con música de
vertical por sí sólo o que sea preciso sujetarlo desde arriba
fondo, no demasiado queda, para ahogar los inevitables rui­ mediante hilos invisibles. En este último caso, trabájese con
dos de la maniobra. Esta advertencia es válida para muchos una conveniente disposición de luces y de sombras en el
otros actos de ilusionismo. escenario.
Para que el árbol empiece a subir, podrán utilizarse I03
mismos hilos que acabamos de indicar, o valerse de un re­
197j—CRECIMIENTO DE ARBOLES sorte oculto en la maceta que vaya empujando hacia arriba
las diversas capas de hule sin inflar.
Antes hablamos de ramos de flores y pequeños arbus­
tos que crecían en macetas. Veamos si ahora podemos im­
provisar árboles de gran tamaño, como los de los bosques, 198.—LA FIESTA DE LAS BANDERAS
haciendo que crezcan ante la mirada atónita del público, has­
ta que desaparezcan en los espacios altos del escenario. El artista sale al escenario; con el pretexto de que hace
Presentemos una gran maceta, de un metro o más de calor saca de su bolsillo de pecho un pañuelo para secarse
diámetro, montada sobre cuatro patas que se apoyen sobre la frente, y al querer guardar de nuevo el pañuelo, ya no
el suelo, de modo que quede un espacio libre y bien visible cabe en el bolsillo. Algo estorba. ¿Qué será? Mete los de­
entro el piso y la base de la maceta, descartando así la su­ dos y empieza a sacar telas de colores. Son banderas. "¿Y
posición de que el árbol es empujado desde abajo por un esto, qué hace aquí?”, exclama. Va sacando banderas, y no
ayudante subterráneo. precisamente pequeñas, sino de gran tamaño como de a
Echemos las semillas en la maceta, hagámoslas germi­ metro cada una, una vez desplegadas.
nar con una regadera y las consiguientes palabras o manio­
Ya ha sacado una docena de banderas y todavía aso­
bras mágicas, y a continuación empezará a salir el árbol
man más. Pero ¿en dónde puede caber tanta bandera? El
que se irá remontando hacia lo alto. De preferencia, elegi­
166 PROF. ADAMS LUTTER COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 167

artista levanta su saco y pasa la mano por entre él y el cha­ asomen por el extremo inferior del pantalón. Cuando el ar­
leco; el público ve que allí no hay nada, ningún depósito tista abre su saco para mostrarlo al público por su cara inte­
secreto. Sin embargo, él sigue sacando banderas por su rior, lo hace en el instante en que habiendo vaciado un tubo
pequeño bolsillo a la altura del corazón. Ya ha sacado más y preparándose para vaciar el siguiente, no hay ninguna
de veinte y sobre el piso del escenario se está formando un bandera en camino. El gran Kelvin solía iniciar su actuación
enorme montón de telas de color. con este número, con el cual predisponía al público en su fa­
Al fin logra cubrir todo el escenario con banderas. Allí vor por todo el resto del programa.
están presentados todos los países. Es la Fiesta de las
Banderas, un acto de solidaridad internacional. ¿Emotivo,
no? El público estalla .en un aplauso. Pero ¿de dónde han 199.—ANIMALES ARTIFICIALES
salido tantas banderas, cuya superficie total equivale a la
de veinte sábanas desplegadas, y cuyo volumen no podría Es muy común en los actos de ilusionismo y de suges­
ser abarcado por los brazos de cuatro o cinco hombres? tión utilizar animales aparentemente legítimos, pero que en
Cuando el artista salió a escena no era más gordo de como realidad no son sino objetos artificiales, tan trucados como
se le ve ahora. Además, ¿por qué las banderas han salido muchos de los útiles que el artista utiliza para sus experi­
unidas por sus puntas, formando un conjunto que oculta por mentos. La fabricación de falsos animales ha llegado a cons­
completo todo el fondo del escenario, por grande que éste tituir una técnica maravillosa, y son tan excelentes las imi­
sea? taciones, que en la inmensa mayoría de casos el público no
Bueno, las banderas son de seda, y el lector ya conoce sospecha nada, sobre todo si a la perfección técnica del ar­
el poder de comprensión q u e tiene ese material. Antes de tificio se une la habilidad de maniobra por parte del operador.
su número el artista o sus ayudantes se pasaron no menos Los movimientos son conferidos a los animales artificia­
de una hora enrollando cuidadosamente las banderas y cu­ les mediante botones y resortes que el artista acciona con
briéndolas con unos tubos de cartón o lámina muy delgada las manos. Oprímase un botón y moverá una pata, o torce­
que él ha ocultado en la pierna del pantalón. Las banderas rá el cuello, o abrirá los ojos. Son verdaderos títeres en ma­
van unidas entre sí con hilos delgados y resistentes, de mo­ nos del artista. Algunos hasta emiten los sonidos propios de
do que al tirar de una se arrastrará la siguiente, así hasta su especie. Los hipnotizadores que no poseen una confianza
acabar. La punta de la última bandera encerrada en un tubo, absoluta en sus dotes de sugestión, emplean falsos animales
enlaza con la punta de la primera bandera encerrada en el para sus experimentos. También son empleados en actos de
tubo que le sigue. Todo es una cadena. ilusionismo que exijan su escamoteo o sacrificio; para esto
Cuando el artista ha formado un montón de tela en eí último contendrán en su interior un líquido parecido a la san­
suelo, lo empuja hacia uno de los lados del escenario, don­ gre, y para lo primero hay animales desarmables.
de un ayudante invisible tomará el hilo que asoma por la
primera bandera. Al sacar la última bandera lo hará en el
lado opuesto del escenario, para que un segundo ayudante 200.—LA MUJER QUE FLOTA EN EL AIRE
pueda tomar el otro extremo del hilo. Encaramados los dos
ayudantes, subirán los hilos, y la hermosa colección de ban­ Una mujer dormida y acostada sobre una tabla es le­
deras desplegadas ondearán en el escenario. vantada poco a poco, hasta permanecer horizontalmente sus­
Sujétense los tubos a la pierna, para que no resbalen y pendida en el aire. El artista pasa un aro a lo largo de su
Claro está que hay un cable. Es de acero templado, in­
visible a causa de las condiciones escénicas en que el ar­
tista trabaja. El cable rígido, adopta la forma de la figura
83. En A el cable se divide en dos formando un soporte pa­
ra el.cuerpo de la mujer. Dos tirantes metálicos unen el
extremo del soporte con el punto B. El cable C desaparece
en lo alto del escenario, donde uno o dos ayudantes, valién­
dose de las manos o de una polea, suben y bajan el conjunto.
Es evidente que el artista podrá introducir el aro en torno a
la cabeza de la mujer y llegar a los pies sin que tropiece con
nada. Hay que advertir que la mujer no está realmente
dormida.
GOMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 171
170 PROF. ADAMS LUTTER

retira las espadas, abre la caja, y su bella colaboradora sa­ algún trabajo perforar la madera) a fin de que su colabora­
le de su encierro sin el menor rasguño. dora pueda desviar a tiempo la hoja y clavar el puñal por
El experimento es delicado y requiere una perfecta co­ el otro lado. Pudiendo ella arquear las piernas y encoger
laboración entre artista y su "víctima". Lo principal es re­ el cuerpo, el artista podrá ir clavando espadas prácticamen­
cordar el orden en que las espadas serán clavadas y los lu­ te en todos los puntos de la caja.
gares precisos en que irán rasgando las paredes de la caja.
Se usan dos clases de espadas. Unas, las que empuña
el artista, son largas; otras, las que la mujer oculta entre sus
ropas al meterse en la caja, son cortas, como pequeños pu­
ñales (íigura 84). La mujer, además, va provista de una lá­
mina de acero, con la cual desvía las espadas que el opera­
dor va introduciendo, aplicando la lámina sucesivamente en
los lugares debidos. Las espadas del operador, aparte de
no ser tan filosas como parece, son extremadamente flexi­
bles, doblándose en dirección a lo largo de la caja tan pron
to como han perforado la pared, gracias a la placa metá­
lica que la muchacha interpone. La espada curvada queda
por dentro pegada a la pared de la caja, sujeta por el propio
cuerpo y ropas de la muchacha. Esta, una vez encerrada,
se ha protegido las manos con unos gruesos guantes, a fin
de peder manejar las espadas sin lastimarse.
Por cada espada que el artista mete por un lado, la mu­
jer hace salir uno de sus puñales por el otro, por los puntos
previamente estudiados, con lo que el público tendrá la cla­
ra impresión de que la espada del artista ha entrado por
una cara de la caja y salido por la opuesta.
Luego, cuando el operador retira una espada, la mujer
retira el correspondiente puñal del otro lado, y así hasta
acabar. Los puñales y los guantes son guardados en una
trampa secreta en el interior de la caja. Las espadas del
operador recobran su derechura al ser extraídas de la caja,
y una vez abierta ésta, la supuesta víctima saltará sonrien­
te e ilesa. En la misma figura 84 se ve la mujer acostada
en la caja, una espada doblada por un lado y el puñal sa­
liendo por el punto de prolongación de aquélla.
Hay que estudiar y recordar bien los puntos por donde
el operador irá clavando sucesivamente sus espadas, opera­
ción que efectuará con cierta lentitud (como si le costara
1. —Adivinar un núm ero........................................................................... 11
2. —Otro método para adivinar un núm ero...................................... 12
3 . —Los dedos de la mano ._. . . ...................................................... 13
4 —La suma f a t a l....................................................................................... 13
5 . —Adivinar una r e s t a ........................................................................ 13
6 . —Para confundir a un m atem ático............................................... 14
7 . —El sastre cortador............................ ................................................... 15
8 . —Un problema de gramática ....................................................... 15
9 . —Transmisión del pensamiento .................................................. 15
10.—Claves sin p a la b ra s............................................................................ 17
11. —Transmisión mecánica del pensam iento................................. 17
12. —Adivinar una carta .......................................... ......................... 18
13. —Adivinación de una carta sin c á lc u lo s ........................ •.. 19
COMO H ACERSE PRESTIDIGITADOR 175
174 PROF. ADAMS LU TTER
Pág.
?á g .

16. —Las tijeras lib e r a d a s ............................................. 22 47. —Seis bolitas e sc a m o te a d a s.............................................................. 41


17. —La moneda p e rfo ra d a ..................................... ................................. 23 48. —La moneda que a p a r e c e .................................................................. 42
18. —La copa a é r e a ........................................................................................... 23 49 —El anillo que h u y e ................................................................................ 42
1 9 . —La tarjeta de v i s it a .....• ................................................................ 24 5 0 . —Otras formas de escamotear m o n e d a s .................................... 43
20. —El líquido viajero .................................................................................. 24 51. —Él escamoteo de naipes .. ....................................................... 43
21. —El tapón que no m o le s ta ............................................................... 25 5 2 . —Naipe que desaparece por d e t r á s ................................................ 44
22. —El vaso v o lte a d o ................................................................................. 25 5 3 . —Naipe que desaparece por d e la n te ............................................... 44
23. —La moneda que camina . . . . ..... ........................................... 25 54. —La tira c o r ta d a .................................................................................... 45
24. —La copa que se Hena s o l a .......................................................... 26 55. —La cinta m á g ic a ................................................................................ 45
25. —El tapón a n d a r ín .............................................................................. 27 56. —Adivinar una c a r t a .......................................................................... 46
26. —Un equilibrio increíble ....................................................................... 27 57. —El salto de la b a r a j a .............................................................. •< 47
27. — El huevo e q u ilib rista ....................................................................... 20 5 0 —Adivinar una carta in term ed ia ........................................ ............... 48
28. —Sostener un lápiz verticalm en te........ , ....................................... 29 59. —La moneda f u g it iv a ........................................................................ 48
29. —Una maniobra d e lic a d a .................................................................. 29 60. —El naipe que se e s fu m a ............................................................... 49
30.—El papel re siste n te ................................................................................. 30 6 1 . —La moneda m is te rio s a ................................................................... 49
31. —La flauta m á g ic a .............................................................................. 30
CUARTA PARTE
32. —El huevo y la b o t e l l a ................................................................ 31
33— Los palillos e q u ilib rista s.................................................................... 31
EXPERIMENTOS FISICO-QUIMICOS
34. —La paja p o d ero sa............................................................................. 31
35. —La copa sobre el fila de un n a ip e ............................................. 32
62. —La pajita g ira to ria ........................................................................... ^
36. —Cartas a la o r d e n ........................................................................... 33
63. —La mano que no se q u e m a .......................................................... 52
37. —La bola, el tapón y la b o t e l l a .............................................. 34
64. —Otro caso de insensibilidad c a lo r ífic a ................................. 52
38. —Las copas s ia m e s a s ........................................................................ 34
39. —Los líquidos que no se m e z c la n ............................................ 35 65. —El alfiler que f lo t a .............................................................................. 53
6 6 .—Agua en vez de t i n t a ..................................................... ............... 53
40. —Vino que hace huir al a g u a ............................................... . 35
67.,—Transmutación de m e ta le s .................................................................... 54
41. —Objetos que b a i l a n ....................................................................... 36
6 8 .—El huevo que c r e c e ............................................................................ 54
42. —El aro a b s u rd o ................................................................................ 37
6 8 .— La vela m e c e d o ra ................................. *.......................................... 55
70. —Panorama desvanecido..................................................................... 56
TERCERA PARTE
71. —El vidriero virtuoso............................................................................. 56
72. —El corcho p a r a d o ............................................................................ 56
EJERCICIOS DE PRESTIDIGITACION PURA 73. —La estrella de p a lillo s......................................................................... 57
43. —Escamotear una m o n e d a ........................................................... 39 74. —La llama re b e ld e ................................................................ 57
44. —La moneda que c a m b ia .............................................................. 40 75. —Incendios a voluntad.......................................................................... 58
45. —La botella que d esa p a re c e ....................................................... 40 76.—Una bromiía p e s a d a ........................................................................... 58
46. —Tres bolitas desaparecidas ........................................................ 41 77 —La olla de p a p e l................................................................................ 59
176 PROF. ADAMS LUTTER
COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 177
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78. —Un paladar refin ad o ...................................................................... 59
79. —Las dos bolitas de co rch o .......................................................... 60 109. —La elección forzada de n a ip e s ............................................... 84
110. —Una aplicación de la baraja an terio r..................................... 85
80. —La botella m á g ic a ......................................................................... 60
111. —La aparición m á g ic a ...................................................................... 85
81.—Colores revu eltos.............., ................................................................ 61
112. —Otra aparición m isteriosa......................................................... 87
113. —La elección forzada de otros o b je to s ................................... 87
QUINTA PARTE 114. —La elección sico ló g ica................................................................ 88
114a.—Ayudante en la s a l a .................................................................... 89
LA PRESTIDIGITACION APLICADA 114b.—La elección por esca m o teo ...................................................... 90

82. —La botella desobediente............................................................. 63


83. —El collar in d io ................................................................................. 64 SEXTA PARTE
84. —La varita m á g ic a .......................................................................... 65
85. —La varita y el p añ u elo ................................................................ 66 EXPERIMENTOS DIVERSOS
86. —El pañuelo que a p a r e c e ............................................................. 66
87 —La moneda cam bian te...................................................................... 67 115. —tLa copa y la m o n e d a .............................................................. gi
88. —La moneda dentro del b o lillo .................................................. 67 116. —Calor que h i e l a ........................................................................... 9)

89. —Pañuelo que aparece en la m a n o ......................................... 68 117. —El pañuelo c o rta d o ..................................................................... 93

90. —Variante del anterior.................................................................... 68 118. —El plátano re b a n a d o .................................................................. 93

91. —La canica que a p a r e c e ............................................................... 69 119. —Misteriosa desaparición de una m o n ed a............................. 94
92. —La carta que ya no e s t á ............................................................. 69 120. —Las agujas en h e b ra d a s............................................................. 95
93. —La elección forzada....................................................................... 70 1 2 1 . —Lluvia de p a ñ u e lo s .................................................................... 96
94. —Una variante del m ism o............................................................... 70 122. —Variante del a n te rio r..................................................... .. 96
95. —La carta a través de un som brero......................................... 71 123. —El pañuelo a través de un v a s o ............................................... 97
96. —La carta que se transforma en la m a n o ................................ 72 124. —La bola que cambia de c o lo r ............................................... 98
97. —El abanico de n a ip e s .................................................................. 72 125. —Otro ejercicio con hilos in v isib les......................................... 99
98. —El acordeón de n a ip e s ................................................................ 73 126. —El mismo ejercicio, pero más d ifíc il.................................... 99
99. —Adivinación espectacular de una c a r t a ............................... 73 127. —La caja m á g ic a ......................................................................... 100
100. —El billete de banco quem ado................................................... 74 128. —La tinta como refresco .............................................................. ]02
101..—El pañuelo y la caja de c e rillo s .............................................. 75 129 —La tinta que no en n eg rece......................................................... 103
102. —La botella de los mil lic o re s .................................................... 75 130. —El au tóm ata................................................................................. }03
103. —El vaso que se llena s o lo ......................................................... 77 131. —La botella de las m arav illas................................................. 104
104 —Las mesas del ilu sio n ista............................................................ 79 132. —Duplicación de un c a p ita l................................................ ]05
105. —La baraja ca m b ia d a .................................................................. 133. —Una barrica im provisada........................................................ 106
106.—La botella invencible....................................................................... 81 134. —Aguq que se convierte en c in ta s .......................................... 106
107. —El huevo transformado en g a llin a ........................................ 135. —El pañuelo y los plum eros.................................................... 107
108. —Trampas de diversos e s tilo s ........... .................................. *3 136. —Pañuelos que cambian de dom icilio................................... 108
137. —La carta que cambia de c o lo r .............................................. 108
178 PROF. ADAMS LUTTER COMO HACERSE PRESTIDIGITADOR 179

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SEPTIMA PARTE
138.—La caja que se llena s o l a ......................................................... 109
139 —La moneda d esap arecid a........................................................... 110 ESPECIALIDADES Y VIRTUOSISMO
140. —La carta que no se q u e m a ....................................................... 111
141. —Un brindis com pleto.................................................................. 111 173. —El pájaro revivido...................................................................... 137
142. —Una jaula que se e sfu m a ...................................................... 112. 174. —La tortilla m á g ic a ...................................................................... 138
143. —Desaparición de un vaso lle n o .............................................. 112 175. —La moneda que e n c o g e .......................................................... 139
144. —La cacerola em b ru jad a........................................................... 113 176. —El huevo que desaparece con las m a n o s ....................... 140
145 —El pañuelo que v i a ja .................................................................... 113 177. —La caja de las so rp resas...................................................... 141
146.. —El huevo que se vuelve p añ u elo ......................................... 114 178. —Otra caja para sorp resas........................................................ 143
147. —El huevo y la b o l s a ................................................................. 115 179. —Liberación de un n a ip e ........................................................... 143
148.—Cambio de co lo res......................................................................... 115 180.—Adivinación m a g n ética ................................................................ 144
149. —¿Una o dos b o lita s?................................................................... 116 181. —¿Prestidigitación o m em oria?................................................ 145
150. —El vaso que no se m o ja ......................................................... 117 182. —El contador exp erto................................................................... 146
151. —Monedas que atraviesan una b o te lla .................................. 118 183. —La carta que siempre aparece e n c im a ............................. 147
152. —El dado que desaparece . . . . ^ ........................................... 119 184. —El pañuelo te ñ id o ...................................................................... 148
153. —Desaparición de varios d a d o s ................ . ................ .. .. 119 185. —Otro método para teñir p añ u elos........................................ 149
154. —Variante del an terio r................................................................ ¡20 186. —La tinta inofensiva..................................................................... 150
155. —Los dados y el som brero...................................................... 120 187. —Los dados a d iv in o s.................................................................. 152
156.. —La caja em brujada................................................................... 121 188. —Los nudos hechizados........................................... ¡ ............... 153
157. —La botella que flota en el a i r e ............................................. 122 189. —Construcciones de p a p e l......................................................... 154
158. —Un acto mágico de Houdini................................................... 123 190.—Las sombras ch in escas.................................................................. 155
159. —El tubo prodigioso...................................................................... 123 191. —Los aros m á g ic o s ....................................................................... 156
160. —Variante del a n te rio r................................................................ 124
161. —Otra variante del a n te rio r...................................................... 125 OCTAVA PARTE
162.—La carta transform ada................................... ............................... 125
EL ILUSIONISMO DE ALTURA
163. —Reproducción de b o l a s ............................................................ 127
164. —Semillas que germinan al in sta n te .................................... 123 192. —El ara c h in a ................................................................................ 159
165. —Otro sistema para germinar se m illa s.................................. 128 193. —La transformación de una persona en o t r a ...................... 161
166. —El naipe y la e s p a d a ....................................... ... .................... 130 194. —La cuestión de los " d o b le s " ................................................. 162
167.—La caja obseq u iosa........................................................................ 131 195. —La mujer partida en d o s ......................................................... 162
168. —Un vaso que se vacía s o l o .................................................... 132 196. —Pasar a través de un m u ro ................................................... 163
169. —Los pañuelos in creíb les............................................................. 133 197. —Crecimiento de á r b o le s ........................................................... 164
170. —Las tijeras m á g ic a s.................................................................... 133 198. —La fiesta de Jas b a n d e ra s...................................................... 165
171. —Desaparición y aparición de un p añ u elo ........................... 134 199.—Animales artificiales...................................................................... 167
172. —Tubos y tap ad eras..................................................................... 134 200. —La mujer que flota en el a i r e ............................................... 167
201.—La mujer acuchillada..................................................................... 1S9
Esta obra consta de 2,000 ejem­
plares y se terminó de imprimir
en el mes de febrero de 1962 ea
los talleres gráficos OLIMPO.
México 2, D. F.

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