La pastoral vocacional en el proceso educativo Pre escolar

Abordaje
vocacional
en pre
escolar

La puesta en
práctica de la
catequesis
vocacional en la
etapa del pre
escolar

Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos

Institutos Vocacionales

El destinatario.
 Se están poniendo los elementos que configuran la
persona-lidad del niño, tanto a nivel físico como
emocional. Algo similar ocurre con las referencias sociales
y con lo religioso. Se establecen las ideas y sentimientos
más básicos y definitivos que definen la propia cultura y
la relación con Dios. Esto nos interesa especial-mente
cuando queremos propiciar una cultura vocacional.
 El niño accede a la realidad desde una muy
elemental capaci-dad de conocer y sobre todo de un
sentir esa realidad. Conoce a través de los sentidos, por
eso para él es esencial tocar, sentir, oler, gustar... pero
esta experiencia cognoscitiva está profundamente
impregnada de afectos: lo hace de la mano de otras
personas, por quienes se siente amado y protegido.
 Es sensible ante el medio que lo rodea. Hay que
preguntarse: ¿qué aspectos de la vocación pueden ya
colocarse en su medio pa-ra que los aprenda como parte
de su propia cultura fundamental? La fe y la vocación no
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se pueden tocar ni oler... pero se traducen en signos, en

experiencias sensibles, y sobre todo en actitudes.
 Las figuras familiares están bien establecidas. Los
niños se re-fieren espontáneamente a mamá, a papá, a
los hermanos, los abue-los y otras personas significativas.
Ellas constituyen la base de la relación con Dios, que se
establece sobre todo cuando esas perso-nas significativas
les han enseñado a dirigirse a Dios. El maestro o
maestra, el religioso o religiosa, comienzan a ser también
parte de su vida afectiva, y ellos pueden reforzar la
referencia a Dios que han aprendido en su propia casa.
La metodología.
 La metodología subrayará la intención de hacer
presente lo trascendente y lo vocacional en el ámbito de
aprendizaje del niño de preescolar. Para esto hay dos
tipos de experiencias que se pue-den aprovechar:
 La referencia, esencial para el niño, a las personas.
Todo lo que signifique afecto, protección, bondad, ternura,
tolerancia, per-dón... la escuela o la catequesis parroquial
deberá ser una exten-sión de la referencia vital a papá,
mamá, abuelos, hermanos... Ya puede aparecer el
sacerdocio y la vida religiosa como parte de su universo,
pero deberán presentarse amablemente, haciendo de la
Iglesia una nueva familia.
 Los hallazgos y descubrimientos que el niño realiza y
son profundamente significativos en su vida. Son
descubrimientos de lo esencial y vital del vivir, que se
pueden y deben referir inmediata-mente a la
trascendencia. Todas las cosas, desde mis manos y mis
pies, hasta los colores y las personas, me hablan
continuamente de Dios, que es bueno y nos protege. Pero
a la vez todos estos descu-brimientos piden una
correspondencia que llamamos vocación y se expresa
haciendo de cada descubrimiento un motivo de gratitud a
Dios. La figura del cristiano, y la del sacerdote, de los
religiosos y religiosas deberá presentarse unida a estos
hallazgos.
La temática.

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La pastoral vocacional en el proceso educativo Pre escolar

Los temas vocacionales para esta etapa son muy

concretos, tanto como la mentalidad de los niños:
 Que el niño descubra la existencia de la vida
cristiana, del sacerdocio y de la vida religiosa. Para esto
pueden servir experien-cias como invitar a un laico, un
sacerdote y un religioso o religiosa con sus hábitos, para
que los niños los vean, los toquen, los escu-chen, jueguen
con ellos, los vean rezar juntos.
 Que descubra cómo en el corazón de cada una de
estas personas está Jesús, está el Padre. Como ellos me
aman y me pro-tegen, así Dios me ama y me protege.
Como ellos juegan, así Dios juega y se divierte con los
niños.
 Que experimente cómo en todo momento puede
dirigirse a Dios por medio de la oración, porque él está
presente en todas las cosas. Así como papá y mamá nos
piden que ayudemos y nos portemos bien, así Dios quiere
que le ayudemos y le llenemos de alegría.
Objetivo general.
Los niños de pre escolar admiten como parte de su
universo a las distintas vocaciones y establecen una relación
confiada con ellas y con Dios.
Primer curso.
Objetivo específico: Los niños del primer curso tienen un
contacto personal y afectuoso con laicos, religiosos,
religiosas y sacerdotes.
Catequesis 1er. Semestre : ¡Tenemos laicos, sacerdotes y
religiosos!
Catequesis 2º semestre: ¡Los laicos, religiosos y
sacerdotes son nues-tros amigos!
Catequesis para papás: Los papás de nuevo ingreso
conviven con la comunidad religiosa o el equipo de la
catequesis parroquial, incluido el sacerdote. Mejor aún si esta
convivencia se realiza en la casa del padre o de la comunidad
religiosa.
Segundo curso.

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Objetivo específico: los niños del segundo curso valoran el

servicio que realizan los laicos, religiosos y sacerdotes.
Catequesis 1er. Semestre : Los laicos, religiosos y
sacerdotes nos cuidan.
Catequesis 2º semestre: Ellos nos cuidan porque nos
aman.
Catequesis para papás: Los papás valoran el carisma
propio de la comunidad religiosa o del presbítero y de la
comunidad catequística.
Tercer curso.
Objetivo específico: los alumnos del tercer curso dan
gracias a Dios por cada una de las vocaciones.
Catequesis 1er. semestre: En el corazón de los laicos,
religiosos y sacerdotes está Dios.
Catequesis 2º semestre: Cuando los laicos, religiosos y
sacerdotes nos cuidan, nos cuida Jesús
Catequesis para papás: los papás hacen oración poniendo
la voca-ción de sus hijos en manos de Dios, a ejemplo de
María y de José. Es una buena ocasión para distribuir una
oración por las vocaciones.
Ámbitos de acción pastoral.
En el caso de los niños de pre escolar se presentan dos
ámbitos que en la práctica son muy similares: el colegio y la
catequesis. Los niños de esta edad no distinguen demasiado
ente ambos lugares. Si dijimos que la experiencia afectiva y
la acogida son fundamentales, habrá que subrayar ambos
puntos en la acción pastoral:
 Que tanto el colegio [y específicamente la clase de
religión] como la parroquia, sean identificadas por los
niños con perso-nas que hagan una referencia de
acogida, cariño, disponibili-dad.
 Que el salón de clase esté acomodado de tal manera,
que los elementos religiosos como la Palabra de Dios,
el espacio para la oración, la enseñanza, sean parte
de ese ambiente, de modo que, por así decirlo, se
absorban del ambiente.

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 Que se facilite espacios sagrados bien acondicionados

para los niños, en los cuales se puedan comportar
como niños y experi-menten una familiaridad con Dios
y entre sí.