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Paulo Freire
Hola, ¿Cómo están? Nuevamente nos encontramos en este espacio virtual, esta
semana vamos a retomar algunos conceptos que tratamos las clases pasadas.
Como solía decirnos Paulo Freire, nosotros creemos que todos aprendemos siempre,
todos podemos acercarnos a los saberes científicos buscando esquemas que resuelvan
desde problemas muy complejos hasta aquellas cuestiones que nos mejoran la calidad
de vida.
Sabemos que todos ignoramos algo, por eso esa horizontalidad que nos hermana en el
camino del enseñar y aprender, en ese contexto con los otros, nos permite resolver
situaciones a partir de las experiencias socialmente construidas y compartidas.
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=g4ZDcDd89Lw
Así fue que por 1983, con la recuperación de la democracia, la necesidad e iniciativa de
las Abuelas de Plaza de Mayo y la CONADEP, que denunciaban e investigaban las
severas y extensas violaciones que se cometieron a los derechos humanos,
principalmente por el Estado bajo el control de gobiernos militares; es que se estimuló
la formación del Equipo Argentino de Antropología Forense.
Fue cuando, hizo falta la necesidad de investigar las violaciones a los derechos
humanos del pasado reciente y de mejorar la administración de justicia; tras su
limitada o cómplice actuación con los regímenes anteriores.
Hagamos una revisión histórica
Las víctimas de algunos CCD eran arrojadas, atadas y sedadas, desde aviones
militares en el mar argentino; otros utilizaban los cementerios municipales de todo el
país para enterrar a los desaparecidos en tumbas anónimas, como N.N. (ningún
nombre).
En este último caso, al poco tiempo de ser asesinados, los cuerpos de las personas
desaparecidas eran generalmente depositados en lugares públicos y una llamada
"anónima" alertaba a las autoridades de la comisaría local.
Estos profesionales firmaban el certificado de defunción para cada uno de los muertos
y el registro civil local proveía el certificado de inhumación.
En otras palabras, estamos diciendo que los mismos participantes estaban de alguna
manera proveyendo los datos y registros para futuras investigaciones.
La existencia de todos estos documentos sobre la suerte corrida por los cuerpos de los
desaparecidos es particularmente llamativa si se considera la total clandestinidad en la
que se realizó la desaparición de personas. Estos registros, actualmente usados en las
investigaciones del EAAF, han sido vitales para la identificación de víctimas.
Éstas fueron llevadas a cabo por trabajadores del cementerio de una manera
completamente no científica.
En particular, cuando se usaron palas mecánicas, una parte importante de los huesos
que forman el esqueleto se rompieron, se perdieron, o se dejaron en la fosa; también,
se mezclaron los restos de distintos individuos. Lo mismo sucedió con la evidencia
asociada a los restos tales, como proyectiles de arma de fuego, efectos personales,
etc.
Como resultado, se destruyeron parte de los elementos necesarios no sólo para
identificar los restos, sino también para apoyar los procesos legales contra los
responsables de estos crímenes.
Además, algunos de los médicos forenses habían sido ellos mismos cómplices de los
crímenes del régimen anterior, ya sea por omisión o comisión. En Argentina, como en
la mayoría de los países latinoamericanos, los expertos forenses son parte de la policía
y/o el sistema judicial.
El EAAF se formó en 1984 con el fin de investigar los casos de personas desaparecidas
en Argentina durante la última dictadura militar (1976-1983), en pos de la ubicación,
identificación y recuperación de dichos restos y de su posterior identificación por ADN
de restos exhumados.
Entonces ¿Cómo realizan los estudios de ADN? ¿Cómo pueden por medio de este
componente determinar la identidad de los restos exhumados?
Para identificar los restos de un ser humano, se extrae un segmento de este ADN
de una muestra biológica (puede ser un fragmento de hueso en el caso de
personas fallecidas hace años) y se lo compara con el ADN aislado de una muestra
de sangre de sus familiares. Ambos segmentos se analizan y se obtienen los
perfiles genéticos (similares a un código de barras individual) que son comparados
para comprobar con un alto grado de certeza si existe parentesco.
Desde el año 2003, el EAAF utiliza de forma habitual el análisis genético como
parte del proceso de identificación de las víctimas de desaparición forzada en el
periodo 1974 a 1983. Esta práctica, realizada en un laboratorio ubicado en la
ciudad de Córdoba, marcó el aumento significativo del número de personas
identificadas.
Sin embargo, hasta el momento no ha sido posible realizar análisis de ADN a gran
escala. Sólo se empleó esta técnica en casos donde se contaba con una hipótesis
de identidad previa obtenida a través de investigación preliminar.
No hay que olvidar que esta labor también es una pieza fundamental como aporte
material y prueba en los juicios contra los genocidas.
Este ejemplo que tomamos entre cientos de casos, demuestra no solo la colaboración y
el aporte del trabajo del EAAF y sus investigadores, sino también cómo la ciencia debe
interesarse en la ardua labor que es la aplicación de sus conocimientos en la resolución
de problemáticas sociales.
Les ofrecemos en esta clase ajustar nuestra mirada sobre la forma en que la ciencia
ayuda a interpretar y buscar respuestas a dichas problemáticas.
La bióloga, genetista y antropóloga Mercedes Salado-Puerto sostiene que “La ciencia
no debe ser vana, ni vacía”, les proponemos mirar el video donde lo plantea:
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=ua3vovMLvtQ
Como hemos revisado hasta aquí la ciencia es un modo de conocer la realidad y como
actividad social construida colectivamente, también la entendemos como un modo de
conocer nuestra propia historia.
Una vez más, demostrando que la ciencia aplicada es posible, la acción de las Abuelas
de Plaza de Mayo en la historia argentina, las tuvo como protagonistas en la búsqueda
de todos los recursos necesarios para tratar de resolver otra cara de este problema
La biología nos prueba que somos el resultado de la interacción entre nuestros genes y
el ambiente en el que nos desarrollamos.
En el fondo somos eso, somos nuestra propia historia y la ciencia tiene bastante que
decir sobre esta historia.
Los estudios de filiación genética lograron determinar la identidad de aquellos a los que
les fue arrebatada en la dictadura.
Pero bien, ¿en qué se asentó aquella metodología?
Aquí vale aclarar que, el terrorismo de estado basó el ejercicio de la represión bajo el
concepto de “enemigo político”, considerando que sus adversarios debían ser
exterminados a través de la desaparición de personas; así, entre 1976 y 1983, durante
la etapa dictatorial la concepción de que la “ideología subversiva” podía trasmitirse por
medio del vínculo familiar, fue el argumento para hacer desaparecer a los bebés recién
nacidos en cautiverio o hijos pequeños secuestrados junto con sus padres.
Como comprenderás todas estas acciones eran parte de un plan “Anular, borrar la
identidad y las raíces de estos niños tenía como objetivo que ni sintieran, ni
pensasen como sus padres, sino como sus enemigos”, afirma Irene Strauss,
integrante de Abuelas de Plaza de Mayo.
El caso Manuel
El 27 de junio de 1976 nació Manuel, hijo de Ana María del Carmen Granada y Gastón
Roberto José Gonçalves, ambos artistas y militantes de la organización Montoneros.
A los 18 años, Gastón estudió en la Facultad de Filosofía y Letras y fue padre de un niño
llamado Gastón. Su militancia se centró en los barrios de Garín y de Escobar donde
comenzaron sus enfrentamientos con el policía Luis Abelardo Patti.
Ana y Gastón formaban parte del programa de educación para adultos que se gestó desde
la Dirección Nacional de la Educación del Adulto (DINEA) durante el gobierno del Dr. Héctor
Cámpora y colaboraban en la construcción de guarderías infantiles y dispensarios de
sanidad.
Manuel, de 5 meses, fue el único sobreviviente. Salvó su vida gracias a que su madre lo
resguardó dentro de un placard con almohadones, que lo protegieron de los gases. Fue
llevado al Hospital San Felipe, donde permaneció durante más de tres meses bajo la tutela
del Tribunal de Menores de San Nicolás que, en febrero de 1977, lo otorgó en adopción al
matrimonio Luis Avelino Novoa y Elena Rodríguez. El Juzgado Federal de San Nicolás
determinó la falsedad de la documentación de Ana, pero no avanzó en la identificación y sus
restos fueron inhumados en el cementerio local como NN o María Cristina Loza.
Ana María del Carmen Granada y María Cristina Loza eran la misma persona.
Así se pudo localizar, ese mismo año, a Manuel, quien llevaba el nombre de Claudio Novoa.
En 1997, por intermedio de la CONADI se efectuaron los análisis genéticos que confirmaron
la identidad de Manuel, quien continuó viviendo con su familia adoptiva pero en contacto
permanente con su hermano y el resto de su familia biológica. Este fue el segundo caso en
el que la CONADI cumplió con su objetivo. Manuel Gonçalves Granada inició acciones
legales para recuperar su nombre y filiación.
Texto extraído de “Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad: El trabajo del Estado en la
recuperación de la identidad de jóvenes apropiados en la última dictadura militar” Buenos Aires,
diciembre de 2007.
En estos casos los genetistas son claros; los aspectos sociales y culturales pueden
variar pero la sustracción de identidad puede generar un impacto de tal envergadura
que una persona, aunque logre vivir bajo el sello de la mentira, sufre gravísimos daños
en la esfera de su subjetividad.
“Sin embargo, la carga genética de una persona, la información heredada de los antepasados, no
puede ser modificada por el accionar del Terrorismo de Estado. El papel de la biología es crucial
en la discusión sobre la identidad. La información genética tiene particularidades para establecer
grados de parentesco con altísimos resultados. Además, esta información no es fácilmente
susceptible a cambios o modificaciones, manteniéndose estable e invariable en el tiempo.”
Mercedes Salado Puerto explica que los seres humanos son genéticamente únicos e
irrepetibles:
“La individualidad biológica es el resultado de una serie de combinaciones que se vienen dando de
generación en generación.Cada individuo recibe el 50 por ciento de su información genética del
padre, y el resto de la madre. A su vez, los padres han recibido cada uno por su lado la misma
ecuación genética de sus ancestros”.
Por lo tanto,
“el resultado de estas combinaciones permite la conformación de una individualidad biológica muy
difícil de repetir. La ecuación estadística es elocuente: una en mil millones es la posibilidad de
compartir el mismo patrón genético sin poseer algún tipo de vínculo biológico”, agregó la
investigadora.
https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=kJ9t214bioQ
La intención fundamental era crear un espacio propicio para resguardar las muestras y
la información genética para eventuales análisis, cuando muchas de ellas ya no estén.
Con el asesoramiento de los expertos extranjeros que ya venían trabajando con ellas
desde la etapa del “Índice de Abuelidad”, la colaboración de figuras locales como la del
Dr. Puga, la de la Sociedad Argentina de Pediatría, el Hospital Durand y varios
organismos gubernamentales, se elaboró el Proyecto de Ley referido a la creación de
un Banco Nacional de Datos Genéticos de familiares de niños desaparecidos.
Esto significa que en el año 1987 las Abuelas de Plaza de Mayo estaban proyectando
una relación con el Estado de más de 60 años.
El trabajo del Banco consiste en analizar y cruzar las muestras que la justicia o la
CONADI le requieran. La identificación de una persona o su vinculación con
determinado grupo de parentesco se realiza a partir de un trabajo interdisciplinario en
el que la biológica cumple una función destacada, pero siempre articulándose con la
investigación histórica y judicial.
Sabías que...
Sabías que… En 1986, el EAAF comenzó a expandir sus actividades más allá
de la Argentina y hasta ahora ha trabajado en cerca de 30 países a todo lo
largo de América, Asia, África, y Europa. A la fecha, el EAAF ha realizado
misiones en Angola, Bolivia, Bosnia, Brasil, Chile, Colombia, Croacia, la
república Democrática del Congo, Timor Oriental, El Salvador, Etiopía, Polinesia
Francesa, Guatemala, Haití, Honduras, Indonesia, Kurdistán Iraquí, Kosovo,
Costa de Marfil, México, Panamá, Paraguay, Perú, Filipinas, Rumania, Sierra
Leona, Sudáfrica, Uruguay, Venezuela y Zimbabwe.
Sabías que… Desde la fundación del EAAF, se han formado otros equipos
forenses en Chile (1989), Guatemala (1991) y Perú (2001). Hoy, los equipos
latinoamericanos intercambian sus miembros para entrenamiento y
ocasionalmente trabajan juntos en misiones en el exterior. Ejemplo de esto ha
sido El Tribunal Internacional contra Crímenes de Guerra para la ex Yugoslavia.
En Febrero del 2003, miembros de estos equipos y otros antropólogos forenses
de Colombia, México y Venezuela se reunieron para formar la Asociación
Latinoamericana de Antropología Forense.
Para ello les presentamos esta propuesta pedagógica conocida como INJERTOS CTS.
Los mismos consisten en abordar desde un espacio curricular un tema controvertido
desde alguna de las siguientes didácticas, aclarando el carácter abierto y flexible de la
metodología del enfoque:
Análisis de
situaciones y La finalidad de esta didáctica es movilizar las competencias de
comprensión comprensión de lectura y la interpretación de contextos.
sistémica
http://www.youtube.com/watch?v=qEnlY8He15g
http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/detallePrograma
?rec_id=111321
Lectura optativa
Mariano Martín Gordillo, Carlos Osorio, José Antonio López Cerezo. Contribución al Foro
Iberoamericano sobre Educación en Valores “Educación en valores a través de CTS”,
OEI. Montevideo, 2000.
http://www.oei.es/salactsi/mgordillo.htm
Lectura obligatoria
La lectura del material “CTS, Tecnología y sociedad. Manual de trabajo para
docentes y estudiantes de educación básica, secundaria y media”. Capítulo 4:
Los temas bajo la educación CTS.
http://www.oei.es/salactsi/uvalle/gdd_capitulo4.htm