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La osteoporosis puede ser una manifestación de otra enfermedad subyacente;
es por esta razón que todo paciente con osteoporosis debe ser evaluado por un
médico.
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LA OSTEOPOROSIS
1.1 HISTORIA
Los paleopatólogos han discutido varios factores que ellos consideran que
influyen en el mantenimiento de la masa ósea en poblaciones pasadas.
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comprometen la calidad ósea en la osteoporosis hoy en día no estuvieron
presenten, o de alguna manera se previno, en poblaciones pasadas.
1.2 DEFINICIÓN
Las principales fracturas afectan sobre todo a vértebras, muñecas y cuello del
fémur o cadera. La osteoporosis es más frecuente en mujeres tras la
menopausia.
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1.3 TIPOS DE OSTEOPOROSIS.
Podríamos dividir los tipos de osteoporosis existentes en dos grandes grupos:
osteoporosis primaria y secundaria. Veamos sus características con detalle:
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1.4 FASES DE LA ENFERMEDAD.
Todas las personas pierden hueso a partir de los treinta y cinco o cuarenta años,
edad dónde se alcanza el mayor valor de masa ósea, conocido como pico. Se
sabe que el valor mayor de masa ósea que alcanza el ser humano, anteriormente
definido como pico, está condicionado casi en un 70% por la genética del
individuo, sin embargo también pueden afectar otros factores a los que se esté
expuesto en este primer periodo como es el consumo de café, tabaco y alcohol;
el consumo de calcio, así como el hábito o no de realizar ejercicio físico. Todos
estos factores influyen de forma positiva o negativa sobre la posibilidad de
contraer la enfermedad o no, con momentos críticos en la adolescencia,
embarazos, menopausia y senectud. En las mujeres durante la menopausia y
los diez años sucesivos aproximadamente, la pérdida de hueso es más
acelerada.
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veces se descubre la osteoporosis porque origina fundamentalmente fracturas,
y es entonces cuando la fragilidad de los huesos se deja ver. Estas fracturas
generalmente ocurren en las muñecas, las vértebras y la cadera.
A ello ayudan diversos hechos: ausencia de otro factor que justifique la fractura
(traumatismo, otra enfermedad ósea); presencia de factores de riesgo de la
enfermedad (edad, sexo, etc. En general, no es difícil identificar una fractura
como osteoporótica (fractura de cadera en un anciano de 80 años; fractura
vertebral en una mujer de 70 años, etc. Sin embargo, este signo es demasiado
poco sensible y poco reproducible para ser de utilidad.
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1.5 LAS FRACTURAS MÁS FRECUENTES ASOCIADAS A LA
OSTEOPOROSIS AFECTAN A LAS VÉRTEBRAS, LA MUÑECA Y LA
CADERA.
Las fracturas vertebrales pueden deberse a una caída, pero más generalmente
lo hacen a una sobrecarga mecánica.
Las enfermas con fractura vertebral tienen un exceso de mortalidad del 20% a
los cinco años, más atribuible a enfermedades concomitantes que a la propia
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fractura (ésta podría ser excepcionalmente responsable del fallecimiento por las
dificultades ventilatorias vinculadas a la cifosis).
- Muñeca: Afecta a la parte distal del radio (fractura de Colles). Es más frecuente
en las mujeres a partir de los 55 años.
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La mortalidad por fractura de cadera se estima en un 20% al cabo del primer
año, teniendo lugar la mayor parte de los fallecimientos en los primeros meses
siguientes a la fractura.
Estos procesos producen una serie de síntomas. Los más comunes a nivel
general son los siguientes:
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1.7 CAUSAS.
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Las osteoporosis secundarias son consecuencia o bien una manifestación
acompañante de otras enfermedades o de su tratamiento. Es importante
identificarlas para llevar a cabo un tratamiento etiológico. Estas patologías
pueden ser a su vez factores de riesgo para la osteoporosis posmenopáusica.
1. Causas Endócrinas
2. Enfermedades gastrointestinales.
3. Trastornos genéticos
4. Trastornos Hematológicos
5. Enfermedades Reumáticas
6. Transplante de órganos
7. Drogas
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Sexo femenino: las mujeres tienen un riesgo cuatro veces mayor que los
hombres de desarrollar osteoporosis, especialmente tras la menopausia. Esto es
debido a la reducción del número de estrógenos (hormonas femeninas que
intervienen en la formación de masa ósea) en esta etapa, que favorece una
disminución en el remodelado del hueso. Existe más probabilidad de padecer
osteoporosis si la menopausia se produce antes de los 40 años (menopausia
precoz), debido por ejemplo a la extirpación quirúrgica de ambos ovarios, o
cuando falta la menstruación (llamado amenorrea) en deportistas, o en casos de
anorexia nerviosa por pérdida importante de peso. Además, las mujeres tienen
una mayor esperanza de vida que los hombres y, en general, su cantidad de
masa ósea es menor (especialmente en mujeres excesivamente delgadas).
Raza: más frecuente en caucásicos y asiáticos.
Algunas patologías: hay enfermedades que pueden desencadenar osteoporosis,
como elhipertiroidismo o el Síndrome de Cushing.
Inmovilización prolongada: ya sea por enfermedad o por un estilo de vida
sedentario. El ejercicio es uno de los estímulos para la formación del hueso.
Algunos medicamentos: por ejemplo el uso prolongado de esteroides,
corticoides, antiepilépticos o fármacos para el tiroides.
El exceso de tabaco, alcohol o café.
Cuando presentan síntomas, suelen cursar con dolor agudo o crónico (duración
de más de seis meses), deformidades en la columna (cifosis progresiva o, como
se conoce popularmente, chepa o joroba) (dibujo de persona anciana con joroba)
y disminución de la talla. Se localizan sobre todo en la mitad inferior de la
columna dorsal y en la mitad superior de la columna lumbar.
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Generalmente son consecuencia de una caída, y cursan con dolor agudo e
incapacidad para movilizar la extremidad afectada.
Existen, por lo tanto, las siguientes formas de comienzo o síntomas que pueden
indicar la presencia de osteoporosis:
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Si el proceso de pérdida ósea avanza sin tratamiento, los huesos se van
volviendo muy frágiles, delgados y pueden suceder fracturas con una leve
caída o simple lesión de poca importancia. Cuando suceden estas a nivel
de la columna vertebral, se va perdiendo altura en las vértebras y se va
disminuyendo la estatura de la persona.
Estos factores se pueden detectar a través de una buena historia clínica. Los
factores con mayor peso específico son: más de 10 años de menopausia,
antecedentes de fractura previa, historia familiar de osteoporosis y la edad.
Los factores de riesgo más estudiados son: sexo, edad, talla, peso. Con respecto
al sexo y edad, la mujer se ve más afectada en una relación de 5:1 por varias
razones, presenta una densidad mineral ósea menor que el hombre, cambios
hormonales durante la mayor parte de su vida, vive más que el varón, tiene
mayor pérdida de hueso durante el envejecimiento.
Se sabe que el aumento de las fuerzas que inciden sobre el esqueleto tiende a
provocar un balance positivo, como sucede con el ejercicio físico y por el
contrario, la disminución de los estímulos mecánicos provoca un balance
negativo, como sucedecon la inmovilización y la ingravidez.
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2.1 DIAGNÓSTICO.
Este examen puede hacerse una vez al año o cada dos, dependiendo de la
edad de la persona y el nivel de descalcificación de los huesos. Es
recomendable realizar la primera densitometría ósea en mujeres que se
encuentran cerca de la menopausia o tienen alrededor de 50 años. En los
hombres, se recomienda efectuar este chequeo a los 60 años.
Todas las personas han presentado alguna vez en su vida algún episodio
de dolor lumbar, lo que está relacionado con el hecho de caminar con la
columna perpendicular al suelo. La enfermedad degenerativa discal es
parte del envejecimiento normal del organismo, y a veces ésta puede ser
el origen del dolor.
Si bien hay estudios que demuestran que se presenta con más frecuencia
en pacientes que se desempeñan en actividades laborales de mucho
esfuerzo, se ha demostrado que el disco intervertebral soporta 300 veces
más carga al estar sentada la persona que al estar de pie, lo cual concuerda
con el hecho de que se trata de una patología muy presente en quienes
realizan trabajo de escritorio.
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pacientes fumadores y menos frecuente en deportistas. Pero es nuestra
carga genética la que comanda el envejecimiento de nuestros discos
intervertebrales.
El diagnóstico puede ser hecho por varios métodos; desde una simple
radiografía, hasta exámenes que determinan con mayor exactitud la
densidad del hueso como la OSTEODENSITOMETRIA y la medición de
sustancias en sangre y en orina que miden la pérdida del hueso.
La radiografía detecta la osteopenia o pérdida de masa ósea cuando ésta
ya se ha disminuido en un 30-50% por lo cual no es el método más indicado
para un diagnóstico temprano de Osteoporosis; en cambio es
definitivamente necesaria para el diagnóstico de fractura ósea.
La realización del examen de DENSITOMETRIA OSEA se
recomienda en los siguientes casos:
1. En las personas que tengan alto riesgo de Osteoporosis, los
controles deben ser cada 1 a 2 años.
2. Pacientes candidatas a iniciar terapia estrogénica de reemplazo
(hormonas sexuales) para el manejo de osteoporosis
postmenopáusica.
3. Personas con osteoporosis en tratamiento, con el fin de controlar los
resultados del mismo.
4. Pacientes que requieren tratamiento con cortisona en forma
prolongada y dosis altas debido a otras enfermedades.
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5. Mujeres menores de 40 años con «menopausia precoz», sea ésta de
origen quirúrgico u otro cualquiera.
6. Hombres y mujeres mayores de 40 atlos con dolor de espalda o dolor
lumbar que podría originarse en osteoporosis o aplastamiento de las
vértebras.
7. Personas con historia familiar de osteoporosis, raza blanca, talla baja
y antecedentes de aplastamiento de vértebras, fractura de muñeca o
de fémur.
8. Personas con osteopenia o signos de descalcificación visibles en
cualquier radiografía, para precisar el verdadero grado de
osteoporosis.
a) Calidad de vida.
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Los pacientes que sufren fracturas por fragilidad han mostrado un deterioro en
la calidad de vida en numerosos estudios. En todos ellos se aprecia una menor
puntuación en todas las esferas valoradas en los cuestionarios de calidad de
vida. Aunque la causa de este deterioro de la calidad de vida se debe en su
mayor parte a las fracturas, la sensación de tener una enfermedad crónica que
precisa de un tratamiento a largo plazo y en la que en muchas ocasiones se
desarrolla un verdadero terror a sufrir una fractura, condiciona que la depresión
sea más frecuente en las pacientes afectas de osteoporosis, lo cual a su vez
condiciona una menor puntuación en muchas de las esferas valoradas en los
cuestionarios de calidad de vida.
b) Aumento de la morbilidad.
Las fracturas por fragilidad incrementan el riesgo de sufrir otras fracturas. Así,
después de sufrir una fractura vertebral existe un aumento de 7-10 veces para
sufrir nuevas fracturas vertebrales y la presencia de deformidad vertebral
prevalente predice una fractura de cadera incidente con un cociente de riesgo de
2,8-4,5, aumentando éste con el número de deformidades vertebrales.
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En la misma línea argumental, Lindsay et al, publicaron que el 20% de los
pacientes que tienen una fractura vertebral, sufren una nueva fractura de estas
características al cabo de 1 año.
c) Aumento de la mortalidad.
Varios estudios han demostrado que los pacientes que sufren fracturas por
fragilidad tienen un aumento de la mortalidad, tanto en estudios descriptivos, en
los que se recoge la mortalidad asociada a las fracturas osteoporóticas, como en
estudios de cohorte, en donde se observa que los pacientes fracturados tienen
una mayor mortalidad al compararlos con los controles de su misma edad y sexo
que no han tenido fracturas. En algunos estudios se recoge la descripción
"exceso de mortalidad", ya que los pacientes afectos de osteoporosis son por lo
general pacientes de edad avanzada, especialmente aquellos con fractura de la
extremidad proximal del fémur, en los que de manera natural tienen una
mortalidad elevada.
2.3 FISIOPATOLOGÍA.
El hueso es un tejido que está en constante formación y destrucción a lo largo
de toda la vida. Este fenómeno se conoce como el remodelado óseo y se lleva a
cabo por medio de la unidad de remodelación ósea que consiste en un conjunto
de células encargadas de destruir pequeñas porciones de hueso, que son
posteriormente sustituidas por hueso nuevo. El remodelado óseo tiene dos
funciones principales: en primer lugar, al sustituir el tejido óseo viejo por joven,
aumenta la resistencia del esqueleto a las fracturas y en segundo lugar, asegura
la disponibilidad de minerales como el calcio, el fósforo o el magnesio, para ser
transportado del hueso al líquido extracelular y viceversa, de acuerdo con las
necesidades del organismo (Figura 1).
Las células que participan en el remodelado óseo son de diversos tipos, pero
dos de ellas son las protagonistas principales del proceso: los osteoclastos, que
son macrófagos especializados en destruir hueso, fenómeno denominado
"resorción ósea" y los osteoblastos, células derivadas del tejido conectivo que se
encargan de formar el hueso. Existen otras células, como los osteocitos,
linfocitos, macrófagos y células endoteliales que prestan su apoyo al proceso de
remodelado. En la osteoporosis se produce una disfunción de las unidades de
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remodelado óseo que a su vez se debe fundamentalmente a dos tipos de
alteraciones. La primera consiste en el establecimiento de un "balance negativo";
la segunda en un aumento del número de unidades de remodelación, que da
lugar a lo que se designa como "aumento del recambio óseo".
a) Balance negativo.
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Sin embargo, alrededor de los 40 años, la cantidad de hueso formada por los
osteoblastos comienza a ser algo menor que la destruida por los osteoclastos.
Esta situación se describe como de "balance negativo" y su consecuencia,
lógicamente, es la disminución de la cantidad total de la misma. Dependiendo de
la masa ósea inicial, de la cuantía del balance negativo, y del tiempo durante el
cual ha estado presente (en definitiva, de la edad de la persona), dicha pérdida
puede dar lugar a los valores de masa ósea que calificamos de osteoporóticos.
Por lo tanto el balance negativo es una condición sine qua non para el desarrollo
de osteoporosis.
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b) Aumento del recambio óseo.
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esté aumentado, como ocurre en la osteoporosis idiopática del varón, aunque es
cierto que estas circunstancias clínicas son bastante menos frecuentes.
Clínica.
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Puede realizarse una aproximación a la pérdida de estatura que se ha producido
en un paciente, midiendo la distancia entre ambos dedos corazón, con el
paciente sentado y con los brazos completamente estirados en cruz (Figura 3).
En condiciones normales, la distancia entre ambos dedos se corresponde
aproximadamente con la estatura del paciente, hecho que se conoce desde la
época del Renacimiento (recuérdes al Hombre Vitrubio de Leonardo da Vinci).
Por último, la historia clínica y la exploración física pueden poner de manifiesto
síntomas y signos de otras enfermedades capaces de producir una osteoporosis
secundaria como complicación de las mismas.
3.1 TRATAMIENTO.
La osteoporosis ocupó un lugar estelar entre los temas que se trataron en esta
importante reunión científica, coincidiendo los especialistas al señalar que las
últimas evidencias demuestran que esta enfermedad evoluciona más
rápidamente de lo que se pensaba hasta ahora y que, por tanto, debe ser
abordada desde un punto de vista terapéutico de una forma más eficaz y precoz.
Una de cada cinco mujeres postmenopáusicas que sufren una fractura, vuelven
a padecer una nueva fractura en un período inferior a un año.
La alta mortalidad asociada a la fractura de cadera, ante la que cerca del 25%
de las pacientes fallecen en los primeros seis meses y el 40% en los dos primeros
años.
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Los ensayos clínicos llevados a cabo hasta ahora con este fármaco han
evidenciado que el risedronato muestra rápidamente sus beneficios clínicos,
reduciendo hasta en un 65% (4) el riesgo de fractura vertebral en un período
inferior a un año.
Tal como ha apuntado el Dr. M.Bolognesse, del Centro de Salud del Hueso, de
Gaithersburg, Estados Unidos, los efectos secundarios sobre la mucosa
intestinal han estado clásicamente asociados a los bifosfonatos, pero analizando
más de 4.000 pacientes mayores de 80 años y tratados con el risedronato se
puede concluir que el perfil de seguridad de este fármaco en ensayos clínicos
controlados es muy similar al observado con placebo.
El Dr. P.D. Adami, de Hamilton, Canadá, confirma las palabras del Dr.
Bolognesse, al referirse a un estudio en el que se evaluó la respuesta al
risedronato en pacientes que previamente presentaron efectos secundarios al
alendronato, otro bifosfonato.
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Superioridad sobre el alendronato.
Pre y posmenopáusica.
En varones y en el anciano.
Secundaria a fármacos o a enfermedades.
3.2.1 En la Premenopausia.
3.2.2 En la Posmenopausia.
Entendemos por posmenopausia hasta unos 10-15 años después del cese de
las menstruaciones, es decir hasta los 65 años aproximadamente y que además
se ha descartado que sea secundaria a otro motivo. En la tabla IX se muestran
los criterios de tratamiento en función de la DMO y de la presencia de fractura
previa.
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El raloxifeno también puede ser una opción, pero recordar que presenta el mismo
riesgo de trom-boembolismo que el THS y no puede darse si la paciente presenta
sofocos, ya que los empeora; a pesar de haberse comunicado una disminución
del riesgo de neoplasia de mama invasiva en las pacientes en tratamiento, no
está asegurada su inocuidad en pacientes con neoplasia de mama o con riesgo
elevado de tenerla.
No excederse con la cafeína: esta sustancia tiene un efecto diurético que hace
que la excreción de calcio a través de la orina sea mayor de lo normal. Intenta
moderar el consumo de café y otras bebidas que la contengan.
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osteoporosis, con y sin fractura previa, y disminuye de manera significativa la
incidencia de cáncer de mama en este tipo de pacientes.
TABLA IX
CRITERIOS DE TRATAMIENTO EN POSMENOPAUSIA
(hasta los 65 años, 15 años de posmenopausia)
RIESGO DE
FRACTURA T-SCORE FRACTURA ACTITUD*
Vertebral <-1 DE ++++ Tratar
No vertebral portrauma leve
(ej:Colles) <-1DE +++ Tratar(discutibleapartirde que cifradet-score)
No >-1DE + Notratar
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El tratamiento estará en función de la etiología. En los casos de hipogonadismo
estará indicado el trata- miento sustitutivo con andrógenos (parenteral, oral o
transcutanea), pero deberá ponderarse el riesgo aso- ciado (poliglobulia,
hepatopatía, favorecer el desarrollo de una neoplasia de próstata).
RIESGO DE
FRACTURA Z-SCORE FRACTURA ACTITUD b
Vertebral o cadera
Sea cual sea ++++ Tratar si calidad de vida
aceptable
Otras < -1DE +++ Tratar si calidad de vida
aceptable
No < -1DE +++ Tratar si calidad de vida
aceptable
> -1DE y osteoporosis por t-
No score + No tratar
> - 1 DE y osteopenia por t-
No score + No tratar
(a) Se utilizará como criterio para tratar la z-score en lugar de la t-score
(b) Tratar implica:
3. Tratamiento farmacológico:
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Calcio en casos con baja ingesta
Nutrición equilibrada con aporte suficiente de proteínas
La exposición al sol directamente (sin cristal) durante media hora puede ser
suficiente para obtener unos niveles de vitamina D aceptables. En las zonas
geográficas donde no sea posible, valorar el uso de alimentos suplementados
o fármacos.
Secundaria a fármacos.
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preventivo para evitar la pérdida de masa ósea, ya que es durante los 6
primeros meses de tratamiento cuando se produce la pérdida de dmo más
rápida y por tanto si se prevee instaurar un tratamiento crónico con dosis
superiores a 5-7,5 mg/día de prednisona o equivalente es aconsejable iniciar
calcio + vitamina D (para corregir el déficit de absorción de calcio) y solicitar una
densitometría.
Si se sospecha que es un paciente con una baja masa ósea podría iniciarse un
tratamiento antiresortivo para evitar la pérdida de dmo y corregir un posible
déficit de hormonas sexuales siempre que sea posible.
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Y es que la prevención es la mejor estrategia en el tratamiento de la
osteoporosis. Puede dividirse en dos fases, siendo la primera el momento de
adquirir el mejor pico de masa ósea posible durante las primeras décadas de la
vida. Una vez alcanzado éste, el objetivo será minimizar las pérdidas de hueso
durante el resto de la vida.
Y recuerda que no todo es alimentación, realizar ejercicios como caminar,
pasear o correr, así como trabajos con cierta carga, resulta beneficioso para los
huesos puesto que se ha demostrado que ayuda a prevenir la pérdida de masa
ósea. La práctica de yoga o taichi pueden ayudar a mejorar el equilibrio y
reducir el riesgo de caídas.
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un correcto aporte de aminoácidos a la vez que garantiza el funcionamiento
correcto del sistema esqueleto-muscular. No se ha demostrado que existan
diferencias entre las de origen animal y vegetal.
Dejar el tabaco: Aparte de los efectos negativos ya conocidos sobre la salud,
se ha observado que el tabaquismo parece disminuir la absorción de calcio y
acelerar su excreción urinaria. La buena noticia es que los estudios muestran
que al dejar de fumar se produce una pequeña recuperación de masa ósea en
la cadera.
Abandonar el alcohol: se ha observado que las personas que abusan del
alcohol tienen niveles bajos de densidad ósea, que suelen mejorar al abandonar
su consumo.
Para ello habrá que aumentar el consumo de alimentos ricos en calcio, como
lácteos y sus derivados principalmente. Otros alimentos interesantes a tener en
consideración por su aporte en calcio son las almendras, garbanzos, moluscos
bivalvos y verduras de hoja verde como las acelgas y espinacas.
Es probable que el médico aconseje, además, el uso de suplementos de calcio,
como el carbonato cálcico o el citrato de calcio.
Si bien la ingesta recomendada de calcio en la edad adulta está entre los 800 y
1000 mg de calcio al día, se aconseja que la mujer postmenopáusica consuma
entre 1000 y 1300 mg de calcio a diario.
La absorción de calcio puede verse alterada en forma positiva por un pH
intestinal bajo, la ingesta de grasas y lactosa o un aumento de calcitriol en
sangre. El calcitriol es la forma activa en que la vitamina D se encuentra en el
organismo, y se usa también en forma de fármaco para tratar los niveles bajos
de calcio.
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Sin embargo, hay factores que pueden reducir la absorción de calcio, como
ciertos tipos de gastritis, déficit de vitamina D, pH intestinal alto, consumo
excesivo de fibra dietética, presencia de oxalatos y fitatos en la dieta y el exceso
de fósforo, entre otros. Para ello, el consumo de entre 2 y 4 raciones diarias de
lácteos y derivados (mejor desnatados) es básico.
Calcio Vitamina D
(mg) (UI)
1 vaso de leche (250ml) 282,5 trazas
1 vaso de leche enriquecida con calcio
y vitamina D (250ml) 400 8
1 yogur 171,25 trazas
20g de margarina 64
Pescado azul pequeño
Anchoas en lata (4-5 filetes) 54 112
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5.3 Recomendaciones dietéticas en la Osteoporosis.
Limitar el consumo de sal en las comidas, así como alimentos que la contengan
en exceso (embutidos, conservas, precocinados…).
Ingesta moderada de flúor, por ejemplo a través de aguas fluoradas, con
beneficios para la estructura ósea.
En los meses de invierno o zonas con poco sol se aconseja un aporte extra de
vitamina D.
Favorecer la práctica de actividad física, ya no solo para mantener un peso
saludable, sino para fortalecer tanto musculatura como incrementar la masa
ósea.
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Dieta: Consuma al menos 1,200 miligramos de calcio al día y de 800 a 1,000
unidades internacionales de vitamina D. Esta vitamina ayuda a absorber el
calcio. El médico puede recomendarle un suplemento que le proporcione el
calcio y la vitamina D que se necesita.
Siga una dieta que proporcione la cantidad adecuada de calcio, vitamina D y
proteína. Aunque esto no detendrá completamente la pérdida ósea, garantizará
que habrá disponibilidad de suministro de materiales que el cuerpo utiliza para
formar y mantener los huesos.
Los alimentos ricos en calcio incluyen: Queso, Helados, Hortalizas de hoja verde,
como espinacas y col rizada, Leche baja en grasa, Salmón, Sardinas (con los
huesos), Tofu, Yogur.
1. PREVENCIÓN DE LA OSTEOPOROSIS.
Prevenir caídas: algunos trucos que pueden disminuir el riesgo de caídas son:
utilizar un calzado adecuado y que sea cómodo, solucionar los problemas de
vista (especialmente en personas ancianas), iluminar bien las diferentes
estancias de la casa, evitar obstáculos (determinados muebles, alfombras...),
utilizar medidas de apoyo para entrar en la bañera.
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caso de caída dispersan las fuerzas que se producen sobre la zona de la pelvis,
disminuyendo así el riesgo de fracturas.
Es importante además tener una postura adecuada con el fin de evitar problemas
musculares y encorvamiento de la espalda. Los ejercicios para mejorar la postura
se deben practicar diariamente.
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2. No levantar objetos pesados. Tratar de distribuir las cargas y llevarlas muy
cerca del cuerpo ayuda a preservar un esqueleto óseo sano.
4. No estar de pie con las piernas rectas. Se recomienda doblar un poco la pierna
en la cadera, colocarla sobre una grada o inclinar el tronco levemente hacia
adelante.
5. Practicar un deporte; los más recomendados son: Caminar, bailar, subir loma,
bicicleta estática y aeróbicos, siempre y cuando no estén contraindicados por el
médico o sean supervisados por una persona experta en el tema. La natación
es un deporte muy com- pleto; sin embargo, no ayuda mucho en la osteoporosis
debido a que no hay movimiento contra gravedad y resistencia.
7. Cuando existe una enfermedad o por alguna razón no se puede llevar a cabo
un programa de ejercicios, se recomienda prevenir la excesiva flexión de la
columna, mantener una buena postura y caminar períodos cortos.
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3. Evitar el uso de ceras o liquido s para brillar el piso que puedan hacerlos
RESBALOSOS.
4. Colocar BARRAS en el baño para sujetarse al salir de la ducha y apoyos
o pasamanos cerca al sanitario para evitar una caída.
5. Mantener a una altura conveniente (entre la cintura y los ojos) los
utensilios que se usan diariamente para evitar estirarse demasiado al
alcanzarlos y correr el riesgo de caer.
6. Asegurarse de que todas las mesas y sillas del hogar estén bien
equilibradas.
7. Utilizar zapatos de tacón bajo y seguro.
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CONCLUSIONES
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BIBLIOGRAFÍA
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ANEXOS
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