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Estudiantes crean bacteria que come el plástico de los océanos y lo transforma en agua

Noticias / 08/07/2016

La contaminación en los océanos es un problema muy grave. De acuerdo con estudios recientes, es probable que en el 2050 encontremos
más plástico que pescado en las aguas marinas. Y es por esto que hay muchas personas trabajando en soluciones, algunas muy imaginativas
para revertir esta situación. Hace algún tiempo hablamos de un joven holandés, que creo una barrera flotante que filtra y recoge el plástico.
Pues bien, la novedad del momento es una bacteria, desarrollada por las estudiantes Miranda Wang y Jeanny Yao. Quienes llevan
trabajando desde sus años escolares en esta idea y hoy pueden cosechar los frutos. Ya cuentan con dos patentes, y han conseguido un
financiamiento inicial de 400mil dolares para comenzar a desarrollar el producto. Todo ello con tan solo veinte años!
Ya suman cinco premios gracias a su investigación, se hicieron famosas al ser las más
jóvenes en ganar el premio de ciencia Perlman. Todo gracias a sus pequeñas bacterias
capaces de convertir plástico en CO2 y agua. La tecnología se utiliza de dos maneras:
 para limpiar las playas y
 también para producir materias primas para prendas de vestir.
“Es prácticamente imposible hacer que la
gente deje de usar plástico. Necesitamos
una tecnología para romper el material. Y
que todo se vuelva biodegradable “, dijo
Wang.
El desarrollo de la tecnología consta de dos
partes. En primer lugar el plástico es
disuelto y las enzimas lo catalizan con lo que el plástico se transforma en fracciones sumamente
maleables Estos componentes se colocan en una estación biodigestora, donde se compostan
como si fuesen restos de comida. El proceso se lleva a cabo en tan solo 24hs, para pasar de
plástico a agua, realmente prometedor!

La bacteria que come plástico

Residuos de plástico flotando cerca de la costa de las Maldivas. GETTY

El plástico que llena el océano


 MIGUEL G. CORRAL
 Madrid
 @miguelgcorral
10/03/2016 20:05
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El plástico ha sido el material sobre el que ha descansado buena parte del desarrollo económico de la segunda mitad del
siglo XX. Es duro, resistente, con la elasticidad precisa, transparente si así se desea... pero esas mismas características
son las que hacen que sea muy duradero en los ambientes naturales cuando no se gestiona de forma
apropiada. O lo que es lo mismo, no es biodegradable, ningún organismo vivo es capaz de alimentarse y degradar este
derivado del petróleo. O, al menos, los científicos no conocían ninguno capaz de hacerlo hasta ahora.
Un equipo científico del Instituto de Tecnología de Kioto (Japón) acaba de descubrir recientemente una bacteria
desconocida hasta la fecha que es capaz de digerirlo y asimilarlo, es decir, que puede vivir alimentándose de PET
(Tereftalato de polietileno), uno de los plásticos más usados por la industria alimenticia para envasar agua mineral,
refrescos, aceites o productos farmacéuticos, entre otros.
Los microbiólogos ya conocían algunos informes sobre la capacidad de degradación del PET por parte de raros ejemplos
como algunos hongos filamentosos que se habían podido cultivar en medios minerales que contenían
este plástico. Pero en ningún caso se había podido evaluar la tasa de crecimiento de estos microorganismos ni la
cantidad de este producto sintético que eran capaces de asimilar.
Una vez identificadas, estos organismos con la maquinaria enzimática necesaria para degradar plásticos podrían servir
como un método de biorremediación ambiental para descontaminar ecosistemas colmados por envases mal
gestionados y liberados en el mar o en espacios naturales. Por ese motivo, el equipo de investigadores que
lideran Kohei Oda y Shosuke Yoshida en el Instituto de Tecnología de Kioto decidió salir a tomar muestras en ambientes
contaminados por plásticos.
«Recogimos 250 muestras en todo tipo de medios contaminados por partículas de PET, como suelos, sedimentos,
aguas residuales o lodos activos, de una planta de reciclaje de botellas de plástico», cuenta Yoshida en el
trabajo recién publicado en la revista Science. Todas ellas fueron analizadas en busca de microorganismos que pudieran
usar este plástico como principal fuente de carbono para desarrollar su actividad vital, o lo que es lo mismo para
alimentarse y crecer.
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La bacteria que degrada el plástico. SCIENCE

Sólo una de las muestras tomada en un sedimento de la planta de reciclaje contenía un conjunto de microbios diferente
que parecía poder desarrollarse en el medio de cultivo de PET diseñado por los investigadores. «La microscopía nos
reveló que ese consorcio que se formó en la película de PET contenida en el medio de cultivo, la que denominamos como
número 46, contenía una mezcla de bacterias, células parecidas a las levaduras y protozoos, mientras que el
fluido del medio de cultivo era prácticamente transparente», aseguran los investigadores.
Finalmente, los científicos fueron capaces de aislar -a base de diluciones de aquella preparación número 46- la única
cepa bacteriana responsable de la degradación del PET, una nueva especie perteneciente al género -ya conocido-
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Ideonella a la que bautizaron como Ideonella sakaiensis.


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Según pudieron comprobar, el PET se degradaba a una velocidad de 0,13 miligramos por cada centímetro cuadrado y día
a una temperatura de 30 grados, algo muy común en muchos lugares de la Tierra. Pero, ¿esa velocidad era elevada o
despreciable si se piensa en términos de su aplicación para descontaminar una zona natural? Las conclusiones de
Yoshida, Oda y el resto de su equipo fueron muy contundentes: la bacteria es capaz de degradar de forma casi
completa una fina película de PET en apenas seis semanas a esa temperatura de 30 grados, según los propios
investigadores.
Oda y sus colegas quisieron ir un paso más allá para tratar de averiguar los procesos biológicos que permiten a este
microorganismo comerse este plástico con esa eficiencia nunca vista con anterioridad. Y lo consiguieron.
Identificaron una encima -llamada ISF6_4831- que trabaja en presencia de agua para romper el PET en una sustancia
intermedia, que a su vez es degradada por una segunda proteína -de nombre igual de complicado que la anterior,
ISF6_0224- que es capaz de romper el intermediario hasta componentes más simples y benignos desde un punto de
vista ambiental como el etilenglicol y el ácido tereftálico.
Gracias a los potentes microscópios electrónicos, los científicos también pudieron comprobar que las bacterias
desarrollan unos apéndices entre la capa de plástico y ellas que podría permitirles la secreción de estas
encimas sobre la superficie del PET.
«La asimilación de PET por la bacteria I. sakaiensis puede ser muy útil para eliminar este material derivado del
petróleo del medio ambiente», escribe el investigador del Instituto de Bioquímica de la Universidad de Greifswald
(Alemania) Uwe T. Bornscheuer en un artículo que acompaña a la investigación. «Además, si el ácido tereftálico se
pudiera recuperar y reutilizar, supondría un ahorro importante en la producción de nuevos plásticos que no precisarían
de nuevo el uso de derivados del petróleo», explica Bornscheuer.
Sin embargo, los expertos en descontaminación biológica de espacios contaminados opinan que aún queda un largo
camino por recorrer para su aplicación práctica. "El trabajo es muy interesante y se suma a otros en la materia. Se han
encontrado varios microorganismos capaces de degradar materiales plásticos pero aun queda mucho por hacer para
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trasladar estos hallazgos a biorremediación a gran escala", asegura a este diario María José López, investigadora del Área
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de Microbiología de la Universidad de Almería.


Un aliado para la limpieza del planeta
En el mundo se producen cada año más de 300 millones de toneladas de plásticos y el 90% de ellos son derivados del
petróleo. Una parte importante se dedica a envases de botellas de bebidas, pero sólo cerca de un 15% se recupera y se
recicla a escala global, según el informe La nueva economía del plástico publicado en enero de 2016. La mayoría de estos
compuestos se degrada de forma muy lenta y suponen una amenaza importante para el medio ambiente, especialmente
en los océanos. En las regiones costeras se genera una cantidad de basura plástica de casi 100 millones de toneladas, de
los cuales 32 millones no son gestionados apropiadamente y una media de ocho millones de toneladas termina flotando
cada año en los océanos de todo el mundo. Estos residuos se hunden, se acumulan en los sedimentos o se incorporan a la
cadena alimenticia marina, de la que los seres humanos somos los depredadores situados en lo alto de la pirámide. «La
realidad es que no sabemos dónde está el 99% del plástico que llega al océano», explica a este diario Carlos Duarte,
investigador del Centro de Investigación del Mar Rojo de la Universidad de Ciencia y Tecnología Rey Abdullah de Arabia
Saudí. La Unión Europea ocupa una buena posición en la lista de plástico mal gestionado. Aún así, España no gestionó
bien cerca de 45.000 toneladas de plástico en el año 2010, según datos del Banco Mundial. Una posible solución pasa
por el diseño de nuevos plásticos a partir de fuentes renovables, pero eso no ayudaría con las millones de toneladas que
ya se han liberado en la naturaleza. Por ese motivo, el hallazgo de la nueva bacteria I. sakaiensis capaz de degradar por
completo el PET puede suponer una excelente noticia para el medio ambiente.

Bacteria golosa puede fabricar y devorar plástico.

Por Ada Mitre


Publicado hace 13/02/2018
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La bacteria Azotobacter Vinelandii podria ayudar a degradar el plástico.
Investigadores del Centro de Ciencias Genómicas de la Universidad Nacional Autónoma de México identificaron como
multiplicar 10 veces la capacidad de la bacteria Azotobacter Vinelandii para producir dos tipos de plásticos
biodegradables o biopolímeros que ayudaran a disminuir el impacto ambiental.
El sistema descubierto hace posible que la bacteria pueda elegir fuentes de carbono como alimento que posteriormente los
convertirá en dos tipos de polímeros que podrán aplicase a diversos campos.

La idea de esta investigación es lograr reemplazar los plásticos derivados del petróleo, debido a que la bacteria los usaría
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como alimento y el proceso de degradación tardaría entre tres y seis meses.


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Este tipo de polímeros pueden usarse en aplicaciones médicas por ejemplo en la generación de prótesis, en el
encapsulamiento de sustancias que ayuden en la quimioterapia para hacerla llegar hasta la zona indicada sin dañar otras
células del cuerpo,

En su estado silvestre, la bacteria prefiere alimentarse de compuestos simples como el vinagre común, pero eso no le
permite producir grandes cantidades de polímeros.

CREAN UNA ENZIMA MUTANTE QUE "SE COME" EL PLÁSTICO

El descubrimiento, hallado por casualidad, podría ser crucial en la lucha contra la contaminación por
este material.

Redacción
24 de abril de 2018
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Distintivo impreso en los plásticos PET
Un equipo científico ha creado una enzima artificial capaz de descomponer el plástico

Foto: AGEfotostock

El plástico es omnipresente, barato y fácil de producir, pero deshacernos de él es un quebradero de cabeza, pues no
se degrada con facilidad. Y es que no existe en la naturaleza ningún mecanismo que resulte lo suficientemente
eficaz para asimilarlo al ritmo del uso que le damos. Se calcula hasta que los polímeros que lo componen
empiecen a desintegrarse a nivel molecular, pueden pasar un mínimo de 450 años. De ahí la urgencia de
encontrar una solución antes de que sea demasiado tarde.
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MÁS INFORMACIÓN
OCÉANO DE PLÁSTICO
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Fotografías

En 2016, un equipo científico japonés descubrió una bacteria capaz de descomponer la molécula del tereftalato de
polietileno (PET), un tipo de plástico muy usado en la fabricación de envases. Ahora, basándose en este
descubrimiento, investigadores de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) y del Departamento de Energía de
Estados Unidos han modificado la enzima producida por la bacteria, resultando de ello una nueva molécula capaz
de descomponer el plástico incluso mejor de lo que hacía el organismo unicelular.

Un descubrimiento fortuito
Los científicos descubrieron que la molécula que investigaban era es muy similar a la cutinasa, una enzima
presente en algunas bacterias y que es capaz de degradar la cutina, un polímero producido por los vegetales. Sin
embargo, cuando manipularon la enzima para investigarla, descubrieron accidentalmente la sorprendente
capacidad de la molécula para descomponer el plástico.
En concreto, según el equipo de investigadores, la enzima mutante tarda unos días en realizar dicha función, un
tiempo que advierten podría ser incluso menor si se llega a producir a gran escala, de una forma similar a las
enzimas usadas para producir detergente en polvo o biocombustibles.
Un posible uso sería, por ejemplo, transplantar la enzima mutante a una ‘bacteria extremófila’ capaz de sobrevivir
por encima de los 70 ºC, una temperatura en la que el PET se vuelve viscoso. De esta forma, según los científicos,
podría degradarse hasta un 10% más rápido de lo que lo hace en el medio natural. Otra opción, según los
investigadores, sería convertir el PET en polímeros biodegradables, como el PHA o el PHB.
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MÁS INFORMACIÓN
EL PUNTO NEMO, EL LUGAR MÁS ALEJADO DE TIERRA FIRME

Sea como fuere, según McGeehan, profesor en la Escuela de Ciencias Biológicas en Portsmouth y autor del estudio,
este inesperado descubrimiento sugiere que estamos más cerca de una posible solución definitiva para
deshacernos de todo el plástico sobrante que amenaza al medio ambiente.

MEDIO AMBIENTE

CIENTÍFICA MEXICANA DESCUBRE BACTERIA QUE COME Y


PRODUCE PLÁSTICO BIODEGRADABLE
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MUY INTERESANTE MX

Un sistema que permite que la bacteria Azotobacter vinelandii sea capaz de producir dos tipos de plásticos biodegradables.

La doctora Elvira Yadira Quiroz Rocha, del Centro de Ciencias Genómicas de la Universidad Autónoma de México (UNAM)
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encontró un sistema que permite que la bacteria Azotobacter vinelandii sea capaz de producir dos tipos de plásticos
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biodegradables.
La bacteria, presente en suelos y raíces es capaz de elegir fuentes de carbono que funcionan como su alimento. Luego, los convierte
en polímeros?alginato y poli-?-hidroxibutirato (PHB)?que son amigables con el ambiente y capaces de ser degradados por la
misma bacteria.

¿Por qué es importante este descubrimiento?

Según la doctora, este hallazgo tiene grandes beneficios, ya que si se logra una gran producción de plástico?como el que produce
esta bacteria?a largo plazo, se podría remplazar otros que provienen del petróleo y que, además de tardar meses en
degradarse, causan daños al ambiente.

Otros beneficios

Los polímeros producidos por esa bacteria son realmente puros, por lo que pueden ser utilizados para crear prótesis médicas.
Además la investigadora cree que el alginato producido por la bacteria puede ayudar a encapsular sustancias, lo que serviría para
optimizar los tratamientos de quimioterapia al dirigir el líquido únicamente a las células cancerosas, sin dañar otras.
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La bacteria golosa que fabrica y devora plástico. CCG.
Por UDE Miércoles 14 de febrero, 2018.

La bacteria golosa que fabrica y devora plástico. Entrevista a la Dra. Elva Yadira Quiroz Rocha. Investigadora residente en el Centro de Ciencias
Genómicas Autor. Agencia CONACYT. Armando Bonilla Ciudad de México. 12 de febrero de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).-La doctora en
ciencias Elva Yadira Quiroz Rocha, investigadora residente en el Centro de Ciencias Genómicas […]
La bacteria golosa que fabrica y devora plástico.
Entrevista a la Dra. Elva Yadira Quiroz Rocha.
Investigadora residente en el Centro de Ciencias Genómicas

Autor. Agencia CONACYT. Armando Bonilla


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Ciudad de México. 12 de febrero de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).-La doctora en ciencias Elva Yadira Quiroz Rocha, investigadora residente en el
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Centro de Ciencias Genómicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), identificó el sistema que permite a la bacteria Azotobacter
vinelandii —presente en suelos y raíces de plantas— multiplicar por diez su capacidad para producir dos tipos de plásticos biodegradables o
biopolímeros, de extraordinaria pureza y nulo impacto ambiental.

Con su investigación, Quiroz Rocha identificó el sistema que hace posible a la bacteria Azotobacter vinelandii elegir las fuentes de carbono (alimento) que
posteriormente convertirá en dos tipos de polímeros —alginato y poli-β-hidroxibutirato (PHB)—, ambos de interés biotecnológico por su gran potencial de
aplicación en diversos campos, así como su capacidad para ser degradados por la misma bacteria que los produce.

Esta investigación fue parte de su tesis doctoral en el Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, bajo la asesoría de la doctora Cinthia Núñez.

En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, la doctora explicó que el proyecto surgió cuando inició sus estudios de maestría en ciencias
bioquímicas en el grupo de investigación de la doctora Cinthia Núñez en el IBt, quien le propuso estudiar una cepa de A. vinelandii modificada
genéticamente (llamada GG15), la cual tenía la capacidad de producir hasta 10 veces más alginato en comparación con la cepa silvestre. Ante ello, se
plantearon investigar el mecanismo de regulación de este proceso, con la finalidad de lograr escalar la producción del polímero a largo plazo.

http://conacytprensa.mx/index.php/tecnologia/biotecnologia/20120-bacteria-fabrica-devora-
plastico?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+conacytprensa%2FKjsA+%28Tecnolog%C3%ADa%29

UNAM presenta método para degradar plástico en sólo 15


días
La desintegración de ese material tarda de 500 a mil años, pero con este procedimiento que utiliza un tipo de enzimas
recombinantes, es posible lograrlo en tan sólo dos semanas
25/07/2017 17:33 NOTIMEX

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CIUDAD DE MÉXICO.
Investigadoras de la Facultad de Química de la UNAM crearon un método para degradar plásticos en 15 días, lo que tendrá un impacto
ambientalimportante, ya que los esfuerzos hasta ahora para reutilizar las toneladas de envases de PET que se generan por refresco y
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agua embotellada.
La desintegración de ese material tarda normalmente de 500 a mil años y ahora a partir de un tipo de enzimas
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recombinantes (producidas artificialmente) llamadas cutinasas y un método original es posible hacerlo en tan sólo dos semanas.
Juan Manuel Romero Ortega, coordinador de Innovación y Desarrollo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
comentó que se busca escalar el proyecto del laboratorio a la industria, para saber si funciona a gran escala y transferir el método para
futuras aplicaciones en el país.
Detalló que el trabajo de las investigadoras universitarias tiene un impacto ambiental importante, pues la producción de plástico en el
mundo alcanzó los 311 millones de toneladas en 2014.
El 90 por ciento de este material se deriva del petróleo y se espera que la producción de plásticos en el planeta se duplique en los
próximos 20 años.
En México se generan unas 722 mil toneladas anuales de plástico y sólo se reutiliza 50.4 por ciento.
Las académicas Amelia Farrés González Sarabia y Carolina Peña Montes, del Departamento de Alimentos y Biotecnología de la UNAM
explicaron su proyecto Cutinasas recombinantes de Aspergillus nidulans para degradación de poliésteres, que desde mayo de 2016 está en
trámite de patente.
Farrés González planteó que “el plástico ha sido benéfico en muchos sectores, como el de alimentos, que se empacan de manera segura,
pero debemos darles un tratamiento para que no sean un problema ambiental”.
Para afrontarlo, Farrés y Peña recurrieron a la biotecnología y crearon un método propio basado en un tratamiento biocatalítico para
degradar plásticos, explicó la UNAM en un comunicado de prensa.
El proceso comprende aislar los genes del hongo Aspergillus nidulans, frecuente en suelos y frutas, e introducirlo en la levadura Pichia
pastoris, un organismo hospedero muy utilizado como sistema de expresión para la producción de proteínas recombinantes.
Así, las investigadoras comprobaron la degradación, “la enzima rompe los enlaces (ésteres) del PET como si fuera una tijera”, detalló
Farrés.
Peña agregó que las enzimas usadas hacen reacciones químicas a temperatura ambiente, en condiciones más suaves que otros métodos
de tratamiento de plásticos, como el térmico y el químico.
El tratamiento enzimático que ellas aplican no es contaminante, es más económico y se inscribe en la química verde.
En la actualidad, informó la UNAM, están en planeación los experimentos a gran escala para una planta que permita degradar
poliésteres, principalmente tereftalato de polietileno, y recuperar los subproductos.
Esta investigación ganó el tercer lugar de los Premios del Programa al Patentamiento y la Innovación (PROFOPI) de la Coordinación de
Innovación y Desarrollo, en su quinta edición celebrada en mayo pasado.
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Estudiantes descubren un hongo que degrada plástico


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Derechos de autor de la imagenBBC WORLD SERVICEImage captionJonathan Russell identificó las enzimas más
eficientes en la degradación de poliuretano. Foto: gentileza Universidad de Yale

El viaje de un grupo de estudiantes a la Amazonia tuvo un resultado inesperado y potencialmente revolucionario: el


descubrimiento de un hongo que puede descomponer o degradar plástico.

Los alumnos, del departamento de Biología Molecular y Bioquímica de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, realizan
como parte de su curso trabajo de campo en la selva amazónica, donde recolectan organismos endofitos: hongos o bacterias que
viven al menos parte de su vida en simbiosis en los tejidos de las plantas sin causar enfermedad.

Pria Anand, una de las estudiantes, decidió investigar si los endofitos que había recogido en Ecuador en 2008 registraban
actividad biológica en presencia del plástico.

Luego de la graduación de Anand otros estudiantes continuaron la búsqueda. Jeffrey Huang investigó la capacidad de los
organismos para romper enlaces químicos.
Derechos de autor de la imagenBBC WORLD SERVICEImage
captionUn organismo en hongos plantas amazónicas muestra
actividad biológica en presencia de poliuretano. Foto:gentileza Universidad de Yale

Jonathan Russell, por su parte, identificó las enzimas más eficientes en la descomposición de
poliuretano, un plástico utilizado ampliamente en la elaboración de fibras sintéticas, piezas para aparatos
electrónicos y espumas para aislamiento térmico.

"Cada estudiante recolectó muestras de plantas en torno a un tema específico, por ejemplo, plantas con usos
medicinales como antibióticos etc. Elegimos plantas identificadas con la ayuda del botánico Percy Nuñez,
también autor del estudio, quien es experto en las regiones costeras y amazónicas de Ecuador", dijo Russell a BBC Mundo.

Russell observó un día que parte del plástico en uno de los llamados platos de Petri (utilizados para cultivos en el laboratorio) había desaparecido.
Lo que los estudiantes habían descubierto es que el hongo denominado Pestalotiopsis microspora puede degradar plástico. Varias especies de hongos pueden
descomponer plástico al menos parcialmente, pero Pestalotiopsis es el único que puede hacerlo sin presencia de oxígeno, algo fundamental para futuras aplicaciones en
vertederos.

Paso modesto

"Este descubrimiento muestra que pueden suceder cosas maravillosas cuando alentamos la creatividad de los estudiantes", dijo Kaury Lucera, profesora del departamento
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de Biología Molecular de la Universidad de Yale.


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El uso de toneladas de plástico y las dificultades para reciclarlo son un gran desafío para la ciencia.
Derechos de autor de la imagenBBC WORLD SERVICEImage captionPria Anand recolectó los hongos en un viaje a
Ecuador en 2008.

Las bolsas de plástico se utilizan muchas veces por sólo unos minutos –el tiempo que lleva llegar del supermercado a la casa-
pero pueden tardar cientos de años en descomponerse. Muchas acaban en el mar, donde son ingeridas fatalmente por aves
marinas.

Pero transformar un hallazgo del laboratorio en una herramienta de escala industrial puede ser un largo proceso. Russell advierte
que el descubrimiento de los estudiantes de Yale no es una solución mágica, sino un paso modesto hacia una meta importante.

Un nuevo grupo de estudiantes está analizando si endofitos recolectados en viajes recientes a la Amazonia pueden ser utilizados
para descomponer plásticos aún más difíciles de degradar como el poliestireno.

"Espero que este proyecto inspire a otros estudiantes a inventar sus propios mecanismos o utilizar los que desarrollamos
nosotros para encontrar organismos que degradan polímeros. No hacen falta muchos recursos o equipo para diseñar un
experimento simple y poderoso en ciencia", dijo Russell a BBC Mundo.

"¡Cualquiera puede ser un científico si enfoca su mentecon ese propósito!".


Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Applied and Environmental Microbiology. Las expediciones a la selva fueron financiadas por el Instituto
Médico Howard Hughes.
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