Sie sind auf Seite 1von 6

1

UNIDAD n° 6
INVIOLABILIDAD DEL DOMICILIO.
Consagrado en el art. 18 de la CN, en donde se establece que “el domicilio es inviolable”.
Esta garantía tiene a proteger la intimidad, es decir, lo que la persona no quiere exteriorizar y la privacidad,
cuando no existe una afectación a terceros; entonces se relaciona no sólo con el 18 sino también con el
artículo 19.
El Estado puede entrometerse en aquellos casos en que por una ley se lo autoriza, acto que debe emanar de
una autoridad competente, que debe constar por escrito, y fundado; con excepción de los casos de flagrancia
o de estado de necesidad (que no debe estar ni fundado ni por escrito).
REGISTRO. Art. 224. - Si hubiere motivo para presumir que en determinado lugar existen cosas vinculadas a la
investigación del delito, o que allí puede efectuarse la detención del imputado o de alguna persona evadida o
sospechada de criminalidad, el juez ordenará por auto fundado el registro de ese lugar.
El juez podrá proceder personalmente o delegar la diligencia en el fiscal o en los funcionarios de la policía o de las
fuerzas de seguridad. En caso de delegación, expedirá una orden de allanamiento escrita, que contendrá: la
identificación de causa en la que se libra; la indicación concreta del lugar o lugares que habrán de ser registrados; la
finalidad con que se practicará el registro y la autoridad que lo llevará a cabo. El funcionario actuante labrará un acta
conforme lo normado por los artículos 138 y 139 de este Código.
En caso de urgencia, cuando medie delegación de la diligencia, la comunicación de la orden a quien se le encomiende el
allanamiento podrá realizarse por medios electrónicos. El destinatario de la orden comunicará inmediatamente su
recepción al Juez emisor y corroborará que los datos de la orden, referidos en el párrafo anterior, sean correctos. Podrá
usarse la firma digital. La CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACION o el órgano en que ésta delegue dicha facultad,
reglamentará los recaudos que deban adoptarse para asegurar la seriedad, certidumbre y autenticidad del
procedimiento.
Cuando por existir evidente riesgo para la seguridad de los testigos del procedimiento, fuese necesario que la autoridad
preventora ingrese al lugar primeramente, se dejará constancia explicativa de ello en el acta, bajo pena de nulidad.
Si en estricto cumplimiento de la orden de allanamiento, se encontrare objetos que evidencien la comisión de un delito
distinto al que motivó la orden, se procederá a su secuestro y se le comunicará al juez o fiscal interviniente.

Deben existir motivos anteriores, y debe hacerse con la finalidad de hallar elementos del delito o a una
persona. La lleva a cabo el juez pero la puede delegar, siempre con una orden de allanamiento, se establece
en ella cuál es el domicilio y qué es lo que se está buscando, de forma clara y precisa.
Entonces… la orden de allanamiento tiene que comprender:
1) Identificación de la causa en la que se libra
2) La indicación concreta del lugar/res que deben ser registrados
3) La finalidad con la que se practica el registro
4) La autoridad que llevará a cabo el registro
ALLANAMIENTO SIN ORDEN. Art. 227. - No obstante lo dispuesto en los artículos anteriores, la policía podrá proceder al
allanamiento de morada sin previa orden judicial cuando:
1°) Por incendio, explosión, inundación u otro estrago se hallare amenazada la vida de los habitantes o la propiedad.
2°) Se denunciare que personas extrañas han sido vistas mientras se introducían en una casa o local, con indicios
manifiestos de ir a cometer un delito.
3°) Se introduzca en una casa o local algún imputado de delito a quien se persigue para su aprehensión.
4°) Voces provenientes de una casa o local anunciaren que allí se está cometiendo un delito o pidan socorro.
5°) Se tenga sospechas fundadas de que en una casa o local se encuentra la víctima de una privación ilegal de la libertad
y corra peligro inminente su vida o integridad física (artículo 34 inciso 7 del CODIGO PENAL DE LA NACION). El
representante del MINISTERIO PUBLICO FISCAL deberá autorizar la diligencia y será necesaria su presencia en el lugar.

Los casos de allanamiento sin orden son aquellos casos de estado de necesidad y siempre sometido a control
judicial. El fundamento: el allanamiento siempre debe siempre basarse en pruebas anteriores, con un
justificativo determinado por ley y siempre debe estar fundado.
FALLO MINAGLIA (2007): Un móvil policial se encontraba detenido cercano a un domicilio donde se
sospechaba que se comercializaban estupefacientes. En un momento dos personas se acercan al domicilio, y
proceden a "intercambiar objetos". Luego, se retiran en su automóvil.
La policía los intercepta en la vía pública y practica una requisa, donde se procede al secuestro de algunos
envoltorios en cuyo interior había sustancia estupefaciente. En ocasión que ambos individuos estaban siendo
transportados a la dependencia en el móvil policial, uno de ellos manifiesta en forma aparentemente
espontánea que, efectivamente, en ese domicilio se comercializaban estupefacientes. Se avisa
inmediatamente al Juez de Instrucción, quien sin más ordena el allanamiento de la finca, diligencia que se
practica a altas horas de la madrugada, con resultados positivos.
La defensa plantea la nulidad alegando que el allanamiento y la resolución deben estar fundados. La Corte
dice que más allá que no se dispongan los fundamentos, ellos surgen de la propia causa, confirmando el
allanamiento y todo lo actuado.
FALLO FIORENTINO (1984): En cuanto a los hechos, Fiorentino fue interceptado por personal policial en
noviembre de 1981, cuando ingresaba con su novia al hall de su edificio. En dicha ocasión, al ser interrogado
2

por la policía, reconoció espontáneamente ser poseedor de marihuana, la cual estaba guardada en su casa,
donde vivía con sus padres.
Asimismo, autorizó el registro domiciliario por parte de las autoridades prevencionales.
Seguidamente, se hicieron presentes en su vivienda, procediendo a ingresar directamente hacia el dormitorio
de Fiorentino, no permitiendo el ingreso a éste por parte de sus padres, secuestrándose finalmente allí la
sustancia ilícita.
La defensa de Fiorentino solicitó la nulidad del allanamiento, pues no se efectuó con la autorización válida
requerida, destacando que los preventores le quitaron las llaves para ingresar, mientras que sus progenitores
fueron sorprendidos cuando se encontraban en la cocina por los policías, quienes pasaron directamente al
dormitorio de su hijo, limitándose a anunciar que eran de la policía. Finalmente, destacó que una de los
testigos refirió no recordar si hubo autorización, mientras que en el otro en un primer momento dijo que
había autorización, pero luego dijo no recordar.
En primera instancia, Fiorentino fue condenado, descartando la sede judicial lo alegada por la defensa, pues
determinó que hubo autorización de los padres para el ingreso a la vivienda por parte del personal policial. La
Cámara de Apelaciones confirmó dicho pronunciamiento, sosteniendo que de no haber habido autorización,
la lógica más elemental nos indicaría que Fiorentino se hubiese resistido verbalmente, así como también sus
padres.
Finalmente, el caso llegó a la Corte, la cual luego concluyó que aun habiendo existido la supuesta autorización,
el permiso otorgado carecería de efectos por las circunstancias en que se prestó, destacando que Fiorentino
fue sorprendido por personal policial al ingresar en su domicilio, interrogado por una comisión de policías, etc.
Considera irrazonable la suposición que hace el juez a quo respecto a que debería haberse opuesto
verbalmente al ingreso, pues del contexto descripto, aunado a la inexperiencia del imputado, se descartaba
dicha posibilidad.
Por último, corresponde subrayar el refuerzo a la inviolabilidad del domicilio que realiza la Corte, al manifestar
que la falta de extremos de necesidad, en términos de urgencia, que impidieran proceder de acuerdo a la ley,
recabando la pertinente orden judicial, lleva a concluir que el allanamiento fue llevado a cabo de forma
ilegítima, por lo que absolvió a Fiorentino.
REQUISA
La requisa personal es “la medida de coerción procesal real por medio de la cual se procura examinar el
cuerpo de una persona y las cosas que lleva en sí o consigo dentro de su ámbito de esfera personal, con la
finalidad de proceder a su secuestro o verificación, por estar relacionadas con un delito”. Tal como advierte
Maier “la requisa no persigue un fin en sí misma, sino que, antes bien, sirve al hallazgo de rastros o al
secuestro de cosas que contienen rastros del hecho punible, elementos o instrumentos de él, o de su
resultado”.
Previo al análisis de la regulación de la requisa personal, y a fin de evitar confusiones, debemos distinguirla de
la inspección corporal. La primera implica una revisión externa y efímera sobre el cuerpo de la persona y/o su
ámbito de custodia, mientras que la segunda comporta una indagación interna en el cuerpo mismo del sujeto.
Están en juego el derecho a la intimidad, a la libertad ambulatoria y a la dignidad humana.
Art. 230. - El juez ordenará la requisa de una persona, mediante decreto fundado, siempre que haya motivos suficientes
para presumir que oculta en su cuerpo cosas relacionadas con un delito. Antes de proceder a la medida podrá invitársela
a exhibir el objeto de que se trate.
Las requisas se practicarán separadamente, respetando el pudor de las personas. Si se hicieren sobre una mujer serán
efectuadas por otra.
La operación se hará constar en acta que firmará el requisado; si no la suscribiere, se indicará la causa. La negativa de la
persona que haya de ser objeto de la requisa no obstará a ésta, salvo que mediaren causas justificadas.

Art 230 bis. - Los funcionarios de la policía y fuerza de seguridad, sin orden judicial, podrán requisar a las personas e
inspeccionar los efectos personales que lleven consigo, así como el interior de los vehículos, aeronaves y buques, de
cualquier clase, con la finalidad de hallar la existencia de cosas probablemente provenientes o constitutivas de un delito
o de elementos que pudieran ser utilizados para la comisión de un hecho delictivo de acuerdo a las circunstancias
particulares de su hallazgo siempre que sean realizadas:
a) con la concurrencia de circunstancias previas o concomitantes que razonable y objetivamente permitan justificar
dichas medidas respecto de persona o vehículo determinado; y,
b) en la vía pública o en lugares de acceso público.
La requisa o inspección se llevará a cabo, de acuerdo a lo establecido por el 2° y 3er. párrafo del artículo 230, se
practicarán los secuestros del artículo 231, y se labrará acta conforme lo dispuesto por los artículos 138 y 139, debiendo
comunicar la medida inmediatamente al juez para que disponga lo que corresponda en consecuencia.
Tratándose de un operativo público de prevención podrán proceder a la inspección de vehículos.

En el ámbito nacional, los requisitos a los que se ha sujetado la procedencia de la requisa personal se hallan en
el art. 230 del Código Procesal Penal de la Nación, el cual prescribe que: “el juez ordenará la requisa de una
persona, mediante decreto fundado, siempre que haya motivos suficientes para presumir que oculta en su
3

cuerpo cosas relacionadas con un delito. Antes de proceder a la medida podrá invitársela a exhibir el objeto de
que se trate…”.
Los párrafos segundo y tercero de este artículo determinan la forma en que se debe realizar la requisa y, en
este sentido, determinan: que se harán separadamente respetando el pudor de las personas; que si se efectúa
sobre una mujer deberá ser practicada por alguien de su mismo sexo; y, por último, que la operación se hará
constar en acta que debe firmar el requisado, aunque, si no la suscribe, ello no obstará su realización (salvo
causa justificada, por lo que también se exige que el acta indique la causa). Todas estas cuestiones relativas a
las formalidades que deben observarse al tiempo de efectuarse la medida no han suscitado controversia
alguna y, por lo tanto, no ameritan mayor análisis.
Ahora bien, tal como surge del párrafo transcripto del art. 230 C.P.P.N, el legislador ha sujetado la procedencia
de la requisa personal a la presencia de los siguientes requisitos:
a- orden de un juez; y,
b- motivos suficientes para presumir que la persona ocultaba en su cuerpo cosas relacionadas con un delito.
El primero de estos requisitos puede tener excepciones. En este sentido, el art. 184 inc. 5º del C.P.P.N. faculta
a la policía y fuerzas de seguridad a realizar las requisas, con arreglo al art. 230 del C.P.P.N., dando inmediato
aviso al juez correspondiente. Sin perjuicio de la autoridad que ordene la requisa personal, resulta ineludible
que de las circunstancias de hecho se pueda extraer claramente la presencia de motivos suficientes para
presumir que la persona objeto de la requisa ocultaba en su cuerpo cosas relacionadas con un delito, lo
contrario vuelve ilegítima la medida en cuestión. En este sentido, resulta elocuente lo manifestado por
Alejandro Carrió quien sostuvo que “todas las medidas de coerción...reconocen como recaudo para su validez
la existencia de motivos previos, sin los cuales ni siquiera a un magistrado le está permitido ordenarlas”.
FALLO FERNANDEZ PRIETO (1988)
El 26 de mayo de 1992 a las 19 horas, en circunstancias en que miembros del personal policial recorrían la
jurisdicción de General Pueyrredón, ciudad de Mar del Plata, observaron que circulaba un vehículo marca
Renault 12 con 4 personas en su interior en "actitud sospechosa". Lo interceptaron e hicieron descender a las
personas del vehículo. Requisaron el auto en presencia de testigos y encontraron dentro de él ladrillos de
marihuana tanto en el baúl como en el interior del vehículo, como así también, un arma y proyectiles en el
baúl. Luego, se trasladaron a la dependencia policial y se procedió a secuestrar el vehículo y a detener a las 3
personas que viajaban en él.
La CSJN dijo que no se determinó qué era “actitud sospechosa”, utilizando la doctrina sentada en el
precedente “Terry vs Ohio” de 1968.
Para la detención se necesitan indicios vehementes de culpabilidad, confirma la diligencia por actitud
sospechosa y la equipara a “causa probable”.
FALLO MONZON (2001): se realiza a Monzón una requisa y se le encuentran elementos. La Corte confirma
que por el nerviosismo, la vestimenta y la forma de actuar del imputado, la zona en la que se encontraba, se
daba a entender que no era del lugar, todo lo cual convalidó la detención.
FALLO TUMBEIRO(2002): se trató de una requisa y una detención convalidada por la supuesta actitud
sospechosa que surgía de la vestimenta que era inusual para la zona donde se encontraba, y porque no
obstante acreditar debidamente su identidad ante su nerviosismo se lo condujo al vehículo policial, donde fue
requisado encontrándose marihuana. La CSJN confirma y convalida la detención y la requisa en base al
elemento encontrado.
Siguiendo la línea argumental de TUMBEIRO y de MONZON se le estaría dando vía libre a la policía para que
requise a todas las personas. La ley 25.434 modifica y agrega el 230 bis sacando los “motivos urgentes”,
exigiendo, ahora solamente “circunstancias previas o concomitantes y que se lleve a cabo en la vía pública”.
Si del artículo 230 bis se realiza una interpretación literal la policía tendría más facultades que el juez.
Casos en los que existe un operativo de prevención: éste debe ser previo y generalizado, sólo así estaría
permitido inspeccionar un automóvil.
INVIOLABILIDAD DE LA CORRESPONDENCIA EPISTOLAR Y PAPELES PRIVADOS
Garantía que surge del art. 18 de la CN “El domicilio es inviolable, como también la correspondencia epistolar y
los papeles privados; y una ley determinará en qué casos y con qué justificativos podrá procederse a su
allanamiento y ocupación”.
Hoy que casi estos medios no se utilizan, la CSJN lo extendió a las comunicaciones electrónicas.
La ley determinará en qué casos se procede conforme los artículos 234 y 235 del CPPN.
Intercepción de correspondencia Art. 234. - Siempre que lo considere útil para la comprobación del delito el juez podrá
ordenar, mediante auto fundado, la intercepción y el secuestro de la correspondencia postal o telegráfica o de todo otro
efecto remitido por el imputado o destinado a éste, aunque sea bajo nombre supuesto.
Apertura y examen de correspondencia.

Secuestro Art. 235. - Recibida la correspondencia o los efectos interceptados, el juez procederá a su apertura en
presencia del secretario, haciéndolo constar en acta. Examinará los objetos y leerá, por sí, el contenido de la
correspondencia.
4

Si tuvieren relación con el proceso, ordenará el secuestro; en caso contrario, mantendrá en reserva su contenido y
dispondrá la entrega al destinatario, a sus representantes o parientes próximos, bajo constancia.
En este ámbito de protección hay dos cuestiones de gran interés: la correspondencia de las personas que se encuentran
privadas de su libertad y todo lo atinente a las comunicaciones privadas.

FALLO DESSEY (1995): un interno alojado en un penal de Chacho quiso enviar una carta y por un decreto reglamentario
ésta debía ser previamente revisada, ante lo cual no le dejaron enviarla. Interpuso ante esto un Habeas Corpus, el cual
fue rechazado. Llega a la CSJN, alegando además la inconstitucionalidad del decreto.
La CSJN estableció que el control permanente y total era inconstitucional, al no tener concretos supuestos y darse sin
fundamento alguno, y que, a los fines de la resocialización, este control no podía llevarse a cabo por mediar una censura
permanente.
Boggiano, Fayt y Petracchi: resaltan el derecho a la intimidad y elaboran 4 reglas, dentro de las cuales sólo se podrá
interceptar e intervenir cuando:
Exista una ley que determine específicamente en qué casos y con qué justificativos
Que la ley esté fundada en la existencia de un sustancial interés objetivo y en un fin del Estado
Que la restricción sea un medio necesario para alcanzar ese fin del Estado
La restricción no tiene que ir más allá para lograr cumplir con el fin. Generalmente el fin es evitar el peligro de fuga,
asegurar la aplicación de la ley y afianzar la justicia.
El mail, ¿entra? Antes que se sancione la ley del 2008, ya lo fallos habían consagrado la protección del correo
electrónico.
FALLO LANATA: la Cámara del Crimen supone que el mail al tener ciertas medidas de seguridad (nombre de usuario,
contraseña, un servidor) indicaría que sí tiene seguridad y por lo tanto lo hace extensivo.
FALLO VENTURA (2008): se repiten La consideraciones de equiparación, no se tutela la carta con sobre y estampilla sino
el contenido. El art. 153 y el 155 del CP fueron modificados por la ley 26.388, las cuentas de Facebook también estarían
protegidas y su violación habilitaría el fuero federal.

INTERVENCION DE LAS COMUNICACIONES TELEFONICAS

No se encuentra específicamente consagrado en la CN, sería un de las garantías no enumeradas del art. 33 de
la CN. Sí se encuentra consagrada en el art. 11 de la CADH.
Artículo 11 CADH. Protección de la Honra y de la Dignidad (…)
2. Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o
en su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación.

El CPPN reglamenta bajo qué supuestos se habilitaría la intervención de las comunicaciones telefónicas.
Intervención de comunicaciones telefónicas Art. 236. - El juez podrá ordenar, mediante auto fundado, la intervención de
comunicaciones telefónicas o cualquier otro medio de comunicación del imputado, para impedirlas o conocerlas.
Bajo las mismas condiciones, el Juez podrá ordenar también la obtención de los registros que hubiere de las
comunicaciones del imputado o de quienes se comunicaran con él.
En las causas en que se investigue alguno de los delitos previstos en los artículos 142 bis y 170 del CODIGO PENAL DE LA
NACION, o que tramiten en forma conexa con aquéllas, cuando existiese peligro en la demora, debidamente justificado,
dichas facultades podrán ser ejercidas por el representante del MINISTERIO PUBLICO FISCAL, mediante auto fundado, con
inmediata comunicación al Juez, quien deberá convalidarla en el término improrrogable de veinticuatro horas, bajo pena
de nulidad del acto y consecuente ineficacia de la prueba introducida a partir de él.

Por medio de la SIDE se puede dar la intervención directa (es decir que alguien esté escuchando la
conversación) o por medio de una grabación, y además de los registros de llamadas entrantes y salientes.
Características principales:
“judicialidad”: sólo el juez puede ordenar la intervención telefónica, en algunos supuestos lo puede hacer el
Fiscal (secuestro extgorsivo) siempre dando comunicación en el plazo de 24 hs bajo pena de nulidad, para
legitimar y darle validez al acto.
“especialidad”: está prohibido por ley la inteligencia interna de forma genérica por las fuerzas de seguridad,
salvo que exista una orden judicial o una causa en trámite. Con este principio se dice que específicamente se
interviene la comunicación en tanto y en cuanto exista una causa judicial.
“motivos suficientes”: deben existir si o si motivos suficientes que ameriten la intervención
“necesariedad”: siempre que no exista un medio alternativo menos lesivo a la intimidad del individuo
FALLO QUARANTA.
El derecho a no sufrir injerencias arbitrarias en la vida privada, en la de la familia, en el domicilio o en la
correspondencia (que consagran los arts. 18 y 19 de la C.N. y los Pactos internacionales de Derechos
Humanos) alcanza también a las comunicaciones telefónicas. La injerencia en ellas (el levantamiento de su
secreto) sólo puede ser dispuesta por un juez en resolución motivada cuando median en la causa elementos
objetivos idóneos para fundar una mínima sospecha razonable.
La sola existencia de un llamado anónimo que advierte sobre una supuesta actividad ilegal y motiva no sólo la
formación de un proceso penal sino la intervención del teléfono del domicilio denunciado y de los que con él
5

se comunicaban, no cumple con dichos estándares. De todo ello habla Quaranta, caso en el que la Corte no
encontró un cauce de investigación independiente distinto a la intervención ilegal y, por aplicación de la regla
de exclusión (doctrina del fruto del árbol envenenado, el Estado no puede beneficiarse de una actividad
ilegal), anuló todo lo actuado y absolvió al condenado.
Un llamado telefónico anónimo alertó a la División Drogas Peligrosas de la Policía Federal de que en una casa
se vendían estupefacientes. Se indicaba la dirección, el teléfono y los datos de su ocupante, una mujer. Sólo
sobre la base de ese llamado anónimo el juez ordenó tareas de inteligencia del lugar y la intervención
telefónica.
Esa intervención disparó otras, descubrió a varias personas y permitió imputarlas por comercio de drogas.
Carlos José Quaranta resultó condenado a cinco años de prisión y recurrió la sentencia de condena hasta llegar
a la Corte.
El agravio de Quaranta se centró en la violación a la garantía de inviolabilidad del domicilio del art. 18 de la
C.N. ya que, dijo, el juez no tenía motivos para ordenar la intervención telefónica de la mujer que derivó en la
captación de su propio teléfono y en su condena posterior. La Corte, reafirmando su jurisprudencia en
Rayford, le dio la razón.
El Tribunal, con la única disidencia de la Juez Argibay (que votó por declarar inadmisible el recurso) destaca
que el derecho individual a la privacidad del domicilio que consagra el art. 18 de la C.N. también alcanza a las
comunicaciones telefónicas y a la protección de su secreto. Ello en base a una interpretación dinámica del
propio texto constitucional y de lo previsto en su art. 33 y en los arts. 11 inciso 2º de la CADH y 17.1º del
PIdDCyP, en cuanto dicen que nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, en la de su
familia, en su domicilio o en su correspondencia.
Una orden de intervención telefónica, como un allanamiento, sólo pueden ser dictadas por un juez cuando
median elementos objetivos idóneos para fundar una mínima sospecha razonable.
En el caso, el Juez no expresó en el auto que ordena la intervención (que está en la tercera foja del
expediente) cuales eran esas razones que hacían procedente la medida y tampoco remitió a ningún elemento
objetivo que la habilitara (en ese entonces, no existía ninguno). La llamada anónima no sólo disparó la
intervención telefónica sino que puso en marcha una investigación judicial vulnerando derechos
constitucionalmente protegidos. Si el Estado, concluye la Corte, pudiera entrometerse en las comunicaciones
a partir de “sospechas” como las descriptas, el derecho reconocido constitucionalmente resultaría de poca o
ninguna relevancia (consid. 21).
Finalmente, la Corte no encuentra ningún cauce independiente en la investigación que le posibilitara
(eliminada hipotéticamente la medida viciada) “salvar” la investigación (doctrina del mencionado precedente
Rayford y de Ruiz, Francomano, Daray y Peralta Cano -fallo y dictamen-, entre otros). La Corte anuló entonces
todo lo actuado y absolvió al imputado Quaranta.
La tensión presente en el caso entre los objetivos constitucionales de “afianzar la justicia” y “asegurar los
beneficios de la libertad” se resuelve dramáticamente (cuando no existe alternativa posible: el cauce de
investigación independiente) en favor del segundoAfianzar la justicia, sí, pero no a cualquier precio.
FALLO HALABI (2009)
Los jueces de la Corte Suprema fallaron a favor de la protección de la privacidad, en tanto que declararon
inconstitucional la ley 25873, y su decreto reglamentario 1563/04, una ley que sancionada después del año
2003 autorizaba y ordenaba a las empresas telefónicas que archivaran todas las comunicaciones de sus
clientes de telefonía celular.
De la misma manera el fallo creó la "acción colectiva", ya que el tema planteado excede el interés de las
partes.
El pedido de inconstitucionalidad fue porque las normas vulneraban los derechos establecidos en los artículos
18 y 19 de la Carta Magna, en la medida que autorizan la interrupción de las comunicaciones telefónicas y por
Internet, sin determinar en qué casos y con qué justificativos.
Las normas mencionadas más arriba, afectan una de las facetas de la libertad individual que constituye el
derecho a la intimidad (protegidos por los arts. 18 y 19 primera parte de la Constitución).
El Máximo Tribunal creó la "acción colectiva" ya que consideró que a ese respecto hay un faltante legislativo, y
que hay una clara afectación del acceso a la justicia, porque no se justifica que cada uno de los posibles
afectados de la clase de sujetos involucrados deba promover una nueva demanda peticionando la
inconstitucionalidad de la norma.
La acción resultará procedente en aquellos casos referidos a materias como el ambiente, al consumo, o a la
salud, o afecten a grupos que tradicionalmente han sido postergados, o en su caso débilmente protegidos.
Los integrantes de la Corte formularon algunas precisiones para que tengan en cuenta jueces que tratan
acciones similares:
1) resguardar el derecho de defensa en juicio
2) la precisa identificación del grupo o Colectivo afectado
3) la idoneidad de quien pretenda asumir su representación
4) garantizar la adecuada notificación de todas aquellas personas que puedan tener un interés en el resultado
del litigio
6

5) implementar adecuadas medidas de publicidad orientadas a evitar la multiplicación o superposición de


procesos colectivos con un mismo objeto a fin de aventar el peligro de que se dicten sentencias disímiles o
contradictorias sobre idénticos puntos.
La sentencia por un lado crea la acción de clase que garantiza los derechos de dimensión colectiva, y por otro
protege la privacidad en el uso de Internet y telefonía, frente a posibles intromisiones de organismos del
Estado.

Das könnte Ihnen auch gefallen