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ENTRE​ ​EL​ ​AMOR​ ​Y​ ​LA​ ​GUERRA

OTRA​ ​MIRADA​ ​AL​ ​CONFLICTO​ ​ARMADO​ ​EN​ ​COLOMBIA

INTEGRANTES:

-DILIA​ ​COSTANSA​ ​GONZÁLEZ​ ​DÍAZ


-IVONNE​ ​LINEDT​ ​HERNÁNDEZ​ ​CRUZ
-ANA​ ​VIVIANA​ ​MEDINA
-LIZETH​ ​KATHERIN​ ​URUETA​ ​PINILLA

PRESENTADO​ ​A:
NOEMÍ​ ​PÉREZ

FACULTAD​ ​DE​ ​EDUCACIÓN


DEPARTAMENTO​ ​DE​ ​PSICOPEDAGOGÍA
LICENCIATURA​ ​EN​ ​EDUCACIÓN​ ​INFANTIL
SEMINARIO​ ​DE​ ​CIENCIAS​ ​SOCIALES
2017-2
CONTEXTUALIZACIÓN
DEPARTAMENTO​ ​DEL​ ​CAQUETÁ

Ubicación​ ​astronómica
El departamento está situado entre los 2° 58’ de latitud norte y 0° 40’ de latitud sur y entre los
71° 30’ y 76° 15’ longitudes este de Greenwich. Es una zona de bajas latitudes con
insolación permanente durante el año y recibe influencia de la zona de convergencia
intertropical.

Situación​ ​geográfica
Tiene una superficie de 88965 km2. Limita por el norte, con los departamentos del ​Meta y
Guaviare​, al noreste con ​Vaupés​, al sur con ​Amazonas y ​Putumayo​, y al oeste con ​Cauca y
Huila​. Con 89 000 km² es el tercer departamento más extenso —por detrás de Amazonas y
Vichada​— y con 5,37 hab/km², el sexto menos ​densamente poblado​, por delante de ​Guaviare​,
Vaupés​,​ ​Amazonas​,​ ​Vichada​​ ​y​ ​Guainía​,​ ​el​ ​menos​ ​densamente​ ​poblado.

La región del Caquetá se inicia en el piedemonte andino y termina en los escarpes de


Araracuara​, en plena ​selva amazónica​. Grandes ríos bañan el territorio, todos afluentes del ​río
Caquetá​, que le sirve de límite por el sur. Entre estos ríos destacan el ​Ajajú o ​Apaporis​, el
Yarí​,​ ​el​ ​Caguán​​ ​y​ ​el​ ​Orteguaza​,​ ​navegables​ ​por​ ​embarcaciones​ ​menores.

La extensión total del Caquetá representa el 7.8 % del territorio nacional, y está compuesta
por 16 municipios: Florencia (Capital departamental), Albania, Belén de los Andaquíes,
Cartagena del Chairá, Curillo, El Doncello, El Paujil, Milán, La Montañita, Morelia, Puerto
Rico, San José de Fragua, San Vicente del Caguán, Solano, Valparaíso y Solita; el municipio

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de La montañita, es en torno al cual gira el presente trabajo, pues el protagonista de la
crónica​ ​nació​ ​allí​ ​y​ ​desempeño​ ​sus​ ​labores​ ​en​ ​las​ ​Farc-ep​ ​durante​ ​gran​ ​parte​ ​de​ ​su​ ​vida.

Historia​ ​de​ ​la​ ​conformación​ ​del​ ​departamento


El departamento debe su nombre al río Caquetá, fue recorrido en la época de de la conquista
por Hernán Pérez de Quesada y George Hohermuth. Ya en el año 1749 debido al rey Carlos
V, se hace la primera relación del territorio caqueteño, quedando involucrada con la Provincia
de Popayán. En el año 1819 con la Ley Fundamental de la Gran Colombia comenzó a hacer
parte​ ​de​ ​la​ ​provincia​ ​de​ ​Neiva.
En el año 1821 tras la creación de varios departamentos, Caquetá pasó a hacer parte del
Cauca, posteriormente se crearon 18 provincias de la Nueva Granada y se incorporó a la de
Neiva. Durante los años 1858-1861 perteneció al Estado Federal del Cauca y en últimos años
de​ ​la​ ​Nueva​ ​Granada​ ​ ​hizo​ ​parte​ ​del​ ​territorio​ ​de​ ​Mocoa.
Posterior a la conformación de la República de Colombia nuevamente hizo parte del
Departamento del Cauca y en 1905 con la Ley Orgánica se involucró al Caquetá dentro del
territorio del Huila.. Es en el año 1910 que se crea la Comisaría Especial del Caquetá, lo que
lleva​ ​a​ ​que​ ​en​ ​1950​ ​ascienda​ ​a​ ​intendencia.
Finalmente​ ​en​ ​el​ ​año​ ​1981​ ​se​ ​erigió​ ​como​ ​departamento​ ​gracias​ ​a​ ​la​ ​ley​ ​78​ ​del​ ​29.

Caquetá​ ​y​ ​el​ ​conflicto​ ​armado


El Caquetá se encuentra estrechamente relacionado con el conflicto armado, especialmente
con las Farc-ep, siendo el Bloque sur el principal protagonista, es considerado un lugar
emblemático, tanto en la fundación como en el despliegue de esta guerrilla y además según
Rocha (2014) se sitúa como un territorio estratégico, por dos motivos: por ser una extensión
territorio tan grande es tomada para dar cuenta del poder de político de las Farc; y como
segundo​ ​motivo​ ​por​ ​servir​ ​de​ ​base​ ​para​ ​el​ ​sostenimiento​ ​económico​ ​el​ ​movimiento.
Tanto el Putumayo como el Caquetá han sido áreas de disputa entre actores armados
paramilitares (Bloque Sur de los Andaquíes y Bloque Central Bolívar) y la guerrilla de las
FARC, por el control del territorio como corredor estratégico y fuente de ingresos producto
de​ ​los​ ​cultivos​ ​de​ ​droga,​ ​así​ ​como​ ​su​ ​procesamiento​ ​y​ ​comercialización.
Por otro lado el departamento fue sede de los acuerdos de paz adelantados con el presidente
Andrés Pastrana, el denominado proceso del Caguán, proceso fallido debido a que no se

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diseñó una agenda con límites en los temas y compromisos en las partes, además las FARC
solicitaron el despeje militar de la zona del Caguán para adelantar los acuerdos, lo que
contribuyó​ ​al​ ​fortalecimiento​ ​y​ ​la​ ​expansión​ ​de​ ​esta​ ​guerrilla​ ​en​ ​el​ ​territorio.

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ENTRE​ ​EL​ ​AMOR​ ​Y​ ​LA​ ​GUERRA
OTRA​ ​MIRADA​ ​AL​ ​CONFLICTO​ ​ARMADO​ ​EN​ ​COLOMBIA

Un llanto de vida se escuchó en el municipio de Florencia Caquetá, era 17 de febrero de 1966


y como un presagio del acontecer colombiano en estos años, nace un pequeño bebé en la casa
de la familia Vega Londoño, sus padres don Luis y doña Blanca se sienten muy felices, pues
este pequeño con su tez clara, sus grandes ojos negros, su nariz aguileña le hacen recordar a
al tío Olmedo, su gran parecido inspira a la familia a llamarlo igual en memoria a este, ya que
hace catorce años había sido asesinado a sangre fría por los llamados Chulavitas, esto en la
ciudad de Boyacá, quienes bajo el apoyo del entonces presidente Roberto Urdaneta Arbeláez,
tenían como fin acabar con los liberales, este triste acontecimiento marcó esta familia por lo
tanto​ ​con​ ​la​ ​bendición​ ​del​ ​recién​ ​nacido​ ​se​ ​esperaba​ ​un​ ​nuevo​ ​comienzo.

Olmedo fue creciendo en un ambiente donde se sentía la diferencia en cuanto a posturas


liberales y conservadoras, su familia siempre había sido de tradición liberal más
específicamente su padre don Luis, sin embargo él nunca se identificó con ninguno de estos

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colores, pues estos partidos lo cuestionaban, lo interrogaban, no entendía por qué se mataban
entre ellos si finalmente tenían los mismos objetivos. A pesar de todo sus padres siempre le
inculcaron desde muy temprana edad la lucha por la justicia, por los derechos y la libertad, en
su interior siempre mantuvo un espíritu guerrero que muchas veces le causó problemas,
como aquella vez en que su comunidad se levantó en protesta contra EMPOCAQUETÁ,
(Empresa de Obras Sanitarias del Caquetá LTDA) por la falta de alcantarillado y agua
potable, protesta a la cual se unió Olmedo acompañando a sus padres. En un instante de la
eufórica movilización Olmedo observa un grupo de militares que golpean brutalmente a un
anciano, lo que lo hace sentir impotente, empieza a experimentar una furia que se manifiesta
en el color de su rostro, poco a poco sin darse cuenta empuña sus manos, se dirige a los
militares y con una botella de vidrio que encontró a su paso, golpea fuertemente a uno de
ellos​ ​en​ ​la​ ​cabeza,​ ​sin​ ​medir​ ​las​ ​consecuencias.

Acostado en la hamaca recuerda el episodio de la protesta y parece aún sentir los fuertes
golpes de las culatas de los fusiles contra su cuerpo y las patadas, pero más que los golpes
aún tiene vivo el sentimiento que lo movilizó a aquel accionar, aún sin importar que ni
siquiera conocía a la persona agredida, se sintió satisfecho de haber actuado de esa forma, ya
que el dolor y el miedo no mitigaba la satisfacción de lo que para él era lo correcto, de aquí
en adelante fueron muchas las veces que las fuerzas militares golpearon a Olmedo así como a
sus amigos, con los que participaba de las protestas que cada vez eran más recurrentes,
debido principalmente a la precariedad de condiciones por las que pasaban todos en su
pueblo, respecto no solo al alcantarillado y acueducto sino además la falta de energía
eléctrica, por tanto no era raro que la gran mayoría de familias usaran plantas de energía eso
sí​ ​de​ ​forma​ ​deficiente​ ​y​ ​parcial.

Muchas veces tuvo que ver enfermos a sus padres, llorando y con necesidades que lo hacían
estar inconforme frente al abandono del Estado, Olmedo pensaba en tantas injusticias que
veía a diario, entre estas lo que más le pesaba era que no se tuviera en cuenta a un pueblo tan
pobre, a los campesinos, indígenas, afro, mujeres y jóvenes que salían pacíficamente a luchar
por una causa y lo que se recibía a cambio eran golpes de culatas, a sus cortos 12 años él
reflexionaba constantemente sobre el asunto y no concebía cómo los mismos muchachos de
los​ ​pueblos​ ​ya​ ​disfrazados​ ​de​ ​militares,​ ​arremetían​ ​contra​ ​el​ ​lugar​ ​que​ ​los​ ​vió​ ​nacer.

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Cada vez se veían más guerrillas en el pueblo, M19 y FARC hacían presencia constante en el
lugar, varios muchachos de allí se dejaron seducir por aquellos ideales, por tanto los padres
de Olmedo con temor de que su hijo pudiera tomar el mismo rumbo deciden privilegiarlo con
el ingreso al ​Instituto Técnico Industrial de Florencia ​en el que se esperaba que este pudiera
terminar sus estudios de bachillerato, cosa que sería un gran logro en la familia ya que
ninguno había pasado de la primaria, cuando Olmedo recibe esta noticia se siente muy feliz
pues era lo que siempre había querido, se enorgullece de sus padres que pese a las
necesidades y pobreza económica, tiene una gran riqueza en cuanto al amor, cariño, ideas y
apoyo​ ​familiar.

Estando ya en el Tecnico Industrial empieza a conocer varios compañeros que les hablan a
los estudiantes acerca de unirse y defender los derechos de su gente y que esto es posible si el
pueblo se une y forman una sola fuerza donde todos trabajen para tener condiciones más
dignas de vida. Estas ideas no fueron ajenas a Olmedo pues desde muy niño se inquietó por
aquellos valores que su familia la había inculcado y que veía reflejado en estos colectivos, fue
de esta forma como aquel adolescente poco a poco se fue acercando más a movimientos
sociales.

No era raro que cada mañana en los periódicos aparecieran noticias acerca de ​Manuel
Marulanda Vélez​, ​“​Las FARC comandadas por alias Tirofijo dan un nuevo golpe: intensa
búsqueda del grupo guerrillero que el lunes anterior asesinó a doce campesinos en
Cimitarra​” (El espacio, 1981) Olmedo lee este encabezado al pasar por un puesto de
periódicos, y comienza a darle vueltas en la cabeza, pues piensa acerca de quién es este
hombre que aparece en los periódicos y del que se escuchan cosas atroces, siempre había un
lado malo y uno bueno, en este caso según lo que podía escuchar y leer, en los medios el
malo era un tal Tirofijo, sobre quien se sentía intrigado e inquieto, lo que lo llevó a buscar
información​ ​acerca​ ​este​ ​hombre​ ​tan​ ​controversial.

Cada periódico, documento, relato, comentario en cualquiera de los lugares donde él


estuviera, fue alimentado esa curiosidad por saber cada vez más, así que Olmedo se fue
haciendo una idea y postura sobre quién era el hombre que tanto nombraban, Manuel

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Marulanda Vélez era ahora un ídolo para este adolescente a pesar de no haberlo conocido en
persona, poco a poco se intrigó por conocer más acerca de las FARC-EP ya desde una mirada
diferente, de esta forma aquel muchacho plasmaba sus ideas frente a sus amigos, familiares y
conocidos, una vez en medio de las conversaciones, lo invitaron a una reunión a la cual
Olmedo​ ​no​ ​se​ ​negó.

Esta reunión marca para Olmedo el primer acercamiento que por medio de sus compañeros
tiene a las reuniones clandestinas de la JUCO Juventudes Comunistas Colombianas, colectivo
que se originó en el año 1959, y que ya en julio de 1961 se empezó a reunir en la
clandestinidad. En aquellas reuniones se organizaba a la juventud informando, capacitando,
dándoles a conocer las luchas que desde otras partes del mundo se han dado e impartiendo su
pensamiento​ ​y​ ​su​ ​ideales,​ ​Marxistas​ ​y​ ​Leninistas,​ ​ ​que​ ​llamaban​ ​a​ ​la​ ​revolución.

En medio de esta reuniones Olmedo fue forjando una postura política, escuchaba con
atención a los líderes de la JUCO ---la Revolución Rusa ocurrió entre el 8 de marzo al 8 de
noviembre de 1917 en Rusia, agrupa todos los sucesos que condujeron al derrocamiento del
régimen zarista ​y dio paso al régimen Leninista, que llevó a la creación de la República
Socialista Federativa Soviética de Rusia​, la Revolución Cubana s​e dio entre el 26 de julio de
1953 y el 1 de enero de 1959 es el principal resultado del ​movimiento revolucionario ​cubano
de ​izquierda que provocó la caída del régimen del dictador ​Fulgencio Batista​, y la llegada al
poder del líder del Ejército Guerrillero, ​Fidel Castro​--- Todos estos sucesos se debían tener
claro y saber de memoria, cosa que no fue difícil para este muchacho puesto que era muy
inteligente​ ​y​ ​además​ ​seguía​ ​con​ ​sus​ ​estudios.

Todo esto despertó sus deseos de conocer el trasfondo de estas revoluciones ya que no se
quería quedar con solo saberlos de memoria, así fue acercándose a los pensamientos
comunistas y socialistas de los cuales hablaba con propiedad --Estos movimientos pretenden
desde un sistema político desarrollar programas que permitan eliminar esas jerarquías de
clases, en donde el burgués somete al pobre y lo discriminaba, y pretende que las riquezas se
repartan de una manera equitativa para que todos tengamos bienes, para que ninguna familia
se quede sin su techo, sin satisfacer sus necesidades básicas como sucede acá en Florencia--
En estas conversaciones de política, conoció a Fernando quien mostró una actitud que llenó a

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Olmedo de confianza, de esta forma fueron entablando una gran amistad, pues compartían un
mismo​ ​interés​ ​por​ ​las​ ​ideas​ ​de​ ​revolución.

Quizás por eso al conocer los ideales de las FARC-EP que se basan en un pensamiento
Marxista Leninista, pudo percibir que estos se acercaban a los deseos de muchos campesinos
que sueñan con una justa repartición de la tierra y que se erradique la pobreza en los campos
y ciudades ya que como Olmedo creció en medio de tantas necesidades básicas donde el que
podía estudiar era un niño o niña privilegiado, ya que no todos lograban acceder a un derecho
fundamental como lo es la educación. Teniendo Olmedo en su alrededor tanta pobreza y
viendo como su territorio Caquetá a pesar de contar con muchos recursos naturales
continuaba siendo pobre y olvidada, en donde los sectores sociales no podían contar con que
se supliera siquiera los derechos mínimos de sustentación, en medio de esta desazón por el
futuro,​ ​él​ ​pensaba​ ​que​ ​ ​esa​ ​situación​ ​se​ ​tenía​ ​que​ ​poder​ ​cambiar.

Para ese entonces Fernando su amigo, quien pertenecía a las FARC, le había hecho una sútil
invitación a unirse al movimiento, que Olmedo no pudo rechazar, pues sentía que esa era una
manera para cambiar su situación y la de su familia, estaba convencido de que la lucha
armada sería una salida para llegar algún día a la equidad social y a la justicia, entonces
movido por sus arraigados ideales y viendo las condiciones de pobreza en que se encontraba
su​ ​familia,​ ​decide​ ​tomar​ ​el​ ​camino​ ​de​ ​las​ ​armas.

Olmedo estuvo meditando varias noches acerca de su decisión de ingresar a las FARC, la
idea de dejar a su familia para siempre, le daba vueltas en la cabeza. Hasta que un día se arma
de valor y decide contactar a Fernando, su futuro camarada, compañero y amigo de aquellas
conferencias​ ​clandestinas,​ ​quien​ ​lo​ ​cita​ ​esa​ ​misma​ ​noche​ ​para​ ​partir​ ​hacia​ ​su​ ​nuevo​ ​destino.

Tras encontrarse con el camarada Fernando, fue trasladado en un campero que recorrió una
larga distancia por alrededor de tres horas, por lo que él no sabía exactamente dónde se
encontraba, al preguntar le dicen que la información de aquel no la puede conocer aún, ya que
por seguridad de la organización, debe pasar un tiempo considerable antes de conocer sus
estrategias militares. Ya en el campamento, comienza a observar con asombro las
rudimentarias construcciones hechas de madera, plástico y hojas, que facilitaban su

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mimetización con la naturaleza; a lo lejos escuchaba un caudaloso río que abastecía el
improvisado​ ​caserío.

Al amanecer le hacen entrega del uniforme, escopeta y equipo que era una mochila
constituida por una carpa, cobija, toldillo, capa para la lluvia, menaje, cantimplora de agua,
su munición, ración de comida, linterna, brújula y demás elementos esenciales para la
supervivencia en la selva. Le asignan las funciones que debe desempeñar y le informan de
las normas que rigen la organización de las FARC, sin tener aún acceso a los tres principales
documentos: El Estatuto, El Reglamento del Régimen Disciplinario y Las Normas internas de
Comando, que fue conociendo y apropiando a lo largo de las vivencias que fue acumulando.
Olmedo se fue acostumbrando a que cada día según el régimen interno a las 4:50 am ya debía
tener las botas puestas, el equipo organizado y estar dispuestos para cumplir su función
asignada para el día, que variaba de acuerdo a las dinámicas del campamento. En este caso
nunca olvidará su primera función que fue hacer seguridad mientras amanecía en una
trinchera​ ​detrás​ ​de​ ​un​ ​árbol.

En esa primera tarea el miedo no estaba de lado, allí empezó a pensar en que cada uno de sus
días podrían ser el último, la vida nunca se encuentra segura, pero en ese instante se siente la
muerte más cercana, como si estuviera a tus espaldas, se piensa en todos los momentos con su
familia, piensa en que se fue sin despedirse de sus padres, solo con una nota que dejó en la
habitación, a pesar de todo sabe que la intención es el colectivo, es luchar por su pueblo, por
sus padres a quienes muchas veces los vio llorar, oye un grito al fondo ---Salen las
descubiertas--- no entiende muy bien de qué se trata, alguien le dice ---​no hay novedad
entonces recojase-- Luego de esto se dirigen a tomar el tinto, en ese instante se encuentra a
Fernando, quien le explica un poco acerca de las descubiertas ---Ellos son quienes vigilan y
hacen el registro a los lados del campamento, cuando son las seis y no pasa nada, no hay
tiros, no hay bombas pues ahí sí vamos a hacer el cepillado, a hacer gimnasia, entrenamiento
militar​ ​ ​para​ ​volvernos​ ​personas​ ​ya​ ​fuertes​ ​ ​y​ ​ ​hábiles,​ ​adquirir​ ​la​ ​pericia,​ ​el​ ​hábito---

Con el pasar de los días Olmedo va comprendiendo las dinámicas y adaptándose al lugar,
algo que le dio muy duro fue saber que tenía que cocinar pues en su casa doña Blanca

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siempre le tenía lista su comida, ahora se debe turnar para realizar los deberes de la cocina, él
también se asombra de ver cómo han construido un sistema que transporta el agua a los
campamentos, cuestión que posibilita las condiciones básicas para sobrevivir, pues a pesar de
no saber exactamente dónde se encuentra, sabe que están ubicados cerca a un río y que el
agua que llega al lugar es limpia, en ese instante reflexiona acerca de la situación en Florencia
y como tal en todo el municipio del Caquetá pues no comprende cómo el Estado a pesar de
recibir todo el dinero de los bolsillos de sus ciudadanos no haya podido mejorar las
condiciones de vida en estos lugares, en donde no se podía tener agua potable, en ese instante
reafirma sus ideales pues considera que todo esto subyace en la corrupción tan grande que
aqueja​ ​el​ ​gobierno​ ​colombiano.

Fueron largas aquellas primeras noches del 1983, como militante sabía que tendría que ser
fuerte, sin embargo al interior de las caletas dormía un muchacho de apenas 17 años que tenía
que llorar sin ser escuchado por sus compañeros, extrañaba a su familia, amigos, el colegio
que tanto había anhelado, ese arraigo familiar le dolía en el alma, sus padres eran el motor de
su vida y a pesar que la lucha también los incluía a ellos, los tenía lejos, se tuvo que ir
acostumbrando al desayuno, almuerzo y comida de diferentes sazones, no era el mismo de su
mamá​ ​pero​ ​al​ ​menos​ ​no​ ​faltaba.

Allí también tenía que estudiar, pero esta no era la educación que se recibe en los colegios
convencionales, era otra visión con base a unos objetivos que se trazaron como organización,
la formación política era importante así como la instrucción militar. Olmedo se sorprende de
una dinámica llevada a cabo en el horario de seis a ocho de la noche pues llegaba la hora
cultural, hora de charlas, conferencias y como su mismo nombre lo indica, cultura, canto,
poesía, chistes, cuentos, lectura de libros, cuestiones que nunca olvidará y que afianzaban ese
lazo​ ​familiar​ ​pues​ ​esta​ ​era​ ​su​ ​nueva​ ​familia.

A su ingreso a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Olmedo ya conoce sobre


los diálogos de paz que se adelantan con Belisario Betancur, también conoce por sus
indagaciones y por sus vivencias mismas, acerca de las políticas contrainsurgentes que
adelantó el gobierno anterior, de César Gaviria con su Estatuto de Seguridad, que concedió
una serie de libertades a las Fuerza Militares en pro de acabar con cualquier esbozo de fuerza

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insurgente, endureciendo las sanciones contra cualquier tipo de perturbación al orden público,
ya que pudo ver de cerca las atrocidades cometidas por los militares en su municipio, donde
no solo eran asesinados miembros de la guerrilla sino también cualquiera que pensara distinto
o que simpatizara con las ideas revolucionarias, lo que le generaba ira e impotencia, se
preguntaba​ ​el​ ​porqué​ ​de​ ​esa​ ​persecución​ ​contra​ ​el​ ​pueblo,​ ​contra​ ​los​ ​mismos​ ​colombianos.

Pero la esperanza de la paz, de la reivindicación con la sociedad, del paso a la


institucionalidad, generaban en él una luz de esperanza, donde su movimiento pudiera tener
una participación política contundente. Su curiosidad y deseo de saber, lo llevan a averiguar
más y más sobre este hecho tan representativo en la historia de su amado país, por lo que
pregunta e interpela en los momentos en que puede hacerlo, conociendo cada vez más
acerca de este proceso que se adelanta. Se llena de satisfacción al enterarse de que Betancourt
crea una Comisión de Paz, una Ley de amnistía y una Comisión de Verificación que debía
acompañar​ ​el​ ​cese​ ​al​ ​fuego,​ ​lo​ ​que​ ​hasta​ ​ese​ ​momento​ ​parecía​ ​ser​ ​el​ ​triunfo​ ​de​ ​la​ ​paz.

En el año 1984 se firma el acuerdo de paz entre la Comisión para la paz y las FARC en el
municipio de La Uribe, tras una serie de diálogos que se materializan en dichos acuerdos,
Olmedo quien en ese momento hacía parte del frente tercero, del Bloque Sur se enteró
rápidamente de la noticia y de la orden del cese al fuego. Esos fueron momentos de
incertidumbre para él, pensaba en el devenir de la organización, ahora en vías hacia la paz, en
lo que debía hacer en el periodo dado por el gobierno para reincorporarse a la sociedad civil,
no quería dejar la revolución, pues esos primeros años en la guerrilla le habían enseñado a
amarla, a aferrarse cada vez más a sus ideales y a perseguir los objetivos de la organización,
aunque ve una salida para seguir en la lucha y es la creación de la UP (Unión Patriótica)
como​ ​alternativa​ ​política​ ​de​ ​resistencia​ ​y​ ​de​ ​transformación​ ​social.

Poco a poco esas esperanzas se van desmoronando, Olmedo pudo ver con el comienzo del
nuevo gobierno de Virgilio Barco cómo la irrupción de fuerzas oscuras comienzan a
obstaculizar el camino hacia la paz, se asesinan a un sin número de miembros de la UP, en lo
que se denomina el Baile Rojo; con el patrocinio del narcotráfico se llevan a cabo una serie
de barbaries, que involucran también a las fuerzas militares. Posteriormente lo poco que
queda de la UP termina distanciándose de las FARC, creciendo así el inconformismo de esta

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guerrilla, que da la orden a Olmedo y sus camaradas de emboscar un convoy del ejército,
poniendo explosivos a su paso, acribillando así a gran parte de los militares. La ofensiva fue a
atribuida a la ausencia de la Comisión de verificación, convirtiéndose en la excusa que
necesitaba​ ​el​ ​gobierno​ ​para​ ​romper​ ​con​ ​los​ ​acuerdos.

Pasaron varios días y Olmedo se encontraba en su caleta, organizando sus pertenencias,


cuando llegó una noticia que ya estaba anunciada y que se resume en el comunicado oficial
de Barco “​Sobra decir que cualquier parte del territorio nacional en donde la Fuerza
Pública sea atacada, el Gobierno entenderá que ha terminado el cese al fuego, como ha
ocurrido en el caso del Caquetá”​. Olmedo se sienta, le cuesta entender lo que está pasando,
en su interior reafirma su compromiso con la revolución, en miras de lograr la justicia y
algún​ ​día​ ​la​ ​tan​ ​añorada​ ​paz.

Tras estos sucesos continúa Olmedo en su vida de combatiente, una vida de sacrificio que
asumió por su propia voluntad, una vida sin lujos, con escasez, con miedo, pero una vida
digna para un combatiente, una vida en la que no solo lo atravesaron sus ideales, sino también
el amor. Sin darse cuenta se fue acercándose a Amanda, ​una mujer de admirar; inteligente,
alegre, comprometida con la organización, con espíritu revolucionario, pero sobre todas las
cosas valiente, se enfrentaba a los retos diarios, daba todo de sí pues tanto ella, como él y sus
camaradas​ ​vivían​ ​el​ ​día​ ​a​ ​día​ ​como​ ​si​ ​fuera​ ​el​ ​último…​ ​porque​ ​era​ ​posible​ ​que​ ​lo​ ​fuera.

Aunque día a día estaba rodeado de hermosos paisajes, Amanda se fue convirtiendo en el
mejor, para él no existía mujer más bella: sus ojos misteriosos como la selva y una sonrisa
que iluminaba su camino tal como la luna en la oscuridad, el día tenía sentido si la miraba a
ella.
Su ingreso a las FARC fue contemporáneo, siempre habían sido compañeros de combate,
cruzaban palabras apenas para lo necesario y era extraño que después de esos años empezaran
a​ ​verse​ ​diferente​ ​entre​ ​los​ ​demás.

En una oportunidad, Olmedo tenía la mirada perdida en el horizonte y Amanda se acercó a


hablarle, así tuvieron una charla amena hablando de la organización y de lo que los había
movido a ingresar allí, el tiempo se detuvo en ese instante para Olmedo, pues mientras ella le

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hablaba él no podía dejar de pensar en lo mucho que lo atraía, física e intelectualmente. Así,
transcurrieron los días y se fueron conociendo mejor, compartían momentos inolvidables
juntos​ ​en​ ​medio​ ​de​ ​la​ ​guerra​ ​fue​ ​así​ ​como​ ​se​ ​hicieron​ ​indispensables​ ​el​ ​uno​ ​para​ ​el​ ​otro.
Ambos combatientes y revolucionarios, que siendo tan inteligentes cayeron en las redes del
amor de una manera irracional como cualquier ser humano. Sabían bien que su amor era
prohibido. En el día su comportamiento era normal, como camaradas, no levantaban
sospechas, sin embargo, un día cuando la noche los envolvió en su manto, decidieron
perderse en medio de la naturaleza, se encontraban nerviosos y ávidos, habían esperado
bastante tiempo este momento; sus manos temblorosas se deslizaban por su piel,
acariciándose mutuamente, en medio del deseo sus cuerpos se juntaron, esa noche fueron
uno​ ​solo​ ​teniendo​ ​como​ ​único​ ​testigo​ ​a​ ​la​ ​luna.
Cegados por la pasión, cada vez eran más frecuentes esos encuentros furtivos, nocturnos y su
cariño iba creciendo desbordadamente. Empezaron a aparecer los celos, los cuales no podían
hacer evidentes y debían disimular muy bien. Si bien es cierto que tenían días grises,
primaban​ ​los​ ​momentos​ ​felices​ ​y​ ​sobretodo​ ​las​ ​veces​ ​que​ ​la​ ​hacía​ ​sonreír.
Cuando había combates y caían así camaradas cumpliendo con el ciclo vital de la vida, eran
conscientes de la posibilidad de muerte que los rodeaba, la adrenalina y furor que los
acompañaba al despertar todas las mañanas continuaba intacto. Luego de varios meses
equilibrando su espíritu revolucionario junto con lo que si no era amor tenía una similitud
muy grande, Amanda le dio una noticia a Olmedo acompañada de llanto, todo parecía indicar
que estaba creciendo en ella el fruto de aquel amor. No podía contener sus lágrimas pues
sabía lo que debía hacer siendo una guerrillera de primera base: abortar o si el embarazo
estaba muy avanzado dar a luz a su bebé y regalarlo a alguna familia. Y faltando al
compromiso con el que ingresó a la organización, no quería elegir ninguna de esas dos
opciones, quería vivir el sueño de ser mamá, quería huir lejos y conformar una familia con
Olmedo.
Le hizo esa propuesta, tenían un tiempo prudencial para decidirse antes de que creciera más
el bebé y lo notaran en el campamento. El miedo no los dejó decidir, dejaron pasar el tiempo
y ya teniendo 6 meses de embarazo la descubrieron, le dijeron que ella ya sabía lo que debía
hacer. Y así fue, se marchó al pueblo más cercano para dar a luz, pero ella no tuvo el valor de
regalar​ ​lo​ ​más​ ​bonito​ ​que​ ​la​ ​vida​ ​le​ ​había​ ​dado,​ ​así​ ​que​ ​huyó​ ​junto​ ​con​ ​su​ ​bebé.

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Olmedo tiene sentimientos encontrados, la culpa lo invade, pues gracias a su decisión
perdió a Amanda y a su hijo, pero siente que su compromiso con la causa es mayor que el
amor o la idea de conformar una familia. No se arrepiente de haberla dejado ir, pero muy en
el​ ​fondo​ ​tiene​ ​la​ ​esperanza​ ​de​ ​volver​ ​a​ ​verla​ ​y​ ​algún​ ​día​ ​poder​ ​conocer​ ​a​ ​su​ ​hijo.

Sentimientos que se unían al duelo por la muerte del camarada y segundo al mando en las
FARC, el comandante Jacobo Arenas, quien muere en 10 agosto de 1990 a causa de un
infarto, que deja un vacío en la organización, especialmente en Olmedo que recuerda sus
fervoroso discursos que lo motivaban día a día. En ese mismo momento se expedía el
decreto 1926 por parte del gobierno del presidente César Gaviria quien haciendo uso del
artículo 121 de la Constitución de 186, convoca al pueblo a las urnas para medir la aceptación
del pueblo en torno a la realización de una Asamblea Constituyente que modifique dicha
Constitución.
Para ese entonces, el gobierno aseguraba que tras la muerte de Jacobo Arenas, las FARC se
encontraban debilitadas, por lo que planean el ataque a Casa Verde, sede principal del
secretariado de la organización, comandado por el general de las Fuerzas Militares Luis
Eduardo​ ​Rocca​ ​Michel,​ ​y​ ​del​ ​Ejército​ ​Manuel​ ​Alberto​ ​Murillo.

Un día representativo tanto en la historia de las FARC, como en la historia del país y que

Olmedo recuerda con mucho fervor, y​ a que lo que el gobierno creía iba a ser una ataque
decisivo, que acabaría con las residuos que quedaban de la organización, debido al
debilitamiento que se presumía tras la muerte de uno sus mayores líderes, se convierte en una
oportunidad, que despierta al gigante dormido, que se traduce en el despliegue de su fuerza y
la​ ​expansión​ ​sobre​ ​gran​ ​parte​ ​del​ ​territorio​ ​colombiano.

Ese domingo 9 de diciembre de 1990 inician sus actividades como de costumbre, se levantan
a las 04:00 e inician labores, cuando a eso de las 8:00 am según recuerda Olmedo se escucha
el sonido de un avión que se acerca al lugar conocido como el Rincón de los Abuelos, luego
una escuadrilla de aviones de guerra inician el ataque, detonando todas sus municiones sobre
los pueblos cercanos, Olmedo y todos sus camaradas empiezan la retirada pero sobre todo
velando por la seguridad de el comandante camarada, Manuel Marulanda Vélez de quien en

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ese entonces era parte de su guardia, y de los demás miembros del secretariado. Recuerda
cómo en medio del intenso combate ve cómo algunos de sus camaradas van quedando atrás,
unos heridos otros ya han dado su vida por la causa, por la revolución, defendiendo los
ideales​ ​de​ ​ejército​ ​que

Versión​ ​que​ ​se​ ​ratifica​ ​en​ ​el​ ​comunicado​ ​oficial​ ​que​ ​emitieron​ ​las​ ​FARC​ ​sobre​ ​el​ ​hecho:
“​A las 8:10 a.m. del día 9, hizo presencia un pequeño avión sobre los campamentos
del secretariado, a continuación hizo presencia un A-37, luego hicieron presencia
una escuadrilla de aviones de los mismos y lanzaron las primeras bombas sobre el
pueblito (...) A continuación, otros tres hicieron presencia y lanzaron sus cargas
sobre los campamentos de la fuerza especial, a los alrededores de la montaña y sobre
las trincheras; otro grupo de aviones Mirage, K-fir y A-37 atacaron los campamentos
del camarada Jacobo y el camarada Raúl; otro grupo atacó los campamentos del
camarada Manuel y la central de comunicaciones; en medio del violento bombardeo,
desde el comienzo hicieron presencia 15 helicópteros, distribuidos en varios grupos,
casi en forma rasante comenzaron el lanzamiento de cohetes y ametrallamiento y
empezó el desembarco al pie de la tumba del camarada Jacobo, adelante de la casa
de Las Mil, cerca de las casas del pueblito, y ahí fueron derribados dos helicópteros y
averiados tres más (...) Ese mismo día se recibió el dato concreto que las casas de
Alfonso Cano y Raúl Reyes del pueblito habían desaparecido, el salón de
conferencias y unos dormitorios, la casa del camarada Manuel con la fuerza especial
fue borrada del mapa; de la misma manera la enfermería, el comedor, dormitorios de
la​ ​Luis​ ​Pardo​ ​y​ ​parte​ ​de​ ​la​ ​odontología​ ​(...).”​ ​(Tomado​ ​de​​ ​Eltiempo.com)

Ya en los años 90’s, aún estando en el corazón de la selva, Olmedo al igual que sus
camaradas siempre estaban informados de todo lo que acontecía a nivel local, regional,
nacional e internacional; esto les permitía el fundamento y la planeación de su accionar. Es
así como en el año de 1998 conocen quién es el nuevo presidente de Colombia: Andrés
Pastrana Arango, hijo del expresidente Misael Pastrana Borrero. Como siempre después de
las elecciones se generó un ambiente de impotencia, al saber que se repetían los apellidos en
la​ ​historia​ ​de​ ​los​ ​mandatos​ ​en​ ​este​ ​país.

Una de las propuestas del mandatario era iniciar el proceso de un diálogo de paz con ellos, el
sólo pensarlo generó desconfianza, puesto que podría tratarse de una trampa. Finalmente,
después de discutirlo como organización el camarada “Tirofijo” decide acceder al diálogo
con el presidente para llegar a un posible acuerdo que beneficie a las dos partes. Para iniciar
el respectivo diálogo, se llega a un consenso de que se realice el despeje militar de cinco

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municipios: Mesetas, La Uribe, La Macarena, Villahermosa y San Vicente del Caguán. Todos
estaban a la expectativa que de lo que iba a suceder, algunos camaradas llevaban más años en
la organización que los otros, ¿cómo sería eso de recuperar la vida civil? ¿Volverían a ver a
sus​ ​familiares?

En un lugar conocido como Los Pozos, en San Vicente del Caguán fue la sede de diálogos.
Por fin están cara a cara los principales representantes de la guerrilla y el gobierno. Olmedo
fue uno de los que tuvo la oportunidad de asistir a las mesas de diálogos. Aparentemente
desarmado, pero atento a cualquier anormalidad; con emociones encontradas pero muy bien
enmascaradas; penetrando almas con la mirada, pero con la suya impenetrable. Así, fue
siendo testigo de cómo se crearon las mesas temáticas, un escenario exclusivo para poder leer
ponencias alusivas a muchos elementos desde el punto de vista productivo, de la propuesta
social,​ ​de​ ​la​ ​propuesta​ ​de​ ​transformación​ ​y​ ​del​ ​cambio.

El proceso empezó a descender tras tres años de diálogos, de sinsabores, pues el gobierno no
estaba preparado para eso, buscaba otros objetivos debido a que el ejército estaba debilitado y
las FARC tenía el poder que puede tener cualquier huracán para ir consolidando territorio, así
que el gobierno usó este proceso, este tiempo para ganar terreno y equiparse militarmente
introduciendo tecnología de punta y modificando la estrategia militar. Ya no creían en las
falsas​ ​palabras​ ​del​ ​gobierno.

Luego surge, producto de varios años de diálogos con el gobierno en la Habana, un acuerdo
que parece ser justo y brindar garantías tanto para las víctimas como para los excombatientes,
que se ha gestado con el compromiso de ambas partes y que se firma el 24 de noviembre del
2016. Por lo que la esperanza vuelve a Olmedo, la dejación de armas significa para él y para
todos los miembros del ahora partido político FARC (Fuerza Alternativa Revolucionaria del
Común) una salida política, por medio de la cual añoran una repartición justa de la tierra, que
los campesinos tengan garantías, que exista una justa restitución de cultivos y más que nada
un país en paz y por su parte también, en medio de su acción política incansable encontrar a
Amanda y poder conocer a su hijo. Posterior al Acuerdo le informan a Olmedo y sus
camaradas que deben moverse a las zonas que van a ser acondicionadas para el tránsito a la
institucionalidad.

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Esa mañana les dijeron que se tenían que desplazar así que, como era normal ellos se
empezaron a generar toda una serie de interrogantes y planteamientos pues era un cambio
radical, ellos se empiezan a preguntar ---¿dónde nos vamos a desplazar?, ¿cuales son las
garantías​ ​de​ ​ese​ ​desplazamiento?---

Olmedo y sus compañeros de frente, se dirigen a la zona veredal transitoria de normalización


un 18 de febrero del 2017, él siente bastante optimismo y alegría porque en la medida en que
iba haciendo el recorrido, saliendo de la selva, de la montaña, de la linda geografía
colombiana, pasa por las veredas, los caseríos, corregimientos y municipios, que algunas
veces recorrió, pero esta vez era diferente, pues ahora pasaba por allí en otras condiciones, el
hecho de llegar en carros del mismo Estado con sus atuendos, uniformes, las fornituras,
boinas, gorras, sombrero y todos aquellos símbolos que identificaban a las ahora Fuerzas
Alternativas Revolucionaria del Común, que pasaban frente a una base militar, un batallón,
puestos de policía lo llenaban de nostalgia frente al proceso, pues todos armados con sus
metralletas, bombas, cartuchos, morteros dejaban un mensaje claro, en medio de lágrimas de
los​ ​ex​ ​combatientes​ ​así​ ​como​ ​la​ ​población,​ ​Olmedo​ ​siente​ ​esperanza​ ​en​ ​que​ ​la​ ​paz​ ​se​ ​acerca.

La nostalgia se apodera de todos allí, no es fácil saber que dejarán los pueblos que por tantos
años comandaron, gobernaron, una mezcla de alegría y dolor además porque se estaba
avanzando a lo que todos querían la paz, a la llegada al municipio Olmedo se quiebra cuando
ve a todo un pueblo en las calles, llorando, con aplausos, banderas blancas y gritando ---la
paz, viva la paz--- Él agitaba su bandera y pensaba en su familia que había dejado por la
lucha, su hijo, Amanda, personas de las que hasta el momento no sabe nada pero tiene la
esperanza​ ​de​ ​ver,​ ​de​ ​abrazar,​ ​de​ ​amar.

A la llegada a las Zonas Veredales, puede ver un panorama similar al de la selva,


inicialmente tuvieron que hacer sus propios campamentos, puesto que el gobierno no les
brindó las condiciones que se esperaban. Así se incia la disposición de materiales por parte
del gobierno para la construcción de las viviendas, se da de manera lenta y finalmente son los
excombatientes quienes terminan levantando las edificaciones, las cuales están construidas
con planchas de cemento y tejas de zinc, acondicionadas para su vivienda, pero recuerda con

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orgullo sus días de combatiente, sus modestas condiciones que como él mismo afirma, no
eran​ ​las​ ​condiciones​ ​más​ ​dignas,​ ​pero​ ​sí​ ​eran​ ​dignas​ ​de​ ​un​ ​combatiente.
Con la mayor entereza asume su nueva situación de excombatiente, con su compromiso
intacto de construir una Colombia en paz, con justicia y equidad social, se instala en lo que
en adelante y durante el tiempo que sea necesario se convertirá en su hogar, allí el trabajo
colectivo está presente en cada una de las instancias, es posible cultivar yuca, plátano, etc.
pero el más grande cultivo es de la piña oro miel, cuyo cuidado depende de diferentes
personas entre estas Olmedo; cuenta con una talabartería, un tractor, varias máquinas de
arado. La estructura jerárquica se mantiene, pero todos asumen que ya no hacen parte de la
lucha armada sino que hacen parte de una comunidad y que su lucha es política teniendo
como única arma la palabra. Esto es algo que Olmedo tiene muy claro, pues asume con la
mayor​ ​responsabilidad​ ​sus​ ​labores​ ​cotidianas​ ​para​ ​contribuir​ ​al​ ​desarrollo​ ​de​ ​su​ ​comunidad.

De igual manera, desea en este nuevo camino que ha emprendido junto con los suyos, crecer
personal y profesionalmente, añora terminar el bachillerato y estudiar una carrera profesional
relacionada con el medio ambiente, pues se siente cautivado con la hermosura y riqueza del
país y reconoce la importancia de la biodiversidad. Pero también en sus momentos de soledad
recuerda con nostalgia a Amanda y a su hijo que no conoce, piensa en la posibilidad de
encontrarla, conformar una familia y compartirle a su hijo sus deseos de ver la Colombia con
la que siempre ha soñado, por lo que tiene una fe inmensa en que los Acuerdos se cumplan y
poder​ ​un​ ​día​ ​vivir​ ​este​ ​sueño.

Ya a su edad piensa en todas las experiencias vividas en 34 años de lucha armada, pero
muchos más de lucha social, pues desde su infancia tuvo un deber, como cuando alguien
viene a este mundo a cumplir un objetivo, Olmedo siente que viene a dejar un legado, quiere
que su historia sea contada a las nuevas generaciones, a su hijo o hija que algún día espera
conocer, quiere que se cambie el imaginario que los medios de comunicación han creado de
q​ue ​la guerrilla son personas malas, pues él se describe como una persona con bellos
sentimientos, que siente, que piensa y que lucha, su instrumento de paz ahora es la palabra,
las armas en su momento fueron el único instrumento que se encontró en un contexto como el
colombiano, en el cual los más desfavorecidos no pueden desarrollar la lucha política, en

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donde no se tiene voz ni voto y en donde diferentes actores armados también han desangrado
el​ ​país,​ ​pues​ ​la​ ​guerra​ ​no​ ​es​ ​de​ ​uno​ ​solo.

Algunas​ ​reflexiones​ ​de​ ​Olmedo​ ​Vega:

“¡Así fue! la historia tienen que conocerla todos los colombianos y aquí
lastimosamente todavía hay mucha gente desinformada, y nosotros
aceptamos, porque los medios tienen la capacidad de desinformar , es el
papel de los medios, pero si los medios se utilizaran para otra cosa: para
educar, para dar cursillos; hacer pedagogía de la paz, para hacer
pedagogía del medio ambiente, hacer pedagogía de la reivindicación de
la mujer, hacer pedagogía de la reivindicación de la educación en
colombia; hacer pedagogía en defensa del territorio por lo que tanto han
luchado lo pueblos indígenas, a la defensa del pueblos raizales, a la
defensa de los pueblos afrodescendientes; alfabetizar por radio,
alfabetizar por televisión, ¿Cómo no vamos a poder transformar a
Colombia?”

“...Para que vea como es la cosa en medio de la paz se siguen dando


masacres por la misma fuerza pública como lo de nariño, un acuerdo,
una fuerza pública comprometida, una comandancia que debe estar toda
comprometida pero aparecen dardos envenenados disparándole a la
paloma de la paz y es un mal mensaje no solo para los colombianos sino
para​ ​la​ ​comunidad​ ​internacional…”

“...cada acto de violencia que se cometa en colombia contra un


colombiano, un niño, un joven, un adulto mayor le va a dar cada día más
razón al proyecto revolucionario que las farc hemos desarrollado y
vamos a seguir desarrollando desde la opción desde la institucionalidad,
la​ ​legalidad...”

​ ​Olmedo​ ​Vega

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Excombatiente,​ ​Frente​ ​15,​ ​Bloque​ ​Sur,​ ​FARC.

FUENTES:
Entrevista al excombatiente Olmedo Vega quien perteneció al frente 15 de las FARC-EP en
Montañitas​ ​Caquetá.

Bibliografía:
- Centro​ ​de​ ​análisis​ ​sociopolíticos“​juguetes​ ​de​ ​guerra”​ ​1999
- Instituto​ ​Geográfico​ ​Agustín​ ​Codazzi.​ ​1990
- Rocha, (2014). El conflicto armado en el Caquetá y ´Putumayo y su impacto
humanitario.

Webgrafia:
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-330793
https://www.youtube.com/watch?v=mSl79kpppLQ
https://resistencia-colombia.org/movimiento-fariano/farc-ep/articulos/777-esteban-ramirez
http://centromemoria.gov.co/wp-content/uploads/2014/11/El_Caguan.pdf
http://www.semana.com/nacion/articulo/el-paso-paso-del-proceso-constituyente/238038-3
https://colombia2020.elespectador.com/pais/hace-34-anos-se-inicio-el-proceso-de-paz-con-la
s-farc-en-el-gobierno-de-belisario-betancur

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