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Los quince salmos (120 a 134), conocidos con el nombre de Salmos de

Subidas, constituyen un conjunto relacionado en el que se deja ver su unidad


tanto por la perfección y belleza literaria como por la profundidad del
camino espiritual en el que ellos nos invitan a penetrar.
Estos salmos no solo hablan de un subir físicamente, de ir al Templo de
Jerusalén, ellos son ante todo una invitación a iniciar una subida mística, a
escalar nuestra propia existencia hacia el encuentro con el Señor.

Como toda la Escritura la construcción de este ciclo de salmos es muy bien


elaborada. Así vemos que el salmo 120 es la introducción, el inicio de la
peregrinación y el salmo 134 su conclusión. El centro es el salmo 127 que a
su vez esta como protegido de dos salmos antes y después. Este será
nuestro itinerario en la subida hacia el encuentro con nosotras mismas, con
la comunidad y con el Señor.

121 130
122 125 128 131
120
123 126
127 129 132
134
124 133

Subir, escalar, ascender exige un gran esfuerzo, físico y mental, y porque no


decirlo mucho más espiritual. Los grandes místicos han experimentado su
búsqueda de Dios como una ascensión. Abrámonos a esta experiencia de
esfuerzo, de camino, de silencio y de oración sálmica haciendo de este
itinerario de subida hacia la montaña un tiempo de armonía con nosotras SALMOS DE LAS SUBIDAS, Subir al encuentro…
mismas, con nuestras hermanas, con la naturaleza y con Dios.

Me voy a la montaña (Rabito)

Me voy a la montaña, buscándole,


Él me hace tanto bien, si el mundo lo supiera,
y si supieran también que Él,
él entregó su ser para que nadie muera.

Me voy a la montaña buscando paz,


estoy tranquilo allí, rodeado por el viento,
y una figura empiezo a ver,
se me hace familiar; es el Maestro.

Hay que volver a conversar con Él,


oír su voz tocar sus manos, ese buen Jesús
ya no está en la cruz, sigue iluminando con su luz.
2
Un día en la montaña le pregunté:
Señor en mi lugar dime ¿qué harías?,
me dijo Juan si miras bien,
comer sólo mi pan te convendría.

En unas de esas veces lo vi llorar,


por esa multitud de gente que no escucha,
tienen de piedra el corazón, se visten de bondad,
más su maldad es mucha.

1. EN CAMINO, INICIO DE LA PEREGRINACIÓN, saliendo de mi casa.

Salmo 120: El Salmo 120 es el punto de partida y al mismo tiempo el lugar


de llegada: el hombre. Es la antesala de entrada en la casa, aquí el peregrino
se despoja, deja la imagen que desea dar de sí a los otros… Para emprender
la subida no se debe cargar cosas inútiles. El salmista nos invita a
emprender el camino como Abraham, a dejar casa, parientes, amigos. Nos
invita a ser peregrinos, emprendiendo un camino de subida.

¿Quién soy, dónde habito a dónde quiero encaminarme?

(1) Canción de las subidas.


1 Hacia el Señor, cuando en angustias me encontraba,

clamé, y él me respondió.
SALMOS DE LAS SUBIDAS, Subir al encuentro…
2 ¡Señor, libra mi alma del labio mentiroso, de la lengua tramposa!
3 ¿Qué te dará y qué te añadirá, lengua tramposa?
4 ¡Flechas de guerrero afiladas con brasas de retama!
5 ¡Qué desgracia para mí vivir en Mések,

morar en las tiendas de Quedar!


6 Harto ha vivido ya mi alma con los que odian la paz.
7 Que si yo hablo de paz, ellos prefieren guerra.

La montaña (Roberto Carlos)

Voy a seguir, una luz en lo alto voy a oír


Una voz que llama voy a subir
La montaña y estar aún más cerca de Dios y rezar.
Voy a gritar y este mundo me oirá y me seguirá
Todo este camino y ayudará
A mostrar cómo es este grito de amor y de fe

3
Voy a pedir que las estrellas no paren de brillar
Que los niños no dejen de sonreír
Que los hombres jamás se olviden de agradecer

Por eso digo te agradezco Señor un día más


Te agradezco Señor que puedo ver
Que sería de mí sin la fe que yo tengo en Ti

Por más que sufra te agradezco Señor también se lloro


Te agradezco Señor por entender
Que todo eso me enseña el camino que lleva a Ti

Una vez más te agradezco Señor por otro día


Te agradezco Señor que el sol nació
Te agradezco Señor, nuevamente agradezco Señor

Por eso digo te agradezco Señor por las estrellas


Te agradezco Señor por la sonrisa
Te agradezco Señor, nuevamente agradezco Señor

Una vez más te agradezco Señor por un nuevo día


Te gradezco Señor por la esperanza
Te agradezco Señor, nuevamente agradezco Señor

Por eso digo te agradezco Señor por la sonrisa


Te agradezco Señor por el perdón
Te agradezco Señor, nuevamente agradezco Señor

Una vez más te agradezco Señor, por la esperanza…

2. PRIMERA ETAPA DE LA SUBIDA, tiempo de diálogo. SALMOS DE LAS SUBIDAS, Subir al encuentro…
Salmos 121 a 124

Iniciamos una etapa de diálogo entre el peregrino y la comunidad que lo


acompaña, pasamos del yo, al tu y luego al nosotros. Es la etapa de quien se
inicia en el camino, y su primera certeza es la de saber que el único sostén
del peregrino es el Señor que ha creado Cielos y tierra. Del “yo” que lo dice
en singular se llega al final del Salmo 124 al “nosotros”. Para poder decir
“nosotros” hay que pasar por la experiencia de alegrarse por ir y habitar la
Casa del Señor juntos (Sal 122).
El Sal 123 es una oración de imploración, el Sal 124 una acción de gracias.
Nuestra peregrinación personal y comunitaria se construye a través de
estas dos dimensiones.
4
Salmo 121: Dios me protege todo el tiempo.

(1) Canción para las subidas.


1 Alzo mis ojos a los montes: ¿de dónde vendrá mi auxilio?
2 Mi auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
3 ¡No deje él titubear tu pie! ¡no duerme tu guardián!
4 No, no duerme ni dormita el guardián de Israel.
5 El Señor es tu guardián, tu sombra, El Señor, a tu diestra.
6 De día el sol no te hará daño, ni la luna de noche.
7 Te guarda El Señor de todo mal, él guarda tu alma;
8 El Señor guarda tus salidas y entradas, desde ahora y por siempre.

Salmo 122: Pertenecemos a un pueblo, a una comunidad,


ello supone un honor.

(1) Canción de las subidas. De David.


1 ¡Oh, qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la Casa del Señor!
2 ¡Ya estamos, ya se posan nuestros pies en tus puertas, Jerusalén!
3 Jerusalén, construida cual ciudad de compacta armonía,
4 a donde suben las tribus, las tribus del Señor, es para Israel el

motivo de dar gracias al nombre del Señor.


5 Porque allí están los tronos para el juicio,

los tronos de la casa de David.


6 Pedid la paz para Jerusalén: ¡en calma estén tus tiendas,
7 haya paz en tus muros, en tus palacios calma!
8 Por amor de mis hermanos y de mis amigos,
SALMOS DE LAS SUBIDAS, Subir al encuentro…
quiero decir: ¡La paz contigo!
9 ¡Por amor de la Casa del Señor nuestro Dios, ruego por tu bien.

Salmo 123: Al elevar mis ojos también elevo mi alma y mi corazón a Dios.

(1) Canción de las subidas.


1 A ti levanto mis ojos, tú que habitas en el cielo;
2 míralos, como los ojos de los siervos en la mano de sus amos.

Como los ojos de la sierva en la mano de su señora, así nuestros


ojos en el Señor nuestro Dios, hasta que se apiade de nosotros.
3 ¡Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros, que

estamos saturados de desprecio!


4 ¡Nuestra alma está por demás saturada del sarcasmo de los

satisfechos.
5
Salmo 124: Dios ha acompañado siempre nuestra historia.

(1) Canción de las subidas. De David.


1 Si el Señor no hubiera estado por nosotros, - que lo diga Israel -
2 si el Señor no hubiera estado por nosotros, cuando contra

nosotros se alzaron los hombres,


3 vivos entonces nos habrían tragado en el fuego de su cólera.
4 Entonces las aguas nos habrían anegado, habría pasado sobre

nosotros un torrente,
5 habrían pasado entonces sobre nuestra alma aguas voraginosas.
6 ¡Bendito sea el Señor que no nos hizo presa de sus dientes!
7 Nuestra alma como un pájaro escapó del lazo de los cazadores.

El lazo se rompió y nosotros escapamos;


8 nuestro socorro en el nombre de Yahveh,

que hizo el cielo y la tierra.

No dejes de luchar (Oscar medina)

Yo sé que el camino es muy largo


Y que a veces la carga es pesada
Y que es fácil poner la mirada en cosas que perecerán

Te digo una cosa yo sé Jesús nunca te dejará


No hay otro amigo más fiel Y en él sólo debes confiar

No, no dejes de luchar porque Satanás se aprovechará

SALMOS DE LAS SUBIDAS, Subir al encuentro…


Y que triste será volver A verte una vez más caído
Perdido y sin fe No dejes de luchar

3. EN EL MONTE SION, EN LA CASA DEL SEÑOR

Hemos llegado, estamos en la cima del monte. Alcanzamos nuestro anhelo:


Jerusalén en el monte Sión. Allí está la ciudad espiritual de David.

Salmo 125: Jerusalén está rodeada de montañas… Las montañas son


como los grandes y anchos brazos de Dios que rodean y protegen a sus
fieles en un abrazo de inmensa ternura.
(1) Canción de las subidas.

6
1 Los que confían en el Señor son como el monte Sión, que es
inconmovible, estable para siempre.
2 ¡Jerusalén, de montes rodeada! Así el Señor rodea a su pueblo

desde ahora y por siempre.


3 Jamás ha de caer el cetro de impiedad sobre la suerte de los justos,

para que los justos no alarguen a la maldad su mano.


4 Haz bien, Señor, a los buenos, a los de recto corazón.
5 ¡Mas a los que yerran por sus caminos tortuosos, los suprima el

Señor con los agentes de mal! ¡Paz a Israel !

Salmo 126: Llegar a Sion es como regresar del destierro, es un sueño y


una alegría retornar. Vivir lejos de Dios es vivir en destierro.

(1) Canción de las subidas


1 Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, como soñando
nos quedamos;
2 entonces se llenó de risa nuestra boca y nuestros labios de gritos

de alegría. Entonces se decía entre las naciones: ¡Grandes cosas ha


hecho el Señor con éstos!
3 ¡Sí, grandes cosas hizo con nosotros el Señor,

el gozo nos colmaba!


4 ¡Haz volver, Señor, a nuestros cautivos

como torrentes en el Négueb!


5 Los que siembran con lágrimas cosechan entre cánticos.
6 Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando

trayendo sus gavillas. SALMOS DE LAS SUBIDAS, Subir al encuentro…

4. EL CENTRO DE LA PEREGRINACIÓN,
Si el Señor no construye la Casa…

Salmo 127: Este salmo nos ayuda a hacer la unidad de todo el conjunto.
Sus palabras claves son Casa, hijo y fruto de las entrañas. La palabra Casa
es recurrente en los 15 salmos de subida (7 veces). Los peregrinos siempre
salen de su casa y se dirigen a la casa del encuentro con Dios en comunidad.
La peregrinación es un pasar de mi casa a la casa del señor para retornar a
nuestra casa. La palabra hijo aparece también 7 veces, el camino espiritual

7
de la peregrinación, de la subida es un camino de filiación. Marchamos hacia
el Padre como hijas y hermanas.
El fruto de las entrañas , lo que nace en la profundidad del creyente, lo más
querido se encuentra en sus entrañas; como los hijos engendrados por el
hombre, pero que son obra y don de Dios sea cual sea el esfuerzo humano.
Toda nuestra fecundidad física o espiritual es el resultado de nuestra fe y de
nuestra búsqueda constante de Dios y de la escucha de su Palabra.

El salmo 127 es una invitación a constatar que si el Señor no es quien


construye nuestra Casa y quien nos hace fecundas en vano habremos
caminado y nos habremos esforzado en subir hasta su Morada.

(1) Canción de las subidas. De Salomón.


1 Si el Señor no construye la casa, en vano se afanan los
constructores; si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigila la guardia.
2 En vano madrugáis a levantaros, el descanso retrasáis, los que

coméis pan de fatigas, cuando él colma


a su amado mientras duerme.
3 La herencia del Señor son los hijos,

recompensa el fruto de las entrañas;


4 como flechas en la mano del héroe, así los hijos de la juventud.
5 Dichoso el hombre que ha llenado de ellas su aljaba; no quedarán

confusos cuando tengan pleito con sus enemigos en la puerta.

SALMOS DE LAS SUBIDAS, Subir al encuentro…

5. EN EL MONTE SION,
en la casa del Señor, la casa de la comunidad

Con los salmos 128 Y 129 de nuevo retomamos a Sión, allí habita el Señor
que bendice la comunidad. El peregrino ha hecho la experiencia de iniciar su
camino personal pero unido a una comunidad: Israel es su comunidad. Sión
ya no solo es el lugar de residencia de Dios sino que también simboliza la
comunidad de Israel que vive de la Escritura dada por el Señor. Israel es la
hija de Sión alimentada de su leche: la Torah.

8
Salmo 128: Nada es posible sin Dios, todo es posible con Él.

(1) Canción de las subidas.


1 Dichosos todos los que temen al Señor,
los que van por sus caminos.
2 Del trabajo de tus manos comerás,

¡dichoso tú, que todo te irá bien!


3 Tu esposa será como parra fecunda en el secreto de tu casa. Tus

hijos, como brotes de olivo en torno a tu mesa.


4 Así será bendito el hombre que teme al Señor.
5 ¡Te bendiga el Señor desde Sión, que veas en ventura a Jerusalén

todos los días de tu vida,


6 y veas a los hijos de tus hijos! ¡Paz a Israel!

Salmo 129: El Señor nos libera constantemente.

(1) Canción de las subidas.


1 Mucho me han asediado desde mi juventud, - que lo diga Israel -
2 mucho me han asediado desde mi juventud,
pero conmigo no han podido.
3 Sobre mi espalda araron aradores, alargaron sus surcos.
4 El Señor, el justo ha roto las coyundas de los impíos.
5 ¡Sean avergonzados, retrocedan todos los que odian a Sión;
6 sean como la hierba de los techos que se seca antes de arrancarla!
7 De ella no llena el segador su mano ni su regazo el gavillador;
8 y no dicen tampoco los que pasan: ¡Bendición del Señor sobre
SALMOS DE LAS SUBIDAS, Subir al encuentro…
vosotros! Nosotros os bendecimos en el nombre del Señor.

Extiende tu mano señor (Juan Luis Guerra)

Extiende tu mano, Señor pues todo lo puede tu amor


hoy te confieso mi Dios, mi Señor salvador
ya no hay tinieblas en mí, solo hay luz
ahora extiende tu mano, Jesús (bis)

Escucha, Señor mi oración, hoy te entrego mi corazón


borra mis faltas, Dios salvador, hoy te confieso, Señor. (bis)

Borra mis faltas, Dios salvador hoy te confieso, Señor

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6. ULTIMA ETAPA DE LA PEREGRINACION
Tiempo de diálogo. Salmos 130 a 133.

La consciencia es clara, mi peregrinación está encastrada en la


peregrinación de la comunidad, de Israel. La oración y la confianza
comunitaria ganan terreno a medida que se avanza. La comunidad creyente
espera en el Señor, las preguntas constantes sobre ¿Quién es mi Dios,
nuestro Dios? ¿Dónde está mi Dios, nuestro Dios? Solo hallan respuesta en
la comunidad.

Salmo 130: Cada uno debe ver en que profundidad está para clamar al
Señor.

(1) Canción de las subidas.


1 Desde lo más profundos grito a ti, Señor:
2 ¡Señor, escucha mi clamor!
¡Estén atentos tus oídos a la voz de mis súplicas!
3 Si en cuenta tomas las culpas, oh Señor, ¿quién, Señor, resistirá?
4 Más el perdón se halla junto a ti, para que seas temido.
5 Yo espero en el Señor, mi alma espera en su palabra;
6 mi alma aguarda al Señor más que los centinelas la aurora; mas que

los centinelas la aurora,


7 aguarde Israel al Señor. Porque con el Señor está el amor, junto a

él abundancia de rescate;
SALMOS DE LAS SUBIDAS, Subir al encuentro…
8 él rescatará a Israel de todas sus culpas.

Salmo 131: En ti señor reposa nuestra confianza. Israel espera en Ti

(1) Canción de las subidas. De David.


1 No está inflado, Señor, mi corazón, ni mis ojos subidos.
No he tomado un camino de grandezas ni de prodigios
que me vienen anchos.
2 No, mantengo mi alma en paz y silencio como niño destetado en el

regazo de su madre. ¡Como niño destetado está mi alma en mí!


3 ¡Espera, Israel, en el Señor desde ahora y por siempre!

Salmo 132: ¿Dónde moras Señor?

(1) Canción de las subidas.


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1 Acuérdate, Señor, en favor de David, de todos sus desvelos,
2 del juramento que hizo al Señor, de su voto al Fuerte de Jacob:
3 «No he de entrar bajo el techo de mi casa,

no he de subir al lecho en que reposo,


4 sueño a mis ojos no he de conceder ni quietud a mis párpados,
5 mientras no encuentre un lugar para el Señor,

una Morada para el Fuerte de Jacob.»


6 Mirad: hemos oído de Ella que está en Efratá, ¡la hemos

encontrado en los Campos del Bosque!


7 ¡Vayamos a la Morada de él,

ante el estrado de sus pies postrémonos!


8 ¡Levántate, Señor, hacia tu reposo, tú y el arca de tu fuerza!
9 Tus sacerdotes se vistan de justicia, griten de alegría tus amigos.
10 En gracia a David, tu servidor, no rechaces el rostro de tu ungido.
11 Juró el Señor a David, verdad que no retractará: «El fruto de tu

seno asentaré en tu trono.


12 «Si tus hijos guardan mi alianza, el dictamen que yo les enseño,

también sus hijos para siempre se sentarán sobre tu trono.»


13 Porque el Señor ha escogido a Sión,

la ha querido como sede para sí:


14 «Aquí está mi reposo para siempre,

en él me sentaré, pues lo he querido.


15 «Sus provisiones bendeciré sin tasa, a sus pobres hartaré de pan,
16 de salvación vestiré a sus sacerdotes,

y sus amigos gritarán de júbilo.


17 «Allí suscitaré a David un fuerte vástago,

SALMOS DE LAS SUBIDAS, Subir al encuentro…


aprestaré una lámpara a mi ungido;
18 de vergüenza cubriré a sus enemigos,

y sobre él brillará su diadema».

Salmo 133: La experiencia de la subida del monte Hermón y del descenso


del monte Sión, es una experiencia mística del peregrino que trasciende a la
comunidad fraterna

(1) Canción de las subidas. De David.


1 ¡Oh, qué bueno, qué dulce habitar los hermanos todos juntos!
2 Como un ungüento fino en la cabeza, que baja por la barba, que
baja por la barba de Aarón, hasta la orla de sus vestiduras.
3 Como el rocío del Hermón que baja por las alturas de Sión; allí

Yahveh la bendición dispensa, la vida para siempre.

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Oh, deja que el Señor te envuelva (John Wimber)

Oh, deja que el Señor te envuelva con su Espíritu de amor,


satisfaga hoy tu alma y corazón.
Entrégale lo que te impide y su Espíritu vendrá
sobre ti y vida nueva te dará.

Oh Cristo, oh Cristo, ven y llénanos;


Oh Cristo, oh Cristo, llénanos de ti.

Muestra tu resplandor con gozo que lo estas alabando a El


Con dulzura le entregamos nuestro ser
Entrega todas tus tristezas en el nombre de Jesús
y abundante vida hoy tendrás en El.

BENDICION FINAL, en nuestra casa

Salmo 134: ¡Qué alegría, qué paz, que unidad! Es el tiempo de bendiciones,
yo y la comunidad bendecimos a Dios y somos bendecidos por Él.
(1) Canción de las subidas.
1 ¡Oh, bendecid al Señor todos los servidores del Señor, que servís
en la Casa del Señor, en los atrios de la Casa del Dios nuestro!
2 ¡Por las noches alzad las manos hacia el santuario,

y bendecid al Señor!
SALMOS DE LAS SUBIDAS, Subir al encuentro…
3 ¡Te bendiga el Señor desde Sión, él, que hizo los cielos y la tierra!

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