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Prueba de lectura n°2 Commented [PCH1]: NOTA FINAL 6,5

Estudiante: Javier González González

Cátedra: Medioevo e inicio de la Modernidad

USACH

1- Defina el concepto de Renacimiento europeo, explicando en qué consiste el


desarrollo del individuo, el resurgimiento de la antigüedad y el
descubrimiento del hombre y del mundo. Asimismo, explique cómo se
desarrolla el movimiento humanista en el Renacimiento y qué relaciones
mantiene con Oriente.

Antes que todo, se debe hacer la aclaración ante el concepto de Renacimiento europeo,
definido (erróneamente) muchas veces como una época, una época que supera a la Edad
Media, y se constituye como un período en sí mismo. Lo cierto es que el Renacimiento
europeo es un movimiento cultural, que alude a una renovación en general del pensamiento,
de las artes, las letras, la religiosidad, principalmente. Por cierto, la historiografía alusiva al
tema considera la existencia de “Renacimientos”, entendiendo que existió más de un período
en el que se cumplen las condiciones mencionadas anteriormente, tal es el caso del
“Renacimiento Carolingio” comprendido entre los siglos VIII y IX, o del “Renacimiento del
siglo XII, acuñado y trabajado por primera vez por el historiador medievalista Charles Homer
Harkins. De todos modos, el Renacimiento más importante y que logró consolidarse fue el
Renacimiento europeo producido entre los siglos XIV y XVI, al se referirá en el resto del
escrito cuando se haga referencia a Renacimiento.

Este Renacimiento nace en la Edad Media, por lo que, en palabras de Peter Burke: “el inicio
de la cultura renacentista (…) coexistió con la de la Europa medieval tardía” (Burke: 2000.
p. 25), considerando tres ejes centrales de esta cultural medieval europea: el arte gótico, la
caballería y la filosofía escolástica y haciendo la consideración de que, en la convivencia de
la nueva cultura renacentista con la medieval tardía, estos tres ejes dejaron de monopolizar
sus respectivos campos, para competir, interactuar con los estilos y valores alternativos
derivados del mundo antiguo. (Burke: 2000)

El Renacimiento se caracteriza fundamentalmente por la recuperación de los “clásicos”, la


lectura y estudio detenido de escritores griegos y romanos, influyendo su lectura en los
distintos campos del saber. Los estudiosos del renacimiento se centrarán en la reconstrucción
de las obras escritas, existe un entusiasmo por las lenguas clásicas, los pensadores “ardían”
por aprender tanto el griego, para un acercamiento directo con las obras clásicas tradicionales,
escapando de las “horribles traducciones” (En palabras de Poggio, intelectual renacentista)
en las que llegaban a sus manos. Un ejemplo emblemático de este interés hacia una buena
reconstrucción del mundo antiguo es el de Lorenzo Valla, nacido y educado en Roma, estudia
exhaustivamente el Latín, afirmando “que el buen latín había florecido junto con el Imperio
romano y asimismo había decaído con él a consecuencia de las invasiones de los bárbaros”
(Burke: 2000. p.42). Valla a través de sus estudios llega a un dominio excepcional del latín,
descubriendo sus variaciones y deformaciones. Es así como descubre que la famosa
“donación de Constantino” era un documento escrito varios siglos después de la muerte de
Constantino, por lo que se trataba de una falsificación. (Burke: 2000). El ejemplo de Valla
demuestra al nivel que llegó la búsqueda del entendimiento de los clásicos y sus
planteamientos a través del entendimiento de sus obras originales.
Los pensadores del Renacimiento rescatan de Cicerón, por ejemplo, la idea del studia
humanitis, dándole énfasis a la humanidad del hombre, a la condición humana. Fundamental
es la idea de ética, considerando que la facultad de dirimir entre lo bueno y lo malo era lo
que diferenciaba a los humanos de los animales. Con el descubrimiento de la antigüedad, del
pensamiento de los clásicos, se descubre también un hombre nuevo, (Regnun hominis), un
hombre que se distancia categóricamente del período del que procede (la Edad Media) para
acercarse a la antigüedad, el “progreso y la evolución del hombre” debía centrarse en lo
anterior, en volver a los clásicos, en volver a la antigüedad, de esta manera se comienza a
considerar al hombre como individuo, como un ser capaz de decidir por si mismo el camino
hacia la perfección, arquitecto de su propio destino, y su destino debía seguir la idea de
“progreso espiritual”. La “dignidad del hombre” o dignitas hominis es el concepto que va a
nacer en este entonces, cualidad antagónica a la “miseria del hombre” o miseria hominis. A
través de la dignidad del hombre se va a defender su racionalidad, la grandeza de su cuerpo,
la superioridad de su destino, el ser humano debe alejarse de la miseria y acercarse a la
dignidad, lo que lo convierte en un “milagro divino.”

En el arte puede identificar esta idea de hombre nuevo, este acercamiento a la humanidad y
la grandeza de la misma. Las obras de Miguel Ángel y Donatello lo demuestran claramente,
la belleza ya no se encontraba en lo divino, sino en lo terrenal, lo terrenal y la humanidad en
sí era la representación de lo bello y lo puro, lo bello es visto desde la individualidad, y pone
al hombre y su perfección y su armonía en el centro.

A esta consideración de un hombre nuevo le sucede también una revelación de un “nuevo


mundo”, con la teoría de Copérnico el mundo que se le presenta a los hombres es distinto, lo
terrenal pasa a formar parte central, es el nuevo hombre el que se va a desenvolver en un
nuevo mundo, es en este nuevo mundo terrenal donde debe obtener gloria, riqueza y prestigio
personal, su individualidad debe ser mostrada en este nuevo mundo que nació en la
mentalidad de la época, tal como se descubre un nuevo hombre, se descubre un nuevo mundo.

En los primeros años del Renacimiento, quienes van a llevar la batuta y serán los pioneros en
el desarrollo de un movimiento renacentista fueron los humanistas. Intelectuales como Dante
o Giotto dieron cabida para el desarrollo del pensamiento humanista, encabezado por
Petrarca, del cual se podría decir que “fue el primer humanista” (Burke, 2000. p.29) El
pensamiento humanista da comienzo, tal como se mencionó, a un pensamiento renacentista.
Los humanistas se interesaron fundamentalmente en la reconstrucción y el estudio de los
clásicos, principalmente Cicerón, sus ideas impregnaron las cortes reales y las ciudades,
humanistas comenzaron a participar de consejeros de los príncipes, a instruirse en las
universidades, los mismos príncipes y la clase dirigente se formaba en éstas, por lo que el
humanismo impregnó a la sociedad europea entre los altos cargos y en la intelectualidad.

De todos modos, el humanismo, al nacer de la cultura medieval, no logró distanciarse


completamente de la misma, sino que se conformó en conjunto con ella, no dejando atrás del
todo los valores tradicionales, Burke escribe: “El mismo Petrarca, por ejemplo, era en
muchos sentidos una figura medieval. Sus meditaciones sobre la fortuna eran tradicionales”
(Burke: 2000, p.30.). Otro rasgo tradicional del que no se distanciaron los escritores
humanistas fue la afinidad entre sus planteamientos y los de la Iglesia, no hubo un
distanciamiento general entre la Iglesia y su forma de pensar, ellos buscaban compatibilizar
el saber clásico con el cristiano, con tal que no caer en la represión o la herejía. A pesar de
esto, Alberto Tenenti expone que los humanistas aportaron desde el fundamento de valores
laicos, que luego serán consolidados por los ilustrados, siendo estos últimos, en este sentido,
sucesores de los humanistas, quienes comenzaron un debilitamiento progresivo de la
religiosidad. (Tenenti, 2000)

Las ideas antiguas que inspiraron a los humanistas, en parte fueron recuperadas del seno
mismo de la sociedad medieval, al mantenerse cierta tradición de los clásicos en la misma 1,
y por otro lado hubo una influencia clara de las culturas del mundo bizantino y árabe. En la
forma en que se tuvo acceso a la lectura de los clásicos, árabes y musulmanes jugaron un
papel fundamental con sus traducciones y desarrollo de nuevas ideas. Burke escribe:

“Las famosas escuelas de Atenas y Alejandría se trasladaron a Bagdad. Los eruditos


musulmanes escribieron comentarios sobre Platón y Aristóteles. El filósofo Ibn Sina
(llamado Avicena en Occidente) era asistotélico. Una serie de antiguos escritores, incluidos
Aristóteles, Tolomeo, Hipócrates y Galeno, fueron traducidos al latín en la Edad Media a
partir de tradiciones árabes del original griego” (Burke, 2000, p.28)

La cita demuestra una influencia categórica en la forma en que conocieron las obras clásicas
los europeos, principalmente las griegas, de esta manera, muchas veces humanistas sólo
conocieron a los clásicos por medio de una traducción de la traducción, entendiendo los
problemas que trae consigo. Esto se va a intentar remediar en años posteriores a través del
estudio de las lenguas originales, pero en los primeros años de Renacimiento existió una clara
influencia del mundo árabe y musulmán.

1
Véase, por ejemplo, el caso de Vitrubio, de quien su obra fue conocida tanto por Petrarca y sus discípulos
como por eruditos medievales, pero fue “descubierto” en el renacimiento en el sentido que su obra se
comenzó a utilizar en los fines arquitectónicos (Burke, 2000)
Como conclusión podemos decir que el Renacimiento se configuró como un movimiento de
largo plazo, con influencia tanto de factores endógenos como exógenos. Por otro lado el
movimiento cultural, político y religioso denominado Renacimiento podemos considerarlo
como el gran precedente a la Ilustración y las luces, asimismo como la gran consolidación de
un mundo europeo que deja atrás la incertidumbre de las crisis demográficas de la Edad
Media, para comenzar a desarrollar una bonanza económica y social que derivará en los
procesos posteriores de Ilustración, industrialización y avances tecnológicos. Commented [PCH2]: Buen análisis y reflexión crítica.

7.0
2- Defina el concepto de monarquía absoluta, explicando cómo se ejerce este
poder y su relación con el derecho divino. Ejemplifique con la
centralización de poder en los casos de Francia e Inglaterra durante el siglo
XVII, analizando su desarrollo histórico y las principales consecuencias del
absolutismo en cada caso.
El concepto de monarquía absoluta se relaciona con la concentración del poder en una
persona, el monarca, él será el encargado de administrar el reino en función de lo político, lo
económico y lo religioso. Tenenti expone que no se puede hablar de una “época de
absolutismos”, sino que éstos se dan en contextos definidos, y no son propios de toda Europa,
sino que conviven con otras formas de gobierno en su tiempo (Tenenti: 2010). Ante esto,
podemos decir que la monarquía absolutista fue un proceso excepcional y no general,
producido en contextos específicos. Tal como expone Anderson, un contexto de crisis del
sistema feudal, con la amenaza de los privilegios de la aristocracia y la nobleza y el
crecimiento y la consolidación de la clase burguesa, por lo que “El régimen político de la
monarquía absoluta es tan solo la nueva forma política necesaria para el mantenimiento del
dominio y explotación feudal en un período de desarrollo de una economía de mercado.”
(Anderson: 1987. p. 136). El Estado absolutista se entiende como una “actualización”
reivindicatoria del poder feudal, llevando el dominio del señor y una soberanía fragmentaria,
hacia una “cima centralizada y militarizada: el Estado absolutista” (Anderson, 1987. p.137),
donde la soberanía se concentra en un plano nacional en desmedro de uno fragmentario.

El poder absoluto pasó a manos del rey, el rey podía crear nuevas leyes e imponer su
obediencia indiscutible, el soberano es la fuente del derecho, todo el poder descansa sobre él.
Ante esto, la forma de consolidar y legitimar este poder es a través de la idea del “derecho
divino”, por el cual “(refiriéndose al rey) Sus leyes y acciones deben estar inspiradas en el
derecho divino. El rey absoluto solo es responsable ante Dios” (Castro, 2018). Los reyes se
constituyen como enviados por Dios, y su legitimidad de poder absoluto se realiza a través
de las sagradas escrituras, por ejemplo: Bossuet se apoya en San Pablo, quien dice que el
príncipe es ministro de Dios (Epístola a los Romanos, XIII) (Castro, 2018). De esta manera
se le da un carácter divino a la idea del monarca absoluto, por lo tanto, quién ofende al rey,
está ofendiendo a Dios, esta forma de legitimización era de suma importancia para la
consolidación de un poder, el problema vendrá cuando la sociedad vaya perdiendo su carácter
sumamente religioso y como consecuencia esa legitimidad divina no sea tan válida como en
años anteriores.

El poder de la monarquía absoluta, es ejercido por el rey, es éste quien controla


personalmente los consejos y las instituciones en las que delega su trabajo, aunque con una
amplia participación personal del monarca. En este sentido, se “revive” al derecho romano y
éste servirá como legitimización del poder centralizado, la legitimización de una nueva
“soberanía imperial”, la implementación del derecho romano en la forma de gobernar, se
concentró en lo político en dos puntos, la integración territorial y el centralismo
administrativo. En lo económico la esencia del derecho romano consolidaba el derecho a la
propiedad privada, lo que suponía un avance de la burguesía, pero la monarquía consolidó la
idea del mercantilismo por sobre la teoría del laissez faire, con una economía mercantilista
su posición en el poder no se veía amenazada, sino que todo lo contrario, aprovechaba la
administración económica para aumentar las recaudaciones del gobierno centralizado, a
través de los negocios (monopolizados por el Estado absolutista) y el cobro de impuestos,
principal y casi exclusivamente, a las clases desposeídas. El estado absolutista ejerció y
consolidó su poder también a través de la Guerra, los Estados organizaban ejércitos de
mercenarios con los que podían conquistar nuevas tierras y reprimir al campesinado que no
pagase el impuesto.
Se podría decir que “el principal efecto de la modernización jurídica fue, pues, el
reforzamiento del dominio de la clase feudal tradicional” (Anderson, 1987, 142.). El Estado
absolutista fue una reacción feudal ante la situación de conmoción que vivían los señores,
perdiendo poder frente a los burgueses y los nuevos hombres de negocios, en esta reacción
se produjeron nuevas formas de ejercer el poder, una modernización jurídica, económica y
religiosa que, posteriormente, sirvió a las clases sociales con intereses contrarios a la
monarquía para luchar por sus propios intereses, en cierta medida, el Estado absolutista, tanto
en Francia como en Inglaterra, cavó su propia tumba.

Estado Absolutista en Francia


Se da comienzo al Estado absolutista en Francia con la llegada al poder de Luis XIV, en
1643, aunque comienza a gobernar en el año 1661, debido a la corta edad en la que llega al
poder. Luis XIV se va a proclamar como el “Rey Sol”, dándole el carácter de divinidad a su
labor y a su ser, lo que lo lleva al ejercicio del “derecho divino”. El rey Luis XIV va a ejercer
un poder absoluto en Francia, incidiendo en cada una de las labores realizadas por el Estado
Francés, tal como él expone:

“Yo comencé mi gobierno con prohibir a los cuatro Secretarios de Estado firmar cualquier
asunto sobre el cual no hubiesen conversado antes conmigo. Lo mismo ocurría con el
Superintendente de finanzas. En su sector no se hacía nada sin que fuese anotado en un Libro
Mayor que me era remitido junto con un breve resumen el cual me permitía formarme en
cada momento una clara idea de las finanzas públicas, de los gastos que se habían hecho y
que estaban por hacerse”.

Luis XIV, Memorias de los años 1661 a 1666. En Ricardo Krebs, La monarquía absoluta en
Europa, p.44 (Castro, El absolutismo. Luis XIV y la monarquía de Francia. [diapositivas de
PowerPoint], 2018)

De tal manera que el poder ejercido se centraliza y personaliza, propio del derecho divino
con el que se gobernaba en las monarquías absolutas. El rey era quien representaba la
totalidad de la nación, y ésta tiende a consolidarse, los intereses personales o locales pasan a
ser intereses de la nación, los primeros deben subordinarse a los últimos.
Luis XIV desarrolla una política en la que, con tal de consolidar su poder, intenta controlar a
la nobleza y al papado, éste último subordinándose a su poder. En el ámbito de la guerra,
perfecciona la maquinaria bélica de Francia, produciéndose una preparación sistemática de
soldados y hombres de guerra, con ellos Francia comienza una política de expansión con la
que buscaba la conquista de nuevas tierras. Esta política de expansión derivó en la
consolidación de un poder total del rey, complementado con algunas simbologías, y produjo
en Francia el ganarse una fama en toda Europa, con enemigos aliados contra la nación
francesa.

Estado absolutista en Inglaterra.


En Inglaterra la situación es bastante distinta de la de Francia, las características principales
del absolutismo inglés, es que nunca se pudo consolidar bien y la existencia de una fuerza
política que coartaba la autoridad absoluta del rey: El Parlamento. De todos modos, se hizo
intentos por establecer un Estado absolutista, hacia el siglo XVI la monarquía se consolidaba
bastante fuerte, con la dinastía de los Tudor la monarquía centraliza su poder.

La dinastía de los Tudor utilizó al Parlamento para gobernar, el Parlamento Inglés mantuvo
una política de injerencia en las labores de gobierno, de tal manera que se debe entender
como una fuerza política fundamental, capaz de hacerle peso a la monarquía.

La dinastía de los Tudor se mantuvo afín al parlamento inglés, sus relaciones se mantuvieron
pasivas y diplomáticas, no hubo grandes conflictos entre ellos, asimismo el poder de los
Tudor no hizo grandes esfuerzos por proclamarse absoluto. Lo que sí intentó la nueva dinastía
con su llegada al poder, Los Estuardo.

Los Estuardo buscaron reformar la organización política para consolidar un poder


centralizado y absoluto, asimismo adoptaron una estrategia de reformismo religioso que
buscaba consolidar al rey a través del “derecho divino”, siguiendo el ejemplo de las
monarquías absolutas europeas.

Tanto Jacobo I (1566-1625) como su sucesor y su hijo Carlos I (1600-1649) buscaron


consolidar el poder absoluto, y su figura bajo la legitimización del poder divino, asimismo
interfieren en la guerra, entendiendo al Estado del mismo modo que la monarquía absoluta
francesa, como una empresa bajo la cual se conquistan tierras y territorios para obtener poder
y riqueza, lo que Anderson consideraba como una actualización o reorganización del poder
feudal, el financiamiento de esta empresa de guerra se realizaba a través del cobro de
impuestos, lo que removió aún más los ánimos en el contexto inglés.

Los conflictos con el Parlamento se agudizan, al agudizarse las medidas contra el mismo,
disuelto varias veces por Carlos I. El conflicto de carácter político, económico, social y
religioso llegó a tal nivel que desencadenó en dos guerras civiles, en un bando combatía el
Parlamento y el otro la monarquía que buscaba consolidarse como absoluta. El desenlace de
estas guerras es la decapitación del rey en 1649 y, por ende, el fracaso del proyecto de
monarquía absoluta liderado por la dinastía de los Estuardo. Este proceso fue denominado
como Revolución Inglesa, en la que el régimen feudal fue aplastado para concebir una nueva
forma de organización, la República.

Como conclusión podemos decir que las clases dominantes como forma de reacción ante la
posible pérdida de sus privilegios, transformaron el orden social a través del despliegue de
una maquinaria política que buscaba consolidar su poder, lo único que logró fue dilatar lo
que terminó una derrota inminente. En Inglaterra este despliegue de la maquinaria fracasó
antes de que se consolidase, mientras que, en Francia, tras su consolidación, su política sentó
las bases, sin quererlo, de la posterior organización del Estado francés, transición que también
se desarrolla a través de una revolución y que termina, al igual que en Inglaterra, con la
decapitación del rey. Commented [PCH3]: Buen análisis. Falta integrar más
debate bibliográfico.

1. 1
2. 1
3. 1
4. 1
5. 0,7
6. 0,3
7. 1

Nota: 6,0
Bibliografía.
- ANDERSON, Perry. El estado absolutista, Siglo XXI Editores, México, 1987. Cap.
1: “El estado absolutista en Occidente”, pp.134-148.

- BURKE, Peter, El Renacimiento Europeo. Centros y Periferias, Crítica, Barcelona,


2000, pp.25-63

- Castro, P. (2018). El Renacimiento Europeo. [Diapositivas de PowerPoint].


Recuperado de: https://pabcastroh.wordpress.com/universidad-de-santiago-de-
chile/el-medioevo-y-el-inicio-de-la-modernidad-ped-en-historia/

- Castro, P (2018). La Revolución Inglesa. [Diapositivas de PowerPoint]. Recuperado


de: https://pabcastroh.wordpress.com/universidad-de-santiago-de-chile/el-
medioevo-y-el-inicio-de-la-modernidad-ped-en-historia/

- TENENTI, Alberto, La Edad Moderna, siglos XVI-XVIII, Editorial Crítica,


Barcelona, 2000 (libro completo)

- Brotton, J. (2003). Un renacimietno global; El programa humanista. En J. Brotton,


El bazar del renacimiento. Sobre la influencia de Oriente en la cultura occidental
(págs. 45-68; 69-93). Barcelona: Paidós.

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