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LATINOAMERICANO
Presentado por:
EDWARD JULIÁN CHACÓN DÍAZ
Presentado a:
P. CARLOS JULIO ROZO RUBIANO
Lenguaje Sacramental
Introducción
Mircea Eliade en uno de sus ensayos señalaba, que el latinoamericano es un ser humano
caracterizado por su profunda espiritualidad, expresada en su religiosidad frente a las
paradojas adversas de su realidad como la opresión y la injusticia. Lo anterior no es un
simple tema de antaño, acuñado por la teología de la liberación, es un fenómeno que aún
sigue vigente. Según las estadísticas, la mayoría de católicos se encuentran en
Latinoamérica; gran parte de ellos sin importar su idiosincrasia practican los sacramentos;
sin embargo, ¿Han comprendido el compromiso que conlleva la recepción de un
sacramento? ¿Qué perspectiva manejan, el mágico o el encaminado a un proyecto de
liberación?1
Son muchos los que se bautizan, se confirman, reciben la primera comunión, muy regular
los que se confiesan o quieren ser ungidos con el óleo de los enfermos, pero son muy
pocos los que asumen los popularmente llamados sacramentos de servicio, como el
orden sacerdotal y el matrimonio. En esta línea Benedicto XVI, miraba que los
sacramentos se estaban reduciendo a una simple expresión cultural de una determinada
región.2
Además opresor y el oprimido, se hacen llamar cristianos, pero, ¿cómo puede llevar este
título el victimario, que comulga, participa en la Eucaristía, se confiesa o es practicante
de los sacramentales sí aún sigue explotando? Del mismo modo, ¿Por qué el oprimido
no se ha concientizado de su compromiso cristiano de dignificación y liberación a través
de los sacramentos?3
Como han señalado los últimos documentos del episcopado latinoamericano, falta una
formación pastoral, que ayude a comprender la dimensión antropológica de los
sacramentos, que aún son vistos de manera mágica y supersticiosa. Por tanto la
catequesis sacramental, no es simplemente formación teórica, es vivencia, es educar
conciencias; que lo signos y símbolos de los sacramentos tienen una trascendencia
histórica; que al ser acciones de Jesús invitan a una meta: La liberación integral del
hombre. 4
1 Mircea, ELIADE. “La búsqueda: historia y sentido de las religiones”. Madrid: Paidós, 2000. 156
2 Joseph, RATZINGER. “Ser cristiano en la era neopagana”, Madrid: Ediciones Encuentro, 2006. 186
3 Ignacio, ELLACURÍA. “La Iglesia de los pobres, Sacramento histórico de liberación” [Documento en línea]
Abya-Yala, 1992. 16
El aporte de Leonardo Boff en la interpretación teológica sacramental.
La renovación conciliar trae consigo a América Latina, una manera nueva de reflexionar
teológicamente; impulsado especialmente por las Conferencias de Medellín (1968) y
Puebla (1979); este pensamiento influye no sólo en la liturgia, en la práctica sacramental
o en las distintas áreas de la pastoral; también interviene en el compromiso cristiano,
principalmente en la concepción sacramental. 5
Desde este panorama Leonardo Boff, uno de los pioneros de la Teología de la Liberación,
publica hacia mediados de la década de los setenta, “Los Sacramentos de la vida”, un
libro dedicado a la cuestión sacramental enfatizado con la realidad y sus coyunturas. En
líneas generales L. Boff, expresa el sacramento como un vínculo que surge del encuentro
del hombre con el mundo y con Dios, entonces la estructura de su lenguaje no es
argumentativa sino narrativa; por ende no argumenta, ni quiere persuadir. Ante todo
pretende celebrar y narrar la historia del encuentro del hombre con los objetos, las
situaciones y los otros hombres, por los que fue provocado a transcender y que le
evocaron una realidad superior, que se hizo presente gracias a ellos, convocándolo al
encuentro sacramental con Dios 6
Elementos cristológicos
Jesús se basó de la cotidianidad del hombre, para revelar su proyecto liberador; sus
parábolas, sus acciones y actitudes están vinculados a una cultura, a un lenguaje o
pensamiento. El pueblo sencillo lo entendía, porque hizo su mensaje cercano, no oculto
en las nubes, sino encarnado en el devenir del hombre. Se puede inferir que los
sacramentos nos hacen ciudadanos del Reino y al pertenecer a éste asumimos un
compromiso.8
Terrae, 2003. 68
porque los sacramentos expresan el amor y la oferta de salvación del padre mediante el
Hijo; en segundo lugar la encarnación del Hijo es histórica, por ende es sacramento del
Padre; finalmente porque en las acciones de Jesucristo están explícitos los siguientes
términos: llamado a una vida nueva (bautismo), conversión (reconciliación), comunidad
(eucaristía), seguimiento (confirmación), sanación (unción de los enfermos), servicio
(orden sacerdotal) y amor (matrimonio). Insertos en Jesucristo, los sacramentos
comunican la vida de Jesucristo.9
El fundamento eclesiológico
Hacia inicio de los año ochenta, Boff publicó una de sus obras más conflictivas con la
curia vaticana del momento, “Iglesia, carisma y poder: ensayos de eclesiología militante”,
en uno de sus capítulos el autor en correspondencia con Karl Rahner argumenta que la
Iglesia es sacramento, signo e instrumento de Jesucristo resucitado, es decir del Espíritu.
A su vez los sacramentos son signos y símbolos al servicio del Espíritu, mediante los que
el Resucitado, puede actuar hoy y hacerse presente en la visibilidad histórica de los
hombres.10
Por otra parte, no se debe olvidar que para la primitiva Iglesia el sacramento se expresa
de modo particular la historia humana dentro de la que se realiza el plan salvífico de Dios,
cuya gracia es acogida o rechaza por parte del hombre. Por consiguiente la libertad es
uno de los fundamentos eclesiológicos de los sacramentos. Entonces, la Iglesia no
impone los sacramentos porque no es propietaria de éstos; los ofrece desde una
dimensión vocacional porque es administradora. 12
Los sacramentos no deben ser simples acciones aisladas de la Iglesia; durante algún
tiempo el “rubricismo” alejó a los sacramentos de su dimensión bíblica, acentuándolo en
la simple práctica litúrgica. Por tanto, los Evangelios son raíz fundamental de los
Por tanto, los sacramentos deben entenderse de una manera más amplia, más flexible,
como signos elocuentes que conducen a una mayor comprensión de vida y de fe, los
sacramentos están relacionados con muchos pasajes del Evangelio, que nos hablan de
la hermosa realidad de Dios y de la no menos bella realidad humana. Porque los gestos,
las acciones, las diversas frases de la vida de Cristo eran sacramentos concretizadores
del misterio de Dios.14
Conjuntamente los Evangelios nos presentan la imagen de un Jesús liberador, por ende
los sacramentos son continuidad de ese actuar del Señor; como señala el la actual liturgia
bautismal, el sacramento no obliga, sino compromete a vivir en la libertad de los hijos de
Dios. Según, Boff los sacramentos no deben perder su horizonte y centralidad en el
Evangelio, en la imagen liberadora que presenta de Jesús. Los sacramentos no son
simples reduccionismos magisteriales, son la vivencia de la praxis evangélica y vinculo
de seguimiento a Jesucristo 15
Contextualizando los Evangelios para entrar al Reino de Dios, no basta simplemente con
cumplir los sacramentos, el simple ritualismo no salva de su alienación, los compromisos
sacramentales generan una conciencia de liberación, que exige una renovación de vida
y una evolución en los fundamentos de la arcaica realidad.16
El lenguaje
El lenguaje de los sacramentos está dirigido a los sencillos y humildes de corazón, lo que
requiere una interpretación simbólica de la realidad. Los signos y símbolos que
conforman los sacramentos hacen parte de la vida del hombre, ejemplo de ello es el agua,
el aceite y el pan; pero al estar vinculados a las acciones de Jesucristo, adquiere un valor
salvífico y sagrado. De alimentar físicamente a la persona, nutre sus sentimientos de
liberación. 19
Al igual que Boff y otros teólogos latinoamericanos, José María Castillo, opina que los
sacramentos, no deben convertirse en signos y símbolos perdidos, sin significante.
Desafortunadamente los sacramentos desde algunas prácticas de la piedad popular han
sido reducidos a simples “fetiches mágicos”. Por otro lado, la dimensión liberadora y
social, no se evidencia en muchos elementos de la praxis eclesial, y se ha dado prioridad
a la obligación, cargándolos de normas y ritos, sometidos excesivamente al control de la
jerarquía eclesiástica. En algunas situaciones los sacramentos han dejado de ser signos
de libertad y se han trasformado en justificación de dominación; y tristemente los fieles
están educados en esa mentalidad. 20
Incluso Boff considera, que los sacramentos son una revolución de la vida humana, que
compromete al cristiano al seguimiento de Jesucristo, prosiguiendo su obra, persiguiendo
su causa y consiguiendo su plenitud. Si la vivencia sacramental es cristológica, nos
orienta a una opción histórica de liberación. No obstante, como señalaba Bernard Häring
el hombre está acostumbrado a vivir en la “ley” y no en la “conciencia de la libertad”, que
conduce al amor.21
En líneas generales desde los sacramentos, Boff alude que la predicación de Jesús sobre
el reino de Dios no se dirige sólo a las personas exigiéndoles conversión, sino un
seguimiento que conlleve a la libertad, que se va configurando gradualmente con la
madurez del creyente en la praxis cristiana. Además el encuentro de Dios y el hombre,
como sacramento de vida, se realiza cuando se redescubre el significado del “sacramento
Al ser los sacramentos signos de Cristo Pascual, como señala Dionisio Borobio, son la
actualización y participación de salvación liberadora en los momentos fundamentales de
la vida del ser humano. 23Que a su vez están enraizados en el Misterio Pascual de Cristo,
que según Boff, es misterio de entrega por amor para la liberación del pecado, del mal,
de la muerte; este misterio redentor abarca la integralidad del hombre. Por eso los
sacramentos al ser actos liberadores de Jesucristo, comprometen a la liberación, cuyo
proceso no parte de la individualidad, sino de la comunidad.24
A su vez los sacramentos adquieren un valor profético, pues son la contestación a las
esclavitudes que oprimen a la persona, de todas inequidades que deshumanizan; por
tanto no se pueden celebrar ni vivir los sacramentos, sin expresar está contestación a
nivel personal y social, sin implicarse en la misma. 25
También los sacramentos son signos de la libertad, que desde la experiencia humana
expresan la liberación de Cristo, que a su vez compromete a la comunidad, la Iglesia, en
la lucha de emancipación frente a las sumisiones y avasallamientos de los hombres y de
las estructuras, que son los causantes de la pobreza y marginación. 26
Del mismo modo, la celebración litúrgica de los sacramentos debe promover los cambios
internos y externos, motivar la conversión en las relaciones interpersonales,
sociopolíticas e incluso económicas. Es posible correr el peligro de ritualizar, pero si se
concientiza desde una dimensión eclesiológica, se desplegaría la fuerza socializante,
creadora de comunión y comunidad. 30
En definitiva, como señala el Documento de Medellín, catequesis hoy en día debe asumir
cabalmente los afanes y esperanzas del latinoamericano para ofrecerle posibilidades de
http//: www.inculturacion.net/autores-invitados%3Fdownload%3D232:alves-de-lima-catequesis-medelln-a-
aparecida+&cd=2&hl=es-419&ct=clnk&gl=co [Citado el 28 de Mayo de 2015]
32 Paulo, FREIRE. “Pedagogía del oprimido”, Ciudad de México: Siglo XXI Editores, 2005. 103
33 Emilio, ALBERICH. “Catequesis Evangelizadora”. Quito: Abya – Yala, 2003. 21
una liberación plena desde la vivencia sacramental, como riqueza de una salvación
integral en Jesucristo. Por tanto la lectura catequética de los sacramentos como signos
de liberación debe afianzarse en su realidad vital encarnada en la vida del hombre de
hoy. 34
Bibliografía
34
Cfr. DM, Catequesis