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Perspectivas Futuras a Distintos Niveles: Tecnológico, Social, Ético o Filosófico:

Pensando en un Modelo de Inteligencia Artificial aplicado a la Psicología Clinica

Ensayo Final

Introducción

Es indudable que el ser humano se encuentra cada vez más dependiente a la inteligencia artificial
para subsistir en un sinfín de tareas, que van desde su forma de relacionarse socialmente hasta la
manera en la que trabaja.

La inteligencia artificial viene reemplazando trabajos humanos desde el siglo pasado, y solo se
espera que este cambio siga en crecimiento durante el presente siglo. La inteligencia artificial se
ha ido acoplando en conjunto con la medicina desde la década de 1970, y se han desarrollado
algoritmos artificiales que simulan ser terapeutas desde la década de 1960, por lo que nos queda
pensar en qué sentido la inteligencia artificial podrá reemplazar al terapeuta durante este siglo en
el que nos vemos inmersos ante un crecimiento exponencial de este tipo de inteligencia.

Para esto, voy a presentar un recorrido en el que pienso en cómo sería un modelo de inteligencia
artificial aplicado a la terapia psicológica, sus principales aportes a la misma, sus principales
desafíos y también sus implicaciones éticas, sociales y legales.

Desarrollo

Es en la psicología aplicada a la terapia clínica donde un individuo trata su salud mental. La salud
mental comprende según la Organización Mundial de la Salud: “Un estado de bienestar en el cual
el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la
vida , puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer su contribución a la
sociedad.”

Esta definición supone un estado de bienestar en el individuo, si el individuo ve perturbado su


estado de bienestar, puede acudir a la terapia en donde se verá con un tratamiento acorde a el
individuo para recobrar ese estado de bienestar. La terapia psicológica se ha llevado a cabo desde
principios del Siglo XX y continua en el día de hoy en un sinfín de corrientes psicológicas, algunas
más científicas que otras (Cognitivismo, Conductismo, Sistémica, Gestalt, entre otras).

Solamente en Argentina hay 200 profesionales de salud mental por cada 100.000 habitantes. Es
decir, es una profesión con alta incidencia y demanda. Por esto, queda pensar como esta práctica
se va a acoplar con el auge de la inteligencia artificial y la automatización del trabajo.

La inteligencia artificial puede ser una oportunidad que se puede aprovechar en la práctica clínica
ya que hay una alta demanda de pacientes que buscan mejorar su salud mental de manera rápida
y eficiente, pero esto también traería implicaciones en pérdida de trabajo para una cantidad
importante de profesionales a nivel mundial, y también hay que analizar si se puede dar la misma
relación entre profesional-paciente entre una computadora-paciente y cuáles serían las
implicaciones éticas de que un sistema artificial esté a cargo de la salud mental de un humano.

En lo que respecta al campo de oportunidades que se encontraría aplicando estos sistemas


artificiales a esta práctica de salud mental vemos un campo al que David Luxton denomina como
super clínicos. Es decir, un sistema artificial podría ser aplicado en clínica siendo este más
eficiente que un terapeuta humano, al ser este sistema artificial construido y diseñado
especialmente para la práctica clínica va a poseer una gama de capacidades mejores que las de un
profesional entrenado en la misma área. Este “super clínico” podría ser construido con detectores
infrarojos para detectar cambios corporales y de temperatura del paciente y registrarlos, como
también detectores ópticos para comprender los gestos faciales y emocionales del paciente en el
instante y así poder aplicar la correcta técnica en la terapia para ayudar al paciente. Este “super
clínico” entonces también seria capaz de registrar la cara del paciente y acceder a todo su historial
clínico y médico al instante. Este modelo podría trabajar de forma autónoma o complementaria al
terapeuta humano En mi opinión sería más recomendable abocar la segunda opción, este modelo
puede resultar una gran ventaja el terapeuta y también va a poder acceder a esta base de datos,
por lo que este modelo se complementaria con el humano para una mejor práctica profesional en
salud. Por mas que parece, esto no es algo de un futuro lejano, si no que ya está siendo
desarrollado un modelo parecido en la Universidad de Carolina del Sur y el MIT en registro de
conductas humanas que no son fácilmente registradas por otros humanos. Además estos sistemas
serían muy precisos a la hora del diagnóstico y la toma de decisiones.

Otra oportunidad que proporciona la inteligencia artificial se ve en el campo de la realidad virtual,


algo que ya está siendo implementado en el presente para el tratamiento de algunas patologías
mentales específicas, como por ejemplo en fobias. Se están desarrollando sistemas virtuales en los
que agentes artificiales también puedan interactuar con el paciente de manera realista.

También encontramos otro ejemplo en lo que es la realidad aumentada, que se puede


complementar con inteligencia artificial para tratar ciertas patologías mentales. Por ejemplo, se
pueden crear ciertas situaciones que le producen al paciente ansiedad y el mismo va a tener que
reaccionar a esta situación para poder entrenar su respuesta.

En lo que respecta a las limitaciones de la inteligencia artificial aplicada a esta práctica profesional,
como he señalado anteriormente hay que tener en cuenta todas las implicaciones que puede
tener la implementación de esta tecnología en el presente campo :

Por un lado, sería muy importante pensar como se daría la interacción entre humanos e
inteligencia artificial, es decir, hay que ver si el paciente podrá establecer y mantener vínculos
positivos y saludables con un modelo artificial en lugar de otro humano. Esto es algo que no se
puede establecer ni saber con seguridad hasta que se pruebe, por lo que se vería recién en las
primeras sesiones de prueba, pero presentaría una grave limitación ya que si el humano no logra
comunicarse plena y efectivamente con el sistema no se daría una mejora en su estado de
bienestar.

Por otro lado, hay que tener en cuenta las implicaciones legales y éticas. Como he mencionado
anteriormente, si el modelo de inteligencia artificial produce un daño en la salud mental del
paciente, y ese daño conlleva al detraimiento de su salud mental o al empeoramiento tanto como
la aparición de nuevos trastornos mentales o inclusive hacia conductas auto agresivas por parte
del paciente (tanto en lesiones auto implicadas o el suicidio), hay que analizar aquí quien sería
entonces el responsable por esta mala praxis: si es de la empresa que desarrolló el modelo o si es
del modelo de inteligencia artificial en sí mismo. Esto conlleva implicaciones legales que también
deben ser formuladas. Considero que es de suma importancia considerar estas cuestiones antes
de llevar la inteligencia artificial a la práctica clínica, y creo que no se va a poder hacer hasta que
esta cuestión sea planteada y discutida, ya que en esta práctica se está trabajando con la salud
mental y el bienestar del paciente, y un mínimo error puede provocarle un daño irreparable.

Por último, pero ciertamente no menos importante, hay que tener en cuenta la cuestión de la
posible pérdida de trabajo y valoración de los profesionales de salud mental. Si en un futuro se
comienza a adoptar dispositivos de inteligencia artificial en la clínica, ciertamente podrían perder
su trabajo como clínicos miles de psicólogos. Por más que la practica psicológica no se remonta
únicamente a la clínica, aquí es donde se encuentra el mayor caudal de psicólogos ejerciendo su
profesión, y además hay que pensar en cómo la salud mental puede pasar a ser considerada como
algo más fácil de resolver ya que se lo puede pensar como algo automatizado y de menor
importancia en el día a día.

Conclusiones

Lo cierto es que la inteligencia artificial está aquí para quedarse, y no se puede negar el avance
que ha tenido en esta última década y va a seguir teniendo durante los próximos años. Sería más
prudente aceptar esta nueva tecnología en todos los sectores de trabajo, incluyendo el de salud
mental, pero esto no necesariamente debería implicar una pérdida de trabajo por parte de
profesionales de salud mental en la clínica, más bien debería ser visto como algo complementario
al psicólogo clínico, ayudándolo a tratar a los pacientes de una manera más eficiente con un
modelo de inteligencia artificial que funcione como super clínico y que el psicólogo aproveche este
modelo y no huya de el mismo, sacándole la mayor ventaja posible.

La inteligencia artificial puede acoplarse y sumarse a la psicoterapia y seguramente lo haga en un


futuro, por lo que por esa misma razón considero que es de suma importancia ya plantear como
serían aplicados estos modelos en la clínica, y no pueden ser aplicados antes de considerar las
implicaciones legales y éticas que conllevarían.
Creo que la inteligencia artificial va a ir acoplándose en conjunto al trabajo del terapeuta,
convirtiéndose en una herramienta fundamental para el mismo a la hora de trabajar para así
poder ofrecer un mejor diagnostico y tratamiento, sin que la inteligencia artificial suplante al
psicólogo clínico, si no que sirve como otra herramienta de trabajo.

Referencias

Luxton, D. (2013) ”Artificial Intelligence in Psychological Practice: Current and Future Applications
and Implications “

Helgaddotir, F (2014) “Artificial Intelligence and the Future of Therapy”

Estrada, Salazar (2016) “Inteligencia Artificial ¿Reemplazando al Humano en Psicoterapia?

https://mundo.sputniknews.com/america-latina/201607131061912440-argentina-psicologos-
salud-mental/

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