En general, leyendo diversos libros y estudios que hablan sobre el desarrollo de los diferentes

sistemas educativos de varios países se encuentra que empezaron más o menos bien en
cuanto a las formas de enseñar ya fuera de una manera más o menos institucionalizada y
respaldada por una metodología, pero de repente, llegados a un punto, mucha teorización
pedagógica y la intrusión política en la educación con pretextos ideológicos de igualdad para
todos llevó a la educación a un declive muy fuerte.

Los pretextos ideológicos hablan de igualdad para todos a la hora de aprender: TODOS deben
tener las mismas oportunidades de obtener la misma nota y TODOS deben aprender lo mismo
y tener las mismas opciones y nivel para elegir.

Esto conlleva a un sistema educativo muy deficiente, basado en que tanto los alumnos menos
dotados como los más dotados deben compartir la misma educación de una edad determinada
hasta la mayoría de edad, provocando la holgazanería y el desinterés por las asignaturas
(además de hastío e impaciencia) en aquellos alumnos más dotados, puesto que se ven en una
clase donde no se les mantiene despiertos, expectantes y ávidos de más enseñanzas y retos,
sino simplemente ocupados. Esto conlleva a muchos tipos de conductas, ya no solo
improductivas, sino también violentas y poco cooperativas entre alumnos más aventajados y
menos aventajados.

Nos encontramos con que tenemos alumnos que podrían hacer mucho más si se les diera a
elegir con total libertad las asignaturas que quieren hacer, se les dejara proponer nuevas
asignaturas y nuevos caminos de enseñanza y además, hubiera un sistema de nivel de
enseñanza mucho más avanzado que el actual, donde un mismo alumno puede cambiar de
clase en base a su nivel (siempre y cuando él quisiera estudiar ese nivel).

En cuanto a los alumnos menos dotados, el hecho de poder estudiar a su ritmo (y estando este
ritmo controlado y justificado) no solo daría personas igualmente preparadas (ya que se habla
de igualdad tanto), sino personas igualmente satisfechas con su trayectoria profesional.
Además, el dejar a estos alumnos en grupos propios, ayudaría a su mejor desarrollo al poder
individualizar y determinar mejor la enseñanza que se les proporciona.

Así mismo, moldear las escuelas e institutos para que fueran lo suficientemente flexibles como
para albergar todo tipo de estudiantes (profesionales matemáticos, cognitivos, cinéticos,
lingüistas, arquitectos, ecológicos, relaciones públicas/recursos humanos, filósofos, etc etc y
etc) apasionados por lo que hacen, exploradores del conocimiento desconocido y deseando
innovar, crear y desarrollar su campo.

Hago una reflexión para que contestemos cada uno como podamos y sepamos. Según como lo
que he leído y lo que he visto u oído, ahora mismo, la educación está guiada más por teóricos
al servicio de un Estado Social que de profesionales al servicio de un Estado de enseñanza y
derecho, basándose más en ideologías que en informes objetivos. Si a los actuales docentes
(hablamos de aquellos que están bien cualificados e interesados por su trabajo), se les dejara
total libertad de tiempo y trabajo y se midieran sus esfuerzos únicamente con la calidad del
aprendizaje del alumno, “¿cuántos docentes organizarían la enseñanza tal como está
organizada ahora y cuántos irían a las innumerables reuniones y conferencias de coordinación
que ahora les roban tanto tiempo y energía?” (Influencia de la Nueva Pedagogía en la
Educación, Enkvist).
Necesitamos, en general, una reforma ya no solo educativa, sino social (sin anteponer lo social
a lo cognitivo) y metodológica que lleve a cada gobierno a plantear sus sistemas educativos en
base a la realidad estudiantil y del profesorado y no a la “realidad” ideológica y política.