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Expediente: 778-2013

Cuaderno: Principal
Escrito: Nº
Sumilla: RECURSO DE
AGRAVIO
CONSTITUCIONAL

SEÑOR PRESIDENTE DE LA SALA PENAL DE APELACIONES DE LA


CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE CAÑETE:

PILAR ANTONIA QUISPETIRA TRUJILLO, identificada con DNI Nº


40385744, con domicilio real en Jr. Miramar Nº 150, Distrito de Nuevo
Imperial, Provincia Cañete, Departamento de Lima, señalando a efectos
del trámite del presente proceso constitucional como domicilio procesal
Av. Mariscal Benavides Nº 616, San Vicente – Cañete, ante usted
con el debido respeto me presento y digo:

I.- PRETENSIÓN IMPUGNATORIA

Que, habiendo sido notificado con la Resolución Nº 16, de fecha 13


de febrero del presente año, en virtud de la cual esta Sala Superior
ha resuelto confirmar la improcedencia de la demanda de Habeas
Corpus; dentro del plazo de ley y conforme a lo establecido en el
artículo 18º del Código Procesal Constitucional, interpongo
RECURSO DE AGRAVIO CONSTITUCIONAL contra la cita
providencia superior, solicitando que se eleven los autos ante el
Tribunal Constitucional a efectos de que se revoque la citada
resolución materia de impugnación.

II. PROCEDENCIA DEL RECURSO DE AGRAVIO CONSTITUCIONAL

1. Para establecer la procedencia del presente recurso, en


primer orden, debemos hacer referencia al artículo 18º del Código
Procesal Constitucional, que establece lo siguiente:

Artículo 18.- Recurso de agravio constitucional

Contra la resolución de segundo grado que declara infundada o


improcedente la demanda, procede recurso de agravio constitucional ante
el Tribunal Constitucional, dentro del plazo de diez días contados desde el
día siguiente de notificada la resolución. Concedido el recurso, el
Presidente de la Sala remite al Tribunal Constitucional el expediente dentro
del plazo máximo de tres días, más el término de la distancia, bajo
responsabilidad.

2. De la norma antes descrita se desprende que el recurso de agravio


constitucional procede contra la resolución de segundo grado que
declara infundada o improcedente la demanda. En esa misma línea
el Tribunal Constitucional ha manifestado que “cuando una
resolución de segunda instancia impide una adecuada protección,
el TC deberá intervenir para determinar si puede lograr la
apropiada y oportuna salvaguarda. Esto es lo que se busca insistir
con la existencia del RAC, toda vez que (…) [a través de su uso] se
puede conseguir la búsqueda real de protección de los derechos
fundamentales”1; en ese sentido, es que el artículo 18º del Código
Procesal Constitucional ha señalado en forma expresa que: “contra
la resolución de segundo grado que declara infundada o
improcedente la demanda, procede recurso de agravio
constitucional ante el Tribunal Constitucional, dentro del plazo de
diez días contados desde el día siguiente de notificada la resolución
(…)”. Tales presupuestos diseñados por la ley procesal
constitucional pueden apreciarse en el caso sub examine por
cuanto:

i) La resolución impugnada por medio del presente recurso de


agravio constitucional (Resolución Nº 16, de fecha 13 de
febrero de 2014) constituye una resolución judicial emitida
en segunda instancia que declara improcedente una
demanda constitucional y por tanto deniega la protección
constitucional del derecho alegado,

ii) La resolución impugnada emitida por esta Sala Superior


(Resolución Nº 16, de fecha 13 de febrero de 2014)
constituye una resolución judicial que deniega la tutela
constitucional invocada por el recurrente al confirmar la

1
STC Nº 2877-2005-HC/TC
decisión de improcedencia de la demanda de Habeas Corpus
pese a observar que la misma se sustenta en el contenido
esencial derecho alegado.

iii) El presente recurso de agravio constitucional se interpone


dentro del plazo de los 10 días hábiles siguientes a la fecha
de notificación de la resolución objeto de impugnación
(Resolución Nº 16, de fecha 13 de febrero de 2014) pues la
misma ha sido notificada al suscrito con fecha 19 de febrero
de 2013.

III. FUNDAMENTOS DEL RECURSO DE AGRAVIO


CONSTITUCIONAL

3.1. LA SALA PENAL INCURRE EN ERROR AL SOSTENER QUE LA


CONDUCTA FÁCTICA REALIZADA POR EL SR. DAN SERGIO
BONIFAS NINA SE ENCUADRA DENTRO DEL TIPO PENAL DE
FRAUDE PROCESAL, SITUACIÓN QUE –DE ACUERDO A LO
MANIFESTADO POR LA SALA– CUMPLE CON EL PRINCIPIO DE
MINIMA IMPUTACIÓN PENAL Y EL DERECHO A LA DEFENSA,
VULNERANDO ASÍ EL DERECHO A LA DEBIDA MOTIVACIÓN
DE RESOLUCIONES JUDICIALES POR CUANTO LA MISMA SE
ENCUENTRA DEFECTUOSAMENTE MOTIVADA

1. Como es de pleno conocimiento de los órganos jurisdiccionales el


derecho a la debida motivación de las resoluciones judiciales se
encuentra consagrado en el inciso 5) del artículo 139º de la
Constitución Política por medio del cual se exige que toda
resolución judicial (auto o sentencia) a través de la cual se resuelva
una determinada materia debe expresar por sí sola las razones de
hecho y de derecho por las cuales se ha resuelto de una manera
determinada pues “la motivación de una decisión no solo consiste
en expresar la norma legal en la que se ampara, sino
fundamentalmente en exponer suficientemente las razones de
hecho y el sustento jurídico que justifican la decisión tomada” 2. Ello
debido a que “toda decisión que carezca de una motivación

2
STC N.º 03283-2007-PA/TC
adecuada, suficiente y congruente, constituirá una decisión
arbitraria y, en consecuencia, será inconstitucional” 3 por cuanto
“toda sentencia [o resolución judicial] que sea “producto del
decisionismo, antes que de la aplicación del derecho, que sus
conclusiones sean ajenas a la lógica, será arbitraria e injusta en la
medida que afecta los derechos de los individuos y por ende
inconstitucional en el sentido de vulnerar los derechos
4
consagrados en la carta fundamental” .

2. Derecho fundamental a la debida motivación de las resoluciones


judiciales cuyo contenido constitucionalmente protegido ha sido
también delimitado por el Tribunal Constitucional a través del
precedente vinculante recaído en la STC Nº 00728-2008-PHC en el
que dicho Colegiado Constitucional ha expresado que este derecho
fundamental queda delimitado, entre otros, en los siguientes
supuestos: a) Inexistencia de motivación o motivación aparente; b)
Falta de motivación interna del razonamiento; c) Deficiencias en la
motivación externa; d) La motivación insuficiente; e) La motivación
sustancialmente incongruente; y, f) Motivaciones cualificadas.

3. Y es que el deber de motivar adecuadamente una resolución


judicial que declara la improcedencia o inviabilidad de una
demanda de Amparo no sólo se justifica desde el contenido del
derecho a la motivación de las resoluciones judiciales sino también
desde la perspectiva del contenido constitucional del derecho a la
Tutela Jurisdiccional efectiva por cuanto a través de éste no sólo se
“garantiza el derecho de acceder a los órganos jurisdiccionales
para solicitar que se resuelva una situación jurídica o conflicto de
intereses en un proceso judicial”5 sino además del derecho a
obtener una resolución que dé solución al fondo del asunto así
como el derecho a obtener una resolución judicial fundada en
Derecho conforme así ha sido incluso desarrollado en el artículo 4º
del Código Procesal Constitucional; razón por el cual cualquier
resolución judicial que contravenga su contenido esencial

3
Ver STC N° 05401-2006-PA/TC, STC N° 0728-2008-PHC/TC
4
STC N° 0728-2008-PHC/TC
5
STC Nº 2600-2008-PA/TC
constituye una resolución judicial arbitraria y por ende
inconstitucional.

4. En el caso en concreto la Sala Superior, concluye confirmar la


improcedencia de la demanda de Habeas Corpus y en
consecuencia se archive el proceso en mérito a lo siguiente:

9.- Conforme ya se tiene señalado en líneas anteriores, el


cuestionamiento principal, de entre todos los argumentos que expone
el apelante, es que la magistrada Magda Victoria Atto Mendives, Fiscal
de la Quincuagésima Tercera Fiscalía Provincial Penal de Lima, ha
venido tramitando la denuncia número 111-2012 contra el favorecido
Dan Sergio Bonifas Nina, por el presunto delito de fraude procesal en
agravio del Estado, no cumpliendo con fundamentar respecto a la
mínima imputación penal pues en la denuncia no señala en qué
consistiría la conducta penalmente reprochable realizada por el ahora
favorecido, cual es la conducta concreta que se le imputa, que existe
una ausencia de una debida y suficiente motivación; como
consecuencia de todo ello se ha afectado el derecho a la defensa del
investigado que debe observase en toda instancias del proceso –ya
sea en la investigación fiscal– porque afecta derechos fundamentales.
Al respecto, debemos señalar que, del examen de la referida
resolución, no solamente es fundamento de decisión el fragmento
transcrito por la demandante que también se produce en esta
resolución, sino además otros aspectos, así se aprecia que el
argumento que esgrime la Fiscal demandada está dirigido a sostener
cual es el criterio porque el cual se denuncia formalmente al
favorecido, conclusión al que arribamos en razón a que en las líneas
siguientes aparece el siguiente texto: “… la emplazada ha
considerado que el Juez Constitucional declaró la nulidad de todo lo
actuado y la improcedencia de las demandas en los expedientes
aludidos, y que no obstante ello, el favorecido ingresó la demanda de
amparo el día 12 de Enero del 2012, utilizando esa demanda, así
como el escrito en que la modifica (del 24 de Enero de 2012) como
medio fraudulento que indujo a error al magistrado constitucional,
logrando obtener una resolución contraria a ley, que consistió en las
resoluciones que, admite la demanda y la resolución que admite la
modificatoria de la demanda, es decir primero presenta la demanda
consignando una pretensión muy sutil, para luego de haberse
admitido la demanda de amparo, varios días después presente el
escrito modificando la demanda, en donde ya precisa sus
pretensiones autónomas y accesorias, con los que incluye en error al
magistrado constitucional que lo obliga a emitir una tercera
resolución declarando la nulidad de lo actuado y la improcedencia de
la demanda”, argumento que se condice con lo dispuesto por el
artículo 416 del Código Penal, referido al fraude procesal. Ahora bien,
el análisis aislado de sólo fragmentos de la resolución materia de
grado, podía conducir a una conclusión equivocada y reputarse de
irracional o huérfana de motivación, empero, debemos tener en
consideración que el examen que se efectúa es sobre toda la
resolución emitida por la Fiscalía que aparece a fojas trescientos seis,
y en ella se aprecia que al estudiar la conducta fáctica realizada por el
investigado Dan Sergio Bonifas Nina –ahora favorecido–, la encuadra
en el tipo penal antes enunciado, con lo que se cumple con el
principio de mínima imputación penal y el derecho a la defensa, toda
vez que el investigado fue citado antes de formalizar la denuncia
respectiva a que presente sus descargos, pero no fue a las citaciones
efectuadas por la Policía Fiscal, de modo tal que, en la decisión de la
Fiscalía demandada, hasta aquí no se aprecia ausencia de motivación,
ni mucho menos indefensión o vulneración al principio de defensa. (El
subrayado es mío)

5. Conforme puede apreciarse del contenido de la resolución


impugnada la misma incurre en un supuesto de inexistencia de
motivación o motivación aparente, supuesto que se presenta
cuando la resolución expedida “no da cuenta de las razones
mínimas que sustentan la decisión o de que no responde a las
alegaciones de las partes del proceso, o porque solo intenta dar un
cumplimiento formal al mandato establecido por ley, y eso se
observa cuando el Colegiado concluye que –efectivamente– se
cumple con el principio de mínima imputación penal pues al
analizar la conducta fáctica realizada por el investigado, la misma,
se encuadra dentro del tipo penal del Delito de Fraude Procesal. Sin
embargo, el Colegiado no establece los fundamentos razonables
por los cuales concluye en dicha decisión.

6. A efectos de poder comprender el delito de fraude procesal cabe


señalar que en cuanto a la acción típica, este delito se materializa
en cuando el agente, utilizando cualquier medio fraudulento
(ardid, engaño, sevicia, etc.), induce (lleva) a error a un funcionario
público o servidor público con la sola intención de obtener una
resolución contraria a la ley, esto es, que el actuar delictivo del
agente se dirige a que este funcionario o servidor público expida
(emita o dicte) una resolución contraria a una norma legal pero
motivado por la presentación de pruebas o documentos que hacen
creerle que está actuando conforme a ley.

Con respecto a los elementos típicos exigidos para la configuración


del delito de fraude procesal, el Ministerio Público sostuvo –a través
de su formalización de denuncia– lo siguiente:

- En torno al elemento típico “medio fraudulento” la fiscalía


provincial sostuvo que éste se ha configurado debió a que:
“el medio fraudulento de ingresar una demanda y después
su modificatoria, sabiendo que ya había pronunciamientos
de archivo en dos casos anteriores”; es decir que el
“engaño” -a decir del Ministerio Público- consistiría en haber
presentado una demanda y posteriormente a ello haber
presentado su modificatoria sabiendo que ya habían otras
demandas, pero ¿EL PRESENTAR VARIAS DEMANDAS DE
AMPARO CONSTITUYE UN ACTO DE ENGAÑO? asimismo
¿NO ES ACASO CIERTO QUE EL ARTÌCULO 428º DEL
CÓDIGO PROCESAL CIVIL FACULTA AL DEMANDANTE
PODER MODIFICAR SU DEMANDA EN TANTO NO HAYA
SIDO NOTIFICADO CON EL AUTO ADMISORIO?

- Ahora bien, en lo que respecta al verbo rector “inducir a


error” (provocar el estado de error en el juez) la fiscalía
provincial sostuvo que ello también se habría configurado
porque: “el denunciado ingresó la demanda de amparo (…)
utilizando esa demanda así como el escrito que la modifica
(…) como medio fraudulento que indujo a error al
magistrado, logrando obtener una resolución contraria a ley,
toda vez que se admitió la demanda (…), así como la
resolución que admite la modificatoria de la demanda” ; esto
es, a decir del Ministerio Público la inducción a error se
habría producido porque el denunciado habría ingresado su
demanda, y posteriormente, al modificarla habría generado
un estado de error en el magistrado pero cabe preguntarse
lo siguiente: ¿EL INGRESAR UNA DEMANDA Y
POSTERIORMENTE SU MODIFICATORIA PUEDE
PROVOCAR UN ESTADO DE ERROR EN UN JUEZ AL
MOMENTO DE QUE ÉSTE TENGA QUE CALIFICAR LA
ADMISIBILIDAD DE LA MISMA? Pues evidentemente no.

- Por último, estando a que el tipo penal exige que el verbo


rector (inducir a error) tenga por finalidad “obtener
resolución contraria a ley”, cabe preguntarse ¿CUÁLES
FUERON LOS MEDIOS (DOCUMENTOS O PRUEBAS)
UTILIZADOS POR EL DEMANDANTE QUE MOTIVARON
LA EXPEDICIÓN DE UNA RESOLUCIÓN CONTRARIA A
LEY? si el acto de admitir o denegar la admisión de una
demanda sólo le competente al juez constitucional ¿LA
ADMISIÓN A TRÁMITE DE UNA DEMANDA DE AMPARO
O SU RECHAZO ES UNA RESOLUCIÓN CONTRARIA A
LEY?

Resulta evidente que la 53º Fiscalía Provincial Penal de Lima


(Ingreso Nº 111- 2012) al momento de sustentar su formalización
de denuncia se ha apartado del texto literal del artículo 416º del
Código Penal, lesionado con ello el derecho- principio de legalidad
por cuanto pretende forzar la descripción de los elementos típicos
del delito en mención a efectos de hacer calzar la imputación
penal. Sin embargo este Colegiado pretende confirmar dicha
decisión en mérito a los sostenido por la sentencia, que conforme
se ha señalado, no cumple con los principios de legalidad
Constitucional y el de Mínima imputación penal.

3.2. LA SALA PENAL INCURRE EN ERROR AL SOSTENER QUE LA


DECISIÓN DE LA FISCALÍA NO MANIFIESTA UNA AUSENCIA
DE MOTIVACIÓN, NI MUCHO MENOS INDEFENSIÓN O
VULNERACIÓN AL PRINCIPIO DE DEFENSA.

1. Sobre este extremo, es necesario recordar que la motivación


escrita de las resoluciones judiciales no sólo es un deber con el que
deben cumplir todos los magistrados que son parte de nuestro
ordenamiento jurídico, sino que también es un derecho de todas
aquellas personas que participan en un proceso, sea como parte
material o como parte procesal del mismo.

2. El deber - derecho a la motivación de las resoluciones judiciales ha


sido considerado dentro de nuestro ordenamiento legal como uno
de carácter fundamental, dado que nuestros legisladores han
tenido a bien reconocer el mismo en el inciso 5 del artículo 139° de
la Constitución Política del Perú de 1993. Esta norma prescribe lo
siguiente:

Artículo 139°.- Son principios y derechos de la función


jurisdiccional:
(…)
5. La motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las
instancias, excepto los decretos de mero trámite, con mención
expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de hecho en que se
sustentan.”

3. En efecto, tal como se desprende de la lectura del artículo citado,


el Juez debe expresar de manera clara y precisa lo que decide al
emitir un auto o una sentencia. Sin embargo, ello no es suficiente,
pues la fundamentación debe ser lógica y correcta, lo cual no ha
sucedido en el presente caso; por lo que en aplicación de lo
previsto en la norma la sentencia de segunda instancia, emitida
por la Sala Penal de Cañete, debe ser declarada nula.

4. Sobre el particular, la Sala Penal señala lo siguiente:


(…) Ahora bien, el análisis aislado de sólo fragmentos de la resolución
materia de grado, podía conducir a una conclusión equivocada y
reputarse de irracional o huérfana de motivación, empero, debemos
tener en consideración que el examen que se efectúa es sobre toda la
resolución emitida por la Fiscalía que aparece a fojas trescientos seis,
y en ella se aprecia que al estudiar la conducta fáctica realizada por el
investigado Dan Sergio Bonifas Nina –ahora favorecido–, la encuadra
en el tipo penal antes enunciado, con lo que se cumple con el
principio de mínima imputación penal y el derecho a la defensa, toda
vez que el investigado fue citado antes de formalizar la denuncia
respectiva a que presente sus descargos, pero no fue a las citaciones
efectuadas por la Policía Fiscal, de modo tal que, en la decisión de la
Fiscalía demandada, hasta aquí no se aprecia ausencia de
motivación, ni mucho menos indefensión o vulneración al
principio de defensa. (El subrayado es mío)

5. En torno a la lesión del derecho a la debida motivación de la


resoluciones fiscales (formalización de la denuncia) cabe traer a
colación que el Tribunal Constitucional en la STC Nº 01924-2008-
PHC/TC ha señalado –de conformidad con el artículo 94º del Decreto
Legislativo Nº 052- Ley Orgánica del Ministerio Público y lo dispuesto en el artículo
77º del Código de Procedimientos Penales a efectos de no lesionar los derechos
fundamentales al debido proceso, a la motivación de las resoluciones judiciales así
como al derecho a la defensa contra quien se pretende aperturar proceso penal–

cuál debe ser la estructura y el contenido de la denuncia fiscal al


expresar al sostener dicho Colegiado Constitucional lo siguiente:
“se aprecia que las disposiciones legales citadas [artículo 94º del Decreto
Legislativo Nº 052 y artículo 77º del Código de Procedimientos Penales] señalan
presupuestos básicos que deben ser expresados con carácter obligatorio tanto
por el representante del Ministerio Público como por la judicatura penal al
momento de formalizar la denuncia o al dictar el auto apertorio de instrucción,
según sea el caso, lo que puede quedar resumido en lo siguiente: a) La existencia
de suficientes elementos reveladores de la comisión de un delito; b) La
individualización del presunto autor o partícipe; c) Que la acción penal no haya
prescrito o concurra una causa de extinción de la acción penal; d) La delimitación
fáctica precisa de los hechos denunciados; e) El señalamiento de los elementos de
prueba en que se funda la imputación; f) La calificación de modo específico del
delito o los delitos que se atribuyen al denunciado, etc. Sobre la base de lo
expuesto, no cabe la menor duda que tanto el fiscal como el juez penal se
encuentran obligados ope legis al control de la corrección jurídica del juicio de
imputación penal, por lo que se debe verificar con criterio constitucional el
cumplimiento de los presupuestos señalados, sea al momento de formalizar la

denuncia o al expedirse el auto apertorio de instrucción” 6; sin embargo, la


fiscalía provincial al momento de formalizar su denuncia
penal LESIONA EL DERECHO A LA DEBIDA MOTIVACIÓN DE
LAS RESOLUCIONES JUDICIALES DEBIDO A QUE NO SE
SEÑALA: (i) CUÁL SERÍA LA CONDUCTA PENALMENTE
REPROCHABLE REALIZADA POR EL INVESTIGADO, (ii)
CUÁL ES LA CONDUCTA EN CONCRETO QUE SE LE
IMPUTA AL INVESTIGADO, (iii) EN QUÉ CONSISTIRÍA EL
“ENGAÑO” REALIZADO POR EL INVESTIGADO PARA
COMETER EL DELITO DE FRAUDE PROCESAL, (iv)
6
STC Nº 01924-2008-PHC/TC
MEDIANTE QUÉ ACTOS MATERIALES (PRUEBAS O
DOCUMENTOS) EL INVESTIGADO HABRÍA PROVOCADO
UN ESTADO DE ERROR AL JUEZ CONSTITUCIONAL, (v)
CUÁL HA SIDO LA RESOLUCIÓN CONTRARIA A DERECHO
QUE SE HA EXPEDIDO; Y, (vi) CUÁNDO SE COMETIÓ EL
DELITO. Son estas Falencias las percibidas en la
formalización de la denuncia, las cuales vulneran el derecho a
la motivación de las resoluciones, pues generan que las
personas investigadas se encuentren denunciadas ante el
Poder Judicial en base a una imputación no individualizada,
concreta, contextualizada y precisa. Sin embargo, -para la
Sala Penal- si se ha cumplido con manifestar una debida
motivación que a todas luces dista mucho de ser cierta.

6. En lo que respecta a la vulneración del Principio de mínima


imputación penal y el derecho a la defensa penal, la
Sala Penal manifiesta que no se ha vulnerado dichos
principios pues el beneficiado ha podido brindar sus
descargos en el momento establecido. Sobre el particular
cabe señalar que dicho acto violatorio se ha materializado
debido a que LA FORMALIZACIÓN DE LA DENUNCIA
PENAL CARECE DE UNA IMPUTACIÓN, CONCRETA,
CIRCUNSTANCIADA, PRECISA E INDIVIDUALIZADA QUE
PERMITA AL RECURRENTE PODER CONOCER LOS
CARGOS CONCRETOS POR LOS CUALES SE LE
INCRIMINAN, ASÍ COMO LOS ELEMENTOS OBJETIVOS EN
QUE SE FUNDAN TAL INCRIMINACIÓN a efectos de que los
mismo puedan contradecir cada uno de dichos aspectos.

7. Por lo que resulta evidente que en el caso concreto sí ha existido


una clara vulneración de los derechos constitucionales
mencionados líneas arriba; y por tanto, la realización de una
actuación arbitraria por parte del Ministerio Público razón por la
cual la demanda de Habeas Corpus debe ser amparada; y en
consecuencia, declararse la nulidad de la formalización de la
denuncia penal hecha por la fiscalía provincial así como la nulidad
de cualquier resolución que se sustenta en la misma, tales, como el
auto de apertura de instrucción expedida por el 36º Juzgado Penal
de Lima (Exp. Nº 28837- 2012; Sec. Vidal Vergara- Vega).

3.3. LA SALA PENAL INCRURRE EN ERROR AL SOSTENER QUE LA


DEMANDA DEBE DE SER DECLARADA IMPROCEDENTE EN
MERITO A LO DISPUESTO POR EL INCISO 5 DEL ARTÍCULO 5
DEL CÓDIGO PROCESAL CONSTITUCIONAL, DADO QUE A LA
FECHA DE PRESENTACIÓN DE LA PRESENTE DEMANDA DE
HABEAS CORPUS SE HABRÍA PRODUCIDO EL CESE DE LA
VULNERACIÓN DE LA FALTA DE MOTIVACIÓN DE
RESOLUCIÓN, Y AL DERECHO DE DEFENSA CON LA EMISIÓN
DEL AUTO DE INICIO DEL PROCESO DE FECHA 31 DE ENERO
DE 2013 (EXP. Nº 401-2012)

1. Según el artículo 5, inciso 5 del Código Procesal Constitucional, no


proceden los procesos constitucionales cuando “a la presentación
de la demanda ha cesado la amenaza o violación de un derecho
constitucional o se ha convertido en irreparable”.

2. Según el Tribunal Constitucional el cese de un acto lesivo se


entiende como “aquella situación por medio de la cual la acción u
omisión que origina una amenaza o violación de un derecho
fundamental deja de producirse por parte de quien la estaba
llevando a cabo”7.

3. La Sala Penal manifiesta lo siguiente: “En el presente caso, la


presunta afectación a la falta de motivación o al derecho de
defensa del recurrente con la supuesta indebida fundamentación
por el Ministerio Público habría cesado con la emisión del auto de
inicio de proceso de fecha 31 de Enero de 2013 (Exp. Nº 401-
2012). Por consiguiente, en la medida que a la fecha de
presentación de la presente demanda de hábeas corpus se ha

7
STC Nº 04878-2008-PA/TC, FJ. 12
producido al cese de de la pretendida vulneración de la falta de
motivación de resolución y consiguiente violación al derecho de
defensa invocado, la demanda debe ser declarada improcedente
en aplicación de del artículo 5 inciso 5 del Código Procesal
Constitucional, que señala que: “No proceden los procesos
constitucionales cuando: (…) 5. A la presentación de la demanda
ha cesado la amenaza o violación de un derecho constitucional o
se ha convertido en irreparable”.

4. Lo que la Sala Penal no ha traído a colación es referido a que


dentro del análisis de la sentencia se ha inobservado la nueva línea
jurisprudencial sostenida por el Tribunal Constitucional en la STC Nº
02110-2009-PHC/TC y Nº 02527-2009-PHC/TC (Acumulados) sobre
el Caso Wilder Nilo Medina Barcena.

5. Sobre el particular, resulta importante resaltar el nuevo criterio


jurisprudencial señalado por el Tribunal Constitucional en la STC
Nº 02110-2009-PHC/TC y Nº 02527-2009-PHC/TC
(ACUMULADOS), de fecha 28 de marzo de 2011, recaído en el
“Caso: Wilder Nilo Medina Barcena” a través del cual dicho
colegiado, variando su línea jurisprudencia, señala que sí procede
interponer Hábeas Corpus contra una actuación del Ministerio
Público señalando al respecto lo siguiente:

“3. (…) el Tribunal Constitucional ha señalado en varios


pronunciamientos que las acciones desplegadas por los
representantes del Ministerio Público no inciden en la esfera de la
libertad individual de las personas por ser sus acciones sólo de tipo
postulatorio; consecuentemente las demandas de hábeas corpus
planteadas contra estos funcionarios normalmente son declaradas
improcedentes por no constituir ni siquiera amenaza para la libertad
individual. (RTC 1653-2010-PHC/TC, 0090-2010-PHC/TC, 3669-2007-
PHC/TC, 5308-2007-PHC/TC). Criterio que en los últimos tiempos
se ha venido morigerado, orientándose actualmente a aceptar
la procedencia excepcional del hábeas corpus a partir del
análisis del caso concreto.

4. Teniendo en cuenta ello, este Colegiado dentro del rol de


perfeccionamiento de su jurisprudencia orientado a los fines
de los procesos constitucionales, considera necesario
efectuar una acentuación de su reciente línea jurisprudencial
respecto a la procedencia de hábeas corpus interpuesto
contra representantes del Ministerio Público. Dicha acentuación
tendrá como fundamento el redimensionamiento del concepto de
libertad individual como objeto de protección del hábeas corpus, que
ha de ser entendido no sólo como un instituto restringido únicamente
a la tutela de la libertad física o corpórea (aspecto material de la
libertad), sino también como un instrumento que ha de tutelar a la
libertad en su ámbito subjetivo o espiritual (…).

7. Partiendo de dicha premisa, es posible afirmar que una conclusión


como la predominante en esta materia supone negar la evolución que
ha tenido este instituto de tutela de la libertad, respecto del cual el
propio Tribunal Constitucional ya ha hecho referencia con detalle en la
STC 3509-2009-PHC/TC (fundamentos jurídicos 2 y 3 respecto a la
evolución del concepto de hábeas corpus) en concordancia con lo
señalado en la STC 1286-2008-PHC/TC, en cuyo fundamento jurídico 1
ha dejado en claro que: “… la libertad personal, su evolución positiva,
jurisprudencial, dogmática y doctrinaria ha determinado que su
propósito garantista trasciende el objetivo tradicional para convertirse
en una verdadera vía de protección de lo que podría denominarse la
esfera subjetiva de la libertad de la persona humana, correspondiente
no sólo al equilibrio de su núcleo psicosomático, sino también a todos
aquellos ámbitos del libre desarrollo de su personalidad que se
encuentren en relación directa con la salvaguarda del referido
equilibrio…”.

8. Si a lo anteriormente enunciado se añade la descripción de las


tipologías de hábeas corpus contenidas en las disposiciones
normativas del Código Procesal Constitucional, más el reconocimiento
jurisprudencial que de éstas ha efectuado el Tribunal Constitucional,
debe concluirse que contra la actividad fiscal es posible
interponer hábeas corpus de tipo restringido y preventivo. Se
trata, en el primer caso, del previsto en el artículo 25º inciso 13) del
citado artículo, en el que se hace alusión al hábeas corpus
restringido que procede cuando la libertad es “objeto de molestias,
obstáculos, perturbaciones o incomodidades que, en los hechos,
configuran una seria restricción para su cabal ejercicio” (STC 06167-
2005-PHC/TC) y, en el segundo, del contemplado en el artículo 2º del
Código Procesal Constitucional, denominado preventivo. Dicha
afirmación cobra mayor trascendencia si se tiene en cuenta que en
gran parte de nuestro territorio se viene aplicando el Nuevo Código
Procesal Penal, modelo en el cual el rol desplegado por los
representantes del Ministerio Público cobra mayor relevancia, pues
son los que tienen a su cargo la investigación preparatoria.

9. Por lo demás, debe tenerse en cuenta que: “(…) la


investigación que el Ministerio Público realice puede concluir
en la formalización de una denuncia ante el Poder Judicial, la
que podría servir de importante indicativo para el juez al
momento de decidir sobre la apertura de instrucción penal, el
cual podría ser inducido a error sobre la base de una denuncia
que esté orientada a conseguir que el presunto autor del
hecho delictivo sea procesado y aún encarcelado, lo que
representa, evidentemente, una amenaza cierta e inminente
del derecho a la libertad individual o algún derecho conexo
(…)” (STC 2725-2008-PHC/TC).

10. Con lo expuesto hasta aquí, no se pretende afirmar que toda


actividad de investigación desplegada dentro del rol
constitucionalmente asignado a los representantes del Ministerio
Público suponga per se la afectación de la esfera subjetiva de la
libertad personal y se la catalogue de ilegítima, sino que tal
afectación a la libertad personal habrá de ser confirmada y
corroborada con elementos objetivos que permitan al operador
jurisdiccional concluir, con cierto grado de probabilidad, que la
supuesta afectación del citado derecho es tal. Una vez verificado ello,
recién se podrá efectuar un análisis del fondo de la controversia
planteada”

6. La Sala Penal de Cañete, pasando por alto que la recurrente –


dentro del escrito de la demanda– trajo a colación la nueva línea
jurisprudencial señalada por el Tribunal Constitucional en el “Caso:
Wilder Nilo Medina Barcena” [STC Nº 02110-2009-PHC/TC y Nº
02527-2009-PHC/TC (ACUMULADOS)] la cual sostiene en el 6.2 del
Sexto considerando de la resolución impugnada, lo siguiente:
“analizando el contenido de la demanda (…), se aprecia que (..) No
ha expresado de modo alguno ni tampoco ha acreditado con
elementos de convicción alguna, los argumentos que permitan
establecer que estos presuntos derechos vulnerados guarden
relación conexa con la libertad individual del favorecido” ello a
pesar que en la demanda claramente se señala de forma clara y
precisa porqué existe una actuación arbitraria e inconstitucional
por parte de la fiscalía provincial. El a quo no ha apreciado que
a lo largo de la demanda de Hábeas Corpus se ha resaltado
que debido a que el Ministerio Público ha formalizado
denuncia penal contra el favorecido, el Poder Judicial no
sólo ha aperturado un proceso penal contra el mismo sino
que se ha dictado contra dicha persona una medida
limitativa de su derecho a la libertad personal (mandato de
comparecencia restringida) lo cual claramente acredita la
conexidad entre la vulneración de los derechos
constitucionales alegados y el derecho a la libertad
personal del beneficiado con la presente demanda debido a
que se ha formalizado y abierto, en clara lesión del
principio de legalidad penal, un proceso penal con una
medida restrictiva del derecho a la libertad personal en
mérito a una formalización de denuncia sustentada en
hechos que no son constitutivos del delito de fraude
procesal.

7. En ese sentido, resulta errado declarar la improcedencia de la


demanda de Hábeas Corpus pues si a lo largo de la demanda
reiteradamente se ha resaltado que resulta inconstitucional que al
favorecido se le haya abierto un proceso penal con mandato de
comparecencia restringida en mérito a una formalización de
denuncia hecha por el Ministerio Público y sustentada en hechos
que, de cara al principio de legalidad penal, no constituyen ningún
ilícito, e incluso, sin siquiera señalarse de forma mínima cuál habría
sido la conducta delictiva realizada, así como, cuáles serían
aquellos elementos de prueba que lo vinculen con la comisión del
mismo ¿CÓMO ENTONCES SE PUEDE SOSTENER, EL CESE DE
LA AFECTACIÓN A LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES
INVOCADOS, TALES COMO A MI DERECHO A LA LIBERTAD
PERSONAL, SI PRECISAMENTE ES LA FORMALIZACIÓN DE LA
DENUNCIA LA QUE HA CONLLEVADO A QUE –CONTRA EL
BENEFICIADO– SE LE APERTURE UN PROCESO PENAL CON
LA ARBITRARIA LIMITACIÓN DE SU DERECHO A LA LIBERTAD
PERSONAL (COMPARECENCIA RESTRINGIDA)?

8. Lo que se manifiesta en el presente caso es que la Sala, así como


el Juez de primera instancia, han inobservado el pronunciamiento
hecho por el Tribunal Constitucional en el “Caso: Wilder Nilo Medina
Barcena” [STC Nº 02110-2009-PHC/TC y Nº 02527-2009-PHC/TC
(ACUMULADOS)] en el cual se ha establecido categóricamente que
contra la actividad fiscal sí cabe interponer una demanda de
Hábeas Corpus por cuanto: “debe tenerse en cuenta que: “(…) la
investigación que el Ministerio Público realice puede concluir en la
formalización de una denuncia ante el Poder Judicial, la que podría servir
de importante indicativo para el juez al momento de decidir sobre la
apertura de instrucción penal (…) lo que representa, evidentemente, una
amenaza cierta e inminente del derecho a la libertad individual o algún
derecho conexo”; argumento que –claramente– se aprecia en el caso
concreto por cuanto la 53º Fiscalía Provincial Penal de Lima resolvió
formalizar denuncia penal contra el favorecido, y el Poder Judicial –
en mérito a dicha formalización– no sólo procedió a aperturar
instrucción sino INCLUSO ORDENÓ UNA MEDIDA LIMITATIVA
DEL DERECHO A LA LIBERTAD DEL BENEFICIADO; HECHO
QUE DE CARA A LO SEÑALADO EN LA NUEVA LÍNEA
JURISPRUDENCIAL, EVIDENCIA –EN EL CASO CONCRETO– LA
AFECTACIÓN A LA LIBERTAD INDIVIDUAL DEL BENEFICIADO
POR LA APERTURA DE UN PROCESO PENAL QUE SE
SUSTENTA EN LA FORMALIZACIÓN DE UNA DENUNCIA PENAL
LESIVA DE DERECHOS CONSTITUCIONALES, TALES, COMO EL
DERECHO A LA LEGALIDAD CONSTITUCIONAL (PRINCIPIO DE
LEGALIDAD PENAL), A LA DEFENSA Y AL PRINCIPIO DE
MÍNIMA IMPUTACIÓN PENAL.

9. Conforme se ha señalado líneas arriba, el Tribunal Constitucional,


en el “Caso: Wilder Nilo Medina Barcena” [STC Nº 02110-2009-
PHC/TC y Nº 02527-2009-PHC/TC (ACUMULADOS)], ha sido claro en
señalar que: “la investigación que el Ministerio Público realice
puede concluir en la formalización de una denuncia ante el Poder
Judicial, la que podría servir de importante indicativo para el juez al
momento de decidir sobre la apertura de instrucción penal, el cual
podría ser inducido a error sobre la base de una denuncia que esté
orientada a conseguir que el presunto autor del hecho delictivo sea
procesado y aún encarcelado, lo que representa, evidentemente,
una amenaza cierta e inminente del derecho a la libertad individual
o algún derecho conexo” y por tanto que contra la actividad fiscal
sí cabe interponer una demanda de Hábeas Corpus. En ese sentido,
estando a que la formalización de la denuncia hecha por el
Ministerio Público ante el Poder Judicial ha servido de
indicativo para que el órgano jurisdiccional abra instrucción
(con comparecencia restringida) resulta claro que tanto la
apertura del proceso penal como la medida limitativa del
derecho a la libertad individual han sido motivados en
mérito a una decisión fiscal lesiva derechos
constitucionales y por tanto, de cara lo dispuesto en el
Tribunal Constitucional, en el “Caso: Wilder Nilo Medina
Barcena” [STC Nº 02110-2009-PHC/TC y Nº 02527-2009-
PHC/TC (ACUMULADOS)], resulta claro que sí existe una
conexidad con mi derecho a la libertad personal y, asimismo,
que los hechos sí tienen relevancia constitucional que están
referidos al contenido esencial de los derechos a la legalidad
constitucional, mínima imputación penal, defensa y debida
motivación de las decisiones fiscales.

10. Conforme se puede apreciar de todo lo antes señalado, el petitorio


de la demanda constitucional –así como los hechos señalados en
ella–se refieren claramente a derechos fundamentales que
encuentran su consagración constitucional en el artículo 139º de
nuestra Constitución Política, así como a actos arbitrarios que
repercuten arbitra e inconstitucionalmente en el contenido
constitucionalmente protegido de los derechos fundamentales
alegados; razón por la cual, la decisión de rechazar la demanda
constitucional de habeas corpus, invocando la causal contenida en
el inciso 5 del artículo 5º del Código Procesal Constitucional, ha
sido invocada, y aplicada al caso sub examine erróneamente,
debiendo –por dicho motivo- declararse la nulidad de la resolución
emitida por la Sala Penal así como la nulidad de la Sentencia
expedida por el Tercer Juzgado de Investigación Preparatoria de
Cañete, y en consecuencia, ordenarse a otro juzgado constitucional
la admisión a trámite de la presente demanda constitucional a
efecto de que, en el curso de un proceso constitucional, se dilucide
si la conducta desplegada por los magistrados supremos
demandados fue o no realizada conforme a los principios y
garantías establecidas por nuestra Constitución Política.

IV.- FUNDAMENTOS DE DERECHO

El presente recurso de agravio constitucional se encuentra


amparado en las siguientes disposiciones legales:

- Constitución Política del Perú: Art. 139º y 200º inc. 2


- Código Procesal Constitucional: Art. II, III, 1º, 18º

V.- FUNDAMENTACIÓN DEL AGRAVIO

El agravio que me causa la resolución impugnada se materializa en


la vulneración del derecho constitucional a la Tutela procesal por
cuanto afecta el derecho que tiene todo justiciable de poder acudir
a los órganos constitucionales para la defensa de sus derechos y
de obtener de los mismos la protección constitucional de sus
derechos fundamentales; siendo que al mismo tiempo genera que
el recurrente no pueda salvaguardar sus derechos constitucionales
al Debido proceso y a la debida motivación de las resoluciones
judiciales que han sido vulnerados por el actuar arbitrario de los
magistrado de la Corte Superior de Justicia de Cañete.

POR TANTO

Solicito a usted, señor Presidente, tener


por interpuesto el presente medio impugnatorio, proveerlo y elevar el
mismo a conocimiento del Tribunal Constitucional por estar con arreglo a
Ley.

OTROSI DIGO: De conformidad con el artículo 290º de la Ley Orgánica


del Poder Judicial, suscribe el presente escrito el letrado que autoriza.

Lima, 03 de marzo de 2014.

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