Educación para la apreciación del arte

UC Cine 601
Mauricio Garduño
Sobre el sistema del arte en México

En estas entradas o capítulos de la bítacora de Avelina Lesper, la crítica de arte

vuelve a arremeter contra el sistema del arte en México que lleva como
estandarte el arte VIP (video, instalación y perfomance).

Desde el punto de vista de Avelina, el arte contemporáneo se ha vuelto lo que la

Academia representaba para los Impresionistas en su época. Refiriéndose al
arte contemporáneo como una organización conformada por instituciones,
museos, escuelas y la crítica; todo un sistema construido para marginar. Este
sistema margina tal como en su época La Academia marginó a los
Impresionistas. En ese entonces fue por diferencias estéticas y hoy más bien
ideológicas. Pero el peligro de la ideología a diferencia de la estética es que no
se puede cuestionar tangiblemente. El arte que Avelina critica duramente, es el
cual se escuda bajo el discurso y no por el objeto en sí. Es un arte (VIP) que
cuestiona al mundo pero que no le gusta ser cuestionado. Son objetos
mundanos que el único valor que tiene es el que algún curador le dio al ponerlo
en una galería y el espectador es incapaz de cuestionarlo por su condición de
“no-experto”.
En mi opinión concuerdo con Avelina, y me parece que se ha creado una
especie de moral alrededor del arte o de doble-moral más bien dicho. Como
espectador debemos de aceptar estos comportamientos en el sistema del arte,
debemos de no criticar la obra o nos dan una “manazo” usando términos como
ignorantes. El sistema que describe Avelina es cruel contra los artistas que
ensayan o trabajan con la pintura, escultura o grabado. Nos intentan adoctrinar
contra nuestros sentidos, contradecir nuestras experiencias estéticas. Espero
que algún día llegue algún movimiento como los Impresionistas para contradecir
este dogma implantado en las ideas de apreciación del arte, y luego llegue otro
movimiento que contradiga a los anteriores.
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Mauricio Garduño
Sobre el sistema del arte en México

Otra entrada en el blog de Avelina habla sobre el politburó del arte

contemporáneo. La burocracia política (galerista, curador, artista, crítico,
coleccionista) tiene sus caprichos y sus anhelos, Avelina describe ambos en
Amor y Odio. Básicamente, Avelina hace una lista de conceptos, describe como
los aman a cada uno de ellos y después como los odian.
Por ejemplo el dinero lo aman si lo ganan casi de forma gratuita, por
básicamente no hacer nada (vender un papel de periódico y exhibirlo como arte).
Pero odian el dinero si su obra no se cotiza como la de otro artista, se frustran y
se amargan buscando conspiraciones en su contra. Aman la Fama porque los
excita y están dispuestos a complacer hasta al más exigente crítico o espectador
para llegar a ella. Pero odian la fama si hacen lo que se supone que deben de
hacer y no la consiguen, mientras su colega que hace lo mismo, exhibe en el
MoMa. Aman al crítico si declara amor por la obra o respeto, pero lo odian
cuando no ocurre así y ellos se vuelven los críticos de él porque evidentemente
está en lo incorrecto.
De esta forma tienen sus encantos y desencantos todos dirigidos de una forma
egocentrista.
Avelina tiene una posición firme en contra del arte contemporáneo, pongo en
duda si todos se comportan. Aún así Avelina esta respaldad por años de
experiencia que le han ganado una gran reputación, y si lo escribe es porque
debe contener una verdad cruda que nadie se atreve a decir. En este caso es
triste y grotesco el mundo del arte contemporáneo.

Para terminar con el tema del sistema del arte en México, vamos a revisar la
dura crítica que hace Avelina al SIA (Sindicato de Intelectuales y Artistas). En
tono irónico Avelina propone algunos regalitos que el gobierno puede dar al
sindicato, obviamente ridículos. Como fondos para becarios que no entregan
nunca nada y que además el apoyo sea post-mortem. En otras sugerencias
están: viajes y fiestas totalemente cubiertos, una asociación encargada de
legalizar el plagio y una dirección que sirva como censor en comportamientos
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para que nadie se salga de línea, como tener que comer cupcakes. Dentro del
sarcasmo de Avelina se encuentra una verdad vergonzosa como sería el desvío
de recursos en intereses personales. Es algo muy cierto entre estos sindicatos
que siempre deben responder a terceros. En mi experiencia personal puedo
decir que estuve en un proyecto fondeado por FONCA y era evidente como
hacían recortes del fondo, supuestamente destinados a la obra. Entonces no me
sorprende nada de lo que dice Avelina, en ninguno de los tres capítulos.